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Elizabeth Hernandez Sanchez - ECONOMÍA DEL CUIDADO
Elizabeth Hernandez Sanchez - ECONOMÍA DEL CUIDADO
La teoría económica dominante que existe y se perpetúa en las tendencias académicas, las
universidades y las revistas, ha sido limitada por una visión ortodoxa centrada únicamente en
las relaciones sociales que giran alrededor del mercado, es decir, la transacción de bienes y
servicios que se intercambian a través de un precio, la venta de la fuerza de trabajo y nuestras
profesiones a cambio de un salario.
Uno de los aportes de la economía feminista fue la recuperación de este debate, con la
necesidad de visibilizar el rol de las mujeres con el trabajo doméstico no remunerado en el
proceso de acumulación capitalista y las implicancias en términos de explotación a ellas,
tanto por parte del sistema capitalista como de los maridos y familias.
El contenido del concepto de economía del cuidado refiere a todas las actividades y
prácticas necesarias para la supervivencia cotidiana de las personas en la sociedad en que
viven. Incluye el autocuidado, el cuidado directo de otras personas, la provisión de las
precondiciones en que se realiza el cuidado (la limpieza de la casa, la compra y preparación
de alimentos) y la gestión del cuidado (coordinación de horarios, traslados a centros
educativos y a otras instituciones, supervisión del trabajo de cuidadoras remuneradas, entre
otros). El cuidado permite atender las necesidades de las personas dependientes, por su edad
o por sus condiciones/capacidades (niños y niñas, personas mayores, enfermas o con algunas
discapacidades) y también de las que podrían autoproveerse dicho cuidado (esposo,
hermanos, hijos mayores etc.).
Algunos desafíos consiguientes a este tema es: producir información que permita construir
diagnósticos informativos sobre la situación actual de la organización social del cuidado y
visibilizar el aporte del trabajo no remunerado al funcionamiento económico. Hacer presión
para la contribución de la construcción de la demanda social en favor de políticas públicas de
cuidado que permitan su redistribución entre actores de la organización social del cuidado y
entre varones y mujeres.
La organización del cuidado no es algo que le competa a las mujeres. Es una necesidad de
todas las personas. Los avances de participación de las mujeres en espacios económicos y
políticos han avanzado sustancialmente pero en cuanto a la organización del cuidado, los
cambios resultan extremadamente lentos. Lograr mayor justicia en este campo es un paso
ineludible para alcanzar mayor equidad económica y social, y construir sociedades más
igualitarias (Corina, 2012).
Referencias
Rodríguez Enríquez, C. (2012). La cuestión del cuidado:¿ El eslabón perdido del análisis
económico?. Revista Cepal.