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El uso de la medicina natural, junto a los tratamientos de la medicina moderna, ayudan a minimizar los
daños que provoca la enfermedad, por lo que, vacunarse es importante para evitar la hospitalización y
en muchos casos la muerte.
Hablar del problema de salud en Guatemala, es redundar, hay muchos análisis sobre las deficiencias,
pero no hay propuestas de solución concretas y radicales.
Tenemos, aunado a ello, la falta de criterio de quienes tienen bajo su responsabilidad la toma de
decisiones en los tres poderes del Estado.
Los toques de queda, los estados de sitio, los estados de excepción, las restricciones de circulación,
solo paralizaron la economía de los pobres, quienes, gracias a un Estado inoperante, no tienen la
oportunidad de un empleo y un ingreso digno, por lo que buscaron la salida de la economía informal,
misma que se ve afectada con las medidas administrativas durante la pandemia.
Pero el pueblo no se rinde y busca las formas para seguir subsistiendo, utilizando los pocos espacios
que deja el sistema, lo que aumentó la actividad de pequeñas actividades familiares, de venta de
comida, ropa, servicios, entre otros, que les generan algunos recursos para abastecerse de alimentos.
En los primeros meses de pandemia, el gobierno, apoyó a algunos ciudadanos con dos transferencias
de Q1,000.00 y una de Q250.00, la cual no llegó a todos por igual, pero ahora que el país está en rojo,
no hay ningún aporte, por lo que ha sido el pueblo quien ha salido a las calles a conquistar la vida.
El pueblo perdió el temor a la enfermedad y el respeto a las autoridades, debido a la desinformación
con la que se manejó la pandemia, puesto que hasta hoy no existe una versión estandarizada sobre lo
que es el virus, sobre los beneficios de las vacunas, sobre los datos de contagio y muertes, sobre la
rendición de cuentas, etc.
Cierran los centros de atención COVID hospitalarios como el caso del Parque de la Industria y lo ponen
en manos de las brigadas de medios cubanos, no asumiendo la responsabilidad de Estado.
Ante este desorden irresponsable, se acusan mutuamente, el ejecutivo y el legislativo de bloquear sus
iniciativas y, las cortes no intervienen para poner orden.