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Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista

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Para otros usos de este término, véase Falange (desambiguación).
FET y de las JONS
Yoke and Arrows.svg
Líder Francisco Franco
Ministro-Secretario general Véase Secretarios generales
Fundación 20 de abril de 1937
Disolución 7 de abril de 19771
Ideología Franquismo
Fascismo23
Nacionalcatolicismo
Nacionalsindicalismo
Tradicionalismo
Ultranacionalismo
Anticomunismo4
Antisemitismo5
Monarquismo6
Posición Extrema derecha
Partidos
creadores Comunión Tradicionalista
FE de las JONS
Sede C/ Alcalá, 44, Madrid7
País Bandera de España España
Colores Rojo
Negro
Himno Cara al sol
Organización
juvenil Frente de Juventudes
Organización
estudiantil Sindicato Español Universitario
Organización femenina Sección femenina
Organización deportiva Delegación Nacional de Deportes
Publicación Arriba
Emisora de radio Cadena Azul de Radiodifusión
Cadena de Emisoras Sindicales
Red de Emisoras del Movimiento
Bandera de FET y de las JONS
Bandera FE JONS.svg
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La Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista (FET y de las JONS) fue el partido único del régimen franquista y, a
efectos legales, el único partido permitido en España tras la Guerra Civil. A pesar
de su nombre oficial, durante la dictadura fue comúnmente conocido como el
Movimiento Nacional,nota 1 un concepto que en realidad hacía referencia a todo el
mecanismo político del cual se dotó la dictadura franquista durante su existencia.

La FET y de las JONS fue creada en abril de 1937, en plena contienda, mediante el
llamado Decreto de Unificación y continuó existiendo hasta 1977, cuando fue
disuelta por el gobierno de Adolfo Suárez en pleno proceso de la Transición.
Durante las cuatro décadas que duró la dictadura, FET y de las JONS fue el único
partido permitido en el país, monopolizando cualquier actividad política. Por otro
lado, se convirtió en el instrumento esencial del aparato franquista para
mantenerse en el poder, tanto con el apoyo de los grupos sociales tradicionales
como entre los veteranos del bando sublevado que había combatido en la guerra civil
española.
Índice
1 Historia
1.1 Antecedentes
1.2 Guerra civil española
1.3 Segunda Guerra Mundial
1.4 Primeros años del franquismo
1.5 Después de la Segunda Guerra Mundial
1.6 Decadencia
1.7 Desaparición
2 Simbología y uniformidad
3 Estructura orgánica
4 Secretarios generales
5 Véase también
6 Notas
7 Referencias
7.1 Pie de página
7.2 Bibliografía
8 Enlaces externos
Historia
Antecedentes
Artículo principal: Falange Española de las JONS
Artículo principal: Comunión Tradicionalista
Guerra civil española
Con el estallido de la Guerra civil en julio de 1936, la Falange rápidamente se
puso del lado de los sublevados en contra del gobierno de la Segunda República.
Durante los primeros meses de la contienda, el partido, que durante los años 1930
había constituido una pequeña formación fascista en el ámbito político español,
expandió rápidamente su militancia de varios miles a varias decenas de miles.9 La
organización masculina de la Falange se vio acompañada de una organización auxiliar
compuesta por mujeres, la llamada Sección Femenina (SF). Dirigido por la hermana de
José Antonio, Pilar Primo de Rivera, hacia el final de la guerra civil esta
organización filial llegó a contar con más de medio millón de miembros,
proporcionando servicios de enfermería y de apoyo logístico a las fuerzas
sublevadas.10

Desde antes del comienzo de la contienda, José Antonio Primo de Rivera y otros
líderes de Falange se hallaban encarcelados en cárceles republicanas, por lo que la
dirección del partido pasó de modo provisional a Manuel Hedilla. Primo de Rivera
permaneció encarcelado durante los primeros meses y tras ser sentenciado a muerte,
fue fusilado en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936, lo que le
convertiría en un mártir para el posterior régimen franquista.

La Falange, convertida en la formación política de la zona sublevada, siguió


estando en teoría al mando de Hedilla y de los llamados «Camisas viejas», pero la
existencia de nuevos cuadros de mando había cambiado radicalmente el equilibrio de
poder interno. En esta situación, con el general Francisco Franco ya convertido en
líder de los «rebeldes», el 20 de abril de 1937 se decretó la unificación de
Falange Española de las JONS, los tradicionalistas carlistas y, en teoría, el resto
de fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación militar que inició la Guerra
Civil.nota 2 Mediante el llamado Decreto de Unificación, el «generalísimo» Franco
se convertía en el Jefe Nacional del nuevo partido único de la zona sublevada.11 A
efectos prácticos, el nuevo partido se convirtió en una comunión de distintas
fuerzas políticas organizadas en torno a la figura de Franco. No obstante, la
unificación se llevó a cabo con la firme oposición de los líderes de las dos
principales facciones unificadas: Numerosos camisas viejas de la vieja Falange
(incluyendo Hedilla) y un buen número de carlistas no se integraron en el nuevo
partido. Hedilla, que ya mantenía una agria disputa con el llamado grupo de los
legitimistas, no reconoció la unificación con los tradicionalistas y tampoco aceptó
el puesto de Consejero nacional que le ofreció Franco, por lo que fue
inmediatamente detenido. Condenado a muerte por un tribunal militar, algún tiempo
después la pena fue conmutada por la de destierro, el cual cumplió en Mallorca
hasta 1947.12 Por su parte Manuel Fal Conde, líder de la Comunión Tradicionalista,
se encontraba exiliado en Portugal cuando se produjo la Unificación, y desde este
país siguió oponiéndose fírmemente a la misma:13

[...] No se había olvidado de los carlistas. Franco en persona invitó a Fal Conde,
el jefe carlista exiliado en Lisboa, a formar parte del Consejo Nacional de FET, en
noviembre de 1937. Fal Conde no aceptó y el ofrecimiento fue retirado
definitivamente el 6 de marzo de 1938. El conde de Rodezno, que seguía en
importancia a Fal Conde entre los carlistas, fue nombrado, a pesar de todo,
Ministro de Justicia...
Ninguna de las formaciones políticas que tomó parte en la guerra civil sufrió tal
número de muertes entre sus líderes como ocurrió en el caso de la Falange Española
y de las JONS: Alrededor del 60% de los miembros de Falange de antes de la guerra
perdieron su vida durante la contienda.14 Por el contrario, la mayor parte de los
locales y propiedades de los demás partidos políticos o sindicatos ilegalizados al
final de la contienda pasaron a formar parte del patrimonio de FET y de las JONS.

Segunda Guerra Mundial


El partido jugó un papel discreto durante la Segunda Guerra Mundial, llegando a
establecer varias delegaciones fuera de España.

La posibilidad de la intervención española en la contienda se convirtió un motivo


de preocupación para los Estados Unidos, que investigaron las actividades de la
Falange en América Latina, especialmente en Puerto Rico, donde los sentimientos
pro-Falange y profranquistas fueron elevados, incluso entre las clases
dirigentes.15 Algunos falangistas promovieron la idea de apoyar la lucha de las
antiguas colonias españolas contra la dominación norteamericana.16 Por ejemplo,
antes del estallido de la guerra mundial, el apoyo a Franco y la Falange era alto
entre la comunidad española de Filipinas.17 El Servicio Exterior de Falange, que
constituía el departamento internacional del partido, colaboró, a través de la
Falange filipina, con las fuerzas japonesas en su lucha contra las fuerzas
militares estadounidenses durante la conquista de Filipinas, en 1942.18

Durante la contienda los Servicios de Información de Falange también cooperaron


estrechamente con los servicios secretos de las Fuerzas del Eje.19 Los Servicios
secretos de Falange se hicieron cargo del espionaje político y también del
espionaje dirigido a los diplomáticos aliados en la España franquista.20

Primeros años del franquismo


Después de la guerra civil, se ha señalado al partido como el encargado de
desarrollar una ideología para el régimen de Franco. Este trabajo se convirtió en
un auténtico cursus honorum de los nuevos políticos conversos que se habían
integrado en el partido tras el comienzo de la contienda, los llamados Camisas
nuevas, en oposición a los más populistas e ideológicos "camisas viejas" que habían
formado parte de la vieja Falange. Desde la publicación de los estatutos del
partido el 4 de agosto de 1937, Franco ostentaba el cargo de Jefe Nacional de FET y
de las JONS, y sólo respondía de sus acciones «ante Dios y ante la Historia».11

Aunque inicialmente Raimundo Fernández-Cuesta era el secretario-general de FET y de


las JONS, y en teoría el auténtico líder del partido, en estos primeros años el
verdadero hombre fuerte de Falange fue Ramón Serrano Suñer. Cuñado de Franco y
Ministro de la gobernación, logró acceder a la jefatura de la Junta política de FET
y de las JONS, lo que le confirió un poder enorme dentro de Falange.21 La esperaba
entrada en guerra de España del lado de los nazis fue vista por los sectores más
radicales del partido como la oportunidad para poder completar la revolución
nacionalsindicalista pendiente desde el final de la guerra española.22 El dócil
Fernández-Cuesta abandonó la secretaría general del partido y esta fue puesta en
manos del general Agustín Muñoz Grandes, que además era germanófilo. Entre 1940 y
1941 la campaña de agitación de Falange, sin embargo, les llevó a enfrentarse con
poderosos sectores del Ejército que eran visceralmente contrarios a Falange. Esta
situación desembocó en lo que se conoce en la historiografía como Crisis de mayo de
1941, durante la cual Franco realizó algunos cambios para tratar de conseguir un
nuevo equilibrio de poder en la Falange y en el gobierno. Serrano Suñer (que pasó
al Ministerio de Exteriores) y sus seguidores perdieron poder frente a otros
falangistas más conservadores y fieles a Franco.22

Certificado emitido por FET y de las JONS sobre un ciudadano en 1954. Este tipo de
documentos era imprescindible para ciertas gestiones.
La influencia y el poder del partido siguieron creciendo. La membresía de FET y de
las JONS alcanzó un pico de 932 000 miembros en 1942.23 Sin embargo, los conflictos
internos no desaparecieron y apenas un año después de la crisis de mayo de 1941
surgió otra mucho más grave que la anterior. En agosto de 1942 las tensiones
terminaron estallando y dando lugar al llamado atentado de Begoña,24 cuando un
incidente entre falangistas y carlistas acabó con el lanzamiento de una granada de
mano y numerosos heridos. El atentado provocó el cese de varios ministros del
gobierno de Franco, especialmente del ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano
Suñer, y del ministro del Ejército, José Enrique Varela, pero principalmente sirvió
a Franco para desbancar del poder a los falangistas, a los que ya consideraba una
amenaza directa para su poder. En cuanto a los autores del ataque, seis falangistas
recibieron condenas por el mismo y uno de ellos, Juan José Domínguez Muñoz, fue
condenado a muerte y fusilado.25 Con anterioridad, tras la llamada «crisis de mayo
de 1941», José Luis Arrese ya había emprendido una purga interna dentro del
partido, con el objetivo de expulsar a los elementos más "incontrolados" o
"izquierdistas" que se habían afiliado durante la contienda: en los siguientes años
fueron expulsados 4000 militantes.26 Esta represión también se extendió a otros
órganos, como los Sindicatos Verticales: el Delegado nacional de sindicatos,
Gerardo Salvador Merino, y sus partidarios fueron purgados y los sindicatos
abandonaron sus postulados revolucionarios.27

A partir de noviembre de 1942 los falangistas radicales quedaron desterrados de la


dirección del partido, que tras la constitución de su III Consejo Nacional vio su
composición desterrada de todos aquellos partidarios de Serrano Suñer y, en cambio,
copada por dirigentes falangistas dóciles ante las decisiones de Franco.28 De
hecho, muchos de estos nuevos líderes estaban más preocupados por mantener sus
parcelas de poder y limitar el poder de sus rivales.29 Esto coincidió con el cambio
de rumbo de la Segunda guerra mundial, especialmente tras la Batalla de
Stalingrado, que terminó en una catástrofe militar para Alemania. Ante aquel cambio
radical de la situación internacional, Franco se empezó a distanciar de las
potencias fascistas. En septiembre de 1943 dio órdenes para que, en adelante, desde
los medios oficiales se empezaran a referir a la FET y de las JONS como un
"Movimiento" y no como un partido.8

FET y de las JONS se acabó concibiendo como la rama política del denominado
«Movimiento Nacional», concepto más amplio con el que se definía al complejo
mecanismo totalitario de inspiración fascista que pretendía ser el único cauce de
participación en la vida pública española. Su discurso político expresaba también
la mezcla de elementos ideológicos y retóricos fascistas, ultranacionalistas,
militaristas, tradicionalistas, conservadores, católicos (o nacionalcatólicos),
monárquicos, etc.

FET de las JONS se convirtió en la pieza esencial de la maquinaria del Estado para
crear las redes que hacían posible mantener fidelidades tradicionales, a la vez que
ampliaban los apoyos al cooptar militantes entre todas las clases sociales, con lo
que la base social de la dictadura se ampliaba y daba estabilidad al franquismo.30
Después de la Segunda Guerra Mundial
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y la derrota de las potencias fascistas,
la situación internacional de la España franquista se volvió muy complicada. Sin
embargo, a partir de 1948, habían desaparecido los peores augurios para el
régimen.31 El partido, que había estado convenientemente silenciado después de
1945, volvió a reactivarse y vivió una segunda etapa dorada: volvió a tener un
importante protagonismo en los ámbitos políticos.28 Se reactivó el cargo de
Secretario general del Movimiento,31 que había quedado vacante tras el final de la
contienda mundial. En 1953 llegó incluso a celebrar su Primer congreso (que de
hecho, acabaría constituyendo el primer y el último).31 Durante la celebración del
congreso se aprobó una declaración en la que se decía que la Falange no consentiría
«bajo ningún pretexto la ilegítima actuación de camarillas que pretendan mermarle
su condición de única inspiradora del Estado y, consiguientemente, la autoridad de
su Jefe y Caudillo».32 En 1956 el Secretario general del Movimiento, Arrese,
elaboró un proyecto por el cual el papel de Falange y su jefatura política se
reforzarían considerablemente en el seno del propio régimen franquista.33 Este
proyecto pronto se tropezó con la oposición de importantes sectores de la dictadura
—Ejército, Iglesia, sectores monárquicos, etc.— y el intento acabaría fracasando
pronto.34 A partir del cambio de gobierno de 1957, Falange perdió gran parte de su
influencia anterior, en beneficio de los «tecnócratas» del Opus Dei.

En 1958 se aprobó la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, una norma que
algunos historiadores han considerado que supuso el principio del fin para FET y
las JONS como partido.34 En adelante se impuso definitivamente el uso del término
«Movimiento» para referirse al partido, al tiempo que las bases ideológicas
falangistas se diluyeron hasta prácticamente perder toda su antigua esencia y
convertirse en una mera amalgama de distintos planteamientos ideológicos.34

Decadencia
Con el paso de los años la influencia del partido único fue decreciendo a paso
acelerado. A pesar de que seguía habiendo afiliaciones —hubo 27 806 afiliaciones en
1969—, estas eran demasiado reducidas como para compensar las defunciones de la
vieja guardia del partido.35 A esto se sumaba el factor de que la militancia estaba
envejeciendo: en 1974 la media de edad de la militancia en Madrid era de al menos
55 años.35 Los cambios políticos del régimen —Ley Orgánica del Estado y
nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco— provocaron
disensiones internas. En 1969 un camisa vieja, Francisco Herranz, se suicidó en
pleno centro de Madrid como protesta por los cambios que estaban teniendo lugar en
el seno del régimen.36 A pesar de ello, la evolución del régimen continuó su curso.
El 3 de abril de 1970 una ley abolió definitivamente el nombre Falange Española
Tradicionalista y de las JONS (oficial desde 1937) y asentó definitivamente el
nombre «Movimiento Nacional».36 Para 1973 el «Movimiento» tenía oficialmente unos
980 054 miembros, lo que constituía una de las cifras más altas en su historia pero
que proporcionalmente (en relación al conjunto de la población) era mucho menor de
lo que había sido FET y de las JONS en la época de Arrese.37 Sin embargo, aún peor
era el problema de la participación de la militancia en la vida política, que era
muchísimo más baja de lo que había sido en el pasado.38

Desaparición
En 1976, tras la muerte de Franco, el entonces joven político Adolfo Suárez fue
nombrado Ministro-secretario general, siendo el primero bajo la nueva monarquía de
Juan Carlos I.39 Para entonces la influencia real del Movimiento en la sociedad
española no pasaba de ser meramente anecdótica, aunque seguía conservando su enorme
entramado burocrático y sus organizaciones satélites. Sin embargo, los primeros
meses del reinado de Juan Carlos I no hicieron más que confirmar el abismo que
existía entre el Movimiento Nacional y la sociedad española. Ya en el verano 1976,
Suárez fue nombrado nuevo Presidente de gobierno y bajo su presidencia dio comienzo
el desmontaje de las estructuras del franquismo y el paso a un régimen
parlamentario, especialmente tras la aprobación de la Ley para la Reforma Política.
El 7 de abril de 1977 el Gobierno Suárez decretó la disolución oficial de FET y de
las JONS,17 aunque algunos de sus organismos internos —especialmente los del mundo
de la comunicación, órganos culturales y órganos deportivos— todavía existieron
durante algunos años más.40 La desaparición de los órganos que formaban el
«movimiento» implicó el traspaso de todo su personal a la administración pública
del Estado con categoría funcionarios públicos.40 En el caso de las trabajadoras de
la Sección Femenina, por ejemplo, fueron transferidas mayoritariamente a las
Bibliotecas del Estado aun cuando esta medida tropezó con la frontal oposición del
cuerpo de bibliotecarios.41

Poco después de su autodisolución, en paralelo, surgieron algunos partidos que


pretendían ser sus continuadores, como Falange Española de las JONS (fundado en
1976), Falange Española de las JONS (Auténtica), Falange Española Independiente
(ambas fundadas en 1977) o los Círculos Doctrinales «José Antonio».

Simbología y uniformidad
Artículo principal: Simbología del franquismo

FET y de las JONS adoptó una combinación de símbolos que reflejaba la distinta
procedencia de las fuerzas que conformaron el partido. Se vestía como uniforme la
camisa azul de la Falange y la boina roja de los Requetés. Se añadió asimismo una
corbata negra en señal de luto por José Antonio Primo de Rivera. Muchos falangistas
no aceptaban la boina roja como elemento del uniforme y la consideraban una
imposición. Por ello, en muchas ocasiones solían llevar la boina roja en la
charretera de la camisa azul. Al igual que ocurría con los falangistas, la
militancia de procedencia carlista tampoco aceptó de buen grado el uso de elementos
de origen falangista.

Las banderas que presidían los actos correspondían del mismo modo a las principales
fuerzas que conformaron la organización. Presidía todos los actos del partido la
Bandera Nacional de España, flanqueada por las de Falange y la Cruz de Borgoña de
los tradicionalistas. El principal himno del partido era el "Cara al Sol", (obra
del músico guipuzcoano Juan Tellería y otros) aunque también gozaron de
cooficialidad formal, entre otros el "Oriamendi". Esta situación se mantuvo hasta
el final mismo de la dictadura.

El saludo con el brazo en alto y los gritos rituales, como ¡Arriba España! o
"España, Una, Grande y libre", de procedencia falangista, completaban el grueso de
la imagen externa que se proporcionó al partido.

Estructura orgánica
Con la creación de FET y de las JONS, en los estatutos de 1937 se establecían doce
"servicios", que constituían distintas áreas de organización y trabajo. Estos eran:
Servicio Exterior, Educación Nacional, Prensa y Propaganda, Sección Femenina, Obras
Sociales, Sindicatos, Organización Juvenil, Justicia y Derecho, Iniciativas y
Orientaciones de la Obra del Estado, Comunicaciones y Transportes del Movimiento,
Tesorería y Administración, y por último el Servicio de Información e
Investigación.42 Con el tiempo, algunos servicios adquirieron un papel más
relevante que otros, como fue el caso de los siguientes:

Servicio de Prensa y Propaganda, que tenía bajo su control tanto la red de


periódicos como la red de Emisoras del Movimiento.4344
Servicio Exterior de Falange, encargado de la acción de Falange fuera de España.45
Tuvo un papel relevante durante la Segunda Guerra Mundial.
Servicio de Información e Investigación, una especie de servicio de inteligencia
del partido encargado de investigar a opositores y confeccionar informes
personales.
Sección Femenina, órgano de encuadramiento femenino. Tenían a su cargo la gestión
de organismos como el Auxilio Social o el Servicio Social de la Mujer.
Organización Sindical Española, órgano de encuadramiento laboral. Bajo su
dependencia se encontraban organizaciones como Educación y Descanso (EyD).
Organización Juvenil Española, órgano de encuadramiento juvenil. Organizaba
numerosas actividades educativas, sociales y deportivas.
Los estatutos de FET y de las JONS de 1939 sustituyeron a los de 1937 y supusieron
una reorganización orgánica del partido, estableciendo la creación de dos nuevos
organismos: la Delegación Nacional de Excautivos y la Delegación Nacional de
Excombatientes.46 En 1941 se estableció la Delegación Nacional de Deportes,47 que
tendría un importante rol sobre las actividades deportivas. En diciembre de 1945,
tras el final de la guerra mundial, la Delegación Nacional del Servicio Exterior
fue disuelta.48

En julio de 1957 se procedió a una reorganización interna del partido y el número


de organismos dependientes de la Secretearía general se redujo. A partir de ese
momento las delegaciones nacionales quedaron reorganizadas de la siguiente forma:
Sección Femenina; Juventudes; Provincias; Prensa, Propaganda y Radio; Educación
Física y Deportes —antigua delegación de Deportes49—; Organizaciones; Asociaciones;
y Auxilio Social.50 La nueva Delegación nacional de Asociaciones asumió las
competencias de la Delegación Nacional de Excautivos y de la Delegación Nacional de
Excombatientes, que desaparecieron.51

Secretarios generales
Artículo principal: Ministro-secretario general del Movimiento
Aunque el dictador Francisco Franco también ejercía como el líder del «Movimiento»,
oficialmente el secretario general era el auténtico jefe del partido. Además, a lo
largo de su historia la secretaría general del Movimiento dispuso de rango
ministerial, lo que la convertía en un miembro más del Consejo de Ministros. El
ministro-secretario general en 1975, Fernando Herrero Tejedor, murió repentinamente
en un accidente de automóvil.52 En toda la historia del régimen franquista fue el
único que falleció en ejercicio de su cargo. Durante toda su existencia estos
fueron los cargos que ocuparon la jefatura:

Francisco Franco fue el Jefe Nacional de FET y de las JONS hasta su muerte, en
noviembre de 1975.
Nombre Inicio Final
Raimundo Fernández-Cuesta
4 de diciembre de 1937 10 de agosto de 1939
Agustín Muñoz Grandes
10 de agosto de 1939 16 de marzo de 1940
José Luis Arrese
20 de mayo de 1941 21 de julio de 1945nota 3
Raimundo Fernández-Cuesta
24 de noviembre de 1948 16 de febrero de 1956
José Luis Arrese
16 de febrero de 1956 26 de febrero de 1957
José Solís Ruiz
26 de febrero de 1957 30 de octubre de 1969
Torcuato Fernández-Miranda
30 de octubre de 1969 4 de enero de 1974
José Utrera Molina
4 de enero de 1974 5 de marzo de 1975
Fernando Herrero Tejedor
5 de marzo de 1975 12 de junio de 1975
José Solís Ruiz
18 de junio de 1975 12 de diciembre de 1975
Adolfo Suárez
12 de diciembre de 1975 8 de julio de 1976
Ignacio García López
8 de julio de 1976 7 de abril de 1977
Véase también
Falange Española
Falange Española de las JONS
Movimiento Nacional
Franquismo
Consejo Nacional del Movimiento
Falangismo en Hispanoamérica
Falanges Libanesas
Red de Emisoras del Movimiento
Simbología del franquismo
Notas
En septiembre de 1943 el dictador Francisco Franco dio órdenes para que en
adelante desde los medios oficiales se refiriesen al partido único del régimen como
un «Movimiento» y no como un partido.8 A partir de ese momento se generalizó el
empleo del término «Movimiento Nacional».
El Decreto de Unificación sólo hacía mención a la Falange y la Comunión
Tradicionalista Carlista. Los demás partidos que existían en la zona sublevada ni
siquiera fueron mencionados, por lo que automáticamente quedaron disueltos y sus
militantes deberían solicitar el ingreso en la FET y de las JONS.
Tras el final de la Segunda guerra mundial, en julio de 1945 se formó un nuevo
gobierno y el Ministro-Secretario general del Movimiento, Arrese, fue cesado. El
cargo perdió su rango ministerial y Franco no nombró a ningún sustituto, por lo que
la Secretaría general quedó vacante. Con ello, posiblemente, Franco intentaba
romper con el pasado fascista, en un intento de aparecer como un régimen aceptable
para las Potencias aliadas. No sería hasta noviembre de 1948 cuando Raimundo
Fernández-Cuesta fue nombrado nuevo Secretario general del «Movimiento», aunque
todavía sin recuperar el rango ministerial.
Referencias
Pie de página
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abril, sobre reestructuración de los órganos dependientes del Consejo Nacional y
nuevo régimen jurídico de las Asociaciones, funcionarios y patrimonio del
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Estatal Boletín Oficial del Estado): 7768-7770.
https://books.google.es/books?
id=zr6JAgAAQBAJ&pg=PT10&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false
https://books.google.es/books?
id=sRjmDAAAQBAJ&pg=PA54&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false
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