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Isaías Medina Angarita
Isaías Medina Angarita
Carrera militar
Fue el hijo menor del matrimonio del General Rosendo Medina y Alejandrina Angarita García.
Su padre murió en combate durante la batalla de San Cristóbal cuando tenía cuatro años.
Estudió primaria y bachillerato en San Cristóbal y en 1912 se traslada a Caracas para cursar
estudios en la Escuela Militar {actual Academia Militar de Venezuela). Medina Angarita se
graduó de sub-teniente el 23 de julio de 1914 y ocupó el puesto diecisiete de su promoción.
Colaborador del presidente Juan Vicente Gómez, fue nombrado por éste Jefe de Estado
Mayor. A la muerte de Gómez se desempeñó como Ministro de Guerra y Marina bajo el
gobierno de Eleazar López Contreras, desde 1936 hasta 1941.
Presidencia
Medina llegó a la presidencia arrastrando una leyenda negra acerca de sus simpatías por
el fascismo y de su inclinación por Benito Mussolini, que lo acompañó durante los años en que
había sido ministro de Guerra y Marina. Según crónicas del periodista Miguel Otero Silva,
durante ese período lo hicieron responsable de todos los actos del gobierno que se
consideraran antidemocráticos, como el destierro de un dirigente de la oposición o la clausura
de un periódico. En cambio, si López Contreras tomaba una medida de índole democrática, se
decía que lo hacía «a pesar de Medina». Debido a estos antecedentes, existía el temor de que
la elección de Medina como presidente significara un retroceso en la evolución política desde
la muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935. Esta componenda de desacreditación
al presidente Medina se llevó libremente; el gobierno del General Medina permitía y
garantizaba la plena libertad de expresión, situación aprovechada por los
dirigentes adecos para calumniar al propio presidente y su gestión. Mantuvo la neutralidad de
Venezuela durante la Segunda Guerra Mundial a pesar de verse involucrado desde
el hundimiento del buque petrolero Monagas tras el ataque de la flota submarina nazi en
la Operación Neuland de 1942. El Presidente Medina Angarita declaró la guerra al Eje el 15 de
febrero de 1945 como requisito para participar en la conferencia fundacional de las Naciones
Unidas en sustitución de la Sociedad de Naciones organización que había fallado en su
propósito de evitar otro conflicto internacional.
Legado
El General Medina fue un hombre de grandes convicciones, sencillo y plural; su temple de
estadista propició la dinámica necesaria para convertir a Venezuela en una república moderna.
Su legado más importante es la siembra del espíritu democrático en la conciencia del pueblo
venezolano y el estímulo que entregó al colectivo nacional para tomar protagonismo decisivo
en la lucha por la igualdad social. No obstante, el impacto a largo plazo de su obra de gobierno
abarcó prácticamente todos los ámbitos del desarrollo.
Política
Contrariamente a lo esperado por sus detractores, Medina permitió una amplia apertura
democrática, permitiendo la confrontación de distintas ideologías y la expresión de criterios
diversos en torno a los problemas del país y a sucesos internacionales, incluso durante
la Segunda Guerra Mundial. Es precisamente durante el gobierno de Medina, gracias a la
legalización de las agrupaciones políticas, cuyos grupos de origen habían tenido una vida
política discontinua y accidentada debido a las limitaciones impuestas a los mismos en los
períodos de Gómez y de López Contreras, que tienen su origen los partidos políticos modernos
en Venezuela: Acción Democrática, formado por fracciones del Partido Democrático
Nacional (PDN) del periodo Lopecista, fue el primer partido en ser legalizado, al poco tiempo
de asumir Medina la Presidencia, en junio de 1941. AD se convertiría con el tiempo en uno de
los iconos más importantes de la lucha por la democracia en la Venezuela moderna.
La reforma parcial de la Ley del Trabajo y la promulgación del reglamento del trabajo en el
campo.
A ese cambio estructural en las esferas política, social y laboral que se inicia durante el
gobierno de Medina Angarita, se añade un cambio de idéntica índole en el campo legislativo,
realizado a través de 3 reformas:
La Reforma Fiscal con la Ley de Impuesto sobre la renta (1942); cuyo objetivo fue establecer
tributaciones progresivaspara así proteger a los sectores menos adinerados, reduciendo los
impuestos indirectos que hasta entonces recaían por igual en personas con ganancias muy
pequeñas o abultadas, como los de la gasolina y de la sal.
La Reforma Petrolera con la Ley de Hidrocarburos de 1943, que extendía por 40 años más las
concesiones a las empresas extranjeras. Medina, consciente de que en aquella época
Venezuela no poseía personal capacitado para tomar el control de la industria petrolera,
estimaba sin embargo que para 1983 ya existiría una generación suficientemente preparada
para ello. Esta ley tuvo como elementos esenciales:
Además de las 3 leyes mencionadas, el General Medina creó, en noviembre de 1944, una junta
ad honórem que se encargaría del estudio y otorgamiento de créditos destinados a fomentar
la producción del país y que se denominó «Junta de Fomento de la Producción Nacional»,
destinada a proseguir la línea de cambios en las estructuras económicas del país y diversificar
la economía, fuertemente mono productora. Posteriormente se cambió el nombre de la Junta
de Fomento por el de Corporación Venezolana de Fomento, en 1947, la cual absorbió el capital
inicial de la junta creada por Medina.
Derrocamiento
El General Isaías Medina Angarita fue derrocado el 18 de octubre de 1945 por un golpe cívico-
militar perpetrado por militares de las nuevas promociones, reunidos en la Unión Patriótica
Militar, en asociación con líderes de Acción Democrática, entre los que destacaba Rómulo
Betancourt. Sucedió que el mismo movimiento que Medina había dado al país, con los cambios
sustanciales producidos por nuevas leyes y el goce de todos los derechos ciudadanos sin
limitación alguna, lo arrolló cuando le faltó la determinación de conceder el sufragio
universal directo y secreto para la elección presidencial, causa esgrimida por los civiles que
participaron en el golpe, para justificarlo.
Los militares jóvenes -dirigidos por el Mayor Marcos Pérez Jiménez-, a su vez, tenían sus
propios motivos para sublevarse contra el gobierno de Medina: se quejaban de los bajos
sueldos que devengaban, de que se les negaban ascensos merecidos y en cambio, se ascendía
a los viejos que ellos llamaban «chopos de piedra», de la falta de equipos modernos en
las Fuerzas Armadas; algunos de los oficiales conjurados mostraban resentimiento por la firma
del Tratado de Límites de 1941 entre Colombia y Venezuela, realizada durante el gobierno de
Eleazar López Contreras cuando Medina era Ministro. Todos estos motivos, unidos a la división
en las filas del PDV por la aparición de la candidatura del General López Contreras; a la
enfermedad del candidato auspiciado por Medina -y al parecer, aceptada por Acción
Democrática-, Diógenes Escalante, que impidió el progreso de su candidatura; a la falta de
consenso en torno al nuevo candidato del PDV, Ángel Biagini; precipitaron el golpe del 18 de
octubre.
Medina fue la víctima de una insurrección contra un sistema de gobierno que él heredó,
democratizó y modernizó. Fue apresado y expulsado del país, radicándose en la ciudad de
Nueva York. En mayo de 1952, sufrió un accidente cerebrovascular que le dejó como secuela
una hemiplejía izquierda. El nuevo gobierno le autorizó regresar a Venezuela, falleciendo
finalmente un año después, a la edad de 56 años.