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“ASI ES COMO VIVE LA GENTE”

PROCESO DESLOCALIZADOS Y
CULTURAS EMERGENTES
INTRODUCCIÓN
Después de haber pasado tres días pintando la iglesia, los evangélicos de Canrao estaban listo de
recibir a los hermanos de las comunidades vecinas por las fiesta espiritual. Entres ellos se encintraba
un grupo de hermanos de Huanta, que habían traído un generados, VHS y un televisor. Más de cien
personas se apiñaron en la iglesia con el propósito de ver una serie de peliculas.
Acompañado por arpa y violín, un grupo de hermanos comenzó a cantar, mientras los técnicos
culminaban con los preparativos para presentar la película “infierno ardiente”. Frente a nuestros ojos
desfiló un bricolage de imágenes; israelitas caminando con sus camellos, saliendo de su tierra en un
gran éxodo; el sol que amanecía por encima de las pirámides de Egipto; la culminación con escenas
horroríficas de aquellos que se quemaban en llamas por no haber escuchado la palabra de Dios. Al
salir de la iglesia había un consenso entre la audiencia “mira, gente como nosotros, gente pobre y
descalza como nosotros”.
Las imágenes había despertado en la comunidad altoandina de Canrao un sentido de experiencia
compartida. En la percepción de esas imágenes estaban elaborando su propia producción secundaria.
Esta producción les permitió imaginar una comunidad cristiana, que habia borrado tanto los siglos
como las distancias culturales y nacionales. En vez de una cronología secuencial, los evangélicos de
Canrao crearon un mundo simultáneo y multitemporal, en el cual tanto ellos como los israelitas
transitaban por esos mismos pasajes.
Esta comunidad imaginaba no existe solamente en el espacio abstracto de la pantalla, sino en las
prácticas cotidianas de las comunidades que se están reconstruyendo en Ayacucho. Esta
reconstrucción es un proceso sumamente creativo que trasciende el regreso a un estado anterior.
Appadurai ha sugerido que la imaginación representa hoy en día un papel importante “el nuevo
poder de la imaginación en la fabricación de vidas sociales está ineludiblemente vinculado con
imágenes, ideas y oportunidades que vienen de otras partes, frecuentemente transportadas a través de
los medios de comunicación.
Tomamos para este caso dos comunidades deslocalizadas en la provincia de Huanta: Carhuahurán,
una comunidad resistente, y Cunta, una comunidad retornante. Lo local ya no existe como referente
estable po los cambios abruptos que ocasionó la violencia política; entonces, las nuevas identidades
que se van construyendo buscan restablecer algo de lo local, pero bajo nuevas influencias
transnacionales.
VIOLENCIA POLÍTICA Y PROCESOS
DESLOCALIZADOS
Más que las cifras del impacto que causó la violencia en las comunidades ayacuchanas, queremos
mostrar hasta qué punto la guerra fue experimentada como una “revolución cultural”. Bajo esta
amenaza continua la vida comunal se trastornó, se suspendieron todo tipo de fiestas familiares y
comunales, los pobladores asistían esporádicamente a las ferias e incluso hasta tuvieron que dejar a
sus muertos en el mismo lugar donde habían caído. Se restringieron los espacios comunales, se
quemaron las iglesias y sus santos.
Este proceso devino un desarraigo social y cultural no soló de aquellos que salieron a refugiarse a
ciudades relativamente seguras, sino también de aquellos que se quedaron viviendo atrapados por el
terror y la zozobra insurgente. En el caso de las comunidades de Carhuahurán y Huaychau refleja
esa dramática realidad. Sus poblaciones vivieron huyendo y pernoctando en lso cerros desde 1983 se
mantuvo hasta 1993, cuando sendero luminoso fue derrotado y los territorios nacionales
No sólo el limite de la supervivencia económica, sino la deslocalización de las prácticas culturales.
La derrota de Sendero Luminoso ha abierto un nuevo escenario, donde se recrean y conciben
prácticas culturales en la reconquista de espacios humanizadores. Fuimos invitados por los padres de
Carlos al matrimonio de su hijo quienes habian salido de Carhuahurán hacia Ayacucho con la
violencia. En el acto, el teniente gobernador Marcos, con la Biblia en las manos, llevó a cabo la
ceremonía civil, saliendo de la ex base militar y dirigiendose a la casa del novio se percataron que no
habia quien canté el qarawi, alguien se fue a buscar a las ancianas del pueblo, mientras esperabamos
hicieron sonar el “Danubio Azul”, minutos después, llegaron las señoras Victoria y Mercedes,
quienes empezaron a cantar. Bourdieu, un teórico de la reproducción social, ha planteado que la
tradición es lo que va y viene sin cuestionar. Sin embargo como nuestro caso indica, puede haber
cambios tan abruptos que rompen el habitus forzando al nivel consciente la producción de esta
naturaleza.
En la tarde cuanod nos informaron de la muerte de María Quispe Curo, aún sin conocerla salimos
con velas y fósforos en mano. Su cuerpo estaba envuelto en frazadas usadas, yo exclamé: “que triste,
tan pequeñita para morir”, el señor de lado me corrigió: “señorita, ya vieja era, madre de don
Antonio, estaba paralítica, su cuerpo doblado por el haya”. El haya nos agarra cuando nos ponemos
en contacto con los huesos de nuestros ancestros que no han encontrado la paz. Más bien, tanto en el
matrimonio como en el entierro, presenciamos una negociación cultural, un juego permanente entre
el olvido y la memoria.

NARRATIVA Y LA COMUNIDAD DE DISCURSO


La comunidad de Cumya, al igual que 68 comunidades de las provincias altas de Huanta y La Mar,
fue desplazada de su lugar de origen por efectos de la violencia política. Luego que Sendero
Luminoso asesinara a 25 comuneros, el 16 de octubre de 1983. Entonces el 15 de agosto de 1984 nos
fuimos de noches. Sendero Luminoso habia amenazado con entrar y matar a todos en Cunya porque
ellos, junto con Macabamba, Huaychau y Carhuahurán, habían decidido no obeder a los insurgente.
Cinco meses después, el 16 de junio de 1994, el pueblo de Cunya retornó a la comunidad. Sin
embargo, por las múltiples carencias, como la alimentación y la seguridad, tuvieron que pasar
algunos mese para iniciar la construcción de sus viviendas. Tres años después, Cunya era testigo de
la presencia estatal y no gubernamental. En 1994, al aplicar una encuesta a 48 familias retornantes el
52.75 por ciento eran evangélicas. Los tiempos habían cambiado desde 1984, cuando sólo había 3
familias evnagélicas en el pueblo. La Biblia ofrece una metanarrativa multitemporal y espacial que
periodiza la historia en términos de sufrimiento experimentado y superado.
Elías Ccente, al comenzar la asamblea en el pueblo de Uchuraccay el 10 de octubre de 1993, un mes
antes de que retornaran y se establecieran, dijo: “hemos sufrido estos años como Adán y Eva fueron
expulsados por Jehová del Edén. Y así no nos hemos visto y ahora nos estamos viendo reción , y
ahora nosotros debemos trabajar juntos y, más aun, reconciliándose más, con el amor de nuestro
Señor. Y así el Señor nos va a bendecir, hasta el doble nos va a dar en su bendición. Así como a Job
le quitó, le bendijo en mil, así a nosotros también al doble nos dará en su bendición”. A esta
ceremonia asistieron 87 jefes de familia que venían desde Huanta, Tambo, Carhuapampa, el valle del
Apurímac y Huaychau, entre otros puntos donde permanecían refugiados. Era un martes soleado
cuando encontramos a 5 comuneros de Cunya construyendo sus letrinas familiares. Los de la
Asociación Llaqtanchikta Qatarichisun, una ONG local creada por Visión Mundial, habían ofrecido
apoyar con madera y calaminas a las familias que cavaran los pozos para sus respectivas letrinas. Me
acerqué a don Pedro, mientras nos saludábamos, me enseño lo que había encontrado al cavar el
pozo. Vi algunos huesos humanos y restos de vasijas. Por mi afición arqueológica, de inmediato me
sumergí al pozo para verificar los restos y la cultura a la que pertenecían. Comenté que era de un
entierro Chanka, por la forma circular de la construcción. A través de su evangelismo, la gente de
Cunya se ubica en una comunidad mucho más amplia. En ese sentido, contrasta con el catolicismo
llamado “popular” que caracterizó a esas comunidades a lo largo de varios siglos. Este catolicismo
Los santos y las fiestas fijaron la fe y la comunidad en una geografía sagrada, el evangelismo es
desterritorializado. Esta desterritorialización de la fe lleva consigo una reformación de la conciencia:
una reformación del individuo y de la comunidad. Con un 83.7 porciento de la población analfabeta,
a diferencia del 18 por ciento en el nivel nacional. Sugerimos que la Biblia está convertida no sólo
en un texto de la verdad, sino en un texto mágico que, infundio por la fuerza de las emociones y el
poder de la imaginación, permite vivir un evangelismo sumamente “encantado” .
A diferencia de la vitalidad de las iglesias evangélicas, los católicos no han logrado reconstruir sus
templos, sus imágenes y sus fiestas patronales. Las iglesias muestran todo el daño que sufrieron con
la violencia, como testigos mudos del tiempo que pasó; ahora sirven, en el mejor de los casos, como
corralones de animales, urinarios o terreones de vigilancia. Pareciera que, una vez destrozados los
iconos de la fe e interrumpidas sus celebraciones, la fe misma perdió su sentido. Parece que la
individualización y la reconstrucción de la comunidad no están opuestos. Estamos volviendo luego
de padecer tanto sufrimiento, con otras ideas, con trabajo individual, pero también como en ayni
comunal. Tanto la identidad como colectiva es múltiple, situacional y estratégica.

COMUNIDADES RURALES Y GLOBALIZACIÓN


A la resignación cultural y la trascendencia de lo que significa vivir humanamente, se agregan las
epectativas que surgen en estas poblaciones pasada la violancia. Esta situación se articula con la
redefinición de las formas de presencia del Estado en el campo, y la multiplicación de las ONGs que
intentan responder a algunas de las multiples demandas de la población. Esta doble presencia de
iniciativas locales y respuestas gubernamentales y no gubernamentales, ha permitido que en los tres
últimos años la población rural haya permitido reconstruir sus comunidades y economías. El
propósito central de estos proyectos, respecto al futuro de estas poblaciones, es la construcción de
una vida urbana.
Además, estos temores se han nutrido por la presencia evangélica de Visión Mundial. Esta ONG
transnacional viene trabajando en la zona desde hace cuatro años con el programa de Patrocinio. El
programa consiste en “vender” historias y rostros de niños y niñas a las iglesias evangélicas de los
Estados Unidos e Inglaterra. En este mercado de niños, los niños son extraídos de su contexto y sin
convertidos en un símbolo impregnado por el contenido elaborado por Visión Mundial. Caras un
poco sucias, sonrias tímidas, sombreros y polleras se convierten en símbolos de una guerra en un
país definido como “otro” y subdesarrollado. Por otro lado, para los evangélicos norteamericanos e
ingleses, “adoptar” a los niños les permite imaginar una relación transnacional y afectiva en la cual
desempeñan el papel de benefactores. Sin embargo, aun siendo Visión Mundial una ONG cristiana,
que trabaja con promotores cristianos, ha tenido dificultades sobre todo en aquellas poblaciones que
no salieron de la zona durante la violencia. En Pampalca, por ejemplo, los padres de familia no
permiten que sus hijos participen del programa, porque la inscripción es señal de “la marca de la
bestia”. Además, indican que sin duda las fotos de los niños están compiladas en un álbum que
Visión Mundial circula en el etranjero para que los “gringos” puedan escoger al niño o niña que van
a sacar de la comunidad. A diferencia de las mujeres que ven con desconfianza y a veces con terror
estos procesos de modernización e intregración, los varones tienden a ver el mercado como fuente de
nuevas oportunidades. Esta postura frente al mercado y el acceso al conocimiento extralocal
conclusiones
Lo que hemos intentado en esta ponencia es examinar la intersección del ámbito local con el ámbito
global en comunidades deslocalizadas, a través de la comunidad de discurso que se construye en
torno a la Biblia. Lo que hemos constatado es que vam construyendo prácticas culturales bajo la
búsqueda de rescatar la tradición, reinventar la tradición, pero con nuevas eperiencias y expectativas.
Como señala Rosaldo, “en contraste con el punto de vista clásico, que no ubica a la cultura como un
todo autónomo constituido de patrones coherentes, la cultura también puede ser concebida como una
formación más poderosa de intersecciones donde los procesos se entrelazan dentro de los límites o
más allá de éstos. Es evidente que la reformación de la comunidad que se está llevando a cabo utiliza
recursos tanto locales como globales para reelaborar un sentido de lo individual y lo comunal. Como
dicen los propios campesinos “hemos reconstruido para vivir como civilizados, para urbanizarnos.
Ya no vamos a vivir como antes”

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