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CONTRATO DE COMPRAVENTA DE MUEBLES E INMUEBLES

ARTICULO 1123.- Definición. Hay compraventa si una de las partes se obliga a


transferir la propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en dinero.

El derecho de propiedad está regulado en el art. 17 CN —salvo el instituto de la


expropiació n en favor del Estado o en la liquidació n de su patrimonio por quiebra—
nadie está obligado a disponer de su propiedad.

Vendedor: tiene la obligació n de transferir la propiedad de la cosa (bien)

Comprador: tiene la obligació n de pagar precio en dinero

La definició n propuesta por el art. 1123 CCyC resulta adecuada, pues identifica los
elementos esenciales del contrato: cosa y precio;

La finalidad econó mica: obligarse a transferir la propiedad.

Caracteres.

1) bilateral (art. 966 CCyC), pues emergen obligaciones para ambas partes
contratantes (transferir la propiedad de una cosa el vendedor, y pagar un
precio en dinero el comprador);
2) oneroso (art. 967 CCyC); ya que representa ventajas y sacrificios para ambas
partes;
3) en principio conmutativo (art. 968 CCyC); en tanto las ventajas para todos los
contratantes son ciertas. Sin embargo, puede ser aleatorio en los supuestos
contemplados por los arts. 1130 (cosa cierta que ha dejado de existir) y
1131(cosa futura) CCyC, o cuando así lo hayan previsto las partes en ejercicio
de la autonomía de la voluntad;
4) formal (art. 969 CCyC) en el caso de los bienes inmuebles (art. 1017 CC) y no
formal en los demá s supuestos;
5) nominado (art. 970 CCyC), ya que tiene una regulació n legal completa y
específica.
6) Paritario o de consumo

Compraventa y transmisión del dominio

Si bien la compraventa es un título causal idó neo para transmitir el dominio de una
cosa, no basta su celebració n para producir el efecto transmisivo; pues de
conformidad con lo dispuesto por el art. 1892 CCyC: “La adquisición derivada por
actos entre vivos de un derecho real requiere la concurrencia de título y modo
suficientes...”. El modo al que hace referencia el citado artículo es la tradició n
posesoria. En concordancia con ello, el art. 750 CCyC prevé que: “El acreedor no
adquiere ningún derecho real sobre la cosa antes de la tradición, excepto disposición
legal en contrario”.

Por ello es correcto definir, tal como lo propone el art. 1123 CCyC, que en virtud de la
compraventa el vendedor se obliga a transferir la propiedad de una cosa; pues con la
celebració n del contrato, revestido en su caso con las formas establecidas por la ley, se
tendrá el título causal, restando la obligació n de cumplir la tradició n posesoria a partir
de la cual quedará verificado el dominio en cabeza del comprador. Ello sin perjuicio de
la oponibilidad frente a terceros que en materia de bienes inmuebles requiere el art.
1893 CCyC.

ARTICULO 1124.- Aplicación supletoria a otros contratos. Las normas de este


Capítulo se aplican supletoriamente a los contratos por los cuales una parte se
obliga a:

a) transferir a la otra derechos reales de condominio, propiedad horizontal,


superficie, usufructo o uso, o a constituir los derechos reales de condominio,
superficie, usufructo, uso, habitación, conjuntos inmobiliarios o servidumbre, y
dicha parte, a pagar un precio en dinero;

b) transferir la titularidad de títulos valores por un precio en dinero.

La compraventa de algú n modo es el contrato paradigmá tico dentro de los contratos


de cambio; es por ello que, aun cuando desde el aspecto técnico la compraventa solo
puede referirse a la transmisió n del derecho real de dominio, el CCyC propone la
aplicació n supletoria de las normas de la compraventa a la transmisió n o constitució n
a título oneroso de otros derechos diferentes al dominio y que no existe un contrato
típico que los regule.

Así las normas de la compraventa resultan de aplicació n supletoria a los contratos que
transfieran derecho reales (art. 1887 CC), como el condominio, propiedad horizontal,
superficie, usufructo, uso, habitació n, conjuntos inmobiliarios o servidumbre.
También resultan aplicables supletoriamente las disposiciones de la compraventa a la
transmisió n onerosa de títulos valores.

ARTICULO 1125.- Compraventa y contrato de obra. Cuando una de las partes se


compromete a entregar cosas por un precio, aunque éstas hayan de ser
manufacturadas o producidas, se aplican las reglas de la compraventa, a menos
que de las circunstancias resulte que la principal de las obligaciones consiste en
suministrar mano de obra o prestar otros servicios. Si la parte que encarga la
manufactura o producción de las cosas asume la obligación de proporcionar una
porción substancial de los materiales necesarios, se aplican las reglas del
contrato de obra.

Distingue en qué casos el contrato debe considerarse como locació n de obra o como
compraventa. A tal fin se centra en la prestació n característica del contrato.

Locación de obra

De conformidad con lo dispuesto por el art. 1251 CCyC: “Hay contrato de obra o de
servicios cuando una persona, segú n el caso el contratista o el prestador de servicios,
actuando independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente, a realizar
una obra material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribució n”.

Consecuente con ello, si la obligació n nuclear del contrato consiste en la ejecució n de


la obra cuyo dominio debe ser transmitido, el CCyC dispone que será n de aplicació n
las reglas de la locació n de obra.

Así también deberá entenderse que resulta una locació n de obra si una parte
substancial de los materiales con que debe ejecutarse la obra es provista por el que la
encarga (comitente). La solució n resulta razonable, pues si los materiales son
provistos por el comitente, el contrato se aleja de la compraventa en la que lo esencial
es la transmisió n de la propiedad de la cosa vendida.

Compraventa

Si no se dan ninguno de los supuestos contemplados anteriormente, el contrato debe


reputarse como compraventa.

ARTICULO 1126.- Compraventa y permuta. Si el precio consiste parte en dinero y


parte en otra cosa, el contrato es de permuta si es mayor el valor de la cosa y de
compraventa en los demás casos.

1. Introducción

La obligació n del comprador en la compraventa es el pago de un precio cierto en


dinero. Pero bien puede ocurrir que nos encontremos frente a lo que se ha dado en
denominar “precio mixto”, esto es que parte del precio sea pagado en dinero y parte
del precio mediante la transmisió n de la propiedad de otra cosa. Pensemos, por caso,
que una persona adquiere el dominio de un automotor y en contraprestació n por
dicha transmisió n transfiere al enajenante la propiedad de otro automotor má s una
suma de dinero.

¿En tal caso el contrato debe reputarse compraventa o permuta?


2. Interpretación

El CCyC resuelve la situació n planteada teniendo en consideració n cual cosa tiene


mayor incidencia en el precio: la cosa intercambiada o la suma de dinero.

2.1. Compraventa

Si la parte del precio en dinero es mayor o igual a la otra cosa se aplican las reglas de
la compraventa.

2.2. Permuta

Si el valor de la cosa intercambiada tiene mayor valor que el precio en dinero pagado,
el contrato debe reputarse permuta.

ARTICULO 1127.- Naturaleza del contrato. El contrato no debe ser juzgado como
de compraventa, aunque las partes así lo estipulen, si para ser tal le falta algún
requisito esencial.

Si bien las partes tienen aptitud para calificar los contratos que crean, no es dable
entender que se trata de una compraventa si el negocio celebrado no reú ne los
requisitos esenciales de aquella.

ARTICULO 1128.- Obligación de vender. Nadie está obligado a vender, excepto que
se encuentre sometido a la necesidad jurídica de hacerlo.

Principio General: como ló gica consecuencia de ser la compraventa un acto voluntario,


el art. 1128 CCyC dispone, que nadie está obligado a vender.

La Excepción: a este principio lo constituye el supuesto en que el vendedor se


encuentre sometido a la necesidad jurídica de hacerlo.

ARTÍCULO 1129.- Cosa vendida. Pueden venderse todas las cosas que pueden ser
objeto de los contratos.
Puede ser objeto de este contrato todo aquello que se halla en el comercio y también
la cosa futura.

Caracteres

De conformidad con lo dispuesto por los arts. 1003 a 1011 CCyC referidos al objeto de
los contratos, la cosa objeto de la compraventa debe ser:
 determinada o determinable en su especie o género segú n el caso, aunque no
lo estén en su cantidad, si esta puede ser determinada. Es determinable cuando
se establecen los criterios suficientes para su individualizació n;
 susceptible de valoració n econó mica;
 no prohibido: no pueden ser objeto de la compraventa aquellos bienes que
por un motivo especial se prohíben que lo sean. Ejemplo de estos lo
constituyen las cosas que está n fuera del comercio (art. 234 CCyC); las cosas
sobre las que pesa una incapacidad de derecho para contratar (art. 1002 CCyC).

ARTÍCULO 1130.- Cosa cierta que ha dejado de existir. Si la venta es de cosa cierta
que ha dejado de existir al tiempo de perfeccionarse el contrato, éste no produce
efecto alguno. Si ha dejado de existir parcialmente, el comprador puede
demandar la parte existente con reducción del precio.
Puede pactarse que el comprador asuma el riesgo de que la cosa cierta haya
perecido o esté dañada al celebrarse el contrato. El vendedor no puede exigir el
cumplimiento del contrato si al celebrarlo sabía que la cosa había perecido o
estaba dañada.

La cosa objeto del contrato de compraventa debe ser existente al tiempo del contrato
o susceptible de existencia (cosa futura). Siendo que la cosa es un elemento esencial
del contrato de compraventa, si se trata de cosa cierta y esta ha dejado de existir al
tiempo de la celebració n, como principio general el contrato no surte efectos.

La excepción a dicho principio general de ineficacia lo prevé el segundo pá rrafo del


art. 1130 CCyC. Se trata del supuesto en que el comprador asume el riesgo de que la
cosa cierta deje de existir o esté dañ ada. En tal caso el contrato de compraventa es
aleatorio (art. 968 CCyC).

ARTÍCULO 1131.- Cosa futura. Si se vende cosa futura, se entiende sujeta a la


condición suspensiva de que la cosa llegue a existir.
El vendedor debe realizar las tareas y esfuerzos que resulten del contrato, o de las
circunstancias, para que ésta llegue a existir en las condiciones y tiempo
convenidos.
El comprador puede asumir, por cláusula expresa, el riesgo de que la cosa no
llegue a existir sin culpa del vendedor.

2.1. Principio general: condició n suspensiva


El principio general que rige a la compraventa de cosa futura es que se trata de una
compraventa sujeta a la condició n suspensiva: “que la cosa llegue a existir”; por
consiguiente, si esta no llega a existir sin culpa del deudor, el contrato no surtirá sus
efectos por carecer de uno de sus elementos esenciales.

2.2. Obligació n del vendedor


El vendedor está obligado a poner la diligencia necesaria (“tareas y esfuerzos que
resulten del contrato, o de las circunstancias”) para lograr que la cosa llegue a existir
en las condiciones y tiempo convenidos.

2.3. Excepció n: contrato aleatorio


En ejercicio de la autonomía de la voluntad, el comprador puede asumir expresamente
el riesgo de que la cosa no llegue a existir sin culpa del vendedor. En ese caso, la
compraventa será aleatoria (art. 968 CCyC). En este supuesto la compraventa no se
encuentra sujeta a condició n suspensiva: por consiguiente si, pese la diligencia puesta
por el vendedor para que la cosa llegue a existir, esta no llega a hacerlo, el comprador
no obstante estará obligado al pago del precio convenido.

ARTÍCULO 1132.- Cosa ajena. La venta de la cosa total o parcialmente ajena es


válida, en los términos del artículo 1008. El vendedor se obliga a transmitir o
hacer transmitir su dominio al comprador.

El principio general
El principio general sustentado por el art. 1132 CCyC en armonía con lo dispuesto por
el art. 1008 CCyC es que la venta de cosa total o parcialmente ajena es vá lida.

La obligación del vendedor


Dispone el art. 1132 CCyC que el vendedor se obliga a transmitir o hacer transmitir su
dominio al comprador. Dicha obligació n no es má s que la descripció n concreta para la
compraventa de la obligació n genérica a que refiere el art. 1008 CCyC al regular en el
objeto de los contratos la situació n de los bienes ajenos.

Dicho precepto dispone: “Si el que promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de


la promesa, sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se
realice, y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados”.

De esta manera podemos concluir, como principio general, que el vendedor de cosa
ajena asume la obligació n de adquirirla de su dueñ o para transmitírsela al comprador;
para hacer que el dueñ o se la transmita al comprador.

Obviamente, quien no queda personalmente obligado, por no ser parte del contrato, es
el dueñ o de la cosa vendida.

En principio, la obligació n del vendedor debe reputarse como una obligació n de


medios; por lo que, si empleando la diligencia necesaria no logra el éxito de la
promesa, no incurre en responsabilidad alguna. Mas, si el vendedor no emplea la
diligencia necesaria, o la cosa no se transmite al comprador por su culpa, el vendedor
será responsable por los dañ os causados.

La garantía del éxito de la promesa


La excepció n al principio que la naturaleza de la obligació n del vendedor es la de
emplear los medios para que la promesa se cumpla, lo constituye la garantía del
vendedor del éxito de la promesa. En tal supuesto, si la promesa no se cumple, aunque
el vendedor haya empleado la diligencia exigible, deberá indemnizar los dañ os.

Venta de bienes ajenos como propios


Lo dispuesto en el primer pá rrafo del art. 1008 CCyC y del art. 1132 CCyC cuyo aná lisis
precede, rige para el supuesto de que tanto el comprador como el vendedor saben que
el contrato versa sobre cosa ajena. En caso de que el vendedor vendiera bienes ajenos
como propios, es responsable de los dañ os si no hace entrega de ellos (art. 1008, pá rr.
2, CCyC).

ARTÍCULO 1133.- Determinación del precio. El precio es determinado cuando las


partes lo fijan en una suma que el comprador debe pagar, cuando se deja su
indicación al arbitrio de un tercero designado o cuando lo sea con referencia a
otra cosa cierta. En cualquier otro caso, se entiende que hay precio válido si las
partes previeron el procedimiento para determinarlo.

ARTÍCULO 1134.- Precio determinado por un tercero. El precio puede ser


determinado por un tercero designado en el contrato o después de su celebración.
Si las partes no llegan a un acuerdo sobre su designación o sustitución, o si el
tercero no quiere o no puede realizar la determinación, el precio lo fija el juez por
el procedimiento más breve que prevea la ley local.

El segundo de los elementos esenciales de la compraventa es el precio. De


conformidad con lo dispuesto por el art. 1123 CCyC, el precio debe ser en dinero. A su
vez, el art. 765 CCyC, en materia de obligaciones de dar dinero prevé: “La obligación es
de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda determinada o determinable,
al momento de la constitución de la obligación”.
Es decir que el precio en dinero debe estar determinado o, al menos, ser determinable.

Modos de determinación del precio


El precio es determinado cuando:
 lo fijan las partes;
 se deja su indicació n al arbitrio de un tercero que designan las partes en el
contrato mismo o con posterioridad a su celebració n;
 se determine con relació n a otra cosa cierta; o
 las partes fijen un procedimiento para determinarlo.

Fijación por un tercero


El art. 1134 CCyC, en armonía con lo que dispone el art. 1006 CC en materia de objeto,
prevé que si las partes acordaron dejar la determinació n del precio al arbitrio de un
tercero, mas luego no se ponen de acuerdo sobre la designació n o sustitució n del
tercero; o este no quiere o no puede llevar a cabo la determinació n, el precio será
fijado por el juez aplicá ndose al efecto el procedimiento local má s breve.
El precio fijado por el tercero es irrevocable, salvo connivencia de una de las partes y
el tercero.
Cosas muebles
En el caso de que la cosa vendida sea mueble, rige la presunció n prevista en el art.
1143 CCyC.

ARTÍCULO 1135.- Precio no convenido por unidad de medida de superficie. Si el


objeto principal de la venta es una fracción de tierra, aunque esté edificada, no
habiendo sido convenido el precio por unidad de medida de superficie y la
superficie de terreno tiene una diferencia mayor del cinco por ciento con la
acordada, el vendedor o el comprador, según los casos, tiene derecho de pedir el
ajuste de la diferencia. El comprador que por aplicación de esta regla debe pagar
un mayor precio puede resolver la compra.

ARTÍCULO 1136.- Precio convenido por unidad de medida de superficie. Si el


precio es convenido por unidad de medida de superficie, el precio total es el que
resulta en función de la superficie real del inmueble. Si lo vendido es una
extensión determinada, y la superficie total excede en más de un cinco por ciento
a la expresada en el contrato, el comprador tiene derecho a resolver.

Los arts. 1135 y 1136 CCyC prevén dos formas de determinació n del precio de los
inmuebles. El primero es el precio convenido por unidad de medida de superficie. En
este caso, las partes previeron cuá l es la superficie del inmueble vendido y
establecieron el precio del mismo.

En el segundo caso, las partes fijaron el valor de la unidad de medida, pongamos por
caso el precio del metro cuadrado. En tal caso el precio de la venta será el resultado de
multiplicar el valor de la unidad de medida por la superficie real del inmueble.

En los dos sistemas de fijació n del precio antes aludido puede ocurrir que exista una
diferencia entre la superficie real y la determinada en el contrato.

Precio no convenido por unidad de medida de superficie


En el caso del precio no convenido por unidad de medida de superficie, si el terreno
tiene una diferencia mayor del cinco por ciento de la acordada, el que se perjudica con
la diferencia puede pedir el ajuste de la misma. Si como resultado del ajuste, el
comprador debe pagar un precio mayor, puede resolver la compra. La solució n es
ló gica pues el comprador asumió la obligació n de un precio determinado y no
necesariamente quiere o puede pagar un precio mayor.

Precio convenido por unidad de medida de superficie


En el caso del precio convenido por unidad de medida de superficie y de que se
hubiera expresado en el contrato una extensió n determinada, si la superficie real
supera en má s de un cinco por ciento a la expresada, el comprador tiene derecho a
resolver el contrato.
El fundamento de esta facultad coincide con el expuesto en el punto anterior.
Obligaciones del vendedor

ARTÍCULO 1137.- Obligación de transferir. El vendedor debe transferir al


comprador la propiedad de la cosa vendida. También está obligado a poner a
disposición del comprador los instrumentos requeridos por los usos o las
particularidades de la venta, y a prestar toda cooperación que le sea exigible
para que la transferencia dominial se concrete.

ARTÍCULO 1138.- Gastos de entrega. Excepto pacto en contrario, están a cargo del
vendedor los gastos de la entrega de la cosa vendida y los que se originen en la
obtención de los instrumentos referidos en el artículo 1137. En la compraventa de
inmuebles también están a su cargo los del estudio del título y sus antecedentes y,
en su caso, los de mensura y los tributos que graven la venta.

ARTÍCULO 1139.- Tiempo de entrega del inmueble. El vendedor debe entregar el


inmueble inmediatamente de la escrituración, excepto convención en contrario.

ARTÍCULO 1140.- Entrega de la cosa. La cosa debe entregarse con sus accesorios,
libre de toda relación de poder y de oposición de tercero.

La obligació n nuclear del vendedor es transferir al comprador la propiedad de la cosa


vendida; de hecho, es la prestació n que define al contrato juntamente con el pago del
precio a cargo del comprador (art. 1123 CCyC).

Obligación nuclear
El art. 1137 CCyC enuncia la obligació n nuclear del vendedor que es transferir al
comprador la propiedad de la cosa vendida.

Deberes secundarios
El CCyC, en la Secció n referida a las obligaciones del vendedor, enuncia una cantidad
de conductas que este debe asumir y que coadyuvan al cumplimiento de la obligació n
nuclear descripta.

En tal sentido son deberes del vendedor:


 poner a disposició n del comprador los instrumentos requeridos por los usos o
las particularidades de la venta (art. 1137 CCyC) y asumir los costos que
demande su obtenció n (art. 1138 CCyC): así, por ejemplo, si se tratara de la
venta de un inmueble, deberá entregar el título de propiedad del bien;
 asumir los gastos que demande el estudio de título, mensura e impuestos que
eventualmente graven la venta (art. 1138 CCyC);
 prestar toda la cooperació n que le sea exigible para que la transferencia
dominial se concrete (art. 1137 CCyC);
 asumir los gastos de entrega, salvo pacto en contrario (art. 1138 CCyC);
 entregar en el plazo convenido (art. 1139 CCyC). En cuanto al plazo de entrega,
rige el principio de autonomía de la voluntad. Si nada previeran las partes, en
materia inmobiliaria supletoriamente se prevé que la entrega debe hacerse
inmediatamente de la escrituració n. En el caso de las cosas muebles, rige lo
dispuesto por el art. 1147 CCyC;
 entregar en las condiciones convenidas (art. 1140 CCyC). La entrega debe
efectuarse con sus accesorios; y como lo que se transmite es la posesió n, salvo
pacto en contrario, no debe existir sobre la cosa relació n alguna de poder (art.
1908 CCyC) ni oposició n de terceros.

Obligaciones del comprador

ARTÍCULO 1141.- Enumeración. Son obligaciones del comprador:


a. pagar el precio en el lugar y tiempo convenidos. Si nada se pacta, se entiende
que la venta es de contado;
b. recibir la cosa y los documentos vinculados con el contrato. Esta obligación de
recibir consiste en realizar todos los actos que razonablemente cabe esperar del
comprador para que el vendedor pueda efectuar la entrega, y hacerse cargo de la
cosa;
c. pagar los gastos de recibo, incluidos los de testimonio de la escritura pública y
los demás posteriores a la venta.

La obligació n nuclear del comprador es pagar el precio en el lugar y tiempo


convenido.
Las obligaciones secundarias se refieren a las conductas que le son exigibles al
comprador para que el vendedor pueda dar cumplimiento con sus obligaciones.

Obligación nuclear: pagar el precio


Tal como se deriva de la definició n misma de la compraventa (art. 1123 CCyC), la
obligació n nuclear del comprador es pagar el precio.
En cuanto al lugar y tiempo del pago, rige el principio de autonomía de la voluntad,
por cuanto, si las partes lo han previsto, el pago debe hacerse en el lugar y tiempo
convenido.
Supletoriamente, para el caso que las partes no hubieran fijado el tiempo en que debe
efectuarse el pago, se entiende que la venta es de contado.

Obligación secundaria: recibir la cosa vendida


El comprador asume deberes agregados de conducta que son los que coadyuvan a
permitir al vendedor dar cumplimiento con su obligació n nuclear.
Estos deberes u obligaciones secundarias son:

a. recibir la cosa y los documentos vinculados al contrato: el inc. b del art. 1441 CCyC
explica el alcance con el que debe entenderse dicha obligació n. En tal sentido expresa
que consiste en realizar todos los actos que razonablemente cabe esperar del
comprador para que el vendedor pueda efectuar la entrega, y hacerse cargo de la cosa.
Esta obligació n resulta de suma importancia puesto que, antes de la entrega de la cosa
vendida, los riesgos de la misma corren a cargo del vendedor (art. 1151 CCyC). Es por
ello que, si el comprador fuera remiso en su obligació n de recibir la cosa, el vendedor
podrá consignar judicialmente la cosa vendida a fin de liberarse de su obligació n;
b. pagar los gastos de recibo, incluido los de testimonio de la escritura pú blica y los
posteriores a la venta.

Compraventa de cosas muebles


ARTICULO 1142.- Regla de interpretación. Las disposiciones de esta Sección no
excluyen la aplicación de las demás normas del Capítulo en cuanto sean
compatibles.

Precio
ARTICULO 1143.- Silencio sobre el precio. Cuando el contrato ha sido válidamente
celebrado, pero el precio no se ha señalado ni expresa ni tácitamente, ni se ha
estipulado un medio para determinarlo, se considera, excepto indicación en
contrario, que las partes han hecho referencia al precio generalmente cobrado en
el momento de la celebración del contrato para tales mercaderías, vendidas en
circunstancias semejantes, en el tráfico mercantil de que se trate.

En el caso de las cosas muebles, si las partes no determinaran el precio por ninguno de
los mecanismos expuestos, el CCyC prevé, excepto indicació n en contrario, que las
partes han hecho referencia al precio generalmente cobrado en el momento de la
celebració n del contrato para tales mercaderías, vendidas en circunstancias
semejantes, en el trá fico mercantil de que se trate.

Para que rija la presunció n de que las partes se han ajustado al precio del mercado es
necesario que:
a. la cosa vendida sea mueble;
b. no exista disposició n en contrario de las partes;
c. las partes no hayan previsto ningú n otro mecanismo de determinació n del
precio;
d. el contrato cumpla con el resto de sus requisitos esenciales.

ARTICULO 1144.- Precio fijado por peso, número o medida. Si el precio se fija con
relación al peso, número o medida, es debido el precio proporcional al número,
peso o medida real de las cosas vendidas. Si el precio se determina en función del
peso de las cosas, en caso de duda, se lo calcula por el peso neto.

En el caso de los bienes inmuebles, el CCyC regula los supuestos en que el precio haya
sido convenido por unidad de medida de superficie (art. 1135 CCyC).

Para los bienes muebles, el supuesto contemplado por el art. 1144 CCyC es el del
precio fijado por peso, nú mero o medida. Sería, por ejemplo, el caso en que se fija el
valor del kilogramo de una mercadería, o de la unidad de la mercadería, o del metro
de la mercadería vendida.
Entrega de la documentación

ARTICULO 1145.- Entrega de factura. El vendedor debe entregar al comprador una


factura que describa la cosa vendida, su precio, o la parte de éste que ha sido
pagada y los demás términos de la venta. Si la factura no indica plazo para el
pago del precio se presume que la venta es de contado. La factura no observada
dentro de los diez días de recibida se presume aceptada en todo su contenido.

Excepto disposició n legal, si es de uso no emitir factura, el vendedor debe entregar un


documento que acredite la venta.

El art. 1145 CCyC prevé que el vendedor debe entregar al comprador una factura.
Dicha factura debe describir la cosa vendida, el precio o la parte de este que ha sido
pagada y las demá s condiciones de la venta.

En los casos en los que la ley o los usos no exigen el otorgamiento de factura, el
vendedor debe entregar un documento que acredite la venta.

El CCyC imputa los siguientes efectos a la factura que el vendedor emite:

 sin plazo: si la factura no indica plazo para el pago del precio se presume que la
venta es de contado;

 no observada: la factura no observada dentro de los diez días de recibida se


presume aceptada en todo su contenido.

ARTICULO 1146.- Obligación de entregar documentos. Si el vendedor está obligado a


entregar documentos relacionados con las cosas vendidas, debe hacerlo en el
momento, lugar y forma fijados por el contrato. En caso de entrega anticipada de
documentos, el vendedor puede, hasta el momento fijado para la entrega,
subsanar cualquier falta de conformidad de ellos, si el ejercicio de ese derecho no
ocasiona inconvenientes ni gastos excesivos al comprador.

 Tiempo, lugar y forma: el vendedor debe entregar los documentos


relacionados con las cosas vendidas en el momento, lugar y forma previstos en
el contrato.
 Entrega anticipada: en caso de que el vendedor hiciera entrega anticipada de
los documentos, puede subsanar cualquier falta de conformidad de ellos hasta
la fecha fijada para la entrega, no debiendo ello ocasionar inconvenientes ni
gastos excesivos al comprador.

Entrega de la cosa
ARTICULO 1147.- Plazo para la entrega de la cosa. La entrega debe hacerse dentro de
las veinticuatro horas de celebrado el contrato, excepto que de la convención o los
usos resulte otro plazo.

ARTICULO 1148.- Lugar de entrega de la cosa. El lugar de la entrega es el que se


convino, o el que determinen los usos o las particularidades de la venta. En su
defecto, la entrega debe hacerse en el lugar en que la cosa cierta se encontraba al
celebrarse el contrato.

Principio general: autonomía de la voluntad


En cuanto al tiempo y lugar en que el vendedor debe dar cumplimiento con la
obligació n de entregar la cosa vendida, rige el principio de la autonomía de la
voluntad; por consiguiente, el tiempo y lugar de entrega será el pactado.

Falta de previsión de las partes


Si las partes no hubieran previsto el lugar y tiempo en que el vendedor debe entregar
al comprador la cosa mueble vendida, se aplican supletoriamente los siguientes
criterios:

 el tiempo y lugar que determinen los usos;


 si no existieran usos respecto al tiempo, la entrega debe hacerse dentro de las
24 horas de celebrado el contrato;
 si no existieran usos o particularidades de la venta que determinen el lugar en
que debe entregarse la cosa mueble vendida, esta deberá entregarse en el lugar
en que la cosa cierta se encontraba al momento de celebrarse el contrato.

ARTICULO 1149.- Puesta a disposición de las cosas vendidas. Endoso de mercaderías


en tránsito. Las partes pueden pactar que la puesta a disposición de la
mercadería vendida en lugar cierto y en forma incondicional tenga los efectos de
la entrega, sin perjuicio de los derechos del comprador de revisarla y expresar su
no conformidad dentro de los diez días de retirada. También pueden pactar que
la entrega de la mercadería en tránsito tenga lugar por el simple consentimiento
de las partes materializado en la cesión o el endoso de los documentos de
transporte desde la fecha de su cesión o endoso.

ARTICULO 1150.- Entrega anticipada de cosas no adecuadas al contrato. En caso de


entrega anticipada de cosas no adecuadas al contrato, sea en cantidad o calidad,
el vendedor puede, hasta la fecha fijada:

a) entregar la parte o cantidad que falte de las cosas;


b) entregar otras cosas en sustitución de las dadas o subsanar cualquier falta de
adecuación de las cosas entregadas a lo convenido, siempre que el ejercicio de ese
derecho no ocasione al comprador inconvenientes ni gastos excesivos; no
obstante, el comprador conserva el derecho de exigir la indemnización de los
daños.
ARTICULO 1151.- Riesgos de daños o pérdida de las cosas. Están a cargo del vendedor
los riesgos de daños o pérdida de las cosas, y los gastos incurridos hasta ponerla
a disposición del comprador en los términos del artículo 1149 o, en su caso, del
transportista u otro tercero, pesada o medida y en las demás condiciones
pactadas o que resulten de los usos aplicables o de las particularidades de la
venta.

Puesta a disposición
Las partes pueden pactar que la puesta a disposició n de la mercadería en lugar cierto
y en forma incondicional surta los efectos de la entrega. En tal supuesto, le asiste al
comprador el derecho de inspeccionarla y expresar su conformidad dentro de los diez
días de recibida.

Endoso
Las partes pueden prever que la entrega de mercadería en trá nsito opere con el mero
consentimiento de las partes materializado en la cesió n o endoso de los documentos
del transporte.

Entrega anticipada
Si el vendedor entregara anticipadamente la mercadería y esta no fuera adecuada al
contrato, sea en cantidad o calidad, puede hasta la fecha fijada para la entrega
completar el faltante de cosas o sustituir las dadas o subsanar cualquier falta de
adecuació n. Ello no debe ocasionar inconvenientes ni gastos excesivos al comprador,
quien conserva la facultad de reclamar los dañ os y perjuicios.

Riesgo de la cosa
Antes de la entrega de la cosa, son a cargo del vendedor los riesgos de dañ os o
pérdida. Ello resulta una aplicació n del principio que las cosas perecen para su dueñ o.

Recepción de la cosa y pago del precio

ARTICULO 1152.- Tiempo del pago. El pago se hace contra la entrega de la cosa,
excepto pacto en contrario. El comprador no está obligado a pagar el precio
mientras no tiene la posibilidad de examinar las cosas, a menos que las
modalidades de entrega o de pago pactadas por las partes sean incompatibles
con esta posibilidad.

ARTICULO 1153.- Compraventa sobre muestras. Si la compraventa se hace sobre


muestras, el comprador no puede rehusar la recepción si la cosa es de igual
calidad que la muestra.

ARTICULO 1154.- Compraventa de cosas que no están a la vista. En los casos de cosas
que no están a la vista y deben ser remitidas por el vendedor al comprador, la
cosa debe adecuarse al contrato al momento de su entrega al comprador, al
transportista o al tercero designado para recibirla.
ARTICULO 1155.- Cosas que se entregan en fardos o bajo cubierta. Si las cosas muebles
se entregan en fardo o bajo cubierta que impiden su examen y reconocimiento, el
comprador puede reclamar en los diez días inmediatos a la entrega, cualquier
falta en la cantidad o la inadecuación de las cosas al contrato.

El vendedor puede exigir que en el acto de la entrega se haga el reconocimiento


íntegro de la cantidad y de la adecuación de las cosas entregadas al contrato, y en
ese caso no hay lugar a reclamos después de recibidas.
ARTICULO 1156.- Adecuación de las cosas muebles a lo convenido. Se considera que las
cosas muebles son adecuadas al contrato si:
a) son aptas para los fines a que ordinariamente se destinan cosas del mismo
tipo;

b) son aptas para cualquier fin especial que expresa o tácitamente se haya hecho
saber al vendedor en el momento de la celebración del contrato, excepto que de
las circunstancias resulte que el comprador no confió o no era razonable que
confiara, en la idoneidad y criterio del vendedor;

c) están envasadas o embaladas de la manera habitual para tales mercaderías o,


si no la hay, de una adecuada para conservarlas y protegerlas;

d) responden a lo previsto en el artículo 1153.

El vendedor no es responsable, a tenor de lo dispuesto en los incisos a) y c) de este


artículo, de la inadecuación de la cosa que el comprador conocía o debía conocer
en el momento de la celebración del contrato.

ARTICULO 1157.- Determinación de la adecuación de las cosas al contrato. En los casos


de los artículos 1153 y 1154 el comprador debe informar al vendedor sin demora
de la falta de adecuación de las cosas a lo convenido.

La determinación de si la cosa remitida por el vendedor es adecuada al contrato


se hace por peritos arbitradores, excepto estipulación contraria.

Si las partes no acuerdan sobre la designación del perito arbitrador, cualquiera


de ellas puede demandar judicialmente su designación dentro del plazo de
caducidad de treinta días de entrega de la cosa. El juez designa el arbitrador.

ARTICULO 1158.- Plazo para reclamar por los defectos de las cosas. Si la venta fue
convenida mediante entrega a un transportista o a un tercero distinto del
comprador y no ha habido inspección de la cosa, los plazos para reclamar por las
diferencias de cantidad o por su no adecuación al contrato se cuentan desde su
recepción por el comprador.

ARTICULO 1159.- Compraventa por junto. Si la venta es por una cantidad de cosas
“por junto” el comprador no está obligado a recibir sólo una parte de ellas,
excepto pacto en contrario. Si la recibe, la venta y transmisión del dominio
quedan firmes a su respecto.

ARTICULO 1160.- Compraventas sujetas a condición suspensiva. La compraventa está


sujeta a la condición suspensiva de la aceptación de la cosa por el comprador si:

a) el comprador se reserva la facultad de probar la cosa;

b) la compraventa se conviene o es, de acuerdo con los usos, “a satisfacción del


comprador”.

El plazo para aceptar es de diez días, excepto que otro se haya pactado o emane
de los usos. La cosa se considera aceptada y el contrato se juzga concluido cuando
el comprador paga el precio sin reserva o deja transcurrir el plazo sin
pronunciarse.

ARTICULO 1161.- Cláusulas de difusión general en los usos internacionales. Las


cláusulas que tengan difusión en los usos internacionales se presumen utilizadas
con el significado que les adjudiquen tales usos, aunque la venta no sea
internacional, siempre que de las circunstancias no resulte lo contrario.

ARTÍCULO 1162.- Compraventa con cláusula pago contra documentos. En la


compraventa de cosas muebles con cláusula “pago contra documentos”,
“aceptación contra documentos” u otras similares, el pago, aceptación o acto de
que se trate sólo puede ser rehusado por falta de adecuación de los documentos
con el contrato, con independencia de la inspección o aceptación de la cosa
vendida, excepto que lo contrario resulte de la convención o de los usos, o que su
falta de identidad con la cosa vendida esté ya demostrada.

Si el pago, aceptación o acto de que se trate debe hacerse por medio de un banco,
el vendedor no tiene acción contra el comprador hasta que el banco rehúse
hacerlo.

Algunas cláusulas que pueden ser agregadas al contrato de compraventa


En ejercicio de la autonomía de la voluntad, las partes son libres de determinar el
contenido del contrato del modo que estimen ajustado a sus intereses.
Las cláusulas especiales que regula el CCyC constituyen elementos accidentales del
contrato, por lo que solo estarán en la compraventa si las partes las han asumido
expresamente.

ARTICULO 1163.- Pacto de retroventa. Pacto de retroventa es aquel por el cual el


vendedor se reserva el derecho de recuperar la cosa vendida y entregada al
comprador contra restitución del precio, con el exceso o disminución convenidos.
El contrato sujeto a este pacto se rige por las reglas de la compraventa sometida
a condición resolutoria.

ARTICULO 1164.- Pacto de reventa. Pacto de reventa es aquel por el cual el


comprador se reserva el derecho de devolver la cosa comprada. Ejercido el
derecho, el vendedor debe restituir el precio, con el exceso o disminución
convenidos.

Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición resolutoria.

ARTICULO 1165.- Pacto de preferencia. Pacto de preferencia es aquel por el cual el


vendedor tiene derecho a recuperar la cosa con prelación a cualquier otro
adquirente si el comprador decide enajenarla. El derecho que otorga es personal
y no puede cederse ni pasa a los herederos.

El comprador debe comunicar oportunamente al vendedor su decisión de


enajenar la cosa y todas las particularidades de la operación proyectada o, en su
caso, el lugar y tiempo en que debe celebrarse la subasta.

Excepto que otro plazo resulte de la convención, los usos o las circunstancias del
caso, el vendedor debe ejercer su derecho de preferencia dentro de los diez días de
recibida dicha comunicación.

Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición resolutoria


ARTICULO 1166.- Pactos agregados a la compraventa de cosas registrables. Los pactos
regulados en los artículos precedentes pueden agregarse a la compraventa de
cosas muebles e inmuebles. Si la cosa vendida es registrable, los pactos de
retroventa, de reventa y de preferencia son oponibles a terceros interesados si
resultan de los documentos inscriptos en el registro correspondiente, o si de otro
modo el tercero ha tenido conocimiento efectivo.

Si las cosas vendidas son muebles no registrables, los pactos no son oponibles a
terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso.

ARTICULO 1167.- Plazos. Los pactos regulados en los artículos precedentes pueden
ser convenidos por un plazo que no exceda de cinco años si se trata de cosas
inmuebles, y de dos años si se trata de cosas muebles, contados desde la
celebración del contrato.
Si las partes convienen un plazo mayor se reduce al máximo legal. El plazo
establecido por la ley es perentorio e improrrogable.

ARTICULO 1168.- Venta condicional. Presunción. En caso de duda, la venta


condicional se reputa hecha bajo condición resolutoria, si antes del cumplimiento
de la condición el vendedor hace tradición de la cosa al comprador.
ARTICULO 1169.- Efecto de la compraventa sujeta a condición resolutoria. La
compraventa sujeta a condición resolutoria produce los efectos propios del
contrato, pero la tradición o, en su caso, la inscripción registral, sólo transmite el
dominio revocable.

Las clá usulas especiales previstas por el CCyC que pueden incluirse en el contrato de
compraventa son las siguientes:

1-Pacto de retroventa
 El pacto de retroventa es la facultad que tiene el vendedor de recuperar la cosa
vendida y entregada al comprador, restituyendo a este el precio con el exceso o
disminució n que se hubiera pactado.

 El pacto de reventa le permite al comprador devolver la cosa comprada,


debiendo restituir, en caso de ejercer la facultad, el precio con el exceso o
disminución que se hubiera convenido.

2-Pacto de preferencia
Concepto
El pacto de preferencia le permite al vendedor recuperar la cosa vendida con prelación a
cualquier otro adquirente, si el comprador decide enajenarla.
Diferencia con la retroventa
A diferencia del pacto de retroventa, en el de preferencia la facultad del vendedor solo
aparece si el vendedor decide enajenar.
Comunicación al vendedor
A fin de permitir el ejercicio de la facultad que le asiste al vendedor de recuperar la cosa
vendida, el comprador debe notificar al vendedor su decisión de enajenarla y todas las
particularidades de la operación proyectada o, en su caso, el lugar y tiempo en que debe
celebrarse la subasta.
Plazo para el ejercicio de la preferencia
Salvo que un pacto expreso o los usos y costumbres establezcan un plazo diferente, el
vendedor debe ejercer su preferencia dentro de los diez días de recibida la
comunicación.
Intransmisibilidad
El derecho emergente del pacto de preferencia es personal: no puede cederse ni se
transmite mortis causa
Naturaleza de los bienes. Oponibilidad a terceros
Los pactos de reventa, retroventa o preferencia pueden incluirse en contratos de
compraventa cuyo objeto sea tanto cosas muebles como inmuebles.
Los pactos son oponibles a terceros interesados si la cosa vendida es registrable y el
pacto resulta de los documentos inscriptos; es decir cuando el pacto incluido por las
partes en la compraventa tiene publicidad registral. También serán oponibles a los
terceros interesados si de otro modo han tenido conocimiento efectivo del pacto.
Si la cosa vendida es mueble no registrable, el pacto especial incluido en la compraventa
no es oponible a los terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso.
Plazos máximos
El CCyC impone un plazo máximo legal por el que pueden convenirse los pactos de
reventa, retroventa o preferencia. Si la cosa vendida es inmueble el plazo máximo de
vigencia del pacto no puede exceder de cinco años; y si es mueble de dos años. Si las
partes convienen un plazo mayor, se reduce al máximo legal. Dicho plazo máximo es
improrrogable y perentorio.

3-Contrato sujeto a condición resolutoria


Para los pactos previstos
La compraventa en la que se incorpora un pacto de retroventa, de reventa o de
preferencia se encuentra sometida a una condició n resolutoria; es decir que, si el
vendedor ejerce la facultad que le confiere la clá usula, el contrato queda resuelto (art.
1079, inc. b, CCyC)
Presunción
Si una venta es condicional y se hizo entrega de la cosa, en caso de duda, el CCyC le
reputa una condició n resolutoria. La solució n es ló gica puesto que si la condició n fuera
suspensiva, lo má s probable es que el vendedor no haga entrega de la cosa hasta que
no acaezca el hecho que determina el nacimiento del contrato.
Efectos
El contrato de compraventa sujeto a condició n resolutoria, produce sus efectos
propios, sin embargo, el dominio que eventualmente se transfiera es de tipo revocable
(art. 1946 CCyC).

Boleto de compraventa

ARTICULO 1170.- Boleto de compraventa de inmuebles. El derecho del comprador de


buena fe tiene prioridad sobre el de terceros que hayan trabado cautelares sobre
el inmueble vendido si:

a) el comprador contrató con el titular registral, o puede subrogarse en la


posición jurídica de quien lo hizo mediante un perfecto eslabonamiento con los
adquirentes sucesivos;

b) el comprador pagó como mínimo el veinticinco por ciento del precio con
anterioridad a la traba de la cautelar;

c) el boleto tiene fecha cierta;

d) la adquisición tiene publicidad suficiente, sea registral, sea posesoria.

ARTICULO 1171.- Oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra. Los boletos de


compraventa de inmuebles de fecha cierta otorgados a favor de adquirentes de
buena fe son oponibles al concurso o quiebra del vendedor si se hubiera abonado
como mínimo el veinticinco por ciento del precio. El juez debe disponer que se
otorgue la respectiva escritura pública. El comprador puede cumplir sus
obligaciones en el plazo convenido. En caso de que la prestación a cargo del
comprador sea a plazo, debe constituirse hipoteca en primer grado sobre el bien,
en garantía del saldo de precio.

Inscripción:
Escritura pú blica: para transmitir el dominio con efecto declarativo a 3º.

Inmuebles: Escritura Pública


Aeronaves: “ “
Buques: “ “ (o instrumento privado dependiendo del calado)

SE DEBERÁ MARCAR CON CLARIDAD QUE TIPO DE INFORME SE SOLICITA Y


UTILIZAR UN FORMULARIO POR CADA PEDIDO.
*1: Se emplea conociendo el nombre de la persona y la inscripció n dominial. El
resultado comprende la situació n jurídica del inmueble hasta el día anterior a la
presentació n del informe. Se emplea también para solicitar copias de antecedentes
registrados. En caso de má s de dos titulares utilizar Rubro 7. (Observaciones).

*2: Se emplea para consultar el Registro de Anotaciones Personales (Inhibició n-Cesió n


de acciones y derechos hereditarios). Utilizar un Formulario por persona con su
variante de casada si la hubiere. Consignar documento de identidad. En caso de ser
extranjero, documento de identidad del país de residencia.

*3: Se emplea para conocer titularidad dominial. Completar apellido(s) y nombre(s)


en Rubros 5 y 6, segú n corresponda. Utilizar un Formulario por persona.

*4: Se emplea para conocer só lo inscripció n dominial. Completar ú nicamente


ubicació n del Inmueble. En forma auxiliar si conoce titular, consígnelo.

*5: Se emplea para conocer la frecuencia de solicitudes de informes. Completar Rubro


4.

*6 Se emplea para obtener el resultado del Form. 4 y Form. 1. Consignar la ubicació n


del inmueble. Tratá ndose de inmuebles en propiedad Horizontal indicar si se conoce
unidad funcional, piso y presunto titular. En caso de no especificar unidad se dará
informació n de hasta 5 unidades por piso comenzando por la submatrícula de
numeració n inferior.

Permuta
ARTÍCULO 1172.- Definición. Hay permuta si las partes se obligan recíprocamente a
transferirse el dominio de cosas que no son dinero.

El contrato de permuta o trueque tiene una larga data en la economía del mundo, pues
antes de la acuñación de la moneda era el contrato de intercambio por excelencia. Si
bien a partir de la aparición de la moneda, la mayor parte de las operaciones de
trasmisión de la propiedad onerosa de cosas se celebra a través de compraventa, el
contrato de permuta sigue teniendo vigencia en la realidad negocial moderna.

El CCyC define a la permuta como el contrato que las partes se obligan recíprocamente a
transferirse el dominio de cosas que no son dinero.

La definición resulta acertada, pues se describen en ella las prestaciones esenciales de


las partes.
Por otro lado, también resulta acertada la mención efectuada por el CCyC en el sentido
de que las cosas intercambiadas no pueden ser dinero, pues en tal supuesto se trataría
de una compraventa y no de una permuta.

Si el precio fuera mixto, es decir se intercambiara la propiedad de una cosa por la


propiedad de otra, más una suma de dinero, de conformidad con lo dispuesto por el art.
1126 CCyC, el contrato solo es permuta si en relación al precio total, el valor de la cosa
es mayor al de la porción en dinero.

Caracteres

El contrato de permuta presenta los siguientes caracteres:

a) bilateral (art. 966 CCyC): puesto que ambas partes se obligan a transferir a la
otra la propiedad de una cosa;
b) oneroso (art. 967 CCyC): en tanto que el contrato representa ventajas y
sacrificios económicos para todas las partes;
c) conmutativo (art. 968 CCyC): en principio, el contrato es conmutativo ya que las
ventajas y pérdidas para ambas partes son ciertas. Sin embargo, el contrato
podrá ser aleatorio si las partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad
incorporan algún acontecimiento incierto del que dependan las ventajas o
sacrificios para una o ambas partes;
d) no formal (art. 969 CCyC), en el caso de los bienes muebles, y formal, si se trata
de inmuebles (art. 1017, inc. a, CCyC);
e) nominado (art. 970 CCyC), por contar con una regulación legal completa y
específica. ARTÍCULO 1173.- Gastos. Excepto pacto en contrario, los gastos
previstos en el artículo 1138 y todos los demás gastos que origine la permuta, son
soportados por los contratantes por partes iguales.

El art. 1138 CCyC en materia de compraventa prevé en relación a los gastos de entrega
que: “Excepto pacto en contrario, están a cargo del vendedor los gastos de la entrega de
la cosa vendida y los que se originen en la obtención de los instrumentos referidos en el
art. 1137. En la compraventa de inmuebles también están a su cargo los estudios del
título y sus antecedentes y, en su caso, los de mensura y los tributos que graven la venta”.
El art. 1138 CCyC pone en cabeza de quien debe entregar la cosa (vendedor) los gastos
que demande la entrega.
Teniendo en consideración que en la permuta ambas partes se obligan a transmitir la
propiedad de una cosa, es razonable la solución adoptada por el art. 1173 CCyC en el
sentido que, salvo pacto en contrario, los gastos que origine la permuta son soportados
por partes iguales.

ARTÍCULO 1174.- Evicción. El permutante que es vencido en la propiedad de la cosa


que le fue transmitida puede pedir la restitución de la que dio a cambio o su valor
al tiempo de la evicción, y los daños. Puede optar por hacer efectiva la
responsabilidad por saneamiento prevista en este Código.

El contrato de permuta, es un contrato oneroso, por consiguiente resulta un elemento


natural del mismo la garantía de saneamiento (art. 1033, inc. a, CCyC).
Sin perjuicio del tratamiento que en la parte general de los contratos prevé el CCyC
(arts. 1033 a 1050) en relación a la obligación de saneamiento y, en particular, de la
evicción; en materia de permuta, el art. 1174 CCyC prevé las opciones que le asisten al
co-permutante que ha sido vencido en la propiedad de la cosa que se le ha transmitido.
Tales opciones son:

1. pedir la restitución de la cosa que dio a cambio; o

2. pedir en dinero el valor de la cosa que dio a cambio.

3. hacer efectiva la responsabilidad por saneamiento que prevén los arts. 1039 y
1040 del CCyC.

ARTÍCULO 1175.- Norma supletoria. En todo lo no previsto por el presente Capítulo


se aplican supletoriamente las normas de la compraventa.

El art. 1175 CCyC remite supletoriamente a las disposiciones de la compraventa para


reglar los aspectos de la permuta que no hayan sido previstos en la regulación de la
misma.
La solución resulta razonable tomando en consideración la similitud que guardan
ambos contratos y la minuciosa regulación de la compraventa.

En atención a la aplicación supletoria a la permuta de las reglas de la compraventa, se


aplicarán a aquel contrato las disposiciones sobre:

1) Cosa (arts. 1129 a 1132 CC).


2) Obligaciones del vendedor: (arts. 1137, 1139 y 1140 CCyC).
3) Obligaciones del comprador: (art. 1141, inc. b, CCyC).
4) Las disposiciones pertinentes de compraventa de cosas muebles (Sección 6ª del
Capítulo Compraventa del CCyC).
5) Boleto de compraventa (arts. 1170 y 1171 CCyC).
Suministro
Este contrato en el CC. No se encontraba.

ARTICULO 1176.- Definición. Suministro es el contrato por el cual el suministrante


se obliga a entregar bienes, incluso servicios sin relación de dependencia, en
forma periódica o continuada, y el suministrado a pagar un precio por cada
entrega o grupo de ellas.

Función económica
La característica esencial de este contrato es la periodicidad o continuidad de varias
prestaciones singulares por parte del suministrante, vale decir que lo importante es la
actividad dirigida a proveer las cosas o servicios prometidos, en determinada cantidad y
calidad, según las necesidades previstas en el contrato, a cambio del pago del precio por
parte del suministrado. El suministrante debe asegurar el aprovisionamiento de
materias primas, mercaderías y productos imprescindibles para la continuación de la
producción, es decir, garantizar la disponibilidad constante de recursos a los agentes
económicos a los que les suministre.

De ello se advierte que a través de este contrato el empresario puede alcanzar la


satisfacción de ciertas necesidades estables de su negocio, principalmente en materia de
producción, asegurándose el aprovisionamiento continuo de materias primas, gas,
carbón, agua corriente, etc., y ahorrando el tiempo y los esfuerzos requeridos para su
obtención particularizada. Farina explica la importancia que posee este contrato en la
vida empresaria, dado que permite asegurar el aprovisionamiento de materias primas,
mercaderías y productos imprescindibles para la continuación de la producción,
energía, etc., vale decir que tiende a garantizar la disponibilidad constante de elementos
indispensables para la actividad industrial o su comercialización. Se trata de un típico
contrato de actividad, de duración en el tiempo, de periodicidad y continuidad de
prestaciones singulares, netamente identificado con la vida empresaria.

Mediante su utilización, el suministrante puede asegurarse la colocación constante de


una cantidad de productos, simplificando su comercialización, con la consiguiente
reducción de costos administrativos y el menor número de personal ocupado en estas
áreas.

Por su lado, el suministrado obtiene el material necesario para la continuación de la


producción, de una manera segura y rápida, evitando tener que celebrar distintos y
sucesivos contratos de compraventa o de locación, según el caso, cada vez que lo
requiera su actividad, como así también de desplegar toda una actividad para
procurárselos.

Sujetos
Las partes del contrato de suministro son:
 suministrante o abastecedor: sujeto que posee la organización y la solvencia
necesaria para cumplir con la entrega continua o periódica de las prestaciones
(bienes y servicios sin relación de dependencia) comprometidas;
 suministrado o abastecido: sujeto o empresa que, a cambio del pago de un
precio y para satisfacer necesidades ordinarias de su giro empresarial, requiere
la provisión de esos bienes o servicios en forma continua o periódica.

Clase de suministros
Conforme la necesidad que tiende a satisfacer, el suministro tiene diversas modalidades
que pueden ser:

1) de enajenación: los bienes o servicios pasan a propiedad del suministrado, en la


misma cantidad que fueron entregados (ej.: materias primas);

2) de consumo: los bienes son puestos a disposición del suministrado, quien se


apropia de ellos en la cantidad que aquel decida (ej.: agua, gas, electricidad, etc.);

3) de uso y goce: los bienes no se entregan en propiedad, sino para ser utilizados
por el suministrado según su voluntad.

Caracteres
1) Consensual (art. 957 CCyC): se perfecciona con el simple consentimiento de las
partes;
2) bilateral o sinalagmático (art. 966 CCyC): impone obligaciones recíprocas a las
dos partes: una se obliga a entregar periódica o continuamente una cantidad de
bienes o servicios (sin relación de dependencia) y a desarrollar toda una
actividad tendiente a proveerlos; la otra se obliga a pagar un precio por ello;
3) oneroso (art. 967 CCyC): tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes; la
prestación a cargo del proveedor (suministro de bienes en forma continua o
periódica) tiene su razón de ser en la contraprestación del suministrado (pago
del precio);
4) conmutativo (art 968 CCyC): cada contratante busca y obtiene una ventaja a
cambio de una prestación equivalente; las prestaciones se encuentran
determinadas al momento de la celebración del contrato y las ventajas o
pérdidas que pueden proporcionarse las partes son ciertas, determinadas (o
determinables) y susceptibles de inmediata apreciación pecuniaria al tiempo de
la celebración;
5) nominado (art. 970 CCyC): se encuentra regulado en este Código;
6) no formal (art. 969 CCyC): no está sometido a ninguna formalidad. El Proyecto
de Unificación del año 1993 (art. 1365) preveía a los fines de asegurar el
cumplimiento en especie del contrato de suministro, la inscripción en el Registro
Público del domicilio del suministrante, otorgando derecho de preferencia a la
entrega en especie al suministrado cuyo título hubiera sido inscripto. Si se
registraba más de un contrato, la preferencia se determinaba por el orden de las
fechas de inscripción y, a falta de inscripción, prevalecía el acreedor de título más
antiguo;
7) de tracto sucesivo o de duración (art. 1011 CCyC): en este tipo de contratos,
caracterizado por la periodicidad o la continuidad de las prestaciones
convenidas, el plazo es un elemento esencial para el cumplimiento del objeto, de
modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga la
necesidad que las indujo a contratar. También resulta importante el
cumplimiento del deber de colaboración y el respeto de la reciprocidad de las
obligaciones, considerado en relación a la duración total;
8) de adhesión (arts. 984/989 CCyC): si se trata de sujetos con similar poder
económico será posible la negociación individual o contratación paritaria. En
cambio cuando estos sujetos no son igualmente libres y tienen un disímil poder de
negociación, el contrato se formará a través de la estructura jurídica de adhesión
(arts. 984/989 CCyC). A modo de ejemplo —siguiendo a Gregorini Clusellas—
podemos mencionar como casos de posición dominante del suministrante a los
contratos de suministro de electricidad, gas, agua o del servicio telefónico, en los
cuales existe una actividad monopólica controlada por decretos y entes
regulatorios que muchas veces no alcanza para equilibrar la relación;
9) de empresa: en virtud de su instrumentación se asegura el aprovisionamiento de
materias primas o productos indispensables para la continuación de la
producción;
10)Intuitu personae (art. 1024 CCyC): tiene por fundamento la mutua confianza
que las partes se dispensan para concertar el contrato, en especial, la existencia
de una organización económica, técnica y comercial para garantizar el
cumplimiento del objeto.

ARTICULO 1177.- Plazo máximo. El contrato de suministro puede ser convenido por
un plazo máximo de veinte años, si se trata de frutos o productos del suelo o del
subsuelo, con proceso de elaboración o sin él, y de diez años en los demás casos. El
plazo máximo se computa a partir de la primera entrega ordinaria.

La duración del contrato de suministro constituye un elemento esencial, así como la


periodicidad o continuidad de las prestaciones, lo cual permite distinguirlo de la
compraventa (art. 1123 CCyC). El plazo puede ser determinado o indeterminable, y por
ello el art. 1183 CCyC prevé la resolución en cualquier momento, por cualquiera de las
partes, previo aviso en un plazo razonable, no inferior a sesenta días. Asimismo, el art.
1177 CCyC establece un plazo máximo de 10 años, a excepción del suministro de frutos
o productos del suelo o del subsuelo, con proceso de elaboración o sin él, que lo fija en 20
años.

ARTICULO 1178.- Cantidades. Si no se conviene la entidad de las prestaciones a ser


cumplidas por el suministrante durante períodos determinados, el contrato se
entiende celebrado según las necesidades normales del suministrado al tiempo de
su celebración.
Si sólo se convinieron cantidades máximas y mínimas, el suministrado tiene el
derecho de determinar la cantidad en cada oportunidad que corresponda, dentro
de esos límites. Igual derecho tiene cuando se haya establecido solamente un
mínimo, entre esta cantidad y las necesidades normales al tiempo del contrato.

ARTICULO 1179.- Aviso. Si las cantidades a entregar en cada período u oportunidad


pueden variarse, cada parte debe dar aviso a la otra de la modificación en sus
necesidades de recepción o posibilidades de entrega, en la forma y oportunidades
que pacten. No habiendo convención, debe avisarse con una anticipación que
permita a la otra parte prever las acciones necesarias para una eficiente
operación.

ARTICULO 1180.- Plazo en prestaciones singulares. El plazo legal o convencional para


el cumplimiento de las prestaciones singulares se presume establecido en interés
de ambas partes, excepto pacto en contrario.

ARTICULO 1181.- Precio. A falta de convención o uso en contrario, en las


prestaciones singulares, el precio:

a) se determina según el precio de prestaciones similares que el suministrante


efectúe en el tiempo y lugar de cada entrega, si la prestación es de aquellas que
hacen a su giro ordinario de negocios o modo de vida;

b) en su defecto, se determina por el valor corriente de plaza en la fecha y lugar


de cada entrega;

c) debe ser pagado dentro de los primeros diez días del mes calendario siguiente
a aquel en que ocurrió la entrega.
ARTICULO 1182.- Pacto de preferencia. El pacto mediante el cual una de las partes se
obliga a dar preferencia a la otra en la celebración de un contrato sucesivo
relativo al mismo o similar objeto, es válido siempre que la duración de la
obligación no exceda de tres años.

La parte que desee contratar con terceros el reemplazo total o parcial del
suministro cuyo plazo ha expirado o expirará en fecha próxima, debe dar aviso a
la otra de las condiciones en que proyecta contratar con terceros, en la forma y
condiciones pactadas en el contrato. La otra parte debe hacer uso de la
preferencia, haciéndolo saber según lo acordado. A falta de estipulación en el
contrato, se aplican la forma y condiciones de uso. En su defecto, una parte debe
notificar por medio fehaciente las condiciones del nuevo contrato con una
antelación de treinta días a su terminación y la otra debe hacer saber por igual
medio si utilizará el pacto de preferencia dentro de los quince días de recibida la
notificación. En caso de silencio de ésta, expira su derecho de preferencia.
La cláusula de exclusividad es un elemento accidental del contrato de suministro, y como
tal debe estar expresamente estipulada por las partes. Si nada dicen acerca de ella, no
tendrá lugar.
La cláusula de exclusividad puede significar tanto que el proveedor solo venda sus
productos al suministrado, como que el suministrado solo se provea del proveedor, o a
favor de ambas partes. Para que dicha cláusula tenga vigencia, deberá referírsela a una
zona geográfica determinada y a un mismo objeto.
Para Ferri, el pacto de preferencia es una modalidad que se estipula habitualmente a
favor del suministrante, en la cual el suministrado se obliga a preferir, a paridad de
condiciones, a aquel en la estipulación de un nuevo contrato de suministro por el mismo
objeto.
La parte que desee contratar con un tercero debe comunicar al otro contratante las
condiciones propuestas a los terceros con una antelación a treinta días del vencimiento
del contrato, y aquel debe declarar bajo pena de decadencia en los términos
establecidos, o en defecto de aquellos de los requeridos por las circunstancias o los usos,
si intenta valerse del derecho de preferencia dentro del plazo de quince días.

ARTICULO 1183.- Contrato por tiempo indeterminado. Si la duración del suministro


no ha sido establecida expresamente, cualquiera de las partes puede resolverlo,
dando aviso previo en las condiciones pactadas. De no existir pacto se aplican los
usos. En su defecto, el aviso debe cursarse en un término razonable según las
circunstancias y la naturaleza del suministro, que en ningún caso puede ser
inferior a sesenta días.

ARTICULO 1184.- Resolución. En caso de incumplimiento de las obligaciones de una


de las partes en cada prestación singular, la otra sólo puede resolver el contrato
de suministro, en los términos de los artículos 1077 y siguientes si el
incumplimiento es de notable importancia, de forma tal de poner razonablemente
en duda la posibilidad del incumplidor de atender con exactitud los posteriores
vencimientos.

ARTICULO 1185.- Suspensión del suministro. Si los incumplimientos de una parte no


tienen las características del artículo 1184, la otra parte sólo puede suspender
sus prestaciones hasta tanto se subsane el incumplimiento, si ha advertido al
incumplidor mediante un preaviso otorgado en los términos pactados o, en su
defecto, con una anticipación razonable atendiendo a las circunstancias.

ARTICULO 1186.- Normas supletorias. En tanto no esté previsto en el contrato o en


las normas precedentes, se aplican a las prestaciones singulares las reglas de los
contratos a las que ellas correspondan, que sean compatibles.

Así, si nos encontramos frente a un suministro traslativo del dominio (suministro de


enajenación o de consumo), serán de aplicación las normas relativas a la compraventa
(arts. 1123 y 1125 CCyC). En cambio, cuando el derecho transmitido sea simplemente el
de uso y goce, corresponderá aplicar lo reglado para la locación de cosas (art. 1187
CCyC).
Ahora bien, en ambos casos, si el suministrante asumió la obligación de ejecutar todos
aquellos actos (conductas de hacer) tendientes a poner a disposición del abastecido las
cosas convenidas, deberá recurrirse a lo estatuido para la locación de servicios o de
obra, según corresponda (art 1251 CCyC).
Para Orquera, el suministro se exhibe como un contrato complejo, en cuanto concurren
a él elementos de la compraventa, así como también pueden incluirse elementos de la
locación de cosas o del comodato (sin revestir el carácter de elementos esenciales).
También incluye aspectos de la locación de obra en los supuestos en que entre las
obligaciones del suministrante está la de mantener en funcionamiento determinados
equipos —con la expresa finalidad de cumplir con las prestaciones del contrato—, con la
carga de tener un resultado positivo en el cumplimiento de su prestación.

Contrato Cesión de Derechos

El contrato de cesió n de derechos tiene gran relevancia en la economía actual, lo que


guarda relació n con el mayor desarrollo del comercio de bienes inmateriales, de
intangibles.
En el CCCN se considera a la cesió n de derechos un contrato y toma posició n frente a
la diversidad de criterios existentes en la doctrina nacional.

ARTICULO 1614.- Definición. Hay contrato de cesión cuando una de las partes
transfiere a la otra un derecho. Se aplican a la cesión de derechos las reglas de la
compraventa, de la permuta o de la donación, según que se haya realizado con la
contraprestación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de
un bien, o sin contraprestación, respectivamente, en tanto no estén modificadas
por las de este Capítulo.

Concepto de contrato de cesión de derechos


El CCyC enuncia un concepto normativo de contrato de cesió n: establece que lo hay
cuando una parte transfiere a la otra un derecho.
Las partes en el contrato son:

 el cedente;
 el cesionario.

El objeto del contrato puede ser muy amplio.

El régimen regulado en este capítulo del Có digo es de aplicació n a la transmisió n de


derechos de fuente convencional, siempre que no exista una regulació n específica a la
que deba ajustarse la transmisió n de un determinado crédito, como puede ocurrir en
materia de títulos valores.
Tipos de cesión de derechos
Segú n la naturaleza de la contraprestació n pactada en el negocio jurídico, se remite a
la aplicació n de las reglas

 de la compraventa cuando la cesió n del derecho es por un precio en dinero;

 de la permuta cuando la transferencia del derecho es a cambio de otra cosa u


otro derecho;

 las de la donación cuando la transmisió n es hecha gratuitamente.

Caracteres del contrato de cesión de derechos


Se trata de un contrato:

a) nominado en tanto está regulado en el CCCN;


b) formal dado que debe ser redactado por escrito e incluso en algunos casos
debe ser redactado en escritura pú blica;
c) bilateral en los casos en que se pacte una contraprestació n —cesió n venta o
cesió n permuta—,
d) unilateral en el caso de cesió n donació n donde la obligació n es solo para el
cedente.
e) es oneroso en los casos de cesió n compraventa y cesió n permuta
f) gratuito en el caso de la cesió n donació n.

La finalidad típica de este contrato está constituida por la transmisió n de la propiedad


del crédito.

ARTICULO 1615.- Cesión en garantía. Si la cesión es en garantía, las normas de la


prenda de créditos se aplican a las relaciones entre cedente y cesionario.

En los casos en los que el contrato de cesió n es empleado como un negocio jurídico
indirecto, de garantía para el respaldo de otras operaciones, el contrato conserva su
estructura y régimen general, pero pasa a ser causalmente conexo con otro negocio
jurídico, prenda de créditos.

La cesió n en garantía es un negocio indirecto muy utilizado en la prá ctica comercial.

En este negocio jurídico el acreedor tiene dos deudores: el deudor cedente y el


tercero, deudor del crédito cedido, y puede cobrar a cualquiera de ellos. Si el deudor
cedente cumple, se debe devolver el crédito; pero si no lo hace, puede cobrarse al
tercero. Si el acreedor acciona, tiene derecho a cobrar del tercero hasta el monto de su
acreencia, debiendo restituir el saldo al cedente.
ARTICULO 1616.- Derechos que pueden ser cedidos. Todo derecho puede ser
cedido, excepto que lo contrario resulte de la ley, de la convención que lo
origina, o de la naturaleza del derecho.

ARTICULO 1617.- Prohibición. No pueden cederse los derechos inherentes a la


persona humana.

En lo que refiere al objeto mediato del contrato de cesió n, el objeto prestacional, el


criterio del CCCN es proponer un concepto sumamente amplio: "Todo derecho puede
ser cedido".

Conforme este principio general, todos los derechos patrimoniales pueden ser objeto
de cesió n, sea que se trate de derechos personales, reales o intelectuales. Aú n los
derechos hereditarios pueden serlo.

Sentado un principio general tan amplio como el propuesto, corresponde establecer


sus limitaciones, las que pueden provenir de la ley, de la convenció n que lo origina, o
de la naturaleza del derecho.

Es decir que el límite que encontraremos al principio de que todo derecho puede ser
cedido, puede ser:

a) legal: aquí debemos entender una limitació n que surja de cualquier


disposició n del ordenamiento jurídico positivo y no solamente de la ley en el
sentido estricto. El Có digo unificado no menciona en este título los supuestos
legales que importan una restricció n al objeto de la cesió n tal como lo hacía el
antecedente de Vélez Sarsfield a excepció n del art. 1617 del Có d. Civil y Com.
que prevé no pueden cederse los derechos inherentes a las personas;
b) voluntaria: en este supuesto, las partes mismas que han celebrado la
convenció n que origina el derecho, prevén, en ejercicio de la autonomía de la
voluntad, que tal derecho no puede ser cedido; o
c) por la naturaleza del derecho: aunque las partes no lo hayan previsto
expresamente, el derecho no podrá ser cedido si su propia naturaleza
determina que el derecho no era susceptible de ser transmitido, como el caso
de los derechos intuitu personae, pacto de preferencia, derecho a percibir
alimentos…

ARTICULO 1618.- Forma. La cesión debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los
casos en que se admite la transmisión del título por endoso o por entrega
manual.

Deben otorgarse por escritura pública:


a) la cesión de derechos hereditarios;

b) la cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre


inmuebles, también puede hacerse por acta judicial, siempre que el sistema
informático asegure la inalterabilidad del instrumento;

c) la cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura


pública.

El CCCN establece recaudos formales para la cesió n de derechos. Puede ser efectuada
por endoso o entrega material del instrumento en el que consta, cuando se cuenta con
uno, o por escrito, en todo supuesto en el que no se cuenta con un instrumento que
pueda ser materialmente entregado y no se trate de uno de los contratos en los que se
impone la escritura pú blica, má xima exigencia formal, establecida para los siguientes
supuestos:

 cesió n de derechos reales sobre inmuebles,


 cesió n de derechos hereditarios
 cesió n de derechos derivados de un acto instrumentado en escritura pú blica,

El CCCN ya no se establece que el incumplimiento respecto de la formalidad sea bajo


pena de nulidad, por lo que resultará , en su caso, de aplicació n la normativa contenida
en el art. 1018 CCyC, que dispone que “el otorgamiento pendiente de un
instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no
requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es
remisa, el juez lo hace en su representación…”.

ARTICULO 1619.- Obligaciones del cedente. El cedente debe entregar al


cesionario los documentos probatorios del derecho cedido que se encuentren
en su poder. Si la cesión es parcial, el cedente debe entregar al cesionario una
copia certificada de dichos documentos.

Es obligación del cedente del derecho que entregue al cesionario los instrumentos
que tenga en su poder y que prueben la existencia del crédito o derecho cedido a su
favor. Esta imposició n se deriva del principio de buena fe contractual que se establece
en el art. art. 9° del CCCN, de obligatoria interpretació n para todo el cuerpo normativo.

Para el caso de cesió n parcial, el cedente debe entregarle al cesionario copia


certificada de los documentos, lo que constituye una solució n prá ctica pues es claro
que, en tal supuesto, el cedente habrá de necesitar conservar el original para poder
acreditar su derecho o, con base en él, otorgar nuevas cesiones que no se superpongan
con la ya realizada a favor de quien recibe las copias certificadas.

ARTICULO 1620.- Efectos respecto de terceros. La cesión tiene efectos respecto


de terceros desde su notificación al cedido por instrumento público o privado
de fecha cierta, sin perjuicio de las reglas especiales relativas a los bienes
registrables.

En todos los casos, para que la cesió n sea oponible (al deudor cedido o a los terceros),
se requiere la notificació n al cedido por instrumento pú blico o privado de fecha cierta.

En cuanto al recaudo de forma en que debe efectuarse la notificació n, no hay


distinció n de requisitos diferentes en relació n al deudor cedido o los demá s terceros.

Este mecanismo resulta eficaz a los fines de establecer a partir de qué momento puede
oponerse la cesió n. Así entre las partes surte efecto desde la celebració n del contrato
de cesió n; y en relació n a los terceros (deudor cedido, acreedor del cedente, etc.), la
cesió n só lo será oponible desde la fecha cierta de su notificació n al cedido.

Con respecto a la cesió n de derechos registrables, ella debe observar los recaudos
establecidos para el tipo de bien del que se trate y su publicidad y oponibilidad a
terceros requiere de la pertinente inscripció n.

ARTICULO 1621.- Actos anteriores a la notificación de la cesión. Los pagos


hechos por el cedido al cedente antes de serle notificada la cesión, así como las
demás causas de extinción de la obligación, tienen efecto liberatorio para él.

Como consecuencia del denominado principio de buena fe contractual (art. 9° CCCN),


los pagos efectuados al cedente antes de producirse o conocerse la notificació n del
contrato de cesió n tiene efectos liberatorios.
Es que, en caso de pagar al cedente, por no haber sido notificado de la cesió n, el
deudor estará pagando bien; no siendo admisible que su posibilidad de liberació n en
tiempo y forma quede sujeta a la mayor o menor diligencia de las partes en el contrato
de cesió n del crédito correspondiente a la deuda que satisface.

ARTICULO 1622.- Concurrencia de cesionarios. En la concurrencia entre


cesionarios sucesivos, la preferencia corresponde al primero que ha notificado
la transferencia al deudor, aunque ésta sea posterior en fecha.

En caso de concurrencia de varios cesionarios, tendrá preferencia quien primero haya


notificado al deudor cedido, sin importar la fecha en la que se haya celebrado la
cesió n. Este es un criterio objetivo.

ARTICULO 1623.- Concurso o quiebra del cedente. En caso de concurso o


quiebra del cedente, la cesión no tiene efectos respecto de los acreedores si es
notificada después de la presentación en concurso o de la sentencia declarativa
de la quiebra.

En caso de concurso de acreedores o de quiebra del cedente, para que la cesió n de


derechos sea eficaz, la notificació n al deudor cedido debe haberse producido con
anterioridad a la presentació n en concurso o la declaració n de quiebra. La disposició n
es clara y se ajusta a los criterios imperantes en materia concursal.

ARTICULO 1624.- Actos conservatorios. Antes de la notificación de la cesión,


tanto el cedente como el cesionario pueden realizar actos conservatorios del
derecho.

Los actos conservatorios del derecho, en el período que transcurre entre la


celebració n del contrato de cesió n y la notificació n al deudor cedido, que es cuando la
cesió n puede alcanzar eficacia frente al propio deudor y frente a terceros.

Mientras la cesió n no fue notificada al deudor cedido, ambas partes, cedente y


cesionario, conservan interés en la conservació n del crédito, por lo que cualquiera de
ellos se encontrará legitimado para realizar actos conservatorios del derecho del que
se trate.

Cuando el acto conservatorio deba ser ejecutado frente al deudor cedido, y sea el
cesionario quien lo concrete, deberá ir razonablemente acompañ ado de la notificació n
de la transmisió n para dar cuenta de la legitimació n de quien lo realiza.

ARTICULO 1625.- Cesión de crédito prendario. La cesión de un crédito


garantizado con una prenda no autoriza al cedente o a quien tenga la cosa
prendada en su poder a entregarla al cesionario.

En el caso de cesió n de un crédito garantizado con una prenda, ni el cedente, ni el


depositario ni el propio deudor, quien quiera que tenga la cosa gravada en su poder,
deberá entregarla al cesionario con fundamento en la cesió n realizada.

ARTICULO 1626.- Cesiones realizadas el mismo día. Si se notifican varias


cesiones en un mismo día y sin indicación de la hora, los cesionarios quedan en
igual rango.

Todos los cesionarios que notifiquen el mismo día compartirá n el rango de


preferencia, pero si puede establecerse el horario de la notificació n se debe admitir la
preferencia de quién notificara antes.

ARTICULO 1627.- Cesión parcial. El cesionario parcial de un crédito no goza de


ninguna preferencia sobre el cedente, a no ser que éste se la haya otorgado
expresamente.

El CCCN prevé la posibilidad de que la transferencia del derecho sea parcial, es decir,
que se transmita solo una cuota parte del crédito conservando el cedente la calidad de
acreedor del cedido, pero ello no le da preferencia respecto del nuevo coacreedor,
salvo que se haya pactado expresamente.
Rige también el criterio de la concurrencia paritaria entre coacreedores de una misma
fuente negocial. Se prevé que el cedente pueda conferir al cesionario una preferencia;
pero no que pueda establecerla a su favor, en detrimento de los derechos de este.

ARTICULO 1628.- Garantía por evicción. Si la cesión es onerosa, el cedente


garantiza la existencia y legitimidad del derecho al tiempo de la cesión, excepto
que se trate de un derecho litigioso o que se lo ceda como dudoso; pero no
garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, excepto pacto en
contrario o mala fe.

El CCCN, también prevé la aplicació n de la garantía de evicció n en las cesiones de


naturaleza onerosa, esto es, en las habitualmente denominadas como cesió n-venta o
cesió n-permuta; pero ello no excluye la posibilidad de aplicar el criterio establecido
en el art. 1035 CCyC para el supuesto de transmisió n a título gratuito. No obstante, de
acuerdo a lo previsto en la regulació n general, esta garantía rige en los casos en los
que, sin mediar tal onerosidad, el donante asumió la garantía o actuó con mala fe o
dolo, consistente en el ocultamiento de los vicios que conocía y sobre los que debía
informar al adquirente. En los supuestos de cesió n gratuita, deben considerarse de
aplicació n los arts. 1556 a 1558 CCyC.

ARTICULO 1629.- Cesión de derecho inexistente. Si el derecho no existe al


tiempo de la cesión, el cedente debe restituir al cesionario el precio recibido,
con sus intereses. Si es de mala fe, debe además la diferencia entre el valor real
del derecho cedido y el precio de la cesión.

En el supuesto de inexistencia del derecho objeto de la cesió n, al tiempo de su


celebració n; distinguiendo segú n hubiera o no mala fe del cedente. Si actuó de:
 BUENA FE: el cedente debe restituir al cesionario el precio recibido con su
interés.
 MALA FE: el cedente, ademá s, debe la diferencia entre el derecho cedido y el
precio de la cesió n.

ARTICULO 1630.- Garantía de la solvencia del deudor. Si el cedente garantiza la


solvencia del deudor cedido, se aplican las reglas de la fianza, con sujeción a lo
que las partes hayan convenido.

El cesionario sólo puede recurrir contra el cedente después de haber excutido


los bienes del deudor, excepto que éste se halle concursado o quebrado.

Todo contrato de cesió n de derechos involucra un riesgo de incobrabilidad del crédito


contra el deudor cedido. Es por ello que, para posibilitar su realizació n, que por lo
general permite al cedente obtener liquidez por los fondos que le provee el cesionario
en las operaciones a título oneroso, aquel garantiza la solvencia del deudor cedido.
En este supuesto de asunció n del riesgo de incobrabilidad por el cedente, lo que se da
cuando este garantiza al cesionario la solvencia del deudor. Ello importa establecer
que, en caso de no resultar solvente el cedido, el cedente pagará al cesionario el monto
del crédito que este debería haber percibido del deudor y se aplican a tal supuesto las
reglas del contrato de fianza, regulado en los arts. 1574 a 1598 CCCN, lo que impone
que el cesionario deba excutir los bienes del deudor cedido antes de dirigir su acció n
contra el cedente. Lo que no será necesario en caso de encontrarse aquel concursado o
quebrado

ARTICULO 1631.- Reglas subsidiarias. En lo no previsto expresamente en este


Capítulo, la garantía por evicción se rige por las normas establecidas en los
artículos 1033 y siguientes.

Contrato de Locación (arts. 1187 a 1226 CCCN)

Disposiciones generales
Con la vigencia del CCCN queda derogada la Ley que regia la locació n de viviendas
urbanas, no así la de arrendamientos y parecerías rurales.

ARTÍCULO 1187.- Definición. Hay contrato de locación si una parte se obliga a


otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa, a cambio del pago de un
precio en dinero.

Al contrato de locación se aplica en subsidio lo dispuesto con respecto al


consentimiento, precio y objeto del contrato de compraventa.

De la definició n podemos extraer los elementos esenciales y los caracteres del


contrato. El nombre de las partes surge del resto del articulado

 locador: es la parte que asume la obligació n de otorgar el uso y goce de la cosa


objeto del contrato temporalmente (este ú ltimo elemento esencial)

 locatario: es quien se obliga al pago de un precio en dinero como


contraprestació n al uso y goce otorgados.

Resultan sinó nimos aceptados para esta parte contractual los términos “arrendatario”
o “inquilino”.

Caracteres
 bilateral: el contrato de locació n es bilateral, segú n se desprende de la
definició n, ya que implica una relació n de contraprestació n. Así, por un lado, el
locador se obliga a otorgar el uso temporario al locatario en la inteligencia de
que este ú ltimo le pagará por ello un precio en dinero; y a su turno, la
obligació n que asume el locatario encuentra su motivació n en el uso y goce de
la cosa al que accederá a partir del cumplimiento del acuerdo;
 oneroso: esta misma diná mica del negocio contenido en el contrato lo supone
como oneroso (art. 967 CCyC), ya que el locador alcanza la ventaja patrimonial
materializada en el precio que le abonará el locatario, en funció n de la
prestació n a la que aquel se obliga, y viceversa, el locatario a través de su
prestació n encuentra la ventaja patrimonial en el uso y goce concedidos.

 conmutativo: de la definició n del contrato de locació n y de las prestaciones


que allí se describen, se puede concluir que el contrato es conmutativo en
cuanto a la certeza de las ventajas al momento de su celebració n.

Subsidiariamente se aplicaran las reglas de la compraventa en lo que respecta al


consentimiento, el precio y el objeto del contrato.

Hay 3 tipos de locació n:

1. Cosas muebles
2. Cosas muebles registrables
3. Cosa inmueble

ARTÍCULO 1188.- Forma. Oponibilidad. El contrato de locación de cosa inmueble o


mueble registrable, de una universalidad que incluya a alguna de ellas, o de parte
material de un inmueble, debe ser hecho por escrito.

Esta regla se aplica también a sus prórrogas y modificaciones.

El contrato de locació n de cosas continú a considerá ndose no formal.

El art. 1188 exige la forma escrita para la locació n de inmuebles (tanto urbanos como
rurales), agregando que también deberá n hacerse por escrito las locaciones de
muebles registrables (por ejemplo, automotores, buques) de una universalidad que
incluya inmuebles o muebles registrables (por ejemplo, un fondo de comercio) o de
una parte material de un inmueble (por ejemplo, la locació n de una habitació n dentro
de un inmueble).

También para cualquier modificació n y para las pró rrogas contractuales.

Basta con que sea por instrumento privado

ARTÍCULO 1189.- Transmisión por causa de muerte. Enajenación de la cosa locada.


Excepto pacto en contrario, la locación:

a. se transmite activa y pasivamente por causa de muerte;

b. subsiste durante el tiempo convenido, aunque la cosa locada sea enajenada.


La muerte del locador y/o del locatario no constituye una causa vá lida de extinció n del
contrato, ni habilita a ninguna de las partes para que se la invoque como modo de
extinció n anticipado al plazo legal inicialmente acordado.
El contrato debe cumplirse hasta el final a pesar que el locador enajene.
Se amplía a cosas mueble, muebles registrables e inmuebles, dado que el CCCN solo
dice “cosa locada”.
De todos modos las partes pueden pactar lo contrario.

ARTICULO 1190.- Continuador de la locación. Si la cosa locada es inmueble, o parte


material de un inmueble, destinado a habitación, en caso de abandono o
fallecimiento del locatario, la locación puede ser continuada en las mismas
condiciones pactadas, y hasta el vencimiento del plazo contractual, por quien lo
habite y acredite haber recibido del locatario ostensible trato familiar durante el
año previo al abandono o fallecimiento.

El derecho del continuador en la locación prevalece sobre el del heredero del


locatario.

Para que la locació n continú e:

1) En cuanto al objeto de la locació n debe ser inmueble o parte material de un


inmueble destinado a habitació n.

2) Los casos son idénticos que en la legislació n anterior: abandono o fallecimiento


del locatario.

3) Derecho: a continuar el contrato en las mismas condiciones pactadas y hasta el


vencimiento del contrato.

4) Continuadores: quien habite el inmueble y acredite haber recibido del locatario


ostensible trato familiar durante el añ o previo al abandono o fallecimiento.

5) Prevalece el derecho del conviviente frente al heredero del locatario.

ARTICULO 1191.- Facultades del representante. Para celebrar contrato de locación


por más de tres años, o cobrar alquileres anticipados por el mismo período, se
requiere facultad expresa.

Se requiere facultad expresa (poder especial) para celebrar contrato de locació n por
má s de tres añ os o para cobrar alquileres anticipados por má s de tres añ os. Quedan
excluidas las locaciones que sean para vivienda.

Objeto y destino
ARTICULO 1192.- Cosas. Toda cosa presente o futura, cuya tenencia esté en el
comercio, puede ser objeto del contrato de locación, si es determinable, aunque
sea sólo en su especie. Se comprenden en el contrato, a falta de previsión en
contrario, los productos y los frutos ordinarios.

ARTICULO 1193.- Contrato reglado por normas administrativas. Si el locador es una


persona jurídica de derecho público, el contrato se rige en lo pertinente por las
normas administrativas y, en subsidio, por las de este Capítulo.

La norma tiene como eje de regulació n no ya el objeto del contrato sino la persona del
locador. Y dice que si el locador es una persona jurídica de derecho pú blico el contrato
se va a regir por las normas administrativas y en subsidio por las del capítulo de
locació n.

ARTICULO 1194.- Destino de la cosa locada. El locatario debe dar a la cosa locada el
destino acordado en el contrato.

A falta de convención, puede darle el destino que tenía al momento de locarse, el


que se da a cosas análogas en el lugar donde la cosa se encuentra o el que
corresponde a su naturaleza.

A los efectos de este Capítulo, si el destino es mixto se aplican las normas


correspondientes al habitacional.

1) La determinació n del destino puede ser subjetiva, dada por los contratantes y en
este supuesto es obligació n del locatario dar a la cosa el destino que fuera pactado en
el contrato.

2) En caso que no se hubiera determinado expresamente el locatario, el destino se


puede determinar objetivamente. Así se puede:

a) darle el destino que tenía al momento de suscribirse el contrato de locació n


(por ejemplo, se alquila un inmueble que fue utilizado como consultorio y no se
expresa en el contrato el destino profesional),
b) el que se da a cosas aná logas en el lugar donde la cosa se encuentra (costumbre
del lugar) o
c) el que corresponda a su naturaleza (o sea por sus propias condiciones
funcionales).

En caso de destino mixto, refiriéndose a inmuebles deben aplicarse las normas de la


locació n habitacional.

ARTICULO 1195.- Habitación de personas incapaces o con capacidad restringida. Es


nula la cláusula que impide el ingreso, o excluye del inmueble alquilado,
cualquiera sea su destino, a una persona incapaz o con capacidad restringida que
se encuentre bajo la guarda, asistencia o representación del locatario o
sublocatario, aunque éste no habite el inmueble.

Es nula cualquier clá usula que discrimine a las personas incapaces o con capacidad
restringida, aunque el locatario o sublocatario pueda no estar habitando el inmueble y
la protecció n se aplica. Obviamente surge claro que frente a esta situació n un locador
puede, porque tiene libertad para hacerlo, no contratar si se da alguna de estas
circunstancias, pero lo que sanciona la ley es que no puede plasmar contractualmente
esta exigencia. Un locador puede no querer alquilar si hay hijos menores,
lamentablemente está en su decisió n poder hacerlo, y va a poner cualquier otra excusa
para no realizar el contrato; lo que no tiene ningú n valor es que se prohíba a futuro
que habite con sus hijos menores. Lo mismo se aplica en caso de personas de
capacidad restringida, cualquiera fuera el motivo de la misma.

ARTICULO 1196.- Locación habitacional. Si el destino es habitacional, no puede


requerirse del locatario:

a) el pago de alquileres anticipados por períodos mayores a un mes;

b) depósitos de garantía o exigencias asimilables, por cantidad mayor del


importe equivalente a un mes de alquiler por cada año de locación contratado;

c) el pago de valor llave o equivalentes.

Estas disposiciones son solo para la locació n habitacional, pero siendo que no son de
orden pú blico pueden ser renunciadas por el locatario parte má s débil.

Tiempo de la locación
ARTICULO 1197.- Plazo máximo. El tiempo de la locación, cualquiera sea su objeto,
no puede exceder de veinte años para el destino habitacional y cincuenta años
para los otros destinos.

El contrato es renovable expresamente por un lapso que no exceda de los


máximos previstos contados desde su inicio.

El plazo má ximo:

 20 añ os para vivienda
 50 añ os para los otros destinos (comercial, profesional, industrial,
empresarial)

Ambos, siempre contados desde el inicio de la relació n contractual


ARTICULO 1198.- Plazo mínimo de la locación de inmueble. El contrato de locación de
inmueble, cualquiera sea su destino, si carece de plazo expreso y determinado
mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal de dos años, excepto los
casos del artículo 1199.

El locatario puede renunciar a este plazo si está en la tenencia de la cosa.

El plazo mínimo legal para la locació n de un inmueble, cualquiera que sea su destino,
es de dos añ os, pero el locatario puede renunciar si está en la tenencia de la cosa, esto
es para evitar abusos.

ARTICULO 1199.- Excepciones al plazo mínimo legal. No se aplica el plazo mínimo


legal a los contratos de locación de inmuebles o parte de ellos destinados a:

a) sede de embajada, consulado u organismo internacional, y el destinado a


habitación de su personal extranjero diplomático o consular;

b) habitación con muebles que se arrienden con fines de turismo, descanso o


similares. Si el plazo del contrato supera los tres meses, se presume que no fue
hecho con esos fines;

c) guarda de cosas;

d) exposición u oferta de cosas o servicios en un predio ferial.

Tampoco se aplica el plazo mínimo legal a los contratos que tengan por objeto el
cumplimiento de una finalidad determinada expresada en el contrato y que debe
normalmente cumplirse en el plazo menor pactado.

Obligaciones del locador


ARTICULO 1200.- Entregar la cosa. El locador debe entregar la cosa conforme a lo
acordado. A falta de previsión contractual debe entregarla en estado apropiado
para su destino, excepto los defectos que el locatario conoció o pudo haber
conocido.

ARTICULO 1201.- Conservar la cosa con aptitud para el uso convenido. El locador debe
conservar la cosa locada en estado de servir al uso y goce convenido y efectuar a
su cargo la reparación que exija el deterioro originado en su calidad o defecto, en
su propia culpa, o en la de sus dependientes o en hechos de terceros o caso
fortuito.

Si al efectuar la reparación o innovación se interrumpe o turba el uso y goce


convenido, el locatario tiene derecho a que se reduzca el canon temporariamente
en proporción a la gravedad de la turbación o, según las circunstancias, a
resolver el contrato.

ARTICULO 1202.- Pagar mejoras. El locador debe pagar las mejoras necesarias
hechas por el locatario a la cosa locada, aunque no lo haya convenido, si el
contrato se resuelve sin culpa del locatario, excepto que sea por destrucción de la
cosa.

ARTICULO 1203.- Frustración del uso o goce de la cosa. Si por caso fortuito o fuerza
mayor, el locatario se ve impedido de usar o gozar de la cosa, o ésta no puede
servir para el objeto de la convención, puede pedir la rescisión del contrato, o la
cesación del pago del precio por el tiempo que no pueda usar o gozar de la cosa. Si
el caso fortuito no afecta a la cosa misma, sus obligaciones continúan como antes.

ARTICULO 1204.- Pérdida de luminosidad del inmueble. La pérdida de luminosidad


del inmueble urbano por construcciones en las fincas vecinas, no autoriza al
locatario a solicitar la reducción del precio ni a resolver el contrato, excepto que
medie dolo del locador.

1-El locador debe entregar la cosa conforme a lo acordado (cuando las partes no
previeron en qué estado se entregaba la cosa motivo del contrato, el locador se obliga
a entregarla en un estado apropiado para cumplir con el destino pactado, salvo los
defectos que tuviera la cosa y que hubieran sido conocidos efectivamente por el
locatario al contratar o que pudieran haber sido conocidos por éste, por ser visibles o
por el conocimiento que pudiera tener el locatario por su profesió n u oficio).

2-Conservar la cosa en estado de servir al uso y goce convenido.

3-Debe efectuar a su cargo las reparaciones ocasionadas por:

a) el deterioro ocasionado en la calidad o defecto de la cosa


b) en la culpa del locador,
c) de sus dependientes,
d) en hechos de terceros,
e) en caso fortuito.

Si como consecuencia del cumplimiento de esta obligació n de reparació n se


interrumpiera o se turbara el uso y goce convenido, el locatario tendría derecho a:

a) que se reduzca el canon locativo en forma proporcional a la gravedad de la


turbació n.
b) resolver el contrato, segú n las circunstancias del caso concreto.
4-Pagar las mejoras necesarias hechas por el locatario, aunque no estén pautadas, si el
contrato se disuelve sin su culpa.

5-Si por caso fortuito o fuerza mayor, el locatario se ve impedido de usar o gozar de la
cosa, o ésta no puede servir para el objeto de la convenció n, puede pedir la rescisió n
del contrato, o la cesació n del pago del precio por el tiempo que no pueda usar o gozar
de la cosa. Si el caso fortuito no afecta a la cosa misma, sus obligaciones continú an
como antes.

6-La pérdida de luminosidad de un inmueble urbano por construcciones en las fincas


vecinas no faculta al locatario a pedir la disminució n del canon locativo ni a resolver el
contrato.

Se exceptú a el caso que hubiera mediado dolo por parte del locador, por ejemplo, por
haber tenido conocimiento de la realizació n de una futura construcció n en el terreno
lindero ocultá ndolo al locatario, en cuyo caso, el locatario podrá optar por resolver el
contrato o reducir sus obligaciones dinerarias, con dañ os y perjuicios.

Obligaciones del locatario


ARTICULO 1205.- Prohibición de variar el destino. El locatario puede usar y gozar de
la cosa conforme a derecho y exclusivamente para el destino correspondiente. No
puede variarlo aunque ello no cause perjuicio al locador.

ARTICULO 1206.- Conservar la cosa en buen estado. Destrucción. El locatario debe


mantener la cosa y conservarla en el estado en que la recibió. No cumple con esta
obligación si la abandona sin dejar quien haga sus veces.

Responde por cualquier deterioro causado a la cosa, incluso por visitantes


ocasionales, pero no por acción del locador o sus dependientes; asimismo
responde por la destrucción de la cosa por incendio no originado en caso fortuito.

ARTICULO 1207.- Mantener la cosa en buen estado. Reparaciones. Si la cosa es mueble,


el locatario tiene a su cargo el gasto de su conservación y las mejoras de mero
mantenimiento; y sólo éstas si es inmueble.

Si es urgente realizar reparaciones necesarias puede efectuarlas a costa del


locador dándole aviso previo.

ARTICULO 1208.- Pagar el canon convenido. La prestación dineraria a cargo del


locatario se integra con el precio de la locación y toda otra prestación de pago
periódico asumida convencionalmente por el locatario. Para su cobro se concede
vía ejecutiva.

A falta de convención, el pago debe ser hecho por anticipado: si la cosa es mueble,
de contado; y si es inmueble, por período mensual.
ARTICULO 1209.- Pagar cargas y contribuciones por la actividad. El locatario tiene a
su cargo el pago de las cargas y contribuciones que se originen en el destino que
dé a la cosa locada.

No tiene a su cargo el pago de las que graven la cosa, excepto pacto en contrario.

ARTICULO 1210.- Restituir la cosa. El locatario, al concluir el contrato, debe restituir


al locador la cosa en el estado en que la recibió, excepto los deterioros
provenientes del mero transcurso del tiempo y el uso regular.

También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó en razón de la
relación locativa y que resulten atinentes a la cosa o a los servicios que tenga.

1-El locatario no puede variar el destino para el cual contrató aunque no cause dañ o al
locador

2-Conservar la cosa en el estado en que la recibió

3-Responde por cualquier deterioro causado por él o visitantes

4-Responde por la destrucció n de la cosa por incendio no ocasionado por caso fortuito
(¿siempre es fortuito?).

5-Debe mantener la cosa en buen estado

 Muebles: a su cargo el gasto de su conservació n y las mejoras de mero


mantenimiento;
 Inmuebles: a su cargo solo las mejoras de mero mantenimiento

6- Pagar el canon convenido y toda prestació n perió dica, impuestos, expensas


ordinarias (si se pacto su pago), si nada se dijo, solo abonará el canon por el derecho
de uso y goce convenidos, má s aquellos servicios de suministro para el ejercicio de
dicho derecho. Para su cobro se establece la vía ejecutiva. A falta de convenció n, el
pago debe ser hecho por anticipado:

 si la cosa es mueble, de contado;


 si es inmueble, por período mensual.

Reclamo por vía ejecutiva:

 Intimar a que pague lo debido, por medio fehaciente (carta documento);


 Plazo no menor a 10 días desde que recibe la carta documento para pagar
 Expresar lugar de pago
7-El locatario debe pagar todas las cargas y contribuciones que se originen en el
destino que se dé a la cosa locada. En los contratos de locació n de inmuebles cuando el
destino no es habitacional, o sea comercial, profesional, industrial el locatario deberá
hacerse cargo de todos los impuestos, cargas y contribuciones que su actividad
origine. El locatario no tiene, salvo pacto en contrario, la obligació n de pagar las cargas
o contribuciones que graven la cosa, en alusió n directa a los impuestos, tasas y
contribuciones que gravan la propiedad, y las expensas extraordinarias. Tampoco los
fondos de reserva, ya que estos capitalizan al propietario.

8-Al término del contrato el locatario deberá reintegrar al locador la cosa en el estado
en que la recibió , excepto los deterioros producidos por el mero transcurso del
tiempo, también deberá entregar constancias de los pagos que efectuó en
cumplimiento de lo acordado (expensas, tasas).

Régimen de mejoras
ARTICULO 1211.- Regla. El locatario puede realizar mejoras en la cosa locada,
excepto que esté prohibido en el contrato, alteren la substancia o forma de la
cosa, o haya sido interpelado a restituirla.

No tiene derecho a reclamar el pago de mejoras útiles y de mero lujo o suntuarias,


pero, si son mejoras necesarias, puede reclamar su valor al locador.

ARTICULO 1212.- Violació n al régimen de mejoras. La realización de mejoras


prohibidas en el artículo 1211 viola la obligación de conservar la cosa en el
estado en que se recibió.

La regla general es que el locatario está habilitado para realizar mejoras en la cosa
locada con las siguientes excepciones:

a) que esté prohibido en el contrato,

b) que la mejora altere la sustancia o la forma de la cosa o

c) que haya sido interpelado a restituirla.

Las mejoras ú tiles y las suntuarias será n por cuenta del locatario y las mejoras
necesarias por cuenta del locador, pudiendo en este ú ltimo caso reclamar su valor al
locador.

Como no es una norma de orden pú blico se puede convenir expresamente el pago por
el locador de las mejoras ú tiles de la cosa y aú n las suntuarias, en tanto incrementan el
valor de la cosa.
Si se realizan mejoras estando prohibidas contractualmente, se está violando la
obligació n de conservar la cosa en el estado en que se recibió . Aunque no lo dice
expresamente, el locador en este caso puede intimar al locatario a que deje sin efecto
la realizació n de la mejora o inclusive la destrucció n de la misma si estuviera hecha,
con má s los dañ os y perjuicios que se le pudieren haber ocasionado

Cesión y sublocación
ARTICULO 1213.- Cesió n. El locatario sólo puede ceder su posición contractual en
los términos previstos en los artículos 1636 y siguientes. La cesión que no reúna
tales requisitos viola la prohibición de variar el destino de la cosa locada.

La prohibición contractual de ceder importa la de sublocar y viceversa.

Se considera cesión a la sublocación de toda la cosa.

ARTICULO 1214.- Sublocació n. El locatario puede dar en sublocación parte de la


cosa locada, si no hay pacto en contrario. Para ello debe comunicar al locador,
por medio fehaciente, su intención de sublocar e indicarle el nombre y domicilio
de la persona con quien se propone contratar, y el destino que el sublocatario
asignará a la cosa.

El locador sólo puede oponerse por medio fehaciente, dentro del plazo de diez días
de notificado. El silencio del locador importa su conformidad con la sublocación
propuesta.

La sublocación contratada pese la oposición del locador, o con apartamiento de


los términos que se le comunicaron, viola la prohibición de variar el destino de la
cosa locada.

ARTICULO 1215.- Relaciones entre sublocador y sublocatario. Entre sublocador y


sublocatario rigen las normas previstas en el contrato respectivo y las de este
Capítulo. Está implícita la cláusula de usar y gozar de la cosa sin transgredir el
contrato principal.

ARTICULO 1216.- Acciones directas. Sin perjuicio de sus derechos respecto al


locatario, el locador tiene acción directa contra el sublocatario para cobrar el
alquiler adeudado por el locatario, en la medida de la deuda del sublocatario.
También puede exigir de éste el cumplimiento de las obligaciones que la
sublocación le impone, inclusive el resarcimiento de los daños causados por uso
indebido de la cosa.

Recíprocamente, el sublocatario tiene acción directa contra el locador para


obtener a su favor el cumplimiento de las obligaciones asumidas en el contrato de
locación.
La conclusión de la locación determina la cesación del subarriendo, excepto que
se haya producido por confusión.

Extinción
ARTICULO 1217.- Extinción de la locación. Son modos especiales de extinción de la
locación:

a) el cumplimiento del plazo convenido, o requerimiento previsto en el artículo


1218, según el caso;

b) la resolución anticipada.

ARTICULO 1218.- Continuación de la locación concluida. Si vence el plazo convenido o


el plazo mínimo legal en ausencia de convención, y el locatario continúa en la
tenencia de la cosa, no hay tácita reconducción, sino la continuación de la
locación en los mismos términos contratados, hasta que cualquiera de las partes
dé por concluido el contrato mediante comunicación fehaciente.

La recepción de pagos durante la continuación de la locación no altera lo


dispuesto en el primer párrafo.

La continuació n de la locació n una vez que hubiera vencido el plazo contractual,


expresando que si se vence el plazo pactado contractualmente o si se cumple el plazo
mínimo legal —dos añ os— en los casos de indeterminació n del plazo, y el locatario
continú a en la tenencia de la cosa, no hay tá cita reconducció n sino la continuació n de
la locació n en los mismos términos contratados, hasta que cualquiera de las partes dé
por concluido el contrato mediante comunicació n fehaciente. Asimismo expresa el
artículo que la recepció n de pagos durante la continuació n de la locació n no altera lo
dispuesto en él.

ARTICULO 1219.- Resolución imputable al locatario. El locador puede resolver el


contrato:

a) por cambio de destino o uso irregular en los términos del artículo 1205;

b) por falta de conservación de la cosa locada, o su abandono sin dejar quien


haga sus veces;

c) por falta de pago de la prestación dineraria convenida, durante dos períodos


consecutivos.

ARTICULO 1220.- Resolución imputable al locador. El locatario puede resolver el


contrato si el locador incumple:
a) la obligación de conservar la cosa con aptitud para el uso y goce convenido;

b) la garantía de evicción o la de vicios redhibitorios.

ARTICULO 1221.- Resolución anticipada. El contrato de locación puede ser resuelto


anticipadamente por el locatario:

a) si la cosa locada es un inmueble y han transcurrido seis meses de contrato,


debiendo notificar en forma fehaciente su decisión al locador. Si hace uso de la
opción resolutoria en el primer año de vigencia de la relación locativa, debe
abonar al locador, en concepto de indemnización, la suma equivalente a un mes y
medio de alquiler al momento de desocupar el inmueble y la de un mes si la
opción se ejercita transcurrido dicho lapso;

b) en los casos del artículo 1199, debiendo abonar al locador el equivalente a dos
meses de alquiler.

Efectos de la extinción
ARTICULO 1222.- Intimació n de pago. Si el destino es habitacional, previamente a
la demanda de desalojo por falta de pago de alquileres, el locador debe intimar
fehacientemente al locatario el pago de la cantidad debida, otorgando para ello
un plazo que nunca debe ser inferior a diez días corridos contados a partir de la
recepción de la intimación, consignando el lugar de pago.

ARTICULO 1223.- Desalojo. Al extinguirse la locación debe restituirse la tenencia


de la cosa locada.

El procedimiento previsto en este Código para la cláusula resolutoria implícita no


se aplica a la demanda de desalojo por las causas de los artículos 1217 y 1219,
inciso c).

El plazo de ejecución de la sentencia de desalojo no puede ser menor a diez días.

ARTICULO 1224.- Facultades sobre las mejoras ú tiles o suntuarias. El locatario puede
retirar la mejora útil o suntuaria al concluir la locación; pero no puede hacerlo si
acordó que quede en beneficio de la cosa, si de la separación se sigue daño para
ella, o separarla no le ocasiona provecho alguno.

El locador puede adquirir la mejora hecha en violación a una prohibición


contractual, pagando el mayor valor que adquirió la cosa.

ARTICULO 1225.- Caducidad de la fianza. Renovació n. Las obligaciones del fiador


cesan automáticamente al vencimiento del plazo de la locación, excepto la que
derive de la no restitución en tiempo del inmueble locado.
Se exige el consentimiento expreso del fiador para obligarse en la renovación o
prórroga expresa o tácita, una vez vencido el plazo del contrato de locación.

Es nula toda disposición anticipada que extienda la fianza, sea simple, solidaria
como codeudor o principal pagador, del contrato de locación original.

ARTICULO 1226.- Facultad de retenció n. El ejercicio del derecho de retención por


el locatario lo faculta a percibir los frutos naturales que la cosa produzca. Si lo
hace, al momento de la percepción debe compensar ese valor con la suma que le
es debida.

Contrato de obra y servicio


El CCCN trata estos contratos en tres Secciones:

 primera, se contemplan las disposiciones comunes a las obras y los servicios;


 segunda, las disposiciones especiales para las obras;
 tercera, aquellas disposiciones especiales correspondientes a los servicios.

Cabe señ alar, finalmente, que a esta figura le será n aplicables las normas relativas a
los contratos de consumo, en tanto el contrato encuadre en la definició n establecida
por el art. 1093 CCyC. (ARTICULO 1093.- Contrato de consumo. Contrato de
consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona
humana o jurídica que actú e profesional u ocasionalmente o con una empresa
productora de bienes o prestadora de servicios, pú blica o privada, que tenga por
objeto la adquisició n, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los
consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social).

ARTÍCULO 1251.- Definición. Hay contrato de obra o de servicios cuando una


persona, según el caso el contratista o el prestador de servicios, actuando
independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente, a realizar una
obra material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución.
El contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias
del caso puede presumirse la intención de beneficiar.

En cuanto a quiénes resultan ser las partes del contrato, con una terminología
renovada, se indica que estas son

 el contratista o prestador de servicios


 el comitente

Se hace menció n expresa a que aquel (contratista) actú a en forma independiente al


obligarse a favor de este (comitente). El obrar independiente del contratista o
prestador de servicios constituye un elemento distintivo fundamental que permite la
divisió n entre el servicio autó nomo y el dependiente.
Un punto novedoso es que el CCyC establece que el contrato puede ser gratuito
(pactado por las partes en el ejercicio de la autonomía de la voluntad), es decir, que la
realizació n de la obra material o intelectual o la provisió n de un servicio puede ser
retribuida o no al contratista o prestador de servicios.
También la norma establece que la gratuidad puede surgir de las circunstancias del
caso, cuando pueda presumirse la intenció n de beneficiar.

 En el contrato de obra el contratista se compromete a alcanzar un resultado


material o intelectual, asumiendo el riesgo técnico o econó mico sin
subordinació n jurídica, y la otra parte a pagar un precio determinado o
determinable en dinero;
 En el contrato de servicios el prestador se comprometerse el servicio mismo,
con independencia del resultado,

ARTÍCULO 1252.- Calificación del contrato. Si hay duda sobre la calificación del
contrato, se entiende que hay contrato de servicios cuando la obligación de hacer
consiste en realizar cierta actividad independiente de su eficacia. Se considera
que el contrato es de obra cuando se promete un resultado eficaz, reproducible o
susceptible de entrega.

Los servicios prestados en relación de dependencia se rigen por las normas del
derecho laboral.

Las disposiciones de este Capítulo se integran con las reglas específicas que
resulten aplicables a servicios u obras especialmente regulados.

El precepto, en su primera parte, establece las pautas para dirimir la calificació n del
contrato en tanto la duda verse sobre si se trata de un contrato de obra o de servicios,
considerando que hay contrato de servicios cuando la obligació n de hacer consiste en
realizar cierta actividad independiente de su eficacia y se considera que el contrato es
de obra cuando se promete un resultado eficaz, reproducible o susceptible de entrega.

La segunda parte del artículo describe las pautas para diferenciar el trabajo
autó nomo, es decir el realizado por cuenta propia, de los servicios prestados en
relació n de dependencia que se rigen por las normas del derecho laboral.

ARTÍCULO 1253.- Medios utilizados. A falta de ajuste sobre el modo de hacer la


obra, el contratista o prestador de los servicios elige libremente los medios de
ejecución del contrato.

En los casos donde las partes no han convenido la forma de realizar la obligació n,
tanto el contratista como el prestador autó nomo tienen discrecionalidad técnica, es
decir, libertad para elegir los medios que utilizará n para la ejecució n del contrato
conforme con la ciencia y los conocimientos que ponen en juego en cada prestació n.

ARTÍCULO 1254.- Cooperación de terceros. El contratista o prestador de servicios


puede valerse de terceros para ejecutar el servicio, excepto que de lo estipulado o
de la índole de la obligación resulte que fue elegido por sus cualidades para
realizarlo personalmente en todo o en parte. En cualquier caso, conserva la
dirección y la responsabilidad de la ejecución.

El contratista o el prestador del servicio pueden valerse de terceros para el


cumplimiento de la obligación, a excepción de que hayan sido contratados por sus
cualidades personales (intuitu personae).

ARTICULO 1255.- Precio. El precio se determina por el contrato, la ley, los usos o, en
su defecto, por decisión judicial.

Las leyes arancelarias no pueden cercenar la facultad de las partes de determinar


el precio de las obras o de los servicios. Cuando dicho precio debe ser establecido
judicialmente sobre la base de la aplicación de dichas leyes, su determinación
debe adecuarse a la labor cumplida por el prestador. Si la aplicación estricta de
los aranceles locales conduce a una evidente e injustificada desproporción entre
la retribución resultante y la importancia de la labor cumplida, el juez puede fijar
equitativamente la retribución.

Si la obra o el servicio se ha contratado por un precio global o por una unidad de


medida, ninguna de las partes puede pretender la modificación del precio total o
de la unidad de medida, respectivamente, con fundamento en que la obra, el
servicio o la unidad exige menos o más trabajo o que su costo es menor o mayor al
previsto, excepto lo dispuesto en el artículo 1091.

Las partes tienen la potestad de pactar el precio.

Si debe fijarse el precio por decisió n judicial sobre la base de la aplicació n de las leyes
arancelaria su determinació n debe adecuarse a la labor cumplida por el prestador.

ARTICULO 1256.- Obligaciones del contratista y del prestador. El contratista o


prestador de servicios está obligado a:

a) ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los


conocimientos razonablemente requeridos al tiempo de su realización por el arte,
la ciencia y la técnica correspondientes a la actividad desarrollada;

b) informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la


obligación comprometida;
c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la
obra o del servicio, excepto que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos;

d) usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle


inmediatamente en caso de que esos materiales sean impropios o tengan vicios
que el contratista o prestador debiese conocer;

e) ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que


razonablemente corresponda según su índole.

 Ejecutar el contrato como fue convenido


 Deber de informar
 Provisión de los materiales
 Usar correctamente los materiales que sean provistos por el comitente y avisar si
son impropios
 Respetar el plazo convenido para ejecutar la obra o servicio

ARTICULO 1257.- Obligaciones del comitente. El comitente está obligado a:

a) pagar la retribución;

b) proporcionar al contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme


a las características de la obra o del servicio;

c) recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256.

 Pagar la retribució n, cuando el contrato es oneroso.

 Proporcionar al contratista o al prestador la colaboració n necesaria, conforme


a las características de la obra o del servicio.

 Recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el art. 1256.

ARTICULO 1258.- Riesgos de la contratación. Si los bienes necesarios para la


ejecución de la obra o del servicio perecen por fuerza mayor, la pérdida la soporta
la parte que debía proveerlos.

ARTICULO 1259.- Muerte del comitente. La muerte del comitente no extingue el


contrato, excepto que haga imposible o inútil la ejecución.

ARTICULO 1260.- Muerte del contratista o prestador. La muerte del contratista o


prestador extingue el contrato, excepto que el comitente acuerde continuarlo con
los herederos de aquél. En caso de extinción, el comitente debe pagar el costo de
los materiales aprovechables y el valor de la parte realizada en proporción al
precio total convenido.
ARTICULO 1261.- Desistimiento unilateral. El comitente puede desistir del contrato
por su sola voluntad, aunque la ejecución haya comenzado; pero debe indemnizar
al prestador todos los gastos y trabajos realizados y la utilidad que hubiera
podido obtener. El juez puede reducir equitativamente la utilidad si la aplicación
estricta de la norma conduce a una notoria injusticia.

Disposiciones especiales para las obras

ARTICULO 1262.- Sistemas de contratación. La obra puede ser contratada por ajuste
alzado, también denominado “retribución global”, por unidad de medida, por
coste y costas o por cualquier otro sistema convenido por las partes. La
contratación puede hacerse con o sin provisión de materiales por el comitente. Si
se trata de inmuebles, la obra puede realizarse en terreno del comitente o de un
tercero. Si nada se convino ni surge de los usos, se presume, excepto prueba en
contrario, que la obra fue contratada por ajuste alzado y que es el contratista
quien provee los materiales.

ARTICULO 1263.- Retribución. Si la obra se contrata por el sistema de ejecución a


coste y costas, la retribución se determina sobre el valor de los materiales, de la
mano de obra y de otros gastos directos o indirectos.

ARTICULO 1264.- Variaciones del proyecto convenido. Cualquiera sea el sistema de


contratación, el contratista no puede variar el proyecto ya aceptado sin
autorización escrita del comitente, excepto que las modificaciones sean
necesarias para ejecutar la obra conforme a las reglas del arte y no hubiesen
podido ser previstas al momento de la contratación; la necesidad de tales
modificaciones debe ser comunicada inmediatamente al comitente con indicación
de su costo estimado. Si las variaciones implican un aumento superior a la quinta
parte del precio pactado, el comitente puede extinguirlo comunicando su decisión
dentro del plazo de diez días de haber conocido la necesidad de la modificación y
su costo estimado.

El comitente puede introducir variantes al proyecto siempre que no impliquen


cambiar sustancialmente la naturaleza de la obra.

ARTICULO 1265.- Diferencias de retribución surgidas de modificaciones autorizadas. A


falta de acuerdo, las diferencias de precio surgidas de las modificaciones
autorizadas en este Capítulo se fijan judicialmente.

ARTICULO 1266.- Obra por pieza o medida. Si la obra fue pactada por pieza o medida
sin designación del número de piezas o de la medida total, el contrato puede ser
extinguido por cualquiera de los contratantes, concluidas que sean las partes
designadas como límite mínimo, debiéndose las prestaciones correspondientes a
la parte concluida.
Si se ha designado el número de piezas o la medida total, el contratista está
obligado a entregar la obra concluida y el comitente a pagar la retribución que
resulte del total de las unidades pactadas.
El sistema de contratación puede ser:

 Por ajuste alzado (de entrada se cuánto cuesta, es riesgoso por el tipo de
economía actual)

 Por coste y costas (no sé el precio de entrada tengo un estimativo)

 Por unidad de medida (por etapas)

ARTICULO 1267.- Imposibilidad de ejecución de la prestación sin culpa. Si la ejecución


de una obra o su continuación se hace imposible por causa no imputable a
ninguna de las partes, el contrato se extingue. El contratista tiene derecho a
obtener una compensación equitativa por la tarea efectuada.

ARTICULO 1268.- Destrucción o deterioro de la obra por caso fortuito antes de la


entrega. La destrucción o el deterioro de una parte importante de la obra por caso
fortuito antes de haber sido recibida, autoriza a cualquiera de las partes a dar
por extinguido el contrato, con los siguientes efectos:

a) si el contratista provee los materiales y la obra se realiza en inmueble del


comitente, el contratista tiene derecho a su valor y a una compensación
equitativa por la tarea efectuada;

b) si la causa de la destrucción o del deterioro importante es la mala calidad o


inadecuación de los materiales, no se debe la remuneración pactada aunque el
contratista haya advertido oportunamente esa circunstancia al comitente;

c) si el comitente está en mora en la recepción al momento de la destrucción o del


deterioro de parte importante de la obra, debe la remuneración pactada.

ARTICULO 1269.- Derecho a verificar. En todo momento, y siempre que no


perjudique el desarrollo de los trabajos, el comitente de una obra tiene derecho a
verificar a su costa el estado de avance, la calidad de los materiales utilizados y
los trabajos efectuados.

ARTICULO 1270.- Aceptación de la obra. La obra se considera aceptada cuando


concurren las circunstancias del artículo 747.

ARTICULO 1271.- Vicios o defectos y diferencias en la calidad. Las normas sobre vicios
o defectos se aplican a las diferencias en la calidad de la obra.
ARTICULO 1272. Plazos de garantía. Si se conviene o es de uso un plazo de garantía
para que el comitente verifique la obra o compruebe su funcionamiento, la
recepción se considera provisional y no hace presumir la aceptación.

Si se trata de vicios que no afectan la solidez ni hacen la obra impropia para su


destino, no se pactó un plazo de garantía ni es de uso otorgarlo, aceptada la obra,
el contratista:

a) queda libre de responsabilidad por los vicios aparentes;

b) responde de los vicios o defectos no ostensibles al momento de la recepción, con


la extensión y en los plazos previstos para la garantía por vicios ocultos prevista
en los artículos 1054 y concordantes.

ARTICULO 1273.- Obra en ruina o impropia para su destino. El constructor de una


obra realizada en inmueble destinada por su naturaleza a tener larga duración
responde al comitente y al adquirente de la obra por los daños que comprometen
su solidez y por los que la hacen impropia para su destino. El constructor sólo se
libera si prueba la incidencia de una causa ajena. No es causa ajena el vicio del
suelo, aunque el terreno pertenezca al comitente o a un tercero, ni el vicio de los
materiales, aunque no sean provistos por el contratista.

ARTICULO 1274.- Extensión de la responsabilidad por obra en ruina o impropia para su


destino. La responsabilidad prevista en el artículo 1273 se extiende
concurrentemente:

a) a toda persona que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir
si hace de esa actividad su profesión habitual;

b) a toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño de


la obra, cumple una misión semejante a la de un contratista;

c) según la causa del daño, al subcontratista, al proyectista, al director de la obra


y a cualquier otro profesional ligado al comitente por un contrato de obra de
construcción referido a la obra dañada o a cualquiera de sus partes.

ARTICULO 1275.- Plazo de caducidad. Para que sea aplicable la responsabilidad


prevista en los artículos 1273 y 1274, el daño debe producirse dentro de los diez
años de aceptada la obra.

ARTICULO 1276.- Nulidad de la cláusula de exclusión o limitación de la responsabilidad.


Toda cláusula que dispensa o limita la responsabilidad prevista para los daños
que comprometen la solidez de una obra realizada en inmueble destinada a larga
duración o que la hacen impropia para su destino, se tiene por no escrita.
ARTICULO 1277.- Responsabilidades complementarias. El constructor, los
subcontratistas y los profesionales que intervienen en una construcción están
obligados a observar las normas administrativas y son responsables, incluso
frente a terceros, de cualquier daño producido por el incumplimiento de tales
disposiciones.

Normas especiales para los servicios

ARTICULO 1278.- Normas aplicables. Resultan aplicables a los servicios las normas
de la Sección 1ª de este Capítulo y las correspondientes a las obligaciones de
hacer.

La norma, ademá s de las disposiciones generales comprendidas en los arts. 1251 a


1261, establece la aplicació n de las normas correspondientes a las obligaciones de
hacer.

ARTICULO 1279.- Servicios continuados. El contrato de servicios continuados puede


pactarse por tiempo determinado. Si nada se ha estipulado, se entiende que lo ha
sido por tiempo indeterminado. Cualquiera de las partes puede poner fin al
contrato de duración indeterminada; para ello debe dar preaviso con razonable
anticipación.

La norma prevé que el contrato de servicio puede ser por tiempo determinado o
indeterminado. En ausencia de convenció n se lo entiende por tiempo indeterminado.

En tal caso para poner fin al contrato se debe dar preaviso con razonable anticipació n.

CONTRATO DE MANDATO
EL PODER

 Es el instrumento que formaliza el contrato

LA REPRESENTACION

 Es la investidura (otorgada por el mandante al mandatario)

ARTICULO 1319.- Definició n. Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga
a realizar uno o más actos jurídicos en interés de otra.

El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona


sabe que alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo
hacerlo, se entiende que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del
mandato implica su aceptación aun sin mediar declaración expresa sobre ella.
Es para realizar actos jurídicos en interés de otro

Puede ser conferido y aceptado en forma:

TAXITA: Mandato sin representación (mandato oculto) – Representación sin mandato


(incapaces- menores, etc.)

EXPRESA: porque se acuerda

ARTICULO 1320.- Representación. Si el mandante confiere poder para ser


representado, le son aplicables las disposiciones de los artículos 362 y siguientes.

Aun cuando el mandato no confiera poder de representación, se aplican las


disposiciones citadas a las relaciones entre mandante y mandatario, en todo lo
que no resulten modificadas en este Capítulo.

Mandato con representació n (art. 362 y ss.) la representació n como el acto que
permite imputar efectos directos a una persona por la actuació n de otra, el cual puede
tener como fuente un origen:

1. legal (“la ley” los padres que representan a los hijos menores)
2. Voluntario (a través de un contrato)
3. Convencional (viene del estatuto de una persona jurídica ej. adm. de
consorcio)

ART. 359: Acto realizado por el representante obligan al representado

Representació n Voluntaria es el Contrato de Mandato

Representació n Aparente (ARTICULO 367.- Representació n aparente. Cuando alguien


ha obrado de manera de inducir a un tercero a celebrar un acto jurídico, dejá ndolo
creer razonablemente que negocia con su representante, sin que haya representació n
expresa, se entiende que le ha otorgado tá citamente poder suficiente.

A tal efecto se presume que:

a) quien de manera notoria tiene la administració n de un establecimiento abierto al


pú blico es apoderado para todos los actos propios de la gestió n ordinaria de éste;

b) los dependientes que se desempeñ an en el establecimiento está n facultados para


todos los actos que ordinariamente corresponden a las funciones que realizan;

c) los dependientes encargados de entregar mercaderías fuera del establecimiento


está n facultados a percibir su precio otorgando el pertinente recibo).
CLASES DE MANDATOS
1ª CLASIFICACION

 General: en él se otorga para un nú mero indeterminado de actos jurídicos.


 Especial: se otorga para uno o varios actos jurídicos determinados.

2ª CLASIFICACION (sobre qué actos jurídicos se realiza)

 Administración
 Disposición

PODER JUDICIAL para actuar en juicio se puede dar a Abogados y Procuradores

 Poder Gral. (para cualquier pleito)


 Poder Especial (para un pleito determinado: divorcio-alimentos)

ARTICULO 1321.- Mandato sin representación. Si el mandante no otorga poder de


representación, el mandatario actúa en nombre propio pero en interés del
mandante, quien no queda obligado directamente respecto del tercero, ni éste
respecto del mandante. El mandante puede subrogarse en las acciones que tiene
el mandatario contra el tercero, e igualmente el tercero en las acciones que pueda
ejercer el mandatario contra el mandante.

Si no hay poder de representació n

 El mandatario actú a en nombre propio pero en interés del mandante


 El mandante no está obligado directamente con el 3º y el 3º no lo está con el
mandante
 El mandante puede subrogarse en las acciones que tiene el mandatario contra
el 3º
 El 3º con la acciones que pueda ejercer el mandatario contra el mandante

ARTICULO 1322.- Onerosidad. El mandato se presume oneroso. A falta de acuerdo


sobre la retribución, la remuneración es la que establecen las disposiciones
legales o reglamentarias aplicables, o el uso. A falta de ambos, debe ser
determinada por el juez.

 Se presume oneroso,
 A falta de acuerdo sobre la retribució n, la remuneració n es la que establecen
las disposiciones legales reglamentarias aplicable, o el uso;
 A falta de ambas, debe ser determinada por el Juez.

ARTICULO 1323.- Capacidad. El mandato puede ser conferido a una persona


incapaz, pero ésta puede oponer la nulidad del contrato si es demandado por
inejecución de las obligaciones o por rendición de cuentas, excepto la acción de
restitución de lo que se ha convertido en provecho suyo.

En principio se admite la posibilidad de otorgar mandato a una persona incapaz la que


podrá oponer la nulidad del mandato frente a la demanda del mandante por
inejecució n de sus obligaciones o por rendició n de cuentas.

La ú nica acció n que tendrá el mandante frente al mandatario incapaz es aquella


mediante la cual persiga lo que el mandatario hubiese convertido en su provecho y
que encontrase causa en el mandato conferido.

Si bien la norma no lo explicita el mandante en el supuesto del mandatario incapaz no


só lo se encuentra obligado frente a éste sino también frente a los terceros.

ARTICULO 1324.- Obligaciones del mandatario. El mandatario está obligado a:

a) cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones


dadas por el mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con
el cuidado que pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las
reglas de su profesión, o por los usos del lugar de ejecución;

b) dar aviso inmediato al mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que


razonablemente aconseje apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo
nuevas instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas
indispensables y urgentes;

c) informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra


circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato;

d) mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato
que, por su naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada;

e) dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y
ponerlo a disposición de aquél;

f) rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción del


mandato;

g) entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses
moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio;

h) informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la


ejecución del mandato;
i) exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión
encomendada, y entregarle la que corresponde según las circunstancias.

Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de


vivir, acepta él regularmente, aun cuando se excuse del encargo, debe tomar las
providencias conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le
encomienda.

ARTICULO 1325.- Conflicto de intereses. Si media conflicto de intereses entre el


mandante y el mandatario, éste debe posponer los suyos en la ejecución del
mandato, o renunciar.

La obtenció n, en el desempeñ o del cargo, de un beneficio no autorizado por el


mandante, hace perder al mandatario su derecho a la retribució n.

El mandatario tiene que anteponer los intereses del mandante a los suyos, ante un
supuesto de conflicto de intereses y, como complemento con lo dispuesto en el inc. c)
del art. 1324, debe dar aviso inmediato si se presenta tal conflicto, imponiendo como
regla de conducta que debe priorizar los intereses del mandante o, caso contrario,
renunciar al encargo conferido.

El ú ltimo pá rrafo del art. 1325 CCyC determina como sanció n la pérdida de la
retribució n pactada, frente a la percepció n por parte del mandatario de un beneficio
no autorizado por el mandante.

ARTICULO 1326.- Mandato a varias personas. Si el mandato se confiere a varias


personas sin estipular expresamente la forma o el orden de su actuación, se
entiende que pueden desempeñarse conjunta o separadamente.

La norma general que indica que, si no se ha estipulado la forma, alcance o el orden en


que deban actuar los mandatarios, estos podrá n hacerlo conjunta o separadamente.

Como se indicara, ante un mandato plural y con el objeto de determinar los efectos y
validez de los actos que pueda haber ejecutado uno o varios mandatarios, deberá n
analizarse los términos en los cuales ha sido otorgado.

Así puede que se haya otorgado para una actuació n:

 conjunta: deben actuar todos coordinados para que el acto tenga efectos
jurídicos;
 solidaria: cada uno puede actuar vá lidamente por sí solo;
 fraccionada: cada uno tiene una esfera de actividad exclusiva de actuació n;
 sustitutiva o subordinada: cada uno tiene indicada su actuació n en cierto
orden o subordinada a determinada situació n.

ARTICULO 1327.- Sustitución del mandato. El mandatario puede sustituir en otra


persona la ejecución del mandato y es responsable de la elección del sustituto,
excepto cuando lo haga por indicación del mandante. En caso de sustitución, el
mandante tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736
y concordantes, pero no está obligado a pagarle retribución si la sustitución no
era necesaria. El mandatario responde directamente por la actuación del
sustituto cuando no fue autorizado a sustituir, o cuando la sustitución era
innecesaria para la ejecución del mandato.

ARTICULO 1328.- Obligaciones del mandante. El mandante está obligado a:

a) suministrar al mandatario los medios necesarios para la ejecución del


mandato y compensarle, en cualquier momento que le sea requerido, todo
gasto razonable en que haya incurrido para ese fin;
b) indemnizar al mandatario los daños que sufra como consecuencia de la
ejecución del mandato, no imputables al propio mandatario;
c) liberar al mandatario de las obligaciones asumidas con terceros,
proveyéndole de los medios necesarios para ello;
d) abonar al mandatario la retribución convenida. Si el mandato se extingue
sin culpa del mandatario, debe la parte de la retribución proporcionada al
servicio cumplido; pero si el mandatario ha recibido un adelanto mayor de
lo que le corresponde, el mandante no puede exigir su restitución.

ARTICULO 1329.- Extinción del mandato. El mandato se extingue:

a) por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento
de la condición resolutoria pactada;
b) por la ejecución del negocio para el cual fue dado;
c) por la revocación del mandante;
d) por la renuncia del mandatario;
e) por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario.

ARTICULO 1330.- Mandato irrevocable. El mandato puede convenirse expresamente


como irrevocable en los casos de los incisos b) (por la muerte del representante o
del representado; sin embargo subsiste en caso de muerte del representado
siempre que haya sido conferido para actos especialmente determinados y en
razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante, de un
tercero o común a representante y representado, o a representante y un tercero, o
a representado y tercero;) y c)( por la revocación efectuada por el representado;
sin embargo, un poder puede ser conferido de modo irrevocable, siempre que lo
sea para actos especialmente determinados, limitado por un plazo cierto, y en
razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante, o de un
tercero, o común a representante y representado, o a representante y un tercero,
o a representado y tercero; se extingue llegado el transcurso del plazo fijado y
puede revocarse si media justa causa;) del artículo 380.

El mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante es nulo si


no puede valer como disposición de última voluntad.

Son aquellos que se otorgan por plazo cierto para un negocio en particular o para
actos especialmente determinados.

ARTICULO 1331.- Revocación. La revocación sin justa causa del mandato otorgado
por tiempo o asunto determinado obliga al mandante a indemnizar los daños
causados; si el mandato fue dado por plazo indeterminado, el mandante debe dar
aviso adecuado a las circunstancias o, en su defecto, indemnizar los daños que
cause su omisión.

Siempre que no exista justa causa el derecho a revocar el mandato ejercida antes de la
conclusió n del negocio o del plazo estipulado obliga al mandante a la indemnizació n
de los dañ os causados al mandatario al igual que sucede con la resolució n anticipada
de cualquier otro contrato ya que obviamente el mandatario si es un profesional en
virtud del contrato celebrado deshecha otras alternativas, cuenta con los ingresos ya
que son su modo de vida, etc.

Mientras que en aquellos supuestos en los cuales no se haya establecido un plazo


específico de duració n del negocio jurídico antes del ejercido del derecho a revocar el
mandante debe dar preaviso al mandatario en igual sentido que sucede con otros
contratos de plazo indeterminado.

El plazo de preaviso deberá ser adecuado a las circunstancias, por lo que creemos ya
que acertadamente no se impone un plazo específico, deberá tomarse en
consideració n en cada caso concreto el tiempo efectivo transcurrido, la realidad
econó mica del mandatario etc. para la determinació n de lo que habrá de considerarse
adecuado.
Si el mandante omite el preaviso deberá reparar los dañ os que cause dicha omisió n

ARTICULO 1332.- Renuncia. La renuncia intempestiva y sin causa justificada del


mandatario obliga a indemnizar los daños que cause al mandante.

ARTICULO 1333.- Muerte o incapacidad del mandatario y del mandante. Producida la


muerte o incapacidad del mandatario, sus herederos, representantes o asistentes
que tengan conocimiento del mandato deben dar pronto aviso al mandante y
tomar en interés de éste las medidas que sean requeridas por las circunstancias.

Si se produce la muerte o incapacidad del mandante, el mandatario debe ejecutar


los actos de conservación si hay peligro en la demora, excepto instrucciones
expresas en contrario de los herederos o representantes.

ARTICULO 1334.- Rendición de cuentas. La rendición de cuentas por el mandatario


debe ser en las condiciones previstas en los artículos 858 y siguientes
acompañadas de toda la documentación relativa a su gestión. Excepto
estipulación en contrario, las cuentas deben rendirse en el domicilio del
mandatario y los gastos que generan son a cargo del mandante.

La obligació n de rendir cuentas encuentra fundamento en el ejercicio del control por


parte del mandante de la evolució n del negocio jurídico y en el deber de informació n
que pesa sobre el mandatario.

La norma remite al capítulo específico de rendició n de cuentas contenidas en los


arts. 858 y ss. del Có digo Civil y Comercial que dispone los requisitos de la rendició n,
la oportunidad de la rendició n, etc., la que deberá ser acompañ ada de toda la
documentació n relativa a su gestió n.

ARTÍCULO 859.- Requisitos. La rendició n de cuentas debe:

a) ser hecha de modo descriptivo y documentado;


b) incluir las referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su
comprensión;
c) acompañar los comprobantes de los ingresos y de los egresos, excepto
que sea de uso no extenderlos;
d) concordar con los libros que lleve quien las rinda.
En los supuestos en los cuales las partes no pactasen un lugar específico para efectuar
la rendició n la norma determina que será en el domicilio del mandatario, siendo a
cargo del mandante los gastos que en virtud de la rendició n se generen, lo que resulta
una solució n adecuada puesto que forma parte del ejercicio del control sobre la
actuació n del mandatario.

GESTIÓN DE NEGOCIOS

❖ Hay gestión de negocios cuando una persona asume oficiosamente la gestión


de un negocio ajeno por un motivo razonable, sin intención de hacer una
liberalidad y sin estar autorizada ni obligada, convencional o legalmente.

Liberalidad: donación. Liberamiento patrimonial sin esperar nada a cambio. Es


“meterse en el patrimonio del otro sin estar autorizado”.
• Figura parecida: mandato tácito. En el mandato actúas a nombre de otro, este
sabe y no hace nada para impedirlo. En la gestión el otro no sabe o, sabiendo, no
puede hacer nada para impedirlo.

NO HAY CONTRATO. Se lo ve como un cuasi-contrato.

Gestor → una vez que inicia la gestió n la tiene que terminar o esperar que el otro
accione.

¿Quién queda obligado frente a 3ros? El gestor.

➢ Si el dueño del negocio ratifica la gestión, esta tiene efectos retroactivos al momento
que empezó la gestión y se le aplica, supletoriamente, el contrato de mandato.

OBLIGACIONES DEL GESTOR

• El gestor está obligado a:

a. avisar sin demora al dueñ o del negocio que asumió la gestió n, y aguardar su
respuesta, siempre que esperarla no resulte perjudicial;

b. actuar conforme a la conveniencia y a la intenció n, real o presunta, del dueñ o del


negocio;

c. continuar la gestió n hasta que el dueñ o del negocio tenga posibilidad de asumirla
por sí mismo o, en su caso, hasta concluirla;

d. proporcionar al dueñ o del negocio informació n adecuada respecto de la gestió n;

e. una vez concluida la gestió n, rendir cuentas al dueñ o del negocio.

• Conclusión de la gestión

La gestió n concluye:

a. Cuando el dueñ o le prohíbe al gestor continuar actuando. El gestor, sin embargo,


puede continuarla, bajo su responsabilidad, en la medida en que lo haga por un interés
propio;

b. Cuando el negocio concluye.

• Obligación frente a terceros: El gestor queda personalmente obligado frente a


terceros.
➢ Só lo se libera si el dueñ o del negocio ratifica su gestió n, o asume sus obligaciones; y
siempre que ello no afecte a terceros de buena fe.

GESTIÓN CONDUCIDA ÚTILMENTE Si la gestió n es conducida ú tilmente, el dueñ o del


negocio está obligado frente al gestor, aunque la ventaja que debía resultar no se haya
producido, o haya cesado:

a) a reembolsarle el valor de los gastos necesarios y ú tiles, con los intereses legales
desde el día en que fueron hechos;

b) a liberarlo de las obligaciones personales que haya contraído a causa de la gestió n;

c) a repararle los dañ os que, por causas ajenas a su responsabilidad, haya sufrido en
el ejercicio de la gestió n;

Resumen de los 3 incisos: ponerlo en la misma situació n patrimonial en la que estaba


antes de la gestió n.

e) a remunerarlo, si la gestió n corresponde al ejercicio de su actividad


profesional, o si es equitativo en las circunstancias del caso.

NOVEDAD: si está relacionada con la profesió n puede pedir una retribució n.

• Responsabilidad del gestor por culpa El gestor es responsable ante el dueño del
negocio por el daño que le haya causado por su culpa. Su diligencia se aprecia con
referencia concreta a su actuación en los asuntos propios; son pautas a considerar, entre
otras, si se trata de una gestión urgente, si procura librar al dueño del negocio de un
perjuicio, y si actúa por motivos de amistad o de afección.

- Principio general del derecho: el que por su culpa o negligencia causaré un dañ o a
otro, está obligado a reparar los dañ os.

• Responsabilidad del gestor por caso fortuito El gestor es responsable ante el


dueño del negocio, aun por el daño que resulte de caso fortuito, excepto en cuanto la
gestión le haya sido útil a aquél:

a) si actú a contra su voluntad expresa;

b) si emprende actividades arriesgadas, ajenas a las habituales del dueñ o del negocio;

c) si pospone el interés del dueñ o del negocio frente al suyo;

d) si no tiene las aptitudes necesarias para el negocio, o su intervenció n impide la de


otra persona má s idó nea.
• Responsabilidad solidaria Son solidariamente responsables:

a. los gestores que asumen conjuntamente el negocio ajeno;

b. los varios dueños del negocio, frente al gestor.

• Ratificación El dueñ o del negocio queda obligado frente a los terceros por los actos
cumplidos en su nombre, si ratifica la gestió n, si asume las obligaciones del gestor o si
la gestió n es ú tilmente conducida.

• Aplicación de normas del mandato Las normas del mandato se aplican


supletoriamente a la gestión de negocios. Si el dueño del negocio ratifica la gestión,
aunque el gestor crea hacer un negocio propio, se producen los efectos del mandato,
entre partes y respecto de terceros, desde el día en que aquélla comenzó.

EMPLEO ÚTIL

• Caracterización Quien, sin ser gestor de negocios ni mandatario, realiza un gasto,


en interés total o parcialmente ajeno, tiene derecho a que le sea reembolsado su valor,
en cuanto haya resultado de utilidad, aunque después ésta llegue a cesar. El reembolso
incluye los intereses, desde la fecha en que el gasto se efectú a.

• Gastos funerarios Está n comprendidos en el artículo 1791 los gastos funerarios


que tienen relació n razonable con las circunstancias de la persona y los usos del lugar.

• Obligados al reembolso El acreedor tiene derecho a demandar el reembolso:

a) a quien recibe la utilidad;

b) a los herederos del difunto, en el caso de gastos funerarios;

c) al tercero adquirente a título gratuito del bien que recibe la utilidad, pero só lo hasta
el valor de ella al tiempo de la adquisició n.

• Responsabilidad del gestor por caso fortuito El gestor es responsable ante el dueñ o
del negocio, aun por el dañ o que resulte de caso fortuito, excepto en cuanto la gestió n
le haya sido ú til a aquél: a) si actú a contra su voluntad expresa; b) si emprende
actividades arriesgadas, ajenas a las habituales del dueñ o del negocio; c) si pospone el
interés del dueñ o del negocio frente al suyo; d) si no tiene las aptitudes necesarias
para el negocio, o su intervenció n impide la de otra persona má s idó nea.
• Responsabilidad solidaria Son solidariamente responsables: a. los gestores que
asumen conjuntamente el negocio ajeno; b. los varios dueñ os del negocio, frente al
gestor.

• Ratificació n El dueñ o del negocio queda obligado frente a los terceros por los actos
cumplidos en su nombre, si ratifica la gestió n, si asume las obligaciones del gestor o si
la gestió n es ú tilmente conducida.

• Aplicació n de normas del mandato Las normas del mandato se aplican


supletoriamente a la gestió n de negocios. Si el dueñ o del negocio ratifica la gestió n,
aunque el gestor crea hacer un negocio propio, se producen los efectos del mandato,
entre partes y respecto de terceros, desde el día en que aquélla comenzó .

CONTRATO DE DEPÓSITO
La función social y económica del contrato de depósito es la custodia de las cosas
depositadas.
La guarda y custodia de las cosas depositadas es la obligación principal del depositario,
a diferencia de otros contratos en los que la custodia es una obligación secundaria, como
por ejemplo, la locación de cosas o el mandato.
El contrato de depósito es un contrato de confianza, independientemente de su carácter
oneroso. La obligación de custodia es intransferible y debe cumplirla el depositario
personalmente.

Disposiciones generales

ARTICULO 1356.- Definición. Hay contrato de depósito cuando una parte se


obliga a recibir de otra una cosa con la obligación de custodiarla y restituirla
con sus frutos.

Se trata de un contrato consensual, es decir que para el perfeccionamiento del


contrato de depó sito solo basta con el consentimiento de las partes aun cuando la
entrega de la cosa siempre estará presente. Asimismo, se establecen las obligaciones
esenciales del depositario:

 el deber de custodia
 la restitució n con sus frutos de la cosa depositada.

El contrato de depó sito es definido dentro de las disposiciones generales de este


modelo de contratació n por lo tanto se interpreta que ademá s de definir al depó sito
regular establece las características distintivas y comunes del contrato aplicables a
todas sus modalidades.

La obligació n de restituir la cosa es una nota típica de los contratos en los que se
concede el uso o la tenencia de una cosa ajena, como en el comodato, la locació n y el
mutuo, por lo que no constituye un elemento tipificante del contrato de depó sito.

ARTICULO 1357.- Presunción de onerosidad. El depósito se presume oneroso. Si


se pacta la gratuidad, no se debe remuneración, pero el depositante debe
reembolsar al depositario los gastos razonables en que incurra para la custodia
y restitución.

En el CC, el art. 2183 establecía el cará cter gratuito del contrato de depó sito. El art.
573 C.Com., por el contrario, establecía la onerosidad del contrato de depó sito
comercial, teniendo en cuenta que no había contemplados contratos gratuitos en el
á mbito comercial.
Se presume que el contrato de depó sito es oneroso, permitiendo a las partes pactar la
gratuidad. Esta gratuidad se refiere exclusivamente a la remuneració n del depositario,
ya que los gastos en los que se incurra para la custodia y restitució n deben ser
reembolsados por el depositante.

ARTICULO 1358.- Obligación del depositario. El depositario debe poner en la


guarda de la cosa la diligencia que usa para sus cosas o la que corresponda a su
profesión. No puede usar las cosas y debe restituirlas, con sus frutos, cuando le
sea requerido.

La obligació n principal del depositario es custodiar la cosa depositada. Siendo el


contrato de depó sito un contrato de confianza, la obligació n de custodia no puede ser
transmitida y debe cumplirla el depositario personalmente.
Cuando la cosa depositada sufra algú n desmedro, se pierda o perezca por culpa del
depositario, este responderá ante el depositante por los dañ os y perjuicios sufridos
por el incumplimiento de su obligació n de custodia.
En el caso del depó sito oneroso, el depositario es quien hace del depó sito su profesió n
y tiene las responsabilidades propias de ella, debiendo actuar en forma diligente y
previsible.
En el caso de que el contrato de depó sito se haya pactado gratuito, la responsabilidad
del depositario se evaluará de acuerdo a factores subjetivos como la culpa y dolo.
El depositario tampoco podrá utilizar la cosa puesto que a diferencia de otras
tipologías contractuales solo posee la tenencia y debe restituirla con sus frutos cuando
le sea requerida.

ARTICULO 1359.- Plazo. Si se conviene un plazo, se presume que lo es en favor


del depositante. Pero si el depósito es gratuito, el depositario puede exigir del
depositante, en todo tiempo, que reciba la cosa depositada.
Si se trata de un depó sito oneroso y las partes pactan un plazo se entenderá que lo es
a favor del depositante dado que en el contrato de depó sito prevalece el interés del
depositante, esto significa que el depositante puede pedir la restitució n de la cosa en
cualquier tiempo, aú n si no ha vencido el plazo del contrato. Es el depositario quien
debe respetar el plazo convenido

Si el contrato se conviene gratuito el depositario dado su obligació n de custodia puede


en cualquier momento exigir al depositante que reciba la cosa depositada como
fó rmula para liberarse de las obligaciones asumidas.

ARTICULO 1360.- Depósito oneroso. Si el depósito es oneroso, el depositante


debe pagar la remuneración establecida para todo el plazo del contrato, excepto
pacto en contrario.

Si para la conservación de la cosa es necesario hacer gastos extraordinarios, el


depositario debe dar aviso inmediato al depositante, y realizar los gastos
razonables causados por actos que no puedan demorarse. Estos gastos y los de
restitución son por cuenta del depositante.

En el depó sito oneroso si bien el plazo convenido se presume a favor del depositante,
el depositario tiene derecho a percibir la remuneració n acordada por todo el plazo,
independientemente de si el depositante decidiera retirar antes del vencimiento la
cosa depositada. Primando la autonomía de la voluntad, la norma faculta a las partes a
pactar en contrario.
Los gastos extraordinarios para la conservació n de la cosa tales como refrigeració n,
ventilació n del ambiente, entre otros. Es de suponer que los gastos necesarios, tales
como estanterías, está n incluidos en la remuneració n pactada.
El obligado al pago de los gastos extraordinarios es el depositante, sin embargo el
depositario tiene la obligació n de dar aviso inmediato al depositante si hay peligro de
que la cosa pueda sufrir algú n dañ o para que este autorice el gasto o lo sufrague
directamente. Independientemente de la decisió n del depositante, el depositario
cumple con su obligació n dando aviso de la novedad, pero si omite avisar, responderá
por los dañ os causados por su omisió n.
Si el peligro de dañ o a la cosa depositada es inminente, el depositario debe tomar las
medidas y realizar los gastos necesarios para evitar ese dañ o. Si no lo hiciere,
responderá por su incumplimiento. Estos gastos son por cuenta del depositante.

ARTICULO 1361.- Lugar de restitución. La cosa depositada debe ser restituida


en el lugar en que debía ser custodiada.

La cosa depositada debe ser restituida en el lugar en que deba ser custodiada. No
admite que las partes puedan pactar otro lugar para la restitució n que no sea el mismo
donde la cosa debe ser custodiada.
ARTICULO 1362.- Modalidad de la custodia. Si se convino un modo específico de
efectuar la custodia y circunstancias sobrevinientes exigen modificarlo, el
depositario puede hacerlo, dando aviso inmediato al depositante.

Las partes pueden convenir un tipo especial de custodia del bien y si por
circunstancias sobrevinientes el mismo debe ser modificado, se autoriza al
depositario a efectuar tal modificació n dando inmediato aviso al depositante.

ARTICULO 1363.- Persona a quien debe restituirse la cosa. La restitución debe


hacerse al depositante o a quien éste indique. Si la cosa se deposita también en
interés de un tercero, el depositario no puede restituirla sin su consentimiento.

El depositario tiene la obligació n de restituir la cosa y se libera al entregarla a la


persona legitimada para recibirla; en caso de realizar la entrega a otro, deberá
responder por los dañ os ocasionados al depositante por su incumplimiento.
El primer legitimado es el mismo depositante. Asimismo, el depositante pudo haber
indicado a otro para recibir la cosa depositada, es a este otro a quien el depositario
deberá restituir la cosa depositada.
La norma contempla el supuesto en el que la cosa haya sido depositada también en
interés de un tercero. En este caso, para que el depositario restituya la cosa
depositada al depositario o a quién este indique, es necesario que el tercero preste su
consentimiento.

ARTICULO 1364.- Pérdida de la cosa. Si la cosa depositada perece sin culpa del
depositario, la pérdida debe ser soportada por el depositante.

Solamente las cosas sujetas a un contrato de depósito regular pueden perderse.


Si la cosa se pierde sin culpa del depositario, la pérdida será soportada por el
depositante, es decir, su dueñ o. En cambio, si la cosa se pierde por negligencia del
depositario, este deberá indemnizar los dañ os ocasionados por su culpa.
Distinta es la solució n si el depósito es irregular, siendo la cosa depositada fungible,
siempre puede ser reemplazada por otra de la misma especie. Tengamos en cuenta
que en esta clase de depó sito, el depositante transfiere la propiedad de la cosa al
depositario, motivo por el cual la pérdida también es soportada por el dueñ o de la
cosa que, en este caso es el depositario.

ARTICULO 1365.- Prueba del dominio. El depositario no puede exigir que el


depositante pruebe ser dueño de la cosa depositada.

El depositante puede no ser el propietario de la cosa depositada, ya que es posible que


fuese el tenedor o el poseedor de la cosa, por lo que se prohíbe al depositario exigir al
depositante la prueba de que es el dueñ o de la cosa depositada.
El depositario tiene la obligació n de restituir la cosa depositada al legitimado, los
legitimados para recibir la cosa depositada son el depositante o a quien este indique.
La ley no limita la celebració n del contrato de depó sito a los propietarios de la cosa
depositada.
El derecho a recibir la cosa depositada nace del contrato de depó sito, no de la calidad
de dueñ o.

ARTICULO 1366.- Herederos. Los herederos del depositario que de buena fe


hayan enajenado la cosa depositada sólo están obligados a restituir al
depositante el precio percibido. Si éste no ha sido pagado, deben cederle el
correspondiente crédito.

En el caso de fallecimiento del depositario, aplicando las normas que regulan la


transmisió n mortis causa, los herederos deben cumplir la obligació n de restituir la
cosa depositada al depositante.
Hay una excepció n a esas normas, pues prevé el supuesto de que los herederos del
depositario, ignorando que la cosa que se hallaba en poder del depositario no le
pertenecía —sino que este la tenía en calidad de depositario para su guarda y custodia
—, la hubieran enajenado. En tal caso, en tanto haya actuado de buena fe —la que, en
este supuesto, consiste en la ignorancia acerca de la real titularidad de la cosa—, el
heredero puede liberarse restituyendo al depositante el precio recibido por la cosa,
que puede diferir del de mercado, sin tener que responder por dañ os y perjuicios.
En sentido contrario, el heredero que vendió bienes ajenos que sabía que habían sido
entregados en depó sito a su causante, debe responder por los dañ os y perjuicios que
con ello hubiera generado al depositante.

Depósito irregular

ARTICULO 1367.- Efectos. Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, que no


se encuentra en saco cerrado, se transmite el dominio de las cosas aunque el
depositante no haya autorizado su uso o lo haya prohibido. El depositario debe
restituir la misma calidad y cantidad.

Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, y el depositario tiene la facultad


de servirse de ellas, se aplican las reglas del mutuo.

El depó sito irregular transfiere la propiedad de la cosa depositada al depositario. Para


el depositante es irrelevante lo que el depositario haga con el dinero o las cosas
fungibles que le entregó , aun cuando no haya autorizado y aun prohibido su uso. En
tanto el depositario del depó sito irregular tiene la propiedad de las cosas depositadas,
tiene también su uso.
Lo que importa es que al término señ alado se le entregue al depositante una suma
equivalente o una cantidad, especie y calidad igual de cosas fungibles. Esta es la ú nica
obligació n que la ley impone al depositario irregular.
Afectará n al depositario los aumentos y disminuciones que sobrevengan en el valor de
la cosa depositada.
Si el depositante entrega la cosa en saco o caja cerrada que la contenga, sin entregar la
llave, el depó sito ya no es irregular, pues dicho envase cerrado con su contenido
conforma una cosa cierta e individualizable, por lo que el depó sito es regular y se
aplicará n las normas correspondientes a esta modalidad.

Depósito necesario

ARTICULO 1368.- Definición. Es depósito necesario aquel en que el depositante


no puede elegir la persona del depositario por un acontecimiento que lo somete
a una necesidad imperiosa, y el de los efectos introducidos en los hoteles por los
viajeros.

La diferencia entre depó sito voluntario y depó sito necesario consiste en el menor
grado de libertad del depositante en elegir al depositario. Esta restricció n a la libertad
contractual se da cuando el depó sito es consecuencia de una situació n urgente de
necesidad como, por ejemplo, la ocurrencia de una catá strofe ambiental, inundació n,
incendio, terremoto, naufragio, entre otros.
La situació n urgente de necesidad antes mencionada acota la libertad del depositante
al no poder elegir libremente al depositario, pero esta circunstancia no le quita el
cará cter convencional al depó sito.
El ingreso de los viajeros a un establecimiento hotelero acá también se trata de un
contrato concluido en virtud de la necesidad sin que exista margen de opció n para el
depositante, sin embargo en el caso del hospedaje el depó sito surge por conexidad del
contrato principal y consideramos que ademá s debe ser armonizado con los
principios protectorios establecidos por la Ley de Defensa del Consumidor.

ARTICULO 1369.- Depósito en hoteles. El depósito en los hoteles tiene lugar por
la introducción en ellos de los efectos de los viajeros, aunque no los entreguen
expresamente al hotelero o sus dependientes y aunque aquéllos tengan las
llaves de las habitaciones donde se hallen tales efectos.

El contrato de depó sito necesario se perfecciona en el momento en el que el viajero


introduce en el hotel sus efectos personales, aunque no se los haya entregado
expresamente al hotelero o a sus empleados y aunque lleve consigo la llave de la
habitació n. Esto es así porque el viajero no se reserva la custodia de sus efectos
personales y porque el hotelero tiene acceso a la habitació n siempre.
No es necesario que la entrega de los efectos personales del viajero se realice dentro
del á mbito del establecimiento, el contrato se verifica desde el momento en el que el
huésped entrega sus cosas al empleado del hotel que lo espera en el aeropuerto, en la
terminal de ferrocarril, en la parada de taxis, en la acera del hotel, etc., y las introduce
el mismo empleado u otro distinto al hotel. En estos casos ya opera la transferencia de
la guarda.
El contrato de depó sito en tales supuestos resulta accesorio al contrato principal que
es el de alojamiento y por tratarse de un contrato de consumo basta con la mera
introducció n de los bienes en el establecimiento para que opere el deber de seguridad
ínsito en toda relació n de consumo (arts. 42 CN y 5° LDC).
ARTICULO 1370.- Responsabilidad. El hotelero responde al viajero por los
daños y pérdidas sufridos en:

a) los efectos introducidos en el hotel;

b) el vehículo guardado en el establecimiento, en garajes u otros lugares


adecuados puestos a disposición del viajero por el hotelero.

El hotelero responde por los dañ os y las pérdidas sufridas en todos los efectos
introducidos en el establecimiento, inclusive de los vehículos dejados en las
dependencias del hotel o en cualquier lugar adecuado puesto a disposició n del viajero
por el hotelero.
Son responsables todos los que proporcionan alojamiento en forma profesional, esto
es: pensiones, posadas, albergues, etc. Ademá s, se incluyen en la norma los hospitales,
sanatorios, casas de salud y deporte, restaurantes, garajes, lugares y playas de
estacionamiento, y otros establecimientos similares que prestan sus servicios a título
oneroso.
La responsabilidad del hotelero surge tan pronto como las cosas han sido introducidas
en el hotel, sea por sus empleados o por el propio viajero, y aú n antes si las cosas
fueron entregadas al empleado del hotel para que las introdujera.
La responsabilidad del hotelero es objetiva, nace con el dañ o causado a las cosas que
integran las pertenencias del viajero introducidas en el establecimiento.

ARTICULO 1371.- Eximentes de responsabilidad. El hotelero no responde si los


daños o pérdidas son causados por caso fortuito o fuerza mayor ajena a la
actividad hotelera.

Tampoco responde por las cosas dejadas en los vehículos de los viajeros.

En principio se establece la responsabilidad objetiva del hotelero siguiendo la ló gica


de la moderna tendencia jurisprudencial y doctrinaria basada especialmente en los
principio receptados en la ley 24.240 (art. 40 LDC) con el que concordamos
plenamente.

La orientació n solidarista del nuevo derecho de dañ os atiende a la objetivació n de la


responsabilidad con prescindencia de la culpa del agente dañ ador con una visió n
valorativa que tiende a la protecció n de la víctima del injusto.

La Ley del Consumidor en su art. 40 expande también esta responsabilidad a la


prestació n de servicios (tal el caso de la hotelería) acoplá ndose a los nuevos procesos
de organizació n socio-econó micas por lo que la norma en comentario debe ser
analizada integrá ndose con los principios establecidos por la ley especial que es de
orden pú blico (art. 65 LDC) y en caso de duda respecto de la aplicació n se estará por
aquella que resulte má s favorable al consumidor (arts. 3° LDC y 1094 Có d. Civ. y
Com.).

En relació n a la eximente de responsabilidad es muy restrictiva puesto que só lo


operará cuando el caso fortuito o fuerza mayor resulten ajenos a la actividad del
hotelero.

En la actualidad la tendencia mayoritaria entiende que el caso fortuito o la fuerza


mayor es un acontecimiento imprevisible y ajeno a la actividad econó mica, por lo que
la eximente opera só lo en situaciones extraordinarias y excepcionales externas y no
ligadas a la organizació n empresarial y ésta es precisamente la tendencia seguida por
la norma en este sentido.

Sin embargo, no compartimos la excepció n incorporada en la ú ltima parte del artículo


en comentario en relació n las cosas dejadas en los vehículos de los viajeros, que
ademá s consideramos que a la luz de las disposiciones de la Ley del Consumidor no
produciría efectos y se contradice con la primera parte de la norma.

En principio porque no resulta ló gico exonerar al hotelero por la pérdida de los


efectos dejados en el interior del vehículo del viajero y hacerlo responsable por los
efectos introducidos en el establecimiento, cuando en realidad el vehículo también se
encuentra dentro del establecimiento y por tanto los efectos que él contiene.

El empresario hotelero realiza una planificació n y organiza su actividad evaluando los


riesgos por lo que existe una situació n de previsibilidad que no puede ser obviada en
el aná lisis de la reparació n de los dañ os má xime a la luz del deber de seguridad que
surge como expresió n de protecció n jurídica de las personas, en sus derechos
econó micos y extraeconó micos, erigiéndose como un nuevo principio general del
derecho, reconocido expresamente desde la cú spide del ordenamiento jurídico (art.
42 CN) (Lovece Graciela, "Los alcances de la relació n de consumo El deber de
seguridad y el caso fortuito", JA, 2013-III).

El deber de seguridad, que se encuentra en cabeza de todo proveedor (art. 2° LDC) de


bienes y servicios se ha constituido en funció n de la legislació n vigente en una
obligació n de cará cter principal y autó nomo transformá ndose en virtud del art. 42 CN,
y de los arts. 5°, 6° y 40 LDC, en una obligació n central de seguridad real y concreta, y
es un derecho de los consumidores y usuarios que trasciende la mera expectativa
objetivamente generada.

Por tanto entendemos que el hotelero no se exime de responsabilidad por los efectos
dejados en el vehículo del viajero, corriendo por cuenta de éste la carga de probar la
naturaleza y el valor de tales efectos.
ARTICULO 1372.- Cosas de valor. El viajero que lleve consigo efectos de valor
superior al que ordinariamente llevan los pasajeros debe hacerlo saber al
hotelero y guardarlos en las cajas de seguridad que se encuentren a su
disposición en el establecimiento.

En este caso, la responsabilidad del hotelero se limita al valor declarado de los


efectos depositados.

Hay una obligació n de informació n que pesa sobre el viajero de hacer conocer al
hotelero cuando lleva valores superiores a los que normalmente transporta un
pasajero; para que los mismos sean guardados en las cajas de seguridad que se
encuentran a su disposició n.

Asimismo, limita la responsabilidad del hotelero al valor declarado de los efectos


depositados, en razó n de verdad esta norma debe interpretarse restrictivamente en
funció n de tratarse de un contrato de consumo.

Por cuanto qué sucede si el valor no es conocido pero la cosa es declarada, es decir un
pasajero no realiza un valor estimativo de los valores que deposita sino que declara
qué cosa deposita; por tanto lo que debemos interpretar es que el hotelero
responderá hasta el valor de la cosa declarada y depositada por el pasajero.

Debemos tener presente ademá s que se trata de un contrato de consumo por tanto
toda aquella limitació n de responsabilidad del proveedor puede resultar una clá usula
contractual abusiva (art. 988 inc. b Có d. Civ. y Com.) y en caso de duda se deberá
efectuar una interpretació n a favor del consumidor, má s aú n hasta puede tildarse a tal
restricció n como inconstitucional.

Ahora bien, en la actualidad las cajas de seguridad de los establecimientos hoteleros


se encuentran dentro de las mismas habitaciones por tanto el pasajero no tendría
ninguna necesidad de informar que valores guarda en ella o desconocer que debe
hacerlo por existir un déficit informativo, por lo que el hotelero deberá responder en
caso de faltantes en principio por el incumplimiento de su deber de seguridad, por los
efectos normales de todo viajero y por los de mayor valor que el damnificado pueda
probar que allí se encontraban por aplicació n de los principios tuitivos de la Ley del
Consumidor.

ARTICULO 1373.- Negativa a recibir. Si los efectos de los pasajeros son


excesivamente valiosos en relación con la importancia del establecimiento, o su
guarda causa molestias extraordinarias, los hoteleros pueden negarse a
recibirlos.
El hotelero tiene derecho a negarse a recibir objetos excesivamente valiosos
introduciendo una nueva categoría de objetos ademá s de los normales y valiosos que
son los excesivamente valiosos en relació n a la importancia del establecimiento, es
decir que en principio para negarse el hotelero a recibirlos deben darse ambas
características, no basta con que se trate de objetos de mucho valor, sino que éstos
ademá s lo sean en funció n de las características del establecimiento.

Y, el segundo supuesto es que la guarda de los objetos le cause al hotelero molestias


extraordinarias, es decir que tampoco basta con la simple molestia para negarse sino
que tienen éstas que tener una categoría de extraordinarias (ej. contratar empresa de
seguridad especialmente) de lo contrario desde la perspectiva del derecho del
consumo se entenderá que es una restricció n injustificada de la oferta (art. 7° LDC).

Debemos tener presente que este derecho que se le otorga al hotelero debe ser
ejercido siguiendo los lineamientos de la buen fe contractual (art. 961 Có d. Civ. y
Com.) y dentro del marco del ejercicio no abusivo (art. 10 Có d. Civ. y Com.)

ARTICULO 1374.- Cláusulas que reducen la responsabilidad. Excepto lo


dispuesto en los artículos 1372 y 1373, toda cláusula que excluya o limite la
responsabilidad del hotelero se tiene por no escrita.
La norma en comentario establece como regla general que toda clá usula que limite o
excluya la responsabilidad el hotelero se tiene por no escrita de forma tal y en
concordancia con las disposiciones del art. 37 LDC y 1117 del Có d. Civ. y Com. se
deben tener por no convenidas pues se trata de una clá usula abusiva.

La Ley de Defensa del Consumidor es una norma de orden pú blico y resulta un


régimen especial má s favorable al consumidor por lo que debe imperar en el caso
concreto por sobre las disposiciones de esta norma al momento de considerar las
excepciones específicas (art. 1372, 1373 Có d. Civ. y Com.).

Expresamente la ley 24.240 determina la ineficacia de todas las clá usulas que
impliquen un traslado de riesgos econó micos a los consumidores descalificando su
inserció n en el marco contractual sin ningú n tipo de restricciones objetivas o
subjetivas.

De forma tal que en esta como en otras situaciones similares la abusividad puede no
ya provenir de la clá usula inserta por el empresario en el presente supuesto el
hotelero, sino de la determinació n de la norma.

El derecho del consumidor goza de protecció n constitucional integral existiendo


ademá s una norma específica de orden pú blico (art. 65 LDC) que los regula en el
mismo sentido por lo que ninguna ley puede restringirlos o limitarlos.
ARTICULO 1375.- Establecimientos y locales asimilables. Las normas de esta
Sección se aplican a los hospitales, sanatorios, casas de salud y deporte,
restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamiento y otros
establecimientos similares que prestan sus servicios a título oneroso.

La eximente prevista en la última frase del artículo 1371 no rige para los
garajes, lugares y playas de estacionamiento que prestan sus servicios a título
oneroso.

Otros establecimientos en los cuales se introducen efectos y vehículos en una lista que
consideramos es meramente enunciativa en la que se incluyen hospitales, sanatorios,
casas de salud, deportes etc. bajo el requisito de que lo realicen a título oneroso.

En realidad no compartimos esta postura puesto que como advertimos anteriormente


este tipo de relaciones se encuentran inmersas en el marco del derecho de consumo y
por tal razó n del deber de seguridad se torna exigible siempre que exista una relació n
de consumo sea esta gratuita u onerosa y el proveedor una persona pú blica o privada.

En razó n de verdad los servicios gratuitos prestados por los establecimientos


configuran una prestació n accesoria y complementaria de la actividad principal que
no es desinteresada en tanto reporta mayores beneficios a la actividad específica
generá ndose una relació n de confianza (Weingarten Celia, "Shopping Centers,
responsabilidad por dañ os producidos a los vehículos", en Ghersi-Weingarten, Manual
de los derechos de usuarios y consumidores, La Ley, Bs. As., 2011, p. 353).

Compartimos la postura de los Dres. Frustagli y Herná ndez que sostienen que la
relació n de consumo se individualiza por el mero contacto social entre proveedor y
consumidor o usuario en los términos que fija la propia ley 24.240, no siendo
necesario la existencia o subsistencia de un vínculo contractual (Frustagli, Sandra A.
Herná ndez, Carlos A., "Las exigencias de seguridad en las relaciones de consumo", Sup.
Esp. Obligació n de Seg. 2005 (septiembre), 12/9/2005, 21 - Responsabilidad Civil
Doctrinas Esenciales VI, 1/1/2007, 439).

El proveedor independientemente que la relació n de consumo sea gratuita u onerosa


(art. 1° LDC y 1094 Có d. Civ. y Com.) debe adoptar los má ximos dispositivos
tendientes a la prevenció n de las situaciones de riesgo para las personas, efectos y
vehículos, puesto que el deber de seguridad, no implica exclusivamente la extensió n
de una garantía implícita emanada de un contrato sino que lo que se ha instaurado es
una responsabilidad por violació n del deber de seguridad de fuente legal específica
(Lovece, Graciela, "Los efectos expansivos del principio general de seguridad", DJ0
4/5/2011, 13).
Asimismo, la norma aclara que en los casos de garajes, lugares o playas de
estacionamiento que presten sus servicios a título oneroso no rige la eximente
prevista en el art. 1371 Có d. Civ. y Com. es decir que responden por las cosas dejadas
en los vehículos lo cual es ló gico puesto que eximir su responsabilidad constituye una
clá usula abusiva en tanto desnaturaliza su obligació n.

Casas de depósito
ARTICULO 1376.- Responsabilidad. Los propietarios de casas de depósito son
responsables de la conservación de las cosas allí depositadas, excepto que
prueben que la pérdida, la disminución o la avería ha derivado de la naturaleza
de dichas cosas, de vicio propio de ellas o de los de su embalaje, o de caso
fortuito externo a su actividad.

La tasación de los daños se hace por peritos arbitradores.

La responsabilidad de las casas de depó sito como supuesto especial de contratació n


en los cuales existe en términos generales el alquiler de un espacio físico al que se le
adiciona las características del depó sito regular que conlleva la obligació n de
conservació n custodia y restitució n.

Dicha relació n puede establecerse en virtud de una contratació n interempresaria que


puede o no en funció n de las característica de hecho calificarse de relació n de
consumo, o bien entre un consumidor y el empresario en la cual no existen dudas que
resulta de aplicació n las previsiones de la Ley de Defensa del Consumidor.

Se establece un modelo de responsabilidad objetiva, y en cuanto a las eximentes frente


a la pérdida, disminució n o avería de la cosa depositada se restringen exclusivamente
a la naturaleza de la cosa, a la existencia de un defecto o vicio intrínseco de ella o de su
embalaje, o a la existencia de un caso fortuito ajeno a la actividad, y en tales supuestos
la tasació n de los dañ o se efectuara mediante peritos arbitradores.

ARTICULO 1377.- Deberes. Los propietarios mencionados en el artículo 1376


deben:

a) dar recibo por las cosas que les son entregadas para su custodia, en el que se
describa su naturaleza, calidad, peso, cantidad o medida;

b) permitir la inspección de las cosas recibidas en depósito al depositante y a


quien éste indique.

En resguardo de depositante y depositario, al recibir en depó sito un efecto, el


empresario deberá documentar con exactitud los bienes dados en custodia, con
descripció n detallada de naturaleza, calidad, peso, cantidad o medida, con el objeto de
restituir la misma cosa depositada y, a la par, para no ser reclamado por el
depositante con relació n a los extremos descriptos.
El contrato de depó sito obliga al depositante a restituir la misma cosa depositada,
ademá s de conservarla en las condiciones en que fuere recibida, con excepció n natural
de los eventuales deterioros que pudieren producirse por el paso del tiempo.
El depositario profesional debe dar recibo en el que se documente con exactitud los
bienes depositados; con esta previsió n el depositante podrá controlar en el momento
de la restitució n que los bienes recibidos coincidan con los bienes depositados.
La Ley obliga al depositario a conceder al depositante la posibilidad de inspeccionar,
por sí o por tercero en su nombre, el estado en que se encuentran las cosas
depositadas. El depositario no puede restringir el ingreso del depositante al local
donde se encuentren depositados sus bienes.

Contrato de mutuo
El mutuo o préstamo de consumo ha sido una preocupació n de los legisladores en
relació n con las consecuencias econó micas del mismo desde la antigü edad.

Ya en épocas bíblicas se encuentra ligado a la necesidad alimentaria u otras de


cará cter humanitario del mutuario, asistiendo a la persona necesitada, por cuanto el
dinero —a diferencia de épocas posteriores— se entendía, no como un medio para la
realizació n de negocios o el comercio, sino para adquirir las necesidades bá sicas de la
vida. La contrapartida era la actitud benévola del mutuante, motivo por el cual era,
esencialmente, gratuito. Esto ú ltimo es el motivo por el cual se lo legisla ligado a la
prohibició n de cobrar intereses o de cualquier otro tipo de extorsió n obteniendo
algú n beneficio o fruto, aunque no sea en dinero.

El derecho romano mantuvo el cará cter gratuito del contrato pero —con el paso del
tiempo y también a raíz de la expansió n territorial y el comercio con otros pueblos—
reconoció el cará cter oneroso del contrato, aunque limitando la tasa de los intereses.

Con posterioridad, el derecho canó nico también tuvo una fuerte influencia en la lucha
contra la usura, prohibiendo prestar dinero a interés. El fundamento bíblico es el
mandato “mutuum date, nihil inde sperantes” (Evangelio San Lucas, Capítulo VI,
Versículo 35). Esta prohibició n comienza a aparecer en la legislació n civil en la época
de Carlomagno.

Recién con el Có digo Civil francés, influenciado por el liberalismo político y


econó mico, se admite la existencia de dos variantes de mutuo: el gratuito y el oneroso
(art. 1905 del Có digo Civil francés), pero solo cuando se conviene expresamente; caso
contrario, se lo considera gratuito.

El Có digo Civil y Comercial invierte la regla, disponiendo como regla la onerosidad y,


como excepció n, la gratuidad.
ARTICULO 1525.- Concepto. Hay contrato de mutuo cuando el mutuante se
compromete a entregar al mutuario en propiedad, una determinada cantidad de
cosas fungibles, y éste se obliga a devolver igual cantidad de cosas de la misma
calidad y especie.

Mutuo es el contrato en virtud del cual un sujeto, denominado mutuante, se


compromete a entregar en propiedad a otro, llamado mutuario, una determinada
cantidad de cosas fungibles, y este se obliga a devolver igual cantidad de cosas de la
misma calidad y especie.

Elementos esenciales particulares


Los elementos esenciales particulares del mutuo son:

a) obligació n de entregar una determinada cantidad de cosas fungibles;

b) transferencia en propiedad de las cosas objeto del contrato. De esta manera, al


transferirse el dominio de dichas cosas, se posibilita su consumo o
agotamiento, razó n por la cual el contrato solo puede recaer sobre cosas
fungibles de propiedad del mutuante;

c) plazo para la restitució n. Dicho plazo puede ser determinado o indeterminado,


poniendo de relieve la funció n creditoria del tipo contractual;

d) obligació n de restituir el tantumdem, es decir, igual cantidad de cosas de la


misma especie y calidad.

Caracteres
Respecto a los caracteres del contrato de mutuo, puede sostenerse que se trata de un
contrato:

1. bilateral, ya que ambas partes se obligan recíprocamente


2. oneroso por regla, aunque puede pactarse como gratuito
3. conmutativo, ya que las ventajas para todos los contratantes son ciertas al
momento de su celebració n
4. no formal
5. consensual, ya que del mero acuerdo consentido por las partes,
correspondiente a la formació n de un mutuo, nace el contrato.
6. nominado;
7. de ejecución diferida. La obligació n del mutuario de restituir igual cantidad y
calidad de cosas difiere para un momento posterior a la celebració n del
contrato. Este espacio de tiempo es inherente a la funció n econó mica del
negocio, que consiste en colocar bienes a disposició n de quien no los posee en
la actualidad para que pueda aprovecharse de ellos, careciendo de sentido si
debieran restituirse las cosas inmediatamente de recibidas;
8. de crédito o financiación;
9. que puede configurarse, tanto como paritario o discrecional, como de
adhesión, en conformidad con el art. 984 CCyC;
10.que puede configurarse como un contrato entre empresas como de
consumo, en conformidad con los arts. 1092 y 1093 CCyC y los arts. 1°, 2° y 3°
de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor.

Objeto
De la propia definició n legal surge que del contrato de mutuo solo pueden recaer
como objeto, las cosas fungibles. Cabe recordar que el art. 232 CCCN dispone que son
cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro individuo
de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual
cantidad.

Las cosas fungibles, generalmente, son también consumibles, por lo que al ser usadas
perecen. Por consiguiente, el mutuario solo puede devolver otras de la misma especie
y calidad. Generalmente el mutuo recae sobre sumas de dinero, de moneda nacional o
extranjera, aunque también puede recaer sobre otras cosas muebles fungibles, como
alimentos, combustibles, semillas, etc.

Causa
La causa en el contrato de mutuo desempeñ a un papel destacado a la hora de
diferenciarlo de otros contratos, como el depó sito.
En el contrato de mutuo, la obligació n de entregar la cosa se hace en interés principal
del mutuario, mientras que, en el depó sito, la entrega se hace en interés principal del
depositante.

ARTICULO 1526.- Obligación del mutuante. El mutuante puede no entregar la


cantidad prometida si, con posterioridad al contrato, un cambio en la situación
del mutuario hace incierta la restitución.

Excepto este supuesto, si el mutuante no entrega la cantidad prometida en el


plazo pactado o, en su defecto, ante el simple requerimiento, el mutuario puede
exigir el cumplimiento o la resolución del contrato.

Obligación del MUTUANTE


La obligació n principal del mutuante es entregar la cantidad de cosas prometidas en el
contrato al mutuario, en el tiempo y lugar convenido. Si nada se ha pactado al
respecto, será a simple requerimiento del mutuario al mutuante.

En el supuesto en que el mutuante no entregue la cantidad prometida en el plazo


pactado o, en su defecto, ante el simple requerimiento, el mutuario puede exigir el
cumplimiento o la resolució n del contrato.

Al respecto, resultará n de aplicació n las regulaciones en materia de extinció n,


reparació n de dañ os, resolució n e incumplimiento.
Excepción a la obligación de entrega
Como ú nica excepció n que habilita al mutuante a incumplir con la entrega de las cosas
prometidas en mutuo, es el supuesto que, con posterioridad al contrato, un cambio en
la situació n del mutuario hace incierta la restitució n.

Esta norma, que constituye una derivació n de la clá usula rebus sic stantibus, tiene su
fuente en el art. 1822 del Có digo Civil italiano y resulta aplicable cuando, por ejemplo,
sobrevienen alternaciones o cambios en la situació n patrimonial del contrayente que
habría de recibir la cosa.

Al respecto, resultará n también de aplicació n las prescripciones del art. 1032 CCCN
que, a manera de tutela preventiva, habilita a una de las partes de un contrato a
suspender su propio cumplimiento si sus derechos sufriesen una grave amenaza de
dañ o porque la otra parte ha sufrido un menoscabo significativo en su aptitud para
cumplir, o en su solvencia.

Al respecto, el mutuario podrá , para la subsistencia del contrato, ofrecer seguridades


suficientes de que el cumplimiento será realizado.

ARTICULO 1527.- Onerosidad. El mutuo es oneroso, excepto pacto en contrario.

Si el mutuo es en dinero, el mutuario debe los intereses compensatorios, que se


deben pagar en la misma moneda prestada.

Si el mutuo es de otro tipo de cosas fungibles, los intereses son liquidados en


dinero, tomando en consideración el precio de la cantidad de cosas prestadas en
el lugar en que debe efectuarse el pago de los accesorios, el día del comienzo del
período, excepto pacto en contrario.

Los intereses se deben por trimestre vencido, o con cada amortización total o
parcial de lo prestado que ocurra antes de un trimestre, excepto estipulación
distinta.

Si se ha pactado la gratuidad del mutuo, los intereses que haya pagado el


mutuario voluntariamente son irrepetibles.

El recibo de intereses por un período, sin condición ni reserva, hace presumir el


pago de los anteriores.

Como se ha sostenido anteriormente, la onerosidad es uno de los caracteres del


contrato de mutuo en el Có digo Civil y Comercial, salvo que se pacte en contrario; en
cuyo caso, el mutuo será gratuito. Se invierte así la regla del Có digo Civil de Vélez
Sarsfield, que disponía como regla la gratuidad del mutuo y, excepcionalmente, su
onerosidad, unificá ndose el criterio con el del Có digo de Comercio que disponía, como
todos los actos de comercio, la presunció n de onerosidad.
Onerosidad
La regla general en materia de mutuo es su onerosidad. Es decir, si se tratase de un
mutuo dinerario, ese capital entregado devengará intereses que el mutuario deberá
pagar al mutuante como contraprestació n por la suma de dinero recibida. En el caso
de mutuo de cosas fungibles, el mutuo devengará intereses en relació n al precio del
capital recibido.
Excepcionalmente, el mutuo podrá ser pactado como gratuito, en cuyo caso el
mutuario solo deberá entregar al mutuante igual especie y cantidad de las cosas
recibidas.

Intereses
Los intereses son aumentos que las deudas pecuniarias devengan en forma paulatina
durante un tiempo dado como precio por el uso de la cosa o suma de dinero por el
mutuario.

La medida del interés lo da la tasa. Es un porcentaje de unidades por cada cien


unidades de capital, expresado por un tiempo determinado.
La modalidad de determinació n puede ser fija o variable, la forma de pago puede ser
por adelantado, vencida, perió dica o no; y el sistema de amortizació n francés, alemá n
o americano; y la tasa activa o pasiva.

Ademá s, los intereses se deben pagar en la misma moneda prestada, salvo pacto en
contrario.

No obstante, por aplicació n del art. 765 CCyC, si la obligació n fuese en moneda
extranjera, el deudor podrá liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal.
Por la funció n econó mica que cumplen, los intereses pueden ser clasificados en
intereses compensatorios (o lucrativos o retributivos) y punitorios.

Los intereses compensatorios son aquellos que funcionan como una retribució n por el
uso del capital ajeno. La funció n econó mica que cumplen estos intereses es la de
“precio por el uso del capital” y, como tal, se gradú an. El interés compensatorio
“compensa” al acreedor por el tiempo en que este “cede” su dinero al deudor. Esta
característica funcional es decisiva para fijar en tasa y, recíprocamente, la tasa
contribuye a configurarlos y moldearlos en su forma nominal. En este sentido, la tasa
de interés aplicable puede ser determinada, por ejemplo, cuando fijada de manera
expresa en el contrato o determinable, remitiéndose a una tasa de interés en plaza;
por ejemplo, la tasa activa de una determinada entidad financiera.

Si la tasa de interés es fija, la tasa determinada será , en principio, invariable. Si la tasa


es variable, deberá n especificarse claramente los pará metros que se empleará n para
su determinació n y periodicidad de cambio.

Los intereses punitorios o moratorios-punitorios son los intereses causados por


incumplimiento de la obligació n. Es el interés que se produce ante la falta de pago del
capital en la fecha estipulada. En este caso, el mutuante o prestamista tiene derecho “a
penar” al mutuario-deudor por no haberle abonado en término. Estos intereses
aplican una tasa mayor que los intereses compensatorios y cumplen la funció n de una
especie de clá usula penal moratoria.

A falta de determinació n expresa de la tasa de interés, por la presunció n de


onerosidad resultará aplicable la tasa vigente en plazo, resultando razonable la
remisió n a la que perciben los bancos pú blicos nacionales o locales, segú n el caso.

Sin embargo, en el caso de las relaciones de consumo, por imperio del art. 36 de la Ley
24.240 de Defensa del Consumidor, en las operaciones financieras para consumo y en
las de crédito para el consumo deberá consignarse, de modo claro, al consumidor o
usuario, bajo pena de nulidad, entre otras cuestiones, la tasa de interés efectiva anual,
el total de los intereses a pagar o el costo financiero total, el sistema de amortizació n
del capital y cancelació n de los intereses, la cantidad, periodicidad y monto de los
pagos a realizar y los gastos extras, seguros o adicionales, si los hubiera. Asimismo,
cuando el proveedor omitiera incluir alguno de estos datos en el documento que
corresponda, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato o de
una o má s clá usulas.

En el caso de omisió n de la tasa de interés efectiva anual, su omisió n determinará que


la obligació n del tomador de abonar intereses sea ajustada a la tasa pasiva anual
promedio del mercado difundida por el Banco Central de la Repú blica Argentina
vigente a la fecha de celebració n del contrato.

Límites a las tasas de interés


El Có digo Civil y Comercial no ha fijado una tasa legal má xima de interés
compensatorio. Es decir, no fija un “precio má ximo”, para el uso del dinero ajeno, y su
espíritu es tratar de evitarlo, pero sin llegar a prohibirlo. Por tanto, su fijació n queda
librada a la autonomía de la voluntad privada.

No obstante, la clá usula de determinació n de la tasa de interés no escapa al control


judicial. En este sentido, corresponde remitirnos al art. 771 CCCN, que dispone que los
jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado que provoque
la capitalizació n de intereses excede, sin justificació n y desproporcionadamente, el
costo medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se
contrajo la obligació n y que los intereses pagados en exceso se imputan al capital y,
una vez extinguido este, pueden ser repetidos.

Empero, determinar la razonabilidad de la cuantía de la tasa de interés, determinada


en el contrato, no resulta tarea sencilla. Sobre este punto, la doctrina y jurisprudencia
son coincidentes en la necesidad de evaluar el grado de negociació n del contrato,
diferenciando los contratos paritarios o discrecionales de los contratos de adhesió n, y
especialmente, de los contratos de consumo, como también la particularidad del
negocio, el contexto socioeconó mico y de los distintos riesgos contractuales que la
tasa de interés busca prevenir como por ejemplo, el riesgo de restitució n, insolvencia,
inflacionario, cambiario, etc., a mayor riesgo, mayor razonabilidad tendrá la fijació n de
tasas má s altas.

Al respecto la Corte Suprema ha sostenido que, como regla, la clasificació n de una tasa
de interés como exorbitante o usuaria no puede establecerse en abstracto, para todos
los casos y en todos los tiempos, sino que está sujeta a una ponderació n judicial que
tenga en cuenta los vaivenes de la economía mientras el proceso tramita, la que cabe
realizar, precisamente, en el momento de la liquidació n.

En cuanto a los institutos que resultan eficaces para atacar los intereses irrazonables o
abusivos, resultan aplicables los principios generales, tales como el orden pú blico y
fraude a la ley (art. 12 CCCN), la buena fe (arts. 9° y 961 CCCN), el abuso del derecho
(art. 10 CCCN), el abuso de la posició n dominante (art. 11 CCCN), la moralidad del
objeto (arts. 279 y 1004 CCCN) y la causa (arts. 281 y 1014 CCCN).

También se destaca, especialmente en materia civil, el instituto de la lesió n (art. 332


CCCN), como, eventualmente en materia penal, la eventual comisió n del delito de
usura (art. 175 bis CP).

En el caso de los intereses punitorios, podrá recurrirse también al art. 794, pá rr. 2,
CCCN que faculta a los jueces a reducir las penas cuando su monto, desproporcionado
con la gravedad de la falta que sancionan, habida cuenta del valor de las prestaciones
y demá s circunstancias del caso, configuran un abusivo aprovechamiento de la
situació n del deudor.

No resultan aplicables, en principio, las disposiciones en materia de clá usulas abusivas


para contratos de adhesió n y/o de consumo, por la limitació n del art. 1121, inc. a,
CCCN en cuanto a que proscribe determinar có mo abusiva la clá usula relativa al
precio. Ello tiene su justificació n en que los intereses hacen a la configuració n del
objeto; no obstante, sí podrá n reputarse como clá usulas abusivas, en los términos del
art. 988 CCCN y el art. 37 de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor, ciertas
clá usulas vinculadas a la determinació n del monto de los intereses compensatorios o
punitorios, como las que dejan librada a la voluntad del predisponente la modificació n
de la tasa de interés aplicable, o se adopten criterios que tornen incierta su cuantía o
no se informara debidamente.

En materia regulatoria de los intereses, el Banco Central de la Repú blica Argentina ha


dictado la Comunicació n “A” 5615, regulando la cuestió n de los intereses en el mutuo
otorgado por entidades financieras, estableciendo topes a los intereses que resultan
aplicables por vía analó gica, a todos los contratos de mutuo.

Periodicidad
Las partes pueden pactar libremente la periodicidad en que devengará n los intereses.
Si nada han pactado, los intereses se deben por trimestre vencido, o con cada
amortizació n total o parcial de lo prestado que ocurra antes de un trimestre.
Pago de intereses en mutuos gratuitos
Si se ha pactado la gratuidad del mutuo, los intereses que haya pagado el mutuario
voluntariamente son irrepetibles.

Sin embargo, ello no implicará una “novació n” de la obligació n, sino que, en lo


sucesivo, el mutuario deberá exclusivamente el capital adeudado, sin obligació n de
pagar intereses.

Presunción de pago
Por ú ltimo, el artículo bajo aná lisis dispone que la extensió n del recibo de pago de
intereses por un período por parte del mutuante o prestamista, sin condició n o
reserva, hace presumir el pago de los intereses anteriores. Dicha presunció n tiene el
cará cter de presunció n iure et de iure.

ARTICULO 1528.- Plazo y lugar de restitución. Si nada se ha estipulado acerca


del plazo y lugar para la restitución de lo prestado, el mutuario debe restituirlo
dentro de los diez días de requerirlo el mutuante, excepto lo que surja de los
usos, y en el lugar establecido en el artículo 874.
Una de las obligaciones del mutuario es la de restituir igual cantidad de cosas
recibidas, de la misma especie y calidad, en el término y lugar pactado. Se analizará n, a
continuació n, las previsiones que el CCCN prescribe al respecto.

Plazo de restitución
Las partes, al fijar las condiciones del contrato, determinará n el plazo de restitució n
del capital. De conformidad con la modalidad que revista el mutuo, este podrá
restituirse en un ú nico pago o en diferentes pagos parciales, de manera conjunta o no
con los intereses, si hubiesen sido pactados.

De conformidad con el art. 351 CCCN, el plazo se presume, salvo estipulació n en


contrario, establecido en beneficio del obligado a cumplir, esto es, el mutuario. Por
consiguiente, queda expedita la posibilidad de restituir antes del vencimiento del
término pactado.

Para el supuesto en que no se hubiese estipulado clá usula relativa al plazo de


restitució n del capital recibido, el mutuario debe restituirlo dentro de los diez días de
requerirlo el mutuante. Esta previsió n tendrá excepció n en los usos que pactase un
plazo diferente.

Lugar de restitución
También las partes, en virtud del principio de autonomía de la voluntad, podrá n
pactar el lugar de restitució n del capital prestado.

Ante la ausencia de previsiones al respecto, la norma sub examine hace una remisió n
expresa al lugar establecido en el art. 874 CCCN. Cabe recordar que el referido artículo
establece que, si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio del deudor al
tiempo del nacimiento de la obligació n y que, si el deudor se muda, el acreedor tiene
derecho a exigir el pago en el domicilio actual o en el anterior; igual opció n
corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el domicilio del acreedor.

La norma también establece que esta regla no se aplica a las obligaciones de dar cosa
cierta. En este caso, el lugar de pago es donde la cosa habitualmente se encuentra. Esta
previsió n podría resultar aplicable para el mutuo de ciertas cosas fungibles.

ARTICULO 1529.- Incumplimiento del mutuario. La falta de pago de los intereses


o de cualquier amortización de capital da derecho al mutuante a resolver el
contrato y a exigir la devolución de la totalidad de lo prestado, más sus
intereses hasta la efectiva restitución.

Si el mutuo es gratuito, después del incumplimiento, se deben intereses


moratorios. Si el mutuo es oneroso a falta de convención sobre intereses
moratorios, rige lo dispuesto para las obligaciones de dar sumas de dinero.

Si el mutuario cumple debidamente con sus obligaciones contractuales, el contrato de


mutuo llegará a su fin a través de la llamada “extinción normal”. Ahora bien, cuando en
el transcurso del contrato se produzca un incumplimiento del mutuario, devendrá la
posibilidad de la extinció n a partir de la resolució n.

Incumplimiento del mutuario en el mutuo oneroso


El artículo bajo aná lisis regula la materia del incumplimiento de dos obligaciones
principales del mutuario: el pago de los intereses o de cualquier amortizació n de
capital.

Se trata de un supuesto particular de la clá usula resolutoria implícita, regulada en el


art. 1087 CCCN y concs.
Ante estos supuestos, el mutuante podrá exigir la devolució n de la totalidad del capital
prestado. Caducan, por tanto, todos los plazos y periodicidades que se hubiesen
pactado en el contrato. Se producirá , entonces, la resolució n del contrato.

Asimismo, el mutuante tendrá derecho a reclamar también los intereses


correspondientes, compensatorios y/o punitorios, hasta la efectiva restitució n, de
conformidad con las previsiones del contrato.

Aplicación de los intereses punitorios


Como ya se ha señ alado anteriormente, ante el incumplimiento de las obligaciones del
mutuario, nace el derecho del mutuante a reclamar los intereses punitorios.

En el supuesto del mutuo gratuito, la norma en aná lisis señ ala que, después del
incumplimiento, el mutuario deberá también los intereses moratorios, también
llamados “punitorios”.
Para el caso del mutuo oneroso, se prescribe también que —a falta de convenció n
sobre intereses moratorios— rige lo dispuesto para las obligaciones de dar sumas de
dinero. En este caso, podrá n ser fijados por la autoridad judicial, siendo de referencia
las tasas de interés que, al respecto, aplican los bancos pú blicos, nacionales o locales,
segú n el caso.

ARTICULO 1530.- Mala calidad o vicio de la cosa. Si la cantidad prestada no es


dinero, el mutuante responde por los daños causados por la mala calidad o el
vicio de la cosa prestada; si el mutuo es gratuito, responde sólo si conoce la mala
calidad o el vicio y no advierte al mutuario.

Se aplicara a la figura del mutuo, de manera clara y concisa, los lineamientos generales
en materia de defectos redhibitorios.

Los vicios redhibitorios deben tener los siguientes caracteres:

1. Defecto material. Los vicios redhibitorios implican defectos de hecho —esto


es, anormalidades o imperfecciones materiales sobre el bien, objeto de la
adquisició n— que carecen de las cualidades necesarias para cumplir
determinada funció n.
2. Grave o importante. Deben tratarse de defectos que hacen a la cosa impropia
para su destino por razones estructurales o funcionales, o disminuyen su
utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no la habría
adquirido, o su contraprestació n hubiese sido significativamente menor. En los
vicios redhibitorios se ve afectada la idoneidad del producto, es decir, sus
calidades o cualidades, sin necesidad de que la gravedad no entrañ e
necesariamente que la cosa llegue a ser irreparable, excluyendo hechos
menores.
3. Oculto. Debe entenderse como un defecto que no es ostensible al momento de
la adquisició n prestando una mediana atenció n o diligencia. Quedan, por lo
tanto, excluidos los defectos aparentes o visibles.
4. Debe existir al tiempo de la adquisición. El garante-enajenante solo
responde por los vicios que existían al tiempo de la adquisició n, y no los
sobrevinientes. Deben estar presentes al momento de la operació n, es decir,
que la causa del vicio debe ser anterior o concomitante respecto del acto de
adquisició n.
5. Debe emerger con posterioridad a la adquisición. Siendo la causa del vicio
anterior o concomitante a la adquisició n, el defecto emerge con posterioridad a
la adquisició n, es decir, se vuelve perceptible a posteriori.

En el supuesto en que el mutuo fuese gratuito, el mutuante responde solo si conoce la


mala calidad o el vicio y no advierte al mutuario. Corresponde tener presente que el
art. 1043 CCCN establece que, el obligado al saneamiento, no puede invocar su
ignorancia o error, excepto estipulació n en contrario.
No se entiende la exclusió n del préstamo de dinero, puesto que se ha considerado a la
falsedad de la moneda inadvertible con el simple aná lisis, como un supuesto de vicio
oculto.

Responsabilidad Objetiva si es oneroso y subjetiva si es gratuito (dolo).

ARTICULO 1531.- Aplicación de las reglas de este Capítulo. Las reglas de este
Capítulo se aplican aunque el contrato de mutuo tenga cláusulas que
establezcan que:

a) la tasa de interés consiste en una parte o un porcentaje de las utilidades de


un negocio o actividad, o se calcula a una tasa variable de acuerdo con ellos;

b) el mutuante tiene derecho a percibir intereses o a recuperar su capital sólo


de las utilidades o ingresos resultantes de un negocio o actividad, sin derecho a
cobrarse de otros bienes del mutuario;

c) el mutuario debe dar a los fondos un destino determinado.

ARTICULO 1532.- Normas supletorias. Se aplican al mutuo las disposiciones


relativas a las obligaciones de dar sumas de dinero o de género, según sea el
caso.

COMODATO
❖ Hay comodato si una parte se obliga a entregar a otra una cosa no fungible,
mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y restituya la misma
cosa recibida.
Se dice que es el préstamo de uso.
Cosa inmueble o mueble no fungible: la misma e idéntica cosa hay que devolver.
Requisito de esencia: es esencialmente GRATUITO. Préstamo gratuito.
¿Cuándo se devuelve la cosa? En el plazo que se haya convenido. Puede ser
expreso o tácito. Si no hay plazo: cuando lo requiera el comodante (el
comodatario lo puede devolver).
Comodato precario.
Cualquiera de las partes le puede poner fin en cualquier momento. No tiene
plazo mínimo.

• Préstamo de cosas fungibles


El préstamo de cosas fungibles sólo se rige por las normas del comodato si el
comodatario se obliga a restituir las mismas cosas recibidas.
• Prohibiciones
No pueden celebrar contrato de comodato:
a) los tutores, curadores y apoyos, respecto de los bienes de las personas incapaces o con
capacidad restringida, bajo su representación;
b) los administradores de bienes ajenos, pú blicos o privados, respecto de los
confiados a su gestió n, excepto que tengan facultades expresas para ello.

• Obligaciones del comodatario


Son obligaciones del comodatario:
a) usar la cosa conforme al destino convenido. A falta de convenció n puede darle el
destino que tenía al tiempo del contrato, el que se da a cosas aná logas en el lugar
donde la cosa se encuentra, o el que corresponde a su naturaleza;
- Darle el destino que la cosa naturalmente tiene.
b) pagar los gastos ordinarios de la cosa y los realizados para servirse de ella;
- Con los gastos extraordinarios tiene acció n de repetició n.
c) conservar la cosa con prudencia y diligencia;
d) responder por la pérdida o deterioro de la cosa, incluso causados por caso fortuito,
excepto que pruebe que habrían ocurrido igualmente si la cosa hubiera estado en
poder del comodante;
e) restituir la misma cosa con sus frutos y accesorios en el tiempo y lugar convenidos.
A falta de convenció n, debe hacerlo cuando se satisface la finalidad para la cual se
presta la cosa. Si la duració n del contrato no está pactada ni surge de su finalidad, el
comodante puede reclamar la restitució n en cualquier momento.

- Restituir la cosa con sus frutos: darle el destino de la cosa que naturalmente tiene. Ej.
sacar limones.
Si hay varios comodatarios, responden solidariamente.
Deber de comodatario: mayor diligencia en las cosas prestadas que en las cosas
propias. La ley no puede establecer un deber de comportamiento en el mutuo porque
pasa a ser de esa persona (se transmite la propiedad).

• Cosa hurtada o perdida


El comodatario no puede negarse a restituir la cosa alegando que ella no pertenece al
comodante, excepto que se trate de una cosa perdida por el dueñ o o hurtada a éste. Si
el comodatario sabe que la cosa que se le ha entregado es hurtada o perdida, debe
denunciarlo al dueñ o para que éste la reclame judicialmente en un plazo razonable. El
comodatario es responsable de los dañ os que cause al dueñ o en caso de omitir la
denuncia o si, pese a hacerla, restituye la cosa al comodante. El dueñ o no puede
pretender del comodatario la devolució n de la cosa sin consentimiento del comodante
o sin resolució n del juez.
• Gastos
El comodatario no puede solicitar el reembolso de los gastos ordinarios realizados
para servirse de la cosa; tampoco puede retenerla por lo que le deba el comodante,
aunque sea en razó n de gastos extraordinarios de conservació n.
• Restitución anticipada
El comodante puede exigir la restitució n de la cosa antes del vencimiento del plazo:
a) si la necesita en razó n de una circunstancia imprevista y urgente; o
b) si el comodatario la usa para un destino distinto al pactado, aunque no la deteriore.

• Obligaciones del comodante


Son obligaciones del comodante:
a) entregar la cosa en el tiempo y lugar convenidos;
b) permitir el uso de la cosa durante el tiempo convenido;
c) responder por los dañ os causados por los vicios de la cosa que oculta al
comodatario;
d) reembolsar los gastos de conservació n extraordinarios que el comodatario hace, si
éste los notifica previamente o si son urgentes.

• Extinción del comodato


El comodato se extingue:
a) por destrucció n de la cosa. No hay subrogació n real, ni el comodante tiene
obligació n de prestar una cosa semejante;
b) por vencimiento del plazo, se haya usado o no la cosa prestada;
c) por voluntad unilateral del comodatario;
d) por muerte del comodatario, excepto que se estipule lo contrario o que el comodato
no haya sido celebrado exclusivamente en consideració n a su persona.

El comodato se extingue:
a) Por decisió n del comodatario que devuelve la cosa.
b) Por pérdida o deterioro de la cosa.
c) Por vencimiento del plazo.

CONTRATO DE DONACION
ARTICULO 1542.- Concepto. Hay donación cuando una parte se obliga a transferir
gratuitamente una cosa a otra, y ésta lo acepta.

Es un contrato gratuito en el que una de las partes posee “animus donandi”, la


intencionalidad del donante de querer mejorar el patrimonio del donatario. Es por
eso que se dice que es una LIBERALIDAD.

En la donació n no se transmite el dominio pleno y los bienes pueden ser atacados por
los acreedores.

Al considerar la donació n como contrato bilateral (aceptació n del donatario) lleva la


postura de llevarlo al régimen general de formació n del consentimiento contractual,
segú n el cual la oferta caduca con la muerte o la incapacidad del donante, suprimiendo
la posibilidad de que la oferta de donació n sea aceptada después de su muerte.

ARTICULO 1543.- Aplicación subsidiaria. Las normas de este Capítulo se aplican


subsidiariamente a los demás actos jurídicos a título gratuito.
ARTICULO 1544.- Actos mixtos. Los actos mixtos, en parte onerosos y en parte
gratuitos, se rigen en cuanto a su forma por las disposiciones de este Capítulo; en
cuanto a su contenido, por éstas en la parte gratuita y por las correspondientes a
la naturaleza aparente del acto en la parte onerosa.

Se llama actos mixtos a aquellos contratos de donació n que son en parte onerosos y en
parte gratuitos. É stos se van a regir:

 Por la Forma: por las disposiciones del contrato de donació n


 Por el contenido: la parte gratuita por la donació n la parte onerosa por la
naturaleza aparente del acto (si es compraventa por las que reglan este acto)

ARTICULO 1545.- Aceptación. La aceptación puede ser expresa o tácita, pero es de


interpretación restrictiva y está sujeta a las reglas establecidas respecto a la
forma de las donaciones. Debe producirse en vida del donante y del donatario.

La aceptació n puede ser

ACEPTACION EXPRESA En los casos, inmuebles y muebles registrables dado, que se


exige la escritura pú blica para la celebració n, tanto oferta como aceptació n debe ser
por esa vía instrumental.

ACEPTACION TACITA (en este ú ltimo caso la aceptació n no manifestada debe


interpretarse en forma restrictiva y, al decir que debe ajustarse a las reglas
establecidas para la forma de las donaciones, se infiere que ú nicamente podrá
aplicarse la aceptació n en forma tá cita en las donaciones manuales o en los contratos
de donació n de cosa mueble no registrable). En los otros casos, inmuebles y muebles
registrables dado, que se exige la escritura pú blica para la celebració n, tanto oferta
como aceptació n debe ser por esa vía instrumental.

El artículo en cuestió n también expresa que la aceptació n de la donació n debe


producirse en vida del donante y donatario.

ARTICULO 1546.- Donación bajo condición. Están prohibidas las donaciones hechas
bajo la condición suspensiva de producir efectos a partir del fallecimiento del
donante.

Está n prohibidas las donaciones con la condició n de producir efectos después de la


muerte del donante, un instrumento de esas características no va a valer ni como
contrato ni como acto de ú ltima voluntad. En todo el có digo no hay ninguna excepció n
a esta disposició n.
ARTICULO 1547.- Oferta conjunta. Si la donación es hecha a varias personas
solidariamente, la aceptación de uno o algunos de los donatarios se aplica a la
donación entera.

Si la aceptación de unos se hace imposible por su muerte, o por revocación del


donante respecto de ellos, la donación entera se debe aplicar a los que la
aceptaron.

Dos formas:

 POR SEPARADO: cada uno acepta la parte que le fue donada, la parte no
aceptada regresa al donante.
 SOLIDARIAMENTE: basta con que uno acepte y hay derecho de acrecer

ARTICULO 1548.- Capacidad para donar. Pueden donar solamente las personas que
tienen plena capacidad de disponer de sus bienes. Las personas menores
emancipadas pueden hacerlo con la limitación del inciso b) del artículo 28.

Pueden donar todas aquellas personas que tengan capacidad para disponer a
excepció n de los emancipados con sus bienes recibidos en gratuidad

ARTICULO 1549.- Capacidad para aceptar donaciones. Para aceptar donaciones se


requiere ser capaz. Si la donación es a una persona incapaz, la aceptación debe
ser hecha por su representante legal; si la donación del tercero o del
representante es con cargo, se requiere autorización judicial.

Para aceptar donaciones se exige ser capaz;

Si la donació n es a una persona incapaz, la aceptació n debe ser hecha por su


representante legal.

Si la donació n a la persona incapaz es con cargo, se requiere autorizació n judicial, esto


en virtud que el cargo impone una obligació n accesoria en cabeza del incapaz, un
grado de onerosidad que debe ser autorizada por el juez.

ARTICULO 1550.- Tutores y curadores. Los tutores y curadores no pueden recibir


donaciones de quienes han estado bajo su tutela o curatela antes de la rendición
de cuentas y pago de cualquier suma que hayan quedado adeudándoles.

ARTICULO 1551.- Objeto. La donación no puede tener por objeto la totalidad del
patrimonio del donante, ni una alícuota de él, ni cosas determinadas de las que no
tenga el dominio al tiempo de contratar. Si comprende cosas que forman todo el
patrimonio del donante o una parte sustancial de éste, sólo es válida si el donante
se reserva su usufructo, o si cuenta con otros medios suficientes para su
subsistencia.

Las donaciones no pueden tener por objeto:

1. La totalidad del patrimonio del donante


2. Ni una alícuota de él
3. Ni cosas determinadas que no tenga el dominio al tiempo del contrato
4. Si comprende cosas que forman todo el patrimonio o una parte sustancial de
éste, solo será vá lida si el donante se reserva el usufructo, o si cuenta con otros
medios suficientes para su subsistencia.

ARTICULO 1552.- Forma. Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de
nulidad, las donaciones de cosas inmuebles, las de cosas muebles registrables y
las de prestaciones periódicas o vitalicias.

Será n hechas por escritura pú blica bajo pena de nulidad las donaciones:

 Cosas inmuebles
 Cosas muebles registrables
 Prestaciones perió dicas o vitalicias.

ARTICULO 1553.- Donaciones al Estado. Las donaciones al Estado pueden ser


acreditadas con las actuaciones administrativas.

ARTICULO 1554.- Donación manual. Las donaciones de cosas muebles no


registrables y de títulos al portador deben hacerse por la tradición del objeto
donado.

Requisito de las donaciones manuales: es la tradición.

Efectos
ARTICULO 1555.- Entrega. El donante debe entregar la cosa desde que ha sido
constituido en mora. En caso de incumplimiento o mora, sólo responde por dolo.

Una vez celebrado el contrato, nace para el donatario el derecho de exigir la entrega
de la cosa. Expresa la nueva norma que el donante está obligado a la entrega de la cosa
desde que fuera constituido en mora. No responde por culpa, pero si por dolo ante la
destrucció n o desaparició n de la cosa.

ARTICULO 1556.- Garantía por evicción. El donante sólo responde por evicción en los
siguientes casos:

a) si expresamente ha asumido esa obligación;


b) si la donación se ha hecho de mala fe, sabiendo el donante que la cosa donada
no era suya e ignorándolo el donatario;

c) si la evicción se produce por causa del donante;

d) si las donaciones son mutuas, remuneratorias o con cargo.

ARTICULO 1557.- Alcance de la garantía. La responsabilidad por la evicción obliga al


donante a indemnizar al donatario los gastos en que éste ha incurrido por causa
de la donación. Si ésta es mutua, remuneratoria o con cargo, el donante debe
reembolsarle además el valor de la cosa por él recibida, lo gastado en el
cumplimiento del cargo, o retribuir los servicios recibidos, respectivamente.

Si la evicción proviene de un hecho posterior a la donación imputable al donante,


éste debe indemnizar al donatario los daños ocasionados.

Cuando la evicción es parcial, el resarcimiento se reduce proporcionalmente.

En los casos que exista responsabilidad por evicció n:

a) El donante debe indemnizar al donatario los gastos que le hubiera ocasionado la


donació n.

b) En la donació n mutua, deberá reembolsarle el valor de la cosa por él recibido.

c) En la donació n con cargo, deberá reembolsarle lo gastado en el cumplimiento del


cargo.

d) En la donació n remuneratoria, le deberá retribuir los servicios recibidos.

e) Si la evicció n proviene de un hecho posterior a la donació n imputable al donante,


deberá indemnizar al donatario los dañ os ocasionados.

ARTICULO 1558.- Vicios ocultos. El donante sólo responde por los vicios ocultos de la
cosa donada si hubo dolo de su parte, caso en el cual debe reparar al donatario
los daños ocasionados.

ARTICULO 1559.- Obligación de alimentos. Excepto que la donación sea onerosa, el


donatario debe prestar alimentos al donante que no tenga medios de
subsistencia. Puede liberarse de esa obligación restituyendo las cosas donadas o
su valor si las ha enajenado.
Algunas donaciones en particular
ARTICULO 1560.- Donaciones mutuas. En las donaciones mutuas, la nulidad de una
de ellas afecta a la otra, pero la ingratitud o el incumplimiento de los cargos sólo
perjudican al donatario culpable.

ARTICULO 1561.- Donaciones remuneratorias. Son donaciones remuneratorias las


realizadas en recompensa de servicios prestados al donante por el donatario,
apreciables en dinero y por los cuales el segundo podría exigir judicialmente el
pago. La donación se juzga gratuita si no consta en el instrumento lo que se tiene
en mira remunerar.

ARTICULO 1562.- Donaciones con cargos. En las donaciones se pueden imponer


cargos a favor del donante o de un tercero, sean ellos relativos al empleo o al
destino de la cosa donada, o que consistan en una o más prestaciones.

Si el cargo se ha estipulado en favor de un tercero, éste, el donante y sus


herederos pueden demandar su ejecución; pero sólo el donante y sus herederos
pueden revocar la donación por inejecución del cargo.

Si el tercero ha aceptado el beneficio representado por el cargo, en caso de


revocarse el contrato tiene derecho para reclamar del donante o, en su caso, de
sus herederos, el cumplimiento del cargo, sin perjuicio de sus derechos contra el
donatario.

1-DONACIONES MUTUAS

a) La nulidad de una de ellas afecta a la otra;


b) La ingratitud o el incumplimiento de los cargos solo perjudica al donatario
culpable

2-DONACIONES REMUNERATIVAS. Son estas:

a) Las realizadas en recompensa de servicios prestados al donante por el


donatario, apreciables en dinero y por las cuales el donatario podría exigir
judicialmente el pago
b) La donació n se juzga gratuita si no consta en el instrumento lo que se tiene en
mira remunerar

3-DONACIONES CON CARGO. Se puede imponer el cargo

a) A favor del donante


b) A favor de un 3º
1. Si el cargo fue a favor de un tercero, este, el donante y sus herederos
pueden demandar su ejecució n y solo el donante y sus herederos pueden
revocar la donació n por inejecució n del cargo
2. Si el 3º ha aceptado el beneficio del cargo en caso de revocarse el contrato
tiene derecho a reclamar del donante y los herederos el cumplimiento del
cargo, sin prejuicio de sus derechos contra el donatario.

ARTICULO 1563.- Responsabilidad del donatario por los cargos. El donatario sólo
responde por el cumplimiento de los cargos con la cosa donada, y hasta su valor si
la ha enajenado o ha perecido por hecho suyo. Queda liberado si la cosa ha
perecido sin su culpa.

Puede también sustraerse a esa responsabilidad restituyendo la cosa donada, o


su valor si ello es imposible.

La donació n con cargo genera una obligació n en el donatario y de no cumplir


responde por ella

1. Con la cosa donada


2. Hasta su valor si la enajenó
3. Si pereció por hecho suyo (queda liberado si la cosa pereció sin su culpa).

ARTICULO 1564.- Alcance de la onerosidad. Las donaciones remuneratorias o con


cargo se consideran como actos a título oneroso en la medida en que se limiten a
una equitativa retribución de los servicios recibidos o en que exista equivalencia
de valores entre la cosa donada y los cargos impuestos. Por el excedente se les
aplican las normas de las donaciones.

ARTICULO 1565.- Donaciones inoficiosas. Se considera inoficiosa la donación cuyo


valor excede la parte disponible del patrimonio del donante. A este respecto, se
aplican los preceptos de este Código sobre la porción legítima.

Reversión y revocación
ARTICULO 1566.- Pacto de reversión. En la donación se puede convenir la reversión
de las cosas donadas, sujetando el contrato a la condición resolutoria de que el
donatario, o el donatario, su cónyuge y sus descendientes, o el donatario sin hijos,
fallezcan antes que el donante.

Esta cláusula debe ser expresa y sólo puede estipularse en favor del donante. Si se
la incluye en favor de él y de sus herederos o de terceros, sólo vale respecto de
aquél.
Si la reversión se ha pactado para el caso de muerte del donatario sin hijos, la
existencia de éstos en el momento del deceso de su padre extingue el derecho del
donante, que no renace aunque éste les sobreviva.

Considera que la reversió n es un contrato sujeto a la condició n resolutoria de que el


donatario o el donatario, su có nyuge y sus descendientes, o el donatario sin hijos,
fallezcan antes que el donante.

1) La clá usula debe ser acordada expresamente y só lo puede estipularse a favor del
donante. Si se incluye que sea a favor de los herederos del donante o de terceros, só lo
valdrá respecto de aquél.

2) La reversió n pactada en el caso de muerte del donatario sin hijos, si existen hijos al
momento del fallecimiento de su padre extingue el derecho del donante, que no
renace aunque éste les sobreviva.

ARTICULO 1567.- Efectos. Cumplida la condición prevista para la reversión, el


donante puede exigir la restitución de las cosas transferidas conforme a las
reglas del dominio revocable.

ARTICULO 1568.- Renuncia. La conformidad del donante para la enajenación de las


cosas donadas importa la renuncia del derecho de reversión. Pero la conformidad
para que se los grave con derechos reales sólo beneficia a los titulares de estos
derechos.

ARTICULO 1569.- Revocación. La donación aceptada sólo puede ser revocada por
inejecución de los cargos, por ingratitud del donatario, y, en caso de habérselo
estipulado expresamente, por supernacencia de hijos del donante.

Si la donación es onerosa, el donante debe reembolsar el valor de los cargos


satisfechos o de los servicios prestados por el donatario.

ARTICULO 1570.- Incumplimiento de los cargos. La donación puede ser revocada por
incumplimiento de los cargos.

La revocación no perjudica a los terceros en cuyo beneficio se establecen los


cargos.

Los terceros a quienes el donatario transmite bienes gravados con cargos sólo
deben restituirlos al donante, al revocarse la donación, si son de mala fe; pero
pueden impedir los efectos de la revocación ofreciendo ejecutar las obligaciones
impuestas al donatario si las prestaciones que constituyen los cargos no deben
ser ejecutadas precisa y personalmente por aquél. El donatario que enajena los
bienes donados, o imposibilita su devolución por su culpa, debe resarcir al
donante el valor de las cosas donadas al tiempo de promoverse la acción de
revocación, con sus intereses.

ARTICULO 1571.- Ingratitud. Las donaciones pueden ser revocadas por ingratitud
del donatario en los siguientes casos:

a) si el donatario atenta contra la vida o la persona del donante, su cónyuge o


conviviente, sus ascendientes o descendientes;

b) si injuria gravemente a las mismas personas o las afecta en su honor;

c) si las priva injustamente de bienes que integran su patrimonio;

d) si rehúsa alimentos al donante.

En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al donatario le es


imputable el hecho lesivo, sin necesidad de condena penal.

ARTICULO 1572.- Negación de alimentos. La revocación de la donación por negación


de la prestación de alimentos sólo puede tener lugar cuando el donante no puede
obtenerlos de las personas obligadas por las relaciones de familia.

ARTICULO 1573.- Legitimación activa. La revocación de la donación por ingratitud


sólo puede ser demandada por el donante contra el donatario, y no por los
herederos de aquél ni contra los herederos de éste. Fallecido el donante que
promueve la demanda, la acción puede ser continuada por sus herederos; y
fallecido el demandado, puede también ser continuada contra sus herederos.

La acción se extingue si el donante, con conocimiento de causa, perdona al


donatario o no la promueve dentro del plazo de caducidad de un año de haber
sabido del hecho tipificador de la ingratitud.

CONTRATO DE FIANZA
Cuando se celebra un contrato una de las partes puede asegurar el cumplimiento de
las obligaciones de la otra mediante el otorgamiento de una garantía.
Las garantías pueden ser reales o personales. En las reales se afecta una cosa al
cumplimiento de la obligació n; en las personales se afecta todo el patrimonio del
fiador. El contrato de fianza es una garantía personal.
El contrato de fianza constituye un instrumento simple y eficaz para el
desenvolvimiento del trá fico negocial, siendo que puede insertarse en el contrato
como una clá usula má s del mismo, al contrario de las garantías reales que suponen la
rigidez de la forma, la publicidad y la onerosidad para su constitució n.
Disposiciones generales
ARTICULO 1574.- Concepto. Hay contrato de fianza cuando una persona se obliga
accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de
incumplimiento.

Si la deuda afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser
cumplida personalmente por el deudor, o de no hacer, el fiador sólo queda
obligado a satisfacer los daños que resulten de la inejecución.

El contrato de fianza constituye una garantía personal, por el cual el fiador se obliga a
satisfacer la obligació n contraída por el deudor, en el caso de que este no lo hiciera en
el tiempo y modo convenidos con el acreedor.
La gran diferencia entre la garantía personal que ofrece la fianza con las garantías
reales, es que en este caso el fiador responde con todo su patrimonio, siendo que en
las garantías reales solamente queda afectado a la garantía un solo bien registrable.
Es cierto que en la garantía real el acreedor conoce de antemano el valor de esa
garantía y por ese motivo la acepta, siendo que en la fianza el acreedor desconoce el
valor del patrimonio del fiador, pudiendo, por caso, ser el mismo inferior al valor de la
deuda afianzada.
Este contrato tiene la funció n econó mica de facilitar el crédito, pues el acreedor puede
prever la eventual insolvencia del deudor mediante la fianza.
La fianza es un contrato accesorio que, como tal, sufre las vicisitudes del contrato
principal al cual está subordinado. Por esto, el contrato de fianza se celebra entre el
acreedor y el fiador, no es parte del contrato de fianza el deudor del contrato
principal.
En el segundo pá rrafo del artículo comentado, el legislador prevé el caso del
incumplimiento, por parte del deudor, de entregar una cosa cierta, que bien puede
haberse perdido; de una obligació n intuito personae, la cual sería imposible de ser
satisfecha por el fiador; de una obligació n de no realizar una determinada conducta.
En este caso la fianza alcanza solamente los dañ os y perjuicios ocasionados al
acreedor por el incumplimiento del deudor, estableciéndose una excepció n al
principio de identidad entre la obligació n asumida en el contrato principal y la
obligació n garantizada por la fianza, segú n se desprende del primer pá rrafo del
artículo comentado.

Clases de Fianza
 La Fianza Contractual: es de origen Voluntario y Convencional es la que surge
del acuerdo entre el acreedor y el fiador, y que garantiza la obligació n del
deudor para con el primero;
 La Fianza Legal: es aquella que se funda en una disposició n de la ley, que
impone al deudor la obligació n de afianzar su deuda, ej. “el usufructuario debe
prestar fianza antes de entrar en uso de la cosa sujeta al usufructo”;
 La Fianza Judicial: tiene lugar cuando un Juez decreta el afianzamiento en
ciertos casos, con base también en un texto legal, aunque con facultades má s o
menos amplias de apreciació n y que tendrá n relació n con la situació n
patrimonial del deudor que examinará el magistrado. El caso má s comú n es el
de la garantía que debe prestarse ante el pedido de ciertas medidas cautelares,
tales como embargos o inhibiciones, ordenados en un juicio. Es la llamada
contracautela, que regulan los có digos procesales, como eventual cobertura
por los dañ os y perjuicios que pudiera ocasionar el dictado de una medida
precautoria.

ARTICULO 1575.- Extensión de las obligaciones del fiador. La prestación a cargo


del fiador debe ser equivalente a la del deudor principal, o menor que ella, y no
puede sujetarse a estipulaciones que la hagan más onerosa.

La inobservancia de la regla precedente no invalida la fianza, pero autoriza su


reducción a los límites de la obligación principal.

El fiador puede constituir garantías en seguridad de su fianza.

La prestació n a cargo del fiador debe ser equivalente a la del deudor principal o
menor, y no puede haber estipulaciones que la hagan má s onerosa que la obligació n
principal. Si así ocurriera, no se invalida la fianza sino que la fianza queda reducida a
los límites de la obligació n principal.

El fiador tiene la posibilidad de constituir garantías en cumplimiento de su obligació n


de afianzar al deudor principal. Estas garantías pueden ser reales (hipotecas o
prendas de bienes propios del fiador) o personales accesorias a la obligació n del
fiador, otorgadas por terceros (subfianza).

ARTICULO 1576.- Incapacidad del deudor. El fiador no puede excusar su


responsabilidad en la incapacidad del deudor.

En el caso de que el fiador quisiera oponer al acreedor la incapacidad del deudor al


momento de celebrar el contrato principal, la norma en estudio se lo veda
explícitamente.
En primer lugar, el fiador no es parte en el contrato celebrado entre el acreedor y el
deudor afianzado, por lo que el contrato de fianza es vá lido pues se celebró entre el
acreedor y el fiador, ambos con capacidad para la celebració n.
Ademá s, la ley le otorga solamente al incapaz la facultad de pedir la nulidad del
contrato, el fiador no tiene legitimació n para solicitarla.
Observamos entonces, que el contrato de fianza es un contrato accesorio a otro
contrato principal, pero que sigue las vicisitudes de ese contrato principal; para que el
contrato de fianza sea declarado nulo es necesario declarar la nulidad del contrato
principal en primer término.
La nulidad del contrato principal por causa de incapacidad para la celebració n
ú nicamente la puede solicitar la parte incapaz y ninguna otra.

ARTICULO 1577.- Obligaciones que pueden ser afianzadas. Puede ser afianzada
toda obligación actual o futura, incluso la de otro fiador.

"Toda" obligació n actual o futura puede ser afianzada, incluso la subfianza, o sea la
fianza de otro fiador.

ARTICULO 1578.- Fianza general. Es válida la fianza general que comprenda


obligaciones actuales o futuras, incluso indeterminadas; en todos los casos debe
precisarse el monto máximo al cual se obliga el fiador. Esta fianza no se extiende
a las nuevas obligaciones contraídas por el afianzado después de los cinco años
de otorgada.

La fianza indeterminada en el tiempo puede ser retractada, caso en el cual no se


aplica a las obligaciones contraídas por el afianzado después que la retractación
sea notificada al acreedor.

Es vá lida la fianza general que comprenda obligaciones actuales o futuras. Requisitos:

a) aunque sean indeterminadas, debe precisarse el monto má ximo al que se obliga el


fiador;

b) no se extiende a las nuevas obligaciones contraídas por el afianzado después de los


cinco añ os de otorgada;

c) puede hacerse por tiempo indeterminado y en este caso puede retractarse;

d) en caso de retractació n no se aplica a obligaciones posteriores a la notificació n al


acreedor.

ARTICULO 1579.- Forma. La fianza debe convenirse por escrito.

ARTICULO 1580.- Extensión de la fianza. Excepto pacto en contrario, la fianza


comprende los accesorios de la obligación principal y los gastos que
razonablemente demande su cobro, incluidas las costas judiciales.

El fiador, al obligarse por las deudas de un tercero, salvo pacto en contrario, se


obligaba no só lo a los intereses sino también a los gastos y costas que se produjeran
exclusivamente como consecuencia del cobro judicial de la deuda.
ARTICULO 1581.- Cartas de recomendación o patrocinio. Las cartas
denominadas de recomendación, patrocinio o de otra manera, por las que se
asegure la solvencia, probidad u otro hecho relativo a quien procura créditos o
una contratación, no obligan a su otorgante, excepto que hayan sido dadas de
mala fe o con negligencia, supuesto en que debe indemnizar los daños sufridos
por aquel que da crédito o contrata confiando en tales manifestaciones.

Las cartas de recomendació n o patrocinio no constituyen un contrato de fianza, así


quién recomienda o patrocina no asume obligació n alguna respecto de los acreedores
de su recomendado.
En general, estas cartas manifiestan la probidad, experticia en su arte o profesió n o
solvencia del recomendado, como así también la probidad y buena fe de quien
recomienda o patrocina. Quedan fuera del á mbito de las garantías porque no se
asegura un resultado.
En el caso de ser emitidas con negligencia o mala fe, el emisor debe responder por los
dañ os causados por esa negligencia o mala fe, es decir, por la ilicitud de su conducta.
Observamos que, cuando el dañ o no tenga un nexo causal adecuado con la
recomendació n, el emisor no puede razonablemente ser responsable.

ARTICULO 1582.- Compromiso de mantener una determinada situación. El


compromiso de mantener o generar una determinada situación de hecho o de
derecho no es considerado fianza, pero su incumplimiento genera
responsabilidad del obligado.

Es usual en los contratos de locació n de inmuebles urbanos, que el fiador se obligue a


mantener en su patrimonio el bien afectado a la garantía de las obligaciones del
locatario.
Es de pú blico y notorio conocimiento la necesidad de gran cantidad de personas de
recurrir al alquiler como modo de acceso a una vivienda, y por otra parte la escasez de
oferta de arrendamientos en proporció n a la demanda existente en ciudades
cosmopolitas, como Buenos Aires. También es sabido que los contratos de locació n, en
su mayoría redactados por inmobiliarias, solicitan requisitos exagerados para acceder
al alquiler de una vivienda digna. Uno de estos requisitos supone la obligació n de traer
al contrato, por lo menos dos garantes propietarios.
A raíz de esto, se ha extendido la prá ctica de “vender garantías”, es decir, un
propietario se ofrece como fiador en un contrato de locació n por un precio en dinero.
Lo hace una, dos, tres o má s veces en diferentes contratos, luego de un tiempo, vende
el inmueble que ofreció en garantía y que era el ú nico bien registrado a su nombre,
compra otro y recomienza su “negocio”, dejando a los locadores sin ningú n bien a
ejecutar en caso de incumplimiento del locatario.
Esta norma, que no estaba prevista en el CC, es el clá sico caso de la ley que regula y
sanciona situaciones de hecho no contempladas, por ser conductas sociales nuevas. Y
sanciona al fiador que se obligó a mantener en su patrimonio el bien afectado a la
garantía de las obligaciones del locatario por su incumplimiento.
Efectos entre el fiador y el acreedor

ARTICULO 1583.- Beneficio de excusión. El acreedor sólo puede dirigirse contra


el fiador una vez que haya excutido los bienes del deudor. Si los bienes
excutidos sólo alcanzan para un pago parcial, el acreedor sólo puede demandar
al fiador por el saldo.

El acreedor só lo puede iniciar acció n contra el fiador una vez que pruebe que no hay
má s bienes del deudor.

Una vez que se han terminado de liquidar los bienes del deudor y quedara un saldo
impago, el acreedor só lo puede demandar al fiador por lo restante.

El beneficio de excusió n es el derecho que tiene el fiador de oponerse a hacer efectiva


la fianza en tanto el acreedor no haya ejecutado todos los bienes del deudor.

ARTICULO 1584.- Excepciones al beneficio de excusión. El fiador no puede


invocar el beneficio de excusión si:

a) el deudor principal se ha presentado en concurso preventivo o ha sido


declarada su quiebra;
Acá la excusió n se torna impracticable, pues tanto en el supuesto de quiebra como en
el de concurso preventivo, los bienes del deudor no pueden ejecutarse
individualmente, así que sería impensable someter al acreedor al proceso de
verificació n del crédito para que se haga efectiva aquella. Por eso, la ley lo faculta en
estos supuestos a ejecutar directamente los bienes del fiador, pudiendo este verificar
su crédito en el concurso o quiebra del deudor.

b) el deudor principal no puede ser demandado judicialmente en el territorio


nacional o carece de bienes en la República;
Acá se pueden dar dos hipó tesis:
 la primera es el caso de que el deudor tenga que ser demandado en un tribunal
extranjero, es decir que la competencia para radicar la demanda esté fuera de
los límites de la Repú blica;
 la segunda supone que el deudor no tiene bienes en el país; empero hay que
tener en cuenta que aquel puede tener cuantiosos bienes en el exterior,
cuestió n que razonablemente podrá ser ponderada en caso de que el fiador
oponga el beneficio de excusió n, compatibilizá ndolo con el derecho de cobro
del acreedor.

c) la fianza es judicial;

d) el fiador ha renunciado al beneficio.


Este caso es una consecuencia de la autonomía de la voluntad. El beneficio de excusió n
puede ser renunciado por el fiador: en este caso, la fianza se torna solidaria y el
acreedor ya no está compelido a ejecutar en primer término los bienes del deudor y
puede ir directamente contra los del fiador.

ARTICULO 1585.- Beneficio de excusión en caso de coobligados. El fiador de un


codeudor solidario puede exigir la excusión de los bienes de los demás
codeudores.

El que afianza a un fiador goza del beneficio de excusión respecto de éste y del
deudor principal.

ARTICULO 1586.- Subsistencia del plazo. No puede ser exigido el pago al fiador
antes del vencimiento del plazo otorgado al deudor principal, aun cuando éste
se haya presentado en concurso preventivo o haya sido declarada su quiebra,
excepto pacto en contrario.

Salvo pacto expreso en contrario, el acreedor deberá atenerse al plazo otorgado al


deudor principal, no pudiendo exigirle un pago anticipado al fiador, aun en el caso que
el deudor se haya presentado en concurso preventivo o haya sido declarada su
quiebra.

ARTICULO 1587.- Defensas. El fiador puede oponer todas las excepciones y


defensas propias y las que correspondan al deudor principal, aun cuando éste
las haya renunciado.
Las excepciones que puede invocar el fiador son las que resultan del contrato de
fianza, como la invalidez del mismo contrato de fianza.
También puede el fiador oponer las excepciones que emergen de la obligació n
afianzada, tales como la validez del negocio jurídico principal o la extensió n del
mismo.
En cuanto a las excepciones que correspondan al deudor principal y que pueden
también ser opuestas por el fiador, tenemos presente que este ú ltimo no puede
oponer excepciones personales inherentes al deudor, tales como la incapacidad. Pero
los vicios de la voluntad del deudor que afectan al acto jurídico principal, son
excepciones que pueden ser opuestas por el fiador.
Las defensas que emergen de la obligació n afianzada como las personales del deudor
son ejercidas por el fiador a nombre propio. Así, la renuncia de derechos efectuada
por el deudor con posterioridad a la celebració n de la fianza es inoponible al fiador.
Esta consecuencia tiene por finalidad evitar que la obligació n del fiador se agrave por
la conducta del deudor.

ARTICULO 1588.- Efectos de la sentencia. No es oponible al fiador la sentencia


relativa a la validez, o exigibilidad de la deuda principal dictada en juicio al que
no haya sido oportunamente citado a intervenir.
La sentencia dictada entre acreedor y deudor no es oponible al fiador si no fue
oportunamente citado a intervenir.

Se puede agregar, que en el caso del rechazo de la demanda contra el deudor, esta
sentencia aprovecha al fiador, por la naturaleza accesoria de la fianza, por la cual si se
extingue la obligació n principal, queda extinguida la obligació n accesoria.

ARTICULO 1589.- Beneficio de división. Si hay más de un fiador, cada uno


responde por la cuota a que se ha obligado. Si nada se ha estipulado, responden
por partes iguales. El beneficio de división es renunciable.

Si hay má s de un fiador, cada uno va a responder por la cuota a que se ha obligado. En


este sentido, la regla es la autonomía de la voluntad de los fiadores quienes deciden
qué porció n de la deuda se comprometen a afianzar. Si no hay estipulados porcentajes
diferentes, responden los fiadores por partes iguales. Se dispone expresamente que el
beneficio de divisió n, tal como ocurre con el beneficio de excusió n, puede ser
renunciado por el fiador. Esto quiere decir que aú n manteniendo la fianza el cará cter
de simple, (porque podría mantener sin problema el beneficio de excusió n) el fiador
podrá renunciar a invocar la divisió n. Este beneficio no opera de pleno derecho sino
que debe ser opuesto por el fiador.

ARTICULO 1590.- Fianza solidaria. La responsabilidad del fiador es solidaria con


la del deudor cuando así se convenga expresamente o cuando el fiador renuncia
al beneficio de excusión.
Las mismas reglas del contrato de fianza son aplicables tanto a la fianza simple como a
la solidaria.
No puede confundirse este contrato con la obligació n solidaria, ya que el vínculo entre
el acreedor y el fiador solidario no deja de estar sujeto a los principios de
accesoriedad, por el cual la extinció n de la obligació n principal extingue la fianza; y
subsidiariedad, el que consiste, en este caso, en que el acreedor deberá interpelar al
deudor principal antes de atacar al fiador, lo que no ocurre en el caso de la obligació n
solidaria (ver interpretació n del art. 827 CCyC y ss.).
Para que concurra la solidaridad entre deudor y fiador, debe ser pactada en el
contrato, o el caso de que el fiador haya renunciado al beneficio de excusió n. Sin
embargo, la fianza simple se convierte automá ticamente en solidaria, si el deudor
principal se ha presentado en concurso preventivo o ha sido declarado su quiebra o si
la fianza es judicial.
La consecuencia de la solidaridad en el contrato de fianza es que el acreedor puede
reclamar directamente al fiador el pago de la deuda.

ARTÍCULO 1591.- Principal pagador. Quien se obliga como principal pagador,


aunque sea con la denominación de fiador, es considerado deudor solidario y su
obligación se rige por las disposiciones aplicables a las obligaciones solidarias.
Si se aplica la fó rmula "principal pagador" aunque sea como fiador va a ser
considerado deudor solidario y su obligació n se rige por las disposiciones de las
obligaciones solidarias (arts. 827 y ss.)

Efectos entre el deudor y el fiador

ARTICULO 1592.- Subrogación. El fiador que cumple con su prestación queda


subrogado en los derechos del acreedor y puede exigir el reembolso de lo que
ha pagado, con sus intereses desde el día del pago y los daños que haya sufrido
como consecuencia de la fianza.
La subrogació n legal del fiador en los derechos del acreedor es una acció n directa del
fiador para obtener el reembolso de lo pagado y es procedente no solamente en el
caso de pago, sino también, en los casos de novació n o compensació n.
El reclamo del fiador hacia el deudor puede interponerse desde el día del efectivo
pago al acreedor. Pero si el fiador paga sin poner en conocimiento al deudor y este
también paga al acreedor, el fiador solamente puede reclamar al acreedor por haber
cobrado dos veces (ver art. 1593 CCyC).
El fiador, ademá s de obtener el reembolso del monto pagado al acreedor en virtud del
contrato de fianza, puede pretender el resarcimiento de todos los dañ os y perjuicios
sufridos como consecuencia del pago de la deuda, siempre que los dañ os invocados
guarden el nexo de causalidad adecuado.

ARTICULO 1593.- Aviso. Defensas. El fiador debe dar aviso al deudor principal
del pago que ha hecho.

El deudor puede oponer al fiador que paga sin su consentimiento todas las
defensas que tenía contra el acreedor; y si el deudor ha pagado al acreedor
antes de tener conocimiento del pago hecho por el fiador, éste sólo puede
repetir contra el acreedor.

a) El fiador debe dar aviso al deudor principal del pago que ha hecho. Esta
disposició n es necesaria para evitar el doble pago de una misma obligació n, con
el consiguiente reclamo al acreedor que cobró dos veces. Se evita de este modo
el dispendio jurisdiccional y el enriquecimiento sin causa. En tal caso, el fiador
puede reclamar al acreedor si no dio aviso previo al deudor que también pagó
la deuda. Si el deudor paga después de haber sido anoticiado del pago
efectuado por el fiador, este tiene derecho a reclamar a aquél la devolució n de
lo abonado.

b) En el segundo pá rrafo se establece una sanció n al fiador que cumple con su


obligació n sin el consentimiento del deudor afianzado. En tal caso, este puede
oponerle todas las defensas que tenía contra el acreedor, ya que por su obrar
negligente, el fiador es pasible de la sanció n legal en la medida que la falta de
aviso le haya generado un perjuicio al deudor.
ARTICULO 1594.- Derechos del fiador. El fiador tiene derecho a obtener el
embargo de los bienes del deudor u otras garantías suficientes si:

a) le es demandado judicialmente el pago;

b) vencida la obligación, el deudor no la cumple;

c) el deudor se ha obligado a liberarlo en un tiempo determinado y no lo hace;

d) han transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que


la obligación afianzada tenga un plazo más extenso;

e) el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro de sus negocios,
disipa sus bienes o los da en seguridad de otras operaciones;

f) el deudor pretende ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para el
pago de la deuda afianzada.

En los dos primeros supuestos se da el caso del incumplimiento del deudor.


 le es demandado judicialmente el pago;

 vencida la obligación, el deudor no la cumple;

Acá alude a una relació n jurídica entre el fiador y el deudor, que es independiente del
cumplimiento de la obligació n del deudor con el acreedor en el plazo establecido en el
contrato principal.
 el deudor se ha obligado a liberarlo en un tiempo determinado y no lo
hace;

El siguiente inc. d hace referencia al plazo legal otorgado en el art. 1578 CCyC en el
contrato de fianza general, establecido a favor del fiador.
 han transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto
que la obligación afianzada tenga un plazo más extenso;

El inc. e se refiere al caso de que el deudor principal agrave el riesgo asumido por el
fiador, menguando su patrimonio o asumiendo riesgos que lo pondrían en peligro de
mengua o extinció n.
 el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro de sus negocios,
disipa sus bienes o los da en seguridad de otras operaciones;

El inc. f menciona el supuesto de que el deudor realice una maniobra para eludir el
pago de su deuda, tal como sería el ausentarse del país sin dejar bienes suficientes
para el pago de la deuda afianzada.
 el deudor pretende ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para
el pago de la deuda afianzada.
En todos los supuestos enumerados anteriormente, el procedente la medida cautelar
que faculta al fiador a solicitar el embargo de los bienes del deudor, a modo de poner a
resguardo su derecho a repetir el pago contra el deudor y que ese derecho no se torne
ilusorio.

Efectos entre los cofiadores

ARTICULO 1595.- Subrogación. El cofiador que cumple la obligación accesoria


en exceso de la parte que le corresponde, queda subrogado en los derechos del
acreedor contra los otros cofiadores.

Si uno de ellos resulta insolvente, la pérdida es soportada por todos los


cofiadores, incluso el que realiza el pago.

Extinción de la fianza

ARTICULO 1596.- Causales de extinción. La fianza se extingue por las siguientes


causales especiales:

a) si por hecho del acreedor no puede hacerse efectiva la subrogación del fiador
en las garantías reales o privilegios que accedían al crédito al tiempo de la
constitución de la fianza;

b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento de la obligación garantizada, sin


consentimiento del fiador;

c) si transcurren cinco años desde el otorgamiento de la fianza general en


garantía de obligaciones futuras y éstas no han nacido;

d) si el acreedor no inicia acción judicial contra el deudor dentro de los sesenta


días de requerido por el fiador o deja perimir la instancia.
Causales de extinción:
Se da por sentado la extinció n directa que se produce, por alguno de los modos de
liberació n establecidos para las obligaciones en general. En todos estos casos el fiador
queda liberado.
En la renuncia o remisió n hecha por el acreedor al fiador, el fiador queda liberado
quedando intacta la obligació n del deudor principal, igual que con la imposibilidad de
pago por el fiador y con la confusió n entre las personas del fiador y deudor.
La fianza también se extingue por vía de consecuencia, es decir que extinguida la
obligació n principal por cualquiera de los medios legales —pago, compensació n,
transacció n, confusió n, renuncia o remisió n de deuda, imposibilidad de pago,
resolució n o rescisió n del contrato, etc. — queda también extinguida la fianza, puesto
que, siendo una obligació n accesoria, sigue la suerte de la principal.
El primer supuesto (inc. a) de las causales especiales de extinció n de la fianza se
refiere a la negligencia del acreedor en la preservació n de las garantías y privilegios
que accedían al crédito al momento de la constitució n de la fianza. Se da por supuesto
que el fiador tuvo en mira esas garantías y privilegios para afianzar al deudor, ya que
en caso de que la fianza se efectivizara, el fiador podría recuperar lo pagado
subrogá ndose en los derechos del acreedor. La norma sanciona al acreedor negligente
o de mala fe, extinguiendo la fianza.
En el inc. b se contempla la hipó tesis en la que el acreedor y el deudor prorroguen el
plazo para el cumplimiento de la obligació n garantizada, sin poner en conocimiento al
fiador, por lo que este no puede dar su consentimiento, y sigue en la creencia de que el
afianzamiento tiene el plazo convenido inicialmente.
El inc. c remite al plazo má ximo para la fianza general, acotando en el tiempo la
responsabilidad del fiador.
Por ú ltimo, el inc. d sanciona al acreedor que fuera intimado por el fiador a iniciar la
acció n de cobro contra el deudor, y no lo hiciera en el plazo de sesenta días a partir de
la interpelació n.
El retardo del acreedor en iniciar el reclamo (60 días) con el consiguiente peligro de
que el deudor se insolvente perjudica al fiador, por lo que la ley lo sanciona
extinguiendo la fianza.

ARTICULO 1597.- Novación. La fianza se extingue por la novación de la


obligación principal aunque el acreedor haga reserva de conservar sus derechos
contra el fiador.

La fianza no se extingue por la novación producida por el acuerdo preventivo


homologado del deudor, aun cuando no se haya hecho reserva de las acciones o
derechos contra el fiador.
La fianza se extingue por la novació n de la deuda principal aunque el acreedor hiciera
reserva de conservar sus derechos contra el fiador. Siendo la novació n la extinció n de
una obligació n por la creació n de otra nueva, destinada a reemplazarla, no siendo
parte el fiador de esta nueva obligació n, aunque el acreedor, en el nuevo contrato,
hiciera reserva de conservar sus derechos contra el fiador, esta reserva no puede ser
vinculante para el fiador. El contrato de fianza se celebra entre fiador y acreedor. La
obligació n principal entre deudor y acreedor. Nunca lo que se estipule en este ú ltimo
acuerdo puede obligar al fiador, un tercero en el contrato principal.

A diferencia de lo que disponía en general la normativa anterior, en la parte general de


obligaciones se expresa que el acreedor puede impedir la extinció n de las garantías
personales o reales del antiguo crédito mediante reserva; en tal caso, las garantías
pasan a la nueva obligació n só lo si quien las constituyó participó en el acuerdo
novatorio, o sea que segú n la legislació n actual solamente el nuevo acuerdo que nace
luego de la novació n va a ser obligatorio para el fiador si participó en el acuerdo que
crea la nueva obligació n.

Como excepció n se expresa en esta nueva normativa que si la novació n es producida


por el acuerdo preventivo del deudor homologado judicialmente, no se extingue la
fianza, aun cuando no se haya hecho reserva de las acciones o derechos contra el
fiador.
Por lo expuesto, no hay contradicció n alguna entre el primero y el segundo pá rrafo del
artículo interpretado, pues como ya hemos visto, la novació n en el primer pá rrafo es
una decisió n voluntaria, en cambio la novació n concursal es impuesta por ley.

ARTICULO 1598.- Evicción. La evicción de lo que el acreedor ha recibido en pago


del deudor, no hace renacer la fianza.
El contrato de fianza es un contrato accesorio, que como tal, sigue la suerte del
contrato principal. Una de las causales de conclusió n de la fianza es el cumplimiento
de la obligació n que efectuara el deudor. Ese cumplimiento ocasiona la extinció n
irremediable de la fianza. Dice el artículo en cuestió n que si existe evicció n de lo que el
acreedor ha recibido en cumplimiento de la obligació n, esta circunstancia no hace
renacer la fianza. La fianza cesó al extinguirse la obligació n principal. El fiador queda
liberado de su obligació n.

CONTRATO ONEROSO DE RENTA VITALICIA


Desde el punto de vista econó mico y social, el contrato oneroso de renta vitalicia es un
contrato de previsió n. Este ha perdido importancia en los ú ltimos añ os ante la
utilizació n cada vez mayor de las diversas modalidades de contratos de seguro que se
ofrecen en el mercado con la misma finalidad.

ARTICULO 1599.- Concepto. Contrato oneroso de renta vitalicia es aquel por el


cual alguien, a cambio de un capital o de otra prestación mensurable en dinero,
se obliga a pagar una renta en forma periódica a otro, durante la vida de una o
más personas humanas ya existentes, designadas en el contrato.

La nota má s destacada de este contrato es su cará cter aleatorio, esto es, que las partes
no conocen, al momento de contratar, los beneficios o las pérdidas que deberá n
soportar. El á lea es la duració n de la vida de la o las personas humanas ya existentes,
designadas en el contrato.

 CONTITUYENTE. Es la persona que entrega el capital u otra prestació n


mensurable en dinero;

 DEUDOR. Es la parte que se obliga a pagar una renta perió dica;

 BENEFICIARIO O ACREEDOR DE LA RENTA. coincide generalmente con la


persona del constituyente, pero bien puede ser otra persona;

 CABEZA DE RENTA. eSla persona cuya vida se toma en cuenta para definir el
plazo del contrato.
El constituyente tiene la obligació n de entregar el capital; en el caso de que no fuera
dinero, sino una cosa, debe la garantía por evicció n y vicios redhibitorios.

ARTICULO 1600.- Reglas subsidiarias. Si el contrato es a favor de tercero,


respecto de éste se rige en subsidio por las reglas de la donación, excepto que la
prestación se haya convenido en razón de otro negocio oneroso.

Si la renta se constituye a favor de un tercero, se aplicará n las reglas de la donació n en


el caso de que el capital entregado lo haya sido a título gratuito, pero si en cambio lo
ha sido por un acto jurídico oneroso, las reglas aplicables será n las del contrato
oneroso de renta vitalicia.

ARTICULO 1601.- Forma. El contrato oneroso de renta vitalicia debe celebrarse


en escritura pública.

El contrato de renta vitalicia si es oneroso es por escrito y si es gratuito es por


escritura publica

ARTICULO 1602.- Renta. Periodicidad del pago. La renta debe pagarse en dinero.
Si se prevé esta prestación en otros bienes que no son dinero, debe pagarse por
su equivalente en dinero al momento de cada pago.

El contrato debe establecer la periodicidad con que se pague la renta y el valor


de cada cuota. Si no se establece el valor de las cuotas, se considera que son de
igual valor entre sí.

La renta se devenga por período vencido; sin embargo, se debe la parte


proporcional por el tiempo transcurrido desde el último vencimiento hasta el
fallecimiento de la persona cuya vida se toma en consideración para la duración
del contrato.

La primera parte del artículo establece la obligació n de pagar la renta en dinero, pero
en el caso de que las partes acuerden otro tipo de prestació n, esta deberá pagarse en
su equivalente en dinero al momento de cada pago.

La norma otorga libertad a las partes para pactar la periodicidad con que se pague la
renta.

La periodicidad del pago de la renta nos pone frente a un contrato de tracto sucesivo
en el cual cada una de las cuotas tiene previsto un plazo suspensivo expreso,
determinado y cierto, por lo que la mora se produce respecto de cada una de ellas en
forma automá tica al vencimiento.

La norma aclara en su pá rrafo tercero que la renta se paga por período vencido, por lo
que se debe la parte proporcional de la cuota al tiempo transcurrido desde el ú ltimo
vencimiento hasta el fallecimiento del cabeza de renta.
ARTICULO 1603.- Pluralidad de beneficiarios. La renta puede contratarse en
beneficio de una o más personas existentes al momento de celebrarse el
contrato, y en forma sucesiva o simultánea. Si se establece para que la perciban
simultáneamente, a falta de previsión contractual, les corresponde por partes
iguales sin derecho de acrecer.

El derecho a la renta es transmisible por actos entre vivos y por causa de


muerte.

Cada una de las partes del contrato es susceptible de estar compuesta por una
pluralidad de personas. Es posible que haya uno o má s constituyentes, uno o má s
beneficiarios y uno o má s cabeza de renta.

En el caso de la designació n de varios beneficiarios, estos pueden serlo en forma


sucesiva o simultá nea. Si el contrato no tiene previsió n sobre la forma, se entiende que
lo son en forma simultá nea.

Los beneficiarios simultá neos cobrará n la renta al mismo tiempo, y se dividirá entre
ellos, por partes iguales, la renta perió dica si no se acordó la diferenciació n de cuotas.
En el caso de los beneficiarios sucesivos, el segundo de ellos cobrará la renta cuando
fallezca el primero, y así sucesivamente con los restantes beneficiarios.

La norma dispone que en el caso de ser instituido má s de un beneficiario en forma


simultá nea, la renta será cobrada por partes iguales, sin derecho de acrecer, si el
contrato no prevé lo contrario. Esto es, que a medida que fallecieren los beneficiarios,
se va cancelando la parte de la renta correspondiente a cada uno de los fallecidos, por
lo que el derecho de acrecer deberá estar expresamente pactado.

El ú ltimo pá rrafo de la norma faculta a los beneficiarios a disponer del derecho a la


renta, tanto por actos entre vivos (cesió n), como así también mortis causa; es decir
que el derecho a la renta integrará el acervo sucesorio del beneficiario fallecido.

ARTICULO 1604.- Acción del constituyente o sus herederos. El que entrega el


capital, o sus herederos, pueden demandar la resolución del contrato por falta
de pago del deudor y la restitución del capital.

En igual caso, si la renta es en beneficio de un tercero se aplica lo dispuesto en el


artículo 1027.

En los contratos bilaterales la clá usula resolutoria está implícita. En el caso del
contrato oneroso de renta vitalicia, el constituyente no debe emplazar al deudor de la
renta, bajo apercibimiento expreso de resolució n del contrato, a que cumpla en un
plazo no menor a quince días, pues este artículo lo faculta para declarar
unilateralmente la extinció n del contrato, entonces la resolució n se produce de pleno
derecho.
En el caso de que se haya estipulado que la renta se debe pagar a un tercero
beneficiario, el art. 1027 CCyC —que es al que remite la norma— establece que el que
entregó el capital le confiere al beneficiario los derechos o facultades resultantes de lo
que ha convenido, por lo que el mismo beneficiario tiene la facultad de demandar la
resolució n del contrato y la entrega del capital al constituyente.

ARTICULO 1605.- Acción del tercero beneficiario. El tercero beneficiario se


constituye en acreedor de la renta desde su aceptación y tiene acción directa
contra el deudor para obtener su pago. Se aplica en subsidio lo dispuesto en el
artículo 1028.

Mientras el tercero beneficiario no acepte la estipulació n a su favor, no está legitimado


para reclamar al deudor de la renta el pago de la misma, tal como lo dispone el art.
1027 CCCN.

Otra consecuencia derivada de la falta de aceptació n es que el constituyente puede


revocar la estipulació n a favor del tercero beneficiario mientras este no declare su
aceptació n.

Una vez declarada la aceptació n de la estipulació n por el tercer beneficiario, este


reviste la calidad de parte en el contrato oneroso de renta vitalicia. Entonces, el
deudor de la renta podrá oponerle todas las defensas derivadas del contrato bá sico y
las fundadas en otras relaciones con él, segú n autoriza el art. 1028 CCCC.

ARTICULO 1606.- Extinción de la renta. El derecho a la renta se extingue por el


fallecimiento de la persona cuya vida se toma en consideración para la duración
del contrato, por cualquier causa que sea. Si son varias las personas, por el
fallecimiento de la última; hasta que ello ocurre, la renta se devenga en su
totalidad.

Es nula la cláusula que autoriza a substituir dicha persona, o a incorporar otra


al mismo efecto.

La prueba del fallecimiento corresponde al deudor de la renta.

La imposibilidad de sustitució n o incorporació n de nuevos "cabezas de renta" aparece


acertada a fin de poner un coto razonable a la obligació n del deudor.

La carga de probar la muerte del "cabeza de renta" se asigna al deudor, lo que resulta
atinado, puesto que es má s sencillo acreditar la muerte que la sobrevida y que el
fallecimiento debe probarse una ú nica vez.

1) El derecho a la renta se extingue por el fallecimiento del "cabeza de renta".


2) Si éstos fueran varios, por el fallecimiento del ú ltimo; hasta que ello ocurre, la renta
se devenga en su totalidad.

3) La clá usula que autoriza a substituir dicha persona, o a incorporar otra al mismo
efecto será nula.

4) La prueba del fallecimiento corresponde al deudor de la renta.

ARTICULO 1607.- Resolución por falta de garantía. Si el deudor de la renta no


otorga la garantía a la que se obliga, o si la dada disminuye, quien entrega el
capital o sus herederos pueden demandar la resolución del contrato debiendo
restituirse sólo el capital.

El deudor de la renta puede obligarse a dar garantías del cumplimiento de su


obligació n. Estas garantías pueden ser personales (fianza) o hipoteca (reales).

En el artículo bajo aná lisis, el deudor no está obligado a garantizar su obligació n, pero
se configura la obligació n de garantizar el pago de la renta en tanto es “la garantía a la
que se obliga”.

Esta es una obligació n nacida de un pacto expreso, es decir, una norma introducida
por las partes en una clá usula del contrato. No es un elemento esencial del contrato.
Para el perfeccionamiento del contrato oneroso de renta vitalicia no es necesario dar
garantía por el pago de la renta.

En el caso de que el deudor no otorgara las garantías prometidas, o si las ha otorgado,


estas disminuyen por cualquier causa, el constituyente o sus herederos pueden
demandar la resolució n del contrato y el deudor deberá restituir el capital.

ARTICULO 1608.- Resolución por enfermedad coetánea a la celebración. Si la


persona cuya vida se toma en consideración para la duración del contrato no es
el deudor, y dentro de los treinta días de celebrado, fallece por propia mano o
por una enfermedad que padecía al momento del contrato, éste se resuelve de
pleno derecho y deben restituirse las prestaciones.

La norma bajo aná lisis resuelve de pleno derecho el contrato cuando la persona
designada cabeza de renta fallece dentro de los treinta días de celebrado, ya sea “por
propia mano o por una enfermedad que padecía al momento” de la celebració n.

La sanció n prevista en el art. 1608 CCCN está supeditada a la ocurrencia de tres


requisitos para el caso de enfermedad:

 que la enfermedad exista al momento de la celebració n,


 que la muerte se haya producido a consecuencia de esa enfermedad y
 que ocurra dentro de los treinta días siguientes a la celebració n del contrato.
En el caso tanto de suicidio del cabeza de renta como de enfermedad que produce la
muerte dentro de los treinta días siguientes a la celebració n del contrato, la resolució n
opera de pleno derecho y las partes deben restituirse las prestaciones. Esto significa
que el deudor de la renta debe restituir el capital y el o los beneficiarios deben
restituir al promitente la o las cuotas de la renta pagada.

CONTRATO DE JUEGO Y DE APUESTA

ARTICULO 1609.- Concepto. Hay contrato de juego si dos o más partes compiten
en una actividad de destreza física o intelectual, aunque sea sólo parcialmente,
obligándose a pagar un bien mensurable en dinero a la que gane.

En principio, vale decir que el juego en sí es una actividad lú dica, recreativa y


competitiva en la cual existen reglas, sometida al riesgo que depende del azar y las
partes se someten a un hecho incierto en el que la finalidad es la de ganar o perder. En
otras palabras “para que exista juego se requiere que el resultado dependa de un evento
aleatorio, que puede ser de diversos grados: el sorteo, la habilidad física, la inteligencia”.

Desde esa ó ptica, y desde el punto de vista del derecho civil, la regulació n del contrato
de juego se origina a partir la producció n de consecuencias jurídicas, como lo es la
creació n de la obligació n de pagar a quien resulte ser el ganador. El fin es el
compromiso de pago, que está totalmente vinculado a los resultados de la relació n
bilateral establecida desde el punto de vista del juego en cuanto a su resultado
aleatorio o azaroso.
En ese sentido, se consideran tres aspectos fundamentales del juego segú n lo
establecido en el artículo en cuestió n: la competencia entre dos o mas partes, que esa
competencia sea de destreza física o intelectual y por ú ltimo, como ya se dijo, la
obligació n a pagar un bien mensurable en dinero a la parte ganadora.

Caracteres del contrato


Se puede decir que el contrato de juego presenta los siguientes caracteres:

 consensual,
 bilateral,
 típico,
 nominado,
 oneroso,
 aleatorio,
 tiene finalidad recreativa,
 intuito personae,
 no requiere de formalidad.

Es oneroso porque el objeto de este contrato debe ser una transacció n jurídica, si o si
de contenido patrimonial, aunque su finalidad sea recreativa. Se ha sostenido y se
sostiene, atento a la definició n de la nueva norma, que no se admite que el contrato de
juego pueda ser de cará cter gratuito, ya que no se consideraría un contrato típico.

Las partes en el contrato


Se requiere como mínimo dos partes o má s que participen en el juego, ya que no es
excluyente la posibilidad de que sean má s los que participen en una actividad de
destreza, tanto física como intelectual. Sin embargo existe una divergencia doctrinaria
en la que para un sector pueden intervenir má s partes —sosteniendo su cará cter de
plurilateral— y para otro sector de la doctrina, no. Cabe la aclaració n, que cuando se
habla de plurilateral no se entiende al mismo como forma asociativa, sino en el
sentido de pluralidad de partes intervinientes en el juego.

ARTICULO 1610.- Facultades del juez. El juez puede reducir la deuda


directamente originada en el juego si resulta extraordinaria respecto a la
fortuna del deudor.

Es la facultad que la norma le concede al juez para morigerar las deudas por motivo de
los juegos tutelados. El juez debe evaluar si la deuda es extraordinaria respecto de la
fortuna del deudor y la naturaleza del juego tutelado, debiendo aplicar el principio de
equidad.

Por ello es que, uno de los fundamentos de la aplicació n del principio de equidad por
parte de los jueces en las deudas es la de resguardar a las partes de posibles
situaciones de aprovechamiento de alguna de ellas, de conductas abusivas o de un
posible fraude. Se entiende que el juego tiene una finalidad recreativa, aspiració n a la
destreza física o desarrollo intelectual, y lo que se evita es que —a través de estos
contratos— se incremente el patrimonio del ganador.

ARTICULO 1611.- Juego y apuesta de puro azar. No hay acción para exigir el
cumplimiento de la prestación prometida en un juego de puro azar, esté o no
prohibido por la autoridad local.

Si no está prohibido, lo pagado es irrepetible. Sin embargo, es repetible el pago


hecho por persona incapaz, o con capacidad restringida, o inhabilitada.

Concepto del contrato de apuesta y distinción con el de juego


El CC hacía una distinció n entre el contrato de juego y el contrato de apuesta de puro
azar. Definía al contrato de apuesta en su art. 2053 CC, en el que disponía que la
apuesta sucedía cuando dos personas que son de una opinió n contraria sobre
cualquier materia, conviniesen que aquella cuya opinió n resulte fundada, recibiría de
la otra una suma de dinero, o cualquier otro objeto determinado.

En nuestro ordenamiento, lo determinante que se remarcaba entre ambos contratos


es que, en el contrato de juego, ambas partes interactú an activamente, con intenció n
de influir en el resultado y, por el contrario en el contrato de apuesta las partes
asumen una actitud pasiva, solo manifiestan su voluntad a través de determinado
acontecimiento y dejan el resultado en manos de la mera suerte.

El CCCN, por el contrario, no brinda una noció n legal del contrato de apuesta como
contrato autó nomo y omite una regulació n expresa del mismo.

Por lo tanto, el artículo comentado no dispone a qué reglas debe someterse el contrato
de apuesta pero lo equipara con los juegos de puro azar, a los que hace referencia la
norma comentada, a los cuales la norma priva de cualquier tipo de acció n judicial para
este tipo de juegos en los que dependen completamente de la aleatoriedad, es decir, de
la suerte o puro azar.

Tipos de juegos
La doctrina ha diferenciado las clases de juego segú n el grado de protecció n que le
provee el ordenamiento jurídico.

a. Juegos tutelados. Se trata de aquellos en los que el Estado autoriza expresamente y


generan obligaciones, con la posibilidad de, como ya se dijo, recalmar judicialmente
las deudas contraídas a causa de estos juegos.

b. Juegos permitidos o tolerados. Son aquellos que el Estado no ha permitido


expresamente pero tampoco ha prohibido. Estos generan obligaciones naturales, las
cuales no dan la posibilidad de reclamo judicial, lo pagado es irrepetible, tal como lo
prevé la norma comentada en su segunda parte.

c. Juegos prohibidos. Son aquellos que está n expresamente prohibidos por el Estado.
Por cierto, no dan origen a ningú n tipo de obligació n ni civil ni natural. Y, tal como dice
la norma comentada, tampoco dan lugar a acció n para exigir el cumplimiento de la
prestació n prometida por motivo de un juego de puro azar, los cuales por decreto-ley
6618/1957 se encuentran expresamente prohibidos.

Pago hecho por persona incapaz


Regida por el principio protectorio, la ú ltima parte del artículo hace una excepció n. Se
refiere a los casos en los que sí es repetible el pago, sin seleccionar segú n la
legitimació n pasiva de quién lo hace, ganadores o titulares de casas de juego, sino que
se limita a afirmar que es repetible el pago en todos los casos que sean realizados por
persona incapaz o con capacidad restringida. Por ello, los representantes legales del
incapaz tendrá n acció n de repetició n del pago realizado por su representado, de lo
cual se presume que los ganadores debían tener conocimiento de la discapacidad. De
esta manera, la norma tiende a proteger a la parte má s débil de la relació n, evitando
situaciones de fraude.
ARTICULO 1612.- Oferta pública. Las apuestas y sorteos ofrecidos al público
confieren acción para su cumplimiento.

El oferente es responsable frente al apostador o participante. La publicidad


debe individualizar al oferente. Si no lo hace, quien la efectúa es responsable.

Se distinguen dos sujetos: oferente y apostador. En virtud de la naturaleza del juego y


de la oferta se aplica la Ley de Defensa del Consumidor (art. 7° y 8°) sobre condiciones
de la oferta y la venta y respecto del apostador es quien interviene aceptando el
contrato de apuesta.

Entre las condiciones previstas por este artículo se prevé la responsabilidad del
oferente frente al apostador y la obligació n de individualizarlo en la publicidad. Ante
un incumplimiento se responsabiliza al que efectú a la publicidad en forma solidaria en
funció n de las normativas de consumo.

En las deudas nacidas de los juegos de azar organizados por el Estado o


concesionarios de una autorizació n estatal, las partes tienen acció n recíproca para el
cobro de sus créditos, ya que sería escandaloso que el Estado se negara a pagar el
premio, beneficiá ndose de mala fe.

ARTICULO 1613.- Juegos y apuestas regulados por el Estado. Los juegos,


apuestas y sorteos reglamentados por el Estado Nacional, provincial, o
municipios, están excluidos de este Capítulo y regidos por las normas que los
autorizan.

La disposició n es clara en cuanto a que en los casos de juegos, apuestas y sorteos


organizados por el Estado o reglamentados por este, rigen las normas específicas
dispuestas para ello; lo que no excluye la aplicació n analó gica de las disposiciones de
este Có digo para la integració n de la regulació n en todo lo que ella hubiera podido
omitir.

El art. 2069 CC ya disponía la remisió n a las ordenanzas municipales en estos tipos de


juegos. El fundamento de la exclusió n es dejar por fuera aquellos juegos en los que el
Estado (nacional, provincial y municipal) sea parte organizador, ya que no sería
apropiado que el CCyC regulara sobre su prohibició n o sus límites, dado que, al ser de
cará cter pú blico, deben ser regidas y reguladas por el derecho administrativo, que
establece las pautas para la prueba y los requisitos para ser acreedor del premio. De
hecho, la relació n entre el Có digo Civil y el derecho administrativo fue establecida por
la jurisprudencia, al establecer que el Có digo Civil se aplica subsidiariamente en
materia probatoria.
El Estado no puede ser indiferente a este tipo de juegos y dejarlo en mano de
particulares, por lo que corresponde su intervenció n reguladora para que los
beneficios econó micos de la explotació n de esa actividad ingresen a las arcas del
Estado como una forma de recaudació n con el fin de destinarlo a la dinamizació n de la
economía.
Ademá s, la regulació n estatal es necesaria porque debe asegurarse el funcionamiento
transparente y el desarrollo regular del juego, en el marco de sus potestades como
custodio de la seguridad pú blica, la moralidad, las buenas costumbres y la protecció n
de la minoridad.

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