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El fallido Francisco A.

Bade formuló la pretensión que se decrete la conclusión

de la quiebra. A partir de la resolución de primera instancia interpuso recurso

de reposición con apelación en subsidio. El primero de los recursos fue

rechazado y el segundo concedido. En segunda instancia fue revocada la

resolución apelada.

El juez de primera instancia rechazó la petición pretendida por el fallido para

que se declare la conclusión de la quiebra en los términos del art. 231 de la

LCyQ., que establece que consumido el período de dos años desde la

clausura, el juez puede disponer la conclusión de la quiebra.

El juez fundamento dicha resolución en la circunstancia de que, si bien, el

tribunal no se expidió el 2 de setiembre de 2003, cuando fue aprobado el

proyecto de distribución de fondos complementario que había presentado el

síndico, respecto de la clausura del procedimiento, el fallido tampoco instó en

dicha oportunidad el dictado de la declaración pertinente.

La fiscal opinó que el día en que fue aprobado el proyecto de distribución de

fondos complementario, fue la oportunidad en que debería haber sido

decretada la clausura por distribución final y a partir de esa fecha hubiese

comenzado a correr el plazo previsto en el art. 231 de la Ley de Concursos y

quiebras. Con lo cual el deudor no debiera soportar con la carga de esa

omisión y que, por lo tanto, el plazo previsto en la norma del art. 231, último

párrafo, de la Ley 24.522 debería ser contado a partir de la fecha de la

resolución apelada.
En segunda instancia la cámara comparte los fundamentos de la fiscal y

agrega que la ley enuncia en su art. 230 que realizado totalmente el activo, y

practicada la distribución final, el juez resuelve la clausura del procedimiento,

sin embargo, dicha omisión no puede perjudicar al fallido cuando desde que se

debió dictar ese pronunciamiento no se ha detectado la existencia de nuevos

bienes y han transcurridos los dos años previstos en la norma para que se

proceda a la eventual reapertura del trámite. En su sentencia admite los

agravios y revoca la decisión apelada.

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