El modo de producción feudal fue uno de los modos de organización de la
producción que existen en la historia. En este sentido, Marx definió este modo de producción como el modo de producción que predominó durante toda la Edad Media.
Así, este modo de producción se atribuye a las sociedades medievales. El
poder político en este modo estaba descentralizado. Por esta razón el señor feudal poseía el poder, estableciendo relaciones de vasallaje con la otra clase social, los campesinos.
El modo de producción feudal, así como las otras vertientes existentes,
fueron definidas por Karl Marx y Friedrich Engels.
CARACTERÍSTICAS
• Los campesinos tenían que destinar parte de la producción al señor
feudal. • Gracias a este pago, el señor les dejaba las tierras y les daba una vivienda. • Se basa en modelos de explotación agropecuarios. • Las relaciones eran relaciones de vasallaje. • El señor feudal también dotaba de protección al campesino. • La unidad productiva mínima era el feudo.
EL FEUDALISMO
El feudalismo es el sistema político, económico y social que se desarrolló en
los países europeos durante la Edad Media. Este sistema se mantuvo, aproximadamente, entre los siglos IX al XV, aunque no presentó un carácter monolítico y uniforme durante este tiempo.
La palabra feudalismo tiene su origen en el término feudo. Un feudo no era
más que el territorio que los nobles recibían de los reyes, como pago por sus servicios, durante la Edad Media. Por tanto, esta práctica puede señalarse como una de las bases sobre las que se configuraría el feudalismo. LAS CRUZADAS Las Cruzadas fueron una serie de campañas militares organizadas por los papas y las potencias cristianas occidentales para retomar Jerusalén y la Tierra Santa del control musulmán y después defender esas conquistas. Hubo ocho grandes cruzadas oficiales entre 1095 y 1270 y muchas más no oficiales, ninguna sería tan exitosa como la primera, y para el año 1291 los Estados Cruzados creados en el Medio Oriente fueron absorbidos en el Sultanato mameluco. La idea de las cruzadas fue aplicada más exitosamente (para los cristianos) en otras regiones, notablemente en el Báltico contra los paganos europeos y en la península ibérica contra los moros musulmanes. Involucrando emperadores, reyes y la nobleza europea, así como a miles de caballeros y guerreros más humildes, las guerras tendrían consecuencias tremendas para todos los involucrados. Los efectos, aparte de las obvias muertes, vidas arruinadas, recursos destruidos y gastados, variaron desde el colapso del Imperio bizantino a un agriamiento de las relaciones e intolerancia entre las religiones y personas en el Este y Oeste que aún afecta a gobiernos y sociedades hoy en día.