1/1 Practicas del Lenguaje 1
ir
Tenia que hacer un trasbordo de trenes.
Bajé en Chicago y habia cuatro horas de demora,
ensé en al museo, pero estaba agotado. La cola en
Ja parada de taxis lo inquieto,
Por qué no?, pens6. Por qué no tomar un taxi, ir trein-
ta millas al norte, pasar una hora en su ciudad natal, des.
Pedizse de ela por segunda vez en la vida, y volver para
el tren a Nueva York, mas contento y quizés mAs sabio?
Demasiado dinero para un capricho, pero qué mas
a, Abrié la puerta de un taxi, metié la valia y dijo:
—A Green Tovm, ida y vuelta
Al conductor se le ilumin6 el rostro y prendié et ta-
ximotro, al tiempo que Emil Cramer se sent y pegs
un portazo,
Green Town, pens, y...
zaue?
Por Dios, zpor qué recuerdo eso en esta hermosa tar-
de do primavera?, pens
Se dirigian al norte, con las nubes sobre los talones
Liegaron a Green Town a las tres en punto. Baio, le dio
al taxista cincuenta délares, le pidié que lo esperara y
alz6 la mirada.
El viejo Teatro Genesee anunciaba en letras rojo
sangre:
DOS PEL{CULAS DE TERROR
LA CASA MANIACA Y EL DOCTOR MUERTE
ENTRA, PERO NO TRATES DE ESCAPAR
| Esa COSa al final de la escalera
Ray Bradbury
Un hombre decide pasar de visita por
su pueblo natal. Al volver a su antiguo hogar,
todo parece estar igual que antes, tal vez demasiado igual
No, no, pens Cramer. El Fantasma era mejor.
Cuando tenia seis aftos, todo lo que tenia que hacer
era ponerse rigido y mlrar a la cémara con cara espec-
tral. (Eso si era terrorifico!
‘Me pregunto, pens6, si fueron el Fantasma, el Joro-
ado y el Vampiro quienes lenaron de miseria las no-
ches de mi niftez.
‘Mientras caminaba por la ciudad, se le escapé una
risa sorda entre los recuerdos...
Esa manera en que su madre lo miraba por encima del
desayuno: ¢Qué pasé por la noche? ¢Lo viste? ¢Estaba
abt, arriba, en la oscuridad? .Cémo era? {Cémo hiciste
ara no gritar y no despertar atu padre? .Cémo, cdma?
Y su padre se asomaba desde el abismo del perié:
ico y los miraba a los dos. Luego desviaba la vista al
asentador* de cuero colgado en la cocina, deseoso de
ser utilizado,
Y él, Emil Cramer, con seis afios, se quedaba senta-
do, recordando el dolor en su débil lomo de cangrejo
cuando no lograba subir las escaleras a tiempo, y dejar
atrés a la bestia monstruosa del altilo. Todo conctuia
con un alarido, y él gimiendo al pie de la escalera.
ePor qué? ¢Por qué esta ahi? 2Por qué me castigan?
Qué hice?
Gateaba por la oscuridad del pasillo hasta alcanzar
a tientas la cama y acostarse entre mares turbulentos,
Solia rezar para que egara el amanecer, cuando esa
cosa dejaria de esporario.
Escaneado con CamScannerSi, si dijo, y siguis caminando por la cudad, que
[Poco a poco se iba tifiendo de color tormenta. Llegé a
Ja calle donde habia vivido. Se fue el sol Un crepiisculo
invernal invadis el cielo, Contuvo el aliento. Una gota
@e luvia cayé sobre su nariz,
—Por Dios —se rio—. Ahi estd, mi casa!
Estaba vacia, con un cartel que decia “En venta’
Aiin tenia el frente revestido de listones de madera, un
amplio portico a un lado y otro mas pequefio delante,
Ja puerta principal y el recibidor donde se acostaba con
‘sw hermano a pasar las calurosas noches de verano. A
la derecha, el comedor, la puerta que daba al pasillo y
las escaleras que evaban a la noche eterna.
Y, entonces, la cosa, {como era? :Tenia un rostro fan-
tasmagérico, una dentadura cavernosa y ojos de infler-
‘no? Alguna vez la oy6 susurrar 0 murmurar?
Sacudié la cabeza,
Después de todo, la cosa nunca existi6, ¢no?
I¥ por eso su padre apretaba los dientes cuando mi-
taba a ese bicho raro y cobarde que era su hijo! :Acaso
elnifio no podia ver que el pasillo estaba vacio? |Vacto!
ao se daba cuenta de que era el artefacto cinemato-
‘grafico de sus pesadillas lo que proyectaba esas intimi-
dantes tormentas en la oscuridad de la noche?
iGolpes y porrazos! Los nudillos de su padre le gol-
Peaban el cefio para exorcizar el fantasma.
Emil Cramer abrié de par en par los ofos, sorprendido
de haberlos cerrado, Se paré en el pértico pequetio,
ocd el picaporte.
{Dios mio!, penso.
La puerta, destrabada, se desliz6.
La casa y el pasillo oscuro estaban delante de él, va-
ios y expectantes.
Empujé la puerta. Se abrié con un ligero murmullo
de las bisagras*. Olia a Muvias de otros atios, y estaba
eno de penumbras que habian legado de visita para
no marcharse jamds.
Enzo.
‘Afuera empezé a lover. El chaparrén apagé el mun-
do y ahogé su respiracién.
io un paso més hacia tna noche total.
‘No habia ninguna luz prendida al final del pasillo..
Si! Ese habia sido el problemal
Por ahorrar plata, inunca dejaban la luz prendidal
Habia que corre, saltar, atrapar la cadena y prenderla
de un tirdn para ahuyentar a la cosa. Tenfas que saltar
a ciegas, dandotelas contra las paredes, ipero nunca
‘encontrabas la cadena!
|No mires arribal, pensabas. Si a ves, iy te vel iNo!
Pero entonces sacudias la cabeza. Mirabas. |Gritabas!
Y¥ la cosa oscura latia en el aire, siempre lista para de-
jarse caer sobre tu grito como la tapa de un sarebfago,
—tilay alguien en casa? —pregunté suavemente.
De arriba legé un viento himedo, Un olor a tierra de
sétano y polvo de dtico 1026 sus cachetes.
—Listo 0 no, alla voy
Detras de él lentamente, la puerta principal comen-
26 a moverse y se cert.
Emil se quedé helado. Luego se obligé a dar un paso
tras ott.
Sentia que se estaba... encogiendo. Se derretia, se
hhundia en la pequetiez, hasta tenia la sensacion de que
se le achicaba la piel del rostro, y l traje y los zapatos
‘comenzaban a quedarle demasiado grandes.
Qué estoy haciendo?, pens6. gQué busco?
Respuestas. Si. Respuestas,
‘Su zapato derecho toc... l pie de la escalera.
Se quedé sin aliento. Quiso apartarse.
Es fécil. Simplemente no mies para arriba, pensé.
Qué tonto!, penso, Este es el motivo par el que estas
‘acd La escalera. Y el final de a escalera. (De esosetatal
En absoluto silencio, levanté la cabeza. Miré la luz
‘epagada, a seis pies de su cabez
Estaba tan lojos como la tuna
Le temblaron los dedos. En algin lugar de la.casa, su
‘madre se movia en suetios, su hermano estaba enros-
cado entre palidas sbanas, su padre paraba de roncar
para... escuchar.
IRApidol Antes de que se despierte. \Saltél
ego un salto acompafado de un gruido horroreso.
‘asontador. Cinta de cuero, outensiio de otra clase, utlzada
bisagra. Heraje de las puertasy:
‘movimiento.
Escaneado con CamScanner
11 BLOQUET | Capitulo 03
&Levanté la mano para atrapar la cadena, justo ahfariha. —jSexto! Me ois?
iPegé un tirdn! Tira de nuevo! Silencio. Oscuridad.
No funciona! No hay tuz. jNo funciona! Como todos {Dios santo!, penso, corré, salt, sali, la luz! (No!
e508 atios perdidos. —iSépumol jOctavo!
Lacadena sele resbalé de los dedos. Noche. Oscuridad. _Sentia el corazén palpitar en las axilas,
imamate: ao i
Paxpaded. Abrio los ojs, los cam, los abrié, los ce —jDécimo!
176, como si con el parpadeo pudiera agarrarla cadena, _Le temblo la voz. Respiré hondo y. {
iprenderla luz! El corazén le golpeaba no solo el pecho, Serio!
sino también las alas yla ingle, que tanto le daia, Fue como romper un vids, Elmiedo
‘Tambales. Se vino absjo. s2 hizo atens, se desmenuz"
—No—adijo en un gemido ahogado—. Liberate. jMiri! —jOnce! ;Doce! —chillo—. \,Trece!! —gri-
Finalmente levanté la cabeza y miré la oscuridad. _t6-.jAl carajol Maldito,imalditol iY catorce!
—iCosa? (stds abi? ‘or qué no se me ocurrié antes, cuando tenia
Una bandera negra coronaba la medianoche, como _ seis afios? Simplemente saltar, reirme a carcaja-
‘un oscuro estandarte funerario. Afuera, pens6, jn0 te das, jpara matar esa cosa para siempre!
olvides! Es un dia primaveral. La Duvia apenas golpea- _—jQuince! —resopl6, casi con placer.
a la puerta detras de él, suavemente. Y¥ en un magnifico salto final:
—Ahora —susurr6. —iDieciséis!
Y sosteniéndose entre las gélidas* paredes,empezd _Lleg6, No podla parar de ret.
a subir. ‘Alzé el puto en la oscuridad. Se le conge-
—Estoy en el cuarto escalén —murmuré. Io la risa, se le atraganté el grito. Se hundi6
En el quinto... enla profundidad de una noche de invierno.
—cPor qué? —se oyé el eco de la vor de
ali. a ecesuiesee es un nfo de un tiempo lejano—. ¢Por qué me
lice in os eek cere estan castigando?