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in 15, negando asf la posibiyig no aplicativO que NO revistan” Pyaciones se han efectuag: Hi in 86 con AP ey oat acisn Or fend te interpretace” gel fr obser cua. nae ras cimension” de et aciones ¥ valoraciones 16, y Mot is cia de tre fa primera aries lo inmediato, Por lo tani, Gee, ey 8a tativo, Sobre Tycione™ Tyedat la Ot ones realizadas. cin gan gunas puntualiZaet an icaciO Sa agregaran algunas © : abras sobre Ia se" Para + aridica slo & SUS dimensiones. ape ce SENSitivag ‘ey, nan ro ia de todos es ae ‘adelante Ta ad ¥ del con, y Sonali ae nD r CON rcionaidad Pr nerd de aqui|en ade/anve 18 Argumentaci gs ders ico. al que Se ‘ in a formas de racionalidad | icas 0 Similares mento 10 na mera remisl en peculativos: mateméaticas, de las Ciencias ent eres tedricos que se trata de una racionalidad de cae a jolégicas, sino i le ar cs sna yala vez constitutiva de sus objetos 3% . directivo- . ico. 6 odo similar Enrico Berti que “en Ja elaboracién de ia Ha escrito en un SC! habfa obtenido una forma de conocer no cientifica, eg, Josofia practic. Aristételes ‘todavia también ella racional, pues la misma es es diversa de la ciencta, cot ética, la filosoffa practica, no puede tener el mig de larazn (...);estaciencia, Ta ae porque tiene que ver con el bien, el mal, gare es pOi0 es los hombres, las que no tienen aquella regular, fara si a, aquella necesidad que es propia de los objetos de las ma. temiticas. De alli —continia— que para comprender esos objetos, Para conocer. Jos. es necesario hacer uso de un tipo diferente de racionalidad, pero sin renunciar ala argumentacion” 37, Y es casualmente este tipo de racionalidad, la racionalidad practica, que co- ‘oce los objetos que consisten en, y se vinculan constitutivamente con, la praxis imap la vez los constituye, los dirige y los valora, la que tiene eipanes Per crenata del derecho, i.e. de configurar racionalmente €s y normas generales juridicos a la maxima deter- muinacion del gar, a razon —eonacimion 'o. Ahora bien, tal como se ha desarrollado en otro lu- veles, conforme al crt ‘0 racional— Practica se desenv i s ni- Nerio de generalidad. ‘uelve en diferente: iva Particularidad, niveles que pueden set 451 ASSN Contes, » "Ensayo acero % a Sobre la nocien de AAW. Ethics a T3260 ra Bea net Retin Gat Pc, vide Coun Andes, tas. 15-16, Mérida ne igo Xx.» B-Gaut (ed, Chang, i - Gaur, B., “Introduction”, & eect, ayy ot ios »)s Clarendon Press, Oxix sata 20042005 9 Ml Reise Posterado de a Ce eee a de In distines ladistineién especulativo-préctico. cit., ps. 429 f a a—— DETERMINACION DEL DERECHO Y PRUDENCIA a1 _ og gintéticamente a tres: (i) principial, o de los principios précticos prime- cidos Sales; (ii) normativo, o de las normas generales, que ya oman en con- o univers anstancias particulares, aunque genéricamente consideradas; y (iii) ideraciOn OT dencial, referido al conocimiento-direccién de la actividad humana onérico © B'imamente determinada 28, Es este dltimo nivel, al que se dedicaran ‘singular 0 Mi ue siguen, el que tiene a su cargo el conocimiento y la conformacién is reso CONCTEND, i.e. la determinaci6n aplicaci6n del derecho a la praxis ju- del riaica singular. w.LA FRONESIS COMO HABITO INTELECTUAL 29 Bs bien sabido que Aristteles fue el primero en desarrollar la noci6n de fr js, al menos tal y como ha perduirado én Ta historia del pensamiento 4, en su co- nests Libro VI de la Etica nicomaquea. En este libro, el Estagirita desarrolla su n0cid ade los hébitos intelectuales, segtin la cual el ejercicio excelente de la raz6n doce de ciertas puestas a punto, habilidades o disposiciones adquiridas, sin las reais el entendimiento no alcanza una operacién adecuada —y menos atin, per- cae de la facultad intelectual, en ninguna de sus dimensiones o modos de ope- ‘erin, Existe una erudita controversia acerca de la cantidad y enumeracién de igs vitudes intelectuales en Aristételes *, pero en cualquier caso es indudable que e| Estagirita reconoce siempre la existencia de una virtud intelectual propia del uso préctico de la raz6n, distinta de las que corresponden a su uso teorético 0 técnico, fla que denomina frdnesis, tomando prestada la expresiGn de una antigua tradicion eneluso de esa palabra, aunque las diferentes acepciones tradicionales no siempre coinciden con la que le da el fildsofo 43, Enconcreto, Arist6teles denomina fronesis —prudentia en su traduccién la- tina—a aquel habito intelectual que corresponde al uso normativo de la razén hu- mana en el Ambito de la praxis —diverso del de la péiesis 0 actividad productiva— y que define como “una disposicién verdadera y practica (normativa, CIMC) res- Pecto de lo que es bueno y malo para el hombre” “4, Se trata, por lo tanto, de un ha 38 Vide, en este punto: Sas RAMOS, G., “La verdad prictico-moral...”, cit., ps. 274 y ss. °° Sobre toda esta problematica, vide MAssINt CoRREAS, C. I., La prudencia juridica....cit., ps. 31 yss. ‘© “Antes de la obra del Estagirita y aun en las primeras ‘etapas de éste, la frénesis aparecia mas vinculada ‘una forma del conocimiento especulativo; vide AUBENQUE, P. La prudence..., Cit., ps. 33 y 88. Sobre la fi- ‘osofia practica de Arist6teles y el lugar asignado alli lafrdnesis, vide ‘CRUBELLIER, M. - PELLEGRIN, P., Aris- ‘ate. Le philosophe et les savoirs, Editions du Seuil, Paris, 2002, ps. ISL y ss. Vide Hurcunyson, D. $., “Ethics”, en AA.VV., The Cambridge Companion to Aristotle, J. Barnes te Tapedee UP, Cambridge, 1996, ps. 205-206; vide, asimismo, ALLAN, D.J., Aristote, le philosophe, : ‘hh ithique et po- liique cos get: Béatrice-Nauwelaerts, Louvain-Paris, 1962, ps. 178 ss., y VERGNIERES, Va Arsiote. Physis, ethos, nomos, PUR, Paris, 1995, ps. 74 y ss. Philesophig KANOWSK1, G., “La théorie aristotélicienne des habitus intellectuels”, en Revue des Sciences Vide a siéologiques, nro, XLIIL-2, Paris, 1959, ps. 248-260. laird Avinen oP: La prudence chez Aristote,cit., ps. 7-30. Vide, asimismo, PELLEGRIN, P., Le vo- pa tote Bllipses, Paris, 2001, ps. 42-44. ISTOTELES, £ti ica nicomaquea, cit., V1,5, 11405. La traducci6n de Sarah Broadie es parcialmen- INTO JURIDICO. \ sIMIE! onocl ELC! tiva hacia el bien: - radicado en ‘le ‘de otro entendimiento, sino det eng ta agu Ia direcci6n de la Praxis), que jo™o ado a racidn ética de la accign yy ten vale virtud intelectual, es preg; 7 in Que ® 12 Dit Aa Go Obit on AN de est! hace refere | ASO dise: Og ncia ala estructura Universay ting, ido —y segtin lo explicit. tt el habito operativo que Perfeg ai ito de lo particular y en lo que bito 2 Te; e ; aes que no son determinados Por ej ar fines alcanzé era. Respecto de la primera de las.e, cn os desde fu ontempordneos como Gadame, . uct os a $C id «7 2 YS M Ss 2 ion oconcreci6n del derecho, Late; fee a eno de 1a aplic’ Warne—es a las verdades Seneraja, fend sito Christophe os. Para ejercitar la sabiduri, , Se, oe ha esc Jos seres humanos. a simple (bald) — de lo ¢, Pt, renpate es buen? ana idea —aunque S© je, Arist6teles establece” $8 bug cade 10d gebe tener alg neste pasaje, Aristot s e sna der seres humanos- em sdlo en posesion de esas Verdades noo malo a es suficiente: panaen éxito al actuar bien. Las acciones, ia 5) nia— que es Jos seres humanos NO de este modo, sin una captaciéy dee? rnerales sobre rca de 16 particular y, 5 iduria practica”. Y m4 hes dicho. nd no podrd ejercer la sabiduria p' mAs adelan, \ partculares, una érmino ‘particular’ en diversos modos: para Teer | Estagirita “usa el términ articulares, tipos y situaciones pan: precisa que el iculares, objetos particulares, tipos y s Patticy. instancias o ejemplos particu biduria préctica, y aunque participa en los Universy ie coneayendo que’ pace por su preocupaciOn también por los patti. Sins Spedonde es posible concluir que la fronesis. (i) Hene-caracter directiyg —tucional— de los actos humanos concretos o singulares, en los que consiste en efinitiva la praxis; (ii) esta direccién se realiza “participando” de la universalidad de cieros principios universales, que son aplicados a la praxis con la ayuda deh Jrénesis. Se volverd més adelante sobre este tem: al pat Compara, pa home E84 breseripcign ee Mompatiada de ung ert PANE, Pigg 2” ar ecion de} in, sé v e a on adie, et del autor); ArisTOrLe, Nico al, relativa a la acciénenlt con 8. 20 ARSE Ch, Anns? Bayan Mealy geet PAssus como ain ROWE (ed.), Oxford UP, Or we 89.9, Come ta maye Noma 0 de ® bueng, malo sue: “ung disposicién préctica, whee dsing de ug Oras Eig Teo es dat autor) * el hombre”; PELLEGRIN, Ps OAD S. Lihicg t Kaiane MBlosa; ders G . " With A ggh Be ing IMes, Wy, Fide, Co ote, Oye Sable ow Me tp OMtiNUUM, Li ‘ * Orford ye ath luce London-New Yor UP, 9 iter esp Ce Phones: Ont ica ‘Chee Straps SIS Pines €5__ DETERMINACION DEL DERECHO Y PRUDENCIA, 93 1) la prudencia encuentra Los medios para ta concepeisin del fin aceptado por nudes monies. (2) La sindéresis, no la prudencia, capta el fin al que se orde- = is bien huma: fos SiONES ir en sf misma un NO basic, re constituir ‘recti los act Orla oe nent uncardcter direc — concret 8s las vin wey sit aplicando a la praxis I e ee lo 2 Primerg.“,. Lean ‘4ctico y las normas morales que se erivan de ellos Print ins es nada mas que la disposicion de guiar lag 8, ‘oy —escribe Fi Orla razonabilidad practica. Por lo tanto ella es ing big ln cada principio practico relevante y cada m7 oma, da etapa “ oti ‘ . la inmediato agrega que ” ‘la cuesti6n de qué deberig Ser etd siempre va mas alld de lo que puede ser establecidg «Sit n ja realizacion completa (full-blooded) de |a Prude Ung Nig enel cua ws nei dentia elecciones ¥ a y dirigida en ¢ fl reer Pero de i yrealizadoaquiy ah F nea genet he feocionamiento dela deliberecton por las virtudes, 1g Vinh de la prudenta ha de realizar su otro papel esenciall: el de excluir de la Propia gf liberacién todas aquellas opciones que envuelven la violacién de specificas 1, . mas morales negativas y son por lo tanto injustas” °°. Aqui Finnis hace Tefereng;, ala doctrina clésica de los absolutos morales o normas morales negativas inexce, e Gionables, doctrina que ha desarrollado in extenso en un libro dedicado especif mente al desarrollo de esa doctrina 56, Estas normas morales negativas Plante, - es la deliberaci6n y decision de la Prudentia, que s6lo Puede a “sy acciones humanas al bien dentro del i oa tporlosabsolutos morales. Dicho d solocela Dlecido previamen, le conducta dirigidas porla pru den ee otro modo, las elecciones 0 valoraciones de 3 cla s6lo pueden hacerse una vez que se han ex. Cluido aqueltas a : lu cciones intrit i ! . ‘Msecay ‘adultos esta exclusion decisign ent’ incorrectas, como el homicidio, el robo o fs 'o que forma f sivade los ti ime la IPOs nati il Parte central dela ley Natural i oo incorrectos de accién “a pETERMINACION DEL DERECHO ¥ PRU seen extracrse dos precisiones fund Neca je al de In mera deduccién a partirdesmes tmara implicar una determinacién © conereets Braye como tal: y (ii) que no oleatnnte la nee tifjeamente entaizada en normas y prin rte de la definici , 95 i) que el papel de Renerales 0 prin- de la conducta , la prudencia ye 1 const 7 inns fundamentales que las virtudes” 58, Ca. manales- SOF Gxoniense reitera dialdgicamente es doctri C4 § setutes: “ANgUBOS (VED seceloces eae a Apipios y nomas morales, que No son a pigs enas. Ellos niegan que sea posible hallar Gace imams i “ uedan posibilitamos ‘reconocer abstractamente lo que es pnaaed ent paren ave pensatacerea de una situacién que reclama algo que debe i Blles resi consideraciOn de mximasy la colocacién de un ceo kaloan ‘no tra incorrecciGn de ciertas elecciones no puede ser conocida de an singel ae entender a las normas como teniendo su verdad por la ais eeméton en el Jueccionamiento de la razén principial hacia un ideal” ®. pane ip nnis critica esta concepcisn, que denomina “estético-prudencial” y a laque lla- abién “ \dencialismo intuicionista”, remitiéndose a la tradicién tomista, que ms Mg consttuivamente 8 ia prudencia con los prineipios pricticos y las normas mo- ve endaderaVirtud de la prudencia —escribe inequfvocamente—tal como ha sat aplicad por los ferandes maestros de Ia tradiciOn, como Tomés de Aquino cer oe cyplementa la deduccion desde los principios con un discernimiento sensible. antes de este, perfeccionamiento de la deliberaci6n por el juicio prudencial, la vi pdde la prudencia ha de haber jugado su otro papel esencial: el de excluir de la deli- ue suponen la violaci6n de normas morales especificas y eraci6n todas las opciones q| son por Io tanto injustas 0 deshonestas 0 de otros modos no respetan los bienes huma- ‘nos basicos inmediatamente en. juego en las posibles opciones” ©. ONES SOBRE LA PRUDENTIA EN FINNIS algunas de las afirmaciones sostenidas por John al y moral de la prudencia, resulta posible extraer VL CONCLUSI! Deesta breve exposicion de Finnisacerca de la virtud intelectu 58 Finis, J, Aquinas...,cit., p. 124. Debe entenderse aqui que los principios son més fundamentales en slréen cognoscitvo, no en el de fos apetitos 0 inclinac 8% Fiynss, J, Moral Absolutes..,cit., ps. 102-103. Vide, asimismo, PINKAERS, S., Ce qu’on ne, peut jax nai fire, La question des actes intrinseguement mauvais. ‘Histoire et discusion, Editions Universitaires de Frou Suisse-Editions du Cerf Paris, Fribourg-Suisse, | 986, ps. 21 y 88- re Fivwis, J, Moral Absolutes..., cit. ps. 104-105. La vision situacionista de Ia prudencia, negadors de istencia de prineipios de la ley natural ética, ha sido desarrollada paradignidticamente om ellibrode NEL + SON, ram \D.M, The Priority of Prudence-Virtue... Cit jones. , sONOCIMIENTO JURIDICO mee Je su cometido en el imp, fiere a ctor fe de ntrales 0 aspectos y.0 hun MO, de la corps tle, dimensiones ‘endo objeto, por lo yactuar en todos 10s casos bajo La gj ‘era denominar a la prudencia y, nfusién con el USO Corriente de iti hy a pli 4 ony, Ie nodo [at CO uso co eferentemente —bajo el influjo prin balan ipa sese m e autointeresada, por «Nip, amente a Por oposicig, a refiere PM cia” aE gicay mera i e se reli 7 jaaccion estrate ente moral. sons specialmente d ie’ piamel fo oxoniense pone espec C relieve el ¢ prop ‘sol nt ' sn Pr pare USSOF0 Or cyjeo-moral que reviste la prudengig tty stivo-perfective fe ,ducci6n meramente légica de normas éticas 4 “*%c. constitull” jende el de la dees en un elemento que enriquece, completa y asi itu y : . we pscC0S-P Faas anducta humana. Dicho en otras palabras, para Fina Pe juiciO tico de 1a ¢ un adicional normativo a la direcci6n de la conduct, he venta agrega oe ancipiOsi expresadoen terminologia tomista, en iene 0 as > ae . * fada.acabo por norma’ Ps mera conclusi@n, Sino pane de una determi dencia se tratano eT ificacion de lo correcto, adecuado 0 debido en i sion oe Pe cunstancias y modalidades de esa situacion hacen nece rea a matividad que nose encuentra sino incoativamente en no, ae no puede reducirse a su dimension légico-deductiva 63, ecesario precisar y reafirmar, esta vez contra las Pretensig. ituacionistas o meramente prudencialistas de la ética, que ese plus normatiyg a liza dentro del marco establecido por normas morales y principios Practicos enespecial de aquellos que establecen absolutos morales, i.e. reglas morales inex. ben los modos de conducta intrinsecamente desviados, cepcionables, que proscril ) Finis es especialmente claro en este punto, y por lo tanto descarta como irracig. nales las pretensiones relativistas de algunas interpretaciones reductivas Y por lo tanto incompletas de ciertos aristotélicos contemporaneos, como v.gr. las de aque- Hos que se inscriben en las corrientes hermenéuticas de la filosofia ©, En definitiva, de lo que se trata principalmente isi En definitiva, d le s ap en las precisiones y desarr !los realizados por Finnis en torno al tema de la prudenti de destac ee tbl carder raion dea direcciényvaloracidn dé ln coals ee tituye ademés una de las dimensjo y.valoraci6n de la conducta ética, que cons- e jusumenteesaracionain ones centrales de la perfeccion del hombre. ya que Le Deeste ‘modo, la racionalidit aor alaaccion en eee ecificamente hu- ie ‘ti i ‘tO integrativo de Ig normacién a 1a scorprudencial resulta ser tanto un instru- Conducta cuanto una de las notas consti- situacién conc sario un agregado mas y principios ¥ 4 ero también es n! Se punto, vide rad M1 Tee ume Vide AEN, pg eg Chia, Baer —— © ae pate » 199, s.212.240 trot» APEdice a La prudenci - “ ‘ologiae, ¢ ncluido en ta edicigs fr ia en Aristoteles, Ls bien Bae we et FU 95,2. n francesa), ‘La flosof SEDE SAN RAFAEL BIBLIOTECA 97 hombre. Y esta doble dimensién la realiza In prudencia, ante tituido por los principios priicticos y lus normas éticas, en €s- alone psolwtas. pero asim no, en cuanto suplemento de normatividad que de- egal fas ‘ren iiltima instancia la medida de lo correcto ¢ incorrecto en la neta OS. DETERMINACION DEL DERECHO Y PRUE nn del caer bien del he tiv Not marco COM sey plet peria y come UDENCIA. VIRTUDES MORALES Y VERDAD PRACTICA. vil. Prt gode ee ye a sn en 1a tarea Jos desarrollos realizados, queda por estudiar algunos puntos acerca da de la labor de la prudencia, para pasar luego a establecer su de determinacién del derecho. En cuanto al primer aspecto, es junio © fectuar algunas aclaraciones sobre una nota propia de la prudencia neces ud, que la singulariza respecto de todas las restantes virtudes: su perte- cot Vir Tar ndmina de las Virtudes intelectuales cuanto de las éticas 0 morales. cia tan onocer que la prudencia —escribe Santiago Ramirez— es una virtud se eee or ser una virtud intelectual. que se ocupa exclusivamente de cosas cons su materia €s moral, aunque su forma sea intelectual. Porque esa ma- toa imordialmente buena o mala, por ser objeto del apetito (...), y como tal wine ‘alas virtudes meramente morales. Pero puede considerarse también en en denable por la raz6n prictica, es decir, como materia de consejo, de juicio cua wepto, 0 Sea, como verdad prictica, y.entonces corresponde a la pruden- ee Peer ondicién de habito intelectual. 28 cho en otras palabras, si bien es evidente que. la funcién de la prudencia es constitutivamente racional, ya que se trata de conocer e informar racionalmente la donducta ms apropiada en una situacion a, no puede dejarse de lado que el ob- jrode sv informaci énes Ja conducta ética —o juridica en su caso— ordenada ala rea Fe Xadelbien humano, ce. la conducta ética —o juridica, que es una especificaci6n _ Garo delgénero de la conducta ética—. En este ultimo sentido, y en cuanto esa infor- maci “ional resulta indispensable para la eticidad del obrar, la prudencia participa delcaricter ético de la conducta que regula y dirige. “En realidad —precisa Ramfrez— esmés intelectual que moral, porque es formalmente intelectual y s6lo materialmente ‘moral, en cuanto que aplica los principios de la raz6n practica a la materia moral” °. Esoexplica que habitualmente se enumere a la prudencia no s6lo entre las virtudes in- telectuales, sino también entre las morales, y que Finnis la incluya entre una de las di- mensiones centrales de la perfecci6n humana. La segunda consideraci6n se refiere al problema, arduamente debatido en la historia del pensamiento, referido a la necesidad de la presencia en el sujeto de las yirtudes morales para la adecuada operaci6n de la prudencia, Arist6teles hizo la ‘ormulaci6n clasica del principio, cuando escribid, en la Etica nicomaquea, que “la 6 Sobre este tema. vide Katimasann A Hormondutiraw derechn trad A Olllerav I. A. Santos. Co- UNIVERSIDAD DE MENDOZA NTO JURIDICO OCIMIE! ON' is, CIMC BL CO alma (lafronesis mamione Prod, ojo jel a a que los razo) 5 ntos de Ce 5. ste pyidentes ¥ ue el fin es Este’, o Puesty obra Vi $ © 10, puesto arece claro Sino al bueng, » We jg" oer fin D0 en cuanto a los principigs atteig” ae 5 nos eng? ible ser prudente NO siendg bue, Maggi ue j;mposi aen la prudenc; Uno yha q ate, eS! ila excelencia en Ia prudencija ~ie eset piety treme ‘ala out jercicio de las virtudes Morales, ‘a: ev" conto! Fr ara quien “como se gj.“ Sidg ay cia ino, P' . ice pe™ ad excelent focnidad con los primeros Pringjni®lin le ‘ , ‘depe™ tension or u cor recta por SU conformidad Con log fing a es rec’ ica tfin pertenece al apetito. De alli Ue en i: ja el dad 0 rectitud de la razon Préctiog® ft ..). Ycomo la prudencia es la eh fl uieran otras yj eg 108- ued, nel ap! dencia, se req! irtude, icomaq jad col 4s de la pru' 8 my a nico ormid a més i cosas en las que no loes Fostlmenter raz6n 064 al apetito en" arte de la Summa Theologiae, el a in tO segunda Fi orden al apetito recto, ya porque Sus brig dencia (.-) sta estimaciOn es dada por los habitos dey “Ja pru cuya rec tad, y de ahf que la prudencia no puede la ae la prudencia preceptiia las obras recta, jaineinaei ga que Ia Ve les; o bien porque es a un apetito recto 7 de la praxis de una actividad huy tocul 0 significa que, a ae re guia de la razon, la correccion de esta, movida hacia su fin por el ae en ona ordenaci6n de la conducta que se core: énprictica, Le. su verdad. 20 Fi aquel apetito que procura el verdadero bien. Po nose aletue sic del apetito al bien verdadero —bien real, NO aparente— ‘ior doemiadatambign po azOn, pero en. un momento anterior de su a. tividad. Este momento es, en primer lugar, el de la sindéresis que establece el bien en general y, en segundo lugar, el de lo que Irwin denomina “macro prudencia”y ‘tros autores “ciencia moral”, que precisa los fines mas particulares que son objeto de’ tes Virludes éticas, Finalmente, la prudencia en sentido estricto —que Irwin lk ‘ma 'micto prudencia”— deliby 5 erard y determinard los medios conv ientes parala concretion de ese bien y dios convenientes pa Prudencia—en sentido estricto— ue: “esesario que el apetito esté rectamente tudes éticas; ellas son las que mueven, edro Lombardo, d. 33, q. 1,4) Sel Ag , inate, yj, Se 25 y A Vide Foy "NTE, Santo Tomés de Aquino. El ofitit rosie ie 1 00.14, ag SG Tang. aL 2 DETERMINACION DEL, DERECHO Y PRUDENCIA 99 apetito sensible a un buen ejercicio de Ja alimentacign, de modo que no se veh Tenel delecto de comer demasiado poco, oen el exceso de comer en cantidad incu ya, Pero Ia medida adecuada de esa buena alimentacion estard dacie por la ra- ee idente, que establece los medios apropiados para una alimentaci6n sana, su- zon, pero no excesiva, y lo haré teniendo en cuenta la situacién de ead Sujeto, fier noes idéntica la buena alimentacién de un joven atleta que lade un intoion, ys ya ave jentario y maduro. Esto se da de idéntico mod yal SeCrjentes a la virtud de justicia, tal como loha ex eso: “en lo perteneciente a la justicia, el juicio clésiveneciente a la fortaleza procede de ésta, lo Panto ésta inclina a juzgar rectamente, y di juncia el juicio” 72, . ; En definitiva, esta ensefianza, propia de la tradicién moral central de Occi- gente, consiste en sostener que el bien de la vida humana no puede alcanzarse sin jarazén, pero no s6lo con Ja raz6n sino también con el apetito virtuoso. Como sos fine acertadamente Alejandro Vigo, en la ética —y en el derecho que es una de sus gimensiones— “fin y medios no se dejan determinar aqu{ de un modo puramente extrinseco, ni tampoco pueden reconducirse a la unidad, por asi decir, desde fuera. lacto moral es querido por sf mismo (Etica nicomaguea, IIL 3), y los medios de suejecuci6n guardan con la naturaleza del acto una funcién constitutiva: den obtener los fines propios de la moralidad por caminos cualesquier: lo en el caso de los actos co- Puestoel Aquinate en un tex- procede de la justicia, como Asi pues, el juicio es acto de jus- le prudencia, en cuanto esta virtud Gh ticia promt no se pue- a, sino que elcamino de realizaci6n de los fines esta intrinsecamente conectado, en este caso, % —Conel fin realizado a través de él” 73, Dicho en pocas palabras, la dimensiOn virtagt 7 so-apetitiva y la prudencial-racional forma una unidad que hace bueno —justo— + alacto, y no pueden realizarse una con independencia de la otra. Es cierto que pue- —_dedarseel caso excepcional de un hombre vicioso—un juez— que dicte por mo- 7 tivosno virtuosos —temor al qué dirdn, 0 a un juicio politico— una sentencia justa, c pero se tratard siempre de un acto justo s6lo por accidente y éticamente reprobable. 0 ; VIIl. LA PRUDENCIA EN LA APLICACION-DETERMINACION DEL DERECHO (1) Luego de estos desarrollos sobre el cardcter y naturaleza de la virtud intelec- tual de la fronesis-prudencia, corresponde explicitar su funcidn y relevancia en el Proceso a aplicacién-determinacién del derecho en su maxima concrecién. Para cllo, resultaré conveniente analizar el papel que juega la prudencia juridica —ha- bito intelectual y moral que habilita para determinar qué es derecho en una situa- ‘ion concreta— en cada una de las dimensiones del proceso aplicativo, que se dis- ” TomAspe morale de Saip Vain Pats, 7 AQUINO, Summa Theologiae, cit., I-Il, q. 60, a. 1, ad. 1. Vide LecLerc, J., La philosophie nt Thomas devant la pensée contemporaine, Publications Universitaires de Louvain-Vrin, Lou- 955, ps. 422 y ss Vico, AG, 2006, p. 397,77" “Verdad prictica y virtudes intelectuales”, en Estudios aristotélicos, Eunsa, Pamplona, pL CONOCIMH ienzo d oT a S| ie este trabajo. Corresponde alcom! ue corresponde a las Felacig Men, jgcaron al com n 4 specifier” iagicas 6: jon de las inferencias y a jag One Senet SP nension rrecci FI ienci FeBlag ote My sf ererina® or on presencia tuna sret seetica ghee Ye e sal jas —Idgica normativa, q, ue i, ' nS 1g! » den, & ny de un inferencias Omi ai we seso.deaplicacion deg. al cur unto.de. juridico, de carécte,

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