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¿Qué es el carácter?
Cuando hablamos del carácter, nos referimos al modo en que un individuo reacciona
habitualmente a cierto tipo de estímulos o situaciones determinadas, considerado como típico de
un perfil, caracterización o inclinación dentro de los cuales encajan otros individuos también.
A pesar de que el estudio del carácter inició en el siglo XX con pretensiones de convertirse en una
ciencia exacta, es decir, de poder clasificar todas las personalidades del ser humano al detalle, hoy
en día se acepta que forman parte apenas de aproximaciones a la personalidad.
Carácter y temperamento
Así, mientras el carácter se debe a un estímulo exterior, el temperamento está vinculado con las
funciones endocrinas y está determinado genéticamente, por lo que hay un componente
hereditario en él y se manifiesta en rasgos físicos y psicológicos. Podría decirse que mientras el
carácter es el modo de responder a las situaciones, el temperamento es la postura común cuando
nada ocurre.
El carácter es apenas uno de los elementos que componen la personalidad, junto con el
temperamento y los hábitos aprendidos. Si el carácter es una reacción predominante frente a
situaciones concretas, la personalidad en cambio es una conjunción compleja y diversa de las
virtudes, defectos, tendencias, sentimientos, pensamientos y, en fin, las características psíquicas
de una persona. Mientras el carácter es simple y general, la personalidad es compleja y singular.
Así, mientras el carácter puede reducirse a un atributo o una idea que engloba cierta tendencia en
la reacción, la personalidad es una construcción rica en matices, difícil de aprehender en su
totalidad y de muchos pliegues y contradicciones, que hace difícil concluir rápidamente algún tipo
de predictibilidad respecto al individuo.
Ejemplos de carácter
A principios del siglo XX, René Le Senne (1882-1954) intentó crear una clasificación concreta de los
caracteres posibles del ser humano, para así poder determinar quiénes eran más propensos al
crimen, y postuló que eran ocho. Aunque se sabe hoy que la realidad no es tan sencilla, podemos
citarlos como ejemplo a continuación:
Carácter sanguíneo (no emotivo, activo, primario). Se trata de un carácter que persigue la
satisfacción más inmediata de sus impulsos corporales: comer, beber, tener relaciones
sexuales. Todo con avidez, por lo que a menudo se lo vincula con el robo y las ofensas
sexuales.
Carácter flemático (no emotivo, activo, secundario). Son fríos, impasibles, cerebrales y
ordenados, dados a la reflexión y la planificación, su incursión en el delito tiende a ser
meticulosa, planificada, como en estafas, o delitos de cuello blanco.
Carácter amorfo (no emotivo, inactivo, primario). En él predomina una pereza radical,
por lo que rechaza la reflexión y suele vivir su presente inmediato, con el mínimo esfuerzo
posible. Puede ser influenciado fácilmente hacia el delito por terceros, dado que es
manipulable y sugestionable.
Carácter apático (no emotivo, inactivo, secundario). Todo le da igual. Suelen tener
deficiencias para lidiar con el mundo y con los demás en términos de iguales, por lo que
buscarán a menudo la compañía de menores o personalidades débiles.
- Fuente: https://concepto.de/caracter-2/