Está en la página 1de 3

ACCION, PRETENSION Y DEMANDA EN LA TEORIA DEL DERECHO 

PROCESAL

La Acción: Poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales para
reclamar la satisfacción de una pretensión.
Anuncios
LA ACCIÓN EN EL DERECHO PROCESAL
Al abolirse la defensa por la propia persona, es decir, hacerse justicia por propias manos, lo que viene a constituir
quizás uno de los fundamentos esenciales del ordenamiento jurídico moderno, corresponde al Estado resolver los
conflictos surgidos entre personas, mediante el ejercicio de la función jurisdiccional, que consiste en el estudio y
decisión de los litigios con la aplicación del derecho subjetivo a cada caso en particular.
Ahora bien, la Ley y el Juez no actúan por sí mismos, siendo necesario que para que una norma de derecho tenga
su aplicación, esto es, el dictado de una sentencia por los órganos jurisdiccionales del estado que ponga fin a una
controversia, es necesaria una primera puesta en marcha, un movimiento inicial.
Esa puesta en movimiento de los referidos órganos mediante la privada iniciativa y ese impulso es lo
conocido como La Acción.
El concepto de acción es uno de los más discutidos en el estudio del derecho procesal, dando nacimiento a
numerosas doctrinas, definiciones y no pocas controversias; teniendo por resultado que, a pesar de muchos
estudios, los tratadistas no se hayan puesto de acuerdo en una materia tan importante, que quizás es la más
básica y fundamental del derecho procesal porque sobre ella descansa el proceso.
La Acción es entonces el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de acudir a los órganos
jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión. Es un medio de plantear la solución pacífica
de los conflictos de intereses jurídicos y derechos aparentes ante el órgano judicial.
Es importante destacar que el asunto jurisdiccional desde este planteamiento está siendo examinado desde el
punto de vista del ciudadano y las personas jurídicas que piden justicia y no desde el punto de vista del estado que
cumple con la función de administrar justicia, es decir, desde el punto de vista de la jurisdicción en sí misma.
USOS DIVERSOS DEL TERMINO
 Eduardo Couture ha precisado tres distinciones del término a saber, que tienen acepciones distintas:

1. a) La acción como sinónimo de derecho. Es el mismo significado que la actio romana y el sentido que se
le da cuando se dice, “el actor no tiene acción” es decir, no tiene derecho. La acción en esta acepción se
confunde con el derecho material reclamado ante el órgano jurisdiccional.
2. b) Como sinónimo de pretensión. Este es el sentido más utilizado del término, y así mismo lo han
expresado diversos autores y leyes, siendo un error teórico procesal su utilización indistintamente como
sinónimo de pretensión. Se utiliza para decir “La acción es fundada o infundada” para expresar la
afirmación de tener un derecho valido, y en nombre de ese derecho promover la demanda correspondiente.
3. c) La acción como sinónimo de “Facultad de provocar la actividad jurisdiccional”. Este se utiliza para
expresar el poder jurídico que tienen las personas como tales, en virtud del cual pueden acudir ante los
tribunales para demandar la protección de su pretensión. De manera que, según este sentido, se entiende
por acción, no el derecho material del actor, es decir, el derecho reclamado en su demanda ante un
juez, ni su pretensión como voluntad manifestada de obtener una sentencia favorable en el proceso e
imponerla al demandado, sino su poder jurídico que acudir ante los órganos jurisdiccionales, tenga o
no un derecho material valido o una pretensión fundada o infundada. Esta acepción del término acción
es la más acertada dentro de la teoría del derecho procesal.

 
CARACTERES GENERALES DE LA ACCIÓN.
Según la teoría de la acción como derecho autónomo, es decir, como pretensión de la tutela jurídica se destaca
lo siguiente:
1) La acción es un derecho subjetivo distinto al derecho material que ha de ventilarse en el proceso.
2) La acción existe con anterioridad al proceso, ya que nace cuando aparece la necesidad de protección.
3) La acción no protege el interés en litigio, sino que el litigio tenga una justa composición. por eso la acción es
un derecho público, en cambio el derecho material que causa el litigio es un derecho privado.
4) La acción es un derecho subjetivo procesal porque impone al juez la obligación de proveer
independientemente del derecho material invocado. El sujeto pasivo de la acción es el juez.
5) La acción es un derecho cívico, encuadrado dentro de los derechos subjetivos públicos.
6) Su naturaleza es de carácter público, pues la tutela judicial efectiva es parte de las garantías
procesales establecidas en la modernidad en muchas constituciones y leyes fundamentales.
7) Su fin último es encontrar fin de la controversia mediante sentencia del órgano jurisdiccional.
8) Se tiene frente al estado para que la otorgue, y frente al particular obligado, para que la soporte y se someta a
su tutela.
9) Es necesaria la presencia del órgano del estado investido de jurisdicción para ejercer la acción, es decir,
un órgano del Estado con las atribuciones legales para administrar justicia en nombre de la república y por
autoridad de la ley.
10) Ese órgano debe ser el objetivamente competente en la causa en particular, y subjetivamente capaz de
juzgarla.
11) Es necesario que las partes involucradas tengan capacidad procesal para ser sometidos a la tutela judicial

ACCION Y PRETENSION
La pretensión es otra de las figuras de suma importancia dentro del estudio del derecho procesal, aunque no tan
compleja como la teoría de la acción, si es importante conceptualizarla y diferenciarla de la acción, y de la
demanda como acto procesal.
La pretensión es la afirmación de un sujeto de derecho de merecer la tutela jurídica y de la aspiración de
que se haga efectiva.
Eduardo Couture claramente afirma que la pretensión no es la acción, y considera que: “la acción es el poder
jurídico de hacer valer la pretensión”. Por tanto, podemos decir que la pretensión es una manifestación de
voluntad, subjetiva e individualizada que se hace valer con la acción, pues por sí sola no puede manifestarse y
ningún juez u órgano atribuido de jurisdicción puede satisfacer una pretensión que no ha sido manifestada a través
de la acción. La pretensión necesita de la acción para hacerse valer y a su vez toda acción lleva inmanente
una pretensión de obtener favorable dictamen; son figuras jurídicas emparejadas.
En este mismo orden lógico de ideas Carnelutti la define como “La exigencia de la subordinación de un interés
de otro a un interés propio”. Este interés propio se muestra o se revela a si mismo alegando la supuesta
existencia de un derecho subjetivo material propio, porque se considera que ha sido enervado. Ahora bien, la
existencia o no de ese derecho subjetivo material la determinara el juez en la sentencia.
En el derecho procesal y en los códigos podremos encontrar siempre la acumulación de pretensiones que
no se excluyan entre sí, pero nunca la acumulación de acciones, pues la acción es una sola y una vez hecha la
petición al juez correspondiente ha sido puesta en ejercicio y emitida la sentencia favorable o desfavorable ha
quedado agotada, en cambio la pretensión queda satisfecha con la obtención de una decisión favorable para
el accionante, pues esta es subjetiva, forma parte del interés propio del accionante, un interés que va más allá
de obtener respuesta del órgano jurisdiccional, se extiende hasta la obtención de sus deseos, de la voluntad
que dio inicio a proponer la acción en primer lugar

ACCION Y DEMANDA
La demanda es un acto procesal, se ve materializada en el escrito por el cual se inicia el proceso,
denominado Libelo de Demanda
Para Couture el derecho de demandar es la acción, el indica que todo sujeto de derecho junto con sus derechos
materiales o sustantivos, tiene su poder de acudir a la jurisdicción; y la acción es ese poder jurídico

El derecho de demandar es el ejercicio concreto del derecho a acudir a la jurisdicción. La demanda tiene un doble
contenido, pues en ella se reúnen el derecho de acción y la pretensión. Ambas figuras se ven inmersas en el
acto procesal de demandar, es decir, al demandar el individuo ejerce la acción y a su vez hace valer su pretensión.
Con la resolución o la sentencia favorable del juez se satisfacen ambos aspectos, la acción y la
pretensión. Si la demanda no es fundada solo queda satisfecho el derecho de acción. Con esto se pone en
evidencia el error de algunos tratadistas al afirmar que la acción es el derecho de obtener una sentencia favorable
LA DEMANDA COMO ACTO PROCESAL
Rengel Romberg, en su tratado de derecho procesal civil afirma que de la acción y la pretensión se diferencia
la demanda. Esta, no es un derecho, sino un acto procesal. El acto procesal por excelencia del actor
(demandante). En el proceso civil se inicia por demanda. En ella se hace valer la acción, dirigida al juez para
tutela del interés colectivo en la composición de una litis y se ejercita y se hace valer la pretensión
simultáneamente, dirigida a la contraparte pidiendo la subordinación de su interés al interés propio del
reclamante. La demanda tiene pues, un doble contenido, porque en ella se acumulan el ejercicio de la acción y
la interposición de la pretensión.
Este contenido complejo de la demanda, ha hecho atribuir erróneamente a la demanda la determinación objetiva
del proceso, que está dada más bien por la pretensión que en ella se hace valer y ha hecho posible considerar,
también erróneamente, que el contenido de la acción ejercida en la misma es el interés privado e individual
controvertido en el proceso que se inicia con la demanda.
Para que la demanda sea declarada con lugar y el actor pueda obtener la resolución del juez que le dé
satisfacción a su pretensión, es necesario que el juez al examinar el mérito de la demanda, la encuentre
fundada, vale decir, que las afirmaciones de hecho y derecho aducidas por el demandante para justificar
la pretensión resulten verdaderas y debidamente probadas en el proceso.
Con la resolución del juez favorable al demandante se satisface el derecho de acción y se satisface la pretensión.
Pero pudiera suceder que la demanda resulte declarada sin lugar, por no estar fundada la pretensión. En este
caso se satisface de todos modos el derecho de acción y solo se rechaza la pretensión.
Se comprende ahora, después de hacer distinciones, el error de las teorías de la acción en sentido concreto,
según las cuales la acción es un derecho a sentencia favorable y solo tiene acción quien tiene razón. Estas
teorías como hemos visto confunden la acción con la pretensión y colocan como contenido de la acción el
derecho subjetivo material que se hace valer con la pretensión.
La acción corresponde a todos, con abstracción de su fundamento, tanto el que tiene razón como el que
no la tiene.
La jurisprudencia ha establecido que “la demanda es el acto introductivo de la causa, y sin demanda no hay
procedimiento. Pero el dar comienzo al procedimiento no da inicio al mismo tiempo a la relación procesal
que vincula entre si a los sujetos del proceso, pues esta se constituye con la citación, y se va desarrollando
con los sucesivos actos procesales de las partes y del juez”.
Félix Cedeño Borges.

También podría gustarte