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LA OPEP+ SIN ACUERDO

La emisión del Boletín, correspondiente al mes de junio, la retrasamos


esperando los resultados de la reunión de ministros de la OPEP+ pautada
para el día primero de julio, por la importancia que la misma reviste para el
mercado petrolero internacional. 

Sin embargo el pasado 05 de julio, la Secretaría General de la OPEP


informó la decisión tomada por la presidencia (Arabia Saudita) y co-
presidencia (Rusia) de cancelar[1] la 18ª Reunión de Ministros de la OPEP+,
luego de posponerse en dos oportunidades y no llegar a un acuerdo el
pasado lunes, ante la negativa de Emiratos Árabes Unidos de apoyar la
extensión del acuerdo más allá del abril de 2022 y mantener la actual base
de producción, la propuesta presentada por Arabia Saudita y Rusia. 

Cancelar la reunión es una respuesta del presidente de la OPEP+, el


ministro de energía de Arabia Saudita, príncipe Abdul Aziz bin Salman, al
ministro de energía e industrias de los Emiratos Árabes Unidos, Suhail
Mohamed Al Mazrouei, ante los intentos de este último de aprovechar la
expectativa del mercado y la necesidad de consenso en el seno de la
organización para presionar y obtener una mayor cuota de producción de
petróleo como condición para seguir apoyando los acuerdos. 

En una inusual postura, ambos países –estrechos aliados políticos en el


Golfo Pérsico– expusieron de manera pública sus diferencias, lo cual indica
que el nivel de desacuerdo entre socios estratégicos. Rusia y el resto de los
países se han mantenido al margen de la disputa, es un problema entre las
monarquías del Golfo.  

Los EAU presionan a lo interno de la OPEP y la OPEP+, tal como lo hicieron


en diciembre de 2020 –donde incluso insinuaron su intención de abandonar
la OPEP– para dar curso a la política volumétrica que se ha impuesto en el
país, como consecuencia lógica del proceso de privatización del sector
petrolero adelantada por el gobierno, que tiene como meta llevar la
producción del país desde los 3 MMBD actuales a  4 MMBD en 2020 y 5
MMBD en 2030.

Tal como sucedió en Venezuela en los años ‘90, cuando se desarrollaba el


proceso de privatización de la industria petrolera -conocida como “Apertura
Petrolera”-, la privatización de la Abu Dhabi National Oil
Corporation (ADNOC) y la inclusión de los intereses de los actores privados,
impulsa una política volumétrica para recuperar sus propias inversiones, en
detrimento de la política de defensa del precio, la cual pasa por administrar
la producción y oferta del petróleo en el seno de los acuerdos de la OPEP u
OPEP+.

Los EAU, además de buscar mayor producción para atraer y satisfacer los
intereses de los actores privados que participan en la privatización del
sector, busca redefinir el cuadro de cuotas de producción de la OPEP antes
que Irán alcance un acuerdo nuclear con los EE.UU. y se levanten las
sanciones en contra del sector petrolero de la nación Persa, lo cual podría
colocar la producción del país en 3 millones de barriles  de petróleo para
finales de este mismo año. 

La consecuencia directa de la cancelación de la reunión de la OPEP+,


además del daño político que sufre la iniciativa al mostrar sus fisuras y
conflictos de intereses, es que el grupo no aumentará su producción en
agosto, manteniendo la cuota y la base de producción que corresponde al
mes de julio. 

Existía la expectativa del mercado y el consenso casi unánime en el seno de


la OPEP+, de incrementar la producción de petróleo en 2 millones de
barriles día entre agosto y diciembre, a una rata de 400 MBD intermensual,
previendo que el aumento de la demanda, estimada para este año en 5,95
MMBD, se produzca a partir de la segunda mitad del año y extender los
acuerdos de recortes de producción desde abril del 2022 –como estaba
previsto originalmente– hasta diciembre de 2022. 

Por su parte, los grandes productores del grupo, Rusia y Arabia Saudita, no
están dispuestos a seguir perdiendo mercados frente a los productores
norteamericanos, por lo que son partidarios de incrementar la producción a
partir de agosto para mantener el precio a niveles que impidan el
incremento de la producción de “Shale Oil” de los EE.UU. y de lo crudos no
convencionales canadienses. 

Los operadores del mercado, luego del nerviosismo inicial, han reaccionado
con cautela, tratando de evaluar escenarios planteados ante una demanda
que, a pesar de los problemas del COVID-19, sigue en recuperación, y un
precio que sigue escalando cada vez más cerca del umbral de los 80
dólares el barril, por lo que grandes consumidores como EE.UU., a través
de la Casa Blanca, han expresado su preocupación por el hecho de que la
OPEP+ no alcance acuerdo para incrementar su oferta de petróleo y
mantener un precio a niveles que contribuya  a la recuperación de la
economía mundial. 
Para los países productores de petróleo el peor escenario es que el
desacuerdo entre las monarquías del Golfo desemboque en una serie de
represalias y desacato de los acuerdos de cuotas de producción, para no
perder mercado, ante un aumento de la producción de esquisto de EE.UU.
que pueda cubrir la oferta de petróleo dejada por la OPEP+, estimulados
por los precios más altos, lo cual puede generar otra  “guerra de precios”
-como sucedió en marzo del 2020- que provoque, nuevamente, la
desestabilización del mercado y la caída  de los precios del petróleo.

PRECIO
Al cierre del 08 de julio, el International Exchange Futures (ICE) cotizó el
Brent en 74,12 dólares el barril, mientras que la Bolsa Mercantil de New
York (NYMEX) cotizó el WTI en 73,2 dólares el barril, una caída del 2,7% y
4% respectivamente, en con relación a las cotizaciones del 05 de julio,
cuando el Brent y el WTI, alcanzaron valores de 76,73 y 76,25 dólares el
barril, los valores máximos desde octubre de 2018, como reacción del
mercado a la falta de acuerdo en el seno de la OPEP+

GRÁFICA DE LOS PRECIOS


(02 noviembre 2020 – 08 julio 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos Intercontinental Exchange Europe (ICE Europe).
El precio del petróleo mantiene su tendencia desde noviembre del 2020,
producto de la política de recortes de producción iniciadas por la OPEP+ a
partir de mayo del 2020, lo que ha permitido alcanzar el balance y
estabilización del mercado, luego de la “guerra de precios” de marzo del
2020, coincidente con el colapso de la economía mundial y la demanda de
petróleo a raíz de la pandemia de la COVID-19.

Los marcadores del precio de petróleo han recuperado más del 50% de su
valor durante este año 2021, para ubicarse por encima del umbral de los
70 dólares el barril desde el primero de junio, muy cerca ahora de los 80
dólares el barril, valores que no se registraban desde octubre de 2018.

COMPORTAMIENTO DEL PRECIO 


(septiembre 2018 – 08 julio 2021)

Fuente: Elaboración propia con datos Intercontinental Exchange Europe (ICE Europe).
El factor fundamental de la recuperación de los precios ha sido la política de
masivos recortes de producción de la OPEP+ –que ha permitido reducir la
oferta de petróleo que inundó el mercado durante la primera mitad del
2020–, drenando los inventarios que alcanzaron niveles históricos, al
mismo tiempo que la economía mundial comienza a recuperarse desde el
inicio de este año, liderados por China y las economías asiáticas, así como
por EE.UU, UK y la Zona Euro, quienes han sostenido su recuperación en
base a masivos aportes de dinero y apoyos fiscales.

El optimismo en la recuperación del mercado petrolero ha venido de la


mano del incremento de las vacunaciones de la población desde inicios de
este año, sobre todo en los EE.UU., UK, Europa, y China, lo que ha
permitido la flexibilización de las medidas de restricción de movimiento y la
reactivación de la producción, el comercio y el turismo, por lo que se
estima que la demanda global de petróleo se incremente hasta alcanzar un
promedio de 96,58 MMBD para 2021, logrando un aumento anual en la
demanda global de petróleo de 5,95 MMBD.

Sin embargo, las agencias y organizaciones especializadas del sector,


coinciden en que la recuperación de la demanda de petróleo se producirá a
partir de la segunda mitad de este año, debido a la complejidad del proceso
de vacunación de la población mundial, incluso en los países
industrializados, así como la asimetría en el acceso a las vacunas por parte
de paise pobres y en desarrollo. 

La aparición de variantes o mutaciones del virus, que han vuelto a golpear


a países que ya habían vacunado un porcentaje importante de su población
y habían flexibilizado sus restricciones de movimientos, es un nuevo factor
de preocupación para la recuperación de la economía.

Cesta de Referencia OPEP (ORB)

La cesta de crudos de referencia de la OPEP (ORB), se cotizó [2] el pasado 07


de julio en 73,58 dólares el barril, una caída del 3,2% con respecto a la
jornada anterior -debido a la cancelación de la 18º Reunión OPEP+-, pero
ubicándose un 72,7% por encima de su cotización en noviembre de 2020,
manteniendo su tendencia al alza, con valores en junio y julio que no se
veían desde octubre de 2018.

PRECIOS DE LA CESTA DE REFERENCIA OPEP 


(noviembre 2020 – 07 julio 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos OPEP.
Los crudos que componen la cesta OPEP variaron el valor mensual de sus
cotizaciones en 5,8% promedio al alza en mayo de 2020, alcanzando una
cotización de 66,91 dólares el barril -el más alto desde mayo de 2019-,
influenciado por el aumento de los precios referenciales en venta oficiales y
diferenciales de crudo que componen la ORB, subiendo en todos sus
componentes referenciales entre 5,5% y 6,4%, informó la Organización en
su Reporte Mensual del Mercado Petrolero (MOMR, por siglas en inglés) del
pasado 10 de junio[3]. 

PRODUCCIÓN
Como mencionamos al inicio, la cancelación –luego de ser pospuesta dos
veces–  de la 18ªReunión de Ministros de la OPEP+, que estaba prevista
para el primero de julio, ha introducido un elemento de incertidumbre
inesperada al mercado justo cuando él mismo ha alcanzado un nivel de
balance de sus fundamentos que ha permitido sostener la recuperación del
precio hasta los niveles actuales, cada vez más cerca del umbral de los 80
dólares el barril.

El fracaso de la reunión por la falta de acuerdo con los EAU, impide que
entre en vigencia una nueva fase de flexibilización de los recortes que tenía
como meta aumentar en la segunda mitad del año la oferta de petróleo en
2 millones de barriles al día, con un incremento intermensual de 400 MBD,
lo cual permitirá absorber el incremento de la demanda de 5,95 MMBD que
está previsto para este año y que se espera se produzca a partir del
segundo semestre.

Todos los países de la OPEP+, sin excepción, han estado de acuerdo en una
mayor flexibilización de los recortes de producción, tanto para aliviar su
propia situación económica, como para mantener los precios del petróleo a
un nivel que impida la entrada de volúmenes adicionales de crudos
norteamericanos, con mayores costos de producción.

Mientras Rusia ha manifestado sus dificultades para mantener los niveles


actuales de recortes de producción, tanto por la presión de los operadores
privados, como por las dificultades técnicas de administrar la producción en
sus yacimientos maduros de crudos pesados, los EAU, socio estratégico de
Arabia saudita, ha bloqueado cualquier nuevo acuerdo hasta que no se
discuta la línea base de producción en relación a los cuales se acordaren las
cuotas de recortes de producción vigente.

Esta postura de la EAU de presionar por un aumento de su producción, tuvo


el primer episodio público durante la 12ª Reunión de Ministros de la
OPEC+[4] del pasado 4 de diciembre, cuando los emiratos informaron que
invertirán 122 mil millones de dólares para aumentar su capacidad de
producción[5]; incluso, un par de semanas antes, amenazaron con
abandonar[6] la Organización. Sin embargo, al final se logró un acuerdo, a la
vez que Arabia Saudita hizo un recorte adicional de un millón de barriles al
día entre febrero y marzo, como “un obsequio”[7] a los países productores. 
Sin embargo, los EUA insisten en su posición de aumentar la producción,
tanto con una mayor flexibilización de los recortes de producción, como a
través de la revisión de los niveles de producción tomados como base para
establecer la cuota de recortes vigentes. Lo que está claro es que los EAU
están dispuestos a buscar mayores espacios en el mercado petrolero,
incluso a costa de fracturar la unidad de la OPEP.

¿Entonces cuáles niveles de recorte están vigentes?

Como consecuencia de la falta de acuerdo y la cancelación de la 18º


reunión de ministros de la OPEP+, los niveles de recorte y producción de
los países signatarios del acuerdo DoC quedan de acuerdo a lo establecido
en la 17ª Reunión Ministerial de la OPEP+ del pasado primero de junio,
donde se ratificó[8] la flexibilización de los recortes de producción aprobada
en la 15ª Reunión Ministerial[9] del pasado mes de abril.

En cumplimiento de estos acuerdos, para mayo de 2021, los países de la


OPEP+, aplicaron una flexibilización de 350 mil barriles día (MBD) de
petróleo en los recortes del grupo, ubicando el recorte de producción para
ese mes en 6,55 MMBD, mientras que para junio y julio quedó en 6,2
MMBD y 5,759 MMBD, respectivamente, lo que representaría una
disminución de 3,905 MMBD respecto al recorte original de 9,7 millones de
barriles día iniciado el primero de mayo de 2020. 

Al mismo tiempo, Arabia Saudita inició la finalización progresiva del recorte


adicional y voluntario de 1 MMBD que había aplicado en su producción de
petróleo entre febrero y abril de 2021. El reino saudita recuperó 250 mil
barriles día (MBD) de su cuota de producción en mayo, la cual tuvo un
incremento de 113 MBD, como consecuencia de la flexibilización en su
recorte de producción, dejando su recorte adicional y voluntario en 750
MBD. Para el mes de junio Arabia Saudita incrementará su producción de
petróleo en 350 MMBD y 400 MMBD en julio, finalizando su recorte
adicional y voluntario.

Así, la oferta de petróleo de la OPEP+ para el mes de julio, se ubicará en


42,45 MMBD, producto de la flexibilización de los recortes del grupo y de
Arabia Saudita, un incremento de 4,3 MMBD respecto al primer trimestre
del año. Estos niveles se mantendrán vigentes para los países de la OPEP+
hasta que se produzca una nueva reunión de ministros o se anuncie la
superación del impasse con los EAU.

Producción mundial de petróleo


Los datos del MOMR de la OPEP, correspondiente al 10 de junio, coloca la
producción mundial de petróleo, condensados, LGN y líquidos no
convencionales en 93,67 MMBD, para el mes de mayo, mientras que la
Administración de Información Energética (EIA) lo hace en 94,7 MMBD, una
diferencia de 1,1 MMBD. 

PRODUCCIÓN MUNDIAL
(Crudo, condensados, LGN y líquidos  no convencionales)
(enero – mayo 2021)

Fuente: elaboración propia con datos del MOMR OPEP de junio de 2021, el Ministerio de
Energía de Rusia, la Administración de Información Energética y S&P Global Platts.
Sin embargo, si separamos los volúmenes de condensados, LGN y líquidos
no convencionales, en EE.UU., Rusia y la OPEP, la producción mundial de
petróleo se ubica en 80,87 MMBD, de acuerdo, tanto a los datos de la OPEP
publicados en MOMR referido, como por la información de la EIA el 07 de
julio[10] y los datos del Ministerio de Energía de Rusia[11]. De esa producción,
38,73 MMBD corresponden a la oferta de la OPEP+, el 47,9% de la
producción mundial.

Recortes de producción OPEP+

El recorte de producción de la OPEP+ para mayo fue de 6,768 MMBD, un


cumplimiento de 103,33% sobre el acuerdo de 6,55 MMBD. Si a esto
agregamos el recorte voluntario de Arabia Saudita, entonces el  recorte
total del grupo de países OPEP+ fue de 7,518 MMBD, lo cual eleva el
cumplimiento a 114,78%.

RECORTE DE PRODUCCIÓN OPEP+


(Sin el recorte adicional de Arabia Saudita)
(mayo 2021)
Fuente: elaboración propia con datos del MOMR OPEP de junio 2021,
Ministerio de Energía de Rusia, Ministerio de Energía de Azerbaiyán y S&P
Global Platts.
Los 10 países de la OPEP que participan de los recortes de producción
(Angola, Arabia Saudita, Argelia, Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial,
Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait y Nigeria), recortaron 5,36 MMBD,
donde se incluye 750 MBD del recorte unilateral de Arabia Saudita y el
recorte adicional de 204 MBD por parte de Angola –para compensar la
sobreproducción que presentó el país africano en el segundo trimestre de
2020– y de 147 MBD en la producción de Nigeria. Por su parte Irak
presentó, nuevamente, una sobreproducción de 62 MBD. Con ello, el
cumplimiento del recorte de los países OPEP-10 (firmantes de los acuerdos
DoC) fue del 107,5%.

Por parte de los nueve países No-OPEP, firmantes del DoC, el recorte de
producción fue de 2,158 MMBD, con una sobreproducción de 145 MBD por
parte de Rusia, por un lado, y un recorte adicional de 69 MBD en su
producción por parte de Malasia, por el otro, alcanzando un cumplimiento
del recorte del 95,36%.

Producción OPEP

La producción de petróleo de la OPEP en mayo fue de 25,463 MMBD, según


datos del MOMRdel 10 de junio, mostrando el mismo nivel de producción
registrado en enero de este año y superando el resto de los niveles
presentados desde el último trimestre del 2020 . 

Aunque en enero de este año entró en vigencia una flexibilización adicional


de 300 MBD en el recorte de producción de la OPEP, sus efectos fueron
compensados ampliamente por el recorte adicional de Arabia Saudita de 1
millón de barriles día que entró en vigencia entre febrero y abril. A raíz del
nuevo acuerdo de flexibilización del recorte de producción de  277 MBD
para mayo, también comenzó a flexibilizarse el recorte voluntario de Arabia
Saudita en 250 MBD.

Si bien es cierto que en mayo la OPEP flexibilizó su recorte de producción


en 527 MBD, el mismo fue compensado por la diferencia mensual en los
recortes adicionales que hicieron Angola y Nigeria en mayo.

PRODUCCIÓN DE PAÍSES OPEP


(mayo 2021)
Fuente: MOMR de la OPEP del 10 de junio de 2021.
Arabia Saudita junto a los países del Golfo Pérsico (sin Irán), Emiratos
Árabes Unidos, Kuwait e Irak, sumaron una producción de 17,432 MMBD, lo
que representa el 68,46% de la producción OPEP, así como el 45,07% de la
OPEP+ y el 21,55% de la producción mundial de petróleo (sin GNL,
condensados y otros líquidos no convencionales OPEP, Rusia y EE.UU.).

Nigeria y el resto de los países africanos (sin Libia), Angola, Argelia, Congo,
Gabón y Guinea Ecuatorial, presentaron una producción de 4,122 MMBD,
representando el 16,46% de la producción OPEP, el 10,74% de la
producción OPEP+ y el 5,14% de la producción mundial.

RÁNKING DE PRODUCCIÓN PAÍSES OPEP


(mayo 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos del MOMR de la OPEP del 10 junio de 2021.
Por su parte, Irán, Libia y Venezuela, los tres países de la OPEP exentos de
recortes de producción, presentaron una producción conjunta de 4,141
MMBD, de los cuales 2,455 MMBD (59,29%) corresponde a Irán,
equivalente al 9,64% de la producción de la OPEP y el 3,04% de la oferta
mundial de petróleo. Libia produjo 1,155 MMBD (4,54% OPEP y 1,43 %
mundial) y Venezuela 531 mil barriles día de petróleo (2,08% OPEP y el
0,65% mundial).

Los rezagados
De los países de la OPEP exentos de los recortes de producción de la
OPEP+, solo Libia e Irán parecen estar en posibilidades de aumentar y
estabilizar su producción, lo que probablemente abrirá la discusión interna
sobre las cuotas de producción y los recortes que corresponden a cada
país.

La producción petrolera de Libia se ha colocado por encima del millón de


barriles, luego de la firma de los acuerdos de paz el pasado octubre [12] que
permitió el levantamiento del bloqueo a las áreas de producción de petroleo
por parte de las fuerzas del Ejército Nacional Libio del Parlamento del
Este (Tobruk). A partir de allí, la producción petrolera libia subió desde 150
MBD en septiembre de 2020 a 1,2 MMBD en diciembre del mismo año,
volumen en torno al cual se ha mantenido fluctuando.

Por su parte, la producción petrolera de Irán, ha aumentado en 430 MBD


desde principios de este año, lo cual refleja una recuperación del 23,6% de
su producción respecto al promedio de 2020. De llegarse a un acuerdo
nuclear entre EE.UU e Irán, que permita levantar las sanciones sobre el
sector petrolero persa, se estima que la producción puede incrementarse en
500 MBD adicionales para finales del año,  llevando la producción irani a 3
MMBD, lo que volvería a convertir al país un actor importante en el
mercado petrolero internacional y, seguramente, abrirá fisuras en el seno
de la OPEP, cuando las monarquías del Golfo Pérsico exijan que Irán vuelva
a los acuerdos de recortes de producción, con una redistribución de las
cuotas de producción entre los países miembros.

Rusia

De acuerdo a datos publicados por el Ministerio de Energía de la Federación


Rusa, la producción de petróleo del país en mayo –sin Condensados, ni
LGN– se ubicó en 9,56 MMBD, 20 mil barriles día menos que en abril, pero
aún con una sobreproducción de 145 MBD con respecto a su cuota de
producción en los recortes de la OPEP+, lo cual ha sido la constante desde
agosto del año pasado.

La producción petrolera Rusa se ha incrementado en 1,07 MMBD, 12,6%


respecto a sus niveles de producción de hace un año, gracias a la política
de flexibilización de recortes de la OPEP+, sin embargo todavía se ubica
0,94 MMBD, un 9% por debajo de sus niveles record de produccion de
enero 2020, antes del COVID-19.

PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO DE RUSIA 


–sin LNG ni condensados– 
(mayo 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Energía de Rusia y el MOMR de la
OPEP.
La Federación Rusa, consciente de su condición de país productor de
petróleo, sigue avanzando en sus planes de incrementar su producción, sin
embargo su expansión se basa en el desarrollo de reservas de petróleo
ubicadas en el Ártico, una postura a contracorriente a las políticas de
Europa y EE.UU., de preservación y protección del medio ambiente en el
Ártico, pero que se enmarca en un plan estratégico de posicionamiento
geopolítico de Rusia en la región, lo cual incluye un nuevo corredor de
transporte marítimo entre Europa y Asia.

El pasado 7 de junio[13], la petrolera rusa Rosneft, anunció que realizó una


exposición itinerante, con proveedores y contratistas, del proyecto
petrolero Vostok. Este proyecto, ubicado en el Ártico ruso, se inició en 2019
y cuenta con 15 campos petroleros y reservas de 45,5 mil millones de
barriles de petróleo. Se estima, para 2024, una producción entre 1 y 2
MMBD de petróleo a ser comercializada a través del Mar del Norte hacia el
mercado asiatico, abriendo una ruta alternativa al Canal de Suez, con una
flota de 50 buques petroleros de distinta clase. 

El pasado 10 de junio[14] Rosneft anunció que acordó los términos generales


para vender una participación del 5% del proyecto Vostok a un consorcio
de las comercializadoras energéticas Vitol S.A. (Países Bajos) y Mercantile
& Maritime Energy (Singapur), por un monto aún no revelado. La petrolera
rusa, en el comunicado, justifica que “la falta de inversión en la industria
petrolera, así como el crecimiento de la población mundial y su
prosperidad, impulsan la demanda de recursos energéticos, por lo que se
buscan, cada vez, más nuevos tipos de proyectos”, revelando que el costo
de producción en Vostok estará 75% por debajo de los costos de otros
grandes proyectos de otras empresas en el mundo. Ya en 2020, Rosneft
vendió el 10% del proyecto Vostok a la comercializadora de energía
singapurense-suiza Trafigura Group, con la cual inició el desarrollo de los
campos del proyecto.

EE.UU.

La producción de petróleo en EE.UU. se mantiene estable desde noviembre


de 2020 –excepto en febrero de 2021, afectados por  tormentas
invernales–, presentando un registro de 11,22 MMBD en mayo y 11,21
MMBD en junio, según reportó la EIA en su Short-Term Energy
Outlook (STEO) del 07 de julio[15], con una previsión de 11,2 MMBD para
julio.

PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO DE EE.UU. 


–Sin condensados, LGN, ni líquidos no convencionales–
(enero 2020 – junio 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos del STEO de la Administración de Información
Energética de EE.UU. (EIA).
Al cierre de la semana del 02 de julio, no se han registrado variaciones
significativas en los volúmenes de 2021 -con excepción a los presentados
en febrero-, presentando una producción de 11,3 MMBD, la más alta del
año, según el reporte semanal[16] de la EIA del 08 de julio.

Taladros

La cantidad de taladros activos registrados en EE.UU. al 02 de julio, fue de


376, lo cual llevó el registro de actividad a 23 taladros por sobre la cifra del
21 de mayo de 2021 y 188 más que hace un año, manteniendo el ascenso
que ha venido presentando desde el cuarto trimestre de 2020, según los
datos publicados por Baker Hughes[17], siendo el registro de actividad más
alto desde que inició el recorte de producción de la OPEP+, en mayo del
año pasado.
Pero, a su vez, la actividad de taladros está en los niveles de diciembre de
2016 (sin contar los datos durante la pandemia), cuando la producción de
esquisto estaba en 5,2 MMBD, en pleno proceso de crecimiento, que lo
llevó a superar los 7,8 MMBD en 2019. 

En la cuenca de Permian, en Delaware, se ha registrado más del 63% del


total de actividad, con 237 taladros operativos, 96 más que el registro de
actividad el 30 de octubre de 2020 y 236 menos que en julio de 2018,
último mes, antes de la declaración de pandemia, en el cual la producción
de petróleo de EE.UU. registro 11 MMBD, antes de iniciar su ascenso en la
producción que lo llevó a pasar los 12,7 MMBD entre noviembre de 2019 y
marzo de 2020. 

Haynesville, entre Louisiana y Texas, es la segunda cuenca con mayor


actividad de taladros al 02 de julio, registrando operaciones 49,
manteniéndose la actividad por encima de 40 desde noviembre de 2020.

TALADROS ACTIVOS EN EE.UU.


(enero 2018 – 02 julio  2021)
Fuente: Elaboraciónpropia con datos de Baker Hughes.
DUC

Una práctica común entre los productores de shale oil en EE.UU., es la de


perforar pozos de esquisto y dejarlos sin terminar, abandonando las
actividades y moviendo las plataformas para perforar otros pozos,
dependiendo del precio del mercado, es una manera de optimizar el uso de
los taladros contratados. Esto solo es posible por la características de las
arenas de petróleo de esquistos que, para iniciar producción necesitan ser
“fracturados” con agua a altas presiones.

A estos pozos perforados pero abandonados se les denomina DUC (Drilling


but Uncompleted Wells). Bajo esta forma de producción, la cantidad de
nuevos pozos perforados superaran, mensualmente, el total de pozos
culminados, si el precio del mercado no es lo suficientemente competitivo,
con lo cual los DUC se convierten en  “reservas” de las operadoras, para ser
usadas, culminando el pozo y fracturando, cuando mejoran las condiciones
del mercado o se requiera flujo de caja. La cantidad de DUC permite
estimar qué tan rápido y a cuál costo, puede restablecerse la producción de
esquistos en los EE.UU.

En el Reporte de Perforación[18] de la EIA del 14 de junio, se puede observar


que en el mes de mayo estuvieron operativos un total de 408 taladros,
para una producción de 7,8 MMBD en pozos de esquisto. La cantidad de
pozos terminados fue de 779, 14 más que en abril,  mientras que se
registraron nuevas perforaciones en 532 pozos, 21 más que el mes
anterior. Mientras, se registraron 6.521 pozos perforados pero sin terminar,
una disminución de 247 DUC en el mes y 2.301 DUC en un año.

Entre enero de 2014 y marzo de 2020, el registro mensual de taladros


operativos había bajado de 1.391 a 702 unidades, mientras que la cantidad
de nuevas perforaciones pasaron de 1.645 mensuales a 1.009, con una
producción de shale oil  que subió de 4,5 MMBD a 9,2 MMBD, mientras que
los DUC aumentaron de 4.502 a 8.557. 

Durante el mismo período, la cantidad de pozos perforados pero no


terminados fue aumentando mensualmente, sin excepción, hasta tocar el
pico de 8.868 DUC en junio de 2020,  tres meses después de declarada la
pandemia por la COVID-19. Desde entonces, ha sucedido lo contrario, la
cantidad de pozos terminados, mensualmente, por parte de las operadoras
petroleras ha sido superior al número de nuevos pozos perforados. Esto,
debido al control de gastos e inversiones que están llevando a cabo las
operadoras, aprovechando la recuperación de los precios del petróleo para
recapitalizarse y poder cubrir las deudas.

Perspectivas de la producción de petróleo en los EE.UU.

Como hemos venido comentando en el año, las autoridades


norteamericanas del Departamento de Energía y analistas del sector,
estiman que la producción petrolera en EE.UU., se mantendrá en torno a
los 11 MMBD para lo que resta del año 2021, como una de las razones
fundamentales de este estancamiento de la producción norteamericana
está la característica de los productores independientes y medianos
de Shale Oil, cuya actividad se sustenta en base a los hedge funds y
financiamiento de rápido retorno.

Como hemos comentado anteriormente, el sector de productores de


petróleo de esquistos, a diferencia de los grandes productores y empresas
transnacionales norteamericanas, necesitan de permanente inversión
financiera para sostener sus operaciones y pagar en corto tiempo a los
financistas.

Por ello, cuando se produce el colapso del mercado petrolero, en el


segundo trimestre de 2020 y la producción norteamericana cae por los
precios bajos, los pequeños y medianos productores de Shale Oil entraron
en un proceso de acumulación de deudas, quiebras y adquisiciones que
cambiaron la composición del sector. Durante todo el 2020 se reportaron
adquisiciones y fusiones, como las de Chevron Corporation y Noble
Energy, ConocoPhillips y Concho Resources, o Pionner Natural
Resources y Parsley Energy, por nombrar algunas, mientras que la deuda
del sector –contando sólo a las 46 empresas que se declararon en
bancarrota el año pasado– alcanzó niveles de más 53 mil millones de
dólares en 2020 y una deuda acumulada del sector de más de 176 mil
millones de dólares desde 2015 (262 empresas en bancarrota), según el
“Monitoreo Mensual de Empresas Petroleras y Gasíferas en
Bancarrota”[19]  de la firma estadounidense Hynes & Boone.

Es por ello que, una vez que el precio del WTI superó el umbral de los 40
dólares el barril a partir de mediados del año 2020, los productores
de Shale Oil, cuya producción equivale al 71% de la producción de EE.UU.,
han hecho uso de sus “reservas” de pozos DUC para tener flujo de caja y
poder pagar deudas y dividendos, por lo que no se están produciendo
nuevas inversiones hasta nivelar su situación financiera. 

Esta situación de estancamiento de la producción norteamericana, se


estima que ocurra solo hasta finales de este año, tiempo suficiente para la
recuperación financiera de los productores de esquistos. La EIA estima, en
sus previsiones para el 2022, que la producción de EE.UU. aumente a 11,8
MMBD. 

Sin embargo, la situación de falta de acuerdo en el seno de la OPEP+, con


la cancelación de la 18º Reunión de Ministros, abre una posibilidad
inesperada para los productores de Shale Oil. Si el precio se incrementa por
una demanda insatisfecha del mercado, los operadores de Shale Oil pueden
optar por incrementar su producción y tomar ganancias no previstas para
este año a la vez que siguen cumpliendo sus compromisos de deuda y de
pago de dividendos a los accionistas. 

La decisión de los operadores de Shale Oil de incrementar la producción


puede tener resultados en el muy corto plazo, por la cantidad de DCU en
los actuales momentos, es decir, los pozos perforados pero no culminados
–que actúan como una “reserva” para los productores de esquistos–, que
pueden ser culminados en muy poco tiempo, incrementaría la producción
norteamericana.

POLÍTICA
La falta de consenso en la 18va  Reunión de Ministros de la OPEP+ 

Antes del anuncio de la cancelación de la 18º Reunión Ministerial de la


OPEP+, la reunión se había pospuesto en dos oportunidades, debido al
“enfrentamiento” entre Arabia Saudita y EAU sobre la extensión del
acuerdo de recorte de producción con la actual base de producción del
grupo. Trascendió, según las distintas agencias de noticias, que los países
de la OPEP+ abandonaron la reunión, ante el “enfrascamiento” entre la
representación saudí y la emiratí.

El día anterior, el ministro bin Salman se refería a la postura de EAU en


contra de la propuesta de extensión del acuerdo de recorte de producción y
la base de producción, dejando su opinión sobre las responsabilidades de
no llegar a un acuerdo. “Es todo el grupo contra un solo país, lo que me
entristece, pero esta es la realidad“[20], manifestó el ministro saudí. Por su
parte, el ministro de energía de EAU, Suhail Mohamed Al-Mazrouei,
mostraba su decisión de no aceptar una propuesta que no incluya su
petición de que se le reconozca la producción de abril de 2020 como base.
“No es razonable aceptar más injusticias y sacrificios; hemos sido
pacientes“[21], reclamó el ministro emiratí.

Hasta EE.UU. tomó parte en el desencuentro. La vocera de la Casa Blanca,


Jen Psaki, en rueda de prensa[22] del 06 de julio, comentó que desde la
administración de Joe Biden están “monitoreando de cerca” el desarrollo de
la Reunión y su “impacto” en la recuperación económica global ante la
pandemia. Psaki aseguró que durante el último fin de semana y el pasado
lunes, estuvieron en “conversaciones de alto nivel” con Arabia Saudita y
EAU, pues entienden que un acuerdo en la OPEP+ que “promueva” el
acceso a la energía (aumento de producción), impactaran en los precios en
EE.UU. La misma Psaki había adelantado, el 02 de julio, el interés para que
que haya “suficiente capacidad de producción de petróleo disponible a nivel
mundial” para cubrir “el reinicio de la economía mundial y la reanudación
de la actividad normal de los consumidores”[23].

Inicialmente, el primero de julio, Arabia Saudita y Rusia presentaron su


propuesta para aumentar la cuota de producción del grupo en 2 MMBD para
diciembre de 2021 (400 MBD por mes entre entre agosto y diciembre) y
extender el acuerdo más allá de abril de 2022, la cual fue rechazada por
parte de EAU -como explicamos más arriba-, con el apoyo de Kazajistán,
reeditando -de alguna manera, pero en distintas circunstancias- la presión
que ejerció Venezuela en el seno de Organización en medio de un proceso
de privatización de la industria petrolera en la década de los 90 para
imponer una política volumétrica en contra de la defensa del precio del
petróleo.

EAU, en una política interna de privatización de su empresa petrolera –


donde la participación de los gestores de capital controlan el 20% de la
estatal ADNOC y el 100% de sus oleoductos–, ha recibido inversiones mil
millonarias que le permitieron aumentar su capacidad de producción para
2020 (4 MMBD) y 2030 (5 MMBD), por lo cual exige que la base de
producción que se le aplique sea sobre la producción de abril de 2021,
donde la producción emiratí llegó a un nivel récord de 3,84 MMBD (en su
historia, solo había pasado los 3,2 MMBD en 5 oportunidades, con un
máximo de 3,5 MMBD en marzo de 2021), estando 700 MBD más que su
actual base de producción (3,168 MMBD) y 800 MBD por encima de 2019,
el año de su promedio de producción más alto.

La OPEP ya vivió esta situación, con resultados que llevaron el precio del
petróleo por debajo de los 10 dólares el barril en los años 90 del siglo
pasado. Solo la voluntad por recuperar lo enunciado en los estatutos [24] de la
OPEP y defender el precio del petróleo –lo cual quedó plasmado en la II
Cumbre de Jefes de Estado de la Organización en el 2000 en Caracas,
Venezuela–, permitió que se ejerciera una política de defensa del precio del
petróleo, reafirmando el derecho soberano “inalienable” y “permanente” de
los países productores de petróleo sobre su propio recurso natural [25] en
beneficio de sus pueblos, lo cual quedó ratificado en la III Cumbre de Jefes
de Estado en Riad, Arabia Saudita, en 2007.

Irán-EE.UU.: A un paso de llegar a un acuerdo antes de agosto

El pasado 20 de junio, en la ciudad de Viena, Austria, culminó la sexta


ronda de reuniones[26] de la  Comisión Conjunta del Plan de Acción Integral
Conjunto (JCPOA) –el acuerdo nuclear de Irán aprobado y firmado en julio
de 2015 en el Consejo de Seguridad de la ONU–, donde, según el máximo
representante iraní en las reuniones y viceministro de Relaciones Exteriores
de Irán para Asuntos Políticos, Abbas Araqchi, se logró avanzar en los
borradores de los textos de las negociaciones y solo queda “los restantes
temas importantes del JCPOA”,  los cuales “requieren decisiones serias en
las capitales”[27].

El propio Araqchi manifestó que esperan que en la próxima ronda de


reuniones, la séptima, se llegue a una conclusión para el acuerdo entre las
partes para reactivar el JCPOA y se levanten las sanciones económicas
estadounidenses en contra de Irán. “Ahora se está más cerca que nunca de
un acuerdo”, manifestó el funcionario iraní al salir de la reunión.

En el actual gobierno iraní, presidido por Hassan Rouhani, reconocen las


resoluciones de diferencias entre Irán y EE.UU. en el proceso de
negociación, donde “las partes negociadoras han redactado un texto claro
sobre todos los temas y lo que queda pendiente requiere una decisión
política de todos“, según las declaraciones de Saeid Jatibza, el portavoz del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán[28].

Previamente, el pasado 3 de junio, el vocero del Departamento de Estado


de EE.UU., Ned Price, luego de concluir la quinta ronda de reuniones en
Viena, informó que “hemos avanzado (en las negociaciones)”, donde “se ha
estado discutiendo, indirectamente con los iraníes, los modos para que
podamos volver a comprometernos en el cumplimiento mutuo de los
términos del JCPOA de 2015”[29]. Vale recordar que EE.UU. no tiene
representante en la mesa de reuniones, por haberse salido,
unilateralmente, del acuerdo nuclear JCPOA en 2018, por ello, la delegación
enviada por el presidente estadounidense, Joe Biden, mantiene reuniones
indirectas con Irán en Viena, a través de sus aliados en las rondas de
reuniones.

El vocero estadounidense dejó claro que, a diferencia de la previa al


acuerdo nuclear de Irán en 2015, en esta oportunidad sí cuentan con un
texto: “el mismo texto del acuerdo de la JCPOA firmado en 2015”. Es el
punto más importante donde coinciden ambas partes, tanto la iraní como la
estadounidense.

La diplomacia ha sido otro punto de encuentro entre Irán y EE.UU., la cual


consideran como el “camino” para resolver las diferencias y lograr
acuerdos. El 21 de junio, el mismo Ned Price declaró, siguiendo la línea de
la administración de Joe Biden para alejarse de la de su antecesor, Donald
Trump, que las conversaciones han sido “constructivas” y “profesionales”,
siendo propicias para debatir dos cuestiones claves, “en primer lugar, los
pasos nucleares que Irán tendría que tomar si decidiera, afirmativamente,
cumplir una vez más con sus compromisos completos bajo el JCPOA de
2015. Así como el alivio de las sanciones que Estados Unidos tendría que
tomar, si pudiéramos ser capaces de llegar a un retorno mutuo al
cumplimiento y al alivio de las sanciones que, debo decir, son
incompatibles con el JCPOA”[30].

La administración de Biden reconoce que fue un error salirse del acuerdo,


pues la forma en que se “construyó” el JCPOA fue que “si un lado viola (el
JCPOA), el otro lo haría tomando medidas para contrarrestarlo”, tal como 
declaró la Oficina del vocero del Departamento de Estado en su rueda de
prensa del pasado 24 de junio. 

En este contexto, el clérigo ultra conservador y Jefe del Poder Judicial,


Ebrahim Raisi, ganó holgadamente (62% de los votos) las elecciones en
Irán, con la participación más baja (49%) desde la Revolución Islámica en
1979, dando cierre a 8 años de gobierno reformista. Raisi asumirá la
presidencia de Irán el 04 de agosto de este año. La primera declaración de
Raisi sobre las reuniones en Viena, ya como presidente electo, fue instar a
EE.UU. “a reincorporarse al Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) y a
cumplir sus compromisos”[31]. La más reciente declaración desde el gobierno
iraní, el 06 de junio, da la garantía de continuidad, por parte del próximo
gobierno, en las negociaciones indirectas con EE.UU., cuando el portavoz
de Exteriores de Irán, Saeid Jatibza, afirmó que con el cambio de gobierno
“no variará la posición iraní sobre el JCPOA”, dejando claro que “si se llega
a un acuerdo, el gobierno del Sr. Raisi será leal al mismo”[32].

Inmediatamente conocido el resultado de las elecciones presidenciales


iraníes, desde el Estado de Israel, el nuevo primer ministro (electo por la
coialición derecha, izquierda y partidos árabes), el enpresario nacionalista
religioso Naftali Bennett, le pide a las “potencias mundiales” que “no
reanuden el pacto nuclear con Irán”[33]. 

Ante las dudas del cambio de gobierno en Irán y las presiones del lobby
israelí, Ned Price, en la misma rueda del pasado 21 de junio, deja claro que
el gobierno de EE.UU., en una postura en defensa de sus intereses, busca
el “retorno mutuo” al cumplimiento del JCPOA “independientemente de
quién sea electo como presidente de Irán”, señalando que es el Líder
Supremo iraní -el Ayatolá- quien “determina la política de Irán en una serie
de cuestiones importantes”, recordando que el Ayatolá Khamenei ya había
sido nombrado Líder Supremo cuando se llegó al acuerdo nuclear JCPOA en
2015 y en las rondas de negociaciones indirectas en Viena en 2021, por lo
cual no ve un cambio en la ruta de lo que se ha discutido, acordado y
avanzado con Irán. “Seguiremos participando en ese proceso en el futuro”,
concluyó el vocero del Departamento de Estado estadounidense,
refiriéndose a la próxima ronda de reuniones indirectas (la séptima), aún
sin fecha definida. En la misma línea declaró el Secretario de Defensa
estadounidense, Jack Sullivan, el pasado 20 de enero -“la decisión final de
volver o no al acuerdo recae en el líder supremo de Irán, quien era la
misma persona antes que después de la elección”[34]– y  lo ratificó el propio
Departamento de Estado el 24 de junio[35].

En este escenario, Irán aumentó su producción en más de 400 MBD desde


que Joe Biden asumió la presidencia de EE.UU. el pasado 20 de enero, a un
ritmo promedio de 80 MBD por mes.

Si los gobiernos estadounidenses e iraníes logran llegar a un acuerdo antes


de Agosto de este año y se levantan las sanciones a Irán, la producción
iraní puede recuperarse hasta alcanzar los 3,5 MMBD al cierre del 2021, el
nivel que tenía en julio de 2018, previo a las sanciones económicas
impuestas por el ex presidente estadounidense Donald Trump.

Al día de hoy, 8 de julio, aún no se lleva a cabo la séptima ronda de


negociaciones sobre el acuerdo nuclear que tienen lugar en Viena y que
estaba prevista llevarse a cabo entre la última semana de junio y la
primera semana de julio.

El pasado martes 6 de julio, el Organismo Internacional de Energía


Atómica (OIEA) anunció que “Irán le había comunicado que piensa producir
uranio metálico enriquecido al 20% de pureza”[36] . Para Irán, esto no tiene
ninguna intención militar, sino simplemente “fines pacíficos”. 

Sin embargo Alemania, Francia y Reino Unido expresaron de manera


inmediata su preocupación y califican la decisión irani como una violacion a
los terminos del acuerdo nuclear JCPOA del 2015, mientras la
administración norteamericana catalogo la decisión irani como |un
retroceso| en las conversaciones. 

Todo indica que el cambio de gobierno en Irán, a producirse en agosto, ya


tiene efectos inmediatos en la postura de la nación Persa, en un proceso
que se mantiene en alta tensión y que se desarrolla tanto a nivel
diplomático como en el campo de las operaciones militares, donde se han
producido sucesivos ataques por parte de EE.UU. en contra de las milicias
pro-iraníes en Siria y ataques de las milicias pro-iraníes a las bases
norteamericanas en Iraq. 

El Cambio Climático ¿freno a las compañías petroleras


internacionales?
En el marco del incremento de una mayor conciencia social a favor de la
preservación del medio ambiente, sobre todo en los países europeos y
ahora en los EE.UU., distintas instancias políticas han venido dictando
políticas públicas con el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto
invernadero y el consumo de energía fósiles.

Mientras la Unión Europea ha acordado su objetivo de “Emisiones


cero”[37] para el 2050 (Net Zero 2050), la nueva administración
norteamericana ha frenado el desarrollo de reservas de petróleo en las
zonas protegidas ambientalmente, el Ártico y tierras Federales, así como ha
derogado permisos para proyectos de infraestructura para el sector
petrolero, como el desarrollo del XL Kingston Pipeline, todo ello en el marco
de su “New Green Deal”[38], la política ambiental bandera del presidente Joe
Biden.

Estas decisiones de políticas públicas han venido acompañadas de efectivos


y atractivos estímulos en los programas económicos y paquetes fiscales
tanto de la Unión Europea (UE), como de la Administración
Norteamericana. 

Mientras que la UE ha orientado el uso del 20,5% (375 mil millones de


euros) de los recursos del Recovery Plan[39] 2021-2027 al desarrollo de las
energías renovables, la Casa Blanca ha destinado el 12% (274 mil millones
de dólares) de los recursos del “American Jobs Plan”[40] al desarrollo de
energías “limpias” del “Green New Deal” e impulsa una la reforma fiscal,
“The Made in American Taxes”[41], donde se elimina el subsidio a los
productores de combustibles fósiles y se incrementa el impuesto a las
corporaciones del  21% al 28%. 

Algunos operadores financieros y económicos del sector privados han


acompañado a los gobiernos en la política de protección del medio
ambiente, el estímulo a las energías alternativas y la reducción de las
emisiones de carbono, tanto por razones de “marketing” para ajustarse al
mayor interés de la sociedad hacia el medio ambiente y la preferencia de
los consumidores por productos ambientalmente amigables, así como por la
oportunidad de obtener beneficios de los recursos y programas que los
gobiernos están destinando al uso de “energías limpias”.

En el marco de esta adaptación de los operadores privados a los temas del


cambio climático, los gestores de capital –en particular los Fondos
Institucionales– con participación accionaria en las empresas energéticas,
se agruparon en dos nuevas organizaciones con perfiles activistas en la
defensa del clima y la emisión cero de carbono: Climate Action100+[42], para
garantizar, desde dentro de las corporaciones energéticas, la reducción en
las emisiones de carbono; y Net Zero Asset Managers[43], para apoyar
inversiones alineadas con la emisión cero de carbono para 2050, para
limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC. 

Climate Action 100+ agrupa a 545 gestores de capital que administran


capital y activos por 52 billones de dólares, de los cuales, 87 gestores de
capital (37 billones de dólares) también forman parte de Net Zero Asset
Managers. El alcance de lo que ha estado sucediendo, desde diciembre de
2020, en el sector energético, se refleja en el presente
de ExxonMobil y Chevron Corporation, donde ambas corporaciones
energéticas tienen como máximos accionistas a Vanguard Group y Black
Rock Inc (el fondo de inversión más grande del mundo), gestores de capital
y miembros de la dos nuevas organizaciones activistas; a su vez, los tres
fondos institucionales más grandes de EE.UU., el Sistema de Jubilación de
Empleados Públicos de California (CalPERS), el Sistema de Jubilación de
Maestros de California (CalSTRS) y el Fondo Común de Jubilación del
Estado de Nueva York, también son accionistas en ambas empresas y
forman parte de Climate Action 100+.

Por ello, ante los resultados financieros negativos de las corporaciones


energéticas en 2020, que las llevaron a presentar pérdidas mil millonarias y
altos endeudamientos en el año, los accionistas de las transnacionales -al
depender su capital de los dividendos de sus inversiones en activos- buscan
un giro en la dirección de las corporaciones que, según sus propias
apreciaciones, los lleve a generar menores gastos de capital y la creación
de nuevas inversiones en energías limpias que le dé un valor sostenible a la
empresa, a sus dividendos, al valor de la acción. Son 274 mil millones los
dólares que se encuentran en la cartera para el desarrollo e infraestructura
para energías “limpias”, renovables, incluidos en el American Job
Plan aprobado en abril de este año, que pueden aliviar las pérdidas sufridas
por las transnacionales en 2020 y aumentaría los ingresos por dividendos.

Ambas corporaciones presentaron pérdidas en 2020. En el caso


de ExxonMobil[44], por 22,44 mil millones de dólares y una deuda que creció
79% en un año, que incluye 19 mil millones de dólares por deterioro de
activos, los cuales, luego de la amortización, quedaron como “no
estratégicos”; en el caso de Chevron[45], presentó pérdidas por 5,54 mil
millones de dólares y su deuda tuvo un crecimiento anual del 65%, también
con un deterioro en activos por 10 mil millones de dólares, pero registrado
en diciembre de 2019. No son buenas noticias las que recibieron los
gestores de capital con acciones en ambas corporaciones. 

Se presentó el escenario para que los fondos de inversiones postulen, para


la Junta Directiva de ExxonMobil, a los representantes de  Engine No1[46], un
nuevo fondo de capital -poseedor del 0,02% de las acciones de la
petrolera-, inversor, activista, fundado por Christopher James, dueño del
fondo de capital Partners Fund Managers -administrador de activos y capital
por 5 mil millones de dólares-, logrando el apoyo de Vanguard
Group y Blackrock Inc. Así, el pasado 26 de mayo, dos de los cuatro
postulados por Engine No1 fueron electos[47]para la Junta Directiva; luego, el
02 de junio, se aprobó el ingreso de un tercer representante del fondo
inversor, con lo cual, los inversores activistas, gestores de capitales,
representan el 25% de la Junta Directiva del gigante petrolero
estadounidense.

Los mismos inversores de capital unieron sus votos para que, el mismo
inversor activista que se impuso en ExxonMobil, vote, también ese día -26
de mayo-, a favor (61%) de una propuesta[48] presentada por los accionistas
de Chevron para reducir las emisiones de carbono de los clientes de la
empresa, a la vez que lograron el 54% de votos para negar el rechazo, por
parte de la Junta Directiva de la empresa, a la propuesta de los accionistas
sobre un informe referido a los impactos del escenario Net Zero 2050, el
plan para llevar las emisiones de carbono a cero en 2050. 

En la misma línea, dos semanas antes -el 11 de mayo- los accionistas


de ConocoPhillips, la tercera petrolera estadounidense más grande, votaron
a favor (59%) de establecer objetivos de reducción de emisiones de
carbono que cubran las emisiones de gases de efecto invernadero de la
empresa[49]. Los accionistas que votaron, son los mismos inversores que se
manifestaron en ExxonMobil  y Chevron.

Por su parte en Europa, el 26 de mayo pasado, un tribunal de los Países


Bajos dio lugar a la demanda interpuesta en contra de la gigante Anglo-
Neerlandés Royal Dutch Shell, interpuesta por la organización
internacional Friends of the Earth  (Amigos de la Tierra), acusando a
transnacional petrolera de “destruir el clima”. El tribunal falló [50] a favor de
los demandantes, obligando a la trasnacional neerlandesa a reducir en un
45% sus emisiones de carbono, lo cual implica una reducción de 1 MMBD
en su producción mundial de petróleo.

Este tipo de acciones ha sido acompañada por planteamientos estratégicos


de otras transnacionales petroleras europeas, como la British Petroleum y
la ENI, en el sentido de orientar sus esfuerzos y planes hacia el desarrollo
de energías limpias y reducción de emisiones de carbono, previendo un
escenario donde prevalezca el concepto de una “economía verde” por sobre
las energías fósiles. Incluso la 
Sin embargo, toda la información disponible sobre la matriz de consumo de
energía en el mundo, todavía le otorgan un lugar privilegiado y
preponderante del 67% del consumo mundial de energía al petróleo y el
gas. 

Fuente: BP Statistical Review of World Energy 2020 / Cálculos propios 


Incluso, resultaría lógico suponer que, en el tránsito hacia una “economía
verde”, antes de sustituir el consumo de petróleo y gas, las grandes
economías industrializadas deberan sustituir el consumo de carbón y
nuclear, energías mucho más peligrosas para el medio ambiente y para el
hombre. El primer paso lo ha dado Alemania cuando, el pasado 02 de julio,
con el apoyo de Austria, Dinamarca, España y Luxemburgo, envió una
carta[51] a la Comisión Europea, donde pide que los fondos para el desarrollo
de las energías alternativas no se usen para financiar a la energía nuclear.
Por otra parte, no hay que perder de vista que cientos de millones de seres
humanos que viven en la pobreza en África, América Latina y Asia, todavía
no tienen acceso a ninguna fuente de energía, por lo que todavía usan la
leña y otros vegetales, lo que se conoce eufemísticamente en las
estadísticas de los organismos especializados, como el uso de “biomasa”.
Estos países y pueblos tienen el legítimo derecho de acceder a las energías
primarias, más económicas y accesibles para su existencia y salir de la
pobreza.

Por los momentos, luego de la caída de la economía mundial en 2020,


producto de la pandemia del COVID-19, pareciera que la prioridad de las
grandes economías industrializadas será reactivar sus economías, en el
sector industrial, de manufactura, procesamiento, petroquímica, y
restablecer las cadenas de suministro, el comercio y el transporte,
utilizando para ello las energías fósiles, petróleo y gas, que, no solo cuenta
con la infraestructura instalada, sino que existe en abundancia y a un
precio más competitivo.

Las restricciones o reducción de la producción de petróleo de las empresas


internacionales de petróleo, o IOC, seran fácil y rápidamente sustituidas
por las empresas petroleras de los países productores de petróleo, sean
estos de la OPEP+ o no. 

Para los países productores de petróleo, la explotación de las reservas de


petróleo, tratándose de un recurso natural que se agota, debe ser
administrada y preservada, para evitar su agotamiento y mantener su justo
valor, por lo que el llamado de atención es a un correcto y eficiente
consumo del petróleo, recordando que las economías industrializadas
EE.UU. Europa y Asia, consumen el 57% del petróleo del mundo. Esta
postura conservacionista es parte de los principios fundacionales de la OPEP
y ha sido el sustento los países miembros y de la organización en el seno
de las discusiones multilaterales sobre cambio climático, donde la gran
mayoría de los países miembros de la OPEP han suscrito el acuerdo
de Kyoto[52] y el Acuerdo de París[53].

La discusión está abierta, y en ella hay que escuchar la postura de los


países pobres y sus necesidades energéticas para el desarrollo. De lo que
se trata entonces es de buscar un equilibrio entre el consumo y el
ambiente, un consumo responsable, eficiente de la energía, como era el
clamor de la gente que manifestaba en las calles de Copenhague  en
ocasión de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático[54] del
2009,  “No Cambiemos el Clima, Cambiemos el sistema”[55].
ECONOMÍA
La previsión de crecimiento económico mundial para 2021 se mantiene sin
cambios en el 5,5%, según el análisis económico de la OPEP en su Reporte
de Monitoreo del Mercado.

En el caso de los países pertenecientes a la OCDE, el crecimiento para 2021


se mantiene en el 4,8% (en 2020 fue de -4.8%), con la aceleración de la
economía estadounidense como principal factor dinamizante, con la zona
euro y Japón más rezagados en su recuperación.

En el caso de las economías emergentes, la previsión de crecimiento de la


India para 2021 se ajustó en 9,5% (0,2% menos), debido al impacto
reciente del alto número de contagios en el país. Respecto a China, luego
de ser la única economía con variación positiva de su Producto Interno
Bruto (PIB) durante 2020 de 2,3%, se prevé que en 2021 alcance 8,5% de
crecimiento (+0,1%). Para Brasil, se mantiene el 3,0% de pronóstico, tras
una contracción del 4,1% en 2020. Rusia se mantiene en el 3,0%, tras
contraerse un 3,1% en 2020.

De esta manera, la recuperación de la economía mundial continúa, con


Estados Unidos mejorando su dinámica interna dado el avance de sus
vacunaciones masivas y China liderando el repunte en la región asiática.
Siguen enfrentando problemas con la COVID-19, Europa y particularmente,
las economías emergentes y en desarrollo, destacando India y Brasil.

A pesar de lo anterior, las premisas para la recuperación económica


mundial para 2021, se mantienen, incluyendo el planteamiento que, para el
segundo semestre de 2021, la pandemia se habrá contenido en las
economías avanzadas, con la mayor parte de sus ciudadanos ya vacunados.
Del mismo modo, se espera que las principales economías emergentes
hayan podido mitigar el impacto del coronavirus sobre sus poblaciones y
sobre su economía, aun si es claro que será de manera menos contundente
que los países industrializados. El pronóstico para el resto de los países en
desarrollo, particularmente de África y Latinoamérica es mucho peor,
debido a los límites en el acceso a las dosis mínimas necesarias y, en
consecuencia, por el bajo porcentaje de población vacunada en la mayoría
de ellos.

Adicionalmente, se prevé que el denominado “ahorro forzado” de los


hogares durante los cierres, contribuya a acelerar el crecimiento económico
mundial durante la segunda mitad del año, a través de un incremento de la
demanda de bienes y servicios. Esta dinámica ya se empieza a observar en
muchos países desarrollados.

Sin embargo, aún existen elementos de incertidumbre importantes. La


aparición de nuevas variantes o mutaciones de la COVID-19 supone un
riesgo difícil de parametrizar. Por otro lado, la deuda soberana de la
mayoría de las economías, ha aumentado a niveles en los que un aumento
de los tipos de interés podría causar graves tensiones. Si bien los tipos de
interés siguen siendo bajos y se supone que se mantendrán estables en el
corto plazo, no se descarta que esta situación pueda cambiar.

El pasado 13 de junio, en la localidad de Cornwall Reino Unido, los países


que conforman el G7, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido
y Estados Unidos, finalizaron una cumbre de tres días, emitiendo un
comunicado conjunto donde se presentaron propuestas sobre vacunar a los
países más pobres contra el coronavirus, mayores impuestos para las
grandes corporaciones y una propuesta para abordar el cambio climático a
través de más tecnología e inversión[56]. Si bien políticamente se busca
reactivar la cooperación internacional entre ellos luego de las distorsiones
provocadas por la pandemia y por el rol en el grupo del ex presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, queda por ver el impacto económico en el
mediano plazo de los compromisos asumidos.  

Un elemento adicional de incertidumbre surge de la política de la


administración Joe Biden hacia China, la cual, según lo observado en
semanas recientes, lejos de alguna apertura, pareciera mantener el mismo
enfoque de su predecesor, Donald Trump, hacia Beijing, si bien con
diferencias en su ejecución. Ello podría tener un impacto directo en las
perspectivas de recuperación de las empresas chinas con mayor presencia
en Estados Unidos, principal destino de sus exportaciones, seguido de la
Unión Europea y Japón.  

COVID-19

Continúa la lucha global contra la COVID-19, donde las principales


economías avanzan en sus procesos de inoculaciones masivas que reducen
los contagios en sus países, mientras la mayoría de los países en desarrollo
siguen sin contar con los contingentes de vacunas necesarios. 

La actual proliferación de la variante Delta del COVID-19, originalmente


reconocida en India, genera preocupación en todo el mundo, por ser la
cepa del virus que se replica más rápido que otras, a la vez que evade el
mecanismo de inmunidad del cuerpo. Esta cepa y otras variantes han
tenido la capacidad de incidir en países que ya han vacunado un porcentaje
importante de su población como Reino Unido, Israel, Australia, entre
otros, quienes evidencian repuntes en los contagios, provocando esto un
retorno a algunas de las medidas de restricción de movimiento.

Contagios y decesos a nivel mundial

Al 08/07/2021, el número de contagiados por la COVID-19 a nivel


mundial, pasa los 185 millones de personas, mientras que el total de
fallecidos superó la cota de los 4 millones.

PAÍSES MÁS AFECTADOS POR LA PANDEMIA 

Fuente: Mapa interactivo del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad


Johns Hopkinshttps://coronavirus.jhu.edu/map.html. Clasificación en función del número
de contagios.
Distribución Mundial de las Vacunas

Al día de hoy, se han administrado más de 3,3 mil millones de dosis en


todo el mundo, equivalentes a 43 dosis por cada 100 personas,
representando casi el doble respecto a las cifras del mes anterior. La
brecha entre los programas de vacunación entre países desarrollados y en
desarrollo se mantiene, con muchos de los países más pobres aún sin
siquiera la primera dosis suministrada a sus ciudadanos, con el agravante
de las variables conocidas del virus, que vienen a complicar la coyuntura
actual.

Fuente: New York Times


Los países de más alto desempeño en sus vacunaciones masivas son los
Emiratos Árabes con 161 dosis por cada 100 habitantes (esto es que están
aplicando ya las segundas dosis), seguidos por Malta (138/100) y Bahrein
(132/100).

En el hemisferio norte, el Reino Unido y Estados Unidos han aplicado a la


fecha respectivamente, 119 y 100 dosis por cada 100 habitantes, siendo los
de mayor cobertura entre las grandes economías. Por su parte, la Unión
Europea alcanza en promedio 66 dosis por cada 100 habitantes, siendo
Malta el país de mayor desempeño y Rumania (47) el más rezagado. Por su
parte, la Federación Rusa, aun siendo un país productor de vacunas,
mantiene un relativamente bajo nivel de dosis suministradas (31/100).

En América Latina y el Caribe, Chile sigue a la cabeza en vacunaciones


(124/100), seguido por Uruguay (122/100) y República Dominicana
(78/100). Les siguen Antigua y Barbudas (67/100), Cuba (60/100), Brasil
(52/100), Argentina (52/100) El Salvador (46/100) y México (38/100). 

África continúa como la región con menos vacunaciones, con un promedio


por debajo de las 5 por cada 100 habitantes y donde solo destacan Mauricio
(56/100),  Marruecos (53/100) y Guinea Ecuatorial (20/100).

En Asia, China alcanzó las 96 dosis por cada 100 habitantes. Japón también
mejoró sus cifras respecto al mes anterior, pasando de 4 a 42 vacunados
por cada 100 personas. Por su parte, India, sigue muy lenta en su tasa de
vacunación (26/100), mientras siguen enfrentando las consecuencias del
elevado número de contagios. Destacan los números de Mongolia e Israel
(120/100). Turquía (67/100) y Arabia Saudita (56/100), completan los
países de mejor desempeño en la región.      

DEMANDA
De acuerdo al MOMR de junio de 2021, el crecimiento de la demanda
mundial de petróleo para este año se mantiene sin cambios en 6,0 MMBD,
para una demanda total de petróleo de 96,6 MMBD. Luego de las
actualizaciones de datos de la OCDE, la demanda total de petróleo a nivel
mundial correspondiente al 2020, se ajustó a la baja en 100 MBD  respecto
al mes pasado, para un consumo total de petróleo de 90,6 MMBD.

La Agencia Internacional de Energía[57] (IEA, por sus siglas en inglés) y la


Administración de Información de Energía de los Estados Unidos [58], (EIA),
mantienen sus pronósticos del mes pasado de proyección de demanda para
el año en curso, de 96,5 MMBD y 97,7 MMBD, respectivamente, un
incremento de 5,9 MMBD y 7,1 MMBD.

DEMANDA MUNDIAL DE PETRÓLEO


(2020 – 2021)
Fuentes: IEA, EIA, OPEP
Los tres organismos convergen en la previsión de una mayor demanda de
petróleo para el segundo semestre de 2021, debido a la aceleración de la
recuperación económica de los países de la OCDE y China, en el periodo,
por el avance en los procesos de vacunaciones iniciadas desde principio de
año en esos países, el efecto de los programas de estímulo implementados
y una creciente movilidad debido a la temporada de vacaciones de verano,
tras suprimir las restricciones adoptadas en meses pasados por la
pandemia.

Para la OCDE, la demanda anual se revisó ligeramente a la baja,


principalmente para reflejar datos más bajos de lo esperado de la OCDE
América y Europa en el primer trimestre de 2021, pero con mayor
movilidad interna por la eliminación a las restricciones de movilización, que
compensan al alza dichas previsiones. 

Para 2021, se prevé que, del aumento de 6 MMBD de la demanda mundial


de petróleo, la OCDE aumente en 2,7 MMBD, con el mayor crecimiento
durante el segundo semestre del año. El mayor contribuyente de este
aumento sería Estados Unidos, apoyado en el repunte de la demanda de
combustibles para el transporte y de destilados ligeros y medios.

En el resto del mundo, la demanda de petróleo se revisó levemente al alza,


con una proyección de aumento de 3,3 MMBD. Lo anterior, debido
principalmente a los incrementos en Oriente Medio y al crecimiento
sostenido de China, India y otros países asiáticos. La recuperación
económica de la región asiática estimulará la demanda de combustibles de
uso industrial, así como de materias primas para la petroquímica.

ESTADOS UNIDOS

Según la EIA, la demanda de petróleo aumentó en 0,9 MMBD interanual en


marzo de 2021, tras registrar un descenso de 2,4 MMBD en febrero,
respecto al mismo periodo de 2020. Sin embargo, se registró una notable
evolución de la demanda de gasolina, gasóleo y fuel oil ante la relajación de
las restricciones de la COVID-19 en varios estados, lo que provocó un
aumento intermensual del transporte terrestre y una mejora de la actividad
industrial que apoyó el crecimiento del consumo de estos combustibles.

La EIA estima que el consumo de gasolina alcanzará los 9,1 MMBD este
verano boreal (entre julio y septiembre), lo que supone 1,3 MMBD más que
el mismo periodo de 2020, pero 0,4 millones menos que en 2019. 

Los datos de consumo de combustibles del mes de mayo reflejan el impacto


tras la interrupción del oleoducto Colonial, debido al ataque cibernético del
que fue víctima el pasado 7 de mayo. No obstante, ya se proyectaba un
incremento en la demanda de gasolina, superior al inicialmente previsto,
esperando que para el cierre de 2021 el consumo alcanzará los 8,7 MMBD.

IMPORTACIONES NETAS EE.UU


PETRÓLEO Y COMBUSTIBLES
(Proyección marzo 2021- diciembre 2022)
FUENTE: EIA
Estados Unidos ha sido tradicionalmente un importador neto de petróleo.
Esta situación se revirtió en 2020, cuando la producción de los EE.UU.,
alcanzó niveles récord de 11,3 MMBD, convirtiéndose en el mayor productor
de petróleo del mundo, apuntalado por la producción de petróleo de
esquisto, que aumentó de manera extraordinaria a partir del 2015 con la
llamada “revolución del Shale Oil”. De esta manera, EE.UU., alcanzó su tan
anhelada meta de la “independencia energética”, bandera de todas las
administraciones norteamericanas desde los años ‘70.

No obstante, a partir de la pandemia del COVID-19 y el colapso del precio y


del mercado petrolero, la producción de petróleo de los EE.UU. cayó en más
de 935 MBD, para mantenerse en niveles de 11,3 MMBD en 2020. En este
escenario, la EIA proyecta que Estados Unidos vuelva a ser un importador
neto de petróleo sobre una base anual tanto en 2021 como en 2022. De
esta manera, el aumento de las importaciones de petróleo crudo
impulsarán las importaciones totales de hidrocarburos en 2021 y 2022,
compensando más que proporcionalmente la reducción en el comercio de
productos refinados y aumentando respecto a su promedio de 2020 (2,7
MMBD) a 3,7 MMBD para 2021 y a 4,4 MMBD para 2022.

CHINA

En abril, la demanda de petróleo de China aumentó en 1,6 MMBD en


términos interanuales, después del alto incremento de marzo, de más de
2,1 MMBD en términos interanuales. La demanda de China se sitúa en 12,8
MMBD, cómodamente por encima de los niveles de marzo de 2019 en más
de 0,3 MMBD, lo que la convierte en el único país que hasta ahora ha
superado los niveles de consumo anteriores a la pandemia.

Con los indicadores económicos permanentemente mejorando,luego del


incremento de su PIB en 18,3% durante el primer trimestre de 2021,
incluyendo un aumento de las exportaciones y una mejora del sector
manufacturero, la demanda china de petróleo seguirá incrementándose.
Pese a que el índice manufacturero (Purchasing Managers’ Index) se
contrajo a 51,1 en abril, tras registrar 51,9 en marzo, éste se mantiene en
la senda expansionista y la economía China se espera que crezca en 8,5 %
para este año[59].

De esta manera, con el consumo total de hidrocarburos incrementándose,


se prevé que gane impulso adicional en el segundo semestre de 2021, con
el apoyo de las fuertes incorporaciones de capacidad petroquímica a corto
plazo, las cuales influirán también en la demanda de destilados ligeros.

La demanda de productos sigue centrada en los combustibles y en menor


medida, en GLP, por parte del sector petroquímico. La demanda de gasóleo
también se incrementó, aunque a una tasa menor que los meses
anteriores. El consumo de gasolina siguió una tendencia similar en los dos
últimos meses, aumentando en 600 mil barriles diarios, gracias a las
mejoras en el índice de movilidad. El consumo de jet/queroseno creció
fuertemente en abril de 2021, aumentando en casi 700 mil barriles diarios
respecto a 2020. Los datos de la aviación sugieren un aumento de los
vuelos nacionales, con mejoras más limitadas en los viajes internacionales
de pasajeros. Por su parte, la demanda de gasóleo aumentó en torno a 100
mil barriles diarios en comparación con abril de 2020, para ubicarse en
2,83 MMBD.

Luego de la entrada en vigor el 12 de junio del sobre la importación de


crudos pesados, algunas refinerías chinas como la de Daqing, perteneciente
a PetroChina, comenzaron a cancelar las exportaciones de gasolina. El
impuesto se espera que tenga implicaciones positivas en cuanto al 
mercado interno de crudos y productos refinados. Previo a la entrada en
vigor del impuesto, en abril y mayo, las importaciones de crudo pesado
aumentaron a alrededor de 400 MBD.

Para la semana del 14 al 20 de junio, las exportaciones chinas de gasolina


cayeron en promedio 167 MBD (en comparación con el promedio de cuatro
semanas de 202 MBD), según estimó la firma KPLER. Al 28 de junio, se
habría reducido en 16 MBD adicionales. Esto podría llevar a un exceso en
las capacidades de refinación de China y quizás de la región asiática, con lo
que se podría ir a procesos de ajuste de las mismas.

INDIA

En abril de 2021, la demanda de petróleo de India aumentó en 1,9 MMBD


interanual, para ubicarse en 4,6 MMBD, impulsada por algunas mejoras en
la movilidad, justo antes de deteriorarse hacia el final del mes, debido al
repunte de los contagios. 

En cuanto al comportamiento de los productos, la demanda de gasolina


lideró las ganancias, con 400 mil barriles de incremento en términos
interanuales, en medio de un importante descenso de los kilómetros
recorridos respecto a abril del año pasado. Las ganancias se produjeron por
el incremento en el uso de motocicletas en lugar del transporte público.

Por otra parte, la demanda de gasóleo aumentó en 800 mil barriles


respecto al mismo periodo de 2020, debido a la mejora de la actividad
industrial y al aumento de la demanda agrícola durante la temporada de
cosecha. El PMI manufacturero de la India se situó en 55,5 en abril, frente
a 55,4 en marzo, lo que sugiere una leve mejora del sector industrial. La
demanda de nafta mostró fuertes ganancias, apoyada por el aumento de la
demanda del sector petroquímico.

Los nuevos casos diarios de COVID-19 aumentaron en mayo, lo que obligó


a aplicar cierres y otras restricciones que provocaron un fuerte descenso de
la movilidad y con ella, se redujo el consumo de combustible. A medida que
los contagios sean controlados y las restricciones se vayan suavizando, se
prevé que la demanda de petróleo, repunte durante el segundo semestre
de 2021, con el incremento del combustible para el transporte como
principal factor. Sin embargo, aún existe incertidumbre por la tasa de
contagios (que en mayo pasó de los 400 mil casos diarios y actualmente
está por los 50 mil), las variantes de COVID-19 que se han encontrado y
otros problemas sanitarios conexos que no han permitido normalizar la vida
en India.
ALMACENAMIENTO
Una de las señales más claras de la estabilización de los fundamentos del
mercado petrolero es el drenaje de los inventarios de petróleo y productos
petroleros. La tendencia es que los inventarios sigan drenando en 2021,
para ubicarse por debajo de los niveles récord alcanzados en 2020 y del
promedio en el período 2015-2019, es superior al aumento en el
almacenamiento de productos petroleros en el mismo período.

Países OCDE 

De acuerdo al MOMR de la OPEP de junio, los inventarios comerciales de


crudo y productos de los países OCDE se ubicaron en abril en 2.962
millones de barriles, 6,4 millones de barriles menos que marzo y 13
millones menos que en abril, cayendo en 159,9 millones de barriles con
respecto al mismo período de 2020 y 25,2 millones de barriles por debajo
del promedio de los últimos 5 años. Los días de cobertura de los inventarios
fue de 66 días, reduciendo 0,9 días con respecto a marzo y siendo 12,3
días más bajo que en abril de 2020. 

De los países OCDE, sólo los de Asia-Pacífico, liderado por Japón –6,6
millones de barriles–, presentaron un aumento en los inventarios de crudo;
mientras que, todos los países de la Organización presentaron aumento en
el almacenamiento de productos.

OPEP: INVENTARIOS DE CRUDO PAÍSES OCDE


(abril 2020 – abril 2021)

Fuente: MOMR de la OPEP del 10 junio 2021.


Del total de inventarios comerciales OECD, 1.475 millones de barriles
corresponden a crudo, presentando un drenaje de 13,6 millones de barriles
en relación a marzo de este año, ubicándose 97 y 35 millones de barriles
de petróleo por debajo de abril de 2020 y el promedio de los últimos 5
años, respectivamente.

Mientras, 1.487 millones de barriles de los inventarios comerciales


corresponden a los productos petroleros, presentando un aumento de 7,2
millones de barriles con respecto a marzo, así como de 10,7 por encima del
promedio de los últimos 5 años, pese a presentar una baja de 63 millones
con respecto a abril de 2020.

Por su parte, la EIA, el STEO del pasado 07 de julio, estimó en 2.884


millones de barriles el total de inventarios de crudo y productos petroleros
en los países OCDE para el mes de abril, previendo la existencia de una
disminución mensual y anual de 31 y 228 millones de barriles,
respectivamente.

EIA: INVENTARIOS DE PETRÓLEO PAÍSES OCDE


(mayo 2018 – junio 2021)

Fuente: Administración de Información Energética (EIA).


Para mayo y junio de 2021, la EIA proyectó un nivel de 2.878 y 2.864
millones de barriles, respectivamente, en los inventarios totales de crudo y
productos de la OCDE, presentando una caída mensual de 6 millones de
barriles y anual de 323 millones de barriles en mayo y de 14 de barriles
(mensual) y 343 millones de barriles (anual) en junio.

EE.UU.

Desde el 21 de mayo, los inventarios comerciales de crudo en EE.UU.


tuvieron un drenaje de 38,87 millones de barriles, para ubicarse en 452,35
millones de barriles al 02 de julio, según datos del reporte semanal [60] de la
EIA del 07 de julio, presentando una disminución anual de 94 millones de
barriles de crudo.

En junio de 2021, las reservas comerciales estuvieron en 449,28 millones


de barriles, bajando 24,75 millones de barriles con relación al mes anterior
y 26,57 con enero de este año, ubicándose 29,9 millones de barriles debajo
con el promedio de los últimos 5 años. Desde marzo de 2021 las reservas
han disminuido 52,63 millones de barriles, luego de alcanzar un pico de
501,9 millones de barriles en el año, como consecuencia de las tormentas
de invierno que afectaron la actividad de refinación en Texas en febrero y
marzo.

INVENTARIOS COMERCIALES DE CRUDO EN EE.UU.


(enero 2020 – 02 julio 2021)
Fuente: Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA).
Según el mismo reporte, la EIA prevé que las reservas comerciales de
crudo en julio tengan un descenso mensual de 10,54 millones de barriles,
lo cual colocaría a los inventarios en su nivel más bajo desde diciembre de
2019.

La tendencia de los inventarios de crudo en EE.UU. en 2021 es a la baja,


ajustando la proyección para el cierre del año para quedar en 441,05
millones de barriles.

Para el 02 de julio, según el último reporte semanal de la EIA del 8 de julio,


los días de cobertura bajaron a 27,5 días, cuando el promedio de junio fue
29,2 días, mostrando 2,8 días menos que en mayo. Entre finales de febrero
y el 19 de marzo  de 2021, los días de cobertura estuvieron por encima de
los 40 días, registrando el 12 de marzo el récord histórico de 41,8 días.

Por su parte, las reservas estratégicas drenaron 5,2 millones de barriles


desde el 04 de junio, para quedar en 621,3 millones de barriles al 02 de
julio, presentando una caída anual de 34,7 millones de barriles sobre su
nivel más alto cuando el ex presidente estadounidense, Donald Trump
autorizó, en abril de 2000, el uso de las reservas estratégicas para
almacenar la producción en exceso de las operadoras norteamericanas para
impedir el cierre de su producción, ante el colapso del Cushing Oklahoma.
Pese a que las estimaciones de la EIA no presentan variación en las
reservas estratégicas para julio, la previsión al cierre del año es a la baja,
previendo que se ubiquen 616,67 millones de barriles en 2021.

RESERVAS ESTRATÉGICAS DE PETRÓLEO DE EE.UU.


(mayo 2020– junio 2021)

Fuente: Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA).

VENEZUELA
Las promesas incumplidas del Ministro: siguen las colas por la
gasolina.

El pasado 21 de junio, en una entrevista[61] del ministro de Petróleo y


presidente de la Comisión ARA, Tareck el Aissami, a la agencia
internacional Bloomberg, el ministro, máxima autoridad gubernamental del
sector, aseguró, entre otras cosas, que la aguda escasez de gasolina y
otros combustibles que ha afectado al país desde el año 2018, terminaría a
finales del mes de junio, debido a que el sistema de refinación nacional
sería capaz de abastecer el mercado interno venezolano. El ministro de
petróleo afirmó textualmente que “a finales de junio las colas
desaparecerán”.

Ya entramos al mes de julio y las colas siguen, la escasez continúa,


instalada ya como un problema crónico del país, el gobierno mintió una
vez más. Esta realidad de la escasez de gasolina, diesel y gas la percibe
todo el país, sobre todo fuera de la capital, a pesar de la fuerte campaña
del gobierno en redes sociales para tratar de ocultarla y del hecho de que
ningún medio de comunicación se atreve a constatar y reflejar la situación
de escasez de combustibles en el país, por temor a la censura y represalias
del gobierno.

Es paradójico que el gobierno designa a sus más altos funcionarios para


conceder entrevistas a las agencias internacionales y transmitir mensajes
de “confianza y tranquilidad” al sector financiero internacional –intentando
atraerlos a sus planes de privatización del sector– pero el funcionario, en
este caso el ministro de petróleo, hace  afirmaciones vagas y promesas de
resultados que no tienen fundamento técnico-económico alguno y que, ni
siquiera, forman parte de un plan de recuperación de la Industria petrolera
en el país. El efecto que provocan las promesas incumplidas del ministro
son devastadoras y contrarias a su intencionalidad política.

El problema de PDVSA no es técnico, es un problema político, que no tiene


nada que ver, por cierto, con la  Ley Orgánica de Hidrocarburos[62] –que el
gobierno está empeñado en cambiar–, sino que tiene que ver con
Miraflores, con las políticas del gobierno hacia el sector petrolero nacional,
el cual ha sido víctima desde el 2015 de un sistemático proceso de
persecución de sus trabajadores y cuadros técnicos-gerenciales, para luego
militarizar el sector, provocando un desmantelamiento de sus instalaciones
y capacidades productivas que ahora están siendo rematadas al amparo del
secreto de la llamada “ley anti bloqueo”.

La escasez de combustibles es consecuencia del colapso de nuestro


sistema refinador nacional (2015-2021). 
Nuestro sistema de refinación nacional, las refinerías del país, excluyendo
CITGO, Cienfuegos, Petrojam y Refidomsa, SIEMPRE fue capaz de
abastecer nuestro mercado interno de combustibles.

Solo durante el sabotaje petrolero, entre diciembre de 2002 y marzo de


2003, cuando la denominada Gente del Petróleo, saboteo nuestra
producción y nuestras refinerías, logrando la paralización de Amuay,
Cardón, Bajo Grande y El Palito, el país fue sometido a una severa escasez
de combustible y gas. Sin embargo, en aquellos años del gobierno de
presidente Chavez, desde el Ministerio de Petróleo y PDVSA estructuramos
un Plan de recuperación de PDVSA y tomamos las medidas para
restablecer, tanto  la producción de petróleo –que había caído en enero de
2003 a solo 23 mil barriles día– como la operatividad de nuestras
refinerías, objetivos que alcanzamos para entre el mes de marzo y abril de
ese mismo año.

Luego de superado el Sabotaje Petrolero, nuestro país mantuvo, entre


2004-2013, un promedio de producción de petróleo de 3 millones de
barriles día y un promedio de refinación de crudo de un millón de barriles
día en el circuito nacional.

Para el cierre del año 2014[63], según consta en el Informe de Gestión Anual
de PDVSA, nuestro circuito de refinación nacional procesó 1,15 MMBD  y
produjo 1,042 MBD de combustibles, de los cuales 638 MBD se destinaron
al mercado interno y 404 MBD se destinaron a la exportación.

La composición y cantidad de productos refinados entre 2001-2014  fue la


siguiente:
FUENTE: PDVSA, resultados operacionales 2001-2014.
Sin embargo, a partir del 2015, PDVSA fue sucesivamente intervenida por
el gobierno, desviando los recursos presupuestados para inversiones,
mantenimiento y operaciones de la industria, incluyendo los requeridos por
el sistema refinador. 

La vicepresidencia de Finanzas, ocupada sucesivamente por funcionarios de


confianza del gobierno se dedicaron de manera sistemática a desviar los
recursos de la empresa para atender las prioridades del gobierno –entre
ellas el pago de deuda externa– y suspendieron los procesos de
contrataciones de insumos y servicios para las operaciones de la empresa. 

Aunado a esta desviación de recursos y suspensión de contrataciones, el


gobierno, se dedicó a perseguir y purgar a los directivos, gerentes,
supervisores y trabajadores que estuvieron al frente de PDVSA y del sector
refinación nacional durante el gobierno del presidente Chávez, los mismos
que lograron recuperar la empresa de los efectos del sabotaje petrolero del
2002-2003, y que hoy están fuera del país o están presos, abandonados a
su suerte como si fuesen criminales. 

Los efectos de esta falta de recursos y el desmantelamiento de la plana


gerencial del sistema de refinación nacional, instalaciones especialmente
sensibles al mantenimiento oportuno y de alta complejidad en sus
operaciones  fueron catastróficos.
FUENTE: PDVSA
A partir del 2017, con la militarización de la empresa, el gobierno entregó
la conducción de las refinerías a grupos afectos a los distintos   intereses y
sectores políticos representados en la Junta Directiva de PDVSA, la mayoría
de las veces sin conocimiento o la capacidad para conducir tan complejas
instalaciones.

A partir de ese momento, se comenzaron a suspender o postergar los


programas de mantenimiento programado, las paradas de planta y la
sustitución de equipos, partes y repuestos, además se extendió la práctica
de “canibalizar” equipos, es decir, extraer equipos, partes o repuestos de
una refinería o planta para utilizarlos en otra, obviando la incompatibilidad
de los mismos y el hecho de que nuestro sistema de refinación nacional –
construido por las distintas transnacionales que operaban en el país
durante el período concesionario–  tiene antigüedades, tecnologías,
sistemas y filosofías de operación completamente  distintos.

Para el año 2020 la situación del sistema refinador nacional era de absoluto
colapso, en esas condiciones la dejo el anterior presidente de PDVSA
(2017-2020) general Manuel Quevedo –quien luego fue postulado a
diputado por el gobierno– con la Refinería Puerto La Cruz y Bajo Grande
completamente paralizadas, mientras Amuay, Cardón y el Palito a mínima
carga, no solo por inoperatividad sino por falta de crudo.

La Comisión ARA[64], con sus nuevas autoridades, han fracasado en sus


intentos de reactivar las refinerías a 100% de su capacidad, el sistema de
refinacion venezolano, con una capacidad instalada de 1,2 millones de
barriles día, en su conjunto opera a no más del 10% de su capacidad.
Sucesivos intentos de reactivación y muchos accidentes –atribuidos por el
mismo ministro, como producto de ataques “terroristas”, utilizando
“misiles”– han marcado todo el periodo con intentos fallidos o incapacidad
para reactivar las refinerías. 

El gobierno y su aparato de propaganda argumenta reiteradamente que la


escasez de gasolina, diesel, GLP y lubricantes, entre otros combustibles
requeridos por el mercado interno, es producto de las sanciones
norteamericanas a PDVSA, obviando el hecho de que estas se
impusieron[65] a inicios de 2019, cuando ya el sistema refinador estaba
básicamente paralizado por problemas de gestión y desviación de recursos.
El gobierno que ha privatizado parcialmente el sector y liberado los precios
del combustible a los precios del mercado internacional [66], ha recurrido a la
importación de combustibles desde Irán, país que, paradójicamente, sí está
sometido a un fuerte bloqueo por parte de los EE.UU., para garantizar
parcialmente el disminuido mercado interno que, luego de una caída de
72% del PIB acumulado desde el 2014, alcanza escasamente los 120 MBD.

A pesar de las declaraciones del ministro y de la propaganda


gubernamental, siguen las largas colas de los ciudadanos para abastecer
gasolina en el país y sigue la aguda escasez de combustibles en el país.

Paralizada refinería Cardón 

Trabajadores petroleros del Complejo Refinador Paraguaná informaron [67],


que el pasado 5 de julio se paralizó la planta catalítica de la Refinería
Cardón, utilizada para producir gasolina, ubicada dentro del referido
complejo, debido a múltiples fallas en sus operaciones, por lo que tuvo que
detenerse para entrar en mantenimiento, por lo que se estima esté fuera
de servicio al menos por 8 semanas, lo que agravaría el mermado
suministro de combustible en varias regiones del país. 

Hasta ahora ninguna autoridad se ha pronunciado al respecto, aunque los


trabajadores aseguran que las fallas presentadas en la instalación son
consecuencia de la ausencia de mantenimiento preventivo, desde hace 5
años, necesario para su correcta operación. 

La producción de petróleo sigue estancada a los niveles de 1930.

De acuerdo al último Reporte de Monitoreo del Mercado (MOMR por sus


siglas en inglés)  de la OPEP, emitido este mes, la producción  petrolera en
Venezuela para el mes de mayo se ubicó en 531 mil barriles dia de
petróleo, el mismo nivel de producción del año 1930, una caída de 2.484
MMBD, el 82.39%, respecto a la producción promedio del país de 3,015
millones de barriles día al 2013.

PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO DE LOS PAÍSES OPEP


(mayo 2021)
Fuente: MOMR de la OPEP del 10 junio 2021.
La producción petrolera del país se mantiene estancada desde el 2020 y se
ubica 37,19% por debajo del promedio del 2019, cuando inició sus
gestiones la Comisión ARA. El nivel de producción de petróleo coloca a
Venezuela en el décimo lugar en el ranking de los productores de petróleo
de la OPEP, 5 puestos por debajo del quinto lugar que el país ocupaba en el
seno de la organización en 2008, cuando la producción promedio del país
para ese año era 3,260 millones de barriles dia de petróleo.

RANKING DE LOS PAÍSES PRODUCTORES DE PETRÓLEO DE LA OPEP


(mayo 2021)
FUENTE: Elaboración propia, datos MOMR Opep 
La caída de Venezuela en el ranking de países productores de petróleo en el
seno de la OPEP, a un nivel solo por encima de los pequeños productores
de África, le han restado al país cualquier influencia en el seno de la
Organización y en el mercado petrolero internacional.

Las intervenciones de Venezuela en el seno de las reuniones de la OPEP, no


tienen relevancia, ni son noticia, puesto que todo el sector sabe que la
posición del país no influirá para nada en el curso político o en las
decisiones de la Organización. Esa pérdida de importancia de Venezuela en
el seno de la OPEP le siguen restando fuerza en su capacidad de incidir en
la política Petrolera internacional, lo que la relega a un segundo o tercer
plano, luego de haber ocupado posiciones estelares, como generador de
política petrolera en el ámbito internacional.

En la misma entrevista que hicimos referencia más arriba, el ministro de


petróleo, Tareck el Aissami, además de la promesa incumplida de acabar
con la escasez de combustibles para finales del mes de junio, también
aseguró que la producción de petróleo del país, se incrementará, a finales
de año, desde los 531 MBD del mes de mayo a 1,5 MMBD, es decir un
300% adicional en los 7 meses que restan del año.

Nuevamente, el ministro hace promesas que no tienen ningún fundamento.


Ni la Comisión ARA, ni el Ministerio de Petróleo, ni PDVSA han mostrado
ninguna estrategia para recuperar la menguada producción petrolera del
país, distinto a sus reiterados llamados a la privatización de la empresa, tal
como el Plan de Privatización[68] de la Comisión ARA del pasado 1ero de
mayo del 2020 y la oferta de venta de activos de PDVSA y del país en sus
sucesivas  Rondas de ventas de activos, en claro desacato de las reservas
constitucionales y de lo establecido en la Ley Orgánica de Hidrocarburos
vigente.

La industria petrolera en Venezuela está en una situación de colapso, pues


los recursos para mantener sus operaciones y las necesarias labores de
mantenimiento, servicios, inversiones, suministro de insumos, tecnología,
reemplazos de maquinarias y equipos, equipos, mantenimiento y
adecuación de la infraestructura han sido desviados, provocando desde el
mismo 2015 una paralización progresiva de los procesos productivos y
operacionales –que deben ser continuos e ininterrumpidos– que se han
reflejado en el colapso de la producción de petróleo y de la capacidad de
procesamiento para la producción de combustibles en el país.

En nuestro caso, tenemos el agravante, que nuestros yacimientos de


crudos medianos y pesados, en muchas áreas son yacimientos maduros,
algunos centenarios, que requieren trabajos permanentes de recuperación
secundaria e inyección de agua o gas para mantener su energía. En otros,
como el norte de Monagas es fundamental la inyección de gas para
mantener su producción y en los yacimientos de la Faja se requiere
diluentes para su producción.

En todas las áreas de producción son indispensables la actividad de


taladros –hoy dia los taladros de nuestra filial PDVSA Servicio fueron
abandonados o entregados a privados o sencillamente desmantelados y
descuartizados para vender el acero– y servicio a pozos, la actividad de
subsuelo y la recuperación secundaria y nuevas perforaciones para
contrarrestar la declinación natural de nuestros yacimientos de crudos
medianos y pesados. El ministro no tiene ni idea de lo complicado que es
mantener o incrementar la producción de petróleo en el país.

El deterioro continuado de las operaciones en la industria petrolera obedece


a la falta de voluntad política para avanzar en la recuperación del sector
estratégico del país, lo que resulta la excusa perfecta para avanzar en los
planes de privatización y entrega del principal recurso de los venezolanos,
así como de los activos asociados a él. 

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