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Pedro Miras
RESUMEN ABSTRACT
ourselves.
El presente trabajo tiene una es to lleva por nombre "Una historia de dos
tructura formada
ciudades"
en otros casos-
no pasa de ser una ficción
Hernando de Acuña. (1530 aprox.) a posteriori para insertar un pretérito sos
pechado o inventado en un destino gene
nes o visitas que a América llegaron, des este qué no hace referencia a los muy ricos
de el Levante o desde
Poniente, no el e incontables productos que Europa obtu
constituyen, propiamente hablando, des vo de América: hermosos frutos de la
cubrimientos, en la medida en que no tierra destinados a colmar las sensibilida
hubo entonces interlocutor ante quien des des olfativa y gustativa de la época; meta
cubrir lo antes encubierto. Pues América les preciosos que harían la riqueza de
la Historia la Geografía- con el
nace a
-y a algunas naciones
y la decadencia de otras;
singular destino de ser siempre "para singulares objetos fabricados por el hom
otros"; casi nunca, o nunca todavía, para bre que harían exclamar a Durero, frente a
sí misma. los presentes reales llegados recientemen
te del Nuevo Mundo: "en mi vida me he
El 12 de octubre ha sido, para no regocijado de tal manera, pues he visto en
sotros americanos del sur, la Fiesta de la ellos un arte admirable
y estoy maravilla
Raza. Como quien dice, el aniversario do del genio sutil de estos hombres de
lejanos"
de nuestro tribal, un hito
nacimiento países (1).
entre la nada y la historia. Para España,
además, la fecha apunta, junto con otras No, el qué al cual hago referencia es
manifestaciones del destino, al comien más bien la imagen que el hombre euro
zo de esa que el poeta llama "edad di peo comienza a formarse del nuevo mun
Cielo..."
chosa que promete el
y que do, a las ideas y representaciones que
terminará por reconocer sólo "un mo comienzan a surgir en las mentes de estos
lados
espada"
narca, un imperio y una Para (2) frente a esta "novedad tan nueva
las demás naciones de Europa, apenas de nuevas tierras y nuevas
gentes"
como
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tructurado, América se instala más bien crueles y gentes de extremada clemencia,
en el universo imaginario que el mismo o entre seres prodigiosamente intempe
hombre ha heredado y que porta consigo rantes y seres medidos
y templados. Me
como trasunto poderoso de épocas ante atrevería a decir, tanta diferencia como
riores. entre monos
humanos"
y seres (6)
América se inventa (3). Veamos
cómo:
Podríamos tratar de explicarnos la
"La belleza de la
estas realidad para lograr, uno y otro, apoyo
islas, con sus montes y sus sierras, regadas a sus pretensiones. Sepúlveda y tantos
de abundantes ríos, es un espectáculo que otros cronistas que no pero que
citamos,
ninguna otra tierra bajo el sol puede ofre comparten una misma visión de estas
de tan
magnífico"
los habitantes de las islas recién descu Sin embargo, esta ambivalencia es
biertas: "Todos eran muy bien hechos, antes de la percepción que de la intención,
hermosos de cuerpo y agraciados de ros como lo prueban las innumerables imáge
tro... No están animados de envidia ni de nes visuales del Descubrimiento y Con
ambición por los bienes de los demás... quista que nos ofrecen idéntica visión
Están a tal punto desprovistos de artificio bipolar. Mostaert, de Bry y otros dibujantes
y dotados de tal generosidad en relación que pusieron en imágenes sus propias
con sus propios bienes, que nadie lo cree experiencias o las ajenas, suelen pintar
ría sin haberlo visto antes". (4) indígenas de rasgos europeos, amplios de
Cincuenta años más tarde, torso, seguros de sí, dominadores en un
nación en el mundo entero son inclinados a aparecer: no tan sólo guerreros feroces,
y prontos a abandonar la adoración de sus amazonas, salvajes y caníbales, sino tam
ídolos y a aceptar, provincia por provincia bién toda la fauna mitológica de serpien
y pueblo por pueblo, la palabra de Dios y tes aladas, elefantes, pájaros y reptiles de
la prédica de la verdad". "Los Lucayos ninguna parte. Como también esas razas
vivían realmente como en la Edad de Oro, infra-humanas que durante tantos siglos
que poetas cronistas han cantado. Creía poblaron las tinieblas de la razón: seres de
y
ver en ellos a nuestro padre Adán en los cabeza cuadrada, hombresdescabezados
tiempos en que vivía en estado de inocen con la boca en el
ombligo, de un gigantes
Y sin embargo, hacia 1550, Ginés de revés, como las avestruces. Monstruos ge
Sepúlveda dirá: "En prudencia como en neralmente enemigos del hombre; habi
habilidad, en virtud como en humanidad tantes no ya de esa térra incógnita que
estos bárbaros son inferiores a los españo solían indicar los mapas de siglos anterio
les... Entre de
y los hay tanta
ellos españoles res, sino pobladores verídicos estas
diferencia como entre gentes feroces y tierras recién descubiertas, comoesos hom-
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bres azules que Diego Velázquez buscaba La mítica imagen de esta América
desesperadamente. recién descubierta es, pues, doble. De un
lado, Continente Paraíso, fuente inago
el
ingenuo enfrenta sus propios fantasmas to. La ciencia reemplaza al saber autorita
con furia y denuedo. Sólo que, desgracia rio, el monarca ilustrado al absoluto, los
damente, cerdos, molinos y esperpentos valores de justicia a los de obediencia y las
son, en América, seres humanos. buenas maneras a la fogosidad inmadura.
Pronto, a fines de este siglo XVIII, entre
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viajes de y revoluciones por
exploración civilizaciones americanas, pero ellas nos
venir, aparecerá el hombre romántico que, dicen simplemente que se trataba de civi
no sin costo, añadirá a los valores que lizaciones naturales, que debían sucum
proclama la surgente burguesía el senti bir a la llegada del espíritu. América ha
miento del otro como igual a uno mismo y sido y sigue siendo impotente desde los
la rebeldía como factor del espíritu. puntos de vista físico y espiritual". Y aña
de: "La mansedumbre y la carencia de
También América ha cambiado. espontaneidad, la humildad y una sumi
Entre el indígena, cultural, política
y sión rastrera frente al criollo
y con mayor
racialmente sometido, y el peninsular, razón frente al europeo; tal es el carácter
el criollo, cuya existencia se extiende en cho tiempo antes de que los europeos
un abanico social que abarca desde mo logren darles un poco de dignidad perso
venidos colorean
y (8)
avivan este mosaico, sobre todo en los
aledaños de ingenios y factorías. Sin embargo, del mismo modo que
ca, por su parte, ha visto surgir ciudades, aquella que se forja hacia mediados del
puertos, formas sociales de corte europeo. siglo XVIII posee algunos rasgos que, sin
¿Cuál es la imagen que esta nueva Europa entrar en contradicción absoluta con la
se hace de esta nueva América? que encontramos en los textos citados,
Veamos lo que expresa un hombre implica al menos la persistencia de una
de ciencia, el naturalista Buffon: visión optimista del hombre, del hombre
"En tal estado de abandono (se re americano. Es la actitud que está en el
fiere a la naturaleza americana), todo lan origen del del "buen salvaje", este
mito
beneficiarse de la influencia del sol; éste con una naturaleza antes benevolente que
envía inútilmente sus rayos más vivaces hostil y que rechaza, por voluntad o igno
contra esta masa fría, pero ésta no está en rancia, la vida urbana. Mito amable que la
condiciones de responder a su ardor. Es crítica de Montaigne hizo posible y
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descubridor de esta América vieja ya de Buffon comp araba los amplios cam
casi tres siglos es Alejandro de Humboldt. pos de trigo de Europa con lo que de oídas
En un momento en que el mundo sabía de ciertas regiones tropicales; Hegel,
estaba ya repartido y en que toda explora de la carencia en los americanos de una
ción no era sino una empresa comercial, el concepción evolucionista de la historia así
viaje del Barón de Humboldt por el inte como de sus diferentes modalidades de
rior de América es una aventura típica medir el tiempo, deducía su falta de espí
de St. Pierre, el suyo será un viaje en busca parar lo comparable: el indio americano y
del otro; del hombre y del paisaje antes el siervo europeo.
familiar antes exótico, de síntesis antes Pero esta imagen de América que
tanto como esos pobres labriegos del Este triarcas que podrán llegar a ser benévolos
de Europa a quienes la barbarie de nues pero que nunca dejarán de ser absolutos.
tras instituciones feudales mantiene aun Para los criollos liberales, cuyos años de
en la mayor sujeción. Considerar el em aprendizaje son europeos, pero cuya filia
pleo de la fuerza como el primero
y único ción lo es sólo a medias, América aun
medio para civiüzar un salvaje es un prin cuando inmadura, lleva en sí todas las
cipio falso en su aplicación a los pueblos posibilidades de construir una gran civili
como en el caso de la educación de la zación. Es a ellos, mejor que a otros a
juventud"
(9). quienes puede aplicarse la afirmación de
Octavio Paz: "la palabra americano desig-
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nó a un hombre que no se definía por lo de familiaridad con sus formas expresivas
haría"
que había hecho, sino por lo que los convierte más bien en curiosidades
(10). En ellos pesará siempre esa radical antropológicas o etnológicas. Y aun cuan
ambivalencia de nuestra imagen fabrica do fueron encontrando ubicación en los
da en Europa: América, tierras del "ser Museos y colecciones de objetos exóticos
tantes de nuestra triste civilización tildan de una verdadera América de Museo, ocu
salvajes, la más mis teriosa es quizá aquella que pando su lugar en vitrinas
y galerías o en
Desde la segunda década del siglo Del mismo modo que la América
XIX, la fiebre de viajes hacia el Continente viva, de tierra y de hombres, durante tres
nuevamente descubierto y ya liberado de siglos no había sido sino una entidad pu
la tutela hispánica dará origen a una im ramente geográfica, que sólo una nueva
cuando son de plata y otros metales; la dar esta nueva perspectiva. Como la que,
expresividad hierática de la piedra; todo en su día, permitió reconocer
y valorar las
contribuye a hacer de ellos pequeñas obras subyugantes formas del arte gótico más
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creadora a las máscaras e ídolos africanos. América ofrece al hombre moderno más ade
Sensibilidad nueva, que reconocemos en cuadamente que Atenas una Acrópolis para
Gauguin, en los Fauves y una de cuyas sus plegarias. Desde hoy te rechazamos, oh
expresiones más famosas llevará por títu anémica diosa, nodriza de una civilización
d'Avignon"
lo "Les demoiselles enclaustrada! Por encima de esos héroes
navegantes, exploradores y conquistadores del
Mundo- que (esperando
Así como nosotros, americanos, nos Nuevo el viaje a la
apropiamos de la imagen de América for luna) corrieron la única aventura suprema
permitió jamás. Incluso entre americanos tan cruelmente pagó el honor de mantener las
de hoy, tan abiertos a las muy diversas puertas abiertas, Indios, cuyo ejemplo enri
formas del arte extranjero, existe una cier queció la sustancia con que nos nutrió nuestra
ta resistencia, un cierto rechazo hacia aque escuela a través de
Montaigne, Rousseau,
llo que no parece encajar de modo natural Voltaire, Diderot. ¡Oh,
Hurones, Iraqueses,
en nuestro Universo cultural. Aun cuan Caribes, Tupíes, heme aquí!.
do voluntariamente e intelectualmente
reconozcamos en estos objetos precolom C. Levy-Strauss. Tristes Tropiques.
binos parte importante de nuestra heren
cia cultural, nos resistimos incorporarlos
de modo vivo
y creador a nuestra vida Después de todo, Hegel tenía ra
cotidiana. Es como si ellos mismos se es zón. Los pueblos autóctonos de América
forzaran en mantener esa falaz presencia no tenían historia. El cómputo cíclico del
sonore"
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pueblos cualesquiera de la vasta zona El pueblo Mochica, disperso a lo
costeradel Perú, de dos culturas que no largo de 350 kilómetros de costa,
unos
conocieron ni la rueda tal vez la escritura, hacia el norte del Perú actual, estaba cons
encontremos trazas de ese Espíritu. No., tituido por varias ciudades dependientes
como Historia, dése luego, pero sí tal vez de los pocos sistemas fluviales de la zona
como Idea, como Universal concreto. Re que luchan desesperadamente por llegar
corramos un instante la existencia de dos al mar. El pueblo Nazca, por su parte,
civilizaciones preincásicas que florecie unos mil kilómetros hacia el sur de sus
desaparecido. Las culturas Nazca y parecer contacto alguno entre ambas cul
estas culturas. Aun cuando esta clasifica te el maíz. En ambas sociedades el ritmo
ción ha envejecido un tanto, pues no toma de la existencia era sin duda semejante,
en cuenta diversas situaciones de difusión regulado por las estaciones y el trabajo
discrónica de algunos estilos o modos for agrícola, origen de la mayor parte de sus
nio sobre su habitat. El conocimiento de por necesidad, aunque los productos del
las técnicas de cultivo, de los ciclos de la mar les proveen de una buena cantidad de
naturaleza
y de las condiciones climáticas proteínas. Ambos pueblos, Mochica y
le ha permitido dejar la pesca y la caza Nazca, han logrado un perfeccionamien
ellas se destacan dos pueblos, dos cultu caso del pueblo Nazca, la confección de
ras cuya definida personalidad podemos un calendario que se regula, al parecer,
reconstruir a partir de lo poco que el tiem por constelaciones.
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Se trata este último, de una obra trucción, en seguida, de un sistema más
Mochicas y Nazcas, se nos aparece como nes disponen del saber y de mayor ascen
una gran orquestación de la que forman diente: la clase sacerdotal. Este tipo de
parte, por un lado, el hombre que se hu gobierno requiere la ocupación constante
por otro, los elementos de una naturaleza o servil que, sino, permanecería ociosa
espléndida: altas montañas de nevados una buena parte del año. Para su empleo,
picos, un mar inquieto aunque siempre el Estado da inicio a la construcción de
generoso y, entre mar y montaña, el de grandes obras urbanísticas, ciudades, tem
sierto de abigarrados colores. Pero, como plos, pirámides, caminos, murallas, etc.
trozos en una tonalidad diferente, aunque Con este trajín aparecen los especialistas:
alcanza su apogeo entre los siglos TV y V la clase superior para su uso, boato y
de nuestra era. La cultura Nazca, entre los ceremonia.
culturas de regadío (11), entre las que se y a la decadencia y muerte de esa cultura.
valles irregularmente regados por la na sus artes. El muy rico talento narrativo del
turaleza -como es el caso de la costa norte ceramista Mochica supo dibujar -y
sobre
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flora y la fauna de sus tierras, la vida tarnos, la razón por la que algunos temas
sus victorias, su precisa imaginativa eróti cas? Pues tampoco hay referencia, en las
ca, la enfermedad y la
En suma,
muerte. artes de ese pueblo, a esas otras activida
ilustrado"
una especie de "diccionario del des más humildes pero indispensables
pueblo Mochica, como ha sido llamado como las labores domésticas, la vida fami
este vasto conjunto de representaciones, liar u otras. Es como si dos grandes parce
escenas
y personajes y que nos permite las de la vida familiar u otras. Es como si
formarnos una imagen casi completa de dos grandes parcelas de la vida de los
sus existencias. Mochicas nos estuvieran vedadas de co
las ceremonias militares o religiosas, apa do, una relación amable y panteísta que
rece como liberada de las exigencias del lleva al hombre a identificarse -vía la pro
una actitud servil o temerosa sino más objeto artístico, requiere de una voluntad
bien una proximidad fácil. De esta cerá de forma que objetive, que otorgue dis
mica naturalista del pueblo Mochica po tancia, a aquello que será forma estética. Y
demos deducir una visión amable, opti es en ese doble proceso de creación de un
tía, de humor, a veces de respeto, pero Mochica, esta identificación es sólo con
Pero esta singular capacidad de par eciera no parar mientes en lo que cons
decirlo todo a través del modelado de la tituía, por una parte, la cotidianeidad banal
arcilla no iría más allá de una técnica y una y, por otra, las grandes construcciones,
destreza excepcionales si acaso no encon apoyadas en el trabajo servil? Nos parece
des y de obras de regadío. Falta asimismo externa ni por los hábitos de lo cotidiano,
toda referencia del artesano su propio surge a la vez como objeto y como imagen
trabajo. Aspectos todos que encontramos disponibles: los seres de la naturaleza vis
sin embargo en otra cultura similar como tos sin sujeción obsesiva al mito, el Otro en
la egipcia. ¿Cuál es, podríamos pregun su individualidad, la relación sexual que
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conduce al placer
y no a la reproducción, Del gran número de tumbas abiertas en
el humor, las enfermedades, la muerte. esta zona parece desprenderse que se tra
taba de una sociedad que se dividía en
Este espacio de libertad personal se varias pequeñas ciudades, más bien autó
nos revela, por ejemplo, en la rica galería nomas y hasta cierto punto democráticas.
de retratos que nos ofrece la imaginería No existen trazas de la existencia de un
alfarera de este pueblo. Aquí encontra poder central ni de una religión
cante, estos seres deformes, ciegos, muti mente religioso y celoso en el cumpli
identidad con él. La dignidad majestuosa lizar algo más que objetos de uso cotidiano
o la distancia desdeñosa sólo pueden des o ceremonial. Como si se tratara de una
cribirse por quienes son capaces de poner sinfonía de colores (empleando a veces
se fuera de ellas. Si recordamos que tanto hasta once tonos diferentes) apoyada en el
los emperadores incas como los aztecas se equilibrio del dibujo y de las superficies, el
guardaban celosamente de ser observa alfarero Nazca armoniza la decoración con
dos por sus gobernados, bajo pena de la forma del vaso utilizando una estilización
muerte, y que, en otras culturas, el cronis de las figuras que lleva a la abstracción.
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Para algunos historiadores del arte, en función de una necesidad mágico
artísticas es propia de una etapa muy tem sión digna de ser colocada junto a otros
Worringer, esto acusa una cierta impoten dice, refiriéndose al arte de los Incas y al
cia del hombre ante el bullente caos del de los Aztecas, que "Si estas obras han
eludir la vida
y sus "Bajo el captar relación religiosa de la que
empresas con toda suerte de motivos reli Es muy poco lo que sabemos de la
giosos". En su rechazo del espacio tridi vida de este antiguo conglomerado de
mensional, lugar de vida orgánica, "su hombres. Ni sus formas de vida, ni sus
dibujos o grabados sobre planos, (pues) tenían la religión, el trabajo, las relaciones
sólo en las representaciones planas podía sociales, el amor y la muerte. No sabemos
encontrar un símbolo para la imagen for tampoco el exacto significado de sus sím
los Nazcas tenían una actitud negativa todo de ellos. En todo caso, la calidad de
ante la vida o que era, siqtiiera, un pueblo su arte, de sus tejidos, de sus cerámicas
primitivo. Nadie puede negar, en cambio, nos hablan muy alto de sus capacidades
frente a los temas diseñados por el cera creativas. Pero, al igual que otros pueblos
mista Nazca, que ellos están dotados de hijos del desierto, el arte de los Nazcas
una profusa simbología de un claro conte parecería negarse a contar nada de sus
todo gran arte religioso no es una manera interesa más en la forma que se hace pre
de ver las cosas, sino el medio de incluirlas sente que en lo que ella aparentemente
(13). Y
sagrado"
mación general que pareciera aplicarse una voluntad de forma y una amorosa
Leopoldo Castedo afirma: "elllamado arte ese ignoto mundo de significaciones. Por
precolombino es, tal vez con mayores atri que todos sus elementos, en una pieza de
butos que ningún otro, resultante de las cerámica Nazca, parecen confluir hacia
expresiones plástica, musical un sólo fin, parecen estructurarse en torno
y espacial
de un mundo mítico que domina por com a la obtención de una finalidad precisa: la
pleto el pensamiento y la acción del hom conformación de un objeto único y valioso
bre. No persigue ideas o abstracciones en en sí mismo. La armonización de las su
sí mismas, porque lo que describe lo hace perficies coloreadas en relación tanto con
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la de los tonos como fetas, guerreros malandrines, todas las
complementariedad
y
con el tamaño de las zonas respectivas, la criaturas de esta desaforada realidad ame
adecuación del dibujo a las formas del ricana hemos tenido que pedirle muy poco
pensar que más allá de la fabricación de otros como desatendido por nosotros mis
Pues aparece en esos objetos algo tiempos, no son material que debiéramos
más que una simple tendencia a la crea condenar a desaparecer. Por el contrario,
ción artística entendida como pura volun ellas, en su contradicción misma, forman
tad de armonía. Más allá de las nuestra propia imagen. Varios siglos las
elucubraciones o de las extrapolaciones a han autentificado. Y de ello no nos ha
que nos invita nuestra ignorancia, nos informado ni la Historia ni la Sociología
parece cierto que en este pueblo se puede sino el arte de la novela. En la medida en
encontrar una actitud que es bastante tar que esta última ha sido, para nosotros
para convertirla en objeto de arte. Aun mos también el verdadero sentido denues-
espíritu.
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culturas precolombinas por la amorosa lengua italiana con materiales del habla
mirada del contacto estético con todo lo vulgar; Fichte, instando a la nación alema-
que ellos crearon. El objeto arqueológico na a construir su grandeza política
y espi
nos será siempre distante. La obra de arte, ritual sobre sus raíces latinas y germanas
en cambio al establecer una identidad fun- han hecho, mejor que lo que yo pudiera
Roma las formas del arte y del pensamien- elogio de la cultura, sin más. Pero esto es,
to griegos; el Dante, creando la nueva ya, otra sinfonía.
NOTAS
1. en Alberto Durero: Journal de voyage dans les anciens Pays-Bas, année 1520. La
Connaissance. Bruxelles, 1970.
2.- América"
Reconozco el origen de mi preocupación por estas "imágenes de en los
trabajos de Miguel Rojas Mix.
"invención"
3.- Esta de la
no es necesariamente sinónima que postula O'Gorman (E.
O'Gorman: La invención de América. F.C.E. México, 1958.
4.- Cristóbal Colón: Los 4 viajes, Testamento. Edición de Consuelo Várela. Alianza
Editorial, Madrid, 1986.
5.- Bartolomé de las Casas: Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Edición de
André de St. Lo. Edit. Cátedra, Madrid, 1982.
6.- Juan Ginés de Sepúlveda: Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios.
F.C.E. México, 1941.
7.- G. L. Leclerc de Buffon: Histoire de l'homme. Tomo XX.
naturelle genérale et particuliére
París, s.a.
8.- G. W. F. Hegel: Lecons sur la philosophie de l'histoire. Trad. J. Gibelin. Vrin, 1963.
9.- (1799-
Alejandro Humboldt: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente
1804). París. 1826.
10.- Octavio Paz: Puertas F.C.E. México, 1972.
al campo.
11.-
Wittfogel, Karl: Oriental Despotism.
Yale Univ. Press. 1957. Yale
Como también:
E. Steward. (Edit.): The irrigation civilisations. Symposium Pan American Union,
Washington, 1955.
12.- W. Worringer: Abstracción y naturaleza: F.C.E. México 1983.
13.- André Malraux: LeMuséelmaginaire. Tomo I de Psicologie del Art. Skira, Généve. 1949.
14.- Leopoldo Castedo: Historia del Arte
y de la Arquitectura latinoamericana. Edz'f.
Pomaire. Madrid, 1970.
15.-
Ernesto Grassi: Arte y mito. Nueva Visión. B. Aires. 1968
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