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Cristianos Apáticos 17

Desafiando a los creyentes a anhelar el pronto regreso del Señor

Muchos eruditos creen que una de las oraciones más tempranas de la Iglesia era “¡Maranatha! (1
Corintios 16:22).

Esa palabra es en realidad una frase aramea que significa “¡Nuestro Señor viene!”. Esta oración expresa
un hecho que es confirmado por muchas otras escrituras; a saber, que la Iglesia del siglo I tenía un
ardiente deseo por el cercano regreso de Jesús.

El Bostezo de la Iglesia

Como señalé en el capítulo anterior, la Iglesia del Siglo XXI parece haber perdido ese deseo. El
cristiano promedio de hoy en día no ora “¡Maranatha!”. No anhela el regreso del Señor.

En lugar de estar añorando, está bostezando. La cristiandad en general se encuentra atrapada en la


apatía con respecto al regreso de Jesús. Y eso es triste, ya que la Palabra dice que el regreso del Señor
es nuestra “Esperanza Bienaventurada” (Tito 2:13).

Además, somos constantemente amonestados en las Escrituras a aguardar la venida del Señor y a estar
listos. Jesús mismo dijo, “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas” (Lucas
12:35).

Razones para Anhelar

Hay al menos seis razones por las que todo cristiano debería desear fervientemente el pronto regreso de
Jesús:

1 Jesús — Cuando Jesús regrese, obtendrá lo que merece — el honor, la gloria y el poder —.

Cuando vino la primera vez, fue repudiado por los judíos, rechazado por Su propio pueblo natal, y
despreciado por Su familia. Fue perseguido por los líderes religiosos, traicionado por un amigo, negado
por otro amigo, abandonado por Sus discípulos y ridiculizado por las masas. No tenía un lugar donde
recostar Su cabeza. Su única posesión era una túnica.

Nació en un establo, se crió en la pobreza, fue clavado a un madero y fue enterrado en una tumba
prestada. En la actualidad, la gente se burla de Él y lo ridiculizan. Su nombre es usado como una mala
palabra.

¡Eso no es lo que Él se merece!

Va a ser diferente cuando Él regrese. La primera vez vino como un delicado e indefenso bebé. Va a
regresar como un poderoso guerrero. La primera vez vino como un cordero sufriente para morir por los
pecados del mundo, pero regresará como un león conquistador que derramará la ira de Dios sobre los
que han rechazado el amor, la misericordia y la gracia de Dios. Su primera venida estuvo marcada por
la compasión, la humildad y la disposición a ser juzgado y a morir. Regresará en triunfo y en ira para
Viviendo en Tiempo Prestado
juzgar y hacer guerra contra los enemigos de Dios. Vino la primera vez como un Siervo; regresará
como un Monarca.

Jesús fue humillado en la historia. Quiero verlo vindicado y glorificado en la historia. Y lo será, debido
a que Su Padre le ha prometido que Él reinará sobre toda la tierra (Salmo 2:7-9). También se le ha
prometido que Él manifestará Su gloria ante Sus santos (Isaías 24:21-23) y ante las naciones de la tierra
(Isaías 66:18 y Salmo 22:27:31). Pablo dice que Él regresa “para ser glorificado en sus santos… y ser
admirado en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses 1:10).

2 Satanás — Cuando Jesús regrese, Satanás recibirá lo que merece — derrota, deshonra y humillación
—.

Estoy harto de Satanás. Estoy cansado de sus complots y ardides, y de sus mentiras y engaños. Estoy
harto de sus enfermedades y tentaciones. Estoy cansado de su polución física, emocional y espiritual.
Me repugna su destrucción de matrimonios y hogares. Odio sus guerras y terrorismo. Desprecio sus
ataques incesantes contra la Iglesia.

A menudo me siento como los mártires descritos en Apocalipsis que claman día y noche delante del
trono de Dios, “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre…”
(Apocalipsis 6:10). Al igual que Isaías, quiero clamar a Dios, “¡Oh, si rompieses los cielos, y
descendieras!” (Isaías 64:1).

El destino de Satanás fue sellado en la Cruz, pero sus actividades perversas no cesarán hasta que el
Señor regrese. En ese momento, la Palabra dice que Dios tratará con Satanás de forma decisiva. Lucas
18:7 dice que Dios vindicará a Sus elegidos que claman a Él día y noche para que les provea justicia.
Romanos 16:20 dice que Satanás será “aplastado”. El libro de Apocalipsis dice que él será lanzado al
lago de fuego donde “será atormentado día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:10; vea
también, Isaías 14:12-17).

Pero Satanás no quiere ir solo al Lago de Fuego. Está trabajando horas extras para llevarse con él a
tantas personas como pueda. ¡Y quiero que esa obra sea detenida! Quiero que Satanás obtenga lo que
merece.

3 La Creación — Cuando Jesús regrese, la creación recibirá lo que se la ha prometido — restauración


—.

El universo material originalmente fue creado en belleza y perfección. No había plantas ni animales
venenosos, ni tampoco había animales que comieran carne. No había cataclismos naturales como
terremotos y tornados. La Humanidad vivía en perfecta armonía con la naturaleza.

Pero cuando el Hombre se rebeló contra Dios, una de las consecuencias de su pecado fue que Dios
puso una maldición sobre la Creación. Las plantas y animales venenosos aparecieron de repente. El
reino animal se volvió contra sí mismo y contra el Hombre, a medida que algunos animales se
volvieron carnívoros. Y los cataclismos naturales empezaron a cobrar su precio. Ahora el Hombre tenía
que luchar contra la naturaleza para sobrevivir.

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La Actitud de los Cristianos

Pero en el momento en que Dios puso la maldición sobre la Creación, Él prometió que un día sería
quitada por medio de “la simiente de la mujer” (Génesis 3:15). Esa promesa es repetida a lo largo de las
Escrituras. Por ejemplo, en Isaías 11, el profeta dice que cuando el Mesías venga a reinar, “morará el
lobo con el cordero” y “el león como el buey comerá paja”. Además declara que “el niño de pecho
jugará sobre la cueva del áspid” debido a que la serpiente ya no será venenosa.

Pablo reafirma esta promesa en el Nuevo Testamento en el octavo capítulo de Romanos. Él imagina a
toda la Creación como una mujer embarazada presa de los dolores de parto, clamando por el momento
del parto. Él dice que ese momento llegará cuando “los hijos de Dios sean manifestados”. En otras
palabras, ocurrirá en la resurrección cuando el Señor regrese (Romanos 8:18-23).

El día que el Señor regrese, la tierra será renovada por terremotos y fenómenos sobrenaturales en los
cielos (Apocalipsis 6:12-17). El resultado será una tierra refrescada y embellecida. Las fuerzas
destructivas de la naturaleza serán reducidas. Los desiertos florecerán. Los reinos vegetal y animal
serán redimidos. Las plantas y animales venenosos dejarán de ser venenosos. Los animales carnívoros
se volverán herbívoros. Toda la naturaleza dejará de luchar contra sí misma. En cambio, trabajará unida
armoniosamente en beneficio del Hombre (Isaías 11:6-9; Isaías 35:1-10; Isaías 65:17-25; Hechos 3:19-
21 y Romanos 8:18-23).

4 Las Naciones — Cuando Jesús regrese, las naciones recibirán lo que se les ha prometido — paz,
rectitud y justicia —.

La gente ha soñado con la paz mundial a lo largo de la historia. Tratados de desarme han sido
negociados, tratados de paz han sido firmados, organizaciones internacionales han sido creadas, pero la
paz verdadera ha permanecido elusiva.

La Biblia dice que la paz mundial permanente nunca será alcanzada hasta que el Príncipe de Paz, el
Mesías, regrese. Isaías y Miqueas profetizaron que cuando el Señor regrese, las naciones “volverán sus
espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces” y que “no alzará espada nación contra nación, ni se
ensayarán más para la guerra” (Isaías 2:4 y Miqueas 4:3).

La esperanza del mundo por la paz nunca será realizada en las cumbres entre jefes de Estado. La única
esperanza es el regreso de Jesús, quien gobernará el mundo con una “vara de hierro” (Salmo 2:9 y
Apocalipsis 2:26-27).

5 Los Judíos — Cuando Jesús regrese, los judíos recibirán lo que se les ha prometido — salvación y
primacía —.

Dios ha hecho muchas promesas maravillosas a Su pueblo escogido, la nación de Israel. La mayoría de
éstas están sin cumplirse y no se cumplirán hasta que un remanente de los judíos se vuelva a Jesús y lo
acepten como su Mesías. Las escrituras proféticas nos dicen que esto ocurrirá al final de la Tribulación,
cuando los judíos que queden con vida hayan llegado al final de sí mismos y decidan volverse a Dios.

3
Viviendo en Tiempo Prestado
Zacarías dice que este remanente “mirarán a Mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito” (Zacarías 12:10). El profeta también dice que en ese día de arrepentimiento, “habrá un
manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del
pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1).

Este remanente creyente será entonces reunido en la tierra de Israel para recibir las bendiciones que
Dios le ha prometido a la nación. Esas increíbles bendiciones están descritas con gran detalle en los
capítulos 60 al 62 de Isaías. La gloria Shejiná de Dios regresará (60:2) a un Templo reconstruido
(60:7). Las naciones enviarán toda clase de asistencia (60:10), incluyendo sus riquezas (60:5). La tierra
de Israel será reclamada (60:13), la nación recibirá respeto (60:15), el pueblo disfrutará la paz (60:18) y
el Mesías vivirá en su presencia (60:13, 19). Todas las ruinas serán reedificadas (61:4) y la tierra estará
llena de gozo (61:7-8) y alabanza (61:10-11). La nación será un faro de justicia y su gloria será vista en
todo el mundo (62:1-3).

Para resumirlo, Isaías dice que la nación de Israel será “una corona de gloria en la mano de Jehová, y
diadema de reino en la mano de Dios” (62:3).

En efecto, el mundo será puesto de cabeza con respecto a su relación con los judíos. Hoy en día el
pueblo judío es despreciado y perseguido. Son el blanco de bromas y del ridículo. Pero se acerca un día
cuando todo eso cesará. Zacarías dice que durante el reinado milenial del Señor, el pueblo judío será
tan honrado que cuando un judío pase, diez gentiles asirán sus vestiduras y dirán, “Iremos con vosotros,
porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).

6 Los Santos — Algunas de las promesas a los santos — a aquellos que son miembros de la Iglesia
del Señor — serán cumplidas al momento del Rapto. El Rapto es un evento que podría ocurrir en
cualquier momento. Éste precederá a la Segunda Venida.

En el Rapto, los muertos en Cristo serán resucitados y los vivos serán trasladados para recibirle en el
aire (1 Tesalonicenses 4:13-18). Es en este momento que los vivos y los muertos en Cristo recibirán sus
cuerpos glorificados. Éstos serán cuerpos perfeccionados e inmortales — como el cuerpo que Jesús
tenía después de Su resurrección (1 Corintios 15:42-53 y Filipenses 3:21) —.

Cuando Jesús regrese a esta tierra, los santos vendrán con Él y serán testigos de Su gloriosa victoria
sobre el Anticristo y sus fuerzas (Apocalipsis 19:11-21). Los santos recibirán entonces lo que se les ha
prometido — una tierra redimida y autoridad para gobernar sobre las naciones (Mateo 5:5 y
Apocalipsis 2:26-27) —.

Jesús reinará desde el Monte Sión en Jerusalén como el Rey de reyes y Señor de señores (Isaías 24:21-
23). Los santos en sus cuerpos glorificados estarán esparcidos por todo el mundo para ayudar con el
reinado del Señor (2 Timoteo 2:12 y Ap. 2:26-27). Algunos servirán como administradores (alcaldes,
gobernadores, presidentes y reyes), otros servirán como jueces, pero la mayoría servirán como
maestros, ya que todo el sistema de educación estará en las manos de los santos glorificados. Será su
responsabilidad enseñar a los que estén en la carne acerca del Señor. No habrá ningún legislador
(¡gracias a Dios!), ya que Jesús mismo dará la ley (Vea Isaías 2:1-4; Isaías 66:19-21; Jeremías 3:12-18
y Lucas 19:11-27).

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La Actitud de los Cristianos

Estas seis razones dejan en claro que todo cristiano debería estar deseando ardientemente el regreso del
Señor. Sin embargo, la apatía prevalece. ¿Por qué?

Bostezando acerca de Jesús

He encontrado cuatro razones de la apatía y la indiferencia que caracterizan a la comunidad cristiana en


relación con el regreso de Jesús: incredulidad, ignorancia, temor y carnalidad.

Incredulidad

Con respecto a la incredulidad, muchos cristianos profesantes simplemente no creen que Jesús
regresará algún día. La mayoría de éstos son personas con una visión liberal de la Escritura. Han
espiritualizado el significado de la Segunda Venida, así como han espiritualizado el nacimiento virginal
y los milagros. Para ellos, la Segunda Venida no es nada más que un cuento de hadas.

En 2 Pedro 3:3-4 se nos dice que los tiempos del fin estarán caracterizados por burladores que se
mofarán de la promesa de volver del Señor. La tragedia es que muchos de éstos son personas que
profesan ser cristianos.

Ignorancia

Creo que la mayoría de los cristianos que son apáticos acerca del regreso del Señor simplemente
ignoran acerca de lo que ocurrirá cuando Él regrese. Como resultado, no pueden sentirse emocionados
acerca de un evento del cual no saben nada. Estuve en esta categoría durante treinta años. Aunque
asistía a la iglesia fielmente, mi iglesia ignoraba la enseñanza y la predicación de la Palabra Profética
de Dios. No tenía ni la más remota idea acerca de lo que ocurriría cuando el Señor regresara y el
resultado era apatía acerca de Su regreso.

Pero, cuando empecé a estudiar la profecía bíblica, y descubrí lo que está reservado para los creyentes
cuando el Señor regrese, empecé a saltar entre las bancas y a gritar “¡Maranatha!”. Nunca he sido
apático desde entonces.

Temor

La apatía de algunos cristianos se debe al hecho de que le temen al regreso del Señor. Debido a ese
temor, tratan de reprimir la idea de que Él podría surgir de los Cielos en cualquier momento.

Temen que Él podría regresar en uno de sus días “malos” o cuando tengan un “pecado sin confesar” en
su conciencia. Estas personas están atrapadas en una salvación por obras. No entienden que son salvos
por gracia y que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).

Carnalidad

Finalmente, hay muchos cristianos carnales que no pueden sentirse emocionados acerca de la venida
del Señor debido a que aman al mundo. Están caminando con un pie en la iglesia y un pie en el country
club.

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Viviendo en Tiempo Prestado
Su actitud acerca del Señor es, “Quiero que Él regrese, pero…”. Quieren que el Señor venga, pero
quieren que venga cuando hayan hecho un millón de dólares, o escrito una gran novela, o construido
una enorme iglesia. Quieren que el Señor venga, pero quien que venga después de tengan 80 años y
hayan experimentado todo lo que este mundo tiene que ofrecer. En otras palabras, quieren que venga,
pero no quieren que se meta en sus vidas.

Una Séptima Razón

Hay una séptima razón por la que quiero que Jesús regrese, y es de naturaleza personal. Tiene que ver
con el hecho de que cuando usted ama a alguien, desea estar con él.

Mi esposa y yo hemos estados casados durante más de 50 años. Cuando tengo que viajar, mi deseo es
estar con ella. La llamo todos los días y le digo que la amo. Le envío tarjetas, y cuando tengo que irme
durante un largo tiempo, arreglo que le sean enviadas flores. Amo hablar con ella por teléfono y
enviarle tarjetas y flores, pero estas cosas no sustituyen el estar con ella.

Del mismo modo, amo tener comunión con Jesús en adoración, en oración y en Su Palabra. Pero estas
formas de comunión no sustituyen al estar con Él. Lo amo y, por lo tanto...

Quiero estar con Él.


Quiero disfrutar en la presencia de
Su amor y santidad.
Quiero ver la gloria de Dios
en Su cara
Quiero besar sus manos heridas por los clavos y decir,
“¡Gracias!”
por morir por mí,
por perdonarme,
por cambiarme,
por guiarme,
por consolarme,
por darle a mi vida
significado y propósito.
Y quiero unirme a los Santos y
a las Huestes Celestiales cantando,
“¡Digno es el Cordero!”
¡Maranatha!

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