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UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR

FACULTAD DE DERECHO

FORMATO DE ENSAYO

País Colombia

Ciudad Barranquilla

YINA ISABEL MELENDEZ PADILLA

Cedula 1143335690
Nombre del Estudiante
JENNY ACUÑA RINCÓN

Cedula 1012321376

Nivel de Formación del ponente ÉNFASIS


(Indique Semestre)

E-mail de Contacto (yinaisabel0616@hotmail.es)

Teléfonos de Contacto 3005728588

Línea de investigación DERECHO

(seleccionar una)

Grupo de investigación

Investigador asesor DRA. Zoraida Todaro Murgas

TITULO DEL ENSAYO : La Resiliencia En La Mujer, Ante El Fenómeno Del Maltrato En


El Departamento Del Atlántico

Introducción

El presente ensayo pretende realizar un análisis de la problemática desde un enfoque analítico

cultural, para dar a conocer la violencia ejercida contra la mujer en el departamento del Atlántico,

sobre todo el poder interpretar de manera significativa la conducta de manifiesto contra la mujer,
encontrando las causas del aspecto de resiliencia en la mujer maltratada.

Además de lo anterior en el análisis se retoman aspectos muy importantes de como el maltrato

día a día se naturaliza; es decir cada vez los actos violentos se vuelen cotidianos y no se encuentra

una explicación o un por qué de estas conductas y en el mayor de los casos dichas conductas no

suelen ser sancionadas como tal. Ya que de sociedad en sociedad se adoptan criterios jerárquicos o

machistas o bien a causan de la ignorancia, la falta de principios éticos y morales que generan en el

individuo este tipo de conductas.

Se puede observar que éste es un aspecto que debe guardar una serie de connotaciones y

consideraciones especiales sobre la aplicación de teorías y conceptos que de alguna manera puedan

enfrentarse a los diferentes paradigmas formulados a través de la historia del estudio de las

ciencias jurídicas y normativas para ejercer control sobre este tipo de conducta del ser humano.

La violencia física en la mujer es un tema que ha ganado gran trascendencia durante los últimos

años, y se han diseñado políticas sociales que formulen una serie de espacios y estrategias que le

dan un significado especial para mejorar la diversidad de creencias y de aportes culturales en favor

de las mujeres y sobre todo en el núcleo familiar. Presentándose como una limitante para la

integración y convivencia del núcleo familiar, así mismo se convierte en un ciclo que se repite de

generación en generación y cada vez aumenta las conductas y las formas en que se comete este

fenómeno.

Es por esto que aquí parte la importancia de poder darle un sentido de significado a lo que es la

violencia física en la mujer y que de alguna manera es caer en los supuestos de admitir su carácter

estructural.

El proceso que ha tenido este tipo de conducta relacional, que van más allá de lo “aceptable”,

se encuentra disponible en la posición de subordinación del género femenino respecto al


masculino, ante esto es necesario contextualizar que el tema de la resiliencia es un concepto que ha

sido tomado en el mundo de la física que designa la cualidad de un material flexible que soporta

una presión sin quebrarse, para recuperar de nuevo su forma originaria cuando cesa la presión.

Durante los últimos veinte años, se ha venido visualizando en el marco de las corrientes

psicológicas positivas y el contexto del mismo Derecho de Familia. Desde éstas, la profesora e

investigadora Humphevs (2003) subraya: “el fenómeno de que sufrir una situación adversa o

difícil no significa necesariamente que el individuo afectado quede desestructurado por ella y

desarrolle un trastorno posterior que se puede manifestar luego de tener una consecuencia de un

tipo de vivencia familiar. (p. 273-278).

De otro lado la aparición de conceptos sobre lo que representan las transposiciones en la ética

nómada, es que estas se encuentran en los paradigmas filosóficos del hombre en donde se enfrenta

a lo que es justo, y no se puede equiparar una justificación legal sobre lo que realmente representa

la moral y la ética.

Muchos autores han evidenciado la necesidad de aplicar y fomentar los valores morales que

representan a la humanidad pero actualmente aún se permanece en el contexto inicial, y la llegada

del desarrollo y la transgresión del hombre se han convertido en algo individual, involucrándose a

la parte social.

Existen nuevos movimientos sociales que apoyan las aspiraciones humanas debido a que

demuestran necesidades de crear una nueva generación conceptual, básicamente el tema de la ética

nómada es una conceptualización filosófica que une criterios de Kant y que exige al individuo las

acciones que se desea ver en todos los hombres, y que esta teoría como la de libre comercio se da

por sentado el surgimiento de una misma armonía general de concordancia con las leyes de los

contextos.
En lo que respecta al derecho, en la justicia distributiva y las inmigraciones, se dan unos

planteamientos de la ausencia de un reconocimiento explícito de la interdependencia económica de

los pueblos en una sociedad mundial y desde la cual parten autores desde diferentes posturas.

En cuanto a la interpretación que se dan en las fronteras políticas de la comunidad y el reflejo

que se tiene sobre la caracterización del tema de la resiliencia en el maltrato de la mujer en

relación con el conjunto de normas y principios que se han tenido en cuenta para la incorporación

en características internacionales., se establecen diferencias existentes entre las personas

consideradas miembros del territorio y los extranjeros, a partir de la historia de los soberanos como

un elemento social de pertenencia en un territorio.

Tesis:

Lo que el grupo de investigación pretende comprobar con el desarrollo del presente ensayo, es

la acogida que tiene la mujer respecto al tema de la resiliencia frente al maltrato físico que se le da

a este género en el departamento del Atlántico, en donde se sostiene de manera especial las

características de intervención en un Estado debilitado ante las confrontaciones reales por los

índices de maltrato que se han dado y los mecanismos de protección que se están gestando durante

los últimos años, pero lo más importante es la respuesta que se ha dado ante esta problemática

social y evidenciar un carácter sumiso y lleno de oportunidades que maneja la mujer al momento

de devenir una situación catastrófica de dominio por su pareja actual o expareja.

Colombia como un Estado Social de Derecho que con su constitución de 1991 dio un lugar
principal al hombre como eje principal de la sociedad y otorgó libertad y participación a las

mujeres en los diferentes escenarios. Cambio que desencadeno diversas posiciones a favor y unas

en contra, debido a que la cultura para este entonces estaba basada en la sujeción de la mujer al

hombre, minimizando las opiniones de estas dentro de la familia, dentro del matrimonio inclusive

en su papel de progenitora, no logro aceptación en los hombres que por su condición de ser los que

tenían voz y voto, poder, dominio y el control de todo, por su ego y la cultura machista, trajo

grandes consecuencias como el evidente maltrato. Si bien es cierto no se puede predecir que esta

sea la única causa, pues sin duda alguna con anterioridad a la expedición de la Constitución de

1991 existía maltrato, era menos visible a la sociedad por la misma condición de inferioridad de

las mujeres frente a los hombres, la imposibilidad de denunciar tales conductas por estar inmersas

en una cultura que se pensaba sana, adecuada y que el deber ser era soportar tales conductas por la

crianza y educación que nuestros ancestros infundían, por estar en situación de inferioridad.

Al abordarse el presente ensayo los investigadores han tenido como objetivo central el sentido

que se ha dado en torno a la repercusión e impacto sobre los diferentes elementos que se han

generado con relación a la mujer, y sobre todo evidenciar los diferentes mecanismos de

intervención tanto jurídica, legal y social; aún existen vacíos y debilidades para atender las

características que se han dado sobre la resiliencia y el maltrato físico en la mujer, sobre todo el

abordar el tema del feminismo frente a la temática de la constitución de los paradigmas de atención

que se requiere.

En diferentes países de América Latina y específicamente en el de Colombia se han diseñado

leyes y políticas nacionales con el propósito de prevenir, atender, sancionar y erradicar el maltrato

físico hacia la mujer, incluyendo la violencia doméstica o intrafamiliar, pero el fenómeno de la

resiliencia ha sido un concepto convergente que de alguna manera coadyuva a direccionar


estrategias de mayor significado específico en un contexto de gran sentido social ante las

dificultades inherentes en la mujer.

La violencia física contra la mujer ha incentivado a los diferentes países a que se direccionen

diferentes planes de atención totalmente mejorados. Sin embargo, la implementación de estas

políticas ha enfrentado limitaciones, tales como los serios problemas de acceso a la justicia que

experimentan las víctimas, la escasa cobertura de protección que se les ofrece, la falta de

patrocinio jurídico gratuito y los limitados servicios especializados con asesoramiento psicológico,

médico y legal, entre otros. Asimismo, en algunas legislaciones no se han tipificado aún

determinados delitos tales como la violación conyugal.

Se realiza un análisis de la problemática desde un enfoque cultural, para dar a conocer el

maltrato físico contra la mujer, y explicar detalladamente la conducta antisocial, encontrando las

causas del porque se comete el delito y cómo repercute la cultura social en el individuo para

cometerlo, puesto que en el ámbito familiar, las víctimas con mayor grado de violencia son las

mujeres, así pues quienes violentan contra ellas son: en la mayoría de los casos, sus parejas o ex

parejas, lo que implica que el maltrato proviene de parte de las personas con las que han

compartido intimidad o su compañero sexual, y sobre todo la particularidad de lo que ha

generalizado el contexto de lo que representa socialmente el mecanismo de la resiliencia como

factor psico-social y sobre todo las características jurídicas y políticas en la región caribe.

En el presente análisis se retoman aspectos muy importantes de como el maltrato día a día se

naturaliza; es decir cada vez los actos violentos se vuelven cotidianos y no se encuentra una

explicación o un por qué de estas conductas y en el mayor de los casos dichas conductas no suelen

ser sancionadas como tal. Debido a que la sociedad se adopta criterios jerárquicos o machistas o

bien a causa de la ignorancia, la falta de principios éticos y morales que generan en el individuo
este tipo de conductas.

Primero hay una raíz cultural histórica. Durante mucho tiempo la sociedad actual ha sido muy

machista, el hombre ha creído que tiene el derecho primario a controlar, a disciplinar con

severidad, incluso a abusar de la vida de la mujer y de los hijos. Eso ha sucedido bajo la apariencia

del rol económico del hombre, proveedor de la alimentación.

Como antecedente el padre americano, en tiempos de la colonia, tenía derecho hasta de matar al

hijo cuando no le obedecía. Temática la cual constituye un fenómeno a nivel mundial del por qué

este tipo de conductas en el individuo y sin limitaciones las cuales repercute en todas las

sociedades, grupos étnicos, clase sociales etc.

Lo anterior se presenta como una limitante para la integración y convivencia del núcleo

familiar, así mismo se convierte en un ciclo que se repite de generación en generación y cada vez

aumenta las conductas y las formas en que se comete este fenómeno.

El modelo presente de nuestra sociedad está reforzando el uso de la fuerza para resolver los

problemas. Por eso el abusador usa la fuerza física, para mantener el poder y el control sobre la

mujer, porque ha aprendido que la violencia es efectiva para obtener ese fin de control y como

ellos no han sufrido las consecuencias, las mujeres se han callado. La violencia doméstica ocurre

en todos los niveles de la sociedad, no solamente en las familias pobres. En las familias ricas

sucede lo mismo. Lo que pasa es que una mujer a quien se le agredió físicamente, si tiene dinero,

se va tranquilamente a una clínica privada y aquí no ha pasado nada. Las que son pobres tienen

que ir al hospital y allí los médicos dicen: "A esta mujer la han golpeado" y la policía se encarga

de eso.

Entre blancos, negros, amarillos, católicos, judíos, protestantes y evangélicos; entre todos,

existe la violencia doméstica. Pero no por ser protestantes o católicos, sino, por no ser como deben
ser. Otra causa de este problema son los medios de comunicación en la televisión la violencia es

glorificada, los estereotipos que nos presentan son de violencia sexual.

A pesar de la llamada liberación femenina aún existen hombres que consideran a la esposa e

hijos como objetos de su propiedad. Por eso se creen con el derecho a descargar sobre ellos su

frustración o malhumor maltratándolos a su antojo. Como los hijos imitan a padres, se da con

frecuencia que quienes en la niñez fueron testigos de abusos físicos entre sus padres, repiten la

misma conducta cuando llegan al estado adulto. Aprendieron que los problemas y conflictos se

afrontan con la fuerza bruta.

Al hablar básicamente del tema se puede apreciar como en Colombia existen evidencias

reportados de violencia conyugal, tal como se describieron anteriormente, no sólo evidencian una

alta frecuencia e intensidad de los mismos, sino que muestran una tendencia de género donde

usualmente la víctima es femenina. Tendencia que ha venido no sólo en aumento, sino que ha sido

institucionalizada como una dinámica de relación propia de nuestra sociedad, donde el maltrato se

asume como parte de la construcción de pareja. Para darle las definiciones a las clases de

maltratos existentes en Colombia, el investigador Rey (2006) sostiene:

Maltrato físico: cualquier acto dirigido al cuerpo de la persona, que produce daño o dolor,

entre ellos están, los golpes, patadas, cachetadas, pellizcos, intento de estrangulamiento,

entre otros, Igualmente aparece el Maltrato psicológico: cualquier acción dirigida a

controlar, restringir los movimientos o vigilar a la otra persona; aislarla socialmente;

desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo misma; hacer que otros

se pongan en su contra; acusarla falsamente o culparla por circunstancias negativas;

obligarla a ir en contra de la ley o de sus creencias morales o religiosas; destruir su

confianza en sí misma o en la pareja.


Igualmente Rey (2006) conceptualizó el maltrato emocional así:

Maltrato emocional: cualquier acto de naturaleza verbal o no verbal que provoca

intencionalmente en la víctima una reacción de ansiedad, temor o miedo, tal como las

intimidaciones y amenazas. Incluye las amenazas o actos de violencia dirigidos a un

familiar o a un conocido de la víctima, a sus bienes o hacia el agresor mismo, realizados

con el mismo fin.

Y está también el Maltrato sexual, Rey (2006) sostiene qué “es cualquier acto obligado, no

consentido por la víctima, dirigido a satisfacer necesidades o deseos sexuales del victimario”. Es

decir que a diferencias de los anteriores maltratos y de cualquier otro que exista este va

encaminado a satisfacer sexualmente al agresor. Por último se encuentra el Maltrato económico

este es aquel que las personas por estar necesitadas económicamente o simplemente tienen apego a

lo material, el agresor se vale de esa dependencia para chantajear a su pareja.

Además de esto, hay que considerar conceptualmente, que el tema de Resiliencia es que se

han diversificado los conceptos y sus definiciones sobre su significado llegándose entonces a

contradecirse entre sí. Munist (1998, citado por Melillo, Estamatti & Cuestas, 2000) la define

como la capacidad que tiene el ser humano para enfrentar las adversidades de la vida, superarlas y

ser transformado positivamente por ellas. Según Ospina (2005):

Esto lleva a defender más aun el punto de vista personal, debido a que un hombre que no

tiene nivel educativo, por lo general son hombres que piensan que su lugar es el trabajo duro

y el lugar de la mujer es la casa, por lo que concretamente se siguen viendo casos de

machismo (p. 23).

Este se da por la falta de educación en los cónyuges, no obstante, hay otros factores, como la

crianza de las mujeres víctimas y de los hombres agresores, “La mayoría de las víctimas aceptan
los golpes y reciben estos sin tener en cuenta que no es admisible ningún tipo de violencia”

(Castellanos, secretaria de la mujer Atlántico, 2015).

En este punto por lo que se puede interpretar, que el autor no apoya del todo el punto de que

solamente la resiliencia es el camino para superar los obstáculos frente al machismo, es decir, que

la crianza, demás de las ganas de seguir adelante enfrentándonos a esta problemática como lo es la

violencia es que nos empoderemos, que no sigamos la misma línea de aceptar los golpes por

asimilar que el hombre es quien manda ni tampoco dejarnos llevar por la crianza antigua en donde

nos inculcaban que los hombres siempre tienen la razón y que siempre debíamos mantener un

papel de sumisas. Nos identificamos con la autora pero no del todo, porque creemos que la

resiliencia es el punto de partida para levar a cabo todos los cambios. Acuña (1996) afirma:

La repulsión o aversión hacia la mujer, viene del rechazo femenino ya que la misoginia hizo

carrera a través de la historia, de tal manera que no fue ya una actitud particular o personal

de un individuo, sino que se formó toda una conciencia social peyorativa hacia la mujer. Así

es que se podría hablar de una especie misoginia que estableció un estilo de vida en las

sociedades (p.183).

A través de la historia se ha podido evidenciar como la familia ha sido reconocido como el

eje fundamental en el proceso de crecimiento personal así como en el crecimiento o cambio social

en el mundo que le rodea.

Para lo anterior es necesario consolidar aspectos como la aprehensión particular que se da en

el seno de la familia y en su núcleo a que se llegue a convertirse en Persona cualquiera sea su

condición, esto se aprende a través del proceso que se ha propiciado con el amor.

En el Departamento del Atlántico se puede distinguir como en el contexto de la familia se

puede dar una serie de círculos de transmisión de generación en generación, que pueden ser
círculos viciosos y que muchas veces están acompañados de la angustia, la tristeza, depresión,

miedos, agresividad, o círculos de amor. “Entonces en el centro de la familia los que los rodean se

da la estructura del lenguaje del amor y que éste es capaz de transmitirlo” (Guberman, 1985).

Por otro lado, que aprenden a transmitir círculos viciosos, deben (y aquí entra la Salud

Mental) aprender a levantarlos y manejar sus emociones de manera positiva en un mundo que cada

vez es más exigente y competitivo. Es por esto que para Morilla (2001) surge la necesidad de

ayudar a los demás a acabar con los círculos viciosos que surgen y propiciar el lenguaje del amor

que no aprendieron en familia. Pero lo cierto es que lastimosamente dentro del núcleo familiar

siempre va a existir de alguna manera el aspecto relacionado con la conceptualización de lo que

representa la violencia intrafamiliar.

Se puede ver entonces como a través de la historia el Hombre nace, filogenéticamente, como

un animal biológico. Será en la convivencia, la interacción, primero en la familia y después en la

iglesia, etc., donde este "animal social" se convertirá en un semejante muy próximo a nosotros: en

un ser humano. En el caso del "niño lobo", o del "niño gallina", y otros casos en los que el

individuo fue "educado" fuera de la convivencia humana, este individuo se transformó en aquello

que biológicamente es: un animal. La familia tiene el papel fundamental de humanizar a este ser

biológico y transformarlo en un ser social. La familia integra en sí misma la cultura como una

herencia social de una comunidad humana, de una sociedad, de una nación, transmitiéndolo, de

forma gradual, a sus descendientes: sus hijos.

Históricamente hablando los grupos de familia se han constituido en macrosistemas y

subsistemas en la sociedad, lo que conlleva a mantenerla viva y a perpetuar el sistema social y

cultural. La familia se convierte entonces en su propia esencia y existencia de cualquier sociedad.

Es un recipiente de la herencia cultural que interioriza normas, usos, costumbres y valores sociales
transmitiéndolos a sus descendientes. La familia es la garantizadora de la transmisión de la

herencia cultural, de generación en generación, a través de un proceso sencillo: la socialización o

la aculturación.

Para poder comprender los diferentes mecanismos jurídicos y sociales que se han propiciado en

la familia, es inherente identificar y reconocer el significado de las diferentes leyes que les rodean,

entre ellas se encuentra la Ley 51 de 1981 (sistema ONU), ley 248 de 1995 Belem Do Parú

(Sistemas OEA), ley 742 de 2002, ley 1257 de 2008, bloque constitucional.

De acuerdo con los parámetros formulados por la ley 248 de 1995 ha estado inmerso en una

proceso histórico de Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, suscrita en Belem Do

Para, Brasil, el 9 de junio de 1994.

Es interesante destacar como ha manejado la prevención y las diferentes sanciones para

erradicar la violencia contra la mujer en la Convención de Belem Do Para. Ha dado un

reconocimiento sobre lo que representa el respeto irrestricto a los derechos humanos ha sido

consagrado en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y en la

Declaración Universal de los Derechos Humanos y reafirmado en otros instrumentos

internacionales y regionales.

Afirmando que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y

las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y

ejercicio de tales derechos y libertades, la esquematización de este tipo de valores que le ha dado

un significado especial sobre lo que ha repercutido sobre la mujer, y es el poder sostener sus

propios intereses e ideologías en un mundo que le permita comprender los diferentes paradigmas

sociales a los que se ha enfrentado frente a la resiliencia y la comprensión de su subjetividad para

enfrentar con gran sentido la recuperación de su dignidad.


Preocupados porque la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una

manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres.

Recordando la Declaración sobre la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, adoptada por la

Vigesimoquinta Asamblea de Delegadas de la Comisión Interamericana de Mujeres, y afirmando

que la violencia contra la mujer trasciende todos los sectores de la sociedad independientemente de

su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad o religión y afecta

negativamente sus propias bases.

Comprender la historia es conocer la humanidad. A lo largo de las civilizaciones, han existido

grupos humanos históricamente vulnerados, excluidos y violentados. Tal es el caso de las personas

con orientación sexual o identidad de género, los afro descendientes, las negritudes, las mujeres,

los habitantes de calle, los discapacitados, los ancianos entre otros, quienes durante los últimos

doscientos años han venido librando batallas por reconocimiento de sus derechos.

Anteriormente Colombia estaba constituida como un Estado Confesional, Sentencia C-224 de 5

de mayo de 1994, Magistrado Ponente: Jorge Arango Mejía, donde en el ejercicio de la acción de

constitucionalidad un ciudadano considera que Ley 153 de 1887 "Que adiciona y reforma los

códigos nacionales, la ley 61 de 1886 y la 57 de 1887."; en el Artículo 13 consagra que "La

costumbre, siendo general y conforme con la moral cristiana, constituye derecho, a falta de

legislación positiva". (Mejía, 1994).

Debe entenderse que la expresión "moral cristiana" significa "moral general" o "moral social",

como se dice en la parte motiva de esta sentencia; verbigracia un Estado confesional es aquel que

acepta a la moral cristiana como la moral social, que es la que prevaleció en nuestro Estado

colombiano en vigencia de la Constitución Política de 1886. (Aguilar, 2000).

Como es bien sabido, en el Estado colombiano constituido en la Constitución Política de 1991,


es laico, participativo, pluralista, incluyente y garantista; valga enunciar que el derecho a la

igualdad es sin lugar a dudas el núcleo rector de lo que en Hans Kelsen se llama la norma de

normas y del cual deriva todo el ordenamiento normativo. El constituyente primario fue elegido

por los votantes colombianos para dar fin a una Constitución que no se ajustaba a las necesidades

de quienes reconocen la soberanía del Estado y a quienes el Estado colombiano les reconoce

derechos, de modificar la voluntad individualizada vía reclamación política, que su objetividad

incondicionada sea otra diferente a la existente y con ello derogando el modelo de Estado

confesional planteado en la Constitución Política de 1991.

La multiplicidad de problemáticas sociales con la que hoy se encuentra el Estado colombiano y

el Distrito Capital, por consiguiente han derivado en la ampliación del abanico de actores

involucrados en la gestión de sus políticas, hace evidente la heterogeneidad social y territorial de la

cuestión social. Los movimientos populares han multiplicado iniciativas político-culturales, que

dan cuenta de una enorme creatividad (forjada y educada en el esfuerzo de sobrevivir en tiempos

de exclusión) que en palabras de Foucault se estructura básicamente en lo que representa la

contextualización del nuevo racismo. (Aguilar, 2000).

Estas iniciativas hablan de nuevas maneras de entender la militancia, ejemplo de esto es el caso

de las personas homosexuales, las mujeres, los negros y los indígenas, quienes durante los últimos

doscientos años han venido librando batallas políticas, jurídicas e institucionales por el

reconocimiento de sus derechos en el Estado colombiano. /Repetido)

Así mismo las personas que piensan diferente, creen diferente, sienten diferente han ido

abriéndose un espacio en la inclusión y el respeto de sus posturas de suerte que el contrato social y

el convenio social, parecen estar llegando a un punto de convergencia.

Conceptualizar la lucha cultural en la renovación del imaginario popular sobre las posibilidades
del cambio social y en las que se forman los nuevos intelectuales orgánicos de los movimientos

populares, es lo que a mi forma de ver, nos acerca más a una sociedad civil convertida en objeto de

estudio e interés desde hace más de dos décadas.

No existe duda de que el mismo Estado ha entrado en una búsqueda de poder constituir

mediante diversos espacios sociales la posibilidad de que temáticas tan diversas como lo son los

derechos humanos, la cuestión social, lo público que es y cómo se concibe, el medio ambiente, las

discapacidades, la defensa de derechos de distintas minorías, el desarrollo local y tantas otras

realidades, cuenten con transformaciones que permitan su abordaje desde una concepción nueva,

valga decir, resolver las distintas problemáticas en un Estado laico.

La deuda histórica que el Estado colombiano tiene con las comunidades vulneradas, puede ser

reivindicada, protegida, resignificada. El único medio infalible es la educación. Con la

implementación de un énfasis trasversal del concepto dignidad humana y vulnerabilidad desde un

enfoque poblacional diferencial, en los planes de estudio de los proyectos educativos

institucionales (PEI) de los establecimientos de educación pública y privada en nuestro país.

El análisis de la violencia doméstica y de la violencia contra la mujer por parte de su pareja

masculina o compañera sexual ha crecido en los últimos años, esto se debe a una gran medida a la

lucha de sólidos nacimientos de mujeres, a escala planetaria, en primer lugar, batalla que se ha

caracterizado por su sistematicidad y firmeza, como parte inalienable de la defensa de los derechos

de las mujeres.

Queda demostrado que la mujer maltratada que no encuentra salida a su situación vital concreta

en la que prima la violencia doméstica en un maltrato sostenido, puede llegar al comportamiento

delictivo, e incluso al homicidio, pasando a la victimizada a la criminalidad.

En cuanto a nuestras normativas jurídicas protejan a la mujer, se consideran insuficiente es


necesario aplicar un enfoque de género de manera visible en la coordinación entre los sujetos de la

prevención social, luchar por un trabajo educativo más profundo que combata esta problemática y

firme que garantice la equidad en la crianza, instrucción y educación del infante, para impedir los

dañinos efectos que la violencia transgeneracional produce en el desarrollo moral de los mismos

que constituyen las generaciones que deberán alcanzar el desarrollo sostenible y la paz, y cuya

presencia, lamentablemente se evidencia en las investigaciones científicas que se realizan respecto

a este conflicto.

Resiliencia en el departamento del atlántico

De acuerdo con el DPIM cuenta con un grupo de profesionales entrenados para la

atención a las mujeres desde un enfoque de género y capacitados en la normatividad nacional e

internacional para la defensa y protección integral de los derechos de las mujeres. El Departamento

para la Protección Integral de la mujer, está bajo la coordinación de María Peinado, Abogada con

experiencia en las áreas del Derecho de Familia y Civil. Este Departamento de Protección Integral,

cuenta con la orientación psicológica de Greys Jiménez, Psicóloga Magister en Violencia

Intrafamiliar y de Género, y además con la experiencia profesional, del Psicólogo EduardoCalle.

La violencia contra las mujeres, demuestra ser un caso de misoginia, ya que resulta ser un

fenómeno en el cual el hombre desde que nace tienen esa aversión o rechazo hacia las mujeres, así

que en mi opinión más que un caso de machismo, es misoginia, porque ya que desde que nacen

los hombres que son violentos contra las mujeres sienten cierto repudio hacia a ellas así que

necesitan ser educados para evitar este tipo de comportamientos violentos contra la mujer.

(Castellanos, 2015)

Precisamente un programa de la secretaria de la mujer en el Atlántico, ha implementado la


educación en los hombres, desde que son niños, es un programa para enseñar desde que son niños

los valores de respeto hacia los demás, fomentando el respeto hacia las mujeres, y a los hombres

también, a cuidarse y respetarse mutuamente para que en un mañana puedan tener una

convivencia sana en su entorno.

Este programa de la gobernación del atlántico en conjunto con la secretaria de la mujer

llamado crisálida se vincula al eje de Derechos Sexuales y Reproductivos y busca la reducción del

embarazo en adolescentes. Se constituye una propuesta de formación integral a través de la cual,

los y las participantes atravesarán por distintas instancias del Ser para lograr el equilibrio, armonía

y realización personal.

Hablando de las implementaciones que el Estado realiza en cuanto a protección de los

derechos de la mujer, encontramos también en la misma secretaria de la mujer un programa

llamado transfórmate tú hombre, que se realizó también con el fin de educar a los hombres para

proteger los derechos de las mujeres.

La formación se basará en el Ser, el autoestima, machismo y nuevas masculinidades, y al

finalizar el ciclo, se les apoyará para robustecer cada saber productivo.

“Considero que el programa es un hit porque hombres y mujeres nos emperezaremos a ver

como pares y no como una competencia que no nos lleva a ninguna parte. Estamos entendiendo y

apostando a la transformación de la cultura a través de la educación” (Yaneth Martínez).

Existe también otro programa para implementar el rechazo a la violencia femenina, ya que en

mi opinión si se combate la violencia por medio de mecanismos y leyes, tendremos una gran

disminución de dicha muestra de violencia.

Los “Cuadrantes de Sororidad’ (entendiendo sororidad como hermandad entre mujeres), así es
denominada la nueva estrategia de la Secretaría de las Mujeres y la Equidad de Género, la cual se

desprende del programa Transfórmate Tú Mujer y tiene como objetivo propender por la atención

psicosocial y el acompañamiento asociativo a las mujeres integrantes del programa y así reducir

los índices de violencia intrafamiliar y la violencia generalizada de género.

Los Cuadrantes, que hacen parte de la Unidad de atención psicosocial y fortalecimiento para la

asociatividad de Transfórmate Tú Mujer, buscan además dar atención oportuna a las mujeres en

situaciones personales y familiares, relacionadas con el acceso y la atención en salud, educación y

otras necesidades que puedan presentar; aumentar el cooperativismo en las unidades de negocio,

conformadas durante la etapa de formación en la Universidad del Norte, mejorando sus niveles de

comunicación

Desde hace un par de años las parlamentarias colombianas y movimientos sociales, venían

luchando por la implantación de una ley de Violencias contra las Mujeres, mediante la cual se

pudiera sensibilizar, prevenir y sancionar todas las formas de violencia y discriminación contra el

género.

Finalmente el 4 de diciembre del 2008 el Congreso aprobó la Ley 1257 de Violencias contra la

Mujer, la cual establece que la reparación a las víctimas recae en primera instancia en el agresor, y

fija responsabilidades diferenciadas por parte de la comunidad y la familia. Define un modelo de

sociedad donde la mujer es un ser autónomo, que no depende de un varón, y cuyos derechos deben

ser respetados.

La presente ley tiene por objeto la adopción de normas que permitan garantizar para todas las

mujeres una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de

los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el acceso a los

procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención, y la adopción de las


políticas públicas necesarias para su realización.

La tipificación del delito de acoso sexual, el agravamiento de penas para crímenes de lesiones

personales y homicidio por razón de ser mujer, así como creación de medidas fiscales para facilitar

alternativas económicas para las víctimas de la violencia de género, son algunas de las innovadoras

disposiciones de esta legislación.

La ley, señala una lista de derechos, entre los cuales se destacan los derechos a “la verdad,

justicia y reparación”; la estabilización de su situación conforme a los términos previstos en esta

ley; y el derecho a la privacidad y a decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el

agresor.

La ley también establece que las alcaldías brinden atención psicológica, hospedaje y

alimentación a las víctimas durante el tiempo que demore la captura del agresor. También

establece la no discriminación por motivos de orientación sexual.

Se señala además el principio de “atención diferenciada”, el cual favorece a las mujeres

víctimas del conflicto armado. La norma también ha tipificado el acoso sexual como delito, para el

cual se fijó una condena de prisión de entre uno y tres años. Algo muy trascendental para las

mujeres víctimas de este flagelo en los espacios laborales o académicos.

Por otro lado se establece la creación de medidas fiscales para facilitar alternativas económicas

para las víctimas de la violencia de género, tales como los incentivos fiscales para las empresas

que contraten víctimas, y la vez ordena la creación de oportunidades educativas.

Con la aprobación de este mandato constitucional, la visibilización y las herramientas para

detener la violencia contra la mujer ya se obtuvieron, ahora el proceso de socialización entre la

comunidad es el paso a seguir.

Es muy importante que las mujeres conozcan y se apropien de la Ley e igualmente es


indispensable que las autoridades locales promuevan políticas públicas que atiendan a las víctimas

en aspectos como educación, salud, bienestar, entre otros temas de gran relevancia.

"El respeto a la vida y a la integridad física de los demás es un asunto moral y jurídicamente

externo que no se reduce a la prevención policiva o la represión penal del agresor, comporta el

deber de no maltratar, ni ofender ni torturar ni amenazar a las personas, mucho menos a aquella

con quien se comparte la unión doméstica de procreación y desarrollo de los hijos y de la familia,

y la primera de mutuo fomento material y espiritual..."

“Y es que no parece atendible desde ningún punto de vista, aceptar cómo una persona llegue a

creerse dueña de la vida, de la integridad y de la honra de otra, por el hecho de haber contraído

matrimonio, y por darle dinero y hacerle un mercado cada ocho días para el mantenimiento de sus

hijos menores. Debe entenderse que el vínculo matrimonial da derecho a exigir determinados

comportamientos, pero jamás a disponer, abusar de los mismos.” (Luz Marina Montoya Vs.

Marco Castiblanco, 1995)

“La violencia contra las mujeres constituye un problema social que exige profundos cambios en

los ámbitos educativo, social, jurídico, policial y laboral, a través de los cuales se introduzcan

nuevas escalas de valores que se construyan sobre el respeto de los derechos fundamentales de las

mujeres. Ya se ha demostrado que las leyes resultan insuficientes, puesto que tienen que formar

parte de un esfuerzo más general. Se debe repensar la relación entre hombres y mujeres, porque

una sociedad que tolera la agresión en contra de ellas es una sociedad que discrimina. Y dejar de

vivir en una sociedad que discrimina es responsabilidad de todos.”

“Lo que se pretende prevenir, es la violencia que de manera especial puede producirse entre

quienes, de manera permanente, comparten el lugar de residencia o entre quienes, de manera quizá

paradójica, se encuentran más expuestos a manifestaciones de violencia en razón de la relación de


confianza que mantienen con otra persona, relación que, tratándose de parejas, surge del hecho de

compartir un proyecto de vida en común”. (Gonzalo Rodrigo Paz Mahecha Vs. artículo 229 de la

Ley 599 de 2000)

Autores a favor :

Para Ausloos (1998) plantea en el postulado de la competencia en una familia que “los

problemas que en ella surgen, son aquellos que es capaz de resolver”(P: 32). De allí que se

empieza a generar un cambio en la perspectiva de abordar a la familia, considerándola competente

en lugar de considerar solo sus defectos y en este sentido, se modifica su forma de abordarla en

tanto ella puede ser capaz de activar sus propios procesos de reflexión, de organización, cambios y

transformaciones.

De acuerdo con Masten sostiene que el enfoque de la resiliencia surge a partir de los esfuerzos

por entender las causas y la evolución de la Psicopatología, estos estudios demuestran que existía

un grupo de niños y niñas que no desarrollaban problemas psicológicos o de adaptación social a

pesar de las predicciones de los investigadores (Masten, 2001; Grotberg, 1999). El primer paso fue

asumir que estos niños se adaptaban positivamente debido a que eran “invulnerables” ,es decir

podían “resistir” el estrés y la adversidad. El segundo paso fue proponer el concepto de Resiliencia

en vez de “invulnerabilidad” debido a que la resiliencia puede ser desarrollada o promovida,

mientras que la invulnerabilidad es considerada un rasgo intrínseco del individuo.”

Para Francisca Infante (2005), la Resiliencia intenta entender como niños , adolescentes y

adultos son capaces de sobrevivir y superar adversidades a pesar de vivir en condiciones de

pobreza, violencia intrafamiliar, enfermedad mental de los padres, o a pesar de las consecuencias

de una catástrofe natural , entre otras (p. 96)


Según Álvarez (2007), ha demostrado que junto con la promoción en valores, la disposición

para compartir actividades recreativas y deportivas en familia, son un vehículo para inculcar,

desarrollar y nutrir los valores y las competencias sociales en los niños y las niñas (Martínez, Pérez

y Álvarez, 2007).

Autores en contra

Claramunt (1999) quien en sus estudios sociales demuestra que existe una implicación y una

visión positiva de la vida, permitiendo rescatar y dar énfasis a las fortalezas más que a los

obstáculos. Cree en la capacidad del ser humano de recuperarse, de cambiar a pesar de todo; cree

en la búsqueda constante de algo mejor y en la superación, por lo que su aplicación a un sector de

la población que socialmente ha sido subordinado y que además sufre de situaciones adversas, se

convierte en una alternativa para generar nuevas oportunidades de empoderamiento personal y

social lo que de alguna manera le genera aspectos negativos y que le impide desarrollarse de

manera significativa en su futuro.(Pienso Que estas posturas ninguna está en contra) ella piensa

que una mujer amparándose en la resiliencia siempre va a llegar a tener dudas con respecto a lo

que le convienen, va a ampararse en el lado positivo, buscar su empoderamiento personal, creer en

la capacidad de recuperar a pesar de lo bueno o lo malo. Las malas situaciones pueden generar

aspectos positivos comno negativos e impedir que se desarrollen.

De acuerdo con Irene Pineda (1999) del Departamento de Psicología y Maestría en Género de

la Universidad Centroamericana en Nicaragua, da a conocer un estudio del Banco Interamericano

de Desarrollo en 1997, acerca del impacto en su país, señalando conclusiones sobre los efectos de

la violencia en la salud de las mujeres, el desempeño educativo de los hijos y transmisión

emocional y afectivo, generándole un deterioro conductual y un aspecto negativo al enfrentarse al


mundo que le rodea.

Por otro lado, para Teresita Ramellini (2000) consultora del proyecto regional del

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elabora un informe sobre la situación

de la violencia de género contra las mujeres. En éste se expone la situación de Costa Rica,

presentando datos con respecto a la magnitud del problema y desarrolla ampliamente las acciones

que se llevan a cabo para enfrentarlo, tomando en cuenta planes y programas impulsados por el

gobierno y otras instituciones con la participación de la sociedad civil, pero los programas

deberían ser más fortalecidos para sostener con esto una serie de evidencias que sean más positivos

para manejar de manera asertiva el concepto de la resiliencia.

Para Gutiérrez et. al., consideran el daño que se da por la desigualdad de género el hombre

golpea, no sólo como respuesta emotiva, sino como estrategia de control e intimidación. Además,

retoma tres mitos sobre el rol femenino en la sociedad que coadyuvan a perpetuar la violencia

contra la mujer y que hasta cierto punto determinan cómo la víctima actúa frente al problema y que

muchas veces se muestra muy insegura ante las situaciones a las que debe enfrentarse en un futuro.

(Gutiérrez y otras, 1999, p.44). el hombre no está de acuerdo con que las mujeres siempre tome

ese rol resiliente porque ellas siempre van a tener estos mitos sobre el rol femenino en la sociedad

que las conducen a perpetuar la violencia contra ellas mismas, porque se victimizan, se muesdtran

inseguras ante las siotuaciones que se deben enfrentar en un futuro por ende deben existir un apoyo

legal para que las mujeres no se vean afectadas por este aspecto mitológico.

Conclusión

De acuerdo con los avances que se han dado en torno a los tratamientos especiales sobre el

tema de la resiliencia lo cual existen una serie de modelos que permiten integrar en sus
componentes principales, aspectos sociales y psicológicos de la familia, representa un aporte

complementario al abanico de explicaciones teóricas, que son rebasadas por la realidad compleja

que se buscó comprender a través de un ejercicio académico que ha generado, sin duda , al

investigador, un fuerte impacto en su subjetividad, al enfrentarse al dolor y sufrimiento del otro ,

así mismo, a su fuerza y vitalidad.

En las teorías que estudian a las familias, como el Interaccionismo Simbólico, se sostiene que

ellas desarrollan una concepción de sí mismas que incluye el sentido de responsabilidad que cada

miembro de la familia tiene con el otro. No obstante, las familias en situación de vulnerabilidad

social, configuran una visión de mundo que se va consolidando en las interacciones mutuas, el

intercambio de ideas y opiniones disimiles, en las que unas ideas van ganando fuerza por el papel

de liderazgo que ejercen los padres, quienes con sus actitudes pueden generar ambientes propicios

para que emerja la resiliencia en medio de la adversidad.

Todos estos avances son generalizados, pero no perpetuados a favor de la mujer y su diversidad

problemática que aún debe ser tratada de manera significante y buscar un refuerzo más

significativo que coadyuve al mejoramiento de la lucha de los intereses sociales y concebir con

esto una igualdad de derechos manejados de manera concientizada, los aportes que se han

formulado en torno a las políticas sociales y políticas de la resiliencia en la mujer es un tema que

debe ser abordado desde diferentes perspectivas y con los resultados manejar un sentido práctico

que permita acercarse a una realidad que cada vez más emancipadora en el Departamento del

Atlántico porque existen escenarios que deberían considerarse como aportes de sostenibilidad y de

mejoramiento de los elementos proteccionales a la mujer.

Como es bien reconocido que el fenómeno de la violencia de género va a producir un

detrimento muy importante en la salud física y psicológica de las mujeres que padecen esta
situación en su diario vivir. Y aunque el propio maltrato puede dañar muchas de sus capacidades

de resiliencia, se puede trabajar para potenciarlas y recuperarlas. Así, la mujer se va empoderando,

va siendo más consciente de su situación, y estará más preparada a los nuevos estándares a los que

debe enfrentarse y sobre todo al tipo de dificultades que se va a encontrar para salir de su relación

de violencia.

Para esto es necesario considerar que los expertos, profesionales, y entre ellos los sanitarios/as

por muchos factores mencionados, a veces no son capaces de ayudar a estas mujeres

adecuadamente, con lo cual deben ser formados, romper sus prejuicios y buscar nuevas

herramientas para hacerlo mejor y de esta mejor crear una oportunidad más social y de

mejoramiento de oportunidades en un mundo que cada vez está convirtiéndose en un proceso de

unión y de diversidad de género.

Con todo esto se puede apreciar distinguir entonces que el concepto de la resiliencia es una

perspectiva interesante para la valoración y tratamiento de las mujeres y ahora también los niños

que están sufriendo esta violencia sexista.

Como se ha mencionado, aporta herramientas útiles y aplicables, como las cualidades de

Grotberg, la casita de Vanistendael o simplemente el introducir en la valoración clínica preguntas

sobre sus cualidades internas y apoyos externos (pilares de la resiliencia individual).

Existen escasas investigaciones que relacionen la aplicación de la resiliencia en la violencia de

género, pero se ha recomendado por los expertos internacionales su utilización e investigación.

En cuanto a la infancia, como se ha visto, el que la madre se convierta en resiliente es uno de

los factores más importantes para que los niños y niñas también lo sean.
Desde pediatría y atención primaria es necesario promover la resiliencia de los/as infantes y

adolescentes estimulándoles a la creación de vínculos y relaciones estables y alentando a las

personas adultas que los cuidan a creer en ellos y educarlos en un ambiente abierto y responsable.

Es importante trabajar con ellos de forma crítica y realista lo que les está pasando y así impedir

que repitan el proceso de sexismo y violencia cuando se conviertan en adultos.

Se aportan en el este artículo unas propuestas prácticas para su aplicación por los profesionales

en general, y en particular en el ámbito médico, en la valoración de las mujeres que están sufriendo

esta violencia. Se la atenderá de una manera global, flexible, aceptando sus contradicciones y

considerándolas la pieza principal del proceso terapéutico.

Sin olvidar todas las ayudas que deben serle prestadas, desde el principio se la debería estimular

a utilizar sus propias capacidades. Desde la detección del caso, se la propondrá acudir a la consulta

programada para más tranquilamente, ir analizando con ella los distintos recursos de los que

dispone y cómo utilizarlos. Así, reflexionando sobre lo que le está pasando, y con su ritmo y sus

decisiones, alcanzará los objetivos que se vaya proponiendo.

Ahora, hablar del tema de la resiliencia en la mujer como una problemática de carácter público

y con el direccionamiento de una serie de objeto con políticas sociales, es interesante destacar

como en países en desarrollo como Chile, convirtiéndolo básicamente en un problema público

direccionó los diferentes elementos alternos en problemas públicos construidos por los mismos

actores y que éstos se encuentra en escenarios de intercambio y confrontación; por otro lado está la

experiencia de la violencia como un problema público, a través de la historia y la misma

constitución de la mujer como sujeto social en su organización se incluye en lo que representa las

características de género.
La construcción de los problemas públicos actualmente se ha convertido en garantías de

vincularse en su entorno y que pueda transformarse en su centro de atención para luego tomar

iniciativas de dominio político.

En conclusión, se puede distinguir que el problema de la resilidencia en la mujer en la costa

Caribe y especialmente si esta se está dando de manera a nivel pareja a la que están expuestas las

mujeres puede cesar a lo largo del tiempo, siendo más probable el cese de la violencia física que el

de la violencia psicológica. La culminación de la convivencia con la pareja violenta favorece la

recuperación de la salud física de las mujeres y además de esto su dignidad como personas y como

seres humanos en una sociedad que prácticamente aún es muy machista. El estado de salud física

deteriorado en las mujeres víctimas de violencia de pareja puede mejorar a lo largo del tiempo. El

cese de la violencia física favorece la recuperación de la salud física de las mujeres que habían

estado expuestas a la misma.

La continuación de la violencia psicológica perjudica la recuperación de la salud física de las

mujeres expuestas a la misma. Se puede apreciar también que el apoyo social percibido por las

mujeres favorece la recuperación de la salud física. Existe una clara percepción negativa en torno a

los acontecimientos vitales perjudica la recuperación de la salud física de las mujeres.

Es el mismo funcionamiento del sistema inmune deteriorado en las mujeres víctimas de

violencia física/psicológica puede mejorar a lo largo del tiempo. La finalización de la violencia

física favorece la recuperación del sistema inmune de las mujeres previamente expuestas a la

misma y es el mismo mantenimiento de la violencia psicológica no impide la recuperación del

funcionamiento del sistema inmune.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que actualmente existe un amplio consenso en que
los medios de comunicación juegan un rol importante en la concienciación sobre el problema de la

agresión a la mujer, y prácticamente todas las instancias y voces que tratan el tema dedican al

menos un espacio para llamarlos a tener una actitud acorde a su responsabilidad como

informadores, productores y reproductores de imágenes beneficiosas o perjudiciales para hacer

frente al problema.

Dicho lo anterior, hay que matizar que en ningún caso los medios de comunicación son los

únicos estamentos sociales que educan o marcan nuestro conocimiento y actitudes respecto a la

violencia de género, y que actúan junto a otras estructuras sociales como la familia, la escuela o la

iglesia. Además, en el tema concreto que nos ocupa, los grupos feministas y las asociaciones de

apoyo a las mujeres maltratadas han jugado un papel clave en su reconocimiento público.

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Francisca infante

Alexandra alvarez

Claramon

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