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Cátedra: IMPACTO AMBIENTAL MINERO – ING.

EN MINAS

RESIDUOS TOXICOS

Metales pesados: elemento químico, muchos de los cuales son tóxicos para los seres
vivos, presentan un peligro ambiental debido a su uso extensivo, a su toxicidad – son
totalmente no degradables, se acumulan en los sistemas ambientales - y a su amplia
distribución.
Se encuentran cerca de la parte inferior de la tabla periódica, con lo que sus densidades son
altas en comparación con los otros materiales.
Los metales pesados: Hg, Pb, Cd y As no son particularmente tóxicos como elementos
libres en su forma condensada, sin embargo son peligrosos en su forma catiónica y también
enlazados a cadenas cortas de átomos de carbono (excep: el vapor de mercurio es
altamente tóxico)

Bioquímicamente el mecanismo de su acción tóxica proviene de la fuerte afinidad de los


cationes por el azufre. Así, los grupos sulfhidrilo, SH, los cuales están presentes
comúnmente en las enzimas que controlan la velocidad de las reacciones metabólicas
críticas en el cuerpo humano se enlazan fácilmente a los cationes metálicos ingeridos o a
las moléculas que contienen los metales. Debido a que el enlace resultante metal – azufre
afecta a todo el enzima, éste no puede actuar normalmente y la salud humana queda
afectada adversamente, y a veces de forma fatal. Un tratamiento medico común para tratar
el envenenamiento agudo por metales tóxicos, es la administración de un compuesto que
atrae al metal, incluso mas intensamente que lo hace el enzima, después el combinado
metal – compuesto se disuelve y se excreta del cuerpo.

Los últimos sumideros de los metales pesados son los suelos y los sedimentos. Los Metales
pesados se acumulan en la capa superficial del suelo y por tanto pueden ser absorbidos por
las raíces de las plantas y cultivos.
Los metales pesados quedan retenidos en el suelo por medio de tres vías: por adsorción en
la superficie de las partículas minerales, por complejación con las sustancias húmicas en
las partículas orgánicas y por reacciones de precipitación.

El suelo contaminado se encuentra a menudo no solo cerca de lugares de vertido y de


industrias químicas, sino también cerca de cañerías y de estaciones de combustibles.
Actualmente las tecnologías disponibles para la remediación de los sitios contaminados
pertenecen a tres categorías principales:
- Contención o inmovilización (solidificación, vitrificación)
- Movilización (lavado)
- Destrucción (oxidación, bioremediación, electroquímica)

La toxicología del Arsénico ha sido estudiada desde muy antiguo. En la naturaleza se


encuentra tanto en estado libre como combinado, integrando muchos minerales. Tiende a
formar compuestos orgánicos altamente liposolubles. La intoxicación puede producirse por
ingestión de aguas contaminadas y de alimentos. Una vez absorbido, el arsénico se
distribuye por las distintas partes del cuerpo y se acumula en el hígado, riñones, pulmones,
dientes, pelo, uñas. Sus efectos pueden ser cancerígenos en piel, pulmones, mutágenos,
provocando esterilidad, muerte del feto y anomalías congénitas. Se han calculado periodos
de latencia de 30 a 40 años.
Cátedra: IMPACTO AMBIENTAL MINERO – ING. EN MINAS

El hombre emite a la atmósfera y al suelo unas 450.000 toneladas anuales de Plomo, mas
del doble de lo que emite propia naturaleza. En el suelo el plomo se acumula en las raíces
de las plantas, pasando también a las cadenas alimentarias, en este caso a través de las
lombrices de la tierra. Entra en el organismo humano junto con los alimentos o por las vías
respiratorias, acumulándose en el hígado riñones y huesos. Produce aberraciones
cromosómicas y otras alteraciones, especialmente en los espermatozoides.

El Cromo siempre se encuentra en la naturaleza como elemento secundario formando


parte de diversos minerales. Las emanaciones de cromo se dispersan por el ambiente y
pueden ocasionar desde daños leves hasta distintos tipos de cáncer. La intoxicación suele
producirse por vía digestiva, debido a alimentos contaminados especialmente peces, y a
través de la piel y de las mucosas nasales y oculares.

Una vez liberado en el ambiente el Mercurio se ioniza y se transforma en una serie de


compuestos que pueden ingresar en los organismos tanto por inhalación como por vía
digestiva o a través de la piel. En los animales superiores el mercurio tiende a acumularse
en las células del sistema nervioso central, donde produce daños irreversibles. En los
ecosistemas acuáticos se forma un compuesto orgánico especialmente peligroso: el metil –
mercurio, causante de la intoxicación en Minamata (Japón) en 1950 y que recientemente ha
protagonizado otras intoxicaciones masivas en Sudamérica.

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