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Mariposa negra (Lino Solís de Ovando, Grupo Editorial Norma) Para jóvenes a partir de 15 años

La protagonista de esta historia es una chica albina, alejada de la sociedad porque se siente diferente y
porque ha sido despreciada en muchas ocasiones.

El primer capítulo pinta bien. Se presenta como una novela diferente, acerca de un personaje original
en la literatura juvenil. La muchacha albina sale por las noches de su casa para robar la
correspondencia de sus vecinos. Su mayor entretenimiento es abrir estas cartas, leerlas para espiar en
la vida de los demás, y componer la correspondencia para dejarla en su lugar.

Sin embargo, esta llamativa historia se corta en seco. La madre de la chica se suicida (y su padre se ha
ido hace años de la casa). Después de un tiempo, la muchacha recibe una carta que supuestamente le
había dejado su mamá antes de morir. En ella le dice, entre otras cosas, que no le gustó ser su madre.
Además le pide que visite a todos sus hermanos; es decir, a los tíos maternos de la chica.

Ella toma el carro y visita a estos parientes, personajes raros que le ayudan en muy poco y le muestran
casi nada de cariño y apoyo. El primero es un hombre obeso y enfermo, que vive encerrado con su
enfermera. Hay también una tía que quiso ser monja, pero como la violaron en la juventud, se
enclaustra en una finca orgánica donde se dedica a cultivar y a poner animales muertos sacrificados en
una pequeña capilla. Hay un tío guapo y rico, que perdió a su esposa por no querer aceptar a un bebé
con Síndrome de Down que venía en camino.

La verdad resulta absurdo todo este viaje del que la joven no saca nada (salvo que uno de sus tíos le
ofrezca pagarle los estudios de universidad). Y el final de la historia resulta mucho más absurdo aún, La
joven se encariña con un perro callejero que termina siendo su propio padre reencarnado (¡¡!!). Ella se
entera de ello porque por casualidad da con un centro comercial donde una "medium" tiene un puesto
de venta. Esta mujer le traduce lo que quisiera decirle el perro.  El papá está arrepentido de su
comportamiento cuando era humano. Además, el perro revela que fue él quien le envió la carta que
supuestamente había escrito la madre antes de morir (¿Y es que la chica no conocía la letra de su
mamá?).

Lo que no explica el perro es por qué diablos envía a la chica a visitar a unos tíos extravagantes y con
poco que aportar. El final es triplemente absurdo y decepcionante.

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