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Población y Desarrollo:

Enfoques Alternativos de los


Estudios de Población

Eramis BUENO SÁNCHEZ

Zacatecas, noviembre del 2003


PRESENTACIÓN

El Presente trabajo tuvo su génesis en un esfuerzo realizado casi diez años atrás, por
ordenar y dar una determinada sistematización a ideas y contenidos vertidos en cursos y
seminarios sobre población y desarrollo que el autor tuvo la oportunidad de compartir en el
Instituto de Investigaciones Sociológicas y en la Facultad de Ciencias Sociales de las
universidades Mayor de San Andrés de Bolivia y Autónoma de Zacatecas en México,
respectivamente.

Después de transcurrido ese período, la instalación de nuevas temáticas en materia


de población y desarrollo y el agotamiento de la primera edición, han animado al autor a
elaborar esta segunda, corregida, actualizada y aumentada.

Al igual que en su primera edición con este libro se trata de dar cuenta de lo que el
autor identifica como tres enfoques o perspectivas en los estudios de población vinculados
estrechamente: el demográfico, el económico, y aquel desde las relaciones entre población
y desarrollo; tratando de cubrir con ello, en forma introductoria, un amplio panorama de los
estudios e investigaciones que tienen como objeto a la población como categoría
demográficamente identificable, base de la actividad económica y sujeto y objeto del
desarrollo.

De manera más o menos simultánea con este trabajo el autor ha concluido otros
enfocados a la problemática actual de las relaciones entre población en el contexto de la
globalización, y donde se revisan, todavía de forma preliminar, aspectos tales como la
perspectiva de género en los estudios de población y el tema de la vulnerabilidad
sociodemográfica. La presente versión incluye de alguna manera estos aspectos que se
revelan como parte de los ejes que actualmente articulan las relaciones entre población y
desarrollo.

El autor desea dejar constancia de su agradecimiento a profesores y estudiantes que


han utilizado el texto en su labor y que oportunamente han realizado comentarios y
sugerencias que fueron de mucho valor para elaborar esta nueva versión del libro.
Agradezco al Maestro Enrique Romo Gamboa por su apreciable labor en la elaboración de
esta versión para la Página Web de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la UAZ.
Debo un agradecimiento final a la Profesora Glora Valle Rodríguez por la revisión paciente
de la primera edición y las valiosas propuestas para conformar la presente.

Zacatecas, México, otoño del 2003

2
INDICE
Introducción 6

Los estudios de población 6


Concepto de población 6
Necesidad de enfoques totalizantes 9
Dificultades que presentan los estudios de población 10
Premisas comunes a los estudios de población 10
Carácter interdisciplinario de los estudios de población 11
Carácter multidisciplinario de los estudios de población 11
Enfoque por problemas 13

Perspectivas teóricas de los estudios de población 15

Perspectiva demográfica 15
El factor demográfico 14
El sistema demográfico 16
La Demografía. Objeto y estructura 17
Indicadores y variables demográficos 20
El crecimiento de la población y su ritmo 23
La mortalidad 25
Las medidas de la mortalidad 26
La fecundidad 30
Las medidas de la fecundidad 30
Las migraciones 35
Los barrios insalubres 40
La migración internacional 41
La transición demográfica 44
Limitaciones del concepto de transición demográfica 47
Las transiciones demográficas 48
Las transiciones pasadas y la presente 48
La situación demográfica mundial 49

Perspectiva económica 57

La población como base de la actividad económica 57


El ejército industrial de reserva 58
El valor de la fuerza de trabajo y sus componentes 60
Empleo, desempleo y subempleo 61
Conceptos relacionados con la población como base de la actividad económica 63
Recursos humanos y laborales, fuerza de trabajo y población económicamente 63

3
activa
La fuerza de trabajo 65
Concepto de empleo, desempleo y subempleo 67
Las fuentes de información para los estudios de la fuerza de trabajo 68
Medidas de la participación de la población en la actividad económica 71
Pronóstico de los recursos laborales 76
Métodos más generales de pronosticación 77
Proyección de las tasas de actividad 78
La distribución de la fuerza de trabajo 81

Satisfacción de necesidades y nivel de vida. Estrategias de 84


existencia y sobrevivencia

Necesidades y satisfacción de las mismas 85


Generación de necesidades 85
Carácter diferencial y jerarquía de necesidades 86
Estrategias de vida y sobrevivencia 86
Nivel de vida. Elementos metodológicos para su medición 87
El índice compuesto de la calidad física de la vida ICFV 88
Otras medidas asociadas al nivel de vida 91
El índice de desarrollo humano IDH 91
El índice de pobreza humana 94

Perspectiva desde las relaciones entre población y desarrollo 96

Introducción 96
De los “determinantes y consecuencias” a la “relación población desarrollo” 100
Hacia las relaciones entre población y desarrollo 104
América Latina y su transición demográfica 108
La doble relación entre población y desarrollo 110
Integración de la población en los planes y programas de desarrollo 111
El tema recurrente de las políticas de población 114
El concepto de políticas de población 114
Políticas nacionales de población y estrategias de desarrollo 115
Otros tipos de políticas 116
Políticas asociadas a programas y proyectos de desarrollo 117
Las políticas demográficas 119
El antecedente de las políticas de población 120
Las políticas de población en América Latina 120
El impacto o efecto demográfico de proyectos de desarrollo 122
Proyectos de desarrollo 122
Impactos de proyectos de desarrollo 124
Algunos presupuestos teórico-metodológicos 125
Hipótesis sobre impactos: Los diagramas de Pozo y Bilsborrow 129
Efectos sobre las migraciones 130
Efectos sobre la mortalidad y la morbilidad 131

4
Los efectos sobre la fecundidad 133
Una nueva hermenéutica de las relaciones entre población y desarrollo 135
Población y pobreza en la era de la globalización 144
Soluciones pospuestas. La pobreza nos quita el sueño 151
Rostro femenino de la pobreza. La perspectiva de género 157
Pobreza y empleo 161
Economía de la pobreza. Informalidad y neoinformalidad 167
La neoinformalidad 172
Incidencia del empleo en la pobreza femenina 176
Migración laboral y globalización 180
El tema de la vulnerabilidad 183
Bibliografía citada y consultada 192

5
INTRODUCCION

LOS ESTUDIOS DE POBLACIÓN

Concepto de población

La población es conceptualizada aquí como la asociación de personas que se


autoreproducen y desenvuelven las actividades de su vida en el marco de determinadas
comunidades sociales. Los individuos que la integran son seres sociales, es decir,
participan de las relaciones sociales que se dan en el seno de la comunidad social, tales
como, relaciones de trabajo, relaciones de intercambio, etcétera. La población siempre
existe en marcos espacio-temporales concretos, en particular, salvo las poblaciones
nómadas, toda población está asociada a un determinado territorio.

El conjunto de personas que integra la población no es estático, sino que se encuentra en


permanente desarrollo, expresado no solamente en la dinámica de sus indicadores
cuantitativos, sino también, en el cambio de las características cualitativas en cada etapa
histórica del desarrollo de la sociedad. La población siempre existe en marcos
espacio-temporales concretos.

Los estudios de población se definen aquí, como aquellos que están dirigidos a identificar,
plantear, investigar y solucionar problemas de población desde tres perspectivas o enfoques
-separables solamente en un ejercicio de abstracción - que llamaremos perspectiva
demográfica, perspectiva económica y a falta de otra denominación, perspectiva desde la
relación población-desarrollo.

Hay que poner énfasis de inmediato en el hecho de que esta distinción de diferentes planos
de enfoques no puede ser absoluta en tanto nos encontramos ante un objeto de estudio
interdisciplinario. En verdad las relaciones de los factores económico-sociales y en
particular demográficos no deben estudiarse de forma aislada ya que conforman un sistema
en el cual la variación de uno de sus componentes hace variar al sistema en su conjunto, o
alguna de sus partes.

En estos estudios la población se toma como categoría demográficamente identificable, es


decir los conceptos de tamaño, dinámica, estructura por edades y sexo, propios de los estudios

6
demográficos conforman la perspectiva demográfica. Dentro de esta perspectiva ocupan un
lugar central los conceptos de reproducción y distribución de la población y especialmente de
su crecimiento

Se admite el concepto de reproducción en sentido amplio, la cual incluye los cambios que se
operan en la población por el movimiento mecánico (migración) al igual que por la llamada
movilidad social, es decir, el desplazamiento de los individuos de un grupo social a otro
(grupos de clases, de profesionales, étnicos, de instrucción, etc.).

Estos fenómenos operan, o mas bien, son efecto de la peculiar forma de accionar de un
subsistema especial de la sociedad que algunos denominan sistema demográfico y cuyos
componentes (mortalidad, natalidad y migraciones), sus relaciones y determinantes están
suficientemente estudiados en la Demografía. Hay que decir inmediatamente, que el desarrollo
de la población como un complejísimo sistema, significa no solo el aumento del tamaño de la
misma, sino que este último está acompañado constantemente, por cambios en su estructura
por edades y sexos, esperanza de vida, estado civil, mortalidad por grupos de edades, etc.

Los cambios en el nivel de acción o en la dinámica de las variables, en primer lugar, se


encontrarán condicionados por la situación e historia, tanto del sistema demográfico y de las
áreas, social, económica, política y cultural, como de las asociaciones de éstas con aquel; en
segundo lugar, que esos cambios en la evolución de una variable poblacional, por una parte,
provocan modificaciones en el resto del sistema demográfico e inciden en el desarrollo de las
señaladas áreas y, por otra parte, dichos cambios se verán alterados, ulteriormente, por las
mismas modificaciones directas e indirectas que ellos impulsaron de manera original.

Al mismo tiempo se le conceptualiza a la población como la base de la actividad económica.


Esta perspectiva parte del reconocimiento de la estrecha relación que existe entre la
reproducción de la población y sus condiciones de vida y trabajo, lo cual conduce al mismo
tiempo al reconocimiento de las múltiples dependencias entre los procesos de reproducción de
la población y otros procesos socioeconómicos.

El enfoque se fundamenta en el hecho de que siendo la reproducción de las fuerzas


productivas condición imprescindible del desarrollo de la sociedad, se hace necesaria la
reproducción de la fuerza de trabajo como parte fundamental de la primera. Mientras tanto, la
reproducción de la fuerza de trabajo tiene como base la reproducción de la propia población y
el restablecimiento de las energías consumidas por el individuo en el proceso de producción,
de manera que pueda realizar en cada jornada el mismo trabajo en cantidad y calidad.

La población como categoría socioeconómica representa la unidad de la fuerza productiva


fundamental y de consumo de la sociedad. Al tiempo que una considerable parte de la
población es la fuerza productiva fundamental de la sociedad, toda la población, incluida la
parte mencionada, representa la fuerza de consumo de la sociedad. La población es el
consumidor fundamental de toda la producción elaborada. En consecuencia, sin el
funcionamiento de determinada parte de la población en forma de fuerza productiva
fundamental de la sociedad, sería imposible la satisfacción de las necesidades de aquella, y por
consiguiente, su existencia misma.

7
El funcionamiento simultáneo de toda la población en calidad de fuerza de consumo,
representa un aspecto necesario del proceso de reproducción. Es decir, ambos aspectos se
complementan y se condicionan mutuamente.

Es decir que del hecho de que la reproducción de las fuerzas productivas es la condición
imprescindible del desarrollo de la sociedad, se desprende la necesidad de la reproducción de
la fuerza de trabajo como parte fundamental de la primera. Mientras tanto, la reproducción de
la fuerza de trabajo tiene como base la reproducción de la propia población como sistema
sociodemográfico.

El concepto de población se completa con el hecho de que la misma es el objeto y sujeto del
desarrollo. El desarrollo debe contribuir a satisfacer las necesidades tanto materiales como es-
pirituales de la población, que conforman sus condiciones de vida. A su vez, la población es el
sujeto del desarrollo en tanto factor principal de la producción de bienes y servicios y consu-
midora de los mismos. i. e. es la base de fundamental de la actividad económica, como se ha
indicado más arriba. Se reconoce el hecho de que el conocimiento sobre las relaciones entre el
comportamiento de las variables demográficas y el cambio socioeconómico en las situaciones
históricas concretas de los países, constituye un elemento básico para lograr la integración de
las llamadas políticas demográficas al proceso de planificación del desarrollo.

Fenómenos tales como la pobreza, la redistribución del ingreso y su solución están siendo
enfocados dentro del contexto de las relaciones entre población y desarrollo, y donde los
elementos fundamentales de la relación no podrían continuar siendo abordados, el primero
como simple dato estadístico y elemento exógeno al sistema económico, y el último como
idéntico a crecimiento económico.

"Como sujeto y objeto del desarrollo, la población refleja a través de sus múltiples y variadas
características el grado, nivel o estadio de desarrollo de la sociedad. En consecuencia, es lícito
-teórica y metodológicamente - identificar el concepto "desarrollo de la población" con
aquellos cambios y transformaciones que tienen lugar en las características de la población"1.

La perspectiva de los estudios de la población a partir de la relación población-desarrollo,


parte de una reconsideración de los términos en que la misma ha sido planteada y que afirma,
como lo ha hecho Andras Uthoff, que esas relaciones deben analizarse en torno al concepto de
nivel de vida de la población y que ellas se manifiestan en gran medida en el mercado de
trabajo, ya que es allí donde las familias contribuyen al desarrollo económico con su trabajo y
se benefician del desarrollo económico por los ingresos y los salarios percibidos2.

En el abordaje de la temática se reconoce la instalación nuevos aspectos en el debate sobre la


relación población desarrollo. Se trata en particular, de la naturaleza del desarrollo sustentable
y del candente problema de hasta qué punto un necesario crecimiento económico sostenido-
asistido de la equidad que claman millones de seres humanos en el mundo- puede satisfacer

1. Ver: González Q. Fernando; Características socioeconómicas de la población.


Publicaciones del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). Universidad de la Habana.
2. Ver: Uthoff A., Población y Desarrollo en el Istmo Centroamericano. Revista de la CEPAL, no.
40, Abril, 1990, Pág. 139

8
las necesidades de un creciente número de pobladores del planeta sin erosionar la base de
recursos naturales de la que depende el desarrollo.

En otro orden de cosas, la situación poblacional de cualquier país, sus estados, municipios,
etc., constituye una fuente de situaciones problemáticas que incita a plantear problemas de
carácter científico. De hecho el planteamiento y la selección de los problemas científicos se
producen justamente, por niveles de la práctica humana tales como la práctica productiva y la
científica.

Los estudios de población con un tono interdisciplinario pueden prevenir el que las
desarmonías o los desequilibrios que suelen producirse entre el crecimiento de la población y
el desarrollo, tengan que ser afrontados cuando ya se estén generando tendencias negativas en
la economía o serias amenazas a la calidad de vida de la población, o sea, cuando alcancen tal
magnitud, que se constituyen en verdaderos semáforos de anuncio de graves problemas, que
puedan adquirir una dimensión política.

Es así como, lo que justifica y reclama la interdisciplinariedad, son esa complejidad del objeto
y sus problemas asociados; esos efectos sistémicos e integrales que claman por el abordaje
desde una perspectiva interdisciplinaria.

Al identificarse como sujeto y objeto del desarrollo, la población refleja a través de sus
múltiples y variadas características, tanto cuantitativas como cualitativas, el grado, nivel o
estadio de desarrollo de la sociedad.

Necesidad de enfoques totalizantes

La población como objeto de estudio y los problemas asociados al mismo que reclaman por
su propia naturaleza, de un enfoque interdisciplinario están asistidos de aquella idea que
Johann Goethe pusiera en el meditar de su inmortal Fausto: De que manera más
admirable cada cosa de por si trabaja para la grande obra universal. Cómo viven unas en
otras y se ponen en acción todas las actividades.

No es casual que la División de Población de las Naciones Unidas abordara hace unos años
el desarrollo de una concepción e instrumentos sistémicos para plantear el problema
Desarrollo- Demografía3.

Se ha ido ganando conciencia de que es necesario acudir a enfoques totalizantes que


incluyan junto a los factores demográficos y económicos, otros tales como los

3. Ver: United Nations. The Work of the Task Force on Interrelationships between population
and development. Prepared by the Population Division of the Department of International
Economic and Social Affairs of the United Nations Secretariat, ESA/P/WP.76, nov. 1981.

9
socioculturales, políticos, medioambientales, frecuentemente de carácter cualitativo y de
difícil medición. El enfoque sistémico debe contribuir a interpretar las múltiples
interrelaciones que existen entre los fenómenos demográficos y los no demográficos.

Es decir, que de manera general los estudios de población están referidos a los vínculos
entre procesos socioeconómicos y poblacionales.

Dificultades que presentan los estudios de población

Se destacan -como lo hace Corona- algunas dificultades principales que presentan estos
estudios, a saber4,

1) insuficiente existencia de equipos de trabajo interdisciplinarios, que abordando un tema


sociodemográfico, incluyan consideraciones teóricas con fundamento empírico,

2) los cientistas sociales, con mayores conocimientos teóricos, poseen menor conocimiento
en técnicas e indicadores demográficos,

3) los demógrafos, que hacen una adecuada utilización de la información estadística e


indicadores, muestran poca preocupación por los procesos macroestructurales.

Premisas comunes a los estudios de población

Los estudios de población parten de algunas premisas comunes que se resumen en que:

a) la humanidad no puede existir de otra forma que reproduciéndose constantemente a si


misma, lo que presupone determinadas condiciones. El estudio y aprehensión de estas
condiciones representan un interés directo para los procesos de dirección de la sociedad en
todos sus aspectos.

b) los procesos de reproducción de la población son cambiantes. Las variaciones están


condicionadas por las propias leyes del desarrollo socioeconómico y reflejan el particular
efecto de los factores y procesos demográficos.

c) los procesos de reproducción de la población se caracterizan por poseer una autonomía


relativa.

d) los procesos demográficos, suelen variar lentamente en el tiempo, exhibiendo una


relativa inercia.

4. Ver: Corona, R; y otros: Problemas metodológicos de la investigación sociodemográfica.


Ed. El Colegio de México, México 1986.

10
Carácter interdisciplinario de los estudios de población

La simple intuición propone pensar que tanto la población como objeto de estudio, como
los problemas que suscitan este quehacer que nos ocupa, llama a realidad lo que en teoría se
ha venido repitiendo obstinadamente en cuanto al enfoque de nuestras investigaciones: la
interdisciplinariedad.

Hablar de interdisciplinariedad con nombre propio y letra mayúscula requiere de inmediato,


abrir compuertas que nos lleven en fin de cuentas a una necesidad de tal enfoque que
trascienda lo teórico para encontrar validación en la práctica.

Esas compuertas se refieren en una parte, a la naturaleza del objeto de investigación que
abordamos, mientras que de otra a los problemas mismos que requieran de solución, y por
lo tanto de las correspondientes propuestas que en términos de resultados genera el
quehacer científico.

La situación poblacional de cualquier país, constituye una fuente de situaciones


problemáticas que incita a plantear problemas de carácter científico. De hecho el
planteamiento y la selección de los problemas científicos se producen justamente, por
niveles de la práctica humana tales como la práctica productiva y la científica.

Los estudios de población con un tono interdisciplinario pueden prevenir el que las
desarmonías o los desequilibrios que suelen producirse entre el crecimiento de la población
y el desarrollo, tengan que ser afrontados cuando ya se estén generando tendencias
negativas en la economía o serias amenazas a la calidad de vida de la población, o sea,
cuando alcancen tal magnitud, que se constituyen en verdaderos semáforos de anuncio de
graves problemas, que puedan adquirir una dimensión política.

Es así como, lo que justifica y reclama la interdisplinariedad, son esa complejidad del
objeto y sus problemas asociados; esos efectos sistémicos e integrales que claman por el
abordaje desde una perspectiva interdisciplinaria.

Carácter multidisciplinario de los estudios de población

Independientemente de la Demografía como una de las ciencias que estudia la población,


existen otras disciplinas que guardan relación con la misma.

Así por ejemplo, la Sociología desempeña un papel fundamental en la investigación de los


problemas de la población. Teniendo como objetivo de estudio tanto a la sociedad como

11
sistema integral, a la vez que determinadas instituciones, procesos y grupos sociales,
analizados en su relación con el contexto social, esta ciencia contribuye a la investigación
de múltiples aspectos que guardan relación con los estudios de población, como son por
ejemplo, la familia, el hogar, el trabajo, la vida cotidiana, la utilización del tiempo libre, las
estructuras socio-profesional, socio-étnica, socio- demográfica, socio-territorial y otras.
Precisamente, la sociología de la población constituye una de las ramas de esta ciencia que
se nos presenta, en buena medida, como una intersección entre la Sociología y la
Demografía.

A su vez, la Psicología Social contribuye a estudiar aquellos aspectos de la conciencia de


los individuos que los lleva a determinados comportamientos tales como el elegir un
determinado lugar de residencia, un determinado tipo de actividad laboral, el número de
hijos en la familia, etc.

La Economía Política aporta conocimientos sobre las características del modo de


producción en las distintas formaciones socioeconómicas poniendo de manifiesto las leyes
político-económicas del desarrollo de la población inherentes a cada una. La naturaleza de
las relaciones de producción determina en buena medida el estado y desarrollo de la
población en aspectos tales como el nivel ocupacional y la distribución por sectores
económicos, los tipos sociales de trabajadores, etc. En particular, la Economía de los
Recursos Laborales tiene una estrecha relación con los estudios de población y en
particular con la Demografía. Precisamente los aspectos demográficos de los recursos
laborales constituyen un elemento imprescindible para determinar la cuantía y ritmos de
crecimiento de los mismos.

La así llamada Higiene Social, utilizando métodos estadísticos, aborda el estado de la


salud tanto de la población como el de sus diferentes grupos por separado, tratando de
descubrir la influencia que sobre dicho estado ejercen los factores sociales y económicos
tales como las condiciones de trabajo, el modo de vida, el descanso, la alimentación, la
organización de la asistencia médica, etc.

La Etnografía al estudiar las comunidades étnicas con sus particularidades en la cultura y


las costumbres y la Antropología como ciencia que estudia al ser humano en sus formas
físicas y su origen, así como la formación y extensión de las razas humanas, hacen un
aporte inestimable a los estudios de población

De particular relevancia en los estudios de población resulta ser la Geografía de la


Población que se ocupa de la relación de ésta con el territorio. El objeto directo de la
geografía de la población5 es el sistema que incluye a la gente y sus relaciones espaciales y
en el que se dan los procesos geográficos que modifican dichas relaciones: cambia la
distribución de la gente en el territorio, la estructura poblacional de las regiones, etc.

Este conjunto de ciencias, estrechamente ligadas a la Demografía, sintetizan en buena


medida el enfoque multidisciplinario de la población, elucidando la dependencia entre los

5. Ver al respecto: Alexéev A., Geografía de la población con fundamentos de Demografía.


Edit. Progreso, Moscú, 1987, Págs. 11-15

12
distintos aspectos del desarrollo de ésta y descubriendo formas de cooperación de los
especialistas ante ese objeto de estudio común que es la población.

Se considera que la Demografía y la teoría general de la población constituyen las


disciplinas que contribuyen a armonizar a ese conjunto de ciencias que guardan relación
con la población como objeto de estudio. No debe dejarse de mencionar a la Estadística de
la Población como la rama más desarrollada de la Demografía que se ocupa del desarrollo
de métodos de registro de la población (incluido el censo, las estadísticas vitales,
observaciones selectivas, etc.), los índices para caracterizar los procesos y estructuras
demográficas y los métodos de pronostico del tamaño y estructura de la población.

"En el nexo de la demografía con otras ciencias surgen nuevas orientaciones de


investigación. En la intersección de las esferas de la demografía y la etnografía apareció la
demografía étnica que tiene por objeto determinar la composición nacional de los
habitantes de países y regiones y de estudiar la dinámica del número de habitantes de los
pueblos. En el límite con las ciencias médicas se forma la demografía médica, que estudia
la interacción entre la reproducción de la población y el estado de su salud (por ejemplo, la
relación entre el nivel de natalidad y el de mortalidad infantil, etc.)"6

Enfoque por problemas

Son múltiples los enfoques que priman al enfrentar esta temática, aquí nos moveremos
especialmente dentro de aquel que toma a los PROBLEMAS científicos y su solución
como la espina dorsal que vertebra las restantes consideraciones. Como ha afirmado con
razón Bunge, "Los problemas son el muelle que impulsa la actividad científica y el nivel de
investigación se mide por la dimensión de los problemas que maneja"7

La investigación científica, es decir aquella que se cumplimenta para los objetivos y con el
método de la ciencia, consiste en un tratar permanentemente con problemas, descubrirlos,
formularlos y en general luchar con ellos en busca de sus soluciones. Consecuentemente el
investigador se antoja el "problematizador par excellence" de quien nos habla Bunge. Este
debe ser un punto de partida inexcusable en los estudios de población.

El ser humano desarrolla su vida a través de la solución permanente de problemas de todo


tipo. Todos los problemas se agrupan en dos grandes tipos: Aquellos que pueden ser
solucionados mediante el sentido común y otros que necesitan del concurso de la ciencia.
Son estos los problemas científicos.

6. Ver: Alexéev A., Geografía de la población con fundamentos de Demografía. Edit.


Progreso. Moscú, 1987. Pág. 10
7. Ver: Bunge, Mario: La investigación científica. Ed.Ciencias Sociales. La Habana, Cuba,
1972.

13
La investigación científica existe en tanto que hay problemas que solucionar. La existencia
de problemas que el hombre no puede solucionar a través del sentido común y tiene que
recurrir a la ciencia.

Las investigaciones relativas a los problemas de población, caen de manera general en


aquel tipo de investigación social empírica en cuyo proceso se distinguen dos componentes
estructurales básicos, a saber: el diseño teórico de la investigación conformado por un
conjunto de cuatro elementos: El establecimiento de los objetivos, del problema, de las
hipótesis, y las variables y un segundo elemento -denominado por algunos autores como
etapas subsiguientes del proceso investigativo- muy interrelacionado con el primero y que
incluye la determinación de las unidades de estudio y decisión muestral; la elaboración de
los métodos para la recogida de la información; la aplicación de estos métodos y técnicas;
la organización y procesamiento de la información; el análisis e interpretación de los
resultados y el informe. Hay que especificar de inmediato que las investigaciones
sociodemográficas asumen estas características cuando dependen total o parcialmente de
información primaria, habiendo casos en los que la investigación puede realizarse en base a
información secundaria, siendo innecesarias entonces algunas de las etapas subsiguientes
del proceso investigativo.

En este trabajo se elaboran algunas ideas con énfasis en lo metodológico, que permitan
entregar elementos para el estudio de la población desde las tres perspectivas o enfoques
anunciados, poniendo el énfasis principal en aquella que aborda los estudios de población
desde las relaciones entre población y desarrollo.

14
PERSPECTIVAS TEÓRICAS EN LOS ESTUDIOS DE
POBLACIÓN

PERSPECTIVA DEMOGRÁFICA

El Factor Demográfico

Dentro de esta perspectiva ocupan un lugar central los conceptos de reproducción y


distribución de la población y especialmente de su crecimiento.

Se denomina reproducción de la población al proceso de sustitución o renovación de un


grupo de personas por otro, que se produce como efecto de los procesos de natalidad y
mortalidad en su interrelación con otros fenómenos y procesos sociales. (Reproducción en
sentido estrecho).

Se admite también el concepto de reproducción en sentido amplio, la cual incluye los


cambios que se operan en la población por el movimiento mecánico (migración) al igual
que por la llamada movilidad social, es decir, el desplazamiento de los individuos de un
grupo social a otro (grupos de clases, de profesionales, étnicos, de instrucción, etc.).

Además con frecuencia se advierte imprecisión en la terminología (movimiento natural,


mecánico y social), la cual como si contrapusiera el movimiento natural al social, a pesar de
que en esencia las tres formas de movimiento son sociales8.

Los procesos de la reproducción natural de la población como unidad de contrarios tales


como natalidad-mortalidad, nupcialidad-divorcialidad, movimiento social y espacial de la
población, conforman el factor demográfico en su dinámica. Estos procesos tienen como
efecto una determinada calidad y cantidad de población que se expresa a través de su
tamaño, ritmo de crecimiento, número y composición de las familias, estructura por sexo y
edades, estructura educacional y profesional de los ocupados en las esferas de trabajo
manual e intelectual.

8. Ver: Alexéev A., Ob. cit Pág. 9

15
Entre las características cualitativas se incluye también la salud. El número de migrantes, la
dirección y estructura de las migraciones, la distribución de la población en asentamientos
de diferentes tipos, constituyen también un componente importantísimo del factor
demográfico.

El sistema demográfico

Estos fenómenos operan, o mas bien, son efecto de la peculiar forma de accionar de un
subsistema especial de la sociedad que algunos denominan sistema demográfico y cuyos
componentes (mortalidad, natalidad y migraciones), sus relaciones y determinantes están
suficientemente estudiados en la Demografía. Hay que decir inmediatamente, que el desarrollo de
la población como un complejísimo sistema, significa no solo el aumento del tamaño de la
misma, sino que este último está acompañado constantemente, por cambios en su estructura por
edades y sexos, esperanza de vida, estado civil, mortalidad por grupos de edades, etc.

Se ha reconocido que las variables de estructura (composición por edad) y las variables de
movimiento (nacimientos y defunciones, en una población cerrada) mantienen relaciones de
dependencia mutua de tal forma que la estructura influencia el movimiento que a cambio
introduce modificaciones en la composición por edad. Esta relación es la base de los modelos de
crecimiento demográfico ya sea determinista o estocástico, discreto o continuo9.

Es decir, que se ha reconocido que los elementos que forman el campo de la fenómenos
demográficos interactúan condicionándose los unos a los otros. Cualquier alteración en algunos
provoca directa o indirectamente modificaciones en los demás. Por otra parte las modificaciones
pueden afectar a largo plazo o de inmediato el comportamiento del componente que inició el
cambio.

Es de esa suerte que las variables demográficas al relacionarse conforman un sistema con
dinámica y efectos propios, inserto en el marco de los desarrollos económico, social, cultural y
político de cualquier país o región.

Además, debe tenerse en cuenta que los cambios en el nivel de acción o en la dinámica de una de
las variables, en primer lugar, se encontrarán condicionados por la situación e historia, tanto del
sistema demográfico y de las áreas, social, económica, política y cultural, como de las
asociaciones de éstas con aquel; en segundo lugar, que esos cambios en la evolución de una
variable poblacional, por una parte, provocan modificaciones en el resto del sistema demográfico
e inciden en el desarrollo de las señaladas áreas y, por otra parte, dichos cambios se verán al-

9. Ver: Boulanger, P. M.: L'approche systemique et les sciences de la population: Une


introduction. En: Approche systemique en sciences de la population. Chair Quetelet'78,
Departement de Demographie. Université Catholique de Louvain, Ordina Editions.

16
terados, ulteriormente, por las mismas modificaciones directas e indirectas que ellos impulsaron
de manera original.

Hay que agregar de inmediato que lo sistémico en Demografía está generalmente acompañado de
relaciones no lineales y con múltiples condicionamientos que varían en dependencia de
diferentes ecosistemas. Es precisamente en una teoría de relaciones entre la población y su
entorno donde el enfoque de sistemas encuentra su plena legitimidad.

El factor demográfico del desarrollo social es un sistema complejo. Las fuerzas demográficas
motrices del desarrollo socioeconómico no se reducen al movimiento natural de la población:
natalidad-mortalidad. Componentes importantísimos del factor demográfico son la movilidad
social y las migraciones. Sin un análisis de las características cualitativas de la población se hace
imposible la comprensión del rol que el factor demográfico juega en el desarrollo social.

Cuando abordamos la población desde el punto de vista de su comportamiento en el tiempo,


indicativo de diferentes situaciones (estados) demográficas, lo primero que se nos ocurre es que
estamos frente a un cierto sistema dinámico, algo que, como expresa Ashby, puede cambiar con
el transcurso del tiempo. La dinámica del sistema se expresa precisamente, por acontecimientos
demográficos tales como los nacimientos y las defunciones. A estos movimientos naturales se
adicionan los movimientos migratorios, que al añadirse a los naturales constituyen la dinámica
general del sistema. En otro orden de cosas, se entiende por estado del sistema demográfico tanto
al tamaño que asume la población en un momento dado, como a su repartición en el espacio, su
composición por sexo y edad, por profesión, e incluso su nivel de instrucción y su estado de
salud.

La Demografía. Objeto y estructura

En particular la Demografía se ocupa del estudio de las regularidades y características


cuantitativas de la población tales como el tamaño de la población, el número de personas con
una determinada profesión, etc.

La Demografía es una ciencia relativamente joven que, en comparación con otras disciplinas
científicas, en la actualidad atraviesa la etapa inicial de su desarrollo.

En la Demografía no han sido elaborados, hasta ahora en su totalidad, una definición exacta, los
aspectos metodológicos precisos, la definición de los conceptos y las leyes de desarrollo. No
siempre se pueden establecer con claridad los límites entre la Demografía y otras ramas
científicas. Con frecuencia se confunde su objeto de estudio con el de otras disciplinas científicas,
por ejemplo, con el objeto de estudio de la estadística demográfica. Suele plantearse que la

17
Demografía es una ciencia interdisciplinaria, pero que constituye una disciplina científica
independiente con su objeto de estudio propio.

Existe consenso entre los demógrafos en que el objeto de estudio de la Demografía es la


reproducción de la población, en el sentido anotado anteriormente.

Se ha entendido antes el proceso de reproducción como la constante repetición de la procreación,


tanto a escala simple como ampliada, el proceso de reproducción es un concepto amplio, en el
cual están incluidos los aspectos cuantitativos y cualitativos del movimiento demográfico; por
consiguiente, el proceso de reproducción incluye tanto la reproducción de la especie como el
desarrollo demográfico.

La tarea de la Demografía se deducirá a partir de este complejo objeto de estudio. Consiste en


investigar las propiedades, relaciones, regularidades de la reproducción de la especie humana, y
su reflejo en las categorías y leyes de la Demografía. La reproducción del hombre se manifiesta
en el proceso histórico de crecimiento y desarrollo de la población, es decir, en el movimiento
demográfico.

El movimiento demográfico es siempre un proceso concreto, el cual tiene lugar en un medio


social históricamente concreto. El medio social, que está determinado por el sistema de
producción social, y por ende de la distribución, constituye las condiciones específicas de
existencia y reproducción de los hombres. Cada generación vive en un medio social
preestablecido. Toda su esencia, su actividad, su conducta y, dentro de esto, su conducta
demográfica, están determinadas por el carácter de este medio social preestablecido. A la vez, los
hombres influyen, por su parte, en el medio social preestablecido, lo modifican, y mediante su
actividad crean las condiciones para transformar este medio. Analizados de este modo, la
población y el medio social forman una unidad en la cual ambos factores están interrelacionados.

Dentro de esta unidad, el proceso de reproducción, junto con el proceso de trabajo, es la


condición básica para que continúen existiendo la población y el medio social.

La procreación es, en primer lugar, un proceso biológico. El período de fecundidad está


condicionado, en gran medida, por los aspectos biológicos en la especie humana.

El número de hijos que pueden ser procreados en este período está sujeto a límites biológicos. Sin
embargo, de las condiciones sociales dependerá en qué medida y con qué intensidad
aprovecharán positivamente los hombres su período de fecundidad, y en qué medida el número
real de hijos de las mujeres se diferenciarán del número posible, desde el punto de vista
biológico. La conducta demográfica de los hombres varía de un medio social a otro. De igual
manera, se comporta la conducta demográfica en el caso del otro factor determinante en el
movimiento demográfico, es decir, la mortalidad.

Por consiguiente, el movimiento demográfico es diferente según la época histórica considerada,


en cada uno de los países y en las distintas condiciones sociales, aunque la base biológica de este
crecimiento se mantenga relativamente constante.

18
Se ha comentado a propósito, que la Demografía se ha desarrollado en tal forma, que la evolución
de sus componentes empírico y metodológico ha superado, en mucho, la estructuración de teorías
explicativas y predictivas que den cuenta de las causas y consecuencias de la dinámica
poblacional en un contexto más amplio.

En cambio, "se han logrado avances significativos en el campo metodológico y en la


estructuración del instrumental estadístico-matemático y de indicadores para medir y analizar el
volumen, el crecimiento, la composición por edad y sexo y la distribución geográfica de la
población, así como para documentar los niveles y variaciones de fecundidad, mortalidad y
migración"10.

La unidad de observación en la Demografía es el hombre. En el decursar de la vida cambian


sucesivamente sus características fisiológicas y psicológicas; puede cambiar su lugar de residen-
cia, situación familiar, el tipo de ocupación, calificación, puesto de trabajo, situación social,
educación, etc.

Al cambiar las características de los individuos se modifican también los de la población en su


conjunto.

Así por ejemplo, el matrimonio aumenta el monto de los casados y reduce el de los solteros; con
el decursar del tiempo las personas envejecen.

Como ciencia la Demografía pertenece al grupo de ciencias empíricas cuyos datos se obtienen
por medio de la observación de sucesos que ocurren en forma natural en el mundo externo, en
oposición a aquellas cuyos datos son generados por experimentos realizados en laboratorios bajo
condiciones que en mayor o menor grado están controladas por el experimentador.11

La Demografía pone especial énfasis en el estudio, con métodos propios, del tamaño y
composición de la población, sometido a cambios permanentes; de una parte la población
aumenta por la natalidad, y de otra disminuye por la mortalidad. En ausencia de la migración, el
efecto conjunto de estos dos procesos se expresa en un aumento o disminución de la población,
denominado movimiento natural de la población.

En verdad el movimiento natural de la población incluye un conjunto de procesos tales como la


natalidad y mortalidad ya mencionados, y la nupcialidad y divorcialidad. Adicionalmente a este

10. Ver: Corona, R y otros: Problemas metodológicos de la investigación sociodemográfica. Ed.


El Colegio de México, México, 1986.

11. Ver: Hauser P. M., y Duncan O. D., El estudio de la población, Vol. I, II, II, CELADE, Santiago
de Chile, 1975. Pág. 63.

19
movimiento se plantea el llamado movimiento mecánico de la población que se refiere a la
migración de la misma.

Así como el hombre nace, se desarrolla y muere, una generación sucede a otra, produciéndose
una sustitución o renovación de la población.

Se han formulado otras definiciones más abarcadoras como aquella que enfoca la Demografía
como la ciencia que, con métodos propios, estudia el número, la distribución territorial y
composición de la población, su modificación, los motivos y consecuencias de esa variación, la
correlación entre los factores socioeconómicos y los cambios en la población; revela las
regularidades de la reproducción de la población en el amplio sentido de la palabra y pone al
servicio del desarrollo social los conocimientos adquiridos.

En cuanto a la estructura demográfica existen distintos puntos de vista. Alfred Sauvy, demógrafo
francés, considera que esta ciencia incluye dos partes muy diferentes. Una, la más rigurosa,
abarca los cálculos matemáticos, o sea, es la parte de la "contabilidad". La otra, o la Demografía,
en el amplio sentido de la palabra, investiga la causalidad y consecuencias económicas y sociales
de los procesos demográficos: la natalidad, la mortalidad, la migración, el matrimonio y el divor-
cio; es la "esfera inabarcable" sin límites netamente trazados y en la que los demógrafos se
relacionan con muchas otras ciencias12.

Indicadores y variables demográficos

A continuación serán comentados algunos indicadores y variables que caracterizan el enfoque


demográfico de los estudios de población.

La composición por sexo y edades de la población

En el estudio de la población desde la perspectiva demográfica ocupa un lugar significativo el


aspecto de su composición por sexo y edades. En general la composición de la población es la
agrupación y/o distribución de ésta en base a la presencia o ausencia de alguno de los atributos
siguientes: sexo, edad, estado civil, lugar de nacimiento, situación ocupacional, nivel de
escolaridad, etc.

Para el caso de la composición por edades de la población, ésta se puede distribuir tanto por
edades simples o individuales, como por grupos de edades, como por ejemplo, grupos

12. Citado por Alexéev A., Ob. cit. Pág. 10

20
quinquenales, decenales, etc. Estas agrupaciones generalmente quinquenales, constituyen los
llamados intervalos de edad que se representan simbólicamente de la siguiente manera:

n Nx

Donde N denota población,


x denota edad inicial del intervalo,
n denota la amplitud del intervalo ( n=1 para edades simples; n =5•k (k=1,2,3...) para grupos
quinquenales, decenales, etc.)

Suelen utilizarse los "grupos abiertos" para casos relativamente pequeños como el de poblaciones
con personas de avanzada edad. Los grupos se forman con el total de la población de una edad x
ó mayor. Esto se simboliza como Nx y más; por ejemplo N60 y más, N65 y más.

La composición por sexo y edades de la población se suele representar gráficamente mediante


una PIRAMIDE DE EDADES o histograma que presenta el número o la proporción de personas
del sexo masculino y femenino en cada grupo de edad. Cada barra horizontal, como se muestra
en el gráfico, representa el porcentaje de un determinado grupo etario en relación a la población
total. Se suele representar en el lado izquierdo de la línea vertical central a la población
masculina, y en el derecho a la femenina. En este tipo de histograma la ordenada representa la
edad, mientras que la abscisa representa en forma absoluta o relativa la magnitud de población.

21
El tamaño de cada rectángulo de la pirámide expresa el efecto combinado de las tres variables
principales de un sistema demográfico determinado, i. e. la fecundidad, la mortalidad y las
migraciones.

Los perfiles de estas pirámides varían en función de las proporciones de personas en la


composición por sexo y edades. Se distinguen generalmente tres perfiles13.

El de la población expansiva correspondiente a un mayor número de personas en las edades


menores. Población constrictiva, correspondiente a un menor número de personas en las edades
menores, y población estacionaria cuando el número de personas es aproximadamente igual en
todos los grupos de edad con una reducción paulatina en las edades más avanzadas.

Una medida interesante de la composición de la población, es la relación por sexo conocida por
índice de masculinidad que se expresa como el número de varones por cada 100 hembras. Este
indicador se calcula tanto para la población total como por edades y grupos de edades,

N masculina
IM = • 100 para edades simples
N femenina

NMx
n IM x = • 100 para grupos de edades
n
F
nN x

Donde

nINx es el índice de masculinidad entre las edades x y x+n.

n N M x = población masculina entre las edades x y x+n

n N F x = población femenina entre las edades x y x+n

13. Ver: Haupt A., y Kane T., Guía Rápida de Población del Population Reference Bureau, Inc.
Population Reference Bureau, Inc. Washington, D. C. Segunda Edición 1991. Pág. 10.

22
Nuevamente, el índice de masculinidad refleja el efecto de la dinámica del sistema demográfico
en cuestión. Después del nacimiento la razón por sexo varía en función del comportamiento de la
mortalidad y las migraciones, tanto para la población masculina como para la femenina.

El crecimiento de la población y su ritmo

El crecimiento de la población expresa el aumento o disminución experimentado por una


población en un período determinado. Este crecimiento se denomina vegetativo o natural cuando
el cambio de tamaño de la población está en función del comportamiento de los nacimientos y las
muertes ocurridos en esa población en un período determinado. Cuando la variación incluye el
efecto de las migraciones, i. e., las salidas y entradas de personas en el período, se está ante el
crecimiento total o neto.

El método clásico para calcular el cambio de tamaño de una población a través del tiempo es la
"ecuación compensadora".

Nt = No + B0,t - D0,t + I0,t - Eo,t


Donde

Nt es la población en el año t.
N0 es la población en el año base.
B0,t es el número de nacimientos ocurridos entre el año base y el año t.
D0,t es el número de defunciones ocurridas entre el año base y el año t.
I0,t es el número de personas que entraron en el mismo período indicado.
E0,t es el número de personas que salieron en el período.

El ritmo de crecimiento de la población puede calcularse de diferentes formas. Usualmente se


utilizan las tasas de crecimiento aritmético y la tasa de crecimiento geométrico14.

La tasa de crecimiento aritmético se calcula de la siguiente forma:

Nt − N0
N0 1 Nt − N0
r= •k Ó r= • •k
t t N0

Donde:

14. Ver: Catasús, Sonia: Introducción al análisis demográfico. Serie I, Estudios Demográficos. No.
26. Dic. 1979. Colección Docencia. Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de la
Habana, Cuba. Pág. 35-36.

23
N0 es la población al inicio del período.
Nt es la población al final del período.
t es el tamaño del intervalo en años.
k constante (100 ó 1000).

Esta tasa supone un crecimiento lineal, es decir, cada año la población crece en una magnitud
constante. Se aconseja utilizarla en cálculos para períodos cortos, como pueden ser seis meses,
uno o dos años.

La tasa de crecimiento geométrico, también llamada de interés compuesto se calcula mediante la


fórmula siguiente:

Nt
r=t −1
N0

Para facilitar su cálculo se suelen hacer algunas transformaciones a esta fórmula mediante el uso
de logaritmos naturales, quedando como sigue15:

Nt = N0 (1+r)t (fórmula de interés compuesto).

Aplicando logaritmos naturales a ambos miembros de la ecuación obtenemos:

ln N t = ln N 0 + t ln(1+ r)

y luego,

ln N t - ln N 0
= ln(1+ r)
t

15. Catasús, S. Ib.

24
pero como ln(1 + r ) ≈ r

cuando r es muy pequeña (como es el caso de la población), entonces,

ln N t - ln N 0
r=
t

Cuando se utiliza esta tasa, generalmente para períodos largos, se está suponiendo un crecimiento
porcentual constante en el tiempo.

Para evitar el uso de logaritmos cuando el período de tiempo no es muy largo, se suele introducir
una fórmula simplificada que brinda un valor bastante aproximado:

2 Nt - N0
r =( )( )k
t N t + N0

Resulta muy ilustrativo calcular el crecimiento de la población en términos del tiempo en que ésta
tarda en duplicarse a su ritmo de crecimiento actual. Para ello se utiliza, entre otros métodos, el
de "los 70 años": Un país con una tasa de crecimiento constante de un uno por ciento duplicaría
su población en 70 años, con un dos por ciento en 35 años, con un tres por ciento en 23 años; lo
70
que expresado en forma general y abreviada tomaría la forma de: td =
r (%)

Donde r (%) es la tasa de crecimiento en por ciento.

La mortalidad.

La mortalidad constituye uno de los componentes del sistema demográfico que más impacta en el
comportamiento demográfico de una población. La muerte, fenómeno natural al que están
sometidos todos los miembros de una población, refleja la influencia de múltiples factores,
demográficos, económicos y sociales, tales como la edad, el sexo, la ocupación, etc.

La mortalidad es diferencial por sexo y edades. En general las poblaciones presentan la


sobremortalidad masculina en casi todas las edades. Por otra parte, la mortalidad suele ser muy
elevada en los primeros momentos de la vida, disminuyendo progresivamente hasta el intervalo
de 10 a 14 años de edad, momento que se reporta como el de más baja mortalidad en condiciones

25
normales, para comenzar a ascender a partir de aquí hasta alcanzar con la vejez el otro momento
de elevada mortalidad.

De la mayor relevancia resulta el estudio de las causas de muerte, las cuales pueden mostrar una
gran variación de una población a otra y de un período a otro. Las causas de muerte pueden
agruparse en dos tipos: exógenas y endógenas.

Las primeras se deben a enfermedades generadas por las condiciones socioeconómicas y


ambientales en las que se desenvuelven los miembros de una población. Aquí se incluyen
enfermedades de tipo parasitario, infecciosas, etc., muy frecuentes en poblaciones de países
subdesarrollados.

En el caso de las causas endógenas, se trata de enfermedades inherentes a las características


biológicas de los individuos, tales como enfermedades cardiovasculares, neoplasmas malignos,
etc. Estas causas de muerte son propias de países desarrollados.

La mortalidad es dentro de los indicadores sociodemográficos el que mejor expresa los niveles de
vida y pobreza. En particular la mortalidad infantil, uno de los peores flagelos del subdesarrollo,
depende del mejoramiento de la nutrición, el saneamiento, la atención médica a la madre y el
niño, y la educación de las madres, lo que no es fácil de alcanzar en la mayoría de los países
subdesarrollados.

Las medidas de la mortalidad

Se utilizan diferentes medidas para calcular el comportamiento de la mortalidad. A continuación


se describen las de mayor relevancia.

La tasa bruta de mortalidad (m) relaciona el número de defunciones (D) ocurridas durante un
año calendario determinado, con la población total de dicho año (Ni).

D
m= i
• 1000
N

Con la finalidad de evitar los efectos que ejercen sobre las tasas las fluctuaciones aleatorias de la
mortalidad en un año, es usual calcular las tasas con base a relacionar el promedio de las
defunciones ocurridas durante tres años, con el promedio de las respectivas poblaciones en dichos
años.

26
-1
+ 0+ +1
m = D-1 D 0 D +1 • 1000
N +N +N

Dado que las tasas brutas de mortalidad dependen de muchas características de la población, y en
especial de la estructura por edades, al comparar las tasas de mortalidad entre los países, deben
introducirse los correspondientes ajustes que permitan tomar en cuenta las diferencias en la
composición por edad. Así, cuando las estructuras por edades son significativamente diferentes se
suele aplicar el procedimiento estadístico conocido por "tipificación de las tasas" consistente en
tomar como tipo a la población por edades de un país seleccionado para tales fines, y multiplicar
por dicha población tipo las tasas de mortalidad observadas en el país cuya tasa bruta se trata de
comparar, para obtener de este modo el total de muertes que debiera esperarse según las tasas por
edades observadas. Luego se suman dichas defunciones y el resultado se divide entre la población
total del país tipo, obteniéndose por esta vía la tasa bruta tipificada. Este procedimiento se aplica
a las tasas por edades del otro país a comparar de manera de obtener su tasa tipificada y luego
poder realizar la comparación16.

La tasa bruta tipificada se expresa como

w w

∑ n mx • n s x ∑ n mx •n s x
m′ = x=0
w
ó m′= x =0

s
∑x=0
n sx

Donde

m'= Tasa bruta de mortalidad tipificada,


nmx = Tasa de mortalidad por edades del país a comparar,
w = Ultima edad de vida,
nsx = Población por grupos de edades del país tomado como tipo.
s = Población total del país tipo.

La tasa específica de mortalidad por edades (nmx) relaciona las defunciones ocurridas en la
población de una edad determinada o grupo de edades, y dicha población a mitad de año (o
población media del año en esas mismas edades).

16. Ver: Catasús, S; Ob. cit. Pág. 47-48.

27
D
m = n x
i
• 1000
n x
N
n x

Donde,

n = tamaño del intervalo de edad,


x = edad al inicio del intervalo,
nDx = Defunciones en un año calendario de personas entre las
edades x y x+n

i
N = Población media en un año calendario entre las edades (x) y (x + n)
n x

Tomando en cuenta las variaciones que se producen en la mortalidad según el sexo y la raza, es
usual realizar el cálculo de las tasas de mortalidad por edades, por separado, para los sexos
masculino y femenino, y para los distintos grupos raciales de una población.

La esperanza de vida al nacer (e00). Se define como el número de años que en promedio puede
vivir una persona al momento de su nacimiento17. También, como una estimación del número de
años que le restan por vivir a una persona, tomando como base las tasas de mortalidad por edad
para un año determinado18.

Para calcular la esperanza de vida se utiliza un modelo especial conocido como tabla de
mortalidad que se incluye en todos los cursos de análisis demográfico. "La tabla de mortalidad
constituye una de las herramientas mas importantes en el campo de la Demografía, se utiliza para
simular la mortalidad de cierta población. Se calcula tomando las tasas de mortalidad por edad de
la población y aplicándolas a una población hipotética de 100000, toda nacida al mismo tiempo.
Año tras año en la tabla de mortalidad, la muerte reduce los rangos hipotéticos de la población
hasta que en la última línea estadística, incluso los supervivientes de mas edad mueren"19.

Una de las medidas mas relevantes es la de la mortalidad infantil que relaciona el número de
defunciones ocurridas entre los niños menores de un año de edad de una población dada (D0), en

17. Ver: Catasús, S; Ob. cit. Pág. 47.

18. Ver: Haupt A, y Kane TH., Ob. cit. pág. 29.

19. Haupt A., y Kane Th., Ob. cit. pág. 30.

28
un año calendario, con los nacidos vivos que han tenido lugar en ese mismo año (B). La medida
se expresa como,

D0
TMI =
B

Donde TMI = Tasa de mortalidad infantil

D0 = Defunciones de menores de un año


B = Nacimientos

Suelen distinguirse la mortalidad infantil neonatal, ocurrida en el primer mes de nacimiento, y la


postnatal ocurrida después del primer mes y hasta antes de cumplir el primer año de edad.

La expectativa de vida y la mortalidad infantil pueden ser excelentes indicadores de importantes


aspectos del progreso social, porque representan la suma de los efectos de la nutrición, la salud
pública, los ingresos y el medio ambiente, en general son exponentes de los niveles de atraso o
adelanto en la vida de los países. En particular son ilustrativos de los progresos alcanzados en
indicadores relacionados con ellos, aunque no se disponga de información, como es el hecho por
ejemplo, de que la disponibilidad de agua potable y la salud materna influyan sobre la tasa de
mortalidad infantil.

Efectivamente, aunque se ha dedicado poco esfuerzo al análisis de las relaciones entre mortalidad
y desarrollo20, es evidente que los valores que toma esta variable demográfica, particularmente
cuando se trata de la mortalidad infantil, se presenta como un indicador altamente expresivo de
los niveles de pobreza.

Las medidas de la mortalidad constituyen dos de los tres componentes del índice de la calidad
física de la vida desarrollado por Morris. El modelo mundial latinoamericano también
conocido por Modelo Bariloche adoptó la esperanza de vida como uno de los indicadores más
apropiados para medir las condiciones de vida21.

20. Ver: Miró C., y Poter J; Población y Desarrollo. Estado del conocimiento y prioridades de
investigación. Primera impresión. El Colegio de México, 1984.

21. Ver: Herrera A., et. al. Catástrofe o nueva sociedad? Modelo Mundial Latinoamericano. CIID.
Bogotá, Colombia, 1977.

29
La esperanza de vida posee una alta correlación con la salud, la educación y el ingreso y puede
ser por tanto un indicador altamente expresivo del estado de tales factores ilustrativos del
bienestar de la población.

Por su significado, la esperanza de vida al nacer constituye sin dudas el indicador que mejor
refleja en cualquier país las condiciones generales de vida de la población. Su valor es una
función del estado de satisfacción de las necesidades básicas y de otros elementos, tales como la
urbanización, que más afectan la vida de los miembros de una comunidad.

La fecundidad

La fecundidad es considerada la variable demográfica fundamental, dado el impacto que tiene su


comportamiento sobre el tamaño, estructura por edades y dinámica de la población.

La fecundidad esta basada en el concepto de "niño nacido vivo", o simplemente "nacido vivo"
que es la expulsión o extracción total a la madre del producto de la concepción, prescindiendo de
la duración del período de gestación, que después de tal separación, respire o demuestre cualquier
otro signo de vida, como ser el latido del corazón, pulsaciones del cordón umbilical o
movimientos definidos de los músculos voluntarios, haya sido o no cortado el cordón umbilical o
esté o no adherida la placenta22.

La fecundidad, fenómeno condicionado por múltiples factores socioeconómicos y culturales, se


distingue de la fertilidad o capacidad física de procreación. La fecundidad se estudia
generalmente como fecundidad femenina y se enmarca entre los 15 y 49 años de edad.

La fecundidad femenina es afectada por factores demográficos como la edad y otros de carácter
no demográfico como el estado civil, el nivel de escolaridad, el grado de urbanización, la
ocupación y en general por el nivel de vida de la población.

El carácter diferencial de la fecundidad está marcado grandemente por la situación social y


económica de la población y de la mujer en específico.

Las medidas de la fecundidad.

Se utilizan diferentes medidas para expresar la fecundidad. En lo adelante se describen las más
usadas.

22. Citado por Catasús, S., Ob. cit. Pág. 75.

30
La tasa bruta de natalidad. Esta medida, vinculada directamente con el crecimiento de la
población, relaciona el total de nacimientos vivos (B) ocurridos en un año calendario y la
población (Ni) a mitad de dicho año y se expresa:

B
b = * 1000
Ni

A esta medida se le atribuye la limitación de estar afectada por la estructura por sexo y etárea de
la población, ya que relaciona los nacimientos con toda la población.

La tasa de fecundidad general (TFG). Relaciona los nacimientos ocurridos en un año calendario
y la población media femenina en edad fértil (entre 15 y 49 años de edad) en ese mismo año.

B
TFG = i
* 1000
N
F (15 - 49)

donde = N i es la población femenina entre los años 15 y 49.


F (15 - 49)

Se aprecia que la tasa abarca solamente a la población femenina verdaderamente expuesta al


riesgo de procrear.

La tasa específica de fecundidad por edad (nfx). Esta medida relaciona los nacimientos vivos
ocurridos con la población expuesta al riesgo en una determinada edad o intervalo de edades. La
misma permite determinar la frecuencia de variación de los nacimientos según la edad de las
mujeres comprendidas en el período fértil.

B
n x
f = Fi
n x N
n x

31
donde = B representa los nacimientos ocurridos en el año calendario en madres de la edad
n x
x, y

n N F x es la población media femenina por edad (o grupos de edades fértiles).

x - edad inicial del intervalo de edad.


n - amplitud del intervalo de edad.

En general la fecundidad por edades presenta un comportamiento en que las primeras y últimas
edades (15-19 y 40-49 años) tienen una menor participación, la cual se hace mayor entre los 20 y
35 años.

La Tasa Global de Fecundidad (TGF). Esta medida expresa el número de hijos que en promedio
tendría una cohorte hipotética de mujeres que:

a) durante su período fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad
observadas en un momento dado y,

b) no estuvieran expuestas a riesgos de mortalidad desde el nacimiento hasta el término del


período fértil.

La tasa se calcula sumando las tasas de fecundidad por edades. Para el caso de grupos
quinquenales la suma se multiplica por 5.

x=49
TGF = ∑f
x=15
x para edades simples

x=45
TGF = n ∑
x=15
n fx para grupos de edad.

La Tasa Bruta de Reproducción (TBR). Expresa el número de nacimientos femeninos que en


promedio tendría una mujer de una cohorte hipotética de mujeres que cumplan con los requisitos

32
indicados para la tasa global de fecundidad. La tasa se calcula al igual que la global pero el
resultado debe multiplicarse por un factor (k) que indica la proporción de nacimientos femeninos
entre el total de nacimientos.

x=49
TBR = k ∑ f = k • TGF para edades simples.
x=15
x

x=45
TBR = nk ∑
x=15
n f x = k • TGF para grupos de edades.

La Tasa Neta de Reproducción (TNR). La medida expresa como la anterior el promedio de


nacimientos femeninos por mujer, pero tomando en cuenta el riesgo de muerte desde el
nacimiento de la cohorte hipotética de mujeres. Esta tasa define las condiciones de reemplazo de
una generación por la siguiente, en el supuesto de que no haya cambios, ni en el comportamiento
de la fecundidad, ni en el de la mortalidad23.

En consecuencia, para calcular esta tasa, además de disponer de las tasas de fecundidad por
edades, se requiere de la información correspondiente sobre las probabilidades de sobrevivencia
de una tabla de mortalidad femenina de la población que se estudia.

x=49 !
TNR = k ∑f
x=15
x • p para edades simples.
x

x=45 !
TNR = nk ∑
x=15
n f x • p para grupos de edad.
x

23. Ver: Catasús, S; Ob. cit. Pág. 83.

33
!
l x + l x+n
donde p = es la probabilidad de sobrevivencia femenina desde el nacimiento hasta
x 2l 0
la edad central del intervalo.

En cuanto a la fecundidad existen evidencias estadísticas en torno a que los niveles de


crecimiento económico que caracterizan a los países desarrollados, el ingreso per capita elevado
y los niveles de salud, educación, alimentación, el grado de desarrollo cultural y el
aprovechamiento del tiempo libre en actividades recreativas, todo ello se conjuga con bajas tasas
de fecundidad y con su continuo descenso.

Los niveles de instrucción influyen considerablemente, cuando la mujer permanece por más
tiempo en el sistema educativo, la edad del casamiento aumenta, constriñendo el tiempo de
exposición, dichas mujeres son las que con mayor probabilidad obtienen ocupaciones mejor
categorizadas, que requieren mayor dedicación y superación continua, con esto también se limita
su fecundidad, aunque por supuesto, de otra manera.

El rol de ama de casa, en su sentido tradicional, con sus típicas obligaciones pasa a otro plano, al
convertirse la mujer en un ente social activo, preocupándose entonces por el tamaño de su futura
prole, de forma tal, que le permita conjugar el doble papel de ama de casa-madre con el de
trabajadora, imponiéndose una reducción del numero de hijos.

Es bueno señalar que al referirnos a la mujer que trabaja fuera de su hogar, que percibe un salario
estable y que tiene menos hijos, lo hacemos teniendo en cuenta la diferencia que existe entre éstas
y la mayoría de las mujeres en los países subdesarrollados, que además de su primordial papel de
ama de casa, trabajan, ya sea en la agricultura, ayudando a sus demás familiares, ya sea en
trabajos domésticos que les aportan pequeños beneficios, o en otras muchas labores muy poco
remuneradas e inestables que a los efectos de las estadísticas no se consideran empleadas a pesar
del esfuerzo inmenso que realizan. Para estas mujeres las familias numerosas son una suerte de
apoyo y para lograrlas, como consecuencia de la elevada mortalidad, deben tener muchos
embarazos.

A la inversa de las parejas que con bajo nivel educacional y pobres ingresos, buscan en un
número considerable de hijos una base económica más sólida, aquellas parejas con nivel de
instrucción elevado, planearán la cantidad de niños que podrán mantener adecuadamente, dándole
educación, atención médica, etc. de acuerdo a los ingresos que perciben. Las condiciones de la
vivienda también son tomadas en cuenta, fundamentalmente, porque en los núcleos urbanos,
tiende a reducirse su tamaño.

Las tasas más elevadas de la fecundidad en las áreas rurales y las zonas marginales y barriadas
pobres de las ciudades, donde se aglutinan los grupos sociales de peores condiciones de vida,
mayor analfabetismo, ingresos ínfimos, se explican por sí solas como consecuencia de los saldos
negativos en los factores antes mencionados.

34
Lógicamente, en las ciudades, por sus características de centros industriales, de servicios, existen
más posibilidades para una mayor cantidad de población de tener una vida decorosa y es por eso
que dichos centros, en un análisis global, aparecen con indicadores más equilibrados.

Solamente resta añadir que la influencia ejercida por el desarrollo en la fecundidad se ve


reciprocada, en tanto una fecundidad estabilizada en niveles más adecuados, proporcionará un
crecimiento poblacional más racional, una composición de la población por edades más
equilibrada y permitirá al proceso de desarrollo una planificación más eficaz de todos sus
recursos humanos y naturales sin ejercer la presión que hoy día se presenta, por ejemplo, con el
numero tan grande de niños en edad escolar y el alto coeficiente de dependencia.

Las migraciones

La migración como concepto y como variable susceptible de medición está referida a una parte
del universo de desplazamientos constantes que toda población realiza hacia y desde distintas
áreas geográficas con la finalidad de desarrollar actividades tanto económicas como
educacionales, culturales, sociales, etc.

Cuando estos desplazamientos o movimientos territoriales implican un cambio de localidad o


país y de residencia habitual, en ambos casos, nos enfrentamos al fenómeno de la migración, o
sea, el movimiento que realiza la población y que implica un cambio de localidad (o país) y de
residencia habitual, definido en un intervalo de tiempo determinado24.

La migración es así un fenómeno que se produce entre dos poblaciones, una, la población de
origen o punto de salida del migrante, y otra, la población de destino o lugar de llegada del
migrante.

Se acepta generalmente como migrante a la persona que realiza la migración al menos una vez
durante un intervalo de tiempo dado, digamos un año.

Se distinguen así al inmigrante como la persona que arriba a una localidad o país trasladando su
residencia habitual; y al emigrante que es la persona que sale de una localidad o país y traslada su
residencia al lugar de destino.

La necesaria referencia a un intervalo de tiempo hace que mientras mayor sea éste, mayores serán
las posibilidades de que un individuo efectúe la migración.

24. Ver: Catasús S., Ob. cit., Pág. 88

35
Las migraciones pueden producirse dentro del marco o límites de un país o fuera de aquellos. En
el primer caso se trata de las migraciones internas i. e. aquellas en que el cambio de residencia se
produce entre localidades o divisiones político-administrativas de un país.

En el segundo caso se trata de migraciones internacionales, donde el cambio de residencia


implica el traspaso de los límites del país.

La migración neta de un país o localidad de éste es el saldo migratorio que se obtiene


deduciendo del total de inmigrantes el número de emigrantes correspondiente.

Por otra parte, se denominan corrientes migratorias, al cuerpo de migrantes que parten de un área
común de origen y llegan a un área común de destino durante un intervalo específico.

Algunas medidas importantes usadas para caracterizar cuantitativamente a las migraciones se


describen a continuación.

La tasa de saldo migratorio que expresa la relación entre el saldo migratorio del período y la
población media del mismo.

S M 0,t
sm = *k
Ni

donde sm = Tasa de saldoigratorio


SM0,t = saldo migratorio del período
Ni = población media del período
k = constante, generalmente 1000.

Se distinguen también las tasas de inmigración (mi) y emigración (me) que relacionan
respectivamente el número de inmigrantes y emigrantes en un período determinado, con la
población media en ese mismo período:

0,t
I
mi = *k
Ni

36
0,t
E
me = *k
Ni

A partir de aquí la tasa de saldo migratorio puede ser expresada como:

0,t 0,t
I -E
sm = i
*k
N

sm = mi - me

La distribución de la población y las migraciones son cuestiones de gran preocupación en la


actualidad, particularmente cuando se les relaciona con factores como las altas tasas de
crecimiento demográfico que caracterizan a muchos países subdesarrollados, el ritmo lento de
crecimiento económico, las amplias disparidades interregionales en los ingresos y los niveles de
vida, las diferencias en el grado de explotación de los recursos naturales y los efectos negativos
del medio ambiente. En muchos de los países menos desarrollados las tendencias de la
distribución de la población generan fuerzas que entran en conflicto con las posibles pautas de
desarrollo a adoptar y la distribución equitativa de los beneficios del mismo.

Mientras tanto, el crecimiento


actual y el previsto de la
población urbana en dichos
países no solo refleja el
aumento natural de dicha
población, sino también
importantes migraciones de
población que se desplaza en
busca de empleo en esas
zonas, reflejo a su vez de la
falta de desarrollo rural y de
oportunidades de empleo en
el campo. El carácter y la
composición de esta
migración han intensificado
problemas tales como la
proliferación de barrios
marginales, cordones de
miseria, y todos los tipos de manifestaciones del tipo de urbanización al que conduce esta
migración.

37
La población urbana aumenta con una tasa del 2,1% anual en todo el mundo, pero en las regiones
menos desarrolladas dicha tasa asciende a un 2,8% contra un 0,4 % en las desarrolladas.25

Según las estadísticas y estimados de las Naciones Unidas, en 1950 el 29.8% de la población
mundial vivía en zonas urbanas, ese porcentaje se elevó a 47.2 en el año 2000 y según las
proyecciones deberá alcanzar un 60.2 para el año 2030. Por otra parte, mientras que en 1950 la
población urbana en los países más desarrollados ascendía a 446 millones, en comparación con
sólo 304 millones en los menos desarrollados, en el año 1995 la cifra de algo más de 875
millones de pobladores urbanos en los más desarrollados quedaba opacada por los 1192.7
millones en los segundos. Cabe destacar en especial el ritmo de crecimiento de la población
urbana en África, que partiendo de un 14.7% en 1950, alcanzará un 40% en el 2005.

El cambio de proporciones indicado ha sido naturalmente efecto de tasas diferentes de


crecimiento urbano que han combinado, en el caso de los países menos desarrollados, altas tasas
de crecimiento natural con fuertes corrientes migratorias. Las migraciones son un fenómeno cada
vez más amplio en los países en desarrollo. Algunos estudios indican que las migraciones
conducen al 40% o 60% del crecimiento anual de la población urbana.

En resumen, existe una marcada tendencia al crecimiento de la población urbana de los países
subdesarrollados. Mientras que en 1980 sólo el 29.3% de la población de los países
subdesarrollados vive en zonas urbanas, hacia el año 2030 esta proporción alcanzará la cifra de
56.4%. Entre 1980 y el año 2030 la población urbana de estos países aumentará en casi tres
millones.

Una buena parte de la expansión urbana de los países más pobres se debe a la emigración de los
hombres (maridos, hijos) que abandonan sus hogares para buscar empleo en alguna de las
grandes ciudades.

El número de hogares encabezados por mujeres registra un aumento considerable en las áreas
rurales de muchos países en desarrollo, al emigrar los hombres rurales por falta de oportunidades
de empleo y generación de ingresos. En África subsahariana, las mujeres encabezan el 31 por
ciento de los hogares rurales, mientras que en América Latina y el Caribe y en Asia, los
porcentajes son del 17 y del 14, respectivamente. Aún cuando existen distintos tipos de hogares
encabezados por mujeres, en casi todos los países éstos se concentran en las franjas más pobres
de la sociedad y a menudo disponen de menores ingresos que los encabezados por hombres.26

En la mayoría de los países en desarrollo, el rápido crecimiento urbano, impulsado por la


inmigración y el crecimiento vegetativo de la población, está desbordando la capacidad para
proporcionar servicios de salud. Va en aumento la migración de mujeres jóvenes desde el campo
hacia la ciudad en busca de, entre otras cosas, mejores servicios de salud, y esto aumenta la

25. UNFPA: El estado de la población mundial 2002. Indicadores demográficos, sociales y


económicos. Tasas correspondientes al período 2000-2005. Pág. 73
26. http://www.fao.org/FOCUS/S/Women/Sustin-s.htm

37
presión, en particular, sobre los servicios de salud reproductiva25. Según las proyecciones de las
Naciones Unidas, hacia 2020 habrá mayor cantidad de mujeres de entre 15 y 39 años de edad en
las ciudades que en el campo. En Kenya, un 35% de las campesinas tienen entre 15 y 39 años de
edad; para las mujeres residentes en ciudades, esa proporción es del 53%; se han comprobado
diferencias similares en Bangladesh, Haití, Indonesia, Nicaragua y el Yemen.27

"Si el hombre no manda dinero a casa o no regresa en los períodos cruciales del año agrícola, su
emigración puede significar lo mismo que si hubiera muerto y su esposa puede convertirse en una
viuda a todos los efectos salvo el hombre"28.

El campo yace erial

la flor en el tiesto de barro se pudre en la casa,

la mujer se consume en la casa de su padre

y el marido se corrompe, allá en Calcuta.

Cuando el árbol de mango retoña

y mahua florece

mi corazón se enciende.

¿Con quién enviaré mi mensaje?

¡Oh! amado cruel, ¿porqué no dejas tu trabajo?29

27. http://www.unfpa.org/swp/2001/espanol/ch03.html
28. Ver: Sadik N., Estado de la población mundial 1989. UNFPA, 1989, Pág. 15.

38
Otro fenómeno de interés está dado por el aumento en cantidad y tamaño de las ciudades de 5
millones o más habitantes. Mientras que en 1975 había 22 de estas megaciudades, 25 años
después, ese número ascendía a 39, y se espera que para el año 2015 este número se haya elevado
a 58 con una población acumulada de 604367 miles de pobladores.30

29. Canción india cantada por las esposas a sus maridos migrantes. (Citado por Kols A., Lewison A.,
Migración, crecimiento demográfico y desarrollo. En: Population Reports. Serie M, Número 7,
Nov. 1984. The Johns Hopkins University.)
30. Ver: United Nations Population Division: World Urbanization Prospects. The 2001 Revision. Table
56. http://www.un.org/esa/population/publications/wup2001/WUP2001_CH6.pdf
39
Los barrios insalubres.

Una de las manifestaciones de los problemas que acarrea el rápido crecimiento de la población
urbana está dada por el surgimiento, proliferación y crecimiento de los barrios insalubres,
tugurios, en los alrededores de cada una de las ciudades de los países menos desarrollados; son
los así llamados cordones de miseria.

En la mayoría de las ciudades del mundo en desarrollo la mitad de la población urbana vive en
asentamientos no estructurados y en asentamientos precarios que las autoridades urbanas no
reconocen oficialmente y a los que no prestan servicios. Las zonas no estructuradas de la ciudad
no gozan de muchos de los beneficios de la vida urbana, incluido el acceso a los servicios
básicos, los cuidados sanitarios, y el agua potable corriente. Los residentes viven bajo el acecho
constante de los desahucios y la mayoría carecen de acceso a sistemas oficiales de financiación o
planes de crédito que les permitan mejorar sus condiciones de vida. Y sin embargo esta mayoría
invisible es indispensable para la economía de la ciudad.31

Por lo general estos asentamientos están ubicados en los lugares con peores condiciones
sanitarias y de accesibilidad, carecen de servicios básicos. Dada su naturaleza, los alojamientos
propios de estos barrios tienen características de hacinamiento, frecuentemente viven cuatro o
cinco personas por cada habitación.

La falta de capacidad de las áreas urbanas para absorber los contingentes que llegan de las zonas
rurales dan origen a poblaciones marginales degradadas, que reciben diferentes nombres en
distintos países: poblaciones callampas en Chile, favelas en Brasil, villas miseria en Argentina,
ciudades perdidas en México, champas en El Salvador, ranchos en Venezuela, barriadas o
pueblos jóvenes en Perú. Estas zonas urbanas degradadas representaban a fines de la década de
los ochenta 60% del espacio urbano construido, lo que en la terminología oficial se designa como
espacio construido a cargo del sector informal. Aunque las cifras son escasas y atrasadas, se
calcula que los habitantes de estos asentamientos precarios e irregulares pueden llegar a
representar cifras superiores a 40%, por ejemplo en 1970 en Sao Paulo eran 47%, y llegan a 80%
en Buenaventura (Colombia). En 1982 se estimaba que los asentamientos infomales de Lima
representaban 42.6% de los hogares y 47% de la población, en 1985 69% de las casas construidas
en Lima eran informales o en el mejor de los casos estaban construidas sin respetar ninguna
reglamentación establecida.32

"Desde las favelas de Río de Janeiro hasta los bustees de Calcula, pasando por los pueblos
jóvenes de Lima o los bidonvilles de Dakar, estas improvisadas comunidades han duplicado su
tamaño cada 5 ó 10 años. Los asentamientos de chabolas acogen hoy día más de la tercera parte
de la población urbana de los países en vías de desarrollo en su conjunto; representan, en muchos
casos, más del 60% de la población de una ciudad”33

31. http://www.unchs.org/unchs/english/whd99/whds.htm
32. http://www.eurosur.org/medio_ambiente/bif71.htm
33. Ver: Todaro, M; El desarrollo económico del Tercer Mundo. Alianza Editorial. Madrid, 1988.
Pág. 298.

40
Las callampas en América Latina y los bidonvilles como se les conoce en el África de habla
francesa, poseen características que definen los niveles de vida y pobreza de sus pobladores:
hacinamiento, malnutrición, vulnerabilidad ante las enfermedades, falta de agua corriente,
acumulación de basuras y desperdicios que favorecen la cría de insectos y animales contagiosos
(mosquitos, ratas, etc.). "Las condiciones sociales en los asentamientos de precaristas y los
tugurios representan una amenaza a la salud física y mental. La inestabilidad de las familias
tiende a fomentar las enfermedades venéreas, la drogadicción y el alcoholismo. Las madres que
trabajan tienen que destetar a sus hijos precozmente, lo cual los expone a los riesgos de la
higiene deficiente, el agua contaminada y los sucedáneos insatisfactorios para alimento de
lactantes"34.

La migración internacional.

Un aspecto de singular importancia dentro del tema, es el correspondiente a la migración


internacional, y en especial el de la migración laboral, que constituye su principal componente
desde la Segunda Guerra Mundial.

La migración
internacional, con su
complicada red de
determinantes y
consecuencias tanto
demográficas, como
sociales, económicas y
políticas es un tema que
ha pasado a ocupar de
primer orden en los
análisis internacionales.
En particular, la
inmigración se ha
convertido en un asunto
de mucha importancia
para un número
creciente de países. Más
recientemente, como consecuencia de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, algunos
países han impuesto políticas más estrictas a los inmigrantes, refugiados y personas en busca de
asilo.35

34. Ver: Salas R; Estado de la Población Mundial 1986. Fondo de Población de las Naciones
Unidas para Actividades en Materia de Población 1986. Pág. 11-12.

35. United Nations Population Division: International Migration Report 2002.


41
En las últimas décadas se aprecia un marcado incremento de la migración internacional. Según el
Informe sobre el Estado de la Población Mundial de 1999, entre 1965 y 1990 el número de
migrantes internacionales aumentó desde 75 millones hasta 120 millones, y el aumento mantuvo
el mismo ritmo que el crecimiento de la población. En 1990, los migrantes internacionales
representaban el 4,5% de la población de los países desarrollados y el 1,6% de la de los países en
desarrollo.36 Para el año 2000 se reporta que alrededor de 175 millones de personas residían en un
país distinto del país en el que nacieron, lo que equivale al 3% aproximadamente de la población
mundial.37. El 60% de los migrantes mundiales reside actualmente en las regiones más
desarrolladas y el 40% en las regiones menos desarrolladas. La mayor parte de los migrantes del
mundo viven en Europa (56 millones), Asia (50 millones) y América del Norte (41 millones). De
cada 10 personas que viven en las regiones más desarrolladas una es un migrante, mientras que
de cada 70 personas que viven en los países en desarrollo, una es un migrante.

De acuerdo con los datos del Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), en América
Latina, si se considera solamente los movimientos en la misma región y hacia América del Norte,
según los censos de población el número de migrantes habría pasado de 1.5 millones en 1960 a
11 millones en 1990. Esto significaría que hace 40 años los migrantes latinoamericanos
representaban aproximadamente el 0.7% de la población total de la región, y que en la última
década esta proporción habría llegado a 2.5%, lo que supone un crecimiento medio anual muy
superior al de la población (6.6% comparado con 1.8%). Además, estas cifras estarían
subestimadas por no comprender los movimientos fuera de la región y por no haberse sometido
los datos utilizados a correcciones por subenumeración.38

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo más de noventa millones de


personas (trabajadores migrantes y sus familias) residen actualmente (legalmente o no, en un país
distinto al suyo. Para la OIT “las migraciones internacionales de trabajadores constituyen un
fenómeno global, y son pocos los países que no se encuentran afectados por el mismo. Sin
embargo, resulta difícil establecer con exactitud la cantidad de trabajadores migrantes a nivel
mundial. En muchos países, en particular en aquellos cuyas economías se encuentran en
transición, no existen estadísticas al respecto o bien las mismas son incompletas, lo cual impide
lograr una visión general y al mismo tiempo precisa de los diferentes tipos de migración. Aun en
aquellos casos en que tales datos existen no hay definiciones homogéneas sobre los conceptos de
base utilizados, tales como «migrantes económicos», «migrantes permanentes» y «migrantes
irregulares». Asimismo el sistema utilizado para la recolección de informaciones difiere
considerablemente de un país a otro, lo cual reduce la pertinencia de eventuales comparaciones
estadísticas entre los países. Por último, las informaciones relativas a las migraciones irregulares

http://www.un.org/esa/population/publications/ittmig2002/ittmigrep2002.htm
36. FNUAP: Estado de la población mundial 1999. Fondo de Población de las Naciones Unidas.,
Pág. 26
37. United Nations Population Division. International Migration 2002. Department of Economic and
Social Affairs. http://www.un.org/esa/population/publications/ittmig2002/Migration2002.pdf
38. CELADE: MIGRACIÓN INTERNACIONAL EN ANÉRICA LATINA IMILA. Boletín Demográfico No.
65 de enero del 2000. http://www.eclac.cl/celade/publica/bol65/DE_SitDemBD65-INT00e.html
42
y al empleo ilegal son escasas, incluso en los países en que existen sistemas sofisticados de
recolección de informaciones”39

En general se acepta que la determinación de las tendencias migratorias a nivel mundial


constituye una tarea compleja sumamente compleja. Tal complejidad está asociada a varios
factores. Muchos países todavía carecen de sistemas de registro de los movimientos migratorios,
y no todos los países que disponen de registros procesan y publican las informaciones obtenidas.
Por otra pare, entre los países que producen tales informaciones, su significado, alcance y los
criterios que se utilizan para definir el fenómeno varían considerablemente. La información
existente es insuficiente para estudiar las causas y consecuencias del fenómeno migratorio.

Tal y como lo describe Marta Roig Vila,40 se da todo un conjunto de problemas que hacen
complejo el estudio:

ƒ las fuentes estadísticas de información sobre migraciones internacionales son variadas y


responden a prioridades distintas. Algunos países utilizan fuentes administrativas
(registros de población, de extranjeros, número de visados otorgado, permisos de
residencia, de trabajo, etc.), que generalmente sólo incluyen a extranjeros. Estas fuentes
registran el momento en el que se realiza el procedimiento legal o se otorga (o renueva)
un visado o permiso; pero tal proceso administrativo no coincide necesariamente con el
momento de la migración;

ƒ Hay países que utilizan datos recogidos en las fronteras. Aunque en teoría esta es la mejor
forma de medir flujos de migrantes, pocos países logran un control adecuado de sus
fronteras y, en general, el control de entradas es mayor que el de salidas. Finalmente, los
censos y otras encuestas de hogar ofrecen información sobre el número de inmigrantes
internacionales presentes en el país en el momento de la encuesta. Aunque en general no
indican cuándo los migrantes llegaron al país, y por consiguiente no informan sobre flujos
migratorios, ofrecen la medida más homogénea y completa sobre el número de migrantes;

ƒ no existe uniformidad de criterios para definir a un migrante internacional. La duración de


estancia en el país de acogida es uno de los criterios que permiten diferenciar migrantes
de otros individuos que realizan viajes internacionales. No obstante, algunos países no
establecen un período mínimo de presencia en el país o ausencia del mismo para
considerar a un individuo migrante, otros utilizan referencias temporales variadas y sólo
algunos se atañen a la tipología de migrantes temporales, migrantes de largo plazo y
migrantes permanentes recomendada por Naciones;

ƒ pocos países publican información sobre los movimientos migratorios temporales y pocos
registran las salidas del país, independientemente de la duración de los permisos de
residencia o trabajo. Y sin embargo, el análisis de las migraciones temporales, del ritmo

39. http://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc87/r3-1b.htm#Introducción
40. Marta Roig Vila: Las migraciones internacionales en América Latina y el Caribe. SELA Edición Nº
65 Mayo-agosto 2002. http://lanic.utexas.edu/~sela/AA2K2/ESP/cap/N65/cap65-8.htm

43
de rotación de flujos y del posible aumento de hogares localizados en dos países a la vez
sería un elemento crucial en el estudio de procesos en curso.

La transición demográfica

Ya a finales del siglo XIX quedó establecido, primero, que los niveles de natalidad y mortalidad
de la población están condicionados por factores sociales más que por leyes biológicas y,
segundo, que a lo largo del proceso de desarrollo histórico se producen profundos cambios
cualitativos de los tipos de reproducción de la población.

Se valora que la definición de regímenes o dinámicas poblacionales es el primer aporte


importante de lo que se ha dado en llamar teoría de la transición demográfica, cuyo esquema
empírico es el paso de un régimen tradicional de mortalidad y fecundidad elevadas, a un régimen
moderno, de mortalidad y fecundidad reducidas.

El régimen antiguo de población se define, por una alta natalidad, una alta mortalidad y la
dependencia del tamaño de la población de la coyuntura económica. La mortalidad debida a
catástrofes naturales tendrá una importancia decisiva en el tamaño de la población. El régimen
demográfico moderno parece definirse por su baja natalidad, su baja mortalidad (sobre todo su
baja mortalidad infantil), y la escasa incidencia de la mortalidad catastrófica. La transición
demográfica es el paso del régimen antiguo al régimen moderno de población.

Uno de los mayores intentos por elaborar una concepción teórica de las relaciones entre
población y desarrollo lo constituye lo que se ha dado en denominar "transición demográfica".
Ella se sitúa justamente entre los esquemas conceptuales - si no es que entre "teorías"- mas
desarrolladas.

El concepto de transición demográfica suele constituir una noción de uso frecuente al momento
de describir la situación demográfica de países, regiones y grupos sociales.

Quizás el mayor aporte de estas formulaciones ha sido proporcionar un marco de trabajo


completamente general para la discusión, análisis, evaluación y propuesta de programas en
relación a la situación demográfica del mundo, sus regiones y países.

El elemento común de las concepciones de la transición demográfica lo constituye una


periodización del desarrollo demográfico en tres o cuatro grandes etapas históricas.

La transición demográfica se define como el proceso de una ruptura en la continuidad del curso
del movimiento de la población hasta un momento determinado.

Al mismo tiempo se trata de un proceso en el que emerge un nuevo tipo de reproducción de la


población y del movimiento subyacente en la misma.
44
La hipótesis básica es que las poblaciones tienden a pasar por ciertas etapas de crecimiento
demográfico determinadas por la evolución de la natalidad y la mortalidad.

"Como proceso histórico, las modificaciones se habrían producido en etapas, en que la


mortalidad primero, la fecundidad, después, transitaron gradualmente de elevados a bajos
niveles, que tendieron a reproducir un bajo, nulo o, incluso, negativo crecimiento".41

En general se admite que el paso de un estado de equilibrio de niveles elevados de fecundidad y


mortalidad a otro estado de equilibrio de niveles más bajos de mortalidad y fecundidad,
comprende cuatro etapas:

Primera etapa. Tasas de


mortalidad y fecundidad
elevadas. La esperanza de vida
al nacer es de menos de 45
años y la tasa de fecundidad
total de más de 6.

Segunda etapa. Las tasas de


mortalidad y fecundidad
comienzan a disminuir, la
primera antes que la última, La
esperanza de vida al nacer está
entre 45 y 55 años, y la tasa de
fecundidad total, entre 4,5 y 6.

Tercera etapa. Disminución


acelerada de las tasas de
mortalidad y fecundidad. La
esperanza de vida al nacer está
entre 55 y 65 años, y la tasa de
fecundidad total entre 3 y 4,5.

Cuarta etapa. Tasas de


mortalidad y fecundidad bajas. La esperanza de vida al nacer es de más de 65 años, y la tasa de
fecundidad total, por debajo de 3.42

41. Ver: Chackiel J., y Martínez J., Transición demográfica en América Latina y el Caribe desde 1950.
IV Conferencia Latinoamericana de Población. La Transición Demográfica en América Latina y el
Caribe. Ciudad México, 23 al 26 de marzo de 1993.

42. Ver: Naciones Unidas. La población del mundo para fines de siglo. Estudios Demográficos, No.
111, Naciones Unidas, Nueva York 1989. Pág. 74.

45
"En términos simplificados, el esquema original de la TD reconoce cuatro etapas: la primera,
donde se presentarían elevados índices de mortalidad y fecundidad que conducirían a un
crecimiento bajo y fluctuante; la segunda, en que comenzaría a descender la mortalidad y, por lo
tanto, aumentaría el ritmo de crecimiento de la población; la tercera fase se caracterizaría porque
la fecundidad iniciaría su descenso también, provocando una disminución en el ritmo de
crecimiento que sobrevendría gradualmente, en virtud de la joven estructura de edad; por último,
la cuarta etapa se distinguiría por un bajo, nulo y, a veces, negativo crecimiento, debido a los
reducidos niveles alcanzados por los componentes"43

La transición demográfica fue esbozada como un intento teórico de interpretación general del
proceso de cambio de la población en los países occidentales. Dicho proceso se expresa a través
de las modificaciones en los niveles de los componentes naturales del crecimiento, los que se
habrían iniciado como respuesta a las transformaciones sociales y económicas que trajo la
modernización industrial.

Comoquiera que en sus orígenes la transición demográfica se refiere a la evolución de la


población de los países que atravesaron por un proceso de industrialización (Europa, Estados
Unidos, Canadá, Japón, etc.) se suscita la cuestión de si la transición demográfica se refiere a un
resumen histórico de la experiencia de aquellos países, o ha devenido en una verdadera teoría de
población que sobreviene en modelo teórico explicativo de la situación de todos los países que
atraviesan el proceso urbano-industrial.

Refiriéndose a la disminución de la fecundidad y la mortalidad en los países en desarrollo Tabah


se ha cuestionado el carácter de teoría de esta concepción. "Los demógrafos y otros estudiosos
denominan esa tendencia descendente "la transición demográfica". Tal cosa no debería
considerarse una teoría, ni una ley, sino sencillamente un proceso que atraviesan las sociedades
cuando pasan de una situación caracterizada por una fecundidad y una mortalidad elevadas a otra
con fecundidad y mortalidad bajas"44.

De esta manera el concepto de transición demográfica representa un marco general para la


caracterización de las tendencias demográficas. Empleándola como un concepto que describe un
proceso y no como una teoría ni ley, la transición demográfica ha llegado a constituirse en un
postulado fundamental en los estudios de población, y se utiliza para el análisis general de las
tendencias demográficas.

A la "transición demográfica" como teoría o no, se le concede un lugar preferente dentro de la


demografía mundial. Esta concepción es aplicada a la explicación del cambio de los "tipos de
reproducción de la población". Aunque el término fue propuesto en 1945 por el demógrafo
norteamericano F. W Notestein, la concepción misma se remite a época tan temprana como el
período 1909-34, introducida por A. Landry bajo el nombre de "revolución demográfica".

43. Ver: Chackiel J., y Martínez J., Ob. cit.

44. Ver: Tabah L., De una transición demográfica a otra. En Boletín de Población de las Naciones
Unidas, No. 28, 1989, Naciones Unidas, Nueva York, 1990.

46
Ya a finales del siglo XIX quedó establecido que los niveles de natalidad y mortalidad de la
población más que por leyes biológicas, están condicionados por factores sociales y en esto, en
el proceso de desarrollo histórico se producen profundos cambios cualitativos de los tipos de
reproducción de la población.

Se valora que la definición de regímenes o dinámicas poblacionales es el primer aporte


importante de la teoría de la transición demográfica, cuyo esquema empírico es el paso de un
régimen tradicional de mortalidad y fecundidad elevadas, a un régimen moderno, de mortalidad y
fecundidad reducidas45.

"La riqueza de la teoría consiste en abrir considerablemente el concepto de regulación


demográfica, en donde la dinámica de una población no depende sólo de la mortalidad y de la
fecundidad, pero también interactúan entre si, llegando a sistemas complejos de reproducción
demográfica, que combinan mortalidad, nupcialidad, migración y fecundidad. Estos sistemas
existen en cualquier tipo de sociedad, pero sus características varían considerablemente en
diferentes contextos históricos y espaciales"46.

Lo que se valora como un segundo aporte importante de la teoría es que la misma deviene en
marco de análisis de las relaciones entre los cambios en las variables demográficas y los cambios
económicos, sociales y culturales, lo cual la acerca, o sencillamente la inscribe en las
consideraciones teóricas que al respecto del universo de las relaciones entre población y
desarrollo se han venido elaborando en las últimas décadas.

Las concepciones en torno a la transición demográfica se distinguen por las premisas y


metodologías de análisis del condicionamiento social de los tipos de reproducción de la
población, lo que a su vez, determina puntos de vista heterogéneos en cuanto a las causas y
factores de la transición demográfica, su mecanismo, resultado final y el grado de universalidad.

Limitaciones del concepto de transición demográfica

Se señalan varias limitaciones al concepto de transición demográfica, y entre ellas:

a) El concepto no permite cuantificar ni explicar las diferencias en inicio, en el final y en


la intensidad del proceso de transición, en particular respecto a la fecundidad. En este sentido, el
esquema no daría cuenta del grado de modernización necesario para producir modificaciones
importantes en el nivel de fecundidad.

45. Ver: Zavala de Cosio, La transición demográfica en América Latina y en Europa. En:
IUSSP, CELADE, CENEP0, Seminar on Fertility Transition in Latin America, Buenos Aires,
3-6 de abril de 1990, Pág. 2

46. Ver: Zavala de Cosio, Ob. cit.

47
b) La caracterización de la transición demográfica obedece esencialmente a la
especificidad histórica de cada sociedad. La identificación de países o grupos en la misma etapa
de la transición no siempre se explica por iguales factores47.

Las transiciones demográficas.

Siguiendo a Jean Bourgeois-Pichat, la actual es la última de varias transiciones que han tenido
lugar antes de la presente, y no hay razones suficientes para pensar que la sucesión de estas
transiciones terminará con la presente.

Las transiciones pasadas y la presente.

Se considera que el descubrimiento del fuego estuvo, probablemente, en el principio de la


primera transición demográfica. La hipótesis más aceptada es que la posibilidad que dio el fuego
para cocer los alimentos y con ello el incremento de la disponibilidad de recursos alimenticios,
pudiera haber impactado positivamente en la disminución de la mortalidad y ello a su vez traería
como consecuencia un incremento de la población.

Una segunda transición seguiría al desarrollo de la agricultura. Este desarrollo trajo aparejado el
asentamiento de la población para cultivar la tierra, una gran disponibilidad de alimentos y
seguramente una alta valoración del número de hijos necesarios para cultivar la tierra; ello
incrementaría la fecundidad y de nuevo se daría un aumento de la población. Así mismo se
considera que el asentamiento trajo consigo el surgimiento de epidemias y otras enfermedades
que eran desconocidas para los otrora cazadores nómadas y con ello el incremento de la
mortalidad. Estas enfermedades se debieron no sólo a la vida de comunidad entre personas, sino
también con sus animales, portadores de estas enfermedades. Se estableció un delicado
equilibrio entre mortalidad y fecundidad y es probable que, en ciertos momentos, la existencia
de la humanidad en su conjunto estuviera en peligro. Finalmente, en el largo plazo, la Vida
aventajó a la Muerte y la población mundial creció.

Una tercera y actual transición demográfica comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII en
Europa y se calcula que se extenderá hasta mediados del próximo siglo XXI.

Se considera que la transición actual se distingue en varios aspectos de las que le precedieron. De
una parte, a diferencia de las transiciones anteriores que abarcaron miles de años, la transición
actual debe extenderse por un período mucho más corto, calculándose que sea completada en el
curso de unos 300 años desde el inicio. En segundo lugar, el crecimiento de la población que
caracteriza esta transición es mucho más rápido, y el monto del mismo en números absolutos es
mucho más grande en comparación con todos los períodos previos combinados y como lo

47. Ver: Chackiel J., y Martínez J., Ob. cit.

48
evidencian las estadísticas actuales, la población crecerá mucho más en términos absolutos, antes
que culmine la tercera transición.

Se supone que a esta tercera seguirán otras transiciones marcadas por cambios o saltos
cualitativos en el desarrollo social y económico como lo constituyó el paso de la economía
agrícola a la industrial. De hecho cada transición ha sido acompañada por saltos cualitativos en el
desarrollo social y económico: el descubrimiento del fuego para la primera transición, la
invención de la agricultura para la segunda, y la industrialización para la tercera.

La transición actual se ha caracterizado por una fuerte declinación de la fecundidad, en la que han
incidido tanto los descubrimientos biológicos que han aportado conocimientos sobre el proceso
de reproducción y el desarrollo de medios para regularlo, como el propio desarrollo social y
económico que ha caracterizado el presente siglo.

El descenso de la mortalidad ha estado presente también en el conjunto de características de la


actual transición. Este descenso se ha debido fundamentalmente al control de las enfermedades
exógenas, no así a las endógenas que mantienen un peso significativo en la mortalidad y que
hacen pensar a algunos, que pudiéramos estar aproximándonos a una etapa en la cual la
mortalidad dejaría de disminuir. Existen, no obstante, otros criterios consecuentes con el
desarrollo actual de la ciencia y en especial de las ciencias biomédicas, acorde a los cuales la
mortalidad endógena finalmente será controlada paulatinamente, lo que abriría una etapa de
descenso de la mortalidad, lo que a su vez conduciría a un incremento de población.

Finalmente es válido comentar que el descenso sin precedentes de las tasas de crecimiento
demográfico en Europa devino en acicate para que Van de Kaa adelantara su hipótesis de la
segunda transición demográfica. La expresión acuñada por éste y otros demógrafos europeos
busca describir un conjunto de cambios en la conducta marital y reproductiva acaecidos en los
países de Europa occidental a partir del decenio de 1960. Esta segunda transición, además de
distinguirse por el predominio de índices de fecundidad muy inferiores al nivel de reemplazo y
sostenidos en el tiempo -los cuales, según algunos autores, son rasgos de la postransición
demográfica clásica -, se caracterizaba por un incremento de la soltería, el retraso del matrimonio,
la postergación del primer hijo, el aumento de las uniones consensuales, la mayor proporción de
nacimientos fuera del matrimonio, la creciente tasa de rupturas matrimoniales y una
diversificación de los modelos de estructuración familiar.

La situación demográfica mundial

En la historia de la demografía mundial los investigadores distinguen dos períodos que


consideran decisivos en cuanto al crecimiento de la población: la llamada revolución neolítica y
la revolución industrial.

Se desconocen los elementos acerca de la manera en que se produce la transición demográfica del
Paleolítico al Neolítico, así como el período implicado por ésta; lo que sí está claro es que la

49
población experimentó un significativo aumento en esa etapa. Desde el Neolítico hasta los
albores de la revolución industrial la población crece lentamente. Durante el paleolítico inferior,
se estima que en el planeta residían 125.000 habitantes humanos, todos ellos en lo que hoy
conocemos como África. Se calcula que en el paleolítico medio, el tamaño de la población
alcanzaba la cifra de un millón de habitantes humanos y su ubicación geográfica ya se extendía
hasta Eurasia y, poco antes de comenzar el neolítico, las estimaciones indican que ya poblaban al
mundo en su conjunto unos cinco millones de habitantes humanos.

Hace diez mil años, la revolución neolítica, mediante la aplicación de técnicas agrícolas y
ganaderas, permitió la primera gran expansión de la especie humana; se calcula que a partir de
entonces la población comenzó a crecer a un ritmo que la duplicaba cada mil setecientos años.
Los indicios más confiables nos permiten suponer que, para los tiempos del Imperio Romano,
poblaban el planeta ciento cincuenta millones de habitantes, concentrados en lo fundamental en
torno al Mediterráneo (unos 50 millones) y China (otros 50 millones) Los 50 millones restantes
habrían estado dispersos por del resto de la geografía mundial.

La crisis del Imperio Romano se presentó acompañada por las primeras grandes epidemias que
provocaron despoblación. En el año 1348 se extiende por Europa la Peste Negra que, de acuerdo
con estimaciones practicadas, pudo haber reducido la población europea en un tercio. A pesar de
ello, hacia el año 1600, la Tierra había alcanzado casi los quinientos millones de habitantes. A
partir de ese momento se produce la explosión demográfica y la población empieza a crecer en un
ritmo que la duplica cada doscientos años. En 1800, dos años después de la publicación del
Primer Ensayo sobre el Principio de la Población de Tomás R. Malthus, se alcanzan los
novecientos millones de habitantes. El ritmo se sigue acelerando; en 1900 se alcanzan los mil
seiscientos millones; en 1960 había tres mil millones. A mediados de 1999 el mundo saludaba el
advenimiento del ciudadano 6000 millones.

Se reconoce la existencia de un problema global de población identificado por el rápido y


contínuo crecimiento de la población mundial, especialmente en el mundo en desarrollo, el
proceso incontrolado de migración y urbanización y la creciente degradación del medio ambiente
en todas partes, aspectos estos dos últimos, que se asocian al primero, y como efecto necesario de
lo que ocurre en un nada despreciable número de países subdesarrollados de Asia y Africa
principalmente.

Tiene lugar un abrumador crecimiento poblacional al haber de los países pobres especialmente de
Asia y Africa. Este crecimiento se combina con la implosión demográfica de los países
desarrollados a la que refiere Bourgeois-Pichat48.

Según los cálculos de los expertos de las Naciones Unidas, que se reflejan en sus publicaciones
especializadas, la población mundial alcanzó los 6000 millones de personas en 1999, año que
fue seleccionado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas para considerar el significado
de un mundo de 6000 millones de habitantes, denominando al 12 de octubre de ese año, EL DIA

48. Ver: Bourgeois-Pichat J., Del siglo XX al siglo XXI: Europa y su población después del año 2000.
en Notas de Población, CELADE, año XVIII, abril de 1990, no. 49.

50
DE LOS 6000 MILLONES e invitándose a los Gobiernos, las Organizaciones no
Gubernamentales y a los particulares que acudieran en ese dia para celebrar esta ocasión. Las
regiones donde el crecimiento es más ace-lerado son las de África al sur del Sahara y partes del
Asia meridional y el Asia occidental. Mientras tanto, el crecimiento de la población se ha hecho
más lento o se ha detenido en Europa, América del Norte y el Japón. Los Estados Unidos son el
único país industrializado donde, según las proyecciones, la población ha de seguir aumentando,
en gran parte como resultado de la inmigración.49

De manera explícita o no, el enfoque de la relación población- desarrollo ha tenido como punto
de partida, en particular, el análisis de la situacion sociodemográfica mundial y sus conse-
cuencias, y en un contexto más general, a la llamada problemática mundial de cuyo debate,
hicieron su agosto, como quien dice, los oráculos del mal aguero y los apóstoles del optimismo.

Cuando el Club de Roma lanzó Urbi et Orbi su famoso documento de la apocalipsis, el


problema de la población quedaba claramente insertado en dicha problemática junto a otros
aspectos del desarrollo.

A partir de la visión apocalíptica del futuro que se desprendían de los análisis de los expertos,
muchos gobiernos y agencias privadas con cuantiosos recursos financieros, organizaron o
llevaron a cabo, directamente, programas de control natal y campañas de propaganda destinadas a
convencer a la población de los países en desarrollo de las ventajas de una familia pequeña y de
la necesidad de adoptar las técnicas más modernas para reducir la fecundidad.

El problema que se planteaba investigar, bajo la denominación de problemática mundial, era


examinar, en un contexto mundial, la interrelación e interdependencia de algunos factores
considerados como críticos, por ejemplo, el crecimiento de la población a escala mundial, la
producción de alimentos, la industrialización, el agotamiento de los recursos materiales, la
contaminación, la desigualdad en el desarrollo económico, etc50.

La situación demográfica aludida, puede caracterizarse brevemente de la manera siguiente:

El crecimiento que ha experimentado la población mundial en las últimas décadas y las


conjeturas y proyecciones que se hacen sobre la situación demográfica mundial para el decursar
del presente siglo siglo, sitúan el problema de la población junto con la disponibilidad de
alimentos, la contaminación del medio, el agotamiento de los recursos naturales, etc. entre los
problemas más críticos del mundo contemporáneo.

49. UNFPA: El estado de la población mundial 1999. Resumen.


http://www.unfpa.org/swp/1999/spanish/pressumary1.htm
50. Ver: Bueno, E., La población en los modelos mundiales. Ed. de Ciencias Sociales, La Habana,
1985. Pág. 23, 24.

51
Es indudable que el crecimiento de la población en la magnitud que se viene produciendo en los
países subdesarrollados, conjugado con la situación socioeconómica que los mismos presentan,
conducen a una agudización de fenómenos tales como la pobreza, el hambre, el atraso económico
y social, y en general, a un acrecentamiento del propio subdesarrollo.

Según estimados de Naciones Unidas, la población mundial en el año 2000 ascendía a 6070581
miles de habitantes, es decir algo más del doble de la población de 1960. Se proyecta que la
población mundial alcanzará la cifra de 8130149 millones en el año 2030. Por otra parte, la
población de los países menos desarrollados pasará en ese mismo período de 4876709 miles de
habitantes a 6887870, es decir incrementarán su población en 2011161 miles de habitantes.

De manera que el grueso del crecimiento indicado tendrá lugar, precisamente, en los países
subdesarrollados, que son los más deficitarios, técnicamente atrasados y con menos
disponibilidad de insumos materiales en la producción de alimentos. Hacia el año 2030,
aproximadamente el 84 % de la población mundial, o sea, las cuatro quintas partes de la
población, vivirá en los países en desarrollo, mientras que en el año 2000 esta población
representaba el 80% del total mundial. Entre el año 2000 y el 2030 la población en los países

52
desarrollados se incrementaría en solo 4%, mientras que los menos desarrollados lo harían en un
57,6% en ese mismo período.

Como se aprecia, una de las expresiones de esta situación demográfica es el marcado carácter de
desigualdad que se ilustra con las estadísticas mostradas anteriormente, y manifestación necesaria
del desarrrollo desigual de los países capitalistas.

Esta desigualdad se expresa a escala mundial en la existencia de una parte, de una minoría de
países industrializados que acumulan las riquezas y el progreso técnico y cultural, acumulación
que se hace posible en gran medida, debido a la explotación y el saqueo de que hacen víctima a la
mayoría de países que se concentra en el otro polo y a cuyo lado se acumulan la pobreza, el
atraso y la incultura.

Los diagnósticos destacan la heterogeneidad entre las diferentes regiones y dentro de estas,
heterogeneidad en cuanto a situaciones nacionales y aun subnacionales que conjugadas con los
principales limitaciones externas para el logro de los objetivos del desarrollo, traen como
consecuencia el ensanchaniento de la brecha que separa a los países en desarrollo de los
desarrollados. La persistencia de factores económicos y sociales no adecuados de carácter
nacional e internacional, y la dependencia externa de los países en vías de desarrollo,
conjuntamente con la crisis económica actual, condicionan las posibilidades de lograr un
desarrollo armónico y sostenido.

La llamada heterogeneidad es un efecto natural del desenvolvimiento del capitalismo como


sistema mundial que engendra, simultáneamente, países desarrollados por un lado y países
subdesarrollados, dependientes y superexplotados por otro, que sirven de base y de fuente de
recursos al desarrollo de los primeros. El desarrollo de unos y el atraso de otros son resultados
complementarios y lógicos de un sistema de explotación que genera simultáneamente bienestar y
adelanto para una minoría, atraso y explotación para la mayoría.

La desigualdad demográfica constituye, precisamente, uno de los indicadores del desarrollo


desigual aludido, particularmente en lo concerniente a las dos últimas manifestaciones del
desarrollo desigual de los diferentes países capitalistas al que se ha hecho referencia
anteriormente.

En término de tasas, se constata que mientras Europa estaría teniendo un crecimiento negativo a
partir del período 2000-2005, África, Asia y América Ltina y el Caribe estarían creciendo a tasas
de 2.20; 1.25 y 1.41 respectivamente.

53
Africa influye de manera significativa en las tasas que se observan a nivel mundial. Su población,
algo más de 795 millones en el año 2000 se estaría duplicando en 35 años más.

América Latina muestra una situación mas favorable en el sentido de que si bien su población se
duplicó en el período que va de 1965 al año 2000, a penas se incrementa en un 48% en los 50
años que van del 2000 al 2050.

Si bien las tasas de crecimiento en Asia denotan un importante descenso, no obstante su


población será aún enorme para los próximos años, pasando de 3 680 millones en el año 2000 a 5
222 en el 2050, lo que representará alrededor del 59 por ciento de la población mundial.

Otros indicadores demográficos para el período 2000-2005 reafirman la desigualdad aludida. Por
ejemplo, la tasa de natalidad de África en ese período es de 37,4, mientras que la de Europa es de
9.5, la de América Latina y el Caribe 21.6 y la de Asia 20.5. Las tasas de mortalidad infantil para
ese mismo período se calcula en 88.5 para África, mientras que para Europa, América Latina y

54
Asia estarían en términos de 8.9; 28.2 y 53.2 respectivamente. Para ese mismo período los
europeos estarían vivendo 2.6 años más que los latinoamericanos y caribeños en su conjunto, 7
años más que los asiáticos y 25.3 años más que los africanos. Hay marcadas diferencias también
en cuanto al porcentaje de población mayor de 60 años.
Al comentado desarrollo demográfico desigual a nivel global se unen, como es lógico suponer,
las profundas desigualdades entre los países de cada región en la casi totalidad de los indicadores.

Una serie de indicadores seleccionados también muestran las profundas desigualdades que se
presentan de una región a otra, y dentro de los propios países de cada región. Mientras que Africa
presenta una tasa de natalidad de 43 y un incremento natural de 3,0, América Latina presenta
tasas de 27 y 1,9 respectivamente; no obstante, existen paises de AmÉrica Latina que presentan
tasas superiores a las de
Africa en su conjunto en la
casi totalidad de los
indicadores demográficos.

La estructura y dinámica
de la distribución de la
población en América
Latina y el Caribe por
ejemplo, en las condiciones
sociohistórico-culturales
concretas de nuestros
países, constituye una
manifestación del
desarrollo social y
económico desigual que se
expresa en fenómenos tales
como: la concentración
metropolitana en unas
cuantas ciudades,
concentración económica y
de servicios en las grandes
urbes, centralización de la toma de decisiones, dispersión de la población en las zonas rurales y
ciudades de menor tamaño con una base económica dependiente del gran centro, con servicios
deficientes y limitados.

Ese desarrollo social y económico desigual genera, a su vez, grandes desigualdades sociales, en
oportunidades de empleo, alimentación, educación, salud, viviendas, acceso a la cultura y otros
elementos conformadores del nivel y calidad de vida de la población.

Finalmente, uno de los aspectos que más se destaca en la situación sociodemográfica de los
países en vías de dearrollo - que tiene por cierto, una influencia directa en las condiciones de

55
formación de la fuerza de trabajo- es el cambio en la estructura por edades de la población.
Paulatinamente se ha ido produciendo un proceso en el que los grupos de mayor edad han ido
tomando un peso específico mayor, no obstante mantenerse aún una proporción relativamente
alta de personas que no alcanzan la edad laboral.

Se estima que la población en edad laboral (15-64 años) continuará incrementándose en Asia y
América Latina y el Caribe hasta el 2020, mientras que en África seguirá creciendo aún hasta el
2050. Europa experimentará un descenso sistemático desde el 2010.

El crecimiento contínuo y
rápido de la población en
edad laboral en muchos
países en vias de
desarrollo constituye uno
de sus grandes problemas
ante las posibilidades de
utilización productiva de
una fuerza laboral
creciente.

De esta suerte, una de las


consecuencias principales
del comportamiento
demográfico en los países
en vías de desarrollo es el
aumento de las cifras
absolutas y proporciones
relativas de los
contingentes de fuerza de
trabajo dentro del tamaño
global de la población. Estos cambios, en las condiciones de reproducción de la población en la
perspectiva a largo plazo, ejercerán indudablemente una profunda influencia en la formación de
la fuerza productiva fundamental de la sociedad, -la fuerza de trabajo- y en las posibilidades de su
utilización productiva, y finalmente, en las condiciones de existencia de millones de seres
humanos.

El hecho de conservar la tendencia a mantener estructuras rejuvenecidas, conlleva a que el


crecimiento de la población tienda a cobrar un mayor impulso en los próximos años.

Vale decir que todo este desenvolvimiento demográfico, si bien se reserva su propia inercia, ha
sido impactado y ha influido, a su vez, sobre diversos factores sociales, económicos, políticos,
culturales, etc., que, en su momento, fueron considerados como “determinantes” y como
“consecuencias” de los factores demográficos y que, a la postre, condujeron a la conformación
del campo de estudio que hoy en día se denomina “Población y Desarrollo”, denominación, esta
última, a la que se han agregado los nuevos apellidos de humano y sustentable.

56
PERSPECTIVA ECONOMICA

La población como base de la actividad económica. La fuerza de


trabajo y su reproducción

Esta perspectiva parte del reconocimiento de la estrecha relación que existe entre la reproducción
de la población y sus condiciones de vida y trabajo, lo cual conduce al mismo tiempo al
reconocimiento de las múltiples dependencias entre los procesos de reproducción de la población
y otros procesos socioeconómicos.

El enfoque se fundamenta en el hecho de que siendo la reproducción de las fuerzas productivas


condición imprescindible del desarrollo de la sociedad, se hace necesaria la reproducción de la
fuerza de trabajo como parte fundamental de la primera. Mientras tanto, la reproducción de la
fuerza de trabajo tiene como base la reproducción de la propia población y el restablecimiento de
las energías consumidas por el individuo en el proceso de producción, de manera que pueda
realizar en cada jornada el mismo trabajo en cantidad y calidad.

Por otra parte aquí opera el concepto de población como base de la actividad económica; la
población como categoría socioeconómica representa la unidad de la fuerza productiva
fundamental y de consumo de la sociedad. Al tiempo que una considerable parte de la población
es la fuerza productiva fundamental de la sociedad, toda la población, incluida la parte
mencionada, representa la fuerza de consumo de la sociedad. La población es el consumidor
fundamental de toda la producción elaborada. En consecuencia, sin el funcionamiento de
determinada parte de la población en forma de fuerza productiva fundamental de la sociedad,
sería imposible la satisfacción de las necesidades de aquella, y por consiguiente, su existencia
misma.

El funcionamiento simultáneo de toda la población en calidad de fuerza de consumo, representa


un aspecto necesario del proceso de reproducción. Es decir, ambos aspectos se complementan y
se condicionan mutuamente.

Es decir que del hecho de que la reproducción de las fuerzas productivas es la condición
imprescindible del desarrollo de la sociedad, se desprende la necesidad de la reproducción de la
fuerza de trabajo como parte fundamental de la primera. Mientras tanto, la reproducción de la
fuerza de trabajo tiene como base la reproducción de la propia población como sistema
sociodemográfico.

La capacidad o fuerza de trabajo es el conjunto de las condiciones físicas y espirituales que se


dan en la corporeidad, en la personalidad viviente de un hombre y que éste pone en acción al
producir valores de uso de cualquier clase51.

51. Ver: Marx, C., El Capital. Tomo I, Edit. Ciencias Sociales, Instituto del Libro, Ciudad de la
Habana, 1973. Pág. 129.

57
En tanto que la fuerza de trabajo sólo existe como actitud del ser viviente, su producción
presupone la existencia de éste, y partiendo del supuesto de la existencia del individuo, su
producción consiste en la reproducción o conservación de aquel.

Para su conservación el ser viviente necesita de una cierta suma de medios de vida, necesita
actuar como consumidor de aquellos bienes y servicios que produce, como condición
sinequanon, para su reproducción, y que opera en la sociedad en tres planos:

En primer término, si el propietario de la fuerza de trabajo tiene que repetir día a día el mismo
proceso, en idénticas condiciones de fuerza y salud, la suma de víveres y medios de vida habrá
de ser por fuerza suficiente para mantener al individuo trabajador en su estado normal.

En segundo lugar, dado que el poseedor de la fuerza de trabajo es un ser mortal, para que su
presencia en el mercado de trabajo sea continua, es necesario que este vendedor se perpetúe,
como se perpetúa todo ser viviente, por la procreación; en otras palabras, la reproducción de la
fuerza de trabajo presupone la reproducción de la propia población y en consecuencia, la suma
de los medios de vida necesarios para la producción de la fuerza de trabajo incluye los medios
de vida de los sustitutos.

En tercer lugar, dado que una parte de las fuerzas son retiradas por el desgaste sería necesario
incluir en ese monto de medios para la reproducción los de este grupo de exposeedores de
fuerza de trabajo.

En esta reproducción habrían de explicitarse además, dos aspectos específicos. La necesidad de


que el poseedor de la fuerza de trabajo vuelva a "repetir mañana el mismo proceso, en idénticas
condiciones de fuerza y salud", implica que la reproducción habrá de incluir aquellos servicios
que garantizan la salud del obrero.

Por otra parte, como lo indica Marx, para modificar la naturaleza humana corriente y
desarrollar la habilidad y la destreza del hombre para un trabajo determinado, desarrollando y
especializando su fuerza de trabajo, se hace necesaria una determinada cultura o instrucción,
que a su vez, exige una suma mayor o menor de equivalentes de mercancías. Por tanto, los
gastos de aprendizaje entran en la suma de valores invertidos en la reproducción.

El ejército industrial de reserva

Marx sostenía que el proceso de acumulación capitalista da lugar a un cambio cualitativo en la


composición orgánica del capital. En la medida que avanza el desarrollo de las fuerzas
productivas se modifica la proporción entre el capital constante y el variable. Con el
incremento de la parte correspondiente a los medios de producción en volúmenes mayores que
el componente variable (la fuerza de trabajo), la incorporación de ésta decrece en relación al

58
monto de capital total. De esta manera, aunque al ampliarse la magnitud total de capital
invertido también aumente el correspondiente a la parte variable, ésta lo hace en una
"proporción constantemente decreciente". De esta suerte, el propio proceso de acumulación
capitalista genera constantemente "una población obrera excesiva para las necesidades medias
de explotación del capital, es decir, una población obrera remanente o sobrante".

Para Marx este enunciado constituye la ley de población característica del modo de producción
capitalista. Sin esa superpoblación sería imposible el aumento de la riqueza de la sociedad
burguesa, ya que ésta es "una de las condiciones de vida del régimen capitalista de
producción". Marx denominó ejército industrial de reserva a ese excedente de fuerza de trabajo
siempre disponible y que según él no es el resultado de cambios demográficos, sino de las
propias regularidades que rigen el proceso de acumulación capitalista.

Es esta población excedente o ejército de reserva la que asegura la producción de fuerza de


trabajo a la que el capital acude de acuerdo con las necesidades cambiantes de su propia
dinámica, a la vez que contribuye a regular el incremento de los salarios manteniéndolos dentro
de parámetros que no afecten el proceso de acumulación.

Alrededor de esta concepción de Marx, en su aplicación a las condiciones actuales en que se


produce el desarrollo del capitalismo en las economías dependientes, particularmente, las de
América Latina, se desarrolló la concepción de la marginalidad.

Acorde con ella, al ingresar el capitalismo en su fase monopólica varían las funciones que se
atribuía a la superpoblación, dado que los cambios en la composición orgánica y el alto
desarrollo de la tecnología aplicada a la producción hacen que la industria requiera de una
masa cada vez menor de fuerza de trabajo. En consecuencia es relativamente escaso el
porcentaje de la fuerza de trabajo que puede establecer relaciones funcionales con los sectores
modernos de la economía, disminuyendo así las posibilidades de que una gran parte de la
población en edad de trabajar pueda participar de las actividades productivas más dinámicas.
Esto hace que no toda la superpoblación obrera pueda desempeñar el rol de ejército de reserva,
conformando un contingente de fuerza de trabajo que establecerá relaciones disfuncionales con
las unidades productivas modernas. Es así como se transforma en un sector marginal diferente
al que Marx llamó ejército industrial de reserva.

Se trata de sujetos que -según los partidarios de la teoría- mantienen una relación no funcional
con las actividades hegemónicas (oligopólicas), de la economía y no necesariamente deben
estar desocupados.

La población que integra la categoría de desempleo abierto es sólo una fracción del sector
marginal, el resto es la fuerza de trabajo que con frecuencia, se inserta en las ramas
competitivas y menos organizadas de la producción, en las diversas modalidades del
autoempleo o en tareas terciarias de bajos ingresos.

Independientemente del grado de justeza de esta teoría, lo cierto es que la fuerza laboral que
integra el mercado de trabajo desempleada o subempleada, en todos los casos constituye una

59
oferta de fuerza laboral inmediatamente disponible en las condiciones que operen en una
coyuntura determinada. Constituyen, por tanto, aquellos trabajadores que se encuentran en
situación de responder en el mismo momento en que se formula la demanda capitalista de
empleo o, definido en los términos a los que Marx acude en El Capital, es "... un contingente
disponible que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y mantuviese a
sus expensas. Le brinda el material humano, dispuesto siempre para ser explotado a medida
que lo reclamen sus necesidades variables de explotación e independientemente, además, de
los límites que pueda oponer el aumento real de la población"52.

El valor de la fuerza de trabajo y sus componentes

El valor de la fuerza de trabajo está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario
para la producción y reproducción de esta particular mercancía, o en otros términos, es igual al
valor de los bienes y servicios necesarios para asegurar dicha producción y reproducción que
incluye:

a) reconstitución de la fuerza de trabajo activa: parte del valor consagrada al sustento cotidiano
del trabajador durante el período en que aplica su fuerza de trabajo en un proceso productivo;

b) mantenimiento en inactividad del trabajador: parte del valor consagrada a la sobrevivencia


del trabajador durante sus períodos inactivos (desempleo, enfermedad, vejez, etc.)

c) reemplazo generacional: parte del valor consagrado a la producción de un sustituto del


trabajador mediante la constitución y mantenimiento de su progenitura.

Como quiera que este valor de la fuerza de trabajo se operacionaliza mediante la aplicación de
la misma en un proceso productivo a cambio de un salario, el poseedor de la fuerza de trabajo
debería recibir una cantidad de valor suficiente para sufragar los bienes y servicios que
aseguren los tres componentes de la producción y reproducción de aquella. En otras palabras,
deberían recibir de los empleadores una masa salarial que represente el costo de reproducción
de la fuerza de trabajo. Dentro de esa masa salarial se distinguirían dos elementos:

a) el salario directo, o sea la parte del salario total que cubre principalmente el componente
reconstitución de la fuerza de trabajo activa

b) el salario indirecto, o sea la parte del salario total destinado a sufragar el costo del
mantenimiento en inactividad y el reemplazo generacional de los trabajadores.

52. Marx, C., Ob. cit. pág. 576

60
Empleo, desempleo y subempleo

La situación actual del empleo como la forma principal de utilización productiva y remunerada
de la fuerza de trabajo, es un tema central en la perspectiva económica de los estudios de
población, en tanto que el empleo remunerado es la principal fuente de satisfacción de las
necesidades básicas de la población. Es decir quienes no satisfacen sus necesidades básicas
tienden a coincidir con aquellos que tienen problemas de empleo. El vínculo mas directo se da
entre la pobreza -que acarrea insatisfacción de aquellas necesidades esenciales vinculadas al
consumo privado- y subempleo.

El problema del desempleo y el subempleo lejos de constituir una simple cuestión de índole
cuantitativo, está en el punto focal de la caracterización de la situación de la mayoría de los
países subdesarrollados, y expresa la capacidad del sistema social para ocupar a la fuerza de
trabajo, la forma injusta en la distribución del ingreso y, en general, las características de las
relaciones sociales existentes opuestas a desarrollar la personalidad del ser humano.

De esa suerte, -como hemos planteado anteriormente- la preocupación central por la elevación
de los niveles de vida en los países en vías de desarrollo está asociada a dos hechos
interrelacionados: El crecimiento económico, referido al nivel, estructura y posibilidades de
crecimiento de bienes y servicios que condicionan la base material para el bienestar de la
población; y la equidad, es decir, la distribución de los satisfactores entre los distintos grupos
de la población, que a su vez establecen las dimensiones absolutas y relativas del bienestar.

La interrelación entre estos dos aspectos actúa a su vez, a través de la relación empleo-ingresos
como factor de producción y determinante del bienestar.

Las estadísticas de PREALC al respecto del crecimiento del PIB, la desocupación urbana y el
salario mínimo, puede ilustrar esta situación.

Los problemas de extensión y utilización de la fuerza de trabajo han adquirido una gran
importancia. Es marcado el desequilibrio que existe entre la oferta y la demanda de fuerza de
trabajo en la mayoría de los países en desarrollo.

En esto influye el aún relativamente rápido crecimiento de la población, cuyo tamaño y


estructura por edades y sexo combinados con las tasas de actividad especificas, provoca que la
demanda de empleo crezca a una tasa mucho más rápida que la oferta de empleo lo que impide
una ocupación efectiva de toda la fuerza de trabajo disponible en muchos países de la región,
en las condiciones del sistema internacional en que están insertos y las propias características
de sus sistemas sociopolíticos.

Análisis recientes53 indican que el desempleo abierto se mantuvo relativamente constante entre
1980 y 1989, mientras que la subutilización total de la fuerza de trabajo creció de un 40 a un

53. PREALC: Labor market adjustment in Latin America. An appraisal of the social effects in the
1980s. Working Papers, No. 357. Stgo. de Chile, May, 1991.

61
42% durante la década. En otro orden de cosas, el subempleo urbano de conjunto con el
desempleo constituye la gran parte (70%) del problema total de empleo en la región
latinoamericana.

La situación descrita combinada con una insuficiente generación de empleo en los sectores
formales de la economía, produce el cuadro actual de la utilización de la fuerza de trabajo en
los países en vías de desarrollo. Es de notar que de manera general la elevación de las tasas de
desempleo abierto es moderada concentrándose el problema en la extensión e intensificación
de la subutilización de la fuerza de trabajo urbana (antes este era un fenómeno
predominantemente rural) a través de las distintas formas de subempleo, es decir, el que se
expresa en un número de horas menor que las deseadas, y el creciente surgir de actividades
económicas de tipo tradicional y de baja productividad, muchas de las que integran el así
conocido sector informal urbano.

En esta perspectiva entonces, el análisis de la utilización de la población como fuerza de


trabajo posee un papel determinante. La cuestión de una utilización inadecuada e ineficiente de
la fuerza de trabajo, constituye una de las manifestaciones más importantes del bajo nivel de
vida y una de las principales causas que la provocan. Al mismo tiempo ello favorece un marco
propicio para el análisis de la convergencia del desarrollo, la crisis social y económica, la
situación sociodemográfica, la utilización de la fuerza de trabajo y los niveles de vida y
pobreza.

Si partimos entonces del hecho de que un altísimo porcentaje de la fuerza de trabajo no está
utilizada en empleos remunerados o está subempleada y que el salario recibido en el caso de su
empleo estable no alcanza a satisfacer las necesidades del trabajador y su familia, se puede
plantear la pregunta de cómo subsiste la población?54:

a) Una parte importante de esa población vive en condiciones de miseria y pobreza cuestión
que es evidenciada por las estadísticas mundiales.

b) Unos individuos buscan disminuir al máximo los egresos, disminuyendo con ello la
cantidad y calidad de las necesidades y la cantidad y calidad de los satisfactores.

c) Otros individuos buscan aumentar los ingresos, no solamente en el sentido estricto del
dinero, sino en el sentido amplio de satisfactores incluyendo bienes y servicios. Algunos
desarrollan estrategias de inserción en agregados sociales de distinto grado de amplitud que
van desde la familia hasta la sociedad en su conjunto.

Por ejemplo, en el nivel de la familia los ingresos bajos generan la búsqueda, elaboración o
elección de mecanismos que complementen los medios necesarios para la subsistencia. La

54. Torrado S., Sobre los conceptos de "estrategias familiares de vida" y "proceso de reproducción
de la fuerza de trabajo". Notas teórico-metodológicas. Revista "Demografía y Economía", XV:2.
México 1981.

62
unidad doméstica puede adoptar estrategias que no trasciendan los límites del control familiar
tales como regular el número de hijos, el allegamiento de parientes, la independencia y
colaboración económica de los hijos, la división del trabajo interno, y para el caso de la fuerza
de trabajo agrícola, el conocido éxodo rural-urbano.

Conceptos relacionados con la población como base de la


actividad económica

Recursos humanos y laborales, fuerza de trabajo y población


económicamente activa

Resulta imprescindible el estudio de los recursos humanos conque se cuenta y sus tendencias
futuras, cuando se pretende tomar cualquier medida que tienda a la organización y
planificación de la economía nacional.

Tanto desde el punto de vista cuantitativo como del cualitativo se deben considerar todos los
aspectos relacionados con los recursos humanos.

Tales son, entre otros, la composición por sexo y edad, la calificación profesional, la
distribución geográfica y por ramas de actividad, los niveles de instrucción, el estado civil y la
familia, los ingresos, etc.

El desarrollo económico de un país plantea grandes exigencias encaminadas a la más efectiva


utilización de todos los recursos humanos.

Uno de los enfoques alternativos de la fuerza de trabajo está dado por la elaboración del
concepto de recursos humanos.

Desde un punto de vista amplio, los recursos humanos pudieran definirse, como equivalentes a
la población total dado el doble carácter de la población de consumidora y productora.

Básicamente, la edad a la que un individuo ingresa a la fuerza de trabajo varía en función del
nivel de ingreso y de la extensión del sistema educativo. Por otra parte, la edad de retiro se
vincula primordialmente con la cobertura de los sistemas de seguridad social. Como en
América Latina y el Caribe es raro que éstos cubran a toda la población -aun en las áreas
urbanas-, las estadísticas de empleo de la Región suelen tener únicamente un límite inferior.
Podría argüirse que estos hechos introducen heterogeneidad en las diversas mediciones dentro
de y entre distintos países e invalidan las comparaciones de las tasas económico demográficas
resultantes. Sin embargo, parece válido afirmar que, en la medida en que los límites
63
numéricamente distintos para la edad activa estén definidos en forma adecuada, ellos
simplemente reflejan una forma homogénea de medir realidades que son en sí mismas
diferentes.

El funcionamiento de la población en forma de fuerza de consumo de la sociedad presupone su


funcionamiento como fuerza productiva fundamental y en el proceso de desarrollo de la
población tiene lugar el paso de sus miembros de uno a otro estado.

Los componentes de los grupos de mayor edad de la parte de la población infantil, no apta
laboralmente, pasan poco a poco al grupo de la población en edad laboralmente apta, en la
medida que aumenta su edad.

Aquí se produce el cambio de los componentes que actúan solamente como fuerza de consumo
de la sociedad al grupo de los representantes que pertenecen al mismo tiempo a la fuerza
productiva fundamental y a la de consumo.

Algo similar, pero en sentido contrario, se observa en el paso de la población laboralmente apta
al grupo no apto laboralmente de los mayores.

Cuando se estudia la población y cómo esta participa en la actividad económica, se debe


determinar el total de la población que se encuentra comprendida en la edad laboral o activa.

La determinación de la edad activa es el primero de varios campos en los que no existe


uniformidad internacional sino que se siguen distintas convenciones nacionales o aun
regionales. El límite de edad activa se define en relación a las características generales del
mercado laboral de cada país o región y oscila entre los 7-8 años en las áreas rurales y los
14-15 años en zonas urbanas.

En la mayoría de los países se considera a esta población entre las edades de 15 a 64 años,
ambas inclusive.

Estos límites varían de un país a otro, y en el tiempo, dentro de un mismo país.

Si de esta población considerada en edad activa restamos las personas que se encuentran
incapacitadas para efectuar una labor remunerada en forma total o que estando dentro de dichas
edades (15-64 años) se hayan acogido a los beneficios de la jubilación cualquiera que sea el
motivo, y por otra parte, añadimos a las personas no comprendidas en la edad activa que se
encuentran trabajando, obtendremos el número de personas que, teóricamente pueden
participar en la actividad económica, es decir, obtendremos el total de recursos laborales
disponibles.

64
- Personas
fuera de la
edad laboral

+ Personas
RECURSOS POBLACIÓN fuera de la
LABORALES = TOTAL edad laboral
DISPONIBLES que trabajan

- Incapacitados
y jubilados en
edd laboral

Precisamente es a partir de este segmento de población (Recursos laborales) que deben


comenzar los estudios de la participación de la población en la actividad económica.

La delimitación precisa de la población económicamente activa es de importancia fundamental


por cuanto constituye la base sobre la que se calculan posteriormente las tasas de ocupación,
desempleo y subempleo. La pregunta usual para detectar la situación de ocupado o desocupado
en los censos y encuestas de hogares se refiere a la actividad que desarrolló el individuo en el
período (generalmente semanal) anterior al elevamiento de la información, o bien se inquiere
expresamente si trabajó durante dicho período. Esta forma de pregunta parece adecuada para
conocer la población económicamente activa vinculada con los sectores modernos pero no
ocurre lo mismo con aquellas personas que están insertas en los sectores no modernos. En
efecto, para los primeros, ya sea en áreas urbanas o rurales, la distinción entre ocupación e
inactividad es usualmente clara mientras que para los que trabajan en sectores no modernos
-especialmente en el agrícola tradicional- el concepto mismo de empleo resulta menos preciso.

La fuerza de trabajo

El concepto de "fuerza de trabajo" suele ser utilizado como equivalente al de "población


económicamente activa", tal y como se utiliza en la terminología de las normas internacionales
a efectos censales.

Es decir, que otro enfoque de la fuerza de trabajo es el que la identifica con la población
económicamente activa, que suele ser definida como una categoría demográfica identificable,
que puede distinguirse de otros sectores de la población por el hecho de que su función

65
consiste, como hemos dicho anteriormente, en producir los bienes y servicios necesarios para
satisfacer las necesidades de toda la población.

En el marco conceptual señalado, la PEA no es solo una categoría económica, sino también
una categoría demográfica, a la cual se le pueden aplicar diferentes medios de investigación
que utiliza la demografía.

Este concepto de población económicamente activa (PEA) internacionalmente utilizado y que


en esencia resulta primario por su nivel de generalización, no permite estudiar con detalles y
precisión los problemas relacionados con los recursos humanos potenciales de trabajo de cada
país en particular.

El mismo encubre el nivel real de ocupación y por consiguiente el grado de desocupación.

Este concepto obedece a una clasificación de la población según el tipo de actividad que realiza
en la economía, y ha sido propuesto e instrumentado por las Naciones Unidas, vale decir
también que se encuentra íntimamente relacionado con el mercado de la fuerza de trabajo, es
decir, el concepto de PEA surge con una necesidad de dicho mercado.

Ocupados
Desocupados que
PEA buscan trabajo
(desempleados)
POBLACIÓN =
TOTAL
Población que se
ocupa del hogar
Estudiantes (que
PNEA viven en
instituciones, que
reciben ingresos)
Otras personas

El concepto de PEA presenta algunas deficiencias, tales como:

-En la PEA los ocupados tienden a estar sobreestimados en cuanto a su valor total. Entre ellos
se incluyen a personas que no trabajan la jornada completa durante el período de referencia.

-En cuanto a los desocupados que buscan trabajo el concepto es en cierta medida indefinido.

-Resulta contradictorio ubicar a una persona desocupada, que dejó de trabajar o busca trabajo
por primera vez en una rama de la actividad económica.

66
Anteriormente se hizo mención a ocupados o desocupados.

Según la OIT (Oficina Internacional del Trabajo), las personas ocupadas son todas aquellas que
tengan más de cierta edad especificada y que están dentro de las categorías siguientes:

a) Que están trabajando, es decir, que realizan trabajo remunerado durante un breve período de
tiempo especificado o de referencia.

b) Que tengan empleo, pero que no están trabajando, por encontrarse temporalmente ausentes
del mismo durante el período de tiempo especificado debido a enfermedad, conflicto de
trabajo, vacaciones u otra clase de permiso, o sin permiso.

c) Los empleadores y los trabajadores por cuenta propia.

d)Los trabajadores familiares no remunerados que habitualmente exploten o ayuden a explotar


un negocio cualquiera o explotación agrícola; si han trabajado por lo menos un tercio del
tiempo normal de trabajo durante el periodo de referencia.

Los desocupados son todos aquellos que tengan más de cierta edad especificada y que durante
el período de referencia se hallen en las siguientes categorías:

a) Los trabajadores disponibles para el empleo cuyo contenido de trabajo haya expirado o se
esté suponiendo, que estén sin empleo y buscan trabajo remunerado durante el período de
referencia.

b) Las personas que no hayan estado empleadas nunca y que se encuentran disponibles para
trabajar en el curso del período de referencia y están buscando trabajo remunerado.

c) Las personas que hayan sido suspendidas temporal o indefinidamente sin goce de
remuneración.

Concepto de empleo, desempleo y subempleo

En las economías de mercado, la fuerza de trabajo actúa como una mercancía más, interviene
en la compra y venta de mercancías, en tales condiciones la definición de desempleo significa
"la carencia completa de empleo para parte de la población" y la de subempleo representa al
"empleo que es deficiente en cantidad y calidad, de forma que no ocupa suficientemente el
tiempo y la capacidad productiva de los trabajadores, o que rinda ingresos insuficientes".

67
Presenta la forma de trabajo
a tiempo parcial. Se le Subempleo visible (abierto)
conoce con el nombre de
Subempleo
Cuando se manifiesta como
una remuneración muy baja Subempleo disfrazado
por el tiempo trabajado. Se (abierto)
le conoce con el nombre de

En los países de economía agrícola atrasada o en las regiones de menor desarrollo económico,
predominan las dos formas señaladas del subempleo.

El subempleo disfrazado es característico de una buena parte de los llamados trabajadores por
cuenta propia y de los dedicados a las actividades marginales de las ciudades.

El propio desarrollo cíclico de la economía capitalista presupone una masa de desempleados


que pueda completar el ejército de obreros en activo en los momentos de reanimación y auge,
es decir, el desempleo aumenta o disminuye proporcionalmente, de acuerdo al momento del
ciclo presente en la economía.

No obstante, el número absoluto de personas desempleadas ha mostrado históricamente una


tendencia general al aumento.

Las fuentes de información para los estudios de la fuerza de


trabajo

Las fuentes de información para el trabajo demográfico se dividen:

-Fuentes que permiten estudiar el estado de la población.

-Fuentes que permiten estudiar el movimiento de la población.

Fuentes para estudiar el estado de la población

Denominada generalmente, fuente de empadronamiento, que consiste en los registros de los


sucesos poblacionales de una sola vez y en un momento dado, como si fuera una fotografía. Se
tienen dos tipos de fuentes: Censos y encuestas.

68
Censo de Población

Se define como el "Conjunto de operaciones, que consiste en reunir, elaborar y publicar datos
demográficos, económicos y sociales, correspondientes a todos los habitantes de una país o
territorio, referidos a un momento determinado o a ciertos períodos dados".

Encuesta

Por medio de la encuesta por muestreo se obtiene determinada información en una parte de la
población posible de considerar como concerniente al total.

Fuentes que permiten estudiar el movimiento de la población

Se hace de manera secuencial, es decir, a medida que los mismos se producen en el tiempo y
en el espacio. Se recoge la información mediante una serie de registros de población, como
son: registros civiles (nacimientos, defunciones, matrimonios, divorcios), registros escolares,
etc.

Con relación a las fuentes de datos que se utilizan para el estudio de la fuerza de trabajo,
también podemos plantear la misma clasificación general anterior, es decir, los censos, las
encuestas por muestreo y diferentes tipos de registros.

Temas que se investigan en los censos

En los censos de población se investigan una serie de temas, normalmente llamados


características, entre las que se encuentran:

- Características personales

- Características geográficas

- Características educacionales

- Características de composición de familia

- Características económicas

Las características económicas son las que conciernen a la PEA o fuerza de trabajo. En todas
las boletas censales aparece una parte correspondiente a las características económicas.

Hasta la década de 1950 la población económicamente activa se investigaba en los censos a


través del concepto de trabajador remunerado que se basa en la idea de que cada persona tiene

69
más o menos una función estable, ya sea como soporte económico de la familia o como ama de
casa, estudiante, etc. esta función era concebida independientemente del tiempo y por lo tanto,
quedaban ocultos una gran parte de los desocupados, los trabajadores ocasionales, etc.

El concepto moderno utilizado ampliamente en los censos es el de fuerza de trabajo que se


basa en preguntar a la persona su actividad en un intervalo de tiempo perfectamente definido e
inmediatamente anterior al momento del censo.

Se hace necesario definir este intervalo de tiempo como referencia al cual se identificará a las
personas como ocupadas y desocupadas. Este intervalo se conoce como período de referencia.

La práctica censal internacional parece inclinarse cada vez más a que ese período de referencia
sea de una semana aunque hay países que utilizan un mes e incluso 1 año.

Parece ser que el período de referencia de una semana es más apropiado porque caracteriza a la
población económicamente activa en el momento del censo. El tomar un año, por ejemplo,
haría que este dato perdiera representatividad.

Información brindada por el censo de población

1. Tamaño, monto, cantidad de los recursos laborales.

2. Su situación con relación a la ocupación.

3. Su distribución por sexo y edades.

4. Para el caso de los ocupados su distribución por rama de actividad.

5. Categorías ocupacionales.

Encuestas

Cuando no es posible realizar un censo de población y se desea investigar el comportamiento


de la población con relación a una característica determinada, en este caso la característica
económica, se recurre a la encuesta por muestreo.

Las encuestas sobre características económicas son menos frecuentes que otros tipos de
encuestas demográficas, pero muy útiles en el caso de países que no han podido realizar Censo
de Población y que no disponen de un sistema de registros sistemáticos.

70
Registros

Los registros de fuerza de trabajo son aquellos que el estado establece para realizar un control
sistemático del movimiento de la fuerza de trabajo.

En casi ningún país se lleva un registro continuo del movimiento de la PEA, similar al registro
civil por ejemplo.

Por esta razón las entradas y salidas que ella experimenta deben calcularse en forma indirecta,
basándose en los censos de población o en encuestas.

Hay países como Cuba, donde se lleva un expediente laboral que contiene la vida laboral del
trabajador y todas sus características demográficas y sociales.

Existen además documentos que recogen el trámite de traslado de un centro de trabajo a otro
que permiten obtener un estado del movimiento de la fuerza de trabajo.

Medidas de la participación de la población en la actividad


económica

La medición de la participación de la población en la actividad económica constituye un


elemento imprescindible para la planificación y proyección de la utilización de los recursos
laborales en la producción de bienes y servicios todo un sistema de medidas (tasas) ha sido
elaborado, incluido un coeficiente que mide la relación entre la población económicamente
activa y la no activa.

Se reconoce que la posibilidad de medir dicha participación está en dependencia del grado de
desarrollo en que se encuentre un país determinado. Es evidente que en aquellos países
atrasados económica y socialmente, con una precaria división social del trabajo, donde no se
haya generado aun un grado de especialización y diferenciación de las actividades productivas,
se hace difícil distinguir sin ambigüedades las actividades económicas de las no económicas,
(familiares, de autoconsumo o subsistencia, etc.) el tiempo libre del tiempo de trabajo, el
mercado de productos orientados al consumo familiar, el tipo de ocupaciones principales que
desarrolla la población.

A continuación se estudian esas medidas.

71
Tasa bruta de actividad

Con relación al volumen de la población total, la medida de la participación se expresa por la


tasa bruta de actividad.

Dicha tasa se define como la relación entre el total de población económicamente activa y el
total de la población, multiplicado por una constante (generalmente 100 ó 1000). En todos los
casos que sean posibles debe calcularse por sexos.

Na
A= k
N

donde

A = Tasa bruta de actividad.

Na = Población activa.

N = Población total.

K = Constante, por lo general 100.

Esta medida presenta una limitación consistente en que el denominador de la misma


comprende a toda la población y no a la que es susceptible de participar económicamente, ya
que la participación en la actividad económica se inicia a partir de determinada edad.

Para obviar la limitación aludida se acostumbra calcular la llamada Tasa Refinada de


Actividad. Esta se define como la relación de la población económicamente activa con la
población total a partir de la edad de inicio de la actividad económica o edad mínima
establecida.

Dado que existen diferencias notables en cuanto a la edad límite de inicio de la actividad
económica, que varía entre 10 y 15 años de edad según los países, es práctica usual que para
las comparaciones entre países se tome como edad límite la de 15 años.

Na
A =
1
k
N15 y más

Donde:

72
A1= Tasa refinada de actividad.

Na= Población activa.

N15 y más= Población de 15 años y más.

En ambos casos, es decir tanto al aplicar la tasa bruta como la refinada, al efectuar
comparaciones entre diferentes países, a fin de evitar la influencia que ejerce en el valor de la
tasa la diferente estructura por edad, se aplica el procedimiento de la tipificación, de la misma
manera que en el caso de la mortalidad y la natalidad, considerando para ello las tasas de
actividad por edades.

Tasas de actividad por edades

La participación de la población en la actividad económica no es uniforme en todos los


sectores de la población al contrario, varía significativamente según el sexo y la edad, con
niveles muy extremos, muy próximos a 100% en algunas edades, sobre todo en la población
masculina y en otros casos mucho más bajos, como en la población femenina.

Estos hechos dan lugar a la introducción de una nueva medida denominada Tasa de actividad
por edades que indica el grado de participación de la población en relación a esta característica
demográfica.

Na
n x
A = k
n x N
n x

donde:

nAx= Tasa de actividad por edades.

x = edad inicial del grupo de edad.

73
n = tamaño del intervalo.

La estructura de las tasas de actividad por edad es diferente según el sexo y el tipo de economía
considerados. Por ejemplo, se presentan diferencias notables en las llamadas edades marginales
(por debajo de 20 años y por encima de 54).

Entre las edades de 25 y 54 años existe una relativa igualdad en la participación, siempre alta
en todos los países, cualquiera que sea el nivel de desarrollo económico.

Tasas de ocupación

Una medida que verdaderamente expresa la participación de la población en la actividad


económica es la tasa de ocupación. Esta tiene su base en las personas que se encuentran
ocupadas (tal como se definió anteriormente).

La tasa de ocupación puede referirse, como en el caso de las medidas anteriores, a la población
en su conjunto, o a un segmento de ella, sujetos o no a determinadas condiciones.

Entre las tasas de ocupación que pueden calcularse tenemos:

o
φ=N k
N

Donde:

f = Tasa de ocupación de la población total.

No = Población ocupada.

N = Población total.

K = constante 100 ó 1000.

74
Tasa de ocupación de la población activa

o
φ a= N a k
N

Donde:

fa = Tasa de ocupación de la población activa.

No = Población ocupada.

Na = Población activa.

Tasa de ocupación de la población entre las edades x y x+n:

o
N
φ a
= x
a
x+ n
k
x x+ n N
n x+ n

Coeficiente de dependencia

La relación entre la PNEA y PEA mide el grado de dependencia o carga que en promedio tiene
que soportar cada persona disponible para la producción de bienes.

Esta relación no expresa de manera real el grado de dependencia o carga.

Esto se debe a que la PEA está integrada tanto por personas ocupadas como desocupadas.

La verdadera dependencia real o carga en un país, está dada por la relación entre los no
ocupados (por cualquier razón de edad, sexo, falta de empleo, etc.) y los ocupados.

i
N
C.D =
Na

75
donde:

CD = Coeficiente de dependencia.

Ni = Población Inactiva.

Na = Población Activa.

Este valor del coeficiente de dependencia está vinculado con el grado de envejecimiento de la
población y con el nivel de desarrollo alcanzado.

Cuando la población es muy joven este coeficiente toma por lo general valores más altos.

Pronóstico de los recursos laborales

La inclusión de esta parte tiene como objetivo plantear la importancia de la elaboración de


pronósticos de los recursos laborales, los principales métodos de pronosticación y los
elementos necesarios para su elaboración.

El análisis de las tendencias de los procesos demográficos y las proporciones de la distribución


de los recursos laborales permite la formulación de hipótesis acerca de los cambios que han de
sufrir los recursos laborales y su utilización, es decir, realizar la pronosticación de los recursos
laborales. El pronóstico permite poner al descubierto la naturaleza de los procesos económicos
y demográficos más generales que reflejan la formación de los recursos laborales y su
utilización racional, y se hallan las variantes factibles de solución de los problemas del plan.
Por otra parte, las distintas variantes no se diferencian simplemente por diversos índices
cuantitativos, sino por las concepciones del fomento de los diferentes aspectos de los recursos
laborales y su ocupación.

La pronosticación de los recursos laborales y su ocupación incluyen los pronósticos


demográficos y los socio-económicos.

En el amplio sentido de la palabra, se puede entender por pronóstico demográfico, cualquier


previsión del futuro desarrollo de la población. La parte más importante del pronóstico
demográfico es la determinación del número probable de los recursos laborales y de su
estructura demográfica. Aunque el movimiento de los recursos laborales tiene sus propias
regularidades, a pesar de ello, su premisa base la compone la determinación de la población
perspectiva.

El pronóstico demográfico abarca un amplio círculo de problemas que señalan diferentes


aspectos en la formación de los recursos laborales y muestran aquella población apta para el
76
trabajo, que probablemente expresará la necesidad de trabajar y para la cual será necesario
crear condiciones laborales en la economía nacional en perspectiva.

El pronóstico de los recursos laborales puede ser definido como la investigación de lo probable
(futuro) de su desarrollo y utilización, es decir, la evolución del potencial de la fuerza laboral y
de su mejor aplicación.

El objeto del pronóstico no es solo la dinámica de la cantidad de recursos laborales, sino


también el cambio de su composición demográfica, el carácter y grado de actividad económica
de la población apta para el trabajo, los cambios posibles de la estructura de la ocupación por
ramas, territorial y profesional calificada. Por esta razón, el enfoque del problema adquiere
importancia y significado, es decir, la postulación de las metas, tareas y problemas que son
necesarios alcanzar y solucionar para asegurar el aprovechamiento racional de los recursos
laborales.

En los casos de economía de planificación central es determinante el conocimiento de los


recursos laborales que poseerá el país durante un período de tiempo (futuro) determinado. Este
es un requisito del desarrollo de toda la economía nacional, de sus esferas y regiones. Es por
estas razones que la elaboración de una estrategia de desarrollo perspectivo económico y social
deba incluir como uno de los problemas principales a desarrollar la elaboración del pronóstico
de los recursos laborales y la política de empleo. En la pronosticación de los recursos laborales
y su ocupación intervienen los pronósticos demográficos por una parte, y los pronósticos
socioeconómicos por otra. Estos últimos consisten en evaluar las posibles demandas de mano
de obra indispensable para cumplir un programa económico trazado.

El pronóstico de la escala y la estructura de la ocupación se basan tanto en la demanda de mano


de obra para la economía nacional como de la demanda de ocupación para la mano de obra
disponible. La mayor dificultad y complejidad para la elaboración del pronóstico
socio-económico estriba en los cambios en la estructura de la ocupación.

El pronóstico socio-económico evalúa las posibles demandas económicas de fuerza de trabajo


para la sociedad, la cantidad y calidad de los recursos laborales para cumplir el programa
socioeconómico trazado, es decir, argumenta la hipótesis del cambio de la estructura ramal de
la ocupación y la composición profesional. En un pronóstico tal se debe prever el equilibrio
entre las demandas sociales de recursos laborales y las posibilidades de satisfacerlas.

Métodos más generales de pronosticación

Los métodos de pronosticación con relación a la ocupación son muy complejos y comprenden:

a) Métodos de estimación de expertos.

77
b) Métodos por extrapolación.

c) Métodos normativos.

a) Método de estimación de expertos: Consiste en obtener las evaluaciones del pronóstico


mediante la aplicación de cuestionarios a especialistas. Posteriormente se analizan las
respuestas obtenidas y se procede a confeccionar unos cuestionarios, cuyo objetivo consiste en
tratar de precisar las causas de las diferencias en los estimados. En los nuevos cuestionarios se
señalan las fundamentaciones obtenidas en la primera ronda, a fin de que esta información
adicional sea evaluada por los expertos como punto de referencia para sopesar los criterios
originales.

b) Método de extrapolación: Consiste de deducir el comportamiento futuro a partir del


conocimiento del pasado sobre el análisis de las tendencias. Este método requiere contar con la
información necesaria que permite la construcción de series cronológicas.

La extrapolación de las tendencias fundamentales del cambio de la estructura plasmada de la


ocupación puede dar una distribución de los trabajadores entre las ramas que corresponda a las
posibilidades de aumento de la mano de obra.

c) Método normativo: Se basa en fijar objetivos que se desean alcanzar y a partir de ahí
determinar qué medidas habría que adoptar en las perspectivas para lograr dichos objetivos.

En la práctica se emplean métodos combinados en dependencia de la información existente, la


preparación de los cuadros y las técnicas de computación existente.

Proyección de las tasas de actividad

Los pronósticos de la población activa disponible dependen, en la práctica, de dos


proyecciones independientes, una de la evolución de la población total por edades y sexos y la
otra de la tasa de actividad de cada uno de los grupos de edades.

Los métodos de previsión de las tasas de actividad se clasifican en dos clases importantes:

a) Los que se basan en la extrapolación de las tendencias pasadas.

b) Los que recurren a las técnicas de correlación entre las tasas de actividad y determinadas
magnitudes peculiares del desarrollo económico.

En el desarrollo de este tema veremos solamente los que se basan en la extrapolación.

78
Métodos de extrapolación:

a) Extrapolación directa por grupos de edad y sexo.

b) Extrapolación indirecta por grupos de edad y sexo.

c) Extrapolación por cohorte.

a) Extrapolación directa por grupos de edad y sexo

Este es el método más sencillo y el que más se emplea, pero no resulta muy satisfactorio por
diversos motivos, en especial, porque se corre el riesgo de lograr resultados absurdos.

Por ejemplo, si se aplica a grupos de edad para los cuales la tasa de actividad ya es grande,
puede dar para el futuro cifras superiores al 100 %.

Tratando de evitar la obtención de porcentajes superiores a 100, se pueden ponderar las


variaciones de las tasas de actividad mediante un coeficiente que haga más lento el incremento
de la tasa de actividad cuanto esta se haga muy grande y lo acelere cuando sea muy pequeña.

La fórmula de extrapolación:

x x
100 +∆
t,t 1
a =a *
t1 t 100

donde:

ax = la tasa de actividad de las personas de edad x.

x

t,t 1

= el aumento (o disminución) de la tasa de actividad de dichas personas en el periodo.

t y t1 = comienzo y final del período de proyección.

El aumento o la disminución del porcentaje pueden determinarse por distintos métodos según
las fórmulas siguientes:

79
x x x

x
a a *u
∆ =( t
x
)( t
x
t
x
)
t,t 1
a a *u
to to to

x x

x
a x a *u
∆ =1+ ( tTO
x
- 1)( t
x
t
x
)
t,t 1
a a *u
to to to

donde:

ux =tasa de inactividad de las personas de edad x

to = comienzo del período base

Se supone además, que (to, t) = (t, t1) de lo contrario sería necesario calcular la tasa media de
variación durante un período de igual duración.

b) Extrapolación indirecta por grupos de edad y sexo

En ocasiones quizás convenga emplear las tasas de inactividad en lugar de extrapolar las de
actividad. Este método resulta muy ventajoso cuando se supone que las tasas de actividad
aumentan gradualmente, como en el caso de la fuerza de trabajo femenina.

La fórmula a aplicar es como sigue:

x x
a = 100 - ( u *α )
t1 t

donde:
80
x
u
α= t
u TOx
to

= relación entre las tasas de inactividad de las personas de edad x en los períodos t y to

En este caso también puede emplearse el coeficiente de corrección y la fórmula quedaría como
sigue:

x x

x x
a *u
a = 100 - ( u *α )( t
x
t
x
)
t
t1
a *u
to to

La distribución de la fuerza de trabajo

La distribución de la fuerza de trabajo está asociada a la necesidad de que para garantizar el


desarrollo social y económico en todos sus aspectos es necesario que la fuerza de trabajo esté
distribuida proporcionalmente entre:

81
a) Las diferentes ramas de la economía nacional.

b) Los diferentes territorios.

c) Las esferas productivas e improductivas.

Como proporciones fundamentales de la distribución de los recursos laborales pueden


citarse:

-La distribución entre la producción social y los que estudian.

-El número de trabajadores entre las distintas ramas de la economía y fundamentalmente,


entre la industria y al agricultura.

-El número de ocupados en los distintos territorios del país.

Muy estrechamente relacionado con la distribución de los recursos laborales está el


método conocido como Balance de los Recursos Laborales, que es un instrumento
imprescindible para la planificación de la economía nacional y que permite ganar una
visión de cuales son y cómo están distribuidos los recursos laborales con los que cuenta
el país.
Uno de estos balances, el más conocido es el Balance Global Estadístico de los Recursos
Laborales, que es un modelo estadístico que incluye un conjunto de indicadores divididos
en dos grandes partes, el referente al cálculo del total de recursos laborales que ya vimos
en una clase anterior y la segunda, referente a la distribución de los recursos laborales.

Un segundo Balance plantea cómo están distribuidos dichos recursos según las diferentes
esferas sociales, ramas de la economía, etc.

83
Satisfacción de necesidades y nivel de vida. Estrategias de
existencia y sobrevivencia

Hemos partido del hecho de que la reproducción de la fuerza de trabajo a nivel de todos
sus componentes, presupone la satisfacción de un conjunto de necesidades: A la vez que
productor de bines y servicios, el hombre tiene que actuar como consumidor de los
mismos.
La teoría general de la personalidad explica al comportamiento humano a partir de la
estructura de necesidades a satisfacer, las que se desprenden tanto de condición biológica
del ser humano, como la de ser social. Las necesidades suelen valorarse así como el
motor impulsor que lleva al hombre a plantearse problemas y solucionarlos.

84
Necesidades y satisfacción de las mismas

No existen definiciones muy precisas del concepto de "necesidad", aunque por lo general
todo el mundo sabe lo que es. Todos tenemos la conciencia de lo que es una necesidad
independientemente de cualquier teorización al respecto.

A fines de los años 70 se acentuaron los esfuerzos por definir el concepto, llegándose así
a definir como necesidades básicas aquellas (aquellos satisfactores) cuya frustración
provoca daños irreversibles en el individuo. Estos daños irreversibles se clasificaron en:

- enfermedades psicosomáticas
- enfermedades psicosociales
- enfermedades psicohabitacionales

Las enfermedades psicosomáticas son aquellas que se desprenden de la frustración de


necesidades de tipo biológico y que se traducen en una carencia de bienes o servicios
para que el individuo conserve su existencia (en el nivel socialmente determinado) y para
no vivir en condiciones infrahumanas.

Tales son: vestido, alimentación, derecho al trabajo, etc.)

Las enfermedades psicosociales son aquellas que se desprenden de la frustración de la


necesidad que tiene el ser humano de relacionarse con sus semejantes.

Las enfermedades psicohabiltacionales se desprenden de las relaciones del ser humano


con su hábitat. Están asociadas al medio ambiente. Este aspecto de las necesidades
básicas ha tomado una relevante importancia en nuestros días.

La UNESCO reporta, además, como necesidad básica la preservación de la paz. (este


elemento fue incluido cuando la guerra nuclear parecía inminente).

Generación de necesidades

En el proceso mediante el cual satisface sus necesidades, el hombre va generando otras


nuevas, deviniendo esto en un proceso histórico permanente, continuo, en el que lo que
en un momento parecería ser una "necesidad complementaria", pasa a ser una necesidad
básica. Por ejemplo la aparición de los medios masivos de comunicación ha hecho que la
necesidad de estar informado, de conocer el mundo que le rodea, se torne una necesidad
básica del ser humano.

85
Carácter diferencial y jerarquía de las necesidades

Las necesidades son diferenciales por sexo, edad, por grupos sociales, grupos étnicos,
etc. Por ejemplo todas las edades no requieran de los mismos tipos de alimentos,
vestuario.

Las generaciones jóvenes, por ejemplo, son revolucionadoras de la moda.

No obstante, en el aspecto de la satisfacción de las necesidades hay una competencia


entre lo que el individuo necesita y lo que la sociedad puede satisfacer.

Hay una jerarquía de necesidades que va desde las llamadas necesidades básicas a otras
que guardan relación con el desarrollo social, económico, tecnológico, cultural, estético y
que en un nivel dado del desarrollo sociohistórico pueden devenir en necesidades
básicas. Es de importancia destacar la influencia que los medios masivos ejercen en la
promoción de nuevas necesidades y el uso que hace el capitalismo de ellos.

Estrategias de vida y sobrevivencia

En general, los así llamados "sectores populares" adoptan diferentes estrategias de


existencia, conceptualizadas como el conjunto de actividades desarrolladas por dichos
sectores para obtener su reproducción ampliada en la medida en que supone la
combinación de varios elementos que trascienden las formas capitalistas de reproducción
de la fuerza de trabajo.

Esta categoría pudiera ser usada en todo el ámbito de los "sectores populares" en tanto
que en todos sus niveles se dan estrategias para afrontar la reproducción, más allá de los
medios disponibles, en las formas típicamente capitalistas de la organización de la
sociedad.

La categoría de "estrategia de existencia" hace referencia a la reproducción ampliada del


trabajador y su familia, y no exclusivamente a la reproducción simple de la fuerza de
trabajo gastada. En este sentido el salario proveniente del sector capitalista tiende en el
mejor de los casos, a responder a la fuerza de trabajo gastada.

Un caso particular de las estrategias de existencia lo constituyen las estrategias de


sobrevivencia que están dadas por el conjunto de acciones económicas, sociales,
culturales y demográficas que realizan los estratos poblacionales que no poseen medios
de producción suficientes ni se incorporan plenamente al mercado de trabajo, por lo que
no obtienen de tales formas de utilización de la fuerza de trabajo, sus ingresos regulares
para mantener su existencia en el nivel socialmente determinado.

86
Una de las manifestaciones sociales más visibles de estas estrategias es justamente el
conjunto de actividades que se agrupan bajo la denominación de sector informal urbano
de la economía.

Nivel de vida. Elementos metodológicos para su medición

En este epígrafe se presentan algunos elementos para una metodología que permita
calcular el nivel de vida de un país mediante una expresión numérica y favorecer la
comparación en el tiempo de un mismo país o varios países entre sí.

El análisis de las relaciones entre la población y el nivel de vida constituye un tema de


actualidad incuestionable, fundamentalmente con los países menos desarrollados. Dicho
análisis debería facilitar el conocimiento del nivel de vida actual de los países de poder
compararlo con los estándares que se reconocen para países que han alcanzado un nivel
de desarrollo que permite cubrir, al menos, lo que muchos organismos internacionales e
investigadores denominan "necesidades básicas de supervivencia".

Conocido o determinado el nivel de vida actual del o los países en cuestión, se trata de
identificar metas y plazos, medidas y políticas necesarias para alcanzar los estándares en
cuestión.

Uno de los aspectos que se busca desarrollar, es un instrumental metodológico que


permita expresar cuantitativamente el nivel de vida y las tasas de reducción de la
disparidad que separa un país en cuestión de las metas propuestas, además de favorecer
el análisis comparativo.

Tradicionalmente se había venido utilizando el Producto Interno Bruto per cápita como
indicador básico del nivel de vida. Luego, al demostrarse que un incremento del IB per
cápita no conduce necesariamente a una reducción de la pobreza, debido a la distribución
desigual de los ingresos en las sociedades de consumo, se ha acudido a indicadores que
incluyan factores de mayor representatividad como son por ejemplo: la mortalidad
infantil y la esperanza de vida al nacer, la alfabetización, entre otros. En particular se
han desarrollado indicadores compuestos como el así denominado "Indice de la Calidad
Física de la Vida".

Trataremos de sistematizar un conjunto de ideas relacionadas con los aspectos


anteriormente mencionados que incluyen los aspectos siguientes:

a) Elaboración del Indice compuesto de la Calidad Física o Material de la Vida.

b) Elaboración del instrumento que permita realizar el cálculo de la Tasa de


Reducción de la Disparidad.

87
Las ideas que se exponen a continuación son un punto de partida en el desarrollo de
instrumental metodológico que permite servir los siguientes objetivos:

1. Determinar el nivel de vida de un país o conjunto de países en período x.

2. Determinar la evolución de ese nivel de vida en el tiempo.

3. Determinar la incidencia de los factores socio-económicos en esa evolución.

4. Determinar el peso de cada factor en dicha evolución.

5. Determinar la posible evolución hasta el año 21000, u otro período seleccionado,


del nivel de vida acorde a la incidencia de los diferentes factores.

6. Identificar funciones y relaciones entre los factores socioeconómicos.

El índice compuesto de la calidad física de la vida ICFV

Tradicionalmente se había venido utilizando el Producto Interno Bruto per cápita como
indicador del nivel de vida alcanzado por un país fundamentalmente cuando se analiza la
situación de los países subdesarrollados tanto en su evolución en el tiempo, como en
comparación con los países desarrollados.

Si el hecho de que la distribución desigual entre la población en los países


subdesarrollados dependiente del sistema capitalista mundial, no convenciera de la
ineficacia de esta vía de cálculo del nivel de vida, hechos tales como el incremento del
PIB per cápita en muchos países petroleros, como los países árabes, y la no reducción de
las Tasas Brutas de Natalidad que es un indicador expresivo de los adelantos en el nivel
de vida, así lo evidencian.

Lo anteriormente expuesto ha sido un buen punto de partida para la búsqueda de otros


indicadores que permitan caracterizar el nivel de vida, tales han sido por ejemplo,
además del PID per cápita, el consumo de calorías per cápita, la disponibilidad de agua
potable, la contaminación del medio ambiente, el número de camas, médicos y
enfermeras por habitante, etc.

Una dificultad básica se presenta, fundamentalmente en relación con los países


subdesarrollados cuando se trata de utilizar estos indicadores, que es precisamente la no
disponibilidad de datos confiables que sirvan de base al análisis. Este hecho ha
conducido a la adopción de un pequeño grupo de indicadores que cumplen determinados
requisitos a saber:

88
1. Son exponentes de los niveles de atraso o adelanto en la vida de los países, como
son por ejemplo: la esperanza de vida al nacer, de la tasa de mortalidad infantil y
la tasa de alfabetización.

2. Son exponentes de los progresos alcanzados en indicadores relacionados con


ellos, aunque no se disponga de información, como es el hecho pro ejemplo, de
que la disponibilidad de agua potable y la salud materna influyan sobre la tasa de
mortalidad infantil.

En un paso de avance en esta dirección se han estado elaborando los llamados


indicadores compuestos como es el Indicador Compuesto de la Calidad Física de la Vida
que en su esencia se calcula mediante el promedio de la suma de los valores de los
indicadores seleccionados normalizados, mediante algún método. La normalización
obedece a que no es real sumar los valores de indicadores tales como la esperanza de
vida al nacer y la tasa de mortalidad infantil que están expresados en escalas diferentes,
por tanto se requiere un proceso de reducción de los diferentes indicadores a una escala
común y que aquí denominamos normalización de los indicadores.

El indicador de la Calidad Física de la Vida incluye tres factores: Esperanza de Vida al


Nacer, Tasa de Mortalidad Infantil y Tasa de Alfabetización. Este indicador se expresa
mediante la fórmula:

a + b+ c
ICFV =
3

Donde:
a = Esperanza de Vida al Nacer
b = Tasa de Mortalidad Infantil
c = Tasa de Alfabetización

Antes de ser aplicada esta fórmula debe ser efectuado el proceso de normalización de los
tres factores aludidos, el cual se realiza mediante el método de Interpolación, que supone
dos formas de aplicación: una para el caso en que el incremento o disminución del
indicador en cuestión sea directamente proporcional con los progresos en el desarrollo
(como es por ejemplo la esperanza de vida al nacer) y otro para el caso contrario (como
es la tasa de mortalidad infantil).

A los efectos de la interpolación se requieren de dos valores extremos de los indicadores


seleccionados que aquí indicamos como:

89
Valor de partida y Valor de aspiración

Se define como "valor de partida" a aquel que en el año base de comparación, o período
de análisis sea más bajo en el conjunto de países en el mundo si se trata de la relación
directamente proporcional; o el que sea más alto si se trata de la relación inversamente
proporcional.

Se define como "valor de aspiración" a aquel que debería alcanzar cl indicador en


cuestión para un período futuro como puede ser el año 2000. Este valor tiene diversas
vías de definición resultado de diferentes trabajos analíticos que se han hecho en torno a
lo que debían ser las metas del desarrollo a alcanzar por los países subdesarrollados en el
año 2000. Por ejemplo, se aspira a que la esperanza de vida a alcanzar para el año 2000
sea 77 años, esto sería el valor de aspiración para la aplicación del método.

A continuación se plantean fórmulas correspondientes.

1. Realización del proceso de interpolación para indicadores con relación

X-A
Y 1 = 100
B
directamente proporcional con el progreso en el desarrollo.

Donde: B = C - A

Y1 = Valor normalizado del indicador, expresado en la escala de 0 - 100.

X = Valor actual del indicador que se requiere normalizar

A = Valor de partida del indicador.

C = Valor de aspiración del indicador.

2. Realización del proceso de interpolación para indicadores con relación


inversamente proporcional con el progreso en el desarrollo.

A- X
Y 2 = 100
B

Donde: B = A - C

Y2 = Valor normalizado del indicador expresado en la escala 0 - 100.

A = Valor de partida del indicador.

90
C = Valor de aspiración del indicador

El Indice de la Calidad Física de la Vida se puede generalizar según la fórmula:

i1 + i 2 +...i n
ICFV =
n

ICFV =
∑i j (1≤ j ≤ n )

Otras medidas asociadas al nivel de vida

El Índice de Desarrollo Humano IPH

El IPH fue utilizado por primera vez en el Primer Informe del Programa de la Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre el desarrollo humano en 1990, partiendo de la
aceptación de que el producto interno bruto per cápita PIB, no es un indicador aceptable
para medir el desarrollo humano.

Se trata de un índice compuesto que manteniendo el PIB como variable indicativa de un


nivel de vida decente, adiciona las de longevidad y conocimiento. En tanto que estas tres
variables tienen unidades de medición diferentes, se hizo necesario acudir a índices que
se situaran dentro de un rango de 0 a 1. La indexación planteada obligó a aceptar lo que
pudieramos considerar como valores mínimos y de aspiración para cada una de las
variables.

Tal como se refleja en el Informe sobre el Desarrollo Humnao del año 1999, los valores
mínimos y de aspiración de estas variables son:

Esperanza de vida al nacer 25 a 85 años


Tasa alfabetismo adulto 0% a 100 %
Tasa de escolaridad bruta combinada 0% a 100%
PIB per cápita real (PPP$) $ 100 a $ 40 000

91
Los datos para el cálculo se obtienen de los informes estadísticos aportados por el
PNUD, la UNESCO y el Banco Mundial. En particular:

o Esperanza de vida al nacer: UNPD


o Tasa de alfabetismo adulto: UNESCO
o Tasa de escolaridad bruta combinada: UNESCO
o PIB per cápita real (PPP$): Banco Mundial (en su ausencia se utilizan
las PENN World Tables)

Para cada uno de los componentes del IDH se computan índices individuales, aplicando
la fórmula general:

Valorxi efectivo − valorxi mínimo


Ïndice =
Valorxi máximo − valorxi mínimo

donde "x" es el componente del IDH a considerar y el subíndice "i" representa el año en
cuestión.

Por ejemplo, si la esperanza de vida de un país es de 75 años, el índice de esperanza de


vida se calcularía de la siguiente manera:

75 − 25 50
Índice de esperanza de vida = = = 0.833
85 − 25 60

En el caso del ingreso esta variable se descuenta en el indicador ante la consideración de


que alcanzar un nivel de desarrollo humano aceptable no precisa de un ingreso ilimitado.

La metodología establecida por el PNUD para calcular el ingreso parte de un ajuste del
ingreso per cápita de forma tal de reducir, en una función similar a la logarítmica, la
ponderación para los excesos por sobre el ingreso medio mundial. Tal ajuste es
denominado utilidad del ingreso (Wy), y se calcula mediante la siguiente fórmula:

Wy = y para 0<y<y*

Wy = y*+2(y–y*)1/2 para y*<y<2y*

Wy = y*+2(y1/2)+3(y–2y*)1/3 para 2y*<y<3y*

y así sucesivamente, donde "y" es el ingreso per cápita de la unidad en estudio, e "y*" es
el ingreso medio mundial

92
A partir del Informe sobre el Desarrollo Humano de 1999 la fórmula fue sustituida por
una nueva que superara algunas deficiencias observadas en la anterior. Esta se plantea en
los términos siguientes:

log y − log ymin


W ( y) =
log ymax − log ymin

Y se le reconocen tres ventajas respecto a la fórmula de Atkinson que se utilizaba con


antelación: 1) No descuenta el ingreso en forma tan brusca, 2) Descuenta el ingreso para
todos los niveles de ingreso, no solo a partir de cierto nivel y 3) En vista que la asíntota
comienza muy tarde, no se penaliza en forma excesiva a los países de ingreso mediano o
incluso alto.

En resumen el Índice de Desarrollo Humano es un promedio simple del ínidice de


esperanza de vida, el índice de nivel educacional y el índice del PIB real per cápita (PPA
en dólares) ajustado, por lo que se calcula dividiendo por tres la suma de los tres
índices.55

Es importante indicar que a este índice se le han realizado varias críticas como la que ha
hecho por ejemplo Michel Chossudovsky. Aunque el Grupo de Desarrollo Humano del
PNUD ha suministrado en años pasados a la comunidad internacional una evaluación
crítica de los aspectos clave del desarrollo global, el Informe de Desarrollo Humano de
1997 dedicado a la erradicación de la pobreza transmite ampliamente un punto de vista
similar al proclamado por las instituciones de Bretton Woods. El "índice de pobreza
humana" (IPH) se basa en "las dimensiones más básicas de deprivación: un lapso de
vida breve, falta de educación básica y falta de acceso a recursos públicos y privados".
Basándose en los criterios indicados el Grupo de Desarrollo Humano del PNUD
produce estimados de pobreza humana que son totalmente inconsecuentes con las
realidades a nivel de los países referidos. El IPH para Colombia, México o Tailandia, es
del orden de 10-11 por ciento (vea la Tabla 1). Las mediciones del PNUD apuntan a
"logros" en la reducción de la pobreza en el Africa Sub-Sahara, el Medio Oriente e India
que contradicen totalmente los datos al nivel de los países.

Los niveles de pobreza humana presentados por el PNUD retratan un modelo aún más
deformado y engañoso que aquellos del Banco Mundial. Por ejemplo, el PNUD
categoriza a sólo 10,9 por ciento de la población de México como "pobre". Pero esta
estimación contradice la situación observada en México desde el colapso a mediados de
los años 80 de los servicios sociales, el empobrecimiento de los pequeños campesinos y
la declinación masiva de los ingresos reales desencadenados por las sucesivas
devaluaciones. Un estudio reciente de la OCDE confirma, sin dejar lugar a dudas, la ola
creciente de la pobreza en México desde la firma del Tratado de Libre Comercio de

55. PNUD: Informe sobre el Desarrollo Humano 1999. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid 1999.
Pág. 160

93
América del Norte (TLCAN) (7) Prevalece una "doble moral" en la medición de la
pobreza: el criterio del Banco Mundial de un dólar al día se aplica sólo "a los países en
vía de desarrollo". Tanto el Banco como el PNUD no reconocen la existencia de pobreza
en Europa Occidental y en Norteamérica. Más aún, el criterio de un dólar por día está
en contradicción abierta con las metodologías establecidas utilizadas por los gobiernos
occidentales y las organizaciones intergubernamentales para definir y medir la pobreza
en los "países desarrollados".56

El índice de pobreza humana

Otro indicador asociado al nivel de vida que ha sido promovido por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, a través de sus informes sobre el desarrollo humano,
es el índice de pobreza humana.

El PNUD plantea dos índices de pobreza humana, uno para los países en desarrollo IPH1
y otro para los países industrializados IPH2. Aquí incluiremos el IPH1 para los países en
desarrollo.

El IPH1 se concentra en medir la privación de tres elementos esenciales de la vida


humana. Tales elementos que ya se reflejan en el IDH son: longevidad, medida por la
vulnerabilidad ante la muerte a una edad relativamente temprana; conocimientos,
relacionado a quedar excluido del mundo de la lectura y la comunicación y como tercer
elemento el nivel de vida decente expresado en términos de un aprovisionamiento
económico general.

El valor del IPH1 se calcula por medio de la fórmula siguiente:

3 3
P1 3+ P2 + P3
IPH 1 = 3
3

Donde:

a) P1 es la privación en materia de longevidad y está representado por el porcentaje


de personas que se estima no sobrevivirán hasta la edad de 40 años.
b) P2 es la privación de conocimientos y está asociado al porcentaje de adultos
analfabetos.
c) P3 es la privación de un nivel de vida decente y se calcula como el promedio
aritmético simple de tres indicadores, a saber P31 que es el porcentaje de personas
que no tiene acceso a agua potable, P32 que es el porcentaje de personas que no

56. Michel Chossudovsky: Global Falsehoods: How the World Bank and the UNDP Distort the
Figures on Global Poverty. http://www.transnational.org/features/chossu_worldbank.html

94
tienen acceso a servicios de salud, y P33 que es el porcentaje de niños menores de
cinco años con peso moderadamente y severamente insuficiente.

De aquí se desprende la variiable compuesta P3 que se formula como:

( P31 + P32 + P33 )


P3 =
3

95
PERSPECTIVA DESDE LAS RELACIONES ENTRE
POBLACIÓN Y DESARROLLO

Introducción

Hoy en día, adentrarse en el campo de las relaciones entre población y desarrollo conlleva a
enfrentar una amalgama de problemáticas que conciernen tanto al crecimiento económico,
la reproducción y distribución de la población, como a cuestiones relativas a la pobreza y la
inequidad en el reparto del ingreso, la sustentabilidad del desarrollo, las perspectivas de
género o la violencia intrafamiliar, y todo esto en el contexto de una mundialización
creciente de los procesos socioeconómicos. Estos temas, que pueden parecer demasiado
amplios y dispares como para integrarlos en una lógica coherente y unitaria, están, sin
embargo, relacionados entre sí más estrechamente de lo que sugieren las investigaciones
parciales que se han cumplimentado al respecto.

En una perspectiva histórica, la polémica sobre las relaciones entre las tendencias
demográficas y el proceso de desarrollo, o más concretamente, la relación entre población y
desarrollo, ha estado matizada por interpretaciones contrapuestas, y conducentes, en
términos del impacto, beneficioso o no, del crecimiento de la población sobre el
crecimiento económico. Este enfoque se remonta al surgimiento de la teoría económica
clásica y aun antes.

El estudio de la población desde la perspectiva de las relaciones entre la situación


demográfica actual y la prospectiva de la población, específicamente en el mundo
subdesarrollado, continúa siendo tema de actualidad y de análisis por especialistas y
científicos de diferentes tendencias políticas e ideológicas. Se reconoce como evidente el
hecho de que el conocimiento sobre las relaciones entre el comportamiento de las variables
demográficas y el cambio socioeconómico en las situaciones históricas concretas de los
países, constituye un elemento básico para lograr la integración de las políticas de
población al proceso de planificación del desarrollo, aunque esta integración estaría en
función de lo que se entienda y se experimente como planificación del desarrollo. En una
economía planificada se contará con la perspectiva dentro de la cual es factible sustentar
cierta política de población a largo plazo. En las economías donde la planificación es débil,
el horizonte de análisis es más restringido.

En general, el campo de las relaciones entre población y desarrollo no se ha mantenido


estático, trasformándose en los últimos años debido a un rápido incremento de los
conocimientos empíricos. Las teorías formuladas con anterioridad se han ensayado,
formulado de nuevo o descartado a la luz de los análisis estadísticos de sus hipótesis
básicas. De ese proceso ha surgido una visión más amplia que hace énfasis en la relación
misma, más que en alguno de sus polos.

96
Por otra parte, las relaciones entre población y desarrollo en la etapa final del siglo XX y
comienzo del XXI tienen lugar en el contexto de una mundialización acelerada de los
procesos sociales.

A su culminación, el siglo XX deja una pródiga herencia de adelantos de todo tipo: los
viajes a la luna y adelantos considerables en el conocimiento del cosmos, la revolución sin
precedentes de la comunicación y el trasporte. Situada en la frontera entre el bien y el mal,
la clonación y las posibilidades de crear la vida humana han conmovido la inteligencia y la
sensibilidad de la humanidad. Calificado como el primer gran descubrimiento tecnológico
del siglo XXI acaba de anunciarse el mapa del genoma humano que podrá revolucionar la
práctica de la medicina, así como propiciar el desarrollo de nuevos medicamentos y terapias
médicas.

Muy temprano en el comienzo del siglo Max Planck descubrió que la energía no es una
sustancia continua sino que viene en “paquetes pequeños” que él llamó “cuanto”. Cinco
años después Albert Einstein publicó su primer trabajo sobre la relatividad. Los científicos
se apoyaron en la mecánica cuántica para desarrollar las armas nucleares, los chips de
computadoras y el láser.

Prigogine ha calificado al siglo XX como “época de exploración de nuevas formas en las


artes —pintura, música, literatura— y en la ciencia. El desarrollo demográfico, las
condiciones sociales y económicas renovadas, exigen de nosotros una nueva evaluación de
la postura del hombre, de su sociedad y de sus relaciones con la naturaleza. En ciencia esta
evaluación se inicia con Einstein. Hoy día, casi a finales del siglo, seguimos siendo
incapaces de prever adónde nos llevará este nuevo capítulo de la historia humana, pero
podemos estar seguros de que, con él, se abre un nuevo diálogo entre el hombre y la
naturaleza”.57

A principios de los años veinte el fisiólogo austriaco Ludwig von Bertalanfy cuestiona el
enfoque mecanicista y dota a la biología de la concepción organísmica y el enfoque del
organismo como un sistema. A mediados del siglo irrumpen con Norbert Wiener y Claude
Shannon la cibernética y la teoría de la información.

La sociedad industrial está cediendo lugar a otra donde el principal recurso es el


conocimiento y el desarrollo de la inteligencia. El proceso evolutivo del mundo nos está
conduciendo a una revolución del conocimiento. Dentro de estas tendencias, en el discurso
científico actual ha surgido un concepto que ha ganado mucha popularidad. Se trata de la
“teoría del caos”. Términos como “caos social”, “caos político”, “caos financiero”, “caos en
la justicia”, “caos en la familia”, “caos en el medio ambiente”, “caos climático”, etc., son ideas
generalmente comprendidas por la población.58 Se acepta la existencia de tres revoluciones
modernas que no se reducen una a la otra: a) la mecánica newtoniana que fundó la causalidad

57. Ilya Prigogine, ¿Tan sólo una ilusión?: una exploración del caos al orden, México:
Tusquets, 1997, 4ª ed., p. 152.
58. A esa popularidad ha ayudado la relación del tema con una película de gran éxito taquillero
como Parque Jurásico del director Steven Spielberg, y la novela "best seller" de Michael
Crichton que le sirve de base. Muchos científicos ubican a la teoría del caos junto a la
ciencia de la complejidad y la ciencia de la autorganización dentro de las ciencias nuevas.

97
científica y el principio logical del “todo como suma exacta de las partes”: Dios era
matemático; b) la relatividad einsteiniana vs. la cuántica bohriana, donde para aquellos
actuaba el principio sinergético del “todo como algo más que la suma de las partes” y para
éstos el universo estaba regido por las probabilidades y las incertidumbres: Dios jugaba a los
dados; y c) la teoría de los fractales (caos) mandelbrotiana cuya concepción hologramática
(bucle recursivo) está llevando a creer que el “todo está en las partes que están en el todo”:
Dios está en todos lados y en ninguno.59

La aplicación de los descubrimientos científicos del siglo han dado paso a las así
denominadas “nuevas tecnologías”, muy interdependientes y que se constituyen en un
sistema en el cual los progresos en cada uno de los campos favorecen el de los demás. Tales
son por ejemplo la informática, las telecomunicaciones, la biotecnología y los nuevos
materiales.

Las biotecnologías están revolucionando sectores como la alimentación y la agricultura.


Muchos vaticinan que la biotecnología revolucionará también los métodos terapéuticos de
tratamiento de enfermedades hereditarias. El número de patentes relativas a la producción de
antibióticos, enzimas y coenzimas, productos farmacéuticos, química fina, biomasa,
aminoácidos, polímeros, ácidos orgánicos, aditivos para la industria alimentaria y esteroides
han aumentado significativamente en las últimas décadas. Bill Gates ha adelantado una
propuesta de “sistema nervioso digital”: “Es la equivalencia digital y corporativa del sistema
nervioso humano, capaz de aportar un flujo de información bien integrado al lugar oportuno
de la organización en el momento oportuno. Está constituido por los procesos digitales
mediante los cuales la compañía capta lo que hay en el entorno, reacciona en consecuencia,
detecta los retos de sus competidoras y las necesidades de sus clientes, y organiza
inmediatamente sus reacciones”.60

De la misma manera que en el decurso del siglo XIX el impacto de la mecanización sobre la
producción de bienes de todo tipo sentó las bases de la sociedad industrial, las nuevas
tecnologías de la información y las telecomunicaciones están modificando profundamente la
economía en todas sus etapas y dando lugar a nuevas formas de relaciones sociales, que a la
larga habrán de conducir a un nuevo tipo de sistema social en el que el conocimiento y la
información jugarán un rol protagónico.

El siglo deja planteada una marcha hacia la sociedad de la información, que habrá de devenir,
como afirman muchos, en una gran urbe mundial, en la que las grandes e inusitadamente
veloces redes de comunicación (autopistas de la información) conducirán a que al menos una
parte significativa de la humanidad pueda satisfacer sus necesidades básicas en forma similar
a como se realizan actualmente en los límites de países, ciudades, comunidades, etc. En el
campo de los servicios deben esperarse cambios dramáticos. La elección de determinado
prestador generalmente estuvo siempre vinculada a razones de proximidad y conocimiento.
En la medida que el consumidor tenga acceso ilimitado a través de su computadora (y
videoconferencia) a prestadores distantes, estos conceptos cambian. Hoy es posible acceder

59. F. Quezada, El caos como sistema y las paradojas de la tolerancia, en Internet:


http:www.uca.ni/ellacuna/buda.htm.
60. Bill Gates, Los negocios en la era digital, México: Plaza & Janés, 1999, p. 17.

98
a determinados servicios directamente a través de Internet por la facilidad de manejo, más la
ampliación de la oferta que esto ha producido, donde es posible conocer a un profesional o
suministrador de obra en otro pueblo, jurisdicción o país (en la medicina esto ya es realidad
en los Estados Unidos).61

Está tomando fuerza el concepto de la aldea global. “Cuando el sistema social mundial se
pone en movimiento y se moderniza, entonces el mundo empieza a parecer una especie de
aldea global. Poco a poco o de repente, según el caso, todo se articula en un vasto y complejo
todo moderno, modernizante, modernizado. Y el signo por excelencia de la modernización
parecer ser la comunicación, la proliferación y la generalización de los medios impresos y
electrónicos de comunicación, articulados en tramas multimedia que llegan a todo el
mundo”.62

La expansión de los mercados es acompañada de tendencias expansivas intensas, cordinación


política internacional, desequilibrios, coperación internacional y revalorización de las
instituciones, aparición de países de industrialización reciente, etc. Aunque, como comenta
Kurnitzky, “el mercado, la institución social donde los individuos intercambian todo tipo de
productos, necesidades sensoriales y hasta opiniones; el lugar que como sujetos los hombres
y las mujeres deberían trasformar en su foro político, se ha convertido en una gigantesca
institución de distribución que, por razones asociales, excluye a una gran parte de los propios
miembros de la sociedad”.63

Seguramente los historiadores se ocuparán de reportar la etapa final del siglo XX como un
cambio paradigmático de la trascendencia de la revolución copernicana. Se trata del
advenimiento de la era global a cuyo surgimiento estarían contribuyendo las referidas
revoluciones en las comunicaciones, el trasporte y la información. Sin embargo, la
humanidad ha ido heredando también problemas que con la llegada de la nueva era
adquieren dimensión global. “Es fascinante ser testigos de la globalización, de la búsqueda
de sentido, del avance tecnológico, de las crecientes posibilidades de comunicación e
integración entre personas y pueblos. Pero, como toda realidad humana, esta fascinación
no está exenta de aprehensiones. Por eso, en medio de estas megatendencias
esperanzadoras, nos preguntamos por los grandes megausentes: los pobres, los excluidos,
las poblaciones nativas, los discapacitados. En este continente pródigo en riquezas, en
espacio físico, ¿seremos capaces de crear espacio humano para todos? ¿Cómo no va a ser
posible que el alba esperanzadora del Tercer Milenio no integre también a todos los
excluidos? ¿Por qué un amanecer para algunos y un ocaso para otros?”.64

Y así, mientras festejamos el advenimiento del siglo XXI la humanidad se enfrenta a


problemas que indudablemente ensombrecen esa celebración. Tales son, entre otros, los
relativos al cambio climático, la disminución de la capa de ozono, la degradación del medio

61. Ver: http://www.flawfirms.com.ar/html/part4.htm.


62. Octavio Ianni, Teorías de la globalización, México: Siglo XXI, 3ª ed., 1998, p. 74.
63. Horst Kurnitzky, Vertiginosa inmovilidad: los cambios globales de la vida social, México:
Blanco y Negro, 1998, p. 9.
64. El desarrollo de América latina: una agenda para el tercer milenio, Tegucigalpa, 29 junio-2
julio 1998, en http://www.celam.org/secre...general/carta_intenciones.htm.

99
ambiente, y los que nos ocupan en estas reflexiones: el crecimiento de la población y la
pobreza, con su complicada red de determinaciones, efectos y condicionantes, cuyas
soluciones han quedado pospuestas.

En esta parte, el trabajo se propone examinar varios de los ejes que articulan las relaciones
entre los factores demográficos y los económicos y sociales.

De los “determinantes y consecuencias” a la “relación


población-desarrollo

La doctrina del mercantilismo, que dominó el pensamiento económico en la mayor parte de


los países de Europa durante los siglos xvii–xviii, consideraba ventajoso el hecho de que
un país contara con una población grande y creciente, aunque no faltaron quienes preferían
que la población fuese pequeña pero que, en cambio, estuviese bien alimentada. Para Adam
Smith, el fundador de la Economía Política Clásica, la población, en términos de su
crecimiento, aparece como beneficiosa para el desarrollo; en cambio, Malthus asume una
posición contraria, pues considera que la población constituye un obstáculo. En el caso de
la teoría económica marxista la dinámica demográfica es examinada como el reflejo y una
de tantas manifestaciones del modo peculiar de funcionamiento del sistema capitalista, es
decir, se mantiene la hipótesis de que la acumulación de capital determina las leyes
específicas que gobiernan la reproducción de la población de la sociedad moderna, antes
que ver en ellas la expresión de las “leyes naturales”, eternas y abstractas que regulan el
crecimiento de la población.

El examen de los planteamientos que a favor o en contra del crecimiento poblacional se


realizaron dentro de la teoría económica clásica constituye un importante punto de partida
para avanzar hacia lo que, a la postre, se habrían de denominar “determinantes y
consecuencias de los factores demográficos”. Entre los determinantes se examinan aquellos
factores que explican el comportamiento de las variables demográficas: fecundidad,
mortalidad y migraciones, mientras que, con relación a las consecuencias, se examinan los
impactos que sobre las variables económicas ejercen factores demográficos como el
crecimiento de la población, su estructura por edades y dinámica, así como el
comportamiento diferencial de los diferentes grupos etarios, etc.

Los aspectos más relevantes de las consecuencias se referían a cuestiones tales como:

• el impacto que ejercen el crecimiento y el tamaño de la población, tanto


sobre la ocupación como en términos de la distribución del ingreso;
• el efecto del crecimiento y el tamaño de la población sobre los cambios
tecnológicos y la productividad;

100
• la influencia del crecimiento y el tamaño de la población sobre el desarrollo
industrial y el tamaño del mercado;
• el efecto del crecimiento y el tamaño de la población sobre el ahorro y la
inversión, tanto pública como privada.

Generalmente se cree que el análisis de la relación existente entre el tamaño, el ritmo de


crecimiento y la estructura de la población da comienzo con la polémica entre David
Ricardo y Roberto Malthus a propósito de la influencia del precio de las subsistencias sobre
los salarios, i.e., sobre el costo de la mano de obra sobre la acumulación de capital. No
obstante, en la línea de pensamiento que habrá de cultivar el pastor protestante encontramos
como predecesores al mismo obispo George Berkeley y a Lauderdale; en la que
corresponde al pensamiento clásico propiamente dicho el primero en plantear el problema
con nitidez fue Smith al abordar el problema del salario en la Riqueza de las Naciones.65
Ahí66, sostiene que “... la demanda de mano de obra asalariada aumenta necesariamente con
el incremento del ingreso y del capital de las naciones y no puede aumentar sino en ese
caso”.

Convencido de que el incremento de la riqueza, es decir, de la acumulación de capital,


ejerce una influencia favorable sobre la demanda de trabajo e, indirectamente, sobre la
reproducción de los trabajadores mismos, Smith no tiene el mismo optimismo respecto de
que la pobreza pudiera ejercer el efecto contrario sobre el crecimiento de la población pues,
dice, “La pobreza, aunque, sin duda, desanima los matrimonios, no los impide totalmente, y
aun parece, en cierto modo, dar pábulo a la procreación.”67 De manera reaccionaria, en la
medida en que se adscribe al punto de vista y al interés de una fuerza social opuesta al
desarrollo de la producción moderna, los terratenientes acaparadores de la renta, Malthus ve
una amenaza en esta “irrestricta copulación de esos millones pululantes”. De ahí deriva que
la población se reproduce a una tasa geométrica mientras que la producción de alimentos lo
hace de manera aritmética.

Su principal interlocutor habrá de ser David Ricardo y el campo de la discusión se ubicará,


precisamente, en el resorte que opera como impulsor del crecimiento de la población: la
acumulación de capital. Como bien señala Cartelier68 “El debate entre Malthus y Ricardo es
el de dos lógicas que se oponen y no puede reducirse a una controversia sobre los
mercados”. Ésta es, más bien, una polémica entre Say y el propio Malthus y se refiere a la
“tesis”, propia de la economía vulgar, como diría Marx, según la cual “toda oferta crea su
propia demanda”. El ataque de Malthus se dirige contra la tesis ricardiana según la cual
resulta imposible una sobreproducción general de mercancías.

65. Adam Smith; Investigación sobre la naturaleza y causas de la Riqueza de las Naciones;
FCE, Méx., 1979; Cap. VIII.
66. Ibíd., p. 68
67. Ibíd., p.77
68. Excedente y reproducción., FCE., Méx., 1981, Pág. 323

101
La discusión puntual de la controversia Ricardo-Malthus pasa por el árido terreno de la
determinación de la tasa de ganancia pero puede comprenderse muy bien si se explica a
partir de su dimensión política. Para Ricardo, el verdadero problema del crecimiento a largo
plazo lo constituye el comportamiento de la tasa de ganancia; ésta, explica, se mueve al
contrario del salario: las ganancias suben cuando el salario baja y viceversa. Como el
salario natural es “aquél que permite que los trabajadores se reproduzcan naturalmente uno
con otro”69, su nivel debe ser, siempre, Smith lo ha dicho, el nivel de subsistencia, porque
quien recibe un salario mayor reduce su propensión a trabajar. Así, los salarios solamente
pueden aumentar si aumenta el costo de las subsistencias, es decir, el precio de los
alimentos; este aumento, a su vez, solamente puede ser efecto de la renta del suelo.

El interés de los terratenientes, dirá Ricardo, se opone al progreso de la acumulación, pues


mientras más aumenta el capital más aumenta la demanda de trabajo; a su vez, el aumento
en la demanda de trabajadores provocará aumentos permanentes de la renta. Con ello, el
terrateniente, sin arriesgar un céntimo, se beneficia de la marcha general de la acumulación
de capital; al mismo tiempo, reduce los ingresos del capital productivo, mermando las
ganancias y, con ello, reduce la inversión productiva. El punto de vista de Malthus es el
opuesto: los hábitos de consumo de los capitalistas, dice, impiden la venta total de la
producción, por lo que hace falta una demanda “suplementaria”; para ello están los
terratenientes, dispuestos a efectuar todo el consumo improductivo que el sistema necesite
para que la producción siga su marcha: solamente requieren de cobrar una renta para
cumplir su función.

En medio de este debate, están los “millones de pululantes” cuya reproducción excesiva es
una amenaza para Malthus, peligro que se frena merced a las guerras o las epidemias y que
requiere ser combatido con medidas apegadas a la moral: reconviniendo a los jóvenes e
irresponsables que contraen matrimonio “sin medir las consecuencias”. La importancia de
las ideas de Malthus reside en el hecho de que, contrariamente a los economistas clásicos,
no acepta que exista una suerte de mecanismo automático que haga que los desequilibrios
retornen espontáneamente a su forma natural. El peligro avizorado reclama de una política
especialmente orientada a sus fines, aunque, necesario es decirlo, no fue él quien propuso
ningún método de control a la natalidad.

Será Marx quien, en su formulación de las leyes de la acumulación habrá de vincular de


manera coherente, el vínculo entre la acumulación de capital y la población, que gracias a
los requerimientos que impone el desarrollo tecnológico, convierte de manera permanente
en “supernumeraria” a una masa creciente de trabajadores los que, a su vez, en competencia
con otros, serán un permanente factor de presión en contra de la elevación de los salarios;
esta será la necesidad primordial que habrá de presidir el tamaño de la población. Esto le
llevará a decir que “La producción capitalista...es, mucho más que cualquier otro modo de
producción, una dilapidadora de seres humanos, de trabajo vivo, una derrochadora no sólo
de carne y sangre, sino también de nervios y cerebro.”70

69. Smith, Op.cit., Cap. VII


70. K. Marx., El Capital., T. III, Vol., 6, Pág., 107

102
Antes de que se pusiera énfasis en el binomio población y desarrollo los aspectos (o al
menos muchos de ellos) que involucra esta temática se trataron bajo la denominación de
“determinantes y consecuencias de los factores demográficos”. En los determinantes se
examinan aquellos factores que explican el comportamiento de las variables demográficas:
fecundidad, mortalidad y migraciones, mientras que con relación a las consecuencias se
examinan los impactos que sobre las variables económicas ejercen factores demográficos
como el crecimiento de la población, su estructura por edades y dinámica, el crecimiento
diferencial de los diversos grupos etarios, etc.

Ya en el siglo XX, en 1953 las Naciones Unidas sacaron a la luz pública una primera
edición de los Factores determinantes y consecuencias de las tendencias demográficas71,
texto al que consideraron como un “inventario analítico de los actuales conocimientos e
hipótesis acerca de los factores que afectan a las tendencias de la población y de la
influencia de estas tendencias sobre las condiciones económicas y sociales”.

No obstante, considerado de manera aislada, el planteamiento del tema de los determinantes


y consecuencias de los factores demográficos aparece como un eslabón inicial del
planteamiento y estudio de las interrelaciones y mutua dependencia entre las variables
socioeconómicas y las demográficas, o dicho de otra manera, entre población y desarrollo
social y económico. Sin embargo, siendo el punto de partida un tratamiento separado de los
polos de la relación no se dio, ni se ha dado, en realidad, un tratamiento sistémico en el cual
se examinaran dichas relaciones como un conjunto integrado de factores que se
condicionan mutuamente y que, por tanto, mantienen entre sí complejas relaciones,
mediaciones, etc., que de manera directa o indirecta insinúan los efectos de unos elementos
sobre otros72.

Es decir que, de manera general, los estudios de población están referidos a los vínculos
entre procesos socioeconómicos y poblacionales.

En términos de las “consecuencias”, Fucaraccio73 ha cumplimentado un valioso análisis de


diferentes posturas que puede sintetizarse de la siguiente forma:

Coale y Hoover, con una formulación tendenciosa demuestran, en su libro ampliamente


divulgado sobre Crecimiento de la Población y desarrollo económico74, que una población
con tasa de crecimiento declinante es beneficiosa para el desarrollo económico. El
argumento central de este enfoque es el efecto negativo que el crecimiento de la población

71. Publicaciones de las Naciones Unidas. No de venta: 53, XIII.3.


72. Al parecer uno de los pocos intentos de tratar estas relaciones de manera sistémica
corresponde a la OIT a través de su modelo BACHUE. Ver: Rodgers, G., Hopkins, M., and
Wery R., Population, Employment and Inequality. Bachue-Philipines. OIT, 1977.
73. Fuccaracio, Ángel: “Temas de población y desarrollo”. En: Benítez Centeno R., y Ramírez
Rodríguez E. V., (Compiladores). Políticas de Población en Centroamérica, El Caribe y
México. INAP, IISUNAM, PROLAP. México 1994.
74. Coale, A. J., y Hoover, E. M., Crecimiento de población y desarrollo económico. Edit.
Limusa-Willey, México, 1965. Pág. 438.

103
ejerce sobre el ahorro y la inversión. No investiga el trabajo –comenta Fucaraccio- cómo el
proceso de cambio económico influye sobre el comportamiento demográfico.

Partiendo de un examen de los planteamientos de Hansen, Harrod y Domar, Fucaraccio


concluye que si se acepta que el objetivo del desarrollo es el aumento del ingreso per
capita, donde la población es el denominador de la expresión que se quiere llevar al
máximo, cualquier incremento de la población sólo puede considerarse como un obstáculo
en el camino del desarrollo.

Se dan una serie de presupuestos en los enfoques tradicionales de las relaciones entre
población y desarrollo:

• El crecimiento de la población repercute prácticamente sin mediaciones


sobre los parámetros del desarrollo
• La expansión del tamaño de la población tiene efectos intrínsecos que son
independientes del contexto económico, social, geográfico, político o cultural
• Los vínculos entre el comportamiento demográfico de las personas y sus
trayectorias individuales de vida solían quedar ausentes del debate y la
investigación
• Prácticamente no se hacía análisis microsocial

Hacia las relaciones entre población y desarrollo

Aunque vistos de forma aislada, los temas planteados sobre los determinantes y
consecuencias de los factores demográficos aparecen como un eslabón inicial del
planteamiento y estudio de las interrelaciones y mutua dependencia entre las variables
socioeconómicas y las demográficas, o dicho de otra manera, entre población y desarrollo
social y económico. No obstante, siendo el punto de partida un tratamiento separado de los
polos de la relación no se dio ni se ha dado en realidad un enfoque sistémico en el que se
examinaran dichas relaciones como conjunto de factores que se condicionan mutuamente y
las complejas relaciones, mediaciones, etc., que de manera directa o indirecta insinúan los
efectos de unos elementos sobre otros.75

La población como objeto de estudio y los problemas asociados al mismo que reclaman,
por su propia naturaleza, de un enfoque interdisciplinario están asistidos de aquella idea que
Johann Goethe pusiera en el meditar de su inmortal Fausto: De qué manera más admirable

75. Al parecer uno de los pocos intentos de tratar estas relaciones de manera sistémica
corresponde a la OIT a través de su modelo BACHUE. Ver G. Rodgers, M. Hopkins and R.
Wéry, Population, employment and inequality, Bachue-Philipines: OIT, 1977.

104
cada cosa de por sí trabaja para la grande obra universal. Cómo viven unas en otras y se
ponen en acción todas las actividades.

No es casual que la división de población de las Naciones Unidas abordara hace unos años
el diseño de una concepción e instrumentos sistémicos para plantear el problema desarrollo-
demografía.76

Ha ido ganando conciencia la necesidad de acudir a enfoques totalizantes que incluyan


junto a los factores demográficos y económicos, otros tales como los socioculturales,
políticos, medioambientales, frecuentemente de carácter cualitativo y de difícil medición.
El enfoque sistémico debe contribuir a interpretar las múltiples interrelaciones que existen
entre los fenómenos demográficos y los no demográficos.

Es decir, que de manera general los estudios de población están referidos a los vínculos
entre procesos socioeconómicos, poblacionales y más recientemente, medioambientales.
“La población se relaciona con diversos procesos naturales y sociales, de los que surge todo
un conjunto de causalidades e indeterminaciones múltiples que aún no se han estudiado con
métodos adecuados. Ello plantea la necesidad de abrir los paradigmas tradicionales del
conocimiento para poder determinar los efectos de articular procesos de naturaleza diversa
y de diferentes escalas espaciales y temporales”.77

Entre tanto, continúa siendo tema de actualidad y de análisis por especialistas y cientistas
de diferentes campos de conocimiento, tendencias políticas e ideológicas, el estudio de las
relaciones entre situación y dinámica demográficas actuales y perspectivas de la población,
específicamente en el mundo subdesarrollado, con el desarrollo.

Sigue siendo reconocido el hecho de que el conocimiento sobre las relaciones entre el
comportamiento de las variables demográficas y el cambio socioeconómico en las
situaciones históricas concretas de los países, constituye un elemento básico para lograr la
integración de las llamadas políticas demográficas a los procesos de programación y
planificación del desarrollo.

Cabe afirmar que en general el campo de las relaciones entre población y desarrollo se ha
trasformado en los últimos años debido al rápido incremento de los conocimientos
empíricos. Asimismo, las teorías formuladas con anterioridad se han ensayado, formulado
de nuevo, o descartado a la luz de los análisis estadísticos de sus hipótesis básicas.

De ese proceso ha surgido una perspectiva más amplia que hace énfasis en la relación
misma, más que en alguno de sus elementos. A su vez esta perspectiva ha devenido en el
trasfondo contextual que sirve de base a la concreción del problema.

76. Ver United Nations, The work of the Task Force on interrelationships between population
and development, prepared by the population division of the department of international
economic and social affairs of the United Nations secretariat, Nov. 1981. (ESA/P/WP.76.)
77. Enrique Leff, La interdisciplinariedad en las relaciones población-ambiente: hacia un
paradigma de demografía ambienta”, en H. Izazola y S. Lerner, Población y ambiente
¿nuevas interrogantes a viejos problemas? México: Sociedad mexicana de demografía,
1993, p. 31.

105
Se parte de apreciar a la población como la asociación de personas que desenvuelven las
actividades de su vida en el marco de determinadas comunidades sociales. Los individuos
que la integran son seres sociales, es decir, participan de las relaciones que se dan en el
seno de la comunidad, tales como relaciones de trabajo, de intercambio, etcétera; al mismo
tiempo se conceptualiza a la población como la base de la actividad económica.

El desarrollo social ―en el otro lado de la relación― es un proceso en el que las relaciones
de producción y los factores culturales se encuentran en estrecha interacción, y cuya base es
el desarrollo de las fuerzas productivas, que se realiza a su vez en unidad con las relaciones
de producción. Por su parte, ligado indisolublemente a las demás esferas de la vida, el
desarrollo económico está llamado a garantizar la base material necesaria para el progreso
de la sociedad.

En esta recolocación del tema ha correspondido un papel primordial a los organismos


especializados de las Naciones Unidas, y muy especialmente a aquellos que en la región se
vinculan a la CEPAL. Los especialistas de América latina han realizado una contribución
invaluable al respecto.78

El plan de acción mundial sobre población (PAMP) que tuvo como ámbito fundamental a la
Conferencia Mundial de Población celebrada en Bucarest en 1974, planteó la esperanza de
que se derrumbasen las barreras ideológicas y se hablara del problema demográfico como
parte del problema global del futuro de la humanidad. En ella, por primera vez, se
consideraron cuestiones básicas en materia de población dentro del contexto de las
necesidades comunes de aumentos en los índices deficitarios del nivel de bienestar de la
población, tales como alimentos, educación, empleo, vivienda y servicios de salud.

Diez años después, en la importante Conferencia Internacional de Población celebrada en la


ciudad de México en 1984 se confirmó que el principal objetivo del desarrollo social,
económico y humano, del cual forman parte integrante los objetivos y políticas de
población, es mejorar el nivel y la calidad de vida de las personas. Igualmente confirmó -tal
vez con cierto eufemismo- la vigencia del principio de que la base para una solución
efectiva de los problemas de población es, por sobre todas las cosas, la trasformación
socioeconómica y, por consiguiente, las políticas de población deben ser consideradas
siempre como elemento integrante de las políticas de desarrollo socioeconómico y nunca
como sustitutos de él.79

El desarrollo económico, en particular, es conceptualizado como un proceso dinámico de


crecimiento balanceado y autosostenido de la economía, que asegure las trasformaciones de
la estructura económica y social capaces de garantizar la satisfacción creciente y estable de
las necesidades materiales y espirituales de la colectividad humana en cuestión. El

78. Ver: Raúl Benítez-Zenteno, Los estudios de población en América latina y México, en
Francisco Paoli, Las ciencias sociales y las humanidades, México: UNAM-Miguel Ángel
Porrúa, 1992. También Raúl Benítez Zenteno, “Visión latinoamericana de la transición
demográfica: dinámica de la población y práctica política, en IV Conferencia
latinoamericana de población, México: INEGI-IISUNAM, marzo 1993, vol. 1, p. 29-53.
79. United Nations, Report of the International Conference on Population, México City, 6-14
August 1984, p. 7.

106
desarrollo implica el crecimiento económico -generalmente expresado en el incremento del
PIB- pero esto no implica que todo crecimiento económico conduzca al desarrollo. Para que
esto suceda, el crecimiento habrá de darse en ramas o sectores claves capaces de asegurar
los niveles de actividad autosostenida a largo plazo.

El desarrollo debe expresarse no solamente en el marco del incremento cuantitativo de los


niveles de actividad económica, sino que debe reflejarse también en la forma de
distribución de la producción y en las formas de superación de las desigualdades
económicas y sociales que la pobreza supone, en una concepción en la que la población es a
la vez sujeto y objeto del mismo. El crecimiento económico −comenta un documento de la
80
CEPAL− ni siquiera asegura que la pobreza disminuya. “El crecimiento económico no
garantiza un beneficio para todo el mundo. Si no varía la distribución del ingreso, el ritmo
de reducción de la pobreza podría ser bastante lento, aun en condiciones de crecimiento
sostenido. Por ejemplo, a tasas de 3% de crecimiento anual por habitante, se tardaría casi 50
años o más de un siglo −según el país− en eliminar totalmente la pobreza, medida por la
proporción de personas que viven con menos de dos dólares de los Estados Unidos al día.
El lapso sería mayor si se utilizaran los umbrales de pobreza específicos de cada país, si la
tasa de crecimiento económico fuera inferior o si empeorara la distribución del ingreso. A
las tasas de crecimiento y umbrales de la pobreza por países vigentes pasarían cuatrocientos
años o más en algunos casos antes de poder erradicar la pobreza extrema”.

El énfasis que se pone en los aspectos sociales del desarrollo y la proposición de que deben
combinarse con indicadores acerca del nivel de disponibilidad y acceso a los satisfactores
materiales, responde a la idea de que el desarrollo afecta y refleja todos los aspectos de la
sociedad en su conjunto y del ser humano en particular.

El crecimiento económico, más que una meta última del quehacer humano, es un medio
para elevar el bienestar y facilitar el logro de objetivos de desarrollo personal y social. Ello
no sólo supone que aumente el conjunto de los bienes y servicios disponibles, sino también
que toda la población tenga acceso efectivo a esos bienes y se institucionalicen sus
derechos de obtenerlos. "Si bien es absolutamente necesario aumentar la producción
nacional (PIB) para alcanzar todos los objetivos esenciales del hombre, lo más importante es
estudiar cómo se traduce este crecimiento −o deja de traducirse− en desarrollo humano en
diversas sociedades".81

Podemos resumir que los primeros años de la década de los 70 concretaron una de las
primeras etapas de un cambio sustancial en nuestra concepción en torno a tales relaciones;
cambio en nuestro modo de pensar acerca de ellas y, por consiguiente, cambio en los
instrumentos propuestos para solucionar los problemas poblacionales, tanto en el ámbito
mundial como de regiones y países que se han venido planteando.

La perspectiva de los estudios de la población a partir de la relación población-desarrollo,


parte de una reconsideración de los términos en que la misma ha sido planteada y que

80. Nora Lustig, Pobreza y desigualdad: un desafío que perdura, revista de la CEPAL, número
extraordinario, en http://www.eclac.cl/espanol/revistaCepal/rcincuenta/LUSTIG.HTM.
81. PNUD, Desarrollo humano: informe 1990, Bogotá: Tercer Mundo, 1990, p. 13.

107
afirma, como lo ha hecho Andras Uthoff, que esas relaciones deben analizarse en torno al
concepto de nivel de vida de la población y que ellas se manifiestan en gran medida en el
mercado de trabajo, ya que es allí donde las familias contribuyen al desarrollo económico
con su trabajo y se benefician de ese desarrollo por los ingresos y los salarios percibidos.82

América latina y su transición demográfica

La situación demográfica de América latina y el Caribe es analizada, por lo general, con


referencia al proceso de transición demográfica. Aunque este concepto se planteó
originalmente para explicar la relación entre la dinámica demográfica y los cambios
socioeconómicos en la Europa del siglo XVIII, su uso se ha extrapolado como modelo
explicativo de los procesos que tienen lugar en el resto de los países del mundo, y en
especial en América latina, donde se ha producido abundante literatura al respecto,
particularmente en el marco del Centro Latinoamericano de Demografía.

“Como proceso histórico, las modificaciones se habrían producido en etapas, en que la


mortalidad primero, la fecundidad, después, transitó gradualmente de elevados a bajos
niveles, que tendieron a reproducir un bajo, nulo o, incluso, negativo crecimiento".83

La transición demográfica, como se examinó al inicio de este trabajo, constituye un proceso


complejo, y existe gran disparidad de situaciones, tanto con relación al momento de inicio
como en lo concerniente al ritmo de los cambios en la fecundidad y la mortalidad. Son
igualmente heterogéneos aspectos como el lugar de residencia, el estado nutricional y de
salud de la población, las conductas asociadas a la formación de las uniones y a la
planificación familiar. Así y todo, se acepta, especialmente en el caso de América latina,
que de manera general la transición demográfica se relaciona estrechamente con las
trasformaciones sociales y económicas, si bien esa relación es compleja y hasta difícil de
precisar.

Como se destaca en un documento del CELADE, de acuerdo con un concepto de


“modernización” que se refiere a los cambios sociales que ocurrieron en los decenios de
1960 y 1970 y sobre la base de los criterios de terciarización de la economía, urbanización
y educación, se ha encontrado que todos los países de transición demográfica avanzada
presentan también un nivel de modernización avanzado; dos tercios de los países que se
encuentran en plena transición demográfica se ubican en un nivel intermedio de
modernización (parcial y acelerado), y cuatro de los cinco países de transición demográfica

82. Ver A. Uthoff, Población y desarrollo en el Istmo centroamericano, Revista de la CEPAL nº


40, abril 1990, p. 139.
83. Ver: J. Chackiel y J. Martínez, Transición demográfica en América latina y el Caribe desde
1950, IV conferencia Latinoamericana de Población, La transición demográfica en América
latina y el Caribe, México, 23 a 26 marzo 1993.

108
aún moderada y los dos países de transición incipiente se corresponden con un nivel de
modernización también incipiente.84

El CELADE ha elaborado una tipología que toma como criterios de clasificación las tasas
brutas de natalidad y mortalidad, las que determinan el crecimiento natural de la población
y su estructura por edades.85

Grupo I. Transición incipiente. Son países con alta natalidad y mortalidad, con crecimiento
natural moderado (2.3%). El único país en este grupo es Haití que, por su elevada
fecundidad, tiene una estructura por edades muy joven y alta relación de dependencia.

Grupo II. Transición moderada. Son países de alta natalidad, pero cuya mortalidad ya
puede calificarse de moderada. Por este motivo su crecimiento natural es todavía elevado
(de 2.5 a 3%). Los países de este grupo son Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y
Paraguay. El descenso de la mortalidad, sobre todo durante el primer año de vida, se ha
traducido en el rejuvenecimiento de la estructura por edades, lo que también lleva a una
elevada relación de dependencia.

84. CEPAL/CELADE, “La transición demográfica en América latina”, nota de prensa, Boletín
demográfico nº 62, América latina: proyecciones de población 1970-2050, en Internet:
http://www.eclac.org/espanol/portada/notacelade.htm.
85. CEPAL/CELADE, ob. cit.

109
Grupo III. En plena transición. Son países con natalidad moderada y mortalidad moderada
o baja, lo que determina un crecimiento natural moderado (de 2% a 2.5%). Los países de
este grupo son: Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú,
República Dominicana y Venezuela, y en el Caribe, Guyana, Suriname y Trinidad-Tobago.
Como el descenso de la fecundidad es reciente, la estructura por edades se mantiene todavía
relativamente joven, aun cuando ya ha disminuido la relación de dependencia.

Grupo IV. Transición avanzada. Estos son países con natalidad y mortalidad moderada o
baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo (menos de 2%). Los países de este
grupo son: Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Uruguay, y en el Caribe, Bahamas, Barbados,
Guadalupe, Jamaica, Martinica y Puerto Rico. Entre estos se pueden distinguir dos
subgrupos: los que han tenido fecundidad y mortalidad bajas por un largo periodo
(Argentina, Uruguay y, en menor medida, Cuba) y que, por lo tanto, tienen un crecimiento
y estructura de edades similares a los de países desarrollados, y los que, si bien
recientemente han alcanzado tasas muy bajas de fecundidad y mortalidad, tienen aún tasas
de crecimiento más elevadas debido a su población relativamente joven.

En el mismo documento se indica que a cada uno de estos grupos corresponde también un
patrón diferente de estructura por edades. Los países de los grupos I y II tienen una
estructura por edades “joven”, con proporción superior a 50% por debajo de los 15 años;
los países del grupo III tienen una estructura que podría denominarse “en transición”, con
proporciones que van de 32% a 36% de la población por debajo de los 15 años. Finalmente,
los países del grupo IV se caracterizan ya por una estructura por edades “madura”, con
menos de 30% de su población en el grupo de edades menores. Cabe mencionar que no se
encuentran en la región países con poblaciones que se podrían llamar “envejecidas”, como
las de Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Suecia, con menos de 20% de su población por
debajo de los 15 años.

La doble relación entre población y desarrollo

Hay al menos dos importantes momentos que pueden interpretarse como instancias donde
se concretan las relaciones entre población y desarrollo que se identifican como:

• La integración de la población en términos de sus variables


sociodemográficas en la programación y planificación del desarrollo;
• El estudio de las consecuencias demográficas de proyectos de desarrollo.

110
Integración de la población en los planes y programas del
desarrollo

Con el enorme énfasis que se ha puesto en las relaciones entre población y desarrollo, se
incrementó durante cierto lapso el de una de sus manifestaciones: la incorporación de las
variables demográficas en los planes y programas de desarrollo social y económico. La
importancia de integrar las variables demográficas en dichos planes y programas de
desarrollo experimentó reconocimiento progresivo en los años posteriores a la celebración
de la Conferencia Mundial de Población en 1974 en Bucarest. “Los planes y programas
nacionales de desarrollo deben ser formulados sobre la base de un enfoque integral que
tome en cuenta las interrelaciones entre la población, los recursos, el medio ambiente y el
desarrollo”.86

La evidencia positiva del papel que juegan las variables demográficas en los procesos de
planificación se descubre a través de aquellas relaciones entre variables demográficas y
socioeconómicas que son de mayor relevancia.

En términos muy generales, y tratando de adoptar un concepto que cubra amplia


heterogeneidad de experiencias, se puede plantear que la planificación del desarrollo
constituye un esfuerzo deliberado y sistemático encaminado a organizar el proceso de
desarrollo socioeconómico en aquella dirección definida por el dispositivo estatal y político
vigente. Para el caso de América latina ello ha implicado la iniciativa o liderazgo del
gobierno en dicho proceso, que no ha excluido -con las especificidades de cada experiencia
concreta- la participación más o menos amplia del sector privado y de las relaciones de
mercado.

A la luz de los raciocinios de las economías modernas, valdría la pena rescatar el hecho de
que su funcionamiento eficaz requiere algún grado de intervención estatal, incluida toda la
gama de proyectos nacionales de desarrollo; y con ello, que la complejidad de dicha acción
estatal lleva a que las políticas públicas tengan que planificarse en el sentido de reconocer
como marco un conjunto de operaciones de análisis, previsión de tendencias, toma en
cuenta de cursos de acción alternativos, prevaluación de posibles resultados,
compatibilización de sus distintos componentes y seguimiento de su ejecución.

Para economías con alto grado de dirección centralizada e intervención estatal, se hace
evidente que la planificación del desarrollo social y económico constituye una de las
formas más importantes de dicha dirección, especialmente en lo concerniente a la
armonización de la planificación del crecimiento económico con la necesaria actuación de
la población como base de la actividad económica, y a través de ella la satisfacción de las

86. Ver: United Nations, Report of the International Conference on Population, Mexico City,
August 1984.

111
necesidades de la población. De esa suerte, en este tipo de planificación se incluyen como
aspectos fundamentales las respectivas planificaciones de empleo y del nivel de vida.

En cuanto a los países del llamado Tercer Mundo, la planificación del desarrollo ha sido
reconocida a lo largo de las décadas que siguieron al final de la segunda guerra mundial,
como forma segura y directa de abordar el progreso económico, y aunque hoy en día existe
un manifiesto escepticismo hacia ella, asociado a que no se han obtenido los frutos que se
esperaban -hecho que por demás está dado por las precondiciones mismas que supone la
planificación- lo cierto es que la posibilidad de hacer válidas las relaciones entre población
y desarrollo tiene un vínculo directo con la inclusión del factor población en los planes y
programas de desarrollo, tal y como ha sido planteado anteriormente.

Sobre las bondades de la planificación y sus posibilidades en América latina, viene a


colación el argumento de Atria en el sentido de que “la sola planificación no puede resolver
los múltiples problemas del desarrollo que afrontan hoy los gobiernos de América latina. La
planificación no es sino un instrumento que permite que el Estado acreciente su capacidad
para afrontar esos problemas y mejorar la calidad de la elaboración de políticas
gubernamentales. La eficacia de este instrumento dependerá en última instancia del grado
en que los gobiernos de los distintos países satisfagan ciertas condiciones de carácter
político, de organización y técnico”.87

Pero todo indica que las posibilidades y, por ende, las limitaciones para la integración de
las variables demográficas en la planificación del desarrollo están en función de varias
premisas.

En primer término, se requiere de la adopción y operacionalización de un verdadero


concepto de desarrollo que no se limite al simple crecimiento económico.

Así, en tanto el concepto de desarrollo prevaleciente hasta los años 70 se asimilaba al de


crecimiento económico, los contenidos de los planes de desarrollo habían privilegiado
tradicionalmente a las variables y dimensiones propiamente económicas, tales como los
determinantes de la tasa de crecimiento económico, la asignación intersectorial de recursos
(especialmente en las inversiones), el logro de la estabilidad de precios, el equilibrio de las
cuentas externas y del sector público, etc.

En general se daba por supuesto que el rápido crecimiento económico se traducía


automáticamente en un nivel de vida ascendente para la mayoría de la población, de aquí
que las variables demográficas, con excepción del tamaño de la población y su tasa de
crecimiento, no tenían interés especial en un ejercicio de planificación.

La segunda premisa condicionante de la integración estaría dada por la disponibilidad de


datos demográficos confiables que favorezcan tomar en cuenta a las variables y otras
características demográficas de la población, en la formulación de los planes y programas.

87. Ver: R. Atria, Planificación del desarrollo y población en América latina y el Caribe: un
marco de referencia para las actividades por países. RLA/78/P15, UNFPA/79/CDPP/LA/2, 6
abril 1979.

112
Hay que decir que no todos los países, y especialmente muchos de los así llamados en vías
de desarrollo, cuentan con estadísticas sistemáticas y confiables de sus poblaciones
respectivas.

En un tercer orden de cosas, se hace necesario disponer de metodologías adecuadas que


faciliten el uso de las variables en la planificación, especialmente aquellas que se refieren a
la preparación de proyecciones demográficas, económicas y sociales, necesarias para un
ejercicio de planificación concreto. Es en esta línea donde se han hecho, quizás, los aportes
más significativos, particularmente en el contexto de las Naciones Unidas.

Cuando el desarrollo pasa a tomar en cuenta variables y políticas sociales, incluyendo la


generación de empleos, la satisfacción de las necesidades básicas y las políticas
redistributivas, es decir se pasa a una concepción de desarrollo integral, entonces arribamos
abiertamente a la inclusión del factor población en la planificación del desarrollo y se
toman en consideración las características demográficas y socio-culturales de la población
que constituyen atributos que deben ser evaluados a fin de orientar políticas más eficaces.88

“En un número creciente de países en desarrollo, los objetivos de desarrollo orientados al


crecimiento han sido complementados con los de creación de empleos, generación y
redistribución de ingresos y plena satisfacción de las necesidades básicas de toda la
población. Estos objetivos adicionales se propusieron para ayudar a erradicar la pobreza
masiva y generar una distribución más equitativa de los beneficios del desarrollo,
problemas que el crecimiento económico por sí mismo, no podía resolver
satisfactoriamente. Por consiguiente, el marco original de la planificación se ha extendido a
fin de dar lugar al empleo, los ingresos del hogar y el consumo”.89

De esa suerte, la nueva estructura de la planificación está requerida de la incorporación, con


carácter endógeno, de las variables demográficas en la planificación general del desarrollo,
lo cual significa que la planificación dirigida a satisfacer el empleo, los ingresos y el
consumo debe asimilar el concepto de la población como base de la actividad económica,
como sujeto y objeto del desarrollo, y por tanto utilizar una serie de variables demográficas,
como la población, la fuerza de trabajo y los hogares.

A su vez, para que tenga sentido la planificación del empleo, es necesario incluir la fuerza
de trabajo en el ejercicio de planificación. Y en esta lógica, la integración de la fuerza de
trabajo en la planificación requiere que la población sea parte de ese ejercicio.

Una reflexión adicional sobre este problema debe reconocer que la planificación en materia
de ingresos y consumo del hogar también requiere que se incorpore la población o los
hogares, o ambos. Esto es necesario para advertir las consecuencias del desarrollo planeado

88. Ver: E. García, y K. Schmidt, en CELADE, Población y planificación, Seminario sobre


métodos y modelos para computadores, CELADE, Santiago de Chile, 1988.
89. Ver: Naciones Unidas, Técnicas de integración de las variables demográficas en la
planificación del desarrollo: presentación preliminar de un Manual de la división de
población de la secretaría de las Naciones Unidas, Boletín de Población de las Naciones
Unidas, nº 16, 1984.

113
con respecto a los niveles de ingresos per cápita o de los hogares −o ambos− y a la
distribución del ingreso del hogar entre los grupos de población. También se necesita para
explicar los efectos de las características demográficas y de los hogares en el nivel y la
estructura del consumo del hogar. De modo similar, la planificación en la esfera del
consumo y la inversión oficiales, especialmente en materia de salud, educación y vivienda,
requiere también el uso de variables demográficas clave tales como la población, los
estudiantes y los hogares.90

El tema recurrente de las políticas de población

Dentro de la amplia gama de problemáticas que abarcan las relaciones entre población y
desarrollo, la de las políticas de población ha ocupado el quehacer de académicos y
políticos durante muchos años, en particular en el contexto de América latina.

En especial, uno de los aspectos que resalta en la inserción del factor población en la
planificación del desarrollo al que ya hemos hecho referencia brevemente, es el
concerniente a la articulación relativa de las políticas nacionales de población con las
estrategias y políticas globales de desarrollo.

El concepto de política de población

Cabe adelantar que el concepto de política de población ha tenido muchas interpretaciones


y no se aprecia de manera idéntica por todos los gobiernos, ni por todos los especialistas en
el campo de los estudios de población.

Así, se identifican planteamientos donde la política de población se asume como un


conjunto de objetivos dirigidos a consolidar los derechos de la población al trabajo, la
educación, la salud, la participación de la mujer en la actividad económica, sin establecer
metas de control demográfico, como ha sido el caso de Cuba. No faltan quienes
identifiquen abiertamente política de población con política de control de la natalidad.

Pueden encontrarse definiciones como la de ser un sistema de valoraciones, apreciaciones y


objetivos dirigidos a influir en la población, tanto en sus aspectos cualitativos como
cuantitativos, incluyendo en muchos casos metas tales como alcanzar un determinado nivel

90. Ver al respecto: United Nations, Projection methods for integrating population variables into
development planning, volume I: Methods for comprehensive planning, module one:
Conceptual issues and methods for preparing demographic projections. New York, 1989.

114
de mortalidad infantil o de esperanza de vida; alcanzar la salud para todos en el año 2000
como lo propuso la Organización Mundial de la Salud; también otras como la de incorporar
a la mujer al trabajo en cierto porcentaje de actividad, e inclusive aquellas dirigidas a
aumentar la fecundidad en determinada proporción o plazo.

Es decir, que en tanto se mantiene vigente la investigación bajo el calificativo genérico de


políticas de población como línea de trabajo científico priorizada por los cientistas sociales,
no parecen existir condiciones académicas, ideológicas y de práctica social como para
utilizar al respecto un sistema categorial único. Política de población, política demográfica,
política social de población, política integral de población no resisten una lógica que les dé
coherencia dentro de tal sistema.

Entre el lema de que “el desarrollo es el mejor anticonceptivo” y “las políticas que facilitan
la utilización de anticonceptivos” hay suficiente carga ideológica. Lo que los diferentes
países y actores ponen en práctica en nombre de tales políticas puede resultar bastante
disímil.

¿Qué aspecto nos da derecho a adentrarnos en el problema sin necesidad de entrar en un


debate en torno a lo que debemos entender o no por política de población? Simplemente,
que lo que pueda inteligirse y practicarse por tal política lleva la intención de intervenir de
manera conciente, con sujeción a determinados fines y conotación directa o indirectamente
demográfica, en uno de los procesos sociales de mayor relevancia cual es el fenómeno
“reproducción-distribución de la población”.

Es pertinente afirmar que cuando hacemos uso de la expresión “conotación directa o


indirectamente demográfica” es para indicar que el efecto de la política puede tener
impacto en las características estrictamente demográficas de la población o que, aunque
ponga énfasis en aspectos cualitativos, está referida a la población como categoría
demográficamente identificable.

Políticas nacionales de población y estrategias de desarrollo

El enfoque del tema sobre política de población dentro de la perspectiva de las relaciones
entre población y desarrollo, y específicamente en su componente de planificación del
desarrollo, conlleva a ubicar la política de población dentro del sistema de planificación que
se adopte.

En ese sentido, partiendo de que en muchas experiencias los planes en sus diferentes
horizontes están precedidos por una estrategia de desarrollo, podemos apreciar la política
de población, precisamente, como la forma de concretar los objetivos de la estrategia de
desarrollo, dirigidos a elevar la calidad de la población, satisfacer sus necesidades de todo
tipo, e inclusive aquellos dirigidos a hacer coherentes las condiciones del desarrollo

115
económico y social de un país determinado con su situación demográfica actual y
perspectiva, particularmente con las condiciones y tendencias de su reproducción y
distribución.

Es así como se aprecia que la política de población debe estar enmarcada en los planes de
desarrollo global de cada país, y para el caso de los países en vías de desarrollo, en planes
que estén llamados a romper las situaciones de explotación y dependencia en que viven sus
mayorías poblacionales.

La política de población, como parte de una estrategia general de desarrollo, ha de incluir,


entre otras medidas, aquellas que permitan:

• garantizar el empleo a toda la población apta para el trabajo;


• incorporar a la mujer a la producción social;
• asegurar la igualdad de derechos para ambos sexos;
• lograr una urbanización racional y planificada;
• asegurar el desarrollo regional que evite las voluminosas corrientes
migratorias hacia los grandes centros urbanos;
• garantizar la superación educacional y cultural de la población a fin de que
pueda hacer frente al desarrollo tecnológico;
• desarrollar una amplia política de salud que abarque a toda la población por
igual, y garantice a todas las parejas la libre y responsable determinación del
número de hijos que desea tener;
• eliminar la desnutrición como causa de muerte.

Concebida así la política de población, entre los aspectos básicos está precisamente el
atender a los sectores más vulnerables como son la mujer, la niñez, los ancianos y la
población rural.

Otros tipos de políticas

En el examen de la problemática relativa a la política de población, puede presentarse una


tipología de políticas que incorpore las globales, que normalmente se proponen objetivos
para la población en su conjunto, y las regionales que plantean objetivos específicos para
determinadas regiones, de manera similar a aquellos que se establecen en la planificación
regional. No se debe despreciar tampoco la necesidad de formular muchas veces políticas
de población asociadas a programas y proyectos de desarrollo en ramas o zonas de
desarrollo específicos; este tipo de política es de gran actualidad e importancia.

116
Políticas asociadas a programas y proyectos de desarrollo

Puede afirmarse que todo proyecto de desarrollo socioeconómico general y los proyectos de
desarrollo rural integral tiene asociado algún problema de población. Ello está dado por el
hecho de que, lejos de lo que piensan muchos inversionistas, la población es la base
fundamental de la actividad económica en tanto recurso productivo que requiere de
reproducción y distribución coherentes con el desarrollo y, al mismo tiempo, como
condición sine qua non de ese actuar como recurso productivo, deviene en fuerza principal
de consumo de bienes y servicios, es decir del conjunto de satisfactores cuyo grado de
realización da lugar a diferentes condiciones de supervivencia, que a su vez generan
diferentes estrategias de vida, incluidas las demográficas tales como la migración.

Los problemas de población asociados a proyectos de desarrollo nacen de las


contradicciones que se suscitan entre los recursos económicos aprovechados o por
desarrollar en determinada región, el número y las características de los asentamientos, la
formación, calificación y utilización de la fuerza de trabajo, y la organización social que
rige las relaciones de producción en la zona.

Uno de esos problemas es, por ejemplo, el que un proyecto o programa de desarrollo
integral (en lo adelante PDI) se vea afectado por situaciones en que la población de la zona
donde se enclava opte, como parte de sus estrategias de existencia, por emigrar hacia otras
más favorables, fundamentalmente urbanas (nos referimos en lo fundamental a PDI rurales),
acorde a determinados patrones, ideales de vida, etc.; provocando el despoblamiento de las
áreas cercanas a las unidades básicas de producción agropecuaria. De esa suerte el
desarrollo del PDI se asocia a la solución de un problema de población, aunque no se
hubiese planteado tal meta entre sus objetivos iniciales, todo ello debido a la falta de un
equilibrio satisfactorio entre el tamaño, características y distribución espacial de la
población resultante y la demanda de ésta, en tanto fuerza de trabajo, que tiene el proyecto.

De esa manera, el proyecto debe incluir acciones deliberadas para crear la percepción de un
diferencial en la calidad de vida que persuada en la reafirmación de la población existente
en el territorio e inclusive se convierta en fuerza de atracción de población de otros
territorios, cuando así se requiera.

En perspectiva, el PDI requiere proyectar su población base y por tanto inmiscuirse en sus
condiciones de reproducción, tales como fecundidad, mortalidad y movimientos
migratorios. Es imprescindible también la comparación de estos resultados con los que se
obtienen de la proyección presumida de la demanda de fuerza de trabajo según territorios y
ramas, a fin de evaluar la posible necesidad de formular acciones que actúen sobre el
tamaño perspectivo de la población a través de la migración y la fecundidad.

Las condiciones de vida dependen de elementos diversos tales como vivienda, alimentación
y vestuario, características de los asentamientos y construcción de nuevas comunidades,
acceso a servicios básicos de salud, educación, cultura y recreación, etc. En la medida que
todo esto se vincula con el proyecto (por ejemplo, la capacidad de percibir ingresos a partir

117
de las fuentes de trabajo que genera, el acceso a determinados servicios en comunidades de
tamaño conveniente, etc.), las condiciones de vida le quedan asociadas.

Es preciso entender que cada población posee su propio esquema de valores, en función del
cual evalúa las condiciones de vida diferenciales que le resultarían suficientemente
atractivas como para afrontar los costos y las molestias de un reasentamiento en la zona de
desarrollo y asumir una tendencia a la estabilidad.

Para devenir en área receptora de población se debe ofrecer una perspectiva real o aparente
de mejores condiciones de vida dentro de un plazo mediano.

El vínculo de un PDI a regiones poco pobladas, pese a la importancia estratégica que se le


reconozca, sea por la existencia de recursos naturales en explotación o susceptibles de ser
explotados o bien por razones geopolíticas cuando son fronterizas, conlleva la necesidad de
fundamentar políticas específicas con tal objetivo.

De esa suerte, un proyecto de desarrollo integral puede convertirse en el contexto apropiado


en el que la interacción entre el medio ambiente y la actividad productiva, y los problemas
de población puedan ser también abordados integralmente, en especial cuando las políticas
sectoriales de población que se definan en el ámbito global (asentamientos, vivienda,
educación y calificación, empleo, salud, cultura, atención a sectores críticos: mujer, niñez,
ancianidad) pasan por el PDI.

Se aprecia la urgencia de los trabajos en esta dirección, ya que si los problemas de


población no se prevén con la concepción misma del proyecto, de manera que puedan ser
encarados antes de que alcancen carácter crítico (emigración potencial por ejemplo), se
tornan sumamente costosos y difíciles como para darles el tratamiento adecuado en los
plazos que requieren los objetivos y diversos módulos del proyecto.

Para que se produzca el enfoque apropiado de las acciones tendientes a armonizar la


población y por tanto la fuerza de trabajo, con un PDI, es preciso que se fundamenten en un
diagnóstico que examine el problema de población desde todos los ángulos pertinentes, a
fin de investigar varios cursos de acción en beneficio de la población.

Lo anterior significa que hay que examinar todas las alternativas posibles, formulando
preguntas generales y abiertas junto a otras que presuponen de antemano acciones
asociadas a la migración; así, por ejemplo, ¿qué habría que hacer para mejorar las
condiciones de vida de determinada población?, ¿qué habría que hacer para asentar y
estabilizar los insumos poblacionales del proyecto?, además de otras como ¿a dónde y en
qué forma habría que retener o trasladar la población cuyo nivel de vida se quiere mejorar?,
¿dónde, en qué forma asentar ciertos contingentes asociados al proyecto? Las cuales
suponen acciones de estímulo a la migración.

La alternativa seleccionada incluye normalmente un sistema de objetivos, acciones e


instrumentos que pasan a constituir lo que en términos limitados pudiéramos llamar la
política de población asociada al PDI, para solucionar los problemas de población que tienen
que ver con él. El sistema estudiaría medidas de tipo normativo (disposiciones jurídico-

118
administrativas), proyectos de inversión en infraestructura, asignaciones o ampliación de
funciones de los organismos del sector comunitario, a más de otras vinculadas con los
medios de difusión y comunicación de los objetivos a alcanzar (educación en materia de
población).

Las políticas demográficas

Dentro de los tipos de políticas destacan, por el desarrollo que han alcanzado, las de
población dirigidas a influir en el comportamiento de las variables demográficas, como por
ejemplo, las relacionadas con la distribución territorial de los asentamientos humanos y las
migraciones que aspiran, entre otras cosas, a modificar el sentido del movimiento mecánico
de la gente y dirigirla hacia zonas de desarrollo o evitar la concentración urbana, etc. Aquí
se ubican también las políticas que, canalizadas generalmente a través de programas de
salud, procuran disminuir la mortalidad infantil y materna, o incrementar la esperanza de
vida. Finalmente, las políticas mayormente atendidas y priorizadas en la actualidad son
aquellas dirigidas al componente fecundidad, por el impacto que ejerce sobre la
reproducción de la población, y que en su concreción y en la forma de llevarlas a la práctica
social, se han asimilado generalmente al concepto de planificación familiar.

Vale decir que las políticas demográficas que tienden a influir sobre el comportamiento de
la fecundidad, no solamente han incluido aquellas encaminadas a disminuir los
nacimientos, como es el caso de buena parte de los países en desarrollo con altas tasas de
crecimiento de sus poblaciones. Hay otras orientadas a aumentar la fecundidad, como fue el
caso de las políticas adoptadas al respecto por los otrora países socialistas del este de
Europa.

Aquí cabe insistir en que, independientemente de los criterios y las formas en que se han
abordado las políticas demográficas, su rol fundamental en un proceso de desarrollo social
y económico es el de lograr la coherencia entre las condiciones y necesidades en que se
produce o proyecta ese desarrollo (tanto a nivel global, como en zonas específicas) con la
situación demográfica actual y prospectiva y el comportamiento general del sistema
demográfico con sus efectos correspondientes.

Esta argumentación va en línea con aquel enfoque de la política de población que la define
como la adopción, por el gobierno de un país, de medidas integradas a los programas
socioeconómicos orientadas deliberadamente a influir sobre una variable demográfica,
como efecto previsto, ya sea principal o lateral, con el fin de contribuir a armonizar las
tendencias de la población con las del desarrollo.

119
El antecedente de la política de población

Toda política de población se origina en el diagnóstico de algún problema de población que


requiere ser encarado con cierta urgencia.

En otras palabras, la política de población tiene como antecedente la percepción de un


problema de población, es decir, aquellos que se suscitan cuando las sociedades no logran
encontrar el equilibrio satisfactorio entre el tamaño de la población, sus características
étnico-culturales, su distribución espacial, los recursos económicos y el sistema
sociopolítico imperante.

Es posible que la falta de una percepción clara, y de consenso sobre el o los problemas de
población de cada país en particular provoque aquella falta de correspondencia entre el
esfuerzo que ponen los cientistas sociales en el estudio de las políticas de población y el
interés que se les dedica a nivel del poder político, no obstante las declaraciones formales
en foros y documentos internacionales.

Las políticas de población en América latina

En su análisis sobre las conferencias de población de Bucarest y El Cairo, Carmen Miró ha


planteado la evolución que han tenido las políticas de población en la región, cuestión que
podemos sintetizar de la siguiente forma:

‰ La continua expansión de la tasa de fecundidad había llevado a la


duplicación de la población en los 25 años que van de 1940 a 1965. La población
resultante, con estructura por edad muy joven y la tendencia a concentrarse en
ciudades, combinada con la expansión de sus aspiraciones sociales, comenzó a
plantear demandas que la mayor parte de los gobiernos de la región no estaban en
condiciones de enfrentar satisfactoriamente.

‰ Irrumpe en la región la propuesta procedente de fuera de que la adopción del


control de la natalidad podría constituirse en la solución a los problemas planteados
por el elevado crecimiento de la población. Erróneamente se asimilaba el concepto
de política de población al de control natal, reanudándose la controversia que la
publicación del Ensayo sobre la población de Malthus había matizado siglo y
medio antes.
‰ Los gobiernos, preocupados por no mezclarse en lo que podría tildarse
como intromisión foránea en un delicado asunto de exclusiva decisión soberana, y
tratando de evitar problemas políticos internos por la oposición que cualquier
decisión en este delicado terreno levantaría en la jerarquía de la iglesia Católica y en

120
los grupos izquierdistas locales, rehuyeron tomar posiciones con relación a la
adopción de políticas explícitas tendientes a disminuir esa tasa de crecimiento.

‰ En casi todos los países funcionaban programas de planificación familiar de


carácter privado, que obviamente lo hacían con la anuencia del gobierno respectivo.
Ante la demanda que esos programas fueron generando en sectores femeninos, buen
número de gobiernos dieron cabida a programas de planificación familiar en los
servicios estatales.
‰ La adopción oficial de estos programas no implicaba que los gobiernos
hubieran tomado una posición controladora frente al crecimiento de la
población.Los programas se justifican como instrumentos para proteger la salud de
las madres y disminuir la incidencia del aborto, contribuyendo, además, a reducir la
mortalidad materna.
‰ Se comenzó a reconocer, sin embargo, que era necesario encontrar medios
que permitieran armonizar las tendencias demográficas y las del desarrollo
económico y social, lo que no podía lograrse con la sola aplicación de programas de
planificación familiar; era indispensable adoptar una política de población con
objetivos más amplios.
‰ Diversos foros latinoamericanos intentaron esclarecer el sentido que se debía
dar al concepto de política de población, plano en el que se avanza logrando
lentamente un consenso.
‰ México es el primer país que, en 1973, adopta una Ley General de Población
cuyo objetivo era el de “regular los fenómenos que afectan a la población... con el
fin de lograr que participe justa y equitativamente en los beneficios del desarrollo
económico y social”.
‰ En Perú se estableció que “la política nacional de población tiene por objeto
planificar y ejecutar acciones del Estado relativas al volumen, estructura, dinámica
y distribución de la población en el territorio nacional”, agregando que entre los
objetivos de la ley está el de “promover una equilibrada y armónica relación entre el
crecimiento, estructura y distribución territorial de la población, y el desarrollo
económico y social, teniendo en cuenta que la economía está al servicio del
hombre”.
‰ El plan de Acción Mundial sobre Población movilizó el interés de los
gobiernos sobre la temática de población y en el caso de América latina condujo,
entre otras medidas, a la creación de instancias especiales dentro de las
administraciones públicas para ocuparse de los aspectos demográficos en el
contexto del desarrollo.
‰ Si bien no puede decirse que con carácter generalizado los países de la
región hayan adoptado políticas explícitas de población, no hay duda de que hoy se
presta mayor atención al impacto de los fenómenos demográficos y a las
posibilidades que tienen las poblaciones, principalmente los grupos postergados, de
mejorar su calidad de vida.91

91. Carmen Miró, “América latina: la población y las políticas de población entre Bucarest y El
Cairo”, en Internet: http:/www.alter.org.pe/POBDES/con02.htm.

121
El impacto o efecto demográfico de proyectos de desarrollo

Una de las dimensiones que destaca en la búsqueda de instancias de concreción de las


relaciones entre población y desarrollo, es el énfasis en cuantificar el efecto demográfico de
procesos y proyectos de desarrollo. “La cuantificación del impacto en el ámbito de proyecto
más que en el ámbito de política recibe un énfasis adicional por dos razones: a) las políticas
de desarrollo, en general, se implementan a través de programas y proyectos específicos; y
b) la implementación de una política, y por consiguiente su efectividad, varía de un
proyecto a otro. Por ejemplo, una política concerniente a la reforma agraria puede ser
considerada como poseedora de importantes implicaciones para la fecundidad en un país;
sin embargo, hasta que no se implementa en un área no puede ser cuantificado su efecto
sobre el cambio de la fecundidad”.92

Se acepta que en el estudio de la naturaleza de los vínculos entre población y desarrollo se


ha dado mayor énfasis a aquella de las instancias de concreción que hemos identificado
como integración del factor población en la planificación del desarrollo. Por ello aquí se
dedicará un mayor esfuerzo al aspecto de los impactos.

En particular, dado el gran número de proyectos de desarrollo dirigidos hacia las áreas
rurales, en los estudios de impactos generalmente se selecciona este tipo de proyecto. En
vista de que una parte significativa de la población mundial es rural, pobre y de base
agrícola, tiene gran sentido estudiar los proyectos de desarrollo orientados hacia la
población rural.

Proyectos de desarrollo

Los proyectos de desarrollo (generalmente proyectos de inversión) constituyen acciones


sistemáticas, deliberadas y concientes que expresan la voluntad de modificar la realidad en
pro del desarrollo; pueden formular de manera concreta los objetivos básicos de un plan
nacional de desarrollo. Tales objetivos pueden ser, entre otros, los de generación de
empleo, satisfacción de necesidades vitales de la población, de crecimiento económico
sostenido y desarrollo regional equilibrado.

92. Ver: A. Jain, y J. Stoeckel, “Impacts of development projects on fertility in Asia, United
Nations (1988): Assessing the demographic consequences of major development projects”,
Proceedings of a United Nations worksshop, New York, 1-4 December 1986. New York:
United Nations, 1988.

122
En consecuencia, los proyectos de desarrollo exigen contemplar las diversas alternativas,
previniendo las consecuencias que pueden producir. Se sabe, por ejemplo, que un proyecto
de desarrollo influye sobre un conjunto social de diferentes formas: puede impulsar o
desalentar las migraciones, multiplicar el empleo, mejorar el ingreso, coadyuvar al
deterioro del medio ambiente, etc. De aquí que haya devenido en necesidad el contar con
instrumentos adecuados que permitan medir el impacto y elaborar criterios de evaluación
que los tengan en cuenta, además de los criterios de rentabilidad económica y sagacidad
financiera que habitualmente se estiman.

Así por ejemplo, del impacto ocupacional de un proyecto interesaría conocer aspectos
cuantitativos y cualitativos relacionados con: cuánto del impacto es temporal o permanente,
estacional o estable, directo o indirecto, retribuido o no a través de alguna forma monetaria;
dónde se localiza este impacto (lugares); en qué medida puede incidir sobre las tendencias
demográficas de esos lugares, y cuál es su relación con la población económicamente activa
(PEA). Del impacto poblacional interesaría conocer: cómo los diferentes componentes del
proyecto y su posible evolución pueden tener incidencia sobre ciertas tendencias
demográficas, centrando el análisis fundamentalmente en aspectos como tamaño,
crecimiento, estructura y movilidad espacial de la población; en qué medida da respuesta al
problema de calidad de vida de la población beneficiaria y su posible dinámica y, por
último, pudiera tratarse de visualizar aquellos aspectos de población que pueden ser
limitantes o potenciadores del proyecto.93

Hay autores que denominan proyectos de intervención a lo que aquí llamamos proyectos de
desarrollo, considerados como el eslabón final del proceso de planificación. “Está
constituido por un conjunto de actividades interrelacionadas; aunque la mera definición de
éstas no determina la existencia de un proyecto. Es necesario que las actividades estén
orientadas por directrices de desarrollo, que respondan a una determinada intencionalidad
acerca de lo que se quiere hacer, para qué se requiere hacer y cómo se quiere hacer”.94

Los proyectos de intervención pueden considerarse como sociales cuando sus resultados se
conciben en función de sus destinatarios. Generalmente, los objetivos de esos proyectos
están dirigidos a satisfacer necesidades básicas u otro tipo de requerimientos de esos
grupos; a promover o generar condiciones para el mejoramiento de sus condiciones de vida;
a propiciar cambios de actitudes, valores, aptitudes o mentalidades; a la creación de
instituciones u organizaciones.

Esta definición rechaza la distinción artificial que, tradicionalmente, se ha establecido entre


los proyectos económicos y los sociales. Cualquier proyecto concebido como económico
tiene implicaciones sociales, y cualquier proyecto considerado como social tiene
derivaciones económicas.95

93. Ver: Lisette Henriquez A., Manual de identificación y evaluación de proyectos con objetivos
de empleo, población e ingresos, primera parte. Proyecto SECPLAN-OIT-PNUD, HON/87/009,
programas de empleo, Tegucigalpa, Honduras, nov. 1988.
94. Ver: Arlette Pichardo M., Evaluación del impacto social: una metodología alternativa para la
evaluación de proyectos. Universidad de Costa Rica, 1989, p. 23.
95
95. A. Pichardo. Ob. Cit. Pa. 25-26

123
En este sentido, la evaluación de proyectos a los fines de la planificación se contempla
como uno de los aspectos de los análisis a realizar con el fin de determinar, entre otros, cuál
es el impacto de las actividades desarrolladas en el marco de los proyectos.96

Es así como recientemente existe una fuerte tendencia a investigar la naturaleza y magnitud
de las consecuencias demográficas (impacto demográfico o sociodemográfico) de
proyectos de desarrollo en áreas geográficas específicas, tratándose de explorar las posibles
implicaciones para que los planificadores integren ese conocimiento en la planificación de
los proyectos y, en general, sacar conclusiones que sirvan de insumos para el diseño de
políticas sociales y de población de diferente alcance. No obstante la importancia del tema,
las relaciones entre políticas y proyectos de desarrollo con sus potenciales impactos
demográficos o sociodemográficos, sean ellos positivos o negativos, han sido estudiados
muy poco.

Impactos de proyectos de desarrollo

En general el impacto social de un proyecto es referido a los resultados o efectos


observables en los destinatarios, en cuanto a su contribución para satisfacer necesidades,
básicas o no, propiciar el mejoramiento de las condiciones de vida, promover cambios de
actitudes, condicionantes, aptitudes, comportamientos, mentalidades, etc., a través de la
prestación de nuevos servicios o ampliación de la cobertura de los existentes. Se refiere
también a los cambios o variaciones observados en el contexto “situacional” en que se
inscriben los proyectos que pueden ser atribuidos a la presencia de éstos.97

Se denomina impacto poblacional de un proyecto de desarrollo al efecto que éste puede


provocar en la modificación de aspectos tales como la dinámica de la población teniendo
como punto de partida la situación sin proyecto.

En esta línea se distinguen dos tipos de impactos de proyectos de desarrollo:

− el efecto de un proyecto de desarrollo sobre las tendencias demográficas de la población,


tales como tamaño, crecimiento, estructura y movilidad espacial, y

− el efecto sobre la “calidad de la vida” de la población en su conjunto o algunos de sus


sectores, tales como las mujeres los ancianos, los campesinos, etc.; superación de
situaciones de extrema pobreza y pobreza de la población beneficiada actual y su posible
dinámica.

Es decir, que los proyectos pueden tener efectos no solamente sobre variables demográficas
específicas sino también, y muy especialmente, sobre determinadas categorías de la

96. Ver: A. Pichardo, ob. cit., p. 21.


97. Ver: A. Pichardo, ob. cit., p. 9.

124
población, como pueden ser las mujeres, los ancianos y los niños. Tal vez, inclusive
−reconociendo el hecho biológico de ser la mujer la responsable última de los nacimientos
y, en consecuencia, de la reproducción biológica de la sociedad− tenga más sentido ligar los
proyectos de desarrollo con la situación de la mujer, que directamente con la variable
fecundidad.

Algunos presupuestos teórico-metodológicos

Se han realizado esfuerzos encaminados a investigar hasta qué punto se pueden usar datos
oficiales y de proyección para discernir las consecuencias demográficas de proyectos de
desarrollo en algunos países seleccionados que varían ampliamente en cuanto al contexto
social, económico y cultural, al igual que por el grado de completud de la información
demográfica y socioeconómica disponible.

Estamos concientes de que los planificadores y tomadores de decisión están urgidos de


tomar en consideración las relaciones del desarrollo social y económico y la población
sobre los proyectos específicos con los cuales tienen relación. Esto es particularmente
importante cuando la planificación tiene como fin último satisfacer las necesidades de la
población.

125
Teniendo en cuenta que frecuentemente en los estudios que se realizan se plantea enfocar
los aspectos metodológicos que confronta un conformador de políticas o planificador cuya
tarea guarda relación con los efectos demográficos de un proyecto específico y que el
énfasis se pone en aportar instrumentos metodológicos, más que conclusiones, para
planificadores y tomadores de decisión, este tipo de estudio está relacionado con una
población actual o posiblemente existente; estos instrumentos metodológicos supondrían la
identificación del área geográfica, su población y situación al momento de implantar el
proyecto de desarrollo.

Rápidamente se nos ocurre que la naturaleza del proyecto de desarrollo puede tener
diferentes consecuencias sobre el comportamiento demográfico y con peso diferente, en
función del contexto global (nacional) del desarrollo y en qué medida afecta los
satisfactores de la población, de suerte que pudiera hablarse de proyectos de desarrollo
“fuertemente influyentes”, “normalmente influyentes”, “débilmente influyentes”, etc.

Algunos especialistas asumen que la metodología propuesta para discernir las


consecuencias demográficas de proyectos específicos de desarrollo deba partir de un marco
conceptual similar en algunos aspectos al que se asume con relación a determinar las
consecuencias de los programas de planificación familiar, es decir se busca una
metodología que se mueva dentro de la relación causa-efecto, del tipo mostrado en la figura
presentada más arriba.

Pero hay que advertir inmediatamente que la relación causal entre un proyecto de desarrollo
y sus consecuencias demográficas implica un proceso más complejo que el caso de la
planificación familiar; en ese sentido entendemos que los efectos o consecuencias
demográficas de proyectos de desarrollo poseen más bien un carácter sistémico que
simplemente causal, y lo sistémico está generalmente acompañado de relaciones no
lineales y con múltiples condicionamientos que varían en dependencia de diferentes
ecosistemas.

La diversidad y complejidad de los problemas relacionados con el desarrollo


socioeconómico, donde se inserta directamente la población considerada objeto y sujeto
básico de dicho desarrollo, ponen en primer plano la necesidad de continuar elaborando los
instrumentos científico-metodológicos que permitan abordarlos adecuadamente y
solucionarlos de forma satisfactoria.

Es indudable que la gama de instrumentos científicos que se requieren debe ser lo


suficientemente amplia e incluir tanto las investigaciones cualitativas como los métodos
formales basados en la utilización de las modernas técnicas de computación.

Se ha postulado la existencia de cierto tipo de problema vinculado a objetos cuyo estudio e


investigación requieren de enfoques totalizadores que tomen en cuenta la variedad y
complejidad de elementos de naturaleza diversa y de relaciones y conexiones entre ellos, y
que hacen que el objeto cobre su carácter integral de totalidad y, lo que es más importante,
la manipulación, modificación, cambio, etc., de alguno de los elementos o de sus
conexiones, influye de diversas formas sobre el problema en su conjunto, su solución y las
implicaciones que tiene esta solución para el objeto en cuestión, al igual que para sus partes

126
componentes, acorde con las leyes objetivas que guían el comportamiento de uno u otro
fenómeno y las condiciones socio-históricas concretas en que se produce su desarrollo.

El campo de los fenómenos socioeconómicos aporta los ejemplos más elocuentes del tipo
de objetos y problemas al que hacemos referencia. Los objetos macroeconómicos y los
problemas de su dirección planificada, encaminada al logro de determinados objetivos y
sustentada en las leyes del desarrollo social, acuden inmediatamente a primer plano.

Uno de estos enfoques totalizadores lo ha venido constituyendo la perspectiva sistémica


bajo la cual englobamos aquel proceder que se desprende de los así denominados teoría de
sistemas, enfoque de sistemas, análisis de sistemas, campos similares.

Este punto de vista se ejemplifica en el concepto de “desarrollo rural integral” propuesto


por Pozo y Bilsborrow.

“Cuando sólo ocasionalmente se efectúan esfuerzos dispersos de asistencia a comunidades,


los efectos a menudo parecen disiparse en el tiempo; mientras si un número de
componentes diferentes se producen al mismo tiempo, ellos pueden interactuar
sinergéticamente conduciendo a un significativo y sostenido mejoramiento de las
condiciones de vida de los habitantes”.98

Así, los autores plantean que para el caso de Ecuador, los “proyectos de desarrollo rural
integral” incluyen entre sus componentes: proyectos de riego a pequeña y gran escala;
asistencia técnica a campesinos mediante representantes de extensión agrícola;
infraestructura vial; plantas de purificación de agua; construcción de letrinas; construcción
o mejoramiento de escuelas primarias y secundarias; construcción o complementación de
dispensarios de salud rural (con dotación de personal apropiado); creación de tiendas
comunales/coperativas; asistencia en la comercialización de productos; reforestación de
laderas erosionadas; crédito; legalización de títulos de propiedad de tierras, y organización
de asociaciones de campesinos y mujeres.99

De tal forma, como se ha planteado, se evidencia que es necesario acudir a enfoques


sistémicos que incluyan junto a los factores demográficos y económicos, otros tales como
los socioculturales, políticos, medioambientales, frecuentemente de carácter cualitativo y de
difícil medición. El enfoque sistémico debe contribuir a interpretar las múltiples
interrelaciones que existen entre los fenómenos demográficos y los no demográficos.

En general la perspectiva sistémica va ganando cada vez más adeptos en cuanto a la manera
de enfocar el impacto. Se asume que el modelo que permita comprender la causalidad entre
los factores demográficos y los grandes proyectos de inversión pública debe ser integral,
interdisciplinario y sistémico. El carácter sistémico del modelo implica que una vez que se

98. Ver: Lucía Ruiz P., y Richard Bilsborrow, Efectos demográficos de proyectos de desarrollo
rual: un estudio de caso en el Ecuador, documento presentado al seminario-taller sobre
efectos demográficos de proyectos de desarrollo organizado por el CEDEM y el CELADE, la
Habana-Pinar del Río, 4-14 julio 1989.
99. Ob. cit., p. 5.

127
inicia la modificación de alguno de los factores componentes del sistema, los otros
componentes también tenderán a modificarse, iniciándose así profundas trasformaciones en
el sistema que pueden llevar a modificaciones estructurales del sistema. En el caso de los
grandes proyectos de inversión pública, la alteración del componente económico generado
por la implantación del proyecto tiende a modificar los componentes demográfico, social y
espacial del sistema.100

Es preciso destacar —continúa la autora— que la propia noción de “impacto” que se usa
para referirse a los efectos de desarrollo implica el carácter sistémico.

No obstante, el marco teórico-conceptual en que se inserta el problema de los efectos


demográficos de proyectos de desarrollo, suele ejemplificarse de la manera indicada en el
gráfico mostrado más arriba.

Es decir, adopta un enfoque lineal tipo causa-efecto, cuando en verdad la cuestión


evidencia niveles mayores de complejidad. Se hace evidente aquí la necesidad de
profundizar aún más en el diseño teórico de este tipo de investigaciones y en la naturaleza
del problema mismo y las hipótesis que se asumen.

Se reconoce ampliamente que el problema principal del diseño de un modelo causal radica
en el establecimiento de la comparabilidad o equivalencia entre un grupo experimental y
uno de control, debido a que raramente se encuentran dos grupos poblacionales idénticos en
todos los aspectos al momento en que se dio la entrada a un grupo y no a otro. Pero más
importante aún es el caso de que en los estudios de impacto de proyectos de desarrollo, las
variables “ingreso” y “bienestar” no solamente están influidas por el proyecto-entrada en
cuestión sino por otros factores, de tal manera que sería muy difícil asegurar hasta qué
punto los cambios observados se deben al proyecto-entrada y en qué proporción se deben a
factores no considerados.

“Las variables demográficas pueden interactuar en una cadena causal produciendo efectos
de solapamiento que no son resultado directo del proyecto de inversión. Una parte de las
diferencias observadas en la mortalidad antes y después de la implantación de un proyecto
de desarrollo pueden deberse a causas ajenas al proyecto tales como: el rejuvenecimiento
de la estructura etaria debido a una fuerte migración; el mejoramiento de las condiciones
sanitarias y de los servicios como consecuencia de los requerimientos e infraestructura del
proyecto; a un mejoramiento del patrón de alimentación y alojamiento producido por la
inserción a un empleo estable y mejor remunerado y al aumento de los ingresos; al cambio
en el estilo de vida consecuencia de mayores niveles de educación. Todo ello lleva a la
necesidad de estandarizar a los grupos para poder analizar los efectos genuinos del proyecto
de desarrollo”.101

100. Ver: María P. García, Efectos demográficos de grandes proyectos de desarrollo:


aproximación teórico-metodológica, seminario-taller sobre efectos demográficos de
proyectos de desarrollo, la Habana-Pinar del Río, organizado por el CEDEM y el CELADE,
julio 1989, p. 10.
101. M. García ob. cit., p. 7-8.

128
Como quiera que uno de los objetivos de estos tipos de ejercicios es examinar hasta qué
punto y bajo qué condiciones se pueden atribuir los cambios demográficos al proyecto
específico de desarrollo, cabe que nos preguntemos ¿cómo aislar las consecuencias
específicas del proyecto de desarrollo?

Bajo el supuesto de que todos los satisfactores que pudieran ser influyentes se deriven del
proyecto de desarrollo y no de otras entradas, cuestión casi imposible, habría que hacer
proyecciones de población y compararlas con la realidad en un intervalo que iría desde un
punto inicial N en que se introduce el proyecto hasta un determinado punto N+1 en que
pudieran apreciarse las consecuencias demográficas.

Es decir, una primera cuestión sería la comparación del resultado de la proyección con la
situación actual, y la diferencia pudiera atribuirse en primera instancia de análisis a los
efectos del proyecto de desarrollo.

Hipótesis sobre impactos: Los diagramas de Pozo y Bilsborrow

Pozo y Bilsborrow102 han diseñado tres diagramas con la intención de sintetizar un marco
conceptual explicativo de los efectos que podrían producirse sobre las variables
demográficas como resultado de la ejecución de diferentes componentes de proyectos de
desarrollo rural integral (DRI), (con cierta orientación hacia aquellos componentes
específicos del DRI en el Ecuador).

Vale recordar que el nivel y las tendencias de los indicadores demográficos son efecto de
una complicada red de interpelaciones entre factores muy diversos, económicos, sociales,
culturales, políticos y demográficos. Para conocer y, por tanto, investigar el posible impacto
de un proyecto de desarrollo sobre indicadores demográficos, o sobre la situación
sociodemográfica de grupos específicos (femenino, ancianidad, niñez) se hace necesario
analizar cuáles actividades del proyecto afectan los factores indicados, y acorde a las
hipótesis causales que se postulen será posible aproximarse a la determinación del sentido
de los cambios.

102. L. Pozo, y R. Bilsborrow, ob. cit.

129
Efectos sobre las migraciones

En un primer diagrama se indican los efectos potenciales de un conjunto de componentes


de los proyectos de DRI sobre la emigración rural-urbana de adultos, jóvenes y familias
(cada uno considerado por separado en el análisis), partiendo en general de las hipótesis
relativas a que las políticas de desarrollo están encaminadas a producir mejoras en la
producción y en los ingresos de la comunidad rural y a través de ello tener efectos
contractivos en las emigraciones del campo y que, por otra parte, con las mejoras en el
nivel de vida en otros aspectos en las áreas rurales se espera alcanzar el mismo efecto.

Dejando a un lado aquellas flechas que en el diagrama pueden explicarse por sí solas, los
autores quieren expresar cómo el acceso vial y las mejoras en los caminos pueden tener dos
efectos contrarios: por una parte, un efecto directo sería el acceso a información sobre
oportunidades de empleo y mejores condiciones de vida en otros lugares, lo cual promueve
una mayor emigración. A su vez, la existencia de un efecto indirecto contrario que se
produce al permitir el mejor acceso vial, una mejor comercialización de los productos
agrícolas y en consecuencia, mayores ingresos para los campesinos lo que a su vez conduce
a una reducción de la emigración.

130
Por otra parte —consideran los autores— los proyectos de riego y asistencia técnica pueden
tener profundos efectos sobre la productividad de la tierra, uso de tecnología, y empleo, con
lo cual se reduce la emigración. La disponibilidad de crédito es muy importante en la
adopción de nuevas tecnologías y nuevas inversiones para incrementar la producción
agrícola-ganadera y así los ingresos de las familias, y a través de ello reducir la emigración
de familias de las áreas rurales. Los títulos de propiedad (se trata de un razonamiento para
Ecuador) proveen posesión segura sobre la tierra, lo cual es con frecuencia requisito para el
acceso al crédito. Este hecho puede ejercer un efecto directo per se en la reducción de la
emigración de familias con títulos de propiedad, dado el estatus de propietarios que se
confiere.

Así mismo razonan los autores sobre otros efectos contradictorios que pudieran tener lugar.
“Cualquier proyecto que genere empleo no agrícola cerca de la comunidad rural provee de
fuentes alternativas de ingresos, permitiendo a las familias rurales su sustento sin la
necesidad de emigrar. Pero la creación y mejoramiento de escuelas y colegios tiende a
aumentar el nivel de educación y las aspiraciones por otros modos de vida, por lo cual
normalmente se considera que estimula la emigración. Sin embargo, las otras formas de
infraestructura socioeconómica tienden a mejorar la calidad de vida en las áreas rurales y
por consiguiente reducir la emigración”.

Un último aspecto en relación con el efecto de los proyectos sobre la migración es que la
mayoría de los estudios sobre ese factor demográfico están dirigidos a investigar las causas
de la emigración de familias o adultos y no toman en cuenta la situación especial de los
jóvenes. Es posible que al incrementarse los ingresos de los hogares rurales —vía cualquier
componente de los proyectos— pueda aumentar la emigración de los jóvenes al disponer
las familias de mayores facilidades económicas para financiar la educación al nivel de
bachillerato o superior de los hijos.

Efectos sobre la mortalidad y la morbilidad

Al parecer son pocos los efectos que ejercen los componentes relevantes de proyectos DRI
sobre la mortalidad y la morbilidad; sin embargo, resultan ser más directos.

Los factores más importantes son la creación o mejoramiento de los servicios de salud.

“La conveniencia de tener instituciones de salud en una comunidad podría incrementar


contactos con el cuidado médico moderno y de esa manera reducir la mortalidad y
morbilidad. Esto además facilita la organización y realización de campañas educacionales
para mejorar la salud, en particular, de los niños (promoción de la asistencia médica,
lactancia materna, higiene personal y del hogar, etc.), lo cual podría incrementar la
utilización de los servicios de salud y tener además efectos directos en la mortalidad”.

131
Se establece una relación directa entre la creación de caminos rurales y estas variables
demográficas, en el sentido de que aquellos pueden permitir la dotación y mejoramiento de
servicios de salud en la comunidad y facilitar el acceso de la población rural a los
hospitales, dispensarios y farmacias de las ciudades cercanas, contribuyendo de esta manera
a la reducción de la mortalidad.

Es evidente, como se destaca en el enfoque de Pozo y Bilsborrow, que las actividades de


los proyectos de saneamiento ambiental, purificación de agua, tuberías, abastos de agua y
construcción de letrinas o alcantarillado, podrían tener efectos directos en la salud de la
población y por lo tanto disminuir la mortalidad.

Por esa misma línea, la creación y mejoramiento de escuelas podría incrementar la


conciencia sobre la importancia de un apropiado cuidado de la salud y por lo tanto
aumentar el uso de estos servicios y el conocimiento de las familias sobre la higiene del
hogar y otros aspectos.

Finalmente, cualquier factor que aumente la producción agrícola y los ingresos podría
facilitar el mejoramiento de la nutrición, lo cual contribuiría directamente a la reducción de
la morbilidad y la mortalidad.

132
Los efectos sobre la fecundidad

Mediante el esquema diseñado al respecto se trata de poner en evidencia cómo los niveles
de vida y las condiciones de reproducción de la población son factores determinantes en el
nivel de fecundidad, pero también el conocimiento y la disponibilidad de métodos
anticonceptivos y su promoción pueden incidir en el deseo de tener menos hijos, además de
facilitar el no tener más hijos que los deseados.

Se aprecia que la instalación de servicios de salud y de métodos de planificación facilitan


las actividades de promoción y el control de natalidad, y por tanto la incidencia en el
tamaño de familia deseado, a la vez que reduce los costos de la planificación familiar e
incrementa su uso. Los caminos rurales facilitan el acceso a las actividades de planificación
familiar y por tanto tienen efectos indirectos sobre el deseo de tener hijos.

Es interesante el enfoque de efectos contrapuestos que pueden operar como consecuencias


de diferentes medidas asociadas a los proyectos, en cuanto a los niveles de fecundidad; así,
por ejemplo, los autores ilustran esto con los hechos de que “la dotación de títulos de
propiedad de la tierra incrementa el deseo de tener más hijos, debido a que asegura la
propiedad de tierra para trabajarla y por lo tanto el empleo productivo de los hijos”; por otra
parte, “la construcción o mejoramiento de escuelas permite aumentar la educación de las
mujeres, lo cual tiene un efecto contractivo en el tamaño de familia deseado, tanto
directamente (postergación de la edad de matrimonio) como indirectamente: incremento de
los ingresos potenciales de las mujeres a través de posibles oportunidades de empleo”. Lo
anterior indica la importancia de proyectos económicos que creen tales oportunidades.

Los componentes de proyectos de desarrollo rural integral que incrementan la producción


agrícola y los ingresos tendrían un efecto negativo en el tamaño de familia deseado como
consecuencia del aumento de los niveles de salario y el empleo de las mujeres. Sin
embargo, pudieran esperarse efectos positivos al extenderse el empleo de los jóvenes o los
niveles salariales en general, con lo cual aumentarían las posibilidades económicas de tener
más hijos.

“Finalmente, un efecto directo en la fecundidad, según la teoría económica (e. g. Schultz,


1981), sería el mayor uso de maquinaria agrícola que tiende a bajar el valor económico de
los hijos como mano de obra al reducir la demanda de este factor”.

133
El análisis anterior tendría que tomar en cuenta el factor tiempo en la evaluación de los
efectos de los proyectos. Al respecto se reportan dos modelos básicos:103

La situación a) se ejemplifica mediante los efectos que el riego, la asistencia técnica, etc.,
pueden tener en el logro de mejores ingresos agrícolas, es decir, en la producción de
cambios económicos y, como consecuencia de éstos, indirectamente las reducciones en la
emigración o la mortalidad. El caso de b) puede ejemplificarse mediante los efectos que
ejercen los servicios de salud o agua potable sobre la mortalidad; y el acceso a la
planificación familiar sobre la fecundidad.

a) DRI ⇒ Cambio ⇒ Cambio


socioeconómico demográfico
b) DRI ⇒ Cambio
demográfico

103. Ver: R. Bilsborrow y P. DeLargy, Impact of rural development projects on demographics


behaviour. United Nations Fund for Population Activities, 1985, cap. 6. (Policy Development
Studies, number 9.)

134
Se advierte que los efectos básicamente económicos de los proyectos de desarrollo rural
integral pueden ser casi inmediatos en la migración por la sensibilidad de los habitantes a
las condiciones económicas. Mientras tanto, los efectos en la mortalidad y la fecundidad
pueden ser más retardados debido al tiempo que toma a las personas conocer la existencia
de los servicios y decidir si recurren a ellos.

En general existen desfases temporales entre los cambios en los determinantes y sus efectos
sobre las variables demográficas. Es éste, precisamente, uno de los problemas
metodológicos que enfrenta todo intento de determinar impactos sociodemográficos de
proyectos. Debe recordarse, además, lo difícil que resulta aislar el efecto que corresponde a
cada uno de los factores si aceptamos la naturaleza sistémica de su accionar.

Una nueva hermenéutica de las relaciones entre población y


desarrollo: el desarrollo humano sustentable

Con la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo que tuvo


lugar en El Cairo en 1994, se ratificó, dio continuidad y profundizó el tratamiento de las
relaciones entre la situación y dinámica demográficas actuales así como las perspectivas de la
población con el desarrollo, como contexto orgánico que permita tratar la heterogeneidad de
los problemas sociodemográficos de población tanto de índole cuantitativo como cualitativo,
específicamente en el mundo subdesarrollado. Una característica distintiva del abordaje de la
temática en esta tercera conferencia estuvo dada por el hecho de haberse instalado nuevos
aspectos en el debate sobre la relación población-desarrollo. Se trata, en particular, de la
naturaleza del desarrollo sustentable y del candente problema de hasta qué punto el necesario
crecimiento económico sostenido puede satisfacer las necesidades de un creciente número de
pobladores del planeta sin erosionar la base de recursos naturales de la que depende el
desarrollo.

En tanto existen perspectivas diferentes sobre cómo satisfacer las necesidades actuales de la
población sin sacrificar la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas
propias, se ha planteado al desarrollo sustentable como forma más eficiente de conjugar los
objetivos del crecimiento económico y las metas sociales y medioambientales. De manera
especial se busca una pauta de crecimiento económico que no lleve aparejada el deterioro
generalizado del medio ambiente y no implique exclusión social. No obstante, todo este
planteamiento de carácter teórico o programático no ha encontrado sustentación efectiva en la
práctica, donde la cuestión aparece dirigida a un enfoque más limitado hacia la protección del
medio ambiente o la así denominada ecoeficiencia. “La conservación y rehabilitación de los
recursos naturales se han convertido en formas, por un lado, de entender los límites del
crecimiento económico, al utilizar los recursos con mayor eficiencia o, por el otro, de proteger
a la naturaleza mediante el establecimiento de parques y reservas naturales nacionales. En este

135
caso, la idea de satisfacer las necesidades de las personas, que es el meollo del concepto de
desarrollo sustentable, parece ser de importancia secundaria.104

De manera que el concepto de desarrollo sustentable, que fue lanzado urbi et orbi por la
Comisión Brundtland de las Naciones Unidas, presupone enderezar los esfuerzos en pro del
crecimiento y el desarrollo hacia un proceso que permita legar a las generaciones venideras
de forma equitativa y con pleno respeto al medio ambiente, el mismo acceso a los recursos
naturales y la misma oportunidad de mejor calidad de vida que supuestamente ha disfrutado
la humanidad, aunque en verdad se trate sólo de una pequeña parte de aquélla. Si bien la
economía mundial ya ha transitado por etapas de fuerte crecimiento y de incorporación de
tecnologías avanzadas a los procesos productivos, son muy pocos los países y poblaciones
que han alcanzado elevados niveles de vida. En verdad muchos de los adelantos que
exhiben las grandes potencias hoy en día se han logrado a costa de un uso indiscriminado y
dispendioso de los recursos naturales, tales como los energéticos, los bosques, el agua y los
suelos, con fuertes acciones depredadoras y contaminaciones peligrosas y tóxicas, muchas
de las cuales se hacen irreversibles y ponen en riesgo la salud y en general la supervivencia
de la propia especie humana.

Hay que señalar que la promoción de una pauta de crecimiento económico que no conlleve a
un deterioro generalizado del medio ambiente choca con el hecho de que es poco probable que
aquellos sectores de la población que vean amenazados sus medios de vida y sus derechos,
apoyen los programas y proyectos que se quieran implantar a los fines de dar protección al
medio ambiente.

Los planteamientos de ésta y anteriores conferencias presuponen, aunque sea en el ámbito


teórico, una estrategia de desarrollo comprensiva de todas las esferas de la vida económica y
social que dé como resultado una distribución más equitativa de los beneficios del desarrollo,
bajo la consideración de que los verdaderos obstáculos que se oponen a éste residen no
solamente en la tasa de crecimiento de la población sino también en los efectos combinados de
factores como los desequilibrios en la distribución de recursos, así como en las desigualdades
entre países capitalistas desarrollados y países subdesarrollados y la mala distribución de los
ingresos.

Fenómenos tales como la pobreza, la redistribución del ingreso y su solución, y temas


específicos como la situación de la mujer, el medio ambiente, entre otros, son enfocados en el
contexto de las relaciones entre población y desarrollo.

De hecho se ha estado reconociendo un nuevo paradigma de desarrollo que genere un proceso:

— centrado en la gente, es decir, capaz de cubrir verdaderamente las necesidades humanas


básicas, entre ellas la garantía al ejercicio del papel primordial de la gente en la formulación y
ejecución de los programas de desarrollo.

— sustentable, lo que significa que sea socialmente justo y equitativo así como sostenible
desde el punto de vista ecológico.

104. UNRISD informa, número 20.

136
— autosuficiente, lo que significa que haga uso al máximo posible de las capacidades propias
de los países.105

Esto se asocia con la dimensión humana del desarrollo como lo enfoca Mahbub Ul Haq,
perspectiva totalmente nueva, una manera revolucionaria de reformular nuestra
aproximación convencional al desarrollo.106

La conceptualización de la relación población-desarrollo estuvo avanzando así hacia la idea de


que el desarrollo económico y social de un país o región ha de estar dirigido,
fundamentalmente, a elevar la calidad de la vida de la población en su totalidad, y de cada
individuo que la integre. De aquí que las estrategias de desarrollo y sus correspondientes
políticas de población que tracen los países deberían apuntar en ese sentido, de tal forma, que
las acciones que se emprendan ofrezcan oportunidades a sus pobladores de mejorar sus
condiciones de vida y, en definitiva, crear las condiciones para la realización plena de la
personalidad humana.

“El proceso de desarrollo debe por lo menos crear un ambiente propicio para que las
personas, tanto individual como colectivamente, puedan desarrollar todos sus potenciales y
contar con una oportunidad razonable de llevar una vida productiva y creativa conforme a
sus necesidades e intereses”.107

En otras palabras, andamos en busca de aquel “redescubrimiento de la verdad elemental de


que el centro de todo desarrollo debe ser el ser humano”.

"Lo verdaderamente importante es como se maneja y distribuye el crecimiento económico


para beneficio del ser humano.

El camino más efectivo hacia un desarrollo humano sostenido suele ser el crecimiento del
PNB, acompañado por una distribución razonablemente equitativa de ingresos.

“El punto crucial de una alternativa de desarrollo será replantearse el objetivo mismo del
desarrollo. No se puede seguir buscando simplemente el aumento cuantitativo de algunas
variables macroeconómicas, sobre bases de un frágil y hasta imposible equilibrio. Se precisa
definir con claridad su objetivo final: el bienestar de la sociedad, a partir de una serie de
principios rectores claramente comprendidos: eficiencia económica y social, competitividad
sistémica; equidad social, de género e intergeneracional; solidaridad; y, sustentabilidad
ambiental”.108

De esa forma, aunque en teoría, se ha estado promoviendo, sobre todo en el contexto de las
Naciones Unidas, el concepto de desarrollo humano sustentable cuyos objetivos esenciales
deben estar dirigidos a las personas. Por desarrollo humano sustentable se quiere dar a

105. Ver: Comisión Sur, Hacia una nueva forma de medir el desarrollo. Caracas: Comisión Sur,
1990, p. 13.
106. Ver: ob. cit., p. 34.
107. PNUD, Desarrollo humano: informe 1990, Bogotá: Tercer Mundo, 1990, p. 19.
108. Alberto Acosta, Algunos elementos para repensar el desarrollo: una lectura para pequeños
países, en: http://www.eleconomista.cubweb.cu/ec8/ponencias_99albe.html.

137
entender que el desarrollo económico y social ya no puede concebirse sin políticas
ambientales integrales ni prescindiendo del objetivo de la equidad en el uso de los recursos del
planeta, tanto los humanos como los materiales. El desarrollo humano sustentable se refiere al
desarrollo producido por y para la gente —dentro de aquella interpretación de que la población
es el sujeto y el objeto del desarrollo— y su indicador de éxito no es reducible al de las tasas
de crecimiento del producto nacional bruto (PNB), sino que implica la satisfacción de las
necesidades crecientes de toda la población y el consecuente mejoramiento de los niveles
sociales de vida, sin hipotecar las condiciones de vida de las generaciones futuras. El
contenido del concepto abarcaría en consecuencia aspectos como la educación, la salud, la
seguridad social, la participación y la equidad.

A su vez, aunque el desarrollo humano sustentable posee carácter general, se concretará en los
diferentes países y poblaciones a través del desarrollo sustentable local, ya que es a este nivel
donde la población se desenvuelve y define la suerte de su gestión. Es así que hablar de
población y desarrollo humano sustentable supone tomar muy en cuenta el desarrollo al
interior de los países, como condición sine qua non para armonizar aspectos tales como la
dinámica demográfica y las fuertes tendencias migratorias que se dan en muchas zonas y
regiones, con la dinámica de ocupación del espacio en el ámbito rural-urbano. Del análisis de
los vínculos entre las tendencias demográficas y el desarrollo sustentable en la Conferencia de
la Tierra en Río de Janeiro se concluyó y postularon los siguientes objetivos:

- Incorporar las tendencias demográficas al análisis del ambiente y el desarrollo;


- Comprender mejor las interrelaciones entre la dinámica demográfica, la cultura, los
recursos naturales y los sistemas que sostienen la vida;
- Evaluar la vulnerabilidad humana en áreas ecológicamente sensibles y centros
urbanos, para determinar las prioridades de acción a todo nivel, teniendo en cuenta las
necesidades definidas por la comunidad.

Por otra parte, se ha insistido en que, para que el desarrollo concebido en términos de su
sustentabilidad pase de la teoría a los hechos, tiene que implicar indudablemente cambios en la
manera de discernir el crecimiento económico y la distribución de sus beneficios, la cual no
puede practicarse de otro modo que a través de la actuación de la población como base
fundamental de la actividad económica, en tanto que productor y consumidor de bienes y
servicios que fecunda la sociedad, sin dejar de considerar el rol que los recursos redistributivos
del estado debieran jugar en cuanto a educación, salud y seguridad social se refiere. En ese
sentido se ha estado planteando con fuerza la cuestión de que el empleo pleno y productivo es
el modo más eficaz para luchar contra la pobreza.

En la Conferencia Internacional de Población de El Cairo, se plantearon cuatro


principios importantes a propósito del desarrollo sustentable o sostenible:

“Los seres humanos son el elemento central del desarrollo sostenible. Tienen derecho a una
vida sana y productiva en armonía con la naturaleza. La población es el recurso más
importante y más valioso de toda nación. Los países deberían cerciorarse de que se dé a
todos la oportunidad de aprovechar al máximo su potencial. Toda persona tiene derecho a
un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido, vivienda, agua
y saneamiento adecuados.

138
“Promover la equidad y la igualdad de los sexos y los derechos de la mujer, así como
eliminar la violencia de todo tipo contra la mujer y asegurarse de que sea ella quien
controle su propia fecundidad es la piedra angular de los programas de población y
desarrollo.

“El desarrollo sostenible, como medio de garantizar el bienestar humano compartido en


forma equitativa por todos hoy y en el futuro, requiere que las relaciones entre población,
recursos, medio ambiente y desarrollo se reconozcan cabalmente, se gestionen de forma
adecuada y se equilibren de manera armónica y dinámica. Para alcanzar el desarrollo
sostenible y una mejor calidad de vida para todos, los estados deberían reducir y eliminar
las modalidades de producción y consumo insostenibles, así como promover políticas
apropiadas.

“Todos los estados y todas las personas deberán coperar en la tarea esencial de erradicar la
pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
diferencias de niveles de vida y de responder mejor a las necesidades de la mayoría de los
pueblos del mundo”.

De esa manera, en el trascurso de los veinte años que van de Bucarest a El Cairo, pasando por
México, Amsterdam, Nairobi, y llegando a Copenhague, tal vez a Pekín,109 se ha estado
planteando la problemática sobre población y desarrollo —con antecedentes muy tempranos
en América latina— a través de diferentes denominaciones tales como mujer y desarrollo,
medio ambiente y desarrollo y, más a la moda, población y desarrollo sostenible y sustentable,
desarrollo social, humano, etc. En general el planteamiento de lo que en buena cuenta
pudiéramos llamar “utopía y realidad”, o tal vez, “deseos y frustraciones”. Una manera más
realista de acudir a dos de los problemas más agudos que han afectado a la humanidad:
crecimiento de la población y pobreza. Los deseos: que la población llegue a reproducirse en
forma simple, que los pobres de siempre sean menos pobres, que los nuevos pobres regresen a
su modesta posición de clase media, que el desarrollo satisfaga las necesidades de la
generación presente sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras, que el
crecimiento económico no implique degradación ambiental, etc.; las frustraciones las
conocemos todos: están en las tozudas estadísticas que nos aportan los organismos
especializados.

En dos de sus trabajos comenta Pichs Madruga110 cómo no obstante su rápida aceptación y
difusión como expresión concentrada de un estilo de desarrollo más humano y equitativo, la
versión original de la tesis del desarrollo sustentable, que él denomina sostenible, no está
exenta de limitaciones, que pueden ser sintetizadas siguiendo al autor, como:

109. Se refiere a diferentes conferencias internacionales realizadas en estas ciudades y países


sobre la problemática de las relaciones entre población y desarrollo.
110. R. Pichs Madruga, Los retos del desarrollo sostenible en América latina, en Internet:
http://redem.buao.mx/t1_Pichs.html y “El debate internacional sobre medio ambiente y
desarrollo”, en Internet: http://redem.buap.mx/t2_Pichs.html.

139
• La tesis posee un carácter ambiguo conducente al planteamiento de diversas
definiciones del concepto, en función de los intereses de los actores y de las
circunstancias concretas de cada caso.
• La ambigüedad de esta tesis se pone de manifiesto cuando, al identificarse las
disparidades socioeconómicas que prevalecen en el mundo actual, no se reconocen los
mecanismos que las han generado. Se destaca que la tesis puede ser planteada como
estrategia pensada desde el norte industrializado que no incorpora de manera integral
los puntos de vista y prioridades del mundo subdesarrollado.
• Desde la posición de las naciones subdesarrolladas el concepto de desarrollo
sostenible debe hacer explícito el hecho de que los menesteres del norte deben ser
cubiertos sin comprometer la satisfacción de las necesidades presentes y futuras del sur.
• La tesis pone énfasis en la equidad intergeneracional, en detrimento de la equidad
intrageneracional, mientras que para la mayoría de la población mundial, residente en el
área subdesarrollada, resulta muy difícil pensar en la satisfacción de las necesidades de
las futuras generaciones cuando sus requerimientos básicos del presente no están
cubiertos.
• Muchas veces la tesis del desarrollo sostenible ha sido empleada como pretexto por
algunos países desarrollados para justificar la adopción de medidas proteccionistas
contra otros estados.
• En su versión original la tesis sugiere que las mismas agencias internacionales,
dominadas por los países industrializados y responsables en gran medida de las
actividades que históricamente han erosionado al medio, podrían encabezar la
transición hacia un desarrollo armónico, equitativo y ambientalmente seguro.
• Si se acepta el planteamiento de que “el concepto de desarrollo sostenible sea visto
cada vez más como la promesa de reconciliar la igualdad social, el crecimiento
económico, las fuerzas del mercado y la conservación del medio ambiente, que abre un
paso común para la unión de los intereses del norte y del sur”, se comprenderá sin
mucha dificultad no sólo el aire de nueva utopía con que se le presenta, sino además el
peligro que entraña para el futuro socioeconómico de los países subdesarrollados la idea
de un “mercado verde”, que legitime el derecho de los principales contaminadores a
seguir deteriorando el entorno.
• La internacionalización del debate sobre medio ambiente y desarrollo coincide en el
tiempo con el auge del discurso y las prácticas neoliberales a nivel mundial, y
particularmente en la región latinoamericana. La idea del “mercado verde”, o sea la
aplicación de fórmulas neoliberales para resolver los problemas ambientales, también
ha cobrado especial auge en los últimos años. Aunque la práctica internacional ha
demostrado que la participación activa de los gobiernos en la preservación de los
recursos naturales resulta insustituible, aquellos que promueven la idea del “mercado
verde” a ultranza minimizan el papel del Estado en la esfera de la protección ambiental
y soslayan la contradicción existente entre los intereses comerciales a corto plazo, que
tienden a acelerar la depredación del medio, y la necesaria conservación de los recursos
naturales, acorde con los intereses de la sociedad a más largo plazo.
• Los programas de corte neoliberal no sólo tienen un alto costo ambiental directo,
por vía de la contracción de los presupuestos para fines ecológicos; sino que, además,
contribuyen a agravar los desequilibrios sociales, en especial la pobreza. De esta forma
también contribuyen indirectamente a la degradación del medio.

140
A partir del análisis realizado, el autor concluye que tanto para América latina como para el
tercer mundo el diseño de esquemas viables de desarrollo sostenible debe tener en cuenta
entre otros aspectos:

— balance entre la necesidad de satisfacer las necesidades de la generación actual y las


generaciones futuras;

— el reconocimiento de que la erradicación de la pobreza y la protección ambiental están


estrechamente ligadas;

— la aceptación de que la protección ambiental y el desarrollo económico requieren


soluciones globales, dado el carácter general e interrelacionado de los principales
problemas ambientales, pero sin renunciar a la necesidad de fortalecer la identidad de cada
país y su capacidad para diseñar y poner en práctica estrategias propias de desarrollo
socioeconómico sostenible;

— el requerimiento de que las estrategias nacionales de desarrollo deben asegurar la


expansión productiva, la elevación de los niveles de vida de la mayoría de la población y la
solución de las graves cuestiones sociales, la corrección de los problemas ambientales del
pasado y la prevención de un ulterior deterioro del medio;

— la necesidad de desarrollar capacidades tecnológicas endógenas, a los efectos de reducir


la dependencia de las tecnologías importadas y dar solución a determinados problemas
socioeconómicos y ambientales propios de estos países, para los cuales no existan
tecnologías disponibles que importar desde el exterior;

— la especial atención que debe brindarse a las posibilidades de fomentar la trasferencia de


tecnologías entre países subdesarrollados, así como a la colaboración sur-sur en materia de
formación de personal calificado, ampliación de las capacidades de investigación y
desarrollo, entre otras áreas; y

— el reconocimiento de la participación activa que deben tener los gobiernos en el diseño y


puesta en práctica de los proyectos de desarrollo sostenible.

En cuanto a la dimensión ambiental del desarrollo sustentable y sus relaciones con la


población, se ha estado avanzando en el proyecto de una demografía ambiental (Cabrera111
y Leff112) que abandone la simple visión de que la relación población-ambiente se resume
en la presión que una población de gran tamaño ejerce sobre los recursos. “La demografía
se ha mantenido marginada en esta problemática teórica y metodológica. Si bien muchos
analistas se han adherido al principio maltusiano del impacto del aumento de la población
sobre una base limitada de recursos, o han adoptado las analogías biologistas de las

111. J. Cabrera Trimiño, Interrelaciones de los problemas del ambiente y de la dinámica


poblacional, en: Población y pedagogía ambiental. La Habana: CEDEM, 1999, p. 9-31.
112. Enrique Leff, La interdisciplinariedad en las relaciones población-ambiente: hacia un
paradigma de demografía ambiental, en: H., Izazola y S. Lerner, Población y ambiente:
¿nuevas interrogantes a viejos problemas? México: Sociedad Mexicana de Demografía,
1993, p. 27-48.

141
relaciones entre poblaciones biológicas y su medio —incorporando, en muchos casos de
manera simplista, la noción de capacidad de carga—, en realidad poco ha aportado la
demografía al análisis de las relaciones específicas entre la dinámica poblacional y los
procesos ambientales. Ello plantea la posibilidad de formular un paradigma de demografía
ambiental, de la misma manera que han estado surgiendo enfoques ambientales en la
sociología, la antropología, la economía, el derecho y otras disciplinas sociales”.113

La demografía ambiental retomaría los conceptos básicos asociados a la dinámica de la


población como fenómeno directamente enlazado con los determinantes y consecuencias de
los cambios en la estructura, el crecimiento y la distribución de la población en el tiempo, y
todo ello en asociación directa o indirecta a través de múltiples mediaciones y enlaces con
los fenómenos medioambientales. Por estructura se está entendiendo la distribución por
sexo y edades de una población dada. En cuanto al crecimiento de la población se tienen los
conceptos clásicos de crecimiento natural referido al cambio de la población con relación al
tamaño de la misma en un instante básico, que resulta ser del efecto combinado de los
nacimientos y las defunciones en determinado lapso. El segundo concepto incluye, además,
la migración internacional neta en un periodo de tiempo determinado y dentro de una
frontera nacional dada.

La distribución se refiere a la repartición espacial de la población dentro de una frontera


nacional dada, como por ejemplo el balance rural-urbano o regional dentro de un país.
También se refiere a las medidas de densidad de la población.

Lo importante es que tanto el crecimiento de la población como su estructura y distribución


constituyen efectos del subsistema demográfico de la sociedad, a su vez parte integral de un
sistema socioambiental mayor.

En resumen, se avanza hacia el nuevo paradigma de desarrollo humano sustentable, esto es


un desarrollo al que se le confieren dos cualidades, o mejor, dos aspiraciones legitimas de
la parte mayoritaria de los moradores de este planeta.

Que sea humano, para dar cuenta de los deseos de que esté centrado en el ser humano, esto
es que el desarrollo económico y social de un país o región ha de estar dirigido,
fundamentalmente, a elevar la calidad de la vida de la población en su totalidad, y de cada
individuo que la integre.

Que sea sustentable, esto es, que permita legar a las generaciones venideras de forma
equitativa y con pleno respeto al medio ambiente, el mismo acceso a los recursos naturales
y la misma oportunidad de mejor calidad de vida que supuestamente ha disfrutado la
humanidad, aunque en verdad se trate sólo de una pequeña parte de aquélla.

113. Enrique Leff, ob. cit., p. 29.

142
“El desarrollo humano –recuerda el ultimo Informe sobre el Desarrollo Humano elaborado
con la finalidad de vincular este concepto con el adelanto tecnológico que caracteriza
nuestra época - entraña mucho mas que el simple aumento o disminución del ingreso
nacional. Significa crear un entorno en el que las personas puedan hacer plenamente
realidad sus posibilidades y vivir en forma productiva y creadora de acuerdo con sus
necesidades e intereses. Los pueblos son la verdadera riqueza de las naciones y, por ende, el
desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellos tienen para vivir de acuerdo
con sus valores. Por eso el desarrollo significa mucho mas que crecimiento económico, el
cual solamente constituye un medio, aunque muy importante, para ampliar las opciones de
la población”114

114. PNUD: INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2001. Poner el adelanto tecnológico
al servicio del desarrollo humano. Publicado para el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD). Ediciones Mundi-Prensa, México, D. F 2001. Pág. 11

143
Población y pobreza en la era de la globalización

En cualquier momento histórico —ha comentado Chomsky— es muy probable que


encontremos una interpretación convencional del estado del mundo y de nuestro papel en él,
que a menudo adquiere la fuerza de doctrina incuestionada. Casi como tópico también se
puede considerar el que la realidad tiende a partir de la Verdad establecida. El periodo
presente no es una excepción.115 Es el caso de la era de la globalización.

Cuando la población mundial alcanzó los 6000 millones de habitantes, para continuar
inexorablemente su apresurado crecimiento, el mundo recibió a aquel ciudadano en el
contexto de una compleja situación sociodemográfica marcada por profundas desigualdades
tanto en el desempeño demográfico de los países, como en el acceso a los así denominados
beneficios del desarrollo social y económico.

Avances significativos en la transición demográfica acompañados de incrementos de


pobreza y marginación cuestionan enunciados que habían ganado cierto respeto. En
América Latina, retumban los cacerolazos de Argentina, uno de los punteros de la región en
cuanto a transición demográfica se refiere, y en algún momento vitrina del neoliberalismo
latinoamericano.

El desarrollo humano sostenible transcurre dentro y se condiciona fuertemente por un


proceso de internacionalización creciente de los procesos sociales, económicos, culturales
políticos, etc.

¿De qué hablamos cuando hablamos de globalización? Con esta interrogante uno de los
especialistas en el tema se ha planteado vislumbrar la globalización en tanto proceso
histórico-objetivo, en tal sentido como contexto o escenario mundial, como ideología, y en
su dimensión político normativa o prescriptiva, intentando relacionarla con el
establecimiento de los llamados bloques regionales y las políticas de ajuste estructural,
haciendo manifiesta la necesidad de estudiar a éstas en su complejidad económica, política
y social. Ubicado en una perspectiva metodológica, el autor considera necesario “pensar y
analizar la realidad desde una dimensión que busque transformar y construir una sociedad
‘en la que todos quepan’ (de analizar la economía no desde los aprisionamientos
epistémicos y teóricos de la ‘economía positiva’ o pura), pues a fin de cuentas del modo en
que se entienda y piense la realidad, depende la distinción y resolución (aún más, el tipo o
los tipos de solución) de los problemas que ofrece la misma, y todo ello, en el entendido, de
que el paradigma neoliberal conservador, impone la inexorabilidad de fuerzas externas
dominantes, que subyugan a su lógica las formas y el proceso económico-productivo de
nuestros países, y subordinan el interés, la producción y reproducción de la vida material de

115. Noam Chomsky, y Heinz Dieterich, Los vencedores: una ironía de la historia. México:
Joaquin Mortiz, 1999, p. 11.

144
las clases trabajadoras (su sistema de necesidades), a la obtención del beneficio y el
mantenimiento de patrones de dominación116

Parafraseando la interrogante del autor, pudiéramos preguntarnos ¿de qué hablan diferentes
académicos y analistas cuando hablan de globalización? De alguna manera los comentarios
que siguen buscarán producir un razonamiento sobre el tema en base a las respuestas
correspondientes que muchos de ellos se han planteado al respecto.

El proceso que ha conducido a esta era de la globalización guarda relación con un incremento
considerable del poder en manos de un reducido número de empresas multinacionales; se está
dando un proceso en el ámbito internacional en el cual algunas firmas y grupos sociales
tienen mayores posibilidades de ser "incluidos" en la Aldea Global, en tanto hay otros
productores y grupos sociales que tienen cada vez menos acceso a las partes dinámicas de la
economía mundial y al círculo vicioso del cambio tecnológico, estando por tanto "excluidos"
de sus beneficios materiales. La globalización –así se refiere Estefanía- es la principal
característica del poscapitalismo. Se trata de un proceso por el que las economías
nacionales se integran progresivamente en la economía internacional, de modo que su
evolución dependerá cada vez más de los mercados internacionales y menos de las políticas
económicas de los Gobiernos. . . Esta globalización, que enlazará dos milenios, es una
realidad parcial pues no llega a amplias zonas del planeta como, por ejemplo, el continente
africano; alguien ha denominado también a este proceso mundialización mutilada.117

La globalización implica una serie de procesos multidimensionales y multidireccionales y no


solamente la internacionalización de mensajes y culturas que otrora habrían estado distantes
entre si. “Se trata de un proceso objetivo, no de una ideología, aunque haya sido utilizado
por la ideología neoliberal como argumento para pretenderse como la única racionalidad
posible. Y es un proceso multidimensional, no solo económico. Su expresión más
determinante es la interdependencia global de los mercados financieros, permitida por las
nuevas tecnologías de información y comunicación y favorecida por la desregulación y
liberalización de dichos mercados. Si el dinero (el de nuestros bancos y fondos de
inversión, o sea, el suyo y el mío) es global, nuestra economía es global, porque nuestra
economía (naturalmente capitalista, aunque sea de un capitalismo distinto) se mueve al
ritmo de la inversión de capital. Y si las monedas se cotizan globalmente (porque se
cambian dos billones de dólares diarios en el mercado de divisas), las políticas monetarias
no pueden decidirse autónomamente en los marcos nacionales”.118

116. José Guadalupe Gandarilla Salgado. ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE LA
GLOBALIZACIÓN?: UNA INCURSIÓN METODOLÓGICA DESDE AMÉRICA LATINA.
http://www.rcci.net/globalizacion/2000/fg133.htm

117. Joaquín Estefanía: La nueva economía. La globalización. Editorial Debate S. A. Madrid,


1996. Pág. 9-10
118. Manuel Castells: Globalización y antiglobalización. Artículo publicado en el Diario “El País”.
24 de julio del 2001

145
La globalización es un efecto indiscutible de un sistema mundial emergente sustentado, entre
otras cosas, en dos grandes revoluciones tecnológicas: la de la informática y la de las
comunicaciones. A su vez, uno de los efectos perversos de ese sistema emergente, en las
condiciones de la unipolaridad que nos asiste, es la así llamada globalización, en su versión
neoliberal.

El neoliberalismo es una concepción del capitalismo que tiende a absolutizar el mercado libre
hasta convertirlo en el medio, el método y el fin de todo comportamiento humano inteligente
y racional. De acuerdo con esta concepción están subordinados al mercado la vida de las
personas, el comportamiento de las sociedades y la política de los gobiernos. Este mercado
absoluto no acepta regulación en ningún campo. Es libre, sin restricciones financieras,
laborales, tecnológicas o administrativas. En los planos económicos, político y social se va
conformando un escenario en el que el mercado deviene en el medio idóneo para operar los
intereses competitivos y la democracia representativa como la vía más eficiente para optar
dentro de las orientaciones políticas existentes. Mientras tanto los gobiernos dan la espalda a
la aspiración de la parte mayoritaria de alcanzar una sociedad equitativa que garantice el
bienestar social para todos.

Frecuentemente el término “globalización” se utiliza para reflejar una visión del mundo
como cierta especie de hipermercado mundial donde se produce y comercializa un monto
creciente de productos y servicios. De esa manera se hace referencia a la globalización
económica como fenómeno ampliamente asociado al incremento del comercio exterior
fuertemente favorecido por la apertura y liberalización de los mercados y por el impacto
que los adelantos sin precedentes de la ciencia y la tecnología tienen sobre las
comunicaciones de todo tipo (físicas, electrónicas). Para muchos, el aspecto que define a la
globalización es la gran movilidad del capital financiero donde a diario y a la velocidad que
lo permiten las poderosas redes electrónicas que asisten al fin del milenio, se mueve e
intercambia la astronómica suma de alrededor de mil quinientos millones de dólares. “En la
nueva economía electrónica global gestores de fondos, bancos, empresas, al igual que
millones de inversores individuales, pueden transferir cantidades enormes de capital de una
lado del mundo a otro con el botón de un ratón”119

Ante el predominio en América latina de una idea de la globalización como algo


extraordinariamente poderoso que obliga a los países de la región y su gente a actuar de un
modo que no deja alternativa, Carlos Vilas ha elaborado una respuesta, a través de sus “Seis
ideas falsas sobre la globalización,”120 de lo que es y no es este fenómeno.

Lejos de ser fenómeno nuevo, la globalización es un conjunto de procesos que vienen


desarrollándose con aceleraciones y desaceleraciones a lo largo de los últimos cinco siglos,
y como parte integral de determinado modo de organización económica y social
profundamente desregulador, basado en la explotación de los seres humanos y la

119. Anthony Giddens: Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas.
Grupo Santillana Editores, S. A. Madrid 2000. Pág. 22
120. Carlos Vilas, Seis ideas falsas sobre la globalización: argumentos desde América latina
para refutar una ideología, en John Saxe-Fernández (coordinador), Globalización: crítica a
un paradigma. México: Plaza & Janés, 1999, p. 69-101.

146
depredación de la naturaleza, modo de organización social y económica que asocia el
progreso de algunos con la desventura de muchos; éxito con los quebrantos; abundancia
con el empobrecimiento.

Contrariamente a ser un proceso homogéneo como proclamarían muchos ideólogos de la


globalización, se trata en realidad de un desarrollo desigual en sus diferentes niveles y
dimensiones que en su actual etapa se encuentra más expandido en materia financiera que
en la producción o el comercio. Se calcula —ejemplifica el autor— que el valor anual de
todas las transacciones financieras del mundo es entre 12 y 15 veces mayor que el valor de
la producción mundial de bienes y servicios no financieros, y alrededor de 60 o 70 veces
mayor que el valor conjunto de todas las exportaciones mundiales de esos mismos rubros.

La ideología de la globalización propone que conduce al progreso y el bienestar universal.


“El folclore de la nueva generación de ‘clases esclarecidas’ —comenta Bauman— gestado
en el mundo feliz y monetarista del capital nómada, dice que, al abrir las esclusas y
dinamitar las represas mantenidas por el Estado, el mundo se convertirá en el reino de la
libertad para todos. Según estas creencias folclóricas, la libertad (primero y principal, la del
comercio y de movilidad del capital) es el caldo de cultivo para que la riqueza crezca con
mayor rapidez que nunca; y una vez que se multiplique, habrá más para todos”.121 Vilas
argumenta cómo la globalización opera de manera desigual para diferentes actores o
sujetos.122 Se trata de la globalización del capital más que de la fuerza de trabajo como se
advierte en el avance de las legislaciones frecuentemente basadas en argumentos
proteccionistas, de los mercados de trabajo de los países más desarrollados.

La evidencia histórica de que la expansión del capitalismo conduce, por su propia


dinámica, a diferenciaciones crecientes entre regiones del mundo con desiguales niveles de
desarrollo –argumenta Vilas- se contrapone a la idea falsa de que como proceso
homogenizador gracias a la globalización más tarde o más temprano todos seremos iguales
en desarrollo, cultura y bienestar al mundo desarrollado, “hasta los más entusiastas
portadores de la ideología de la globalización reconocen que la distribución desigual de
recursos, valores, transacciones y beneficios se mantendrá en el futuro previsible”.123 El
efecto desigualador de la globalización opera tanto al nivel de la relación entre países
desarrollados y menos desarrollados, como al interior de estos últimos. “Se ha estado
registrando una cierta diferenciación dentro del Tercer Mundo entre los países más pobres
(los llamados ‘de ingreso bajo’), y los de ‘ingreso medio’. Por otra parte, la persistencia y
ahondamiento entre ricos y pobres es el resultado del mantenimiento de mecanismos de
explotación internacional de tipo imperialista o neocolonial: saqueo de recursos naturales y
degradación del ambiente; adopción de medidas proteccionistas en los países desarrollados
en contra de las exportaciones primarias de los países periféricos; fijación de términos
desiguales de intercambio; operaciones militares punitivas contra gobiernos díscolos”.124

121. Zygmunt Bauman, La globalización: consecuencias humanas. México: FCE, 1999, p. 96.
122. Carlos Vilas, Ob. cit., p. 77.
123. Carlos Vilas, Ob. cit., p. 80.
124. Carlos Vilas, Ob. cit., p. 82.

147
La relación hasta ahora conocida entre "centro" y "periferia" pudiera quedar cuestionada al
tomar en cuenta a actores sociales que en sitios distintos comparten el uso e incluso el
consumo de modernos recursos mediáticos. Es difícil hablar de periferia y centro para
referirse a países, o a regiones, en donde se miran los mismos videos y se "bajan" los
mismos programas informáticos de la Internet. Pero en cada uno de esos sitios hay algunos
pocos ciudadanos con posibilidades de acceso a esos bienes culturales y muchos más que
no tienen y quizá jamás tendrán oportunidades semejantes.

Regresando a Vilas, contra los argumentos de que la globalización se constituye en la llave


del progreso y el bienestar, -comenta- del mismo modo que conduce a cerrar las brechas
internacionales, promueve el ascenso de los grupos menos favorecidos a crecientes niveles
de bienestar y calidad de vida, se constatan las realidades siguientes:

ƒ la tendencia al desempleo crónico considerada por Keynes como una de las


dos características centrales de las economías capitalistas, se mantiene firme, y
acentuada, en la etapa actual de la globalización;
ƒ se aprecia la pérdida de las condiciones institucionales de seguridad laboral,
una progresiva sustitución del derecho laboral por el derecho civil o comercial, lo
que implica desprotección institucional de los trabajadores y una abierta hostilidad
hacia las organizaciones sindicales;
ƒ deterioro de los salarios reales y pérdida del carácter remunerador del
trabajo, que deja de ser la “llave que permite hacer frente, en condiciones de
dignidad, a las adversidades de la vida, y acceder a niveles aceptables de bienestar”;
ƒ crecimiento de la población en condiciones de pobreza a un ritmo mayor que
el crecimiento de la población total, evidencia de un fenómeno de exclusión social,
y junto a esto el crecimiento desmesurado del sector informal que agrava la
redundancia de los empobrecidos;
ƒ políticas estatales de privatización y desregulación conducentes a la
reducción de los niveles de empleo y el deterioro de las condiciones de trabajo;
ƒ acelerado deterioro ambiental.

Complementa este análisis la revisión y el consecuente desmentido de otras dos ideas falsas
relativas a que la globalización favorece el ascenso de la democracia y acarrea la
desaparición progresiva del estado o al menos una pérdida de su importancia. Vilas cierra
todo este razonamiento con la sentencia de que “sin una voluntad de confrontación a lo
presente, hasta la idea de futuro carece de sentido.”125

De manera que, como ya es ampliamente reconocido, “la palabra globalización no se usa sólo
referida a la globalización económica o financiera, sino que abarca muchos más aspectos. Se
trata de un proceso que parece integrar o englobar todas las actividades de nuestro planeta,
tanto las actividades económicas, como las actividades sociales, culturales, laborales,
ambientales, etc. La globalización entraña una interdependencia de las sociedades, parece
como si las fronteras geográficas, materiales y espaciales del planeta desaparecieran. Las redes
de comunicación ponen en relación e interdependencia a todos los países y a todas las

125. Carlos Vilas, Ob. cit., p. 84 y siguientes.

148
economías del mundo, nuestro mundo se habría convertido en una aldea homogeneizada y
global y, sin embargo, en esta gran aldea unos son los beneficiados y otros los perjudicados, el
planeta es una aldea desigual.”126

Por otra parte, es exponente de la forma y velocidad que asume el cambio tecnológico
(materiales, biotecnología, electrónica) conducente por lo menos a tres aspectos relevantes:

a) La producción de bienes, servicios y riqueza material en escala sin precedentes;

b) La generación de mayores desigualdades en la distribución de la riqueza resultante;

c) La falta de sostenibilidad en los recursos que consume.

Con la inminencia de un nuevo orden económico y político mundial, caracterizado por el


proceso de globalización-exclusión que se expresa, entre otros, en los aspectos de apertura de
los mercados, la tendencia hacia las exportaciones, la desregulación y flexibilización de las
relaciones laborales, la desarticulación de las organizaciones populares, los golpes
contundentes a las políticas sociales; se han afectado diversos ámbitos de la vida social,
económica y política.

Se acepta que una de las mayores consecuencias del fenómeno de la globalización en su


versión neoliberal, y la apertura de mercados, es la gran extensión de la pobreza y las
privaciones humanas. En cualquier escenario realista del futuro próximo, la mayor parte de la
creciente población del mundo no tendrá otra opción que buscar sus medios de vida y sustento
en la parte “excluida” de la economía mundial. La globalización está generando una legión de
perdedores: los desempleados, los comerciantes minoristas, los empleados de empresas
públicas privatizadas y los profesionales de la clase media que no puedan actualizar los
conocimientos que la demanda laboral exige.

En América Latina y el Caribe el proceso de ajuste que tuvo lugar en la década de los 80 para
reconstruir las economías, superar el déficit fiscal y de balanza de pagos, pagar la deuda y
recobrar el crecimiento, pegó tremendamente a las mayorías populares de todos los países de
América latina. Posteriormente, al madurar el ajuste y la apertura en los 90, se esperaba que
los tiempos difíciles fueran superados. Pero encontramos que no ha sido así, a pesar de que
efectivamente se ha dado un crecimiento económico moderado, hay un sentimiento
generalizado en los sectores populares y pobres de pérdida de la calidad de vida y evidencias
aplastantes de deterioro en la distribución del ingreso.

Entre las repercusiones de la globalización del mercado está la inutilización y demolición de


las capacidades y recursos productivos en manos de los pobres. Sólo la agricultura con alto
nivel de insumos agroquímicos y tecnificaciones es competitiva; sólo la construcción con
materiales no biodegradables es económicamente viable; sólo el pan envuelto en plástico tiene
durabilidad de almacén que permita su comercialización masiva, etc.

126. Chusa Lamarca de Aedenat: La aldea global, una aldea esquilmada y desigual. Internet:
http://nodo50.ix.apc.org/maast/aldeaglobal.htm.

149
“Considerando los efectos generales de la reestructuración económica, la globalización de los
mercados financieros y el ajuste estructural, debemos reconocer que estos fenómenos tienden
a empobrecer aún más a los subempleados y a las clases bajas infrarrepresentadas, además de
suscitar igualmente grandes inquietudes entre las clases medias. La revolución tecnológica y
organizativa está promoviendo una informatización de los procesos de producción y
condiciones de trabajo muy precarias. Las estrategias de los gobiernos en este contexto han
exacerbado a menudo la distribución desigual de los recursos, de los conocimientos y de la
tierra entre la población y reducido la responsabilidad de servicios, bienes y espacios
públicos”.127

Es un hecho que los mercados financieros trasnacionales quebrantan las estructuras


económicas nacionales y deterioran la capacidad de los gobiernos para dirigir la política
económica nacional. Los modelos de desarrollo resultantes, al otorgar prioridad al crecimiento
económico y hacer de la ciencia y de la tecnología fines en sí mismos, conducen a la
obsolescencia de la regulación previa de las actividades humanas y a la desintegración de
muchas de las solidaridades tradicionales. Por ello, “las causas128 de la pobreza urbana son
múltiples, y las soluciones a la misma no pueden hallarse en un único nivel, sea éste
nacional, local o comunitario. Habida cuenta de que el empeoramiento o la reducción de la
pobreza urbana están determinados en gran medida por las políticas macroeconómicas,
urbanas y agrícolas predominantes, resulta imposible contemplar como solución sólo lo que
se define convencionalmente como políticas sociales”.

Mientras tanto, para muchos, el gran culpable sigue siendo el crecimiento de la población:
aun cuando se produjera una distribución equitativa de la riqueza —comenta uno de los
documentos de antecedentes de la Cumbre sobre el Desarrollo Social— sería ilógico
suponer que la población del mundo podría seguir creciendo sin que aumentara la pobreza.
Habría que seguir dividiendo constantemente la riqueza en partes cada vez menores a
medida que la población fuera creciendo. En esta lógica, la gran solución al problema de la
pobreza, sería, independientemente del nombre que se le dé, el control sobre el crecimiento
de la población, referido, como era de esperarse, a los países más pobres del mundo, y en
consecuencia, en esa misma lógica, nuestro ciudadano 6,000 millones devendría en un “mal
nacido”.

Estos criterios parecen olvidarse del hecho recordado por Arno Peters de que “no es el
crecimiento demográfico, ni tampoco la naturaleza o el hombre que tiene la culpa de la
creciente miseria y del hambre de los países pobres, sino nuestro sistema económico, la
economía de mercado, en la cual los productos y servicios no se intercambian a su valor sino
al precio del mercado mundial, el cual desde los años sesenta sigue desplazándose a favor de
los ricos países industrializados”.129

127. Ver: CENUAH, La pobreza humana, un reto mundial: Declaración de Recife.


http:habitat.unchs.org/unchs/ijup/decs.htm
128. CENUAH, Ob. Cit.
129. Peters, Arno. El principio de equivalencia como base de la economía global. En: H.
Dieterich, E. Dussel, R. Franco, A. Peters, C. Stahmer, y H- Zemelman, Fin del Capitalismo
Global. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, Cuba 1999. Pág. 22

150
Soluciones pospuestas. La pobreza nos quita el sueño

No obstante que las Naciones Unidas declararon a 1996 como el año de la eliminación de la
pobreza, se mantiene en el mundo una cifra que se estima entre los 1,200 a 1,300 millones.

En el marco de la reunión anual de primavera del Fondo Monetario Internacional-Banco


Mundial, su presidente declaraba que: “Las cifras sobre el aumento de pobreza, les puedo
asegurar, me quitan el sueño...”. Según se reconoció, “si las cosas no cambian” en 25 años el
número de pobres será de más de dos mil quinientos millones.130

Según lo reconoce el informe sobre el Desarrollo Humano de 1997, si bien durante el siglo XX
la pobreza se redujo notablemente en muchas partes del mundo, una cuarta parte de la
población mundial sigue sumida en la pobreza severa. La mayoría de estos millones de
habitantes más pobres del planeta son personas que viven en un entorno ambiental en rápido
proceso de degradación y en condiciones cada vez más difíciles y desesperadas, mientras las
comunicaciones globales les permiten ser más conscientes que nunca de los niveles de
prosperidad alcanzados en el resto del mundo.131. “En una economía mundial de 25 billones de
dólares esto es un escándalo, que refleja desigualdades vergonzosas y el fracaso inexcusable
de la política nacional e internacional”.132

Como lo establece ese mismo Informe, hacia fines del siglo XX más de la cuarta parte de la
población del mundo en desarrollo sigue viviendo en la pobreza medida por el índice de
pobreza humana (IPH). Alrededor de un tercio -1,300 millones de personas- viven con un
ingreso inferior a 1 dólar diario133. Adicionalmente, 160 millones de niños sufren de
malnutrición moderada o severa, mientras que 110 millones no asisten a la escuela, las
mujeres son pobres en medida desproporcionada; las personas de edad suelen vivir sus últimos
años en la pobreza y el abandono. "Casi 1000 millones de personas son analfabetas. Bastante
más de 1000 millones carecen de acceso a agua potable. Unos 840 millones tienen hambre o
enfrentan inseguridad alimentaria. Y se estima que casi la tercera parte de la población de los
países menos adelantados no sobrevivirá hasta la edad de 40 años"134. Los pobres no sólo
sufren la falta de ingresos y de acceso a bienes y servicios básicos, sino también experimentan
un estatus social limitado; marginación en el espacio urbano y un entorno de vida degradado;
un acceso limitado a la justicia, a la información, a la educación, al poder de toma de
decisiones, y a la ciudadanía; así como una vulnerabilidad a la violencia y pérdida de
seguridad135.

130. Periódico “El Financiero”. México, 23 de abril de 1999. Año XVIII. No. 5103. Pág. 5
131. Ver: UNICEF. Estado Mundial de la Infancia 1994. Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia. 1994. Pág. 25
132. PNUD: Informe sobre el Desarrollo Humano 1997. Pág. 2
133. Id. Pág. 3
134. Id. Pág. 6
135. CENUAH, (Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos): La pobreza
humana, un reto mundial. Declaración de Recife. Documento del Encuentro Internacional
de Recife sobre Pobreza Urbana (17 - 21 de marzo de 1996).
http:habitat.unchs.org/unchs/ijup/decs.htm

151
Reciente informe de las Naciones Unidas sobre “cómo superar la pobreza humana” culpa
en gran parte a lo que el documento denomina “malos gobiernos” del problema de la
pobreza, lo cual no debe relevar la responsabilidad global del sistema y su peculiar manera
de reproducirse: malos o buenos, el sistema capitalista genera desigualdad y falta de
equidad en la distribución del ingreso.

En el informe de la revista Forbes publicado en junio del 2000, sobre las personas más
ricas en el mundo, se ponía de manifiesto que unas 320 personas o familias se ubicaban en
la categoría de billonarios, acumulando la modesta suma de 1,070.90 billones de dólares.

La situación anterior, aunque presenta cambios en la encuesta del año 2003, mantiene aun
una implacable concentración de la riqueza en el mundo. Con Bill Gates a la cabeza con
12.000 millones de dólares menos que en el 2002 y aceptándose que las personas de mayor
fortuna del planeta perdieron un diez por ciento en promedio de sus riquezas y en el que 67
personas quedaron fuera de la lista, la más reciente encuesta de la revista Forbes136
reconoce que 476 personas se sumaron a la lista. De las restantes, 218 vieron la caída de sus
fortunas. El 47 por ciento de las personas más ricas del mundo está en Estados Unidos, con
222 magnates, en comparación con los 243 del año 2002. Forbes dijo que los escándalos
corporativos y un mercado de valores en baja redujo la fortuna de muchos multimillonarios
de Estados Unidos, que colectivamente perdieron 98.000 millones de dólares el año
2002.137

Las personas más ricas de 15 países


Personas o familias Monto total de la riqueza acumulada (billones de USD)
más ricas
País
Estados Unidos 51 464.10
Alemania 41 164.50
Japón 43 132.40
Francia 14 69.70
Hong Kong 13 55.40
Suiza 14 49.90
Canadá 15 46.20
Arabia Saudita 6 41.10
Reino Unido 15 33.60
India 9 28.30
Suecia 5 28.20
México 13 24.90
Turquía 4 21.70
Taiwan 6 20.40
Brasil 9 20.30

Fuente: “The World’s Richest People”. Forbes Magazine, June 22, 2000

136. http://www.forbes.com/2003/02/26/billionaireland.html
137. http://www.cnnenespanol.com/2003/econ/02/27/ricos/

152
El informe sobre el Desarrollo Humano de 1999 reporta que

ƒ el activo de las tres personas más ricas del mundo es superior al PNB de todos los
países menos adelantados;
ƒ el activo de las 200 personas más ricas es superior al ingreso combinado de 41% de
la población mundial;
ƒ una contribución anual de 1% de la riqueza de las 200 personas más ricas del mundo
podría dar acceso universal a la educación primaria para todos (siete mil a ocho mil
millones de dólares).

En otro orden de cosas, a los pobres de siempre se suman más y nuevos tipos de pobres, tal
vez para recordamos que vivimos bajo un sistema que no renuncia a reproducirse, y con
ello engendra como efecto necesario riqueza para unos pocos y pobreza para casi todos. El
proceso de globalización económica y de apertura comercial en la región —reconoce la
CEPAL— ha generado nuevos focos de pobreza. Se trata de una nueva pobreza, pobreza
educada, que afecta a la clase media especialmente, desplazada por el impacto de los
ajustes económicos.

Las 200 personas más ricas del mundo se están


haciendo más ricas

1500

1000 1042
200 personas
500 más ricas
440
0
1994 1998
Fte: Informe sobre el Desarrollo Humano 1999

A juicio del organismo internacional, el fenómeno se produce porque los ajustes provocan
que “la gente pierda los beneficios” que tenían en una economía cerrada. “Es una nueva
pobreza, una pobreza distinta, de gente habituada a un nivel de consumo, con acceso a
servicios que ya no pueden tener”.

La acumulación capitalista no ofrece desarrollo para todos: incluye desempleo y


desigualdad. A mayor desarrollo del capital, más depauperación relativa, en el sentido de
que hay cada vez más pobres en comparación con las posibilidades de producción del
capitalismo. Pero ahora aparece una marginación creciente y no como ejército industrial de
reserva transitorio, sino como producto de la automatización en la industria, de la creciente
productividad del trabajo y de las peores condiciones laborales.

153
Con la incorporación más generalizada de las nuevas tecnologías el ejército industrial de
reserva es cada vez menos de “reserva” y cada vez más permanentemente una población
marginada debido a la automatización en las industrias avanzadas y el incremento de la
productividad.

La pobreza es un fenómeno complejo no reductible a una sola dimensión como puede


ocurrir en diferentes tipos de análisis. Es así como se están reconociendo diferentes
perspectivas desde las cuales analizarlo.

En particular se considera en situación de pobreza a los grupos familiares cuyo ingreso se


encuentra bajo la línea de pobreza, definida ésta como la cantidad de recursos que requiere
una familia para satisfacer sus necesidades básicas. A su vez se define el concepto de
“brecha de pobreza” como la cantidad agregada de recursos —normalmente expresada
como porcentajes del PGB— que se requeriría trasferir para asegurar que todas las familias
logren situarse sobre la línea de pobreza.138

Recientemente se ha estado trabajando en la elaboración de métodos para medir la pobreza


de manera que el monto y tipos de pobres están determinados en buena medida por los
nuevos métodos.

Uno de ellos, denominado directo o de necesidades básicas insatisfechas (NBI), especifica


las necesidades humanas esenciales y las normas de satisfacción mínima para cada una de
ellas. Los hogares o personas que no alcanzan el umbral fijado para estas necesidades, se
consideran en situación de pobreza.

En el enfoque indirecto o de línea de pobreza (LP) referido anteriormente, se parte de fijar el


costo de una canasta que sea suficiente para satisfacer las necesidades básicas y se definen
como pobres quienes carecen de los ingresos que les permitan acceder a esa canasta.

Además, se valora que una medición apropiada requiere tomar en cuenta simultáneamente
seis variables y sus interrelaciones: a) ingreso corriente; b) derecho de acceso a servicios o
bienes gubernamentales; c) propiedad (o derecho de uso) de activos que proporcionen
servicios de consumo básico (o dicho de otro manera, un patrimonio básico acumulado); d)
niveles educativos, habilidades y destrezas; e) tiempo disponible para la educación, el
descanso, la recreación y el trabajo del hogar, y f) activos no básicos.139

La toma en cuenta simultánea de los dos enfoques de medición aludidos ha dado lugar al
método integrado de medición de la pobreza (MIP) que define en primera instancia tres
grupos de pobres: a) los que son pobres por ambos métodos; b) los que lo son sólo por el de
necesidades básicas insatisfechas; y c) los que lo son solamente por la “línea de pobreza”.
Los primeros suelen llamarse pobres crónicos mientras que los segundos y terceros se
denominan pobres inerciales y pobres recientes respectivamente.

138. PREALC: Deuda Social. ¿Qué es, cuánto es, cómo se paga?. PREALC-OIT, 1988. Pág. 5-
6.
139. PNUD: La pobreza en Venezuela. Proyecto Regional para la superación de la pobreza.
Bogotá, Colombia 1990. Pág. 20.

154
Con arreglo a estas consideraciones se estimó que en 1986 en América latina 61% de los
habitantes de la región se encontraba en condiciones de pobreza; 32% en pobreza crónica;
11.5% de pobres sólo bajo la línea de pobreza y 18% sólo con necesidades básicas
insatisfechas.140

En América latina los pobres representaban 40% de todas las familias en 1980 y
actualmente entre 46 y 50 por ciento. En quince años la población pobre siguió creciendo
como porcentaje de toda la población hasta constituir actualmente la mitad.141

Se estima que en 1990 en general 22.5% de la población de América latina y el Caribe se


encontraba por debajo de la línea de pobreza; para África del Sur del Sahara esta cifra era
de 47.8%, mientras que para Asia del sur era de 49.0%.142. En general, unos 112 millones
de latinoamericanos y caribeños (35% de los hogares) vivían en 1980 bajo la línea de
pobreza; ese número aumentó a 164 millones en 1986, los que representaban
aproximadamente 38% de los hogares.143 Se calcula que en 1989 la intensidad de la
pobreza alcanzaba 47% de personas en situación de pobreza o indigencia en América
latina.144

Ya para mediados de la última década del siglo XX, según estimaciones de la CEPAL para
19 países de la región, la población latinoamericana y caribeña en condiciones de pobreza
sumaba algo más de 209 millones de personas, equivalente a 39% del total. En términos
absolutos esto significa 12.5 millones de pobres más que en 1990 y 75 millones más que en
1980. Estimaciones de mayor cobertura posteriores a la crisis mexicana y su “efecto
tequila” informan que la mitad de la población latinoamericana y caribeña (235 millones de
personas en un total de 470 millones) se encuentra viviendo en la pobreza.145

La pobreza constituye sin lugar a dudas uno de los efectos visibles de un sistema que
engendra simultáneamente riqueza concentrada en reducido porcentaje de la población a
cambio de la pobreza distribuida entre la mayor parte de ella. En términos de países, el
avance de algunos y el atraso de otros son resultados complementarios y lógicos de este
sistema de explotación que va generando a la vez, en estrecha e indisoluble relación
recíproca de causa y efecto, bienestar y adelanto para una minoría, atraso y explotación
para la mayoría. Este hecho se reconocía al cabo de los 50 años de creación de las Naciones
Unidas. "Lo que se percibe es un impresionante panorama de adelantos humanos sin
precedentes y de padecimientos humanos inenarrables, del progreso de la humanidad en
varios frentes a la par del retroceso de la humanidad en varios otros, de una pasmosa

140. PNUD. OB. CIT. PAG. 23


141. Bernardo Kliksberg: Nuevas direcciones en el debate mundial sobre la pobreza y el
desarrollo social. En: http://datastrategia.com/jornadas/pobreza/kliksberg.html
142. Naciones Unidas, Ob. cit.
143. CEPAL: Transformación Productiva con Equidad. Santiago de Chile, 1990. Pág. 36.
144. PREALC: Labour Market adjustment in Latin America. An appraisal of the social effects in
the 1980s. Working Papers, No. 357. Stgo. de Chile, May 1991. Tabla 9.
145. Carlos M. Vilas: Pobreza, inequidad social y deterioro laboral en América latina:
¿”Asignaturas pendientes” o resultados sistémicos?. En:
http://www.eleconomista.cubaweb.cu/ec8/ponencias_99/vila.html

155
propagación de la prosperidad a escala mundial junto a una deprimente expansión a
escala mundial de la pobreza".146

En particular, tal extensión de la pobreza y las privaciones humanas se asocia a la aceleración


del crecimiento de la población humana, con referencia a los países en vías de desarrollo, hasta
niveles sin precedentes. Así y todo, el avance de la transición demográfica en la región no ha
implicado mejor absorción de la fuerza de trabajo, ni ha contribuido a superar la situación
de pobreza y miseria que afecta a buena parte de la población latinoamericana. Se reconoce
que en la “década perdida” uno de los grandes perdedores ha sido la equidad. El poder de
compra real de los salarios disminuyó más que el producto per cápita en la mayor parte de
los países; el desempleo aumentó en forma significativa a mediados de los ochenta y era
aún elevado en muchos países al llegar a 1990; la distribución primaria del ingreso cambió
regresivamente, y como corolario el porcentaje de la población en situación de pobreza en
la región aumentó a cerca de 40 por ciento.147

Pero además, ya en el trascurso de la década de los noventas se creó un fuerte contraste


entre la reactivación económica y la recuperación de la estabilidad, por un lado, y por el
otro el deterioro de la condición social de segmentos amplios de la población, incluidas
porciones importantes de las clases medias urbanas que en las décadas anteriores se habían
apropiado de una proporción importante del producto. La persistencia y en algunos casos el
agravamiento de la pobreza y la desigualdad social indican que carece de sustento real la
hipótesis de la teoría económica convencional según la cual la recuperación de la inversión
y del crecimiento conduce a la espontánea distribución progresiva de los beneficios del
crecimiento una vez que se permite al mercado operar conforme a su propia dinámica y
racionalidad. Después de una década de reformas orientadas hacia el mercado, la
recuperación de la inversión y del producto y el restablecimiento de los flujos externos
prueban ser compatibles con el deterioro de las condiciones de vida y el empobrecimiento
de segmentos amplios de la población. Destaca en particular el incremento de la
polarización social y la progresiva configuración de sociedades de minorías muy ricas y
mayorías empobrecidas.148

La región de América latina y el Caribe es la que muestra mayor inequidad en la


distribución del ingreso, situación que no se ha revertido la década anterior; "la
coexistencia de crecimiento económico y polarización social, de enriquecimientos
espectaculares y empobrecimientos persistentes, constituyen la realidad contradictoria de
los escenarios generados por la restructuración de nuestras economías y sociedades en clave

146. PNUD: Informe sobre el desarrollo humano 1994. Publicado para el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por el Fondo de Cultura Económica. Primera
Edición en español 1994. Pág. 1.
147. Ver: R. Bajraj, y J. Bravo, Una visión sintética del ajuste económico y sus consecuencias
demográficas en América latina. En CELADE, "Notas de Población", Año XXII, No. 59,
Santiago de Chile, junio de 1994. Pág. 58-59.
148. Carlos M. Vilas: Pobreza, inequidad social y deterioro laboral en América latina:
¿”Asignaturas pendientes” o resultados sistémicos?. En:
http://www.eleconomista.cubaweb.cu/ec8/ponencias_99/vila.html

156
de una nueva fórmula de poder. Lo que se está presenciando en términos de precarización
laboral, fragmentación del tejido social, preservación e incluso ahondamiento de las
desigualdades sociales, es la dimensión social del ajuste económico “realmente existente”
que al mismo tiempo que favorece la reactivación de la economía y la elevación sostenida
de los ingresos de las élites, deteriora la condición social y excluye a un arco amplio de
actores sociales. No se trata de limitaciones o cuestiones pendientes de ser encaradas por el
ajuste, sino los efectos del mismo".149

Rostro femenino de la pobreza. La perspectiva de género

En su informe sobre el Estado Mundial de la Infancia la UNICEF reconoce que “justo cuando
comienza el siglo XXI, hay en el mundo una abrumadora mayoría de niños y mujeres entre
las personas que viven en la pobreza. Los niños y las mujeres también constituyen la
abrumadora mayoría de los civiles que resultan heridos y lesionados en los conflictos. Son
los más vulnerables al contagio con el VIH/SIDA. Sus derechos estipulados en la convención
sobre los Derechos del Niño y la convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer, son conculcados cada día; las cantidades de tales
trasgresiones son tan grandes que ni siquiera es posible computarlas”.150

Para celebrar el Día Mundial de la Población en el año 2000, las Naciones Unidas enarbolaron
el tema de “Salvar la Vida de las Mujeres”,151 destacando que por lo menos una de cada tres
mujeres ha sido golpeada, sometida a abuso sexual u otro tipo, por un miembro de su
familia. Cada año, dos millones de niñas y mujeres están sometidas al riesgo de mutilación
genital. Es reconocido que la violencia contra las mujeres es de los derechos humanos
mayormente violados en el mundo. La violencia contra mujeres es asunto de la mayor
relevancia como elemento devastador del cuerpo y la mente.

La salud pública, la alimentación, la educación y la libertad para tomar decisiones que


afecten sus vidas son elementos básicos para la vida que con demasiada frecuencia se
niegan a las mujeres y niñas, particularmente en las familias más pobres. En comparación
con los muchachos, las niñas tienen mayor probabilidad de estar desnutridas, ser explotadas
y analfabetas: de los 960 millones de analfabetos en el mundo, dos terceras partes son
mujeres. Casadas a muy temprana edad, muchas tienen hijos con mayor frecuencia que la
deseada.

Diariamente, a cada minuto, una mujer muere debido a complicaciones del embarazo o el
parto y muchas otras sufren de enfermedades o incapacidad. El riesgo de muerte es 100

149. Carlos M. Vilas: Ob. Cit.


150. UNICEF: Estado Mundial de la Infancia 2000. Pág. 7
151. FNUAP : Journée mondiale de la population. 11 juillet 2000.
http://www.unfpa.org/modules/wpd00/wpdf.pdf

157
veces más alto en países en desarrollo. Cada seis segundos, un bebé nace tan débil que no
llega a sobrevivir más de un mes, mientras que otros muchos infantes nacen incapacitados.
Aun cuando las mujeres pudieran planificar y espaciar el embarazo, 350 millones de ellas
carece de acceso a una gama de alternativas de anticonceptivos seguros y razonables.

Se trata entonces, de que conceptos tales como “desarrollo humano”, “desarrollo


sostenible”, desarrollo social, y otros tantos que colman el discurso actual sobre población
y desarrollo aparecen como palabras huecas en un contexto de desigualdad entre los seres
humanos en general y por motivos de sexo en particular. El examen de esta desigualdad en
el contexto de las relaciones entre población y desarrollo ha transitado por diferentes
caminos y admitido variados enfoques. Así por ejemplo, en los años 1950-1960, la mujer,
en el marco de la teoría del desarrollo, era vista como objeto pasivo; en los 70 las mujeres
entraban en el rol productivo; a mediados de los 70 ya se les consideró como pilares del
desarrollo económico, y para los 80, con visión más holística, se entra en el estudio de las
relaciones de género —construcción social con roles específicos que implican no sólo a las
mujeres sino también a los hombres—, y se habla de las mujeres como sujetos de cambio y
de lucha, como agentes activos del desarrollo.152

El nuevo enfoque calificado como perspectiva de género, parte de la consideración de que


las políticas económicas y sociales, aunque afectan a las mujeres y a los hombres de manera
diferente, al igual que sus interrelaciones, tienen significativa influencia en el proceso de
desarrollo. Esta perspectiva se interesa por los mecanismos que regulan los vínculos entre
las mujeres y los hombres y examina el impacto que sobre ellos tienen las políticas y los
planes, en función de sus respectivas características socioeconómicas. La equidad de
género, junto a la justicia social, la protección del medio ambiente, la paz y el respeto a los
derechos humanos, constituyen necesidades impostergables de la humanidad. De manera
que se mantiene la necesidad de que se enmienden las desigualdades de género que
acompañarán el advenimiento del nuevo siglo.

Con demasiada frecuencia se alude al concepto de feminización de la pobreza, en un


intento por expresar la desproporcionada representación de las mujeres entre el conjunto de
los pobres, comparada con la de los hombres.

Independientemente de cual sea el escenario social donde se desenvuelvan, los factores que
producen la pobreza entre hombres y mujeres no son iguales. Unos y otros desempeñan
roles y ocupan posiciones diferentes en la sociedad. En consecuencia, se reconoce que la
distinta incidencia de la pobreza en los dos géneros parecería ser resultado inevitable de
aquel hecho. De aquí que se haga necesario establecer de forma empírica el grado de
diferencia, de un contexto a otro, así como analizar las causas de la pobreza en cada caso,
incluyendo las causas que afectan a ambos géneros, las causas que afectan primordial o
exclusivamente a los varones y aquellas que aquejan primordial o exclusivamente a las
mujeres.153

152. Ver: M. Bermúdez: La perspectiva de género, un reto. En:


http://nodo50.org/mujeres/cooperación-género.htm
153. Ver: Las dimensiones de la pobreza. En: http://www.socwatch.org.uy/esp/dimenpo.htm

158
Se identifican cuatro elementos básicos del concepto de feminización de la pobreza:

ƒ un predominio de mujeres entre los pobres;


ƒ el impacto no fortuito, con sesgo de género, de las causas de la pobreza;
ƒ el reconocimiento de una tendencia direccional en la cual la representación
desproporcionada de las mujeres entre los pobres está aumentando progresivamente (en
este sentido, la feminización de la pobreza es un proceso, no simplemente un estado de
cosas en cierta coyuntura particular);
ƒ el grado de visibilidad de la pobreza femenina. En la medida en que la unidad de
análisis de los estudios e investigaciones son los hogares, no se consideran las reglas
que rigen la distribución interna en cada unidad doméstica, y que varían ampliamente
según sociedades y culturas. Esta práctica que supone una justicia distributiva en el
interior de los hogares, encubre las posibles diferencias entre hombres y mujeres, con
excepción de la minoría de casos en que se las puede considerar como cabezas únicas
de familia.154

Tomando como punto de partida un conjunto de estudios realizados al respecto, Salles y


Tuirán155 han producido un excelente análisis sobre la pobreza vista a la luz de los
determinantes de género, como nueva perspectiva que ganó importancia en los noventas y
continua teniéndola en la actualidad. En los trabajos examinados por los autores se
enfatizan diferentes dimensiones que se consideran de utilidad para estudiar la pobreza
femenina a la luz de las asimetrías de género. Tales son: i) la división sexual del trabajo; ii)
la capacitación y especialización en el trabajo; iii) las recompensas del trabajo (salarios por
ejemplo), y iv) el acceso y utilización de recursos institucionales.

En la recopilación de información sobre la situación de las mujeres ante la pobreza se


observa un importante sesgo de género que afecta en lo fundamental a las mujeres pobres.
Generalmente —reconocen los autores— los indicadores de pobreza son captados con base
en información de hogares, sin reconocer las diferencias extremadamente grandes que en
esos ámbitos existen entre géneros y generaciones. Aunque sea usual y de utilidad captar y
analizar esos indicadores, desde la perspectiva de género, es necesario decodificar lo que
pasa en los hogares, toda vez que estos espacios son ámbitos de convivencia de personas
que guardan entre sí relaciones asimétricas enmarcadas en sistemas de autoridad interna.

El estudio realizado les permitió arribar a un conjunto de interesantes


conclusiones, donde se destaca que:156

ƒ Las desigualdades de género observables en los contextos familiares, que provocan


un acceso diferenciado de los integrantes a los recursos del grupo doméstico, agudizan
—sobre todo en los hogares pobres— la situación de carencia de las mujeres;

154. Las dimensiones de la pobreza. Ob. Cit.


155. VaniaSalles y Rodolf oTuirán: Familia, género y pobreza. El Cotidiano, Revista de la
realidad mexicana actual. En Internet: http://www-azc.uam.mx/cotidiano/68/doc2.html
156. V. Salles y R. Tuirán, Ob. Cit.

159
ƒ La división sexual del trabajo, aunque en la actualidad esté pasando por cambios
inconmensurables, se presenta organizada de forma aún muy rígida en hogares tanto
urbanos como rurales;
ƒ A pesar de que una proporción creciente de las mujeres de diferentes sectores
sociales realiza hoy en día contribuciones monetarias a la reproducción cotidiana de sus
hogares, una constelación de factores (familiares y no familiares) les impide alcanzar un
mayor grado de autonomía personal y de poder en el ámbito hogareño.

La desigual situación social de las mujeres, que restringe su acceso a los recursos
productivos y a las oportunidades para mejorar las capacidades laborales, determina la
mayor pobreza femenina. Una alta proporción de mujeres se inserta en ocupaciones de baja
productividad y percibe ingresos —salariales y no salariales— bastante inferiores respecto
de los hombres. En países mayoritariamente pobres, esta situación significa que alrededor
de tres cuartas partes de los hogares con jefatura femenina no alcance a cubrir sus
necesidades elementales. Este problema se agudiza debido a que la mayor proporción de
mujeres se ubica entre las categorías ocupacionales de trabajadoras por cuenta propia, en
particular, las ocupaciones de las mujeres de bajos ingresos han sido comúnmente las de
servicio doméstico, instrucción educativa, producción agropecuaria, fabricación de ropa y
textiles, comercio y servicios en general, obreras y peonas, en general en ocupaciones mal
pagadas y expuestas al desempleo o subempleo, mientras que muchas son trabajadoras
familiares sin retribución. Además de la carga que soportan por la triple función que
desempeñan, las mujeres sufren discriminación, se les subestima y se les aísla de sus
derechos como seres humanos, como personas.

Factores estructurales de la sociedad implantados en los preceptos y hábitos del hogar, de la


comunidad, del mercado y de las sociedades nacionales, han mantenido a la mujer en nivel
de subordinación. El enfoque de género busca entender los factores que limitan o facilitan
los esfuerzos para promover un desarrollo sostenible que asegure la distribución equitativa
de los beneficios del crecimiento económico; se han estado buscando, en particular, las
diferencias fundamentales entre los incentivos y restricciones bajo los cuales operan
mujeres y hombres, con la finalidad de hacer visibles las diferencias en los roles y la carga
de trabajo que tienen; la determinación de cómo mujeres y hombres pueden experimentar
en forma diferente el impacto de las intervenciones, cómo varían sus capacidades para
conquistar el acceso a los recursos y a la toma de decisiones, y qué implicaciones tienen
estas conclusiones para la planificación y ejecución de proyectos de desarrollo.

En años recientes, sobre todo a consecuencia de las políticas de ajuste estructural, se ha


discutido mucho acerca de la “distribución” de la pobreza entre hombres y mujeres, así
como sobre la posibilidad de que ésta afecte a las mujeres en forma desproporcionada y
que, por lo tanto, estén “excesivamente representadas” en el conjunto de la población
pobre. Así mismo, se ha estado tratando de lograr interpretaciones operativas del concepto
de desarrollo sostenible que busquen salvar la acostumbrada retórica en los debates
internacionales y alcanzar de manera efectiva las dimensiones humana, social, económica y
ambiental del concepto de sustentabilidad, en una visión global y coherente que reconozca
a la mujer como uno de los elementos decisivos en la búsqueda del desarrollo sostenible.

160
”El desarrollo sostenible, exige la integración explícita de la perspectiva de género. Aún
cuando no se explicite, todos los planes, programas y políticas tienen una determinada
perspectiva de género. Asumen cuáles son los roles de las personas en la sociedad y, lo que
es más importante, deciden en qué deben consistir. El desarrollo que se procura es para
ciudadanos concretos y la pobreza de las mujeres, tal vez más que en ningún otro tema,
impone la necesidad de un enfoque interdisciplinario. El fortalecimiento de la ciudadanía
de las mujeres pasa por lo económico, por lo social, por lo cultural y por lo político; pasa
por que se las considere en las políticas como ciudadanas”.157

Pobreza y empleo

La pobreza tiene relación directa con el empleo, dado que se trata de la forma principal de
utilización productiva y remunerada de la fuerza de trabajo, y en consecuencia la principal
fuente de satisfacción de las necesidades básicas de la parte mayoritaria de la población. Es
decir, quienes no satisfacen sus necesidades básicas tienden a coincidir con aquellos que
tienen problemas de empleo. El vínculo más directo se da entre la pobreza —que acarrea
insatisfacción de aquellas necesidades esenciales vinculadas al consumo privado—y el
subempleo.

Tal como lo reconoce la CEPAL en un análisis del Panorama Social de América latina,
“hacia fines de los años noventa —según lo evidencian las encuestas de opinión—
porcentajes crecientes de la población declaran sentirse sometidas a condiciones de riesgo,
inseguridad e indefensión. Ello encuentra sustento en la evolución del mercado de trabajo,
el repliegue de la acción del Estado, las nuevas formas institucionales para el acceso a los
servicios sociales, el deterioro experimentado por las expresiones tradicionales de
organización social, y las dificultades de la micro y pequeña empresa para lograr un
funcionamiento que las proyecte económica y socialmente”.158 Por otra parte, como se
afirma en otro informe del mismo organismo, el desarrollo y las política sociales en los
países de América latina y el Caribe no han logrado históricamente las características del
Estado de bienestar, en tanto no se han alcanzado los niveles de universalidad, solidaridad e
integralidad esperados. La inequidad y la segmentación social han estado siempre presentes
en el desarrollo de la región.159

Mientras que el mercado de trabajo fue durante muchas décadas el ámbito en el que los
sectores medios y las clases populares encontraron posibilidad de empleo remunerativo —
comenta Vila— la situación actual es diferente. La precarización laboral y el deterioro de
los ingresos del trabajo ahondan las desigualdades sociales, contribuyen decisivamente al

157. CEPAL: Desarrollo sostenible, pobreza y género. América latina y El Caribe: Medidas hacia
el año 2000. Séptima Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en Desarrollo
Económico y Social de América latina y el Caribe.
158. CEPAL. Panorama Social de América latina 1999-2000. Documento informativo. Pág. 2
159. CEPAL. Equidad, desarrollo y ciudadanía. CEPAL 2000. Pág. 71

161
crecimiento de la pobreza y cuestionan la hipótesis de un futuro mejor. Pocos son los que
creen que trabajando duro se progresará en la vida. Enfocar el impacto del ajuste en el
mercado de trabajo permite advertir el carácter sistémico de los efectos sociales de las
reformas económicas. La precarización afecta ante todo a los trabajadores urbanos y rurales
asalariados y a los micro y pequeños empresarios, pero golpea también a segmentos
amplios de la población que se ubican en lo que convencionalmente se denominan clases
medias, que protagonizan conspicuamente el fenómeno de la llamada “nueva pobreza”.160

El problema del desempleo y el subempleo lejos de constituir una simple cuestión de índole
cuantitativa, está en el punto focal de la caracterización de la situación de la mayoría de los
países subdesarrollados, y expresa la capacidad del sistema social para ocupar a la fuerza de
trabajo, la forma injusta en la distribución del ingreso y, en general, las características de
las relaciones sociales existentes opuestas a desarrollar la personalidad del ser humano.

La preocupación central por la elevación de los niveles de vida en los países en vías de
desarrollo está asociada a dos hechos interrelacionados: el crecimiento económico, referido al
nivel, estructura y posibilidades de crecimiento de bienes y servicios que condicionan la base
material para el bienestar de la población; y la equidad, es decir, la distribución de los
satisfactores entre los distintos grupos de la población, que a su vez establecen las dimensiones
absolutas y relativas del bienestar.

La interrelación entre estos dos aspectos actúa a su vez, a través de la relación


empleo-ingresos como factor de producción y determinante del bienestar. Mientras tanto, es
marcado el desequilibrio que existe entre la oferta y la demanda de fuerza de trabajo en la
mayoría de los países en desarrollo.

En esto influye el aún relativamente rápido crecimiento de la población, cuyo tamaño y


estructura por edades y sexo combinados con las tasas de actividad específicas, provoca que
la demanda de empleo crezca a una tasa mucho más rápida que la oferta de empleo, lo que
impide una ocupación efectiva de toda la fuerza de trabajo disponible en muchos países de
la región, en las condiciones del sistema internacional en que están insertos, las propias
características de sus sistemas sociopolíticos, los efectos de la deuda externa y las medidas
de ajuste ante la crisis.

Refiriéndose a los factores que han contribuido a expandir la fuerza de trabajo de América
latina y el Caribe durante los últimos 20 años un documento de la CEPAL161 comenta que de
los 90 millones de personas que entre 1980 y 2000 se habrían agregado a la PEA, 79
millones proceden del crecimiento demográfico, 6 millones del aumento de las tasas de
participación laboral —afectadas por el alza de la participación femenina— y 5 millones de
la interacción entre ambos factores. Según este análisis basado en datos del CELADE, el
incremento de la población en edad de trabajar puede ser una consecuencia de la inercia

160. Carlos M. Vilas: Ob. Cit.


161. R. Bajraj, M. Villa y J. Rodríguez: Población y desarrollo en América latina y el Caribe: un
desafío para las políticas públicas. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
(CELADE) – División de Población. Serie “Población y Desarrollo” No. 7. Santiago de Chile,
agosto de 2000. Pág. 22

162
demográfica, que alude al efecto de rezago temporal con que se dejan sentir las tendencias
pasadas de la población. Como consecuencia, “en el futuro inmediato —y al menos hasta el
año 2025— el empuje del acelerado incremento demográfico observado en la región hasta
los años setenta seguirá contribuyendo al acrecentamiento de la PEA, en virtud de una más
rápida expansión de las cohortes de 15 años y más (población en edad de trabajar, PET) que
de la población total. De este modo, se prevé que entre 1995 y 2025 la PET crezca según
una tasa media anual de 1.8% y que la población total lo haga sólo a un ritmo de 1.3%”.

El persistente aumento del desempleo y el empleo de baja productividad constituyen una


gran amenaza para el desarrollo social en todo el mundo. La falta de un trabajo productivo
en el que las personas se sientan realizadas también contribuye a la migración, el conflicto
y la desintegración sociales.162

De acuerdo con el informe sobre el Empleo en el Mundo correspondiente al periodo 1998-


1999, de la Organización Internacional del Trabajo163, unos 1.000 millones de trabajadores
-aproximadamente un tercio de la población activa del mundo- estaban desempleados o
subempleados, cifra que no ha variado sustancialmente desde las estimaciones que fueron
dadas a conocer por la organización en un informe anterior, correspondiente a 1996-1997.

De esos 1,000 millones de trabajadores, unos 150 millones se encuentraban de hecho


desempleados, buscaban trabajo o estaban en disposición de trabajar. Por simple efecto de
la crisis financiera asiática, en el año de referencia el total de desempleados se había
incrementado en 10 millones de trabajadores. Además, de 25% a 30% de los trabajadores
del mundo —o, lo que es igual, entre 750 y 900 millones de personas— estaban
subempleados; es decir, su jornada de trabajo es sustancialmente menor que la jornada
completa que desearían realizar o su salario era inferior al que necesitarían para vivir.

La OIT cifra en unos 60 millones el número de jóvenes de edades comprendidas entre los 15
y los 24 años que buscan trabajo y no lo encuentran.
En uno de los más recientes documentos de la Oficina de la OIT para América Latina y el
Caribe,164 al analizar los efectos esperados y observados de la liberalización económica y
del ajuste estructural se reconoce que en el conjunto de los países latinoamericanos, la tasa
de desempleo urbano, que oscilaba entre el 5,5 por ciento y el 6,5 por ciento de 1990 a
1994, comenzó a elevarse a partir de 1995 llegando a finales de la década a niveles
cercanos al 8,5 por ciento y situándose en el 9,4 por ciento a comienzos de este año.165 Se
observa una evolución diferente en los países del Caribe con economías más grandes, ya
que en ellas las tasas de desempleo han seguido una evolución descendente. El desempleo
de las mujeres supera en aproximadamente un 45 por ciento la tasa de desempleo global o
promedio, mientras que el desempleo de los jóvenes casi duplica esta última tasa.

162. Ver: Naciones Unidas: La crisis del trabajo. Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social.
Documento de antecedentes 1. Publicado por el Departamento de Información Pública de
las Naciones Unidas. Agosto 1994.
163. http://www-ilo-mirror.who.or.jp/public/spanish/235press/pr/1998/33.htm
164. Oficina Internacional del Trabajo: Globalización y trabajo decente en las Américas. Informe
del Director General. XV Reunión Regional Americana. L i m a , d i c i e m b r e d e 2 0 0 2

165. Se refiere al año 2002

163
En otro documento de la OIT que analiza el desempeño económico y laboral de la región en
el período enero-septiembre del 2002, se reconoce igualmente que ha aumentado el déficit
de lo que la organización define como “trabajo decente”. “Los datos indican que el déficit
de trabajo decente, que en 1990 afectaba al 49.5% del total de los trabajadores de la región,
aumenta a un 50.5% de ellos en 2002. En estas condiciones, se estima que el aumento del
déficit alcanza al 15.7% de la fuerza de trabajo urbana en el período. En otros términos, el
déficit de trabajo decente del año 2002 afecta a 93 millones de trabajadores
latinoamericanos y caribeños, 30 millones más que en 1990”.166

El trabajo decente se define como toda ocupación productiva, justamente remunerada,


ejercida en condiciones de libertad, equidad y seguridad. Este último tema se vincula con la
salud e higiene en el trabajo pero también tiene una dimensión económica referida a
garantizar la seguridad a través de diferentes empleos y mantener presente el concepto de
productividad.167 La operacionalización del concepto de trabajo decente significa intentar el
diseño de indicadores para medir los niveles de trabajo decente en la línea de reducir el
déficit que en esta materia se registra. La medición debería hacerse a nivel de cada país
creando.168

En otro documento de la OIT se plantea el trabajo decente como un concepto en


construcción, de carácter integrativo y de profundo contenido ético, al que se le atribuyen
los siguientes caracteres:

• trabajo productivo y seguro


• con respeto a los derechos laborales
• con ingresos adecuados
• con protección social
• con diálogo social, libertad sindical, negociación colectiva y participación 169

En el Panorama Laboral para América Latina y el Caribe del año 2002 al que se ha hecho
referencia, al indicar los rasgos que caracterizan el desempeño laboral de la región se
destaca que:

ƒ En términos globales, la tasa de desempleo urbana regional crece porque, por un


lado, cae la tasa de ocupación (de 52.5% a 52.2%) y, por otro, prácticamente se
mantiene el nivel de la tasa de participación, (de 57.4% a 57.3%) entre los periodos
analizados. La evolución de la oferta de trabajo y la demanda de empleo es distinta
a la observada en 2001, cuando se contrajeron tanto las tasas de participación como
de ocupación.
ƒ Prosigue la informalización del empleo. La totalidad del aumento del empleo
correspondió al sector informal, puesto que el empleo moderno se contrajo entre

166. Oficina Internacional del Trabajo: Panorama laboral 2002. América Latina y el Caribe. Pág.
12. http://www.oit.org.pe/spanish/260ameri/publ/panorama/2002/index.html
167. http://www-ilo-mirror.cornell.edu/public/spanish/region/ampro/cinterfor/rct/35rct/infpre/iii.htm
168. Ib.
169. http://ilo.law.cornell.edu/public/spanish/region/ampro/cinterfor/rct/35rct/doc_ref/doc1/i.htm

164
1990 y 2002. De cada diez empleos generados desde 1990, siete han sido
informales.
ƒ La generación de empleo mantiene su tendencia a la terciarización: 9.6 de cada diez
nuevos empleos fueron creados por los sectores de servicios desde 1990.
ƒ Se acentúa la precarización laboral: solo seis de cada diez nuevos empleos tienen
acceso a los servicios de la seguridad social y únicamente dos de cada diez
ocupados en el sector informal cuenta con protección social.
ƒ La productividad media se redujo en un 1.7% en los tres primeros trimestres de
2002, como resultado de que la caída del PIB (-0.8%) fue acompañada de un
aumento del empleo (0.9%).
ƒ El poder adquisitivo de los salarios mínimos empeora y registra una caída de -0.9%
en los primeros tres trimestres de 2002 respecto a similar periodo de 2001. Se
revierte así la tendencia al alza registrada desde 1996, debido en especial a los
fuertes ajustes que sufrieron Argentina (-16.4%), Ecuador (-3.9%), Uruguay (-7.4%)
y Venezuela (-5.1%); y, en menor medida, El Salvador (-1.7%), Guatemala (-0.6%)
y Panamá (-0.9%).170

La situación descrita, relacionada con una insuficiente generación de empleo en los sectores
formales de la economía, produce el cuadro actual de la utilización de la fuerza de trabajo
en los países en vías de desarrollo. Es de notar que de manera general la elevación de las
tasas de desempleo abierto es moderada concentrándose el problema en la extensión e
intensificación de la subutilización de la fuerza de trabajo urbana (antes éste era fenómeno
predominantemente rural) a través de las distintas formas de subempleo, es decir, el que se
expresa en un número de horas menor que las deseadas, y el creciente surgir de actividades
económicas de tipo tradicional y de baja productividad, muchas de las cuales integran el así
conocido sector informal urbano.

Del hecho de no encontrar empleo en los así denominados mercados estructurados de alta
productividad y salarios relativamente buenos, una masa significativa de trabajadores
tienen que ocuparse en toda suerte de actividades, que en la mayoría de los casos apenas les
permiten sobrevivir, tales como los trabajos por cuenta propia, el servicio doméstico y
ocupación en microempresas. Partiendo del examen de la proporción de asalariados en
empleos no permanentes, sin contrato de trabajo y sin seguridad social, la CEPAL concluye
que en el mercado de trabajo se ha acentuado la precariedad del empleo. “A la vez, esta
tendencia se produce en el marco de un aumento durante los años noventa de la proporción
de personas ocupadas en los sectores informales o de baja productividad, que alcanzó en
1999 a alrededor de 50% de la fuerza de trabajo en las zonas urbanas y porcentajes aún más
elevados en las zonas rurales”.171

En consecuencia, si altísimo porcentaje de la fuerza de trabajo no es utilizada en empleos


remunerados o está subempleada y el salario recibido en el caso de su empleo estable no

170. Oficina Internacional del Trabajo: Panorama laboral 2002. América Latina y el Caribe. Pág.
11-12. http://www.oit.org.pe/spanish/260ameri/publ/panorama/2002/index.html

171. CEPAL. Panorama Social de América latina 1999-2000. Documento informativo. Pág. 2

165
alcanza a satisfacer las necesidades del trabajador y su familia, todo ello asociado a hechos
ampliamente relacionados con la inequidad en la distribución del ingreso, a la desigual
distribución de la tierra —para el caso de la situación en el campo— y su fuerte
concentración en unos cuantos terratenientes, se puede plantear la pregunta ¿cómo subsiste
la población?:172

a) Parte importante de esa población vive en condiciones de miseria y pobreza, cuestión


evidenciada por las estadísticas mundiales a las que se ha hecho referencia.

b) Algunos individuos buscan disminuir al máximo los egresos, estrechando con ello la
cantidad de necesidades y la calidad de los satisfactores;

c) Otros buscan aumentar los ingresos, no solamente en el sentido estricto del numerario,
sino en el más amplio de satisfactores incluyendo bienes y servicios. Algunos desarrollan
estrategias de inserción en agregados sociales de distinto grado de amplitud que van desde
la familia hasta la sociedad en su conjunto.

Por ejemplo, a nivel familiar los ingresos bajos generan la búsqueda, elaboración o elección
de mecanismos que complementen los medios necesarios para la subsistencia. La unidad
doméstica puede adoptar estrategias que no trasciendan los límites del control familiar tales
como regular el número de hijos, el allegamiento de parientes, la independencia y
colaboración económica de los hijos, la división del trabajo interno, etc., y para el caso de
la fuerza de trabajo agrícola el conocido éxodo rural-urbano.

Entre las manifestaciones sociales más visibles de estas estrategias está justamente el
conjunto de actividades que se agrupan bajo la denominación de sector informal urbano y
que dan sustento a lo que denominamos economía de la pobreza. “Ante la necesidad de
sobrevivir, esta población excedente debió desempeñar actividades que pudieran proveerle
de un ingreso, dado que la inexistencia de seguros u otras compensaciones sociales
convirtió al desempleo en un ‘lujo’ al que la población de bajos ingresos no pudo optar”.173

172. El enfoque que aquí se desarrolla sigue en lo fundamental los desarrollos que se han
hecho en América latina sobre las "estrategias de vida y sobrevivencia" y en especial, el
trabajo de Susana Torrado "Sobre los conceptos de "estrategias familiares de vida" y
"proceso de reproducción de la fuerza de trabajo". Notas teórico-metodológicas. Revista
"Demografía y Economía". El Colegio de México, XV:2. México 1981.
173. V. E. Tokman (compilador): El sector informal en América latina. Dos décadas de análisis.
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Primera edición en la colección Claves de
América latina, México 1995. Pág. 15-16

166
Economía de la pobreza: Informalidad y neoinformalidad

El verdadero remedio contra la violencia y la pobreza es reconocer


la propiedad y el trabajo a quienes la formalidad hoy excluye,
de tal manera que donde exista rebelión nazca el sentido de
pertenencia y de responsabilidad. Así, donde ya surgió el gusto
por la independencia y la fe en las fuerzas propias,
se difundirá una esperanza justificada en el pueblo y la libertad.
HERNANDO DE SOTO y colaboradores, El otro sendero

Desde los inicios de la década de los 70 hasta la fecha, se ha venido insistiendo


reiteradamente en la emergencia y crecimiento de un “contingente de personas que al no ser
incorporadas a los sectores modernos debían recurrir a desarrollar actividades de baja
productividad y mal remuneradas”.174

La expansión del empleo informal guarda mucha relación con el rol absorbente (“de
esponja”) de fuerza de trabajo que juega este sector ante la necesidad de sobrevivir que
tiene la mayor parte de los desocupados.

Hay autores que destacan con razón,175 que la producción informal no constituye ningún
hecho nuevo en la historia de los países de la región latinoamericana. Se trata de algo que
se viene produciendo desde épocas pasadas en la medida en que las actividades formales no
logran absorber una oferta de fuerza de trabajo sostenidamente creciente. “Sin embargo, la
tendencia a una mayor institucionalización de las relaciones económicas formales resalta,
por contraste, la sobrevivencia y reproducción de ese universo informal. Por otra parte, el
hecho de que una fracción cada vez mayor del incremento de unidades informales se
localice en las ciudades le otorga más visibilidad a todo el proceso. Adicionalmente, en
coyunturas recesivas como las que ha venido atravesando la región, se agregan nuevos
contingentes de expulsados del circuito formal, abultando lo que ya de por sí constituía un
resultado estructural de la forma de funcionar de nuestras economías”.176

Se acepta que el informe de Kenya fue el primero en introducir el término de sector


informal para referir a una masa de subempleados pobres que habían logrado sobrevivir en
condiciones desfavorables, sobre la base de generar bienes y servicios aún en condiciones
de persecución.177

174. PREALC (1987): El sector informal hoy: El imperativo de actuar. PREALC/314.


Documentos de Trabajo. Santiago de Chile 1987, Pág. 1
175. Ver: Mizrahi R., : Economía del sector informal: La dinámica de las pequeñas unidades y
su viabilidad. Rev. Desarrollo Económico, v. 26, No. 104 Argentina, (enero-marzo 1987).
Pág. 653.
176. Ob. cit. Pág. 653.
177. PREALC: El sector informal: Quince años después. PREALC/316. Documentos de Trabajo.
Santiago de Chile 1987. Pág. 1.

167
Por su parte Hart (1971) se refirió al concepto de sector informal urbano para denotar
principalmente a formas informales de percibir ingreso.178

Es necesario precisar la distinción existente entre el conjunto de actividades informales,


definidas como aquellas que generan empleo o ingresos fuera del contexto de los sectores
formales de la economía, y el sector informal urbano.

Se han ensayado varias explicaciones teóricas sobre el origen y extensión de las actividades
informales. Es así como la teoría de los mercados segmentados distingue dos mercados de
trabajo partiendo de aquellas evidencias empíricas sobre diferenciales de remuneraciones,
productividades, y condiciones de acceso a diferentes oportunidades ocupacionales para
personas de características similares. El mercado de trabajo segmentado genera en el
ámbito urbano un sector formal (“moderno”) y uno informal (“tradicional”).179

Otra explicación sugiere que el sector informal surge como consecuencia de la


incorporación de diversas ondas de modernización importadas, en un contexto estructural
caracterizado por las mayores desigualdades y el rápido crecimiento de la fuerza de trabajo.
El sesgo tecnológico determina en parte la generación del sector informal al tornar más
intensiva en capital la generación de empleos en los sectores modernos, al alterar el perfil
de demanda en contra de los atributos prevalecientes en la fuerza de trabajo excluida y, en
la actualidad, al recurrir a la descentralización como nueva forma de producción, aunque
este último proceso puede traer también aparejados efectos positivos sobre los ingresos de
los ocupados en el sector informal. El excedente relativo de fuerza de trabajo al no
encontrar ocupación en los sectores modernos, genera sus propias formas de actividad.180

Esta situación ha venido influyendo en la conformación de una marcada heterogeneidad


estructural de las economías urbanas, con desigual absorción del progreso técnico junto a
las particularidades de la prevaleciente estructura de la demanda y las condiciones
oligopólicas del mercado. Junto a las unidades económicas que conforman el sector formal,
que operan con un modo de producción relativamente intenso de capital, existe un número
creciente de otras que producen de modo más intensivo en trabajo y se insertan en el sector
informal. Como resalta PREALC, en el segundo quinquenio de los 80 “el principal rasgo del
proceso de ajuste del mercado laboral... es que el grueso de los nuevos empleos generados
corresponde a microempresas y ocupaciones informales y son, por lo tanto, empleos de
menor productividad.181

178. (Citado por PREALC: Empleo en América latina y la heterogeneidad del sector informal.
Documentos de Trabajo. No. 346. Stgo. de Chile, Mayo, 1990. Pág.10
179. Ver: PREALC : Empleo en América latina y la heterogeneidad del sector informal.
Documentos de Trabajo. No. 346. Stgo. de Chile, Mayo, 1990. Pág. 8

180. Ver: PREALC: El sector informal hoy: El imperativo de actuar. PREALC/314. Documentos
de Trabajo. Santiago de Chile 1987. Pág. 9.

181. Ver PREALC: Empleo y equidad: El desafío de los 90. PREALC. Programa Mundial de
Empleo. OIT. 1991. Pág. 2.

168
Efectivamente, se ha puesto mayor énfasis en definir el SIU, indicando qué incluir en él y
qué no para diferenciarlo de actividades informales que no debería comprender el concepto.
Por ejemplo, desde un punto de vista ético, sería inaceptable incluir en un sector de la
economía que pretende devenir en estrategia de solución del problema del empleo, a las
actividades de carácter criminal, aunque éstas, desde el punto de vista de generar ingresos
puedan ser consideradas, como lo hace Castel y Portes, como actividades informales.182

Se han hecho esfuerzos por distinguir entre economía clandestina y sector informal,
considerando que la primera se refiere a personas dedicadas al tráfico de drogas y a la
delincuencia organizada, mientras el sector informal se refiere a actividades comerciales en
realidad legítimas, tales como manejar taxis, vender ropa en la calle y así por el estilo, que
se realizan sin cumplir con todos los requisitos legales técnicos, tales como tener una
licencia y pagar impuestos.

La caracterización inicial de la actividad del sector informal dada por Hart y retomada por
la OIT destacaba:

1) la facilidad de entrada (a diferencia de la dificultad de acceso a la actividad del sector


formal), debida en parte a los requerimientos limitados de capital físico y humano;

2) la dependencia de recursos disponibles localmente (en comparación con los costosos y


muchas veces importados por el sector formal);

3) la propiedad familiar de las empresas (versus la propiedad corporativa);

4) las operaciones a pequeña escala (en lugar de grandes operaciones que requieren
cordinación);

5) la tecnología trabajo-intensiva adaptada a las condiciones locales (en contraste con la


capital-intensiva desarrollada para otros mercados de trabajo);

6) las habilidades adquiridas fuera del sistema de educación formal (versus trabajos que la
requieren);

7) los mercados no regulados, en los cuales los competidores enfrentan alto grado de
incertidumbre (versus mercados regulados de trabajo, consumo y capital que dan gran
margen de seguridad para los competidores).183

182. Ver al respecto PREALC : Lecciones sobre crédito al sector informal. PREALC, OIT. 1990.
Pág.15

183. (Ver: K. Coleman, et. al. : The urban informal economy in Nicaragua. Preliminary
Observation. Paper for the 1989 World Congress of the Latin American Studies
Association, San Juan, Puerto Rico. Sep. 21-23, rescheduled for Miami, Florida, December
4-6, 1989. Pág. 3

169
La extensión del concepto de sector informal (SIU) abarca por lo general el conjunto de
propietarios o empleadores (por cuenta propia) de microempresas con pequeño número,
(cinco por ejemplo) de trabajadores asalariados; trabajadores por cuenta propia o
independientes (que no reciben salario sino ingresos); trabajadores asalariados de
microempresas (usualmente sin contrato); trabajadores familiares (o sea que laboran para
un jefe de familia) no remunerados o asalariados; trabajadores asalariados del servicio
doméstico. Se estima que dos terceras partes de los ocupados en el SIU se concentran en las
ramas del comercio y los servicios.184

Las pequeñas unidades que conforman el SIU son microempresas o trabajadores


independientes que utilizan técnicas productivas tradicionales y con bajo nivel de
productividad. La expansión del empleo informal guarda mucha relación con el rol
absorbente (de “esponja”) de fuerza de trabajo que juega este sector ante la necesidad de
sobrevivir que tiene la mayor parte de los desocupados.

La autogeneración de puestos de trabajo característica de este sector está en función de las


posibilidades ofrecidas por el mercado para producir y vender un bien o servicio que genera
ingreso. Aquí está presente la posibilidad de sustituir bienes y servicios producidos por los
sectores formales, consecuencia a su vez, de la desactivación de empresas formales o por la
modificación del perfil de demanda resultante de la recesión económica. El cambio de este
perfil de consumo está ligado, por ejemplo, al incremento de la demanda de servicios de
reparación de artículos electrodomésticos, vehículos en busca de la ampliación de su vida
útil, al igual que la demanda de objetos de segunda mano, propia de los periodos de crisis
económica.

En el SIU existe una división limitada del trabajo, generalmente son empresas familiares que
utilizan a parientes y allegados. Los pagos en el sector son por lo general irregulares y en
especie y el nivel de ingreso de sus ocupados se presenta como variable de ajuste entre el
tamaño del mercado y el número de personas que compiten en sus actividades. Los
vinculados al SIU perciben por lo general ingresos inferiores al mínimo legal.

Puede apreciarse que entre las complejidades que ha presentado la búsqueda de una
definición adecuada del SIU está la que se refiere a la selección de la unidad económica
apropiada que sirva de marco de referencia.

Se hace referencia unas veces a individuos, otras a hogares y por lo general a


microempresas. En verdad, la heterogeneidad que se aprecia no puede ser resuelta con la
adopción de determinada unidad, ya que la diversidad es precisamente una de las
características de las entidades que participan en el SIU; puede tratarse, efectivamente, de

184. Según los países y contextos, el SIU representa entre el 20 y el 60% del empleo no
agrícola o del empleo urbano. El SIU surge y/o se desarrolla como una especie de
"esponja" para aquella parte de la mano de obra que "expulsada" en los momentos de
crisis como la de comienzos de la década de los 80 en América latina, tiene que optar por
caer en el desempleo abierto, o autocrearse una ocupación en dicho sector. Ver PREALC:
Empleo en América latina y la heterogeneidad del sector informal. Documentos de Trabajo.
No. 346. Stgo. de Chile, Mayo, 1990. Pág. 19

170
una pequeña empresa de reparaciones, con tres o cuatro individuos miembros o no de una
familia e incluir un asalariado. En el caso de un lustrabotas o el de una doméstica, se trata
simplemente de individuos.

Eluden parcialmente la legislación vigente, en especial las leyes fiscales y laborales: “el
sector informal opera entre lo subterráneo y lo legal y de esta forma, el productor informal
tiene acceso a lo que considera importante, al mismo tiempo que minimiza los riesgos de la
ilegalidad. Por lo tanto, operar más allá de la reglamentación, que es una característica
común atribuida a la informalidad por todas las interpretaciones, constituye un asunto
relativo”.185

En el caso de las microempresas del SIU se caracterizan igualmente por la escasa cantidad y
calidad de herramientas y sus pequeñas instalaciones. El nivel de instrucción de la fuerza de
trabajo es exiguo (personas de escasa instrucción y analfabetos funcionales). Características
tales confieren al sector informal elevada permeabilidad para la entrada de nuevos agentes
productivos, especialmente aquellos que encuentran ocupación como trabajadores
autónomos.

Es relevante que el SIU emplea predominantemente a mujeres jóvenes y ancianos. En


particular la fuerza laboral femenina encuentra aquí la ventaja de simultanear la actividad
económica que aporta algún ingreso de subsistencia, con los deberes del hogar. PREALC ha
reconocido que el empleo femenino es más importante en el SIU que en el sector formal,
particularmente en lo que concierne a madres solteras, divorciadas y viudas. “Trabajando
en el sector informal, las mujeres pueden combinar la obtención de ingresos con la
maternidad, el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico. Pero ello no modifica en
absoluto sus carencias educativas, su dificultad de acceso a los créditos y otras restricciones
más tradicionales que pesan sobre sus tareas económicas”.186

Por otra parte, es característico del SIU la separación incompleta del capital y el trabajo. Los
dueños por lo general ocupan puestos de trabajo.

El sector informal era valorado hasta hace poco como sector de subempleo y bajos
ingresos. Para los conformadores de políticas se trataba de absorber estos trabajos
improductivos que constituían la imagen de su incapacidad. Después de muchos años de
falta de comprensión y con el aporte de muchas encuestas e investigaciones empíricas, la
visión política sobre el sector informal ha cambiado considerablemente. Las dos crisis del
petróleo, los altos niveles de la deuda y una fracasada industrialización y estrategia de
creación de empleos ha obligado a los gobiernos a considerar las actividades informales de
manera más positiva. El sector informal está deviniendo una nueva panacea y los
conformadores de políticas piden a los economistas soluciones encaminadas a apoyarlo y
promoverlo.

185. PREALC : Pobreza y empleo: Un análisis del periodo 1969-1987 en el Gran Santiago. Julio
1990, Documentos de Trabajo. No. 348. Stgo. de Chile, 1990, pág. 20

186. Ver: N. Sadik: Estado de la población mundial 1989. UNFPA, 1989.

171
PREALC destaca un conjunto de motivaciones que despertaron mayor interés por el SIU en la
década de los años 80. Así se señalan, como motivos de carácter económico:187

- el que “a pesar del alto dinamismo económico, la participación del sector informal en la
fuerza de trabajo no agrícola sólo disminuye lentamente, mientras que el número de
ocupados en el sector aumenta en 55 por ciento durante la década pasada”;

- la crisis de los 80 implica una expansión considerable de la ocupación informal. Entre


1980 y 1985 la creación de empleo en las grandes empresas privadas se contrae, como
forma de ajustarse ante la recesión. Los cesantes y quienes irrumpen en el mercado de
trabajo, deben entonces recurrir al sector informal para sobrevivir. Según datos de PREALC
entre 1980 y 1990 los enrolados en actividades informales aumentan de 16 millones a 28
millones, lo que involucra un incremento de 75%, merced a lo cual el peso relativo del
sector sube de 19% a 24%;

- la creciente preocupación por la pobreza y el reconocimiento de la estrecha relación


entre condiciones de pobreza y ocupación en el sector informal. “En 1980, entre 75 y 80
por ciento de los ocupados en el sector informal recibía ingresos inferiores al mínimo”;
- las perspectivas de los mercados internacionales y el flujo de capitales del exterior,
con el problema pendiente del servicio de la deuda implican expectativas modestas de
crecimiento y la recuperación más lenta de los niveles de empleo en los sectores modernos;
conjugado ello con el aumento esperado de la mano de obra, las posibilidades de
disminución del tamaño del sector informal mediante trasferencia de ocupados en este
sector hacia actividades modernas, serán también menores;
- el aumento del interés por formular políticas al tomar creciente conciencia de que
las mismas no requieren grandes cantidades de recursos.

La neoinformalidad

En la segunda evaluación de la brecha de equidad en América latina se ha concluido que las


nuevas bases del crecimiento en la región “han tenido un efecto limitado sobre la creación
de empleo. Se ha experimentado una trayectoria de crecimiento moderado e inestable en la
mayoría de los países, insuficiente para absorber a la población económicamente activa
(PEA). Además, la restructuración del sistema productivo ha privilegiado el uso más
intensivo de mano de obra especializada y el aumento de la productividad laboral a nivel de
empresa en los sectores más sujetos a la competencia internacional. Como un todo, ello se
ha traducido en una tendencia a la reducción de la elasticidad del empleo respecto al
producto en los sectores primario y secundario... que han registrado una pérdida de
participación en el empleo, al tiempo que la creación de nuevos puestos de trabajo ha
tendido a concentrarse en actividades terciarias...”.188

187. (Ver: PREALC 1987, p. 2-4):


188. CEPAL: La brecha de la equidad: Una segunda evaluación. Segunda

172
Como se puso de manifiesto más arriba, los años de crisis de la década de los ochentas
reivindicaron a la economía informal, principal mecanismo de ajuste del mercado laboral
en la década, como el espacio donde considerable parte de la población podía desarrollar
sus estrategias de vida y sobrevivencia. Aunque no todos los informales son pobres, en los
hechos todos los pobres están asociados a esto que podemos llamar economía de la
pobreza, siguiendo el concepto introducido por Pérez Sainz.189

De lo que se ha comentado, basado en su interpretación sobre la diferencia entre los


sectores formal e informal, en la relación capital-trabajo, entendida como factor
tecnológico, PREALC caracteriza al SIU a partir de la existencia de un excedente estructural
de fuerza de trabajo y la autogeneración de empleo. Pero las dificultades que implicaba
sistematizar dicha relación recomendarían utilizar una variable “proxy” como es la
categoría ocupacional que clasificaba a los participantes en el SIU en microempresarios,
asalariados de microempresas, trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares no
remunerados.

Como reconoce Pérez Sainz refiriéndose a América latina, habiendo superado la mayoría
de los países de la región la situación de recesión y estancamiento económico, la
informalidad, como problemática, ha dejado de estar de moda, aunque el peso del empleo
informal en los mercados laborales urbanos es superior, en muchos casos, al que existía
antes de la crisis. Se puede pensar, sugiere Pérez Sainz, que este menor interés está
relacionado con las falsas expectativas generadas respecto de la potencialidad del sector.190

La informalidad sigue siendo elemento fundamental de las sociedades urbanas de la región y,


por tanto, problemática que no puede ser relegada al olvido, por los avatares de las modas
intelectuales. El agotamiento del modelo de desarrollo previo, expresado en la crisis de los 80,
y la aplicación de programas de ajuste estructural, insinúan que un nuevo orden productivo
está en gestación que tiende a imponer un modelo acumulativo basado en la producción de
transables dentro de la lógica de globalización que predomina en el contexto neoliberal.

Este nuevo modelo basado en la producción de bienes y servicios competitivos, tanto para la
exportación como para enfrentar las importaciones, que proliferan con la apertura, tiene como
expresiones concretas, por ejemplo, el turismo, la maquila, las zonas francas, los mercados
financieros emergentes y la llamada agricultura de cambio.191 Las vías de acumulación de los

Conferencia Regional de Seguimiento de la Cumbre Mundial sobre


Desarrollo Social. Santiago de Chile, 15 al 17 de mayo del 2000. Pág. 64
189. Juan Pablo Pérez Sainz: Globalización y neoinformalidad en América latina. Algunas
hipótesis. Nueva Sociedad. No. 135. Venezuela 01/01/95.
190. Pérez Sainz, Ob. Cit.

191. En la agricultura de cambio, se busca la especialización de la producción por zonas y el


establecimiento de empresas de comercialización y exportación, de servicios de crédito,
trasferencia de tecnología, seguros y búsqueda de mecanismos para remunerar

173
transables tienen que ver con la inversión extranjera y la reconversión productiva. Algunos de
los cambios en la estructura del empleo están vinculados al hecho de que las empresas
formales privadas que no se reconviertan al sector de transables, reducirán sus operaciones o
tenderán a desaparecer.

OIT. Panorama Laboral del 2001

Del Anexo estadístico. Pág. 61 http://www.oit.org.pe/spanish/260ameri/publ/panorama/2001/

El ajuste estructural y las políticas de estabilización económica contribuyeron al


ensanchamiento del sector informal urbano y, con el actual proceso de globalización-
exclusión, han surgido nuevos elementos que inciden en la sostenibilidad o fracaso de las
microempresas.

Se reconoce que, si bien persisten actividades que se pueden identificar como informales, su
génesis, dinámica y articulación a la economía nacional (e incluso a la mundial) han

adecuadamente a los productores de materias primas. En el ámbito comercial, las políticas


se concentran en mejorar las oportunidades de mercado de los productores tradicionales y
no tradicionales, tratando de eliminar gradualmente los mecanismos proteccionistas y las
regulaciones (precios, márgenes de utilidad).

174
cambiado. De ahí que se proponga hablar de neoinformalidad, término que pretende captar
tanto la persistencia de este fenómeno como sus nuevas expresiones.192

Pérez Sainz propone así tres posibles escenarios de informalidad. Un primer escenario cuyo
contexto sería la exclusión, que insinúa que en el actual proceso de globalización,
“importantes sectores de la población no se incorporan —de manera estable— a tal proceso;
es decir, habrían de verse excluidos del mismo. Así, la modalidad de informalidad que emerge
en este primer escenario podría caracterizarse como de subsistencia, ya que este tipo de
actividades representa, ante todo, un medio de supervivencia; y en este sentido, informalidad
aparece como sinónimo de economía de la pobreza”.

Puede pensarse este escenario como una prolongación del tipo de informalidad que predominó
en la región, y que alcanzó su mayor expresión en las crisis de los 80 y a la que se incorporan
elementos inéditos asociados al surgimiento del grupo de los llamados “nuevos pobres”, es
decir, aquellos sectores que como resultado de la crisis y las políticas de ajuste, se encuentran
en una situación de pauperización.

Se reconocen diferencias en términos del proceso de génesis de este tipo de neoinformalidad.


Si bien es cierto que el tipo de desarrollo tecnológico que privilegiaba las técnicas intensivas
de capital era el principal factor de generación de excedente estructural de fuerza laboral, que
para sobrevivir autogeneraba empleo en actividades informales, pudiera argumentarse que
actualmente el excedente laboral se generaría más bien por la dinámica no integradora del
nuevo modelo que hace que la base acumulativa sea restringida y que, por tanto, el volumen
de fuerza laboral absorbido sea también reducido.

Lo anterior se ejemplifica por el hecho de que si bien se puede pensar en producción de


transables, sobre la base de técnicas intensivas de capital, también existen actividades que
privilegian un sesgo tecnológico hacia el factor trabajo. Esto se ejemplifica con el caso de las
maquilas. “La maquila de segunda generación —autopartes, electrónica avanzada, etc.— suele
basarse en técnicas intensivas de capital. Por el contrario, la maquila tradicional de primera
generación, privilegia actividades extensivas de mano de obra”.193

De manera que uno de los efectos importantes de los procesos de apertura y globalización
sobre la estructura ocupacional ha sido el debilitamiento de la participación de los sectores
modernos en la generación de empleo. En la mayoría de los países la expansión del empleo se
ha concentrado en el sector informal conformado por trabajadores por cuenta propia,
familiares no remunerados, ocupados en microempresas y en servicios domésticos. El rápido
crecimiento de las ocupaciones informales permite sostener la expansión del empleo, evitando
un aumento mayor del desempleo.

Pero la expansión de la informalidad, de esta economía de la pobreza, implica que los nuevos
empleos corresponden mayoritariamente a actividades con reducida productividad y con
ingresos muy bajos, que crecen a tasas inferiores, con relación al grupo de los trabajadores con
ingreso alto y al promedio. De esa forma, si bien el aumento de la informalidad contribuye a

192. Pérez Sainz: Ob. Cit.


193. Pérez Sainz: Ob. Cit.

175
aliviar la pobreza al aumentar la tasa de ocupación en los hogares pobres, también afecta a la
equidad debido a que al ampliarse el diferencial salarial aumenta la desigualdad en la
distribución de los ingresos.

Incidencia del empleo en la pobreza femenina

La posición que ocupa la PEA en general y la femenina en particular ante el empleo,


constituye un factor decisivo para entender tanto la pobreza como el bienestar, así como
para diseñar estrategias de reducción de la pobreza.

Con harta frecuencia las mujeres se enfrentan a restricciones sociales e ideológicas cuando
tratan de obtener trabajo fuera del hogar, cuando lo obtienen y cuando lo desempeñan.

En un documento preparado por la CEPAL se reconoce que a pesar de que en América latina
y el Caribe las mujeres continúan ampliando su participación económica, alcanzando en la
actualidad una tercera parte de la fuerza de trabajo, el mercado laboral está claramente

Tasa de participación de hombres y mujeres en la actividad


económica en zonas urbanas
[Países seleccionados]
90
80
70
60
50
40
30
20 Hombres
10 Mujeres
0
Argentina

Brasil

Chile

Colombia

Dominicana
Bolivia

México

Rep.

Fte: Panorama Social de América Latina 1998.


Cuadro 2

segmentado en ocupaciones “destinadas” a las mujeres y a los hombres pobres, que los
marcan como asalariados o como trabajadores independientes.

176
En el mismo documento se analiza que al interior de los lugares de trabajo, por razones
ajenas a la capacidad y las características biológicas de los trabajadores y las trabajadoras,
sigue habiendo una división del trabajo en función del sexo. Las mujeres y los hombres
trabajan en los mismos lugares, en la industria, en la maquila, en la agroindustria, pero el
trabajo que realizan es diferente. Es difícil descubrir las razones de la división de tareas
existente, porque si bien se suele discriminar a las mujeres en términos salariales, de
participación y de jerarquía, muchas veces no aparecen claras las razones para clasificar
las diversas tareas ejecutadas como más o menos importantes.194

América latina

POBLACIÓN URBANA POR SEXOS OCUPADA EN SECTORES DE BAJA


PRODUCTIVIDAD

[En porcentajes del total de la población urbana ocupada. Año 1997]

Países seleccionados Total hombres Total mujeres


Argentinaa 44.7 48.6
Bolivia 57.1 74.1
Brasil 41.9 51.9
Chileb 29.3 40.5
Costa Rica 37.5 40.4
Ecuador 49.5 59.2
El Salvador 46.9 62.6
Honduras 51.7 56.4
Méxicoc 40.4 46.0
Nicaragua 54.1 66.2
Panamá 31.1 34,8
Paragüayd 50.2 64.5
Rep. Dominicana 47.0 45.2
Uruguay 38.7 46.6
Venezuela 50.0 47.0

Construida a partir de CEPAL: Panorama social de América latina 1998. Anexo estadístico,
cuadro 13.

a) Gran Buenos Aires


b) Se refiere al año 1996
c) Se refiere al año 1996
d) Asunción, año 1996

194. CEPAL: Desarrollo sostenible, pobreza y género. América latina y El Caribe: Medidas hacia
el año 2000. Séptima Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en Desarrollo
Económico y Social de América latina y el Caribe.

177
A su vez, el empleo para las mujeres tiende a concentrarse en empresas pequeñas y
medianas de los sectores más tradicionales de la economía que entran en un sistema de
subcontratación con las grandes empresas. En muchos casos el empleo adopta la modalidad
de trabajo a domicilio, que es otra forma de trabajo precario. La falta de opciones concentra
a las mujeres pobres en la prestación de servicios, especialmente en el servicio doméstico y
el comercio y, en menor medida, en la agricultura. Debe destacarse que 84% de los nuevos
empleos en la región ha sido generado en el sector informal, caracterizado por baja
productividad e ingresos, y que la distancia entre el ingreso de profesionales y técnicos y el
de trabajadores de menor calificación ha aumentado cerca de 50%,195 lo cual afecta
directamente a las mujeres.

En resumen, en la región se observa crecimiento insuficiente del empleo, concentrado, por


otra parte, en trabajos de baja calidad; aumento del desempleo; disminución de los empleos
en el sector público, que se suma al hecho de que parte de los ocupados en ese sector son
pobres; aumento de la importancia de las pequeñas empresas y del sector informal, y
reducción de la protección social.196

Se ha observado en el caso de las maquilas, que en los últimos años ha constituido casi la
única opción para muchas mujeres, que se produce la sustitución paulatina de la fuerza
laboral femenina por la masculina, cuando se le incorporan inovaciones tecnológicas o
cambios de otro signo. Estudios puntuales realizados entre 1990 y 1995 demuestran que
cuando aparecen nuevas tecnologías y se requiere mano de obra más preparada, se
recalifica a hombres.197

Se constata además que una alta proporción de mujeres se insertan en ocupaciones de baja
productividad y perciben ingresos —salariales y no salariales— muy inferiores con relación
a los hombres. En países mayoritariamente pobres esta situación significa que los hogares
con jefatura femenina no alcanzan a cubrir sus necesidades elementales. El hecho de
encontrar mayor proporción de mujeres entre las categorías ocupacionales de trabajadores
por cuenta propia, de empleados domésticos y de trabajadores familiares sin retribución,
agudiza este problema.

Si miramos el panorama de los vínculos entre población y desarrollo o de la reflexión


acerca de ellos, y de lo que tiene que ser considerado por tal nos percatamos que no se ha
podido trascender el continuo de algunas prioridades y priorizados, hacia los cuales se
canalizan los recursos, para ir al encuentro de la verdadera recuperación de las
implicaciones prácticas de una abundante gama de teorizaciones y declaraciones que
apuntan hacia un objetivo social: la visión de que un mundo justo es tan esencial para
nuestra supervivencia como la de un sistema de producción y la de un medio ambiente

195. Equidad y pobreza en la visión de CEPAL. Intervención del Secretario Ejecutivo de la


CEPAL ante la Segunda Cumbre de las Américas, Santiago de Chile, 18 de abril de 1998.
En Internet: http://www.cepal.org/espanol/portada/cumbre.htm
196. CEPAL: Desarrollo sostenible, pobreza y género. América latina y El Caribe: Medidas hacia
el año 2000. Séptima Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en Desarrollo
Económico y Social de América latina y el Caribe.

197. CEPAL, Ob. Cit.

178
sustentable. Discutir cuál de las tres es más importante equivale a no comprender que no se
trata de alternativas, y sí de objetos articulados, donde conseguir el desarrollo de uno en
detrimento de los otros no constituye progreso, sino un retroceso para todos.

Es preciso ratificar que en el centro de cualquier alternativa del desarrollo social y económico,
deberá situarse una nueva interpretación de su objetivo, que no puede reducirse al simple
expediente del crecimiento cuantitativo de algunas variables macroeconómicas; e ir al
encuentro del bienestar de toda la población, que sin dejar de requerir, para su logro, de
crecimiento y eficiencia económica, no se alcanzará sin la debida equidad social,
sustentabilidad ambiental y en particular la imprescindible equidad de género.

América latina

INGRESO MEDIO DE LAS MUJERES COMPARADO CON LOS HOMBRES

[Zonas urbanas. En porcentajes. Año 1997]

Países seleccionados Disparidad de los ingresos Disparidad salarial


laborales
Argentinaa 70 79
Bolivia 60 69
Brasil 62 68
Chileb 67 73
Colombia 79 77
Costa Rica 78 87
Ecuador 75 83
El Salvador 72 88
Honduras 60 77
Méxicoc 59 73
Nicaragua 61 66
Panamá 74 76
Paragüayd 64 76
Rep. Dominicana 75 90
Uruguay 65 67
Venezuela 69 83

Construida a partir de CEPAL: Panorama social de América latina 1998. Anexo estadístico,
cuadro 10.

a) Gran Buenos Aires


b) Se refiere al año 1996
c) Se refiere al año 1996
d) Asunción, año 1996

179
Migración laboral y globalización

Dando por supuesto que en el centro de la globalización neoliberal se encuentra el principio


relativo a que el mercado es el principal mecanismo de funcionamiento de la economía y el
mejor mecanismo para asignar eficientemente los recursos y, por consiguiente, obtener
la mayor prosperidad, equilibrio y desarrollo parecería que el buen funcionamiento de la
economía capitalista debe basarse en la libre movilidad:

- de capitales;

- de mercancías;

- de la fuerza de trabajo.

Sin embargo, si bien es cierto que se avanza, tanto en el libre movimiento de capitales en el
ámbito mundial, como en la liberalización del comercio internacional, no ocurre algo
similar en la liberalización del así denominado movimiento mecánico de la población, es
decir, del movimiento migratorio. Muy por el contrario, de hecho hay un fortalecimiento de
las medidas y reglamentaciones dirigidas a frenar el proceso de migración desde los países
menos desarrollados hacia los países desarrollados y, especialmente, en relación al
asentamiento definitivo de emigrantes en los últimos. No obstante los obstáculos impuestos
a este movimiento, la migración de la “periferia al centro”, devenida en estrategia de vida y
sobrevivencia ha tenido un notable crecimiento en volumen, si bien no llega a satisfacer las
crecientes necesidades de empleo remunerado de la población de los países de origen.

De esa manera, se intenta construir un capitalismo mundial sin uno de sus tres
componentes, al que los propios teóricos e ideólogos del sistema consideran consustancial e
imprescindible: el libre movimiento de la fuerza de trabajo.

Este intento de fijar a la población en sus lugares de origen concede a los estados
nacionales un estatuto de responsables de tal situación y, por tanto, contribuye a su
supervivencia, contrarrestada fuertemente por la mundialización y la liberalización de las
otras dos facetas del sistema: la libertad de movimiento de mercancías y de capitales.198

198. José María Vidal Villa: Mundialización y movilidad de la fuerza de trabajo. En Internet:
http://redem.buap.mx/t2_vidal.htm

180
Existen —según Vidal Villa— una serie de diversos argumentos utilizados para justificar
esta situación, que explica de la siguiente manera:199

Tecnología. El progreso tecnológico, en los países del Centro, es, siempre, ahorrador de
fuerza de trabajo. Es intensivo en capital, es decir, favorecedor del crecimiento del capital
constante —y, dentro de él, sobre todo, el capital fijo: maquinaria, instalaciones, etc.—,
más que proporcionalmente con respecto al capital variable, que representa la utilización de
fuerza de trabajo. Este hecho tiene como consecuencia un crecimiento del empleo a un
ritmo inferior al de la producción y afecta a la oferta de puestos de trabajo, que se ve
menguada. Por consiguiente, la tecnología actúa como destructora de puestos de trabajo y,
aunque genera importantes cambios en la calificación y favorece la movilidad
intersectorial, e incluso la modernización del aparato productivo, no estimula
suficientemente el crecimiento de la demanda de fuerza de trabajo por las empresas.

Productividad. Actúa como el incentivo fundamental para el incremento de la rentabilidad


de las empresas. Es el motor del cambio tecnológico y se fundamenta en la disminución del
volumen de trabajadores con respecto al output final. Más producción por hora, más
producción por persona empleada. Ese es el criterio a seguir, y, por consiguiente, tiene
repercusiones contractivas sobre la demanda de fuerza de trabajo.

Competitividad. Es la regla de oro del capitalismo y representa la expresión de la


competencia entre los capitalistas. Desde el punto de vista de la fuerza de trabajo, la
competitividad entre empresas obliga a la reducción de los llamados costes salariales que,
además del salario directo, incluyen los costes de la seguridad social y de los servicios
prestados por las empresas a sus empleados. La intención de los capitalistas y los esfuerzos
que realizan tienden al decrecimiento de estos costes salariales y, en la medida en que no se
consiga modificar la legislación laboral de ámbito nacional, la mejor manera de reducirlos
es disminuir el volumen de trabajadores empleados en las empresas. Todo ello redunda en
un decrecimiento de la demanda de fuerza de trabajo.

Paro. La confluencia de los tres fenómenos anteriores tiene efectos significativos sobre el
volumen de empleo a escala nacional. Tales efectos se han manifestado en las últimas dos
décadas como un incesante incremento del volumen de paro en los países centrales, lo cual
da lugar a la presencia de un importante ejército de reserva de fuerza de trabajo nacional,
que puede ser utilizado como elemento regulador a la baja de los salarios nacionales e,
incluso, como argumento para la reforma del mercado laboral, introduciendo figuras
contractuales distintas a la del contrato fijo: aprendices, trabajo temporal, a tiempo parcial,
eventual, etc. El resultado es la diferenciación profunda entre trabajadores y la distorsión
del mercado laboral y, en lo que a nosotros nos atañe, la disminución de la demanda de
fuerza trabajo nacional.

Estado de bienestar. Las conquistas sociales de los trabajadores y las diversas legislaciones
nacionales en materia de bienestar, asentadas en la difusión del keynesianismo, dieron lugar
a la instalación del llamado Estado de Bienestar, que implica, de hecho, un encarecimiento
global del coste de la fuerza de trabajo. La existencia de tal situación, favorable para los

199. Vidal Villa. Ob. Cit.

181
trabajadores nacionales con empleo, es un factor más de desestímulo a la demanda de
fuerza de trabajo.

Finalmente, concluye el autor, “en ausencia de una real libre movilidad de la fuerza de
trabajo en el ámbito mundial que favorezca y acelere el proceso de salarización de la
población aún marginada, se hace difícil pensar que el capitalismo haya alcanzado su pleno
desarrollo y que éste afecte positivamente al conjunto de la humanidad. Muy por el
contrario, la mundialización en curso es solo un fenómeno parcial, que afecta a la fracción
privilegiada del planeta. Como siempre, quedan al margen los condenados de la Tierra
como decía el pensador argelino Franz Fanon”.

La contradicción entre mercados y estados es sumamente acusada en el ámbito de las


migraciones internacionales. Los países de origen suelen oponerse a la emigración de
profesionales altamente cualificados, denunciada como “fuga de cerebros” y como pérdida
de las inversiones en educación. Los empresarios en los países receptores, al contrario, se
apresuran a dar la bienvenida a los inmigrantes cualificados. Para quienes no tienen
formación, ocurre lo contrario. Los gobiernos de los países de origen los estimulan a
abandonar el país, ya que ello significará el envío de remesas desde el exterior y alivio de la
presión social. Los gobiernos de los países receptores son cada vez más reacios a admitir
trabajadores inmigrantes no cualificados, si bien hacen la vista gorda ante las permanencias
ilegales cuando tienen necesidad de mano de obra.200

De esa manera, la migración laboral aparece como una de las contradicciones


fundamentales de la globalización neoliberal, registrada dentro de los así denominados
procesos de inclusión-exclusión: esto es, la tendencia de los procesos globales a abarcar
todas las áreas geográficas y todos los grupos humanos y, a la vez, establecer diferencias
entre estos grupos: algunos se convierten en miembros de pleno derecho en el nuevo orden
global, mientras otros quedan marginados. Las formas de exclusión se basan por lo general
en una diferenciación construida sobre la pertenencia a determinado grupo por sexo, etnia o
raza: minorías de mujeres, ancianos, indígenas y jóvenes suelen encontrarse en situaciones
de desventaja.

En el contexto globalizador, las migraciones internacionales en general y en particular las


migraciones laborales actúan en buena medida como parte de las estrategias de vida y
sobrevivencia de la población que resulta excluida de la “aldea global”. Dichos
movimientos se producen en el contexto de redes sociales trasnacionales que vinculan a
familias y comunidades a través de grandes distancias. Estas migraciones ejercen diferentes
impactos en los países emisores y receptores; en los primeros la migración contribuye a la
disolución de las estructuras económicas y sociales tradicionales que ha producido la
globalización. En los receptores los inmigrantes pueden trasformar la economía nacional y

200. Stephen Castles: Globalización y migración: algunas contradicciones urgentes. Texto del
discurso inaugural presentado en la reunión del Consejo Intergubernamental del MOST, 16
de junio de 1997.

182
las ciudades, y pueden sufrir igualmente exclusiones, discriminaciones y violaciones a sus
derechos.

Para concluir, viene al caso la siguiente reflexión de Castles: “Si los gobiernos intentan
detener las migraciones, entra en juego un nuevo tipo de mercado, un mercado global de las
migraciones, organizado por agentes dedicados al reclutamiento de trabajadores y
funcionarios de inmigración, que obtienen ganancias de la migración, ya sea legal o no.
Este mercado está vinculado a las redes sociales que se desarrollan en el proceso
migratorio. Al actuar en conjunto, las redes de migración y la industria de la migración
pueden tener una mayor incidencia en los flujos de población que las políticas de los
gobiernos. Las migraciones internacionales son una parte esencial de la globalización. Si
los gobiernos dan luz verde a la libre circulación de capitales, productos e ideas, y al mismo
tiempo intentan detener la circulación de las personas, tendrán escasas probabilidades de
éxito. Una política realista podría crear un cauce para las migraciones en aras del interés
público. En cambio, es poco probable que las prohibiciones detengan los flujos migratorios,
y sólo convertirían un movimiento legal en una práctica ilegal”.201

El tema de la vulnerabilidad

En la llamada “década perdida” comienza a operar en la región un nuevo modelo de


capitalismo (para algunos un nuevo modelo de desarrollo) que pone el énfasis en el
incremento de la productividad y el nivel de explotación por medio de una reestructuración
del proceso de trabajo y del mercado laboral, que adopta características tales como:

1. Una mayor productividad derivada de la innovación tecnológica, con una desigual


distribución de la riqueza a favor del capital.
2. Salarios más bajos, beneficios sociales reducidos y condiciones de trabajo menos
protectoras.
3. A nivel internacional, se da una marcada descentralización de la producción a
regiones o países caracterizados por bajos salarios.
4. Una gran expansión de la economía informal, o sea el conjunto de actividades
generadoras de ingreso que no están reguladas por el sistema institucional. Gran parte
del desarrollo de la economía informal tiene que ver con la retirada del Estado de
bienestar en lo que se refiere a pago de los beneficios sociales y la falta de control en el
cumplimiento de la legislación que protege a los trabajadores.
5. El debilitamiento de los sindicatos de trabajadores como una meta fundamental y
claramente intencionada en este proceso de reestructuración económica. La
organización laboral se encuentra en sus niveles más bajos de poder de influencia de
los últimos treinta años.

201. Castles, S., Ob. Cit.

183
Estas transformaciones se sostienen sobre la base de un cambio en el modo de intervención
estatal en la economía, que ya no lo hace sobre la base del modelo keynesiano. Si bien es
cierto que el Estado no se retira totalmente del escenario económico, adopta no obstante,
nuevas formas de intervención: influye sobre nuevas áreas, a la vez que relega o abandona
otras que son declaradas de venta libre y transferidas al mercado. Los mecanismos de
apoyo estatal al modelo neoliberal se expresan entre otros aspectos, en la minimización de
los controles sociales y medio-ambientales sobre el proceso laboral; reducción y
privatización de las actividades productivas en el sector público; reforma fiscal regresiva
que favorece a las grandes empresas y grupos económicos; austeridad fiscal, con la
intención de conseguir un presupuesto equilibrado y una política monetaria rigurosa,
herramientas fundamentales para controlar la inflación. Muchas de estas medidas se
desprenden de las exigencias de los organismos financieros internacionales.

A su vez, como se ha puesto de manifiesto con anterioridad, la reestructuración del


capitalismo se finca en la internacionalización de los procesos económicos para aumentar
la rentabilidad por medio de la apertura de nuevos mercados. Esto permite al capital
aprovecharse de las condiciones más favorables para la inversión y la producción en
cualquier lugar del mundo, lo que se traduce generalmente en bajos salarios y una ausencia
de la regulación gubernamental.

Las inversiones a escala mundial se ven beneficiadas por el desarrollo de la tecnología en


las comunicaciones, conectando segmentos del mercado a través de las fronteras,
diferenciando cada vez más a las sociedades verticalmente y homogeneizando los mercados
horizontalmente.202

Es en este contexto, donde en los últimos años se ha venido prestando, tanto a nivel de la
academia como de los gobiernos, una fuerte atención a los conceptos de vulnerabilidad y
grupos vulnerables. Tal atención obedece en buena medida a los impactos negativos que se
están derivando de la globalización neoliberal imperante en América Latina. Se reconoce
que durante los años noventa, junto a la persistencia de la pobreza y la profundización de
las desigualdades, haya aparecido un nuevo fenómeno social: la vulnerabilidad.

En honor a la justicia han sido los especialistas de la CEPAL y la propia institución de


conjunto, los que han promovido el debate al respecto, y producido en años muy recientes
una abundante literatura al respecto, que da cuenta tanto de los avances, como de los vacíos
que aun perduran en cuanto a este de los ejes articuladores de las relaciones entre población
y desarrollo, algunos de los que han sido planteados anteriormente en este trabajo.203

202. Ver: Mirna Dorzán de Ante. La fragmentación del mundo del trabajo y sus implicancias
políticas http://www.fices.unsl.edu.ar/kairos/k6-09.htm

203. Ver entre otros los trabajos de la CEPAL presentados en el Seminario Internacional “Las
diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe”, Santiago
de Chile, 20 y 21 de junio de 2001: Vulnerabilidad social: notas preliminares; Gustavo
Busso, VULNERABILIDAD SOCIAL: NOCIONES E IMPLICANCIAS DE POLÍTICAS PARA
LATINOAMERICA A INICIOS DEL SIGLO XXI; Jorge Rodríguez Vignoli:
VULNERABILIDAD DEMOGRÁFICA EN AMÉRICA LATINA: ¿QUÉ HAY DE NUEVO?;
Carlos H. Filgueira, Estructura de oportunidades y vulnerabilidad social. Aproximaciones

184
El enfoque de la vulnerabilidad es una mirada nueva a los problemas de desarrollo social de la
región. Tiene su origen, por un lado, en la noción de grupos vulnerables propia del campo de
población y desarrollo y los riesgos a desastres naturales, como asimismo en la creciente
percepción de que el modelo de desarrollo latinoamericano ha visto reducidas las certezas de
bienestar y capacidad de proyectarse a futuro de las personas y hogares de menores
recursos.204

El concepto de vulnerabilidad alude a la inseguridad e indefensión que experimentan


comunidades, familias y personas en sus condiciones de vida como consecuencia del
impacto que ejerce algún tipo de evento socioeconómico de carácter traumático. Tómese
por ejemplo el caso de Argentina, donde una parte significativa de su población ha sido
afectada y se mantiene en estado de indefensión e inseguridad como consecuencia de las
medidas derivadas del modelo neoliberal adoptado. Se consideran igualmente en
condiciones de vulnerabilidad las comunidades, familias y personas incapacitadas para
manejar recursos y desarrollar estrategias205 que permitan enfrentar los efectos de esos
eventos traumáticos.

La vulnerabilidad derivada de los eventos que se desprenden de la nueva realidad tanto


mundial como regional, se puso en evidencia en los años noventa en cónclaves
internacionales de la trascendencia de la Convención Internacional de los Derechos del
Niño (1990); la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (1994); la Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Social (1995); la Conferencia Internacional de la Mujer
(1995);, y una abundante producción científica que ha tenido lugar en los últimos años en la
Región.

Pudiéramos afirmar que los recursos de que disponen las familias y las personas, sobre todo
en las áreas urbanas, para garantizar su reproducción han sufrido el impacto de lo que la
CEPAL denomina el nuevo patrón de desarrollo asumido en la región. Según especialistas
de este organismo internacional, el nuevo patrón de desarrollo, si bien ha abierto

conceptuales recientes; José Javier Gómez, Vulnerabilidad y Medio Ambiente; Rubén


Kaztman, Seducidos y abandonados: pobres urbanos, aislamiento social y políticas
públicas. También: Roberto Pizarro: Vulnerabilidad social y sus desafíos: una mirada
desde América Latina; CEPAL, Santiago de Chile, febrero de 2001; Jorge Rodríguez
Vignoli, Vulnerabilidad demográfica, una faceta de las desventajas sociales.

204. Camilo Arriaga Luco: Servicios sociales y vulnerabilidad en América Latina: Conceptos,
medición e indagación empírica. CEPAL, Seminario Internacional “Las expresiones de la
vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile, 20 y 21 de junio del
2001. P{ag. 3
205. la puesta en práctica de estrategias por parte de individuos y familias se hace necesaria
para garantizar la supervivencia tanto de la unidad económica como del grupo familiar.
Cada una de las unidades domésticas pone en práctica mecanismos de reproducción
particulares, según los recursos materiales de que dispone y el tipo e intensidad de las
presiones externas. Estas estrategias pueden asumir, al mismo tiempo, formas y matices
diferentes, según el tamaño y la dinámica demográfica de los grupos familiares en que se
basa la unidad reproductiva

185
oportunidades y potencia los recursos existentes en ciertos sectores de la sociedad también
ha cerrado oportunidades y ha debilitado los de una gran mayoría de la población. “La
utilización del concepto de vulnerabilidad parece ser relevante, entonces, para entender el
impacto psico-social que ha producido en los habitantes de América Latina el nuevo patrón
de desarrollo”.206

Se argumenta que el enfoque de la pobreza es insuficiente para comprender las complejas


situaciones que aparecían en el contexto del nuevo patrón de desarrollo consolidado en las
últimas décadas en los países de la región; en cambio, la vulnerabilidad social aparece
como una noción que permitía caracterizar dichas situaciones. Al decir de Robert Chambers
el enfoque de vulnerabilidad al dar cuenta de la “indefensión, inseguridad, exposición a
riesgos, shocks y estrés” , provocados por eventos socioeconómicos extremos entrega una
visión más integral sobre las condiciones de vida de los pobres y, al mismo tiempo,
considera la disponibilidad de recursos y las estrategias de las propias familias para
enfrentar los impactos que las afectan.207

La vulnerabilidad se ha convertido en un rasgo social dominante, a raíz tanto de la


mercantilización de las relaciones sociales como del abandono por parte del Estado de sus
funciones de brindar protección y seguridad a la población. La vulnerabilidad surge como
una configuración negativa entre aspectos micro y macrosociales, que incide en los niveles
de riesgo de individuos, hogares y comunidades. Se valora que el modelo anterior de
desarrollo por sustitución de importaciones posiblemente generaba menores oportunidades,
pero también menores niveles de vulnerabilidad; en las sociedades centradas en el mercado
si bien aumentaban las oportunidades, a la vez se elevaban los niveles de vulnerabilidad, ya
que el aprovechamiento de dichas oportunidades exige competencia, lucha y conquista,
como se puede advertirse en varios países de la región.

“Después de la crisis de los años treinta y hasta fines del decenio de los setenta, el patrón de
desarrollo latinoamericano -basado en la industrialización y el mercado interno, con un
estado productor, generador de empleo y proveedor de servicios sociales- estimuló un
masivo flujo migratorio del campo a las ciudades. Las oportunidades de trabajo en la
industria y en las empresas públicas y el acceso a los beneficios de salud, educación y
previsión social que ofrecía el estado favorecieron principalmente a las poblaciones
radicadas en las ciudades. En tales condiciones, los campesinos optaron por mejores
condiciones de vida en las áreas urbanas, lo que hizo crecer “el allegamiento” y las
“poblaciones marginales” en las ciudades. De aquí surgió, entonces, la teoría de la
marginalidad, para explicar el rasgo social dominante que caracterizó al patrón de
desarrollo entre los años treinta y los setenta.”208

206. Roberto Pizarro: La vulnerabilidad social y sus desafíos. Una mirada desde América Latina.
CEPAL, División de Estadística y Proyecciones Económicas. Santiago de Chile, febrero de
2001. Pág. 13.
207. Robert Chambers, Vulnerability: How de poor cope?, IDS Bulletin, Sussex, abril, 1989.

208. Roberto Pizarro. Ob. Cit.

186
Se distingue de manera especial el concepto de “vulnerabilidad demográfica” que se define
como un conjunto de características demográficas de las unidades domésticas que, en una
sociedad moderna, limitan la acumulación de recursos y tiene una asociación significativa
con otras manifestaciones de desventaja social. Teóricamente, varios de sus componentes
se atenúan con la transición demográfica pero otros tienen trayectorias más inciertas.

La vulnerabilidad demográfica es un eslabón de la compleja cadena de limitaciones y


precariedades que aqueja a los grupos postergados de la región.

La segmentación socioeconómica se refiere a una distribución desigual de los recursos


existentes para el desempeño social de los individuos y en consecuencia entraña una
distinción entre grupos con grados diferentes de tenencia, acceso y capacidad de gestión y
de reproducción de activos de todo tipo. Esto significa que ciertos segmentos de la
población —específicamente los situados en los niveles superiores de la jerarquía
socioeconómica— tienen ventajas sociales (cuentan con activos) y otros —los situados en
los niveles inferiores de esta jerarquía— enfrentan desventajas sociales (carecen de
activos).209

De la segmentación socioeconómica se desprenden dos consecuencias que Rodríguez


Vignoli define como:

a) existe un conjunto de recursos humanos desaprovechado: los que por


cortapisas sociales no cuentan, o lo hacen en un grado significativamente menor,
con los activos y habilidades ya mencionadas. Esto constituye un desperdicio de
capacidades para el sistema socioeconómico y una frustración para los individuos y
sus familias; esta última es agudizada porque la carencia de activos tiende a
expresarse en condiciones de vida inferiores y habitualmente precarias, y
b) hay poderosas fuerzas que promueven la inercia en materia de segmentación,
pues los individuos que tienen activos no sólo los usan para su beneficio sino que
también los transmiten (ya sea en la interacción cotidiana o en la socialización
formal de los niños), acumulan y hasta los traspasan materialmente (cuando es
posible) a sus herederos; como contrapartida lógica, los sujetos que cuentan con
activos escasos tienden a traspasar activos escasos.210

Las desventajas sociales son definidas como aquellas condiciones sociales que afectan
negativamente el desempeño de comunidades, hogares y personas. Corresponden a menores
accesos (conocimiento y/o disponibilidad) y capacidades de gestión de los recursos y de las
oportunidades de que la sociedad dispone para el desarrollo de sus miembros. Esta
situación de desmedro se origina en los factores que constituyen el ordenamiento social
imperante. El reducido acceso y la poca capacidad de gestión -a lo que obviamente se adosa
un componente de desigualdad porque como contrapartida hay actores con mayor acceso y
capacidad de uso de los recursos y oportunidades- está presente desde el nacimiento de las

209. Jorge Rodríguez Vignoli: Vulnerabilidad demográfica: una faceta de las desventajas
sociales. CEPAL, Serie Población y Desarrollo No. 5. Santiago de Chile, septiembre de
2000. Pág. 12
210. Jorge Rodríguez Vignoli. Ob. Cit. Pág. 12

187
personas e impone una impronta profunda a su trayectoria de vida, lo que da origen a la
reproducción intergeneracional intrafamiliar de estas desventajas.

La desventaja social tiene varios componentes:

a) la pobreza en cualquiera de sus manifestaciones (condiciones de vida


precarias, necesidades básicas insatisfechas, ingresos insuficientes para el consumo
básico). constituye un factor de desventaja social, pues, desde el inicio de su vida,
los pobres se ven limitados para acceder a los circuitos e instituciones por los que
fluyen los recursos culturales y de información, no cuentan con recursos para
solventar un proceso de acumulación y su propia dotación biogenética es sometida a
presiones, exigencias y adversidades;
b) la desventaja social también puede deberse a la estigmatización o
marginación debida a causas étnicas, territoriales 9 o socioculturales; con una alta
probabilidad, los grupos desaventajados por estas causas también lo estarán en
materia socioeconómica;
c) la desventaja social afecta a grupos que no cuentan con estructuras
institucionales aptas para resolver los asuntos propios de la vida en comunidad o
para enfrentar los desafíos de la vida moderna. Los individuos nacidos en unidades
domésticas frágiles, inestables y poco estimulantes experimentan una evidente
desventaja, que puede catalogarse de social si los anteriores rasgos se verifican
principalmente entre las unidades domésticas de determinados segmentos sociales;
si estos están simultáneamente golpeados por otras modalidades de desventaja
social (socioeconómica, étnica, etc.), la situación de sus miembros es doblemente
complicada.211

Las unidades domésticas y las personas con poco capital humano, con escasos activos
productivos, con carencias en el plano de información y de las habilidades sociales básicas,
con falta de relaciones personales y con poca capacidad para manejar sus recursos, están en
condiciones de vulnerabilidad al enfrentarse cotidianamente a un medio cuya presión los
sobrepasa con exigencias continuas.

Se conceptúa la vulnerabilidad demográfica como un conjunto de rasgos sociodemográficos


que están vinculados con la desventaja social, esto es , están ligados a la capacidad de
movilizar activos y, por lo mismo, se vinculan con las desventajas sociales. Si bien estos
rasgos configuran una situación presente, en realidad constituyen las expresiones actuales
de decisiones y conductas (influidas por el contexto y la biografía de las personas) previas.

Las características y la trayectoria sociodemográficas son cruciales para el desempeño de


todos los actores sociales. Como lo sostiene M. Livi-Bacci: “Los comportamientos
demográficos (incluida la mortalidad, que literalmente no es un ‘comportamiento’ en sí
mismo) pueden considerarse componentes de la ‘capacidad’ de las personas para
‘funcionar’” (Pensamiento Iberoamericano n o 28 y Notas de Población n o 62, 1995,
número conjunto, pág. 117) y este planteamiento es plenamente válido para las unidades
domésticas.

211. Rodríguez Vignoli, Ob. Cit. Pág. 13 - 14

188
La capacidad de crianza y de socialización, la disponibilidad de tiempo, las opciones de
ahorro y de inversión en las distintas modalidades de capital, e incluso las probabilidades
de tener un discurrir agradable y estimulante dependen, entre otros factores demográficos,
del tamaño de las unidades domésticas, de sus niveles de dependencia demográfica, de su
fase en el ciclo de vida y de sus arreglos familiares.

En otro de sus trabajos Vignoli212 define la vulnerabilidad demográfica como el


debilitamiento de los actores o entidades como resultado de sus tendencias o
comportamientos demográficos, es decir, se asume una definición intuitiva de
vulnerabilidad como la debilidad de actores (individuos, hogares) o entidades
(comunidades, grupos de la población externamente delimitados, es decir sin
autoconciencia de grupo) ya sea para enfrentar procesos externos o para lograr objetivos
mediante esfuerzos endógenos. En lo adelante y por su consistencia se comentan algunas de
las conclusiones de este interesante trabajo.

Se admite que las variables de población han sido, siguen siendo y probablemente seguirán
siendo fuentes potenciales de vulnerabilidad para actores y entidades de muy diversa
naturaleza, tales como comunidades, hogares y personas. Las pautas y niveles de
fecundidad, de mortalidad y de migración y el resultado de su interacción en forma de
crecimiento, estructura y localización territorial de la población pueden debilitar la
situación de los actores o entidades y minar su trayectoria de movilidad social o de
mejoramientos de sus condiciones iniciales.

Se identifican tres procesos demográficos de largo alcance que pueden ser fuente de
vulnerabilidad:

La transición demográfica clásica, entendida como el descenso sostenido de la mortalidad y


de la fecundidad desde niveles iniciales altos y estables a otros bajos y estables con
consecuencias significativas en materia de crecimiento y estructura de la población. El
rezago en esta transición demográfica se considera fuente de vulnerabilidad en tanto que
esta transición se enmarca en un proceso de cambio social más profundo y, en gran medida,
aquella corresponde a un ajuste de las tendencias y conductas demográficas a los nuevos
escenarios socioeconómicos

El segundo es la transición urbana y de la movilidad entendida en un sentido amplio


como el paso de una sociedad esencialmente rural a otra fundamentalmente urbana y la
sucesión de modalidades de movilidad espacial de la población desde un virtual
inmovilismo producto de una fricción de distancia muy elevada pasando por la migración
del campo a la ciudad, luego la que ocurre básicamente entre ciudades (primero desde la
pequeñas y medianas a las grandes y posteriormente el sentido inverso) y finalmente la
diversificación de opciones para la movilidad internacional desde países pobres a los

212. Jorge Rodríguez Vignoli, VULNERABILIDAD DEMOGRÁFICA EN AMÉRICA LATINA:


¿QUÉ HAY DE NUEVO? . CEPAL-CELADE. Seminario Internacional Las diferentes
expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe Santiago de Chile,
20 y 21 de junio de 2001

189
desarrollados en un marco de restricciones institucionales crecientes para realizar dichos
desplazamiento. Esta transición resulta relevante para la dinámica de las comunidades, en la
medida que implica crecimiento acelerado para algunas .en particular, nodos específicos del
sistema urbano en función de atributos aislados o de su vinculación con otras zonas dentro
y fuera del ámbito nacional., o estancamiento o hasta despoblamiento para otras .en
particular zonas rurales o localidades urbanas con vocaciones productivas en decadencia. y
la trayectoria de los hogares y de los individuos, dado que ofrece nuevas opciones de
movilidad territorial y social, a saber los desplazamientos desde el campo a la ciudad en las
primeras instancias, luego entre ciudades y finalmente entre países, en particular como
migración hacia países desarrollados.

Se asume que tanto las localidades y la población rural como los migrantes del campo en
las ciudades estarían sujetos a una enorme debilidad en comparación con sus contrapartes
urbanas, estarían en condiciones de vulnerabilidad aguda. A su vez, el mundo urbano
también es, paradojalmente, debilitado por la transición urbana, en particular por el
crecimiento explosivo que experimenta y la falta de fundamentos socioeconómicos para
sostenerlo. Así, la migración desde el campo es un factor de vulnerabilidad para numerosas
localidades urbanas, tanto por la acelerada expansión demográfica y territorial que genera,
y los desafíos que acarrea, como por el proceso de “ruralización” que experimenta y que
entraña una modalidad especial de rezago. La migración entre ciudades modifica esta
relación relativamente clara entre migrantes y vulnerabilidad y la hace más difusa.

Con la emergencia de la migración masiva desde países pobres a países desarrollados se


abren nuevos flancos de vulnerabilidad que conciernen tanto a las comunidades y hogares,
por la pérdida de recursos humanos, sobre todo calificados y en edades productivas,
respectivamente; como para los individuos, esto debido a los riesgos de discriminación,
explotación, exclusión y maltrato. Se acepta en este análisis el hecho de que también se
abren opciones de fortalecimiento, mediante varios mecanismos, para los diferentes actores
y entidades.

Un tercer proceso corresponde a lo que se ha dado en llamar segunda transición


demográfica como refieren Esping-Andersen y Van de Kaa. Esta trabnsición concierne a
conductas de individuos y hogares de naturaleza eminentemente sociodemográfica pero que
por agregación tienen expresiones específicas a escala de colectivos, y que pueden, como
ya se expuso, tener implicaciones diferentes a una u otras escalas. La segunda transición
demográfica implica pasar desde un estado de virtual universalidad del matrimonio legal y
de la maternidad, (de una triada de iniciaciones reproductivas (sexual, nupcial y
reproductiva propiamente tal) relativamente temprana (aunque no forzosamente
simultáneas o siquiera muy próximas), y de crianza en el contexto de familias legalmente
constituidas y esencialmente nucleares, biparentales y estables), a otro estado en que tanto
el celibato como la nuliparidad son significativamente más frecuentes, el matrimonio y el
primer hijo se retrasan marcadamente, la unión consensual supera a la legal (y, por ende, lo
mismo ocurre con los contextos legales en que se crían los niños) y se eleva notablemente
la fragilidad de las familias con un consiguiente aumento de los hogares uniparentales, los
hogares recompuestos y la complejización de las responsabilidades de crianza.

190
Se argumenta que variedad de ámbitos que están afectos a esta transición le otorgan una
especificidad que permite considerarla como un proceso particular e independiente de la
transición demográfica clásica.

Dado que se trata de un concepto nuevo que procura dar cuenta de fenómenos emergentes
en los países desarrollados, la noción de segunda transición demográfica puede parecer
extemporánea para el análisis de la realidad latinoamericana y caribeña; no obstante lo
anterior, es sugerente sobre fenómenos que ya empiezan a vislumbrase en la región y puede
ser, hasta cierto punto, anticipadora de tendencias y comportamientos que tenderán a
generalizarse en la región en las próximas décadas.

Se asume que mantenerse al margen de esta transición es un riesgo o desventaja, en tanto se


considera que los actores o entidades que se mantienen con calendarios tempranos de
adquisición de obligaciones nupciales, reproductivas y de crianza tienen claramente más
dificultades para el desarrollo de su proyecto personal y de su formación continua. Por otra
parte y a diferencia de la transición demográfica clásica, la segunda transición entraña
riesgos emergentes, es decir quienes la experimenten tendrán flancos de vulnerabilidad que
se vincularán principalmente con la fragilidad de las familias y su resultado en hogares
uniparentales o de constitución compleja.

La segunda transición demográfica implica conductas muy inusuales hasta hace poco y
cuyas consecuencias para las personas se prestan para lecturas múltiples; un caso evidente
es el del celibato que desde cierto punto de vista libera de obligaciones y facilita la
concreción del proyecto personal pero desde otro punto de vista entraña riesgos potenciales
de adaptación social, de ausencia de vínculos vitales, de carencia de compañía y de falta de
cooperación en momentos difíciles.

La segunda transición demográfica implica algunas incertidumbres emergentes .en


particular las relacionadas con la fragilidad de las familias pero también aquellas vinculadas
con la inseguridad respecto del destino nupcial., que, amén de tener un carácter transversal
en términos socioeconómicos, pueden redundar en una elevación de los costos de
transacción, una erosión de la anclas vitales que permitían u obligaban a la “maduración”
de los individuos, y en sentimientos de inseguridad que minan la confianza en la
institucionalidad social como un todo.

La segunda transición demográfica significa niveles muy bajos de fecundidad sostenidos en


el tiempo lo que además de hacer añicos la noción de estabilidad postransicional implícita
en el modelo de la transición demográfica clásica (que suponía que en el crecimiento
demográfico cero se alcanzaba un estado de equilibrio) acarrea riesgos asociados a
reducción abrupta de la población y envejecimiento muy marcado de la misma.

191
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