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FRAY LUIS DE LEÓN

LA PERFECTA CASADA
Capítulo II

Mujer de valor, ¿quién la hallará?


Raro y extremado es su precio.

Propone luego al principio aquello que ha de decir, que es la doctrina de una mujer
de valor, esto es, de una perfecta casada, (…)Y porque tuviese mayor fuerza el
encarecimiento, pónelo por vía de pregunta, diciendo: «Mujer de valor, ¿quién la hallará?».
Y en preguntarlo y decirlo así, dice que es dificultoso el hallarla, y que son pocas las tales. Y
así, la primera loa (alabanza) que da a la buena mujer, es decir della que es cosa rara, que
es lo mismo que llamarla preciosa y excelente cosa, y digna de ser muy estimada, porque
todo lo raro es precioso.

De manera que el hombre que acertare con una mujer de valor, se puede desde
luego tener por rico y dichoso, entendiendo que ha hallado una perla oriental, o un diamante
finísimo, o una esmeralda, o otra piedra preciosa de inestimable valor. Así que ésta es la
primera alabanza de la buena mujer, decir que es dificultosa de hallar. Lo cual, así es
alabanza de las buenas, que es aviso para conocer generalmente la flaqueza de todas.
Porque no sería mucho ser una buena si hubiese muchas buenas (…) que unas hay cerriles y
libres como caballos, y otras resabidas como raposas, otras ladradoras, otras mudables a
todos colores, otras pesadas, como hechas de tierra; y por esto, la que entre tantas
diferencias de mal acierta a ser buena, merece ser alabada mucho.

ODA I
VIDA RETIRADA

¡Qué descansada vida si, en busca deste viento,


la del que huye del mundanal ruïdo, ando desalentado
y sigue la escondida con ansias vivas, con mortal cuidado?
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido; ¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Que no le enturbia el pecho Roto casi el navío,
de los soberbios grandes el estado, a vuestro almo reposo
ni del dorado techo huyo de aqueste mar tempestuoso.
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado! Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
No cura si la fama no quiero ver el ceño
canta con voz su nombre pregonera, vanamente severo
ni cura si encarama de a quien la sangre ensalza o el dinero.
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera. Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
¿Qué presta a mi contento no los cuidados graves
si soy del vano dedo señalado; de que es siempre seguido

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el que al ajeno arbitrio está atenido.
Téngase su tesoro
Vivir quiero conmigo, los que de un falso leño se confían;
gozar quiero del bien que debo al cielo, no es mío ver el lloro
a solas, sin testigo, de los que desconfían
libre de amor, de celo, cuando el cierzo y el ábrego porfían.
de odio, de esperanzas, de recelo.
La combatida antena
Del monte en la ladera, cruje, y en ciega noche el claro día
por mi mano plantado tengo un huerto, se torna, al cielo suena
que con la primavera confusa vocería,
de bella flor cubierto y la mar enriquecen a porfía.
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
A mí una pobrecilla
Y como codiciosa mesa de amable paz bien abastada
por ver y acrecentar su hermosura, me basta, y la vajilla,
desde la cumbre airosa de fino oro labrada
una fontana pura sea de quien la mar no teme airada.
hasta llegar corriendo se apresura.
Y mientras miserable-
Y luego, sosegada, mente se están los otros abrazando
el paso entre los árboles torciendo, con sed insacïable
el suelo de pasada del peligroso mando,
de verdura vistiendo tendido yo a la sombra esté cantando.
y con diversas flores va esparciendo.
A la sombra tendido,
El aire del huerto orea de hiedra y lauro eterno coronado,
y ofrece mil olores al sentido; puesto el atento oído
los árboles menea al son dulce, acordado,
con un manso ruïdo del plectro sabiamente meneado.
que del oro y del cetro pone olvido.

ODA XXIII
A LA SALIDA DE LA CÁRCEL

Aquí la envidia y mentira


me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

y con pobre mesa y casa


en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa
ni envidiado ni envidioso.

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ODA VIII. NOCHE SERENA
A Don Loarte Quien mira el gran concierto
de aquestos resplandores eternales,
Cuando contemplo el cielo su movimiento cierto
de innumerables luces adornado, sus pasos desiguales
y miro hacia el suelo y en proporción concorde tan iguales;
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado, la luna cómo mueve
la plateada rueda, y va en pos della
el amor y la pena la luz do el saber llueve,
despiertan en mi pecho un ansia ardiente; y la graciosa estrella
despiden larga vena de amor la sigue reluciente y bella;
los ojos hechos fuente;
Loarte y digo al fin con voz doliente: y cómo otro camino
prosigue el sanguinoso Marte airado,
«Morada de grandeza, y el Júpiter benino,
templo de claridad y hermosura, de bienes mil cercado,
el alma, que a tu alteza serena el cielo con su rayo amado;
nació, ¿qué desventura
la tiene en esta cárcel baja, escura? —rodéase en la cumbre
Saturno, padre de los siglos de oro;
¿Qué mortal desatino tras él la muchedumbre
de la verdad aleja así el sentido, del reluciente coro
que, de tu bien divino su luz va repartiendo y su tesoro—:
olvidado, perdido
sigue la vana sombra, el bien fingido? ¿quién es el que esto mira
y precia la bajeza de la tierra,
El hombre está entregado y no gime y suspira
al sueño, de su suerte no cuidando; y rompe lo que encierra
y, con paso callado, el alma y destos bienes la destierra?
el cielo, vueltas dando,
las horas del vivir le va hurtando. Aquí vive el contento,
aquí reina la paz; aquí, asentado
¡Oh, despertad, mortales! en rico y alto asiento,
Mirad con atención en vuestro daño. está el Amor sagrado,
Las almas inmortales, de glorias y deleites rodeado.
hechas a bien tamaño,
¿podrán vivir de sombra y de engaño? Inmensa hermosura
aquí se muestra toda, y resplandece
¡Ay, levantad los ojos clarísima luz pura,
aquesta celestial eterna esfera! que jamás anochece;
burlaréis los antojos eterna primavera aquí florece.
de aquesa lisonjera
vida, con cuanto teme y cuanto espera. ¡Oh campos verdaderos!
¡Oh prados con verdad frescos y amenos!
¿Es más que un breve punto ¡Riquísimos mineros!
el bajo y torpe suelo, comparado ¡Oh deleitosos senos!
con ese gran trasunto, ¡Repuestos valles, de mil bienes llenos!»
do vive mejorado
lo que es, lo que será, lo que ha pasado? ACTIVIDADES:
1. Resume 4 datos biográficos que consideres importantes de Fray Luis de
León.
2. ¿Fue justa la encarcelación de Fray Luis de León por la Inquisición? Busca la
respuesta en Internet (busca por “traducción de El Cantar de los Cantares”)
3. ¿Por qué es tan importante este libro, El Cantar de los Cantares?
4. En La perfecta casada, ¿cuál es la primera alabanza que hace Fray Luis a la
mujer?

5. ¿Con qué metáforas se presenta la mujer?

6. ¿Hay muchas mujeres “buenas”? ¿Qué clase de mujeres hay, según Fray
Luis?

7. En la Oda a la vida retirada, ¿cómo desea vivir el poeta? ¿Qué es lo que a él


le basta para vivir? ¿Cómo expresa el poeta su emoción? Justifícalo con
versos del poema. Encuentra un encabalgamiento abrupto, que es un recurso
que expresa el carácter atormentado del compositor.

8. En la Oda A la salida de la cárcel, ¿se muestra el poeta resentido? ¿Qué es


lo que expresa?

9. Explica qué tópico renacentista se da en Oda A la salida de la cárcel.

10. Diego Loarte u Oloarte era el arcediano de la ciudad de Ledesma y


fue un gran amigo de Fray Luis. Mide la primera estrofa de la Oda a Don
Loarte. Estudia la rima y la métrica y di de qué composición se trata.

11. ¿En qué estrofa de este último poema se observa un tópico


renacentista?
12. ¿En qué otra se observan dos metáforas del alma y se dice que está
presa en una cárcel oscura? ¿A qué cárcel se refiere? ¿Qué recurso
literario es este último?
13. ¿Dónde está el Amor? Explica este recurso literario.

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