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Independencia de la Argentina

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Para la declaración formal de la Independencia, véase Declaración de
independencia de la Argentina.

Historia de la Argentina

Período de la Independencia

1810 - 1820

Historia precolombina de Argentina

Poblamiento inicial y paleolítico

Culturas agroalfareras

Indígenas

Argentina parte del Imperio español

Descubrimiento y conquista de la Argentina

Gobernación del Tucumán

Gobernación del Río de la Plata

Corregimiento de Cuyo

Virreinato del Río de la Plata

Argentina parte del territorio mapuche

Puel Mapu
Formación del Estado argentino

Independencia

Autonomías provinciales

Organización Nacional

Argentina moderna

República conservadora

Primeras presidencias radicales

La  «Década Infame»

Argentina contemporánea

Peronismo y antiperonismo

Durante el apogeo de la Guerra Fría

Recuperación de la democracia y globalización

Kirchnerismo y macrismo
El Cono Sur, en un mapa publicado en 1818.
La división territorial corresponde al año 1814.* 1

En la Historia de la Argentina se conoce como el Período de la


Independencia al transcurrido entre la Revolución de Mayo de 1810 y
la Anarquía que disolvió todas las autoridades nacionales, en el año 1820.12
Durante este período, las Provincias Unidas del Río de la Plata –nombre inicial
de la actual República Argentina– iniciaron su existencia como país soberano,
la sostuvieron exitosamente por medio de una prolongada Guerra de
Independencia y declararon su independencia. Pero también durante este
período fracasaron en darse un gobierno central y una constitución que fueran
aceptados por todas sus provincias en forma permanente.3
Fue también durante este período que varios territorios que habían formado
parte del Virreinato del Río de la Plata se separaron definitivamente de la
Argentina: el Paraguay, por haber sostenido su propio proceso
independentista;4 el Alto Perú, por continuar bajo poder español, del que más
tarde se independizaría como República de Bolivia; y la Banda Oriental, por
haber caído bajo el poder de Portugal, que lo heredaría al Brasil, del cual se
independizaría como Estado Oriental del Uruguay.5
El inicio del período se establece el 25 de mayo de 1810, fecha de la creación
del primer gobierno de las Provincias Unidas, y el final el 11 de febrero de
1820, día en que renunció el último Director Supremo, José Rondeau y se
disolvió el Congreso Nacional.1
Índice

 1El Virreinato en crisis


 2La Revolución de Mayo y la Junta
o 2.1La Semana de Mayo
o 2.2La Primera Junta
o 2.3La Revolución en las Provincias
o 2.4Guerra de Independencia
o 2.5De la Primera Junta a la Junta Grande
o 2.6Derrota militar y transformación del gobierno
 3El Primer Triunvirato (1811-1812)
o 3.1La diplomacia de la Revolución
o 3.2La Batalla de Tucumán y sus consecuencias
 4La época de la Asamblea
o 4.1La Asamblea General Constituyente
o 4.2La guerra en 1813
o 4.3Directorio de Posadas
o 4.4Inicio de las guerras civiles
o 4.5Directorio de Alvear
 5La época del Congreso
o 5.1La Liga de los Pueblos Libres
o 5.2Derrota del Ejército del Norte
o 5.3El Congreso y la Declaración de la Independencia
o 5.4Directorio de Pueyrredón
o 5.5Campaña Libertadora a Chile
o 5.6La diplomacia directorial y los proyectos monárquicos
o 5.7Invasión portuguesa a la Banda Oriental y nuevas guerras civiles
o 5.8La disolución: Cepeda
 6Autonomías provinciales e intentos de organización
 7La sociedad y la Revolución
o 7.1La cultura en un período de intensos cambios
o 7.2La Iglesia Católica y la Revolución
o 7.3El nacimiento de la política
o 7.4La administración de justicia
o 7.5Los militares en el centro de la escena
o 7.6La economía en torno a 1820
 8Notas
 9Fuentes
o 9.1Referencias
o 9.2Bibliografía utilizada
 10Bibliografía adicional
 11Véase también
 12Enlaces externos

El Virreinato en crisis[editar]
Artículos principales: Virreinato del Río de la Plata e  Invasiones Inglesas.
A lo largo del siglo XVIII, los cambios políticos llevados adelante por la Casa de
Borbón que reemplazó a la Casa de Austria a partir del 16 de
noviembre de 1700 en el Imperio Español transformaron las dependencias
americanas, hasta entonces "reinos" relativamente autónomos,
en colonias enteramente dependientes de decisiones tomadas en España en
beneficio de ella.6 Entre estas medidas se contó la fundación del Virreinato del
Río de la Plata en 1777, que reunió territorios dependientes hasta entonces
del Virreinato del Perú, y dio una importancia singular a su capital, la ciudad
de Buenos Aires, que había tenido escasa importancia hasta ese momento. 7
El 25 de junio de 1806 se iniciaron las invasiones inglesas, cuando una fuerza
de mil seiscientos británicos desembarcó en las costas de Quilmes y dos días
después ocuparon Buenos Aires. El virrey Rafael de Sobremonte se retiró
hacia el interior del país a organizar tropas para la reconquista, pero en Buenos
Aires el gesto fue interpretado como una huida. Cuando el 12 de agosto una
fuerza compuesta por milicianos criollos y un ejército regular acorralaron y
vencieron a los británicos, el virrey fue suspendido en sus funciones militares y
se le impidió regresar a la capital.8
Ante la inminencia de una nueva invasión, el coronel Santiago de Liniers –a
cargo del ejército– organizó y adiestró una nutrida fuerza de milicias. El 3 de
febrero del año siguiente, la ciudad de Montevideo fue ocupada por los
ingleses, aumentando el descrédito de Sobremonte: un cabildo abierto lo
depuso y lo reemplazó por Liniers. Era la primera vez en la historia colonial
española que un virrey –representante directo del rey de España– era depuesto
por el pueblo.* 28
El 28 de junio, 9000 británicos con unos 116 cañones desembarcaron cerca de
Buenos Aires. Las milicias porteñas fueron incapaces de impedir su avance a
campo abierto, pero lograron destruir el ejército invasor dentro de la ciudad; los
invasores capitularon el 7 de julio, abandonando poco después el Río de la
Plata.8
Las invasiones inglesas manifestaron el éxito de la población local en la
defensa de sus colonias, algo en lo que había fracasado la metrópoli. El virrey
Liniers fue confirmado en el cargo por el rey, con lo que –a ojos de los
porteños– confirmaba su derecho a deponer a las autoridades. 8 Durante los
tres años siguientes, tanto Liniers como su sucesor, Baltasar Hidalgo de
Cisneros, se verían obligados a negociar sucesivamente con los jefes de las
milicias, con los comerciantes y con el cabildo de Buenos Aires las políticas
que aplicaban.9 El primer día de 1809, los españoles peninsulares quisieron
imponer una Junta de Gobierno que los repusiera en el centro del sistema
social y político, cuestionado a partir de las invasiones inglesas; su fracaso
confirmó la preeminencia política de los españoles americanos. 10
La prisión del rey Fernando VII generó un vacío de poder que desencadenó procesos
independentistas en casi todo el Imperio Español.

En 1808, el ejército francés de Napoleón Bonaparte inició la invasión a España,


y el rey Fernando VII fue arrestado y reemplazado por José Bonaparte. Pese a
la reacción del pueblo español, que erigió una Junta Suprema Central de
Gobierno y durante un año y medio logró detener el avance del ejército invasor,
a principios de 1810 la mayor parte de la Península había caído en manos
francesas.11
Un grupo de criollos adhirió a las pretensiones de la infanta Carlota Joaquina
de Borbón –esposa del príncipe regente de Portugal e instalada en Río de
Janeiro– que pretendía gobernar el Río de la Plata en nombre de su hermano
Fernando. El partido carlotista no tuvo extensión suficiente para alcanzar sus
objetivos.12 En septiembre de 1808 se creó una junta de gobierno local en
Montevideo, que rechazó la autoridad de Liniers, pero la misma se disolvió a la
llegada de Cisneros.13
Gran Bretaña pasó de enemigo a principal aliado de los españoles en la guerra
contra Napoleón. Para conservar esa alianza, el virrey Cisneros –nombrado por
la Junta Central– cedió en 1809 a la presión de los comerciantes locales y
decretó el libre comercio, del cual ese país sería el principal beneficiario. 1415
En 1809 ocurrieron dos revoluciones en el Alto Perú –la actual Bolivia–
dependiente del Virreinato del Río de la Plata: el 25 de mayo estalló
la Revolución de Chuquisaca y el 16 de julio otra en La Paz, formándose dos
juntas de gobierno. La primera fue disuelta sin combatir por un ejército enviado
desde Buenos Aires, mientras la segunda fue cruelmente aplastada por tropas
enviadas desde el Perú, que ejecutaron a sus cabecillas a principios de 1810. * 3
16

La Revolución de Mayo y la Junta[editar]


La Semana de Mayo[editar]
Artículo principal: Revolución de Mayo
El Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810.

El 14 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires una goleta inglesa, que portaba


periódicos comunicando la noticia de la completa derrota militar española y de
la disolución de la Junta Central. Los grupos políticos activos interpretaron que
–caducada la autoridad que había nombrado a Cisneros– este ya no
representaba a nadie y el gobierno debería ser administrado por sus vecinos. 17
Sin embargo las causas de la revolución son más profundas y anteriores. Entre
estas se encuentran la debilidad y el desprestigio de la monarquía, la
permanente preferencia por los peninsulares sobre los criollos para todos los
cargos públicos, el monopolio comercial de España, la fuerza que habían
demostrado poseer tras las Invasiones Inglesas, y la influencia ideológica
del Iluminismo y la Revolución francesa.18
Los líderes del partido carlotista se reunieron con Cornelio Saavedra, jefe
del Regimiento de Patricios, y decidieron solicitar un cabildo abierto al virrey;
este se reunió con los jefes militares, que se negaron a apoyarlo, de modo que
convocó un cabildo abierto para el día 22.19
La reunión del cabildo abierto fue controlada por los grupos adversos a los
peninsulares, que se aseguraron la superioridad numérica sobre estos. Allí se
consultó a los asistentes si Cisneros debía continuar en el mando, y –en caso
de respuesta negativa– en quién debería este recaer. Las posiciones
revolucionarias fueron sostenidas por Juan José Castelli y Juan José Paso, que
sostenían la teoría de la retroversión de la soberanía, que reconocía que,
desaparecido el legítimo monarca, el poder volvía al pueblo y este tenía
derecho a formar un nuevo gobierno. 20 A ellas se opuso la opinión del
obispo Benito Lué, que se oponía a toda innovación, y el fiscal Manuel Villota,
que objetó que no podía una sola ciudad cambiar la autoridad de todo el
Virreinato. Al momento de votar, prevaleció el voto de Saavedra, que sostenía
que el gobierno debía ser asumido por una autoridad nombrada por el Cabildo
de Buenos Aires, y en la que agregaba:21
y no queda duda de que el pueblo es el que confiere la autoridad o mando.

Anunciado al pueblo el cese de la autoridad del virrey, el Cabildo creó


una Junta Provisional Gubernativa, formada por dirigentes de posiciones
revolucionarias y presidida por Cisneros, que juró el día 24. Los revolucionarios
se negaron a aceptar esa junta, de modo que dos de sus miembros –Saavedra
y Castelli– renunciaron a la misma.22
El día 25 de mayo se produjo una movilización popular, que presionó al
Cabildo: una diputación se presentó ante este para requerir la formación de una
nueva junta, a lo que el Cabildo respondió que no trataría ninguna petición que
no se hiciera por escrito. Horas más tarde, la diputación presentó el documento
llamado la Petición del Pueblo, firmada por "vecinos, comandantes y
oficiales" en nombre del pueblo, exigiendo la formación de una junta de
gobierno –cuyos integrantes estaban listados en la petición– y el envío de una
expedición de quinientos hombres para auxiliar a las provincias del interior. 23
El Cabildo exigió la ratificación del pedido por parte del pueblo reunido en la
plaza, pero ante la amenaza de los revolucionarios de recurrir a las armas,
terminaron por ceder y –confirmando los nombres exigidos– nombrar
una "Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a
nombre del Señor Don Fernando VII", que la tradición recuerda como Primera
Junta.24
La Primera Junta[editar]
Artículo principal: Primera Junta

La Primera Junta.

En la tarde del mismo día 25 de mayo prestó juramento la Junta Provisional


Gubernativa, integrada por:
Presidente

 Cornelio Saavedra (comandante del Regimiento de Patricios)


Vocales

 Dr. Juan José Castelli (abogado)


 Dr. Manuel Belgrano (abogado)
 Cnel. Miguel de Azcuénaga (militar)
 Dr. Manuel Alberti (sacerdote)
 Domingo Matheu (comerciante)
 Juan Larrea (comerciante)
Secretarios

 Dr. Juan José Paso (abogado)


 Dr. Mariano Moreno (abogado)
Su formación marcó el comienzo del ejercicio del poder por parte de los
criollos, prescindiendo de las autoridades existentes en España.
Momentáneamente no se ponía en cuestión la autoridad del rey, cuya
soberanía se consideraba suspendida por su prisión, pero no anulada; esto se
debía a que los revolucionarios estaban divididos entre monárquicos sinceros e
independentistas que prefirieron ocultar sus intenciones bajo la
llamada máscara de Fernando VII, que no creían volviera al trono por mucho
tiempo.25
El 28 de mayo la Junta dictó su propio reglamento; el día anterior había
enviado una circular a las ciudades del interior, solicitando la designación de
representantes; pese a que se había acordado unirlos a un Congreso, la
invitación afirmaba que, a su llegada, los diputados se incorporarían a la
Junta.26
Las milicias fueron transformadas en regimientos regulares, dando origen al
ejército de la revolución.27
El resto de la organización virreinal siguió intacta: audiencias, gobernadores,
intendentes y cabildos locales permanecían en sus funciones. La Junta les
exigió juramento de obediencia, que fue realizado bajo protesta. En Buenos
Aires los principales núcleos de oposición fueron la Audiencia, el Cabildo y el
ex Virrey. Este último se comunicó secretamente con grupos
contrarrevolucionarios en el interior, por lo que en el mes de junio los miembros
de la Audiencia y el ex virrey fueron arrestados y embarcados secretamente
hacia España.28 El cabildo también se mostró remiso a colaborar con la Junta,
por la cual esta decidió, en el mes de octubre, reemplazar a sus miembros por
otros completamente adictos.29
Entre sus medidas estuvo la de crear la Gazeta de Buenos Ayres, un periódico
a través del cual se realizó propaganda política, en la que sobresalió el
secretario Moreno.30 Este fue el inspirador de muchas de las medidas de
gobierno, como la fundación de la Biblioteca Pública31 y la Escuela Militar de
Matemática,32 y el establecimiento de un plan general de gobierno, conocido
como el Plan de operaciones.33
La Revolución en las Provincias[editar]

 Intendencia de Buenos Aires: el reconocimiento de la Junta se hizo


rápidamente en la Provincia de Santa Fe, Concepción del
Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú, y la Provincia de Corrientes.
Las autoridades de Corrientes adhirieron a la Primera Junta.34

 Intendencia de Córdoba del Tucumán: Córdoba, capital de


intendencia y punto clave de las comunicaciones con el Alto
Perú y Chile, fue centro de la reacción
contrarrevolucionaria organizada por el gobernador intendente, el
obispo y el ex virrey Liniers.35 Sin embargo, el pueblo no los apoyó:
ante el avance de las fuerzas revolucionarias, los
contrarrevolucionarios se dispersaron y sus líderes fueron
ejecutados.36 Aún antes de conocerse los sucesos de Córdoba, La
Rioja había decidido reconocer a la Junta. Las ciudades
de Mendoza, San Juan y San Luis también reconocieron a la Junta. 37
En la primera de ellas, sin embargo, fue necesario vencer la
oposición de algunos jefes militares y civiles, que retrasaron el
reconocimiento unas semanas.38
 Intendencia de Salta del Tucumán: en Salta se disponían a acatar
a la Junta, pero la rebelión del Alto Perú fortaleció al grupo
contrarrevolucionario. Finalmente, el gobernador-
intendente Feliciano Chiclana se hizo cargo de la situación con
apoyo del ejército revolucionario.39 El cabildo de Tarija fue uno de los
primeros en adherir a la Revolución de Mayo.40 La situación de Tarija
y San Salvador de Jujuy era comprometida por el temor a la
intervención de las fuerzas del Alto Perú; pero prestó su adhesión a
la Junta al saber del avance de las fuerzas
revolucionarias. Catamarca, San Miguel de Tucumán y Santiago del
Estero reconocieron a la Junta, aunque en esta última se
despertaron algunas tensiones entre partidos locales. 41

 Alto Perú: en Potosí, Cochabamba, La Paz y Chuquisaca, los


cabildos no llegaron a pronunciarse, ya que las autoridades civiles y
militares lo impidieron, rechazando las pretensiones de la Junta de
Buenos Aires.42

 Intendencia del Paraguay, Misiones y la Banda


Oriental: Asunción del Paraguay43 y Montevideo desconocieron la
autoridad de la Junta Gubernativa, reconociendo al Consejo de
Regencia establecido en Cádiz,44 y extendieron su poder,
respectivamente, por todo su territorio de influencia, llegando hasta
Corrientes45 y el este de la actual provincia de Entre Ríos.46 Por su
parte, el cabildo de Yapeyú reconoció a la Junta en nombre de
las Misiones guaraníticas.47
Guerra de Independencia[editar]
Artículo principal: Guerra de Independencia de la Argentina

La batalla de Suipacha, primera victoria del Ejército Argentino.

El día 29 de mayo, la Junta ordenó una reorganización general de las fuerzas


de la capital y se estableció una rigurosa leva de vagos y desocupados para
cubrir las vacantes. En definitiva, los primeros ejércitos de que dispusieron los
gobiernos rioplatenses se originaron en las milicias urbanas de Buenos Aires. 48
Si bien la tropa era numerosa, no tenía otra experiencia que las Invasiones
Inglesas, y sus oficiales eran tan inexpertos como los soldados. Los primeros
comandantes fueron oficiales de graduación inferior, o civiles cuyos méritos no
estaban relacionados con la capacidad militar sino con sus vínculos políticos y
su carisma personal.49
Ante el peligro de la Contrarrevolución de Córdoba y en el Alto Perú, la Junta
envió una Expedición Auxiliadora al Interior;50 los jefes revolucionarios de
Córdoba fueron ejecutados.51 El Ejército Auxiliar continuó su camino,
transformándose en el llamado Ejército del Norte y logrando el 7 de noviembre
una victoria clave en la batalla de Suipacha, la cual –junto a
la revolución de Cochabamba– permitió la ocupación de todo el Alto Perú. Los
jefes realistas de esa región también fueron ejecutados. 50
El 26 de septiembre partió hacia el Paraguay una segunda expedición, al
mando de Manuel Belgrano, con la esperanza de que los paraguayos se
unieran espontáneamente a la Revolución. Pese a que la expedición fracasó,
sirvió de estímulo para el estallido de la Revolución de mayo de 1811 en
Asunción, que inició el proceso de independencia del Paraguay.52
La escuadra española apostada en Montevideo bloqueó el puerto de Buenos
Aires en septiembre de 1810, pero la presión de la escuadra británica anuló los
efectos de esta medida.53 La Junta organizó una escuadra naval, que puso al
mando de Juan Bautista Azopardo, a la que envió en apoyo de Belgrano; la
misma fue completamente destruida en el Combate de San Nicolás,
demostrando la peligrosidad de la escuadra apostada en Montevideo. 54 En
efecto, no sólo la escuadra realista demostró estar en condiciones de lanzar
ataques sobre cualquier punto de la costa del río Paraná, sino que además los
realistas de Montevideo lograron ocupar ambas orillas del río Uruguay55 y toda
la Banda Oriental.56
La situación en la Banda Oriental cambió a partir del Grito de Asencio y la
asunción del mando de los revolucionarios locales por parte de José Artigas;
este logró una victoria completa en la batalla de Las Piedras y puso sitio a
Montevideo. La ciudad resistió exitosamente, principalmente gracias a su
escuadra, que la aprovisionaba por vía fluvial. 57
De la Primera Junta a la Junta Grande[editar]
Artículo principal: Junta Grande

Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta y de la Junta Grande.

A medida que la revolución se consolidaba, Mariano Moreno adoptaba medidas


cada vez más radicales, llegando a sostener una postura jacobina; durante un
tiempo convenció de seguir ese rumbo al resto de la Junta, pero con el paso
del tiempo prevaleció una postura más moderada, sostenida por el presidente
Saavedra.58 A medida que llegaban los diputados de las provincias del interior,
Moreno observó que éstos eran partidarios de posturas moderadas, de modo
que consideró peligroso permitirles incorporarse a la Junta, tal como se les
había prometido en la comunicación del 27 de mayo. 59 Por otro lado, dado que
la Junta adoptaba medidas que correspondían a un Poder Ejecutivo, pensó en
crear un Poder Legislativo y constituyente con los diputados de las provincias.
Finalmente, afirmaba que aumentar el número de integrantes del ejecutivo
atentaría contra la unidad de criterio y la rapidez de la toma de decisiones. 60
Un conflicto entre Saavedra y Moreno, iniciado por el segundo al proponer la
supresión de toda diferencia entre los vocales y el presidente, determinó la
ruptura ente los seguidores de ambos. Saavedra apoyó esa medida y a
continuación reunió a los diputados del interior, para resolver entre todos si los
mismos debían o no incorporarse al gobierno. Tras un intercambio de
opiniones, la cuestión se decidió por medio de una votación: con excepción del
secretario Paso, los demás presentes –incluso el propio Moreno, que había
opinado lo contrario– aprobaron la incorporación de los diputados del interior. 61
Moreno presentó su renuncia, pero la misma no fue aceptada; solicitó entonces
una misión en el exterior, que le fue concedida; 62 moriría en alta mar unas
semanas más tarde.
Integrados los diputados el 18 de diciembre, la Junta conservó su nombre y
funciones, aunque la tradición ha considerado que fue otro gobierno, conocido
con el nombre de Junta Grande.63
La dirección política de la Junta fue ejercida principalmente por el Deán Funes.
Entre sus medidas más importante estuvo la creación de juntas de gobierno
provinciales.64
Los grupos partidarios de Moreno acusaron al gobierno de lentitud en sus
decisiones, y proyectaron volver al tomar el control del gobierno. Reunidos en
la llamada Sociedad Patriótica, difundieron proclamas contrarias al gobierno y
prepararon la elección de nuevos diputados porteños, para contrarrestar la
preeminencia provinciana.65
El 5 de abril de 1811, una manifestación de las clases medias y bajas de
Buenos Aires forzó a la Junta a expulsar a los diputados morenistas, y elevó
a Joaquín Campana al cargo de secretario que había ocupado Moreno. Desde
ese puesto, Campana llevó adelante medidas más radicales que las
promovidas por Funes, tales como la persecución sistemática de los españoles
peninsulares, pero también disminuyó la dependencia del gobierno de la
presión ejercida por Gran Bretaña.66
Derrota militar y transformación del gobierno[editar]
Artículo principal: Guerra de Independencia de la Argentina
En el Alto Perú la situación parecía consolidada, pero el Ejército fracasó en
extender su acción revolucionaria al Virreinato del Perú, además de firmarse un
armisticio que dio ventajas al Ejército Real del Perú; este contraatacó, logrando
una victoria clave en la batalla de Huaqui, del 20 de junio de 1811,67 y en pocos
meses recuperaron toda la región. Los revolucionarios debieron retirarse hasta
Jujuy.68
El 15 de julio, la escuadra española bombardeó la costa de Buenos Aires, y
aunque no causó daños materiales generó mucha preocupación. 69 Pocos días
después, fuerzas portuguesas ocuparon el norte de la Banda Oriental.70 La
situación parecía insostenible, y la Junta reaccionó iniciando tratativas con el
gobierno realista de Montevideo.71
Además de la acumulación de derrotas en todos los frentes –en el Paraguay,
en el Río de la Plata, en el Norte y en la Banda Oriental– la Junta debía hacer
frente a la oposición de los porteños a ser dirigidos por provincianos. Al tener
noticias de la defección del comandante del Ejército del Norte, Saavedra partió
hacia Jujuy, para hacerse cargo del mismo. Alejado Saavedra, la oposición del
Cabildo porteño aumentó de tono, con lo que se logró la expulsión y arresto de
Campana. Faltándole ambos conductores, la Junta fue presionada para crear
un poder ejecutivo, conservando para sí el legislativo. 72
El 22 de septiembre se fundó un Supremo Gobierno, formado por tres
miembros, que posteriormente sería conocido como el Primer Triunvirato.73

El Primer Triunvirato (1811-1812)[editar]


Artículo principal: Primer Triunvirato

Aunque sólo fue su secretario, Bernardino Rivadavia fue el ideólogo del Primer Triunvirato.

El nuevo gobierno asumió el 23 de septiembre de 1811, integrado por Feliciano


Chiclana, Juan José Paso y Manuel de Sarratea, con Bernardino
Rivadavia, José Julián Pérez y Nicolás Herrera como secretarios. Llevó
adelante una política mucho más prudente en cuanto a la guerra, 74 prefiriendo
las soluciones diplomáticas a las bélicas.75 Incluso reforzó las menciones a la
fidelidad a Fernando VII, que habían sido parcialmente abandonadas, y
también postergó la definición del tema de la independencia y la Constitución. 76
Cuando el general Belgrano creó una bandera nacional, le ordenó destruirla y
amenazó con sancionarlo por ello.77
La Junta Grande, conocida desde entonces como Junta Conservadora, elaboró
un documento para establecer la división de poderes y las atribuciones de cada
poder, redactando el 22 de octubre de 1811 un Reglamento de división de
poderes. El Poder Ejecutivo se delegaba en el Triunvirato, que respondía ante
la Junta Conservadora. El Triunvirato ignoró el Reglamento Orgánico y lo
reemplazó por un Estatuto provisional, asumiendo la totalidad del gobierno. 78
Poco después estalló el Motín de las Trenzas, sangrientamente reprimido, que
decidió al gobierno a disolver la Junta y expulsar a los diputados provinciales
de la capital.79
El Triunvirato asumió la totalidad del gobierno sin consultar en absoluto a las
ciudades del interior; disolvió las Juntas de gobierno provinciales y nombró sus
gobernadores de entre su círculo político, organizando un estado unitario y
centralista.80 Pero también arbitrario: impuso una rígida censura y ordenó la
persecución de sus enemigos porteños, sobre todo Saavedra y Campana. Si
bien reunió una Asamblea nacional, eligió a los diputados porteños y a gran
parte de los del interior, sin consultar a sus respectivos cabildos. Apenas
reunida la Asamblea, ésta se declaró "soberana", lo cual bastó para que el
gobierno la declarara disuelta.81
En el mes de julio se descubrió una conspiración para una reacción
españolista, que fue reprimida con la prisión de centenares de personas y el
fusilamiento de más de treinta personas tras un juicio sumario e irregular, entre
ellos Martín de Álzaga, héroe de las Invasiones Inglesas, con quien el
secretario Rivadavia tenía agravios personales.82
Durante su mandato la oposición se organizó en torno a la Logia Lautaro, una
sociedad secreta con objetivos claramente independentistas, presidida
por Carlos María de Alvear.83
La diplomacia de la Revolución[editar]
Al día siguiente de instalada, la Junta recibió al jefe de la estación naval en el
Río de la Plata, a quien se le garantizó la lealtad al rey español. Una carta
a Lord Strangford, cónsul del Reino Unido en Río de Janeiro, y una misión
en Londres, a cargo de Matías Irigoyen fueron los primeros actos de la
diplomacia revolucionaria. Su resultado dejó en claro la intención de Gran
Bretaña de ayudar a los revolucionarios sin romper con España, con la cual
tenía importantes vinculaciones económicas. Esa política sería mantenida
durante quince años. Los británicos rechazaron el bloqueo español de Buenos
Aires y continuaron comerciando con esa ciudad, pero al mismo tiempo
presionaron para que la Junta se abstuviera de declarar la independencia. 84
También se llevaron a cabo negociaciones que llevaron a las alianzas con los
procesos revolucionarios de los demás países latinoamericanos; especialmente
importante fueron las relaciones con Chile, que se iniciaron pocas semanas
después de iniciado el proceso de independencia de ese país, con dos
propuesta de tratados de alianza y comercio, que no fueron firmados. 85 En
1811, ese país colaboraría con la guerra de independencia rioplatense con
una División Auxiliadora, gesto que dos años más tarde sería retribuido con el
envío del Batallón de Auxiliares Argentinos a Chile.86
También se iniciaron relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, que
enviaron un cónsul a Buenos Aires; con este país las relaciones fueron
esencialmente comerciales.87
Las derrotas del año 1811 obligaron primeramente a la Junta Grande y luego al
Primer Triunvirato a entablar relaciones conciliadoras, e incluso se pretendió
alguna forma de avenimiento pacífico con las autoridades españolas, a cambio
de una autonomía política limitada para el territorio. 88
Belgrano logró la firma de un tratado con el Paraguay, por el que se establecía
una confederación entre ambos gobiernos; 89 la intención del dirigente
paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia de separar al Paraguay de la
obediencia de Buenos Aires y la insistencia de los gobiernos porteños en
someter a las provincias a una dependencia absoluta del gobierno central
impusieron al Paraguay una política aislacionista que lo mantuvo al margen de
la guerra por la independencia. Más adelante, el Paraguay manifestaría cada
vez más claramente su negativa a formar parte de las Provincias Unidas,90
aunque no declaró formalmente su independencia hasta tres décadas más
tarde.91
Continuando las negociaciones iniciadas por la Junta, el Triunvirato firmó un
armisticio con el gobierno de Montevideo, por el cual las tropas
independentistas abandonaban la Banda Oriental y la mitad oriental de Entre
Ríos.92 Artigas rechazó el acuerdo y se trasladó con gran parte de la población
oriental a la costa occidental del río Uruguay, episodio conocido como el Éxodo
Oriental.93 Por un tiempo, la defensa de la Banda Oriental quedó a cargo de las
partidas irregulares comandadas por Artigas; las pretensión del gobierno
porteño de obligarlo a someterse a su autoridad creó los primeros roces entre
los orientales y porteños.94
La Batalla de Tucumán y sus consecuencias[editar]
Artículo principal: Batalla de Tucumán

La batalla de Tucumán.

No todo el Alto Perú estaba controlado por los realistas: distintos grupos
guerrilleros, conocidos con el nombre de Republiquetas, controlaban algunas
regiones del mismo, aunque por el momento no controlaban ciudad alguna. 95
No obstante, tras conquistar las ciudades altoperuanas, un ejército realista
invadió el Norte de la actual Argentina; el Triunvirato ordenó al general
Belgrano, jefe del Ejército del Norte, retirarse hasta Córdoba. Belgrano inició la
maniobra con el llamado Éxodo Jujeño;96 pero, al llegar a las cercanías de San
Miguel de Tucumán, fue persuadido por la población local de presentar batalla.
Desobedeciendo las órdenes recibidas, Belgrano obtuvo una importante
victoria en la batalla de Tucumán, forzando a los invasores a retroceder. 97
La noticia de la victoria de Tucumán –en opinión de muchos historiadores, la
más importante de la guerra de independencia– * 4 causó en Buenos Aires un
enorme descrédito para el gobierno que había ordenado la retirada hasta
Córdoba. Un golpe de estado protagonizado por el coronel José de San
Martín derrocó al Triunvirato y lo reemplazó por el llamado Segundo
Triunvirato, integrado por Nicolás Rodríguez Peña, Antonio Álvarez
Jonte y Juan José Paso, que asumió el 8 de octubre de 1812.98

Cabildo e Iglesia de San Francisco, Tucumán hacia 1812 durante el gobierno del General Manuel
Belgrano (óleo actual obra de Gerardo Flores Ivaldi).

La época de la Asamblea[editar]
El Segundo Triunvirato y el primer Directorio tuvieron una actitud más decidida
en la defensa militar del joven estado y en la pretensión de reconstruir el
Virreinato, y enviaron poderosos refuerzos tanto al Ejército del Norte como a
las tropas estacionadas en la Banda Oriental. 99
La disposición más importante del Triunvirato fue la convocatoria a la Asamblea
General Constituyente de 1813. También envió una misión a las provincias del
Interior, que cambió las autoridades de las ciudades y provincias,
reemplazando a los funcionarios adictos al gobierno anterior o a facciones
autonomistas locales por otros, adictos a la Logia Lautaro. 100
La Asamblea General Constituyente[editar]
Artículo principal: Asamblea del Año XIII
La Asamblea se formó por disposición del Segundo Triunvirato, asumiendo el
ejercicio de la soberanía y la representación de las Provincias Unidas del Río
de la Plata. Tanto el período del Segundo Triunvirato, como de los dos
primeros Directores Supremos estuvieron signados por la actuación de la Logia
Lautaro, que dirigió su política interna, internacional y militar. 101
Se desarrolló una obra legislativa tendiente a reafirmar la soberanía del Estado,
tomando medidas como el reemplazo del sello real y el escudo de armas por
uno propio; aprobó una única Marcha Nacional –el actual Himno Nacional
Argentino– y ordenó la acuñación de monedas con los símbolos del nuevo
Estado. Por otra parte, prohibió el uso de tormentos, suprimió los títulos de
nobleza, abolió el Tribunal de la Inquisición y declaró la libertad de vientres, por
la que los hijos de esclavos pasaban a ser libres. También reorganizó el Poder
Judicial y en su sesión del 27 de febrero de 1813 aprobó el Estatuto del
Supremo Poder Ejecutivo, mediante el cual se organizó el Poder Ejecutivo y se
fijaron sus facultades, reemplazando en esa forma al Estatuto Provisional de
1811.102
Con el paso del tiempo, la situación en España se fue revirtiendo, hasta que
Fernando VII regresó al trono español. La política francamente absolutista del
rey conllevaba también una actitud más agresiva en contra de los estados
independizados del imperio, rechazando cualquier arreglo que no significara
una completa vuelta a la anterior situación de dependencia colonial absoluta. 103
La Asamblea debió afrontar divisiones internas respecto a la nueva situación:
una posición encabezada por Alvear sostenía la necesidad de negociar con
Fernando VII; proponía postergar la declaración de la Independencia y la
definición de la forma de gobierno y apoyaban el centralismo. San
Martín lideraba la otra posición, proponía declarar la Independencia,
reorganizar el ejército y combatir a los españoles; era también centralista, pero
estaba dispuesto a negociar con los caudillos locales de las provincias. 104
Artigas, caudillo de la Banda Oriental, organizó un Congreso en 1813. En este
se decidió reconocer a la Asamblea y enviar seis diputados, con instrucciones
específicas, que sostenían un proyecto político diferente al de Buenos Aires,
regidas por los principios de Independencia, federalismo y república en lo
político; libertad de comercio e igualdad de puertos en lo económico. Querían
que el gobierno central estuviera fuera de Buenos Aires y que los gobiernos
locales conservaran el derecho a su propia administración. 105
Los diputados orientales fueron rechazados por no haber sido elegidos en la
forma establecida en el decreto de convocatoria. Si bien la razón esgrimida era
formalmente correcta, generalmente se acepta que respondía a diferencias
políticas y a cierto temor por la formación de un bloque opositor a los
seguidores de Alvear.106 A principios del año siguiente, esas desavenencias
llevarían a las primeras guerras civiles argentinas.
La guerra en 1813

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