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La felicidad es un bien en el que cada persona sabe su Texto: Jesús Ávila Granados
dimensión, o encuentra su medida para considerarse www.jesusavilagranados.es
Fotos: Archivo
feliz. Por ello, el concepto de la felicidad es muy varia-
ble, incluso en personas de una misma cultura o lugar.
No se conoce la varita mágica que le conceda a cada
uno la dicha de ser feliz, pero es muy importante tener
P oetas, escritores, filósofos,
historiadores, artistas…, de
todas las épocas, muchos de ellos
Premios Nobel de Literatura,
proyectos en la vida, querer y ser querido, no padecer han dedicado buena parte de sus
dolor alguno y ver las cosas con cierto optimismo. Este existencias a analizar el concepto
trabajo es el resultado de una vida dedicada al estudio de felicidad, llegando a conseguir
resultados finales muy dispares,
de los pueblos y gentes de nuestro mundo, de nuestro según los prismas que cada uno
país y del extranjero; algunas de estas vivencias las he ha valorado la dimensión de este
querido citar, porque las conclusiones que saque cada concepto. Desde Platón, en la
Grecia Clásica, hasta nuestros
lector creo que pueden ser enriquecedoras para todos días, el concepto de felicidad
y cada uno. ha sido analizado con el mayor
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Claves para una vida llena de felicidad
rigor, pero los resultados finales ca, en donde se representaba la queza inmaterial: “La vida no se
varían de un observador a otro. dulzura de un matrimonio es- nos ha dado para ser felices, sino
Y, en muchos casos, se desprende culpido para la eternidad sobre para merecer serlo”.
que la felicidad no es una riqueza una tumba: “Sólo a aquellos que
constante, sino que tiene una están en el umbral de la muerte, Tampoco se basa la felicidad en
vida efímera; por lo tanto, es les es dado conocer la felicidad la cantidad, sino en el bienestar
preciso saborear el momento, del morir que los dioses ocultan de cada uno. Recuerdo con es-
porque, como dijo Horacio, nada a los que aún vivirán para que pecial nostalgia el viaje que hace
es completamente feliz. duren”, escrita por Lucano (s. I ya muchos años, hice por la Alta
d.C.). Aquello me hizo reflexio- Extremadura, concretamente
Después de muchos años dedi- nar en dos conceptos que, apa- por el Valle del Jerte, al recorrer
cados por entero a viajar –a ve- rentemente, son contradictorios, esa fotogénica comarca para es-
ces por itinerarios arriesgados–, pero que, en definitiva, están es- cribir un libro costumbrista. La
para descubrir el mundo, tener trechamente unidos: la felicidad tarde amenazaba lluvia y tor-
el placer de conocer y hablar y el Más Allá, es decir, la eter- menta, y detuve el coche para
con gentes de todas las culturas nidad, a modo de quimera, algo dejar paso a un rebaño de cabras;
y, sobre todo, la dicha de oírlas, sobre lo que el ser humano an- el pastor se acercó amablemen-
decidí desvelar los secretos de hela alcanzar, y dedica todas sus te para darme las gracias, y yo
nuestro país, región por región, fuerzas para conseguirlo, como aproveché para charlar un rato
comarca por comarca, pueblo he podido deducir a lo largo de con él. Era un hombre de me-
a pueblo. Fruto de esta odisea muchos de mis viajes. Y recordé diana edad, pelo blanco, como
ha sido un constante enrique- entonces una frase del político un druida celta, rostro cortado
cimiento, en todos los sentidos, austríaco Maeterlink: “La única por profundas arrugas en la piel,
y un cúmulo de experiencias y verdadera y profunda felicidad de mirada noble y profunda, iba
anécdotas que algún día reflejaré del hombre es ésta: que puede cubierto con pieles y pantalón de
en un libro de vivencias. Fue visi- esperar la muerte”. gruesa pana; no tardé en adver-
tando una pequeña población de tir en él una gran sabiduría; con
la Umbría, en el corazón de Ita- Pero la felicidad no es un regalo, aquel hombre decidí compartir
lia, hace veinte años, cuando leí o algo que todos debemos recibir buena parte de aquella fresca
la siguiente frase grabada en la- sin más. Armando Palacio Valdés tarde otoñal. Este pastor, vecino
tín al pie de una escultura etrus- supo muy bien describir esta ri- de Cabezuela del Valle, escribía
versos mientras pastaban sus ca-
bras y el perrito le hacía la fae-
LOS SECRETOS DE LA FELICIDAD na. No se equivocó cuando me
dijo que aquellas negras nubes
Citamos a continuación un total de siete pensamientos que, de forma no amenazaban tormenta, y que
interrelacionados entre sí, nos llevan hacia la felicidad que es, en descargarían sobre las monta-
definitiva, el sentirnos a gusto con nosotros mismos. ñas de Gredos; y así fue, ante mi
• Ten cuidado con tus pensamientos mayor asombro. Conversamos
que se volverán palabras. amigablemente, sin prisas, sobre
diversos asuntos relacionados
• Ten cuidado con tus actos con la belleza de aquella comar-
que se volverán costumbres. ca del nordeste de la provincia
• Cuidado con tus costumbres de Cáceres; entonces los árbo-
les caducos mostraban sus hojas
que será tu carácter.
de colores vivos. Me dijo que la
• Cuida tu carácter gente sólo llegaba en primavera
que será tu destino, será tu vida. a fotografiar el valle, pero que
todos los meses del año tenían
• La vida es un jardín,
su atractivo. Y que su perrito co-
lo que siembres en ella, eso te devolverá
nocía de memoria los nombres
así que elige semillas buenas, riégalas de las 285 cabras que llevaba en
y con seguridad tendrás las flores más hermosas, su rebaño; y me lo demostró con
cada acto, palabra, sonrisa o mirada es una simiente. varias exhibiciones que me deja-
ron boquiabierto. Me di cuenta
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| REPORTAJE
un trozo de pan, que extrajo del
interior del zurrón. Sí, estoy de
acuerdo de usted, respondí.
La conversación se alargó un
rato más; después, con los pri-
meros rayos del crepúsculo, con
un fuerte apretón de manos me
despedí de aquel buen hombre, y
nuestros caminos y destino en la
vida volvieron a separarse. Pero
el recuerdo de aquella tarde tam-
bién me hizo pensar en muchas
cosas; entre ellas, que es preciso
valorar lo que tenemos, y admi-
rar sin desear; lo cual no significa
que no debamos tener ambición
y ganas de superación, ni mucho
menos; pero que la felicidad no
está en la cantidad, sino en saber
saborear lo que nos da la vida
en un momento determinado de
nuestra existencia; porque el éxi-
to es conseguir lo que se quiere,
y la felicidad es querer lo que se
ha conseguido… Considero que
cada cual es tan feliz como cree
serlo. Y esa sensación se produce
en cada uno de nosotros en mo-
mentos muy concretos de nues-
tra vida.
que aquel hombre había alcan- alma…”; me dijo. Y también Recuerdo un viaje que hice en
zado la felicidad. Sin embargo, me habló sobre el saber olvidar, 1999 por la Alpujarra granadi-
me hizo dudar, cuando me dijo no guardar rencor a nadie y el na, yendo hacia Almuñécar, en
que nada obstaculiza tanto la don de perdonar. En este sen- compañía de mi esposa, quise
felicidad como el recuerdo de tido, recordé una frase de Die- acercarme a la localidad de Ca-
haber sido una persona dichosa. go de Saavedra Fajardo: “Fuera pileira, donde conocía a la pana-
Yo le pregunté: ¿entonces, Vd. en feliz el hombre si, como está en dera local, cuyo horno está en la
estos momentos no se considera su mano el acordarse, estuviera zona más alta de la población;
un hombre feliz? Me miró unos también el olvidarse”. Mientras enfrente, como telón de fondo
instantes, antes de responderme: hablaba, este hombre escribía en sobre las puntiagudas chime-
“La felicidad es saludable para un bloc de notas todo cuanto yo neas cubiertas de cal, las frías
el cuerpo, pero es la pena la que le iba diciendo. Y de pronto, mi- cumbres de Sierra Nevada y la
me ha hecho desarrollar más mis rándome fijamente a los ojos, no poderosa mole al Mulhacén. El
fuerzas internas…”. ¿Ha sufrido dudó en decirme: “Sí, considero establecimiento se hallaba ce-
entonces algún desengaño en la que el más hermoso futuro siem- rrado, al ser media tarde; María
vida? Me interesé. “Perdí a mi pre dependerá de la necesidad de Luisa, la artesana, vivía con su
esposa hace cinco años, por una olvidar el pasado. No es posible familia en la planta superior. Al
enfermedad que no pude hacer avanzar en la vida hasta que se ser una hora un tanto inoportu-
nada, y estoy solo en el mundo, han superado los errores del pa- na, no quise molestarla, pero al
en compañía de mi rebaño y mi sado y también de todo lo que final decidí hacerlo, y toqué el
fiel perro, pero me siento feliz, lastima nuestros corazones…”, timbre. Tardó unos segundos en
aunque los recuerdos de la feli- exclamó, mientras acariciaba la responder; luego se abrió la per-
cidad pasada son las arrugas del cabeza de su fiel perrito, y le daba siana del balcón y la panadera
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asomó la cabeza. “No tardo en horno de tradición moruna, con Cabañeros, uno de los espacios
bajar, Jesús”, me dijo de inme- aromas a panes recién hechos y naturales más importantes de la
diato. Gracias; respondí, ante mi a harina, a aceite y a miel, me biodiversidad de nuestro país,
mayor asombro. ¡Me había re- hicieron el hombre más feliz estaba a punto de ser convertida
conocido; después de diez años del mundo. Y entonces recordé en zona de tiro de la aviación, y
sin vernos! Al reencontrarnos en la frase de Enrique Jardiel Pon- con ello la destrucción de su am-
la puerta, nos dimos un fuerte cela: “Ser feliz es no cambiar”. plia riqueza ecológica. A la ma-
abrazo. Enseguida, con una lla- Sí, porque, a pesar del tiempo ñana siguiente, bien temprano,
ve de hierro muy antigua, abrió transcurrido, María Luisa no me puse en marcha hacia Caba-
el horno expresamente para ob- tardó un instante en recordar- ñeros, acompañado por uno de
sequiarme una exquisita torta me, incluso me llamó por mi los guardas forestales del lugar.
de aceite que había elaborado nombre y se acordaba también Quedé extasiado al contemplar
aquella misma mañana; recordó de mi debilidad por uno de sus tanto equilibrio biológico, tan-
también cuánto me gustaba esa preciados dulces. ta riqueza botánica y variedad
especialidad de su obrador, a la de especies faunísticas. Hice in-
que yo le había dedicado algún En otra ocasión, estando en finidad de fotografías, y escribí
trabajo periodístico. Pero ella, la localidad manchega de Val- grandes reportajes sobre la nece-
María Luisa, no se había olvi- depeñas, para escribir algunos sidad de preservar aquel paraí-
dado en absoluto de mí. Esos trabajos periodísticos, al entre- so. Gracias a aquellos trabajos,
momentos con la panadera, en vistarme en la emisora local, me que, en la primavera de 1983,
aquel sagrado escenario de un comunicaron que las dehesas de llegaron a Bruselas y Estrasbur-
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| REPORTAJE
la máxima categoría de Parque
Nacional. Recientemente estu-
ve visitando Cabañeros, y mi
mayor felicidad al ver cómo lle-
gaban las migraciones de enor-
mes bandadas de grulla común,
mientras los sonidos de la na-
turaleza seguían marcando los
latidos de este paraíso situado
entre las provincias de Ciudad
Real y Toledo.
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