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IDOLATRÍA

El recorrido etimológico de idolatría se inicia en el vocablo griego eidōlolatreía, que llegó


al latín como idololatrīa y luego, a través de una haplología, se convirtió en idolatrīa. El
concepto se emplea para aludir a la veneración que se realiza a los ídolos.

“No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra y
en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses” (Ex. 20, 4-5)

La Biblia admite las imágenes:

Entre las instrucciones de Yahvé a Moisés para la construcción del Santuario se


encuentra ésta, en la que le ordena elaborar estatuas: “Asimismo, harás dos querubines
de oro macizo, labrados a martillo, y los pondrás en las extremidades del Lugar de
perdón, uno a cada lado” (Ex. 25, 18).

Otra instrucción de Yahvé a Moisés: “Moisés habló por el pueblo y Yahvé le respondió:
‘Haz una serpiente de bronce y ponla en un palo y todo el que la mire sanará’” (Núm. 21,
8).

El templo de Salomón estaba adornado con pinturas de querubines:

“Dentro del lugar santísimo puso dos querubines, hechos de madera de olivo silvestre,
de cinco metros de alto ... Salomón cubrió de oro los dos querubines” (1 Re. 6, 23-28).

En la Biblia se expresa que la idolatría continuó presente en el antiguo Israel, como puede
apreciarse en ejemplos como el culto a Moloch, Astarot, Baal y a los astros, además de la
prostitución sagrada. Con respecto a la postura de los rabinos, incluso el contacto con las
personas idólatras está prohibida; tanto es así que ni siquiera está permitido compartir
una comida con una de ellas.

El cristianismo tiene una relación particular con la idolatría, ya que es posible advertir dos
puntos de vista: por un lado se encuentran los católicos ortodoxos, quienes aceptan la
iconografía religiosa y ciertas imágenes; por otro lado, los protestantes fundamentalistas,
que acusan a los primeros de idólatras y, en algunos casos, paganos. Estos términos se
aplicaron a todos los protestantes en la Reforma, un movimiento religioso que comenzó
en Alemania en el siglo XVI y dio lugar al surgimiento de varias iglesias bajo el
protestantismo.

Por su parte, los grupos puritanos, una facción del protestantismo que comenzó en
Inglaterra durante el mandato de Isabel I, adoptaron una postura que se asemeja a la del
islam y el judaísmo, ya que condenan el uso de cualquier imagen religiosa, sin importar
que se trate de una ilustración, una estatuilla o una cruz.
Referencia: https://definicion.de/idolatria/
ADORAR - VENERAR

Los verbos adorar y venerar con frecuencia son utilizados de manera indistinta,
aunque no debería ser así.

Orígenes etimológicos y significados

En cuanto al verbo adorar, este tiene sus raíces en el latín. Adorar viene del verbo latino
“adorare” y quiere decir literalmente “orar hacia arriba”. De acuerdo con la Real Academia
de España, adorar es reverenciar o rendir culto a alguien o algo que se considere de
naturaleza divina. También puede ser la acción de orar así como el gustar mucho de
alguien o algo. Venerar, de la misma forma, viene del latín “venerari” y significa
literalmente “mostrar devoción y dar culto a Venus”. Su significado actual no dista del
original. Venerar es mostrar un alto grado de respeto por alguien, ya sea por sus
cualidades religiosas y santas, por su dignidad o sus grandes virtudes, así como por lo
que esa persona representa. Contexto religioso Muchas religiones se ha empeñado en
marcar la diferencia entre adorar y venerar. De acuerdo con ellos, al venerar a Dios (a
algún santo o a la virgen, dependiendo de cada religión) se respeta la comanda
encontrada en la biblia que dice que no se debe adorar a nadie excepto a Dios.

Adorar, por lo tanto, es el grado máximo de alabanza, es entregarse completamente y


comprometerse a seguir los lineamientos de quien se adora. Por otro lado, venerar es
sólo mostrar el máximo respeto posible por alguien, reconociendo sus virtudes y
admirando sus capacidades, sin llegar a adorarle.

Contexto no religioso Fuera del contexto religioso, la palabra adorar lleva una carga
emocional. Adorar es sinónimo de “gustar mucho” o incluso “amar”. Decir que se adora a
alguien implica la existencia de sentimientos amorosos más fuertes que simplemente
“quererlo”. De la misma forma, existen cosas o acciones que se adoran. Esto quiere decir
que realmente se gusta de eso o que forma parte de las acciones o cosas predilectas de
la persona.

En cuanto a la palabra venerar, resulta poco común encontrarla en un contexto no


religioso. No obstante, su significado es el mismo: un profundo respeto, una profunda
admiración por alguien. Por lo general se usa para referirse a alguien mayor que cuenta
con muchos méritos, alguien que va más allá de lo común, alguien extraordinario.

Referencia: https://difiere.com/la-diferencia-adorar-venerar/

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