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AUTOR

LUISA FERNANDA BERMÚDEZ OTÁLORA


RESEÑA
Lozano, Fabio. (2007). Dominios territoriales, Desarraigos e Imaginarios
BIBLIOGRAFÍA religiosos en Colombia. Una aproximación histórica. En América Latina y el
Caribe: Territorios Religiosos y Desafíos para el Diálogo. CLACSO
FECHA DE N° FICHA
REALIZACIÓN 27 de abril de 2016
DE LA FICHA 1

IDEA PRINCIPAL
“las representaciones que los grupos sociales hacen sobre su realidad –dentro de las cuales
se encuentran las representaciones religiosas– se gestan, resignifican, transforman y recrean
al interior y como parte constitutiva de los procesos de construcción de territorialidad.”(P 294)

ARGUMENTOS PRINCIPALES

1. La implicación de un concepto único de territorio encontrará sus bases en significados


generalmente simbólicos que permitan al grupo establecer un dominio efectivo sobre la
zona sobre la cual se asientan, generalmente, este significado simbólico se identifica a
través del uso de un lenguaje determinado y del nombre que la comunidad le otorgue al
lugar en el que habitan.
2. Las concepciones del territorio que poseen sus habitantes se ven marcadas en función
de mentalidades que provienen de los tiempos de la conquista y el mestizaje, por medio
de los cuales se verán marcados en sentido de incorporarse a imaginarios religiosos que
van más allá del simple sostenimiento de fronteras frente a otros grupos culturalmente
diferentes.
3. La definición propia se basa en la diferencia con “el otro”, en donde se marca a través de
diferencias culturales, el deber ser de cada comunidad frente a la otra a partir de un
proceso histórico de vieja data y las disputas por el territorio en el que ambas
comunidades han habitado desde tiempos inmemorables, lo que desencadena desde
una mirada histórica fenómenos como el desplazamiento, que no se ligan únicamente a
situaciones de conflicto entre las fuerzas armadas ilegales y las fuerzas armadas del
Estado, sino que también se presenta desde las disputas territoriales entre comunidades
que terminan en el destierro de la comunidad “vencida” en términos de la apropiación
física y simbólica del territorio, siendo esta dinámica denominada por el autor como
“desarraigo”.
4. El desarraigo frente a las dinámicas territoriales entre comunidades no sólo implica el
desplazamiento del territorio que efectúa la comunidad vencedora frente a la comunidad,
sino también la negación del otro en las relaciones sociales y el ejercicio del poder de
uno frente al otro, en donde se evidencia a través de las condiciones relacionadas al
cambio de territorio y la búsqueda de un nuevo asentamiento, el desarrollo de lógicas
económicas que en combinación con aspectos políticos y sociales van a subyugar a las
poblaciones empobrecidas y las van a ligar a desarrollos mínimos dentro del territorio de
comunidades fuertes que aprovecharán esta situación para conducirles al sometimiento
en beneficio de los intereses de quienes ejercen el poder.
5. En cuanto al desarrollo político y económico de la construcción y deconstrucción de
territorios por parte de las entidades estatales, esta se evidenciará desde la aplicación de
apropiaciones del territorio como lo son: la conquista (negación de la cultura previa,
marcada por el desprestigio de las comunidades que habitan el territorio, finalizando con
la imposición de la cultura del conquistador), la colonización (basándose en una
economía de extracción de materias primas, se crean nuevas ciudades y un sistema
político y económico en donde hay mayor concentración poblacional que puede ser
usada para labores diversas), marginación central (establecimiento de la población
empobrecida en la periferia de los centros de poder en busca de oportunidades para la
supervivencia) y periférica (concentración de la población no sometida en territorios
especiales fuera del alcance de quienes ejercen el dominio), ampliación de la conquista
(ampliación de las zonas de dominación, incursionando en las antiguas zonas de refugio
con la finalidad de proveer a las élites dominantes de seguridad frente a prejuicios
infundados en relación con los habitantes del territorio), desarraigos y resistencias
(nacimiento de formas híbridas de supervivencia en contraposición a las dinámicas
territoriales del conflicto y la imposición ideológica de un grupo sobre otro).
6. Bogotá como ejemplo claro de las dinámicas en torno a la territorialidad, será el centro en
donde se observan las contradicciones que se presentan en el resto del país, que por
una parte posee sectores que desbordan de lujo frente a otros que destacan por los
niveles elevados de pobreza, debido en parte a la masiva llegada de desplazados de
otras partes del país quienes ampliarán los círculos de pobreza y marginalidad de las
comunidades preexistentes. De acuerdo con lo anterior, todo esto va a forjar un ambiente
de imaginarios híbridos en cuanto a la construcción social del individuo que trae de su
lugar de origen unas mentalidades arraigadas en los procesos coyunturales dentro del
desarrollo de su comunidad frente a los imaginarios de la sociedad bogotana producto de
ser el “centro” del país para los asuntos políticos, económicos y administrativos que
afectarán a las dinámicas regionales.
7. Surgimiento de grupos armados ilegales para la defensa de los territorios frente a los
intentos de dominación de las élites para la explotación de la tierra, quienes se apropian
políticamente de los territorios terminando con el papel hegemónico que poseía el Estado en
esos territorios Dentro de Dominio territorial fuerte: Estado
Poder hegemónico sobre las instituciones y la población.

8. Papel determinante de las iglesias en los territorios para la configuración de los imaginarios
religiosos de las comunidades “proceso se da bajo diferentes nombres, entre los que se
destacan “misiones”, “campañas”, “evangelización” y se inscribe en el marco de disputas y/o
consolidación de poderes sociopolíticos (…) Hace parte, pues, de la consolidación del poder
blanco occidental sobre el aborigen.” (P 300)

La Iglesia asume roles que en el marco del derecho moderno corresponden al Estado,
especialmente la educación. La evangelización se caracteriza por estar en manos de
comunidades religiosas misioneras que desarrollan formas de presencia en los territorios, por
lo general bastante móviles. Los misioneros pasan, predican, confiesan, casan y bautizan, y
se dirigen luego a otra comunidad. (P 301)

Combinación de las antiguas creencias con las provenientes de la nueva religión

9. Épocas-Tendencias
- En esta época-tendencia, los poderes religiosos están generalmente a favor del poder
político ocupante, sea este un poder extranjero (por ejemplo, las legiones de
conquistadores españoles frente a las poblaciones indígenas) o el poder hegemónico del
Estado o de la mal llamada sociedad mayor (por ejemplo, el Estado moderno y los
poderes económicos dominantes caracterizados por imponer la extracción, la
comercialización dependiente y la agroindustrialización frente a las comunidades
campesinas mestizas, indígenas y negras). (Lozano, 2007, 301)
- Podemos caracterizar esta época-tendencia por el momento en que se crean
instituciones estables, que muestran el asentamiento en territorios que de alguna manera
ya han sido penetrados, y existe por lo tanto una población que garantiza una cierta
permanencia. (Lozano, 2007, P 303)
- Otra época-tendencia está constituida por lo que podemos llamar la modernización,
caracterizada por la separación de los espacios de poder entre lo religioso y lo político, y
que en lenguaje de los documentos oficiales de la Iglesia Católica se denominó “la
autonomía de las realidades terrenas” Constitución Gaudium et Spes en Concilio
Vaticano II, (1965)(Citado por Lozano, 2007, P 308).

OBSERVACIONES

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