Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lectura Espiritual Del Poema
Lectura Espiritual Del Poema
Es tan breve el poema, que apenas ocupa espacio. Lo reproducimos una vez
más, para leerlo pausadamente y desgranar uno a uno la espiga de sus
versos:
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
¡ Sólo Dios basta !
Sí, son dos lecturas posibles, o dos ensayos de escucha ante la melodía de
https://mercaba.org/ARTICULOS/L/lectura_espiritual_del_poema.htm 1/4
5/11/21 13:00 Lectura espiritual del poema
Ella, en cambio, sólo se tutea hablando consigo misma. Mejor dicho, ella
tutea a la Teresa profunda, la de su interior: "¡tú, alma mía, por qué estás
triste!" "O vida, vida, ¿cómo puedes sustentarte estando ausente de tu Vida?
En tanta soledad, en qué te empleas, qué haces..." "Oh ánima mía, deja
hacerse la voluntad de tu Dios. Eso te conviene" etc. Así en las
Exclamaciones. y en Vida: "Paréceme fuera bien, oh ánima mía, que miraras
el peligro de que el Señor te había librado..." (5,11).
Aparte esa clave literaria o estilística, hay todavía otra razón puramente
espiritual, para proponer la lectura del poema como un murmullo de intimidad.
A Teresa le han pasado ya tantas cosas en la vida. En su drama interior le ha
ocurrido una tremenda, que la ha llenado de sobresalto. Fue el encuentro
repentino con una Presencia interior que la traspasa y la desborda. Esa
Presencia novedosa la desconcierta de tal suerte, que de pronto en su
interior surge una voz capaz de sedar todo el oleaje. La voz interior le dice:
"no hayas miedo, Teresa". Refrendado por el tremendo "Yo soy" de la Biblia.
Exactamente estas tres palabras: "No hayas miedo, hija /que Yo soy / y no te
desampararé" (Vida. 25,18)
Ese "no hayas miedo, hija", ¿no sería el punto de arranque de su inspiración
poética y mística? En el libro de la Vida, Teresa lo comenta así "Paréceme
que, según estaba (yo), eran menester muchas horas para persuadirme a que
me sosegase, y que no bastare nadie. Heme aquí con solas estas palabras
https://mercaba.org/ARTICULOS/L/lectura_espiritual_del_poema.htm 2/4
5/11/21 13:00 Lectura espiritual del poema
sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz,
que en un punto vi mi alma hecha otra... ¡Oh, qué buen Dios!" (ib).
Pues bien. Sabemos que los auténticos poemas líricos, una vez creados, se
hacen autónomos, tienen vida propia, alejados de la voluntad del autor que
los compuso. Y que por eso, son polivalentes o polisémicos. Cada lector
puede escucharlos libremente: o como una voz en que Teresa
excepcionalmente lo tutea: "a ti, lector, ¡que nada te turbe!"... O mientras lee,
puede sentirse convocado a ese misterioso ámbito en que a la autora le
suceden cosas y cosas..., y él la escucha diciéndose a sí misma: "Teresa,
¡que nada te turbe! que "Yo soy" está contigo!" Como ese "yo soy" estaba con
Moisés.
el amigo verdadero... Todas las cosas faltan. Vos, Señor de todas ellas,
nunca faltáis..., que ya tengo experiencia de la ganancia con que sacáis a
quien sólo en Vos confía" (Vida, 25,17). Es un anticipo del verso último del
poema.
Pero, sin duda, más fuerte que esa cadencia musical es lo medular y absoluto
del mensaje que nos llega a través del poema, con su alternancia de todos /
nadas / sólo Dios. Tres veces nada, nada, nada. Dos veces el todo, todo:
"todo se pasa / todo lo alcanza" Y una vez sola, pero cerrando el poema en el
verso final: "¡sólo Dios!" y punto. O "sólo Dios" y basta. Si el poema era un
sedante psicológico, por encima de la psicología prevalece la teología de la
contemplativa y mística que es Teresa.
https://mercaba.org/ARTICULOS/L/lectura_espiritual_del_poema.htm 4/4