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REFLEXION

DISCERNIR
Discernir significa medir fuerzas, capacidades, valorarse y arriesgarse.
El Papa Juan Pablo II nos hacía un reto que no podemos olvidar: "Jóvenes, cuando elijáis vuestro futuro, no lo elijáis
sólo para vosotros mismos."
Una vez que hemos descubierto que no estamos de más en el mundo y que hemos avanzado por la vida buscando
respuestas, debemos detenernos y discernir.
Para esto se hace necesario intensificar el dialogo con Dios y con los otros; en esta etapa se hace urgente y necesario
preguntarse muy en serio,
¿Que quiero?
¿Puedo conseguirlo?
¿Por cuanto tiempo?
¿Con qué auxilios?

Y lo más importante

¿Eso es lo que Dios quiere y me pide?


¿Puedo darlo?
¿Quiero darlo?
¿Me hará feliz?
Si hay algo que caracteriza a esta etapa es que nunca como en ella, el destino está en tus manos.
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Sentido de la existencia
En este tema queremos compartir contigo algunas inquietudes que con alguna frecuencia vienen a nuestra
mente y que, estamos seguros, también se han comenzado a presentar a ti, porque son inquietudes propias
de todo hombre y que, como un hombre normal, has comenzado a plantearte interrogantes de fondo, sobre
todo en ciertos momentos de calma y reflexión.
Sí, porque el hombre es un ser que interroga constantemente a la vida. A veces parece que las cosas pierden
ese sentido simple que tienen todos los días y nos parecen tan maravillosas, que nos llenan de admiración o,
tan terribles, que producen en nosotros confusión. Entonces brotan en nosotros preguntas tales como:
¿Qué sentido tiene la existencia...? 

¿Qué es el hombre? 

¿Quién soy yo? 

¿Por qué la vida? 

¿Para qué el universo? y muchas otras.
Como comprenderás, se trata de preguntas fundamentales, porque afectan la propia vida, se relacionan con
nuestro futuro y nuestra felicidad. Nadie puede permanecer indiferente ante ellas.

El origen y futuro del universo


Algunos de estos interrogantes empiezan a tener respuesta a la luz de las ciencias, pero a su vez nos plantean
interrogantes más serios. Así, si nos asomamos al universo, sabemos que mucho antes de las cosas animadas
ya existían las inanimadas: los minerales, los vegetales... la materia. Pero, ¿desde cuándo?. Las fechas son
tan remotas que desbordan nuestra capacidad de cálculo. Es todavía más difícil responder si nos
preguntamos: ¿de dónde procede la materia? ¿Qué existía antes de que se formaran los planetas, los astros,
las galaxias? Y en medio de todo esto, ¿por qué comenzó la vida?
Si miramos al pasado más reciente del mundo, comprobamos que ha habido progresos: el promedio de vida
del hombre es hoy mucho mayor que el de hace doscientos años; cada vez es menos duro el trabajo material
por el invento de las máquinas; la medicina ha avanzado notablemente frente a enfermedades que hasta hace
poco parecían incurables, como la lepra; hoy podemos comunicarnos con una facilidad tan pasmosa, que ya
casi tocamos las estrellas con las manos.

Pero cada vez el hombre destruye más aceleradamente las reservas naturales, tala y quema los bosques,
acaba con los recursos hídricos, hace invivibles las ciudades por la contaminación del aire y por el ruido;
nunca como hoy se han dado tantos asesinatos en masa ni el hombre ha sido tan sofisticado para exterminar
la vida humana aún desde el vientre materno, ha atentado contra la salud física y mental de las nuevas
generaciones con las drogas alucinógenas; jamás como hoy la humanidad se encontró ante el peligro
inminente de autoeliminarse en pocas horas por medio de las armas nucleares.
Ante todo esto es lógico que nos preguntemos: ¿Qué nos espera? Ciertamente nuestro futuro es incierto
En este momento de la historia estamos presenciando los notables avances de la ciencia bio-genética: ya se
reproducen en probeta y cada vez se logrará precisar con más certeza no sólo el sexo sino las características
físicas y hasta psíquicas de los niños que habrán de nacer. Sabemos que cada hombre es algo irrepetible y
que no puede ser reducido simplemente a un conjunto de células analizables al microscopio. ¿Cómo explicar,
entonces, el salto del cruce de células a la persona que se decide, que piensa? ¿Cuándo y cómo se da el
nacimiento de un nuevo centro de pensamiento y de amor?
El hombre que nace, que crece y evoluciona progresivamente nunca tiene su futuro asegurado y con toda
lógica se hace las preguntas que tú ya varias veces te has formulado: ¿Qué será de mi? ¿Cuál será mi futuro?
¿Me irá bien o me irá mal? ¿Seré feliz o seré desgraciado? Y el futuro resulta aún más incierto cuando nos
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colocamos ante la realidad ineludible de la muerte: ¿Cuál será mi
fin?, ¿cuándo me llegará la muerte? ¿cómo?
Los interrogantes se podrían multiplicar, pero basten estos por hoy
para que reflexiones un poco y empieces a sacar algunas
conclusiones importantes para tu vida. Ojalá no las dejes pasar.
anótala en un cuaderno personal de reflexiones, por ejemplo: "A
pesar de que como persona humana soy tan importante, me siento
tremendamente limitado... o "En medio de mis interrogantes e
incertidumbres, tengo la certeza de que existo, de que soy "alguien"
y de que fuera de mí y de este mundo hay otro "Alguien" que dio
comienzo a la vida, que ordenó el universo, ...lo anima y le da
sentido, que tiene las respuestas que yo no sabría dar..."

Actividades y lecturas complementarias

1. Consíguete un cuaderno o una libreta para anotar tus reflexiones personales. Será tu "diario" aunque no es
necesario que escribas en él todos los días; te servirá para no dispersarte y para fijar mejor tu reflexión.
Allí se irán acumulando muchos temas que más tarde te podrán ser útiles. Sobre todo, te ayudará a ver tus
progresos y la obra de Dios en tí. Es importante que lo tengas sólo para ti, no para mostrarlo a otros; no te
debes preocupar, tanto, de hacer frases bonitas, o de pulir la redacción. Comienza escribiendo en él las
conclusiones que has sacado al leer este tema, tal como te lo sugeríamos anteriormente.
2. Lee atentamente el siguiente párrafo del Concilio Vaticano II. Piensa si estás de acuerdo con la solución
que allí se propone. Por qué sí, o por qué no. Anota tus respuestas en tu diario:

«En realidad de verdad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro
desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano. Son muchos los elementos que se
combaten en el propio interior del hombre. Como criatura que es, el hombre experimenta múltiples
limitaciones; se siente, sin embargo, limitado en sus deseos y llamado a una vida superior.
"Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún,
como enfermo y pecador, no raramente hace lo que no quiere y deja de hacer lo
que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas y tan
graves discordias provoca en la sociedad. Son muchísimos los que tarados en su
vida por el materialismo práctico, no quieren saber nada de la clara percepción
de este dramático estado, o bien, oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para
ponerse a considerarlo.
"Muchos piensan hallar su descanso en una interpretación de múltiples maneras.
Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la humanidad y abrigan el
convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre la tierra saciará plenamente todos sus deseos. Y no
faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder da a la vida un sentido exacto, alaban la insolencia de
quienes piensan que la existencia carece de toda significación propia y se esfuerzan por darle un sentido
puramente subjetivo.

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"Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que
acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales: ¿qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido
del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor
tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar
de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?"
Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu
Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación y que no ha sido dado bajo el cielo a la
humanidad otro nombre en el que sea necesario salvarse. Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de
toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro. Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo
cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy
y para siempre. «

3. Si no realizas diariamente tu oración personal, trata de sacar durante cada semana dos o tres ratos para
hacerla. Bastarían sólo 10 o 15 minutos para cada momento. Busca un lugar tranquilo, bien sea en tu casa o
en el templo. Deja a un lado tus preocupaciones y dedícate a dialogar con Dios. Por ahora te proponemos
cuatro pasos:
a) Para comenzar haz una pequeña oración personal al Señor, pidiéndole que te ilumine y te dé su gracia.
b) Lee atentamente alguna de las citas bíblicas, que te ofrecemos a continuación y aplícate el texto, es decir,
pensando que tú mismo hablas a Dios o que él directamente se dirige a ti.
c) Si alguna frase o alguna palabra te llamó la atención repítela, piensa en ella, deja que te broten ideas o
sentimientos al respecto; trata de aplicar lo leído a tu propia vida.
d ) Para terminar, dale gracias a Dios y recita lentamente el Padre Nuestro.

Para la oración

-Salmo 90 (89); Al darme cuenta de lo corta y frágil que es, mi vida, acudo, a Dios para que tenga piedad de
mí y realice su obra a través de mí.
-Lucas 12. 22-32: Dios me ama y cuida de mi más que de las aves del cielo y los lirios del campo.
-Romanos 7. 14-25: Sólo la gracia de Dios, por medio de Jesucristo, puede atacar ese mal que hay en mí, que
hago sin querer.
-Salmo 139 (138): Puedes orar con él en varios momentos, así:
vv. 1-6: La sabiduría de Dios abarca toda mi existencia 

vv. 7-12: El saber de Dios se hace presencia total en mi vida

vv.13-18: La presencia, del Señor invade toda mi vida, cuán grande es Él, cuan pequeño soy yo. 

vv. 23-24: Que yo camine por el camino del Señor.
-Romanos 5, 12-21: Jesucristo es el único que puede atacar de raíz el mal que hay en él mundo. Sólo en Él y
a través de Él podré encontrar solución para mis males e incertidumbres.
-Salmo 91 (90): Ante las amenazas y las incertidumbres que amenazan hoy al mundo y a mi propia
existencia, Dios es mi refugio y mí fuerza para la lucha.
-Salmo 8: Dios es el autor de mí vida. Lo alabo porque me ha creado, porque se ha fijado en mí a pesar de
mi pequeñez, me ha hecho “poco inferior a los ángeles" para que dominara todo lo creado".

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Refelxión

Compromiso
-Mateo 28, 16-20: Si Comprenderás que estos temas no son más que una
Jesucristo prometió ayuda a larga distancia y que no bastarán por sí
que estaría con solas para cumplir el importante proceso de
nosotros todos los discernimiento en que te has comprometido contigo
días hasta el fin del mismo. Por eso será importante que ores con
mundo, yo no temeré; frecuencia para que el Señor te ilumine e indique el
le pediré siempre su camino que debes seguir, que consultes a personas
compañía responsables y de tu confianza, que
continúes o inicies en tu
-Hechos 17, 24-28; Dios no se encuentra lejos de,
apostolado y un acompañante
nosotros. «En él vivimos, nos movemos y
espiritual.
existimos”.

Qué conclusión has sacado o que reflexiones te ha


sugerido la lectura de esta primera reflexión.

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