legítimo.

Otros autores, como Habermas y Dworkin, sólo son 1

abordados de refilón. Por último, un trabajo sobre Rousseau,
en el que estudio el tránsito de u n paradigma al otro, ha crecido LA RECUPERACIÓN
tanto que exige una publicación aparte, en su momento.
D E L A FILOSOFÍA POLÍTICA
Agradezco al prof. Aranguren su prólogo, lleno de benevo-
lencia, así como a los colegas y alumnos que se han interesado
vivamente por este trabajo y han urgido, de diversas formas,
su publicación, a d e m á s de apuntarme, en algunos casos, valio-
sas sugerencias. De todos modos es obvio que el ú n i c o respon-
sable final soy yo.

Málaga, septiembre de J987

1. Un muerto con buena Tsalud

E n 1956, en la introducción al primer volumen de su cono-

cida serie Philosophy, Politics, and Society, Peter Laslett se
sintió obligado a reconocer como infructuosos los intentos
analíticos de Plamenatz y otros autores para revitalizar la
filosofía política y declaraba enfáticamente: «Por el momento,
de todos modos, la filosofía política está muerta» (Laslett,
1956, V I I - X I V ) . Pocos a ñ o s después, sin embargo, I . Berlin
salía en su defensa," contra lo que piensa F . Vallespín
(1985,11), y exponía con vigor su perennidad indestructible,
aunque enfatizaba la carencia de alguna obra verdaderamente
sobresaliente en los últimos lustros (Berlin, 1961). A l a ñ o
siguiente, Laslett y Runciman, al introducir su segunda serie,
la declaraban nuevamente viva (Laslett y Runciman, 1962,
V I I - X ) . Y en 1979, al introducir la quinta serie, confirmaba
Laslett una r e c u p e r a c i ó n formidable de la filosofi'a política
hasta el punto de poder satisfacer ya la carencia de una gran

I . E n realidad se le adelantó J. Plamenatz (1960), aunque desde un enfoque

analítico más restringido.

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