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TEMPORADA II

Capítulo 1: Introducción
La biblia es una colección de libros escritos en un periodo aproximado de 1300 años. Los cristianos
leemos todos estos libros como una sola historia, la historia de cómo Dios acompaña a la Humanidad.

La Biblia es una colección de varios libros escrita por muchas personas, quienes tuvieron la capacidad de
ver la acción de Dios hacia toda la humanidad en la historia de su pueblo.

Las personas que escribieron la biblia son los llamados autores bíblicos o hagiógrafos, quienes, usando el
griego, el hebreo y el arameo de maneras muy ingeniosas, escribieron narrativas y poesías muy
elaboradas, en donde van contando de qué manera Dios se hace presente en las realidades humanas.

Ningunos de estos textos fueron escritos en una sola época ni de una sola manera. En la Biblia
encontramos una variedad enorme de estilos y géneros literarios. A veces encontramos poesías, otras
veces narraciones, que pueden ser biográficas, épicas e incluso novelas. También solemos encontrar
grupos de libros que no cuentan historias, ni tampoco invitan a la contemplación como la poesía, sino
más bien, buscan dar pautas de convivencias, y ahí encontramos textos de tipo legales o morales.

Cada escrito que hay en la Biblia aporta una riqueza única a un hecho que puede ser contado de muchas
maneras: la intervención de Dios en la historia de la Humanidad.

A pesar de que la Biblia, en su conjunto, cuenta una sola historia, es muy importante tomar en cuenta la
diversidad en los estilos, géneros y figuras literarias que se encuentra en cada libro de la Biblia, además
de toda la historia que rodea a la composición de estos textos, para de esa forma poder profundizar más
en el mensaje que los autores dejaron en cada escrito y así no perder su sentido original.

Capítulo 2: Modos de lectura de la biblia


La capacidad que tiene el ser humano de interpretar una realidad es casi infinita; un mismo hecho puede
ser interpretado de muchas maneras, dependiendo de quién lo mire, del cómo lo mire y desde donde lo
mire. Con la Biblia ocurre lo mismo.

Existen muchos criterios y modos a la hora de leer, interpretar y comprender la biblia. Este fenómeno se
debe a varios elementos, algunos relacionados a la información que aporta el texto (es decir, la lengua y
la forma en que fue escrita, su autor, la época en que se escribió y la comunidad a la que está dirigida);
otros al lector (sus intereses ¿por qué y para qué se lee la biblia?, sus conocimientos en torno al texto, el
método que emplea para hacerlo, entre otros).

Una forma de leer la biblia es la llamada: “lectura pastoral de la biblia”. Esta forma de lectura integra:

- la oración (entendida como diálogo con Dios a partir del texto),


- la lectura desde la liturgia y la prédica (esta lectura busca el compromiso de vida del oyente);
- la lectura catequética o doctrinal (que busca cimentar las bases doctrinales de la fe).
- las lecturas contextualizadas, de los que son protagonistas distintos colectivos y usan distintas
hermenéuticas para tener un acercamiento al texto bíblico desde su propia realidad.
Por otro lado, tenemos las formas de lecturas académicas. Son lecturas más elaboradas e integran la
lectura desde:

- la teología (busca reflexionar de manera sistemática y global sobre los contenidos de la fe),
- la exégesis (hace una lectura minuciosa para comprender el texto bíblico en sí mismo);
- y por último tenemos las lecturas desde las ciencias humanas (historia, psicología, sociología,
etc) que a veces usan un texto bíblico como objeto de estudio.

Cada una de estas formas de leer la Biblia son válidas, todas tienen sus riquezas y particularidades; sin
embargo, es bueno poder contrastarlas unas con otra, puesto que, quedarse con una sola lectura es
insuficiente. Si queremos aprovechar los textos bíblicos en profundidad, es necesario aprender a
dialogar con las distintas formas de lecturas, reconociendo las posibilidades y los límites de cada uno.

Capítulo 3: Traducciones
Las lenguas en que los textos bíblicos fueron escritos originalmente son el hebreo, el arameo y el griego.

Traducir la Biblia desde estos idiomas antiguos, a nuestro castellano moderno, encuentra algunas
dificultades, puesto que, nunca es posible traducir a un idioma exactamente lo que otro idioma expresa,
más aún si se trata de textos antiguos. A veces, existen palabras, expresiones y juegos de palabras del
mundo bíblico que no tienen una correspondencia adecuada en nuestro idioma, además de esto, a en
algunas ocasiones se encuentran palabras o frases que solo aparecen una sola vez, lo cual dificulta su
traducción porque no se lo puede comparar con otros textos para extraer su significado profundo.

Sin embargo, a medida que las ciencias bíblicas progresan, van apareciendo nuevas soluciones a los
problemas textuales. Cada nueva traducción tiene un objetivo y en ella los traductores procuran superar
las dificultades textuales; esto explica en parte por qué se traducen los mismos textos de modo distinto
en las distintas biblias. Los traductores interpretan lo que dice el texto cuidando el sentido “original” del
texto, por un lado, y, por otro, el objetivo que persigue cada traducción.

No todas las traducciones son iguales, dependiendo de la lectura que se quiere hacer (ya sea académica
o pastoral), existen diversas traducciones, cada una enfocada a un tipo de lectura.

A groso modo, podemos dividir las traducciones de la biblia en dos categorías: las traducciones formales
o literales y las traducciones funcionales o dinámicas.

Las traducciones formales o literales tratan de mantenerse lo más fiel posible en el lenguaje original, por
ello muchas veces son confusas y están enfocadas más al estudio académico de la biblia. Este tipo de
traducciones muchas veces mantienen la estructura del lenguaje original, para tener más exactitud en el
estudio.

Las traducciones funcionales o dinámicas apuntan a una comprensión inmediata del texto, buscan que
el lector tenga una interpretación inmediata del mensaje y por ello usa palabras simples, a veces alteran
las estructuras de las frases para que sean más entendibles y también suelen agregar algunas palabras
para que se facilite la comprensión. En estas traducciones, las notas explicativas son de gran ayuda para
este objetivo.
Ambos tipos de traducción tienen su valor, sin embargo, esto no quiere decir que sean iguales. Las
traducciones formales tienen mucho valor a la hora de hacer un estudio serio y académico de la biblia, y
sus textos pretenden mucha exactitud a nivel formal y, por eso, pueden ser poco claros.

Por otro lado, las traducciones funcionales son de gran utilidad a la hora de hacer una lectura pastoral
de la Biblia, tienen mucha claridad en sus textos, pero para lograr esto, muchas veces renuncia a la
exactitud que se necesita en los estudios académicos.

Capítulo4: Figuras literarias


Las figuras literarias son formas poco habituales de usar las palabras, pero son bastantes recurrentes su
uso en los textos bíblicos. Las figuras literarias buscan darle mayor relevancia a una idea o una frase, con
el fin de generar emociones, sorprender, sugerir, persuadir, etc.

En la Biblia encontramos un sinfín de figuras literarias y es importante tratar de reconocerlos para poder
apreciar mejor el mensaje que quiere transmitir el autor a la comunidad para la cual escribe.

Hay figuras literarias comunes a todos los idiomas. Como ejemplo podemos mencionar las preguntas
retóricas, que consisten en preguntar algo para provocar la atención del que escucha, aun cuando la
respuesta es obvia y el autor conoce la respuesta. Sin embargo, existen otras que son propias de una
lengua y una cultura.

En la Biblia hay figuras literarias que tenemos en el castellano como también otras que son propias del
antiguo universo de la cultura hebrea y griega, como por ejemplo muchos de los proverbios y refranes,
que una vez traducidos a nuestro idioma carecen de mucho significado.

Y, como acontece con cualquier texto, varias figuras de las lenguas y las culturas bíblicas originales se
pierden en la traducción, sea porque el idioma de destino no permite mantener el original, o porque hay
juegos de palabras y de expresiones idiomáticas intraducibles.

Esta situación suele cubrirse con aclaraciones de pie de página del traductor o a partir de la adaptación a
los elementos culturales propias del lenguaje del traductor.

Algunas figuras literarias que aparecen en la biblia son

- Macarismo o bienaventuranza: “Se trata de una bendición u ovaciones a alguien, iniciadas por
la formula “bienaventurados quien”, “feliz quien”, “felicidad para quien”. Lo podemos ver en Dt
28,3-6; Sal 84,4; Mt 5,3-12.
- Lamentaciones o quejas (o incluso maldición): Es lo contrario a los macarismos: “ay de quien”,
“pobre de quien”. Ejemplos: Is 5,5-24 (6x); Lc 6,24-26).
- Hipérbole: es una frase o expresión enfática, provocada por la exageración: 2Re 21,16; Gal 1,8.
- Ironía: Cuando se dice el opuesto de lo que se pretende realmente decir (ironía verbal: Am 4,4-
5; Mt 22,16), o cuando el resultado de una acción es lo contrario de lo que se pretende hacer
(ironía dramática: Ecl 10,3; Mt 19,16-22).
- Metáfora: Semejanza establecida sin el uso de la partícula “como”: Sal 57,5; Cnt 4,12; Jn 14,6.

Capítulo 5: Géneros Literarios


La lectura que hace el cristiano del conjunto de la Biblia es la de una sola historia: la historia del
Amor de Dios hacia la humanidad contada de muchos modos distintos.
La lectura del conjunto de la Biblia es desafiante, porque cada libro que hay en ella, cuenta de
manera diferente su contenido, los cuales contribuyen a la gran historia de la Biblia de manera
única. A estas “maneras distintas” de contar las cosas se los conoce como géneros literarios.
Las obras literarias en general, se pueden clasificar de acuerdo a sus géneros literarios, que son
las formas o características comunes que se encuentran en la literatura que dan forma y
estructura al mensaje e intención que el autor quiere transmitir.
La Biblia es un libro religioso, pero también es una obra literaria; por eso es muy importante
tener en cuenta tanto el género literario en que está escrito un pasaje, como el contexto en el que
escribe y los destinatarios del mismo para entender mejor qué es lo que el autor quiso decir.
Reconocer los géneros literarios en la biblia nos predispone de manera distinta a la hora de
abordar los textos que hay en ella. Por ejemplo, uno lee con una expectativa distinta un libro de
leyes a un libro de poesía, espera de cada uno un contenido y lenguaje específico. Cuando leemos
un libro de leyes buscamos reglas de comportamiento en un lenguaje técnico y exacto; en
cambio cuando leemos poesía buscamos belleza en las expresiones y reflexiones profundas sobre
los sentimientos, la vida y la existencia.
En la Biblia, los libros no se organizan precisamente por su género literario, muchas veces
encontramos que un solo libro tiene varios géneros literarios en distintos pasajes.
Aunque encontramos muchos géneros literarios en la biblia, de manera muy general se puede
hablar de cinco grandes agrupaciones: Narraciones o Relatos, Leyes, Discursos y Enseñanzas,
Cánticos y Poesía o lírica, y cartas.
El texto bíblico adquiere mayor claridad cuando se toma en cuenta el género literario en la que
un pasaje está escrito, puesto que nos ayuda a enfocar nuestra atención en el mensaje del autor,
el cual, muchas veces, está camuflado detrás de las formas en que se presenta.

Capítulo 6: La Narración en la Biblia


La Biblia cuenta historias. En muchos libros que hay en ella encontramos narraciones de todo
tipo, tanto así que casi el 50% de la Biblia es narración, como si fuera que lo propio de la Biblia
es contar historias.
¿Pero por qué en la Biblia hay tantas narraciones? ¿por qué no es un libro de filosofía, como
sucede con otros libros sagrados de otras religiones y culturas? Esto ocurre por dos razones:
- La primera es porque la Biblia narra la historia del amor de Dios por su pueblo. Es una
relación entre seres vivos que se va haciendo a lo largo de la historia de la humanidad.
- La segunda es porque la narración, el contar historias, es la manera más universal que
tiene el ser humano para comunicar, tanto así que, incluso nuestra mejor manera de
captar información es a partir del relato… en otras palabras, a todos nos gusta escuchar
historias.
El contar historias es casi como un diálogo entre el narrador y los que escuchan la narración. En
gran medida, las historias dependen del narrador. El narrador es quien confecciona las historias,
es el encargado de recopilar varios acontecimientos y ordenarlos de tal manera en que puedan
tener un sentido, haya un mensaje, y, en definitiva, cuenten una historia.
Por otro lado tenemos a los espectadores, es decir, las personas que reciben la narración. Los
que escuchan el mensaje son los encargados de aprobar o no una narración y es gracias a ellos
que el narrador escoge una forma determinada de contar una historia. Frente a esta realidad,
siempre es bueno preguntarnos ¿quién es el autor que cuenta la historia? ¿qué intenciones tenía
al usar estas palabras? Y ¿quién era su público?
Con las narraciones, varios acontecimientos que ocurren en la vida o en la imaginación, que
parecen aislados unos de otros, comienzan a relacionarse entre sí y tener un sentido de fondo.
Un ejemplo de ello son las anunciaciones que Jesús hace de su pasión y que los discípulos, en el
evangelio de Marcos, no llegan a comprender al principio, hasta llegar al final de la narración
evangélica, en donde adquiere un sentido profundo.
En la Biblia predomina la narración, pero no todas las narraciones son iguales y por lo tanto, los
textos no deben ser leídos de igual manera. En la Biblia encontramos narraciones de todo tipo,
ya sean Novelas, Biografías, Sagas, Cuentos, Leyendas, Mitos. Cada uno de estos textos deben
ser leídos desde lo que son, tratando de encontrar el sentido de fondo de cada uno.
Los autores bíblicos vieron en la narración la mejor manera de expresar la acción de Dios en la
historia de la humanidad, y utilizando varias técnicas y recursos narrativos, fueron
confeccionando las historias que aparecen en la Biblia.
Cada narración tiene un interés particular (animar, llamar la atención, confrontar, orar, etc.) y
unos destinatarios particulares en una situación particular (una comunidad que sufre o que ora,
que está en el exilio, que se aleja del Plan de Dios, etc.). Pero en el fondo, todas estas narraciones
quieren mostrarnos, a través de acontecimientos y vivencias humanas, cómo Dios se manifiesta
en la vida de las personas y así inspirarnos a cada uno a encontrar a Dios en la vida misma.

Capítulo 7: Discursos y enseñanzas


En la biblia encontramos discursos, no de manera vasta como las narraciones, pero están
presentes.
Se puede decir que un discurso es una exposición de una idea de manera lógica y estructurada,
en donde un orador busca persuadir a un público con razonamientos, para que las personas que
escuchen el discurso puedan sentirse movilizados a cambiar algún aspecto de su vida. Por
ejemplo, el discurso de la montaña en Mt 5.
En la Biblia encontramos discursos en distintas formas. Generalmente, hay libros que en su
totalidad son discursos, como el libro de Deuteronomio, que es un libro de leyes, pero que está
expuesta en forma de discurso. Es el discurso que Moisés dirige al pueblo antes de entrar a la
tierra prometida.
Los discursos, como todo en la Biblia, están relacionados con transmitir una enseñanza de tipo
religiosa, a veces en forma de sermones; otras veces de forma en que puedan defender alguna
idea, como las invectivas de Jesús contra los fariseos y doctores en Mateo, los cuales son
conocidos como apologéticos. También hay discursos que se utilizan con motivos de despedida,
como el discurso de despedida de Moisés o los discursos de Jesús en la última cena en el
evangelio de Juan.
La gran mayoría de los discursos bíblicos aparecen mezclados con diversos tipos de intereses, a
veces encontramos discursos de despedida con intenciones didácticas o históricas, como
también un discurso apologético con tintes jurídicos.
Los discursos en la Biblia suelen tener características filosóficas, y dependiendo el tipo de
discurso, encontramos en ellos enseñanzas muy profundas sobre el sentido de la vida y la
muerte, el sufrimiento y la alegría, como también verdades medulares sobre la fe.
Estos textos buscan ayudarnos a entender mejor nuestra existencia, decirnos cómo vivir nuestra
fe o cómo relacionarnos con los demás, darnos una normativa y se vale de razonamientos lógicos
y otras artes retóricas para ayudarnos a reflexionar sobre la humanidad y su relación con Dios.

Capítulo 7: Las Leyes en la Biblia


Gran parte de los primeros cinco libros de la Biblia corresponde a tres extensos códigos legales, el
código de la alianza en el éxodo, el de la santidad en el Levítico y el deuteronomista en el
Deuteronomio; todo un extenso código legal de más de 600 leyes.

Los antiguos juristas de Israel veían en estas leyes la sabiduría de Dios para mantener una relación
armónica entre todos los Israelitas, dando testimonio de que el don de Dios impone ciertos
compromisos.

Estas leyes fueron formuladas en distintas épocas para que el pueblo pueda salvaguardar su justicia
frente al egoísmo humano y al mismo tiempo salvaguardar la relación entre Israel y su Dios.

En los textos jurídicos de la biblia encontramos varios tipos de leyes que se pueden agrupar en cuatro
apartados:

- leyes de santidad, que se ocupan de las prescripciones morales buscaban dar una identidad
religiosa a Israel frente a otros pueblos.
- Sacrificios: relacionados a la manera de cómo el pueblo de Israel debía realizar sus sacrificios en
el Templo
- Leyes de justicia: este grupo de leyes se ocupan de la relación entre las personas que
hacen el pueblo de Israel y se fundamenta en el principio de que todos los seres
humanos, al ser hechos imagen de Dios, tienen la misma dignidad.
- Leyes sobre el tiempo sagrado: este grupo de leyes quería salvaguardar el sentido y la
ejecución de los momentos sagrados para Israel (sábado, el año de gracia, etc.).
Muchas de estas leyes podrían parecernos anticuadas y obsoletas, sin embargo, a partir de
Jesús, el cristiano relee estas leyes desde otra perspectiva y así adquiere un significado nuevo,
que apunta a la liberación del ser humano de todo tipo de atadura.
O Bien: Cada una de estas leyes, el cristiano lo reinterpreta desde Jesús, para así
encontrar su sentido más profundo y lograr así una humanidad más plena.

Capítulo 8: La lírica en la Biblia


La lírica es un género literario amplio en donde podemos incluir la poesía, los canticos y los proverbios.
Cuando hablamos de lírica, nos estamos refiriendo a un género literario que busca expresar
sentimientos y emociones profundas.
Desde muy antiguo, el ser humano buscó expresar la belleza de la vida y su complejidad en palabras, lo
cual no siempre suele ser fácil. La vida, sus expresiones y los sentimientos que nos provocan, muchas
veces resultan ser confusos y llevarlos a la literatura requiere de mucho arte y reflexión.

La lírica, especialmente los poemas, están elaborados con un lenguaje muy creativo, en donde se utilizan
muchas figuras literarias con el fin de provocar sentimientos al lector y despertar la imaginación, para así
poder ver las distintas realidades del mundo de manera diversa. Sería algo así como salir de lógica
común, para ver otras alternativas dentro de la vida.

En la Biblia tenemos mucha lírica, en dónde los autores quieren plasmar en palabras las vivencias del
pueblo en su relación con Dios, con el fin de ayudarnos a reflexionar sobre nuestra propia relación con
Dios, las dificultades de la vida y también a animarnos a tener esperanzas en nuestro caminar.

A la hora de interpretar la lírica en la Biblia, es bueno siempre tener en cuenta que no todos los poemas
son iguales, hay mucha diferencia en el estilo de hacer lírica entre una cultura a otra. Para comprender
la poesía bíblica, es importante también comprender la dinámica de la poesía hebrea, el cual tiene varias
aristas.

Una de las formas en que la poesía hebrea expresa sus ideas es a través del uso de paralelismos. Esto se
da especialmente en los Salmos y Proverbios. Hay paralelismos donde la segunda línea repite con
diferentes palabras la primera línea para comunicar el significado. Hay paralelismos donde la segunda
línea amplifica la primera línea al añadir información.

Otro factor importante para comprender la poesía hebrea es el uso de hipérbole o lenguaje exagerado
para comunicar sus ideas.

No es nada fácil traducir poesía hebrea al español, y a veces hay técnicas de lenguaje especiales que son
eficaces en el idioma original, pero no tienen la mínima eficacia cuando la poesía es traducida al
español.

En la Biblia encontramos lírica en varios libros. El más famoso de todos es el libro de Salmos, que
básicamente son canciones que el pueblo utilizaba en distintas ocasiones y no necesariamente cultuales.
Por otro lado, tenemos la poesía reflexiva de los libros de sabiduría, que buscan que el lector profundice
en sus búsquedas existenciales. También encontramos poesía en la resistencia apasionada de los
profetas frente a distintas clases de opresión.

Muchas veces, en la Biblia encontramos una narración que es interrumpida por un texto lírico, como es
el caso de la narración del paso del mar rojo, en donde la narración es interrumpida para dar lugar a un
cántico pronunciado por Moisés. De esta manera, la narración adquiere otra belleza y el lector puede
experimentar los sentimientos que son narrados.

Con la lírica, los textos bíblicos adquieren otro tipo de profundidad y nos ayudan no solo a reconocer el
paso de Dios por nuestras vidas, sino que a experimentar esa presencia de manera vivencial.

Capítulo 10: Las cartas de la Biblia


Las cartas son un género literario que tiene como función principal la comunicación entre un remitente
(el que escribe la carta) y un receptor (el destinatario de la carta).
Tradicionalmente, al género literario de “cartas” también se lo conocía como “epístola”, que
básicamente es un sinónimo de cartas, sin embargo, en la actualidad, la palabra “epístola” se prefiere
usar para cartas con contenido ético o religioso, particularmente para referirnos a las obras del Nuevo
Testamento en donde se recoge los escritos de algunos apóstoles que están dirigidos a algunas de las
primeras comunidades cristianas.

No existe un motivo particular para escribir una carta, es el género literario más libre, puesto que en ella
se puede abordar una infinidad de temas, desde cuestiones personales e incluso cuestiones
diplomáticas. También, es este género literario el que es más fácil de reconocer, puesto que no importa
la cultura, las cartas básicamente tienen la misma estructura: Un destinatario, un saludo, el desarrollo
de un tema o cuerpo y la despedida.

En la Biblia no es el género literario más abundante, sin embargo, están presentes de manera muy
significativa en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento solo se mencionan alguans cartas, muy
al contrario del NT en donde encontramos más de una colección de estos escritos.

Las epístolas del NT se pueden organizar en dos grandes grupos: Epístolas Católicas o Apostólicas y
Epístolas Paulinas. Las epístolas católicas son un conjunto de cartas que no tienen como destinatario una
comunidad en particular. Fueron escritos en diversos momentos del primer siglo del cristianismo,
revelan una variedad de temas que preocupaban a las comunidades primitivas y que a menudo son
relevantes incluso hoy. Muestran que desde sus orígenes la teología cristiana ha sido concebida como
un diálogo abierto y plural.

Por otro lado, tenemos el Corpus epistolar paulinos, el cual es una serie de cartas a comunidades
específicas que Pablo y su comunidad misionera acompañaban desde la distancia. El objetivo de las
cartas paulinas, en general, era la de dar instrucciones a los cristianos sobre el modo de comportarse y
responder a las inquietudes relacionadas a la comprensión de la fe o la organización de las
comunidades.

Gracias a estas cartas podemos tener un acercamiento directo al sentir de las primeras comunidades
cristianas, sus inquietudes, preocupaciones y su manera de comprender el cristianismo en las primeras
horas. En ellas encontramos inspiración para seguir actualizando el cristianismo a nuevos tiempos.

Capítulo 11: los evangelios ¿qué son en realidad?


Al comienzo del nuevo testamente tenemos una colección de cuatro libros que tienen por nombre:
evangelios y están protagonizados por Jesús. En la tradición cristiana, desde muy antiguo, estos escritos
fueron reconocidos con este nombre y no como historias sobre Jesús, o vida de Jesús.

Básicamente, dentro de la literatura bíblica, los evangelios pueden ser considerados como biografías
cortas de Jesús de Nazareth, su vida, ministerio, pasión, muerte y resurrección, pero a diferencia de una
narración biográfica tradicional, los evangelios no aportan muchos datos certeros sobre su vida
cotidiana, el tiempo exacto en que transcurrieron los hechos, etc.

Si buscamos catalogar los escritos evangélicos dentro de un género literario, vamos a tener problemas…
Se los puede concebir, de manera muy general, como narraciones, puesto que existe una voz de relator
que va narrando los hechos, ahora bien ¿Qué tipo de narración es un evangelio, es de tipo épico,
doctrinal, mítico, histórico? Cuando entramos en estas preguntas la cuestión se complica un poco,
puesto que son escritos únicos que tienen un fin muy específico, el cual, se aleja de cualquier otra forma
de narración. Frente a esta realidad, los estudios prefieren concebir estos escritos con un género
literario propio1.

Pero ¿Qué significa evangelio? La palabra evangelio viene del griego y significa Buenas noticias. En el
mundo grecorromano se utilizaba esta palabra para referirse a los anuncios de buena noticia
procedentes de las más altas instancias, por ejemplo, las buenas noticias de un emperador que trae
consecuencias positivas a todo su pueblo, como fue el caso del nacimiento del Emperador Augusto, el
cual, el imperio romano lo consideró como un evangelio.

También tenemos un uso similar en el pueblo de Israel. En el Antiguo Testamento, un poema de Isaías: -
“Es hermoso ver bajar de las montañas los pies que traen la buena noticia”-, habla de un evangelio para
todo el pueblo de Israel, que a pesar de las guerras y de la destrucción de su ciudad, Dios sigue Reinando
y que todo el pueblo volverá a tener paz. A partir de este texto, empieza a gestarse la idea del Reinado
de Dios dentro del pueblo de Israel.

Mucho tiempo después de Isaías, la escena política, social y religiosa de Israel volvió a ser bastante
hostil, el pueblo ansiaba la llegada del Reinado de Dios. Dentro de este contexto, aparece un profeta
llamado Jesús de Nazareth que empieza a predicar un evangelio anunciando que el Reinado de Dios que
Isaías menciona ya está llegando, él anuncia que Dios llega a su pueblo como un Rey que viene a
salvarlo.

A partir de la Buena Noticia del Reinado de Dios, Jesús va haciendo su ministerio, y enseña con sus
palabras y sus obras que el Reinado de Dios ya ha llegado. De esta manera tenemos que el evangelio de
Jesús no son solo sus palabras, sino toda su obra, Jesús mismo es la Buena Noticia, y con su proceder
demuestra que Dios y su Reino ya está con su pueblo.

Dentro del cristianismo, evangelio es una palabra que se aplica a la totalidad de la Persona de Jesús,
toda su vida es el Evangelio del Reinado de Dios, el cual fue anunciado en distintos momentos, en
distintas formas y por distintas personas.

Capítulo 12: los evangelios ¿qué son en realidad? pt2


Mucho antes de que los libros llamados evangelios fueran escritos, los seguidores de Jesús llamaban
Evangelio a la predicación que hacían, pero siempre aclarando que la Buena Noticia no son solo las
palabras, sino toda la acción salvadora de Jesús a través de su Espíritu en la vida del creyente cuando
acepta por la fe este anuncio.

Con esto tenemos que el Evangelio, en primera instancia es un anuncio, una prédica que tiene un fin en
particular: llevar al oyente a un cambio de vida aceptando por la fe a Jesús como salvador. Si el
evangelio, en primera instancia es una predica oral ¿en qué momento se terminó usando esta palabra
para designar unos escritos?

Esto un proceso que se dio dentro del primer siglo del cristianismo y empieza con el primer anuncio que
fue hecho por Jesús mismo. Él no escribió ningún libro, siempre predicaba a viva voz. Pero lo más
importante de Jesús no eran sus palabras, sino su misma presencia. Jesús, con toda su vida, manifiesta el

1
Me acuerdo que el gordo López había mencionado algo de esto… pero no me acuerdo bien como era la cosa
jajaja.
Reino de Dios de una manera tan vívida que inspiraba y transformaba la vida de muchos, siendo así él
mismo el Dios-Con-Nosotros.

Las palabras de Jesús quedaron impresas en las personas que lo seguían, puesto que sus enseñanzas
eran fáciles de entender y se acomodaban al pensamiento de la gente de su época. A las personas que lo
seguían y aprendían de él se los conoce como discípulos, quienes fueron los testigos directos de sus
hechos y enseñanzas. Los discípulos pudieron recordar y repetir lo que habían visto y lo que habían oído
de Jesús.

Después del acontecimiento de la resurrección y de pentecostés, los apóstoles interpretaron de una


manera distinta a Jesús, a quién ya lo reconocían como Señor. Al ver a Jesucristo resucitado,
entendieron de otra forma todo lo que había sucedido y pudieron profundizar verdaderamente el
sentido de la vida de Jesús.

Los discípulos se encargaron de anunciar el Evangelio a otras personas, sin embargo, ellos no se
limitaron a repetir las mismas palabras que oyeron; predicaron a Jesús explicando, aclarando e
interpretando lo que ellos habían visto y oído, además de ir confrontándolo con los escritos del AT.

Los apóstoles y los discípulos de Jesús fueron dejando pequeñas anotaciones de las enseñanzas de
Jesús, con el fin de animar a las comunidades. Pero cuando llegó el momento en que los seguidores
directos de Jesús murieron, se corrió el peligro de que toda la enseñanza se perdiera. Fue en ese
momento en que aparecen en escenas algunos autores, quienes recogieron las enseñanzas escritas de
los apóstoles que estaban presente en las comunidades cristianas.

Estos autores hicieron el trabajo de edición de las enseñanzas apostólicas sobre Jesús, con el fin de
sintetizarlo, ordenarlo, explicando algunas frases poco claras, además de tratar de encontrar el contexto
apropiado para una frase, el encuentro histórico conveniente, etc.

Lo más importante para estos autores era que las enseñanzas de Jesús sigan teniendo el mismo efecto
transformador de siempre. Las comunidades cristianas ya no eran las mismas a la que se habían
formado en torno a Jesús y los Apóstoles, es por ello que el evangelio escrito recogía las enseñanzas de
apostólica y lo adaptaba a su nuevo auditorio, teniendo en cuenta su cultura y la situación de su fe.

Gracias a este largo proceso hemos podido recibir cuatro escritos distintos sobre el Evangelio de Jesús.
Cada uno de estos escritos es el mismo evangelio, pero desde una mirada distinta, cada uno
interpretado por una comunidad, hoy en día se los conoce con el nombre de Evangelios según Mateo,
Marcos, Lucas y Juan.

Capítulo 13: los evangelios ¿qué son en realidad? Pt3


En la Biblia tenemos cuatro relatos cortos sobre Jesús: El evangelio de Mateo, de Lucas, de Marcos y de
Juan. Cada autor confeccionó sus escritos de una manera diferente y así enfatizar cosas diferentes sobre
Jesús. De esta forma tenemos cuatro testimonios y experiencias de un solo acontecimiento.

En el evangelio de Mateo, el autor quiere presentar a Jesús como un nuevo Moisés, y por ello agrupa las
enseñanzas de Jesús en cinco apartados como están dispuestos en la Torá Judía. El autor del evangelio
de Lucas resalta otro aspecto de la persona de Jesús y lo conecta directamente con los textos de Isaías
del siervo sufriente. Jesús es el siervo real quien trae la luz de Dios a todo el mundo. El evangelio de
Marcos presenta a Jesús como un nuevo inicio de la Humanidad, trayendo el misterio de la nueva
creación de Dios en el presente. Por último, tenemos el evangelio de Juan, quien presenta a Jesús como
el mismo Dios que viene a la humanidad para este pueda llegar a su plenitud.

Viéndolo de esta manera, vemos que estos escritos son muy diferentes unos de otros, sin embargo,
todos cuentan básicamente la misma historia: Que en un hombre de Galilea enseñaba las buenas
noticias sobre el Reinado de Dios, quien luego es condenado y crucificado como un criminal. De esta
manera, estos escritos hacen notar que la llegada del Reinado de Dios es a través de Jesús, el cual
termina en la cruz en donde es entronizado como el rey del nuevo mundo.

Ahora bien, estos escritos no son escritos aislados de la Biblia. Los autores bíblicos reconocieron en la
persona de Jesús el cumplimiento de todas las promesas de Dios hechas en el Antiguo Testamento y es
por ello que los evangelios deben ser leídos dentro de la continuidad de la historia que se narra en el AT.

Los evangelios retratan a Jesús como el enviado de Dios que vino al mundo a restaurar a la humanidad y
a anunciar que Dios está en medio de su pueblo. El objetivo de todos los evangelios no es solo que las
personas que lean estos textos conozcan a Jesús y su proyecto del Reinado de Dios, ellos quieren que
sus lectores formen parte de este proyecto.

Los textos evangélicos están diseñados para persuadirnos a confiar y seguir a Jesús, de tal manera que
podamos ser parte de la nueva creación.

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