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Síndrome de Burnout en Profesionales de la salud

El termino burnout fue descrito por primera vez por el psiquiatra Herbert J.
Freudenberger en 1974. A raíz de haber observado que en la clínica de
toxicómanos para la cual trabajaba, la mayoría del personal que atendía a los
pacientes después de 1 a 3 años de servicio sufrían una pérdida progresiva de
energía, hasta llegar al agotamiento, síntomas de ansiedad y depresión, así como
desmotivación en su trabajo y agresividad en los pacientes.

Fue hasta 1976, cuando la psicóloga social Cristina Maslach  retoma el término
utilizado por Freundenberger para definir el síndrome de agotamiento profesional o
burnout, y en conjunto con el psicólogo Michael P. Leiter desarrollaron un
instrumento para medir el síndrome, al cual llaman cuestionario de Maslach.

¿Qué es?

La definición más aceptada hoy en día es la propuesta por Maslach y Jackson


en 1981; quienes consideran que el síndrome es una forma inadecuada de
afrontar un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son el agotamiento
emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal.

El síndrome de burnout o puede definirse como un estado de agotamiento mental,


emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes,
estrés crónico o insatisfacción laboral que altera la calidad de vida de la persona
que lo padece y produce un efecto negativo en la calidad de la presentación de los
servicios médicos asistenciales. Una persona que presenta este síndrome puede
sentirse agotada todos los días, tener una actitud cínica, sentirse desmotivado e
incluso insatisfecho con su trabajo.

El estrés y el burnout presentan matices diferentes, por lo que no se debe


confundirlos; el estrés puede incluso aumentar el rendimiento de una persona,
ayudarla a enfrentar y resolver de forma adecuada las situaciones de la vida diaria
y a desarrollar su máximo potencial, mientras que el burnout siempre tendrá
consecuencias negativas (Manzano, 2001); además, el primero hace referencia a
procesos breves, en tanto que el burnout es considerado como el resultado de una
situación prolongada de desgaste (Arias y Zegarra, 2013).

Factores de riesgo

En la mayoría de los casos, el síndrome de desgaste profesional está


relacionado con el trabajo. Sin embargo, otros factores pueden contribuir con la
situación, como tareas y actividades extra laborales exigentes, ciertos rasgos de
personalidad (como el perfeccionismo) y un estilo de vida estresante. Este
síndrome puede afectar a cualquier persona, pero usualmente tiende a afectar a
aquellas que tienen trabajos que son físicos o emocionalmente estresantes (por
ejemplo, enfermeros, profesionales de medicina, asistentes sociales, etc.)

Desde el punto de vista psicológico existen características o rasgos en la


personalidad de los trabajadores de la salud que los predisponen a la
manifestación del síndrome:

 los que tienen dificultad para manejar grupos;


 las personas que se perciben débiles, impacientes, intolerantes, hostiles;
 los de baja tolerancia a la frustración;
 los que no pueden controlar impulsos;
 los que tienen poca confianza en sí mismos;
 los que tienen dificultad para expresar sentimientos y dar afecto;
 los que la autoimagen y autoestima depende de las demás personas;
 los que tienen gran necesidad de figurar o tener éxito.

Consecuencias

Las consecuencias de este problema son múltiples tanto en el ámbito personal


como laboral:

 Físicas: contracturas musculares, problemas dermatológicos,


cardiovasculares, digestivos, intestinales, sexuales, respiratorios e
inmunológicos.
 Psicológicos: afecta la autoestima, puede conducir a trastornos del estado
de ánimo como la depresión y trastornos de ansiedad. Mayor facilidad para
la adicción a drogas.
 Sociales: actitudes negativas hacia los demás, aislamiento social, aumento
de los problemas familiares o e pareja.
 Laboral: aumento del ausentismo laboral, disminución del rendimiento,
mayor posibilidad de errores.

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