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Amérique Latine Histoire

et Mémoire. Les Cahiers


ALHIM
Les Cahiers ALHIM

36 | 2018

Los pueblos indígenas de “Nuestra América” en el siglo XX


Palabra India

El movimiento indígena no es
aparentar, es luchar y seguir
poniendo nuestra resistencia
Blanca Andrade
https://doi.org/10.4000/alhim.6665

Resúmenes
Español English
Blanca Andrade entrega un testimonio sobre las condiciones de lucha indígena en el páramo
del Cauca, de sus formas de organización, de la participación de las mujeres y del actual
proceso de paz en Colombia.

Blanca Andrade gives a testimony about the conditions of the Indigenous’s fights in the
Páramo of Cauca, of their organizational ways, of the women’s involvement and about the
current process of peace in Colombia.

Entradas del índice


Keywords: Blanca Andrade, Cauca, Colombia, Nasa, Asociación de Cabildos Indígenas del
Norte del Cauca (ACIN), Indigenous People
Palabras claves: Blanca Andrade, Cauca, Colombia, Nasa, Asociación de Cabildos Indígenas
del Norte del Cauca (ACIN), pueblos indígenas
Texto completo
1 Blanca Andrade nació en 1959 en un nasa del Cauca (Colombia). Es de habla
nasayuwe y castellano, vive en el Resguardo de Pioyá Sa’th Tama Kiwe, municipio de
Caldono (Cauca, Colombia). 8 hijos, 3 esposos asesinados. Presente en las luchas del
movimiento indígena del Cauca desde inicios de la década de 1970. Después del
asesinato de su esposo Maximiliano, participó en recuperaciones de tierras. Fue
maestra de escuela, gobernadora del Resguardo de Pioyá, coordinadora de derechos
humanos de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI, 2012-
2014). En 2009 la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena de la Organización
Nacional Indígena de Colombia (ONIC) le otorgó un premio por su aporte como
mujer indígena a la resistencia. Actualmente es integrante del Consejo de Mayores
del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), y consejera en la Asociación de
Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y de la ONIC. Es una reconocida
mayora (mujer mayor) del pueblo nasa por sus varias décadas de vida y su historia,
su espiritualidad, sus conocimientos y capacidad de ser guía. Los siguientes
testimonios han sido recogidos principalmente de los sitios Crónica Desarmada y
Pueblos en Camino (tejido de comunicación)1.

Sobre Maximiliano, las autodefensas


indígenas y su muerte
2 Su esposo Maximiliano2 nació en el Páramo de Tierradentro, en un lugar muy
sagrado para los Nasa3. Blanca lo conoció ahí, cuando ella tenía 13 años. Luego
formaron pareja.

Maximiliano, mi esposo, era un indio inteligente, muy inteligente. En esa


época, yo lo que hacía era pelear porque él no vivía conmigo, porque él no
permanecía conmigo. Es que a nosotras nos han educado en una sociedad en
que la vida del hogar es estar con las ollas, trabajando, acumulando.

Yo creo que mi esposo, como es de un sitio muy sagrado, tenía esa sabiduría,
ese conocimiento. Yo le decía que nos pusiéramos a trabajar, que hay gente que
trabajando consigue cosas y anda bien. Él decía: “Blanca, eso no es vida. Hay
que andar pero enseñando a la gente cómo nos debemos de liberar, porque este
Estado a nosotros no nos garantiza vida para el futuro de nuestros hijos.

Hacia 1976, en las montañas del páramo, se empezaban a formar los grupos de
autodefensas indígenas armadas4 para defender las tierras recuperadas y
cuidar las comunidades. Maximiliano formaba parte de esos grupos. Los
soldados quisieron detenerlo, pero al no encontrarlo en casa llevaron a Blanca a
Silvia y luego a Popayán, al calabozo. Querían que yo dijera mentiras, verdades,
lo que fuera. Pero como no sabía nada, qué me iba a inventar. A los 8 días, me
dejaron libre. Yo parecía un perro muerto de hambre.

3 En esa época también llegaron guerrilleros del M19, eran diferentes de los
lugareños. Eran altos, blancos y negros. Con ellos los indígenas obtuvieron
formación, armas menos precarias a cambio de resguardo en montañas estratégicas.
Los del ejército y los pájaros5 empezaron a apresar y a matar líderes recuperadores,
justificando que se trataba de guerrilleros. Blanca trataba de que Maximiliano dejara
de pensar en las armas.

Mi papá también me decía: “Usted mija, para qué se mete con él. Él es
guerrillero y él va a terminar muerto, sino va a terminar en la cárcel. Y usted
con esos muchachitos, ¿a dónde va a ir a parar?” Y preciso, así termino mi vida.
Pero al menos… aprendí mucho de él. Él no iba a morirse, ni iba a ir a la cárcel
porque fuera un ladrón, ni un delincuente; sino porque él era defensor de los
derechos de los pueblos indígenas.
4 Después de 1979 y de la Operación Ballena Azul del M19, llegaron armas del
ejército colombiano del Cantón Norte de Bogotá a Tierradentro, enviadas por el M19.
Y tras de éstas llegó la fuerte represión no solo a los del M19 sino también a los
indígenas armados y sobre el CRIC, y con la presión se produce una militarización en
los territorios indígenas del Cauca.
5 En esos días fue a visitar a Moncho –amigo de ella y Maximiliano– y también a
otros presos.

A Moncho, lo volví a ver después, en Mosoco. Le dije “¿Moncho qué anda


haciendo?”. Y dijo él: “Nosotros andamos en la lucha porque nos toca
defendernos, defender a los compañeros que están recuperando, porque nos
están matando Los Pájaros. Nosotros no podemos quedarnos con los brazos
cruzados.” Y ahí fue que formaron el grupo6.

Mientras el M19 se fue a resguardarse en el Caquetá, el sexto frente de las


FARC se apresuró para consolidar su presencia y poder político en las
montañas del Cauca, pero acusaba a los recuperadores de tierra como cuatreros
y ladrones. Se formó y consolidó el grupo armado indígena que daba apoyo a
las acciones de recuperación de tierras, la ampliación de resguardos, la defensa
de las autoridades indígenas y el derecho a una organización autónoma, grupo
que en noviembre de 1984 devendrá en movimiento armado indígena Quintín
Lame. Maximiliano tenía las armas del Cantón Norte a su cargo. Las limpiaba,
las aceitaba y volvía a ponerlas bajo tierra, como si se trata de un cadáver o una
semilla de maíz. Decía que solo las entregaría cuando se decidiera en
comunidad qué se haría con ellas7. Un día de 1984, Blanca recibió una llamada
telefónica y le dijeron: “Compañera Blanca, tiene que venir. Mataron a su
marido”. A fines de 1985, murió Moncho.

La gente me pregunta y a los que no son de confianza yo digo que a él lo mató el


enemigo, pero no. A Maximiliano lo mataron ellos mismos, por eso, porque él
me decía: “Yo no voy a entregar armas”.

Yo quedé como un vaivén sin agua, tambaleando pa’llá y pa’cá. Entonces


escuché otra vez al padre Álvaro8 que llegó acá a hacer una misa, en la misa él
no hablaba así como los otros padres, así no. Él hablaba de reclamar derechos,
decía que los indígenas también tenemos cabeza, somos inteligentes. A
nosotros nos han tenido adormecidos, esclavizados, nos han quitado toda la
riqueza, nos han dejado como un niño peladito, desnudo, pero decía él que
nosotros somos ricos, nosotros no somos pobres.

Ya cuando matan a Maximiliano, como que mi cassette espiritual empieza a


soltar. Me tocó hacer muchas cosas, recuperar tierra e ir a denunciar en la
época de la persecución a la organización (CRIC).

6 Cuando llegó la amenaza del Comando Ricardo Franco de las FARC salió huyendo
camino al río Naya con sus hijos. Cuando le llegó la noticia del homicidio del padre
Álvaro, regresó. Retumbaron en ella las palabras que él le había confiado:

No se preocupe Blanquita, usted siga para adelante, si me mataran a mí,


ustedes quedarían para seguir luchando.

7 Y lo que vino fue lucha.

Sobre las mujeres


Me siento muy orgullosa de luchar contra los obstáculos de la mujer, el
abandono del Estado, la discriminación y programas que intentan bajar la
organización de la mujer (20099).

En nosotros los Nasa existe mucha timidez, las mujeres no hablan… Más sin
embargo en mi comunidad ya hemos sido dos gobernadoras, y si logramos
nombrar, ya somos tres, pero en otros resguardos todavía no hay gobernadora
(201110).
A veces hacen ver que las mujeres somos de un sexo débil, que somos delicadas.
Y no, por el contrario. Si nosotras podemos parir es porque somos muy fuertes.
Sino que a nosotros la misma educación, el sistema, nos han hecho ver que
nosotras las mujeres somos flojas, que somos blandengues, que somos
atembadas11. ¡No!, nosotras somos muy inteligentes y muy fuertes. De
nosotros, con esfuerzo de nosotras como mujeres, con la fuerza que hemos
tenido, hemos sobresalido.

En este momento, yo soy consejera en la ONIC, en el área de mujer también. Yo


me he ganado esos méritos porque he aprendido a defender, también como
mujer. Yo no he estudiado; a mí me ha enseñado la vida, tratándome bien,
tratándome duro. Así he aprendido yo que esta vida no es como nos la pintan,
que esta vida tiene otro color. Para eso las mujeres tenemos que ser fuertes y
hacernos sentir.

Ante el enrolamiento de su hija en la


guerrilla del frente Jacobo Arenas de
las FARC
Mi hija, cuando tuvo 15 años, se fue dejándome una nota donde decía que ella
se iba porque me hacía renegar mucho y que se iba a colaborar con la causa de
las FARC. Se despedía diciendo que ella iba a andar mucho pensando en su
mamá y que volvería. Yo me sentí muy desesperada, muy mal, porque ella es mi
compañera, mis ojos, mi respiración. Yo vivo por ella. Sin ella, para qué la vida.
Yo dije que no le vaya a pasar nada a ella, porque en esa época sí que había
combates. Lo único es que estaba protegida espiritualmente. Los muchachos
me decían que me tranquilizara; que su hija va a volver Mayora, ellos no lo van
a llevar, ella está allá porque no saben que es su hija, pero apenas se den cuenta
que es su hija ellos lo mandan. Fui a buscarla y me la entregaron. Yo ahí mismo
la cogí y la llevé para Bogotá y la puse en un internado. Le dijeron a ella que por
su bien se quedara, que le iban a poner en la universidad hasta terminar. Pero
ella dijo que no, que ella se iba con la mamá, que quería estar con la mamá y se
vino.

Sobre el movimiento indígena del


Cauca y el actual proceso de paz en
Colombia
Cuando el presidente Santos habló de paz, a los de nuestra Consejería, a
nuestros mayores le les abrieron las agallas12 y dijeron: “Tienen que votar por
Santos, porque sino, no hay paz”. Pero yo decía, ¡pero si serán atembados! A
nosotros, ¿cuántas veces nos ha tocado, para conseguir lo que hoy tenemos,
salir a bloquear la carretera Panamericana? Yo desde los 18 años, me ha tocado
cargar mis hijos y estar en la Panamericana, y así hemos conseguido. Uno como
viejo, lo siente y lo ha vivido. Pero muchos lo hablan en teoría y no lo han
vivido, son personas que tienen sus sueldos y entonces para ellos es fácil hablar
del proceso de paz.

El movimiento indígena, en el ‘71 empezó por cosas que se necesitaban, y por


eso se formó la Plataforma de Lucha del CRIC13. Ahí está muy claro lo que
queríamos, lo que hemos venido construyendo y ganando por medio de la
lucha14. Este es el proceso de paz del movimiento indígena que nosotros hemos
venido logrando, y que seguirá logrando la juventud si así siguen luchando.
Pero si ya se quedaron como las aves, quietos, lo que hacen es que se acabe el
movimiento indígena, porque yo eso es lo que veo. Lo que quieren es que les
lleven todo en la mesa, servido. Nada les va a llegar a ustedes servido, peor aún,
por medio del proceso de paz no les va a llegar. No les va a llegar si no lo
luchan. Tenemos los ejemplos en el Cauca, del M19, con el Quintín Lame.
Nosotros debemos de prepararnos para el postconflicto que viene.
Como decía un compañero, veamos cómo estamos al interior de nuestras
comunidades, de nuestras familias. Muchos hablan de la unidad. Antes, este
sitio de la María [Piendamó], de convivencia pacífica, mucho se llenaba; pero
ahora no, las sillas se quedan vacías. ¿Por qué la gente no le ha tomado interés?
Me dijeron que venga para la celebración de los 45 años del CRIC y para la
junta directiva. Y yo sí que estaba ocupada y tenía mucho que hacer, pero me
vine porque lo vi tan importante. Pero porque yo, vieja, al CRIC lo tengo aquí,
en el corazón. No he sido tan fiel a los hombres, pero sí al CRIC. ¿Así serán
ustedes o ustedes serán fieles al marido, pero al CRIC sí lo han traicionado?
Unos por el Partido Verde, otros por la ACIN, por el MAIS [Movimiento
Alternativo Indígena y Social], por los de Uribe, y tanto partido que hay.
¡Estamos tan fraccionados! Yo como vieja, pregono la unidad. De los ‘70 a
pasados los ‘80, sí había unidad. No había plata de transferencia, pero sí había
unidad. Aportábamos en esa época del trabajo de nosotros. Ahora, ¿aportan
ustedes? Lo que quieren es que el Cabildo aporte. Y ni así vienen a las
reuniones. Es triste.

Por eso, nosotros debemos de seguir llevando adelante los 10 puntos de la


Plataforma, para dejar una herencia. Pero no nos abstengamos. No seamos
como la abeja reina, esperando que trabajen los demás para nosotros
conseguir. Aquí, hay muchos que no han luchado como nosotros los viejos,
pero están absorbiendo miel de lo de nosotros, y nosotros estamos quedando
como cascos vacíos, ya sin miel.

Lo que yo les pido es que sigamos construyendo. No nos pongamos a oír lo que
dicen afuera. Antes ha habido procesos de paz, pero a nosotros nos ha tocado
seguir poniendo muertos, seguir luchando. Sigamos luchando. Lo que le digo a
la juventud, es que sigamos poniendo pecho al sol y al agua y sigamos
caminando. No nos olvidemos de nuestra Plataforma de Lucha; no la tengamos
solo en la teoría, mostrémosla a nuestra familia. Y miremos al interior de
nuestras autoridades, veamos si estamos ejerciendo de verdad la autoridad
propia. O estamos corroyendo, como la educación, la salud, diciendo “Es que
nos dijeron allá que es así, y tenemos que dar este informe. Que la educación
tiene que ser así”. Y los maestros están enseñando el PEI mismo15, cuando
nosotros venimos hablando de una educación propia…

El proceso de paz es para allá, para unos desocupados que quieren aparentar.
Nosotros, el movimiento indígena no es aparentar, es luchar y seguir poniendo
nuestra resistencia, al sol y al agua. Porque así lo hemos conseguido. Hay unos
boquisabrosos que sí se van para allá, o quieren conocer La Habana. Que lo
hagan con interés personal, no con el nombre del movimiento indígena. Yo lo
que les digo es que no nos afanemos tanto. No nos hagan meter las patas,
diciendo que llegó una orden y hay que votar por Santos. Ojalá que los
consejeros que van a ir a las Consejerías tengan una claridad política de verdad,
con sentimiento de lucha y no con sentimiento de intereses personales,
haciéndonos meter las patas hasta a los viejos, los boquisabrosos.

Notas
1 “Blanca, la fuerza del páramo”, publicado en el sitio Crónicas desarmadas, 12/01/2018,
disponible en línea: <https://cronicasdesarmadas.com/blanca-la-fuerza-del-paramo/>;
“Fuerza de mujer”, publicado en el mismo sitio, 20/02/2018, disponible en línea:
<https://cronicasdesarmadas.com/fuerza-de-mujer/> (con Derechos reservados a
ELEGANTE, Laboratorio de Comunicación visual); “Intervención: Blanca Andrae habla sobre
proceso de paz”, NASAACIN, 28/03/2016, disponible en línea:
<https://youtu.be/44An5KYc9oI>, consultado el 01/11/2018. El primero y el tercero se
encuentran disponibles en el portal del tejido de comunicación Pueblos en Camino:
<http://pueblosencamino.org/?p=4926>. Han sido consultados el 07/09/2018.
2 Maximiliano Izco.
3 El Cauca es el segundo departamento con mayor población indígena de Colombia: 1/6 del
1’400,000 de indígenas viven en este departamento, que cuenta con 73 resguardos. El pueblo
Nasa está principalmente establecido en el Cauca y es, demográficamente, el segundo pueblo
indígena de Colombia.
4 En Colombia existen actualmente las guardias indígenas; en el Cauca contaban entre 7,500 y
15,000 miembros hacia 2007. Son conocidas en lengua nasa con los nombres de Pu’yaksa y de
Kiwe Teghna.
5 Según Marcos Avirama, dirigente del CRIC de los ’70-‘80, en el Cauca llamaron “los pájaros”
a los grupos de personas organizados por los terratenientes para eliminar a los dirigentes
indígenas más destacados en cada una de las regiones”. En: Peñaranda Supelano, Daniel R.,
Guerra propia, guerra ajena, Bogotá, Centro Nacional de Memoria Histórica-IEPRI,
Universidad Nacional de Colombia, 2015: 153.
6 Moncho, o Luis Ángel Monroy, fue el primer comandante del Movimiento Armado Quintín
Lame (MAQL).
7 En enero de 1985, el VII Encuentro de Autoridades Indígenas del Suroccidente (del Cauca),
cuestionó explícitamente la acción de todos los grupos armados en territorios indígenas
incluyendo al Quintín Lame que era de indígenas. Al no ser dirigido por un pensamiento
indígena y no “aceptar la libre voluntad de los Cabildos y las comunidades, AUNQUE
PIENSEN Y HAGAN DISTINO”, consideró que no se era una lucha indígena (en Peñaranda,
Ibid., 2015: 278-279). Otros manifiestos de asambleas de comunidades, cabildos y el CRIC
desarrollarán esta crítica en los meses y años siguientes.
8 Álvaro Ulcué era el único sacerdote nasa de la arquidiócesis de Popayán; estaba identificado
con los derechos indígenas y simpatizaba con los recuperadores de tierras del norte del Cauca.
Fue asesinado en noviembre de 1984 en Santander de Quilichao, un día después del violento
desalojo de los recuperadores de López-adentro (Ibidem., 2015: 180).
9 Transcrito de “ONIC reconoce aporte de Mujeres Indígenas a la resistencia”, publicado el 28
de noviembre del 2008 en el sitio ActualidadEtnica:
<http://www.actualidadetnica.com/actualidad/actualidad-col-01/mujeres/8490-onic.html>,
consultado el 07/09/2018.
10 Transcrito de Carmona Ruiz, Catalina, “Mujeres Indígenas en Colombia: Tejiendo vida y
pensamiento en las diferentes regiones del país”, Agencia Prensa Rural, 23 de febrero del 2011.
Disponible en: <https://www.prensarural.org/spip/spip.php?article5367>, consultado el
07/09/2018.
11 “Atembada”, colombianismo, que en este caso significa atontada.
12 Expresión coloquial colombiana que significa, entusiasmarse.
13 El CRIC fue creado en 1971 por 7 cabildos indígenas y la aprobación de una Plataforma de
Lucha, que contenía entre otras reivindicaciones, la recuperación de tierras de los resguardos,
su ampliación y el no pago de terraje. Actualmente está compuesto por 115 cabildos y más de
una decena de asociaciones (Consultar su sitio internet: <http://www.cric-
colombia.org/portal/>).
14 Uno de los resultados de esas luchas fue la recuperación de más de 74,000 has. entre 1970 y
1996.
15 Los PEI o Proyectos Educativos Institucionales son formas de gestión y de procesos
pedagógicos normados por el decreto N° 1860, de 1994.

Para citar este artículo


Referencia electrónica
Blanca Andrade, «El movimiento indígena no es aparentar, es luchar y seguir poniendo
nuestra resistencia», Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM [En línea],
36 | 2018, Publicado el 24 enero 2019, consultado el 02 noviembre 2021. URL:
http://journals.openedition.org/alhim/6665; DOI: https://doi.org/10.4000/alhim.6665

Autor
Blanca Andrade
Maestra de escuela, gobernadora del Resguardo de Pioyá, coordinadora de derechos
humanos de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI, 2012-2014)

Derechos de autor

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