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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0303/2018-S2

Sucre, 28 de junio de 2018

SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano
Acción de libertad

Expediente: 22893-2018-46-AL
Departamento: Oruro

En revisión la Resolución 04/2018 de 24 de febrero, cursante de fs. 61 a 67,


pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Rosario Quispe
Bustamante en representación sin mandato de Francisco Gutiérrez Colque
contra Bernardo Bernal Callapa y Beatriz Cortes Vásquez, Vocales de la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante la acción de libertad presentada el 23 de febrero de 2018, cursante de


fs. 20 a 22, el accionante a través de su representante manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En su condición de dirigente de la Tercera Sección de la provincia Cercado del


departamento de Oruro y previo a compromisos suscritos con Rómulo Lafuente
López sobre la venta de lotes de terreno a precios módicos; recibió distintas
sumas de dinero de parte de Filiberto Gutiérrez Churqui, Benedicto Rosales
Aguilar y Narciso Mamani Choque; sin embargo, Rómulo Lafuente López no
cumplió con la suscripción de las minutas de transferencia; razón por la cual, le
inició un proceso penal por la presunta comisión del delito de estafa, dentro del
cual se emitió Sentencia condenatoria que a la fecha se encuentra ejecutoriada.

Manifestó, que posteriormente y en represalia a lo sucedido, se inició en su contra


un proceso penal por la presunta comisión del delito de estafa agravada a
denuncia de Filiberto Gutiérrez Churqui, Benedicto Rosales Aguilar y Narciso
Mamani Choque, bajo control jurisdiccional del Juez de Instrucción Penal Segundo
de la Capital del departamento de Oruro; proceso dentro del cual en más de una

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oportunidad solicitó al Ministerio Público lleve a cabo una audiencia de
conciliación, a fin de proceder a devolver el dinero recibido por parte de los
denunciantes; no obstante las victimas nunca se hicieron presentes.

Dentro del referido proceso, el 31 de julio de 2017, el Ministerio Público presentó


en su contra imputación formal, solicitando su detención preventiva en aplicación
de lo establecido en los arts. 233.1 y 2; 234.1, 2 y 10 y 235.1 y 2 del Código de
Procedimiento Penal (CPP). En ese orden, el 8 de enero de 2018 se realizó la
audiencia de consideración de medidas cautelares y mediante Auto Interlocutorio
21/2018 de esa fecha, se determinó entre otras cosas, que no concurrían los
riesgos de fuga establecidos en el art. 234.8 y 10 del CPP; disponiéndose la
aplicación de medidas sustitutivas a la detención preventiva, Resolución que fue
motivo de la interposición del recurso de apelación incidental por parte de la
víctima.

En ese orden, mediante Auto de Vista 21/2018 de 8 de febrero, emitido por la


Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, las
autoridades ahora demandadas revocaron la Resolución impugnada -Auto
Interlocutorio 21/2018-; manifestando de manera textual que: “…toda vez que se
encuentran concurrentes los riesgos procesal de fuga de los numerales 8 y 10 del
art. 234 del Código de Procedimiento Penal y estando concurrente los requisitos
exigidos por el numeral y 2 del art. 233 del Código de Procedimiento Penal
corresponde la aplicación de una medida cautelar de carácter personal como es la
detención preventiva. Por imperio de la normativa procesal penal será el Juzgado
de Origen quien tenga que dar cumplimiento y ejecución a la misma” (sic); es
decir, los Vocales demandados ordenaron la aplicación de la medida extrema de
detención preventiva contra el imputado -hoy accionante-, sin haber realizado una
valoración objetiva de los elementos de convicción cursante en el cuaderno de
investigación.

Denunció que a fin de acreditar la concurrencia del riesgo procesal establecido en


el art. 234.8 del CPP, se tomó en cuenta el informe CITE: MP.FDO-INF. 770/2017
de 31 de octubre, elaborado por el encargado de informática de la Fiscalía
Departamental de Oruro, donde refiere que se habrían iniciado en su contra
“nueve procesos investigativos” y que si bien existen dichos procesos, no todos
están vigentes; en razón a que, algunos se encuentran con rechazo,
sobreseimiento y en otros en calidad de víctima. Señaló, que no se consideró la
inexistencia de antecedentes penales ni policiales, que jamás fue sentenciado, y
que no existe declaratoria de rebeldía o suspensión condicional del proceso en
relación a su persona; y respecto a la concurrencia del riesgo de fuga dispuesto
por el art. 234.10 del CPP, no se tomó en cuenta los fundamentos de la “SCP
056/2014”; y que la errónea valoración del prueba realizada por los Vocales
demandados, vulneró su derecho de libertad de locomoción.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante manifiesta que se lesionó sus derechos a la libertad de locomoción y


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al debido proceso en su elemento de valoración de la prueba, consagrados en los
arts. 21. 7 y 22 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la acción de libertad interpuesta y en consecuencia: a) Se deje


sin efecto el Auto de Vista 21/2018; y, b) Alternativamente se disponga que las
autoridades demandadas dicten un nuevo Auto de Vista cumpliendo la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plurinacional.

I.2. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

Celebrada la audiencia pública de acción de libertad, el 24 de febrero de 2018,


según consta en el acta cursante de fs. 27, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte accionante, pese a su legal notificación cursante de fs. 24, no se hizo


presente en la audiencia pública de consideración de la acción tutelar presentada.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Bernardo Bernal Callapa y Beatriz Cortes Vásquez, Vocales de la Sala Penal


Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, no obstante a su legal
notificación cursante de fs. 25 a 26, no se hicieron presentes en la audiencia de
acción de libertad ni remitieron su informe escrito.

I.2.3. Resolución

La Jueza de Sentencia Penal Primera de la Capital del departamento de Oruro,


constituida en Jueza de garantías, mediante Resolución 04/2018 de 24 de febrero,
cursante de fs. 61 a 67, declaró “improcedente” la tutela, argumentando que el
accionante manifestó que no hubo una adecuada fundamentación de las
autoridades ahora demandadas; sin embargo, advirtió que el Tribunal de alzada
realizó un análisis individual pormenorizado de todos y cada uno de los
“certificados”, llegando a la conclusión que sí concurren los riesgos procesales
establecidos en el art. 234. 8 y 10, y los requisitos establecidos en el art. 233.2
del CPP; por lo que, declaró “sin lugar y en consecuencia la improcedencia de la
acción de libertad” planteada.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. El 31 de julio de 2017, el Ministerio Público presentó imputación formal


contra el ahora accionante, por la supuesta comisión del delito de estafa
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con relación al art. 346 bis. del Código Penal (CP); la cual fue de
conocimiento del Juzgado de Instrucción Penal Segundo de la Capital del
departamento de Oruro (fs. 2 a 5 vta.).

II.2. Mediante Auto Interlocutorio 21/2018 de 8 de enero, Franco Sanabria


Soliz, Juez de Instrucción Penal Tercero de la Capital del departamento de
Oruro, en suplencia legal del similar Segundo; consideró inviable la
solicitud de detención preventiva realizada por el Ministerio Público y
dispuso la aplicación de medidas sustitutivas contra el ahora accionante
(fs. 9 a 14).

II.3. A través de Auto de Vista 21/2018 de 8 de febrero, las autoridades ahora


demandadas, Bernardo Bernal Callapa y Beatriz Cortes Vásquez, Vocales
de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
declararon procedente el recurso de apelación formulado por Gregorio
Tomas Gutiérrez, apoderado de las víctimas y revocaron la Resolución
impugnada; disponiendo la detención preventiva de Francisco Gutiérrez
Colque, debido a la concurrencia de los riesgos procesales de fuga
establecidos en el art. 234. 8 y 10 del CPP (fs. 15 a 19 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la vulneración de sus derechos a la libertad de locomoción


y del debido proceso en su elemento de valoración de la prueba; en razón a que,
las autoridades ahora demandadas emitieron el Auto de Vista 21/2018 y mediante
una errónea valoración de la prueba, revocaron las medidas sustitutivas
dispuestas en su favor por el a quo y ordenaron la aplicación de la medida
extrema de detención preventiva.

En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son


evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Sobre la revisión de la valoración de la prueba en sede


constitucional

Al respecto, la SCP 0014/2018-S2 de 28 de febrero, estableció lo


siguiente: “El entendimiento que asumió este tribunal respecto a la
revisión de la valoración de la prueba, tiene como antecedentes a las
SSCC 0129/2004-R, de 28 de enero, 0873/2004-R1 de 8 de junio, en las
cuales se estableció que dicha actividad es propia de la jurisdicción
ordinaria, sin embargo, abrió la posibilidad que la justicia constitucional
pueda realizar el control tutelar de constitucionalidad, cuando la autoridad
hubiera omitido la valoración de la prueba o se hubiere apartado de los
marcos de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; ambos
supuestos fueron sistematizados por la SC 0965/2006-R2 de 2 de
octubre. Posteriormente, la SC 0115/2007-R3 de 7 de marzo, sostiene que
también era posible revisar la valoración de la prueba cuando la decisión
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de la autoridad se basó en una prueba inexistente o que refleja un hecho
diferente al utilizado como argumento.

En ese marco, la SCP 1215/2012 de 6 de septiembre, resume los


supuestos de procedencia de revisión de valoración de la prueba,
señalando que la justicia constitucional debe verificar si en dicha labor las
autoridades: 1) No se apartaron de los marcos de razonabilidad y
equidad; 2) No omitieron de manera arbitraria la consideración de las
pruebas, ya sea parcial o totalmente; y, 3) Basaron su decisión en una
prueba inexistente o que refleje un hecho diferente al utilizado como
argumento.

Por otro lado, en cuanto a los alcances de la revisión de la valoración de la


prueba por parte de la justicia constitucional, la SCP 1215/2012 en el
Fundamento Jurídico III.3.2, señaló que dicha competencia: …se reduce
únicamente a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en la
labor valorativa, o bien, si existió una actitud omisiva en esta tarea, ya sea
parcial o total; o finalmente, si se le dio un valor diferente al medio
probatorio, al que posee en realidad, distorsionando la realidad y faltando
al principio de rango constitucional, como es la verdad material, pero en
ningún caso podrá pretender sustituir a la jurisdicción ordinaria,
examinando directamente la misma o volviendo a valorarla, usurpando
una función que no le está conferida ni legal ni constitucionalmente.

En ese entendido y de la precedente contextualización de línea


jurisprudencial referida a la valoración de prueba, debe considerase que
una de las principales funciones de la justicia constitucional es la tutela de
derechos y garantías fundamentales, en consecuencia debe ser una
premisa en esta su labor el garantizar un real acceso a la justicia
constitucional.

A partir de lo señalado, esta Sala concluye que es posible efectuar la


revisión de la valoración de la prueba, conforme a los siguientes criterios:
i) La valoración de la prueba es una actividad propia de las juezas y
jueces de las diferentes jurisdicciones del Órgano Judicial o de las
autoridades administrativas; ii) La justicia constitucional puede revisar la
valoración de la prueba cuando: ii.a) Las autoridades se apartaron de los
marcos legales de razonabilidad y equidad; ii.b) Omitieron de manera
arbitraria la consideración de las pruebas, ya sea parcial o totalmente; y ,
iii.c) Basaron su decisión en una prueba inexistente o que refleja un
hecho diferente al utilizado en la argumentación; iii) La competencia de la
justicia constitucional en el análisis de la revisión de la valoración de la
prueba, se reduce a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en
la labor valorativa o a constatar una actitud omisiva en ese tarea o
finalmente, si se le dio una valor diferente al medio probatorio,
desconociendo el principio de verdad material; y, iv) Las irregularidades
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en la valoración de la prueba solo darán lugar a la concesión de la tutela
cuando tengan relevancia constitucional; es decir, cuando incidan en el
fondo de lo demandado y sean la causa para la lesión de derechos
fundamentales y/o garantías constitucionales.

III.2. La fundamentación y motivación de las resoluciones como


elementos de la garantía del debido proceso

El derecho de una resolución fundamentada y motivada; judicial,


administrativa o de otra índole, fue desarrollado por la SCP 2221/2012 de
8 de noviembre, que entre otras cosas, estableció las cuatro finalidades
que cumple este tipo de resoluciones como elemento del debido proceso,
a saber: “En ese marco, se tiene que el contenido esencial del
derecho a una resolución fundamentada y motivada (judicial,
administrativa, o cualesquier otra, expresada en una resolución en
general, sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión
está dado por sus finalidades implícitas, las que contrastadas con
la resolución en cuestión, dará lugar a la verificación de su
respeto y eficacia. Estas son: (1) El sometimiento manifiesto a la
Constitución, conformada por: 1.a) La Constitución formal; es decir, el
texto escrito; y, 1.b) Los Tratados Internacionales sobre Derechos
Humanos que forman el bloque de constitucionalidad; así como a la ley,
traducido en la observancia del principio de constitucionalidad y del
principio de legalidad; (2) Lograr el convencimiento de las partes que la
resolución en cuestión no es arbitraria, sin o por el contrario, observa: El
valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de
razonabilidad y de congruencia; (3) Garantizar la posibilidad de control de
la resolución en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los
correspondientes recursos o medios de impugnación; y, (4) Permitir el
control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo órgano
o persona, sea de carácter público o privado por parte de la opinión
pública, en observancia del principio de publicidad. Estos elementos se
desarrollarán a continuación:

(…)

(2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en


cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor
justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de
razonabilidad y de congruencia.

Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o


privado que tenga a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades
discrecionales o arbitrarias alejadas de la razonabilidad (principio de
razonabilidad), éste se convierte en una directriz valiosa estrechamente
relacionada a la justicia (valor justicia), porque se manifiesta como un
mecanismo de control y barra de contención de la arbitrariedad (principio
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de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es
multidimensional:

a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho


(Estado Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de
la CPE). En efecto, en el Estado de Derecho, o ‘Estado bajo el régimen de
derecho’ con el contenido asumido por la Constitución bajo la
configuración de ‘Estado Constitucional de Derecho’, cuya base ideológica
es ‘un gobierno de leyes y no de hombres’, existe expresa proscripción
que las facultades que ejercite todo órgano o persona, sea de carácter
público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el
contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades
deben estar en total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con
ello, claramente el reverso del ya sepultado ‘Estado bajo el régimen de la
fuerza’.

(…)

b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar


expresada en: b.1) Una ‘decisión sin motivación’, o extiendo esta es
b.2) Una ‘motivación arbitraria’; o en su caso, b.3) Una ‘motivación
insuficiente’.

b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial,


administrativa, etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su
decisión, traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la
verificación de una ‘decisión sin motivación’, debido a que ‘decidir no es
motivar’. La ‘justificación conlleva formular juicios evaluativos (formales o
materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice [asunto pendiente de
decisión]’.

b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido


general (judicial, administrativa, etc.) sustenta su decisión con
fundamentos y consideraciones meramente retóricas, basadas en
conjeturas que carecen de todo sustento probatorio o jurídico alguno, y
alejadas de la sumisión a la Constitución y la ley, se está ante una
‘motivación arbitraria’. Al respecto el art. 30.11 de la Ley del Órgano
Judicial -Ley 025- ‘Obliga a las autoridades a fundamentar sus
resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal
como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías procesales’.

En efecto, un supuesto de ‘motivación arbitraria’ es cuando una decisión


coincide o deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o,
en su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el
proceso (SC 0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos,
en la confiabilidad de las hipótesis fácticas (hechos probados) capaces de
incidir en el sentido, en los fundamentos de la decisión. Es decir, existe
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dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue
valorado, para que se fortalezca o debilite las distintas hipótesis
(premisas) sobre los hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que
sostenga la decisión.

En este sentido, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre, dentro de un proceso


administrativo sancionador señaló: ‘Consiguientemente, aplicando los
principios informadores del derecho sancionador, las resoluciones
pronunciadas por el sumariante y demás autoridades competentes
deberán estar fundamentadas en debida forma, expresando lo motivos de
hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los
medios de prueba. Fundamentación que no podrá ser reemplazada por la
simple relación de los documentos y presentación de pruebas o los
criterios expuestos por las partes, y en los casos en los que existan co
procesados, resulta primordial la individualización de los hechos, las
pruebas, la calificación legal de la conducta y la sanción correspondiente a
cada uno de ellos en concordancia con su grado de participación o
actuación en el hecho acusado’.

b.3) De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las
cuales omite o se abstiene de pronunciar sobre ciertos temas o problemas
jurídicos planteados por las partes, se está ante una ‘motivación
insuficiente’.

Si el órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su


cargo el decidir incurre en cualesquiera de esos tres supuestos: ‘decisión
sin motivación’, o extiendo esta, ‘motivación arbitraria’, o en su caso,
‘motivación insuficiente’, como base de la decisión o resolución asumida,
entonces, es clara la visualización de la lesión del derecho a una
resolución fundamentada o motivada, como elemento constitutivo del
debido proceso.

Los tres casos señalados, son un tema que corresponderá analizar en cada
caso concreto, debido a que sólo en aquéllos supuestos en los que se
advierta claramente que la resolución es un mero acto de voluntad, de
imperium, de poder, o lo que es lo mismo de arbitrariedad, expresado en
decisión sin motivación o inexistente, decisión arbitraria o decisión
insuficiente, puede la justicia constitucional disponer la nulidad y ordenar
se pronuncie otra resolución en forma motivada.

c) La arbitrariedad también se expresa en la falta de coherencia, o


incongruencia de la decisión (principio de congruencia), cuando el
conjunto de las premisas, -formadas por las normas jurídicas utilizadas
para resolver el caso, más los enunciados fácticos que describen los
hechos relevantes- no son correctas, fundadas y si, además, su estructura
también no lo es. Esto, más allá si la resolución que finalmente resuelva el
conflicto es estimatoria o desestimatoria a las pretensiones de las partes.
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Es decir, como señala Robert Alexy, se trata de ver si la decisión se sigue
lógicamente de las premisas que se aducen como fundamentación.

El principio de congruencia, ha sido desarrollado por varias sentencias


constitucionales: La SC 1312/2003-R de 9 de septiembre, respecto al
proceso como unidad; la SC 1009/2003-R de 18 de julio, con relación a la
coherencia en la estructura de la decisión entre la parte motiva y la
resolutiva. En ese sentido también está la SC 0157/2001-R y las
Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0747/2012 y 0858/2012,
referidos a la congruencia entre la parte motiva y resolutiva en acciones
de defensa; la SC 1797/2003-R de 5 de diciembre, cuando se resuelven
recursos, sobre la pertinencia entre lo apelado y lo resuelto”.

Por otro lado, de forma posterior, mediante la SCP 0100/2013 de 17 de


enero, se estableció una quinta finalidad, que debe cumplir una resolución
judicial, administrativa o de otra índole como parte del debido proceso,
cual es: “…la exigencia de la observancia del principio dispositivo,
que implica la exigencia que tiene el juzgador de otorgar respuestas a las
pretensiones planteadas por las partes para defender sus derechos…”.

III.3. Sobre el riesgo procesal establecido en el art. 234.10 del CPP y


los supuestos para su concurrencia

La norma penal adjetiva, establece como un supuesto que debe ser


valorado para la determinación del riesgo de fuga; el peligro efectivo que
representa una persona imputada para la sociedad, la víctima y el o la
denunciante. Sin embargo, este peligro efectivo, debe ser acreditado en
su existencia mediante elementos materiales demostrables y no en base a
subjetividades e inciertos que vulneren la garantía de presunción de
inocencia, en ese entendido el Tribunal Constitucional Plurinacional
mediante la SCP 0056/2014 de 3 de enero, estableció el siguiente
entendimiento respecto a la acreditación del peligro de fuga establecido
en el art. 234.10 del CPP, el cual señala: “ En definitiva, el peligro
relevante en materia penal al que hace referencia la norma demandada,
es la posibilidad de que la persona imputada cometa delitos, pero no el
riesgo infinitesimal al que se refiere Raña y descrito en el Fundamentos
Jurídicos III.3 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, sino el
riesgo emergente de los antecedentes personales del imputado
por haberse probado con anterioridad que cometió un delito, lo
que genera una probabilidad adicional de delinquir; más, esa
situación es similar a la establecida en el art. 234.8 del CPP, referido a: ‘La
existencia de actividad delictiva reiterada o anterior’; empero, aunque
parecida no es similar, encontrando diferencia puesto que la norma
demandada adicionalmente precisa que la situación de peligrosidad sea
efectiva, mientras que la del art. 234.8 del CPP, precisa antecedentes
criminales reiterados; en ese orden, es también necesario comprender la
efectividad de la peligrosidad exigida por la norma demandada.
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El concepto ‘efectivo’ que se debe adicionar a la peligrosidad para que
opere como fundamento de la detención preventiva por peligro de fuga,
hace alusión, según el diccionario jurídico que utiliza este Tribunal, a un
apeligro existente, real o verdadero, como contraposición a lo pretendido,
dudoso, incierto o nominal; es decir a un peligro materialmente verificable,
más allá del criterio subjetivo del juez, que puede ser arbitrario, por ello
supone la asistencia de elementos materiales comprobables en la situación
particular concreta desde la perspectiva de las personas y los hechos, por
ello se debe aplicar bajo el principio de la razonabilidad y la
proporcionalidad, no encontrando en ello ninguna inconstitucionalidad por
afectación del debido proceso o de la presunción de inocencia
consagrados constitucionalmente.

En consecuencia, el peligro efectivo, encuentra justificación en la


necesidad de imponer medidas de seguridad a las personas que hubieran
sido encontradas culpables de un delito anteriormente, pero no le sindica
como culpable del ilícito concreto que se juzga, ni provoca que en la
tramitación del proceso sea culpable del presunto delito cometido. La
vulneración del derecho a la presunción de inocencia como se mencionó
anteriormente, se la comete cuando en la tramitación del proceso se trata
como culpable de un delito sin que se haya establecido su culpabilidad en
sentencia condenatoria ejecutoriada; en consecuencia, la norma
cuestionada no es contraria al derecho de presunción de inocencia
establecido en el art. 116.I de la CPE, por ello corresponde declarar la
constitucionalidad de la misma y mantenerla dentro del ordenamiento
jurídico del art. 234 del CPP” (el resalado es nuestro).

III.4. Análisis del caso concreto

Dentro del proceso penal iniciado contra Francisco Gutiérrez Colque, el 31


de julio de 2017, el Ministerio Público presentó imputación formal y solicitó
su detención preventiva, en aplicación a lo dispuesto en los arts. 233.1 y
2; 234.1, 2 y 10; y, 235.1 y 2 del CPP. En ese orden, el 8 de enero de
2018 se realizó la audiencia de consideración de medidas cautelares y
mediante Auto Interlocutorio 21/2018, se dispuso la aplicación de medidas
sustitutivas a la detención preventiva, Resolución que fue motivo de la
interposición del recurso de apelación incidental por parte de la víctima.
Posteriormente, mediante Auto de Vista 21/2018, dictado por la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, las autoridades
ahora demandadas revocaron la Resolución impugnada, manifestando de
manera textual “…toda vez que se encuentran concurrentes los riesgos
procesal de fuga de los numerales 8 y 10 del art. 234 del Código de
Procedimiento Penal y estando concurrente los requisitos exigidos por el
numeral 2 del art. 233 del Código de Procedimiento Penal corresponde la
aplicación de una medida cautelar de carácter personal como es la
detención preventiva” (sic).
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En el presente caso, se formuló la concurrente acción tutelar; en razón a
que, las autoridades demandadas habrían vulnerado sus derechos a la
libertad de locomoción y del debido proceso en su elemento de valoración
de la prueba del ahora accionante; en tal sentido, corresponde realizar un
análisis de constitucionalidad al Auto de Vista 21/2018, a efectos de
verificar si el mismo ha sido dictado en apego y observancia de los
Fundamentos Jurídicos de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional; y en virtud de dicho análisis, conceder o denegar la tutela
requerida por el impetrante de tutela.

De la Conclusión II.3 de la presente Resolución constitucional, se advierte


que las autoridades ahora demandadas emitieron el Auto de Vista
21/2018; mediante el cual, se revocó las medidas sustitutivas de Francisco
Gutiérrez Colque, disponiendo su detención preventiva en virtud de la
concurrencia de riesgos procesales que no fueron advertidos por el a quo
como ser, los establecidos en el art. 234.8 y 10 del CPP, y en base
además de los siguientes argumentos: a) Respecto a la concurrencia del
riesgo procesal establecido en el art. 234.4 del CPP, la víctima refiere
sobre las sucesivas suspensiones de audiencias y que seis fueron de
responsabilidad del imputado, lo que demuestra su voluntad de no
someterse al proceso; conforme a estos antecedentes y haciendo un
examen valorativo de los elementos de convicción, se advierte que las
referidas suspensiones no fueron de exclusiva responsabilidad del
imputado, sino también de la víctima; por lo que, no queda demostrado
esta supuesta falta de voluntad de no someterse al proceso; b) Con
relación a la concurrencia del riesgo de fuga establecido en el art. 234.8
de la misma norma adjetiva penal, la víctima hace mención de informes,
certificaciones del Órgano Judicial y del Ministerio Público, sobre la
existencia de procesos penales, civiles y familiares; por su parte el
imputado, señaló la existencia un certificado del Registro Judicial de
Antecedentes Penales (REJAP), el cual acredita que no tiene proceso penal
con sentencia condenatoria ejecutoriada, declaratoria de rebeldía, o
suspensión condicional del proceso dictados en relación a su persona, y de
un certificado de antecedentes policiales emitido por la Fuerza Especial de
Lucha Contra el Crimen (FELCC), que acredita que no tiene historial
policial alguno, elementos que desvirtuarían la existencia de dicho riesgo
procesal. Al respecto, este Tribunal observa que el informe CITE:
MP.FDO-INF 770/2017 emitido por el encargado de informática de la
Fiscalía Departamental de Oruro, Edwin Jorge Torres Siles, establece que
Francisco Gutiérrez Colque tiene nueve procesos penales en su contra, de
la misma forma la parte denunciante refiere a la existencia del
Informe 334/2017, evacuado por Benito Flores Herrera, responsable de la
Unidad de Plataforma del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
establece que revisado el Sistema Integrado de Registro Judicial (SIREJ),
el ahora imputado registra en su nombre treinta y tres procesos de
distinta naturaleza, entre penales, civiles y familiares, de los cuales
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diecinueve corresponden a temas penales. Al respecto y como argumento
de la existencia de dicho riesgo procesal, el Tribunal de Apelación
manifestó textualmente lo siguiente: “…naturalmente que si bien se
toma en cuenta la certificación del REJAP que efectivamente no
tendría una sentencia condenatoria, ni declaratoria de rebeldía
en su contra, menos una suspensión condicional del proceso y
que por los antecedentes policiales tampoco tendría esa actividad
delincuencial” (sic), empero tenemos las certificaciones del Ministerio
Público y el detalle de Plataforma, y asumiendo el entendimiento de la
SCP 1092/2017-S3 de 18 de octubre, este Tribunal establece la
concurrencia del riesgo de fuga establecido en el art. 234.8 del Código
adjetivo penal; c) Con relación al riesgo procesal establecido en el art.
234.10, hay que considerar que el presente caso corresponde a un
proceso penal por la presunta comisión del delito de estafa con victimas
múltiples y que al examinarse el presente riesgo procesal se deben tomar
en cuenta dos perspectivas, la naturaleza del hecho, “la perspectiva de las
personas esto es la personalidad” y además siempre debe efectuarse el
examen y valoración de manera integral; por lo que, al evidenciarse la
existencia de víctimas múltiples y un presunto daño; se establece la
concurrencia del riesgo procesal de fuga establecido en el art. 234.10 del
CPP; y, d) Con relación al peligro de obstaculización dispuesto por el art.
235.2 del CPP, no existen elementos ni fundamentación objetiva que
puede demostrar la concurrencia de este riesgo procesal; por tanto, la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
declara procedente el recurso de apelación formulada por Gregorio Tomas
Gutiérrez, correspondiendo la aplicación de la medida cautelar de
detención preventiva contra Francisco Gutiérrez Colque.

Dicho esto, conforme a la problemática jurídica puesta en consideración


de esta Sala, la SCP 0014/2018-S2 de 28 de febrero, estableció que la
jurisdicción constitucional puede revisar la valoración de la prueba
realizada por la jurisdicción ordinaria; entre otros motivos; cuando exista
apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad o se haya
omitido de manera arbitraria la consideración de las pruebas, total o
parcialmente.

En el presente caso, las autoridades demandadas, a diferencia del Juez


inferior, establecieron la concurrencia de los riesgos procesales
establecidos en el art. 234.8 y 10 del CPP. Respecto al primero de ellos,
que exige para su concurrencia la existencia de actividad delictiva
reiterada o anterior, justificaron su existencia a partir del informe CITE:
MP. FDO-INF. 770/2017, emitido por el encargado de informática de la
Fiscalía Departamental de Oruro, Edwin Jorge Torres Siles y del informe
334/2017, emitido por Benito Flores Herrera, responsable de la Unidad de
Plataforma del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, señalando de
manera textual que “naturalmente se toma en cuenta el Rejap” y “que por
los antecedentes penales tampoco tendría esa actividad delictiva;
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conclusiones que resultan contradictorias, irrazonables y devienen que la
Resolución bajo análisis constituya una expresión de la arbitrariedad con la
que actuaron los ahora demandados; en razón a que, si bien se señaló
que “se tomó en cuenta el Rejap” no se ha establecido el valor probatorio
que se le estaría asignando al mismo, omitiendo de manera arbitraria su
consideración, irregularidad que se repite cuando los demandados refieren
que el accionante “no tendría esa actividad delictiva”, sin embargo
acreditan la concurrencia de dicho riesgo procesal; conclusión que resulta
fuera de toda lógica y evidencia que la valoración de los elementos de
convicción puesto en consideración de los demandados, fue llevada a cabo
alejada de los marcos de razonabilidad y equidad previsibles para decidir,
no observando el entendimiento asumido por el Fundamento Jurídico III.1
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, correspondiendo la
tutela respecto a este punto.

Por otro, los ahora demandados al momento de acreditar la existencia del


riesgo procesal de fuga establecido en el art. 234.8 del CPP, dictaron una
Resolución Judicial que se adecua a los supuestos de motivación
arbitraria, que conforme el Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo
constitucional, devienen de una valoración arbitraria e irrazonable de la
prueba, en el presente caso de la omisión de la valoración del REJAP; por
lo expuesto el Auto de Vista 21/2018 de 8 de febrero, constituye además
una decisión arbitraria que vulnera del derecho a una resolución
fundamentada y motivada.

Por otro lado los demandados acreditaron la concurrencia del peligro de


fuga establecido en el art. 234.10 del CPP, en base a elementos no
contemplados en la norma por el legislador, como ser “la existencia de
victimas múltiples, la naturaleza del hecho, la personalidad del imputado y
de un presunto daño”; todo ello de manera contradictoria al
entendimiento referido en el Fundamento Jurídico III. del presente fallo
constitucional, que ha establecido que dicho riesgo de fuga, emerge de los
antecedentes personales del imputado por haberse probado que con
anterioridad cometió un delito y que el peligro efectivo encuentra
justificación en la necesidad de imponer medidas de seguridad a
las personas que hubieran sido encontradas culpables de un
delito anteriormente; lógicamente a través de una Sentencia
ejecutoriada con calidad de cosa juzgada, elementos que no han sido
tomadas en cuenta ni valorados por los demandados, que resolvieron
sobre la existencia de dicho riesgo procesal, al margen de una
acreditación objetiva del peligro efectivo. En tal merito, respecto al
punto objeto del presente análisis, el Auto de Vista 21/2018 constituye
una Resolución arbitraria, que se adecua a los supuestos de una decisión
sin motivación; que conforme el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, concurren “cuando una resolución
en sentido general (judicial, administrativa, etc.), no da razones
(justificaciones) que sustenten su decisión, traducido en las razones de
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hecho y de derecho, estamos ante la verificación de una ‘decisión sin
motivación’, debido a que ‘decidir no es motivar’”.

En el presente caso, los demandados no observaron lo establecido en los


arts. 203 de la CPE y 15 del Código Procesal Constitucional (CPCo); que
reconocen el carácter vinculante y obligatorio de las decisiones y
Sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional Plurinacional, en el caso
en concreto el accionante invocó la aplicación de la SCP 0056/2014, que
establece que el peligro efectivo al que hace referencia el art. 234.10 del
CPP, emerge de los antecedentes personales del imputado, por haberse
probado con anterioridad que cometió un delito, situación que genera una
probabilidad adicional de delinquir

En virtud del principio pro homine, el juzgador debe aplicar las normas
que resultan más favorables a las personas, a sus derechos y su libertad,
también implica que las normas sobre Derechos Humanos deben ser
interpretadas en el sentido que más beneficie a las mismas, conforme al
principio de interpretación progresiva de derechos, que refiere que ante
varios entendimientos debe adoptarse el que limite en menor medida el
derecho o garantía que se denuncia como vulnerado, aplicándose una
interpretación más extensiva respecto al reconocimiento de derechos y
restringida en supuestos que se establezcan límites al ejercicio de los
mismos, conforme lo establecido en los arts. 13 y 256 de la CPE;
principios y normas que no fueron considerados por las autoridades ahora
demandadas, quienes restringieron los derechos del accionante, mediante
una interpretación extensiva de la norma.

En virtud de todo lo expuesto, se concluye que los Vocales demandados,


que emitieron el Auto de Vista 21/2018, vulneraron el derecho a la libertad
de locomoción del ahora accionante y su garantía a un debido proceso en
sus elementos de valoración de la prueba, y del derecho a la
fundamentación y motivación de las resoluciones; al no observar de esta
forma el entendimiento desarrollado en los Fundamentos Jurídicos III.1,
III.2 y III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

En consecuencia, la Jueza de garantías al declarar “improcedente” la tutela


solicitada, en uso de terminología equivocada efectuó un análisis incorrecto de
los antecedentes.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión, resuelve:

1° REVOCAR la Resolución 04/2018 de 24 de febrero, cursante de fs. 61 a


67, pronunciada por la Jueza de Sentencia Penal Primera de la Capital del
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departamento de Oruro, y en consecuencia: CONCEDER la tutela
pretendida y,

2° Dejar sin efecto el Auto de Vista 21/2018 de 8 de febrero, y sin disponer


la libertad del ahora accionante, se ordena que la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, emita una nueva resolución;
conforme al criterio expresado en el presente fallo constitucional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano


MAGISTRADO

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo


MAGISTRADA

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