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REFLEXION
La continua comunicación con el Santo Espíritu de Dios nos lleva a que todas las cosas que hagamos
nos saldrán bien, debemos tener siempre éste principio claro.
El nuevo nacimiento que aparece en nosotros se refleja solo cuando producimos buenas obras y son
fruto de esa nueva naturaleza divina, que viene por el cambio de pensamiento y la Fe en el Señor
Jesucristo.
La nueva naturaleza se debe alimentar con los ejercicios espirituales como son el ayuno, la oración
y la lectura o estudio de la palabra de Dios. Son como el alimento que necesita nuestro espíritu.
Me sucede que muchas veces descuido estos ejercicios para alimentar mi nueva naturaleza y mis
oídos espirituales empiezan a volverse pesados.
Gálatas 3:24 “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que
fuésemos justificados por la fe”
Lo que comprendo de ésta porción de la Biblia es que la ley que le fue dada a Moisés y tuvo el
cumplimiento hasta la primera llegada de Cristo, tenía el propósito de mostrarle al hombre que
éramos incapaces de cumplirla, que todos los pecados que cometía el pueblo de Israel solo se
perdonaban con la muerte y el derramamiento de sangre de un corderito sin defecto que realizaba
el sumo sacerdote.
Ahora no se requieren las obras que se mencionan en la ley para ser perdonados por Dios, solo
nuestra Fe en Cristo y cumplir sus mandamientos de Justicia, que según la palabra no son gravosos.
Cuando pecamos involuntariamente, tenemos la seguridad de ser perdonados solo con la confesión
y el apartarnos de las transgresiones realizadas y le decimos a nuestro Padre que somos culpables y
por lo tanto es la Fe en Cristo que nos justifica delante de Él. Si pecamos voluntariamente a
sabiendas que no está bien ante Dios, la justicia de Cristo no nos cubre, ya no hay justificación.
Hechos 13:39 “y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él
es justificado todo aquel que cree”. Con éste versículo se aclara todavía aún más que solo el perdón
de los pecados lo recibimos por medio del Señor Jesucristo, por la Fe en Él y la obediencia a seguir
su ejemplo o testimonio de vida que tuvo acá en éste planeta. Todo el que tiene fe en Cristo es
aprobado por nuestro Padre. Amen
Discípulo