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Abril 2012
Resumen
Integrantes
del
Equipo
del
Proyecto
Una
Educación
Inclusiva
en
la
Formación
Inicial
de
Maestros
•
(FundaciónSaldarriaga
Concha
–
Instituto
de
Desarrollo
e
Innovación
Educativa
–
IDIE
–
con
énfasis
en
formación
de
maestros
de
la
OEI,
con
apoyo
de
la
Secretaría
de
Educación
de
Cundinamarca
y
de
la
Oficina
de
la
UNESCO
para
los
paises
andinos
con
sede
en
Quito
(Ecuador).
Las
opiniones
de
este
artículo
son
responsabilidad
de
los
autores
y
no
comprometen
a
las
organizaciones
que
han
hecho
posible
el
proyecto.
Correos
electrónicos:
rafael.pabon.g@gmail.com
y
raulbarrantesc@gmail.com
1
Estanislao Zuleta. “La Educación, un campo de combate”. En Educación y Democracia, un campo de
combate. Omega Alga, Biblioteca Virtual. 2010. Págs 9 – 47.
En: www.omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/educacion-y...pdf
El auge de los discursos de la Educación Inclusiva
En los últimos tiempos se viene dando una verdadera profusión de producciones sobre
Educación Inclusiva. Basta una somera revisión de la literatura contemporánea sobre
educación y pedagogía para constatar la multiplicidad y variedad de documentos, libros,
reseñas, artículos y distintas elaboraciones sobre el derecho a la educación para todos, o sobre
la educación de poblaciones en riesgo o vulnerabilidad. También son variados los foros,
seminarios, congresos y todo tipo de eventos en los que se presentan experiencias y se
realizan elaboradas reflexiones dirigidas a reducir los niveles de exclusión y de discriminación
en contextos escolares. Organismos internacionales y autoridades educativas suscriben
instrumentos y promulgan cuerpos normativos que buscan consolidar políticas, construir
opciones pedagógicas y generar formas de organización escolar que aseguren una
oportunidad para la diversidad en la escuela, y para que la diferencia no se asuma como una
dificultad y un obstáculo para el aprendizaje y la participación de todos.
La Educación Inclusiva es una acción pedagógica que valora y afirma la diversidad humana,
pues reconoce la existencia y la validez de las diferentes formas de aprender y de enseñar que
nos caracterizan como seres humanos. Es también respuesta a las múltiples, y también
diversas, formas de exclusión que se dan y se reproducen en los sistemas educativos. Por eso
se puede afirmar que la inclusión en educación es antes que nada una forma de contribuir a la
democratización efectiva de la sociedad y a generar equidad en las oportunidades educativas.
Forjar sistemas educativos más inclusivos significa consolidar una sociedad más justa y
2
UNESCO (2008) La Educación Inclusiva: el camino hacia el futuro En:
http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/Policy_Dialogue/48th_ICE/CONFINTED_48-
3_Spanish.pdf). Pág. 5.
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equitativa, en la que se enfrenten los factores sociales, económicos, políticos y culturales que
generan tanto la exclusión social en general, como la exclusión en la educación de manera
particular. Por eso se puede afirmar que la Educación Inclusiva no es una cuestión marginal,
sino que es crucial para lograr una educación de calidad para todos los educandos y para el
desarrollo de sociedades más inclusivas.
Un sistema educativo inclusivo es aquel que, por encima de cualquier otra característica,
prohíbe las prácticas discriminatorias, promueve la valoración de la diferencia, acoge la
pluralidad y garantiza la igualdad de oportunidades. Por otro lado, siendo la educación un
derecho para todos no es posible separar o excluir a una determinada población de las
oportunidades educativas. Este es el principio de la Educación Inclusiva en lo que tiene que ver
con el derecho de quienes son discriminados o excluidos: garantizar su acceso y su
permanencia en el sistema regular de educación, el cual debe hacer verdaderas
transformaciones para poder responder a todos sus alumnos y alumnas.
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La Educación Inclusiva, un paso adelante de la Integración Escolar
En este esfuerzo de generar educación para todos y con todos la Educación Inclusiva
encuentra en la llamada Integración Escolar su antecedente inmediato. La Integración
representa los primeros esfuerzos de atención educativa a estudiantes con discapacidad en
contextos regulares y en la educación formal. Su nacimiento se da en Italia y en otros países
europeos en la década de los años 80 del pasado siglo, con el propósito central de ofrecer
educación a poblaciones vulnerables, de manera particular a la que está en condición de
discapacidad, en instituciones no segregadas, ni discriminadoras, tal y como suele suceder con
los procesos de la Educación Especial. En este sentido su acción se ha centrado en permitir
que niños con discapacidades se eduquen con niños sin discapacidad en aulas formales o
regulares.
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expresa ningún interés en que sea la escuela la que se adapte a los estudiantes, como sí lo
proponen los procesos de inclusión educativa. Al fin y al cabo no nace en la crítica de la
Escuela, sino más bien en la oposición a las formas de institucionalización de la educación
especial, o de otras instituciones de salud mental. La Integración Escolar no se ha preocupado
nunca por variar las formas de hacer escuela, por transformación de los currículos o por
generar diversas formas de enseñar para dar respuesta a diversas formas de aprender.
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sistemas educativos aseguren la educación de todos los niños, de todas las niñas y de todos
los jóvenes en su propia comunidad, en escuelas que afirmen la diversidad como un valor, pero
sin normalizar la diferencia. Este propósito implica todo un proceso revolucionario para una
institucionalidad educativa que ha asumido la selección y la elitización como componentes
inherentes a la calidad de la educación.
Sin embargo, para muchos la inclusión educativa es sólo una cuestión de adaptaciones o de
adecuaciones que permitan el acceso y la presencia de aquellos estudiantes que se catalogan
como especiales. Asumen que en realidad no son necesarias modificaciones estructurales de
la organización escolar, de las prácticas de enseñanza, o de las maneras de comprender las
dificultades y el éxito escolar. Actúan como si la diversidad no tuviera consecuencias sobre las
maneras de enseñar, de evaluar los aprendizajes y de promover la participación. Es como si
bastara poner en práctica acciones diferenciadas, o de discriminación positiva “focalizadas” en
ciertas necesidades educativas particulares para que aquellos que se asumen como diferentes
puedan adaptarse y superar sus limitaciones.
En las miradas tradicionales que entienden a la Educación Inclusiva como proceso limitado a la
adecuación y al ajuste de ciertas condiciones para superar las dificultades de ciertos niños, los
estudiantes en riesgo de exclusión se entienden como desperfectos, o anomalías. De acuerdo
con estas visiones los sistemas educativos presentan necesariamente pérdidas, tal y como
acontece en una cadena industrial que produce bienes de manera masiva.
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en calificados escenarios políticos y académicos la incapacidad de la escuela para superar la
discriminación aduciendo la reproducción de las desigualdades sociales como constitutivas de
la institución escolar, soslayando la capacidad de las dinámicas sociales y políticas, pues en
determinadas condiciones históricas ha sido, y será, posible alentar cambios tanto en el ideal
formativo de la población como en la manera de hacer y comprender la escuela.
Sin embargo, un análisis más detallado lleva a concluir que esas formas de negación del
derecho a la educación no se originan en realidad en características de los estudiantes, no se
explican por condiciones o situaciones individuales, ni obedecen a aspectos coyunturales del
sistema educativo. Por el contrario, son consecuencia de condiciones estructurales de las
formas de educar, pues el carácter excluyente de la cultura escolar se fundamenta en prácticas
de selectividad y en ciertas formas de asumir y comprender la calidad y la exigencia
académica. La expulsión, - verdadero nombre de la exclusión -, del sistema educativo, la
aceptación de la imposibilidad del aprendizaje para otros, y la selectividad y segregación de los
estudiantes, se tratan como hechos inmodificables e inherentes al mismo fenómeno de educar.
Ante esta posición la educación inclusiva invita a las maestras y a los maestros a acoger en las
aulas a todos los niños, sin discriminación alguna, y sin que las condiciones o situaciones
particulares de los estudiantes se asuman como barreras insuperables para su aprendizaje y
para su participación en la vida escolar. Por supuesto atender a todos significa en primer lugar
ocuparse de manera concreta y particular de garantizar el ingreso o el acceso universal a las
opciones educativas. Sin embargo, va más allá del acceso, pues favorecer a todos también
implica el desarrollo de opciones pedagógicas y organizativas que precisamente mitiguen las
posibilidades de la expulsión o de discriminación por condiciones particulares, o por situaciones
peculiares que vivan los estudiantes.
Sin embargo los procesos de inclusión en educación tienen que ver con transformaciones que
afectan las formas de organización de la Escuela en su conjunto, y que modifican las maneras
de ser maestro, de manera tal que involucra a todos los estudiantes, y no sólo aquellos que se
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catalogan como especiales o que se etiquetan como estudiantes con necesidades Educativas
Especiales o específicas.
Es por lo anterior que la Educación Inclusiva supone, más que preguntarse por las limitaciones
o dificultades de unos determinados estudiantes, indagar y actuar a partir de la identificación y
mitigación de los efectos de las barreras de distintos tipos que levanta a su alrededor el
sistema educativo y que, en gran medida, condicionan y limitan las posibilidades de
aprendizaje y de participación en la vida escolar de todos los estudiantes. Es, por tanto, la
Escuela la que se adapta a las condiciones y necesidades de los estudiantes y no al contrario.
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Sin embargo, la expansión y masificación del sistema educativo ha hecho posible que
estudiantes de diferentes condiciones o de distintas sociales entren en la escuela y relativicen
el principio de la igualdad de oportunidades como fundamento de la equidad. La presencia de
las diferencias y de la diversidad en el mundo escolar y educativo nos ha mostrado la
necesidad de hacer una revolución en la comprensión de lo equitativo en educación. Se ha
hecho evidente la necesidad de ir más allá de la igualdad de oportunidades educativas para
todos, pues se requiere generar opciones en consecuencia con las posibilidades de cada uno.
Hemos aprendido que es necesario compensar las diferencias que los estudiantes tienen,
antes de su ingreso al mundo educativo, diferencias sociales, económicas, familiares y también
en las capacidades.
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Ver: Ainscow, Mel. (2004). Desarrollo de escuelas inclusivas: ideas, propuestas y experiencias para
mejorar las Instituciones Escolares. Editorial Narcea. Madrid
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Es la visión tradicional en la que se asume la inclusión referida primordialmente a la enseñanza
de alumnos con discapacidades y a los llamados “alumnos con necesidades educativas
especiales”. Su énfasis está en la comprensión de las implicaciones educativas de las
limitaciones o deficiencias de los estudiantes, y en la generación de opciones pedagógicas,
didácticas o de organización escolar para la realización de adecuaciones curriculares, la puesta
en práctica de apoyos y la utilización de ayudas para superar o mitigar esos obstáculos
educativos generados por las limitaciones de los estudiantes. En los últimos años, la idea de
“necesidades educativas especiales”, para dar cuenta de las dificultades de la enseñanza, se
ha sustituido por la de “barreras para el aprendizaje y la participación”, para poner el foco de
atención no en los alumnos y sus limitaciones, sino más bien en las posibilidades y los recursos
de las instituciones, y en los criterios, las prácticas y las culturas que limitan el derecho a la
educación para todos y que generan exclusión.
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perspectiva se relaciona con los conceptos de “inclusión social” y “exclusión social”, y sus
implicaciones en la educación.
En esta perspectiva se sitúan los maestros que asumen que “la simple mención de la palabra
“inclusión” provoca en los docentes el temor a que se les pida que acepten un número
desproporcionado de alumnos cuya conducta se considera “difícil” y que pueden haber sido
excluidos (o expulsados) de otras escuelas.” Esta perspectiva pone la atención y centra la
acción en acciones de refuerzo, o remediales, para superar o compensar las causas de la
deserción con un carácter terapéutico.
Es una visión que empieza a abrirse paso en nuestros países y que tiene ya una tradición en
Europa y se fundamenta en la idea de Una Escuela para todos. Se trata de una reacción a los
sistemas educativos que distribuía a los niños en distintos tipos de escuela basándose en los
resultados obtenidos al finalizar el ciclo básico y que reforzaba las desigualdades basadas en
la clase social.
De otra parte esta concepción es también una reacción a las tendencias homogeneizantes de
la políticas educativas que insisten en que una escuela estandarizada puede garantizar la
educación de niños socialmente diversos. Por eso se hace hincapié en que la escuela para
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todos debe ser lo suficientemente flexible para abarcar, incluir, si se quiere, y valorar la
diferencia, por medio de la flexibilización y la personalización de la educación.
Bibliografía
3. Arnáiz Sánchez Pilar. Educación Inclusiva: una Escuela para Todos. (2003). Ediciones
Aljibe. Madrid.
4. Blanco, Rosa. (2006). “La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la educación
y la escuela hoy”. Revista electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en
Educación. Vol. 4, Num. 3, pp. 1-15. En: http://www.rinace.net/arts/vol4num3/art1.pdf
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9. Echeita, Gerardo. (2007). Educación para la Inclusión o Educación sin Exclusiones.
Segunda Edición. Editorial Narcea. Madrid.
10. Foucault, Michelle. (2007). Los Anormales. Editorial Fondo de Cultura Económica. México.
12. Naciones Unidas (2007). El derecho a la educación de las personas con discapacidades.
Informe del Relator Especial sobre el derecho a la educación, Vernor Muñoz. En:
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/11session/A.HRC.11.8_sp.pdf
13. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO
(1994). Declaración y Marco de Acción de la Conferencia Mundial sobre Necesidades
Educativas Especiales: Acceso y Calidad, Aprobada por la Conferencia Mundial sobre
Necesidades Educativas Especiales. Salamanca (España). En:
http://www.unesco.org/education/pdf/SALAMA_S.PDF
15. Tedesco, Juan Carlos. (2004). “Igualdad de oportunidades y política educativa. Políticas
Educativas y Equidad. Reflexiones del seminario Internacional. Fundación Ford,
Universidad Padre Hurtado, UNICEF y UNESCO. Santiago, Chile, octubre de 2004, pp. 59-
68. En: http://www.slideshare.net/ BIBLIOTECA9001/igualdad-de-oportunidades-y-politica-
educativa-juan-carlos-tedesco
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