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Fertilización forestal:

La característica del suelo forestal es el desarrollo de una capa de materia


orgánica compuesta de follaje, ramas, y a veces árboles caídos. Cuando este
material aportado por el bosque se descompone, muchos nutrientes son liberados
y reciclados en los árboles de nuevo. La tabla 9 ilustra con un ejemplo estos
aportes:

En un estudio realizado en Carolina del norte en una plantación de Pinus taeda de


20 años de edad, se determinó que los árboles recibieron más de 98% de sus
nutrientes directamente del humus y la hojarasca, que del suelo mineral (Ver tabla
10).

Es decir, la especie que arroja la hojarasca más temprano en la vida de la


plantación y en mayores cantidades es la especie que puede recuperar y
estabilizar el suelo más pronto, este aspecto es de suma importancia en suelos
marginados por la agricultura y especialmente para los suelos erosionados que ya
no tienen esta capa de materia orgánica. Suele observarse que los pinos en
general tienen una alta capacidad de formar esta hojarasca, aunque de lenta
deposición.

En el altiplano de Popayán se llevó a cabo un muestreo preliminar de la materia


orgánica debajo de plantaciones de entre 9 y 12 años de las cuatro especies
principales y se encontró que la deposición de hojarasca fue mucho mayor para
Pinus kesiya que en las otras especies muestreadas (Tabla 11). Esto significa que
P. kesiya es más eficiente en extraer nutrientes del suelo al principio y que recicla
los nutrientes más rápidamente. El hecho de que el ciprés funciona con
endomicorriza al contrario de los pinos que forman asociaciones de ectomicorriza,
puede explicar en parte su tasa más baja de reciclaje de materia orgánica y
nutrientes.

El reciclaje de nutrientes en plantaciones de eucaliptos ha sido poco estudiado


pero en general arrojan la hojarasca con más alto contenido de nutrientes,
especialmente las bases, que los pinos (Esparcia, 1980; Haag, 1980). Con una
proporción más alta de bases se puede esperar que la mineralización de la
hojarasca en rodales de eucalipto sea más rápida que en los de pinos. Los
requerimientos nutricionales de los eucaliptos son máximos antes de los ocho
años en el Brasil (Bellote et al.). A esa edad la proporción de nutrientes en la
corteza del fuste es menor para el eucalipto (32%) que para el pino (48%) (Crane
y Raison, 1980).

Otros nutrientes utilizados provienen de la atmósfera, de la fijación biológica y


también de la descomposición de la roca madre y otros materiales geológicos. Las
pérdidas producidas son debidas a factores como la lixiviación, la escorrentia, la
quema y la cosecha de madera.

Suministro de nutrientes. La cantidad de nutrientes que aporta la precipitación


pluviométrica, varía según el sitio. Al evaluar numerosos estudios realizados por
varios investigadores, Pritchett (1979), determinó que en promedio fueron
suministrados al suelo los siguientes elementos y cantidades por la lluvia
(kg/ha/año): N. 0.3, P. 3.2, K 8.0, Ca. 2.8 y Mg. 2.8.

Los microorganismos fijadores de nitrógeno de la atmósfera y que lo convierten en


formas asimilables por los árboles, son los mecanismos más importantes para el
aporte de este elemento al bosque. Los microorganismos tales como la bacteria
Rhizobium y la Octinomiceta Frankia, forman relaciones simbióticas con los
árboles.
La descomposición de materiales rocosos de origen geológico es una fuente
importante de nutrientes como el fósforo y el potasio intercambiable (Knight y Will,
1970).

Pérdida de nutrientes. Las pérdidas de nutrientes por efecto de la lixiviación no


son significativos en términos generales (Pritchett, 1.979), por ejemplo: encontró
en plantaciones de Pinus radiata en suelos volcánicos de Nueva Zelandia que las
pérdidas ocasionadas por lixiviación fueron: (en kilogramos/ ha/año): Si (39), Na
(12.5), Ca (12.5), Cl (5.6), K (4.2), Mg (1.6), P (0.01) y no hay pérdida de N.
(Knight y Will, 1970).

Nutrientes esenciales para los árboles. Los árboles como cualquier otro cultivo
necesitan de 16 elementos conocidos como esenciales para el crecimiento de
árboles forestales; de estos tenemos los macronutrientes y son: Nitrógeno (N),
Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg), Azufre (S). Los
micronutrientes son: Hierro (Fe), Cobre (Cu), Cloro (Cl), Manganeso (Mn), Boro
(B), Zinc (Zn) y Molibdeno (Mo).
Además de estos elementos obtenidos del suelo, las plantas también necesitan 3
elementos que se originan en la atmósfera y son: Carbono (C), Hidrógeno (H) y
Oxígeno (O).

Son dos los factores que limitan el crecimiento de los árboles: las características
genéticas y las condiciones del sitio en el cual crece. El componente genético se
está trabajando bastante, mediante selección de árboles superiores, rodales
semilleros, huertos semilleros, ensayos de procedencia, ensayos de progenie.

El medio ambiente contempla factores climáticos como la temperatura,


precipitación, propiedades de los suelos. Los forestales deben establecer las
especies en el clima existente; pero pueden modificar algunas propiedades de los,
suelos, en beneficio de los cultivos forestales.

Balance de nutrientes: El balance nutricional y la concentración son de


importancia para el crecimiento de los árboles. El Nitrógeno (N), es el elemento
más importante de la nutrición.

Tomando como base un valor de 100 para el N. (Ingestad, 1.977, 1.979),


determina la concentración óptima para otros macronutrientes considerando siete
coníferas. Estos valores fueron: K, 54.3; P, 18.9; Mg, 5.4; Ca, 5.3. No se conocen
valores similares para especies tropicales.
Los elementos más deficientes en los suelos de la franja tropical son el Fósforo (P)
y el Nitrógeno (N), y en suelos de zona andina y de sabanas se han encontrado el
Boro (B) como un factor limitante.

Se han encontrado varias causas de deficiencia nutricional entre otras:

a. Suelos empobrecidos, ejemplo: arena, tierras de cultivo abandonadas.

b. Deficiencias resultantes de factores como:


_ Zonas de fuertes precipitaciones que lavan los nutrientes.
_ Zonas Xerofíticas donde las deficiencias aparecen durante la
sequía.
_ La presencia de cal induce la clorósis.
_ Efectos, debido a los distintos niveles de pH. El Fósforo se precipita
en suelos altamente alcalinos.

c. Interacción con otros nutrientes. El nivel en que se encuentra un nutriente


afecta la disponibilidad de otro, ej.: N y P; y ; P y K , la aplicación de P
puede causar una deficiencia de K.

d. Inadecuada dosis de nutrientes en suelos infértiles.

e. Asociaciones pobres de micorrizas ectotrófas y endotrófas.

f. Una gran competencia de malezas.

Balance de Ca, Mg y K, en cuadro siguiente se indican los valores optimos:

Balance Nutricional
  Ca Mg K
Rango de relacion ideal 60-80% 10-20% 2-6%
Relacion Ca/Mg y K/Mg.
Rango ideal 5-9   0.2-0.3
Ley del Mínimo de Liebig

El diagnóstico de las deficiencias nutricionales, se puede hacer por tres caminos, y


son:

Ensayos con fertilizantes. Que son pruebas para observar los efectos de
diferentes fertilizantes, solos o combinados, utilizados en el desarrollo de una
especie y en un lugar determinado.
Análisis foliar. Es un análisis de la composición química de las agujas y hojas
para determinar la concentración de nutrientes minerales.
Análisis del suelo. Debido a que el árbol toma la mayoría de nutrientes del suelo,
se necesita un análisis químico de éste, para conocer la composición y
desordenes nutricionales que existan.
Aplicación de fertilizantes. Las principales razones para aplicar fertilizantes son:

a. Corregir deficiencias específicas de nutrientes o una falta generalizada de


fertilidad, que afectan la plantación y el desarrollo de los árboles.
b. Para estimular el crecimiento, cualquier fertilizante debe acelerar el ritmo de
crecimiento de los árboles, aún en sitios donde el crecimiento es moderado.
c. La fertilización en lugares donde no se ha cultivado anteriormente, la
fertilización en estos lugares puede ser favorable y aumentar la tasa de
crecimiento.
Los avances logrados por la ciencia y la tecnología de la fertilización forestal han
sido importantes. Las deficiencias de Fósforo y Nitrógeno de extensas zonas de
plantación han sido resueltas en lo fundamental, lo mismo que algunas
deficiencias de elementos menores como el Boro. Pero falta aún mucho por
investigar en las especies nativas.

Es importante la época de aplicación del fertilizante en la vida del árbol y puede


ser:

· En el momento de la plantación de los arbolitos, o poco tiempo después. (Ver


figura 1).
· Aplicación años después de la plantación cuando ocurre el cierre de los copas y
comienzan a aparecer las deficiencias.
· En etapas posteriores a la poda para aumentar la respuesta y estimular el
crecimiento.

Antes de la corta final, tres o diez años antes para aumentar el crecimiento y
mejorar la cosecha (Ver Figura 2).
La nutrición de los árboles. Se ha dado gran importancia a la nutrición de los
árboles, ya que además de la fertilización mineral existen otros métodos como
son:
a. Restos vegetales: Utilización de los residuos vegetales, producto de la corta
dejados en el sitio, por ejemplo: los troncos y el follaje. Estos aumentarán la
materia orgánica y los nutrientes.
b. Materiales vegetales: El material vegetal se coloca alrededor del árbol para
suprimir las malezas, mejorar las condiciones de humedad del suelo y aumentar el
contenido de materia orgánica, ejemplo: la utilización de matarratón (Gliricida
sepium), Acacia forrajera (Leucaena leucocephala) y Poró (Erythrina poeppigiana).
c. Estiércol y gallinaza: Especialmente el abono orgánica animal, como la
gallinaza que contiene elementos como: N = 17%, P = 8%.

Plantas mejoradoras del suelo. Fijación de Nitrógeno y aporte del follaje. Las
leguminosas tienen gran capacidad de fijar el nitrógeno de la atmósfera a través
de la bacteria (Rhizobium spp.) presente en los nódulos de las raíces, y el aporte
de nutrientes por el follaje, por ejemplo: Stylo (Stylosantes guyanensis), Kudzú
(Pueraria phoseoloides), Centro (Centrosoma pubescens), Pega-pega
(Desmodium uncianatum), Sitrato (Phoseolus stropurpurens), Soya (Glycine
wightii), Crotalaria (Crotalaria apectabilis).
Árboles que actúan como “Bombas de Nutrientes”. Algunas especies de árboles
cuyas raíces pueden llegar a gran profundidad, ejemplo: Prosopis cineraria,
Casuarina equisitifolia, cuyas raíces pueden llegar a 30 m., otras pueden
extenderlos a los lados a 40 y 50 m. del árbol. Esta gran extensión del sistema
radicular, permite traer a la superficie nutrimentos que se encuentran a grandes
profundidades.

Fertilización. En términos generales las investigaciones con fertilizantes en el


trópico son recientes. Los Eucalyptus spp. y Coníferas, han sido estudiados en
Nueva Zelandia, Brasil, recientemente en Colombia, Sur África, Trinidad y
Surinam, y los resultados obtenidos en los trabajos en plantaciones están aún en
su fase evaluativa.

Uno de los aspectos positivos de la fertilización es la disminución del turno de


corta, como ocurre con los Eucalyptus spp. Las coníferas necesitan nutrientes
para crecer y cuando no los consiguen en niveles adecuados, presentan
problemas con su desarrollo. El Nitrógeno ocupa un lugar especial entre los
elementos nutritivos, lo mismo que el Ca y Fe. La micorriza cumple una función
primordial en el aporte de estos elementos, especialmente en las etapas iniciales.

Las coníferas en general tienen requerimientos nutricionales diferentes que


las latifoliados, y algunos autores como Van Goor (1963), y Bruning (1964),
encontraron que las coníferas tienen marcados requerimientos por Potasio y
Magnesio, aunque estos son menores que los de Nitrógeno y Fósforo, y que en
definitiva las mejores respuestas se tienen en la combinación de los tres
elementos N - P - K.

Especial énfasis hacen algunos autores, Wittich (1.958), Zotiel y Kennel (1.969),
en el hecho de que la influencia que tiene la adición de nutrientes a los árboles
tiene menos efecto sobre el crecimiento en altura que en diámetro, especialmente
en el año en que se efectúa la aplicación.

En términos de requerimientos de nutrientes, estos varían notoriamente con la


edad. Para el caso de coníferas, Remezow et al (1963), encontró que el máximo
requerimiento de nutrientes en un rodal, para la zona templada ocurre entre los 25
y 45 años de edad, -para la zona tropical equivaldría de 7 a 12 años- y que los
nutrientes retornan al suelo en su mayor parte a los 30 y 60 años de edad; la
mayor cantidad de elementos retenidos por planta ocurría entre los 15 y 30 años
de edad, que comprende el período de crecimiento más rápido.

Para el caso de crecimiento de las coníferas se puede considerar que la


proporción de crecimiento en relación con la edad, es 4 veces superior en la zona
tropical que en la zona templada.

En un ensayo realizado con P. elliottii en la Florida (E.U), la aplicación de 45 kg.


de Nitrógeno por hectárea resultó en un aumento de 5.2 veces en la producción de
madera y el contenido de N en los árboles, se aumentó de 100 kg/ha a 560 kg/ha
(Pritchet, 1970). Ojo y Jackson (1973) y Kadeba (1978), observaron que en
Nigeria los pinos respondían al Nitrógeno como sulfato de amonio -(NH) 50- más
no a la úrea con (NH). Más aún, la úrea causó el 50% de mortalidad en las
plántulas, el fosfato soluble es lo mejor para suelos con un ph alto y el fosfato
mineral para los más ácidos.

En Brasil “Campo Cerrado” Mello (1964), con plantaciones de Eucalyptus saligna,


la aplicación de cal dolomita en dosis de 2 ton./ha resultó positivo, a los 3 años de
edad, la diferencia de producción entre parcelas abonadas y testigo era de 33
m3/ha. En la misma zona aplicaciones de 53 kg/ha de N, 172 kg/ha de P2O5 y
25 kg/ha de K2O., incrementaron la producción de madera en más del 80% y
una reducción del 30% en el tiempo necesario para alcanzar la edad de corta.

Nudson Yahne y Correa (1970), utilizó la combinación N-P-K en dosis de 60-80-


20- g/árbol que presentó un crecimiento en altura de 2.7 m el primer año y 7.2 m
para el segundo año.

La aplicación de cal en suelos pobres y ácidos ha tenido efecto positivo en los


rendimientos en coníferas. El abonar y encalar el Pinus caribaea, en suelos con
altos contenidos en aluminio e hidrógeno, se encontró una respuesta significativa
en incremento de diámetro y altura.

En Pinus radiata, se ha ensayado la aplicación de 8 kg/ha de Boro (disuelto en


agua).
Zotiel y Tshinkel (1971), trabajando con plantaciones de Cupressus spp., en
Medellín Colombia, fertilizaron durante los primeros 22 meses del ensayo, y
encontraron un incremento de 19 m 3/ha en las parcelas fertilizadas con N-P-K y
Mg, comparada con 5.7 m 3/ha en las parcelas testigo, lo que significa un aumento
en la producción de 33%.
Van Lear, Saucer y Goebel (1973), trabajando con Pinus taeda en North Carolina,
aplicaron dosis de fertilizantes de 78 kg/ha de N, 39 kg/ha de P y 39 kg/ha de K,
encontrándose incrementos de 0.6 a 1.6 m en la altura y 23 a 30% en diámetro en
comparación con los árboles testigos.

La aplicación de P y K en forma conjunta ha dado buenos resultados en


plantaciones forestales; (Guinadeau, Mauge y Dumas 1963), usaron 79 kg/ha de
úrea, 125 kg/ha de P2O5 y 130 kg/ha de K2O, en plantaciones de Pinus pinaster
encontraron incrementos considerables en altura y diámetro comparadas con el
testigo así: Para fósforo 54%, N y P 67%, P y K 69% y N-P-K 76%.

Simoesetal (1970), en investigaciones realizadas con Pinus caribaea en Brasil,


ensayaron diferentes niveles de fertilización, encontrando que la aplicación de 3
ton./ha de cal dolomíta, 60 kg/ha de nitrógeno, 100 kg/ha de P205 y 20 ton./ha de
K2O, presentaron el primer año una diferencia con el testigo del 90% en altura
(1.27 m a 0.70 m), y al segundo año de edad la aplicación de fósforo y cal dio
resultados significativos.

Cannon (1983) señala, que la empresa Cartón de Colombia utilizando fertilización


con calfos en dosis de 45 g/árbol, para las especies, Pinus oocarpa y Cupressus
lusitanica, encontró resultados favorables; lo mismo ocurrió con la aplicación de
borax. En otro estudio de la misma empresa, realizado en el departamento del
Cauca, con las especies Pinus pátula y Cupressus lusitanica, éstas respondieron
positivamente a la aplicación combinada de Boro más Fósforo más Nitrógeno.

La empresa Cartón de Colombia, estableció otro estudio de fertilización con Pinus


pátula, en el departamento del Cauca y encontró, que la aplicación combinada de
75 g de N-P-K más 50 g de bórax, al cabo de 2 años aumentó en 48% el
crecimiento en altura y como resultado de los trabajos mencionados se produjo la
tabla 12:

En un estudio elaborado por la CVC, en el Valle del Cauca, al finalizar el primer


año, el Pinus oocarpa respondió favorablemente a la aplicación del Boro, y la
combinación de bórax, úrea y superfosfato triple, produjo en un aumento del 70%
en el crecimiento en altura del pino comparado con el testigo.

La fertilización de Eucalyptus que ha tenido como base las especies Eucalyptus


grandis y Eucalyptus glóbulos, se puede resumir así: Cartón de Colombia encontró
que con una aplicación de 50 gramos de N-P-K (10-30-10) más 5 gramos de
Bórax por árbol al momento de la plantación, el Eucalyptus grandis creció 5
veces más rápido en volumen que sin la fertilización; además con los 5 gramos de
Bórax había una reducción significativa en el secamiento descendente de los
Eucalyptus.

El resultado de varios ensayos con diferentes dosis de N-


P-K (10-30-10), y bajo distintos métodos de colocación de
fertilizantes mostró que la dosis casi óptima de N-P-K (10-
30-10) es de 100 gramos, colocado 5 cm. debajo de la
plántula que causó un aumento en el crecimiento en
altura de más de tres veces con relación a los testigos (Ver
gráfico 1).
En tres plantaciones con crecimiento estancado y con síntomas de deficiencias de
Fósforo, los Eucalyptos de un año de edad que recibieron una segunda aplicación
de 75 gramos de N-P-K (10-30-10) mostraron aumentos en la tasa de crecimiento
en altura entre 82% y 105%.

La empresa Monterrey Forestal aplica 400 kg./ha., de sulfato de amonio en las


plantaciones forestales de Gmelina arborea, Sterculia apetala y Bombacopsis
quinata, con excelentes resultados.

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