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Agradecimientos:

Agradecemos a todas aquellas personas por las cuales con su interés, colaboración
y apoyo condicional se pudo sacar adelante a este proyecto. También agradecemos
a nuestros lectores por su leal apoyo, esto es por ustedes.

Moderadoras elamela - flochi

Staff de Traducción nadia graciela


~NightW~ rihano
selito flochi
elamela Susanauribe
andre27xl Little Rose
vannia Inthefreedomwings
kuami Cami.Pineda
littlegirl Ximeyrami
LizC Abril.

Staff de Corrección V!an* Vapino


Selene Abrilnya
Akanet Aldebaran
Kolxi

Revisión y Recopilación Kuami Nanis


Angeles Rangel Majo2340

Diseño luchita_c

Traducido, corregido y diseñado en


Purple Rose
Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Indice
Sinopsis 5
Capítulo 1 6
Capítulo 2 19
Capítulo 3 39
Capítulo 4 58
Capítulo 5 70
Capítulo 6 83
Capítulo 7 91
Capítulo 8 112
Capítulo 9 122
Capítulo 10 138
Capítulo 11 150
Capítulo 12 165
Capítulo 13 182
Capítulo 14 190
Capítulo 15 201
Capítulo 16 212
Capítulo 17 223
Capítulo 18 234
Capítulo 19 245
Capítulo 20 255
Capítulo 21 268
Epílogo 278
Adelanto de Blood Eternal 279
Sinopsis del tercer libro 288
Sobre la autora 289

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Sinopsis
Traducido por Flochi
Corregido por majo2340

I ncluso si caminas en la luz, puedes morar en la oscuridad.

Meses después de su peligroso encuentro con el señor de los vampiros


Saloman, la académica escocesa Elizabeth Silk todavía está tratando
de sobrellevar las demandas de su ancestral linaje —que la marca como una
cazadora de vampiros— y el abrumador deseo que siente por el inmortal que
trajo de la tumba. Pero no está sola en su fascinación por Saloman.

Cuando Elizabeth localiza a un primo lejano proveniente de América, se entera


de que él posee una antigua espada que ha logrado captar el interés del Gran
Maestro de los cazadores estadounidenses. Es la antigua y mítica espada de
Saloman —un tesoro de amplios poderes ocultos y un precio más allá de lo
calculable para vampiros y humanos. Ahora la carrera es por poseer la espada.

Aun cuando sus enemigos y aliados cambian sus lealtades y batallan por la
supremacía, Elizabeth debe decidir cuál gobernará su propio destino peligroso:
la lealtad no deseada o el amor pecaminoso.

Segundo libro de la saga Awakening by blood

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 1
Traducido por Nadia
Corregido por Selene

E l vampiro Saloman no había matado en dos semanas. Mientras Luiz


Salgado-Rodríguez deambulaba hacia él como un fantasma entre las
sombras, el hambre surgió y Saloman anticipó el exquisito golpe de
adrenalina que venía con una muerte poderosa.

Y aun así, observando al anciano profesor arrastrando los pies a través del patio
lleno de viñas de su hogar de Salamanca, a Saloman se le antojó una caza
aún más dura, un enemigo lo suficientemente digno físicamente que lo hiciera
trabajar. En resumen, quería una pelea.

En cambio, saltó del techo, su chaqueta de cuero negro elevándose para frenar
su descenso, y aterrizó con impecable elegancia frente al profesor.

—Buenas noches —dijo cortésmente en español.

Aunque el anciano se asustó —¿quién no lo haría?— no gritó ni huyó, y en sus


pálidos, nubosos ojos, Saloman no pudo divisar señal alguna de miedo. De
hecho, Luiz Salgado-Rodríguez sonrió, como si reconociera la muerte y le diera
la bienvenida.

—¿Eres tú... Saloman? —preguntó, su voz tan frágil e insegura como su cuerpo.

Saloman sonrió.

—Me has estado esperando —dijo en tono burlón. Como si él fuera el anfitrión
en lugar del visitante, movió una mano en invitación al banco de piedra junto
a él, y el profesor se sentó, un poco demasiado rápido para ser grácil—. ¿Los
cazadores de vampiros explicaron la historia de tu familia, quizás? ¿Te dijeron
que tu ancestro Tsigana una vez me mató?

El anciano se encogió de hombros.

—No había necesidad. Estoy consciente de mi propia herencia. Aunque es


interesante saber que has sido despertado. No esperaba que un anciano
moribundo te interesara —no hasta que los otros llegaron.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Saloman se movió, cerrando la distancia entre ellos y hundiéndose en el banco


con su cuerpo vuelto hacia el anciano.

—¿Los otros? ¿Otros vampiros han estado aquí?

Fue el turno del anciano de sonreír, un débil pero sorprendentemente encantador


gesto.

—No aquí. Siempre he sabido cómo protegerme de los de tu clase, así que
aunque los veo en la ciudad de tanto en tanto, ellos no están conscientes de mí
o mi ascendencia. —Miró a la distancia, y luego, como redescubriendo su hilo,
de vuelta a Saloman—. No, quise decir Dante, el americano. Él quería la espada.

Saloman se sentó muy quieto, buscando en el sabio rostro del profesor.

—¿Se la diste?

—No pude. No la tenía. Para mi conocimiento, nunca ha estado en la rama


española de la familia. —El profesor estiró su pierna como para relajarla—. Y
usted, señor. ¿Vino por la espada, o por mi vida?

A Saloman le gustaba. Le gustaba la excentricidad de sentarse en el patio del


hombre, discutiendo su muerte en tonos civilizados, conversacionales. De hecho,
deseaba haberlo conocido antes.

—Ambos —contestó. Sus oídos atraparon un ligero sonido, como una suave brisa
soplando sobre el techo; sus sentidos picaron y él buscó alrededor en los cuatro
lados del pequeño patio—. Aunque parece que tendré que conformarme con
tu vida. ¿Quién es este Dante que te preguntó por mi espada?

—Un americano, encantador hombre. Un senador, creo.

Sombras bailaron en el techo, oscuras de amenaza, demasiadas para ser


oportunistas.

—Gracias —Saloman dijo educadamente—. Tu máscara de encanto funciona


bien —estoy impresionado por tal conocimiento en un humano— pero temo que
no seguí la misma seguridad. Tengo una agenda diferente.

Por primera vez, el profesor comenzó a lucir asombrado.

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir que se siente quieto y pretenda estar muerto ya.

Saloman se puso de pie de un salto mientras las negras sombras caían del techo
en tiempo perfecto. Estirándose tomó la más cercana, arrancándola del aire

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para romper su cuello y arrojarla a una de sus acompañantes con la suficiente


fuerza para hacerla caer también. Le dio el tiempo necesario para lidiar con las
otras.

La estaca de madera yendo a su corazón se deslizó sin hacer daño por su


chaqueta de cuero. Los idiotas habían venido con fuerza pero sin una clara idea
de cómo matar a un Anciano. Saloman divisó el shock y el terror en el rostro del
vampiro antes de que lo elevara en un brazo y tomara la estaca de sus dedos sin
fuerza, desgarrando su garganta a la vez que estaqueaba al siguiente vampiro
en la línea.

Ellos explotaron en polvo al mismo tiempo, y Saloman se volvió rápidamente,


pateando otro hacia el otro lado del patio antes de estaquear a una vampiresa
que corría hacia él una vez más. Sin embargo, él estaba rodeado ahora, y el
resto ofrecía una pelea más dura. Había algunos vampiros fuertes entre ellos.
Aún ahora, teóricamente, ellos tenían la fuerza para destruirlo. Con algo similar al
alivio, Saloman se liberó, abrazando la energía y la lujuria de sangre, desviando
y golpeando, estaqueando y rompiendo con una velocidad que debe haber
lucido como un frenesí al anciano ignorado que aún se sentaba quieto como
una piedra en el medio de la carnicería.

Al final quedaba sólo un atacante, yaciendo postrado en el suelo en indefensa


agonía, esperando porque su cuello roto se curara. Terror asomaba de su rostro
cuando Saloman se puso en cuclillas junto a él.

—¿Cuál es el punto? —Saloman le preguntó.

—Independencia —el vampiro susurró—. Hacemos lo que se nos place. No hay


reglas, no de Juana ni ti.

—No hay existencia —Saloman hizo un informal movimiento con su mano


señalando el patio a su alrededor. Un par de grandes macetas habían sido rotas
y un árbol se inclinaba casi hasta sus raíces, pero el polvo brillando en la luz de
las estrellas era el único otro signo del ataque vampiresco.

Él suspiró.

—Y no hay compresión. —Elevó la estaca en su mano y la dejó caer, y el último


de los enemigos españoles se volvió polvo.

Los vampiros de la península Ibérica ahora respondían a él —a través de la


deliciosa si severa Juana. Qué lástima que no hubiera tiempo para otra noche
con ella.

¿Es así? Ella es una soberbia cogida pero apenas —cerró el amargo pensamiento.
No pensaría en Elizabeth. No aquí.

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Poniéndose de pie, Saloman caminó a través del patio hacia el profesor, cuyos
ojos estaban muy abiertos en su cabeza semejante a un esqueleto.

—Madre de Dios —murmuró—. Realmente eres un demonio.

—¿Lo dudabas?

—Soy viejo; estoy muriendo. He pensado en la muerte por tanto tiempo y con
tantas ganas que imaginé que sería fácil, aún en tus manos. Y ahora me pregunto
lo que mi egoísmo le costará al mundo. Si tú ganas fuerza con mi muerte…

—Lo haré —interrumpió Saloman.

—¿Ha habido alguna vez una fuerza más poderosa en el mundo? —El anciano
dijo desesperadamente—. Nadie puede enfrentarte.

—Eso no es enteramente cierto —Saloman observó juiciosamente.

—Pero confía en mí: La Muerte es mejor viniendo de mí que de ella. —Él hizo un
gesto a través del patio en la dirección general del lugar donde había matado
al último de sus atacantes, y se estiró hacia el profesor. Su deseo de pelear
aplacado, estaba complacido de darle al profesor una buena muerte, aun
cuando el anciano se esforzaba débilmente por alejarse de él.

—¡No quiero que mi sangre destruya al mundo! —gritó cuando Saloman lo


arrastró inexorablemente contra su pecho.

Saloman mordió su garganta y el anciano jadeó, sus dedos estirándose, y luego


encogiéndose en puños en los hombros de Saloman.

Quizás en cambio ayudarás a salvar al mundo Saloman le dijo telepáticamente.


Sangre se derramó sobre sus dientes y por su garganta, y el anciano se relajó
en sus brazos. Excitación había ahogado su dolor. Con placer feroz, Saloman
absorbió la fuerte, embriagadora sangre de Tsigana, y le dio la bienvenida al
golpe de poder como a un antiguo amigo.

El anciano movió sus labios débilmente, hablando casi con su último aliento.

—Al menos no tienes la espada.

Fue su cabello lo que llamó su atención. Vislumbrado en el pequeño espacio entre


los hombros en movimiento de su séquito, parecía brillar como un pálido oro rojo
en un pestañeo de luz de sol. Josh Alexander viró hacia la derecha para ver más
allá de su secretario de prensa, y descubrió que el adorable cabello pertenecía
a una igualmente bella mujer. Atrapado en el halo de sol de la ventana sobre
ellos, ella lucía como un glorioso aunque algo desordenado ángel.

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Estaba de pie junto al escritorio de recepción, discutiendo con la inmaculadamente


arreglada recepcionista a quien sin embargo se las arreglaba para opacar sin
intentarlo. Su largo cabello rojo estaba atado detrás de su cabeza en una suelta
cola de caballo, de donde mucho de él había peleado su camino a la libertad
alrededor del delicado y aun así extrañamente determinado rostro. Su belleza
yacía en su elegante estructura ósea, su atractivo a Josh en el hecho de que no
había hecho nada obvio para aumentarlo.

Empujando a su sorprendido secretario de prensa, Josh se apoyó en un pilar


cercano para mirarla. Su cronograma estaba limpio y él estaba listo para jugar.

—Ya se lo he dicho, no hay nadie con ese nombre alojándose aquí —la
recepcionista estaba recitando en una voz aburrida.

—¿Cómo puedes decirlo sin fijarte? —Fue la seca respuesta, y Josh sintió un
escalofrío pasar por su columna. Su voz era escocesa —educada escocesa,
supuso por el hecho que podía entenderla tan fácilmente— baja y clara. El tipo
de voz con el que él deseaba actuar, o aún ser opuesto, en cualquier número de
escenas románticas en y fuera de la pantalla.

—Se lo aseguro… —la recepcionista comenzó a decir.

—No puedes asegurarme nada si no usas las herramientas que tienes a tu


disposición. Por favor déjame hablar con tu supervisor.

—Yo soy el supervisor.

—Entonces tu gerente estará bien.

La recepcionista parecía sorprendida por la tranquila determinación de la otra


mujer. Engañada por la apariencia informal y algo atractivamente gentil en su
expresión, ella obviamente había fallado en notar el acero detrás. Josh lo había
visto enseguida, pero estudiaba los rostros obsesivamente. Eso era lo que lo hacía
tan bueno en su trabajo.

—Josh, ¿qué estás haciendo? —Mark, su secretario de prensa, dijo urgentemente,


parándose justo frente a él para bloquear su visión—. La seguridad del hotel
nos ha advertido que vayamos directo al ascensor. La chica en la recepción
probablemente sea prensa amarilla y está preguntando por ti y está a punto de
causar problemas.

—¿En serio? —Josh sonrió. Había emergido de la conferencia de prensa como


un hombre feliz, porque los periodistas locales comían de su mano, y porque
la filmación en locación había ido bien, mucho más rápido de lo esperado,
dejándole tiempo para relajarse por unos pocos días y ver un poco más de
Escocia antes de regresar a Estados Unidos. Y ahora aquí estaba esta inusual y

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hermosa mujer con una voz que enviaba escalofríos por su columna, buscándolo.
Era un regalo.

Rozando al escandalizado Mark al pasar, quien aún sibilaba en protesta, caminó


hacia la recepción. Los ojos de la recepcionista volaron hacia él con ambos
alarma y gratificación. Presumiblemente no era algo diario que ella hablara
con una estrella de Hollywood. Por otro lado, era mala suerte tener esta rara
oportunidad mientras fallaba en calmar a un cliente con mal carácter. Casi se
vanaglorió, sin embargo, como si estuviera contenta de que él la viera llevando
a cabo sus instrucciones tan bien, aún en una situación tan difícil.

—Mira —Josh dijo, apenas echándole un vistazo, para su diversión, cuando él


se apoyó en un codo en el escritorio a su lado—. Sé muy bien que él se está
alojando aquí. Por favor sólo dale esta nota de su prima.

La recepcionista sonrió y retorció el simple sobre blanco de los dedos de la chica.


Al menos no lo puso directamente en cesto de basura.

—Señora, Edimburgo está de repente llena de parientes de Josh Alexander.


Buenas tardes.

Frustrada y claramente consciente de que la nota dudosamente fuera a llegar a


su destinatario, la pelirroja suspiró.

—Tu gerente, por favor —repitió—. Tan rápido como sea posible.

—Dudo que eso sea necesario —Josh dijo elegantemente—. ¿Puedo leer la nota
ahora? ¿Y eres realmente mi prima?

La recepcionista lució pasmado bajo las capas de su cuidadosamente aplicado


maquillaje. La otra chica se volvió con sorpresa y le dio una larga mirada
examinándolo. Inesperadamente, un atisbo de risa sonó y fue ahogado.

—Ah. Perdón, no te reconocí. Estaba demasiado ocupada estando enojada.


Soy Elizabeth Silk.

Sin afectación, ella ofreció una pequeña mano de dedos largos, libre de todo
anillo. Otra buena señal. Josh la tomó, sonriendo, y ella lo dejó ir de nuevo luego
del más breve de los apretones.

—Prima Elizabeth —dijo él, dejando que sus ojos rieran—. Qué maravilloso que
es conocerte finalmente. Gracias —agregó para la recepcionista, tomando el
sobre de sus dedos flojos, antes de alejar a la “Prima Elizabeth” del escritorio —y
hacia el grupo de guardaespaldas y su secretario de prensa que esperaban por
él.

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Josh se encargó de sus objeciones antes de que fueran dichas con un perentorio
movimiento de su mano, y una mirada extra a Mark, quien sentía que las órdenes
que no le gustaban no debían aplicarse a él. Con reticencia así también como
con una mirada de sorpresa herida, Mark se retrasó también.

—¿Qué puedo hacer por ti, Prima? —preguntó Josh, sonriendo, cuando tuvieron
un par de pies de espacio.

Por primera vez, ella lució ligeramente desconcertada. Una pizca de color tiñó
sus pálidas mejillas.

—Somos realmente primos —dijo ella en tono de disculpas—. Muy distantes, pero
aun así relacionados. He estado intentando hablarte por meses —también mis
amigos— pero tu gente nunca nos deja acercarnos a ti, aún por teléfono.

—Lo lamento —dijo Josh fácilmente—. Me temo que recibo muchas cartas y
llamadas desagradables. Algunas genuinas son bloqueadas con ellas.

Por supuesto, él todavía no tenía manera de juzgar a qué categoría pertenecía


ella, y su rápida, sardónica sonrisa lo reconoció.

—Lo entiendo —dijo ella—. ¿Conoces tu árbol familiar? Nuestro ancestro común
más cercano es Harry Alexander, cuyo hijo Daniel emigró a América en el tardío
siglo XIX. La hija de Harry se casó con Robert Silk y se quedó en Escocia.

—El viejo Harry —dijo Josh, pero sintió la sonrisa desaparecer de sus labios. La Prima
Elizabeth Silk lo había sorprendido de nuevo. O bien había hecho un montón de
tarea –lo que la hacía ser más peligrosa que una fan oportunista —o realmente
era una prima lejana—. Eso fue hace mucho tiempo.

—Oh, va mucho más atrás, que es de lo que quiero hablar contigo. ¿Tienes unos
pocos minutos?

Demonios, era hermosa, y en la forma en que él no veía todos los días. Ella había
trabajado duro para llegar a él. Ella merecía un gusto, y después de todas las
dificultades de filmar en locación bajo el clima escocés, también se lo merecía
él. Por su hermoso cabello y su voz seductora, por no decir nada de cualquier
deleite que se escondía bajo sus anodinos jeans y chaqueta, él estaba preparado
para arriesgarse.

—Seguro —dijo, indicando el ascensor, fuera del cual su séquito todavía esperaba,
mirándolos con sospecha—. Mi cronograma está limpio. Sube.

Color inundó el rostro de ella. Ella sabía exactamente lo que él quería decir, y
el rápido flash de indignación en sus oscuros ojos avellana le dijo que él había
cometido un inusual error. De cualquier manera, su mirada se mantuvo firme.

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—Eso no es necesario —dijo ella fríamente—. Si sólo pudiéramos sentarnos aquí...


—Ella indicó un sofá cercano en la zona de recepción, con una mesa baja y
diarios—... Yo sólo tomaré diez minutos de tu tiempo.

Josh se recuperó rápidamente. Empleando una juvenil, ligeramente arrepentida


sonrisa que le había funcionado desde la infancia, abrió sus manos.

—No puedo estar aquí por más de dos minutos, o el lugar resulta invadido por
la prensa. Probablemente ya estén en camino. Comprendo tu preocupación,
¡pero absuélveme de designios deshonestos! Yo sólo estaba buscando un poco
de privacidad.

Su mirada se alejó, como si estuviera avergonzada, y él supo que ella había


caído. Lo cual era un alivio, porque habiendo empezado así, lo que fuera que
resultara, quería ver hacía donde lo llevaba.

—Por supuesto —murmuró ella—. Me olvidé. La vida de una estrella de películas


no puede ser fácil.

—Tiene sus compensaciones. Te digo qué, podemos ir a cenar y hablar. Tú


eliges el restaurante. Preferiblemente algún lugar pequeño y discreto donde no
atraigamos atención.

Una débil sonrisa regresó a sus ojos.

—Está bien.

Ella era un deleite. No hubo un loca corrida para cambiarse para la cena, para
retocar el maquillaje —ella no parecía estar usando ninguno, según Josh podía
ver— o siquiera para peinarse. Ella simplemente caminó con él, Mark, y Fenstein
el guardaespaldas, fuera del hotel por la discreta salida lateral y dentro de un
taxi, el cual ella dirigió.

Edimburgo era una ciudad pequeña, y no estaban lejos de su restaurante elegido.


Colina abajo de la moderna parte céntrica de la ciudad hacia un territorio
ligeramente más deslucido. El conductor conocía el lugar que ella nombró y los
dejó en la puerta.

Elizabeth ni siquiera pestañeó cuando Mark entró al restaurante con ellos, habló
en voz baja con el gerente, y entregó el soborno que facilitaría una rápida salida
alrededor de la parte trasera si la prensa se enteraba de la presencia de Josh allí.

—Esto es agradable —dijo Josh genuinamente, mirando alrededor cuando se


sentaron—. Hogareño.

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—La comida es maravillosa —dijo Elizabeth, con una pizca de demasiado


entusiasmo. Como si entendiera que él estaba acostumbrado a lugares más
modernos y caros y no quisiera avergonzarse del mejor lugar que conocía.

—¿Has estado aquí antes? —preguntó el con facilidad.

—Un par de veces con un colega del trabajo.

—¿Qué haces?

—Enseño en la Universidad de St. Andrews. Con un contrato temporal. Recién he


finalizado mi Doctorado, estoy esperando por el veredicto.

Ah, era una académica. Él debiera haberlo averiguado antes, porque su


apariencia lo dejaba ver —poco materialista y un poquito atolondrada, sin
preocuparse por su apariencia, porque su mente, sin duda, estaba en lugares
más elevados de aprendizaje. Se preguntó qué opinaba ella de “Física” a pesar
de su éxito comercial.

Pero maldición, era mucho más linda que cualquier otro de las académicos que
él había conocido antes. Y mucho más genial que muchas de las mujeres que
descaradamente lo buscaban con débiles excusas y mentiras obvias. Su sonrisa
era amistosa cuando ella encontró su curiosa mirada, pero no más que eso. Si
ella no hubiera estado quejándose en el hotel por él nunca hubiera creído que
ella estaba lo más remotamente interesada en él. Un poco desagradable para
el ego, quizás, pero por alguna razón la hacía mucho más intrigante.

No podía decidirse acerca de su edad. Podría ser tan joven como veintitrés o
veinticuatro años, o diez años mayor.

Él esperó hasta que hubo ordenado vino antes de preguntar.

—¿Sobre qué es tu tesis?

—Supersticiones históricas —dijo Elizabeth. Hubo una pequeña pausa antes de


agregar—, Lo cual es parte de lo que necesito hablar contigo.

—¿Sí? Mi padre hubiera sido de mucha más ayuda en eso. Él tenía más
supersticiones que el resto de nosotros juntos.

—¿En serio? ¿Qué tipo de supersticiones?

—De todo tipo —dijo Josh. Él le dio la rápida, afectuosa sonrisa que la
conmovedora memoria de su padre siempre inspiraba—. Mi papá era un tipo
genial. Un poco excéntrico, quizás, pero ¿dónde está el daño en darle rienda
suelta a tu imaginación?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—En ningún lado. ¿No es así como te ganas la vida?

Sorprendido, Josh rió.

—Supongo. —El mozo apareció a su lado, y mientras él cumplió con el requerido


ritual de probar el vino, el cual era bastante bueno, él tomó otra rápida,
apreciativa mirada alrededor del restaurante. Era tranquilo, siendo mitad de
semana, y ellos habían sido amablemente ubicados en la parte trasera, cerca
de la entrada de la cocina, con una mesa vacía entre ellos y los clientes más
cercanos, ninguno de los cuales les prestaba atención alguna. Tampoco podrían
escuchar fácilmente lo que decían. Ella había elegido el lugar adecuado, y le
cayó aún mejor a Josh. Un zumbido de excitación comenzó a fluir a través de su
cuerpo ante el prospecto no sólo de la cena con esta mujer intrigante, pero de
las más grandes intimidades que inevitablemente seguirían.

Josh mantuvo un flujo de conversación hasta que las entradas llegaron, contándole
divertidas anécdotas sobre viajes y filmaciones. Muchas de sus bromas eran en
contra suyo y era bastante divertido mirar a Elizabeth derretirse y encariñarse
con su desprecio hacia sí mismo. Tampoco era enteramente asumido. En verdad
Josh todavía encontraba divertida toda la cosa del estrellato. Emily, su esposa,
lo había ayudado a mantener sus pies en el suelo cuando él era más joven, y
ahora que ella estaba muerta, él parecía no poder tomar nada muy seriamente,
aún el estatus de mega-estrella que había venido con el éxito de “Física”
inevitablemente. Pero aún le gustaba sorprender a la enigmática Elizabeth.

—Así que —dijo sobre la entrada—, ¿de qué querías hablar en particular? ¿Familia
o superstición?

—Ambas.

—Fantástico. ¿He heredado un castillo embrujado en Escocia?

Elizabeth sonrió.

—No que yo sepa. —Tomó un bocado del risotto de limón y pareció saborearlo
antes de agregar—, de hecho, lo que tú has heredado, no lo querrás. Tenemos
otro ancestro en común, mucho más antiguo que Harry Alexander. Una dama
húngara del Siglo XVII llamada Tsigana.

—Interesante —dijo Josh. Dejó la salsa cremosa derretirse en su lengua y tragó—.


¡Wow, esta pasta es buena!

Pero Elizabeth no se iba a distraer.

—¿Has oído de ella? ¿Tsigana?

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—No puedo decir que lo haya hecho.

—Ella era muy... colorida, digamos. De hecho, asesinó a alguien.

—¿No pueden acusarnos a nosotros por eso, no es cierto? —Josh preguntó con
falsa alarma.

—Depende de a quiénes te refieres con “ellos”.

Aguijones de advertencia en su cuello hicieron que Josh dejara su tenedor y


tomara su vaso de vino. La miró sobre el borde.

—Continúa.

Elizabeth respiró profundamente.

—Alguien todavía quiere venganza por esa muerte. Y se está vengando con los
descendientes de Tsigana.

Oh, maldición. Loca como una cabra. Josh sorbió su vino y dejó su vaso.

—¿La policía se está encargando de éste lunático?

—¿Están encargándose de ti?

—No la policía exactamente. Pero otras autoridades están tratando de detenerlo,


sí. De hecho, en cierta manera represento a esa autoridad.

Josh no frunció el ceño. Por el contrario, mantuvo su rostro suave, sin ofrecer
pistas de sus verdaderos pensamientos.

—¿Algún tipo de servicio de inteligencia? —arriesgó.

—Algo de eso —Elizabeth dijo dubitativamente, haciendo que la esquina de


su boca se moviera. Él no había esperado duda tanto como había esperado
alarde—. El punto es, esta organización ha estado intentando contactarte por
varios meses para advertirte y ofrecerte protección. Cuando vi tu conferencia de
prensa siendo anunciada, pensé que era mi última chance de verte en persona
y darte esa advertencia antes de que fueras a casa.

—Bueno, gracias —dijo Josh, permitiendo que una chispa volviera a sus ojos.
Estaba seguro de que su juicio inicial era correcto, que ella no era peligrosa—.
Pero me temo que no entiendo exactamente de qué me estas advirtiendo.
¿Algún loco al que no le gusto porque soy descendiente de una mujer húngara?

—Umm, sí. —Ella sonaba como si se disculpara.

—¿Tampoco le gustas tú, entonces?

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Elizabeth sonrió en su copa.

—Hemos tenido nuestros enfrentamientos —dijo, y bebió un poco.

¿Qué demonios significaba eso?

—Okay. —Curiosamente, Josh la miró dejar su vaso—. Mantendré mis ojos abiertos
por ese lunático. Gracias por la advertencia.

—Gracias por pretender que realmente te interesa —Elizabeth respondió, y Josh


soltó una risa sorprendida. Loca o no, aun así era un deleite—. Hay más —agregó
antes de que sus esperanzas pudieran subir mucho—. Y esta es la parte difícil,
porque tengo que hacerte dar cuenta de que la amenaza es real y letal. Tú
dijiste que tu padre era supersticioso ¿compartes algunas de sus creencias? Por
ejemplo, ¿crees en la existencia de vampiros?

Josh suspiró.

—No. No hombres lobo, duendes, zombis, demonios, o siquiera mala suerte. —Él
se movió en su silla y ahora sólo los buenos modales lo detenían de mirar el reloj.
Él diría que estaba cansado y se saltaría el postre. Maldición, él realmente quería
acostarse con alguien, y ella era tan deliciosamente apta para eso...

—Taxi para el Sr. Alexander —dijo ella con una rápida, irónica sonrisa,
sorprendiéndolo de nuevo. Claramente, no había nada malo con sus habilidades
de observación—. Está bien —ella lo calmó—. No estoy loca. Un año atrás, yo no
creía en ninguna de estas cosas tampoco, pero algunas de ellas, al menos, son
reales. Hay un vampiro ahí afuera —uno muy fuerte y despiadado— matando a
todos los descendientes vivos de Tsigana. Y los de los otros conspiradores en su
asesinato. No sólo por venganza, pero porque ellos, tú y yo, llevamos la sangre
de sus asesinos, y esa sangre le da un tipo de poder místico.

—Si Tsigana lo mató —Josh interpuso, buscando una victoria fácil a través de la
razón—. ¿Cómo es que todavía está corriendo por allí?

—Él fue... despertado. Por accidente. —Sus ojos se alejaron y volvieron, como si
brevemente hubiera perdido coraje y luego lo hubiera recobrado—. Su nombre
es Saloman.

¿Saloman? ¿Dónde había escuchado ese nombre antes? No importaba.

—Okay. —Se apoyó en su asiento para permitir al mozo retirar su plato—. Lo


tendré en mente.

Elizabeth lo miró tristemente.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—No, no lo harás. No crees una palabra, y lo peor de todo es que no puedo


culparte por eso. Sólo sé cuidadoso. Debería decirte que dos ancestros nuestros
han muerto en los últimos seis meses, probablemente en sus manos. Pero al
menos tienes guardaespaldas y gente para cuidarte. —De nuevo vinieron esos
aguijones de advertencia, pero no tuvo tiempo de descifrar si venían por ella o
por su advertencia, porque ella estaba hablando de nuevo—. ¿Josh?

—¿Sí?

—Prométeme que no tirarás esa carta que intenté dejarte en el hotel. Tiene los
números de teléfono de la gente que puede ayudarte si lo necesitas. Uno de ellos
es el mío. El otro es de una organización internacional que trata con amenazas
como esta. La que mencioné antes. Deberías contactarlos, dejarlos protegerte.

Josh pasó un dedo por sus labios. Quería ser honesto y decirle que tiraría la carta
tan pronto como volviera al hotel. Decirle que se fuera a la mierda porque ella
no era la mujer fácil pero excéntrica con la que podía acostarse que él había
pensado que era cuando hablaron la primera vez. Pero no podía quitarse de
encima la cortesía que formaba el cimiento de su naturaleza. Tampoco podía
mentir, se dio cuenta con arrepentimiento, aún a una extraña.

Josh suspiró y tocó el bolsillo de su pecho, donde había guardado la carta. Aun
resonaba.

—Lo prometo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 2
Traducido por ~NightW~
Corregido por Selene

R egresar al hotel por sí solo no había sido el plan original de Josh, pero
suponía, mientras cerraba la puerta de la habitación, que pudo
haber sido una noche peor. Una vez que la locura estuvo fuera de su
camino, pudo disfrutar la compañía de Elizabeth. Ella era inteligente y divertida y
estaba feliz de escuchar sus historias. Él incluso le contó un poco sobre Emily, y ella
no se preocupó no lo molesto con confusiones de falsa simpatía. Por el contrario,
sintió que ella comprendió su dolor y pudo captar una ola de compasión sincera
y tranquila. Le debería haber preguntado un poco más sobre su vida, haber
descubierto donde venía su comprensión, pero dudaba que la volviera a ver.

Eso sí, lejos de la locura de los vampiros y la venganza, se dio cuenta que en
realidad no se oponía a volver a verla una vez más. Después de todo, había
aceptado las rarezas similares de su padre y aun lo amaba. Se le ocurrió,
arrojando su chaqueta sobre su cama grande y vacía, que había habido una
cierta simpatía entre él y Elizabeth. O quizás se lo estaba imaginando porque
estaba aburrido de las sirenas ricas y egoístas que parecían constituir la mayor
parte de sus conocidos por esos días.

Sonriendo con amargura, camino hacia el baño, solo paras ser distraído por el
timbre de si teléfono. Lo levantó de la cómoda y miro el nombre en la pantalla.
Senador Dante. No se podía pasar por alto al Senador Grayson Dante.

—Senador, ¡Hola! —Lo saludo con un entusiasmo cortes—. ¿Cómo está?

—¡Estoy bien! De hecho, estoy en Escocia.

—Buen señor. ¿Qué está haciendo aquí?

—Oh, tuve algunas reuniones con el primer ministro en Londres, y luego me


trajeron hasta aquí para conocer a la reina en su Castillo Escocés Balmoral.

Josh silbó para mostrar lo impresionado que estaba, y procedió enseguida a


quitarse la camisa mientras Dante continuaba hablando.

—De cualquier forma, he alquilado una maravillosa casa por una semana, y
pensé en ofrecer una fiesta aquí este fin de semana.

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—Suena como un plan —aprobó Josh, sacando la carta de Elizabeth del bolsillo
de su camiseta con una mano antes de arrojar la camisa sobre la cama al lado
de la chaqueta—. ¿Ira la reina?

Dante se echó a reír. Tenía una buena risa, lo cual le había proveído de muchos
amigos, incluyendo a Josh.

—¡Ojala! No, no, pero si tengo una promesa de tu hermosa co-estrella de Psíquicos
2, de manera que espero que puedas venir.

Josh hizo una mueca. Su hermosa compañera de reparto, Jerri Cusack, era una
perra de premio y le encantaba hacer la publicidad de un romance fuera de la
pantalla con uno que fuera dentro de la pantalla. Josh no podía hacerle frente.
Mirando la carta en su mano, dijo impulsivamente:

—¿Pudo llevar a una invitada? ¿Mi prima escocesa?

—¡Por supuesto! —acordó Dante de todo corazón, mientras Josh abría el sobre
con los dientes—. Espero que sea bonita, porque tengo otro invitado al que
particularmente que gustaría impresionar. ¿Conoces a Adam Simon?

—No —dijo Josh sin mucho interés. Estaba leyendo la carta de Elizabeth, un esbozo
breve y duro de la charla loca del restaurante, junto con dos números de teléfono,
uno de los cuales era el de ella. Josh sonrió y doblo la carta. Concentrándose,
repitió—. ¿Adam Simon? ¿Quién es él?

A Josh no le importaba que Dante usara su alto perfil para impresionar a cierta
gente. Estaba acostumbrado y lo suficientemente feliz como para ayudar a un
amigo. Había funcionado para todos en el pasado.

—Un hombre de negocios europeo, muy joven y determinado. Salió de Europa el


este hace unos meses, ramificándose en el Reino Unido y los Estados. La verdad
sea dicha, ya ha estado en mis zapatos un par de veces. ¡Necesito al tipo fuera
de juego!

Josh se echó a reír.

—Ofensiva de encanto, ¿no es así? —le preguntó cínicamente.

—Amo tu comprensión, Josh. Será bueno verte el fin de semana. No puedo


esperar. Te enviaré los detalles. Oh, y Josh, supongo que no traerás esa espada
antigua contigo.

Espontáneamente, los ojos de Josh volaron a su maleta. Inquieto, recordó


exactamente porqué se había llevado la reliquia de la familia, y que también
tenía que ver con Dante. No hubiera querido al senador “prestándola” o

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“comprándola” a su gente en su ausencia. Le agradaba Dante, pero el hombre


tenía pocos escrúpulos en cuanto a salirse con la suya, y de verdad quería la
espada.

—De hecho, si —admitió Josh—. No la traje. Pero aún no está a la venta.

Dante volvió a reír.

—¡Eres un hombre duro, Josh! No, la razón por la que pregunto es que, habrá
alguna gente por aquí durante el fin de semana, expertos en ese campo de
antigüedades, quienes podrían darte una valoración adecuada y tal vez incluso
más detalles de su historia. Si la traes contigo, puedo pedirles que le echen un
vistazo.

—Bueno, de acuerdo —dijo Josh de mala gana—, pero aún no estará a la venta,
sea lo que sea que me digan tus amigos.

Aparentemente todo era un gran chiste para Dante, y Josh se encontré a si


mismo sonriendo ante el sonido de la risa del senador. Pero cuando colgó, la
inquietud se volvió a cernir sobre él. No era un hombre supersticioso, y no creía
en la magia ni en nada de eso, pero la última vez que toco la espada…

Sacudió su cabeza para despejarla. Dante había resultado ser una visita
inesperada después de enterarse que tenían apartamentos en la misma
cuadra de la Ciudad de Nueva York; y después de un par de cervezas, cuando
la conversación se había desviado hacia las antigüedades y reliquias de la
familia, Josh le había mostrado la espada. Algo, ya sea electricidad estática o
imaginación, había hecho que Josh tirara el arma, sintiendo un dolor agudo el
su mano, algo que posiblemente no podía haber estado ahí. No era más real
que la visión extraña que había brillado delante de sus ojos, de un extraño joven
ensangrentado exigiendo el regreso de su espada en tono oscuro y amenazante.

Josh se estremeció y aclaró su mente. Había estado ebrio en ese entonces. Pero
lo que en realidad le había molestado de todo el episodio era la difícil idea de
aceptar que la espada no era en si de él. Con toda la sangre que tenía. Había
estado en su familia durante generaciones, y por lo que sabía, lo que había
dejado su padre —y ese viejo y horrible abrigo con el que estaba envuelto. Y
Josh estaba condenado si se la daba a alguien por cualquier precio.

***

Era tarde cuando Elizabeth llegó a su casa, a su apartamento en St. Andrews,


pero sabía que no dormiría.

Encender la lámpara de gas para disipar la penumbra, se dirigió al reproductor


de CD, descartó el disco de clásicos que ya estaba allí, y lo reemplazó por uno

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de rock. Con la esperanza de darle de repente un nuevo impulso con el ritmo


a su estado de ánimo triste, se hundió en el sofá y cogió el libro de bolsillo. Pero
en lugar de leerlo, se encontró con la mirada perdida en el fuego, mientras sus
pensamientos se iban a la deriva sin su permiso.

Durante el viaje, oscilaba entre la satisfacción de haberle advertido por fin a Josh
Alexander del peligro que enfrentaba, y la frustración por no haber sido capaz
de hacerle creer nada de eso, y mucho menos para actuar en consecuencia.
Ahora solo le quedaba esperar que nunca descubriera que estaba equivocado.
Para ser una estrella de cine, era un tipo agradable. De hecho, era bastante
agradable, y ella le deseaba lo mejor.

Después de todo, ella tenía ninguna prueba de que Saloman fuera el responsable
de la muerte de los otros dos descendientes en el último par de meses. Ya
estaban viejos y la muerte fue certificada como de causas naturales. Pero aun
así, Elizabeth dudaba.

Cerró los ojos, dejando que el vacío familiar y la soledad la envolvieran. Las noches
eran lo peor. Cuando no podía dormir y no había distracciones, ni trabajos que
ser hecho en la mañana, sus pensamientos se dirigían hacia él, a la memoria y la
necesidad y la pérdida.

Un salvaje solo de guitarra llenó sus oídos, el implacable ritmo del Cd de rock
vibraba suavemente bajo sus pies y a través del sofá hasta su cuerpo. Casi podía
imaginarse estar de vuelta en Ángel, en Budapest, bailando en los brazos de
Saloman con un placer sensual y culpable. O acostada allí en el sofá observando
su espalda desnuda, mientras elegía el CD. La música rock le fascinaba, lo
maravillaba….

Con una intensidad repentina y dolorosa, ella lo quería aquí, ahora, para disfrutar
con ella. Quería verlo acechándola, con su piel suave y pálida brillando bajo la luz
tenue, ondeando sobre los músculos y tendones, mientras caminaba y se hundía en
el sofá junto a ella, tocándola con sus manos inteligentes y exigentes, acariciando
sus pechos y caderas mientras el peso de su cuerpo presionaba sobre ella, y se
inclinaba para morderla en el cuello y beber su sangre. A ella le encantaría la
carrera extraña, y perversa de su toque ahogando el instante de dolor, pero no
quería dejarlo ir por mucho tiempo. En su lugar, curaría las heridas con la punta de
la lengua, y antes de entrar en su cuerpo se movería para besar su boca.

Los besos de Saloman… nunca los volvería a sentir, nunca sentiría la emoción o
la alegría de su pasión única, abrumadora. El sexo con Saloman…

Se revolvió contra los cojines, dibujando un suspiro tembloroso para desterrar la


fantasía. No podía permitirse más de un momento de recuerdos. Si lo dejaba en
su memoria, sentiría la pérdida demasiado grande.

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Se puso de pie, decidida a cambiarle la dirección de sus pensamientos rebeldes,


aunque sólo fuera a través de la rutina familiar de la compensación para la
noche y la preparación de la cama. Hablar con Josh sobre vampiros le había
traído todo de vuelta. Pensar mucho en las clases de mañana haría que todo
volviera a desaparecer. Y mañana, a la luz del día, al comienzo de su día de
trabajo, llamaría a Mihaela y le contaría sobre Josh.

Era un buen plan, y anteriormente había trabajado estrategias similares, pero a


medida que caía, empujando la colcha hasta sus orejas, y apagaba la lámpara
de noche, se imaginaba que estaba recostada en los brazos poderosos de
Saloman, tal y como lo había hecho hace seis meses durante la noche anterior
a separarse gracias a su insistencia. Colocó su rostro contra la almohada,
imaginando el olor de él impregnado allí.

Te amo. Aún te amo.

Pero él no podía oírla. Se había ido para siempre.

Era al menos un signo de confianza que el Vampiro Inglés Mort lo invitara


libremente a su guarida. Una casa sombría, espaciosa e incómoda, pero con
pocos lujos añadidos desde los días en que los coches se fabricaban en el lugar.
Mientras los vampiros se acercaban a Saloman desde todos lados, la atmosfera
que reinaba era de recelo y hostilidad.

Solo Mort, sin duda el más poderoso de ellos, no hizo utilizó ningún pretexto de
bienvenida; y cuando recitó su discurso a regañadientes, los demás siguieron
mirando a Saloman en lo que sin duda esperaban que fuera una forma de
irritación. Ciertamente, sus colmillos estaban en exhibición.

De hecho, le recordaban a Saloman escolares siendo obligados a seguir la línea


y reconocer la disciplina de su director.

Saloman presento a su compañero.

—Este es James —dijo, y la atención de todos al humano de pie a su lado.


Joven y vigoroso, y a juzgar por su mala vestimenta, tenía que ser estudiante de
economía.

—¿Qué pasa con él? —preguntó Mort—. Parece dormido.

—Lo está.

—¿Lo trajiste como un regalo para nosotros? —se burló uno de los vampiros.

Era joven y arrogante, y su nombre era Del.

Saloman no se molestó en mirar a Del.

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—No, lo traje como una demostración. Cuando termine, lo llevaré de vuelta a


donde pertenece. ¿Les gusta vivir aquí?

Sorprendido por el brusco cambio de tema, Mort arrastró su mirada desde el


humano sonámbulo.

—Es grande y seguro.

—¿Nunca extrañan el confort básico?

—¿Alfombras y sofás, y la televisión? —Mort resopló—. ¿La terraza de una casa


de dos por dos, quizás? ¿Con vecinos inquietándose mientras sus números
disminuyen?

Varios de los vampiros se echaron a reír. Saloman le ahorro a cada uno de ellos
un vistazo, a continuación, en silencio, dejó que su mirada se centrara en las
manchas de sangre en el piso, las áreas de descanso en bruto, que parecían
haberse desarrollado en varias esquinas de la fábrica.

—Bueno —murmuró—, me parece que sus vidas aquí son un poco… bestiales.
—Al mencionar la última palabra, volvió a fijar su vista en Mort—. Y son mejores
que eso. A medida que me juren lealtad y confíe en ustedes, me gustaría verlos
más… contentos.

La sorpresa garantizo el silencio de los vampiros. Unos cuantos miraron a Mort por
orientación.

—Ustedes son vampiros fuertes —dijo Saloman—. No hay necesidad de vivir


como ratas o perros asilvestrados en las alcantarillas abandonadas y edificios
condenados, donde lo más divertido que tienen es cuando arrastran a uno que
otro humano hasta aquí para hacer una fiesta antes de matarlo.

—Solo fueron dos humanos —dijo Mort a toda prisa—, y nos deshicimos de los
cuerpos. No es un evento común. No deseamos atraer la atención de la policía
humana o de los cazadores.

—Muy sensible —dijo Saloman—. Y sin embargo, les sería muy fácil vivir en un
entorno más agradable sin problemas si acaban de aprender a no asesinar a su
presa.

—¿Ahora nos niegas la existencia? —exigió Del.

—Puede ser, si no dejas de interrumpirme. —Aunque habló suavemente, Saloman


dejó que Del sintiera toda la fuerza de su mirada, y la burla se congeló en los labios
el joven—. Un vampiro necesita sangre; no necesita matar. Toma a mi amigo

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James aquí. —Tomando el cuerpo sin resistencia, condujo a James un paso más
cerca, Saloman se inclinó y hundió sus dientes en la garganta del hombre.

O más bien agregó Saloman telepáticamente, yo me quedaré con James. Lo


conocí en un bar y resulto que los dos no íbamos al mismo tiempo.

Sus palabras llegaron directamente a Mort y a algunos de los otros vampiros.


Unos lucharon contra el mensaje telepático; y un par no lo recibió en absoluto.
Saloman sintió su desconcierto y alejó los dientes de la garganta de James antes
de haber bebido más de un sorbo. Miró a los vampiros confundidos quienes no
escucharon nada. Uno de ellos era Del.

—Abran sus mentes, tontos —pronunció con desprecio—. Ustedes son más que
humanos. Usen todos los sentidos que se les han dado y aprendan antes morir
como las ratas de alcantarilla en las que se han convertido ustedes mismos.

Saloman no tenía paciencia ante tal pérdida de la existencia. Estirando su


mente, brutalmente abrió los caminos de los cuales los vampiros deberían haber
sido conscientes desde su transformación. Habían ignorado sus rutas psíquicas
hasta que, como una pista de maleza, se hubieron convertido en intransitables.
Los vampiros gritaron en estado de shock mientras el limpiaba el camino en sus
mentes, y Saloman regresó a la garganta de James.

—Así —dijo, mostrándoles, es como bloqueo su mente ante lo que está sucediendo.
Algunos seres humanos pueden quedar irreparablemente traumatizados por
las mordeduras de vampiro, así que a menos que haya un entendimiento con
su presa, siempre imposibilitando recordar. Luego beban. Chupaba la sangre
de James, e incluso a través de su trance, logro suspirar de placer. Saloman se
aseguró de que los vampiros lo entendieran, les dejo ver a su vez el placer que
le daba. Y si sienten esto —se detuvo cuando el corazón de James empezó a
luchar— entonces habrán tomado demasiado.

Saloman liberó sus dientes una vez más, y lamió la herida para sanarla.

—Se sentirá un poco débil durante un día o dos, pero me recordara como nada
más que un compañero de copas agradable. Si me quedo en Londres el tiempo
suficiente, tal vez podamos ser amigos. Mientras tanto, me puedo mover entre
los humanos sin nadie cazándome. Puedo hacer algo más que pudrirme en una
fábrica en desuso y seguir adelante cuando lo necesite. Puedo hacer que mi
vida sea más agradable y que valga la pena…

Liberando a James, miro a Mort.

—Lo que hacen con la existencia es, por supuesto, su propia elección. Pero es un
crimen no hacer nada. Es un crimen matar sin razón. Los vampiros no necesitamos
matar, solo sangre, para sobrevivir.

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—Matar humanos fuertes puede hacernos más fuertes —dijo uno de ellos con un
toque de desesperación. Al fin el caos no era universalmente atractivo.

—Unos muy pocos humanos. —Saloman agitó una mano desdeñosa—. Aquellos
quienes han matado vampiros fuertes, o sus descendientes. Pero estos son raros,
aun entre los cazadores. Ustedes no ganan nada y lo pierden todo al matar
innecesariamente.

—Saloman tiene razón —dijo Mort con la determinación sincera que había sido
la razón principal para que Saloman manejara los asuntos de esa manera—. Ya
no vamos a matar como un asunto ordinario. Y podemos hacer algo mejor que
esto. —Agitó una mano alrededor de su casa, lo que indica no sólo el entorno
sombrío, sino también toda su existencia—. Sobrevivir a un día más, no tiene por
qué ser un fin en sí mismo.

—Exactamente —dijo Saloman—. Buscar ocupaciones enriquece esta existencia.

—Le he enseñado esta lección en todo el mundo. La suerte de los vampiros ha


mejorado, y seguirá haciéndolo. Bajo mi liderazgo, el mundo está cambiando y
ustedes tendrán un papel importante que desempeñar. Deben ser dignos de él.

O más. Él no tenía necesidad de decir las palabras. Ellos las entendieron, así
universalmente no hubieran querido. Entre las chispas de entusiasmo reflexivo, el
extraño vestigio de rebeldía inútil y testaruda todavía acechaba. Pero estaría de
vuelta para hacer frente a cualquier rebelde, y entonces no sería tan tolerante.

Con un movimiento de agitación repentina diseñado para impresionar a los


vampiros, dio la vuelta y se sentó en un banco en desuso.

—Ahora, cuéntenme sobre el actor estadounidense que pasa por la ciudad


estos últimos tiempos. Estoy ansioso por conocerlo —sonrió beatíficamente en
torno a su audiencia.

—Creo que conocía a su antepasado muy, muy bien.

Los vampiros se echaron a reí. Y Saloman pensó en Escocia y su espada, y en


Elizabeth.

***

La mañana amaneció soleada y justa. Refrescada, Elizabeth se levantó y se


duchó y se vistió entre tragos de café. Reunió los papeles y libros que necesitaba
para el trabajo del día, los metió en su mochila y se sentó con el café fresco y
una rebanada de pan tostado, los cuales comía con una mano mientras que
con la otra sostenía su teléfono y marcaba el número de Mihaela.

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—Elizabeth —se oyó la voz de Mihaela, tan crujiente y cerca de Hungría —o


Rumania o donde quiera que resultara estar esa mañana— como si hubiera
estado en la misma habitación—. ¿Cómo van las cosas?

—Bien —dijo Elizabeth con entusiasmo, cambiando a modo de altavoz,


colocándolo en la mesa—. Bueno, bastante bien. Finalmente llegué a hablar
con Josh Alexander.

—¡Fantástico! ¡Bien hecho!

—No tan bien —admitió Elizabeth, untando de mantequilla en su segunda


rebanada de pan tostado—. Es un escéptico y está convencido de que soy una
acosadora salida del infierno. Pero al menos me escuchaba. Y tiene los números,
lo que ha prometido mantener.

—No se puede hacer más que eso en este momento —dijo Mihaela cómodamente.

—¿Dónde está ahora? ¿De regreso a los EE.UU.?

—Dentro de unos días, creo. Dijo que quería ver un poco de Escocia, ahora que
ha terminado de filmar aquí y que tiene tiempo libre.

—Tendré una conversación con nuestros colegas en Estados Unidos, conseguiré


que se mantenga un mejor control sobre él cuando vuelva a su casa, incluso si
nunca los llamara. Aún no hemos localizado a Saloman.

—¿Por cuánto tiempo ha estado fuera de tu radar esta vez? —preguntó Elizabeth,
mordiendo su tostada.

—Un par de semanas —dijo Mihaela—. Esta vez. De hecho casi desde que
llegó de vuelta desde España. Ojala supiéramos en lo que anda. La palabra es,
desde que España lo envió, cada comunidad vampiro en el mundo ahora le
rinde homenajes de algún tipo. Aparte de Norte América. Las opiniones allí están
divididas. Aparentemente la comunidad de vampiros de Los Ángeles quiere una
alianza con él, pero los vampiros más poderosos en la Costa Este aún quieren su
independencia.

—¿Tendrán éxito? —preguntó Elizabeth dudando.

—¿Quién sabe? Se está causando un cierto malestar preocupante en Estados


Unidos, pero por lo menos terquedad de la Costa Este tiene que calar a Saloman,
cualquiera que sea su plan.

—Cierto. Incluso podría haber aumentado el contento de las decisiones de los


vampiros en el mundo. Quizás será suficiente para él.

Mihaela resopló.

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—¿Para él? Lo dudo.

—Bueno, nunca se sabe. —Fue difícil no sonar como si estuviera pidiendo


clemencia, por lo que mantuvo su voz deliberadamente tranquila—. Pensaste
que traería caos y carnicería al mundo y hasta ahora no ha sido nada como eso
en lo absoluto.

—Cierto —acordó Mihaela—. De hecho, los vampiros por aquí andan más
tranquilos por estos días. Menos ataques letales, menos novatos. Para ser honesta,
eso es lo que me tiene alucinando. Nadie puede ser capaz de controlarlos de
esa manera. Solo Dios sabe lo que podría obligarlos a hacer si se le diera la gana.

Isabel se estremeció. No sabía si había más miedo que felicidad en el hecho


de recordar lo que le había dicho a ella que hiciera, lo que le hizo sentir en sus
brazos, en su cama… ¡Detente!

—De cualquier manera —continuó Mihaela rápidamente en su silencio—. Ahora


podría estar en cualquier parte, así que mantente con cuidado.

—Te lo dije, o me tocara. —Elizabeth dobló su rebanada final de tostada y


alcanzo su café.

—Si no cambia de opinión —dijo Mihaela secamente—. Los vampiros no son


conocidos por mantener su palabra. De todos modos, ¿cómo es él?

Elizabeth se congeló con la taza apoyada en sus labios. Mierda. ¿Mihaela la


había descubierto? ¿Estaba pidiendo detalles de su relación turbulenta, pero
apasionada?

Elizabeth puso su taza sobre la mesa.

—¿Saloman? —dijo débilmente. ¿Cómo describes a un hombre, un ser, de


muchas contradicciones e intereses y con un poder inimaginable? Sexual y de
otro tipo.

Mihaela se echó a reír.

—¡Josh Alexander! ¿Es tan guapo en la vida real?

Elizabeth, intentado no colapsar con su alivio enorme, abrió la boca.

—¡Sí! Creo que lo es. Un poco más maduro, tal vez, porque definitivamente está
casi en sus cuarenta, al menos, pero creo que se le ve bien. Tiene una mirada
nerviosa, aunque no es del todo así por debajo. En realidad, es más bien dulce,
muy amable y divertido.

—¿Divertido? ¿Te dijo algo?

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—No seas… —Elizabeth se detuvo y sonrió—. De hecho lo hizo, al principio, pero


sospecho que es solo un hábito, porque ambos lo olvidamos después. Salimos a
cenar y él insistía en pagar y luego me dejo en la estación. Me temo que lo deje.

—Maldita sea —dijo Mihaela con temor. Había aprendido las palabras de
Elizabeth—. Tuviste una cena con Josh Alexander.

—Vaya, así que lo hice. Piensa en el prestigio que voy a tener en el club del
personal. ¡Y por fin puedo impresionar a mis estudiantes!

Fue bueno terminar la llamada en una nota de risa y acudir de inmediato a


trabajar. Hablar con Mihaela generalmente la animaba si estaba decaída, y
estuvo agradecida una vez más por la insólita amistad. Había comenzado el
verano pasado, cuando había ido a hacer la investigación de su tesis en Rumania,
y tres cazadores de vampiros habían llegado a su puerta para decirle que había
despertado al vampiro más poderoso de todos los tiempos. La reacción de Josh
ante la advertencia de Elizabeth la noche anterior había sido en realidad algo
manso comparado con la respuesta de Elizabeth a Mihaela, Istvan, y Konrad.
Hasta que descubrió la verdad.

Una vez, que había naufragado cerca de la amistad espontánea que había
comenzado a formar, gracias a la distancia dado que no le había revelado
la verdad; pero ahora era más sabia y apreciaba lo que tenía con ellos,
especialmente Mihaela.

Se dirigió al departamento, disfrutando los raros rayos de sol. Como siempre,


cuando pasaba por la catedral en ruinas, con sus torres altas y distintivas,
recordaba el enfrentamiento desastroso y terrible con Saloman que había tenido
lugar allí durante el pasado Halloween. La pelea estaba destinada a acabarlo. En
lugar de eso lo convirtió en otra legenda sobre la cual basar su poder dentro de
la comunidad de vampiros. Pero al final, no tenía ninguna sensación de malestar
en cuanto al lugar. La atmosfera en ruinas siempre la había movido. Ahora la
hacía vibrar físicamente, dado lo que había ocurrido allí con Saloman después
de la lucha —su confesión desesperada de amor y la pasión urgente con la cual
la había llevado debajo del arco del este— le había quitado el horror y le había
dado la fuerza de seguir adelante.

Volviendo la espalda, cruzó la calle y se dirigió al departamento de construcción.


Anticipaba una mañana difícil con su propio grupo de tutoría problemático.

Por otra parte, no esperaba encontrar a uno de sus estudiantes esperando en la


puerta de su oficina.

—Hola, Emma, llegas pronto —saludó a la niña, que parecía como si no


hubiera dormido toda la noche. Había anillos oscuros bajo sus ojos y líneas de

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preocupación alrededor de la boca generalmente sonriente. Emma Forrest, que


a veces le recordaba un poco a su yo más joven, se había transformad ese
año, tanto académica como socialmente, y a Elizabeth no le gustaba ver su
malestar—. ¿La revisión te da problemas?

—Um, no, no realmente... Sólo quería hablar un momento con usted antes de
que llegaran todos. ¿Está bien?

—Por supuesto —dijo Elizabeth, abriendo la puerta para entrar. Tenía la clara
sensación de que no le iba a gustar—. Entra. ¿Café?

—Gracias, no, estoy bien. —Emma cerró firmemente la puerta detrás de ella.

Elizabeth tiró el bolso y la chaqueta en una de las mesas y se sentó, señalado el


asiento a su lado.

—Tengo un problema —exclamó Emma mientras se sentaba—. Con Gary


Jackson.

No era un consuelo que Elizabeth lo hubiera visto venir. Gary no era un mal
muchacho, pero había dado muestras de actuar estúpidamente, tomando
conciencia del poder de su tamaño y flexionando sus músculos intelectuales, a
veces de forma muy inapropiada. Él y Emma habían estado juntos durante unas
semanas hasta que, de acuerdo a los rumores que escuchó a Elizabeth, él se
acostó con su amiga y Emma lo abandonó. Elizabeth había tenido el placer de
la despedida. Siempre había sentido que la dinámica entre Emma y Gary era de
alguna manera equivocada.

—¿Sí? —le preguntó ella.

—Nos separamos —explicó Emma—. Pero Gary no lo acepta. Me está molestando.

—¿De qué manera?

—Es demasiado… físico. El problema es que él sabe que todavía me gusta, eh,
de esa manera, pero estoy maldita si vuelvo a salir con él. De verdad no quiero
volver con él. No me cree. Me espera en los lugares que sabe que yo voy a
estar, bloqueándome, haciendo difícil que me escape. Esta es la única clase
que compartimos, y sé que se va a sentar a mi lado y…

—¿Y qué? —le preguntó Elizabeth. Había un paralelismo incómodo aquí: Saloman
bromeado en cuando a perseguirla en Rumania y Hungría, su rechazo ante él
en su cabeza mientras su cuerpo clamaba por un poco de todo lo que tenía
que ofrecer. De alguna manera había ido más allá en todo el camino, pero las
palabras de Emma trajeron los primeros días de vuelta.

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Las manos de Emma se trenzaron en su regazo.

—Se pone frente a mí, me humilla en frente de otros… —Ella miró para arriba,
una pizca de miseria en sus ojos cansados, y con una mezcla de alivio y pena,
Elizabeth sabía que esto era nada parecido a su propia experiencia después
de todo. Gary Jackson no era Saloman—. Mire, Srta. Silk, sé que esto suena
tonto, y no tiene nada que ver con el trabajo, pero tengo que pedirte un favor.
¿Puede hacer que se siente lejos de mí, y si se puede encontrar una excusa para
mantenerlo atrás por un minuto o dos cuando finalice la guía de aprendizaje...?
Cree que estoy siendo una idiota.

—No, en absoluto —dijo Elizabeth con tristeza. Había vislumbrado algo de esta
conducta la semana pasada, pero no se había dado cuenta de la magnitud de
la misma.

—Es estúpido. —Discontinua Emma una mano por los ojos cansados—. Me
encantaba estar aquí. Ahora no puedo esperar por el próximo par de semanas
a que se termine, de manera que pueda irme en verano. De verdad me gustaba
Gary, y ahora solo me siento… amenazada.

—Te voy a separar —prometió Elizabeth—. Y voy a mantener mi palabra. Suena


como que necesita solucionarse.

—Usted no tiene que hacer eso.

—Oh, creo que sí. —Alguien tenía que hacerlo, porque si lo dejaba a su suerte,
la intimidación empeoraría y Emma sin duda no sería la única víctima—. No te
preocupes, voy a ser amable con él —dijo con una sonrisa reconfortante.

Por lo menos ganó una débil sonrisa de Emma.

—He oído que usted hace judo.

Y eso no es todo.

A medida que el grupo de pies sonaba en la escalera, Emma se contrajo con


una alarma obvia. Elizabeth le dio una palmadita rápida en el brazo y se puso
de pie.

—Siéntate donde estas —aconsejó, y se fue a tomar su asiento habitual en el


extremo corto de la mesa más alejada de la puerta.

Gary no fue el primero en llegar, y el asiento a la izquierda de Emma no estaba


disponible por el momento en que lo advirtió Sin embargo, el de la derecha lo
estaba, y, observando con cuidado, Elizabeth vio un brillo en sus ojos. Era, si le
permitían decir, un chico muy guapo, alto, ancho de hombros, y apuesto por

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descuido. Inteligente también, pero por debajo de la inteligencia clara, sus ojos
grises estaban un poco enrojecidos. Resaca, reconoció Elizabeth. Lo que no le
haría más fácil de manejar.

—Ah, Gary —gritó mientras empezaba a sacar la silla al lado de una rígida Emma,
y su dedo torcido.

Insolentemente, el muchacho se detuvo, mirándola.

—¿Qué?

—Necesito hablarte, por favor —dijo con sequedad. Desde que tomó, como
él pretendía, el hecho de que no le gustara lo que tenía que decir para ser
escuchado por los demás, se trasladó a regañadientes hacia ella.

Elizabeth hizo un gesto casual a la silla a su lado.

—¿Cómo va la revisión? —preguntó mientras se sentaba en el borde de la misma,


como si no fuera a quedarse.

Se encogió de hombros.

—Muy bien.

—¿Eso crees? Te fuiste demasiado rápido para mí para que pudiera hablar
contigo al final de la última sesión, pero tus respuestas me llevaron a creer que
tu comprensión de las cuestiones constitucionales todavía no es profunda. Si
quieres brillar, Gary, es necesario ponerte en las horas.

Ella captó el destello de resentimiento con algo de placer antes de que levantara
la vista y le pidió al último que cerrara la puerta. James MacQueen se dejó caer
en la silla vacía al lado de Emma.

Satisfecha por el momento, Isabel comenzó las discusiones de revisión. Mientras


los otros hablaban y discutían con gratificantes y ocasionales oleadas de
entusiasmo, así como enfrentamientos inevitables de personalidad, observaba
Gary, que miraba a Emma. Oh, sí, el hijo de puta era consciente del efecto que
tenía sobre ella. Más bien le gustaba el elemento de miedo que inspiraba, y sabía
que ella todavía estaba físicamente atraída por él, aunque a regañadientes.
Isabel lo veía en su lenguaje corporal, su pantalla casual, su entrepierna entre las
piernas abiertas mientras estaba sentado detrás de la mesa. Y no se arrepintió
cuando llamó su atención, simplemente le sonrió.

Oh, sí, necesitaban hablar.

—Bueno, creo que vamos a dejar ahí —dijo Elizabeth, con lo que la clase llego
a su fin—. Estoy segura que todos lo harán bien. ¡Buena suerte con el papel del

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

viernes! No, Gary —añadió mientras se levantó de un salto, sin duda para llegar
a Emma en las escaleras—. Necesito hablar contigo.

—Regresaré —dijo Gary, caminando a propósito alejándose.

—No lo creo.

Aunque no gritó, puso hasta la última gota de acero en cada frase, y logró
atravesar el murmullo alegre provocado por la salida como un cuchillo. Todo el
mundo los volvió a mirar a ella y a Gary. Observándolos con los ojos abiertos, Ema
se dirigió a la puerta. Elizabeth no la culpo. No tenía idea de si Gary obedecería.
Si no lo hacía, necesitaría encontrar otra manera de lidiar con él.

Lentamente, se volvió hacia ella, su mirada vacilante en torno a las miradas


interesadas en su camino hasta donde estaba Elizabeth. Sus ojos se encontraron
y Elizabeth vio exactamente la razón por la que Emma le tenía miedo. Su rostro
era evidentemente intimidante, su mirada dura, casi taladrando la de ella.
Además, no ayudaba el hecho que él fuera más alto que ella. Hacía un año,
incluso menos, Elizabeth hubiera quedado petrificada. Así las cosas, ella quería
abofetearlo y decirle que creciera.

Restringiéndose a sí misma, le sostuvo la mirada, e incluso le dio una sonrisa


condescendiente.

—Estoy segura que puedes dedicarme cinco minutos más de tu importante


agenda.

Una risa irrisoria sonó de parte de uno de sus estudiantes. Alguien más dijo:

—Cinco menos en el Café bar, Gary. ¿Cómo lo afrontaras? —Y Gary,


presumiblemente, dándose cuenta de que era el gilipollas se alejaba, levanto
una mano en señal de despedida a sus amigos, y Elizabeth ganó la primera
vuelta.

Sin embargo, comenzó casi tan pronto como la puerta estuvo cerrada. Dando
un paso más cerca de ella, dijo en tono irónico:

—¿Otra charla? Señorita Silk, ¿cómo me las arreglé para atraer tanta atención
de su parte?

—Gracias a un mal trabajo y a un mal comportamiento —respondió ella a la


vez—. Ya discutimos los primeros. Ahora discutamos lo último.

Él se inclinó más cerca, definitivamente en su espacio personal, un macho


grande, enorme y abrumador. Al menos, tendía a ser abrumador mientras decía
con un tono abierto de burla.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Cómo quiere que me comporte, Señorita Silk? —se las arregló para decir su
nombre en un tono que cruzara el insulto con una caricia.

—Con cortesía y respeto —le respondió tan calmada como pudo.

Gary sonrió, un hombre joven que se creía a si mismo irresistible tan físicamente
como sexualmente.

—Oh, la respeto, Srta. Silk.

—No, no lo haces —replicó Elizabeth—. En este momento el único respeto que


veo en ti es el de un adolescente inmaduro y con resaca. Siéntate —le ordenó
antes que la sorpresa en sus ojos cediera por completo ante la ira.

Supuso que había pasado mucho tiempo desde la última vez que alguien lo hizo
sentir pequeño, y no era una técnica de la que ella normalmente se aprovechara.
En este caso, sin embargo, parecía necesario.

Pero ella le juzgó mal. La ira estaba allí, de acuerdo, furiosamente allí. Pero él
tenía un arsenal de armas. Cambiando de rumbo, sonrió a través de su odio, y,
en lugar de dar un paso atrás en su espacio personal, en realidad se acercó y le
tocó el cabello.

—Aw, Srta. Silk —dijo con dulzura—. ¿Qué la tiene tan caliente y molesta?

—Quítame la mano de encima —dijo Elizabeth uniformemente.

La sonrisa del chico solo se profundizo mientras su mano tocaba su cuello.

—¿O qué?

—O lo haré por ti —le advirtió Elizabeth.

—¿Cómo? —preguntó Gary con una burla suave. Justo antes que ella le doblara
las piernas con un movimiento de su pie, y lo empujara a sentarse, manteniéndolo
allí con una mano dura sobre su pecho.

—Te pedí que te sentaras —dijo ella fríamente frente a su rostro aturdido.

—Y ahora escúchame. Hay una palabra para chicos como tú que descubren
como intimidar a una mujer. No me haga usarla, no en tu cara, y no con tus
padres, o las autoridades de la universidad. Tú no puedes intimidarme. Y tampoco
puedes intimidar a Emma Forrest.

Se quedó sentado sorprendido bajo su mano, como si su testosterona se hubiera


derretido. Pero ante el nombre de Emma, algo volvió a brillar en sus ojos.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Toma el rompimiento como un hombre —le advirtió Elizabeth—. Cierto —antes


que lo digas— por supuesto tu vida amorosa no es de mi incumbencia, pero
acechar, amenazar, o intimidar a mis estudiantes lo es. Te vigilo, Gary. Lo he
iniciado. Por ahora no es oficial, pero si te sales de la línea, si la miras —o alguien
más— de mala manera, se tomaran acciones y algo más que tu reputación se
verá arruinado. ¿Me entiendes?

Su boca se torció. Elizabeth quito su mano y dio un paso atrás.

De inmediato se puso de pie, respirando como un toro furioso. Incluso ahora,


esperaba salir corriendo. Había mucha ira acumulada allí. La pregunta era si
estaba preparado para usarla en su contra. Sabía sin ninguna duda que no le
haría ningún bien. Aunque él era más grande, solo se imaginaba que era más
fuerte. Ella era más rápida —era una poderosa descendiente de Tsigana y la
Despertadora de Saloman. No había manera que él lo supiera pero el chico no
tenía ninguna posibilidad.

—¿Me entiendes? —repitió ella. Por un instante más, pendió de un hilo. El


desconcierto empezó a reemplazar la ira en su rostro, como si aún no entendiera
del todo como es que ella tenía ventaja. Hizo un movimiento rápido con la
cabeza, justo cuando la puerta se abría y su colega Joanne entraba.

—Elizabeth, ¿tienes un… —Joanne se detuvo, mirando el enfrentamiento ante


ella—. ¿Todo bien aquí? —preguntó.

—Eso creo —dijo Elizabeth.

Gary se alejó sin decir una palabra, levantó su bolso del suelo, y pasó junto a
Joanne, apenas evitando una colisión en su prisa por salir de la habitación.
Joanne alzo sus cejas.

—Gary. —Una parte de Elizabeth quería ver si respondería. La otra parte no tenía
nada más que decir. Al menos se detuvo. Un instante después, estremeció su
cabeza en dirección a su hombro. Era tan bueno como se sentía, y pensó que
era suficiente—. Eres un buen estudiante, Gary, uno de los mejores. No lo eches
a perder.

Él no respondió, solo salió de la habitación sin molestarse en cerrar la puerta.

—Al menos no la golpeó —dijo Joanne—. ¿Qué fue todo eso?

—Comportamiento masculino inapropiado.

—¿Es ese Gary Jackson? He escuchado que está cambiando. Pudo haber sido
una buena idea que lo llevaras al departamento de apoyo de Richard antes de
confrontarlo. —Joanne le dio una rápida y ansiosa exploración.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Estás bien? ¿Necesitas que Richard intervenga en esto?

—Estoy bien. Y creo que deje claro mi punto —dijo Elizabeth. En algún lugar,
estaba sorprendida que ambas oraciones fueran ciertas.

***

—Entonces, ¿qué harás en vacaciones? —le preguntó Joanne mientras


compartían sándwiches para el almuerzo en su oficina. Con los pies sobre el
escritorio, casi en el teclado de su computadora, se veía muy relajada, pero su
mirada era incómodamente penetrante—. ¿Regresaras a Europa del Este?

—Quizás por una semana o algo así —le respondió Elizabeth—. Tengo unos
cuantos amigos allí con los que me gustaría ponerme en contacto. —Mihaela
ya le había ofrecido su habitación de repuesto—. Y Richard sugirió que podía
pensar en convertir mi tesis en un libro… pero no tengo planes. No puedo pensar
más allá del PhD en estos momentos.

—Bueno, ese es un plan definido —dijo Joanne con entusiasmo—. Todo el


departamento estará fuera celebrando contigo tan pronto como tengas los
resultados.

—Siempre y cuando sean resultados buenos —dijo Elizabeth con tristeza.

—Lo serán. Tu tesis es brillante.

—Son un montón de gilipolleces. O al menos una parte de ella lo es. No dirías que
es brillante si hubiera escrito la verdad: que la mayoría de estas supersticiones
están basadas en el hecho que los vampiros siempre han existido.

—Hay un puesto permanente en la Universidad Glaslow —dijo Joanne, estirándose


para alcanzar otro sándwich sin mover sus pies—. Deberías intentarlo.

—Puede que lo haga. —El problema era, que le gustaba aquí en San Andrew.
Desafortunadamente, su puesto era solo por este año.

—No significa que no puedas regresar cuando el viejo Doughty se retire —la
animó Joanne—. Pero no puedes esperar por eso. Puede que solo sea un año,
pero pueden ser tres, o incluso cinco si se sostiene con sus uñas. Richard aun te
tomara antes que a cualquier candidato. En más de una forma, —termino con
una sonrisa maliciosa.

Elizabeth le tiró una bolsa de papel, justo cuando su teléfono empezaba asonar.
Aunque le tomo algún tiempo encontrarlo en las profundidades de su bolso, y
no reconoció el número, presionó para recibir la llamada antes que dejara de
sonar.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Hola?

—Hola, ¿hablo con Elizabeth Silk? —la voz, haciendo eco en su altavoz, al igual
que cuando había llamado a Mihaela, sonó americana y vagamente familiar,
aunque no podía identificarla del todo.

—Sí, soy yo —respondió.

—Hola, soy Josh. Josh Alexander.

—¡Josh! —saltó sobre sus pies, con la alarma prevaleciendo en su sorpresa.


Había dudado que alguna vez volviera a escuchar de él. Ciertamente no había
esperado que fuera tan pronto. ¿Qué diablos podía haber pasado desde la
noche anterior?

Oh, mierda, ¿esta él aquí? ¿Esta Saloman otra vez aquí? Inevitablemente, la
posibilidad genero una oleada de conflicto y miedo, nostalgia y temor.

—¿Qué pasa? —le preguntó ella.

—Nada. —Josh sonaba divertido—. Solo quería pedirte un favor. Escucha. Sé que
es muy poco tiempo, pero he sido invitado a esta aburrida fiesta en las tierras
altas del Este, este fin de semana, y esperaba que fueras conmigo para salvarme
del aburrimiento.

—¿Una fiesta? —dijo ella con voz débil—. ¿Qué fiesta?

—La de Grayson Dante. Es un pez gordo, un senador que está de regreso, ha


estado visitando y trabajando aquí. No invito a su fiesta de este fin de semana. —
Aún podía escuchar el agradecimiento en su voz, porque no habría rechazado
la invitación como la mayoría de las mujeres lo harían.

Josh Alexander la había invitado a una fiesta de fin de semana.

La risa se atrancó en su garganta.

—Gracias por invitarme —se las arregló para decir—. Especialmente cuando
piensas que estoy loca. Pero para ser honesta, suena un poco estirado para mí.
Estaría fuera de lugar.

—Tonterías. Te mantienes en cualquier lugar —dijo Josh galantemente—. Pero


serias mi invitada y no te abandonaría.

Elizabeth se mordió el labio. Todos sus instintos personales la instaban a negarse.


Las reuniones sociales, como ellas se las imaginaba, eran su idea de infierno.
Además, no pesaba que Josh Alexander le fuera totalmente ajeno a ella.
Mirando a la cara extrañamente estupefacta de Joanne, lucho brevemente

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

con su inconsciencia. ¿Cómo iba a rechazar otra oportunidad de convencer a


Josh de un peligro inminente? Podía hacer una gran diferencia si sobrevivía.

La consciencia, maldita sea, le ganó.

—De acuerdo —suspiro—. Quiero decir, gracias. Me encantaría. ¿A dónde tengo


que ir para que me dejen entrar?

Josh se echó a reír.

—Te recogeré el sábado, digamos, ¿alrededor de las doce? Llamaré cuando


llegué a San Andrews para que me des tu dirección.

—¿Cómo me visto? —le preguntó, mientras otro asunto se aparecía en su mente.

—Cualquier cosa —dijo Josh inútilmente—. ¡Te veo el viernes!

—¡Típico macho sangriento! —Elizabeth miro indignantemente a su teléfono


muerto.

—Elizabeth —dijo Joanne, quien había estado escuchando muy


descaradamente—. Dime que ese no era el Josh Alexander, porque, sabes,
sonaba bastante como él.

—Lo era —dijo Elizabeth con aire de suficiencia—. Es mi primo. Más o menos.

—No me jodas —dijo Joanne débilmente. Quitó sus pies del escritorio y se inclinó
hacia adelante—. ¿Puedo ir también?

—Ojala pudieras —dijo Elizabeth con la verdad perfecta.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 3
Traducido por Selito
Corregido por V!an*

E l sol de la mañana golpeó en lo alto, en las pequeñas ventanas altas


de la Biblioteca de los cazadores en Budapest, Mihaela deslumbrante
mientras ella levantaba la cabeza para encontrarse a su colega.

Konrad, más adecuado para la acción que para la investigación, ya había puesto
sus libros. Al igual que ella e Istvan, que obedientemente venía aquí para seguir
con el caso de Saloman siempre que tenía un momento libre. Pero cuando se
dirigían a las montañas de Transilvania, tan pronto como Istvan llegaba hasta ahí,
y Konrad claramente apareciendo se imaginó que su tiempo de investigación
había terminado.

Aparte del propio bibliotecario, ella y Konrad eran los únicos ocupantes de la
biblioteca, por lo que Mihaela rompió con la costumbre, levantando la voz para
decir:

—Konrad, ven a ver esto.

Su entusiasmo saltaba a través de su voz, porque en realidad Konrad se iluminó


cuando regresó a la mesa, e incluso el ceño fruncido de Miklόs de desaprobación
se desvaneció rápidamente. Cambiando de posición, Mihaela empujó el libro
del siglo XVI sobre la mesa, golpeando con el dedo en el pasaje que había
captado su atención.

—Lee esto. Es una profecía supuestamente hecha por el antiguo vampiro Luk, el
primo de Saloman.

Konrad se quejó del Latín.

—¿Por qué estos chicos escriben en húngaro?

—Léelo. —Ordenó Mihaela, y con un suspiro Konrad lo hizo.

—“Aquella, que incite al Anciano” —él empezó titubeante—. “Pondrá fin a su


poder y dejará paso para el renacer del mundo, para el inicio de la nueva era
vampírica. Ella herirá a sus amigos y… ¿unirse? A sus enemigos, quienes pondrán
fin a toda la existencia no-muerta. Para ver la nueva era, debe renunciar al
mundo”.

Traducido en Purple Rose 39


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Konrad levantó la cabeza, frunciendo el ceño a Mihaela.

—Esto es en sí una contradicción. ¿Alguien terminará con el poder del Anciano,


y sin embargo, dará lugar a una era de dominación de los vampiros? No tiene
ningún sentido para mí.

—Profecías raramente echas —observó Miklόs, mirando por encima del hombro
de Mihaela—. ¿Qué libro es ése?

—Memorias de Szilágyi Gabor, el cazador del siglo XVI. Él tuvo unos cuantos
encuentros tanto con Saloman y Luk, y vivió para contarlo. Parece haber sido
durante un encuentro de tal manera que Luk de repente se sentó e hizo este
pronunciamiento. Aunque Luk estaba aparentemente vulnerable durante el
tiempo que hablaba, Szilágyi estaba demasiado —asombrado— para atacarlo.

—Interesante —Konrad reconoció con un toque de impaciencia—. Pero, ¿qué


te hace pensar que es importante?

—“Aquella, que incite a el Anciano” —Mihaela apuñaló su dedo en la línea


gótica del texto mientras hablaba—. ¿Qué pasa si el Anciano es Saloman, e
“incitar” significa despertar?

Las cejas levantadas de Konrad.

—¡¿Elizabeth?! —Aventuró él, y Mihaela se sentó mirándolo para volver a leerlo.


Su respiración se aceleró, pero su expresión se mantuvo en calma mientras
levantaba la mirada hacia Miklόs.

—Las profecías son tonterías, ¿verdad?

—No necesariamente. —Miklόs se enderezó y se quitó las gafas para frotarse los
ojos—.Su problema es la interpretación, y es demasiado fácil hacer un evento
adecuado de algo viejo y de una antigua vaga profecía. Los primeros textos
están llenos de ellos, sin embargo, muestra que tanto los vampiros y los humanos
los tomaron en serio en su tiempo.

Se inclinó y recogió cuidadosamente el libro, apoyando a su columna en ambas


manos.

—Este es intrigante. Nunca lo he visto antes. Y pensé que habíamos comprobado


a través de todo lo relacionado con los Despertadores el año pasado. Creo que
nunca se ha clasificado correctamente, pero que bien podría estar en lo cierto,
Mihaela, y esto hace referencia a un futuro Despertador, posiblemente Elizabeth.

—Entonces Elizabeth, ¿realmente podría estar destinada a derribarlo? — Mihaela


escuchó el afán de su propia voz, y sin embargo, detrás de eso, temiendo por su
amiga se levantó y se ahogaba la emoción.
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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Esperemos que no —dijo Miklόs secamente—. Ya que parece que estaría


condenada a dejar este mundo —¡por no hablar de la nueva era vampírica que
aparentemente facilitaría!

—No tiene mucho sentido —coincidió Mihaela—. Si ella puede derrotar Saloman
y traicionar a sus amigos, como se puede esperar que frene la actividad de
vampírica.

Mientras la puerta de la biblioteca se abría e Istvan se encorvaba, volvió la


mirada preocupada en Konrad.

—No creo que deberíamos decirle al respecto. Puede hacerla correr riesgos si
ella cree en el dudoso destino.

—También podría —señaló Miklόs el punto—, hacer que su impulso tome un


camino que no es capaz de tomar. Las profecías son inconstantes y vagas y
nunca deben ser aceptadas por su aparente valor. Ellas ciertamente nunca
deben ser la base de la estrategia de un cazador.

—Entonces no hay que decirle —dijo Konrad decisivo, y se levantó mientas Istvan
se acercó a la mesa.

—¿Decirle qué? —preguntó Istvan.

Mihaela se puso de pie.

—Vamos a explicarte en el camino. Pero si algo de esto se puede creer, Elizabeth


podría haber sido profetizada.

—Genial —dijo Istvan.

Inevitablemente, a pesar de la llamada de advertencia por las direcciones,


Elizabeth no estaba cerca de su lista cuando el timbre sonó el sábado. Sobre
todo porque Joanne había venido y se entornó a las preguntas sobre su “cita”,
mientras ella insistió en llamar a Josh. Por otro lado, cuando Elizabeth la había
invitado a quedarse y conocerlo, Joanne había agarrado su abrigo y huyó,
entonando:

—No, no, querida. Mi intención está lejos de interponme en el camino de los


jóvenes soñadores del amor. Me voy. —Ella se giró y le guiñó un ojo—. Sólo
consigue su fotografía para mí. La más íntima mejor.

Elizabeth la echó por la puerta, riendo, y se fue por su retrasada larga ducha. Por
lo menos estaba vestida con unos decentes pantalones vaqueros y una camisa
verde nueva en el momento en que Josh llegó. Y aunque su pelo todavía estaba
húmedo, estaba peinado y suelto sobre los hombros.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Él sonrió cuando abrió la puerta, y se adentró. Vestido casualmente con jeans y


un suéter suelto, gafas de sol colgando de una mano bien cuidada, se veía muy
glamoroso en su humilde morada. Elizabeth deseaba que Joanne se hubiera
quedado a valorarlo a él.

Vagamente, sabía que debería estar más nerviosa por Josh Alexander caminando
a su casa. Pero ella había cambiado en pensar en lo que ella consideraba el
modo “cazador”. Este fin de semana no se trataba de socializar y, ciertamente,
no se trata de citas, como sea que Joanne se decidió a imaginar. Se trataba del
negocio de cazadores y hacer que Josh entendiera que estaba en peligro antes
de que fuera demasiado tarde.

—¿Una taza de café mientras yo meto algunas cosas en mi maleta? — ofreció,


anunciándolo en su sala de estar.

Josh miró a su alrededor. A pesar de su modesto piso difícilmente podría haber


sido a lo que él estaba acostumbrado, se tomó la molestia de mirar agradecido,
incluso murmurar.

—Bonito lugar —antes de rechazar cortésmente el café.

—Siéntate —Elizabeth invitó—. Sólo voy a ocupar un par de minutos.

Retirándose a la habitación, ella se levantó para coger su vieja bolsa de viaje de


la parte superior del armario. Abrió la cremallera y la tiró en la cama antes de
lanzar los artículos de tocador que había recogido ya en el cuarto de baño, y su
decente único par de zapatos de vestir.

Abriendo todos los cajones de la cómoda a la vez parecía la forma más rápida
de agarrar lo que necesitaba de camino, la ropa interior, las cosas de noche, tops,
y pantalones vaqueros, aunque aun así, ella rebuscó tanto por su suéter favorito
que la ropa empezó a desbordarse fuera del cajón de abajo y no se cerraría.
Ella lo ignoró y dio la vuelta al armario, examinando su colección de pobres de
vestidos y faldas. La mayoría de ellos procedían de tiendas de caridad, o por lo
menos de cinco años antes.

La única ropa decente que poseía era el atuendo que había comprado de
Jenners el año pasado y el vestido verde de noche color esmeralda adquirido en
las ventas de primavera para el baile de graduación. Ella se negaba a comprarlo
en un primer momento, insistiendo en que sus colegas le alentaban que era mala
suerte para el supuesto de que ella recibiría a su doctorado en el verano. Richard
había terminado el argumento de que la invitara a ir como su pareja. Gran parte
de la diversión apenas ocultada a Joanne.

La voz de Josh desde la sala la arrastró fuera del recuerdo.

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—¿Perdón? —gritó de nuevo, tomando el traje de noche de la percha y lo arrojó


por encima de todo lo demás en la bolsa. Con un suspiro un poco irritado, porque
ella no sabía ni le importa mucho la ropa, ella se volvió hacia el armario y tomó
otros atuendos también.

La suave voz de Josh llegó desde la puerta.

—Dije, ¿necesitas ayuda?

Elizabeth levantó la vista para verlo escaneando con apreciación su dormitorio.


La molestia le erizó la piel. A pesar de que estaba feliz de invitar a amigos a su
casa, ella no se sentía cómoda con extraños en su habitación.

—Luce justo como tú —él observó—. Bonita y desordenada.

—Bueno, gracias por lo bonito —murmuró, doblando el vestido para que no


estuviera demasiado aplastado y cerró la cremallera—. Estoy lista.

Pero el itinerante ojo de Josh había aterrizado en el cajón del fondo y toda la
ropa se derramaba.

—Hey, eso es magnífico —dijo él, agachándose sin vergüenza para mirarlo mejor.

Irritada aún más, ella siguió su atención y sintió que una estaca en su corazón.
Era las ataduras de las joyas en la capa de Saloman.

Sin pensarlo, ella caminó alrededor de la cama y pasó junto a él, cayendo de
rodillas para esconderla de él.

—Parece una antigüedad. —Observó Josh—. ¿Por qué no llevarla contigo?


Dante tiene algunos anticuarios expertos que vienen este fin de semana.

Demonios, ¿por qué no podía haber tenido más cuidado? ¿Cuál era el punto
de ocultar esa cosa en el fondo de su cajón si luego revolvía todo para que se
extendiera por la parte superior?

—No es valioso —dijo ella a toda prisa—. Excepto para mí.

Josh se movió un poco fuera de su camino mientras cogía la capa y empezó a


retirarse.

—Ah, tienes una herencia de familia también —él dijo.

—No. Sólo un regalo de un amigo.

Él había la envuelto a ella cuando estaba inconsciente y casi muerta por su


mordedura, y la llevó en él a través de Budapest desde su palacio hacia el piso

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

de Mihaela. Si era un recuerdo de eso, o solo un poco de magia que venía con
un simple toque de él, la inundó de emoción.

Ella había tratado de regresar a él antes de que la dejara en la madrugada del


primer día del pasado mes de noviembre. Él había tomado de ella y mirado
por un momento, como si el recuerdo de los trescientos agonizantes años que
había pasado se lo llevara antes de que ella lo despertara. No podía haber
inspirado muchos buenos recuerdos en él. Y sin embargo, él había sonreído y
la hizo girar sobre sus hombros, cuidadosamente sujetando su garganta antes,
todavía abrazándola de modo que su mano rozó la piel sensible de su garganta,
él la había curvado y la besó en la boca con exhaustiva lenta sensualidad.

—Yo la llevaba cuando me despertaste, y por esa razón, ese valor, te lo doy a ti.

Ella se cubrió la mano encerrando las joyas, enroscadas a través de sus dedos.

—Yo no necesito esto para recordarte —había susurrado.

—Entonces lo necesitarás para consolarte.

Él había sabido, más claramente aún que ella, que ella iba a necesitar hasta
el último gramo de fuerza, todas las comodidades que pudiera encontrar
para sobrevivir a su separación. Y cuando él se había ido, deslizándose por
la ventana en la niebla gris del cielo del amanecer, se había sentado en la
esquina durante horas, acurrucada en su capa, apoyando la mejilla en los
pliegues que pasaban por encima de ella —hasta sus rodillas, mientras que sus
lágrimas la mancharon.

Había llorado todo el día, y luego se detuvo.

Con cuidado, la puso en el cajón, la alisó y la cubrió con otro viejo, desarreglado
suéter.

—¿Lista? —dijo Josh a la ligera.

—Lista. —Sonrió alegremente, se levantó, y tomó su bolso.

—Permite cargar esto —ofreció Josh.

Elizabeth se vio sorprendida casi no por descubrir a ninguno de sus acompañantes


en el modesto coche aparcado fuera.

—Me he escapado. —Josh sonrió, abriendo la puerta para ella antes de caminar
alrededor para guardar su bolsa en el maletero. Ella frunció, a la chatarra del
reordenamiento del equipaje, ella viajaba bastante más ligera que él.

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—Está bien —dijo Josh, deslizándose en el asiento del conductor y fijando su


cinturón de seguridad—. GPS en; Highlands, allá vamos.

Elizabeth no pudo evitar una sonrisa.

—Suenas emocionado. ¿No estabas filmando allí?

—En realidad, hemos hecho la mayor parte en Borders. Sólo un día en Glencoe wow,
¡es un lugar espectacular!-lo suficiente como para gustarme el país. Estoy deseando
ver más. —Él miró hacia ella mientras cambia la velocidad—. Tu turno. Suéltalo.

—¿Soltar qué? —ella preguntó, divertida.

—¿Por qué acordaste venir conmigo a esta fiesta?

—Josh, las mujeres deben caerse por ir a las fiestas contigo.

—Sí, pero esas mujeres me quieren. A mí o mi dinero o la influencia que sea que
ellas imaginan que tengo en la industria. A ti te importa una mierda esas cosas,
¿verdad? Por el record, es por eso que te invité. Tú podrías terminar enamorándote
de mí después de una prolongada exposición.

Elizabeth miró a su afilado, hermoso perfil por un momento.

—Tenía la esperanza de una que prolongada exposición podría convencerme


de que no estabas loco. —Entonces, antes de pudiera ver la molestia, añadió—:
Pero lo que quiero saber es porqué accediste a ir a la fiesta con todos si es tan
aburrida que necesitas a alguien tan molesta y loca como yo para darle vida.

Josh se echó a reír.

—Dante y yo siempre vamos a otras fiestas cuando podamos. Su presencia me


da seriedad, y aparentemente facilito algo de glamour a sus serios asuntos. Lo
conozco desde hace años, a un nivel superficial pero recientemente-desde
que su esposa murió, supongo que nos hemos convertido en mejores amigos,
haciendo cada uno al otro favores cuando podemos.

—¿Te gusta aparecer en las fiestas aburridas?

—Exactamente. —Josh sonrió, mirando el coche detrás de su espejo retrovisor—.


Creo que él quiere impresionar a alguien. Tengo que ser encantador y espléndido
y decirle al tipo lo útil que puede ser Dante. A cambio él recibe a los expertos en
antigüedades para valorar mi espada.

—¿Tu espada? —Sorprendida, Elizabeth lo miró fijamente—. Es… ¿eso que


entiendo por herencia? Tú has mencionado algo en el piso.

—Sí. Es una hermosa cosa, ha estado en mi familia por siempre.


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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dios mío, no puede ser… Pero por supuesto que podría. Según la leyenda,
la espada de Saloman, se había perdido cuando ella lo despertó primero, y
según lo que había leído en la librería de los cazadores el año pasado, se había
quedado en poder de la familia Tsigana por generaciones. Era más que posible
que se tratara de la herencia de Josh.

No muy segura de cómo se sentía acerca de eso, se las arregló para preguntar:

—¿Qué tan antigua es?

Josh aceleró y rebasó a un camión.

—Para ser honesto, no sé absolutamente nada sobre eso. La he llevado conmigo


para que los expertos de Dante le den una mirada.

Isabel parpadeó mientras aceleraban por el claro camino.

—¿La trajiste de los Estados para eso?

—No, creo que soy paranoico sobre el robo —dijo con tristeza.

—¿Pero no sabes algo sobre que las compañías aéreas pierden tu equipaje?

—Cada uno tiene sus debilidades —dijo Josh fácilmente. Con tanta facilidad
que se preguntó si no había una razón más profunda detrás de su viaje con su
herencia.

Dejándolo por el momento, se preguntó en su lugar.

—¿Quién es el tipo a quien estás destinado a impresionar? Algún político


británico? —Dios, ella realmente iba a estar fuera de lugar, cenando con ministros
del gobierno, los ricos actores, y los de la industria. . . .

—No, algunos rivales de negocios extranjeros. ¿Simon Adam? No, ¡Adam Simon!
¿Has oído hablar de él?

—No —dijo Elizabeth disculpándose—. No sé mucho sobre ese tipo de cosas, y


me temo que no me muevo en los círculos sociales de ricos.

Josh se encogió de hombros, frenando en una curva en el camino.

—Incluso si lo hicieras, dudo que conozcas a ese tipo. Aparentemente, es del


Este de Europa.

—¿Sí? ¿De dónde? —preguntó Elizabeth con impaciencia, y luego añadió en


tono de disculpa—. Hice la mayor parte de mi tesis de investigación en esa parte
del mundo, tengo cariño por ella.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Bueno, eso es bueno-le da algo sobre qué hablar. Nunca he estado allí en mi
vida.

—Tengo que impresionarlo demasiado —Elizabeth preguntó irónicamente,


aferrándose a su asiento con las dos manos mientras Josh sobrepasaba el límite
de velocidad—. Tú no dijiste que fuera parte del trato.

Josh emitió una rápida sonrisa.

—No lo es. Pero si la oportunidad golpea, impresiona el hombre.

Elizabeth rió.

—Josh, no puedo impresionar a un gatito. ¿No deberíamos ir a la izquierda aquí?

—Tal vez debería poner la voz en la navegación satelital…

Josh era fácil compañía, y mientras se dirigían a través de Fife y Perthshire y hasta
en paisajes cada vez más espectaculares, Elizabeth comenzó a pensar que el fin
de semana podría no ser tan malo después de todo. De hecho, si pudiera haber
tenido el fin de semana en su compañía sin la fiesta y senadores y los rivales de
negocios, habría sido muy feliz, a pesar de que podría haberle dado a Josh una
idea equivocada.

—¿Por qué no estás saliendo con alguna glamorosa actriz? —ella lo soltó, como
el pensamiento le vino a la cabeza.

—No quiero hacerlo —él dijo simplemente. Luego, con un infantil guiño—: En
realidad, tú eres mi protección contra ellas.

Elizabeth levantó una ceja escéptica.

—Dudo que alguien me confunda como una competencia seria.

—Por supuesto que no. Tú eres mi prima.

Y eso, ella pensó, admirando el flujo de las empinadas —pendientes en el valle


cuando se dirigían alrededor, probablemente era verdad. Quería un descanso
de su realidad, y esa era la comodidad de la familia. No importaba que no se
conocieran hasta hace un semana. La sangre a menudo era más gruesa que el
agua, y de hecho, se sentía mucho más cómoda con Josh Alexander de lo que
debería, teniendo en cuenta su fama y reputación.

La casa que el Senador Dante había alquilado para la semana era una gran
locura victoriana de un lugar cerca de Loch Tummel. Incluso la lluvia y los
inevitables cielos grises que los habían seguido desde hace dos horas, no podían
echar a perder su esplendor. Todas las románticas torres y torretas, que habían

Traducido en Purple Rose 47


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

sido claramente construidas a la altura de la historias de amor de la Reina Victoria


en las Tierras Altas de Escocia, y resultaban populares en la región y de las ricas
familias aristocráticas de toda la Gran Bretaña.

A pesar de que había hecho buen momento para la mayor parte del viaje, la
última parte estaba cubierta principalmente de un solo carril, caminos fangosos
con más curvas y hasta baches y colinas a los que Josh debería haber crecido
acostumbrado, las precedieron las siguientes horas. Para empeorar las cosas,
comenzó a llover y la visibilidad difícilmente creció. Pero al menos se encontraron
pocos coches que circularan en sentido contrario.

Mientras Josh finalmente se detuvo en la impresionante puerta de enfrente, un


hombre saltó los pasos para entrar y aparcar el coche. Otra persona que, al
parecer, iba en busca del equipaje. Otro hombre con un traje puesto junto a la
puerta abierta. Demasiado joven para ser Dante, Elizabeth pensó, aunque Josh
lo pareció reconocer, saludándolo por su nombre.

En el interior, a pesar de la luz del día, el vestíbulo estaba iluminado por un


resplandor de luz eléctrica brillando sobre suelos del espléndido parquet, se
desvanecía en las alfombras de tartán, y en los paneles de madera pulida.

Un hombre cruzó a través de este gracioso espacio, su cabello plateado brillaba


del candelabro de arriba. Se movía con tal destreza que Elizabeth se sorprendió
al verlo, mientras él se acercaba más, él debería estar alrededor de sus sesenta
años de edad.

—¡Josh! —Estrechando entre sus manos, le dio unas palmaditas en el hombro de


Josh con una y con la otra, apretaba las de Josh—. ¡Me alegro de que lo hicieras!
¡Es maravilloso verte!

—Hey, ¡senador! ¿Cómo está? Le quiero presentar a mi prima escocesa, Elizabeth


Silk. Elizabeth, el Senador Grayson Dante.

Dante se volvió hacia ella, ofreciendo su mano derecha, mientras que con la
izquierda sólo le tocó el codo con un gesto sincero de bienvenida. Elizabeth
tomó su mano casi aturdida. Este hombre con el pelo gris y sonrisa escarpada
y firme, vigoroso apretón de manos, tenía ojos azules increíblemente brillantes a
través de los cuales brillaba una enorme y poderosa personalidad. Casi parecía
impresionarla con un toque, y por alguna razón, aunque nada de buen carácter,
si lo practicara; la bienvenida brilló en sus ojos, un escalofrío recorrió la columna
vertebral de Elizabeth. Eso podría haber sido un anticipo.

A Josh le gustaba la casa. Se preguntó si el senador planeó comprarla, porque


si no, Josh podría estar interesado por su propia cuenta. A él le gustaba la idea
de una casa en Escocia ahora que había descubierto la realidad de sus raíces.

48 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

***

Desde que él había dejado a Elizabeth en su habitación, junto a su propia puerta


para bañarse y vestirse antes de la cena, partió para explorar por su cuenta.
Dejando los pisos superiores, que parecían estar dedicados a las habitaciones, se
limitó a la parte inferior de dos niveles, donde los cuartos públicos se encontraban,
y no encontrando nada para disuadirlo de su nueva fantasía de convertirse en
un terrateniente escocés.

Vagando en una habitación oscura con las cortinas cerradas, sin duda para
proteger el tapete verde de la enorme mesa de billar que llenaba la mayor
parte de ella, sin hacer nada levantó un taco y echando un admirativo ojo al
techo y las paredes antes de que su mirada se posara en un sillón elegante y su
ocupante.

Pensó en un primer momento que el hombre estaba dormido, él estaba tan


quieto. Llevaba pantalones oscuros de algodón y una camisa crema que era
probablemente de seda, abierta en la garganta. Con la envidia de un hombre
que se acercaba a la mediana edad y su constante batalla con el peso ya
ha comenzada, Josh reconoció que el extraño joven tenía ni un solo gramo
libre grasa. Y sin embargo, ni siquiera cruelmente podría llamarlo escuálido. Por
debajo de las mangas-levantadas casualmente había músculos y tendones. Su
estómago era plano, el pecho y hombros anchos. La fuerza era evidente en la
pálida columna su garganta, el contorno señalando ligeramente la barbilla.

De hecho, el desconocido era un hermoso diablo por la forma en que lo miraba.


El largo, pelo negro rebelde caía medianamente a través de una cara que
era casi tan atractiva como podría ser, sin disminuir su innegable masculinidad.
Pómulos por los que un actor moriría. Una nariz que podría haber sido un poco
demasiado prominente para la clásica perfección le prestaba un atractivo aire
depredador que debería haber tenido a las mujeres arrojándose a sus pies.
Largas, pestañas gruesas rizadas a la forma de sus ojos que, en la penumbra, tan
oscuros que parecían negros. Y, por supuesto, que lo miraban a él con interés.

A pesar de sí mismo, el estómago de Josh dio una sacudida que podría haber
sido culpa o sólo poca sorpresa, por la que no saltaría.

—Hola. —La voz del desconocido era profunda, baja, bien modulada,
recordándole a Josh a alguien o algo difícil de alcanzar.

—Hola —Josh regresó—. Lo siento, no tenía la intención de alterar su sueño.

—No estaba dormido, simplemente meditando. —Aunque su inglés estaba


perfectamente enunciado, Josh adivinó que no era su lengua materna.

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Josh sonrió.

—Sí. Eso es lo que mi padre solía decir también cuando interrumpía sus ronquidos.

El extraño se sentó en un envidiable movimiento grácil, balanceando sus piernas


hasta el piso de madera pulida. Sus pies, largos y delgados, estaban desnudos.
—Halagado, estoy de que perciba alguna semejanza con su estimado padre,
me siento obligado a señalar que yo no ronco.

Josh se echó a reír y dio un paso más cerca para ofrecerle su mano.

—Soy Josh Alexander.

El desconocido se puso de pie, lo que lo hizo varias pulgadas más alto que Josh,
tomando la mano de Josh en un agarre firme y frío.

Inesperadamente, Josh se estremeció, como si alguien hubiera caminado sobre


su tumba. El desconocido tenía, intensos ojos oscuros, y sin embargo, mientras
Josh miró a ellos, extrañas luces como llamas amarillas parecían bailar en su
oscuridad-una bizarra fantasía, y aun así, Josh no podía perder la sensación
de que él ya conocía a este hombre. A pesar de que claramente no era una
persona que fácilmente se podía olvidar.

—Adam Simon —dijo el exótico desconocido.

Adam Simon, a quien quería Dante en la corte. Fue una sorpresa. El hombre se
parecía menos a un hombre de negocios que a una estrella de rock no entregada
por completo al desenfreno de la bebida y las drogas.

Adam Simon rompió el primer apretón de manos. Josh tuvo que abstenerse de
frotándose las manos para calentarse. Respecto a su —objetivo— con mayor
interés, señaló. —Mucho gusto. El senador me dijo que ibas a venir. He oído que
está ajustando el mundo de los negocios internacionales encendiéndolos.

—El senador es un hombre muy interesante —observó Simon. Su mirada cayó


brevemente a la región de la garganta de Josh y la levantó otra vez a la cara—.
Como lo eres tú.

Llegó de nuevo, una punzada de inquietud mezclada con un reconocimiento


que era casi… atracción. Desconcertado con una risa, Josh dijo:

—¿Interesante? ¡Difícilmente! Yo simplemente actuó las fantasías de la gente.


Ellos son los únicos creativos.

—Tú siempre tan modesto, Josh —dijo el Senador Dante, entrando animadamente
en la habitación. Josh no sabía si se sentía más aliviado o molesto por la interrupción
de su extraña tête-à-tête—. Chicos ¿Quieren jugar?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Tú sabes cómo jugar este ridículo juego? —bromeó Josh.

—Claro, es como el pool, sólo que más complicado. Te voy a enseñar.

—Tal vez más tarde —dijo Josh fácilmente—. Será mejor que me asegure de que
Elizabeth está bien. Mi prima. —añadió hacia Simón, que simplemente se inclinó
cortésmente, a pesar de su constante mirada que nunca dejó la cara de Josh.

—Encantadora chica —aprobó Dante—. Adam, ¿quieres jugar antes de la cena?

Josh no esperó a oír la respuesta. Con los años había aprendido a aceptar a
la mayoría de la gente y encontrar un nivel en el que se siente a gusto con
ellos. Pero había pasado mucho tiempo desde que alguien había inspirado
fuertes emociones conflictivas en él como Adam Simón lo hizo. A la vez intrigado,
atraído y repelido por la fuerza de su personalidad que lo asaltó la hermosa cara
de Simón, Josh quería saber más y sin embargo, sentía una especie de alivio
cuando por fin salió de la habitación.

Mientras corría suavemente por las escaleras hasta su dormitorio, entró en su


cabeza que Dante finalmente podría haber conocido a su igual, y la idea le
divertía mucho, se echó a reír.

***

A pesar de saber de qué había muchos otros asuntos más importantes en el


mundo, Elizabeth no lograba librarse de las incómodas mariposas que parecían
haberse presentado en la boca de su estómago.

—¿Estás seguro de que esto está bien? —le preguntó a Josh, saliendo del cuarto
de baño para examinarse por una diferente luz en el espejo del dormitorio.

Josh, tumbado a gusto en su cama, levantó la vista de la revista de sociedad


que estaba hojeando ociosamente y se sentó, sin dejar de mirar. Él se veía muy
guapo y angelical en un smoking crema que combina con una camisa de seda
y una pajarita.

—Wow, luces fantástica!

Elizabeth enrojecida, notando la sorpresa tanto como la sinceridad de su


comentario. Vestía el traje de noche que había comprado para el baile de
graduación y había recogido y atado su pelo detrás de la cabeza en un estilo
que ella sabía que le convenía, pero por lo demás, ella sentía que lucía como
siempre lo hacía excepto por la añadida inconformidad.

—Me siento demasiada arreglada para una cena —confesó.

—Confía en mí, en este negocio, no lo estarás.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¡Tú no me estás haciendo sentir mejor! ¿Quién está aquí? ¿Aparte de Jerri
Cusack y esta persona Simon a la que estás destinado a impresionar?

—Lo conocí —ofreció Josh—. Adam Simon. Dormido en la sala de billar. No, es en
absoluto lo que yo esperaba.

—¿Fanfarrón? —Elizabeth preguntó, profundizando en su bolso semi desempacado


por el collar que era la única joya decente que poseía.

—Al contrario —dijo Josh—.Él me recordó más a una estrella de rock, pero no
tan perdido. Es una especie de encanto que no se lo toma demasiado en serio,
aunque tengo la sensación de que él hace seguro el que otros no cometan ese
mismo error! De todos modos, es un apuesto demonio - no me cabe duda de
que encontrarás fácil el hablar con él. De hecho, probablemente voy a estar
celoso.

—No tiene sentido —dijo Elizabeth sin pensar. Estaba concentrada en fijar la
pequeña hebilla del collar detrás de su cuello.

Josh encontró su mirada con curiosidad en el espejo.

—¿Es eso un desprecio o un cumplido?

—Ninguno. —Elizabeth vaciló, luego se giró hacia él—.Me siento estúpida


diciéndote esto a ti, pero tú no necesitas fingir. Soy muy consciente de que no
hay ninguna posibilidad de un romance entre nosotros.

Josh se puso de pie.

—¿Quién dice que estoy fingiendo?

Parecía que era demasiado honesto para tomar el preservado ego de la forma
que ella le había dado. Cuan frustrante era, sin embargo, haciendo todo lo más
triste ya que ella no podía enamorarse de él como cualquier mujer normal.

Josh dijo tranquilamente:

—Hay una empatía entre nosotros eso es raro. Tú debes sentirla también. Sé que
te gusto.

—Lo hago —admitió Elizabeth—. Creo que esta empatía es hacer nuestra
herencia común. La sangre es realmente más gruesa que el agua. Por lo demás,
me gustas como un amigo, un amigo que odiaría ver sufriendo.

Una rápida mueca formada y desvaneciéndose en su rostro.

—Sufriendo. Es por eso que aceptaste venir. No te creo cuando me dijiste eso.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

¿Cuán egocéntrico es el macho humano?

Incómoda, Elizabeth miró hacia otro lado.

Pero Josh sólo le tomó la mano y la hizo girar suavemente en el aire sin evidente
resentimiento. —Es el hombre que te dio la capa, ¿no?

El estómago de Elizabeth se sacudió.

—¿Qué?

—Es la razón por la que rechazas un romance conmigo o con ningún otro. Y creo
que lo que pasó con él es la fuente del dolor que yo sentí cuando nos conocimos.

Elizabeth tragó.

—En parte. Una pena, tal vez. Pero prefiero pensar en ello como la fuente de mi
fuerza. —Ella dio una, torpe sonrisa rápida para desterrar cualquier patetismo, y
caminó hacia la puerta—. Eres sumamente perceptivo, ¿no es así, Josh?

—Soy bueno en los rostros. Y el tuyo, cuando tocaste la capa, era un libro abierto.

Elizabeth hizo una pausa, herida. ¿Cómo podía ella referirse a sí misma como
fuerte cuando se dio tan fácilmente?

—Oye, tú secreto está a salvo conmigo —dijo Josh, llegando junto a ella para
agarrar la manija—. Y no eres incómoda. No necesito una mujer loca en mi cama
de todos modos.

Elizabeth no pudo contener la risa, como ella pretendía. Ella sintió una renovada
oleada de simpatía por Josh.

—Um, una cosa más antes de bajar por tragos —ella dijo—. Jerri Cusack, mi co-
estrella en la nueva película. No te molestes si ella es un poco… extraña.

Elizabeth buscó su cara en busca de pistas. Había un brillo triste en sus ojos.

—Ella podría pensar que eres mi cita —explicó Josh—. Y a ella no le gustará eso.

El ánimo de Elizabeth se redujo aún más.

—Ah, cabrón. ¿Tú y ella…?

—No, no, pero ella piensa que sería buena publicidad si estuviéramos, y a ella no
le gusta estar frustrada.

—Entonces ella va a odiar a mis pasos. —Elizabeth levantó la mano para contar
los puntos con los dedos—. Bueno, tengo que evitar a Jerri Cusack y buscar Adam
Simon. ¿Algo más?
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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Simplemente diviértete —dijo Josh alegremente.

—Ha —replicó Elizabeth sin gratitud, y, riendo, Josh abrió la puerta.

Mientras descendían la escalera, los sonidos de la música de jazz en vivo y el


zumbido de muchas —charlas y las risas flotando hacia ellos.

—En serio —murmuró Josh—. Las fiestas de Dante son siempre divertidas. Ninguna
de las otras cosas que realmente importa. Todo el mundo será agradable.

Lo que podría haber sido su manera de decir que por mucho que Jerri odiara
su presencia, no sería demasiado desagradable. A Elizabeth realmente no le
importaba. Había conocido criaturas mucho más desagradables que una
maliciosa estrella de cine. Cuadrando sus hombros, se concentró en pasar la
noche lo más placenteramente posible, y de tener la esperanza de unas pocas
oportunidades para una amistosa conversación a solas con Josh. En el momento
en que la fiesta terminó, estaba decidida para convencerlo del peligro que
enfrentaba, y hacerle consciente de la posibilidad de la protección de un
cazador.

Cuando entraron al impresionante y grande salón, donde las bebidas de antes


de la cena estaban siendo servidas, el primer pensamiento de Elizabeth fue que
no era tan malo como se lo había esperado cuando Josh la invitó por primera
vez.

No había tanta gente como se había temido —tal vez alrededor de veinte.
Todos los hombres vestían ropa formal de noche, alguna tradicional corbata
negra, alguna un poco más individualista. Las mujeres llevaban también vestidos
formales, de todas longitudes y niveles de osadía. Elizabeth se concedió un
rápido suspiro de alivio ya que su propio vestido, ciertamente, era apropiado
para la ocasión. Entonces, se dio cuenta de que a pesar de la formalidad de la
vestimenta, los invitados no parecían ser ultraconservadores en lo más mínimo.
Varios la miraron por encima y sonrieron. Algunos incluso la saludaron, y un
hombre gritó:

—¡Hey, Josh! —desde el otro lado de la habitación.

Y a continuación, Dante, de pie apenas dentro de la entrada con un grupo de


hombres vestidos tradicionalmente, les dio la bienvenida con una gran sonrisa.
Un instante después, un camarero estaba delante de ellos con una bandeja de
bebidas. Elizabeth tomó una copa de champán mientras Dante le presentaba
a los hombres alrededor de él. Sus nombres fueron pasados por alto por ella,
aunque sonrió y estrecho la mano de cada uno.

—Todos estos chicos son anticuarios expertos —explicó—. Les estaba contando
sobre tu espada, Josh, y cómo te encantaría que le echaran un vistazo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Suena como la pieza más interesante —dijo uno de los hombres. Era americano
—. ¿Cuánto tiempo ha estado en tu familia?

—Cientos de años, por lo que me dijeron. —Josh tomó un sorbo de su champán.

—¿Y tienes algún documento para demostrar su procedencia? —preguntó otro,


con un acento definitivamente inglés.

—No. Sólo la espada. Se la mostraré después de la cena si lo desean. Sólo que no


dejéis que el senador los convenza de que estoy dispuesto a venderla, ¡porque
no lo estoy!

—¿Sea cual sea el precio? —bromeó uno de los hombres.

—Sea cual sea el precio —confirmó Josh.

Si realmente era la espada perdida de Saloman, el precio era probablemente


mayor de lo que sabían. Elizabeth dijo suavemente:

—¿Puedo ver también esta fabulosa espada?

—Por supuesto. —Estuvo de acuerdo Josh enseguida, explicando a los otros—.


Elizabeth es una historiadora, por lo que bien podría tener alguno conocimiento
valioso.

—¿Cómo es eso que nunca has tratado de averiguar sobre ella antes? —Elizabeth
preguntó, curiosa.

Josh se encogió de hombros.

—Realmente nunca pensé en eso porque siempre estaba por ahí cuando crecí.
Hace muy poco, me he vuelto más… intrigado por ella. ¡Sin duda a causa del
interés del senador!

Dante se rió y brindo con Josh con su champán. Por encima de su vaso, sus
penetrantes ojos azules brillaron, sin embargo, Elizabeth percibió un indicio de
dureza allí que podría haber sido codicia o desconfianza. Posiblemente este
último, porque por primera vez desde que lo había conocido, tuvo la incómoda
sensación de que Josh no estaba diciendo toda la verdad. Empezó a preguntarse
si no había más que su relación con Dante de lo que le había dado a conocer.

—¿Así que, caballeros, están todos en el comercio de antigüedades? —Josh


preguntó—. ¿O simplemente son unos aficionados entusiastas?

—Tengo una casa de subastas y Bill aquí posee una cadena de tiendas —ofreció
el hombre inglés—. Pero para la mayoría de nosotros el interés es el placer antes
que los negocios.

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Elizabeth dejó que su mirada se desviase por los anticuarios y alrededor de los
otros invitados, quienes parecían estar todos de buen humor. Diviso a Jerri Cusack,
asombrosamente glamorosa en un vestido blanco subidito de tono, riendo hacia
un hombre alto y moreno —de espaldas a Elizabeth— cuyo brazo Jerri sacudió
juguetonamente. La mujer de su otro lado no parecía muy contenta, a juzgar por
su rígido lenguaje corporal, aunque seguía sonriendo

—En realidad —uno de los anticuarios estaba diciendo—, mi interés comenzó


con lo paranormal y los artefactos paranormales, y fue desde allí que continúe
con las antigüedades en general.

La atención de Elizabeth volvió de nuevo hacia el interlocutor, el americano cuyo


nombre pensaba que era Bill.

—¿Que en el mundo… —le preguntó—… son los artefactos paranormales?


¿Palos afilados para estacar vampiros? O una capa que había pertenecido una
vez al vampiro más poderoso que jamás haya pisado la tierra o la espada que
pertenecía a ese mismo vampiro.

Qué coincidencia, pensó con un escalofrío repentino, que uno de los anticuarios
de Dante estaba interesado en lo paranormal. Si la espada de Josh era realmente
la de Saloman, ¿la reconocería Bill por lo que era?

Aunque una oleada de risas había dado la bienvenida a sus palabras, la respuesta
de Bill fue inmediata.

—¡Difícilmente! Simplemente objetos imbuidos con poderes sobrenaturales —


afirmó.

—¿Existen tales cosas? —Ese fue Josh, tomando las palabras de su boca.

Dante se rio.

—¿La estrella de dos películas paranormales necesita preguntar eso?

—Sabes muy bien que lo psíquico es todo un puro disparate —dijo Josh
secamente—. Sin embargo es muy divertido.

—Pero verdaderamente existen esas cosas —dijo Bill. Apenas sonrió—. Con énfasis
en “reputación”.

—Pero no negarás que has encontrado cosas con poderes inexplicables,


¿verdad? —instó a Dante.

—Por supuesto que no. Pero rara vez, muy rara vez. He encontrado uno o dos
objetos con propiedades mágicas. Uno era un cráneo humano, con cuernos.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Con cuernos? —intervino Josh—. Entonces no puede haber sido humano,


ahora, ¿verdad?

—Sí, sí puede —dijo Dante, sorprendentemente—. Vamos, Bill.

—Otro era una máscara de oro, un objeto pagano antes de Cristo. Y confía en
mí, el poder que emanaba de estos objetos era intenso.

—Sí, pero, ¿qué hicieron? —preguntó Elizabeth, deseosa de ir al grano. Sin


embargo, no estaba tan concentrada como para darse cuenta de la tos de
advertencia o los ceños fruncidos que procedían de los colegas de Bill.

—Bueno, el cráneo parecía aumentar la fuerza de uno cuando lo tocaba,


mientras que la máscara…

—¡Josh! ¡Cariño! —interrumpió una efusiva voz. Un instante más tarde Jerri Cusack
abrazó a Josh y todo el mundo se echó hacia atrás para darle cabida. Todos
sus movimientos eran rápidos y dramáticos, y parecía haberse lanzado hacia
el casi antes de que lo hubiera agarrado, alcanzando detrás de ella con gran
entusiasmo y exclamando—: ¡Tengo que presentarte a Adán Simon!

El nombre por sí solo habría hecho que Elizabeth se volviera en la dirección de la


mano que agarraba Jerri, pero la velocidad del giro de Josh para encontrarse
con el hombre le interesaba mucho más. Dio un paso a un lado para tener una
mejor vista, y casi dejó caer su copa.

El hombre se encaminaba hacia Elizabeth, su pelo suelto negro desembocando


sobre sus hombros. El único de los hombres presentes que no llevaban un
esmoquin, solo una camisa negra que podría haber sido de terciopelo o seda
aplastada, con una corbata a juego que parecía más como un pañuelo de
cuello. Se movía con toda la gracia y la amenaza de una pantera.

Todo esto lo asimilo en el primer instante, antes de que su belleza la cegara,


como lo había hecho siempre. Sin embargo, nunca se introdujo en su cabeza
el dudar de su propia cordura, o incluso el preguntarse si su reconocimiento era
defectuoso. Su máscara se había caído. La miraba solamente a ella. Dio un paso
hacia él sin proponérselo y él sonrió, la amplia y rara sonrisa que frecuentaba en
sus sueños. El shock abrumo las emociones que luchaban por liberarse.

Entonces la alegría se abrió paso como una marea, impulsándola hacia adelante
y hacia sus brazos, su rostro ya alzado para su beso. Llamas ámbar bailaban en
sus ojos negros, quemándola con la fuerza de su deseo. Su boca ya no sonreía
mientras cubría la suya.

Elizabeth, dijo telepáticamente. Elizabeth.

Saloman.
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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 4
Traducido por elamela y nadia
Corregido por V!an*

F ue un instante, un pequeñísimo instante de dicha. Los poderosos brazos


que nunca había pensado que volvería a sentir se cerraban a su
alrededor mientras su boca su increíble y maravillosa boca se movía
sobre la de ella con delicadeza, aceptando toda su necesidad y toda la sencilla
felicidad de su beso.

Pero no era tan sencillo. Y no estaban solos. Un hecho que Saloman, claramente,
nunca había perdido de vista en ningún momento. A pesar de que ella jadeo en
su boca, tratando de obligarse a retroceder, para hacer preguntas que sólo había
medio formado en su cerebro, él ya la estaba liberando. Sus labios aturdidos se
sentían fríos, su cuerpo se rebelaba mientras sus brazos se desprendían. Aunque
la punta de sus dedos se arrastraron por su espalda desnuda y permanecieron
allí, sin embargo se quedó de pie en el círculo de su brazo, e inexorablemente
siendo girada como si él quisiera hacer alarde con sus amigos.

Se estremeció, desesperadamente tratando de alcanzar la dignidad o siquiera


el sentido que pudiera reunir. Estaban siendo observados por varias personas con
diferentes grados de sorpresa, interés, y desaprobación.

Como si desde muy lejos, la voz de Josh dijo. —No me di cuenta de que vosotros
dos os conocíais.

—¡Tampoco yo! —Elizabeth esperaba que no sonara tan histérica como se sentía.

—Nos conocimos en el este de Europa —dijo Saloman, y, Dios sí, su voz todavía
sonaba igual. Un poco más moderna en su entonación, tal vez, pero aun así
llegaba hacia su interior, volviéndola de afuera hacia adentro—. Espero que
Elizabeth recuerde la forma húngara de mi nombre.

—Oh, sí —asintió Elizabeth, luchando contra el impulso de reírse.

—¿Qué sería? —preguntó con impaciencia Jerri.

—No podrías pronunciarlo —dijo Saloman suavemente.

Elizabeth, quien, increíblemente, aún estaba sosteniendo su copa de champán,


esperaba que hubiera derramado parte de su contenido sobre su arrogante y

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

burlona persona. Elevándola hacia sus labios con sus dedos rezo para que no
temblara visiblemente, tomó un gran trago y trato de pensar.

¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Y por qué se estaba haciéndose pasar
por Adam Simon? Mierda, ¿qué había hecho con el real hombre de negocios?
¿Estaba detrás de Dante?

¡No, ciega y tonta de capirote! ¡Está detrás de Josh! Josh, por quien viniste aquí
para protegerlo, ¿recuerdas? ¿Para advertirle de este gran vampiro? Bueno, Silk,
¡ahora es tu momento!

Instintivamente, ella se movió más cerca de Josh, un acto del cual Saloman
acusó recibo con una sonrisa insulsa.

Dante, escuchando al sirviente murmurando en su oído, asintió una vez y exclamó:

—¡La cena está servida! ¡Vamos al comedor!

En el feliz éxodo general desde el cuarto de dibujo, Elizabeth encontró y aferró


la mano de Josh.

—No confíes en Adam Simon —imploró. Él la miró, frunciendo el ceño, pero había
demasiadas personas alrededor—. Sólo no lo hagas —advirtió—. Te lo explicaré
después.

¿Y qué más debía hacer? ¿Advertir a Dante de que estaba entreteniendo a un


vampiro? ¿Decirle que no era Adam Simon sino un peligroso impostor? Aunque
el senador sí parecía más abierto a las posibilidades paranormales de lo que
ella había esperado, su mente estaba embotada ante la posible respuesta a ser
informado de que su invitado preferido no era su problemático rival de negocios
en lo absoluto, sino un vampiro. Tampoco cualquier vampiro antiguo, sino el más
Anciano y poderoso que quedaba en el mundo, el príncipe de aquellos ante
quien todos los otros vampiros se inclinaban, encogidos de miedo.

Quizás ella debería mantenerse con el elemento impostor. ¿Explicar que ella
había conocido a Adam Simon y que este no era él? Excepto que ya le había
negado a Josh que lo conociera.

Mierda, lo que ella realmente necesitaba era hablar con Saloman, advertirle
que se alejara de Josh. Después de todo, él había prometido dejar a Konrad
porque ella se lo había pedido.

Porque ella lo había pedido... Su corazón latió más rápido, ahogando la


conversación a su alrededor. ¿Era posible que él no hubiera venido por Josh
después de todo, sino por ella?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Llegó a la mesa todavía en un estupor de especulación y ansiedad, ciegamente


siguiendo a Josh. Gradualmente se volvió consciente de que había pequeñas
tarjetas con nombres en cada lugar, y de que Josh estaba dirigiéndose derecho
hacia el final de la mesa como si ya supiera dónde ir. Dante estaba de pie junto
a la cabecera de la mesa, sonriendo benignamente mientras sus invitados de
sentaban. A su izquierda estaba Jerri Cusack, y, casi inevitablemente, Josh se
detuvo en el asiento junto a ella. Mirando la mesa Elizabeth vio el nombre de
Josh junto al de Jerri, luego el suyo —y a su izquierda, el de Adam Simon.

Si corazón dio un salto.

Nunca se acabará. Eso era lo que él le había dicho en su última noche juntos.
¿Era esta su manera de probarlo? ¿O simplemente había venido por Josh? De
cualquier manera, ¿cómo iba ella a soportar la agonía de sentarse tan cerca de
él en público?

Úsala, se dijo a sí misma fieramente mientras se sentaba. Toma la oportunidad y


dile que no puede tener a Josh.

Ella intentó no mirarlo paseándose por el cuarto, asintiendo al mesero, que lo


dirigió hacia su lugar como si estuviera acostumbrado a los sirvientes atendiendo
cada uno de sus caprichos. Probablemente lo había estado en el pasado, como
fuera que su vida fuera ahora. ¿Tenía un ejército de sirvientes vampiros para
hacer lo que él pidiera? Oh, mierda, ¿estaban aquí?

—Qué afortunado —murmuró Saloman, dejándose caer en la silla forrada de


terciopelo junto a la suya.

¿Lo era? ¿Cómo demonios podía hablar con él, hacerle preguntas útiles, con
Josh escuchando cada palabra? La respuesta obvia vino a ella casi como la
perilla de la luz de los dibujos animados en su cabeza.

Era difícil concentrarse a través de la risa y las diversas conversaciones que se


sucedían a su alrededor, pero se las arregló para mirar su humeante plato de
sopa como si debatiera la receta consigo misma y calmarse lo suficiente para
iniciar una conexión. No era difícil pensar en él cuando él se sentaba junto a ella,
su brazo cubierto de seda negra casi tocando su codo.

Saloman, le envió.

La palabra rebotó sin hacer daño de vuelta hacia ella. El silencio la salud y ella
supo que no había llegado a él. Porque la había bloqueado, el maldito. ¿Qué
demonios significaba eso? ¿Que él no estaba listo aun para decir nada que
nadie más debiera oír?

—¡Hola, tú debes ser Elizabeth!

60 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Casi saltó cuando la voz atravesó su intento abortado de telepatía. Elevó la


mirada al rostro sonriente de una atractiva mujer de cabello oscuro inclinándose
frente a Saloman para tomar la mano de Elizabeth.

—Soy Nicola Devon.

—Encantada de conocerte —Elizabeth dijo ligeramente, levantándose para


tomar la mano con educación, y Nicola se sentó al otro lado de Saloman. Al
otro lado de la mesa se sentaba el cónsul de Estados Unidos en Edimburgo y
su esposa, los anticuarios, y una pareja de glamorosas mujeres que ella aún no
había conocido.

Dante se sentó y todos comenzaron a comer. Con una sensación de desesperanza,


Elizabeth levantó su cuchara.

—¡Así que tú eres la prima escocesa de Josh! —Jerri le lanzó sin advertencia.
La mujer estaba sonriendo, sus dientes blancos y perfecto entre labios llenos,
esculpidos, pero su mirada no parecía estar en Elizabeth. En cambio, iba
continuamente desde Josh a Saloman—. Wow, ¿cómo es vivir todo el tiempo en
este increíble país?

—Mojado —dijo Elizabeth vagamente, lo que le valió una oleada inesperada de


risa, de nadie menos que Nicola al otro lado de Saloman.

—Tienes razón —dijo Nicola fervientemente—. Me he visto eligiendo


deliberadamente trabajar en países más tibios. ¿Qué es lo que tú haces, Elizabeth?

—Investigación —Elizabeth respondió; luego, dándose cuenta de que sonaba


monosilábica, agregó—: He tenido un puesto junior temporal en la Universidad
de St. Andrews mientras terminaba mi doctorado, pero está por terminarse.

—¿Cómo está la tesis? —inquirió Saloman. Llevó la cuchara a su boca. Elizabeth


intentó no mirar. Él parecía estar tomando su sopa, pero se preguntó qué haría
él con el plato principal.

—En construcción —se arregló para responder.

—¿De qué se trata? —preguntó Nicola.

—Supersticiones históricas —Saloman respondió por ella. La miró, una ceja


elevándose al reconocer la broma que nadie más podía entender—. Con
referencia especial a mí país. —Donde la realidad había hecho volar su teoría, y
ella aun la había mantenido junta.

—Fascinante —dijo Nicola—. ¿Has conocido a Bill y Gerald? Les interesa ese tipo
de cosas.

Traducido en Purple Rose 61


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Pero ellos prefieren que objetos vayan con sus historias —señaló Saloman.

¿Objetos como tú? Ella lanzó el pensamiento en su dirección sin mirar, y esta vez
él eligió atraparlo. Ella sintió su presencia deslizarse dentro de su mente como un
trago tibio y familiar.

Oh, pienso que puedo ser un poquito demasiado fuerte para sus paladares,
devolvió, ligeramente divertido, y cuando ella le dio una mirada rápida, él sonrió
y agregó: Por supuesto, ellos no serían demasiado fuertes para el mío.

Elizabeth casi se ahogó con su sopa, y Saloman, su sonrisa ensanchándose,


tomo otra delicada cucharada. Elizabeth intentó alejar su mirada. Recordaba
demasiado bien la sensación de esos firmes, conocedores labios en su piel,
acariciando su garganta y pechos, manteniéndose allí para provocar y torturar
sus pezones sensibles...

Todo su cuerpo se ruborizó ante la memoria, desde sus mejillas hasta sus muslos y
todos los puntos en medio. Peor aún, ella estaba segura de que él sentía el calor
y lo usaba, para su propia diversión o para hacer avanzar cualquier plan que lo
hubiera traído aquí.

Ella dejó su cuchara. ¿Por qué viniste, Saloman?

Él pareció considerarlo, mientras los meseros suavemente retiraban los platos de


sopa y el segundo plato era servido. Ella se vio respondiéndole a Josh, haciendo
contribuciones automáticas a la conversación general mientras la mayor parte
de ella se concentraba y se esforzaba en encontrar una respuesta para Saloman.

Para tomar lo que es mío dijo él al final.

Podía significar cualquier cosa. No debería haberle provocado una oleada de


deseo y placer disparándose hacia su centro. Ella no lo permitiría, por supuesto,
pero la idea de que él había venido a reclamarla, a pesar de sus objeciones, era
insidioso, intoxicaste. Intentando aplastarlo, buscó el significado más probable.
Josh.

No puedes tener a Josh. No te dejaré lastimarlo.

¿No puedo? Él sonaba meramente divertido. ¿Por qué no? ¿Es tu amante?

¡Por supuesto que no!

No hay necesidad de sonar indignada. No te acusé de adulterio. ¿Es él uno


de los pocos afortunados por los que te sientes responsable? Como Konrad, de
quien no se puede hablar. A este paso, me quedaré sin otros descendientes y me
veré forzado a consumirte. Una vez más.

62 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella jadeó. Una llama ardió en ella, quemando.

—¿Estás bien? —Josh preguntó con rápido interés.

—Oh, sí, estoy bien. Gracias —murmuró Elizabeth—.Solo tragué mal.

—Así que, Elizabeth, ¿vives en St. Andrews? —Dante dijo jovialmente—. Amo esa
ciudad. Gran golf. ¿Juegas?

—No —dijo Elizabeth disculpándose—. Aunque a través de los años he aprendido


a esquivar pelotas de golf voladoras.

Desde el rabillo del ojo, mientras hablaba, ella pudo adivinar los largos, pálidos
dedos de Saloman curvados alrededor del tallo de su copa de cristal. Estaba
llena de vino rojo sangre. Él la sacó de su línea de visión, bebiendo mientras ella
intentaba concentrarse en el torrente de historias de golf que siguieron.

La copa de Saloman reapareció en la mesa, aún sostenida por sus largos


dedos, pero esta vez su antebrazo apenas tocó el suyo. Los pequeños cabellos
en su brazo desnudo parecieron erizarse para encontrarlo. La electricidad dio
chispazos, como siempre lo hacía ante su toque, y sin embargo, ella no pudo
alejar su brazo sin ser muy obvia.

Luego vino una inevitable oleada de risas ante la historia de golf de Josh. Elizabeth,
quien apenas había oído una palabra, se forzó a sonreír. Saloman se movió en su
asiento y de repente su muslo estaba junto al de ella.

Oh, Dios, no me hagas esto, Saloman...

Ella movió su brazo, al menos, lejos de su contacto y se volvió para verlo pinchando
una pequeña porción de pescado con su tenedor. Más allá, la amistosa Nicola
dejaba su vaso. Detrás de su cuidadoso arreglo, ella lucía pensativa e inteligente,
con pequeñas pero profundas líneas de carácter, o quizás humor, en las esquinas
de sus ojos y boca.

—¿Qué es lo que haces, Nicola? —preguntó Elizabeth, cubriendo su desesperación


con distracción. El muslo de Saloman, firme y muscular, se movió contra el suyo
en una obvia caricia.

—Publicidad —dijo Nicola—.Es por eso que conozco a Adam. Mi compañía está
haciendo algún trabajo para él.

Involuntariamente, la mirada de Elizabeth voló hacia Saloman, justo a tiempo


para verlo dejar su tenedor con el pescado aun en él. Parecía estar haciéndolo
pedazos más que comerlo.

Traducido en Purple Rose 63


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Esto no tiene sentido. ¿Por qué ella cree que eres Adam Simon? ¿Dónde está él?
¿Hace cuánto que tú has…

Veme afuera más tarde. Te llamaré.

Saloman...

Pero su presencia se había retirado de su mente. Se hubiera sentido como una


pérdida si su pierna no hubiera estado presionando contra la suya, si ella no
tuviera la promesa de verlo de nuevo, sola en la oscuridad. Ella sabía que sería
un error dejar que eso pasara de nuevo, y supo que cuando se encontraran,
tendría que ser lo suficientemente fuerte para asegurarle eso. Y aun así no podía
evitar la oleada de excitación, de puro hambre de sólo hablar con él, sólo de
estar en sus brazos por un minuto más.

Bueno, si ella era honesta, el hambre iba mucho más allá de estar un minuto en
sus brazos, pero no podía, realmente no podía darse el lujo de ser tan honesta.

A medida que la noche pasaba, se le ocurrió a Elizabeth que estaban jugando


con ella. Esperando para hablar con Saloman, había retrasado el advertir a Dante
o a Josh. Y aunque no podía en realidad imaginar a Saloman haciendo nada
tan loco como matar a todos en la casa, sabía que no estaba más allá de sus
capacidades. Los cazadores le habían contado unas semanas atrás acerca de
un rumor desde España de acuerdo al cual, en una de las pocas confrontaciones
violentas de su —reinado— hasta ahora, Saloman había matado a diez fuertes
vampiros en menos de cinco minutos – antes de continuar drenando al astuto
viejo profesor que era el descendiente de Tsigana. La leyenda decía que Saloman
no había tenido ayuda en la batalla, pero también, la leyenda probablemente
decía lo mismo de la pelea en St. Andrews. Saloman había escrito el libro en lo
que respectaba a la auto publicidad. Él le había enseñado a Vlad el Empalador
y sin duda a sus detractores también, con un efecto devastador.

Todo lo que ella podía hacer era quedarse cerca de Josh después de que
dejaran el comedor —la comida había sido deliciosa y Elizabeth se arrepentía
de estar demasiado ansiosa para hacerle justicia— y esperar por la llamada de
Saloman. La peor parte vino después de que se habían reunido una vez más en
el gran salón de dibujo, donde Dante los entretuvo con una ecléctica mezcla de
rock, country y música de jazz. La gente inevitablemente se separó en pequeños
grupos, y Josh eligió mantener su promesa al senador al buscar a Saloman y
contarle una historia acerca de cómo Dante había salvado sus intereses de
negocios.

Elizabeth se había encogido de temor por él, pero no podía detenerlo sin ser
maleducada. Saloman escuchaba con aparente interés, aun remarcando que
—jugador— era el senador. Inspirado, Josh le contó una historia divertida que

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

sirvió para mostrar justo cuán poderoso era el senador, porque incluía a todo tipo
de gente importante, incluyendo un anterior presidente de Estados Unidos.

Aliviada cuando Dante se les unió, Elizabeth siguió felizmente la conversación a


un terreno más neutral e ignoró la mirada velada de Saloman cuando la sintió
ardiendo en su cuello. Ella se alejó con Josh después de eso, mirando a Jerri y a
un par de otros bailando un entusiasta Charleston.

—¡Tuve que aprender esto para mi última película! —se jactó Jerri, mostrando sus
largas y elegantes piernas.

—Ella puede bailar —Josh admitió, y Elizabeth tuvo que coincidir. De hecho,
estaba tan atrapada en ello que para cuando recordó mirar de nuevo, Saloman
ya no estaba en el cuarto.

Sus nervios se apretaron mientras ella esperaba la voz en su mente, la cual la


citaría. En algún lugar, ella se odió por eso, pero supo que tenía que ir, descubrir
lo que estaba pensando, porque Saloman no hablaría con ella de otra manera.
Y los cazadores no tenían pistas acerca de lo que él planeaba hacer después.
Sería otra batalla de ingenios y sexo que ella estaría condenada si le dejaba
ganar. Y si Saloman estaba con ella, entonces no podría estar lastimando a Josh.

Si Saloman estaba con ella, si él había venido por ella...

No lo hizo, idiota. No tenía manera de saber que estarías aquí.

¿En serio? Saloman siempre tenía maneras de saber cosas que él no podía
posiblemente saber.

—Así que, Josh. —Dante se le acercó por detrás y posó una mano paternal sobre
su hombro—. Estamos a punto de ir a la sala de estar más pequeña así podemos
mostrarles a estos muchachos algunas de las piezas que recolecté en el Reino
Unido. ¿Quieres traer tu espada?

—Seguro —Josh accedió—. ¿Quieres venir, Elizabeth?

Antes de que Elizabeth pudiera acceder, su teléfono sonó. Aunque varios


teléfonos habían sonado a lo largo de la noche, el sonido del suyo pareció tan
mundano en un cuarto lleno de estrellas de películas y dignatarios extranjeros –
por no decir de los vampiros de visita – que por un instante no pudo pensar de
dónde venía. Luego, sacándola apresuradamente de su bolso, le dio una sonrisa
de disculpa a Dante.

—Perdón. Los seguiré, si está bien. —Si era Mihaela o uno de los otros cazadores,
ella ciertamente no quería que la conversación fuera oída por ninguno de los
coleccionistas de “objetos paranormales”.

Traducido en Purple Rose 65


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dante le dio una señal de aprobación mientras se iba. Josh palmeó su hombro y
guiñó el ojo. Elizabeth se movió hacia la puerta detrás de ellos, el número en la
pantalla nuevo para ella. Lo aceptó de todos modos.

—¿Hola?

—Elizabeth.

Ella se heló.

—¿Qué...?

—Dije que llamaría.

—No creí que tú querías decir.

—Estoy afuera, en la terraza.

¿Dónde demonios estaba eso? Ella tendría que salir por la puerta del frente y
caminar alrededor de la casa hasta que la encontrara.

—Hay una puerta corrediza —dijo Saloman desde el teléfono, como si hubiera
leído sus pensamientos—, detrás de las cortinas cerradas. Sólo sigue caminando.
Nadie pensará que es extraño si decides tomar la llamada en privado.

Él tenía razón, por supuesto. Murmurando algo, aun sosteniendo el teléfono


contra su oreja aunque él ya había cortado, ella cambió de dirección y se
deslizó detrás de las cortinas de terciopelo rojo. Las puertas corredizas se abrieron
con un crack, y ella se deslizó hacia afuera fácilmente hacia la fría oscuridad,
cerrándola firmemente detrás de ella.

La larga tarde del norte casi se había vuelto noche. La lluvia golpeteaba contra
el toldo que cubría la terraza y sus pocas mesas y sillas de madera. Más allá se
estiraba un jardín bien cuidado, elevándose hacia afuera y arriba por las colinas
negras y neblinosas. A su pesar, la belleza de sus alrededores la distrajo, y casi se
asustó cuando una sombra se desprendió del muro de la casa.

Su respiración se detuvo y ella se movió para encontrarlo. Su corazón martilleaba


en su pecho; su estómago se enroscó en un familiar dolor y deseo al verlo.
Cien preguntas intentaron salir de sus labios, pero tan pronto como él estuvo lo
suficientemente cerca, Saloman simplemente la tomó en sus brazos y la besó.

Los besos de Saloman eran como una droga. Y se había visto privada de ellos por
tanto tiempo que seguramente no hubiera sido humana si no hubiera arrojado
sus brazos alrededor de cuello de él y le hubiera devuelto el beso.

66 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

El teléfono cayó de sus dedos al suelo con un golpe sordo. A Elizabeth no le


importó. La boca de él exploró profundamente, su lengua excitando a la suya
para bailar mientras sus palmas se apretaban contra su espalda, atrayéndola
contra su cuerpo. Su erección presionó contra su abdomen, haciéndola jadear
en su boca con triunfo y deseo. Ella tomó su cabeza entre sus manos, alisando
su suave cabello, reaprendiendo los contornos de su frío, distintivo rostro con la
punta de sus dedos. Ella abrió más la boca bajo la fuerza de su beso, dándole la
bienvenida a la ferocidad de su hambre porque se equiparaba al suyo.

Ella presionó contra él, lamiendo sus afilados, malvados dientes, succionando su
lengua, besándolo como si pudiera absorberlo dentro suyo. Entre sus muslos se
acumuló una tibia, lujuriosa humedad.

—Saloman —murmuró ella contra sus labios, y volvió a besarlo—. Te he extrañado


tanto.

—Así veo. —Él se apoderó de nuevo de su boca, más lentamente ahora, pero
con una sensualidad deliberada que la devastó.

—Oh, Dios —dijo ella, intentando aferrarse a la realidad antes de deslizarse de


vuelta en la niebla sin regreso cuando el sexo, crudo, excitante y dichoso fuera
su única opción—.¿Qué estás haciendo, Saloman?

—Besándote. Acariciándote. —Su mano se deslizó alrededor para cerrarse sobre


su pecho y un gemido bajo se escapó de ella.

—¿Por qué? —jadeó ella—. ¿Viniste por Josh? ¿Por qué tanta gente piensa que
tú eres Adam Simon?

Saloman hizo una pausa, aunque no la dejó ir.

—Vine por muchas razones. Para conocer a Dante y a Josh; para tomar lo que es
mío; para besarte de nuevo. —Poniendo sus palabras en acción, él se volvió más
audaz, deslizando su mano dentro de su vestido para sentir el dolorido, tierno
pico de su pezón. Al mismo tiempo, movió su ingle contra ella, dejándole sentir la
forma y dureza de su erección. Liberando su boca, agregó—: Y ellos creen que
yo soy Adam Simon porque lo soy. Al menos, robé sus papeles para convertirme
en él. El verdadero Adam murió cuando era un bebé alrededor de la época en
que un hombre con mi apariencia puede haber nacido.

Aferrando su corbata de seda como soporte, ella miró su rostro sin comprender.

—¿Por qué?

—Necesitaba ser alguien. La forma de llegar al poder en esta época es la riqueza.


Y yo estoy amasándola. Legalmente.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Tan rápido?

—Me ayudó tener algo guardado. El oro es muy valioso en estos días.

No debería haber dolido. Ella no había esperado otra cosa.

—Así que no te has rendido. Todavía quieres dominar el mundo, no sólo los
vampiros.

—Nunca pretendí otra cosa.

Ella se alejó de él, y aun así se lamentó perversamente cuando él la dejó ir.
Empujando sus dedos a través de su cabello, ella tironeó, y la mayoría cayó
alrededor de su cuello y hombros.

—Maldición —murmuró, tomándolo y enroscándolo con una cinta elástica.


Saloman se inclinó y levantó el teléfono caído, recordándole de otra cuestión—.
¿Desde cuándo tienes un teléfono celular?

—Desde que Dmitriu me dio uno. Tiene razón. Son muy útiles.

Dmitriu, el enigmático vampiro que había causado que ella despertara a Saloman,
el “hijo” de Saloman, uno de los dos vampiros que se sabía que él había creado.

—¿Está aquí también? —preguntó.

—¿Dmitriu? No, está de vuelta en Hungría.

—¿Tienes... apoyo aquí?

—¿Tú? ¿Están los cazadores de vampiros escondidos detrás del cobertizo del
jardín?

—Tú sabes que no. Los olerías a cincuenta pasos.

—Más. —Él le ofreció su teléfono. Ella consideró preguntarle cómo había


conseguido su número, pero al final hubo otros asuntos mucho más importantes,
así que ella simplemente lo tomó y lo dejó caer dentro de su boldo—. Estoy solo
—dijo él.

—No hace diferencia, ¿no es cierto? No puedo advertirle a nadie. No me creerían.


Puedo imaginarme el rostro del senador.

—Nuestro cordial anfitrión —observó Saloman—. Un hombre muy interesante,


pero ciertamente no confiaría en él con más de lo que Josh puede arrojarle con
una mano atada detrás de su espalda.

—Él te quiere de su lado.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Sé que es así. ¿No supongo que tú también?

Elizabeth frunció el ceño.

—¿Qué?

—Que me quieres de tu lado —dijo él pacientemente—. O a tu lado. Sobre ti,


quizás. Dentro tuyo, definitivamente.

—¡Saloman! —Ella tenía que detenerlo antes de que su deseo se apoderara de


ella y se arrojara sobre él. Ella ni siquiera sabía si correr o presionarlo contra el muro
y empalarse con él. El orgullo le prohibió hacer lo primero; y afortunadamente,
los restos de sentido común previnieron lo segundo.

La boca de él se enrosco ante su grito mitad enojado, mitad angustiado.

—Tomaré eso como un no.

Ella lo miró, su lujuria se desvaneciéndose lentamente de nuevo al viejo, doloroso


deseo, apenas entendiendo aunque ella lo había rechazado una vez más. Sus
oscuros, conocedores ojos perforaron los suyos como si pudiera ver su alma
y todos sus conflictos. El bastardo siempre había sabido exactamente lo que
le hacía. Excepto el amor. Él no había adivinado eso hasta que ella se lo dijo,
lanzando y perdiendo así todas sus chances de una sola vez. Le había valido una
noche de alegría y una vida de tristeza.

—Dios, odio la autocompasión —dijo ella amargamente, y vio sus labios curvarse
en una sonrisa, justo cuando las puertas corredizas se movieron con un quejido,
dejando salir una oleada de charla y música desde el cuarto de dibujo, y Nicola
Devon salió a la terraza.

—Querido —dijo ella enseguida, yendo hacia Saloman y tomando su brazo para
estirarse y besarlo brevemente en la boca—. Estamos a punto de jugar un poco
de póquer. ¿Quieres participar?

La atención de Nicola estaba concentrada en él, pero Saloman debió haber visto
lo que ese simple acto le hizo a Elizabeth. Parecía ser el día para esas perillas de
luz de los dibujos animados, por el descubrimiento tardío de cosas que deberían
haber sido obvias desde el principio. Nicola estaba aquí como la compañera
de Saloman, de la misma manera que Elizabeth estaba allí con Josh. Pero esa
familiaridad, ese beso, le dijo todo lo demás. Él ni siquiera lució sorprendido, sólo
lo aceptó como era.

Porque eran amantes.

Se sintió como un cuchillo, moviéndose y moviéndose.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 5
Traducido por andre27xl
Corregido por V!an*

E lla ya había huido de la escena insoportable, y estaba de vuelta dentro


de la casa antes de que se diera cuenta de lo que realmente quería
hacer: correr colina abajo, lejos de todo el mundo. Sonriendo, hizo
algunos comentarios estúpidos a los juerguistas y jugadores de póquer que la
llamaron mientras pasaba a través de la sala, escapó de allí también. Sólo a
medio camino subiendo las escaleras se congeló en un escalón, recordando
que debería proteger a Nicola y no huir lejos como una adolescente traicionada.

Sólo que, ¿cómo diablos iba a hacer eso? Oh, Nicola, realmente deberías dejar
a este tipo, es un vampiro.

Quizás sabía y no le importaba. Mierda, quizás ella era una también. Hubiera
sentido eso... ¿cierto? ¿O estoy demasiado ocupada ahogándome en mis
propias emociones como para ver lo que hay frente a mi nariz? ¿De nuevo?

Más lentamente, Elizabeth continuó subiendo las escaleras. No, Nicola no era
un vampiro, y si Saloman quería beber de ella, no había nada que Elizabeth
pudiera hacer para prevenirlo. Ella dudaba que matara a nadie aquí y arriesgar
la identidad de Adam Simon que se había tomado tanto problema en construir.

Los cazadores tenían que ser advertidos acerca de Simon. Sin nada más, sería más
fácil rastrearlo. Y aún si ella les decía ahora, si cazadores locales llegaban para
eliminarlo… Probablemente fallarían, como ya lo habían hecho los cazadores
húngaros, pero en cualquier caso ella no pensaba que podría soportar el ser la
que lo traicionara.

Unas voces rompieron sus caóticos pensamientos. Con alivio, reconoció a Josh
entre ellas, por detrás de una puerta del primer piso, y recordó la evaluación
de las antigüedades. Ella se había prometido estar allí, ver la espada de Josh.
Aparte de su curiosidad real, era probablemente lo que necesitaba, algo más
en lo que pensar por lo menos durante una hora. Quizás entonces sabría qué
hacer con respecto a Nicola y Saloman y Dante. Y con la espada, si era en
realidad de Saloman.

Cuando golpeó ligeramente, las voces se detuvieron inmediatamente. Metiendo


su cabeza alrededor de la puerta, vio seis cabezas masculinas todas volteadas

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

hacia ella. Aunque Josh sonrió y se levantó para darle la bienvenida, ella pudo
haber jurado que algunas de las otras caras habían expresado fastidio o incluso…
ansiedad.

El Senador Dante, sin embargo, no era uno de esos.

—¡Justo a tiempo! —dijo jovialmente—. Ven y observa mi copa. ¿Qué te parece?

Estaban sentados en una mesa redonda, que probablemente hubiera sido mejor
para póquer que las pequeñas mesas que colocaron abajo en la gran sala, en
el centro de la cual estaba una copa de oro incrustada de piedras brillantes y
joyas.

—Es hermosa —dijo Elizabeth con asombro—. Se ve anglosajona.

—Lo es —dijo Dante con modestia—. La compré de un coleccionista privado.


Aparentemente era utilizada en tiempos medievales como un cáliz de comunión,
y realmente volvía el vino en la sangre de Cristo.

Frente a Dante, las cejas de Josh se levantaron con una gracia despectiva.

Dante lo palmeó en su hombro mientras los otros abrían paso para que Elizabeth
se uniera a los procedimientos.

—Josh aquí no cree una palabra de eso —dijo tolerantemente.

—Bueno, realmente me gustaría saber cómo puede uno diferenciar la sangre de


Cristo de cualquier otra —remarcó Elizabeth.

—Sospecho que esa parte de la historia eran suposiciones —permitió Dante—. En


la santa Comunión, se espera la sangre de Cristo.

Elizabeth observó de cerca la copa.

—¿Pero tú crees el resto de la historia?

—No lo desacredito. —Él sonrió mientras ella le lanzaba una rápida mirada—.
¿Encuentra eso raro?

—Discúlpeme, no es de mi incumbencia —dijo Elizabeth ligeramente. Quizás


estaba sufriendo por las muchas sorpresas de la noche, pero decidió hablarle
directamente a su anfitrión—. Sólo encuentro extraño que un hombre tan
distinguido como usted, famoso, voy añadir, por sus principios cristianos, esté tan
interesado, y tan abiertamente, a supersticiones de magia.

—No es nada extraño —argumentó Dante, aunque no parecía ni remotamente


molesto—. Soy un hombre espiritual. —Alcanzándola, levantó la copa y la colocó

Traducido en Purple Rose 71


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

en una caja de uno de los anticuarios levantados del suelo hacia la mesa—. De
acuerdo Josh, ¡trae la espada!

Josh se encogió de hombros y caminó sin prisa a través de la habitación hasta la


pared, donde estaba un fardo desatado. Lo levantó como si fuera mucho más
pesado de lo que parecía y, mientras todos abrían espacio, dejó caer su carga
en la mesa y empezó a desenvolverla.

La envoltura era un viejo y húmedo abrigo de lana, una envoltura incongruente


con el tesoro que traía. Mientras Josh abría la prenda, cuidadoso de no tocar el
objeto brillante que estaba siendo revelado, Elizabeth jadeó.

La espada era grande, mucho más grande y larga que el estoque moderno que
utilizaba en sus lecciones de esgrima. Su decoración de empuñadura estaba
tallada en oro brillante y plata intercalados, formando un patrón intrincado que
parecía formar la letra S. Un rubí grande y de color rojo sangre embellecía la
parte superior. La hoja estaba limpia, casi se veía como nueva. Ciertamente no
había nada que mostrara que el arma alguna vez hubiera sido usada en un
momento de furia. O si había sucedido, había sido muy bien cuidada y limpiada
después de eso.

Como Elizabeth, todos los ocupantes de la habitación miraron el objeto en


un silencio pasmado. Incluso Dante parecía sobrecogido por ella. Josh, más
acostumbrado a la vista, dio una sonrisa torcida mientras veía a sus acompañantes.

—Sí, también me pone de esa manera todavía —remarcó él—. Y me la encontré


en mi casa.

—¿Puedo? —preguntó Dante con reverencia.

Josh movió una mano dándole permiso, aunque no hizo ningún esfuerzo en tocar
la espada él mismo, ni siquiera para empujarla más cerca del senador.

—Esto —dijo Dante, agarrando la empuñadura con las dos manos y levantándola
con un esfuerzo obvio—, es la pieza más hermosa que he visto jamás.

Sin quitar la mirada de la espada, la mantuvo levantada frente a su rostro,


luego dejó que la espada cayera un poco hasta que la parte plana de la hoja
apenas tocó su frente. Elizabeth podía entender eso, ella generalmente sentía
la necesidad de tocar objetos antiguos, como si de alguna manera pudieran
acercarla más al pasado, pero Dante lo hizo ver casi religioso. Luego le pasó la
espada a Hill, que también se levantó para recibirla.

—Así que, ¿qué piensan? —preguntó Josh—. ¿Qué tan antigua es? ¿Saben de
quién o de dónde vino originalmente? ¿Cuál es su valor? —Lanzó una mirada
rápida a Dante—. Aunque no la estoy vendiendo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Más allá de él, Bill tocó la parte superior de la espada con su frente, justo como
Dante había hecho. Para Elizabeth, se veía raro como una adoración. De hecho,
mientras Hill pasaba la espada al hombre a su lado, le pareció que estaban
haciendo algún ritual bizarro, y una punzada de incomodidad pasó a través de
su columna vertebral.

—Anciana —dijo Bill vagamente—. Imposible de ubicarla cronológicamente con


seguridad. Este trabajo en la empuñadura parece casi Bizantino, y sin embargo ni
siquiera. Diría que incluso es más anciana que eso, y sin embargo la decoración
es tan fina…

—¿Y el valor? —preguntó Dante.

Bill se encogió de hombros.

—Invaluable. —Entonces, presuntamente porque Dante se vio ligeramente


molesto, añadió con más cuidado—, si Josh está de acuerdo con vender, él
podría pedir cualquier precio razonable. Su valor es simplemente lo que sea que
valga para los individuos interesados.

Josh, observando el progreso de la espada alrededor de la mesa, dijo secamente:

—Así que básicamente, ¿no sabe más de ella de lo que yo sé?

—Definitivamente es la que está en el libro, —dijo el hombre que la sostenía


ahora.

—¿Cuál libro? —Elizabeth y Josh preguntaron simultáneamente.

El hombre la tocó reverentemente contra su frente mientras Dante dijo, —Uno


que vimos en una biblioteca privada. Tu turno, Josh. —Su voz fue monótona,
aunque no agradable.

—Paso —dijo Josh rápidamente, empujando su silla hacia atrás.

—¿Quieres sostenerla, Elizabeth? —preguntó Dante.

—Seguro, —Elizabeth se levantó, inclinándose frente a Josh, que hizo un


movimiento rápido como para prevenirla, luego se encogió de hombros con
una sonrisa medio avergonzada.

—Es pesada, —le advirtió el hombre que se la ofreció.

Elizabeth asintió y envolvió ambas manos alrededor de la hermosa empuñadura,


levantándola derecha. Instantáneamente, una emoción se disparó a través de
su brazo, una emoción que realmente no iba a suprimir al realmente tocar algo
tan antiguo e increíblemente hermoso.

Traducido en Purple Rose 73


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Y sin embargo el pinchazo no se desvaneció como debería. En su lugar, galopó a


través de todo su cuerpo como un choque eléctrico. La fuerza de esto la empujó
hacia atrás y se cayó, noqueando su silla. Sus manos alrededor de la empuñadura
parecían quemarse y aun así no podía abrir sus dedos. La cara ansiosa de Josh
nadó en frente de la de ella, flanqueada por las de Dante y Bill. El ruido de sus
preguntas creció momentáneamente con fuerza, como si estuvieran gritándole
al oído.

—Elizabeth, ¿qué es?

—¿Estás herida?

—¿Qué sucede?

—¿Estás enferma?

Y entonces se armonizaron y desvanecieron en un sonido distinto, el grito de


miles de voces, metal chocando, y caballos gritando. Un borrón de movimientos
llenó sus ojos. Había sólo sangre y una mano que ella conocía demasiado bien,
manejando la espada frente a ella. Otra cara nadó frente a ella, oscura y
hermosa y terrorífica en su familiaridad.

Soy Saloman. Dame mi espada.

Elizabeth gritó. La espada parecía soldada a sus dedos, y Josh estaba diciendo
su nombre una y otra vez.

Él sostuvo ambas de sus manos, la ansiedad y la culpa casi rompían su cara


pálida y apuesta. Tras él, Dante sostenía la espada, pero la estaba viendo con
una Mirada brillante y penetrante que iba más allá de lo inquisitivo o de lo
especulativo. En su sorpresa, ella imaginó que él quería consumirla.

Josh estaba abriendo su puño fuertemente cerrado, y con su fuerte jadeo, ella
miró su mano roja y quemada. Con razón dolía como el infierno, pensó ella
vagamente.

—Demasiado lejos, Dante —dijo Josh, y ella nunca lo había escuchado hablar de
esa manera antes, frío, duro, lleno de una furia apenas oprimida—. Demasiado
malditamente lejos. —Colocó su brazo alrededor de su cintura, levantándola
sobre sus pies temblorosos—. Fuera de mi camino —le gritó a alguien, y luego
mientras se abrían pasó a través de la habitación—: abre la puerta.

—Lo siento, Elizabeth —dijo mientras empezaban a subir las escaleras—. Nunca
pensé que él te haría eso, no a ti.

Yo tampoco. Bastardo desagradecido. Yo lo desperté también…

74 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth se sacudió, lanzando una mirada rápida a Josh para asegurarse de


no haber hablado en voz alta. Demasiado tarde, se le ocurrió que estaban
culpando a personas distintas.

—Vamos, forraré tus manos y luego te llevaré al hospital.

Elizabeth se encogió de hombros.

—Tengo que hablar contigo, Josh.

—Aquí —dijo él, abriendo la puerta de su habitación, y sin soltarla hasta que ella
se sentó en la cama—. Traeré algo de agua.

—No, espera. —Ella tomó sus manos y evitó que se levantara—. Josh, tienes
que escucharme. —Cerró sus ojos para apagar su ansiedad por cuenta propia.
He venido a llevarme lo que es mío—. Esa espada, tu espada, le pertenece a
Saloman, el vampiro del que te conté en Edimburgo.

—Oh por Dios, este no es momento para…

—Josh, ¡tú viste lo que me hizo!

—Vi lo que Dante te hizo —dijo él sombríamente—. Me hizo lo mismo la primera


noche que le mostré la maldita espada. Pensé en ese entonces que estaba
solamente borracho e imaginando cosas, porque en la mañana no habían
señales de ninguna marca de quemadura. Pero ahora sé que fue Dante. Quiere
la espada e irá a cualquier extremo para obtenerla, incluso haciéndote esto.

Elizabeth abrió sus ojos para mirarlo.

—¿Piensas que fue un truco de magia? ¿Incluso cuando lo mismo te sucedió a ti?

—Dante estuvo presente en ambas ocasiones —dijo Josh secamente—. ¡Y confía


en mí, quizás he sostenido esa espada demasiadas veces, y sólo cuando Dante
ha estado presente algo como esto ha sucedido!

—Porque él está despierto —susurró Elizabeth.

—¿Quién? —preguntó Josh sin poder hacer nada.

—Saloman, yo lo desperté. Antes de eso, a esa espada no le importaba dónde


estaba. Ahora él está despierto y la quiere de vuelta… —Ella se concentró en
él—. Cuando te quemó, ¿Cuándo sucedió?

Josh pasó sus dedos a través de sus cabellos. —El año pasado. Octubre, quizás.

—Y antes de eso, ¿cuándo fue la última vez que la tocaste?

Traducido en Purple Rose 75


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Dios, no lo sé, años antes, posiblemente.

Elizabeth asintió.

—¿Y entre el octubre anterior y ahora, cuán usualmente la has tocado?

La mirada de Josh cayó a lo lejos. —En realidad, ¿tocarla con mis manos
desnudas? —Cuando Elizabeth asintió de nuevo, él suspiró—. Nunca. Para ser
honesto, mi experiencia con Dante me dejó con un disgusto a tocarla. La cargo,
la envuelvo, y la desenvuelvo con el abrigo sin nunca tocar mis manos con ella
directamente.

—Allí lo tienes, entonces —dijo Elizabeth categóricamente—. ¿No te preguntas


cómo todas esas personas pueden tocarla, pero ni tú ni yo podemos hacerlo?

—¡Porque Dante la quiere! —Exclamó Josh—. Intentó decirme en Nueva Cork


que es alguna clase de advertencia, que no es correcto para la espada estar
conmigo. ¡Como si “quisiera” estar con él!

—O con cualquiera de esos hombres. No es así de ninguna manera. La espada


nos atacó porque somos descendientes de Tsigana. Su sangre, la sangre de los
asesinos de Saloman, corre por nuestras venas. La espada reconoció eso. Somos
sus enemigos.

—Elizabeth, por favor no digas tantas bobadas, no esta noche. Sólo déjame
cuidarte las manos.

Mientras hablaba, les dio la vuelta con las suyas y abrió las palmas. Un par de sus
dedos todavía estaban rojos y no había ninguna marca de la herida en su mano
derecha. Pero no había ningún rastro ahora de la quemadura que había visto
formarse tras el incidente.

Josh dijo:

—No se ve tan mal como pensaba.

—Sano rápido. Tú también. Debes haber notado eso.

—He tenido la suficiente suerte como para nunca herirme demasiado mal.

—Deja de luchar contra ello, Josh. No cambia lo que eres. Sé agradecido de


que el crimen de Tsigana te trajo algún bien. Incluso si lo peor no pesa más que
ese algo.

—¿Y qué es lo peor? —inquirió Josh, con el aire de apenas estar bromeando con
ella.

76 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Que Saloman beberá tu sangre y te asesinará. Como dije antes, tu sangre es


particularmente invaluable para él. Y Josh…

Se había levantado sobre sus pies con más de un signo de impaciencia, pero
con su súplica, al menos la miró de vuelta. Ella lo miró de vuelta sin poder hacer
nada. Cuando venía de su parte, ella no podía delatar a Saloman, incluso ante
un hombre que no creía en él.

—Dante —dijo ella en voz alta, encogiéndose de hombros—. ¿Sabe Dante lo


que es? ¿Por qué quiere tanto la espada?

Él se encogió de hombros.

—Es un coleccionista obsesivo. Y en caso de que no lo notaras, aunque es un


buen tipo la mayoría de las veces, no le gusta perder. Los hombres no se vuelven
tan poderosos como él perdiendo.

—¿Sabe acerca de Saloman?

Josh frunció el ceño, como intentando recordar. —Le conté acerca de cómo la
llamó mi padre, la espada de Solomon, y se emocionó bastante.

—Solomon, Saloman. Es el mismo nombre, en realidad. Sospecho que se corrompió


a través de las muchas generaciones en que la espada ha estado en tu familia.
Pero en serio, no sabe con lo que está lidiando por aquí. —Ella necesitaba hablar
con Mihaela. Y con Saloman mismo.

Su estómago se revolvió mientras recordaba su último encuentro. Pero ella no


podía ir allí. Esto era más que una herida en el orgullo.

Ella dijo abruptamente:

—No creo que debas tener la espada en ningún lugar cercano a ti.

Sus labios se curvaron.

—No me vas a decir que se la dé a Dante, ¿cierto?

—No, no creo que deba tenerla tampoco, pero al menos él no es un descendiente.


—Hasta dónde tengo entendido—. ¿No podrías mantenerla en la bóveda de un
banco o algo así? O quizás yo deba cuidarla, sólo hasta que descubra lo que
tenemos que hacer con ella.

Josh suspiró, mirándola fijamente. Luego de un momento, regresó y se sentó en


la cama al lado de ella.

Traducido en Purple Rose 77


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Elizabeth, me gustas, loca y confundida como eres, pero será mejor que
entiendas esto de una vez. No está de tu parte el decidir qué hacer con la
espada. Es mía.

—No, no lo es. Sólo piensas que lo es. Ella dijo abruptamente —lo viste también,
¿cierto? A Saloman. Cuando tocaste la espada. ¿No dijo su nombre? ¿No te
recordó a nadie? ¿Cómo Adam Simon?

—Me recordó que no debería beber tanto.

Ella lo miró.

—¿Alguna vez alguien te ha dicho que sólo estás obtuso?

Él sonrió.

—No puedo decir que lo han hecho. ¿Es bueno eso?

—En estas circunstancias, no. Significa que eres una clase de persona
particularmente terca. Desearía que confiaras en mí en esto.

—Confía en mí, es Dante —contó—. Y lo primero que haremos en la mañana


será irnos. Quise decir lo que dije; realmente ha ido demasiado lejos, y estaré
maldito si tengo algo más que hacer con él.

—No fue Dante —dijo ella, de forma automática, pero él se levantó y no pareció
escucharla.

—¿Tienes algo de crema para manos contra las quemaduras?

—Estarán bien en la mañana. Colocaré un pañito mojado en ellas durante la


noche. Durmamos el resto.

—Buenas noches, Elizabeth. —En la puerta, se detuvo de nuevo y la miró de


vuelta sobre su hombro, casi a modo de disculpa—. Tú y Adam Simon, ¿están…?

—No siquiera somos amigos —interrumpió ella—. Buenas noches, Josh.

—¿Dónde está la espada? —preguntó Josh. Descubriendo la pequeña sala


vacía y su espada desaparecida, finalmente se encontró con Dante, entrando
en la sala de la planta baja.

Dante se detuvo, su mano estaba sobre la manija de la puerta.

—La coloqué en la caja fuerte con mis propias cosas. ¿Cómo está Elizabeth?

—Tan sorprendida y herida como podrás imaginar.

78 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Una llamada y puedo obtener a una enfermera o incluso a un doctor para


que la cuiden.

—Sí lo sé, probablemente podrías. —Reluctante, añadió—: No parece estar tan


mal cuando lo piensas mejor. Pero eso no altera el hecho de que te pasaste
demasiado de la raya.

—No te molestes Josh. Quizás fui descuidado, considerando lo que ya te hizo a


ti, pero parece que no tenía todos los hechos. ¿Quién es esa chica? ¿Realmente
es tu prima?

—Algo así. ¡No cambies el tema!

—Oh, no lo estoy, créeme. Estoy tan ansioso como tú en llegar al fondo de esto.
¿Ella quiere la espada?

—No, ¡ella no quiere la maldita espada! —Frustrado, Josh pasó su mano por su
cabello y miró al senador, cuyo rostro sólo demostraba preocupación y ansiedad
que Josh pudo haber jurado eran genuinos.

—Bien —dijo Dante, asintiendo—. Porque no creo que ninguno de ustedes deba
tenerla.

—¿Por qué diablos no? —preguntó Josh.

—Porque los hiere —dijo Dante secamente—. ¿O has olvidado eso?

—¡No, no lo he olvidado, o el hecho de que has estado allí en ambas ocasiones!

Dante se encogió de hombros.

—Suerte. Y Elizabeth, ¿qué dijo que sucedió?

Josh ondeó una mano impaciente.

—Alguna tontería acerca de nuestro descendiente matando al dueño original


de la espada y la espada reconociéndonos. ¿Has estado hablando con ella?
Mierda, no me has montando una broma, ¿cierto?

Josh se congeló con su mano a medio camino de su cabello de Nuevo, mirando


a Dante mientras la sospecha se levantaba y se esparcía.

—Claro que no. No estaba consciente de su existencia. Pero ella me intriga.


Parecía ser una escéptica antes, y sin embargo ahora le está atribuyendo
poderes mágicos a la espada. ¿A quién dijo que le pertenecía?

—Saloman —dijo Josh reluctante, dejando que su brazo cayera a un lado.

Traducido en Purple Rose 79


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Los ojos de Dante chispearon.

—Eso está cerca de lo que tu padre te dijo. ¿Y cómo conoce ella acerca de
Saloman?

Josh se encogió de hombros.

—Investigación. Es su especialidad. Ella cree que realmente es un vampiro. —Tan


pronto como pronunció las palabras, deseó no haberlo hecho. Se sentía como
traicionar las pequeñas excentricidades de Elizabeth. Dante, incluso ahora que
Josh estaba tan molesto con él, sólo tenía el hábito de calmarte y hacerte hablar.
O hacerte creer que no había hecho nada malo. Y sin embargo en este caso, si
Dante no lo había hecho, ¿entonces quién?

—¿Y por qué… —preguntó Dante suavemente—… pensaría eso ella?

—Oh, esta ridícula fantasía acerca de que lo despertó. Seguro conoció a otro
mentiroso como tú.

—Josh, Josh, el mundo no está lleno de mentirosos. —El senador palmeó su brazo,
y sin embargo Josh podía notar que su mente estaba en otra parte, en algo que
lo emocionaba mucho más que esta conversación. Irritado, Josh se alejó de él.

—No importa —dijo monótonamente—. Nos iremos mañana temprano y


necesitaré la espada.

Dante suspiró y le dio la vuelta a la manilla.

—Si insistes. Siempre me despierto temprano. ¿Por qué no vienes y juegas algo de
póquer? Adam nos está llevando a todos a la bancarrota.

Saloman, Saloman, ¡háblame!

No era bueno. Aunque la casa estaba silenciosa y no tenía ninguna dificultad


en llenar su mente con el anciano vampiro, él estaba bloqueando sus esfuerzos
para alcanzarlo telepáticamente. Bueno, ella no tenía tiempo para sus juegos.

Saliendo de la cama, todavía completamente vestida con su traje elegante


de noche con su suéter favorito enrollado alrededor de la parte superior, era
una casa vieja y muy fría, dejó su habitación con una determinación lúgubre
para localizarlo. Parte de él sabía que ella estaba esperando su momento, a
menos que él dejara “emitir” su presencia, ella no tenía ninguna esperanza en el
infierno de encontrarlo, especialmente si estaba fuera, cazando. Sin embargo,
eliminando las habitaciones que ella sabía estaban ocupadas por otras personas,
porque le habían dicho en una conversación sin importancia esa noche o porque

80 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

ella había visto entrando o saliendo de ellas, ella se las arregló para restringir la
habitación de Saloman en una de cuatro.

Un par de pálidas lámparas nocturnas brillaban desde el techo. Al final del pasillo,
una ventana alta con cortinas abiertas dejaba entrar lo que la débil luz de las
estrellas podía parpadear entre las nubes. Elizabeth caminó rápidamente el
largo del pasillo y lo hizo de nuevo, deseando tener la habilidad de los vampiros
de “sentir” su presencia. Trató de construir a partir de la advertencia de peligro
que ella había sentido justo antes de que el vampiro la atacara en St. Andrews
el pasado otoño, dejando que su mente buscara una presencia similar. Pero este
era Saloman…

Al final, ella eligió el método pasado de moda y simplemente colocó su oreja


contra cada puerta posible. Ella eliminó otra habitación inmediatamente, ya
que podía escuchar unos ronquidos escandalosos, y ella no podía imaginarse
a Saloman haciendo un sonido tan poco civilizado, suponiendo que alguna vez
durmiera.

En el segundo piso, ella no escuchó nada. En el tercero, dos mujeres hablando,


entre el choque de vasos y la rara risita. Pensó que una de ella podía ser Jerri
Cusack. Y en el cuarto, el cual ella ya había adivinado era el más grande, en la
habitación de la esquina, escuchó a Nicola Devon diciendo:

—¿Cómo es eso? —con una voz baja y burlona.

Elizabeth se devolvió al instante, apretando el suéter contra su corazón, dónde


sentía como si alguien estuviese moviendo removiendo un cuchillo. No era la
habitación de Nicola; ella ya sabía que la de ella estaba en el siguiente piso. Pero
Dante estaba “cortejando” a Adam Simon; le había dado una de las habitaciones
más grandes. ¿Podría Saloman ir directo de besarla a tener sexo con Nicola?

No importaba. Ella estaría más preocupada acerca de él mordiendo a Nicola,


acerca de qué demonios estaba sucediendo con esa espada que la había
empujado a través de la habitación de sentarse de Dante. Y sin embargo ella
era física y socialmente incapaz de inclinarse para abrir la puerta.

Ella cerró sus ojos. Saloman, necesito hablar contigo, Sal.

Las palabras le rebotaron de vuelta. Ella se echó hacia atrás, esperando, pero
todo lo que escuchó fue un chillido real femenino y un crujido de la cama.
Derrotada, Elizabeth se dio la vuelta y caminó de vuelta a su habitación.

Se sintió como si estuviera traicionando a todos. ¿Y si estaba equivocada con


respecto a Saloman comportándose de una forma discreta y prudente? ¿Y si él
decidía que no le importaba y continuaba con lo de la alimentación delirante?

Traducido en Purple Rose 81


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

La imagen de un tiburón con el rostro de Saloman nadó a su mente, trayéndole


una sonrisa amarga e infeliz a su rostro. Por ahora, llamaría a Mihaela a Budapest,
para saber qué se sabía de la espada de Saloman. Al menos entonces ella podría
ganar una visión interna de sus planes y trabajar en qué demonios podría hacer
para combatirlos.

Le dio la vuelta a la manilla de la puerta de su habitación y entró. Inmediatamente,


su corazón saltó con miedo. En las sombras tras la lámpara que estaba al lado
de su cama, la cual era la única luz en la habitación, estaba parada la figura
oscurecida de un hombre alto.

Saloman

82 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 6
Traducido por Vannia
Corregido por Akanet

S aloman sabía que ella estaba allí, al otro lado de la puerta de su habitación.
A pesar de todo, incluyendo el hecho de que la semidesnuda Nicola
estaba haciendo su mejor esfuerzo para seducirlo mientras él yacía en la
cama, él quería que Elizabeth entrara. Incluso quitó el seguro de la puerta con su
mente, sin preocuparse de las consecuencias de que ella lo descubriera como
estaba. Una parte de él quería que viera, para que sufriera. Una parte de él sólo
la quería con él.
La mano de Nicola se deslizó bajo su bata de seda bajando por su cuerpo. En
el pasillo, Elizabeth esperaba, titubeando. Saloman envolvió a Nicola y ella chilló
de placer cuando la puso debajo de él. Sintió a Elizabeth llamando, pero no
contestó, no la dejó entrar. En vez de eso, llegó a ella en secreto, y sintió una ola
de desolación y ansiedad tan fuerte que se sorprendió.
Se levantó de la cama, como si él siempre hubiera pretendido simplemente
pasar sobre Nicola hacia el otro lado. Tal vez sí.
—Regresa a tu habitación —le aconsejó—. Estás cansada.
Abrió y cerró la puerta del dormitorio tan rápidamente que debió haber sido una
mancha borrosa para Nicola, si es que ella podía ver a través de su indignación. A
Saloman no le importó mucho. En el otro extremo del pasillo, Elizabeth caminaba
los últimos pasos hacia su habitación, sus hombros estaban caídos por la derrota.
Saloman corrió tras ella y, cuando ella abrió la puerta, se deslizó más allá de ella
hasta estar junto la ventana a la sombra de la lámpara. Un truco de niños, pero
no perjudicó para recordarle su poder a ella. Y le dio la gran oportunidad de
observar el juego de expresiones que atravesaban su rostro; impresión y miedo,
alivio, y luego otra vez miedo, ahora todo mezclado con las emociones a las
que ella se rehusó a ceder antes. Saloman quería hacer que ella las reconociera;
quería arrojarla sobre la cama y perderse en su calidez y su suavidad.
—Nunca aceches afuera de la puerta de un vampiro —dijo él suavemente—.
Eso se toma como una invitación.
Ella tragó saliva. —Bueno —dijo, cerrando la puerta tras de sí y recargándose en
ella—. Necesito hablar contigo. Aquí hay una espada. Ha estado en la familia de
Josh por generaciones y creo que es tuya.

Traducido en Purple Rose 83


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Saloman esperó.
—¿Es así? —espetó ella, con un toque de impaciencia.
—Por supuesto.
—¿Y por eso es que estás aquí? ¿Para tomar la espada?
—Te dije que había muchas razones. Incluso te recité algunas de ellas.
—Olvidaste mencionar a Nicola.
Él admiró el tono secó en que lo dijo, mezclado incluso con un toque de humor.
Si no fuese por el dolor en sus hermosos ojos, incluso podría haberle creído.
Caminó hacia ella, empapándose de la alarma en su rostro, y la rigidez de
sus hombros mientras ella se preparaba para resistirse a él. Pero él no la tocó,
únicamente se detuvo a un palmo de ella.
—¿Qué pasa? ¿Crees que porque me enviaste lejos debo permanecer célibe
por el resto de mi larga vida? ¿O al menos durante lo que dure la tuya?
Ella lo miró fijamente un instante más, antes de que sus ojos se cerraran,
escondiendo el dolor. —No tengo derecho de esperar o pedirte cualquier cosa.
Pero necesito saber sobre la espada.
—Es mía. Eso es todo lo que necesitas saber.
—¿Qué tan peligrosa es?
—Ya sabes.
Sus párpados se abrieron de golpe otra vez, revelando la indignación en sus
ojos. Lentamente, él se estiró y tomó sus manos. Saltaron en las suyas, como si se
hubiese liberado; luego ella todavía estaba allí, dejando que él girara sus palmas
hacia arriba y viera la piel roja y en carne viva. La sangre de Tsigana fluyendo en
sus venas la sanó rápidamente, y aun así todavía debía dolerle.
Él le levantó su mano derecha hasta sus labios y besó su palma, pasando su
lengua delicadamente a través de la lesionada piel. Era bueno saborearla otra
vez, aspirar el aroma de flores de limón y vainilla y algo intangible que era peculiar
de Elizabeth. Ella jadeó, jalando su mano para alejarse de él una vez más, pero
él la sostuvo firmemente y llevó el primer dedo lesionado dentro de su boca,
moviendo su lengua alrededor de la yema de su dedo quemado.
—¡No necesito tu ayuda! —rugió ella.
El dejó su dedo y se giró hacia el siguiente. —Sí, la necesitas. Estás enojada de
que no te la haya ofrecido antes. Por lo que pensé que habías venido a mi
habitación para pedirla.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Entonces es una suerte que no lo hiciera, ¡ya que estabas ocupado en otra
cosa! —Ella mordió su labio, obviamente enojada consigo misma.
Saloman sonrío alrededor de su tercer dedo, luego lamió el cuarto. Podía
escuchar el corazón de ella latiendo fuertemente, complacido al ver el rápido
levantamiento y caída de sus pechos bajo el suéter que debería haberse visto
ridículo con su vestido de noche pero aun así no lo hacía. Podía oler su dulce y
embriagadora sangre, queriendo extraerla en su propia boca. Se conformó con
lamer su piel.
Sin soltar su mano derecha, levantó la izquierda para ocupar su lugar. Las
quemaduras eran menos graves; únicamente las yemas de sus dedos parecían
dañadas y una pequeña parte de la base de su muñeca.
—Nicola —dijo ella, jadeando, como si tratara de concentrarse en otra cosa
que no fuera su boca. Él giró su lengua alrededor de su dedo medio, lamiendo
mucho más de lo que estaba lesionado, y lo succionó con su boca antes de
soltarlo.
—¿Qué hay con ella? —preguntó él sin interés.
—Ella está obsesionada contigo. Lo vi en su rostro. Déjala ir; no la lastimes.
Saloman sonrío y cerró sus puños. —No te preocupes por Nicola. Dante la contrató
para espiarme.
Le encantó la forma en que los labios de ella se separaron por el shock. Quería
besarlos, tirar de ella tan cerca de él que pudiera sentir aquellos hermosos
pechos presionando contra el suyo. Quería ponerla en la cama y desvestirla con
exquisito cuidado antes de seducirla, follarla y morderla hasta que se vuelva
dócil y dispuesta hasta la locura.
Así que cuando él sintió la corriente de la espada, no se movió.
La espada había estado en la habitación de abajo cuando Elizabeth la había
tocado. Un poco después, había sido movida, pero no muy lejos. Ahora Saloman
podía sentir la distancia entre él y la espada aumentando.
—¿Dante? ¿Por qué querría espiarte? —exigió Elizabeth.
—Para averiguar mi siguiente movimiento. El siguiente movimiento de Adam.
—Y Nicola… ¿Por qué no la envías lejos?
—Porque podría tener hambre.
—¡Para! —Ella arrastró sus manos para liberarse y trató de empujarlo, pero él no
la dejaría, simplemente se quedó inmóvil en su intento hasta que ella se dio por
vencida—. Algo hay acerca de Dante. Sabe demasiado, cree demasiadas de
estas cosas, y sus amigos están como en una especie de culto. ¿Sabe él sobre ti?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Aún no —consideró Saloman—. Pero estás en lo cierto. Dante es una persona


muy interesante. Tiene un increíble poder, en el sentido humano de la palabra.
Todo el poder del dinero y del éxito, de las conexiones políticas y sociales. Algunas
personas dicen que él es el hombre más poderoso en el mundo porque tiene
influencia sobre el Presidente de los Estados Unidos. Lo que sea que resulte que
está en la oficina.
—¿Entonces que está haciendo él aquí? ¿Qué es lo que quiere? Además de tu
espada.
—Eso es lo que me gustaría saber. —Los sensitivos oídos de Saloman escucharon
un carro arrancando a la distancia y luego la espada comenzó a desaparecer
rápido de sus sentidos. Instintivamente, pasó junto a Elizabeth hacia la puerta y
puso sus dedos en la manija. La espada estaba siendo robada, lo que le sentaba
muy bien. Podía atrapar al que sea que estaba en la carretera y recuperarla y
nadie siquiera lo relacionaría con Adam Simon.
—Saloman. —La rápida y desesperada palabra salió de ella, forzándolo a darse
la vuelta. Se veía tan hermosa y desorientada que su corazón pareció romperse
de nuevo—. Pensé que sería diferente —susurró—. Solía soñar con encontrarme
contigo, algún encuentro casual que nos daría a cada uno de nosotros un
momento de felicidad. Nunca pensé…
Ella se detuvo en seco y se apartó de él. La espada estaba desapareciendo en
la noche neblinosa. Apenas podía mantener la conexión.
Él dijo: —¿Tú nunca pensaste qué? —Cerró la distancia entre ellos, girándola
para que estuviera de nuevo frente a él—. ¿Qué las cosas entre nosotros no
serían exactamente como lo fueron cuando nos separamos? ¿Qué la vida no
habría cambiado?
Ella cerró sus ojos, como si así pudiera ocultar la lagrima que se deslizó por la
comisura del ojo. Saloman tomó su rostro entre sus manos, limpiando la lagrima
con su pulgar. —Tienes que vivir con las decisiones que tomaste. El dolor no las
invalida.
—Lo sé. Estaba preparada para el dolor, pero no… —Celos. La palabra flotaba
entre ellos, sin decirla—. Indiferencia —finalizó ella.
Saloman escuchó el propio latido de su corazón. Era mucho más lento que el
de ella, y sin embargo por unos momentos, parecían latir en perfecta sincronía.
Porque él no pudo evitarlo, rozó sus labios a través de su suave frente, inhaló el
perfume de su piel y su cabello. Sabía que podía tomarla ahora, enterrarse en
su suave y apasionado cuerpo hasta el amanecer, concediendo liberación y
alegría a ambos. Ansiaba eso, deseaba eso con una intensidad que lo condujo
más cerca, presionándose en los suaves contornos del cuerpo de ella.
—Nunca hubo indiferencia —dijo en voz baja. Sus ojos se abrieron, mirando
profundamente a los suyos con una anhelante y ciega, poderosa lujuria. Oh,

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sí, él podía tomarla, empujarse dentro de ella ahora antes de que sus cuerpos
siquiera llegaran a la cama y ella se envolvería alrededor de él y lo acercaría
con entusiasmo.
Pero no cambiaría nada.
La mirada de ella se posó en sus labios. Él sonrió, porque no podía confiar en sí
mismo para besarla y aun así dejarla ir. Pero no por primera vez, ella lo sorprendió.
Se puso de puntitas y lo besó, justo como ella había hecho en el momento
después de intentar matarlo, en el instante antes de que ella confesara que lo
amaba.
Pero ese había sido un beso por la desesperación, una manifestación espontánea
de emoción. Este era uno por el calor, por descarada seducción. Sus labios
rozaron los suyos, los sujetaron con fiereza. Su lengua se deslizó dentro de su
boca, como si tratara de absorber todo de él. Succionó su lengua hasta que él
la detuvo y tomó el control, doblándola hacia atrás con la fuerza de su lujuria,
saqueó su boca mientras sus manos poseían su cuerpo, recorriendo sus pechos,
caderas y muslos.
Su bata se vino abajo con ella retorciéndose y gimiendo dentro de su boca
mientras sus manos se encontraron con su cuerpo desnudo. Ella era suya, como
siempre había sido suya.
Y follarla no la haría feliz. No por más tiempo de lo que durara follarla.
Se enderezó, atrayéndola con él, todavía besándola, pero más despacio ahora,
hasta que pudo separar sus bocas y darle aire.
Suavemente, él puso su frente contra la de ella. —Incluso las decisiones válidas
se pueden cambiar.
Ella lo miró fijamente a los ojos, esperanza y tentación persiguiéndose entre sí a
través de su rostro. Poco a poco el anhelo dio paso a la determinación que él
había visto demasiado a menudo antes.
Ella tragó saliva y se alejó de sus brazos. —Sólo por razones válidas.
Saloman inclinó su cabeza. Cual sea la conclusión a la que ella llegó, por lo
menos pensaría otra vez en su despedida.
Y su espada, maldito infierno, se había ido mucho más allá de su rango de
alcance. —Me vas a disculpar —murmuró, caminando a través de la habitación
hacia la ventana y retirando las cortinas—, si uso la salida alternativa.
—¿Por qué? ¿A dónde vas? —preguntó ella, desconcertada.
—Estoy de caza —dijo él, abriendo el marco de la ventana y saltando sobre el
alfeizar.

Traducido en Purple Rose 87


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Saloman —comenzó ella en tono de advertencia, luego pareció quedarse sin


palabras. Saloman se lanzó por la ventana hacia el aire frío de la noche. Antes
de que sus pies tocaran el suelo, estaba corriendo en la dirección en la que
había sentido la espada por última vez.

***

—¿Ni siquiera puedo darte el desayudo antes de que te vayas? —alegó Dante.
—No, gracias —respondió Josh, todavía con esa severidad que había usado
anoche después del incidente de la espada—. Sólo la espada. Necesitamos
seguir adelante.
Josh la había despertado tan temprano que se sentía como si nunca hubiera
estado dormida. Había permanecido despierta por horas, escuchando por los
sonidos de la noche que podrían indicar que Saloman había regresado a casa.
Sabía que debía estar ansiosa sobre lo que sea o quien sea que él estaba cazando
por ahí, pero en realidad simplemente se sentía complacida de que él no iba
tras nadie que ella conociera. Como Josh. O Nicola. Y egoísta y secretamente,
ella quería dormir bajo el mismo techo que Saloman, revolcándose en la
embriagadora mezcla de entusiasmo y seguridad perversa que su presencia
siempre traía.
Y ahora, mientras Dante lideraba el camino escaleras arriba hacia el estudio
donde él dijo que estaría la caja fuerte, ella tomó consciencia de incluso las
emociones más conflictivas. Estaba alegre y triste de estar saliendo de aquí
temprano, antes de que se encontrara con Saloman otra vez, o peor, a Saloman
con Nicola, a quien él había acusado de espiar para Dante.
Justo al lado de la puerta del estudio, Dante se detuvo en seco. Josh en realidad
se tropezó antes de disculparse con una pizca de irritación.
—Eso es extraño —dijo Dante, caminando a través de la habitación—. La puerta
está abierta.
Siguiéndolos adentro, Elizabeth vio que la puerta de la gran caja fuerte estaba
abierta del todo.
Dante casi se cayó sobre sus rodillas, rebuscando en su interior. —Dios mío —dijo
él con tono de incredulidad—. ¡Se ha ido! Ha sido robada…
—¿Qué se ha ido? —demandó Josh duramente—. ¿Dónde está mi espada?
—Desaparecida. —Dante se sentó sobre sus talones—. Se ha ido, Josh. Junto con
mi copa.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¡Imposible! —exclamó Josh—. ¿Quién pudo haberlas robado? ¡Esto no es la


Ciudad de Nueva York! ¡Ni siquiera hay un pueblo aquí! ¿Quién demonios la
robaría?
—¿Qué demonio, de hecho?
En silencio, Elizabeth salió de la habitación y se apresuró a lo largo del pasillo
hacia las escaleras. Su corazón palpitaba como el de un conejo mientras corría
arriba por el pasillo a la habitación de Saloman. Esta vez, sin importarle que Nicola
estuviera allí, entró sin tocar.
—Entra —dijo la profunda voz de Saloman con algo de diversión.
Aunque las cortinas todavía dejaban afuera el brillo de la luz de la mañana,
había luz más que suficiente para que apreciara la vista de él acostado boca
arriba en la cama como algún gran y depredador gato, observándola con una
mano metida detrás de la cabeza. Al menos llevaba puesto más que la bata
de seda negra de la noche anterior. De hecho, a excepción de los calcetines,
parecía estar completamente vestido en pantalones negros y una camisa de
manga larga.
Elizabeth, ignorando el vuelco de lujuria en su estómago, cerró la puerta tras de
ella. —Tú la tomaste, ¿no es así? —dijo sin preámbulos.
—¿Tomar qué?
—¡La espada de Josh!
—Quieres decir mi espada. —Cruzó las piernas, reconociendo la irritación de ella
sólo por una leve contracción nerviosa de sus labios—. En realidad, no lo hice.
Alguien se fue con ella mientras estaba hablando contigo. Para el momento en
que yo, eh, lo perseguí, era demasiado tarde. No pude seguirlo.
No había forma de estar segura de que él estaba diciendo la verdad. Excepto
que generalmente despreciaba mentir.
Lentamente, ella se sentó en la cama junto a él. —¿De verdad?
—De verdad. —Sus negros y opacos ojos miraron los de ella. Sólo el verlo hizo
que su corazón diera un vuelco. En la penumbra parecía incluso más hermoso,
su espectacular cabello negro caía alrededor de su casi esculpida cara con
anchos huesos y sus cavidades sombreadas. Sin siquiera levantar su cabeza de
la almohada, él logró verse más sexy que cualquier otro hombre que hubiera
visto, en o fuera de la pantalla.
Tratando de concentrarse, ella dijo: —¿Entonces quién la tomo? ¿Dónde está?
—No tengo idea —confesó él.
Ella frunció el ceño. —¿No estás enojado?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Creo que tu Josh está lo suficientemente enojado por todos nosotros.


—Creo que él sospecha del propio Dante.
—Casi es seguro que esté en lo cierto. —Saloman se sentó con uno de sus
repentinos y elegantes movimientos y bajó las piernas de la cama. Elizabeth
se puso de pie de un brinco para evitar estar demasiado cerca de él. Quería
demasiado agarrarlo, estaba asustada de estar tan cerca de él.
—Tengo que irme —murmuró ella, casi corriendo hacia la puerta, donde se
detuvo y se giró—. ¿Saloman? Tú no vas a herir a Josh, ¿verdad?
Él curvó los labios. —¿Qué en el mundo te hace pensar eso?

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Capítulo 7
Traducido por kuami
Corregido por Selene

E n un pedazo yermo de tierra pérdida en Queens, el histórico vampiro


Severin se enfrentó a su rival en la oscuridad, y se echó a reír.
―Realmente no tienes ni idea, ¿verdad? ―dijo, recorriendo con su mirada
de Travis a los guardaespaldas y seguidores alineados detrás de él―. He hablado
con él, y confía en mí, y nuestras diferencias ya no importan. Saloman tiene más
poder en su dedo meñique del que tú y yo jamás podríamos reunir entre los dos
juntos.
Travis, que parecía ligeramente irritado por la risa de Severin, empujó hacia atrás
su sombrero de fieltro en la cabeza y sonrió. ―Así, que, ¿por eso has venido a mí
por protección?
Los seguidores de Travis gritaron. Los vampiros de Severin gruñeron en respuesta,
y Severin se dio cuenta del riesgo que había corrido al venir aquí a Nueva York de
nuevo. Probablemente este riesgo tan obvio era lo que había llevado a Travis a
reunirse con él tan rápidamente. Jacob, el vampiro del no alineado que llevó su
mensaje de cortesía a Travis en un primer momento, ahora, literalmente, estaba
sentado en el muro a cierta distancia, mientras se limpiaba sus dientes mientras
cambiaban de posturas y aumentaba la agresión. Como si estuviera esperando
para ver la inevitable pelea.
Bien, no era inevitable, y la apuesta demasiado alta para que él fuera arrastrado
a una batalla sin sentido que podría estropearlo todo.
Severin se esforzó para tranquilizarse. ―No podrías protegerte ni a ti mismo ―
insistió―. No de él. Yo vine de Los Ángeles para sugerir que nosotros dejáramos
nuestras diferencias a un lado y le diéramos la bienvenida a América.
Travis le miró fijamente. ―¿Darle la bienvenida? ¿Cómo a algún mesías sangriento?
―Sí ―dijo Severin con impaciencia―. Él tiene la visión, Travis, y ha estado
haciendo cambios en toda Europa y Asia. Las cosas podrían ser mucho mejor
para nosotros…
—El problema es ―le interrumpió Travis―, que simplemente me gustan las cosas
como están. Quieres entregar tu operativo a mí, eso es bueno. Pero yo no voy a
dar nada a ese Saloman.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Maggie se acercó por detrás de Severin, exclamando: ―¡Él es un antiguo! ¿Cómo


te propones detenerle exactamente?
―Ya se me ocurrirá algo cuando llegue aquí ―dijo Travis arrastrando las palabras.
Él realmente era un verdadero estúpido. Severin se pasó la mano por su frente,
justo cuando Travis con una mirada más entusiasmada en sus ojos, añadió:―¿A
menos que hayas venido para proponer una alianza contra él, realmente?
―Contra él, no ―dijo Severin sin alterar la voz.
―¿Demasiado asustado, eh?
Los vampiros detrás de ellos empezaron a murmurar agresivamente. De nuevo,
Severin calmó el estruendo ondeando con su mano, impacientemente.
―¿De Saloman? Quizás tú deberías tener miedo, Travis. No tenía por qué venir
aquí; podría simplemente permitir a Saloman eliminarte.
―Entonces, qué, ¿quieres impresionar al nuevo jefe por nuestra cordialidad?
―dijo Travis con incredulidad―. ¿Conseguir sus felicitaciones por estar a mí
alrededor hablando? Exactamente ¿cómo de idiota te crees que soy? ―Él se
adelantó y sus vampiros inmediatamente vinieron detrás de él―. Un Antiguo no
es un dios. ¡Él puede ser derrotado!
―Pero no debe serlo ―defendió Severin―. Por lo menos, no este.
―¿Así que sólo vas a mentir para el tipo simplemente? Mierda, nunca me gustaste,
Severin, ¡pero nunca pensé que fueras de esta manera!
Él debería de haberlo sabido bien, Severin pensó salvajemente, que venir hasta
aquí y esperar a tener una discusión sensata con este tonto que no podía ver
más allá de la nariz en su cara, que sólo se preocupaba nada más que por las
apuestas de su juego estúpido. Y hasta ahora había habido demasiados insultos
delante de sus seguidores como para que Severin los pasara por alto. Ya Maggie
le miraba con una mezcla de indignación y preocupación.
―Eso es gracioso ―dijo Severin deliberadamente―. Nunca antes había pensado
que carecieras de cerebro
Debía de ser eso, pensó con resignación. Quizás ellos podrían hablar en lugar de
pelear después de todo.
Travis sonrió y empujó una vez más su sombrero. Estaba tan hacia atrás ahora
que Severin no podía ver la forma en que aún se aferraba a la cabeza.
―Entonces, lárgate de mí territorio ―dijo Travis suavemente, dando otro paso
hacia adelante. Uno más y estaría sobre la cara de Severin. Para evitar esto,
Maggie se colocó de lleno en el camino de Travis. Travis se inclinó sobre su

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

exuberante cuerpo, con sus ojos, sonrió―. Aunque puedes dejar a tu puta, si
prefieres.
Maggie le golpeó. O por lo menos ella lo intentó. Travis era demasiado rápido y
consiguió agacharse, riéndose. Severin la apartó se su camino. ―Retiro lo dicho,
pedazo de mierda ―dijo entre dientes.
―Bien ―dijo Travis, enderezándose, con la sonrisa muriendo de sus labios carnosos.
Sólo una llamarada malévola en sus ojos azules traicionó su intención―. Todos
ustedes, incluyendo tu puta, salgan de mi territorio.
El gruñido de descontento entre los vampiros en ambos lados se calló durante
un instante mientras Severin y Travis se miraron. Nadie dio la orden al final, nadie
la necesitaba. Con un solo movimiento, Severin y Travis saltaron en el aire y se
estrellaron uno contra el otro. Por encima del hombro de Travis, cada uno trató
prácticamente de desgarrar el cuello del otro, Severin miraba con una especie
de ansiedad infinita mientras los otros vampiros volaban unos sobre otros.
Sólo cuando él y Travis volvieron a caer en la tierra, y se desengancharon para
luchar de forma más grave a continuación, él notó a Maggie, en medio de todo
ello, blandiendo su estaca con una exactitud malévola, se volvió hacia uno de
los seguidores de Travis desintegrándolo.
Pero el orgullo de Severin por ella fue efímero. Ella se tambaleó por el golpe de
un puño, y al caer hacia abajo, una estaca la apuñaló y Maggie explotó en la
nada. Severin gritó de dolor y furia. ―¡Maten a los bastardos! ―gritó. No podía
evitar decir ahora―: ¡Vamos a dejar correr la sangre por las calles de Nueva York!
―Por Maggie, su amante que creyó en Saloman.
***
Después del extraño fin de semana entre ricos, famosos e influyentes, Elizabeth
encontró que hacer un par de ensayos a última hora del lunes por la mañana
era una especie de alivio.
Prometiendo mantenerse en contacto, Josh la había dejado en St. Andrews sin
nada más que un beso de primos en la mejilla, y era consciente de que sólo los
buenos modales, le habían impedido despotricar sobre la espada robada durante
todo el viaje. Abandonando su propuesta de vacaciones en Escocia, él estaba
volando a Londres hoy, sin duda para estar más cerca del Senador Dante, quien,
a pesar de todas las pruebas en contra, todavía le acusaba del robo.
Elizabeth le había enviado por correo electrónico a Mihaela una solicitud
de información sobre la espada, junto con una breve descripción de los
acontecimientos recientes y un anuncio contundente de que Saloman estaba
en Escocia, probablemente en busca de él y de Josh. Ahora, los cazadores
británicos debían ser conscientes de la presencia de Saloman en el Reino Unido,
aunque dudaba que supieran más de lo que ella sabía sobre su ubicación
exacta.

Traducido en Purple Rose 93


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Aparte de eso, estaba haciendo un determinado esfuerzo para pasar el fin de


semana. Cuando llamaron a la puerta de su oficina, esperaba que fuera uno de
sus alumnos y gritó: ―¡Adelante! ―al mismo tiempo.
La figura que cruzó el umbral fue una completa sorpresa.
―¡Senador! ―Casi sin aliento, se levantó de un salto. Molesta, se sentía como
una colegiala cuyo temible director acabara de entrar por la puerta.
El Senador Dante sonrió mientras cruzaba la habitación, ofreciéndole la mano.
―¿Cómo estás, Elizabeth? ―Su apretón de manos era tan firme y caliente como
lo recordaba―. Espero no estar interrumpiendo nada. Estoy en camino de
regreso a Londres, decidí tomar un desvío rápido aquí para jugar una ronda de
golf. ¿Puedo hablar contigo mientras jugamos?
―¡Oh, no! No, gracias. Estoy trabajando.
―Por supuesto que sí ―dijo con pesar, mirando alrededor de la desordenada
oficina, con sus libros y papeles dispersos y tazas de café sobre las mesas y los
estantes de libros que cubrían las paredes―. Pintoresco ―observó.
―Desordenado ―corrigió ella, y él se rió―. Tengo tiempo para un café, si le
apetece uno ―le ofreció.
―Oh, no, gracias. Conseguiré uno en la sede del club después de la partida.
Realmente sólo quería decir hola de nuevo. Fue una reunión genial la del fin de
semana.
―A usted. ―dijo Elizabeth con cortesía―. Gracias por haberme invitado.
―Es un placer. Eres una mujer joven muy interesante.
Elizabeth parpadeó. —¿Lo soy?
Los sonrientes ojos azules se mantuvieron firmes. ―Sabes que lo eres. Estoy en la
presencia de la Despertadora, ¿o no?
Elizabeth se sentó lentamente, con el corazón y su mente corriendo. Ella jugó con
el tiempo tratando de enderezar sus pensamientos. ―No estoy segura de lo que
quieres decir.
―Le dijiste a Josh que tú habías despertado a Saloman.
No se anda por las ramas. Ellos le dijeron que el Senador era un hombre sin pelos
en la lengua. Ella dijo: ―No me di cuenta que Josh hubiera prestado atención a
todo lo que dije sobre eso en particular.
―Josh siempre puede sorprenderte. ¿Por qué hiciste eso?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella bajó la mirada, preguntándose si podía evitar la pregunta. Pero ya era


demasiado tarde para eso. Dante era un creyente. Peor aún, parecía conocer
al legendario Saloman.
―Por accidente ―acertó a decir con tristeza―. Me pinché el dedo con una
espina y la sangre goteó sobre su supuesta tumba. Si crees en ese tipo de cosas,
funcionó porque soy descendiente de su original "asesino".
―Debió de haber estado aterrorizada.
―Nunca he estado más asustada en mi vida. ―Eso, lo pudo decir con absoluta
franqueza.
―Él no te mató ―observó Dante.
―Creo ―dijo Elizabeth― que él estaba demasiado débil en ese momento. Y salí
corriendo.
―Una buena medida de precaución. ―La diversión, así como la admiración
rezumaba en su sonrisa―. Entonces, ¿dónde está ahora Saloman?
¿Quiere decir que él dejó su casa? ―No tengo la menor idea. Probablemente,
en Europa del Este, donde la mayoría de los de su especie se encuentran.
El Senador siguió mirándola a los ojos, parpadeando tan pocas veces que la hizo
sentir incómoda. Peor aún, sus ojos eran agudos y perspicaces, y Elizabeth tenía
mucho que ocultar. Ella siguió a la ofensiva.
―Me sorprende más en cada encuentro, Senador. Debe estar llamándome
chalada, y no creer lo que le digo acerca de los vampiros, que por cierto, voy
a tener que negarlo en público. Tengo una reputación muy precaria como
académica seria que conservar.
La sonrisa de Dante regresó. ―Guardaré tu secreto, si tú guardas el mío.
―Claro ―estuvo de acuerdo Elizabeth, aliviada al ver que el Senador parecía
listo para irse.
―Estoy seguro de que volveremos a encontrarnos ―él observó―. Intereses como
los nuestro son raros. Tenemos que permanecer juntos.
Elizabeth sonrió y le tendió la mano otra vez. ―Adiós, Senador. Gracias por dejarse
caer por aquí. Disfrute su golf.
―Oh, lo haré, lo haré.
Desde la ventana, ella lo vio subir en su automóvil grande, elegante y dirigirse por
South Street.
―¿Ahora, qué ―murmuró para sí misma―, traerá todo esto?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

***

Desde la azotea de su hotel en Londres, Saloman estaba irritado al presenciar


como el vampiro joven, Del, se acercaba furtivamente a la camarera que le
sirvió a Saloman, el atardecer anterior, en más de un sentido. Una vez aceptado
el vino que ella había traído para él y su nueva socia comercial en la barra del
hotel, Saloman la había seguido hasta el pasaje silencioso entre la entrada del
público y del personal. Ella había parecido lo suficiente contenta como para ser
abordada, y su sangre era buena. Saloman se había encargado, como siempre,
de sellar la herida y la memoria, y la chica había estado sonriéndole todavía con
una especie de coquetería en el camino cuando finalmente él la había dejado
en la barra.
Aunque joven, Del era más que un novato, absolutamente capaz de controlar su
hambre hasta el punto de no matar a la chica. Por otro lado, por ahora, también
debía de haber olido a Saloman en ella y dar marcha atrás en busca de otra
presa. Y así Saloman le vio saltar sobre la chica, con la palma de sus manos sobre
su boca, y hundir sus colmillos en su garganta, sin duda, directamente sobre
la mordedura sanada. La chica luchaba, sus piernas pataleando inútilmente,
tratando en vano de gritar para pedir auxilio.
Saloman había visto suficiente. Aunque era fácil para él acceder a los
pensamientos de la mayoría de los seres, generalmente no lo hacía, en parte
porque estar leyendo los pensamientos de todo el mundo todo el tiempo era un
camino rápido para enloquecer, y en parte porque generalmente respetaba
el derecho de las personas a su intimidad. En este caso, sólo un pensamiento
podría ahorrar la vida del vampiro atacante, y Saloman estaba bastante seguro
que no lo encontraría. Y no lo hizo.
Saloman se bajó del techo. Antes incluso de que el vampiro idiota hubiera
registrado su presencia, Salomon aterrizó en el suelo detrás de él y lo jalo
alejándole de su víctima, que se tambaleó hacia atrás en la pared, cayendo
sobre sus rodillas debilitadas.
Los ojos de Del se ampliaron mucho con el miedo. No lo salvaría.
―Saloman ―le susurró―. ¡Yo no la maté! ¡Yo no hice!
―Ella está apenas con vida. La tomaste para desafiarme, para hacer creer a los
demás, porque pensaste que me había ido. Nunca me fui. Aprende la lección.
―Lo último fue para la comunidad de vampiros locales, a los que él retransmitía
el show telepáticamente. Era demasiado tarde para que Del aprendiera alguna
cosa. Saloman, hizo caso omiso de sus forcejeos alocados, lo arrastró cerca y
mordió un poco su carne hasta que el cuerpo estalló desintegrándose bajo su
control.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Una vez hecho esto, se dirigió a la joven casi inconsciente. Su cabeza colgaba
cuando la movió, pero cuando ella gimió de miedo, se quedó sin aliento para
darle la bienvenida cuando él le cubrió la herida con la boca. Fue más difícil
encontrar y expulsar los aterradores recuerdos que la traumatizó y desordenó
su mente, pero hurgando profundo, sanó lo peor de ellos y la dejó dormida
con una paz relativa en la puerta. Para que uno de los empleados del hotel la
descubriera pronto.
La próxima vez, anunció Saloman a la comunidad asombrada que había hecho
suya, supervísense ustedes. Confío que me he hecho entender.
No hubo desacuerdo, ni siquiera en los recovecos de la mente del vampiro más
fuerte. Satisfecho, Saloman saltó hacia el alféizar de la ventana del tercer piso y
se abrió camino en torno a su propia habitación.
Al entrar, registró el golpeteo insistente en la puerta de su habitación, El aroma
de Nicola Devon flotaba hacía él y suspiró, sacudiendo el polvo de su ropa.
Consideró ignorarla, desde que en su mente ya se estaba mudando. Pero en
realidad, no haría ningún daño, si la comunidad empresarial sabía que no se
podía poner sobre Adam Simon. Así que dijo despreocupadamente: ―Entra ―
mientras continuó con su tarea de tirar la ropa en una maleta, sin interrupción.
Nicola entró, vestida con su brillante traje de negocios favorito y con un periódico.
Recorrió la sala de estar con rapidez, entonces lo vio en el dormitorio y se dirigió
hacia él.
―Lo siento por pasar tan tarde, Adam. Por lo menos no te desperté. Esto estaba
fuera de tu puerta. ―Dejó el periódico en la cama y dejó caer su mirada a la
maleta―. ¿Te vas de Londres?
―Esta noche.
―Oh. ―Ella parecía desilusionada―. ¿A dónde vas?
―Aquí y allí.
Ella se acercó a él, como si buscara el coraje para darle un abrazo. Obviamente,
no lo encontró, por lo que tragó saliva y dijo con una voz extrañamente pequeña:
―¿Tienes tiempo para tomar una copa?"
―No.
Ella se hundió lentamente en la cama, mirándole, mientras él cerraba la tapa de
la maleta y la cremallera. ―Necesito hablar contigo, Adam. Yo… Yo no he sido
completamente recta contigo.
―Lo sé.
Su mirada voló hacia la de él. ―¿Lo sabes? ¿Cómo?

Traducido en Purple Rose 97


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

―Eres demasiado curiosa, y la gente de Dante siempre se retroalimentaron de


las cosas que te hablé.
Una chispa de indignación se mezcló ahora con lo que probablemente era
auténtica vergüenza. ―¿Has estado dándome información falsa?
Saloman recogió el periódico de la primera edición. ―Has sido muy útil. Gracias.
―No me des las gracias todavía ―dijo ella con amargura―. No les dije nada
sobre las acciones de petróleo. Pensé que estaba haciéndote un favor.
―Da igual. —Abriendo el periódico, lo examinó rápidamente por cualquier cosa
interesante, y encontró que su mirada se detuvo en el nombre de Bill Cartwright
Nicola dijo: ―Dante está furioso. Me dijo que ahora controlas la mayoría de las
acciones de su compañía farmacéutica.
―Lo hago.
―¿Para qué quieres una compañía farmacéutica?
Saloman se encogió de hombros. ―Los humanos necesitan medicamentos.
―Bill Cartwright, un anticuario estadounidense, ha sido encontrado muerto a
puñaladas en el centro de Glasgow―. No quiero ser grosero, Nicola, pero tengo
que salir esta noche.
―Ni siquiera estás enfadado conmigo, ¿verdad? ―Ahora ella se apoderó de
su brazo, mirándole a los ojos con intensidad miserable―. Adam, ¡estuve de
acuerdo en hacer esto para Dante antes de que te hubiera conocido! Pensé
que agradándole podía ser bueno para mi carrera, para mi empresa, pero
¡nunca te he mentido!
―Er... bueno.
―¿Siempre lo supiste? ¿No quieres hablar de eso?
―¿Hablar de qué?
―¡De ti y de mí!
Saloman dobló el periódico. ―No hay tú y yo, Nicola. Nos hemos utilizado el uno
al otro, eso es todo. Sólo espero pasar a ser mejor en eso.
―Puedo trabajar para ti ―dijo abruptamente―. Puedo hacerlo al revés, permitirte
saber lo que pueda sobre Dante…
Él ni siquiera respondió a eso. Su mirada y su mano se apartaron de él.
―No confías en mí, ¿verdad?
―No.

98 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

―¿Y eso es todo? ¿Zas, zas, gracias, señora?


―Eso es, sin duda. Hasta pronto, Nicola. Se fiel a tu publicidad. Eres buena en eso
Él era consciente, cuando la vio salir derrotada de la habitación, que no había
sido totalmente justo para ella. La había tomado sin amor, como había tomado
a muchas mujeres en los últimos seis meses. Y el hecho de que ella había estado
traicionándole realmente no había ninguna diferencia con sus sentimientos. Su
importancia sólo había estado en rascarse la picazón sexual.
Su único apego había sido para satisfacer su comezón sexual. Elizabeth llamaría
eso ser muy desagradable. Y tendría razón.
Saloman movió su laptop, utilizando las carpetas y archivos con una velocidad que
habría desconcertado a cualquier humano que mirara. Cuando encontró lo que él
quería saber, pospuso su vuelo a Estados Unidos e hizo otra reserva para esta noche.

***

Elizabeth se despertó antes del alba, como hacía a menudo. Pero antes de que
incluso pensara en hacer café, normalmente su primer acto del día, alcanzó su
laptop para ver si había alguna respuesta de los cazadores sobre la espada de
Saloman.
Se acomodó atrás en las almohadas con la laptop sobre sus rodillas, descargó sus
correos electrónicos y de inmediato vio que había uno de Mihaela. Emocionada,
hizo clic en él y empezó a leer.
El principio del correo electrónico era principalmente una reiteración de la
información que ella había investigado en torno a otros lugares para ella el verano
pasado: que la espada había sido tomada por Tsigana y se había transmitido a
sus descendientes, y que la reputación de la espada era la de tener poderes
especiales.
Si creyeras todo que leíste ―Mihaela escribió―, entonces esta espada podría
hacer de todo, desde ganar una batalla hasta ayudarte con la cena. Muy poco
de esto se puede probar, pero lo que sí está claro es la importancia que se
concede a la espada por los descendientes de Tsigana. Y el hecho que se la
quedaron en gran parte los vampiros, sólo por eso. También se menciona en
las profecías, aunque no su propósito. Hay datos en algún punto del verdadero
poder de la espada. Lo más importante, es que tiene la fama de hacer al portador
invulnerable a cualquier ataque. Y he visto repetido en varios sitios diferentes, que
si un ser humano es asesinado por la espada y, posteriormente, se convierte en
vampiro, este vampiro será más fuerte que todos los demás. No hay evidencia
de esto último hasta ahora, pero eso no lo descarto.

Traducido en Purple Rose 99


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Estoy ocupada mañana; he conseguido una pista sobre alguna relación de


negocios de Saloman. Pero le he pedido a Miklόs que siga investigando esto
para ti y si encuentra algo más, él estará en contacto.
A ello le seguía lo que parecía ser un párrafo más personal, pero antes de que
Elizabeth pudiera leerlo, un sonido suave, raro desde la cocina la distrajo. Su
cabeza se levantó, y escuchó atentamente.
Maldita sea, ¿tengo los ratones?
No, a menos que abrieran las ventanas. Eso sin duda fue el crujido de la ventana
al ser derribada. Su corazón latía rápido, Elizabeth se escurrió de debajo de su
laptop y buscó su teléfono. Mientras lo sostenía en su mano izquierda, con su
derecha, levantó el palo afilado de madera de su mesita de noche.
Los robos eran relativamente raros en St. Andrews. Así como los ataques del
vampiro en su persona, pero tampoco era algo inaudito. Se movió suavemente,
agudizando todos los sentidos para determinar qué amenaza había invadido su
casa. Hizo una pausa en el vestíbulo de la puerta de la cocina, no pudo oír nada,
excepto el latido rápido de su propio corazón. Ningún movimiento, ninguna
respiración. Sus dedos se apretaron en la estaca y empujó la puerta abriéndola.
Ella no le vio venir. Ni siquiera vio que la estaca le fue arrebatada de su mano. Pero
un instante después unos brazos se apoderaron de ella y se encontró mirando en
shock desconcertada a Saloman. Su pelo negro cayó hacia adelante sobre su
rostro, una sonrisa sardónica frunció los labios y desapareció.
Durante un momento no pudo pensar, mucho menos hablar. Ella tragó. ―¿Qué
te pasa? ―logró decir por fin―. ¿Sabía que finalmente lograría asustarte con
una estaca?
―Hay una historia de esa combinación particular ―observó él, dejando caer la
mirada en su labio inferior―. Me pone nervioso.
―Mentiroso. ―¿Por qué ella estaba usando una vieja sarnosa camiseta en lugar
de un camisón sexy? ¿Por qué le importaba? Tomó una respiración profunda―.
¿Qué estás haciendo aquí?
―Estoy entregando tu periódico ―le dijo, soltándola para indicar el papel que
había sobre la mesa de la cocina.
Elizabeth sintió frío. Él no había venido sólo por ella. Se acercó más al periódico
y vio que estaba doblado para mostrar un artículo en particular en la segunda
página.
―Bill Cartwright, antigüedades… ―Leyó, levantando la mirada hacia él―. ¿Es
ese Bill Dante?
Saloman asintió con la cabeza y rápidamente ella reviso el resto del breve
artículo.

100 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

―Asaltado en Glasgow, murió de sus heridas... Su coche fue descubierto a


pocos kilómetros de distancia. Estaba en Glasgow para una convención de
antigüedades. —Elizabeth se sentó a la mesa—. Qué horror... Siempre parece
mucho peor cuando le pasa algo malo como esto a alguien que conoces.
―Creo que Dante pasó por él ―dijo Saloman irónicamente.
Ella parpadeó. ―¿Dante? ―Aunque el Senador era un poco extraño de lo que
ella esperaba de un distinguido personaje político, culparle de un atraco, parecía
un paso demasiado lejos de la cordura.
Saloman estaba mirando fijamente alrededor de su cocina, como si estuviera
recordando la última vez que había estado aquí, la más larga y sin embargo, la
noche más corta de su vida. Casi de manera casual, dijo: ―Creo que Bill tomó
la espada por orden de Dante, cuando Dante la recuperó, lo mató para impedir
que lo dijera.
Elizabeth cerró la boca. —Bill no pudo haber tomado la espada ―objetó ella―.
Josh hizo a Dante inspeccionar a todos los invitados antes de que saliéramos esa
mañana y todos ellos estaban en la casa.
―Pero Bill estaba cansado. Dudo que hubiera podido conciliar el sueño. Creo
que lo escondió en algún lugar, no puedo sentirla más allá del alcance de una
milla más o menos, o tenía a alguien más para que se lo llevara a Glasgow,
mientras que él se apresuraba a regresar a la casa. Él después se fue a Glasgow,
dónde Dante u otro de sus seguidores se reunirían con él.
―¿Qué sabes de eso? ¿La policía?
Su mirada se volvió hacia ella, extrañamente serio detrás de la burla. ―No seas
tonta. Dante estaba oficialmente el martes en Londres, en el momento del
asesinato. Y ahora ha regresado a Estados Unidos. Estoy seguro de que la espada
se fue con él.
―Entonces ¿no se descubrió entre las cosas de Bill?
Saloman negó con la cabeza y se sentó en el lado opuesto de la barra. Parecía
una escena ridículamente trivial para una criatura tan exótica, y sin embargo a
ella le gustaba verle allí. Le gustaba demasiado.
Ella le dijo: ―¿Viniste aquí para decirme esto? ¿Por qué?
―Porque creo que, por fin, tenemos un enemigo común que ambos tenemos
que eliminar.
Elizabeth le miró fijamente. ―¿Eliminar?
Saloman se encogió de hombros elegantemente. ―Neutralizar. Detener. Oponer.
Lo que sea.

Traducido en Purple Rose 101


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella contuvo el aliento. ―¿Quieres decir Dante? Él es un respetado político, no un


delincuente.
―Sabes muy bien que uno no excluye lo otro. Pero creo que Dante ha ido más
allá de "sinvergüenza". Creo que lo está arriesgándolo todo en un juego por el
poder supremo. Y a juzgar por sus intereses comerciales y sus métodos políticos,
no lo querrás en esa posición más de lo que yo lo hago.
Elizabeth se puso de pie y empezó a llenar el hervidor de agua, más para hacer
algo que porque quisiera café realmente.
―He leído que hay rumores contra él en los Estados Unidos ―confesó―. Quejas
de que es demasiado poderoso, tiene demasiada influencia, pero la mayor parte
de ello parece venir de los teóricos de la conspiración, no de sus oponentes
políticos.
―Dante está tan arraigado en su clase política, que en realidad no importa si
representa a los Republicanos o Demócratas. Sus conexiones son tan amplias,
que casi puede influir en cualquier decisión, ya sea política o comercial. Y tiene
muchos amigos en los gobiernos extranjeros por lo que su alcance personal se
extiende mucho más allá de los Estados Unidos. La riqueza y las conexiones son
las que gobiernan este mundo, y Dante tiene mucho más que la cuota justa de
ambas.
Elizabeth alcanzó el café, mirándole con sorna sobre su hombro le dijo: ―¿Quieres
decir que él tiene lo que quiere?
―En pocas palabras. —Saloman parecía complacido por su comprensión.
―¿Así que quiere acabar con él. —Ella vertió con la cuchara el café en la
cafetera—. Entiendo eso. Lo que no entiendo es por qué entre todo el mundo
me imagine que tal vez quisiera ayudarle. Por lo menos Dante es parte de una
democracia.
―El objetivo de él va más allá de eso.
―AL igual que tú ―replicó ella, vertiendo agua hirviendo sobre el café con
excesiva fuerza.
―Al contrario. Mi objetivo es la benevolencia. Dante... no lo hace. ―Recogiendo
la cafetera, se dejó caer sobre la mesa y cogió dos tazas de la alacena. Ella no
podía entender por qué estaba tan enfadada, a menos que fuera su falta de
comprensión para entender nada de lo que le había dicho el pasado otoño,
cuando le rompió el corazón, le rechazó. Sabía entonces, como lo hacía ahora,
que no podía encontrar la felicidad con un antiguo vampiro.
―¿Qué clase de benevolencia, no se aprecia en Dante? ―Exigió―. ¿La tolerancia
al asesinato, la coerción y la tiranía? ¿El que deteste la idea de que los vampiros
arrasen su país, mientras beben abiertamente la sangre de su pueblo?

102 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella se tiró en su silla, mirándole. No parecía estar ni remotamente enojado.


Él simplemente levantó una ceja. ―En realidad, no creo que él se oponga a
ninguna de esas cosas.
Con la gracia y la delicadeza que aplicaba incluso en las tareas más mundanas,
empujó hacia abajo el émbolo de la cafetera. Elizabeth recordó aquéllos largos
y agiles dedos en su cuerpo, acariciando, abrazando. En esa misma idea, todo
su cuerpo empezó a arder y hormiguear. Se hacía difícil apreciar la naturaleza
ultrajante del último comentario de Saloman
Él dijo: ― Esa es la razón por la que fui tras él. Cuando comencé a buscar en el
mundo de los negocios demasiados caminos me llevaban de vuelta a él. Miré
más profundo, y cuanto más me extendí, menos agradable eran sus relaciones.
La gran mayoría de su riqueza proviene del petróleo, productos farmacéuticos,
y las armas. Él firmó acuerdos con algunos de los regímenes más brutales en el
mundo con el fin de recoger su petróleo. Sus empresas venden drogas a los países
más pobres a precios tan grandes que nunca van a pagar lo suficiente de ellos.
Suministra armas a gobiernos que él profesa públicamente despreciar, y a los
rebeldes y terroristas de todas las tendencias. Esto último no es de conocimiento
general, pero puede averiguarse.
―Está bien, lo entiendo. ―Ella echó el café en las tazas y derramó un poco de
leche en una antes de recogerla como un escudo―. Él no es un buen hombre.
No tiene moral o integridad en sus negocios. ¡Él no es el único hombre en una
posición de poder a los que nosotros podríamos imputar tales acusaciones! ¡Ni
ahora ni en toda la historia! ¿Por qué tras él?
―Porque él es el más grande. Y porque sospecho que está a punto de dar un
paso que incluso tú te sentirás obligada a prevenir. ―Saloman recogió la taza
libre y la alzó a sus labios. Siempre fue fascinante verle beber, ver los sensuales
labios atraer el líquido en su boca. Tuvo un chocante deseo repentino, deseó
verle sujetar su cuello mientras bebía de ella. Ella podría mirar en un espejo...
Involuntariamente, su mano voló a su cuello y se estremeció. Desesperada, bebió
de su propia taza y trató de pensar en cambio sobre lo que él acababa de decir.
―¿Qué paso? ¿Por qué piensa que no es perfectamente feliz cómo está? Él
tiene todo lo que quiere, me parece a mí.
―No todo. Él se morirá.
Su mirada se levantó de nuevo hacia él. ―¿Por qué quiere la espada? ―dijo
lentamente―. ¿Por qué colecciona objetos paranormales? Para tener más
poder aún. Para hacerle durar.
―Exactamente. Él quiere la espada para hacerlo invencible.
Ella contuvo el aliento, mirándole fijamente, cuando las palabras del correo
electrónico de Mihaela volvieron a ella. ―Si un hombre es asesinado por la

Traducido en Purple Rose 103


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

espada y, posteriormente, se convertía en vampiro, entonces este vampiro será


más fuerte que todos los demás. ¡Él quiere ser un vampiro!
Saloman no dijo nada, simplemente bebió su café.
―¿Sería más fuerte que tú? ―susurró ella.
―No seas ridícula. Aunque él tiene el tipo de personalidad fuerte por lo que
rápidamente superará los problemas de la mayoría de los neófitos. Con eso y
mi espada, es susceptible de atraer a un partidario que interfiera en mis planes.
Particularmente en Estados Unidos, donde aún no soy importante.
―Trayendo la guerra y carnicería por la que los cazadores han estado esperando…
―Ellos deben estar muy defraudados ―se burló Saloman.
―Sorprendidos ―replicó ella, recogiendo su teléfono de donde estaba el
periódico abierto―. Tengo que advertirles sobre esto… ―hizo una pausa, de
repente incierta―. Pero esto es un gran salto de fe, Saloman. No tienes pruebas
de nada de esto, excepto que él quería la espada de Josh.
―Entonces ven a los Estados Unidos conmigo y encontraremos las pruebas. Y la
espada
Se quedó sin aliento, y mientras su mirada voló a la suya, todo en ella anhelaba
ir con él, trabajar con él.
Pero él no había venido aquí por ella. La estaba utilizando. Ella dijo rotundamente:
―Quieres que los cazadores se libren de Dante por ti.
Saloman dio una sonrisa beatífica. ―Oh, no. Sólo quiero recuperar mi espada. Tú
y los cazadores de vampiros pueden hacer lo que les plazca con Dante. Aunque
yo les recomendaría detenerle antes de que persuada uno de mi hermanos
realmente que lo convierta.
Elizabeth empujó su silla atrás y se levantó. ―Entonces ve y consigue tu condenada
espada. ¡La espada de Josh! No tengo tiempo de ir de excursión a través del
Atlántico.
Ella no quería atacar. Quería ser digna, y lo logró muy bien. Hasta que él le dijo
provocativamente: ―Cuando él sea un vampiro, Dante va a querer la sangre
de los descendientes. ―Entonces ella no pudo evitar cerrar de golpe la puerta.

***

El trabajo era lento. Era la época de exámenes, así que había poco que enseñar.
Y desde que su puesto estaba a punto de expirar, no tenía mucho trabajo

104 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

que preparar para el próximo año. No obstante, ella se quedó todo el día en
su departamento, aparte de alguna incursión a la biblioteca para devolver
algunos libros. Su piso la atrajo como un imán, pero ella no cedería. No iba a
volver para ver si aún estaba allí, y sin embargo el pensamiento de él sentado
en su sala de estar, leyendo sus libros, acostado en su cama, le retorcía el interior
con excitación.
Pasó la mayor parte del día repasando su tesis, revisando de dónde y cómo se
podría ampliar para hacer un libro de fácil lectura, pero académico. Finalmente,
se fue a las cinco, rechazando la oferta para ir a tomar una bebida improvisada
en el departamento.
Su corazón parecía tronar mientras caminaba cerca de la vivienda. Quería que
él se hubiera ido, que dejara de tentarla, y sin embargo anhelaba esa tentación,
incluso la posibilidad de no ceder a ella. Sólo para verle en su casa de nuevo,
para hablar con él, discutir con él. Había pensado que lo estaba manejando
bien, siguiendo adelante con todos los aspectos de su vida, hasta que un día él
apareció de nuevo e hizo que su vida plena y ocupada pareciera vacía.
Simplemente que se haya ido, ella rezó, mientras daba la vuelta a la llave en la
puerta.
Él se había ido.
Algo de su olor quedó en el aire, pero su presencia, el conocimiento aplastante
de su proximidad, había desaparecido. Ni siquiera podía esperar que él se
hubiera ocultado, el apartamento era demasiado pequeño para albergar
muchos lugares para esconderse.
Tirando su chaqueta en la silla de la cocina, Elizabeth miró sin ver por la ventana.
La calma por la que había luchado y trabajado tan duro para mantener había
desaparecido, como si los últimos seis meses nunca hubieran pasado. Él había
regresado, revolviendo todo, y había desaparecido, y ahora estaba todo para
ser construido de nuevo.
¿Con qué frecuencia tengo que seguir haciendo esto?
Al respirar profundamente, el punto de vista de la playa y el mar volvió a entrar en
su enfoque. Alejándose de la ventana, recogió un par de huevos de la nevera.
Huevos revueltos con tostadas estaría bien. ¿No?
A medio camino de batir los huevos, detuvo y buscó su teléfono, de repente
desesperada por escuchar la voz de Mihaela, como si quisiera que le recordara
por qué se necesitaba seguir rechazando a Saloman. Además, tenía que hacerle
una advertencia sobre el posible peligro que presentaba para el mundo el
Senador Dante. Encontró el número de la cazadora y pulsó conectar.
―Elizabeth. ―Mihaela logró sonar un tanto distraído y disculpándose, como si
estuviera todavía trabajando y hubiera pasado un día de prueba―. Lo siento, no

Traducido en Purple Rose 105


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

he sido capaz de volver a la biblioteca de hoy.


―Lo sé. Estabas persiguiendo a clientes potenciales.
―Quise, pero al final todos hemos perdido la mayor parte del día discutiendo
con varios cazadores americanos. ―Su frustración se sentía palpable, incluso a
través del teléfono.
―¿Por qué? ―le preguntó Elizabeth, contenta por la distracción y la oportunidad
de tranquilizar a su amiga, si pudiera. Apretó el botón del altavoz del teléfono
y lo puso sobre la mesa para poder seguir batiendo los huevos con un poco
más de entusiasmo―. Pensé que ustedes siempre tenían los mismos objetivos, en
cualquier país donde operan.
―Los mismos objetivos, medios diferentes ―Mihaela, dijo con tristeza―. Ha
habido un incidente en Nueva York
―Qué clase de… ―Elizabeth empezó, entonces se interrumpió cuando, una
voz más distantes en el teléfono dijo el nombre de "Mihaela" con una clara
advertencia. Sonaba como Konrad.
―No importa ―dijo Mihaela, apagada, como si ella se hubiera retirado del
teléfono―. Sólo es Elizabeth. ―Su voz se aclaró de nuevo―. Hubo una gran pelea
entre vampiros en un callejón entre los locales y una invasión de una horda de
vampiros en West Coast. Dos personas murieron por estar en el lugar equivocado
en el momento equivocado. Otra se está recuperando en el hospital, con
"alucinaciones".
Elizabeth dejó caer el batidor de huevos en el fregadero. ―¿Alucinaciones
sobre personas que se rasgan entre sí con sus dientes? ¿Y de gente apuñalada
explotando en polvo? ―dijo con ironía.
―Ese tipo de cosa. Hubo otros tipos de testimonio también. Los cazadores
americanos han pasado un infierno, trabajando para cubrir cada uno.
―Eso no es muy usual, ¿no? ―preguntó Elizabeth, mientras sacaba una sartén
del armario y la ponía en el fogón―. El tener peleas públicas de esa magnitud.
―Muy raro. Los estadounidenses están, como es natural, cagados de miedo.
Francamente, nosotros también.
―Pero ¿pensé que habías dicho que las cosas realmente estaban más tranquilas
desde que Saloman tomó el mando? ―Elizabeth dejó caer un bulto de mantequilla
en la sartén antes de encender el gas.
Mihaela suspiró. ―Yo sabía que no podía durar. Sabía que íbamos a llegar a esto,
de alguna manera.
―¿Qué lo puso en marcha? ―Elizabeth le preguntó, mientras miraba la
mantequilla fundirse y chirriar.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

―Saloman ―dijo Mihaela con odio.


―Pero Saloman no fue… Saloman no está en América. ―Las palabras traicioneras
que habían comenzado su confesión se ahogaron, porque Mihaela estaba
hablando de nuevo. Elizabeth cerró la boca con alivio culpable y escuchó.
―Hay el rumor que se le espera en los Estados cualquier día ―dijo Mihaela―.
Supongo que es inevitable, ya que él está controlando todo lo demás. Los
vampiros de Los Ángeles parecen haber estado tratando de conseguir prestigio
con Saloman al derrotar a Travis para él, Travis que lleva la comunidad de Nueva
York se opone a Saloman. De todos modos, nadie esperaba una pelea de esta
magnitud. Los cazadores americanos nos llamaron para averiguar el paradero
actual de Saloman. Pasamos tu información de que él estaba en Escocia el fin
de semana.
―Todavía está ―dijo Elizabeth bruscamente―. O por lo menos, lo estaba esta
mañana. Pero creo que él podría estar de camino a Estados Unidos.
―Cómo... ―la voz desconcertada de Mihaela comenzó, antes de que Elizabeth
la interrumpiera con un deje de desesperación.
―¿Cómo es que estás peleando con los americanos?
―¿Qué? Oh, ellos no parecen entender el problema de Saloman. No se dan
cuenta lo peligroso que es. Y no les gustó nuestro consejo sobre cómo lidiar con
la guerra pequeña de vampiro.
―¿Qué consejo? ―Al darse cuenta de la mantequilla a punto de quemarse
en la sartén, Elizabeth rápidamente bajó el calor y vertió el huevo encima de la
misma. Al mismo tiempo, sacó un trozo de pan de la tostadora con la mano libre,
y tomó una cuchara de madera.
―Eliminar a Severin a toda costa.
―¿Severin? ―Elizabeth se arriesgó―. ¿El partidario de Saloman en Los Ángeles?
―No lo van a hacer. Por las mismas razones que todos toleramos a ciertos líderes
del vampiro. La estabilidad, el diablo que conoces, todo eso. Esto es diferente,
y pueden ver eso. Severin se ha convertido en corrupto, y la lucha de la noche
anterior es sólo el principio del caos. Ellos prefieren eliminar a Travis, ¡por amor de
Dios!
―¿Por qué? ―¿preguntó Elizabeth―. ¿Si Travis está en contra de Saloman?
―Él es un personaje mucho más peligroso, al parecer. Severin rara vez les dio
ningún problema hasta ahora. Y están decididos a permanecer a su lado hasta
que venga algo mejor. A pesar de que explicó que dejar Severin sobrevivir
aumentaría las posibilidades para que Saloman gane la totalidad de los Estados
Unidos. Y con él, el mundo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Una risa ligeramente amarga se hizo eco en el teléfono. ―Siento parecer


melodramática, pero ahí está. Es poco probable llegar a Travis, ellos no van a
tocar a Severin, y al mismo tiempo, las batallas rabiarán. ¡Dios! si yo estuviera allí,
me lo llevaría yo misma.
Elizabeth sonrió inclinándose hacia un lado y agarró la tostada cuando salió
expulsada. ―No, tú no lo harías. Estaría en problemas por usurpar el territorio de
otros cazadores.
Mihaela suspiró. ―Cierto.
Un susurro repentino de conmoción sonaba a través del teléfono, un murmullo
de voces masculinas rápida en la que la única palabra que Elizabeth podía
distinguir claramente era su propio nombre. Mientras vertía el huevo revuelto
sobre la tostada, la voz de Mihaela dijo con impaciencia: ―¡No seas ridículo!
No se le puede pedir que haga eso… en primer lugar, ella no puede permitirse
el lujo de ir a Estados Unidos. ¡Por otro lado es demasiado peligroso, sangriento!
Además, pensé que nosotros habíamos estado de acuerdo en no…
Elizabeth recogió el teléfono de la mesa. ―¿Estás hablando de mí?
―Temo que sí ―respondió Mihaela, la ira apenas velada derramándose de su
voz―. Konrad ha tenido la brillante idea de que a pesar de que, como cazadores,
no pudiéramos ir detrás de Severin, tú podrías ir a América y hacerlo por nosotros.
Extraoficialmente.
―¿Sola, sin ayuda de nadie? ―dijo Elizabeth, sólo medio divertida―. Realmente
no creo que sea suficiente para eso. ―¿O es que realmente no voy a oponerme
a Saloman con más que palabras?―. Quizás podría ir y echar un vistazo, sin
embargo ―dijo bruscamente—. Ver lo que es posible.
―Elizabeth… ―Mihaela la interrumpió. Elizabeth oyó el crujido de papel a través
del teléfono, como si alguien hubiera golpeado un libro delante de Mihaela y
fuera pasando las páginas. Mihaela tragó audiblemente―. ¿Tienes tiempo y
dinero?
―Por supuesto ―dijo Elizabeth―. De todos modos ―agregó, animando su
tema―, ¿no hay otro descendiente allí quién no quiere hablar con los cazadores
americanos? ¿Un mecánico de coches?
―Rudolph Meyer ―dijo Mihaela con duda―. Descendiente del noble Ferenc
que se unió a la conspiración contra Saloman. Quizás podrías llegar hasta él.
Después de tu éxito con Josh Alexander…
―¿Qué éxito? ―Exigió Elizabeth―. Josh no cree ni una palabra de lo que digo.
―Bueno, puedes hacer un seguimiento de él de nuevo también ―la voz de
Konrad dijo a lo lejos.

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Elizabeth se rió. ―Bueno. ¿Y quizás podrías ver al Senador Dante? Me temo que
está persiguiendo la inmortalidad por una…
―Por supuesto ―la interrumpió Mihaela―. Pero no me gusta que estés en Estados
Unidos sin apoyo. No si vas a estar cerca de Severin... ―hubo una pausa corta;
y luego agregó, desafiante, como si alguien, tal vez Konrad, le gesticulara para
que callara—. Mira Elizabeth, ¿por qué no duermes, lo piensas? Y nos lo haces
saber por la mañana.
Dormir. Ella necesitaba dormir para aclarar el revoltijo de pensamientos de su
cabeza, pero ella estaba demasiado inquieta, incluso demasiado revuelta,
incluso para manejarlo. En alguna parte, reconoció que por lo menos una parte
de esta incomodidad era culpa suya.
Cuando el crepúsculo empezó a caer, agarró su chaqueta salió del apartamento,
decidida a caminar o incluso correr por la playa hasta que se agotara físicamente.
Al menos, así estaría bien para poder dormir o pensar.
Dormir sería mejor, se dijo a sí misma mientras caminaba fuera de la carretera
y cruzaba a la suave arena polvorienta para llegar al tramo de playa, más
compacta donde sería más fácil caminar. Pensando cómo traería de vuelta a
Saloman, Dante y Josh.
Josh, su primo lejana, la mega estrella a quien apenas conocía, y sin embargo,
ya parecía como un primo de verdad, alguien a quién debía cuidar y proteger
de los vampiros y de los aspirantes a vampiros que se cernían sobre él. E incluso
si no lo fuera, sabía que él no dejaría simplemente el tema de la espada. Para
alguien tan tolerante que tenía una veta muy determinada, un poco como la
suya, supuso tristemente, que la llevaba a aferrarse a algo que sólo tenía valor
para él, por el hecho de que su querido padre se la había dado. Si Dante no lo
buscaba, entonces Josh buscaría a Dante.
Y los dos estarían caminando en el medio de una guerra entre vampiros.
Saloman iba a Estados Unidos para afirmar su autoridad y recuperar la espada.
¿Habría que detener a Dante? ¿Realmente creía todas las cosas que Saloman
le había dicho? Una parte de ella, sin duda, sabía era cierto. Había leído sobre
eso. Y el interés de Dante en lo sobrenatural era reconocido por él mismo. No era
ninguna prueba. Sin embargo, Saloman se lo creyó.
Alertar a los cazadores era una excusa. Ella conocía a Josh y a Saloman como
ninguno de los cazadores lo hacía, y a pesar de todo, sabía que Saloman era la
mejor protección que Josh tenía.
Se estaba convirtiendo en una noche clara y estrellada. La brisa era suficiente
para soplar el pelo hacía atrás de la cara en lugar de hacerlo volar hacia el mar,
como a veces parecía intentar. A lo lejos algunos estudiantes estaban celebrando
el final de un examen con una botella compartida. Un par de paseadores de
perros se movían como alfileres en su visión. Elizabeth se dirigió en la dirección

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

opuesta, ya que no quería compañía, el viento salado y el sonido de sus propias


pisadas rápidas crujían suavemente en la arena.
Gradualmente, los nudos en su estómago se desenredaron y su mente se calmó.
No era sólo la oscuridad y el parpadeo de las estrellas, el rumor de las olas y
el olor del mar y la sal. En paz, aunque fuera breve, dejó que el pensamiento
de Saloman la llenara hasta que casi sintió su presencia a su lado, sus largas
zancadas, de forma precipitada hasta que coincidieron con las suyas.
Le llevó varios minutos para darse cuenta de que él estaba allí, más que en su
imaginación, y por una vez, simplemente lo aceptó sin preguntas ni temores. En
silencio, ella absorbió su cometido, sin sentido de la espera, y él parecía contento
de dejarlo así.
―Por fin ―dijo ella―. Dante sabe de ti. Él y sus amigos sabían de la espada.
Habían visto las imágenes de un libro.
―Es posible ―admitió. Y durante un momento, no dijo nada más. Había dolor
con su presencia, como siempre había, pero la alegría la compensó por esto,
porque él estaba allí a su lado cuando ella había pensado que se había ido. Él
no la tocó, ni siquiera tomó su mano, lo cual fue una lástima. Desde la primera
vez que había llegado a St. Andrews como una estudiante ingenua y romántica,
se había imaginado a sí misma caminando por el West Sands, al atardecer, de la
mano con un amante cuyo rostro era tan vago como su nombre. Nunca había
sucedido, y no daría el paso para hacerlo ahora.
Saloman dijo: ―Podríamos salir mañana por la noche.
Ella levantó la mirada hacia el creciente número de estrellas en el cielo, como
esperando que la respuesta correcta estuviera allí. Era tan probable como
cualquier otra cosa.
Ella tenía poco que perder acompañándole. Su trabajo aquí estaba más o menos
terminado. Le debía a los cazadores un poco de investigación, incluso un poco de
esfuerzo para detener la marcha aparentemente inexorable de Saloman hacia
la dominación del mundo, y le debía a Josh algún tipo de protección. Y si Dante
fuera todo lo que Saloman dijo que era, entonces tal vez se debía al mundo un
pequeño esfuerzo para poner detenerle. Si esas eran las únicas razones que le
instaban para ir a Estados Unidos, entonces estaría en el próximo avión.
Pero más urgente que todas esas cosas era su deseo por el hombre, el vampiro,
que caminaba en silencio a su lado. Si no quisiera tanto ir con él, habría sido más
fácil decir que sí.
―Yo no puedo funcionar ―dijo ella―, si soy perversa, o el mundo lo es.
―¿Qué importa?
Ella pensó en ello. El mundo le importaba. La responsabilidad importaba. Y al

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lado de esas cosas, la paz de la mente de una mujer no muy importante no


contaba realmente para mucho.
Ella le dijo: ―Saldremos mañana por la noche.

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Capítulo 8
Traducido por littlegirl
Corregido por Selene

N o era una noche fría. De hecho, después de Escocia, el clima de


Nueva York era gratamente suave. Sin embargo, permanecer
sentado durante mucho tiempo pareció congelar los huesos de
Josh. Quería salir del coche y correr de regreso a su apartamento a tomar un
baño en la bañera y una copa del excelente whisky que había llevado a su casa.
A pesar de las peleas entre bandas callejeras que habían estallado en toda la
ciudad la otra noche, él estaba seguro de que este barrio sería lo suficientemente
seguro como para ir a pie. Pero estaba condenado si se iba antes de que el
detective se presentara.
Josh miró su reloj otra vez, luego se acomodó fuera del coche y empezó a pasear
por la acera. En el edificio de apartamentos al otro lado de la carretera, las luces
de Dante seguían encendidas. Josh había estado observando a su apartamento
por las dos últimas noches, sin ver nada más interesante que el visitante extraño
familiar, o el Senador entrando en su coche para ir a una función u otra. Pero no
pudo ver ningún daño en provocarle un poco.
Josh tenía un plan doble: o bien encontrar él mismo la espada, o volver a Dante
con la pretensión de saber que pensaba hacer acerca de la captura del villano
ficticio. A pesar de que era consciente de que algunos, como Elizabeth Silk,
llamarían obsesión a su determinación, no lo detuvo. Necesitaba ese recuerdo
de su padre.
Josh cruzó la carretera, lanzándose con destreza entre los que pasaban, aullando
a los coches, y se encaminó a la construcción de Dante. El hombre de guardia
en la sala perdió su expresión desdeñosa casi de inmediato y vio con ojos
desorbitados a Josh. ―¿Puedes ver si el Senador Dante está? ―Josh preguntó
amablemente―. Soy Josh Alexander.
El hombre se calmó lo suficiente como para hacer la llamada y un segundo
después estaba señalando a Josh el ascensor. ―Recto a la cima, señor.
Josh asintió con la cabeza y volvió a sonreír mientras las puertas se cerraban.
Tendría que firmar autógrafos a la salida.
El Senador estaba solo y parecía encantado de darle la bienvenida. Josh nunca
había estado en este apartamento antes y adivinando por la desnuda vivienda,
el Senador no estaba aquí mucho. Evidentemente, Josh miró a su alrededor en
busca de signos de la espada o el escudo antiguos por si habían sido envueltos.

112 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

No era sorprendente que no hubiera ninguno.


―Me estaba preguntando ―dijo Josh―, ¿si había tenido noticias de la espada?
―El único punto que en el que había estado de acuerdo era no involucrar a la
policía. Por un lado, ninguno de ellos quería hacer publicidad de sus tesoros, y
por otro, ambos eran conscientes de que en este crimen en particular, el alcance
de Dante estaba mucho más allá del de la policía escocesa.
―No, siento decirlo ―respondió Dante, caminando hacia un gabinete en el que
había una jarra de cristal y cuatro vasos limpios―. O de mi copa. ¿Pero se enteró
de lo que le pasó al pobre Bill Cartwright?
Josh frunció el ceño, espantando la bebida que el Senador le tendía en silencio,
mientras que se servía una para sí mismo. ―¿Bill? ¿El tipo de antigüedades? ¿Qué
pasa con él?
―Él fue asaltado en Escocia... murió de sus heridas.
―Mierda ―dijo Josh, sentado en el sillón de cuero duro y tratando de averiguar
lo que eso significaba―. Mierda, eso fue mala suerte.
―Me asusta como el infierno ―dijo Dante tomando asiento frente a él―. Sé que
estas cosas pueden suceder a cualquiera en cualquier ciudad, pero ¿no crees
que el tiempo es un poco... extraño?
Josh cerró la boca. ―¿Crees que tiene algo que ver con el robo? ―Sonaba
demasiado incrédulo, pero no le importaba mucho. Estaba seguro de que Dante
había tomado la espada. Sin embargo, el robo en sí parecía casi honorable en
comparación con el delito de tratar de echarle la culpa a su amigo muerto
trágicamente. Había esperado que Dante culpara a un ladrón totalmente
ficticio. Aunque si eso significaba el regreso de la espada....
―Me parece que estaba en malas compañías. ―Dante tomó un sorbo de la
bebida y la colocó sobre la mesa pulida a su lado―. Bill estaba en problemas
financieros, ya sabes. Creo que para resolver sus problemas, podría haber llegado
a un acuerdo con algunas personas desagradables y luego robarnos a ti y a mí
al final. Algo falló cuando trató de entregar, y le mataron tomando la espada y
la copa con ellos.
Inquieto, Josh consideraba fuertemente lo contrario, a cara descubierta, y casi
se lo cree. Dante frunció el ceño de la ansiedad, una pizca de vergüenza en sus
penetrantes ojos azules por el pensamiento y la transmisión de tales sospechas.
La infelicidad se escondía alrededor de las líneas de su boca apretada. Ya sea
que el Senador era sincero, o que era un buen actor con sangre fría.
Josh ya sabía que era un buen y sangriento acto.
―¿Supongo que tiene más pruebas que una conjetura? ―dijo.

Traducido en Purple Rose 113


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dante inclinó la cabeza. ―Lo tengo. Aunque no es concluyente.


―¿Algo que quiera compartir?
Dante sonrió ligeramente. ―En realidad, no, Josh, no lo haría. Pero no he
renunciado a ello. Yo le haré saber de inmediato si descubro su espada. Tú sabes
lo mal que me siento tal cosa suceda en mi casa.
―Sí, creo que sí ―dijo Josh ambiguo. Se puso de pie―. Me sorprendió que todavía
estuvieras en Nueva York ―observó―. Pensé que te habías ido directamente a
Washington.
―Tengo algunas cosas que atender aquí en primer lugar. Manténgase en
contacto, Josh.
Josh asintió con la cabeza, deliberadamente alejándose antes de que el Senador
pudiera ofrecerle su mano. Dudaba de que jamás pudiera perdonar a Dante,
fuera por el truco de Elizabeth o por el robo de la espada. No a menos que el hijo
de puta se la devolviera.
Josh bajó en el ascensor, firmó autógrafos al portero, y se dirigió hacia el exterior.
Un hombre que se refugiaba en la puerta dijo: ―Buenas noches, señor Alexander.
―Ah. Buenas noches, ―Josh se volvió cortésmente. Miró a su alrededor para
asegurarse de que no estaban siendo escuchadas―. Está allí ahora. Necesito
saber todos los visitantes que tiene, y todos los lugares a donde vaya.
―Sí, señor. Cómo usted diga.
―Gracias ―murmuró Josh con una inclinación de cabeza, y se dirigió a hacia
su coche.

***

Elizabeth no creía que dormiría en absoluto en el largo vuelo transatlántico.


Con Saloman a su lado, necesitaba todo su ingenio sobre ella todo el tiempo.
Y en todo caso, estar tan cerca de él casi tocándose, se sentía como una
constante chispa de electricidad, manteniendo en ella un permanente estado
de excitación. Pero de alguna manera, el zumbido de los motores y el cansancio
enorme habían llegado a ella, porque se despertó con las luces de la mañana,
el sueño se quedó a la mitad sintiendo el lento latido constante, poderos de su
corazón bajo el brazo.
Su mejilla estaba en seda fría sobre carne fuerte. Se había quedado apoyada
en él mientras dormía, la cabeza metida debajo de su cuello, sus brazos sobre su
pecho. ¿Cuánto tiempo había estado así? No importaba, debería arreglarlo de

114 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

inmediato y pedir disculpas... Excepto que se sentía tan bien. Podía permitirse este
momento de felicidad secreta. Si él pensaba que estaba dormida, ella podría
disfrutar de su aroma familiar, distintivo, la fuerza de su delgado y musculoso
cuerpo, el simple placer de estar cerca de él.
Su mano le acarició el cabello, se colocó en la nuca, y un agradable hormigueo
le recorrió por la cabeza y le recorrió la espalda. Abrió los ojos, bebiendo de los
ojos de él, aunque lo único que veía eran los botones de su camisa y la mano
larga, pálida descansando en su regazo.
Podría acostumbrarme a esto. Oh, pero no podía...
No era sólo el momento presente, el que había causado el aumento de la
añoranza. Era estar en su compañía tanto tiempo. Se había quedado en su piso
desde su encuentro en la playa. Había dormido en su propio dormitorio mientras
él tocaba música y veía la televisión, e incluso utilizaba su laptop en la sala
de estar. Había mantenido la distancia entre ellos tan bien que no hizo ningún
esfuerzo para unirse a ella.
Y al día siguiente, cuando ella había llegado a casa del trabajo después de
negociar con Richard para salir temprano, todavía había estado allí. Como no
tenía idea de qué decirle, los silencios eran largos, y sin embargo poco a poco
había dejado de ser incómodo y la charla había comenzado a fluir naturalmente,
hablaban de cosas que nada tenían que ver con los vampiros o las espadas o
dominar el mundo.
Durante largos períodos, había permanecido en el sofá con los ojos cerrados, y
tenía la impresión de que se estaba comunicando telepáticamente. No preguntó
con quién. No quería saber.
Se dio cuenta de que era peligroso caer en esto... la comodidad con él, pero tenía
la esperanza de que mientras mantuviera la distancia física, tal vez sobreviviría
tomar este riesgo.
Y ahora había dejado que se deslizara demasiado. Su mano se movió sobre su
pelo y se instaló en la espalda, explorándola ligeramente. Como si le importara.
Como si todavía significara algo más que el amor de un momento de una vida
muy larga.
Ella cerró los ojos. ¿Por qué tengo que creer eso? Muchas mujeres han vivido y
muerto con el amor de Saloman. Me pregunto cuántas realmente le llamaron la
atención. ¿Quién le cuidará cuando yo muera?
Horrorizada por la dirección de sus pensamientos, me senté, hablando entre
dientes: ―Lo siento. ―Su mano se deslizó fuera. Afortunadamente, la azafata
pasó, sirviendo bebidas, y cuando le entregaron su jugo de naranja, ella fue
capaz de mirarlo a los ojos de nuevo. Incluso podía estirar las piernas y decir con
satisfacción―: La primera clase es buena.

Traducido en Purple Rose 115


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―Me alegro de ayudar ―dijo, una pizca de humor brillante en sus ojos oscuros.
Para todos los efectos, había existido durante unos pocos meses en el mundo
moderno, y sin embargo, nada parecía perturbarle. No los poderosos vuelos de
negocios o transatlánticos. Se sentía como en casa.
Bebí un sorbo de jugo, mirándolo por encima del borde de la copa y contando
las veces que ella le había visto desconcertado.
Una vez. Sólo una vez, cuando había tirado la estaca con la que había querido
matarlo y lo besó en su lugar. Había durado sólo un instante, pero lo atesoraba
tanto como el amor feroz, urgente que había llegado después.
El calor comenzó a extenderse por todo su cuerpo. Antes de que pudiera llegar a
su cara y la traicionara, dijo con un dejo de desesperación: ―¿Es esta realmente
la primera vez que has estado en Estados Unidos?
―Desde que me desperté, sí. Estoy seguro de que tus amigos cazadores han
dicho que ese es el caso. ―Él habló en rumano, sin duda en consideración de
sus compañeros de viaje, que posiblemente podrían escucharnos.
Me pregunté si conocía a los cazadores que le habían perdido por largo período
de tiempo. Pero, por supuesto que sí. Era totalmente deliberada, para dar a su
"caracterización” de Adam Simon un buen comienzo. Elizabeth hizo caso omiso
de la punzada de culpa porque todavía no les había dicho acerca de su nueva
identidad. Tenía la sensación de que Simon era la relación comercial de Saloman
que Mihaela estaba siguiendo, y que debería haber salvado a su amiga del
problema con sólo informarle abiertamente de que Simon era Saloman.
Esta extraña doble lealtad funcionaba sólo si ella y Salomon permanecían
separados. De lo contrario, siempre traicionaría a alguien. Así que se lanzó al
ataque. —Me dijeron que los vampiros de América del Norte no te reconocen.
¿Es otra razón para ir allí?
―Por supuesto ―dijo serenamente.
Ella dejó su copa sobre la mesa, y le echó una mirada dudosa. ―No vamos a
iniciar una guerra aquí, ¿verdad?
―Rara vez empiezan las guerras.
―He oído que una está en marcha ya.
Saloman se encogió de hombros con elegancia. ―Una escaramuza un poco
tonta con demasiados daños colaterales. Es la razón de la visita.
―¿Es eso lo que sucedió en España?
―Siempre hay algunos que no atienden razones.
―¿Estás esperando que los vampiros de América escuchen?

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―Con el tiempo. ―Él sonrió, con una curvatura leve del labio que se desvaneció
casi tan pronto como se formó.
―No es tan fácil para mí decirle a la mierda cuando en realidad estoy justo en
frente de ellos.
A pesar de sí misma, Elizabeth soltó una risa. ―¿Es eso lo que dijo?
―Querido Travis ―dijo Saloman con cariño―. Estoy ansioso por contar con su
amistad.
***
Elizabeth paseaba por la azul y espaciosa suite de oro, tocando los respaldos
de las sillas, la madera pulida de las elegantes mesas, la tela gruesa de las
elaboradas cortinas de las ventanas de cuerpo entero. Nunca había estado en
un hotel de lujo en su vida.
Pero sólo había una cama.
―Es tuya ―dijo Saloman, mientras la puerta se cerraba detrás del portero que se
iba, y se dio vuelta para mirarlo de frente, casi culpable―. Yo no duermo.
―Me gustaría que dejaras de leer mi mente ―dijo con tristeza.
―En este caso, sólo estaba leyendo tu cara.
Mientras caminaba hacia ella, volvió la mirada hacia la ventana, bebiendo de
las impresionantes vistas verde oscuro por debajo de Central Park, y fuera de
ella, el famoso horizonte de Nueva York, se iluminado en la noche.
―Esto es increíble ―murmuró―. No sé si debo darte las gracias por este lujo o
regañarte por sin embargo insistir en pagarlo.
―Nada de esto es necesario. ¿Por qué no duermes?
―Podría tener una ducha rápida en este cuarto de baño de belleza extraordinaria
en primer lugar.
A pesar de que el agua no era tan rápida como había previsto, sirvió al propósito
de hacer su sueño verdad. Al salir del vapor en su camisón, el único elegante,
con una bata de baño del hotel agarrada en frente de ella como un escudo,
regresó rápidamente al dormitorio y se deslizó entre las sábanas frescas de la
enorme cama.
Por la puerta abierta, podía ver Saloman moverse a lo largo de las ventanas
de la sala de estar, tocando el cristal. Parecía estar murmurando para sí mismo,
como si estuviera hablando por su teléfono. Pero no era así.
Intrigada, lo miró hasta que se trasladó fuera de su vista. Una vez más, oyó el
murmullo sin ser capaz de distinguir las palabras. Luego entró en la habitación,

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y fue golpeada de nuevo por su enorme presencia, grande y sólido, y casi


ridículamente sexy. Le encantaba su manera de moverse dentro de sus pantalones
vaqueros oscuros, la influencia sutil del movimiento felino de sus caderas que
parecían hablar directamente a sus propias caderas. Su hermoso rostro tenía
una expresión de concentración grave, haciéndole aún más atractivo por el
mechón de cabello azabache que caía hacia adelante sobre la mejilla y la
frente.
―¿Qué estás haciendo? ―preguntó ella con curiosidad.
―Preparando nuestra seguridad ―dijo de forma inesperada―. Añadiendo unos
cuantos seguro a las puertas y ventanas.
Malestar se trenzó a través de su sorpresa. ―¿Tienes miedo? ―dijo ella, incapaz
de retener el asombro en su voz.
Sus labios temblaban. ―Soy cauteloso. Estoy solo en una ciudad donde un gran
número de vampiros quieren que me vaya, y juntos podrían ser capaces de
hacer que suceda.
El temor aumentó tan rápido que se sentía como pánico. Había caído en el
hábito de pensar que era invencible, invulnerable. Pero no era así. Saloman
podrían morir de nuevo.
―¿Por qué has venido aquí? ―preguntó ella, escuchando la angustia en su
voz―. Si el riesgo es tan grande...
―Vale la pena el riesgo. Estoy preparado y protegido. Y nada nos dañará. ―Él se
acercó a ella y un pánico fresco, muy diferente inundó a su presa.
―No tengo miedo por mí ―objetó ella, y él sonrió. Su corazón se estremeció, pero
toda su cara se había suavizado, mientras recordaba sus sueños más íntimos. La
forma en que la había mirado en su palacio en Budapest, en su cama la noche
antes de separarse. Y se dio cuenta que no lo había visto tan vigilante desde que
se reunieron de nuevo. Como si se hubiera vuelto más y más frío sin ella.
Él se sentó en la cama, inundado con la memoria y una entrada brusca de la
lujuria, le resultaba difícil respirar.
―¿Por qué… ―se preguntó―, la ansiedad que me mueve es la seducción más
apasionada de otra mujer?
Ella soltó una risa temblorosa. ―Porque tú sabes que apesto en la seducción.
Algo ardía en sus ojos color negro. ―Yo estoy dispuesto a que vuelvas a intentarlo.
Sólo para practicarlo.
―¿Crees que necesito practicar?
―No, pero yo sí.

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Ella tragó saliva, tratando de no ahogarse en sus ojos, en sus propias necesidades.
―No tengo idea de qué estás hablando.
―Sí, tú la tienes. ―Se inclinó hacia ella y su corazón pareció detenerse. Extendió
la mano y tocó el pulso latiendo en la base de su garganta―. He decidido
seducirte, y aún no te he seducido. He decidido matarte, y te he seducido de
nuevo. ―Sus dedos se perdían alrededor de su cuello en la vena lateral, donde
en voz baja, dio un sensual masaje―. Nunca sentí como me perdía, pero sé que
pasó.
Ella tragó. ―Nunca como yo.
―¿Qué te parece, Elizabeth? ¿Domaras a un monstruo? ¿O resistirás la tentación?
Su mirada siguió sus dedos, y con entusiasmo malvado, reconoció el hambre en
sus ojos. Era más que sexual. Quería su sangre. El monstruo estaba lejos de ser
domesticado, y Dios la ayudara, su miedo a él sólo alimentaba su propia hambre.
―No debería amarte y lo hice ―susurró. Mi alma se muere cuando estamos
separados.
Como si escuchara sus pensamientos, su mirada cambió de nuevo a su cara,
y la sed de sangre poco a poco murió, dejando sus ojos negros y opacos. Sin
embargo, todavía tenía miedo de moverse. Siempre se podía mover más rápido.
Dijo suavemente: ―No estamos tan lejos, tú y yo, y estamos aquí juntos. ―Su
mano se deslizó hacia ella para acariciarle el pelo de la frente―. Duerme. Y
luego vamos a hacer lo que vinimos a hacer.
***
Estaba oscuro en el dormitorio cuando Elizabeth se despertó, porque a pesar de
que era media mañana, las cortinas estaban cerradas. Se levantó y las abrió de
nuevo, dejando la increíble vista de Nueva York y el sol. No pudo evitar sonreír. Se
volvió y paseó por el resto de la suite en la búsqueda de Saloman para compartirlo
con él, pero estaba sola.
Con un suspiro, volvió a la habitación para terminar de desempacar y vestirse.
Estaba distraída cepillándose el pelo frente al espejo cuando Saloman entró sin
previo aviso. Vestía un traje elegante y camisa de seda blanca como la nieve,
con el cuello abierto, y aunque el pelo estaba recogido ligeramente detrás de
su cabeza, se las arregló para verse un poco salvaje y peligroso. Su belleza hizo
doler su garganta.
Atravesó la sala de estar detrás de su silla, y se encontró con su mirada en el
espejo.
―Tienes reflejo ―dijo ella con voz débil―. Nunca lo he visto antes.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

―Por supuesto que sí. Bram Stoker no tiene razón en todo.


―Es un mito que he escuchado de diversas fuentes ―dijo ella a la defensiva.
De repente, su figura desapareció y ella sacudió la cabeza con alarma para
verlo de pie a varios metros a la izquierda.
―La velocidad del movimiento ―observó―. Si me muevo con suficiente rapidez,
podrías pensar que todavía estoy detrás de ti y no hay reflejo.
Elizabeth cerró la boca. ―Qué lástima que no pueda usarlo en mi tesis. ¿Qué
pasa con el traje? ¿Iras a ver al gerente del banco?
―Casi. Voy a visitar a Eduardo Dante.
Ella frunció el ceño y dejó su cepillo. ―¿Edward Dante?¿No Grayson?"
―No Grayson. ―Él estuvo de acuerdo, vagando hacia la ventana―. Es hora de
pensar en lo que va a pasar con la riqueza de Dante cuando Grayson muera.
Ella debería haber estado preparada para la decepción, pero no lo estaba.
Sentía como un dolor corrosivo en su estómago. ―El camino al poder en esta
época es la riqueza ―citó con amargura―. A ti realmente no te importa un
comino la amenaza de Dante al mundo, ¿verdad? ¿Algo de esto ha sido cierto?
―Cada palabra ―dijo suavemente. La cortina se movía, al parecer por su
propia voluntad, bloqueando la luz del sol, que había amenazado con pasar
directamente a él—, pero el dinero no va a desaparecer. Puedo hacer un
excelente uso de él.
Oh, Dios, oh, mierda, ¿por qué estoy de acuerdo en ir con él? ―¿Qué vas a
hacer con Edward Dante? ―dijo con voz ronca, arrastrando su mirada de la
cortina de cierre automático.
Saloman se apartó de la ventana y se encontró con su mirada. Sus ojos eran
negros como el carbón. ―Iré sobre él poco a poco. Al igual que una comida
gourmet.
Ella se puso de pie, para hacer o decir qué, no estaba segura, y antes de que
pudiera decidirlo, ya estaba hablando de nuevo.
―O yo podría hablar con él. Tú puede venir, si te gusta, y ver.
Ella lo miró fijamente, y poco a poco se convenció a sí misma para relajarse. Casi
podía imaginar que había herido sus sentimientos. En cualquier caso, descartó la
burla para cenar. Estaba vestido, ella se imaginaba, como Adam Simon, y que iba
a hacer negocios en lugar de matar. Había alivio allí, y sin embargo, el incidente
sirvió un poco para recordarle una vez más cómo de irreconciliablemente
diferentes eran sus puntos de vista.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Se dio la vuelta. ―No quiero ver. ¿Realmente imaginas que la acumulación de


dinero te traerá poder?
―Funciono para Dante.
—Junto con las conexiones de la familia que pasaron a las nuevas generaciones.
Dante es un americano puro. Tú eres todo lo contrario. —Ella dijo en voz baja—.
Tú desprecias a Dante. ¿No ves que en realidad eres igual que él?
Sus largas pestañas negras bajaban sobre su pálida mejilla y se levantó para
revelar sus ojos oscuros, burlándose una vez más. Caminó hacia ella con
deliberación de tal manera que le tomo hasta la última gota de auto-control no
entrar en pánico y salir corriendo. Llegó hasta ella, tan cerca que su chaqueta
rozó la curva de sus pechos. Le cortó la respiración mientras inclinaba la cabeza,
pero sus labios no tocaron los suyos, no del todo. No había calor, no había aliento
para remover la piel, y sin embargo estaba al tanto de cada movimiento de su
boca, casi deslizándose por la mandíbula a su cuello, y hasta su oreja.
—No —susurró—. No lo soy.
Elizabeth cerró los ojos, tan aterrada de su propio aumento del feroz y desesperado
deseo como por el conocimiento de su ira. ¿Lo había hecho enojar antes? Triunfo
extraño peleaba con el miedo y el remordimiento.
No pasó nada. Cuando ella abrió los ojos, ya estaba en la habitación. ―No
vayas ―aconsejó. Y un instante después se había ido. Ni siquiera oyó cerrarse la
puerta.
Elizabeth dejo salir el aliento y se agarró la garganta, como para mayor
comodidad. Aparte de sus ganas de reír, el resto estaba demasiado enojada
con él, tanto por perseguir la riqueza y el poder —al igual que Dante— y, más
trivial, por haberse atrevido a decirle que no se apagara. Esas cosas.
Escarbando en su bolsa, rebuscó hasta encontrar el trozo de papel con la
dirección de Nueva York de Rudolph Meyer.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 9
Traducción SOS Susanauribe y SOS Little Rose
Corregido por Aldebarán

M anejando por su país natal de Romania por segunda vez en una


semana, Mihaela encontraba difícil apreciar el paisaje. Iban
a hablar con unos cuantos turistas a los que les preguntarían
sobre vampiros, para descubrir cuan serio era su interés. Algunos turistas no sólo
se ponían en peligro al atraer la atención de los vampiros, sino que afectaban
el precario balance que mantenía en secreto a los vampiros de la población.
Aunque Mihaela entendía la importancia de la tarea, sus pensamientos persistían
en la similitud entre esta misión y la que la había llevado a Elizabeth. Cuando
ellos habían salido de Budapest entonces, Elizabeth Silk sólo había sido una
investigadora; para al momento que nos encontramos con ella, se había vuelto
la Despertadora y ni siquiera lo sabía.
Y ahora, habiendo despertado a Saloman, parecía que podía ser la única
destinada a destruirlo. Ciertamente, había soportado suficiente al ir a América y
“golpear” a los amigos de Saloman.
—No deberíamos haberla dejado hacer eso —Mihaela dijo abruptamente desde
el asiento trasero.
Ninguno de los hombres pretendió no entenderla. —No podíamos detenerla,
una vez que trajo el tema a colación —István señaló.
—¿Por qué surgió el asunto? ¡La estamos usando para que haga nuestro trabajo!
—Ella nos está ayudando a hacer nuestro trabajo —Konrad corrigió—. Se ofreció,
y es nuestro deber usar cualquiera oportunidad disponible. Ella sabe el resultado.
—La enviamos al mismo país que Saloman, en el medio de una guerra vampírica,
con una misión que nosotros deberíamos luchar.
—Si el asunto Severin es muy peligroso, ella sabe cómo retroceder. Sólo
contactando al descendiente Rudolph Meyer será una gran ayuda ahora que
Saloma está en USA. Además —Konrad añadió confortablemente—, si las cosas
se ponen ásperas puede llamar a los cazadores Americanos.
Mihaela se inclinó hacia adelante entre los asientos delanteros. —¿Por qué no les
decimos que ella ya está allí? —sugirió.
—Porque entonces ella no será capaz de matar a Severin

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Mihaela se sentó de nuevo y miró la parte posterior de sus cabezas con hostilidad.
—¿Sabes qué es lo que odio de ti, Konrad? Tu pragmatismo.
—Eso nos mantiene vivos y nos hace el equipo de caza más exitoso del mundo.
Mihaela dio una pequeña y sin humor risotada. —Esperemos que eso también
mantenga a Elizabeth viva también.
***
El apartamento de Rudolph Meyer estaba en un viejo y arruinado edificio. El
elevador no funcionaba, así que Elizabeth tomó las estropeadas escaleras al
segundo piso y, a través de un corto y desnudo corredor, descubrió la puerta con
Meyer garabateado sobre una cartulina con un lápiz negro y pegado con cinta
adhesiva a una placa anterior.
Música venía de dentro del apartamento, así que al menos estaba dentro.
Elizabeth tocó el timbre y, luego de esperar varios momentos sin respuesta,
golpeó fuertemente. Después de otro medio minuto, timbró y golpeó de nuevo.
Oh, Dios, ¿Saloman ya estaba aquí?
¿Protegiendo a Josh, había condenado a lo desconocido a Rudolph como el
único que seguía a su disposición?
Pero no, estaba segura de que podía oír voces por encima de la música. De una
mujer y un hombre. Poniéndose en cuclillas, puso su ojo en el cerrojo antiguo,
justo cuando la puerta se abría.
—Ah —Elizabeth dijo. No había sido parte de su plan antagonizar al descendiente
con un espionaje tan obvio. Un hombre blanco con cabello plateado grisáceo,
alrededor de cuarenta y cincuenta de edad, la miró. Así también la joven mujer a
su lado, una chica negra que seguía en sus veinte, vestida con el mismo gastado
tipo de equipo de combate que el hombre, probablemente, Rudolph Meyer.
—¿Quién demonios es usted? —dijo él, empujándola mientras ella se ponía de
pie. Él se volteó para cerrar fuertemente y ponerle seguro a la puerta.
—Soy Elizabeth Silk —dijo aturdida.
La mujer paso a su lado también, y la pareja se alejó hacia las escaleras. Con
algo de asombro, Elizabeth se dio cuenta que simplemente la iban a ignorar e
irse.
—Estoy buscando a Rudolph Meyer —dijo, apresurándose detrás de ellos.
—Lo has encontrado —el hombre miró por encima de su hombro. Él y la chica
usaban mochilas bien rellenas, y sus bolsillos parecían gordos mientras sus jerseys
colgaban alrededor de sus caderas.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Puedo hablarle por un momento? —Elizabeth preguntó, siguiéndolos mientras


ellos corrían escaleras abajo.
—Ocupado —dijo Rudolph Meyer.
—¿Entonces puedo venir luego?
—No. Seguiré ocupado.
—Sr. Meyer, ¡es importante!
—Y esto también lo es —dijo él con extraña severidad, y a su lado, la chica se rió.
Emergiendo a la calle, ellos marcharon directo a una camioneta. Claramente,
iban a subir y alejarse sin escuchar una palabra de lo que ella tenía que decir. Era
tan frustrante como tratar con el recepcionista del hotel en Edimburgo.
Lanzándose hacia delante, Elizabeth se interpuso entre Meyer y la puerta del
conductor.
—Sr. Meyer, tiene que escucharme —ella anunció, tan impactante como podía
serlo—. Los vampiros existen, y usted está en extremo peligro.
Ella sabía el riesgo. Estaba preparada para una cadena verbal de ridículo abuso,
a punto de esquivar un puño o incluso un cuchillo, a rendirse sin más a cualquier
amenaza de arma de fuego. Lo que no esperaba era la sonrisa burlona que se
puso en el rostro de Meyer.
—Sin mierda, Srta. Sherlock —dijo él. Tomó a Elizabeth un momento de perplejidad
darse cuenta de que él estaba sosteniendo abierto uno de los bolsillos de su
jersey.
Lentamente, ella bajó su mirada, lista para retroceder tan pronto como viera
cualquier arma que él estuviera usando.
Él tenía un bolsillo lleno de pequeñas y afiladas estacas de madera.
***
Minutos después, Elizabeth se encontró apretujada en el asiento delantero de
la camioneta entre la chica y la puerta, principalmente porque había saltado
dentro cuando nadie se lo prohibió, golpeando contra las calles de la ciudad.
Inclinándose hacia adelante para ver más allá de la chica a Rudolph, Elizabeth
dijo: —¿Así que ya sabes que eres el descendiente de un asesino de vampiros?
—Fui atacado por un vampiro hace dos años, justo fuera de mi departamento.
Si no hubiera sido por Cyn, aquí, pasando en el momento adecuado, hubiera
sido un desahuciado. Ella lo apuñaló con la parte de madera de su paraguas
y se convirtió en polvo. Hemos estado cazando esas jodidas criaturas desde

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entonces. Luego, hace unos meses, empecé a recibir llamadas diciendo que
descendía de alguien que había matado a un pez gordo de los vampiros, y
ahora ese vampiro había despertado de nuevo, así que debería cuidarme. Los
ignoré, pero descifré que esa podía ser la razón por la que ese vampiro me eligió
en primer lugar.
—Usted tiene el aroma de una presa fuerte —Elizabeth estuvo de acuerdo. Miró
hacia la chica, Cyn—. ¿Cómo supo cómo matar el vampiro?
Los largos y curiosos ojos café oscuro encontraron su mirada. —Adiviné. Los
había visto antes, sabía lo que eran, aunque las personas me llamarían loca si lo
mencionaba. Es por eso que tenía ese paraguas en particular, y es por eso que
lo afilé.
—Wow… —Por un momento largo, Elizabeth la contempló con abierta admiración,
antes de que preguntara—: ¿Saben los cazadores de vampiros Americanos
sobre ustedes?
Rudolph y Cyn sonrieron. —Somos los cazadores de vampiros —Rudolph dijo con
un avistamiento de orgullo.
Elizabeth eligió dejar la discusión para luego, optando por el punto más inmediato.
—¿Es ahora a dónde se dirigen? ¿Caza de vampiros? ¿En plena luz del día?
—El mejor momento —Rudolph dijo—. Están encerrados y en reposo. Encontramos
un nuevo nido anoche. Deberíamos ser capaces de limpiar el lote antes de la
noche.
Elizabeth pestañeó, diciendo: —¿Necesitan ayuda? —ofreció.
Rudolph y Cyn intercambiaron miradas.
Rudolph dijo: —Sin ofender; señorita, pero si no puedes pelear, eres más un
estorbo que ayuda. La oportunidad de que todos estén durmiendo es remota.
—Puedo pelear un poco —Elizabeth dijo humildemente.
—¿Contra vampiros? —Cyn exigió, ya desabrochando su cinturón de seguridad
mientras Rudolph llevaba la camioneta hacia un alto afuera de un edificio de
oficinas en desuso, con las ventanas tapiadas y carteles con el nombre de alguna
empresa de la construcción.
—Principalmente —Elizabeth dijo con arrepentimiento—. Deberían saber que soy
quién despertó este antiguo vampiro del cual hay tanto alboroto. También, él
está en Nueva York y es fuerte, mucho más fuerte de cualquier cosa con la que
se hayan enfrentado hasta ahora.
Rudolph ya se había bajado, pero se volteó ahora para mirarla a través de la
puerta abierta. —¿Crees que nuestro nido lo incluya?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—No. No lo creo —No a menos que él esté visitándolo en el momento


equivocado—. Pero deberían estar preparados.
Rudolph dio un leve asentimiento y se volteó lejos.
—Estás dentro —Cyn dijo secamente—. Si puedes soportarlo.
Rudolph condujo rápidamente a la parte trasera, y a través de un tablero de
ventana que aparentemente había aflojado la noche anterior. Elizabeth lo
siguió, saltando ligeramente en el sucio suelo, y sacó sus estacas mientras corrió
con ellos a las escaleras.
En el segundo piso, pararon, presionándose contra la pared e indicaban la
puerta a la izquierda. Su ventana también estaba tapiada, así que Elizabeth no
podía ver dentro. En el silencio, sólo podía escuchar el latir de su propio corazón.
Los pechos de sus compañeros se inflaban y caían rápidamente, pero no hacían
ningún sonido. Ni nadie en el otro lado de la puerta, o en cualquier otro lugar del
edificio.
Cyn tenía el ceño fruncido. Lentamente, Elizabeth se acercó más a la puerta,
segura, de algún modo, que nada ni nadie acechaba en el otro lado.
—Se han ido —Cyn dijo planamente, y Elizabeth le dio otra curiosa mirada.
Cuando entras en contacto frecuente con vampiros, tienes un sentido de ellos.
Como Elizabeth, Cyn claramente no había sentido ninguna sensación que
advertía peligro.
Sin inmutarse, estaca en cada mano, Rudolph entró de sopetón por la puerta.
La gran oficina estaba vacía. Sin divisiones, sin muebles o equipo más allá de un
par de alambres tendidos en el piso. Y definitivamente sin vampiros.
Y sin embargo, cuando Elizabeth tocó el cerrojo, un escalofrío subió por su
columna. Creía que Rudolph y Cyn habían rastreado vampiros aquí. Imaginó
que sentiría algún distante eco de su presencia.
—¿Quiénes eran estos vampiros? —ella preguntó—. ¿Te conocían?
—Creemos que estaban involucrados con las grandes peleas callejeras de la otra
noche —Cyn dijo, tocando la pared con las puntas de sus dedos y pasándolos
mientras caminaba hacia adelante—. Recién llegados, desafiando por territorios.
O en favor de Saloman. —¿De Los Ángeles? —dijo en voz alta—. ¿Severin?
—No estamos en términos de nombres —Rudolph dijo, pateando la pared con
frustración—. ¡Maldita sea!
—No creo que se hayan ido hace mucho, Rudy —Cyn dijo, los ojos cerrados—.
Tal vez menos de una hora.

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—¿Puedes sentir eso? —Elizabeth le preguntó, fascinada.


Cyn la miró. —Sí. Y También tú podrías, si lo intentaras.
Elizabeth se acercó hacia ella. —Cyn, ¿también eres un descendiente?
La chica se encogió de hombros. —No que yo sepa. Sólo siento cosas, ¿sabes?
¿Una genuina psíquica humana? Elizabeth no podía descontarlo, pero tan
intrigante como era, no podía permitirse la divagación.
—También estoy buscando vampiros. Particularmente a Severin, si él está con
ellos.
—Seremos unos malditos afortunados si logramos alcanzarlos —dijo amargamente
Rudolph—. Los vampiros los atraparán.
—Quizás no. Creo que están dando vueltas para encontrarse con Saloman.
El Antiguo. —¿A no ser que ya se hubieran encontrado y se estén yendo? Su
primera misión encomendada, sin importar lo innecesaria que se hubiera vuelto,
iba a tener que cumplirla rápido si quería una segunda—. ¿Adónde iría yo si
quisiera encontrarme con un vampiro en Nueva York? —preguntó abruptamente,
esperando que hubiera un equivalente al club Ángel en Budapest.
—Central Park a la noche —dijo Cyn—. Si no quieres tu vida. —Comenzó a
caminar a la puerta—. ¿Te llevo?

***

Aunque Josh la recibió cuando el elevador se abrió en su departamento, se


veía bastante frustrado. Llevaba una chaqueta de cuero sobre una camiseta y
vaqueros de diseñador, y unos lentes de sol en las manos.
—Elizabeth —dijo, dándole un beso distraído en la mejilla—. ¿Cómo llegaste?
—En una camioneta y uno de tus famosos taxis amarillos.
Su sonrisa parecía automática. —Quiero decir, ¿qué te trajo a Nueva York? No
tenía idea de que vendrías.
—Fue algo repentino. Pero creo que es un mal momento. Otra vez. Debería
haber llamado. Te ves como si fueras a salir.
—Bueno, iba. —Una sonrisa ácida curvó sus labios—. Para ser honesto, sigo tras
la espada robada.

Traducido en Purple Rose 127


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿De verdad? —Elizabeth, quien le había estado lanzando miraditas a su lujoso


departamento, volvió sus ojos a él—. ¿Y has encontrado algo?
—No realmente —movió los pies, y entonces, como si acabara de notarlo, se
puso rígido. Elizabeth simplemente le sostuvo la mirada hasta que él dio una
risa-suspiro—. ¡Mierda no me mires así! Si debes saberlo, contraté a un detective
privado para que vigilara a Dante, descubriera quién lo visitaba, si alguien se
iba con una gran funda de espada, cosas así. También, que lo siguiera, para ver
a dónde va, porque no tiene ningún compromiso oficial en Nueva York que yo
sepa.
Josh jugueteó con los anteojos. —Acabo de oír que irá a un club en Queens.
—¿Es tan malo? —preguntó Elizabeth, preocupada.
—Bueno, es un club de apuestas —dijo incómodo Josh—. Estrictamente ilegal. Y
es la segunda visita de Dante en dos días.
Elizabeth frunció el ceño. —Pero tiene reputación del Señor Perfecto Cristiano
Limpio. ¿Por qué iría a un lugar así?
—Ya fuera porque tiene una adicción a las apuestas secreta, o porque se
encuentra con alguien desagradable allí. Probablemente para reclamar mi
espada. Estaba en camino a descubrirlo.
—Iré contigo —decidió Elizabeth, dándose la vuelta para estar de frente a los
elevadores.
Josh se frotó dudosamente el cuello. —No sé si deberías. No es el lugar más sano
de la ciudad.
—¿Y cómo te enteraste de él?
—Todos lo conocen. Bueno, todos los que son lo suficientemente ricos. —Las
puertas del ascensor se abrieron y Elizabeth entró, con Josh detrás—. Es el
escondite de los ricos y poderosos, estrellas de rock y niños ricos que quieren ser
malos, celebridades que buscan algo de riesgo para su diversión. Fui una vez y
nunca volví. Es un lugar muy diferente a Dante.
—Tienes un punto —dijo Elizabeth amargamente mientras el ascensor se detenía
sin problemas—. Pero es sólo mediodía. ¿Podremos entrar?
—Si él puede, nosotros podemos —dijo Josh, saliendo a la recepción y poniéndose
los famosos anteojos.
—¿Y pasar desapercibidos? —preguntó dudosa.
—Ahora mismo, eso no me importa. Elizabeth, ¿estás segura que quieres hacer
esto? Podría terminar fácilmente con la policía metida. Aunque —añadió
dudando—, la policía debe saber del lugar y no dice nada, por algún motivo.

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—Me arriesgaré —dijo Elizabeth.


La emoción de una persecución aumentó mientras manejaban por Nueva York
en el auto deportivo de Josh. Elizabeth se sorprendió imaginando que estaba
en una serie de televisión de policías, especialmente mientras dejaban las calles
limpias y tranquilas del departamento de Josh e iban a unos vecindarios mucho
más pobres.
—Oí que hubo problemas por aquí la otra noche —dijo casualmente Elizabeth—.
Pandillas o cosas así.
—Exageraciones, seguramente —dijo Josh sin mucho interés—. O histeria masiva.
Mucha gente describió sospechosas peleas similares en diferentes partes de la
ciudad más o menos al mismo tiempo.
—¿Así que no tuviste nada que ver?
—Nop.
Eso la alivió, ya que los vampiros no le estaban prestando atención a Josh. Sin
embargo, ella no llevaría de Josh a Severin. Entonces iría a Central Park.
Josh no dijo mucho más durante el viaje.
Parecía sumido en pensamientos, y la sorprendía que estuviera tan obsesionado
con recuperar la espada. Se preguntó por primera vez si había algo respecto a
la espada misma, si tenía algún poder supernatural, como el anillo en El Señor
de los Anillos. Deseó haberle preguntado más a Saloman, pero él parecía evitar
las discusiones de sus propiedades, concentrándose más en lo que era suyo y la
quería de regreso.
Ella miró a Josh. Si él recuperaba la espada, se arriesgaría aún más con Saloman.
De alguna manera, ella tendría que persuadir a uno de ellos de rendirse. Y
considerando el poder que había amasado, tendría que ser Saloman. Dios la
ayudara…
Cerca de un tramo de autopista flotante, Josh dio la vuelta y se metió en un túnel
oscuro que llevaba a un estacionamiento subterráneo. Josh bajó la velocidad
mientras dos hombres vestidos estilo 1920 aparecían. Bajando la ventanilla Josh
le dijo algo en voz baja a uno de los hombres.
Elizabeth miró por su ventanilla y lanzó un gritito ahogado ante la cercanía de la
extraña cara que había del otro lado.
Piel pálida, labios rojos, dientes blanco brillantes, sombras oscuras bajo los ojos
azules que estaban vacíos.
Luego el auto siguió moviéndose, corriendo hacia delante a una puerta abierta
que no había visto, para estacionar allí.

Traducido en Purple Rose 129


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—Ese es el auto de Dante —dijo Josh satisfecho, gesticulando a la derecha con


la cabeza. Elizabeth apenas miró.
Salió del auto cuando Josh lo hizo, sondeando con todos sus sentidos. Casi podía
jurar que aquellos dos eran vampiros. Lo que no le daba buena espina.
¿Terminaría siendo algo como el Ángel en Budapest? ¿Podría confiar que los
vampiros seguirían esas mismas reglas?
Trotando detrás de Josh, con la mente dando vueltas, buscó en su bolso hasta
que sintió la comodidad de la estaca que siempre llevaba con ella. No la había
necesitado con Rudy y Cyn, pero ahora desearía haber traído más. Desearía
poder salir de esta con Josh.
—Josh —dijo urgentemente—. No estoy segura que sea seguro. Quédate
conmigo….
—Por supuesto —dijo tranquilizadoramente, poniendo un brazo alrededor de
ella, probablemente para hacer que se sintiera segura. Había entendido mal.
Pero, por supuesto, no había manera de que pudiera saber que si este lugar
resultaba ser lo que temía, su seguridad dependería de ella.
***
Grayson Dante no era un hombre que se asusta fácilmente. En una larga y
variada carrera que incluyó su distinguido servicio en la Marina de EE.UU. había
atendido más de su cuota de problemas. Tampoco lo paranormal lo asustaba.
Sino que lo atraía, como una polilla a una llama. Y sin embargo, no pudo evitar
el temblor que pasó por su espina dorsal cuando vio por primera vez al vampiro
Travis.
En esta, su segunda visita a la sala de juego, con cita previa, especial para
encontrarse con Travis. En la primera ocasión, no había logrado superar a los
capós que se extendían alrededor de la mesa de al lado que jugaban a las cartas
y viéndolo como si lo pudieran comer para el almuerzo. Que probablemente lo
harían.
Él los llamó capós en su mente, ya que estaban vestidos de esa manera, como
gánster de 1920, en trajes bien cortados y sombreros de fieltro, incluso algunas
ametralladoras, aunque no sabía si eran o no reales. En realidad, se dio cuenta
de que eran vampiros. Sólo ayudaba a sus nervios no reconocerlo.
Travis, sin embargo, tenía la presencia que debía enfriar la columna vertebral
del cazador de vampiros más experimentado. Una mata de pelo angelical
asomando justo por debajo del sombrero que llevaba echado sobre su hermosa
cabeza, no engañó a Dante ni por un momento. Se esperaba la llegada del mal.
Dante casi dio un salto cuando Travis pateó la silla a su lado.

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—Siéntese, Senador —dijo Travis arrastrando las palabras, encorvándose en una


silla cercana y sonriendo para revelar dientes perfectos—. No todos los días
tenemos visitantes tan distinguidos. ¿Qué puedo hacer por ti?
Había varias maneras de acercarse a él. A pesar de toda la información que
había recibido, Dante había dejado la decisión hasta la reunión de Travis en
persona, y ahora, mirando a la cara afilada, inteligente, y los ojos que de alguna
manera parecía ver todo mientras que parecía tan muerto como un cadáver...
Maldita sea, alguien tenía los ojos como él... ¿quién diablos era?
Arrastrando sus pensamientos rebeldes de regreso al punto, Dante sonrió, se
sentó y tomó una decisión. La honestidad sobre la mesa.
—Sr. Travis, me siento honrado de conocerte. —Él le tendió la mano, como siempre
lo hacía, pero Travis sólo sonrió, sin hacer ningún intento de agitarla. Dante la
dejó caer a su lado—. Debo decirle desde el principio que soy consciente de sus
operaciones aquí y su, eh, condición.
Travis se echó a reír y puso un pie sobre la mesa. —Oigan, ¿han oído eso,
muchachos? ¡Tenemos una condición!
—¿Preferiría “estatus”? —preguntó Dante—. Tendrás que perdonarme, me temo
que no estoy familiarizado con la terminología correcta.
—Oh, simplemente llámenos vampiros. —Travis sonrió, y a pesar de sí mismo,
Dante sintió que el pánico se levantaba en su estómago, y amenazaba con
ahogarlo. Luchó contra él, recordándose que tenía algo que Travis necesitaba.
Por el momento estaba a salvo por la curiosidad de Travis respecto a qué quería
con él un distinguido Senador. Pero esa seguridad tan precaria no duraría, y
mientras más pronto llegara al punto, mejor.
—Entiendo que podrían necesitar defender su posición aquí —dijo
apresuradamente.
Travis abrió ambas manos. —¿De quién? —dijo incrédulo.
—Saloman.
La sonrisa insolente de Travis murió como si alguien lo hubiera apagado. Se sentó
tan tieso que podría haber sido un muñeco de cera. Finalmente, cuando Dante
dejó de respirar dijo: —¿Vienes de Severin? ¿O de Saloman?
—Dios no —dijo Dante con esfuerzo—. Pero vengo para ofrecer la espada de
Saloman.
Los labios de Travis se fruncieron. Puso el otro pie en la mesa y se cruzó de tobillos.
—¿Ahora? Interesante. ¿Podrías decirme por qué tienes algo tan valioso?
—De Josh Alexander, descendiente de Tsigana.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Te la dio a ti? —preguntó incrédulamente Travis.


Honestidad. —No. La robé.
—Bien —concedió Travis—. Asumamos que la tienes, y estás preparado para
entregármela. ¿Por qué? ¿Quieres dinero?
Era el turno de sonreír de Dante. —Tengo dinero. Por otra parte, está en tu poder
darme algo que deseo. Si me lo das, la espada es tuya, y te permitirá, creo,
derrotar a Saloman. Cuando venga por ti. Como sé qué lo hará.
—¿Quién te dijo eso? —preguntó Travis.
Dante se encogió de hombros, dejándolo en el aire, y pareció no importarle
mucho a Travis porque dijo: —¿Qué quieres por la, eh, préstamo, de la espada
de Saloman?
Dante contuvo el aliento y le sostuvo la mirada a Travis. Se estaba haciendo fácil
con práctica. —Quiero la inmortalidad.
Travis rió y se hizo hacia atrás en la silla, dejando sus pies caer. —¿Sólo inmortalidad?
¿Quieres ser un vampiro? No creo que lo quiera, Senador. No creo que comprenda
lo que significa —sangre y asesinar por la noche, sin ver la luz solar salvo por filtros.
—Estoy preparado para esas cosas —dijo Dante tranquilamente.
—¿De verdad, seguro por Dios? Y eres el Senador Cristiano.
—Estoy abierto a diversas creencias.
—¿Sí? Pero dudo que te guste pasar de la cima de la sociedad humana, a lo
más bajo de los vampiros. —Travis se puso de pie y se apoyó en la mesa para
dejar su rostro a centímetros del de Dante—. Si te hago un vampiro —dejando
de lado el dolor insoportable y la muerte que decida darte— volverás como un
estúpido monstruo sin cerebro, yendo detrás de las personas por instinto. Habrá
años de eso, viviendo como un animal a la sombra de cualquier vampiro que
sea más fuerte y más inteligente que tú. Y por mucho, mucho tiempo, serás otro
tonto vampirito en el mundo. Y ni siquiera comencé a hablarte de los cazadores
de vampiros, con quienes te encontrarás pronto. ¿Suena tentador Senador? Dos
semanas de una fea existencia no-muerta en vez de, ¿cuántos? ¿Veinte años de
la buena vida?
—No si lo pones así —dijo Dante, intentando no enfermarse ante el panorama.
Travis frunció los labios y volvió a sentarse. —La inmortalidad sólo dura el tiempo
que la puedes mantener. Usted todavía puede morir después de que esté no-
muerto.
—Con la espada —dijo Dante, un poco desesperado—, con la espada de
Saloman, creo que puedo evitar un comienzo tan vil a mi nueva existencia. Y

132 Traducido en Purple Rose


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obtener el poder igual al de los antiguos. Que me gustaría compartir con usted,
por el don de la inmortalidad.
Travis inclinó la cabeza hacia un lado, mirándolo sin pestañear. —Adelante.
Dante dio otro respiro. Se sentía como si estuviera contando, como si cada
inspiración pudiera ser la última. —¿Cuánto sabes acerca de la espada?
Travis se encogió de hombros. —No mucho. Un poco de rumores, un poco de
leyendas.
—Se dice que un ser humano que es muerto por la espada y, posteriormente, se
convierte en vampiro, tiene el poder igual al del dueño original de la espada.
—Saloman —dijo Travis, casi en un susurro.
—Exactamente. —Por primera vez desde que había entrado en este lugar, Dante
sintió que estaba en control, y su confianza se disparó en respuesta. Se inclinó
hacia delante, sobre la mesa, diciendo—: Tienes toda una operación aquí. Que
no responde a nadie, siguen su propio camino, y te respetan mucho más allá del
mundo de los vampiros. Sé de estas cosas. Y no quiero me las quiero perder.
—¿Por qué te importa? —Travis lanzó.
—Porque creo que podemos trabajar juntos, en cooperación, sin que interfiramos
entre nosotros o pisando los dedos de los pies de los demás. Aquí está mi trato,
Sr. Travis. Me matas con la espada de Saloman, y me haces un vampiro. Lo
que voy a ganar en poder por la fuerza de eso, voy a compartirlo contigo. E,
inmediatamente, tendrás el uso de la espada para derrotar a Saloman.
Travis lo miró. En el silencio, Dante notó que los vampiros de la mesa de al lado
habían oído todo. ¿Importaba?
Probablemente no. La puerta por la que había entrado se abrió y alguien a
quien no pudo ver entró. La mirada de Travis cayó en los recién llegados, y dos
de los otros capós entraron y atravesaron el cuarto hacia ellos.
Dante preguntó: —¿Qué dices?
Travis lo consideró. —Digo que tu propuesta requiere demasiada confianza
de ambas partes. Ahora que sé que la tienes, podría quitártela en cualquier
momento y utilizarla para destruir a Saloman.
—Pero no tendrías un aliado poderoso en el mundo humano.
—¿Cómo puedo confiar en tu palabra de que cumplirás el trato una vez que
tengas lo que quieres?
Dante se encogió de hombros elegantemente.

Traducido en Purple Rose 133


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—Supongo que no debería haberme conseguido un vampiro tan distinguido


como tú como aliado. Como dices, confianza —y buen sentido— es requerida
en ambos bandos.
La mirada de Travis siguió moviéndose, de un ojo de Dante al otro. Dante casi lo
sentía enumerando los pros y los contras. Luego el vampiro sonrió y abrió la boca
para hablar.
—¡Senador! —la voz sorprendentemente familiar atravesó la sala, llenando a
Dante con una molestia que ascendió casi a rabia por la interrupción—. Qué
lugar poco probable para encontrarnos.
Dante bruscamente se dio la vuelta, y allí, caminando hacia él entre dos capós,
las figuras de Josh Alexander y Elizabeth Silk. A su lado, Travis, olió el aire y luego
se puso de pie. Su mirada estaba fija en la chica con un hambre arrasadora de
tal manera que ni siquiera Dante sintió el dolor.
—Mierda —dijo Travis con suavidad—. ¿Qué demonios tenemos aquí?
***

Tan pronto como entró en la gran sala de juego, Elizabeth lo supo. No tenía
necesidad de utilizar los detectores de los cazadores para saberlo. Cada pelo
minúsculo situado en la parte de atrás de su cuello se puso de pie como un tallo.
Todos los sentidos reconocieron su quietud, su apariencia, su amenaza pura. Los
hombres que se acercaron a ellos, los que continuaron la expansión en la mesa
que acababa de dejar, y sin duda el hombre que se sentó con Dante, eran
vampiros.
La confianza de Elizabeth en sus poderes había aumentado en los últimos seis
meses, pero sabía que estaba superada. Sus instintos habían gritado que no
fuera allí, y estaban en lo cierto. Necesitaban salir de ahí lo antes posible.
Sólo que Josh no la acompañaría, y ahora también tenía que cuidar a Dante…
—Ahí está —suspiró Josh, moviéndose hacia la espalda de Dante.
—Tenemos que sacarlo de aquí —dijo duramente Elizabeth—. ¿Y, Josh? Ni siquiera
pienses en pelear con alguien. Son todos vampiros.
—Oh por el amor de… —Josh miró al techo, murmuró algo, y luego habló entre
dientes—: Elizabeth, no necesito esto ahora. —Y, mientras los dos vampiros en
trajes y con ametralladoras los alcanzaban, él alzó la voz y llamó a Dante.
Elizabeth mantuvo la mano en su bolso, sus dedos dentro de ella agarrando
la estaca. Su corazón martillaba; todos los sentidos estaban alerta, mientras
caminaban con su escolta vampiro hacia Dante, que parecía estar de todas
formas menos feliz de verlos. Por un instante, no había ninguna señal en absoluto

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

de la máquina benevolente y amable de la semana pasada. Sus ojos eran


sombríos, su boca una línea delgada, prohibitiva. Y entonces la sonrisa regresó,
pero para entonces Elizabeth había perdido el interés, ya que su compañero se
levantó y se dio cuenta de que este ser era la mayor amenaza que enfrentaban.
Peor aún, su mirada la devoraba, caliente y hambriento. Oh, mierda, oh,
Saloman... Saloman, ¿estás ahí?
Era muy difícil concentrarse con los vampiros que la rodeaban. No se sorprendió
de que no pudiera llegar a él. Por lo que tendría que manejarse por su cuenta,
y conseguir que ella misma, Josh, y Dante salieran vivos de allí... ¡Esperemos que
con sangre!
En cuanto al Senador, ¿estaba en lo cierto Saloman? ¿Había venido aquí en
busca de la inmortalidad?
Josh estaba hablando con una cordialidad falsa. —¿Qué te trae a este cuello
de los bosques, Senador?
—Negocios, mi querido Josh, negocios.
—¿No me presentarás a tus amigos?
Dante se puso de pie, tan cortés como podía. —Por supuesto, Señor Travis, le
presento a Josh Alexander y Elizabeth Silk.
¿Travis?
Oh, mierda, mierda…
—Mi —dijo Travis, rodeando la mesa para acercarse—. Mi, oh, mi. ¿Qué tenemos
aquí? —olfateó, y Elizabeth recordó repentinamente su primer encuentro con
el vampiro Húngaro Zoltán, quien se había portado de forma parecida y luego
reído, como si la reconociera por el olor de su sangre. Aunque Travis no rió, sin
duda la reconoció.
—Sangre humana poderosa —observó, con la boca tan cerca al oído de
Elizabeth que quería gritar. Se mantuvo rígida, sin moverse—. Elizabeth Silk, la
Despertadora…
Josh la alejó de él, mirando por debajo de la nariz al vampiro, quien no le prestó
atención.
—Muy bien chicos —dijo Travis—. Dos descendientes con los que jugar, y la víctima
era Saloman, así que nada de tragar. Compartan al chico y la Despertadora es
mía.
Josh, quien pareció haber comprendido finalmente que los “hombres” que los
rodeaban eran peligrosos, retrocedió.

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Antes de que pudiera observar más, Elizabeth le lanzó una mirada a quien la
tenía del brazo.
—¿Tragar? —dijo ella—. Sin presentarnos, ni siquiera permito una mordida. —Y
sacó la estaca, hundiéndola en su corazón, mientras que se volvía y pateaba al
otro vampiro cercano a Josh—. ¡Josh corre! —gritó, y miró a Dante, lo tomó de la
cintura y lo arrastró con ella—. ¡Vamos!
Era desesperante; probablemente necesitaban un milagro para que funcionara;
pero al menos les dio una oportunidad. Desafortunadamente, Elizabeth no contó
con el creciente escepticismo de Josh, que ella sólo había volado por las nubes al
vampiro. Se paró en seco, parpadeando hacia donde la criatura había estado.
Sus labios se movieron, sin hacer sonidos.
—Atrápenlos —espetó Travis. Elizabeth tironeó una última vez de Dante para que
la entendiera y tomó a Josh. No podía arrastrarlos a ambos y luchar al mismo
tiempo.
—Josh! —exclamó—. ¡Muévete!
Él trastabilló, pero ella tenía que golpear al vampiro que lo tenía agarrado.
Mientras Elizabeth lo mataba, pudo ver que el momento había pasado. Los
vampiros los estaban rodeando. Más salían de la puerta trasera, la que llevaba al
estacionamiento. Salvajemente, reviso el cuarto buscando una ruta de escape,
aún agarrada de Josh, quien respiraba agitadamente. Dante retrocedió hacia
Travis, quien, sin embargo, lo ignoró. La atención del líder de los vampiros estaba
en Elizabeth.
—¿Señor, tenemos un acuerdo? —gritó Dante.
—Ahora no Senador —Travis sonrió y caminó al círculo—. Es tiempo de comer.
Dante recorrió el camino a la salida, y comenzó a correr, pasando junto a los
vampiros que no estaban ni remotamente interesados en él cuando la sangre
de dos descendientes, uno de los cuales era un Despertador, estaba en juego.
—Lucharé, Josh —dijo Elizabeth—. Pero no puedo ganar. Si tienes una oportunidad,
huye —me quieren más a mí. Encuentra a Adam Simon y cuéntale lo que ocurrió.
¿Comprendes?
No había tiempo para responder. Los vampiros se acercaron, caminando y
acelerando el paso rápidamente. Elizabeth alzó la estaca y liberó a Josh para
tener ambos brazos libres.
—Adelante —suspiró, mientras se lanzaba al primer vampiro con un grito de
guerra.
Pero algo fue más fuerte que su grito —el ruido de la mampostería cayendo
cuando el techo comenzó a ceder. La distracción le hizo más fácil matar a varios.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Se puso de frente a los vampiros más cercanos, y se encontró de espalda a ella.


Estaban mirando asombrados mientras alguien caía —no, se arrojaba— por el
hueco del techo como descendiendo por una escalera.
Aún llevaba el traje de negocios, con su correspondiente abrigo. De su largo
cabello negro peinado, a sus zapatos relucientes, era deslumbrante. Avanzó
hacia los que estaban de pie entre él y Elizabeth y Josh. —Soy Saloman.

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Capítulo 10
Traducido por LizC
Corregido por Aldebarán

P ara Josh, la llegada de un hombre que se parecía a Adam Simon a


través de la azotea del club se limitaba a añadirse a su sentido de
pesadilla. Nada de esto podría ser real: no la extraña lucha, no los
asesinatos cometidos por Elizabeth Silk, de todas las personas, y ciertamente no
los cuerpos en explosión. Su subconsciente no estaba más que arrastrando a
todos sus conocidos en su sueño.
Y sin embargo, en algún lugar las últimas palabras de Elizabeth le fastidiaban.
Incluso en un sueño, ¿seguramente no estaba bien que ella estuviera preparada
para morir por salvarle el pellejo? Pero el estado de ánimo de Elizabeth parecía
cambiar de forma brusca. La tensión desesperada que casi podía sentir como
propia se desvaneció de repente. Incluso creyó ver un atisbo de risa.
Los hombres entre él y la puerta empezaron otra carrera, y Josh actuó por puro
instinto. Aparte de los restos de su infancia, nunca había sido un gran luchador,
pero mientras dos hombres corrían hacia Elizabeth, él golpeó con un puño al más
cercano. Sin duda, su acción repentina después de su pasividad prolongada
ayudó, pero mientras su víctima caía bajo el golpe, aterrizando en el piso, Josh
sintió un feroz sentido de satisfacción.
Se dio la vuelta para descubrir que Elizabeth se había encargado del segundo
atacante inmediato. Permanecía ahora espalda con espalda con el hombre
que se parecía a Adam Simon. No podría haber tomado mucho tiempo, tal vez
sólo unos segundos, pero Josh se encontró mirando con fascinación mientras
juntos realizaron maniobras casi como una danza, sorteando y desviando los
ataques hasta que de repente el camino hasta la puerta estaba despejado.
El amigo de Dante, Travis, se sentó en el suelo como si hubiera sido arrojado allí,
observando a través de los ojos entrecerrados. El hombre que se parecía a Adam
tomó una silla y la estrelló sobre la cabeza de alguien. En el mismo movimiento
fluido, cogió una de los pedazos rotos de la silla, arrancó una de las patas y la tiró
por encima de su hombro. Elizabeth la tomó con destreza y sin decir una palabra
se la pasó a Josh. Casi aturdido, él la agarró.
Elizabeth asintió con la cabeza, como estando de acuerdo a algo que él no
había oído decir. —Vamos —dijo sin aliento, y Josh se dio cuenta que ya no
estaba la misma severidad desesperada en su voz.
Era casi como si estuviera disfrutándolo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

En piloto automático, Josh corrió con ella la longitud de la habitación. Ella abrió
de una patada la puerta, buscando por nuevas amenazas; luego, por primera
vez desde que esto comenzó, pareció vacilar. Miró por encima de su hombro, y
Josh miró con ella.
Todos los hombres de Travis... o al menos aquellos que no habían desaparecido en
nubes de polvo; todavía vestidos con sus trajes de gánster ridículos, se apiñaban
alrededor del hombre que se parecía a Adam. Elizabeth hizo un pequeño
movimiento, como si, después de todo, tuviera la intención de volver, pero al
final, con un sonido como un sollozo ahogado, arrancó y corrió directo hacia el
estacionamiento.
Josh corrió detrás de ella, agarrando la pata de la silla rota más como un talismán
que como un arma, y cuando todos ellos, excepto dos hombres se encontraron
corriendo desde el estacionamiento hacia el club, fue Elizabeth, quien apuñaló
a uno y pateó al otro. Pero su patada nunca conectó. El hombre estaba más
interesado en cualquier lucha que aún continuaba en el interior.
A medida que corrían hasta su coche, Josh notó que el vehículo de Dante se
había ido. Pero no había tiempo para debatir todo lo que esto significaba. Si
este sueño en realidad no era un sueño, lo más importante era que él y Elizabeth
salieran de aquí lo más rápido posible.
Por lo menos él había encontrado su llave y voló a la cerradura a tiempo para dar
un salto en el interior tan pronto como llegaron al coche. Sin ningún tipo de pausa
para sujetar los cinturones de seguridad, arrancó el motor, lo echó en reversa, y
rechinó a medida que aceleraba al salir del estacionamiento, estrellándose a
través de la barrera cerrada y saliendo a la carretera.
A su lado, Elizabeth dijo en voz baja: —¿Estás bien para conducir? —Ella estaba
tensa otra vez, como un resorte, y el miedo había vuelto a sus muy hermosos ojos
color avellana.
Josh arrastró su mirada de vuelta hacia el tráfico clamoroso, respiró hondo, y se
obligó a reducir la velocidad.
—Mierda —susurró, frotando una aún temblorosa mano sobre la parte posterior
de su cuello sudoroso volviéndola a colocar en el volante—. Esto no es un sueño,
¿verdad? ¿Qué diablos ha pasado, Elizabeth?
—Lo siento —dijo en voz baja—. Traté de decirte. Pero algunas cosas simplemente
no puedes creerlas hasta que lo ves por ti mismo. Así fue también para mí. Sólo
conocimos a Travis, el líder más fuerte de los vampiros en América del Norte, y
a sus guardaespaldas. Y fuimos reconocidos como descendientes de Tsigana.
Como te dije, nuestra sangre es valiosa para ellos.
Ella enterró la parte posterior de su cabeza en el reposacabezas.
—Caramba, debería haberte escuchado. No debería haber salido.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Josh no tenía idea de qué quería decir con eso. Pero un instante después, ella
parecía haberse calmado, guardando su estaca de madera cuidadosamente
en su bolso antes de que lo revolviera buscando su teléfono.
Josh se concentró en conducir. Lo que acababa de ver, lo que había visto hacer
a Elizabeth allí atrás, necesitaba una gran cantidad de procesamiento.
—Mihaela, soy yo —dijo en su teléfono. Hubo una pausa, y luego—: Estoy ahora
en Nueva York. ¿Puedes encontrarme lo que tienes sobre el vampiro Americano
Travis? Con especial referencia a una posible relación con el Senador Dante
Grayson.
Curiosamente, la naturaleza de sus palabras tranquilizó a Josh. A continuación,
Elizabeth dijo: —Tal vez, pero la red estadounidense no necesariamente me dará
la información... no me conocen. Vas a tener que hacerlo por mí... Sí, me temo
que es importante, Mihaela, sumamente importante. —Sonrió débilmente—.
Gracias, eres maravillosa —dijo, y cortó la comunicación.
Josh se echó a reír. Elizabeth lo miró con alarma, como si temiera que se hubiera
vuelto chiflado. Tal vez lo había hecho.
—¿Qué? —exigió—. ¿Qué es?
—Acabo de darme cuenta lo realmente molesto acerca de esta... aventura.
Hemos pasado por todo eso, y yo todavía no tengo mi maldita espada.
***
Todos ellos tenían algún tipo de estacas, muchas de ellas hechas después
del propio ejemplo de Saloman al usar la pata de una silla rota, y Travis era lo
suficientemente fuerte como para atravesar su piel. No había duda de que juntos
podrían tomarlo, debilitarlo drenando su sangre donde su piel era menos dura
que en su corazón, mientras que obtenían una mayor fuerza al beber su sangre,
impulsando una estaca cada vez más en su corazón hasta que, finalmente, él sería
enviado de vuelta al sueño agonizante del que Elizabeth le había despertado
hace menos de un año.
Tal vez no lo sabían, por supuesto. El matar a un Antiguo se había convertido en
algo así como un arte perdido en los últimos trescientos años. Pero a Saloman no le
importaba embarcarse en ello. Él podía luchar, confiar en su fuerza superior para
mantener a todos a raya mientras les hablaba de una matanza mutua, si podía.
Pero la sed de sangre de ellos había terminado. Elizabeth y Josh habían visto
que, y ahora, sin algún tipo de fuerte sacudida, era probable que no prestaran
mucha atención al hablar.
Una muestra de su poder superior era claramente necesaria. Lo debilitaría,
agotaría su fuerza y su capacidad para luchar por mucho más tiempo, así que si
su estratagema no funcionaba, estaría, según el lenguaje moderno, jodido.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

¿Qué es la vida sin riesgo?


—¡Ya basta! —rugió. Utilizó su tronante tono, el similar a un dios, que se hizo eco
alrededor de sus cabezas así como en la atmósfera. Obtuvo suficiente atención
sorprendida. Saloman entreabrió sus labios y dejó escapar un gruñido de rabia,
enviando a todos los vampiros en el camino de su “aliento” volando por la
habitación. Varios golpearon la pared del otro lado, el resto se estrelló contra
ellos. Saloman volvió la cabeza para asegurarse de que todos los vampiros desde
el mismo Travis abajo tuviera su parte justa.
—Bien —dijo Saloman ante el silencio atónito—. Basta de luchas por un
día. —Su mirada errante, la cual lo hacía ver tan severo como fuera posible,
encontró a Travis, quien se estaba levantando un poco tembloroso del suelo—.
Perdona la entrada poco convencional, pero la Despertadora es mía, no tuya.
Afortunadamente, no guardo rencor. ¿Podemos hablar?
La mirada de Travis recorrió la habitación, deteniéndose en los montones de
vampiros heridos y desmoralizados que lo rodeaban. Claramente era un hombre
realista. —¿En mi oficina? —sugirió en el tono que podría haber usado ante un
vendedor favorito—. Al... dos cervezas.
Los labios de Saloman temblaron, pero inclinó la cabeza con cortesía mientras
precedía al vampiro Americano a su oficina. Al menos aquí la mesa y las sillas
eran todavía utilizables.
—Espero que tus operativos no tengan inconvenientes —dijo Saloman, tomando
el asiento del visitante. Era un alivio sentarse. La pérdida de energía utilizada
en su pequeña demostración le había dejado más mareado de lo que había
estado desde que Elizabeth lo despertó.
Necesitaba alimentarse y descansar. Pero todavía no.
Travis se arregló su corbata de gánster y se ajustó el sombrero a un mejor ángulo
en la parte posterior de su cabeza rubia. —No me importa que tengan que
trabajar. Les pago lo suficiente. Con pasta así como con sangre.
Si cree que desconcertaría a Saloman por el uso de la antigua jerga, debía haber
estado decepcionado cuando Saloman se limitó a sonreír.
—No te esperaba —dijo Travis, extendiéndose en su silla—. Creo que no estaba
prestando atención.
—Supongo que no lo estabas. Me desenmascaré hace un rato, ya que no tenía
deseos de sobresaltarte cuando te visitara.
—¿Así que planeabas una visita de cortesía antes de que olieras a la Despertadora
en mi zona?
—Algo así.

Traducido en Purple Rose 141


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Confío en que encuentres a mi amigo Severin bastante bien.


—Lo encontré sereno, y su bienvenida un poco más tradicional que la tuya.
Algo así como molestia parpadeó en los ojos azules de Travis y se desvaneció,
como si estuviera irritado más que impresionado por la apertura de Saloman. O
tal vez había querido impresionar a Saloman por su poderoso sentido del olfato.
La frente de Travis se despejó de nuevo. —Bueno, ahora que estás aquí, ¿qué
puedo hacer por ti? —preguntó casi jovialmente.
Travis claramente era un vampiro al que le gustaba jugar. No era un accidente
que hubiera elegido como sede un casino ilegal. Sus pensamientos estaban
protegidos muy de cerca, con una expresión amable revelando muy poco. Pero
a pesar de que descansaba en su silla como si estuviera muy a gusto, la fija y
ajustada tensión de sus hombros, le delataba.
Travis estaba suspicaz y al borde, como debería estarlo. Y cuando Saloman miró
a sus densos ojos, estaba bastante seguro de que brillaban con ira. Travis no
veía ninguna razón para renunciar a su poder, no había razones para esperar
eso de él. Era un vampiro moderno, viviendo con un mínimo mandato sólo tanto
como le convenía. Su corazón era tan caótico como el de Zoltán, como el de los
rebeldes españoles que Saloman había matado en Salamanca.
Pero Travis tenía un considerable poder aquí. Era inteligente; el tema de su club
así como también su discurso proclamaba un toque de humor. De hecho, con el
tiempo, a Saloman incluso quizás le agradaría.
—¿Qué puedes hacer por mí? —repitió—. Podrías decirme qué es lo que el
Senador Dante quiere contigo.
Los párpados de Travis ni siquiera parpadearon. —Él está buscando una espada.
—Sonrió—. Tu espada.
Saloman se tocó los labios con un dedo, contemplando la falta de honradez del
otro vampiro, hasta que Travis se movió en su asiento, pero todavía no rompía el
contacto visual.
Saloman sonrió. —Una apuesta parece ser necesaria. ¿Te gustan los juegos?
Travis se encogió de hombros elaboradamente. —¿Qué más hay?
—Bien. ¿Estás consciente de las competencias atribuidas a mi espada? ¿Por qué
es que el Senador Dante la quiere?
Travis inclinó la cabeza. —Por supuesto.
—Muy bien. Entonces vamos a la carrera para encontrarla. Puesto que la espada
es mía, como reconoces, la propia espada será mi apuesta, la cual ganas si la
encuentras primero.

142 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Travis sonrió como si estuviera divertido, pero esta vez no pudo ocultar el brillo en
sus agudos ojos azules. —¿Y mi apuesta?
Saloman sonrió. —El señorío de los vampiros en América del Norte, por supuesto.

***

Si Saloman “moría” de nuevo, ella se preguntó si lo sabría. Había sido tan firme
en su instrucción telepática de que se fuera, tan entretenido por la mera idea
de que no podía hacer frente a los vampiros Americanos, que a pesar de los
temores mellados en su corazón, lo había dejado con el fin de cuidar a Josh.
Renunciando a la idea de que Saloman podría ser asesinado, se preguntó en
lugar cuáles serían las consecuencias de su victoria. ¿El conflicto se extendería
por toda la ciudad, como “luchas entre pandillas”, dejando a los humanos así
como a los vampiros como víctimas?
La garganta de Elizabeth se cerró con horror. ¿Tal vez simplemente significaría
que Saloman ahora controlaba a todos los vampiros de América? Lo que podría
ser más pacífico a corto plazo, pero era por lo que ella había venido hasta aquí
para evitar. ¿Realmente le había dado más poder en bandeja de plata al ir
por Travis? ¿Y condenado al mundo humano a cualquier regla que Saloman
decidiera infligir?
—¿Ese era Adam Simon? —dijo Josh abruptamente, rompiendo sus pensamientos
sombríos. Estaban de regreso a su apartamento, donde Josh estaba ignorando
los mensajes constantes que llegaban en su teléfono para hacer té. Dado que sus
manos habían dejado de temblar, Elizabeth había acordado en dejarlo hacerlo.
Él necesitaba de las tareas cotidianas para contrarrestar las rarezas del día.
Elizabeth negó con la cabeza. —No. —Era la verdad, viéndolo de cierta forma.
Josh frunció el ceño, dándole una taza de té. —Pero lo mencionaste. Me dijiste
que debía decirle lo que pasó si me iba. ¿Por qué? En Escocia, me dijiste que no
confiara en él. ¿Qué tiene que ver con todo esto?
Elizabeth le dio la espalda para caminar de nuevo a la espaciosa sala de
estar, donde se sentó en uno de los sofás de cuero. —Nada, en realidad —dijo
vagamente—. Sólo es un hombre que está involucrado en muchas cosas, útil
para tener a tu lado para salir de un apuro. Como en el que estamos metidos.
Otra idea se le ocurrió. En el calor del momento, había enviado a Josh no a
los cazadores quienes deberían haber sido su primera línea de defensa, sino a
Saloman, quien quería su sangre. ¿Qué clase de loco instinto era ese?
Pero Josh se había trasladado. Mientras que ella tomaba un sorbo de su té
ausentemente, él dijo—: No podías hacerles daño. No importa lo duro que lo

Traducido en Purple Rose 143


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

golpearas, ellos simplemente regresaban. Excepto cuando los estacabas, y


luego desaparecían.
—Eso es un vampiro para ti —dijo ella con ligereza. Se dio cuenta de su mirada en
ella, constante, fascinado, pero que ya no contenía ningún rastro de atracción. Ni
siquiera era amigable. Más bien era como si estuviera estudiando una particular
rareza sobre un feo insecto.
—Has ocultado partes, Elizabeth Silk —dijo lentamente—. ¿Es todo lo que he visto
hoy realmente verdad?
—Todo es real. Es todo de mí. Simplemente no puedo deshacerme de todo. —Dejó
la taza y se puso en pie—. Mira, Josh, me tengo que ir. Te llamo más tarde. No te
preocupes por estas cosas; lo llegas a sentir normal después de un tiempo. En su
mayoría. Por ahora, sólo recuerda que estás muy seguro aquí. —Si Saloman no está
muerto. O si Saloman no opta por seguir su propio camino y matarte de todos modos...
Pero ella no creía eso. Nada de eso.
—Hemos alertado a los cazadores locales y se han comprometido en vigilar tu
apartamento —le recordó, con un medio ansioso, medio molesto ceño formado
en su frente—. Contáctame en cualquier momento, Josh, pero por ahora,
¿puedes llamarme un taxi?
***
Él no estaba en la habitación cuando ella llegó de regreso al hotel. Las consultas
telepáticas le rebotaban de vuelta. Sin descanso, se dirigió a la gran ventana de
larga extensión y contempló el verde de Central Park. Estaría oscuro pronto, pero
mañana, sin importar cualquier otra cosa que hiciera, pasearía por Central Park,
tal vez incluso iría al zoológico.
Encontrando el control remoto sobre la mesa a su lado, lo apuntó a la televisión,
sólo para tener algo de ruido de fondo mientras iba y venía. Después de algunas
vueltas por toda la suite, se dio por vencida y se fue a la ducha. Estacar a los
vampiros era un negocio sudoroso. Acababa de salir del baño en la toalla del
hotel y zapatillas cuando el sonido de un nombre llevó su atención de vuelta a la
televisión y caminó rápidamente a través de la sala de estar para ver un primer
plano de un rostro familiar en la pantalla.
—... Dante ha cancelado sus citas para los próximos días. De acuerdo con sus
ayudantes, el Senador ha estado enfermo desde que regresó de su visita al Reino
Unido a principios de esta semana. En los deportes ahora...
La puerta de la suite se abrió y se cerró detrás de Saloman, una vez más vistiendo
la chaqueta que iba con su traje.
¿Dónde la había mantenido mientras batallaba su camino hacia el casino de
Travis y tomaba a una docena de vampiros?

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Se sintió mareada por el alivio, con el aumento del deseo impotente que siempre
la inundaba ante su presencia. Sin embargo, sólo soltó: —Las noticias dicen que
Dante está enfermo. Lo vi bastante bien mientras corría fuera del lugar de Travis.
Saloman se dirigió hacia ella. —Se está dando a sí mismo tiempo para actuar, y
un artículo de portada listo si tiene que retirarse de la escena pública durante un
período más largo.
—¿Lo cree así? —preguntó Elizabeth dubitativamente, ocultando su perversa
decepción cuando él pasó junto a ella hacia el dormitorio—. ¿Realmente fue
hasta Travis para pedir por inmortalidad?
—Sin lugar a dudas.
—¿Te lo dijo Travis? —preguntó, siguiéndolo hasta estar de pie en la puerta.
—No. —Él se hundió en la cama y a ella se le ocurrió, casi con asombro, que
Saloman estaba cansado—. Yo lo oí. Desde arriba.
Elizabeth se acercó a él. —¿Cómo lo sabía, Saloman?
—¿Saber qué?
—¡Todo! Acerca de la espada, sobre tu despertar. ¿Cómo sabía él dónde
encontrar a Travis?
Él esbozó una sonrisa, pero parecía estar más intrigado por el brillo de sus elegantes
zapatos negro. —Te dije que era un hombre interesante.
—Saloman, ¿te encuentras bien? —Con una repentina ansiedad se puso de
rodillas delante de él para mirar con detenimiento a su rostro pálido, y atractivo.
Aunque había sorpresa en sus ojos oscuros cuando miró a los ojos de ella, no
podía ver ningún signo de enfermedad, ni una sombra de cansancio o rubor de
fiebre. Pero eso no significaba nada. Él era un vampiro—. ¿Te lastimaste ahí atrás?
Sus ojos parecían iluminarse, suavizarse en la forma en que derretía su corazón.
—No seas tonta. Apenas gasté un poco de energía en un fuerte despliegue de
poder.
Ella se quedó sin aliento. —Espero que haya sido mientras te ibas.
—No del todo —dijo, después de una pausa, y sin quererlo, ella tomó sus brazos
como si quisiera sacudirlo.
—¿Te quedaste entre ellos de esa manera? ¿Podrían haberte matado entonces?
—En realidad, podrían haberme matado en cualquier momento —dijo Saloman,
deslizándose hasta liberar sus brazos, aunque sólo para tomar sus manos—. Por
suerte, no sabían cómo. Y ahora, Travis y yo somos los mejores amigos. Incluso
estamos jugando a un juego juntos. No sabía que te preocupabas por mí.

Traducido en Purple Rose 145


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella tiró de sus manos para liberarse, tanto en protesta por su asunción de riesgos
como por su acusación. —No estoy preocupada —murmuró—. ¿Pero qué te
llevó hasta Travis? Pensé que Severin era tu mejor amigo.
Su ceja derecha se elevó. —¿En serio? No recuerdo haberte dicho eso.
Así que sabía que los cazadores sabían.
Ella no pensaba que importaba, y si lo hacía, ahora mismo no le importaba.
—¿Estás jugando el uno contra el otro para que puedan conseguir las piezas?
—preguntó ella, con los ojos entrecerrados. Otro pensamiento la golpeó como
un mazazo—. Saloman, ¿no le ordenaste a Severin a venir aquí y atacar a Travis?
Saloman frunció los labios. —Cualquier ataque bajo mis órdenes se lleva a cabo
con mucha más eficiencia. Por no hablar de éxito.
—Entonces, ¿Severin perdió la pelea? Por lo que el… —Bajo la sonrisa sardónica
de Saloman, ella dijo—: Pensé que todavía sigue dando vueltas en Nueva York
—terminó en tono desafiante—. Lo que no indica la derrota.
—Se quedó con el fin de reunirse conmigo, por supuesto.
—¿Ya lo has conocido? Pensé que estabas visitando a Dante Junior esta mañana.
—Lo hice también. Él y su hermana se sorprendieron bastante sobre algunos
de los tratos de su padre, y fueron muy susceptibles a mis sugerencias para el
futuro. —Sus dedos se apoderaron de la ropa de cama como para anclar sus
pensamientos—. Me sorprende que nadie se los haya dicho antes. También hice
algunas otras cosas, antes de que tu presencia se hiciera demasiado grande
cerca de Travis. —Sus ojos brillaban—. Como sabes, no me preocupa que otros
vampiros roben mi comida.
—Estás tratando de sacarme de quicio —observó, aunque no pudo evitar que
sus labios se curvaran en la más mínima sonrisa.
—Oh, no. —Él se recostó, extendiendo su cuerpo largo y esbelto en la cama, y
cerró los ojos.
La sonrisa murió en los labios de Elizabeth. Ella tragó. —¿Necesitas… beber? —
preguntó con torpeza.
—No. Bebí en el camino.
Ella frunció el ceño. —¿Cómo hiciste eso?
—Mordí al encargado del estacionamiento.
Sorprendentemente, tenía ganas de reír, y la sonrisa formándose y desvaneciéndose
en los labios de él decían traicioneramente que lo sabía. Observándolo, le
preguntó, curiosa: —¿Cómo te metiste en el lugar de Travis?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Al igual que Rumpelstiltskin, estampé mi pie enojado.


¿Una patada en el suelo había hecho eso?
Su poder era aterrador, y sin embargo ahora no parecía más fuerte que ella. Eso
daba miedo también, así que se encontró con otra pregunta. —Pero, ¿cómo
puedes incluso haber llegado hasta el techo a la luz del día?
—Está bajo un puente… ¿un paso elevado? Tuve que estacionar muy cerca.
Hubiera recibido una multa si alguien fuera lo suficientemente valiente como
para vigilar el barrio.
Se quedó en silencio y Elizabeth sabía que él estaba esperando que preguntara
dónde y cómo había aprendido a conducir. Ya había resistido a la misma
presión cuando la había conducido desde el aeropuerto en un coche de
alquiler con ventanas oscurecidas. A pesar que la curiosidad la inquietaba, se
negó a preguntar, sólo porque él quería que lo hiciera. En cambio, dejó caer su
mirada de su rostro sereno a su amplio y musculoso pecho, cuyos contornos eran
claramente visibles a través de su camisa, y a su estómago, para luego bajar por
sus caderas estrechas hasta sus muslos. En la coyuntura de sus piernas había un
bulto que reconocía, uno que hacía correr a su pulso.
—Elizabeth.
Sintiéndose culpable, llevó de vuelta su mirada a su rostro para encontrar sus ojos
abiertos y una sonrisa puesta en sus labios sensuales.
—Nos divertimos en donde Travis, ¿cierto?
Indignada, ella lo miró, con la boca abierta ya para negar tal cosa. Entonces
recordó el alivio de su llegada, la fe ciega que había levantado su ánimo ante la
mera señal de él, la certeza de que ahora ella y Josh estaban a salvo. Y después
de eso, había sido fácil luchar, fintar y maniobrar, espalda con espalda con él
en perfecto conocimiento de su próximo movimiento y propósito detrás de ello.
Como un juego intenso, emocionante.
Algo que era mitad risa y mitad sollozo luchó por salir de su garganta.
—Sí —admitió—. Nos divertimos.
Pero sus ojos ya no reían. Las llamas pequeñas que a veces imaginaba quemaban
allí, centelleando amarillo y ámbar en la oscuridad. —Deberíamos enfrentar al
mundo juntos más a menudo.
La emoción saltó ante sus palabras, junto con una oleada de nostalgia para que esto
ocurra. Para disfrutar de todas las nuevas habilidades de su cuerpo y de la confianza
de su mente lado a lado con él, librando batallas que ambos podrían creer.
Sólo que no había muchas de esas. Su próxima batalla podría ser como su
enemiga.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

La verdad era que, el más poderoso… y más temido vampiro en el mundo, tenía
pocos puntos en común con ella. Deseando por ello no iba a cambiar eso. Él no
vacilaría en su búsqueda del poder, sin importar las consecuencias para nadie,
para el mundo mismo. Por lo que ella se obligó a bajar el deseo, y el dolor.
—No —dijo con firmeza—. No deberíamos.
Antes de que pudiera cambiar de opinión, se puso de pie. Rudy y Cyn se habían
ofrecido a reunirse con ella en Central Park mucho más tarde, cuando, Elizabeth
había esperado que, Saloman estuviera fuera cazando. Pero nunca tendría una
oportunidad mejor que ahora, cuando él estaba demasiado débil para seguirla.
—Pensé que podría ir abajo al bar, tal vez ir a dar un paseo. Puedes descansar
mientras estoy fuera.
—Gracias —dijo amablemente—. ¿Te vas a vestir primero?
—Por supuesto —murmuró ella, alcanzando los pantalones vaqueros y una
camiseta que había dejado ya en la silla.
Gritar desde el cuarto de baño parecía más fácil. Porque no podía ver su rostro
mientras ella hacía todo lo posible para traicionarlo.
—Si Travis tiene su sede en Queens —gritó casualmente, abrochándose los
pantalones y empujando sus pies en unas zapatillas cómodas—, ¿en dónde se
la pasa Severin?
—Te llevaré —dijo Saloman, su voz tan inesperadamente cerca que saltó y dio la
vuelta para mirarlo de frente—. Si estás desesperada por ir.
Elizabeth se quedó quieta. Saloman ofrecía la forma más rápida y segura de
localizar a su presa. Él era la única pista que tenía, y Severin podría salir de Nueva
York en cualquier momento. ¿Saloman sospechaba que tenía una misión de los
cazadores? En realidad no importaba. Cualquiera que sea el bien mayor, no
podía soportar usar a Saloman de esta manera.
—Difícilmente —murmuró, rozando al pasarlo para recoger su bolsa de la mesa.

***
Travis esperó hasta que el Antiguo se había ido, por los mismos medios con los
que había llegado, hasta que ya no podía escuchar el motor de retirada de su
coche. Luego entró en acción, volviéndose hacia sus subordinados sometidos
con un gruñido que apenas ocultaba su alegría.
—¡Limpien esta mierda hasta arriba! Quiero que reparen el techo y quiero muebles
nuevos aquí por la noche. Al, estarás a cargo. Tengo un pequeño negocio del
que encargarme. —El cual debería sacarle de su espalda al peligroso Antiguo
de una vez por todas, y enviar a Severin huyendo de nuevo a Los Ángeles.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Siempre y cuando, claro está, que Saloman fuera un vampiro honorable. Era
difícil decirlo por el poco tiempo conociéndolo, pero en todo caso, pondría al
bastardo arrogante en su sitio.
Dejando a sus subordinados barriendo, Travis se alejó hacia el estacionamiento.
Tenía una persiana semitransparente especial instalada en la ventana lateral de
su coche, para que pudiera dejarla abierta y aun así mantener el sol fuera. Era
útil para oler a los enemigos y, en este caso, a los amigos. El aroma de Grayson
Dante todavía estaba en sus fosas nasales. Era fácil rastrearlo, incluso entre el
denso tráfico, fue muy fácil encontrar el estacionamiento bajo el edificio de sus
apartamentos, con sólo seguir el rastro del Senador. Y allí, manteniendo un ojo en
el coche del Senador, se dispuso a esperar a la oscuridad. Había tenido malas
experiencias antes, visitando a los seres humanos en plena luz del día… todavía
tenía las cicatrices de quemaduras que lo demostraban.
La espera era fácil para un vampiro paciente. La parte más difícil de la expedición
resultó ser convencer al portero para que lo dejara entrar al vestíbulo. Al final
tuvo que usar una mirada hipnótica para conseguir que el hombre fuera lo
suficientemente cerca de la puerta de vidrio para vociferar a través de ella,
Senador Dante.
Afortunadamente, el hombre liberó entonces el bloqueo; Travis no tenía ganas
de patear el vidrio y provocar un incidente con su nuevo aliado.
—Señor, el Senador no está en casa.
—Sí, sí —dijo Travis—. Su coche está ahí abajo. Sólo llámelo, ¿quiere? Dígale que
estoy aquí. Mi nombre es Travis.
—Ah, Sr. Travis. Un momento. —Bajo la mirada airada de Travis, el hombre se
lanzó detrás de su escritorio y sacó un sobre, el cual le tendió conciliadoramente.
Travis se lo arrebató y lo abrió.
“Estimado Sr. Travis. Estoy buscando otras opciones en Budapest. Estaremos en
contacto.
D.”
—¡Mierda! —Travis arrugó el papel en su puño. Él no era lo suficientemente
estúpido para imaginar que Dante había dejado la espada en su apartamento,
así que, ¿cómo diablos iba a conseguirla ahora?
Empezó a pensar que hacer un trato con Saloman había sido un gran… un muy
inmenso… error.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 11
Traducido por Graciela
Corregido por Kolxi

S entada sola en el banco de Central Park durante la noche no fue, Elizabeth


lo sabía, generalmente avisada. Tal vez fue el exceso de confianza
después de su escape de los vampiros de Travis, pero por alguna razón no
sentía miedo. Ella estaba un poco tensa, sin duda y sus dedos constantemente
doblados en la estaca que escondida en su bolso. Todos sus sentidos se alzaban
al mínimo acercamiento, pero realmente no tenía miedo por el ataque, fuese
por asaltantes o vampiros hambrientos.

Curiosamente, dos jóvenes encapuchados, de quien se podría sospechar una


intención criminal, le dieron un gran rodeo, preguntándose si realmente lucía
sospechosa, como un señuelo para ladrones profesionales. Los vampiros, estaba
segura, vendrían muy pronto, atraídos por el olor de su poderosa sangre. Rudy y
Cyn afirmaron que había una guarida de vampiros durante la noche, y palabras
habrían circulado por la comunidad de Travis de que el Despertador estaba en
Nueva York. Seguramente alguien la había notificado y tentado a morder.

Pero parecía que se había equivocado, y los vampiros nativos no tenían prisa
ya sea para beber de ella o “regalarla” a Saloman. Mientras tanto la mano se
arrastró por la esfera del reloj, el cansancio arrastrando sus parpados. Cinco
minutos más, se dijo, y luego por su propia seguridad y por nada más, se tendría
que rendir por esta noche. Se obligó a permanecer alerta.

No lo oyó, ni siquiera lo sintió. Había sólo un mínimo cosquilleo en la parte posterior


de su cuello, y luego la volteó de espaldas, dejándola fuera del banco. Antes de
caer el suelo, se volteó para encararlo, así que cuando saltó sobre ella otra vez,
le medio atravesó el hombro con su estaca. Elizabeth vislumbro una mujer más
bien joven con ojos rojos furiosos aun sorprendidos, e incisivos largos y afilados,
antes que el vampiro se alzara con un grito de rabia y arrancara la estaca de su
propio hombro. Lanzándola a la cabeza de Elizabeth, donde se recuperó con un
golpe fuerte, se lanzó de nuevo a su garganta.

El vampiro gruño, la masa se retorcía de cólera. Elizabeth sintió saliva goteando


en su cuello mientras empujaba con desesperación la barbilla del vampiro con
una mano, y con la otra escarbando para encontrar la estaca descartada.

Mientras sus dedos finalmente se cerraban sobre la afilada estaca, el vampiro

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

bruscamente liberó su barbilla y levantó su puño para aplastar la cara de


Elizabeth. Ella arrastró la estaca y la hundió. Su golpe salvaje primero capto el
brazo perforando al vampiro, distrayéndolo lo suficiente para que Elizabeth
apuntara mejor. En la segunda apuñalada acertó, y en medio grito el vampiro
estalló en polvo.

—Maldita sea —murmuró Elizabeth, levantándose. Tenía la intención de hacer


preguntas antes de la matanza. Incluso en vez de matar, pero la opción no se
había presentado. Su piel se erizó de nuevo y aferró la estaca con fuerza, se dio
vuelta para hacerle frente a los árboles a la izquierda de la banca.

Una sombra salió de la luz de la luna. Un joven con vaqueros y camisa oscuros.

—Bueno —observó él, aparentemente viendo las partículas de polvo dispersas


por la noche—. Ella no duró mucho tiempo.

—Incipiente —dijo Elizabeth brevemente. Ella no se movió, consciente de que


por primera vez no sabía qué era lo que se encontraba allí: vampiro o cazador.
Tenía que ser uno de los dos.

El joven se acerca. —Solo una semana —sostuvo. Levantando la cabeza, olfateo


el aire, dándole la pista que ella necesitaba—. Tu sangre es fuerte —observó—.
No me sorprende que no esperara mi orden. ¿Eres una cazadora?

—No exactamente. —Pero nada de esto iba según lo planeado. ¿No sabía él
quién era ella por su olor? Travis la había reconocido—. ¿Quién eres tú?

El vampiro sonrió y se detuvo a un par de metros de distancia. —Jacob.

—Me reuní con tu líder esta tarde. Travis.

—Vampiro fuerte —Jacob admitió—, pero no es mi líder.

Ojos de acero. El corazón de Elizabeth latió más rápido. —¿Entonces tu viniste


con Severin de Los Ángeles?

Jacob sonrió. —No lo creo. Nueva York, nacido y muerto. ¿Vas a usar esa cosa?

—¿Qué? —Decepcionada con su respuesta, a Elizabeth le tomó un momento


darse cuenta de que estaba hablando de su estaca—. No he tomado mi decisión.

—Yo tampoco —admitió Jacob—. Quiero mucho tu sangre. Pero tengo la


sensación de que me estacarías antes de tomarla.

—Lo haría —coincidió Elizabeth, por suerte sonaba más segura de lo que se sentía.
No había encontrado un vampiro como este antes—. Eres muy honesto —observó,
dividiendo su atención entre su rostro y sus manos, atenta a la menor amenaza.

Traducido en Purple Rose 151


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—No soy conocido por eso —dijo Jacob—. En esta ciudad, un vampiro que se
mantiene apartado de Travis tiene que ganar todo el dinero que pueda.

Ella comenzó a comprender. —¿Así que pasan alrededor de Central Park para
robarle a los ladrones?

—No me gustaría que equivocaras mis costumbres. —Jacob parecía divertido—.


Voy por cualquier asalto, cualquier estafa, matar a cualquiera que no pueda
matarme primero ¿Por qué eres más fuerte que un humano, señorita “no
exactamente cazadora”?

Saloman, ella pensó, repentinamente furiosa y desentendida. Solo suerte. No el


olor del Despertador, había señalado Jacob y la juventud de ella. Sus preguntas
sobre Severin habían sido demasiado puntiagudas.

Saloman estaba siguiéndola y enmascarando al menos parte de su identidad,


ya sea por su propia seguridad o porque había adivinado sus planes. Ella no
sabía que él podía hacer eso, aún con toda su fuerza.

—No importa —dijo Elizabeth a toda prisa. Y de hecho, tampoco lo hizo la


interferencia de Saloman—. ¿Te gustaría ganar dinero de mí?

—Si no implica acercarse a ti cuando estés armada.

—No lo hace —el vampiro, ella sospechaba, era un artista de la estafa, entre otras
cosas. Ella no tenía absolutamente ninguna intención de bajar la guardia, o de
confiar en él. Pero tal vez podrían utilizarse el uno al otro—. ¿Por casualidad sabes
si el vampiro Severin se encuentra todavía en Nueva York? Y si es así ¿Dónde se
esconde?

—No —dijo Jacob—. Pero por el precio adecuado puedo averiguarlo.

Elizabeth sonrió. —Buena respuesta.

***
Elizabeth despertó a oscuras.

Todavía cargada de sueño, luchó un momento para orientarse, para darse


cuenta que otra persona se movía en su cama. Ella se puso tensa, recordando
la estaca en su bolso al lado de la cama, pero a medida que sus sentidos se
extendían, ella supo que era Saloman por su débil pero distintivo olor, su silencio,
su rapidez y su quietud.

Él no le había preguntado dónde había estado cuando ella regresó a la

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

habitación. Simplemente se había levantado de la cama, le informó de la mesa


de comida del servicio a la habitación, lo que demostró que sabía que no había
hecho más que pasar por el bar del hotel, y se sentó en la computadora. Elizabeth
no había mencionado a Jacob, ni lo cuestionó por enmascarar su identidad.
En su compañía, la idea de localizar y matar a su defensor le parecía absurda.
Saloman sólo estaba un paso delante de ella.

Ahora nadie se movía, nadie respiraba, excepto ella, y sin embargo estaba
consciente de que estaba en la cama. Ella mantuvo los ojos cerrados, fingiendo
estar dormida, aunque su corazón martillaba en su pecho.

Saloman no iba a tolerar más la traición. Ella se había puesto en más peligro de
lo que había negociado en esta misión.

Con los dedos, le acaricio la mejilla, sus labios, tan suavemente que podría ser
su imaginación, a excepción del instantáneo cosquilleo en su piel. Tenía miedo
a respirar, ella quería llorar por su ternura, porque era claro para ella que él no
buscó nada de esto. Él quería tocarla sin despertarla.

La vergüenza la llenaba, junto con el dolor lacerante que había traído para sí
misma al tratar de elegir dos bandos opuestos. No era solo idealismo. Quería
ayudar a los cazadores, para aliviar la carga de Mihaela.

Ella sintió la mirada de Saloman en su rostro un momento más, y luego el aire


desplazándose mientras él caminaba, casi se deslizó de la cama hacia la
ventana. Elizabeth abrió los ojos, tan conmovida por el incidente que comenzó
a preguntarse si estaba bien mantenerse para él. Pero las razones que los
separaron no habían cambiado. Saloman no había cambiado y ella no lo
haría. Pero esa pequeña muestra de amor parecía intensificar su amor por él.
La dolorosa necesidad se extendía a través de ella como fuego y se preguntó
si ella se atrevería a llamarlo de vuelta. ¿Qué diferencia podía hacer después
de todo? Ella estaba más allá de la ayuda, mucho más allá del tiempo en el
que se mantuvo lejos de él previniendo ser herida. ¿Qué diferencia habría con
una noche en sus brazos para hacer eso? ¿Para el mundo? Uno le arrebató la
felicidad de la noche no podrían empeorar la separación, sino que solo podría
aliviar el presente, tanto para él como para ella.

Por el momento, por esta noche, Elizabeth, te amo. Eso es lo que le había dicho
en Budapest. Siete semanas atrás, en SST. Andrews, ella no podía negar que esa
preciosa llama de cariño todavía ardía. Yo nunca te voy a matar, él le había
prometido, porque es demasiado difícil matar a quien se ha amado.

Recordaba el recuentro inesperado en la casa de Dante de Highland. Recordó


la pasión de sus besos y quería más, quería estar en sus brazos tanto que le daba
miedo.

Traducido en Purple Rose 153


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella no podía tomar la decisión en tal estado. Él estaba aquí con ella, y tendría
que ser suficiente. Cerró los ojos con firmeza y se recordó a sí misma que había
venido a Nueva York con buenas razones: Para advertir a Rudolph Meyer, para
encontrar y matar a Severin, para investigar y proteger a Dante Josh, quien al
menos ahora le creía.

***

Después de dejar a Elizabeth, Josh pasó mucho tiempo en el teléfono con su


agente, dos productores y un director, negociando un breve aplazamiento en sus
compromisos. También tuvo que defenderse de Mark y Fenstein, que querían venir
a rodearlo y mimarlo, y no con buen ojo dijo de ir a unas vacaciones pagadas. Pero
Josh creció con la agradable independencia de la vida en Nueva York, donde es
mucho más fácil mantener un perfil bajo y caer en el anonimato. Le recordó los
viejos tiempos, cuando Emily y él habían sido jóvenes y trabajaban en el teatro.
Excepto, por supuesto, que no había sido atacado por vampiros en ese entonces.
Y nadie le había robado su espada, que ahora necesitaba reclamar más que
nunca, ya que había descubierto que su padre espiritual había tenido mucha
razón en la imposibilidad de las cosas. La espada ahora era más que un recuerdo,
era un ícono, una justificación de su padre a todos los que se habían reído de él.

Cuando la oscuridad comenzó a caer, Josh cerró todas las cortinas y persianas
en el apartamento, cerrando el paso de la noche, porque Elizabeth le había
dicho que era cuando los vampiros vagaban a su antojo. Tenía que confiar
en que ninguno de ellos lo buscara, especialmente cuando no estaba bajo la
protección de los cazadores, pero él no lo entendía. Que Travis pareciera muy
decidido a conseguirlo esta tarde, aunque hubiera imaginado una mordedura
de Elizabeth aún más.

¡Y Elizabeth! Ahora que el choque fue desapareciendo, podía recordar su defensa


contra los vampiros con orgullo y asombro. Nunca en un millón de años hubiera
esperado que el académico de hablar pausado se convirtiera en una máquina
de matar tan eficiente, más como Buffy la caza vampiros que cualquier otra
etiqueta que había depositado en ella. A medida que recuperaba su comida
congelada del horno se dio cuenta que ni siquiera le había dicho lo mucho que
la admiraba por lo que había hecho, que incluso él no le había dicho gracias.

Josh se sentó en la sala de estar con su cena en una bandeja y abrió una botella
de cerveza. Mañana la llamaría, le diría todas las cosas que debería haber hecho
hoy. Y le haría las preguntas que se le estaban ocurriendo desde que ella partió.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Mientras encendía la TV, y empezaba a disfrutar su desacostumbradamente triste


comida de supermercado su teléfono sonó. Maldiciendo, colocó la bandeja en
el sofá junto a él y sacó el teléfono. Era Garrik, el detective que había contratado
para observar a Dante. ¡Dante! ¡Mierda, se había olvidado de todo sobre él!

—Hola Garrik ¿Qué está pasando? —preguntó despreocupadamente, ocultando


la extraña sensación de culpa.

—Tengo nuevas noticias sobre su amigo —informó Garrik.

—Mientras usted se hacía cargo del club, yo esperaba en la vuelta de su


departamento hasta que él llego a casa. Pero él no estuvo allí mucho tiempo.
Tomó un taxi justo después de las cinco y lo seguí hasta el aeropuerto JFK. Y me
temo que es donde lo perdí. Yo sé que él hizo una carta privada, pero no puedo
averiguar dónde, no por Zalamero, engatusar o sobornar.

—Mierda ¿Quieres decir que dejó el país?

—Él podría haberlo hecho. Fui a su apartamento, vi gente silenciosa, como si


su estancia en Nueva York hubiera acabado. Pudo haber volado de regreso a
Washington, por supuesto. Me pondré en contacto con gente allí.

—Está bien —coincidió Josh—. Quiero saber si te enteras de algo allí.

—Lo haré —dijo Garrik y colgó. Josh se desplazó hacia abajo hasta encontrar el
nuevo de Elizabeth, luego vaciló. Dado que la pobre chica seguro tenía defasaje
de horario encima de toda la emoción del día de hoy, tal vez solo debía enviar
un texto. Él lo hizo breve, ya que pensaba llamarla a la mañana.

***

Era difícil dormir sabiendo que él estaba allí, sabiendo que la quería más que
nada. De hecho se le hizo difícil permanecer quieta. Inquieta, ella cambio de
lugar su cabeza en la almohada, luego se volteó hacia el otro lado.

Arriesgándolo. Ella abrió sus ojos lentamente. Él estaba de pie dándole la espalda,
su silueta oscura contra la gran y plenamente extensa ventana. Una mano se
posó en la cortina retirándola mientras miraba la noche.

Él había dicho que no quería salir, que no era necesario, y sin duda en el momento
en que ella se fue a la cama, dejándolo enfrente de la computadora, el miraba
con todas sus fuerzas para que regresaran rápidamente. Pero ella comprendió

Traducido en Purple Rose 155


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

nuevamente que, si bien él mismo le había enseñado a aprovechar al máximo la


luz del día en este mundo moderno, él estaba en el corazón de una criatura de
la noche. Comer su corazón, Bela Lugosi…

Se preguntó si lo llamaba, o si veía la oscuridad como ella. Se preguntó qué haría


él por allí cuando no estaba conspirando, planeando y ejerciendo su voluntad
sobre números mayores de secuaces. Aparte de alimentarse.

Trató de alejar ese pensamiento. Él bebía una gran cantidad de sangre, a


pesar que rara vez mataba. No hacia la idea de alimentarse de humanos más
agradable para ella. Sin desearlo, por sus ojos nadó la imagen de una mujer
joven, ella se parecía a la chica del servicio a la habitación, entre sus brazos
mientras enterraba sus colmillos en el cuello.

Impresionada, Elizabeth se dio cuenta que sus sentimientos no eran simplemente


disgusto. Entre sus piernas corría la humedad de la excitación sexual, porque
parte de ella, una parte ridículamente grande, estaba celosa de cada una de
sus víctimas, reales e imaginarias. Y sin embargo, lo había odiado en Budapest
después que se alimentara de ella.

Se lamió los labios resecos, desterrando la culpa, así como los celos. —Puedes
salir si quieres —dijo en voz baja.

Él no se volteó, de hecho respondió con poco asombro como si siempre


hubiese sabido que estaba despierta. —No quiero hacerlo. Me gusta estar aquí,
escuchándote respirar detrás de mí. Me da la ilusión de compañía.

Elizabeth cerró los ojos. En ese momento, lo entendía tan completamente que
le dolía. Reconocía su soledad como si fuera propia, y esto era todo lo que
sería para ellos, noches arrebatadas para que cuando las circunstancias fueran
dictadas les permitieran estar juntos las 24 horas. Para un ser de miles de años,
era menos que una gota en un océano. Esto es todo lo hay. No lo pierdas, Silk.

Se levantó de la cama antes de poder cambiar de opinión, atravesando


lentamente la corta distancia sobre la suave alfombra hasta su lado. Aun no se
apartaba de la ventana, pero por las luces de la ciudad que se reflejaban en su
rostro, ella vio su sonrisa.

—¿Es todo ilusión con nosotros, Saloman? ¿Nada es real?

—Todo es real, sólo… fugazmente.

Quería más, él aún quería más. Debería estar horrorizada, debería haberla
enviado corriendo a la cama con las sabanas hasta la barbilla protegiéndose.
No debería haber continuado allí con un camisón sexy, y ciertamente no debería
haber tomado su mano, enredando sus dedos mientras miraba a través de la

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

oscuridad de Central Park. Los sonidos del tráfico y las fiestas eran débiles pero
audibles.

—Nunca pensé que Nueva York podría ser ten hermosa —observó ella.

—Tiene su propio encanto, como todos los lugares.

—¡Estuviste antes aquí!

La sonrisa volvió brevemente y desapareció. —No desde que es así. Hace mucho
tiempo, antes que fuera llamada América.

Ella lo aceptó. Un día, tal vez mañana, le contaría al respecto. Esta noche, él
parecía no querer hablar. Así que levantó las manos unidas hacia la mejilla.

—Me gustaría que fuera diferente, Saloman —susurró, y luego, antes que las
lágrimas brotaran, dejó caer su mano y se alejó.

Pero ella se movió muy lentamente. Incluso antes que diera un paso más, le
había incautado la muñeca y volteado hacia él. Sus brazos estaban duros a
su alrededor y su cabeza se abalanzó como un ave de rapiña. No tuvo tiempo
para protestar antes de que sus labios se aplastaran contra los suyos. Su boca se
abrió en estado de shock, incluso tuvo la intención de oponerse, pero él tomó
posesión, se dio por vencida y se hundió en los brazos con un ahogado gemido
de alivio y alegría. Él inclinó su cuerpo hacia atrás, la dureza de su erección
se comprimía en su abdomen, y ella le echó los brazos alrededor de su cuello,
agarrando su pelo entre los dedos. A medida que profundizaba sus besos, ella
daba la bienvenida a su lengua con la suya., y cuando sintió el roce de sus
colmillos peligrosos, le lamió con avidez.

Saloman dijo dentro de su cabeza, presumiblemente para poder seguir


besándola. ¿Has venido a ofrecerme tu sangre y tu cuerpo?

Tan poco. Las dos cosas.

Ojalá lo hubieras pensado antes de mostrar tu debilidad.

En ese momento ella apartó su boca liberándola, tirando de su cabello en un


débil intento de impedir exactamente lo que él deseaba. —¿Crees que esto es
una especie de piadosa extraña equivocación? —susurró ella.

Él no respondió, se limitó a tomar de nuevo su boca, y sus dedos tiraban


relajadamente su cabello, sujetándola. —No me gusta la piedad —le recordó
ella.

—Me gusta el sexo contigo. —Una mano le acariciaba su hombro, empujando


hacia abajo la correa de su camisón, que luego se deslizó sobre su pecho

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

descubierto. Elizabeth se quejó, presionando en su mano, la erección dura como


un hueso empujando entre sus piernas.

Saloman tiró por la correa, y sus camisón se agrupo en sus tobillos. Él al fin soltó
su boca, retrocediendo un poco para poder mirarla—. Desnuda en mis brazos
—susurró—. Ahí es donde debes estar.

Ella no podía estar en desacuerdo con eso, no especialmente cuando tomo un


alargado pezón con su boca. Ella sostuvo la cabeza en su pecho, sus parpados
caían en felicidad como si su succión dibujara un trozo de cuerda invisible de
placer que corría entre el pezón y su vientre.

—Pero tú no lo estás —exclamó ella—. Desnudo, quiero decir. —Él sonrió alrededor
del pezón, y luego levanto la cabeza para tomar de nuevo la boca dispuesta
mientras su mano se cerraba sobre su pecho una vez más. No necesito estarlo.

Elizabeth no estaba de acuerdo allí. Deslizó las manos por su espalda, le tiró
sacando la camisa de seda que llevaba, tratando de liberarla de sus pantalones,
pero al parecer las necesidades de Saloman eran más urgentes. Con una oleada
fresca de excitación, Elizabeth sintió que sus dedos presionaban entre sus cuerpos,
que trabajan en la cerradura de sus pantalones. Ella jadeó dentro de su boca
infectada con un inmediato deseo. Él alzó la cabeza y levantó su cintura. Por
instinto, ella envolvió sus piernas alrededor de su cadera. Llamas de color ámbar
tiraban a través de sus ojos negros y él la bajó lentamente. Su erección desnuda
le dio un empujón entre sus piernas, se condujo a lo largo de su miembro, por
lo que suspiró y se sacudió con la nitidez del placer, y luego se encontró con su
entrada, y la dejó deslizarse por su eje.

Elizabeth gimió largamente y suavemente. Ella había soñado con esto, lo


anhelaba desde que lo había conocido la última vez que había hecho el amor
con Saloman. Él la llenaba, la estiraba con tanta sensación excitante que ella
pensó que había llegado de una vez. Pero él la mantuvo inmóvil, con la fresca
polla calentaba y contraía su interior. Ella se estaba ahogando en sus ojos, en la
lujuria y el amor.

El movimiento parecía crecer lentamente en su palpitante interior. Cuando se


transformó en un empuje lento, sensual, ella comenzó a ondularse lentamente,
tomando el deleite adicional que le daba. Aumentando el ritmo, ella se levantó
y se echó sobre él en movimientos lentos y sensuales que le hizo gemir y tirar
hacia atrás su cabeza. Ella sonrió, alcanzándolo de nuevo por su boca, lo besó
profundamente mientras su cuerpo giraba y empujaban juntos, la compresión
tan exquisita de placer que ella quería, nunca tenía final.

Por encima del hombro, se dio cuenta que las cortinas se deslizaron completamente
hacia atrás, que Saloman le hizo el amor sobre el fondo de la belleza de Nueva

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

York. En posición vertical en sus fuertes y firmes brazos, tenía la ilusión de que
flotaba sobre la ciudad, los dos únicos seres que existían allí. Y a medida que sus
cuerpos se empujaban, retorcían y tensaban con urgencia cada vez mayor, las
luces de la ciudad perdían foco, se confundían con el brillo de sus ardientes ojos
y construían un insostenible éxtasis en su interior pidiendo a gritos su liberación.

Al igual que estos amantes, el orgasmo se acercó lentamente, elevándose cada


vez más con cada golpe en su interior hasta que pensó que nunca pararía y ella
no sería capaz de soportarlo más. Sus propios gritos y gemidos resonaban en su
oído mientras se convulsionaba en él, aferrándose a él, escondiendo el rostro
en sus cabellos, le besó el cuello en un largo beso, succionando. Ella sintió sus
dientes como fragmentos de hielo contra su piel, y con una brusquedad que la
hizo tonta, le mordió y chupo antes que ella estuviera debidamente al tanto de
lo que estaba sucediendo.

Como si su sangre se estuviera deslizando desde su delirio, el núcleo convulsionado,


cada poderosa succión era como un impulso refresco de éxtasis, celebrando su
orgasmo mientras comía.

Su profundo gemido, gritando le dijo que él había llegado a su propio orgasmo,


intensificado por su sangre.

Se sentía como si estuviera girando a través del aire, media desmayada por la
sensación que ya no podía soportar. Y luego, con un sobresalto, se dio cuenta
que él la había puesto sobre la cama, todavía sepultado entre sus muslos mientras
se cernía sobre ella. Sus dientes separados de su garganta, presionaba su lengua
sobre la herida.

—Más tarde —él prometió con voz ronca—. Yo podría beber de ti para siempre.

Siempre y cuando él no tomara todo y la matara.

Alzado sobre sus rodillas, arrancó su camisa y se deslizó para sacarse los pantalones
y la ropa interior, juntas. Él lanzo al suelo todo con tal fuerza que Elizabeth luchó
con su halo de alegría para decir. —¿Qué estás haciendo?

—Preparándome para amarte otra vez.

***

Cuando tocaron, Severin miró fríamente la puerta de la habitación de su hotel.


El nuevo futuro que había comenzado a vislumbrar con tanto ahínco parecía

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

haberse desmoronado con el polvo de Maggie. No era la primera querida


compañera que perdía, pero fue lo más profundo, y ahora luchaba para tomar
las decisiones necesarias.

Saloman, era todo lo que había esperado y mucho más poderoso, impresionante,
imponente, también había sido extremadamente simpático en la reunión de
ayer a la mañana temprano. Parecía entender tanto la soledad de la posición
de Severin gobernado su pueblo rebelde y el golpe de la perdida de Maggie.

Saloman había dicho que estaba enfrentando a Travis, que Severin debería llevar
a sus vampiros a casa por seguridad. Y tenía razón.

Excepto la parte en que Severin exigía venganza por Maggie. Otra parte no le
gustaba ser sumiso, tan poderoso incluso un aliado. Sobre todo cuando este
aliado también estaba hablando con Travis. Este se había asegurado que supiera
sobre eso, enviándole una burla, un corto mensaje telepático que él y Saloman
estaban jugando al azar por el liderazgo de América.

¿Dónde estaba exactamente Severin en esto? Descontento como él, era difícil
de cuidar. Había perdido a Maggie, cuyo entusiasmo por el nuevo mundo había
convencido a Severin de venir aquí.

Así que aquí él seguía estando, rodeado de seguidores inquietos. Y el no alineado


vampiro Jacob ahora esperaba pacientemente del otro lado de la puerta. Los
sentidos de Severin podían presentir que no había vampiros cerca, por lo que
hizo un gesto con la cabeza a sus secuaces para que Jacob entrara.

Con vaga repulsión, Severin observaba arrogante la habitación.

—Me alegra haberte encontrado —dijo Jacob. Su placer parecía muy genuino—.
Conocí a alguien que te estaba buscando.

—¿Quién? —preguntó Severin sin mucho interés.

—Una niña, humana, pero muy fuerte. No una cazadora. Quería saber dónde te
encontrabas.

Severin frunció los labios. —Supongo que ella pagó por la información.

—Lo hará, cuando se la dé. Me preguntaba si te importa que me paguen por


hacer las presentaciones en tu lugar determinado.

Severin soltó una carcajada despectiva. —¿De verdad no tienes nada más en
mente que ganar dinero?

—No —dijo Jacob con franqueza.

160 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Severin lo miró. —¿Tiene nombre, esa chica?

—Es de suponer. Pero no lo conozco. No es Americana. Británica, diría yo. Y tuve


la impresión de que su interés no era amigable.

Severin entrecerró los ojos, pensando en los dos seres humanos que lo habían
seguido hasta el edificio de oficinas después de la caza del día anterior. —Ha
habido gente husmeado entre nosotros desde la lucha ¿Cómo es esta chica?

Severin se encogió de hombros. —Blanca. Cabellera rubia. Bonita. Parece frágil


como una antigüedad china.

Severin frunció el ceño. —Ese no es el punto. —De pie, se acercó a Jacob y lo


olió. No había tocado a esa mujer humana, porque nada de su olor se había
quedado en él. Conocedora y fuerte no era una cazadora. La sospecha
comenzó a entrar en su cabeza. ¿Podría ser que esta chica lo esté usando para
llegar directamente a Saloman? ¿Podría ser esta chica la alusiva despertador
que Saloman no había matado? ¿Trataría de guiar a los cazadores antes de que
Saloman llegara a ella?

Viendo su camino al último, Severin sintió que su inercia desaparecía. Se volvió a


sus seguidores. —Anton, tú y Frederick quédense conmigo. Luis, toma al resto de
la casa. Vamos a ponerlos al día.

—¿Ahora? —Se opuso Luis—. Es casi el amanecer y yo… —Bajó la mirada de


Severin, él se rompió y calló.

—¿Qué haremos jefe? —preguntó ansiosamente Anton.

—Vamos a atrapar un regalo para Saloman —dijo Severin con gusto—. Lo que
nos debería dar un poco más de provecho en esta relación. Jacob, tu puedes
arreglarlo.

Jugaremos con esto, Travis.

***

Ya había ocurrido antes, cayendo en esta burbuja de felicidad y placeres


sexuales que excluían al mundo y todas las nociones del bien y del mal que ella
conocía. Solo estaba Saloman.

Eternamente fascinante, la mantuvo en la esclavitud, una vez más. Los vestigios


de la noche desaparecían en la emoción feliz de hacer el amor, salpicaba, o

Traducido en Purple Rose 161


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

incluso acompañada por las charlas y risas letárgicas. Ella casi se había olvidado
su blanco y como la podía hacer reír, incluso cuando era lo último que quería

Sólo durante el amanecer, tendida desnuda sobre las almohadas sin el círculo
de su brazo, se acordó de por qué él había venido aquí, y qué había dicho en su
cansancio ayer a la noche.

—¿A qué estás jugando con Travis? —preguntó ella perezosamente corriendo
sus dedos a lo largo de las venas de su mano.

—Caza de la espada. El ganador se lleva América.

Ella parpadeo y detuvo la caricia para mirarlo. —¿No es eso un poco riesgoso?

—No, cuando yo sé dónde está la espada. —Su mano se movió, buscando su


pecho y ociosamente rodeó su pezón entre los dedos mientras hablaba. Se le
hizo más difícil estar enojada.

—¿Dónde está entonces? —logró decir ella.

—En el departamento de Dante.

—Estás adivinando —acusó ella, retorciéndose en el placer cada vez mayor de


sus dedos implacables.

—En este momento sí, pero estaba allí ayer. De hecho si no cayó en las garras de
Travis justo en el momento equivocado. Yo tendría que, eh, reclamarla. Esta es la
segunda vez que me distraes en esta búsqueda en particular.

Elizabeth no pudo resistirse a curvarse de triunfo, lo cual lo hizo sonreír, por lo


que bromeó. —No parece que la consideraras una búsqueda muy urgente
¿No deberías haber ido a buscar la espada anoche? ¿Aunque sólo fuera para
mantenerla lejos de las manos de Travis?

—Yo tenía mejores cosas que hacer ayer por la noche —dijo y ella lo miró
provocativamente, su mano inquieta en su seno y añadió en modo de
explicación—. Follarte y beber tu sangre.

El color rosado del calor rápidamente dibujó su rostro. —Usaste eso para decirlo
porque pensaste que me sorprenderías.

—Ahora lo digo porque sé que te excitarás.

Indignada ella le tiro de la mano lo que se vio favorecida la tortura de sus pechos
una vez más. —No soy tan superficial.

—Yo no dije que fueras superficial, pero eres condenadamente follable.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¡Saloman!

—¿Qué? —dijo, girando en él y acariciando la heridas sensibles del cuello, las


cuales rompió y sanó dos veces por la noche.

—¿No tienes miedo de que Travis pudiera haber tomado la espada? —dijo
ella, retomando el tema con cierta dificultad distraída con sus dedos, que se
deslizaban de nuevo por su garganta hasta sus pechos.

—Un trago más pequeño —él dijo con voz ronca—. Sólo porque te recuperas tan
rápido. Y no —añadió sobre su piel—. Alguien le enseño a Dante a enmascarar
objetos. Dudo que Travis pudiera ver a través de él.

—¿Dónde lo habrá aprendido Dante…? OH, Jesús —susurró cuando él atravesó


su piel y ella volvió a sentir el dichoso tirón de su sangre en la cruel y tierna boca
de él. Pero esta vez, sólo duró un instante, lo suficiente para que él mismo se
empujara dentro de ella una vez más. La decepción traviesa la distrajo cuando
él curó la herida muy pronto después de que la hiciera—. No es natural hacer el
amor con frecuencia —ella jadeó, aferrándose a él cuando la rodaba.

—Es por mí. Y tú no pareces oponerte —ella no lo hizo. Su cuerpo lo absorbió


como un adicto, aunque no podía imaginar o incluso tolerar esta cantidad de
atención de nadie. También era consciente, en algún punto, de que tenía que
dormir.

—No puedo —susurró ella—. Incluso cuando me duele todo, tan pronto como
me tocas se convierte en placer, y te quiero encima de nuevo. Esto tampoco es
natural.

Sus ojos increíblemente oscurecidos mientras se movían encima de ella, su rostro


pálido sombreado con la luz del amanecer. —Es por mí.

***

Cuando ella se despertó, la luz del reloj de viaje le dijo que eran justo después de
las 9, lo que significaba que había dormido sólo un par de horas. Y sin embargo
se sentía fresca mientras se estiraba lujuriosamente a lo largo de la cama y veía
a través de la puerta abierta a Saloman, sentado en el escritorio de la sala de
estar de espaldas a ella.

Tal vez necesitaba menos horas de sueño para cultivar su fuerza física. Ella mató
varios vampiros ayer y algunos eran fuertes.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

O tal vez era feliz.

Entre sus piernas había un dolor sordo y placentero que se volvía más un
cosquilleo cuando miraba a Saloman. Imposible querer más sexo. Estaba hecha
pedazos. Sonriendo ante la ridícula idea, se levantó de la cama y caminó por
la habitación, deteniéndose para recoger del piso su camisón verde y colocarlo
por la cabeza mientras caminaba por la sala de estar.

Saloman, vestido con una camisa blanca suelta y unos pantalones oscuros,
levantó la vista y sonrió, extraño, la plena sonrisa calentaba su corazón. La había
visto mucho en las últimas 12 horas.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Elizabeth.

—Investigando fuentes paranormales —respondió inesperablemente, alzando


un brazo alrededor de ella.

Ella parpadeó. —¡Yo pensaba que conocías más que todos los libros juntos!

—Sí, pero Dante no. Hiciste un buen punto la pasada noche. Está consiguiendo
esa información de alguna parte.

—Sí, pero ¿Podrás encontrar ese tipo de libro por Internet? Las librerías de los
cazadores no están disponibles —señaló Elizabeth.

—Estoy en busca de otras fuentes. Libros raros en las colecciones privadas o


públicas. Pero no estoy encontrando mucho más de lo que podría hacer Dante
dado el conocimiento que tiene.

—Tal vez su relación con Travis es de hace mucho tiempo. Travis podría haberle
dicho todo lo que sabe.

—Posiblemente.

De mala gana Elizabeth se deslizó fuera de sus brazos para ir a recoger su teléfono
desde el tocador. Mihaela puede que también descubriera una conexión entre
los dos improbables aliados. O alguna pista sobre el paradero de Severin que
podría ser el dudoso Jacob despedido. Pero el único mensaje que estaba
esperándola, era de Josh.

—OH, dios mío —dijo con tristeza, y cuando Saloman miro atrás de ella, ella
estuvo a punto de echarse a reír.

—Dante dejó Nueva York ¿Supones que se llevó tu espada?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 12
Traducido por Inthefreedomwings y Cami.Pineda (SOS)
Corregido por Kolxi

D espués de haber decidido ir juntos al apartamento de Dante para


que Saloman “sintiera” la espada, les llevó más tiempo del esperado
salir del hotel, principalmente porque la visión de Elizabeth en la
ducha inflamó a Saloman de nuevo. Con su pelo rubio revuelto y brillante por la
humedad, el albornoz blanco como la nieve que era tan grande para ella que
caía por uno de sus elegantes hombros, ella parecía adorable en una forma
completamente diferente de la compasiva, casi vacilante sirena de la noche
anterior.

No podía verla caminando a paso lento por la habitación sin tocarla, y su


reacción al ser tocada, una extrañamente deliciosa mezcla de sorpresa y placer
mientras se daba la vuelta en sus brazos, hizo que la besara. Y después de eso,
el resto fue inevitable.

Sin embargo, mientras la llevaba a la cama una vez más, despertándola aún
más con las manos y los labios que conocían el cuerpo de ella cada vez mejor,
se sorprendió por su poderoso deseo de cuidarla. Era consciente de que había
agotado su última noche, había tenido más de su cuerpo de lo que era bueno
para un humano, y no sólo en términos de sangre ella se regeneraba bastante
rápido ahora. Y mientras él tomaba su placer en complacerla, siempre un placer
y dado ahora un exquisito borde de su restricción deliberada.

Haciendo caso omiso de la súplica de su propio cuerpo, no entró en Elizabeth,


pero le hizo el amor sólo con labios y manos tiernas, enseñándole un nuevo
éxtasis que recibió con gratificante asombro. Y cuando finalmente la tocó con
sus labios en su sexo convulsionado y se trasladó por su cuerpo para besarla en
la boca, ella se aferró a él de una forma que hizo a su corazón dispararse y doler
a la vez, especialmente cuando cambió para hacer su cuerpo más disponible
para él.

—Creo que ya es suficiente por ahora—, susurró él.

Sus ojos eran deliberadamente suaves y tentadores. —¿En serio?

—Me estoy mofando por la espera de la noche.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Sus ojos buscaron los de él, como por alguna insatisfacción, y luego,
presumiblemente, al no encontrarla, lo empujó con una sonrisa maliciosa, lo giró
para ponerse a horcajadas sobre él. Pero la levantó y la puso en el suelo.

—Quiero mi espada—, le dijo con severidad fingida.

Riéndose ella corrió al baño, aunque esta vez dejó la puerta abierta, como
una señal de su nueva intimidad, mientras llamaba a través de la puerta con
curiosidad espontánea. —¿Nunca necesitas una ducha?

—Mi cuerpo se limpia a sí mismo de la suciedad del aire. Y ya que no produce


toxinas o sudor, no tengo necesidad de agua.

—Eso es extraño—. El sonido de la ducha al rociar su cuerpo desnudo una vez


más se añadió a su excitación reprimida.

A través del chapoteo, agregó. —Solía molestarme, ¡cómo siempre olías tan bien
cuando nunca te había visto lavarte ni una vez!

—Ustedes los humanos se preocupan demasiado por las trivialidades.

—Viene de tener toxina corporales —dijo secamente—, y una atracción para la


suciedad que no tiene miedo de aferrarse a nuestros cuerpos.

La ducha se cerró y resurgió en el decididamente húmedo albornoz, frotándose


para secarse. Esta vez mantuvo sus manos fuera de ella, pero se entretuvo
descansando en una silla y mirándola secarse y vestirse. Había una intimidad en
aquello que casi le daba miedo, pero, después de haber empezado, se negó a
renunciar al placer.

Claramente sumida en sus pensamientos, no hablaba mientras se vestía y peinaba


el cabello. Sólo mientras dejaba el peine y se volvía hacia él dijo bruscamente,
—¿Qué vas a hacer con la espada cuando la encuentres?

Saloman se puso de pie. —Atesorarla —dijo con ligereza—. Y mantenerla a salvo


de los demás. Como hago contigo, de hecho. ¿Vamos?

Caminó por la sala de estar hacia la puerta. Poniéndose a la altura de él, abrió
los labios para hacer más preguntas, como si fuera bien consciente de que no se
le estaba contando toda la verdad. Que, por supuesto, no lo estaba. No podía
decírselo a Elizabeth. No podía decírselo a nadie.

Ni siquiera necesitaba salir del coche. Sabía antes de entrar en el garaje del
estacionamiento debajo del edificio de Dante que la espada no estaba allí.

—No parece importarte demasiado —observó Elizabeth mientras él reiniciaba el


coche.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Contaba con que se la había llevado Dante con él.

Mientras conducía hacia la salida y salía al tráfico una vez más, sintió su intensa
mirada en la cara. —¿Supones que la tiene Travis después de todo?

—No, pero voy a conducir hasta su guarida para asegurarme.

—Podría haberla escondido en algún otro lugar.

Saloman sonrió por su inocencia. —En ninguna parte que no pueda encontrar.
Además, si la tuviera, la estaría agitando en mi cara, ante tantos testigos como
pudiera reunir, incluido Severin, para demostrar que había ganado nuestra
apuesta y que ahora debería escabullirme con el rabo entre las piernas.

—¿Lo harías? —preguntó ella con curiosidad.

—¿Escabullirme? No estoy seguro de saber cómo. Tendría que encontrar otra


forma de ganar su sumisión.

En ese momento, su mirada casi lo quemó, por lo que apartó la atención un


momento de la ocupada carretera para mirarla.

Por un instante, sus ojos color avellana claro parecieron atravesarlo, como si
estuviera tratando de examinar su propia alma. Luego le dio una sonrisa rápida,
desaprobadora y bajó la mirada.

—Tienes miedo de preguntar —observó, frenando para evitar una colisión con
un camión en su camino—. Pero te estás preguntando por qué no lo mato.

—Se me pasó por la mente —confesó—. Me preguntaba si podrías matarlo.

—Podría —dijo Saloman, pasando al camión y acelerando con el fin de pasas


al siguiente semáforo antes de que hubiera cambiado. Conducir en una gran
ciudad era como uno de aquellos juegos de computadora que Dmitriu le había
mostrado por primera vez en una galería de Bistriţa—. Pero, ¿dónde estaría la
gracia?

Una vez más, lo sorprendió, al ver tras la frivolidad de sus palabras la verdad más
profunda por debajo. —Es divertido para ti, ¿no? Acumular poder y territorio,
tirando de los hilos.

No tenía sentido negarlo, por lo que simplemente se encogió de hombros. —Sí.


—Después de un momento, patinando a través de las luces en el instante en
que cambiaron, añadió—. Más divertido que matar, aunque estaría mintiendo
si dijera que no he disfrutado también de eso. Es un rasgo de nuestra raza que
los seres humanos encuentran contradictorio, que disfrutemos de la emoción de
cazar y matar, y sin embargo valoremos todas las formas de la existencia.

Traducido en Purple Rose 167


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Hubo una pausa, y entonces. —Así habla el vampiro Saloman.

—No me crees —observó él. No debería haberle herido. Era muy consciente de
que ella todavía lo consideraba un enemigo. De hecho, ella se consideraba más
o menos bajo la misma luz, porque lo amaba.

Pero inesperadamente, sintió la breve y cepillada caricia de su cabeza en su


brazo. —Ese es el problema —dijo con tristeza—. Cuando estoy contigo, creo
todo lo que dices. No creo que mientas, pero sé que puedes ser tacaño con la
verdad. Tengo que pensar en cada posible significado detrás de todo lo que
dices. Y lo que no dices.

—No me gusta la muerte y la destrucción —dijo—. Mucho menos me gusta


gobernar de esa forma. ¿Crees eso?

La miró y vio una ligera sonrisa en sus labios. —Sí —dijo—. Aunque te remito a mi
advertencia anterior.

—Siempre la académica —murmuró, parándose en la luz roja del siguiente


semáforo.

—Sólo estoy tratando de entender —dijo ella intensamente, y él la creyó.

—No es tan difícil —dijo suavemente—, cuando se junta con lo que ya sabes de
mí. La existencia abarca toda la vida, lo bueno y lo malo, las emociones más
extremas, y las proezas físicas, así como los eventos menores y los momentos
tranquilos. ¿Cuál es la gracia de cualquier existencia si no experimentas todo
esto?

—Si no lo disfrutas —dijo ella lentamente, todavía mirándome a la cara—, como


tú me hiciste disfrutar la mía en Budapest, aunque eso signifique tomarlo de mí.

—Sí —admitió—. Créelo o no, pero mi gente lo considera una responsabilidad.


Solía considerarlo. Ahora lo llevo solo.

La respiración de ella parecía atrapada. —Pero, ¿quién eres tú para elegir? —


estalló—. ¡No depende de ti! ¿Por qué debo vivir cuando el profesor Salgado-
Rodríguez no? ¡Por tu simple capricho, Saloman!

Él amaba su furia, su oposición.

Que le hacía aún más determinado a ganarla. Y no tenía ninguna objeción a


explicar su punto de vista.

—Un capricho, si insistes —concedió—, pero no hubo nada simple sobre eso. Tomo
decisiones para el bien común, y que exigen ser fuerte, tanto emocionalmente
como físicamente.

168 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Una vez más, sus ojos le quemaban. —¿Yo te hago fuerte? Aún con vida, ¿te
hago fuerte?

No pudo evitar sonreír ante su tono de voz, que logró mezclar la incredulidad
con el placer y franco asombro. Pero no la quería inmolada por los cazadores.
Así que lo replanteó. —Estás unida a mi existencia. —Vaciló y luego añadió—: Y
hay potencial en ti para ir más allá de lo personal.

—¿Potencial para qué? —preguntó.

—No sé. Es aún, eh… potencial.

Casi como si estuvieran casados, la dejó en la Quinta Avenida para mirar algunos
escaparates mientras iba a una reunión de negocios. En primer lugar, ella fue a
un cajero automático y retiró el dinero que no podía permitirse en caso de que
tuviera que pagarle a Jacob esa noche. Luego se relajó en modo turista.

Se sentía rara. Mientras contemplaba escaparates llenos de ropa glamorosa y


zapatos a la moda, era principalmente consciente del deseo de reunirse con
Saloman de nuevo. Y sin embargo, la propia perspectiva de ello añadió un brillo
de excitación a su expedición. A pesar de que no podía permitirse el tejido, lo
dejó deslizarse entre sus dedos, o los bolsos que admiraba desde una distancia
segura, fue muy divertido de mirar, disfrutar el ambiente de Nueva York, y saber
que pronto volvería a verlo, hablar con él de nuevo. Hacer el amor con él.

Para Elizabeth, el futuro era un lienzo en blanco, y ella tenía cuidado de que
siguiera siendo así. En su corazón, sabía que esta frágil felicidad no podía durar,
pero se negó a pensar en ello como una ilusión, porque en este momento, era
real. Y ella se aferraba al momento con impaciencia.

Estoy empezando a pensar en él…

Cuando sonó el teléfono, tomó el bolso como una adolescente esperando a


que su novio le escribiera. Pero esta no era una nota de amor. Era de Jacob.

Estúpidamente, la sorpresa la llevó a pararse en el pavimento y alguien le pisó los


talones. Murmurando disculpas, Elizabeth se apartó hacia un escaparate para
leer la breve nota.

—Lo tengo. Trae el dinero. J. —seguido de una dirección de la Quinta Avenida.


La cercanía hizo que le helara la sangre, dio una mirada exploratoria entre la
multitud y hasta en los tejados. Pero eso era ridículo. Jacob no podía caminar
bajo el sol.

Podía tener cómplices humanos. Era del tipo que lo haría. Ellos ni siquiera se
imaginaban lo que él era.

Traducido en Purple Rose 169


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dejando caer su teléfono en el bolso, Elizabeth se tranquilizó. No había tenido


miedo de Jacob la última noche, sola en la oscuridad, estaba condenada si
cediera al miedo a plena luz del día. Este era su mundo.

Se detuvo el tiempo suficiente para ocultar subrepticiamente una segunda


estaca de fácil acceso, y luego se volvió sobre sus talones y regresó por donde
había venido, hasta que llegó al primer cruce.

Jacob debería haber estado conduciendo tras ella para saber que reconociera
fácilmente la calle y se reuniera con él rápidamente. Y si estaba en una de las
tiendas, no se arriesgaría a atacarla.

Pero la dirección que había especificado parecía una tienda abandonada.


Cortinas oscuras cubrían las ventanas y el vidrio de la puerta. Un cartel decía
CERRADO POR LUTO. Elizabeth sólo vaciló un momento antes, con la mano
derecha en la estaca de su bolso, empujó la puerta con la izquierda. Se abrió
fácilmente.

Con cautela, entró. La tienda estaba oscura, con la mayoría de la luz solar
bloqueada por las persianas, pero aun así podía distinguir los bastidores de los
abrigos y chaquetas y vestidos. Demasiados lugares para que un vampiro se
ocultara. Si Jacob decidía que quería su sangre, además del dinero, ella tendría
que confiar en sus reflejos y que ellos la salvaran de perder cualquiera de los dos.

Se movió lentamente en el interior, mirando a su alrededor, deliberadamente


rozando la ropa para molestar a alguien que merodeando bajo ellos. A medio
camino, a través de la tienda, una escalera daba a una galería llena de sombreros,
bolsos, cinturones y otros accesorios expuestos en maniquíes sin forma.

Al llegar al centro de la sala, revisando a derecha e izquierda, otra sombra salió


de debajo de las escaleras. Elizabeth se detuvo, crispando los dedos con más
fuerza alrededor de la estaca en su bolso.

—Señorita No-exactamente-un-cazador —dijo la voz burlona que ella


recordaba—. Tengo la información. Espero que tengas mi dinero.

—Si me mientes, voy a hacer circular tu descripción en cada red de cazadores y


fuerzas policiales del país. Perderás más de lo que has ganado.

—Te comprendo —dijo Jacob pacientemente, parándose respetuosamente, o


prudentemente, a más o menos un metro de distancia de ella. Poco a poco
levantó una mano, con la palma hacia arriba en una solicitud inconfundible.
Con su mano izquierda, Elizabeth retiró el fajo de dinero de su bolso para que lo
viera—. ¿Dónde? —preguntó.

170 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Se mueven en círculos para asegurarse de que los chicos de Travis no los
encuentran. Pero en este momento Severin y su guardaespaldas están en el
Hotel Sheraton, en Long Island. Todos juntos en la habitación 212.

Ella escaneó su mirada fija. Nunca sabría si estaba mintiendo hasta que fuera allí.
Si fuera cierto, ¿habría tiempo para llegar y matar a Severin antes de que Saloman
la encontrara? Entonces al menos estaría por encima; habría completado su
misión.

Lentamente, extendió su mano izquierda con el dinero. —Gracias.

Jacob sonrió. —Gracias a ti —dijo, cerrando la distancia y alcanzando el efectivo.


Pero, mientras lo cogía, sus dedos se tocaron, dándole aviso por un instante antes
de que los enroscara, serpenteando hasta apoderarse de su mano junto con los
billetes de dólar.

Se lo esperaba. Al menos tendría su dinero de vuelta. Agarró la estaca fuera de


su bolso y la clavó certeramente en el corazón de Jacob.

Algo le atizó desde arriba y le arrancó la estaca de la mano derecha, mientras


Jacob le arrebató el dinero de la izquierda. Con un gruñido de dolor, cayó de
rodillas, se dio cuenta de que le habían saltado desde la galería de arriba.

Estúpida, estúpida, estúpida…

—Ha sido un placer hacer negocios contigo, señora —dijo Jacob con un tirón de
burla en su melena mientras caminaba hacia la puerta con su dinero. El ser que
tiró hacia atrás por su pelo para ver su cara era un vampiro más fuerte. Podía
sentirlo. Y no estaba solo.

—Soy Severin —dijo con una mueca en sus labios, mientras otros dos vampiros
surgían de la parte trasera de la tienda—. He oído que has estado buscándome,
Elizabeth Silk.

No tuvo más opción que dejarle tirar de su pelo para ponerla de pie y girarla en
su rígido control para enfrentarlo. Era alto, negro, bien vestido, con la cabeza
rapada y el rostro inesperadamente pensativo.

—Quiero hacer una sugerencia —dijo, aliviada de que su voz no temblara. Sus
hombros le palpitaban por el golpe que había recibido.

Severin soltó su pelo, pero no su brazo derecho. —Adelante.

—No necesitas someter a Saloman. Alíate con Travis en su contra.

Severin sonrió con desprecio no disimulado. —¿Para impedirle matarte?

Traducido en Purple Rose 171


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth inclinó la cabeza.

—Tienes que ser muy inteligente para haberlo eludido durante tanto tiempo —
observó Severin—. Aunque, por supuesto, a él le gusta jugar al gato y al ratón.
He oído que también está jugando con Travis ahora. Le paga —agregó hacia
sus seguidores con una sacudida de cabeza, y Elizabeth se dio cuenta de que
Jacob todavía acechaba en la puerta.

Mientras uno de los vampiros caminaba en la dirección de Jacob, Severin volvió


su mirada a Elizabeth, que tenía miedo de respirar. La puerta se abrió y se cerró
tras Jacob. Un vampiro menos. En todo caso, el inamovible agarre de Severin
en su brazo se ajustó mientras le decía en voz baja: —Como regalo o como
chantaje, el Despertador de Saloman es extremadamente valioso para mí.

Lo que, pensó Elizabeth, era lo único realmente cierto. A pesar de que Severin
claramente no tenía todos los hechos, con ella en su poder podía hacer que
Saloman no hiciera nada. Por muchas razones, Saloman no la arriesgaría. No dudó
de que si Severin se la llevaba a Saloman en este momento, el Antiguo la salvaría.

Ella le había fallado a los cazadores y a Saloman.

Antes de que Severin pudiera arrastrarla, levantó la cabeza hacia un lado,


llamando la atención sobre su garganta. —Mi sangre es valiosa también —
dijo con voz ronca, y aunque el hambre brilló en los ojos de él, ella dio una sutil
sacudida a su brazo izquierdo, como si se estremeciera. La estaca oculta cayó
de la manga en la palma de su mano y ella empujó hacia arriba, rápida y segura.

El grito de furia de Severin cortó el silencio mientras explotaba en polvo. Elizabeth


saltó hacia atrás, agarrando la estaca caída que él le había quitado antes y sujetó
ambas delante de ella contra los vampiros que saltaban hacia ella. El poder de
Severin se precipitó sobre ella como una ola. Se sentía exultante, invencible.

—¡Soy el Despertador! —exclamó. Sonaba perturbada y no le importaba. En


cambio, se echó a reír por el triunfo, porque había tenido éxito. Había hecho
lo correcto y ganó. Ambos vampiros patinaron hasta detenerse, mirándola
fijamente. Uno miraba con incertidumbre al otro. Elizabeth dio un paso decidido
hacia delante, y huyeron.

***

A pesar de que Grayson Dante no había visitado nunca antes Budapest, tenía
buenas vibraciones sobre la ciudad. Este lugar sería el escenario de la adquisición

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

del poder definitivo, lo sabía y el conocimiento le dio más confianza, mientras


caminaba solo en la oscuridad a lo largo de las calles oscuras y estrechas de la
parte antigua de la ciudad. A pesar de que le habían dado instrucciones, casi
se perdió. Había caminado hasta el final de la calle y vuelto otra vez antes de
ponerse a mirar con una concentración extrema cada edificio.

Pasó a una pareja vestidos a la moda, riendo, a quienes les debió parecer un poco
raro, estudiando arquitectura en la oscuridad. No le importaba. Sospechaba de
algún tipo de hechizo enmascarador y estaba decidido a mirar a través de él. Si
lo habría hecho sin ayuda, nunca lo descubrió, por la pareja que desapareció
en una puerta frente a él.

Ahora, ¿por qué una pareja joven, vestida de punta en blanco como si fuera a una
fiesta, visitaría un edificio ruinoso que se parecía más a una nave? Deteniéndose
frente a la sucia y bien cerrada puerta, Dante miró a su alrededor del edificio por
encima de él y vio al ángel esculpido sobre la puerta.

Eureka.

Sonriendo, empujó la puerta, que cedió al instante. Tuvo tiempo, en su viaje por
la larga y sucia escalera, para preguntarse si se había equivocado. Una bombilla
desnuda que colgaba en aire en la parte superior del edificio, apenas iluminaba
las paredes en mal estado y la pintura desconchada. Los pasos debajo de la
suela de sus zapatos de cuero hechos a mano se sentían sucios y arenosos. Sin
embargo, en la cima de las escaleras, fue recibido por un hombre grande vestido
de negro que no mostró una sorpresa particular por encontrárselo.

—Hola —dijo Dante con amabilidad—. ¿Me podría ayudar, señor? ¿Este es el
Club del Ángel?

Aun cuando él hablaba inglés, el inexpresivo hombre parecía entenderlo,


porque asintió con la cabeza y abrió la puerta para él. Dante sintió un pequeño
escalofrío correrle por la espina, como una chispa de peligro, porque el portero
podría ser un vampiro.

Dentro era masivamente diferente. Todo estaba limpio y bien iluminado, y con
buen gusto, los estantes de la pared daban una sensación de privacidad. Las
paredes estaban pintadas con murales barrocos brillantes, y una gran cúpula en
el dentro del techo con una ventana abierta de la que provenía una impresión
de luz, espacio y aire fresco. Debajo, unas cuantas personas estaban bailando
la ruidosa música moderna. No era del gusto de Dante, pero estaba feliz de
tolerarlo por una noche.

La pared más cerca de él estaba tomada por una larga barra, en la cual estaban
sentados uno o dos hombres y una hermosa mujer en vestido negro. Como era

Traducido en Purple Rose 173


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

la cosa más natural de hacer, Dante se sentó al lado de la hermosa mujer de


negro. Un joven inteligente que estaba detrás de la barra, le habló en húngaro.

Adivinando, Dante dijo —Bourbon, por favor. —Y se volteó a la señorita de al lado


con la sonrisa más grande—. Hola, no supongo que hablas inglés, ¿lo haces?

—De hecho, si, lo hago. Un poco.

—¡Fantástico! No hablo absolutamente nada en Húngaro, lo que es algo difícil


cuando tampoco conozco la cuidad.

La señorita sonrió. Ella tenía los ojos oscuros más sexys que Dante alguna vez
hubiera visto, y por primera vez en varios meses sintió el despertar de la lujuria.
Si ella era una vampira, era mucho más atractiva de lo que había visto su
ciertamente limitada experiencia. Se encontró a sí mismo preguntándose si los
vampiros follarían.

La hermosa mujer quien podría ser una vampiresa lo observó pagar la bebida,
diciendo suavemente. —Y aun así encontraste tu camino hasta aquí.

—Eso fue fácil. Tenía direcciones. ¿Puedo invitarle a una bebida señorita….?

—Angyalka. Gracias, pero no.

Sacó su mano.

—Soy Grayson. Encantado de conocerla.

Ella le apretó la mano breve, y fríamente, para luego soltársela. —¿Alguien te


recomendó Ángel?

Dante sonrió. Eso había cogido su atención. El resto sería fácil. —Absolutamente.
Estaba esperando ver un amigo aquí.

Ella inclinó la cabeza.

Dante se dejó dudar, luego dijo. —No supongo… ¿Vienes mucho aquí, Angyalka?
¿Conoces a los regulares?

—Reconozco algunas caras —admitió Ella levemente—. ¿A quién buscas?

—A un chico llamado Dmitriu. ¿Lo conoces?

—Claro que sí —dijo Angyalka.

—¿Él está aquí? —preguntó Dante. Mierda, él sonó muy ansioso. Se tuvo que
decir a sí mismo que se contuviera. Era sólo que no esperaba que eso fuera tan
fácil.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—No —dijo Angyalka.

Demasiado fácil. —¿Alguna idea de dónde puedo encontrarlo?

—No. —No fue alentador, y tal vez él se veía tan abatido ya que de pronto ella
agregó—. Si lo veo, le digo que lo estás buscando.

—¿Podría tratar mañana por la noche?

Ella se encogió de hombros y se deslizó del taburete. —Podrías —dijo, y, levantando


la tapa, caminó por detrás de la barra. Dante entendió que su entrevista había
terminado.

***

Saloman estaba junto a la ventana de la habitación del hotel, de espaldas a


ella. Él lo sabía. Él lo había sabido tan pronto como Severin murió.

El cuerpo de Elizabeth estaba sacudiéndose. Ella cerró la puerta con pequeño,


cortante clic y levantó su cabeza. —Yo lo asesiné.

Él no se volteó o hizo alguna respuesta. Luego de lo que había hecho, era una
locura haber regresado aquí con él. Pero su orgullo y desafío habían insistido.
Y ella no estaba sin defensas. Agarró la estaca de su bolsillo y, forzando sus
temblorosas piernas, se dirigió a través de la habitación.

Antes que estuviera a mitad de camino, él la agarró, sosteniendo su barbilla en


medio de sus fuertes dedos. Ella lo fulminó con la mirada a sus opacos, ilegibles
ojos, rehusándose a estar asustada o apenada; y sin embargo inexplicablemente,
las lágrimas le picaban la garganta.

—¡Asesiné a Severin! —rugió ella.

—Sé que lo hiciste. —Él ni siquiera sonó rabioso, solo curioso, lo que hacía todo
peor. Al menos debía importarle lo suficiente para estar bravo—. Fuiste tras él por
los cazadores y lo asesinaste ¿Así que, por qué lloras?

—¡Porque estoy feliz que se haya ido! —Ella dio un tirón en vano contra su mano,
y un sollozo se levantó en la garganta, ahogándola. Cerró los ojos pero no pudo
callar las imágenes de Saloman o Severin—. Porque me siento como una asesina.
Porque él no era una bestia voraz.

Traducido en Purple Rose 175


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Saloman la acercó a él y las lágrimas fluyeron más rápido, empapando su camisa


mientras ella inhalaba su aroma, su fuerza, y se apoderó más fuertemente de la
estaca. Sus labios tocaron su cuello.

Su respiración se estremeció. Abrió sus dedos anchamente, soltando la estaca,


porque no había punto en luchar. No en contra de Saloman. Ella no tenía nada
que darle. Él había dicho que nunca la asesinaría, pero no podía culparlo si
cambiaba de parecer. Otra batalla de alguien que lo amaba.

Sus dientes le rozaban la piel. Sus palabras vibraban a lo largo de sus venas. —Yo
si me he lamentado la muerte de Severin. Pero no era él quien necesitaba morir.
Era Travis.

Sin morder, Saloman levantó la cabeza y la miró a su cara atónita.

—Estoy muy agradecido por tu atención y tu angustia —dijo él suavemente,


tomando su cara en medio de sus manos—. Has pasado por un camino difícil,
Elizabeth Silk, y solo se pondrá más difícil. Toma corazón de la fuerza que te ha
traído hasta aquí.

Sus labios se abrieron y se cerraron de nuevo.

—¿No estás enojado? —exclamó ella.

—Pude haberlo parado. Pude haberte dejado a mi lado, enmascarándote


como lo hice anoche. Pero no serías quien eres si no pudieras ir a tu manera.
Como Severin hizo el suyo.

Lentamente, ella dejó que su mano cayera en su pecho.

Parecía que se las había arreglado para hacer lo correcto, y aún guardar su
felicidad por otro día. Iba a haber tiempo, luego, una vez que ellos partieran,
para llegar a un acuerdo con las emociones que la rodeaban con la muerte de
Severin. Por ahora, el hecho de que Saloman la perdonara era muy raro para
dejar la habitación por cualquier cosa.

***

Josh, que había negociado la gracia de una semana para arreglar su espada
y los problemas de vampiros, ahora no sabía qué hacer consigo mismo. Él llamo
a Garrick, su detective, que no sabía más que la noche anterior, excepto que
Dante no había aparecido en Washington. Pensó en llamar a Elizabeth, pero le

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

daba al botón de apagar por los eventos tan bizarros del día anterior, que eran
más como un sueño, y no tenía ni idea cómo hablar sobre ellos, o incluso si debía.

Eventualmente, alrededor del crepúsculo, manejó a su hotel, “El Mandarín


Oriental”, y preguntó por ella en la recepción. Mientras la mujer llamaba a la
habitación de Elizabeth, se dejó sus gafas de sol puestas, pero ella le seguía
sonriendo hasta que, con una gran sonrisa, le dijo: —Hey, eres Josh Alexander.

Josh le sonrió y levantó un dedo a sus labios. En seguida la recepcionista asintió


la cabeza con entusiasmo, guardando su secreto, al menos mientras estaba allí
para mirarla.

—Lo siento, señor —le dijo ella por fin—. No hay respuesta en la habitación de la
señorita Silk. ¿Le gustaría dejar algún mensaje para ella?

Josh quiso reír en su cara. Claro, dígale que todo ese asunto de los vampiros me
está enloqueciendo… —No, así está bien. Gracias. —Se giró y salió de allí, entró
en el elevador y regresó a la planta baja. Decidió caminar alrededor de Central
Park antes de que todo quedara completamente oscuro, y él intentara en el
hotel de nuevo.

Pero la primera persona que vio en el parque fue Elizabeth.

Se paró en seco mientras la miraba. Ella vestía una falda brillante estilo gitano
y una blusa, no eran nuevos ni a la moda, y sin embargo se veía radiante. Su
magnífico cabello caía suelto alrededor de sus hombros, brillando a la media luz
como el recuerdo de un atardecer. Relajada y con una sonrisa, completamente
ajena de que él la observaba, caminaba de la mano con un hombre que
reconoció. Adam Simon.

Encuentra a Adam Simon y dile lo que paso aquí…

Él es un hombre con muchas conexiones, útil tenerlo de tu lado para salir libre de
algún problema.

Adam Simon, quien la conocía lo suficiente para besarla en los labios al saludarla
en la fiesta de Dante, quien ella le dijo a Josh que no confiara en él. Pero con
quien ahora caminaba de la luciendo… luciendo más feliz de lo que Josh jamás
la vio.

Bueno, él no le envidiada eso. Cualquier atracción que alguna vez hubo entre
él y Elizabeth parecía que se fue disminuyendo poco a poco a pura empatía
de su parte. De parte de ella, nunca había existido algo más. Él lo supo desde
el momento en que ella levantó la manta que había caído desde el cajón de
su cuarto en St. Andrews. Adam Simon le había dado esa manta. Él sabía eso
ahora, lo sabía tan bien como sabía que no sabía nada en realidad. Lo que no

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

entendía es qué estaba haciendo él con Elizabeth en Nueva York ahora, con el
Senador Dante, con su espada, o con los vampiros quienes los habían atacado.
Y mierda, si Simon no era el hombre que los había salvado de esa escapada,
entonces debería de tener un hermano que fuera casi idéntico a él.

¿Podría ser que Elizabeth le estuviera mintiendo? Elizabeth, sus primos que muy
apenas conocía y que había confiado por puro instinto, ¿Simplemente porque
él pensó que entendía las caras?

Sus puños se cerraron a sus costados. ¿Por qué rayos ella le mentía? ¿Qué
ganaba?

La respuesta lo dejó sin aliento. Ella quería su espada.

Delante de él, Adam Simon se giró y lo miró directamente. El estómago de Josh


se volcó de repente con un inexplicable miedo. La mirada de Adam parecía
atravesarlo como un rayo, recordándole su insoportable visión había hecho
hasta olvidar. Dame mi espada.

—Es mía —susurro Josh.

***

Después de una tardía cena de servicio al cuarto, Elizabeth abrió con culpa su
computadora por primera vez desde que había llegado a Nueva York. Tenía un
e-mail de Mihaela, pero antes de leerlo, ella quería contar sus noticias. Como
era muy posible ser vista de alguna manera por muchas personas, se mantuvo
desapasionada, y de alguna manera le resultó más fácil decir sobre su encuentro
con Rudy Meyer y Cyn, y de cómo el vampiro Jacob la había guiado a Severin,
a quien ella planeaba matar esa tarde.

Presionó el botón de enviar con un sentimiento de alivio, y seguido abrió el e-mail


de Mihaela. Era decepcionante. Básicamente, aparte de su discreto interés por
lo espiritual y lo para-normal, Mihaela no había sido capaz de encontrar una
conexión entre el mundo vampiro y el senador Dante. Sin embargo, mañana en
la sede de Budapest, iban a tratar de entretener al Gran Maestro de los cazadores
de América, así que Mihaela prometió mirar en su mente si podía.

—No —agrego Mihaela con su típica falta de respeto hacia la autoridad—, que
el Gran Maestro necesariamente sepa más que la gente en la calle, pero al
menos vale la pena intentar. Algunos de ellos prefieren ser más que cabezas
públicas. —Lo que fue un choque en el Gran Maestro Húngaro.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Por cierto —terminó ella —, has visto algo de Josh Alexander?

Elizabeth sonrió y miró el resto del e-mail. Nada aun sobre su tesis. Seguramente
no tardaría mucho ahora. ¿Qué pasaría si ellos quisieran entrevistarla de nuevo
y ella seguía en América?

Bueno, ya se encargaría de eso si fuera necesario. En estos momentos era difícil


que le importase. Elizabeth cerró la pantalla y miró hacia Saloman, quien estaba
ocupado con su propia computadora. Por unos momentos ella lo observó en
silencio, sintiendo la aflicción del amor haciéndome más fuerte. Él viviría por
siempre, y sin embargo el hecho de que él decidiera pasar un día con ella,
amarla por una noche o dos, aun la dejaba atónita.

Sus largos y elegantes dedos de deslizaban por el teclado más rápido de lo


que ella podía ver; sus obscuros ojos miraban hacia la pantalla, con una gran
concentración. Él aun vestía con los pantalones de su traje, pero la camisa
ya estaba desfajada y sus pies bajo el escritorio estaban descalzos. Con su
cabello suelto hasta los hombros, parecía un hermoso improbable genio de la
computadora, el héroe de película futurista de hackers. O algo por el estilo. Ella
sonrió ante la idea, y tan pronto ella lo sintió, él la miró, con sus manos aún en el
teclado.

—¿Qué?

—Sólo me preguntaba qué hacías con tanto afán. —Ella se levantó y caminó
hacia él.

—Deshaciendo un trato.

—¿Qué significa eso?

—Cancelo un trato de armas con unas muy… desagradables personas. —Ella se


quedó sin aliento por un dolor repentino.

—¿Estás tratando con armas?

—Deshaciendo el trato —le repitió gentilmente.

—¡Pero estás decidiendo de nuevo! —Con miseria cayó al piso con sus rodillas,
lo miró a la cara como suplicando que lo viera desde su punto de vista—. ¡Estás
decidiendo quién es digno de recibir tus armas! ¡Desearía que no tuvieras nada
que ver con cosas como esta!

—Tú quieres un mundo mejor. Alguien tiene que empezar.

—¿Tratando con armas?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Controlándolo, vigilándolo, si quieres verlo de esta manera. Comencé de una


manera pequeña, a medida que mis influencias aumenten podré ser capaz
de asegurarme que nadie venda en donde yo lo prohíba. Dante tiene una
participación importante en esta industria, y una vez que controle eso…

—Dios sabrá en qué terminara esto —susurró ella. ¿Acaso él no era lo


suficientemente poderoso sin una gran variedad de armas a su mando?—. Nadie
debería de tener esa clase de poder…

—Eso —dijo Saloman—, depende de la persona.

Ella se tomó de las rodillas. —No, no es así —dijo seriamente.

La cara de él se suavizo, estiró una de sus manos y le apartó el pelo de su


mejilla. —Confía en mí. Hay muchas cosas que puedo hacer por el mundo, que
los vampiros pueden hacer por la humanidad. Puede ser como era antes, nos
preocupamos por ustedes.

Ella lo tomó de la muñeca. —¡No somos mascotas Saloman! Nosotros necesitamos


estar al mando de nuestra propia mejora.

—Entonces ¿considerarías que trabajemos juntos? —Torció el labio—. Como tú y


yo.

Ella buscó sus ojos, sus dedos se apretaron en su muñeca. —Estás hablando en
serio. ¿Tú en realidad piensas que los humanos podrían trabajar con vampiros?
Travis para gobernador, ¿Tal vez?

—Abre un poco tu mente, Elizabeth —el insistió—. Dije “cuidar” no que se


postularan para gobernadores. Mi gente tenía una afinidad con la tierra que les
daba sentidos más desarrollados que el de los humanos. Alguna de esa sangre
aún corre por las venas de vampiros modernos, sin embargo corrupta. El mundo
podría usar eso.

Ella tragó, luchando contra sus instintos de creer sus convincentes pero imposibles
palabras. —Los humanos no podrían vivir sabiendo que los vampiros existen, ellos
los masacrarían sin piedad, y en la inevitable guerra, serían destruidos.

Saloman olfateó un poco el aire. —Huele a cacería —él se burló, y cuando ella
le aventó la mano en modo de protesta, él la tomo de nuevo y la trajo a su
rodilla—. Piensa por ti misma, Elizabeth. Eres una mujer inteligente —le dijo, como
otras veces, y la besó en la boca.

Ella no estaba lista para rendirse, no aún, pero no pudo mantenerse rígida entre
sus brazos por mucho tiempo, no cuando todo en su cuerpo saltó para satisfacer
la demanda de sus labios y deliberar la perversa sensualidad de sus manos. Había

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

una extraña dulzura de ser seducida, y al final no importaba lo que él dijera, lo


que él creyera, lo que él hiciera. Ella no podía resistirse a amarlo.

Era una debilidad que ya no podía odiar, aunque en alguna parte ella recordaba
cómo alguna vez había despreciado a las mujeres que amaban y se quedaban
junto a los hombres a través de los más horribles crímenes. Amar a Saloman le
dio un nuevo entendimiento, y sin embargo ella sabía que llegaría el día, muy
pronto, cuando ella no pudiera estar más a su lado. Después de Dante y todo el
asunto de la espada haya sido lidiado, tendría que dejarlo de nuevo.

—Aun no —ella murmuró las palabras entre sus labios, llevando sus brazos
alrededor de su cuello—. Aún no.

Él se paró, cargándola entre sus brazos y se dirigió hacia la cama. —Sí, ahora
mismo —él demandó y lo poco que quedaba de su resistencia se convirtió
en cenizas. Ella le correspondió el beso, luchando por tomar el control, incluso
cuando jadeaba—. Sí, oh, sí. —Y cuando la dejó en la cama, ella lo arrastró
hacia ella, envolviendo sus piernas alrededor de su cadera para encontrarse
con su excitante erección.

Otra noche de felicidad con Saloman.

Nunca había tenido una noche como ésta antes, y ella era consciente del peligro
mientras se retorcía debajo de él, quitando su ropa y retorciéndose para sentirlo
contra su desesperado cuerpo. Se estaba hundiendo más profundamente en la
oscuridad pero ella sentía como incrementaba la luz.

Traducido en Purple Rose 181


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 13
Traducido por Vannia
Corregido Vapino

L a mañana de la cita de Dante se adecuó perfectamente a su estado


de ánimo. El discreto pero impresionante antiguo edificio, estaba
enmascarado eficientemente, parecía un escenario perfecto para la
siguiente etapa del plan. Él sólo tenía que mantener su excitación bajo control,
poner al fondo de su mente el conocimiento de que para esta noche el máximo
poder sería probablemente suyo.

El Gran Maestro Húngaro de la Orden de Cazadores de Vampiros lo recibió


en el vestíbulo con un respeto halagador. Manteniendo el protocolo, ellos no
usaron sus respectivos nombres, y de hecho, Dante ignoraba el del húngaro.
Una impresionante variedad de personal estaba alineada detrás de él también,
y el ánimo de Dante se disparó otra vez al saber que estaba aquí en el área
de vampiros más densamente poblada en el mundo. Estos cazadores eran los
mejores porque tenían que serlo. Y esta noche, Dante los necesitaba.

Por eso él fue excesivamente cortés cuando el Gran Maestro se giró hacia
su equipo, diciendo con apenas un toque de pomposidad: —Y todos mis
colaboradores se me unieron en el honor de dar la bienvenida al Gran Maestro
de la Orden Americana. Su Excelencia, permítame presentarle a mi asistente y
jefe bibliotecario, Miklós.

Un delgado y poco impresionante hombre de mediana edad se inclinó ante


él. Él no poseía la suficiente musculatura para ser el principal interés de Dante
del día, pero ya que uno nunca sabía cuándo mayor información pudiera ser
valiosa, estrechó la mano de Miklós cálidamente, y se movió junto con el Gran
Maestro para ser presentado individualmente a su equipo de caza.

Igual que los americanos, estos chicos también cazaban en grupos de tres. El
equipo más antiguo consistía en dos hombres que se parecían estar en forma
y una mujer joven que lo miraba con halagadora intensidad. Dante los anotó
en su cabeza como aceptables mientras el Gran Maestro se los presentaba
únicamente por su nombre de pila, comenzando con su respetuoso líder,
Konrad. Dante olvidó el nombre del otro hombre porque la chica, Mihaela,
continuó viéndolo fijamente. Era casi inquietante, sobre todo porque sus mejillas
parecían ligeramente sonrojadas en la corriente de aire fresca del viejo vestíbulo,

182 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

y cuando él estrechó su mano, dándole una especial palmada en el hombro


para mostrarle que aprobaba completamente que su fluido dentro estuviera
haciendo un trabajo tan difícil para una mujer, él se dio cuenta de que ella debió
haberlo reconocido.

No era imposible. A pesar de su deliberado bajo perfil, él figuraba en las


noticias americanas de vez en vez, e incluso en el extranjero era mencionado
ocasionalmente. Se preguntó si valía la pena encontrarla más tarde para pedirle
que ella guardara su nombre bajo su sombrero, aunque después de esta noche,
¿realmente importaría?

Todos los otros cazadores se veían igualmente en forma y fuertes, y Dante


decidió que algún equipo serviría para su propósito. Junto con la espada, ellos
garantizarían que Dmitriu fuera suyo.

Cuando empezó su misión especial en la sala de recepción, donde las bebidas


frías y un magnifico banquete de desayuno estaba expuestos, el Gran Maestro
Húngaro estuvo encantado de dar su cortés consentimiento y pidió voluntarios
entre los cazadores.

Todos pararon de hablar y comieron viéndose uno al otro, claramente esperando


por el honor. Pero el Gran Maestro miró a Konrad, el líder del equipo más antiguo,
quien sonrió y entreabrió sus labios, sin duda para aceptar. Luego, sin previo aviso,
su expresión cambió a una de dolor e indignación.

—Desafortunadamente, es imposible para nosotros —dijo Konrad suavemente


en perfecto inglés—. Esta noche, tenemos una obligación que no puede esperar.

Dante se preguntó si él únicamente lo había recordado cuando la chica,


Mihaela, se puso de pie.

***

Saloman dijo coloquialmente: —Travis se fue.

Elizabeth, acostada sobre el pecho desnudo de él con su mentón sobre sus brazos
cruzados para poder verlo, frunció el ceño. Ella no estaba segura de si quería ser
interrumpida esta noche con una plática sobre acontecimientos externos, y aun
así eso no le molestaba tanto como esperaba, porque él estaba todavía aquí,
sin planes evidentes para cambiar eso en el futuro inmediato. Ella se levantó
para preguntar: —¿Adónde? ¿Cuándo?

Traducido en Purple Rose 183


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Hace un par de horas. Y no sé exactamente a dónde. Al este, hacia Europa.

Elizabeth no preguntó cómo es que él lo sabía. Él podía sentir la presencia de


otros vampiros, rastrearlos a grandes distancias sin moverse ni una pulgada.

—¿Entonces él no ha actuado para ocuparse del pequeño imperio de Severin?


Aun cuando él debe saber que Severin está muerto. ¿Qué crees que significa
eso? —preguntó ella—. ¿Se ha ido tras la espada?

—Probablemente. Lo cual significa que él va tras Dante.

Elizabeth sonrió. —¿Así que si nos quedamos aquí tranquilos un poco más, tú
sabrás dónde está Dante a través de Travis?

—Exactamente. —Él acarició su cabello, extendiéndolo a través de su pecho.


Era un silencioso y precioso momento después de uno amoroso largo y delicioso.
Aunque Elizabeth estaba cansada, se rehusó a dormir y perderse el momento, la
sensación de las tiernas manos de él y de su relajado y poderoso cuerpo.

Ella movió sus brazos para darle un perezoso beso en la suave piel de su pecho.
—¿Y qué más deseas encontrar? ¿La espada o a Dante?

—La espada —dijo él al momento. Sus labios se estiraron, pero no lo suficiente


para un sonrisa, antes de que añadiera con moderación—. Una cosa vendrá
con la otra.

Parecía que ella lo conocía ahora, ella podría decir que él había revelado más
de lo que se proponía. —Pero es la espada lo que te impulsa —sugirió ella—. De
hecho, no estaría sorprendida si la búsqueda de la espada no te llevaría a él en
primer lugar.

Sus dedos se enredaron en su cabello y jaló suavemente. —Eres demasiado


inteligente. Ya había pasado encima de él en los negocios y lo marqué. Pero
estás en lo cierto, el profesor español, otro primo lejano de los tuyos, me dijo que
Dante había ido con él buscando la espada. Lo cual significa que él estaba
sobre el rastro de los descendientes de Tsigana.

—Pero casi podría jurar que Dante no sabía quién era yo hasta que toqué la
espada en la fiesta de su casa.

—Probablemente él paró de buscar descendientes una vez que descubrió que


Josh tenía la espada. La cuestión, como tú ya lo señalaste, es cómo sabía él en
dónde buscar en primer lugar.

—En realidad —dijo Elizabeth, dejando que él tirara de ella hacia arriba más
cerca de su indagadora boca—. He pasado a una cuestión diferente. —Sus
labios se entreabrieron, cerniéndose sobre los de él.
184 Traducido en Purple Rose
Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Y cuál es? —preguntó él. Las palabras estimularon sus labios, propagando
nuevas chispas a través de su saciado cuerpo.

—Es la de por qué quieres la espada. ¿Es tan poderosa?

Sus labios se curvaron contra los de ella tan ligeramente que podría haber sido
un accidente. —¿Te refieres a más poderosa que yo?

—Sí.

La mirada de él subió de sus labios a sus ojos. Hubo una pausa, como si la pregunta
significara más de lo que ella sabía, y repentinamente ella tuvo miedo de respirar.
Sus labios no se movieron para separase ni para unirse, y cuando él finalmente
habló, ella sintió las palabras deslizarse dentro de ella como un secreto nunca
antes revelado.

—Pongo un valor diferente sobre la espada. Porque…

—¿Por qué? —pidió ella cuando sus palabras se silenciaron.

—Porque fue un regalo.

No de Tsigana. Oh por favor, no de Tsigana… Aunque los repentinos y sentido celos


la llenaron, penetrando como un cuchillo, ella le sostuvo su oscura y tormentosa
mirada, manteniendo sus labios donde él podía tomarlos a voluntad, y esperó.

—Mi primo Luk me la dio cuando morí.

Los labios de ella se separaron. —¿Luk? ¿Tú primo a quien tú…?

—Asesiné. Sí.

—¿Quieres un recuerdo de tu enemigo?

—Quiero un recuerdo de mi amigo. —Abruptamente, él tomó su boca, como si


eso hiciera más fácil decirlo, y sus palabras se formaron en su cabeza al ritmo de
sus profundos y sensuales besos.

Conocía a Luk de toda mi vida. Cuando morí, fue él quien llevó mi resucitación,
quien se convirtió en mi guía en mi nueva existencia. Él era fuerte, inteligente, sólo
lo suficientemente rebelde para reclamar mi juventud. Su profunda sabiduría y
entendimiento de todas las razas de la tierra era inmejorable. Era respetado y
admirado, incluso por los ancianos que frecuentemente estaban de desacuerdo
con él. Y aun así él solía salirse con la suya por su otro don…

Él liberó su boca, permitiéndole una rápida y jadeante respiración antes de volver


a ella, casi ferozmente. La pasión se disparó más alto, haciendo difícil concentrarse

Traducido en Purple Rose 185


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

en la historia de Saloman. Elizabeth se sintió rota, quería concentrarse en uno o


en otro, y aun así no podía detenerlo ahora. Por alguna razón, él necesitaba
hablar y perderse en ella al mismo tiempo. Así que ella bebió de él como al vino
y lo incitó.

¿Qué otro don? preguntó ella.

Profecía. Previsión. El don que es más que una maldición. La mayoría de mi gente
lo tenía hasta cierto punto, incluso yo; pero en la mayoría de nosotros no era más
que una sensación, un cosquilleo, un sueño principalmente olvidado asociado
con algún objeto que tocamos, un lugar que vimos, una persona que conocimos.
Luk, sin embargo, tenía verdaderas visiones, y nadie más que yo pudo ver cómo
lo destrozaron y lo llevaron hacia la locura…

Él abrió más su boca, profundizando y endureciendo el beso, mientras la rodaba


debajo de él y continuó, sosteniendo su cabeza firmemente y enrollando su
lengua alrededor de la de ella como un látigo.

Amaba a Luk más que cualquier otro ser, y eso me partió el corazón cuando él
comenzó a perder la cabeza y volverse contra mí. Se puso celoso por mi creciente
poder, y al final no podía ver más allá de Tsigana, más allá de quitármela.

Su beso se hizo desesperado, y sus impíos incisivos rozaron el interior de sus


labios. Elizabeth le dio la bienvenida al dolor con placer, y aun así anhelaba
más profundidad, un dolor mucho más corrosivo que todavía no terminaba. Las
manos de él se deslizaron bajo sus nalgas, amasándolas.

Tsigana alimentó su lujuria, por supuesto, esperando ganar inmortalidad de uno


de nosotros. Yo había sabido por una década que debía matarlo antes de que su
locura nos devorara a todos, poniendo en peligro a los humanos y vampiros por
igual. Lo disuadí, esperando que él se recuperara. Pero luego, cuando Tsigana
fue a él… quise herirlo, por ella, y odié…

Sus palabras se interrumpieron. Su rodilla separó sus piernas y se empujó dentro


de ella con una fuerza que la hizo jadear tanto de asombro como de placer. De
alguna forma, ella se aferró al hilo de la conversación por encima del devastador
asalto a sus sentidos, temiendo que él no le dijera nada más. Temiendo que lo
hiciera.

Te odiaste a ti mismo por eso, logró decir ella al fin. La pena por él, por ella, de
alguna forma se había mezclado con la felicidad sexual. Juntos subieron más
alto, abrumándola.

Él me dio la espada, dijo Saloman, moviéndose encima de ella, dentro de ella,


duro, rápido, y sin descanso. Sus ojos oscuros brillaron con un poder inhumano. Y
se la regresaré. Mientras te tenga. Poseída. Córrete.

186 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Al escuchar su orden, ella se corrió a una velocidad que la sacudió, llegando al


límite cuando él alcanzó su propio salvaje clímax.

Ella quiso llorar por el choque de placer físico, porque comprendió que no había
querido decirle esto: Luk era su propio dolor escondido que él pretendía que
permaneciera así. Se movió a su núcleo, ella se arqueó debajo de él, besándolo
ahora con compasión, amor y gratitud. Ella únicamente podía estar orgullosa,
profundamente feliz, si el haber usado su cuerpo había disminuido parte de su
dolor.

Él rompió el beso lentamente, todavía acostado sobre ella, todavía duro en su


interior mientras él la miraba fijamente a la cara. —He esperado más de trescientos
años y la he dejado deslizarse lejos de mí dos veces ahora, pero nunca dudes
que cuando llegue el momento la tomaré de nuevo.

Ella abrió su boca para responder, pero él no le dio tiempo. Se empujó una vez
más en su interior, un movimiento perezoso y sensual que atrapó las chispas
escondidas de su orgasmo y la hizo jadear. —Y nunca dudes que puedo tomarte
también.

Oh, Jesús, hazlo. No me des elección, sin pensarlo; sólo hazlo, sólo déjame estar
contigo… Todo en ella saltó para satisfacer su demanda implícita, y aún en su
sano juicio, pensando que incluso sabía entonces que esa no era una tentación
que pudiera seguir.

Lo abrazó hacia ella, sus palmas contra su dura espalda. Luego ella arrastró sus
manos hacia arriba para tocar su rostro con las yemas de sus dedos. —Saloman
—susurró—. Saloman.

La feroz pasión en sus ojos comenzó a desvanecerse, dejándolos más ligeros y


blandos. Él salió de ella, jalándola para que quedara frente a él. Mucho más
cortésmente, dijo: —Sin embargo, no me gustaría que tú creas que toleraré a
Dante como a un vampiro cualquiera, con o sin mi espada.

—Bien —dijo ella débilmente, y en el rostro de él se esbozó una amplia sonrisa


que ella no pudo evitar devolverle.

El sonido de su teléfono sonando sobre la mesita interrumpió el momento con


toda la fuerza de una alarma de incendio. Estirando su mano sobre él, lo tomó
para apagarlo y vio que era Mihaela.

Oh, insecto, ¿qué tan lejos voy? Recuperando el aliento, ella presionó contestar.
—¿Mihaela? Tengo tu e-mail…

—Eso no importa ahora —dijo la voz de Mihaela, baja y urgente, como si ella
estuviera hablando frente a otros que no quería que la escucharan.

Traducido en Purple Rose 187


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth se recargó sobre su codo. —Mihaela, ¿Qué es…?

—Dante está aquí —interrumpió Mihaela.

El corazón de Elizabeth se sacudió. —¿En Budapest? —preguntó ella con


entusiasmo.

—Sí, pero quiero decir aquí —fue la respuesta impaciente—. ¡En el cuartel general!
¡Él es el Gran Maestro de los cazadores americanos!

La mirada de Elizabeth se deslizó hacia Saloman, que permanecía quieto y


en silencio a su lado. Ella recordó respirar de nuevo. —Así que así es cómo él
sabe demasiado… —Ella se sentó, su mente recorriendo las posibilidades—. ¿Ha
mencionado la espada?

—No —Hubo una pausa, un sonido de traslado, como si Mihaela estuviera


moviéndose de posición—. Pero estoy segura de que él trama algo. Preguntó
por un equipo para que ayude con un trabajo especial esta noche.

—¿No sabes con qué? —dijo Elizabeth a la vez.

—No —respondió tristemente—. Hay algo acerca de él… No quería ser parte de
lo que él está tramando, y sabiendo de tus sospechas… Mierda, cada instinto
es en contra de tener algo que hacer con él, así que hablé con Konrad fuera
del voluntariado. Él no está demasiado contento conmigo, y tal vez tiene razón,
porque si Dante nos tomaba al menos todos sabríamos lo que estaba haciendo.

—No, tus instintos están en lo correcto —Eilzabeth la tranquilizó—. Dudo mucho


que su lealtad esté con la red de los cazadores—. ¿Y la mía?

Ella presionó su cabeza de nuevo en la almohada. La mano de Saloman encontró


su hombro, masajeando los músculos repentinamente tensos, y sus ojos saltaron
hacia los suyos. Opacos, indescifrables, vigilantes. Saloman, Saloman. Ellos irían a
Budapest juntos y luego… No tenía sentido pensar más allá de eso.

—Gracias, Mihaela. Llegaré tan pronto como pueda conseguir un vuelo. Mientras
tanto, ¿me llamarás si descubres cuál es su misión?

—Seguro. Hablaré con mis colegas si puedo. Será bueno verte —añadió Mihaela
cálidamente.

¿Lo será? ¿De esta forma? ¿En la cama del enemigo? Sus ojos se cerraron por
la vergüenza, por escuchar la voz de Mihaela traída desde casa, que ella no
sólo estaba traicionando algún impersonal ideal de los que representaban los
cazadores. Estaba traicionando a sus amigos. Estaba traicionando a Mihaela.

188 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

La mano de Saloman sobre su hombro se quedó quieta. Saloman. Ella abrió los
ojos otra vez y sonrió, porque sabía lo que pasaba, no podía arrepentirse de los
últimos dos días más que de lo que se arrepentía de sus encuentros anteriores.
Si ella pudiera elegir de nuevo, no lo haría de diferente manera. —Podemos
encontrarte en el aeropuerto —ofreció Mihaela.

—No, todo está bien —dijo ella rápidamente, y Saloman sonrió, pasando sus
labios a lo largo de su hombro—. Te llamo cuando llegue ahí.

Cuando terminó la llamada, Saloman levantó la cabeza y se encontró con su


mirada. —Él está en Budapest —dijo ella innecesariamente—. ¿Qué en el nombre
de Dios lo llevó allá? Está destinado a estar enfermo, así que no es una visita
oficial… —Frunció el ceño—. ¿Qué demonios hay para él en Budapest que no
pueda encontrar en América?

Ella contuvo la respiración. —¿Tú? —dijo ella dubitativamente—. Él no sabe


encontrarte. Había corrido desde donde Travis antes de que llegaras. ¿Podría
estar buscándote?

—Lo dudo —dijo Saloman lentamente—. No a mí.

En un brusco, fluido e imposible movimiento, él se desenrolló de ella y se levantó


de la cama. Saloman estaba siempre esplendido; desnudo, era magnifico, y
Elizabeth no podía desviar su mirada de sus largas y poderosas piernas, de los
elegantes y cortos movimientos de sus caderas, de la ondulación de sus músculos
a través de su espalda y hombros cuando él se enderezó y se giró hacia ella.
Su mera belleza sexual la abrumó, y, a pesar de todo, su corazón comenzó a
palpitar una vez más.

—No a mí —repitió él, sus ojos ardiendo por la repentina y aterradora furia—. A mi
sangre. Él quiere ser convertido con la sangre de un Antiguo, diluida sin embargo,
para darle mayor poder. —Agarró su ropa del suelo—. Ha ido por Dmitriu.

Traducido en Purple Rose 189


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 14
Traducido por andre27xl
Corregido por Vapino

E l único miedo de Dante mientras caminaba hacia el Ángel en su segunda


noche en Budapest era que Dmitriu no apareciera. Había puesto su plan
de la forma correcta, con su equipo de cazadores voluntarios solamente
esperando su palabra. Los hombres que había traído de América por protección,
matones estúpidos incluso ante su propia estimación, estaban bastante atrás pero
listos para ser llamados si fuera necesario, como fuera previsto principalmente,
por supuesto, antes de que ellos pudieran ver algunas visiones extrañas. No quería
que se asustaran y huyeran justo cuando sus músculos fueran requeridos.

El club estaba más lleno que la noche anterior. Angyalka, sirviendo tras el bar,
le dio una sonrisa bochornosa de bienvenida mientras se acercaba. —Buenas
noches, señor. ¿Qué le gustaría? ¿Bourbon?

Él había sospechado anoche que ella era un vampiro. Los cazadores húngaros
habían confirmado esa sospecha, y también le habían dicho que era la dueña
del establecimiento, y la principal razón para que el club fuera tolerado. Como
el lugar de Travis en Nueva York, había sido conocido por los cazadores durante
muchos meses y hasta un punto casi cerrado. Pero habían decidido dejarlo al
final, principalmente porque no tenían idea de dónde el próximo lugar como
ese abriría si este se desvanecía. Y de esa forma el Ángel se mantenía, una
guarida documentada de vampiros que podían ser observados así. Y Angyalka,
ella misma, no toleraba la violencia en su local. La única pelea conocida había
tenido lugar durante una redada fracasada por los cazadores para capturar al
Anciano Saloman.

—Sí, por favor, —dijo Dante, y ella agarró la botella. El conocimiento de su poder,
un poder que él pronto superaría, envió un pequeño y delicioso temblor a través
de su cuerpo.

—Es bueno verlo de Nuevo, —dijo Angyalka, pero aunque Dante esperó, no dijo
nada acerca de Dmitriu, apenas le presentó su copa y se dio la vuelta hacia su
siguiente cliente.

Dante no quería llamarla de vuelta, demostrar demasiado entusiasmo al


preguntarle de nuevo acerca de Dmitriu. Decidió esperar un rato, y se dio la

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

vuelta sobre su taburete para observar a los bailarines, quienes, esta noche,
tenían una banda de rock en vivo para bailar enérgicamente. Dante tenía la
esperanza de no tener que esperar demasiado tiempo, la música hacía que su
cabeza le doliera.

—¿Demasiado alto, eh? —dijo el hombre sentado a su lado.

Dante sonrió. Si decía que sí no tendría excusa para quedarse, y sin embargo
su expresión debió haber de dolor para suscitar el comentario. —Me estoy
acostumbrando. —Miró a su compañero, sin estar seguro de si había estado allí
cuando había llegado.

Dante habló duramente hacia sí mismo. Él no debería, realmente no debería


bajar la guardia en este lugar. Si dejaba que su sobre confianza en el futuro le
dañara el presente, entonces sólo Dios sabía lo que el futuro traería.

El hombre a su lado era joven, quizá en sus treinta o muy tempranos cuarentas.
Había hablado en inglés y tenía una visión inteligente de él, y ya que proyectaba
amabilidad confortable en vez de amenaza, Dante se imaginó que había peores
formas de pasar el tiempo que en una conversación.

—¿Eres húngaro? —preguntó en su forma de el mejor-amigo-extranjero en la


ciudad.

—Rumano, —respondió el hombre—. Soy Dmitriu, y he escuchado que has estado


buscándome.

El autoestima de cualquiera debió haber sido golpeada ahora y en ese


entonces. Despertaba a una persona, lo mantenía sobre los dedos de sus pies.
Desafortunadamente, en este caso, también hizo que su estómago se retorciera
con nervios inesperados.

Luchando contra ello, sacó su mano. —Hey, Dmitriu, qué bueno conocerte
finalmente. Soy Grayson.

Dmitriu tomó su mano con un apretón frío y breve y esperó. Un vampiro de


quinientos años debió haber aprendido mucha paciencia.

—Me has sido recomendado, —dijo Dante, esperando formar alguna clase de
confianza.

Las cejas oscuras de Dmitriu se torcieron hacia arriba. Se veía distintivamente


escéptico. —¿Por quién?

—Por mucha gente —dijo Dante vagamente, entonces, mientras los labios del
vampiro se curvaban, añadió de prisa—, mira, Dmitriu, no pelearé contra un
árbol aquí. La línea final es que tengo una proposición para ti.
Traducido en Purple Rose 191
Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dmitriu continuó mirándolo en silencio. Dante se permitió una triste mirada a la


banda.

—No podemos hablar aquí —dijo Dante—. ¿Deberíamos ir a un lugar más


silencioso? —Por un momento pensó que Dmitriu ni siquiera iba a responder a
eso, se preguntó si debió traer a los cazadores y a sus propios hombres aquí.

Entonces Dmitriu se empujó fuera del taburete, claramente esperando para que
Dante hiciera lo mismo. Dante sonrió. Incluso recordó decirle buenas noches
a Angyalka mientras tanto, bajo pretexto de revisar su bolsillo por su cartera y
teléfono, presionó el “vibrador” que los cazadores le habían dado para que
colocara junto a su celular. Ahora ellos sabrían que él y Dmitriu estaban en
camino.

El corazón de Dante latió con emoción mientras se abrían paso a través de


las deslucidas escaleras hacia la calle. A su lado, el vampiro Dmitriu, por cuyas
venas corría la rara y poderosa sangre del último Anciano, el mismo dueño de la
espada, caminaba en un silencio sin cuidado.

Aunque Dmitriu no era extravagante y creído como Travis, Dante no era engañado.
Sabía que Dmitriu era fuerte y alguna clase de enigma para los cazadores; de
hecho, su propia negligencia por dejar el bar con un completo extraño con un
pretexto tan pobre hablaba de una creencia de que él no podía, o no podría,
ser dañado. Dante estaba feliz de fomentar esa creencia durante el próximo par
de minutos.

Y luego él golpearía. Con su espada y los cazadores, no podía perder.

—Hay un café silencioso por aquí, —dijo Dante, cruzando a la izquierda en la


puerta. En una entrada, un cazador solitario cruzó una esquina lejana y caminó
hacia ellos. La piel de Dante hormigueaba mientras rezaba que los otros dos ya
se estuvieran acercando desde la parte de atrás. A pesar de su gran posición
honoraria como el Gran Amo, no tenía tratos reales con vampiros a parte de
sus dos salidas que no fueron completamente exitosas con Travis en Nueva York;
pero estaba consciente era capaz de presentir el peligro, y de reaccionar con
reflejos más rápidos a los que cualquier humano pudiera esperar.

Pero hasta ahora, al menos, no podía detectar ninguna preocupación en el


lenguaje corporal del silencioso vampiro a su lado. El cazador quizás estaba a
diez metros de distancia y acercándose. Y había solamente dos metros más
hasta dónde se encontraba estacionado su discreto automóvil.

Deliberadamente, Dante tembló. —Sólo voy a sacar mi abrigo del auto, si no te


importa. La noche se ha vuelto un poco fría.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dmitriu inclinó su cabeza y se detuvo mientras Dante abría las puertas de su auto.
Lanzando una mirada subrepticia en la dirección por la que habían venido, vio
a los dos cazadores caminando inteligentemente tras Dmitriu. Dante se inclinó
y sintió otro temblor mientras tocaba la espada, incluso a través del viejo abrigo
del padre de Josh, y atrajo el bulto hacia él.

Su corazón se aceleró. El tiempo lo era todo aquí. Los pasos de los cazadores se
estaban acercando. Tres, dos, uno.

Dante dejó la espada libre y se dio la vuelta hacia el todavía pasivo Dmitriu, justo
cuando los cazadores saltaban.

Dante debió saber que en un vampiro, la calma no necesariamente significaba


que no se estaba preparado. Y Dmitriu, resultó ser, que estaba perfectamente
preparado. Dante apenas lo vio moverse, y sin embargo los dos que le saltaron
desde los lados fueron lanzados volando a través del pavimento hacia Dante, y
el tercero, quien se las arregló para esquivar el puño de Dante, fue derribado en
su lugar con una patada viciosa.

El vampiro caminó intencionalmente hacia él, y Dante vio que sus llameantes
ojos negros no eran para nada amigables. Los cazadores, todavía aturdidos,
se arrastraron a los lados fuera de su camino, claramente tratando de reunir su
energía para otro ataque.

Dante sostuvo la espada frente a él con ambas manos. La emoción de ello lo


ayudaba a contrarrestar la desesperación, la esperanza perdida de que los
cazadores pudieran pelear contra este ser sin las estacas de madera que Dante
mismo había prohibido. Necesitaba a Dmitriu vivo. O al menos todavía no muerto.

—No puedes matarme con eso —observó Dmitriu.

—No quiero matarte —dijo Dante. Con renovada emoción, se dio cuenta de que
la mirada de Dmitriu estaba centrada en el arma. La reconocía, seguramente,
conocía su poder.

Pero por muchos latidos de corazón, nada pasó. La espada no obligó a Dmitriu
a rendirse. Quizás necesitaba sangre. Salvajemente, Dante la balanceó hacia el
hombro del vampiro. No vio a Dmitriu moverse, pero se dio cuenta inmediatamente
que el golpe había sido desviado hasta hacerle un mero rasguño. Y que Dmitriu
continuó mirándolo con curiosidad pero sin ninguna sumisión en su oscura cara.

Mierda. ¿Qué diablos hago ahora? ¿Cómo funciona esta maldita cosa?

—¡Tres! —gritó el jefe cazador, y una vez más los tres se lanzaron hacia el vampiro,
quien los sacudió como moscas.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dante se rindió y gritó por refuerzos. Tuvo un par de momentos para sentirse
orgulloso de sus matones, Dmitriu claramente no los había esperado. Mientras
Dmitriu se daba la vuelta para enfrentar la nueva amenaza que salía del auto
cruzando la calle, los cazadores se las arreglaron para darle un par de buenos
golpes que enviaron al vampiro asombrado hacia atrás. Y para entonces los
cuatro matones estaban sobre él.

La escena se degeneró en un desastre confuso de extremidades agitadas. Dante


tuvo que sacudir su cabeza para intentar ganar de nuevo la concentración,
para entender lo que estaba sucediendo. Los cuerpos empezaron a volar hacia
la calle con tal fuerza que Dante supo, enfermándose, que habría extremidades
rotas. Y no eran de Dmitriu.

Podía distinguir al vampiro ahora, sosteniendo uno de sus matones con las dos
manos. Con una facilidad monstruosa, Dmitriu rompió su cuello y lo lanzó al suelo.
Dante, agarrando la espada con fuerza, se movió hacia delante, y Dmitriu avanzó
de nuevo para encontrarlo. Sus puños volaron, noqueando a los cazadores que
todavía peleaban al lado de sus matones caídos, e increíblemente, Dante supo
que había perdido.

Al mismo tiempo, su corazón rugió con emoción, por la absoluta fuerza de Dmitriu.
No podía prevenir el miedo congelante y que lo dejaba atontando, pero eso no
cambiaba el oleaje de nostalgia, su conocimiento desesperado de que esto era
el verdadero y reclamado, este poder, que nunca moriría sino que crecería con
el paso del tiempo.

La mirada de Dmitriu cayó sobre la espada, que arrancó del agarre de Dante sin
mayores prevenciones.

—Eso —dijo Dmitriu—, no te pertenece.

—Tengo una proposición para ti —graznó Dante, justo cuando uno de sus
matones recostado a los pies de Dmitriu rodaba hacia las piernas del vampiro,
tratando de hacerlo perder el equilibrio.

Dmitriu balanceó la espada y el matón gritó. Dmitriu se inclinó, arrastrando al


hombre hacia arriba, con su mano libre. Bajo la mirada pálida pero fascinada
de Dante, Dmitriu jaló la cabeza del matón hacia atrás por el cabello y mordió
su garganta.

Estuvo terminado con una rapidez vertiginosa, el vampiro dejando caer el cuerpo
drenado al suelo como si fuera una lata de cerveza terminada. La punta de la
espada de Saloman pinchó la garganta de Dante.

¡Sí! El deseo de su muerte, anticipada hace tanto y tan fervientemente, lo llenó,


casi ahogando la necesidad de negociar.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Las cejas de Dmitriu se torcieron fruncidas. —Interesante —murmuró, buscando


los ojos de Dante.

—Mi proposición… —empezó Dante desesperadamente.

Pero inexplicablemente, Dmitriu bajó la espada. —Oh, no. Quieres esto


demasiado. No te voy a obligar. Pero te agradezco por la espada.

Y el vampiro se dio la vuelta, caminando delicadamente sobre las victimas


mientras paseaba por la calle con la espada balanceándose con una mano.

—¡Dmitriu! —gritó Dante suplicante—. ¡Espera! —Intentó correr tras él, pero sus
piernas temblaban demasiado y nunca se había sentido tan viejo en su vida.
Para el momento en que había pasado el último de sus secuaces, Dmitriu estaba
fuera de su vista, y Dante fue dejado solo con al menos dos cadáveres y muchas
víctimas de violencia inconscientes.

No era un político por nada. Apartó su mirada y caminó lejos.

***
Saloman. Tengo algo que es tuyo.

Con el sonido de la voz familiar, Saloman sonrió. Pensé que lo harías.

Estaba con Elizabeth en la sala de salidas del aeropuerto, esperando a que su


vuelo fuera llamado.

Pudiste haberme advertido, se quejó Dmitriu.

Tenía fe en que lidiarías con él, respondió Saloman tranquilo.

Estoy conmovido. ¿Qué quieres que haga con ella?

Guárdala por mí. Estoy en camino. Saloman se hundió en el asiento al lado de


Elizabeth, quien estaba tomando café y dándole la vuelta a las páginas de un
periódico. ¿Dónde está Dante?

Huyó de la matanza. Tenía a cazadores con él, y guardaespaldas americanos.

Saloman miró a Elizabeth. ¿Mataste a los cazadores?

Sabes que me gusta la vida pacífica. Dijo Dmitriu reprochándolo. ¿Por qué los
mataría?

Autodefensa.

Traducido en Purple Rose 195


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Bueno, esa fue la parte interesante. No tenían estacas. Y tu hombre Dante tiene
un deseo de muerte. ¿O de no muerte?

Elizabeth le dio un codazo. —Estás en el periódico —dijo sardónicamente,


señalando una fotografía de él y hombres de negocios americanos que había
sido tomada ayer en la reunión.

No lo permitas, le ordenó Saloman a Dmitriu. Bajo ninguna circunstancia. Y por


cierto, cuidado con un vampiro visitante de América. Se llama Travis y es fuerte.

Sus sentidos hormiguearon, recordándole a alguien que casi había olvidado.


Rompiendo la conexión con Dmitriu se inclinó y dobló el periódico que anunciaba
el ascenso espectacular de Adam Simon en el mundo internacional de los
negocios, y lo colocó en el bolso abierto de Elizabeth.

Ella lo miró sobre su taza de café.

—Tu primo está aquí —dijo él, como forma de explicación, y su mirada se movió
con la suya hacia la puerta de la sala de espera, a través de la cual pasó Josh
Alexander, con estilo y apuesto con lentes oscuros. Parecía que iba solo, sin
ninguno del grupo de alrededor y los fanáticos esperados por una estrella de
cine. Claramente, iba viajando incógnito.

—¡Josh! —exclamó Elizabeth, saltando sobre sus pies y atrayendo su atención.


Sus labios se abrieron con obvia sorpresa cuando ella corrió para encontrarlo.
¿Qué se había imaginado? ¿Qué no lo reconocería en las sombras? ¿Que ella
no estaría contenta de verlo porque estaba con Adam Simón? Posiblemente.
Ciertamente, la sospecha se esparció a través de cada uno de sus poros mientras
Elizabeth le hablaba, y tomó su brazo para animarlo a caminar con ella de vuelta
hacia Saloman. Lo cual era interesante también. Ella hubiera sido perdonada
por llevarlo en la dirección contraria.

—Josh viene a Budapest también —dijo ella monótonamente.

Josh lo miró a los ojos. —Me imaginé que ibas a dónde mi espada estuviera.

Saloman se permitió una sonrisa de agrado. —Nos estás siguiendo.

Josh se vio ligeramente desconcertado por su respuesta. Luego suspiró y, como


si estuviera cansado de pretender una dignidad distante, se quitó sus lentes para
revelar las sombras de su falta de sueño. Se estrujó los ojos. —Ni siquiera estás en
desacuerdo, ¿cierto?

—No. De hecho —dijo Saloman—, no tengo objeciones para nuestra, finalidad


común. En este momento, creo que eso sería ventajoso para ti, desde que sé
dónde está la espada.

196 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth se detuvo en la acción de recuperar su café para mirarlo. —¿Lo sabes?

—Con Dante —dijo Josh inmediatamente.

—Lo estaba —permitió Saloman—. Un amigo mío acaba de quitársela.

Los ojos de Josh se abrieron; luego su mirada cayó en lo que pudo haber sido no
más que un pestañeo. Se colocó de nuevo los lentes de sol.

—¿Dante está muerto? —preguntó Elizabeth.

—No —dijo Saloman lamentándolo—. Por otra parte, tampoco está no muerto.

Josh dijo: —¿Es este un amigo de confianza?

—¿Existe otra clase de amigos?

—Sí —dijo Josh fervientemente.

—Entonces sí, —dijo Saloman, y abruptamente Josh se rió y se sentó en el asiento


a su lado.

—¿Así que cual es tu historia, Adam? ¿Qué tienes que ver con la espada, con
todo esto?

—Todo —dijo Saloman.

***
Cuando Dante finalmente abrió la puerta de su modesta habitación de hotel,
sus pies estaban arrastrándose y su cabeza dando vueltas con la velocidad de
su derrota y con esfuerzos desesperados en pensar lo que esto significaba para
sus planes. Después de todo lo que había hecho para obtenerla, se las había
arreglado para perder la espada. Y se imaginó que aliarse con el vampiro Dmitriu
fue otro error. No sabía si sería peor para Dmitriu mantener la espada para sus
propios fines, o devolvérsela al legendario e incluso misterioso Anciano Saloman.

¿Y dónde diablos estaba Saloman? Tarde o temprano, seguramente, el Anciano


entraría al juego para reclamar su espada. Esa era una de las razones por las
que Dante quería que esto fuera hecho rápidamente, por una vez tenía el poder
inmortal y la espada, seguramente ¿Saloman no podría quitársela?

Sin embargo, la creación de Saloman se la había quitado Dmitriu tan fácil como
quitarle un dulce a un bebé. Como si pudiera sentir su falta de poder, la espada
no pelearía por Dante. ¿Por qué todavía no estaba no muerto? Quizás debería
enviar a los cazadores a atrapar a una salvaje y esclava bestia de la sangre para
que hiciera la transformación.

Traducido en Purple Rose 197


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Pero Dante había ansiado lo mejor, una vez que había entendido algo de la
jerarquía de los no muertos inmortales. Y ahora, el mero vampirismo bestial no era
suficiente para él. Quería ser renacido al menos al nivel de Dmitriu, con suficiente
estatus y auto control para usar la espada con su mejor ventaja. De otra forma no
podía esperar presentar ningún reto significativo a Saloman, quien simplemente
lo mataría cuando sus caminos eventualmente se cruzaran. Necesitaba ser
transformado con alguna clase de forma de la sangre de Saloman, de otra
forma todo el esfuerzo sería en vano.

Debía haber otra manera de alcanzar a Dmitriu.

Cerrando la puerta, Dante se inclinó contra ella y cerró los ojos. En ese instante,
sintió la otra presencia en la habitación con una certeza que lo tuvo buscando,
temblando, por el ligero cambio.

¡Que no fuera Saloman! Oh, por favor, que no fuera Saloman. No sin antes tener
tiempo de pensar, de planificar…

El vampiro Travis se dio la vuelta gentilmente en la silla giratoria del escritorio,


dándole vueltas a su sombrero con un dedo. —Buenas noches, Senador —dijo
amigablemente—. Acerca de su proposición…

Y de repente, con la precipitación de la calma vino una ola de comprensión.


Sin importar cuál hubiera sido su diferencia en Nueva York, Travis ahora quería
la espada lo suficiente como para haberlo seguido hasta aquí. Y Dante no
subestimaba las dificultades que envolvían un viaje a larga distancia de un
vampiro. De hecho, cuando había dejado la nota para Travis, había sido como
una despedida educada más que como una invitación, para mostrarle de una
forma aplastante, después de todo era un vampiro, que las negociaciones
habían terminado.

Dante sintió sus hombros enderezarse, y la sonrisa perdida formándose en sus


labios. —Travis, mi amigo. Qué sorpresa de bienvenida. Tengo una proposición
ligeramente distinta ahora, pero sé que te gustará ésta también.

***
—¿Qué hay con Josh? —dijo Elizabeth de repente, mientras se arreglaban para el
vuelo que conectaba con el aeropuerto de Zúrich. Ella había pasado la mayoría
del vuelo trasatlántico dormida, como si toda la emoción y el cansancio de
los últimos días finalmente la hubieran atrapado. Ella había dormida inclinada
sobre el hombro de Saloman, aunque un par de veces se había despertado
desparramada a través de su pecho, como si estuviera agarrándose a él en
los sueños porque la fantasía de la pareja de Nueva York estaba a punto de
terminar.

198 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

En Budapest, donde Saloman la había seducido por primera vez, también era
casa de sus amigos los cazadores de vampiros, quienes no tolerarían ninguna
alianza, y menos un romance, con el vampiro que los había derrotado en St.
Andrews y que había eludido la captura dos veces desde entonces; que había
bebido de Honrad y también de Elizabeth. Y que no había matado a ninguno,
le recordó a ellos en su cabeza, como suplicando con su caso. No habría
oportunidad para eso.

Un vampiro húngaro ahora tenía la espada, y se la daría a Saloman. Elizabeth


tenía que decidir qué hacer con eso. Amándolo, y entendiendo la parte solitaria
y vulnerable de él que extrañaba a un primo que eventualmente mataría, quería
que él la tuviera. Pero ella no podía permitir el masivo incremento de su poder
que traería. ¿Qué oportunidad tendría la humanidad entonces? Ya, aparte de
América, tenía a casi la mayor parte de la comunidad vampiro a su disposición;
más lentamente pero no menos seguro estaba construyendo fortuna e influencia
en el mundo humano. Ella no tenía idea de cómo ocurriría eventualmente, si
planeaba mantener sus reinos separados o usaría a uno para gobernar sobre
el otro, si planeaba manejar a los humanos al cubierto con líderes mascotas,
o iba a idear algún golpe violento. Ninguno era aceptable. Pero con el poder
adicional de la espada, seguramente cualquiera era posible.

Tendría que darles la espada a los cazadores para mantener la paz, para ocultarla
por siempre de todos los vampiros. Y de Josh.

Y mientras su primo entraba en su cabeza, ella se preguntó qué demonios


hacer con él en Budapest. Y ridículamente, habló en voz alta hacia Saloman,
a quien estaba planeando traicionar de nuevo, porque no podía sacudirse el
recientemente formado hábito de alianza con él.

—¿Qué quieres hacer con él? —Inquirió Saloman, sin molestarse en mirar a Josh
que había tomado su asiento lejos en el avión.

—Bueno, no lo podemos tener paseando por Budapest pidiendo su espada de


vuelta. Si Dante no lo mata, uno de los vampiros lo hará. Un descendiente que
también es tu enemigo es un asesinato deseable, y además no tiene ninguna
protección.

—Dáselo a tus cazadores.

Elizabeth lo miró insegura. Era la respuesta obvia, por supuesto, pero significaba
una visita temprana, a la que no estaba demasiado lista aún. Y él debió entender
eso sin ser dicho. Él siempre entendía demasiado. Desviando la atención en sí
misma, ella habló desafiante dentro de su cabeza. ¿Ya te has dado por vencido
con matar a Josh?

Traducido en Purple Rose 199


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Los cazadores no pueden protegerlo de mí.

¿Qué tan seguros son los cazadores? La pregunta había salido hacia él
solamente porque no pudo detenerla. Honrad, como un descendiente de la
pareja de Tsigana en el crimen, era valioso para él, como también el valor de
la propaganda de matar un cazador. En la noche de la batalla en St. Andrews,
ella lo había detenido violentamente de matar a Konrad, y más tarde, en la
cercanía, ella había suplicado por la vida del cazador y se le había concedido.
Había entendido que él había liberado a esos tres cazadores porque ella se lo
había pedido. Pero ¿qué tanto se estiraría esa promesa si ella robaba su espada?

El peligroso extraño a su lado era completamente impredecible. Siempre había


sabido eso. Él le podía hacer el amor exquisitamente una noche y matarla a la
mañana siguiente sin ver nada malo en ninguna de las dos cosas. Si era honesta,
e intentaba serlo, su misma rareza se añadía a su fascinación; el verdadero riesgo
real le traía una excitación adictiva. Pero sólo ocasionalmente, estos puntos eran
enviados a casa con toda la fuerza de una estaca de cazador al corazón, y el
miedo le quitó el aliento, envolviéndose alrededor de su estómago y agarrándose
hasta que ella se preguntó cómo le había permitido alguna vez tocarla.

Hasta que la tocó de nuevo, como hizo ahora, trazando sus dedos a través de los
de ellas entre los asientos, y entonces ella se derritió de nuevo.

Tan a salvo como necesitan serlo. Los cazadores eligen su propio camino. Pero
como te dije, las decisiones pueden ser cambiadas y nuevas elecciones tomadas.

Ella cerró los ojos, dejando que su cabeza cayera hacia atrás en el asiento
mientras el dolor familiar y la nostalgia la llenaban. La elección de quedarse con
él. Impensable. ¿Y sin embargo qué tan fácil había sido en Nueva York? Había
más también, un conocimiento que había estado luchando por reconocimiento
desde la lucha en el club de apuestas de Travis, una que ella todavía se rehusaba
a ver.

—Elijo proteger a Josh —dijo ella silenciosamente—, y el no eligió ninguna de


estas cosas.

—Entonces mantenlo contigo.

200 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 15
Traducido por LizC
Corregido por Abrilnya

A l final resultó que no había dificultad para mantener a Josh a su


lado, cuando llegaron a Budapest. Después de haberlos ignorado
la mayor parte del largo y agotador viaje, se les había unido a ellos
en el reclamo de equipaje y se aferró como una característica lapa. Elizabeth,
dividida entre su deseo de quedarse con Saloman y su deber de robarle, entre
su deseo de ver a Mihaela y a los cazadores y su necesidad de proteger a Josh,
luchó con su conciencia hasta que entraron en el vestíbulo del aeropuerto y
Saloman se fue a organizar la recogida del coche de alquiler que había pedido.
Luego, con una clara sensación de sacrificio, comenzó—: Josh, te llevaré con
unos amigos míos…
—¿Él viene?
—Dios, no.
—Él va a buscar la espada donde su amigo.
Elizabeth lo tomó del brazo y lo sacudió hasta que él la miraba. —Josh, él no te
dará la espada. Y a pesar de la conexión con tu padre, tú realmente, en serio no
quieres eso. Tú y yo tuvimos una visión de su poder. Sé que no lo creías entonces,
pero has visto cosas desde entonces, cosas que deben hacer darte cuenta de
que la espada es más de lo que parece.
El frío desdén con el que la había mirado desde su entrada en la sala de
embarque cayó levemente mientras examinaba su rostro. Tal vez su seriedad
estaba finalmente consiguiendo pasar a través de él.
—Josh, mis amigos pueden explicar todo esto mucho mejor que yo. Probablemente
piensas que te mentí…
—Yo sé que me mentiste. El hombre que saltó a través del techo de Travis era él.

No había manera de saber si Josh también lo había registrado como un vampiro.


Elizabeth dijo con tristeza—: Sí, pero Adam Simon no es realmente su nombre. Lo
siento; estaba jugando con las palabras para mantenerte lejos de este lío tanto
como pudiera. Debería haber sabido que era una causa perdida. Pero tienes
que ver que no puedes tener la espada de regreso ahora. Cada demonio en

Traducido en Purple Rose 201


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

el infierno y en la tierra lucharía por quitártela, y mierda, Josh, la espada era de


Saloman. No hay manera de que puedas quitársela, no por tu propia cuenta.
Algo de eso penetró en su terquedad. Sus ojos se quedaron pensativos, un serio
fruncido de ceño desfiguraba su rostro.
—¿Ven conmigo? —suplicó ella.
Entonces, mientras Saloman llegó a estar en silencio junto a ella, la mirada de
Josh pasó a él y se endureció. —Él sabe dónde está la espada. Me voy con él.
—Por supuesto —dijo Saloman amablemente, agitando las llaves del coche en
su mano—. Vamos todos a visitar a Dmitriu. Él estará encantado.
Elizabeth cerró los labios. —¿Dmitriu está en Budapest? ¿Dmitriu tomó la espada?
Dios mío, Dante estaba tan cerca...
—Dante no podía molestar a Dmitriu —dijo Saloman con un toque de orgullo que
le dieron a Elizabeth ganas de reír o de abrazarlo o de ambos—. Ni siquiera con
los cazadores a su espalda. ¿Podemos ir a buscar mi coche?
A medida que se amontonaron en el largo coche cuyas ventanas eran
inevitablemente oscuras, Saloman puso su billetera en el salpicadero y la llave en
el encendido. Elizabeth, en el asiento delantero junto a él, esperó a que estuvieran
claramente fuera del aeropuerto y en la carretera principal a la ciudad antes de
que ella se acercara y buscara su licencia de conducción.
Era una billetera vacía. Saloman sonrió ante la carretera.
—No tienes una, ¿verdad? —murmuró ella en húngaro.
—No, pero es fácil hacer que cualquiera que mire vea lo que yo quiero que
haga. —Bajo sus ojos asombrados, la cartera vacía de repente parecía como
una licencia de conducir de Hungría en nombre de Adam Simon.
Ella parpadeó hasta que se mostró una vez más en blanco y luego, con un suspiro,
la arrojó de nuevo en el salpicadero. —¿Tu pasaporte es como eso también?
—Oh, no, es perfectamente legal. Pagué por él.
—Felicitaciones —le concedió—. Muy bien. ¿Dónde aprendiste a manejar?
—En una propiedad industrial abandonada —dijo—. Solía correr a los gamberros
locales en sus coches robados.
—¿Dónde vive tu amigo? —Interrumpió la voz de Josh en la parte posterior.
—¿Dmitriu? Tiene un ático exclusivo en la ciudad —dijo Saloman tan suavemente
que Elizabeth sabía que era una broma. Ella la “captó” inmediatamente cuando
Saloman condujo hacia las afueras de un almacén en desuso cerca del río.

202 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Tu amigo vive aquí? —dijo Josh, mientras salía y miraba hacia el feo edificio,
con sus ventanas rotas y el grafiti de varias décadas. Por primera vez, en realidad
parecía intimidado—. ¿Cómo diablos puede mantener algo seguro aquí? ¡Y
mucho menos una antigüedad invaluable!
—Te sorprenderías —dijo Saloman, cerrando la puerta del coche con un golpe
casual y liderando el camino dentro del edificio.
Elizabeth tocó el brazo de Josh. —Dmitriu es un vampiro —dijo en voz baja, y
cuando la cabeza de Josh se alzó y miró a todos lados en pánico, ella se apresuró
a añadir—: No te atacará. Confía en mí, no nos llevaría a otro desastre como el
de Travis. Conozco a esta ciudad un poco mejor que Nueva York. —Y estamos
bajo la protección del vampiro más fuerte de todos ellos.
Saloman los condujo por el edificio desnudo, vacío, llevando su forma elegante
sobre los escombros y vidrios rotos de una escalera de piedra sucia. Empezaron
a subir.
—Has traído compañía —observó una voz desde lo alto. Habló en Inglés, lo
que significaba que había reconocido a Elizabeth. A pesar de que ella y Josh
se detuvieron y miraron hacia arriba por instinto, Saloman se limitó a sonreír,
continuando subiendo con pasos largos y constantes.
—Sólo lo mejor —le dijo a Dmitriu—. Espero que hayas limpiado.
Parecía que lo había hecho. A pesar de que todas las ventanas estaban subidas,
y alguien había pintado imágenes brillantes, y arremolinadas sobre ellas. Había
incluso una gruesa alfombra en el piso de madera barrido, y un cómodo sofá
de cuero oscuro. Una incongruente pantalla de cristal cubría la bombilla tenue
que colgaba del techo y difundiendo un resplandor curiosamente acogedor
alrededor de esta parte del sombrío, y lúgubre edificio.
—Dmitriu, permíteme presentarte a tus invitados —dijo Saloman amablemente—.
Josh Alexander de América; y Elizabeth Silk, creo que ya la conoces.
Dmitriu no se ofreció a darle la mano, por lo que Josh se veía plenamente
agradecido, pero se limitó a inclinar su cabeza y hombros en una especie de
reverencia antigua que alguna vez pudo haber intercambiado con sus iguales
sociales.
—Y, Señorita Silk —dijo suavemente, en su Inglés preciso, concediéndole una
reverencia similar—, estoy, por supuesto, encantado de verla de nuevo. Por
favor, pónganse cómodos.
A medida que lo pasaron, moviéndose en dirección vaga hacia el sofá, Dmitriu
se dirigió a Saloman en húngaro.
—¿Dos descendientes? ¿Trajiste la cena para mí también?

Traducido en Purple Rose 203


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Dmitriu —lo regañó Saloman a la vez—. ¿Te has olvidado que Elizabeth es
competente en el húngaro así como en el rumano?
Por supuesto que no. Lo había dicho deliberadamente para provocar algún tipo
de reacción. Dmitriu, sospechaba que hacia eso constantemente: les arrojó a
los cazadores un pedazo de información para ver qué harían con ello; envió a la
escéptica académica a la cripta de Saloman, pulsando una espina en su mano
para ver si sangraba por todas partes su tumba para despertarlo; acudiendo
a luchar al lado de Saloman después de que el Antiguo había descubierto su
traición, para ver si Saloman lo mataba o le daba la bienvenida.
Elizabeth le lanzó una breve mirada, sardónica, mirándolo fijamente a los oscuros,
y brillantes ojos.
—La espada. —Jadeó Josh, distrayendo a todos. Se dirigió hacia el sofá, donde
yacía la larga espada de oro. Elizabeth, golpeada de nuevo por su belleza, casi
se olvidó de respirar. Después de dos pasos rápidos, Josh se detuvo, recordando,
sin duda, que no podía tocar la espada con impunidad. Dmitriu pasó junto a él
y levantó el arma con una naturalidad que parecía simplemente errónea. —Ten
—dijo negligentemente, y la arrojó a Saloman.
Cortó a través del aire con un zumbido, lo suficientemente cerca de Elizabeth
que sintió el aire volando desplazando su cabello.
La luz resplandecía en la hoja y la empuñadura de oro brillaba mientras volaba,
aterrizando de lleno en la mano alzada de Saloman.
Oh, sí, había un poder enorme, sin explotar en la espada. Parecía electrificar la
columna vertebral de Elizabeth.
Los dedos de Saloman se cerraron alrededor de la empuñadura como en la
mano de un viejo amigo.
—Gracias —dijo suavemente, pero sus dedos se mostraban blanco donde la
agarraban, y mientras se alejaba, deslizándose en el aire con un trazo limpio y
elegante, el corazón de Elizabeth sufrió por él. Por primera vez que podía recordar,
sus hombros parecían tensos y rígidos. Hubiera dado mucho por estar a solas.
¿Los vampiros lloran?
Ella no había tenido la intención de que él escuchara el pensamiento errante,
pero después de la más mínima pausa, él respondió—: Sí. Pero no lo haré.
Se volvió hacia ellos, bajando la punta de la hoja en el suelo mientras miraba a
Dmitriu.
—Gracias. Ahora tengo otro favor que pedirte.
Dmitriu suspiró, agitando una mano resignada. —Pide y será tuyo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Cuida a los descendientes de Tsigana por mí. —Sus labios temblaron—Eso


significa que ellos comen. Tú no.
Josh hizo un ruido en algún lugar profundo de su garganta y tosió para cubrirlo.
—Recuerdo los días en que solías ser divertido —se quejó Dmitriu. Se encogió de
hombros—. No importa; ya he comido.
—No les hagas caso —le dijo Elizabeth a Josh—. Es su perverso sentido del humor.
—Y luego, mirando a Saloman, le preguntó—: ¿A dónde vas?
—A poner una pista falsa. Y hacer un pequeño negocio urgente. —Caminó hacia
ella—. Primero, ven aquí.
Ella dio un paso curioso hacia adelante, y él alzó la espada entre ellos antes de
llegar a detenerse casi cara a cara con ella.
—Dame tus manos.
—¡No! —exclamó Josh, echando a andar hacia ellos antes de llegar a una
abrupta parada, se detuvo, al parecer, por la repulsión en los ojos de Saloman—.
¡La lastimo antes!
—Lo sé —dijo Saloman, volviendo su mirada hacia Elizabeth y esperando. Poco a
poco, Elizabeth levantó sus manos. Sosteniendo la espada en una mano, él tomó
la mano derecha de Elizabeth y comenzó a hablar en voz baja, incomprensibles
palabras mientras las establecía en la empuñadura, cubriéndola completamente
por su propia mano grande. Aunque Elizabeth imaginó un poder enorme vibrando
a través del arma, no había dolor, ni sensación de ardor, ni visión.
Sin apartar la mirada de ella, Saloman le tomó la mano izquierda y la apretó
también en la empuñadura de la espada, todavía entonando las extrañas,
medio familiares palabras que no tenían sentido. La garganta de Elizabeth se
cerró, porque él estaba haciendo esto; estaba permitiéndole tocar la espada
con impunidad. Él estaba confiando en ella.
Saloman dio un paso atrás. Sus manos cayeron, dejándola para que sopesara el
peso de la gran arma.
—Eras tú —dijo Josh con voz ronca—. Eras tú a quien vi en la visión.
Saloman ni siquiera le dirigió la mirada. Elizabeth no podía. Sostenida por los
oscuros, y ardientes ojos de Saloman, se estaba ahogando en amor y gratitud y
en el dolor de una nueva traición que no había cometido todavía.
Ella tragó saliva, poco a poco llevando la pesada espada cerca de Saloman. Tal
vez eran sólo sus brazos los que lastimaban. Él la tomó y la puso contra la pared,
apuntando hacia abajo. Asintiendo con la cabeza bruscamente al vigilante si
no inexpresivo Dmitriu, dijo con ironía—: No la pierdas.

Traducido en Purple Rose 205


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Llévala contigo si te molesta —replicó Dmitriu.


—Ojalá pudiera. Pero en este mundo moderno extraño, hay algunos lugares
donde incluso una espada enmascarada es demasiado notable. Por no decir
mal recibida.
—Entonces no es de utilidad para ti, ¿verdad? —intervino Josh.
—Por el contrario, el problema es fácil de superar; con el tiempo, el cual no
tengo ahora mismo.
Luego cruzó la habitación hacia la escalera y desapareció. Elizabeth sospechaba
que saltó, porque no oía sus pasos repiqueteando al bajar.
—Pensé que cualquier cosa o cualquier persona podía ser enmascarado —
comentó Elizabeth.
Dmitriu se encogió de hombros. —Si pueden. Es una cuestión de grado. Algo que
uno no esperaría ver, como una espada en un banco de sauna, por ejemplo,
requiere capas mucho más profundas, y que toman mucho más tiempo de
encantar para ocultarlas, digamos, una espada particular en una tienda llena
de armas históricas.
Tan interesante como era la explicación de Dmitriu, la atención de Elizabeth
quedó atascada en un punto de menor importancia. —¿Él va a un sauna? —El
ser que evitaba a las partículas de suciedad.
Los labios de Dmitriu se curvaron. —Se ha visto. Pero dije que era un ejemplo.
Podría haber dicho una espada en la cadera del traje resistente de un empresario
en una reunión formal. —Él comenzó a alejarse—. En ausencia de información
sólida, no dudes en hacer tus propias hipótesis.
Dmitriu, a pesar de cualquiera que haya sido su expresión de sorpresa cuando
por primera vez los había recibido, había estado claramente esperándolos.
Desde otra habitación él sacó pescado frío, ensalada, queso y pan, vino, jugo
de naranja y agua, y lo puso todo sobre la mesa baja frente al sofá.
Aceptándolo con gratitud un poco desconcertada, Elizabeth y Josh comieron,
en gran medida en silencio. Una o dos veces, pensó que Josh estaba a punto
de hablar, para preguntarle sin duda sobre Saloman y “Adam”. Sin embargo,
nunca formó las palabras. Tal vez estaba demasiado cansado para pensar con
claridad, pero casi inmediatamente después de que dejara de comer, se recostó
en el sofá y se quedó dormido.
Elizabeth lo miró durante unos minutos, pensando con tristeza lo que todo esto
le había hecho a la abierta y encantadora personalidad de su famoso “primo”.
Esperaba que no lo hubiera amargado o cambiado en absoluto, aunque
seguramente eso no era posible. Ella misma había cambiado. Parte de ello fue

206 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

bueno, reconoció. Ella tenía confianza de nuevo, era más capaz de cuidar de sí
misma y de otras personas. Entendía más, estaba abierta a más. Y, sin embargo
no podía dejar de preguntarse si sus padres la habrían aprobado como era
ahora. ¿Incluso la reconocerían? ¿Lo harían sus viejos amigos quienes alguna
vez la habían ayudado a cuidarlos y protegidos por ella en la escuela? ¿Tenía
que morir la antigua Elizabeth para dar paso a la nueva?
No le gustaba esa idea. Inquietamente, se puso de pie, caminó por la habitación
grande y vacía, deseando que hubiera siquiera una ventana en la que pudiera
ver a través de ella. Incluso en la oscuridad, podría haber algo que la distrajera
de su desagradable auto-análisis.
Saloman, Saloman.
Sacudiéndose a sí misma, se inclinó y comenzó a acumular los platos usados y
envases de alimentos. Se quedó con ellos y cruzó la habitación hasta la puerta
por la que Dmitriu los había traído antes.
—¿Dmitriu?
Parecía ser una especie de cocina. Por lo menos, tenía un fregadero y agua
corriente y una mesa un poco desvencijada en la que Dmitriu estaba sentado,
aparentemente mirando al vacío.
Levantó la mirada e hizo un gesto al fregadero. —Gracias.
Dejó caer los platos en el fregadero y empujó los contenedores a un lado para
más adelante. Se sentía lo suficientemente frío aquí como para ser un refrigerador.
Los grifos funcionaban también, corriendo ambos, agua caliente y fría, sobre los
platos y tazas. Finalmente, debido a que realmente quería saber, le preguntó—:
¿Estás hablando con él?
Dmitriu sonrió débilmente, mirándola poner la segunda copa lavada en el
escurridor. —No. Sólo estaba pensando. Acerca de ti, en realidad.
Elizabeth enjuagó un plato y lo balanceó, goteando, en contra de las copas. —
No tiene sentido. Sería mala para tu digestión.
Dmitriu soltó una carcajada sorprendida. —Malditamente cierto —dijo con
sentimiento—. Saloman me pondría del revés.
—No soy tan fácil de morder en estos días tampoco —dijo, injustificadamente
molesta.
—Así he oído. El poder de la Despertadora es fuerte y cada vez más fuerte con
cada muerte. —Ante su estremecimiento involuntario, sonrió—. Interesante.
Todavía no te gusta esa palabra. ¿No disfrutas de matar a mi clase?

Traducido en Purple Rose 207


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—No —dijo ella, por lo bajo. Agregó el segundo plato junto a la demás vajilla
goteando y añadió con honestidad—: A veces me gusta la lucha. —Como en
donde Travis, con él detrás de mí...
El labio de Dmitriu se curvó. —Como a nosotros.
Por dentro, ella gritó en señal de protesta. Era lo que había estado evitando
desde el conflicto en donde Travis, y estaba condenada si pensaba sobre ello
ahora delante de Dmitriu.
—Te está desgarrando, ¿cierto? —Observó con interés distante—. Siendo la
mejor amiga de los cazadores y la amante de Saloman. Siendo tan parecida a
nosotros cuando nosotros encarnamos todo lo que odias.
Cristo, era casi tan malo como Saloman. Se dio la vuelta al fregadero.
—No quiero matar —murmuró ella, tirando el cuchillo del pan con excesiva
fuerza.
—E hiciste un pacto con Saloman, para no matarse entre sí.
Ella miró por encima del hombro. —¿Él te dijo eso?
Poco a poco, se volvió y se sentó en el taburete vacío contrario al de Dmitriu.
—No —admitió él—. Pero todavía estás viva. Y tu amor es tan evidente como el
de él.
El calor golpeó a través de su cuerpo en dirección a su cara. —Él no me quiere —
susurró—. Tiene miles de años de edad y pase unas cuantas noches con él. —Oh,
mierda, ¿realmente dije eso?
Pero Dmitriu, al parecer, no estaba dispuesto a burlarse. Sus ojos eran
inesperadamente graves cuando se encontraron con su mirada desesperada.
—¿Crees que ese sentimiento es menos intenso para él porque ha vivido tanto
tiempo y lo ha sentido todo antes?
Era tan exactamente lo que pensaba que no parecía haber ningún punto de
incluso en asentir con la cabeza. Ella siguió mirándolo en desconcierto.
Él casi se encogió de hombros. —Es cierto que ha vivido en gran medida en
el momento, buscando la novedad en todas sus formas para mantenerse
entretenido. Pude ver que le divertía dormir con su Despertadora antes de
matarla… especialmente cuando ella era tan hermosa como tú.
Elizabeth arrancó hasta liberar su mirada y empujó hacia atrás el taburete hasta
que rechinó desagradablemente en el suelo. Cuando el dolor fue soportable, se
puso de pie y se fue caminando.

208 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Sólo que no te mató, ¿verdad? —Reflexionó Dmitriu—. Él dejó que te alejaras


de él, no una sino dos veces. Y que me condenen, aquí estás otra vez, lo
suficientemente cerca como para estar unidos por la cadera.
Con el ceño fruncido, Elizabeth levantó la mirada hacia él.
—Incluso te dio poder sobre la espada —observó Dmitriu.
—¿Eso es lo que hizo? —Involuntariamente, ella extendió sus manos sobre la
mesa, con las palmas hacia arriba—. Ya no me quema.
—Te protegerá ahora —dijo Dmitriu sin cuidado, y Elizabeth levantó una mano
temblorosa para frotar su frente libre del dolor—. No se te puede haber escapado
darte cuenta de que, viviendo cada momento al máximo como lo hace, utiliza
muchos de ellos para, eh, planificar momentos futuros.
Su mano se detuvo. Por un instante, miró a Dmitriu a través de sus dedos; y luego
dejó caer su mano de nuevo sobre la mesa.
—¿Conmigo? —susurró. Deja de guiarlo, idiota. ¿Cómo sabes por qué está
diciendo estas cosas? Él sabe que quieres escucharlas demasiado.
Dmitriu sonrió con ironía. —Por supuesto. Entre otros planes, sin duda, pero sí,
contigo. Lo he visto quedarse angustiosamente en celibato por ti. Lo he visto
tomar a otras mujeres sin amor para olvidarte, pero aun así te trae de vuelta. ¿Es
monógamo por naturaleza? Honestamente no sé. Pero es más que unas cuantas
felices folladas lo que busca contigo. Esto es tan obvio al verlo contigo.
Su corazón latía, y golpeaba tan fuerte que sentía que iba a estallar fuera de su
pecho. —Entonces, ¿qué quiere de mí? —susurró ella.
Dmitriu frunció sus labios. Podría haber estado burlándose, pero ella no lo creía.
—Compañerismo —dijo—. Sea lo que sea que signifique para él. O para ti.
Compañerismo. Más que un puesto de una sola noche—o varias—más que una
amistad. Como en Nueva York, sólo que todo el tiempo.
Ella jadeó, desterrando el anhelo que amenazaba con abrumarla. —¿Cómo
Tsigana? —dijo con dureza.
Las cejas de Dmitriu volaron hacia arriba. —¿Tsigana? —Sus ojos examinaron su
rostro, cayendo en su garganta y en su pecho—. No te ves como ella, si eso es
lo que quieres oír. Y hay más en ti, más debajo de la superficie… y, por supuesto,
eres más inteligente.
Las campanas de alarma sonaron a eso. Adulándola. ¿La estaba poniendo a
prueba? ¿Viendo qué haría ella si la convencía de su influencia emocional en
Saloman?

Traducido en Purple Rose 209


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Cierto o no —dijo más acelerada—, ¿por qué, exactamente, me estás diciendo


todo esto?
Él se encogió de hombros. —Porque yo quiero que tenga lo que quiere. Y cuando
te ofrezca la inmortalidad, si no antes, tienes que estar preparada. Tienes que
saber hasta dónde estás dispuesta a ir.
Los labios de Elizabeth cayeron flojos. —Cuando él me ofrezca... ¡Ni siquiera le
ofreció eso a Tsigana! ¿Por qué habría siquiera de pensar…
—Porque ni una sola vez miró a Tsigana como te miraba a ti por encima de esa
espada.
Una emoción salvaje y feroz, estaba tratando de salir, para hacerla gritar y correr
y estallar de felicidad, pero ella no se lo permitiría. No era tan estúpida.
—¡Mató a su primo por Tsigana! ¡Él mató a Luk, a quien amaba!
—Él mató a Luk porque Luk estaba demente.
Elizabeth negó con la cabeza. —Estás mintiendo. Me dijo que no podía matarlo
por eso. Hasta que Tsigana fue a Luk.
Dmitriu se inclinó hacia delante, mirándola atentamente a su cara.
—Elizabeth, no fue la traición de Tsigana lo que dolió. ¿No crees que la habría
traído de vuelta si ese fuera el caso? Oh, Tsigana le fascinaba con sus caprichos y
su debilidad pura. Ella era un pequeño ser muy imperfecto, egoísta, encantador;
él se preocupaba por ella, la cuidaba, la perdonó. Pero sus actos nunca fueron
traicioneros, porque él no confiaba en ella en primer lugar.
Elizabeth se quedó congelada. —Entonces, ¿por qué atacó a Luk al final?
—No atacó a Luk. Luk lo atacó a él. Esa fue la traición que no podía perdonar.
Por eso la rabia se estableció, y en lugar de desarmar a Luk, como podía muy
fácilmente hacer entonces, lo mató.
La mano de Elizabeth se deslizó a su garganta. —Dios mío —susurró—. No es
de extrañar que… —se interrumpió, de pronto inundada por el recuerdo de la
agonía de Saloman cuando le dijo la parte de la historia para la que estaba
preparado. E incluso entonces había tenido que distraerse con el lujurioso, con el
feroz, deliberado, y delicioso sexo, sólo para poder sacar las palabras.
Su cuerpo ardió mientras su mente revivía la extraña escena, y trató desesperadamente
de no creer, ni siquiera cuando quería creer, que sus sentimientos por ella eran
mayores que por la imperfecta, hermosa, y traicionera Tsigana.
—Él ha amado a muchas mujeres —dijo ella, tocando sus mejillas calientes con
sus dedos—. Pero él no hizo a ninguna de ellas inmortal. Me dijo que sólo te creó
a ti y a Maximilian.

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Dmitriu inclinó su cabeza, aun mirándola con una mezcla de curiosidad y


fascinación. —Eso es verdad.
Ella se puso de pie. —Bueno, para que conste, Dmitriu, no quiero ser un vampiro.
Yo no aceptaría la inmortalidad a cualquier precio. —Pero me gustaría que me
lo ofreciera... sólo para saber que le importo. Sólo para ser un poco especial.
Salió de la cocina, su mente seguía girando con las palabras de Dmitriu y con sus
propias emociones enredadas, no menos importante que auto-odiándose.
Había una dulzura indiscutible en la fantasía de estar con Saloman y nunca
envejecer, pero la fantasía era todo lo que era. La realidad de la llamada
inmortalidad era un asesinato bestial, la oscuridad eterna, y beber sangre
humana. En su corazón sabía que aceptando el vampirismo Saloman, incluso
a través del amor, sería tan gran pecado como Dante tomándolo de Dmitriu
o Travis o a cualquier otro vampiro que podía convencer. No, ella no estaba ni
siquiera tentada.
Y, sin embargo, le gustaría que se lo pregunten.
Y para estar con él un poco. Incluso las decisiones válidas pueden ser cambiadas.
No había ningún sonido desde el sofá, ningún movimiento que le dijera que Josh
estaba despierto. Deseaba poder dormir también. Miró a su alrededor por la
espada. Ella quería manejarla mientras que Saloman no estaba aquí, para ver
si realmente podía sostenerla sin quemarse. Quería tocar algo que fuera suyo,
porque este sentimiento estaba tan fuera de control que… ¿dónde está maldita
la espada?
—¿Josh? —Se giró en torno al sofá—. Josh, ¡despierta! ¿Dónde pusiste la… —se
interrumpió, porque Josh no estaba en el sofá. Él no estaba en ningún lugar de
la habitación.
Josh y la espada habían desaparecido.

Traducido en Purple Rose 211


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 16
Traducido por LizC
Corregido por Abrilnya

L uchando por el sueño, Josh se sintió tremendamente desorientado al


principio. La luz eléctrica apuñalaba sus ojos; el enorme, espacio amplio
de la sala del almacén lo hizo parpadear antes de que la memoria
comenzara a inundar de regreso. Se incorporó, sacudiéndose y frotándose los
ojos. La vista de la espada de su padre, apoyada casualmente contra la pared,
le hizo detenerse, bajando las manos de su rostro.
Simplemente la habían dejado allí, a solas con él. Era suya, y ni siquiera temían
que la tomara de nuevo. Porque, presumiblemente, contaban que estuviera
demasiado asustado de los vampiros. Cuando incluso Elizabeth Silk podía matarlos
con una sola mano. Todo lo que necesitaba era la herramienta adecuada.
Y los conocimientos necesarios para no tener miedo.
Josh se quedó en silencio, escuchando el sonido lejano de la voz de Elizabeth,
intercalada con la del vampiro Dmitriu. A pesar de que no entendía muy bien
la parte de ella en todo esto, la absolvía de malicia. Estaba seguro de que ella
había hecho todo con las mejores intenciones, pero los vampiros eran extraños
por decir lo menos. Malditamente de miedo era otra descripción, pero estaba
condenado si dejaba que el miedo lo mantuviera apartado de la espada de su
padre, miedo a los vampiros ya sea a los buenos o a los malos. Si hay realmente
una diferencia...
Caminando en silencio por la habitación donde había dejado caer su bolsa
de viaje, sacó su chaqueta de cuero, y luego derramó un montón de camisas
y pantalones para hacer algo de espacio. Con la chaqueta de cuero sobre sus
manos para protección, avanzó sobre la espada y la levantó con cuidado. A
toda prisa, la arrojó a la bolsa de viaje y cerró la cremallera. La empuñadura
sobresalía, por lo que la disfrazó con una camisa. Después, antes de que o bien
Elizabeth o el vampiro salieran y se diera cuenta, se arrastró escaleras abajo, los
zapatos en una mano, la bolsa en la otra.
En cada paso, esperaba oír a Elizabeth gritar, o al vampiro volar tras él. Su piel se
erizó y sudó con el esfuerzo de moverse con velocidad y en silencio. Al pie de las
escaleras, ignorando el dolor por las piedras puntiagudas y los escombros en su
planta, corrió hacia la puerta, donde se detuvo a meter apresuradamente sus
adoloridos pies en sus zapatillas, y luego, con cuidado abrió la puerta lo suficiente
para pasar a través de ella. Él no la cerró; estaba demasiado asustado de que el
vampiro escuchara eso y viniera tras él. Corrió hacia la noche, todavía asombrado

212 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

de que no había sido escuchado. ¿Sobre qué demonios había estado hablando
Elizabeth con Dmitriu? Ella había sonado intensa y afligida, mientras que el tono
del vampiro era moderado y razonable. Pero sea lo que sea que habían estado
discutiendo, estaba agradecido de que los había mantenido distraídos, porque
Elizabeth le había dicho después del incidente de Travis que los sentidos de los
vampiros eran mucho más poderosos que el de los humanos.
Cuando llegó a la carretera principal, se limitó a caminar, sonriendo para sí mismo
porque había sido más listo que todos y había conseguido de vuelta su espada.
Ahora se dirigiría de regreso al aeropuerto, conseguiría el primer vuelo a casa en
los Estados Unidos, y pondría la espada en una caja de seguridad. Él no tendría
que mirar mucho, pero bueno, nunca había hecho mucho de eso de todos
modos. Al menos seguiría siendo suya y él no tendría esa molesta sensación de
haber decepcionado a su padre.
Su padre, quien había creído en todas esas cosas de las que Josh había negado
hasta esta semana. Su padre había estado en lo correcto, y Josh estaba
totalmente equivocado por haber dudado de él. Suponía que, mientras él echó
a andar por el camino y explorar en busca de taxis, debía de sentirse culpable,
incluso avergonzado de su escepticismo determinado, pero en realidad, lo que
principalmente sentía era un orgullo satisfecho sobre su padre que le hizo sonreír.
Aún estaba sonriendo cuando el vehículo patinó hasta detenerse con un chirrido
de los frenos justo después de pasar junto a él. Un instante después retrocedió
a velocidad, evitando por poco el camión tocando la bocina a todo volumen
obligado a desviarse hacia el carril de al lado. Josh ni siquiera sintió la sacudida
de pánico hasta que Travis saltó del coche y lo agarró.
Instintivamente, Josh trató de sacudírselo, pero la bolsa de viaje le fue arrancada
de sus manos y arrojada dentro del vehículo. Josh gritó con furia, pero un segundo
después, fue arrojado detrás de ella, justo como si no pesara más que una pelota
de tenis.

***

Dmitriu maldijo larga y fluidamente en una mezcla impresionante de idiomas,


terminando en inglés con “Pequeña mierda estúpida”. Ni siquiera lo escuché
irse. Y ahora tengo que ir a buscarlo antes de que Saloman note que su maldita
espada está perdida de nuevo. Espera aquí.
—Voy contigo —dijo Elizabeth con gravedad, agarrando su chaqueta.
—No puedes —dijo, irritado, ya saltando por la escalera de un salto. Su voz
flotaba de vuelta a ella mientras corría escaleras abajo—. Necesito moverme
demasiado rápido. Espera allí.

Traducido en Purple Rose 213


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth se obligó a ser prudente. Dmitriu estaba en lo cierto. Se podría mover más
deprisa sin ella; sin duda no la necesitaba para seguir a Josh. Así que cuando la
puerta se cerró de golpe detrás de él, ella se sentó en las sucias, y rotas escaleras,
y trató de pensar. Dmitriu no lastimaría a Josh; Saloman le había dicho que no
lo hiciera. No había necesidad de llamar a Saloman por protección ahora. De
hecho, Saloman podría estar tan cabreado con Josh robando la espada tan
pronto después de que él la devuelva que podría lastimar a Josh por sí mismo.
Tal vez sería mejor si Josh escapaba con la espada; sólo que lo dejaba solo y
sin protección y la espada abierta a cualquier mal que sea lo suficientemente
rápido para agarrarla primero. Elizabeth apoyó sus codos en las rodillas y la
cabeza entre las manos, frotando duro como para restaurar sus propios poderes
de pensamiento.
El problema era que, su corazón quería que Saloman tuviera la espada de su
primo. Era su cabeza la que sabía que él no podía permitir su poder añadirse a su
cuenta. ¿Podrían los cazadores llegar a Josh antes que Dmitriu lo hiciera? Ella lo
dudaba, pero ahora parecía sumamente claro que el único lugar seguro tanto
para Josh como para la espada era con los cazadores.
Corrió escaleras arriba para buscar su teléfono, y llegó tan lejos desplazándose
hasta el número de Mihaela antes de que lo arrojara sobre el sofá de cuero de
Dmitriu. —¡Oh, maldita, maldita sea! ¡No puedo tenerlos tropezando con Saloman
y Dmitriu y luchando por Josh como perros con algún hueso particularmente
jugoso! Yo necesito encontrar a Josh.
Era poco probable que llegara a él antes que alguien más, pero ciertamente
no lo haría si ella se sentaba aquí y esperaba. Levantando el teléfono, marcó el
número de Josh en su lugar. Al no obtener respuesta, lo metió en su bolso y corrió
hacia las escaleras.
Elizabeth se sentía un poco entumecida cuando llegó al aeropuerto de Budapest
por segunda vez en doce horas. Había estado tan segura de que Josh ya estaría
allí o arribaría tan pronto después de que ella llegara. Pero había estado allí por
casi tres horas, paseando por el hall de entrada, frecuentando los cafés y los
mostradores de las aerolíneas estadounidenses, y todavía no había rastro de él.
En el exterior, era de día. El cielo era de un azul brillante, el levantar de un
hermoso día de verano. Dmitriu con suerte estaría de vuelta en su “pent-house”
con Josh. Esperaba ahora sin reservas que Dmitriu lo hubiera encontrado, porque
la alternativa era impensable.
Caminando hacia los taxis del aeropuerto, se preguntaba si en realidad podría
dirigir al conductor a dónde quería ir. Había llegado hasta aquí desde el almacén
por una mezcla de carreras y de taxis, pero el nuevo hogar de Dmitriu no estaba
en una parte de la ciudad con la que ella estuviera muy familiarizada. No tenía
ni idea de los distritos o de los nombres de las calles.

214 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth.
La voz en su cabeza fue electrizante. Desde un abatimiento ligeramente
entumecido, de repente pareció sentir todo al mismo tiempo, el efecto seductor
de su voz, la alegría de su presencia que era inútil negar, la maravilla de las
palabras de Dmitriu de la noche anterior. Y pisándole los talones a eso, el
conocimiento que de alguna manera ella y Dmitriu habían perdido su espada, y
que había peores personas que Saloman que podrían tenerla para ahora.
Ella se detuvo, apoyándose en un codo contra una barandilla.
Saloman. ¿Dónde estás?
Estoy en donde Dmitriu. Solo.
Oh, mierda. Arrastró su mano por su cabello. Josh se fue con la espada. Dmitriu
y yo fuimos en busca de él, no debería haber sido capaz de llegar muy lejos
para el tiempo que lo hizo, pero no está en el aeropuerto, y si Dmitriu no ha
regresado… Su mano volvió a caer a su lado. ¿Por qué Dmitriu no ha regresado?
El sol está bien arriba.
Saloman se quedó en silencio durante tanto tiempo que Elizabeth se preguntó si
realmente había roto la conexión.
No había ni rastro de ira, o de cualquier expresión alguna en su breve saludo, pero
él no podría haber estado satisfecho. Incluso los Antiguos deben estar sujetos a
extrañas rabietas.
Sólo que, las rabietas de Saloman mataban personas. Como su primo.
Vuelve donde Dmitriu ―dijo él secamente―. Espérame allí.
Elizabeth se erizó ante su tono de mando. ¿Acaso él pensaba que era uno de sus
secuaces? ¿Por qué, a dónde vas? preguntó ella.
Tengo una adquisición por finalizar y algunas personas por organizar. De hecho,
llego tarde.
Elizabeth se apartó de una mujer con un carrito de equipaje que estaba mirando
hacia ella, presumiblemente a causa de la expresión horrorizada en su cara.
¿Vas a una maldita reunión de trabajo? ¡Saloman, Josh podría estar en cualquier
lugar! ¡Dante y probablemente Travis están aquí, por no hablar de los vampiros
locales a quienes les encantaría beber su sangre!
Mis planes no se van a detener porque hayas extraviado a tu primo.
He perdido la espada también, chilló. ¿No quieres eso de vuelta?
Oh, la voy a tener de vuelta. Otra vez. Incluso tendré a tu miserable Josh de
vuelta. Más tarde.

Traducido en Purple Rose 215


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Saloman, no podrías ni siquiera… interrumpió el pensamiento, sintiéndolo rebotar


de vuelta a ella como si hubiera una pared de ladrillos. ¿Saloman?
Se había ido. En frustración, pateó la barra inferior de la barandilla y lo llamó. No
había nada. Él la estaba bloqueando. Mientras que continuaba dominando al
mundo.
***
—¡Elizabeth! —Mihaela echó los brazos alrededor de ella en tan entusiasta
bienvenida que la mesa de café se desplazó en ruidosa protesta. Riendo,
Elizabeth la abrazó y sonrió por encima de su hombro hacia Konrad e István,
quienes esperaban su turno para abrazarla.
Se sentía casi como volver a casa, reunidos en este café en la calle donde habían
bebido juntos café el año pasado. El placer desvergonzado de los cazadores al
volverla a ver calentaba su corazón.
—Entonces, ¿cómo es que están disponibles en este momento de la tarde? —
preguntó, cuando se sentaron con su café recién ordenado—. ¿Están haciendo
novillos?
—Acabamos de regresar de las montañas —dijo Konrad, arrugando la nariz—.
Una evidente emergencia de una comuna joven problemática. Un asunto
complicado, pero tenemos el resto del día. —Konrad le guiñó—. Gracias por
Severin. Te lo debemos.
Mihaela le dio un codazo. —Demonios, bien hecho, Elizabeth. ¿Cómo manejaste
todo por ti misma?
—Con suerte, en gran medida —dijo Elizabeth con lamento—. Eso y el hecho
de que parece que me estoy convirtiendo en una especie de imán para los
vampiros.
—Eres una Despertadora —dijo István serio—. Y más fuerte que cualquiera en
el registro. Porque Saloman no te ha matado. La mayoría de las Despertadoras
murieron tan pronto después del evento.
Elizabeth cerró la boca. —Nunca he pensado mucho en ello de esa manera.
—¿Era éste el potencial del que Saloman había hablado? ¿Su fuerza?
—Lo que sea, Konrad tiene razón —dijo Mihaela—. Te debemos a Severin.
—Bueno, si les hace sentir mejor, esperaba que me ayudaran a encontrar a Josh.
Me siguió hasta aquí y ahora lo he perdido. Él tiene la espada.
Mihaela frunció el ceño. —¿Josh tiene la espada de nuevo? ¿Creí que habías
dicho que Dante la tenía?

216 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth tomó un sorbo de su excelente café para reforzar su valor luego bajó
su taza. —Han ocurrido un par de acontecimientos desde entonces. Dmitriu…
su antiguo compañero Dmitriu, tomó la espada de Dante. Josh la robó cuando
él… y yo le dimos la espalda, y se perdió en la noche. Ni Dmitriu ni yo lo pudimos
encontrar, y ahora no sé ni dónde está Dmitriu. —Ella miró alrededor de sus rostros
aturdidos y esbozó una débil, sonrisa irónica—. En pocas palabras —finalizó.
Konrad dejó escapar un suspiro que fue mitad silbido mientras se acomodaba
en su silla. —Bien... creo que has sido engañada. Dmitriu nunca fue nuestro
aliado, era sencillamente un informante inconstante. Creo que nos daba de
comer bocados de información de vez en cuando para mantenernos fuera de
su espalda, pero su lealtad, como creo que quedó claro dada su postura en St.
Andrews el año pasado, aún está en Saloman.
—Sé eso —murmuró Elizabeth.
—El escenario más probable —dijo István en gran medida—, es que Dmitriu se
encontró con Josh y, o bien lo mató o se lo llevó de vuelta a Saloman para que
lo mate. En cuyo caso, Saloman tiene la espada también.
—No. —Elizabeth miró alrededor de las tres caras de sorpresa sobre la mesa—.
Sucede que sé que Saloman la sigue buscando.
—¿Cómo sabes eso? —Exigió Mihaela, inclinándose hacia adelante—. Elizabeth,
¿qué está pasando aquí? Si estás trabajando con Dmitriu, puede ser que también
estés trabajando con Saloman. En todo caso, Dmitriu te utilizó, consiguió lo que
quería, y ahora ha desaparecido de tu radar.
Elizabeth levantó ambas manos en un gesto de aceptación antes de cerrar
ambas en torno a su taza de café, a pesar del calor de la tarde. —He cometido
errores. Todos sabemos que no soy un verdadero cazador. Pero lo principal es
encontrar a Josh. Lo he estado pensando y estoy segura de que no está muerto.
—¿Por qué? —preguntó István.
Elizabeth se encogió de hombros un poco incómoda. —Es una cosa de empatía.
Tal vez me estoy engañando a mí misma, pero en cierto modo comprendo a
Josh, sé lo que piensa cuando estoy con él, y estoy bastante segura de que
sabría si estuviera muerto. Todavía puedo... sentirlo.
Mihaela e István intercambiaron una mirada apresurada, pero Konrad mantuvo
su mirada en Elizabeth. —¿Has descubierto una especie de telepatía?
—Ha estado creciendo —dijo con extraña reticencia—. Desde el año pasado.
Konrad asintió con la cabeza. —Mientras te haces cada vez más fuerte. Yo tengo
un poco, aunque sólo con las matanzas hasta ahora.
—¿Los vampiros que mataste hablan contigo?

Traducido en Purple Rose 217


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Los labios de Konrad se torcieron. —No por mucho tiempo. Pero de vez en cuando
los escucho, sí. ¿Es eso lo que escuchas?
—No, pero... —Ella vaciló, y luego tomó una respiración profunda—. Escucho a
Saloman. Cuando lo elige.
—Mierda —dijo Konrad con asombro.
István frunció los labios en un silbido silencioso.
—¿Lo elige a menudo? —preguntó Mihaela, y parte de la inflexión de su voz hizo
que Elizabeth la mirara con más cautela. Los ojos oscuros y perceptivos de su
amiga, le devolvieron la mirada con más preocupación que sospecha, y tuvo
que luchar contra la repentina urgencia de poner todo a los pies de Mihaela.
Pero compartir el dolor era un lujo que ella no podía permitirse. Eso la distraería
de la cuestión principal, que era encontrar a Josh y detener a Dante de usar la
espada para convertirse en un no-muerto.
—No, no a menudo —dijo firmemente. No lo suficiente.
—¿Crees que puede leer lo que está en tu cabeza? —preguntó con ansiedad
István.
Era una buena pregunta y una que todavía no estaba muy segura de cuál era la
respuesta. —No lo —dijo con cautela—. Creo que tengo que... ¿proyectarlo?...
para que él lo reciba. Es un poco como una conversación por radio. —Miró
alrededor de todos—. No me miren así. Él no me pregunta acerca de ustedes o
me dice algo sobre lo que está haciendo. Él sólo lo hace para entretenerse, para
mantenerme al límite... —Para mantenerme en la esclavitud.
—¿Cuándo fue la última vez que contactó contigo de esta manera? —preguntó
Konrad.
—Esta mañana —dijo Elizabeth firmemente—. Así es como sé que él no tiene la
espada o Josh o incluso Dmitriu.
—¿Está tan preocupado como nosotros? —Konrad dio una breve carcajada—.
Bueno, bueno, tal vez vamos a tomar la delantera en esta ocasión, después de
todo. Entonces, ¿cuál es tu teoría, Elizabeth? ¿En dónde están Josh y la espada?
Elizabeth levantó su taza. —Creo que están con Dante.
Konrad echó una rápida mirada alrededor de las mesas cercanas, las cuales se
estaban llenando a mediad que avanzaba la tarde.
—Vamos —murmuró—. Vamos a ir a un lugar más privado.
Mientras viajaban por toda la ciudad hasta el apartamento brillante, y casi
impersonal de Mihaela; Elizabeth le explicó su temor de que Dante buscaba no
sólo la inmortalidad, sino el poder instantánea en el mundo de los vampiros.

218 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Es eso posible? —dijo Mihaela dubitativa, apartando sus ojos de la carretera
para echarle un vistazo a Konrad en el asiento a su lado—. ¿Podría realmente
volverse tan poderoso como Saloman así como así?
—No sé —admitió Konrad—. Depende de qué poderosa es realmente esta
espada. Nadie fiable la ha estudiado jamás; ha sido efectivamente oculta
desde el siglo XVIII, por lo que no tenemos ninguna manera de saber qué parte
de la leyenda es verdad. Sin embargo, el hecho de que él mismo Saloman está
buscándola probablemente nos dice lo suficiente.
—La has visto, Elizabeth —dijo István—. ¿Sentiste o fuiste testigo de algún poder
especial?
—Me quemó cuando la toqué, alzó una visión de Saloman exigiendo su
devolución. Le hizo lo mismo a Josh, pero sólo después de que Saloman se
despertara. Creo que nos reconoce como descendientes. Lo que es importante
que recuerdes, Konrad, siempre y cuando la encontremos. No la toques.
Konrad se asomó de vuelta entre los asientos delanteros y asintió con la cabeza.
Condujeron el resto del camino en silencio, pensativos, e István insistió en llevar su
bolso un poco maltratado de viaje hasta el apartamento de Mihaela.
—En algún momento —dijo Mihaela, abriendo la puerta de la nevera en busca
de leche para su café—, debemos reunirnos sin una crisis. —Ella echó la mano a
la botella de vino, pero sólo en su camino a la leche—. Tengo una buena botella
de vino allí, pero creo que será mejor que la deje hasta que tratemos con esto.
—Creo que tienes razón —dijo Elizabeth con tristeza.
Mihaela la miró. —Tienes buen aspecto.
—¿Lo tengo? —Elizabeth se rió—. No estoy segura de cómo… siento como si no
he dormido en la última semana. Aparte de en el avión hacia aquí.
Mihaela sonrió débilmente, salpicando la leche en una jarra y colocándola en
la bandeja al lado del café y las copas. —¿No debo suponer que eso es porque
tú y Josh...?
—Oh, no —dijo Elizabeth, y sin embargo se sintió ruborizar, porque Mihaela había
supuesto tanto de la verdad, sólo que con la pareja equivocada—. ¿Y tú? —
preguntó a la ligera—. ¿Has descubierto algún amante sexy entre las expediciones
de cazas?
Mihaela arrugó la nariz. —Nadie que me haya importado como para presentarlo
a mi abuela. O incluso a ti. —Ella le lanzó un paquete de galletas a Elizabeth, quien
la atrapó con una mano y levantó las cejas con curiosidad hasta que Mihaela
suspiró y dejó de lado la bandeja que había estado a punto de levantar—. Creo
que sólo voy tras los hombres inadecuados por lo que no me siento mal al no
poder formar una relación con ellos. ¿Quién quiere a un hijo de puta por novio?

Traducido en Purple Rose 219


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Hay una definitiva atracción en lo inalcanzable —acordó Elizabeth, sintiendo


el discreto dolor que Mihaela generalmente nunca revela—. Por no decir nada
acerca de la maldad. —Ella levantó el paquete de galletas en un brindis de
burla—. Esto es por los amantes inadecuados.
Mihaela se echó a reír, con los ojos un poco más ligeros por el entendimiento, y
levantó la bandeja. Elizabeth la siguió de regreso a la sala de estar.
Sentándose y haciéndoles señas a todo el mundo para que se sirvieran por sí
mismos, Mihaela, dijo—: Hemos estado comprobando a Dante también. Por
cierto, creo que ahora sabemos cuál era su misión secreta la otra noche. Su
equipo de voluntarios se mantuvieron bastante herméticos; presumiblemente
bajo instrucción, pero vinieron la mañana siguiente bien apaleados.
—¿Cómo? —preguntó Elizabeth rápidamente angustiada
—Dmitriu —dijo Mihaela secamente—. Dante debe haberlos llevado para tratar
de capturar a Dmitriu, llevándolos para protección adicional en busca de la
espada de Saloman. Obviamente no funcionó, porque dijiste que Dmitriu tomó
la espada de él.
Elizabeth frunció el ceño. —Pero si él no pudo capturar a Dmitriu antes, ¿por qué
ahora sí?
—No sabemos si lo hizo —señaló Konrad—. Sólo lo estás asumiendo porque crees
que Dante vino aquí con ese propósito. Dmitriu podría estar en cualquier parte;
podría haberse ido de vuelta a Transilvania, o vigilando en pos de Saloman del
todo en otra parte.
Elizabeth abrió la boca para decir que Saloman estaba definitivamente aquí
en Budapest, y sin Dmitriu, pero, quizás afortunadamente, Mihaela respondió su
pregunta original. —Tal vez porque ha estado estudiando encantamientos.
—No te dejes engañar —dijo István, inclinándose hacia adelante desde el sofá
para levantar una taza—. Los encantamientos no funcionan realmente.
—Sí, sí lo hacen —dijo Elizabeth, exactamente al mismo tiempo que Mihaela
dijo—: No sabes eso.
Elizabeth ondeó su mano para indicarle a Mihaela una seña hacia el suelo, y su
amiga hizo una reverencia burlona.
—Sólo pensamos que los encantamientos son absurdos —dijo Mihaela—, porque
nunca hemos estudiado el material. Lo he visto en los estantes pero nunca se nos
han mostrado los libros, nunca hemos entrenado en ello. ¿Y si es una habilidad
que se ha perdido para los cazadores en una época más científica? ¿Qué pasaría
si los vampiros todavía los utilizan? Además —añadió, a modo de punto clave
después de tragar de golpe su café como si fuera medicina—, todos aceptamos
que nuestra sede está a salvo. ¿Cómo puede estarlo, sin encantamientos?

220 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

¿Alguna vez han escuchado que una alarma se active, o cualquier otro detector
de vampiros en el edificio? Decimos que está enmascarada, como si estuviera
disfrazada de otra cosa, pero vamos, chicos, ¿un letrero diciendo: “Oficina Estatal
de Pensiones”, o algo así podría engañar a un vampiro?
István gruñó, claramente no estando convencido.
—¡István, hemos tenido prisioneros vampiros ahí! ¡Hemos tenido víctimas
transeúntes, codiciados descendientes, incluso a una Despertadora! —Mihaela
arrojó su mano hacia Elizabeth—. Sin ataques, nada. Los vampiros saben que
existimos, sólo que no saben dónde encontrarnos.
—Los vampiros usan encantamientos —ofreció Elizabeth—. Y utilizan la palabra
“máscara”. Pueden enmascararse a sí mismos o a objetos que elijan para ocultar.
Estoy segura de que es por eso que nunca han encontrado el pal… guarida de
Saloman —se corrigió rápidamente, consciente de que la otra razón era que
ella misma nunca había elegido llevarlos allí—. Y creo que hay algún tipo de
máscara en el Club Ángel también.
Los demás la miraron con cierta sorpresa, claramente pensando en ello. Elizabeth
miró a Mihaela. —¿Qué clase de encantamientos ha estado estudiando Dante?
—Enmascaramiento de gran alcance. Sea lo que sea eso. Sólo tuve un vistazo
a su pila de libros antes de que recibiéramos la llamada de emergencia a las
montañas ayer.
—Cuanto más poderoso es el vampiro —dijo Elizabeth lentamente—, más
poderosa será la máscara para esconderse de él. Él debe estar tratando de
esconderse de Saloman.
—No lo culpes —dijo Konrad con sentimiento—. Si él tiene la espada y a Dmitriu,
entonces Saloman va a estar en una imponente furia. La pregunta aquí es,
¿queremos que Dante o Saloman hagan el trabajo sucio por nosotros al
encargarse de los demás?
—¡No! —dijo Elizabeth con una reacción espontánea, y cuando todo el mundo
parecía sorprendido al ser un poco llevada por su vehemencia, se las arregló
para decir a modo de explicación—, Josh. ¿Dónde va a quedar en alguna
batalla entre Dante y Saloman? Me parece que nuestra mayor esperanza es
encontrar a Josh y a Dante antes que Saloman lo haga. Rescatar a Josh y llevar
la espada a la seguridad de la sede. Acerca del propio Dante, si lo atrapamos
antes de que él se convierta, simplemente llevándolo a través de las redes de
los cazadores del mundo debería cortarle las alas lo suficiente. En el frente de lo
paranormal.
De su bolso de mano, su teléfono echó a sonar un pitido de carga. Elizabeth se
inclinó para hurgar por él y el cargador.

Traducido en Purple Rose 221


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Podría ser suficiente —admitió Konrad. Elizabeth sacó su teléfono, junto con
el cargador que quería, además de un peine y su pasaporte, los cuales no
necesitaba. Cayeron al suelo y su olvidado periódico estadounidense cayó
también, saltando libre sobre la alfombra y desenrollándose abiertamente en la
fotografía de “Adam Simon”.
Elizabeth dejó caer el teléfono para meter todo rápidamente de vuelta al bolso.
Pero la mano de Mihaela fue antes que la de ella hacia el periódico, por lo que
Elizabeth se enderezó, observando el rostro de Mihaela.
—Así que esa es la conexión que hemos estado buscando —dijo Mihaela
lentamente—. No hay influencia sobre Adam Simon. Él es Adam Simon. —Su
mirada oscura se levantó hacia Elizabeth—. ¿Por qué no me lo dijiste?
—No ha habido tiempo —exclamó Elizabeth—. ¡He estado distraída con la
espada y la desaparición de Josh! —Era cierto, y sin embargo, se merecía todos
sus sentimientos de incomodidad de culpa, porque su instinto había sido el de
encubrir el periódico antes que los cazadores vieran la fotografía. Con el fin de
proteger a Saloman. Se preguntó cuándo les diría sobre ello… si es que alguna
vez lo haría.
La mirada de Mihaela cayó. —Tienes razón, por supuesto. Y ahora que sabemos,
tendremos más posibilidades de lidiar con ello. Una vez que hayamos lidiado con
Dante.
—El cuál es el problema —coincidió Elizabeth—. ¿Cómo diablos lo encontramos.

222 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 17
Traducido por Rihano
Corregido por Akanet

E ncontrarlo resultó ser fácil. Gracias a las conexiones de los cazadores,


ellos tenían acceso a todos los registros de hotel de la ciudad. Los únicos
Dantes que descubrieron fueron una familia italiana de visita de Milán,
pero encontraron a un americano “Grayson” en el Hilton en Buda.
Konrad entró solo a preguntar y se le informó que el señor Grayson no estaba
en su habitación. Sin embargo, dado que Konrad había logrado ver el número
de habitación con la que contactó la recepcionista, Elizabeth e István vagaban
cerca y se encaminaron directamente a la habitación 242.
—Es cierto —murmuró Elizabeth, después de que habían escuchado en la puerta
por algún tiempo—. No hay nadie allí dentro.
—Vigila por mí —dijo Istvan, y para su asombro él forzó la cerradura con un alfiler
de su bolsillo y una tarjeta de crédito.
—¿Cómo la...? —empezó a decir mientras la puerta se abría.
István sonrió. —Juventud desperdiciada. Anda y mira, pero hazlo rápido.
Era una habitación individual, bastante modesta para los estándares de Dante.
La cama estaba cuidadosamente hecha. Algunos folletos turísticos sobre el
castillo y varias tarjetas postales sin escribir yacían en el escritorio, para contribuir
a su fachada, presumiblemente. Pero por lo demás, no había ninguna pista sobre
sus intenciones o su paradero. Después de mirar a través de todos los cajones
y armarios y comprobar el cuarto de baño, Elizabeth salió de nuevo sin ser
vista. István cerró la puerta justo cuando una pareja de ancianos salieron de la
habitación al otro lado del pasillo, y caminaron con elegancia hacia el ascensor.
—Nada —dijo Elizabeth con tristeza—. Él está usando esto como una base, nada
más. Ni siquiera podría dormir allí, por lo que sé.
—¿Pero es tu Dante?
—Oh, sí. Su pasaporte está ahí. Está a nombre de Grayson, pero la foto es de él.
—Ese tipo debe tener algunos conocidos poco fiables para un senador.
— Para cualquier persona. ¿Y ahora qué hacemos?

Traducido en Purple Rose 223


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

István se encogió de hombros. —Mirar alrededor la zona. Si esta es su base,


entonces presumiblemente, no va a querer alejarse demasiado de ella.
Fue una noche larga y frustrante. Mientras caía la noche, las nubes se reunieron
también y comenzó a llover. Elizabeth y los cazadores se dividieron con el fin
de cubrir más terreno individualmente, pero como no tenían idea de lo que
estaban buscando, Elizabeth empezó a pensar que era una pérdida de tiempo.
Concentrarse en un punto podría romper el encanto de enmascaramiento, y los
ojos y la cabeza de Elizabeth dolían de mirar fijamente todo, desde las puertas
hasta las cubiertas del drenaje. Todo esto conduciría a omitir algo que pasaría
en el momento equivocado, y ellos podrían cubrir toda la ciudad sin encontrar
lo que estaban buscando.
—Lo estamos haciendo mal —le dijo Elizabeth a Konrad.
Refugiada en el portal de una cafetería, sostenía su teléfono en la oreja y
observaba a los transeúntes mientras hablaba.
—Esto simplemente nos está agotando. Tenemos que vigilar su hotel y seguirlo
cuando salga.
—Con cuidado —dijo Konrad con sólo un rastro de petulancia—. Y tienes razón.
Necesitamos descansar, así que he organizado otro equipo para vigilar el hotel
por nosotros hasta mañana. He enviado ya a los otros a casa. ¿Quieres un
aventón a donde Mihaela?
—No, gracias, Konrad. Tomaré un taxi.
Interrumpiendo la conexión, dejó caer el teléfono en el bolso y salió a la lluvia,
sólo para encontrarse cara a cara con Saloman.
Parado bajo la luz del café, vestido de negro, con su pelo suelto sobre los hombros,
brillando con la humedad. Las gotas de lluvia corrían por su frente, temblando
en sus labios llenos, sensuales. Sombras ocultas en los huecos profundos de
sus mejillas. Sus opacos ojos oscuros guardaban secretos que ella nunca quiso
aprender. Y muchos, tantos, que si aprendió.
—Saloman —susurró—. ¿Lo has encontrado?
—No —dijo—. Pero te encontré.
Porque ella no podía evitarlo, dejó caer la frente hacia adelante sobre su
hombro húmedo. El cansancio la consumía, arrastrado por sus extremidades y
su cerebro, y sin embargo sus brazos alrededor de ella le dieron una esperanza
irracional y seguridad. Cualesquiera que sean los poderes inaceptables que la
espada podría darle a Saloman, sabía que Dante con seguridad mataría a Josh,
probablemente como su primera comida de no-muerto. Otra noche pasaba y
Josh estaba en más peligro con cada minuto.

224 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Él ha estado estudiando encantamientos —espetó ella sobre el abrigo de


Saloman—. Enmascaramiento de gran poder. Y se está quedando en el Hilton, el
Castillo Hilton. Los cazadores lo están vigilando.
—Ya lo sé.
Ella levantó la cabeza para ver si hablaba en serio o si sólo estaba haciendo que
ella se sintiera mejor por haber revelado el conocimiento de los cazadores. Sus
ojos parecían brillar mientras contemplaban los de ella.
—El pánico es innecesario —dijo con suavidad—. Dmitriu no lo convirtió.
—¿Cómo puedes estar seguro de eso?
—Porque le dije que no lo hiciera.
La risa se quedó atrapada en su garganta y fue sofocada. —No puedes llegar a
él, ¿verdad?
—No. Pero lo haré. Ve a casa de tu amiga cazadora, y mañana hablaremos.
La besó en la boca, un largo y dulce beso, completo y sensual, pero dolorosamente
suave. La lluvia corría en su boca, ella podía probarla en sus labios, su lengua.
Ni siquiera vio al taxi aproximarse, por no hablar de la invocación de Saloman,
pero cuando la soltó, él simplemente la metió en el coche y desapareció en la
noche.
Dado que la lluvia se estaba forzando lo suficiente como para seguir adelante
hasta la mañana, Saloman encontró cómodo salir de su coche bajo la protección
de un paraguas y caminó elegantemente dando vuelta a la esquina hasta la
entrada del Hilton. Pasó a un ajeno cazador en el camino de entrada, pero
ya que el hombre estaba en busca de Dante y no de Saloman, enmascararse
apenas era necesario.
Saloman bajó su paraguas. No se acercó a la larga y ocupada mesa de
recepción, simplemente caminó hacia las escaleras y siguió su nariz hasta la
habitación de Dante.
—Entre —dijo el Senador de una vez a su llamada, y Saloman lo hizo.
Dante, usando pantalones de vestir y una camisa polo, se detuvo en el proceso
de colgar una chaqueta. Parecía casi ridículamente sorprendido. Tal vez había
estado esperando a los de limpieza.
—Buenos días, Senador —dijo Saloman suavemente.
—Espero que no le importe mi llegada sin previo aviso.
—¡Adam! —Dante se recuperó rápidamente, cerrando la puerta del armario
y caminando a su encuentro con la mano extendida—. ¿Sabe que me había

Traducido en Purple Rose 225


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

olvidado de que esta era su tierra natal? —Saloman le estrechó la mano,


aprendiendo lo que podía.
Dante olía a Travis. De hecho, el olor del vampiro americano estaba en toda
la sala, como si hubiera estado aquí varias veces. Pero, más importante, Dante
acababa de regresar de su compañía, y la de varios otros vampiros que Saloman
vagamente recordaba de su breve visita a Travis en Nueva York. Travis estaba
vigente aquí.
—Tendrá que perdonarme por no ponerme en contacto —dijo Dante
sencillamente—. Para ser honesto, estoy aquí a escondidas, por razones de salud,
de incógnito, podrías decir.
El senador sonrió, y Saloman sonrió beatíficamente de regreso. —De hecho, me
sorprende que me encontrara.
La sospecha se escondía detrás de la verdadera curiosidad en los ojos de Dante.
Saloman dejó caer la mano. Esta no había tocado a Dmitriu, pero eso no era
sorprendente. Dmitriu se la habría arrancado de un mordisco.
—Sólo tuve un vistazo de usted encaminándose hacia el hotel y lo seguí—. No era
del todo cierto. Había detectado la presencia de Dante, de repente, casi como
si se hubiera “tele-transportado” a la ciudad desde la nada, y seguido hasta
aquí. Saloman se preguntó, vagamente, si el cazador le había visto también, o si
Dante había aprendido a ocultarse a sí mismo de los demás seres humanos.
La capacidad de encantar era un regalo poco común en los seres humanos, y
Dante parecía ser un aprendiz rápido. Podría haber una razón para ello, Dante
podría ser de raza mestiza, descendiente de una unión perdida hace mucho
en la niebla de los tiempos entre un humano y una de las personas vivientes de
Saloman. Él podría ser uno de los pocos en los que el don normalmente inactivo,
lo que la ciencia moderna probablemente llamaría un gen, estaba activo.
Saloman no se preocupó por esa idea. Solitario como él era como el último de
su raza, no contaba con vampiros híbridos modernos, todavía no le daría la
bienvenida a Dante como miembro de la misma. En todo caso, la presencia del
“gen” lo haría aún más peligroso para el mundo.
—Siempre encantado de encontrarme con un viejo amigo —dijo Dante
jovialmente—. Podemos almorzar, si quiere, aunque le agradecería que
mantuviese mi presencia aquí para usted mismo.
—Me temo que no puedo —dijo Saloman—. Realmente solo vine a darle las
gracias por Torrent Defense.
—Una buena empresa pequeña —dijo Dante, sin comprender—. Me alegro de
que subiera a bordo. La construí yo mismo de la nada, todavía poseo la mayor
parte.

226 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Ah, ya no —dijo Saloman—. Yo lo hago. Habrá unos pocos cambios de


producción. Veo el futuro en los coches eléctricos.
Sonrió a los ojos de Dante y por un instante sintió la pura y desvelada furia del
senador. Dante había perdido su concentración, distraído como estaba por
su búsqueda de la inmortalidad. Y a pesar de esas preocupaciones mayores,
todavía le irritaba de un modo muy humano que muchos de sus negocios
hubieran caído en manos de su rival.
Pero se recuperó rápido. Se encogió de hombros elocuentemente, incluso logró
una breve carcajada. —Bueno, mi amigo, si piensa que los coches eléctricos le
harán ganar más dinero que los tanques modernos, siga adelante. Gracias por
dejármelo saber.
—No hay problema. Por cierto, su amigo Josh Alexander se encuentra en
Budapest también. ¿Lo sabía?
Dante difícilmente iba a admitir saber eso. Para Saloman, la pregunta era
apenas una sugerencia, una cuestión de aprender lo que pudiera mientras Josh
entraba en la mente del senador. Pero Dante era bueno, no sólo un político
y diplomático, acostumbrado a ocultar sus pensamientos y sentimientos, sino
también, al parecer, un actor de método.
Saloman capturó solamente el más mínimo atisbo, tan débil y rápido que era casi
ilegible, de una habitación de piedra, como una bodega de algún tipo, desnuda
y húmeda, y Josh acurrucado en un rincón, tal vez atado. La habitación estaba
en penumbra, y sombras oscuras saltaban por las paredes, amenazadoras. La
presencia del vampiro. Y otra sombra, la forma oscura de un hombre con los
brazos encadenados sobre su cabeza… Dmitriu.
Sintió la alegría de Dmitriu precipitarse ante el inesperado vínculo, borrando el
hambre terrible. Como había esperado, el pensamiento de Dante, a pesar de
que apenas incluía a Dmitriu, había dado el impulso que necesitaba para llegar
a su amigo.
Y entonces el instante había pasado. No hubo tiempo para enviar ni consuelo
ni información. Dante, desterró el recuerdo incómodo, estaba en cambio
recordando a Josh en la fiesta de su casa en Escocia, y la tenue conexión se
rompió. No importaba, era suficiente por ahora, suficiente para darle esperanza
a Dmitriu. Suficiente para que Saloman trabajara más tarde, en paz. Ahora que el
vínculo estaba establecido, sería más fácil retomarlo, y desde ahí, con el tiempo
eventualmente debería encontrar la ubicación de Dmitriu.
—¿Josh en Budapest? ¿De verdad? —Se maravilló Dante—. Vaya, esto se está
convirtiendo en una reunión positiva—. La sonrisa en sus ojos se desvaneció
lentamente—. Usted no cree que él vino porque descubrió que yo estaba aquí,
¿verdad?
—¿Por qué haría eso?

Traducido en Purple Rose 227


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Tengo la sensación de que todavía me echa la culpa por el robo de la espada


en Escocia. ¡Él piensa que yo la tengo!
—Tonterías del viejo Josh —dijo Saloman.
Tal vez fue la inesperada visita de Adam Simon la que lo puso al borde, pero
Dante encontró el viaje por el túnel del castillo aún más desagradable de lo
habitual. Fue una caminata larga e incómoda, con él doblado durante gran
parte del camino, con agua indescriptiblemente sucia goteando sobre su cuello
en frecuentes pero nunca previstos momentos.
Peor que eso, era muy consciente de que su pretendida área de trabajo, la cual
cubría el hoyo del tamaño de un hombre que Travis había creado entre el túnel y
uno de los cuartos más solitarios del sótano del castillo, no podría permanecer por
mucho más tiempo sin ser descubierta. Como estaba, el personal de la entrada
estaba comenzando a reconocerlo. El hombre de hoy había hecho una broma
sobre la frecuencia de sus visitas y lo mucho que debía amar el castillo. Dante
había sido obligado a jugar al turista estúpido, haciéndole hablar de la historia
maravillosa que se encuentra en Europa en comparación con los Estados Unidos.
El problema era, que el proceso no debería estar tomando tanto tiempo. Cuando
Travis había descubierto el túnel y habían capturado inicialmente a Dmitriu,
Dante nunca había imaginado tener que mantenerlo encadenado durante
varios días. El bastardo se estaba manteniendo por mero fastidio. Él, Grayson
Dante, ya debería ser inmortal, ganando fuerza con cada alimento, y una de
sus primeras comidas sangrienta sería Adam Simon. Tendría que haber estado
observando sus acciones, sus empresas, anticipando esto, pero honestamente,
¿qué estaban haciendo el resto de los accionistas, permitiéndole a ese tonto
hacerse cargo? Usando las habilidades especiales de la empresa para hacer
coches eléctricos, ¡por el amor de Dios!
Dante controló la ira creciendo otra vez y dio vuelta a la curva con un poco
de alivio. Allí, delante de él, estaba la cámara de piedra con su puerta de
hierro y las cerraduras debidamente reparadas por los esbirros de Travis. Dante
sospechaba que había sido alguna vez un escondite de tesoros, posiblemente
construido para ocultar armas, oro y tesoros religiosos de los turcos. Le gustaba
pensar que los húngaros lograron esto, que cuando los turcos fueron expulsados
finalmente más de un siglo después, los húngaros simplemente caminaron por
aquí y recogieron los tesoros de nuevo.
Cualquiera que fuera su propósito original, sin embargo, era perfectamente
adecuado para Dante. Una cámara de piedra gruesa construida dentro de
una unión de túneles subterráneos. Las capas de piedra y tierra formaban una
máscara natural, haciendo a los encantamientos protectores, más fáciles y más
eficaces.
Y de acuerdo con Travis, nadie había estado en estos túneles durante siglos.

228 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Por qué no? —Dante había preguntado—. Habría pensado que los vampiros
por lo menos habrían prosperado aquí.
Travis se encogió de hombros. —Hay otros túneles por aquí, llenos de turistas. Y
esta parte, probablemente, corre demasiado cerca del río. La mayoría de los
vampiros no se preocupa por el agua corriente.
Dante había escuchado el leve arrullo de la corriente de agua de lo que tenía
que ser el río Danubio ya que estaba cerca. —¿No te importa?
—No. Jamás he oído de un vampiro que se ahogara.
Dante llamó con fuerza a la puerta de hierro. Esta se abrió de una y se cerró
detrás de él tan pronto como se había deslizado en la cámara.
Travis y sus cuatro guardaespaldas vampiro, incluyendo el que lo había dejado
entrar, se sentaron en un círculo en el piso jugando a las cartas con el resto de
los propios hombres de Dante, él había traído a dos nuevos para reemplazar
a los muertos. Todos ellos jugaron con una mezcla extraña de dólares y florines
húngaros, como si tuvieran igual valor.
—¿Aún no está oscuro? —exigió Travis—. Me muero de hambre.
Dante miró ansiosamente a Josh mientras caminaba hacia él, comprobando su
cuello por marcas de pinchazos.
—No lo has tocado, ¿verdad? —demandó él.
—Vete a la mierda —gruñó Josh. Era bravuconería. Sabía que sería la primera
comida de Dante. Un descendiente de los asesinos de un Antiguo sería una
primera comida poderosa para seguir a su bebida de bienvenida por Dmitriu, el
intercambio de sangre que lo cambiaría.
—Tres horas hasta el atardecer —dijo Dante, volviéndose hacia Dmitriu al fin.
Aún encadenado, colgando de la pared, descansaba su cabeza contra la
piedra como si estuviera dormido. Su expresión era tranquila, pero Travis ya le
había explicado a él cómo los nervios del vampiro estarían saltando como un
drogadicto sin una solución. Demacrado, pálido como el alabastro, Dmitriu
no parecía nada más que una estatua. Una estatua con una camisa blanca
desgarrada.
La ropa hecha jirones, sin embargo, era la única señal que todavía llevaba de
la lucha feroz que finalmente le había capturado. Las heridas de la paliza se
habían curado, el rastro de sangre y las costras secas reabsorbidas en su cuerpo.
Dante no había sabido si resentir la velocidad inconveniente de su curación, ya
que Travis se había negado a tomarse la molestia de pegarle un poco más, o
quedar impresionado con tal poder, el cual se replicaría en sí mismo tan pronto
como Dmitriu cediera y acordara convertirlo.

Traducido en Purple Rose 229


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Listo para el intercambio de sangre? —le dijo Dante ahora, como lo había
dicho muchas veces en los últimos dos días y noches.
—No —dijo Dmitriu sin abrir los ojos, como había respondido en cada vez.
—¿Qué estás haciendo allí, Dmitriu? ¿Conservando tu energía? —Dante trató de
provocarlo—. ¿Para qué diablos?
—Matarte—. Los ojos del vampiro se abrieron, y a pesar de sí mismo Dante se
estremeció con una mezcla de miedo y deseo—. Sin la posibilidad de revivir.
—¿Cómo planeas hacer eso? —preguntó Dante con fingido interés, señalando las
cadenas que lo sujetaban. Dmitriu sólo frunció los labios. Dante tenía la necesidad
de acercarse más, susurrar en el oído del vampiro y usar la fuerza intensa de
su personalidad para persuadirlo como había persuadido a tantos otros a su
voluntad. Los vampiros no eran inmunes a los seres humanos fuertes, después
de todo. Pero por otra parte, Travis le había advertido sobre la importancia de
mantener su distancia, no sólo por la velocidad de Dmitriu y su imprevisibilidad,
sino porque una vez fuera de la cámara y los túneles, habría desplegado la
esencia de todo lo que él tocó a cada vampiro vigilante en la ciudad.
Y esta, más que ninguna otra, era la ciudad de Saloman.
—No lo he decidido aún —dijo Dmitriu con dignidad.
—Vamos, Dmitriu —instó Dante—. ¿Qué tienes que perder? Haz lo que pido y
sales libre y limpio de aquí. Incluso te dejaría tener un bocado de Josh antes de
irte, siempre y cuando dejes la mayor parte y la muerte para mí. Luego puedes
irte de juerga.
—No recuerdo pedirle permiso.
Dante sonrió. Detrás de la respuesta murmurada detectó el cansancio terrible
y agotador, el hambre que lo estaba destrozando. —¿No te vuelve loco? —dijo
en voz baja—. ¿Simplemente ahí colgando, oliendo la sangre en Josh? ¿La mía?
¿Mirando a esos chicos volver cada noche, repletos de sangre, mientras que
tú sólo sigues colgado aquí como un pedazo de carne, falto de energía? Es
fácil, Dmitriu. Sólo tienes que cambiarme. Intercambiar tu sangre, la sangre de
Saloman, conmigo...
Dmitriu se echó a reír. Era un sonido débil que le dio a Dante esperanza a pesar
de las desafiantes palabras que le siguieron. —Si quieres tanto la sangre de
Saloman, ¿por qué simplemente no se la pides?
—Estás más cerca —dijo Dante con un rápido gesto de desprecio hacia sus
cadenas.
—No mucho.

230 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dante frunció el ceño. —¿Qué quieres decir con eso? —Él dio un paso rápido
acercándose, entonces, recordando la advertencia de Travis, se alejó de
nuevo—. ¿Está Saloman en Budapest?
—Él viene por ti —se burló Dmitriu.
Travis, desde su posición en el suelo, tiró sus cartas hacia abajo y dijo—: No, no lo
hace. Me he reunido con él, y lo olería si él estuviera aquí.
—¿Tú? —se burló Dmitriu—. No podrías oler a tu propia abuela si ella estuviera
pudriéndose junto a ti.
Pero las palabras de Travis habían llamado la atención de Dante por otra razón.
—¿Te has reunido con Saloman? ¿Cuándo? ¿Dónde?
Travis se encogió de hombros. —En Nueva York. Usted sólo se lo perdió, de
hecho—. Se rascó y bostezó, y Dante, acostumbrado ahora al lenguaje corporal
del vampiro americano, supo que él no le estaba diciendo toda la verdad. No
podía trabajarlo como lo importante que era, tal vez, porque justo ahora tenía
preocupaciones más acuciantes.
A grandes zancadas fue hacia Travis, le dijo con impaciencia, —¿No podemos
acelerar esto? No podemos quedarnos aquí por tiempo indefinido, lo sabes. ¿Por
qué no lo maltratas un poco? ¿Tortúralo o algo así?
Travis se encogió de hombros y se puso de pie, considerando a Dmitriu con la
cabeza inclinada hacia un lado. —No tiene sentido. El hambre es una tortura
suficiente. Si puede soportar eso, puede soportar unos cuantos huesos rotos y
contusiones. Además, se cura muy rápido para que valga la pena el esfuerzo.
Si quieres mi opinión, nunca va a ceder, por lo que podrías considerar otras
opciones para que podamos salir fuera de esta tumba de mierda aburrida.
Tengo negocios en los Estados Unidos.
—¿Qué otras opciones? —exigió Dante.
Travis metió las manos en los bolsillos y se apoyó contra la puerta, su mirada en la
espada que estaba en el rincón más alejado, envuelta una vez más en el viejo
abrigo del padre de Josh, más para evitar tentar a los secuaces de Travis que
para ocultar su presencia. —Yo podría convertirte.
—Tu sangre es fuerte —aceptó secamente Dante—. Pero no es tan fuerte como
la suya. El niño de Saloman y la espada de Saloman me permitirán hacer frente
a Saloman.
Travis dijo suavemente—: salvo que me estás dando la espada a mí.
—Me refería a la espada Saloman en mi cambio, eso es todo. No he olvidado
nuestro trato.
—Bien, porque por muy fuerte que te haga, todavía puedo forzarla.

Traducido en Purple Rose 231


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Punto tomado —dijo Dante firmemente—. Pero mencionaste opciones. Plural.


Travis agitó una mano impaciente hacia Dmitriu y se la metió en el bolsillo. —Sólo
haz que el bastardo beba de ti.
Dante parpadeó. —¿Obligarlo? ¿Forzarlo?
—Claro. Está debilitado por el hambre. Dos de mis hombres pueden retenerlo
mientras empujo sus dientes en tu cuello. Una vez que su piel esté perforada y
huela la sangre, no dudo que ninguna fuerza en la tierra pueda detenerlo de
beber.
Dante le miró pensativo. —¿Por qué no sugeriste esto antes?
—No creí que sería tan obstinado—. Travis suspiró y sacó las dos manos de sus
bolsillos mientras se enderezaba—. Además, no es tan seguro, ¿verdad? Podemos
empujar tu cuello en sus dientes, y aunque el siguiente paso, él bebiendo tu
sangre chorreando, es muy probable, no está garantizado. Solo tenemos que
esperar lo suficiente para poner las manos en su garganta.
—¿Cuánto es necesario? —preguntó Dante. Era un detalle que no le había
parecido lo suficientemente importante investigar hasta que Dmitriu había
resultado tan recalcitrante.
Travis se encogió de hombros. —No lo sé. Nunca me he encontrado antes con un
vampiro reacio a beber sangre.
Dante devolvió la mirada hacia Dmitriu, que fingía estar dormido una vez más.
Con una incertidumbre inusual, tiró de su labio inferior.
—Muy bien —dijo al fin—. Vamos a dejarlo esta noche. Y si no ha acordado para
mañana a la puesta del sol el método más seguro, vamos a forzarlo y esperar lo
mejor—. La euforia aumentó con la decisión. Por fin. Por fin, de un modo u otro,
conseguiría acabar con esto y lograr su objetivo.
Saloman la descubrió en el crepúsculo en la Iglesia de Matías, cerca del castillo.
Se sentó sola en el extremo de un banco central, recordándole a Saloman de
otra iglesia en la cual la había encontrado y bromeado con ella, porque lo había
divertido e intrigado incluso entonces. Ahora, su pálida y ansiosa belleza lo llevó
más allá de las palabras; su soledad y su dolor le herían como si fueran los suyos
propios.
Si yo gano, si finalmente la tengo conmigo como mía, ¿qué voy a hacer con
ella?
Aunque la iglesia cerró para los turistas a las seis en punto, ni los sacerdotes ni sus
ayudantes que se movían por el lugar parecían inclinados a expulsarla. Tal vez
detectaban su necesidad.
Saloman se movió silenciosamente ocupando el asiento a su lado. Sus ojos se

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

cerraron, haciendo difícil determinar si su presencia era bienvenida o no. En esta


ciudad más que en ninguna otra, sus lealtades estaban divididas, y el peligro de
Josh se la estaba comiendo.
Ella dijo—, Esta es una de mis tres iglesias favoritas en el mundo.
Saloman no estaba sorprendido. Había belleza y paz y abundante memoria
en cada piedra. Cuando al principio había sido construida, allá por el siglo XI,
él la había considerado un monumento al arte y el ingenio humano, y ellos lo
habían conseguido casi por completo sin él. Esta había tenido una carrera algo
accidentada, desde entonces, pasando por ampliaciones y remodelaciones,
una temporada como una mezquita, bombardeada y, finalmente, la sensible y
atractiva restauración. Eran colores medievales los que una vez más, decoraban
sus paredes y techos abovedados. Una gran parte de la vida Saloman estaba
reflejada en este lugar, y él estaba contento de que ella se preocupara por esta.
—¿Cuáles son las otros? —preguntó.
—St. Chapelle en París y la catedral de St. Andrews.
Después de un momento, su mano se deslizó sobre la suya en su muslo y se
entretejió a través de sus dedos. —Te extrañé —susurró, y el dolor del placer y la
esperanza volvió a empezar.
Él cerró los dedos alrededor de los suyos. —Entonces ven conmigo.
Ella abrió los ojos y volvió la cara hacia él. —¿A dónde? ¿Los has encontrado?
—Estoy más cerca. Juntos, creo que podemos hacerlo.

Traducido en Purple Rose 233


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 18
Traducido por LizC y Little Rose
Corregido por Akanet

H abían pasado seis meses desde que había estado aquí, y el “palacio”
de Saloman había ganado un poco más de muebles, algunos
cuadros más, y ricas alfombras bajo sus pies. En la sala de dibujo
donde él la había seducido una vez, preparándose para matarla, había ahora
un arpa y un piano de cola y una estantería de caoba llena de libros.
Elizabeth se sentó en el sofá de terciopelo y bebió de una botella de agua antes
de abrir el recipiente de plástico lleno de estofado y ensalada ordenados en una
tienda de comida para llevar en el camino. Saloman se sentó agraciadamente
sobre un cojín a sus pies y la observó comer.
Era ridículo, esta felicidad de tan sólo estar con él, esta sensación de que ahora,
porque él se sentó a su lado, todos los males de su mundo se resolverían. Josh
regresaría sano y salvo y Dante sería detenido y enviado a casa para ser un
buen senador. La espada estaría a salvo. Y ella... ¿Qué diablos iba a hacer ella?
¿Dejarlo otra vez?
Todo en ella dolía por él, dolía con la felicidad de solo mirarlo, dolía con la pena
de alguna despedida futura que no podía soportar contemplar. La calidez la
inundó de gozo secreto al recordar a Dmitriu diciéndole lo especial que era para
él. Su compañera.
Ella contuvo el aliento, tratando de concentrarse en el presente. —He estado
enojada con Josh —exclamó, levantando el tenedor del sabroso estofado—.
Enojada con él por huir, por ser tan estúpido como para dejarse atrapar y haber
dejado que le quitaran la espada de nuevo.
Masticó y tragó antes de agregar con tristeza—: Y además estoy enojada
conmigo misma por no vigilarlo, por distraer a Dmitriu, por no convencerlo, por
estar demasiado involucrada contigo para molestarme en entenderlo.
—Y entonces estás enojada conmigo. Lo entiendo.
Ella lo miró por encima de un nuevo bocado. —¿Estás realmente cerca de saber
dónde están?
—Sé que están bajo tierra, en algún lugar en las proximidades del castillo. Sé que
Travis y sus seguidores están allí custodiándolos.

234 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Cómo sabes eso?


Saloman se encogió de hombros. —He sentido la presencia de Travis desde que
llegamos a Budapest. De vez en cuando. En menor grado desde que Josh y
Dmitriu desaparecieron. Pero hace extrañas y breves apariciones, al igual que
sus secuaces, en gran medida en el Distrito del Castillo. Sentí a Dante también
en esa zona, apareciendo de la nada y regresando a su hotel cercano. Pero a
dondequiera que estén desapareciendo en el entre tiempo, donde sea que Josh
y Dmitriu están, está bien enmascarado por encantamientos así como piedra.
Podría sentirlos si me acercara lo suficiente, pero hasta ahora no lo he hecho.
Hizo una pausa. —Sigue comiendo. Tienes que estar fuerte.
Obedientemente, engulló un poco más de estofado y alcanzó su botella.
—Entonces, esta mañana —continuó él—, fui a ver a Dante en su hotel. Y en su
mente vi... esto.
Una habitación desnuda y húmeda, llena de oscuridad y sombras amenazantes,
y Josh enrollado con frío en un rincón. Elizabeth jadeó ante la visión repentina,
y habría dejado caer la botella si la mano de Saloman no se hubiera cerrado
en torno a la de ella. Se había acostumbrado a sus palabras y sus ideas en su
mente, pero nunca antes le había enviado algo tan asombrosamente visual. La
experiencia así como el contenido la sorprendió hasta la médula.
—Ahí es donde tenemos que buscar —dijo implacablemente.
—Pero, ¿cómo? ¡Esa... mazmorra podría estar en cualquier lugar!
—La visión de ello va a fortalecer nuestros vínculos telepáticos, y va a ayudarnos
mutuamente a impulsar nuestras fuerzas. En el momento del pensamiento de
Dante tuve sólo un instante para asegurarle a Dmitriu que lo buscando, pero
estará listo ahora, y con suerte, también lo estará Josh. Él tiene la misma telepatía
latente que tú tienes, y creo que puedes llegar a él.
Elizabeth dejó la botella en el suelo y lo miró. Parecía un enorme salto de la
vaga empatía con Josh que les había explicado a los cazadores al tipo de
intensa telepatía que compartía con Saloman. Siempre había asumido que
era el poder de Saloman el que manejaba la conexión entre ellos, pero tal vez
era simplemente más experto en la manipulación de la misma. Recientemente,
ella lo había alcanzado con más facilidad, así que era posible que sus poderes
telepáticos estuvieran creciendo. La emoción ascendió, obligándola a contener
el aliento.
—¿Con qué propósito? —preguntó—. ¿Cómo va ayudar eso?
—Ellos nos pueden decir lo que saben de su posición, y una vez que el vínculo se
establece con fuerza, podemos seguirlos y encontrarlos.

Traducido en Purple Rose 235


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Y entonces? —Su corazón latía con fuerza—. ¿Puedes sacarlos? ¿Sin ayuda
de nadie?
El labio de Saloman se arqueó. —Podríamos ir los dos.
Luchando codo con codo como lo habían hecho en Nueva York...
Pero se dio cuenta de que no había respondido a la pregunta. Saloman no
tenía necesidad de ir sin ayuda de nadie. Él tenía una ciudad llena de vampiros
que podían y lo seguirían. Probablemente ya había extendido un llamado para
voluntarios.
Y él tomaría la espada.
Como si él escuchara sus pensamientos, dijo—: Estás pensando demasiado lejos.
En primer lugar, tenemos que saber dónde están. ¿Has terminado de comer?
Ella asintió tontamente, y él tomó el recipiente de su regazo y lo puso al lado de
la botella de agua en el suelo.
—Dame tus manos—. Levanto las suyas en forma perentoria y ella las tomó,
deslizándose sobre el suelo frente a él. Sus ojos, perdidos en los de ella, parecían
suaves y ardientes al mismo tiempo, retorciéndose por su corazón hasta su centro.
Inesperadamente, se llevó sus manos a los labios, una tras otra, recordándole
insoportablemente su seducción en esta misma sala hace siete meses. En una
batalla para salvar su vida y lograr una noche de placer sexual sin precedentes.
Había ganado ambas y había estado tan enamorada después de ello que no
había sido capaz de pensar con claridad desde entonces.
¿Por qué demonios estaba luchando ahora?
Por amor... ¿Ese era su pensamiento o el de él? No importaba.
Él susurró—: Quiero realmente hacerte el amor. Cuando esto termine, tienes que
venir conmigo. Lo hemos intentado a tu manera y no funciona.
Ella tragó. —¿Cuál es tu manera?
Su boca se cernía sobre la suya. —De todas las manera.
No podía permanecer tranquila mientras la lujuria se disparaba en ella, haciéndola
retorcerse. Podía distinguir la textura de sus labios, cada pliegue, cada pequeño
y sexy movimiento, por lo que no pudo evitar rozarlos con los suyos.
—Más tarde, Saloman. Cuando los hayamos encontrado. —Ahora, oh, ahora,
antes de hacer cualquier otra cosa, sólo una rápida, dura, deliciosa follada…
Sorprendida de sí misma, dejó escapar un grito de asombro que era mitad risa
y mitad sollozo, y se alejó de él. —Muéstrame tu visión de nuevo —dijo con voz
temblorosa—, y dime cómo llegar a él.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

¿Elizabeth? Por supuesto que no, estoy soñando… Un buen sueño, sin embargo,
porque he querido pedirte perdón por huir de esa manera. Al menos debería
haberme despedido y darte las gracias; y viendo el lío en el que estoy ahora, sé
que sólo estabas tratando cuidar de mí.
Había tomado un largo tiempo, vaciar su mente de todo pensamiento ajeno,
incluso de la inquietante presencia de Saloman, de modo que ella pudiera
concentrarse en Josh, sobre todo en Josh mientras veía la visión desagradable
que Saloman había extraído de la cabeza de Dante. La escena ayudaba, como
Saloman había dicho que haría, le había dado un contexto en el que poner sus
pensamientos y llamarlo.
En varias ocasiones ella sabía que lo había alcanzado, sabía que había entrado
en su mente. Pero él la ignoró. No era como las llamadas a Saloman que
rebotaban cuando la bloqueaba. Josh no estaba bloqueándola, simplemente
era ajeno. Él sacudió la cabeza, como si tratara de aclarar los pensamientos de
ella, haciendo doblemente difícil para ella permanecer adentro.
El trabajo era agotador, pero con la fuerza de Saloman, sus firmes manos
sosteniendo las suyas, se sintió sostenida y siguió intentando. Sin embargo, Josh se
había quedado dormido antes de que finalmente le respondiera, y la emoción
después de tan largo silencio la sorprendió tanto que casi sale de su mente ante
el repentino deseo de alardearle a Saloman de su inteligencia.
Conteniéndose, ella se calmó y dejó a Josh balbucear un poco.
Si me matan, voy a estar contento de haber podido hablar contigo.
No te van a matar, Josh, dijo ella seriamente. No, si podemos encontrarte. Dime
dónde estás.
No quiero pensar en dónde estoy.
Entonces dime cómo llegaste allí, dijo ella con paciencia.
Saltaron de un coche, a poca distancia de ese almacén al que me llevaste.
Travis y sus compinches. Me agarraron y me llevaron a través de la ciudad.
Calma, Elizabeth sintió que el miedo lo abrumaba de nuevo, y como se difundió
a través de ella, se apoderó de los dedos de Saloman tan duro que debe al
menos haber hecho una mueca de dolor.
¿A dónde? le preguntó. ¿Dónde se detuvieron?
Cerca del castillo... Ellos me sacaron del coche y luego Dante se alejó, dejándome
con ellos, y Dios me ayude, eso era más aterrador que todo esto. Dante era el
jefe, eso era obvio, pero al menos es de la misma especie...
Está bien, lo tranquilizó Elizabeth. Entiendo. ¿Qué pasó entonces?

Traducido en Purple Rose 237


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Estaba aterrorizado porque “Travis” me fuera a morder, matarme, pero no lo hizo.


Él… él... saltó por los aires conmigo, casi como si estuviéramos volando. Jesucristo,
casi me hago pis.
Sí, he pasado por ello, dijo Elizabeth con tristeza. ¿A dónde saltó? ¿Has mirado?
La altura y el ángulo eran vertiginosos, pero a través de la memoria de Josh, ella
vio las paredes del Castillo de Buda en la oscuridad, el salto enorme hacia abajo
y la carrera enfermizamente rápida a través de patios y bajo pasos negros como
el carbón hasta una lona acordonada de obreros, donde se detuvo para revelar
un profundo, y oscuro agujero—en el cual saltó el vampiro, todavía cargando a
Josh gritando.
Josh, eres maravilloso, le dijo Elizabeth cálidamente, trabajando duro para
mantener a raya su entusiasmo de tal forma que no perdiera esta conexión.
No mucho. Mantuve los ojos bien cerrados hasta que me botaron aquí. Y ahora
incluso el terror de esa primera noche parece mejor que el aburrimiento de estar
aquí y los intermitentes ataques de pánico porque voy a morir.
¿Dónde estás ahora? Muéstrame.
No puedo. Estoy dormido.
Abre los ojos. Todavía puedes hablar conmigo cuando estás despierto si te
quedas pensando en mí. Piensa en mí tratando de alcanzarte con mi mente, y
entonces podremos alcanzarte en la realidad.
Hubo una pausa, y luego: Prefiero estar dormido.
No, no lo harás.
¡Mierda!
Abre tus ojos; mira a tu alrededor, como si estuvieras mostrándomelo. Estás
mostrándomelo.
La conexión con él pareció vacilar y ella la sostuvo sombríamente, repitiendo su
nombre, pidiéndole que resista, que siga hablando mientras él mismo salía del
sueño. Como si dijera las palabras en voz alta, lo oyó preguntarse si había estado
soñando, sintió su onda de desolación y pérdida, el miedo enorme al despertar
en tal lugar, en tal situación.
Todavía estoy aquí, Josh. Muéstrame.
El cálido alivio lo inundó, haciéndole sonreír mientras se filtraba en ella también.
Entonces, empezó a mirar a su alrededor en la habitación cuadrada y desnuda,
que Saloman le había mostrado a ella antes. Esta vez, sin embargo, fue con
mucho más detalle. Podía ver la humedad brillando y goteando de las paredes,

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

podía ver la textura de las piedras antiguas cercanas a Josh. Vio las sombras, y
vio al montón de hombres y vampiros dormidos o jugando a las cartas.
Dante yacía solo en una manta, durmiendo. No es de extrañar que tuviera la
impresión de que no dormía en su cama en el hotel.
La mirada de Josh cambió de nuevo a los vampiros, dos de los cuales estaban
discutiendo sobre las cartas. Josh claramente no estaba interesado. Siguió
mirando todo el resto de la habitación, hacia el bulto familiar del abrigo viejo
donde sus ojos permanecieron. La espada, dijo con torpeza en la cabeza de
Elizabeth.
La veo.
Su mirada siguió adelante y ella vio cadenas unidas a la pared. Cadenas que
sostenían los brazos de un hombre a cada lado de su cabeza. No a un hombre,
a un vampiro. Dmitriu.
Sus ojos deben haber estado mirando directamente a Josh, ya que parecían
mirar directo hacia ella. Ella sintió el golpe de los ojos oscuros y conocedores,
llenos de dolor y hambre y furia. Y detrás de ellos le parecía ver los más negros y
densos ojos de Saloman, quien veía a Josh a través de Dmitriu.
La visión brilló y se rompió y ella parpadeó para encontrar el rostro de Saloman
muy cerca de ella. Él Sonrió.
—Saloman —susurró—, vi...
—Lo sé—. Sin advertencia, se puso de pie, arrastrándola con él. Hubo un abrazo,
fuerte y cargado, y sus labios se pegaron decididos a los de ella—. Qué inteligente
eres —dijo, medio orgulloso, medio burlándose—. Ahora tenemos algo. Vamos.
Elizabeth apenas tuvo tiempo para tomar su chaqueta antes que la llevara de
la mano, apresurándose escaleras abajo hacia la noche. Apresurándose, ella
corrió a su lado por la calle oscura y vacía hasta que él la tomó de la cintura y
saltó.
Mientras volaba hacia arriba en su agarre, parecía dejando su estómago girando
en el suelo. Había viajado por este camino antes con él, pero olvidaba el terror
que implicaba ser levantado tan alto, ser llevada con él a velocidades imposibles
por distancias imposibles, a una altura que debería haberla hecho gritar. Más que
nunca, ella simpatizaba con Josh. Pero después de unos momentos de alternar
el correr y el saltar por los tejados y las farolas con él, ella sintió que su pánico
instintivo disminuía y que se entregaba a la emoción de la misma, a la emoción
de la caza, porque ahora, por fin, tenían pistas hacia la prisión oculta de Josh.
—Había túneles bajo el castillo —Saloman dijo mientras corría sobre el Puente
de las Cadenas Danubio con Elizabeth en sus brazos. No había tráfico, y si
alguien hubiera levantado la mirada no habría visto más que un borrón, una

Traducido en Purple Rose 239


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

sombra que pasaba—. Muchos más que el llamado laberinto que muestran a los
turistas hoy en día, como aquellos, que estaban destinados a proporcionar las
bodegas, así como escondites y vías de escape, extendiéndose a cada lado de
la colina. Algunos son más antiguos que el primer castillo. Pero muchos de ellos
se desplomaron y cayeron en el desuso, mucho antes de que fuera estacado.
—¿Crees que alguien reparó esos túneles olvidados?
—Vamos a ver si ellos están ahí. Josh y Dmitriu podrían haber sido engañados
deliberadamente sólo en caso de que me abriera paso a los pensamientos de
Dmitriu.
El optimismo de Elizabeth cayó en picado. —¿En serio? ¿Es eso probable?
—Es posible. Travis no es tonto.
—Casi suenas como si te gustara —dijo Elizabeth con curiosidad.
—Podría ser, con el tiempo.
Entraron en el castillo, como lo había visto en la mente de Josh, saltando sobre
los techos y las paredes y entre los patios oscuros.
—No queda nada de los palacios de aquí que conocía —dijo Saloman—. Está
todo cubierto y enterrado.
Sin embargo, él parecía saber a dónde iba. Sin preocuparse mucho por perturbar
a los vigilantes nocturnos o las alarmas automáticas, lideró a Elizabeth por la
base del edificio y a unas escaleras en bruto que habían sido bloqueadas con
tablones de los trabajadores y avisos de Mantenerse Alejado. Dando tumbos
en la oscuridad Elizabeth sacó una linterna de bolsillo para iluminar los últimos
pasos. Allí, en la parte inferior, sobre el suelo desnudo de barro, había una lona
acordonada.
El corazón de Elizabeth se aceleró. —Esto es, ¿cierto?
Saloman se quedó muy quieto, sólo sus delgadas y delicadas fosas nasales se
movían. —Han estado aquí. Dante. Travis, los vampiros de Travis, otros humanos
con el olor de Dante—. Se arrodilló en el piso, tocando la suciedad, el polvo—.
No encuentro un rastro de Josh ni Dmitriu, pero eso no significa que no estuvieron
aquí. Si los arrastraron, su presencia se habría perdido en el aire instantáneamente.
Sus ojos se concentraron en la trampilla mientras se concentraba profundamente.
Sus dedos hicieron trazos en el polvo. —Hay un túnel. Muy profundo, pero puedo
seguirlo—. Enderezándose, siguió el camino tan rápido que ella apenas lo vio
moverse, y para cuando se puso en marcha detrás de él, él ya estaba mirando
fijamente un punto de la pared como si esperara hacerlo explotar con los ojos.
Sin decir nada, él pasó su brazo por la cintura de ella y saltó. Libre del castillo, la
guió por las calles y callejones, sobre otros edificios y paredes y jardines y a otras

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

calles. Para Elizabeth, era más como su búsqueda a ciegas con los cazadores
que el seguir un camino, pero Saloman eventualmente se detuvo entre una
cerca rota y una gran pared de un extraño edificio.
—Estamos casi en el río —dijo—. Pero este túnel no termina, no tiene salida—.
Miró el piso, y bajo la mirada ansiosa de Elizabeth, eventualmente sonrió—. Te
tengo —dijo suavemente.
No sabía que estaba conteniendo la respiración hasta que la soltó aliviada.
—¿En serio? ¿Josh y Dmitriu?
—Con Dante y muchos otros seres humanos y vampiros. Y mi espada.
—¿Puedes hacer que salgan?
—Probablemente —dijo Saloman, sin expresión. Miró al cielo, como si midiera el
tiempo. No parecía intimidado, ni mucho menos preocupado, pero Elizabeth
podría decir por su silencio, por la firmeza de sus ojos fríos y opacos que estaba
sumido en sus pensamientos. Estaba planeando, se dio cuenta con el corazón
encogido, no sólo la forma de rescatar a su amigo y a él de ella, sino la forma
de hacer este trabajo útil para su plan más grande. Poco a poco, su mirada se
volvió hacia ella y volvió a concentrarse—. En primer lugar —dijo—, tenemos que
hablar. Ven.
—¿Qué pasa? —preguntó Elizabeth sin aliento mientras saltaba techos y los
espacios entre ellos hasta que pudo ver las paredes y terrazas distintivas del
Bastión de los Pescadores—. ¿Podrá Travis oírnos? ¿Sentirnos?
—No a través de mi máscara, si es que aún puede sentir a través de la piedra.
Sólo necesitamos espacio para pensar.
El espacio que Saloman tenía en mente resultó ser una de las torres del Bastión,
todos los torreones, arcos y pasillos. Recuperando el aliento, Elizabeth miró más
allá de la torre de cuento de hadas a través de la ciudad. El Danubio estaba
negro y aún en la oscuridad, con sólo algunos reflejos de las luces centelleantes
de los puentes, y más allá se extendía como una plaga, la mitad más reciente de
la ciudad. La vista era magnífica, pero Saloman eligió sentarse en la pared, de
espaldas a ello, así que sólo podía ver a Elizabeth y la torre detrás de ella.
—¿En qué estamos pensando? —preguntó, sólo un poco nerviosa—. ¿En cómo
rescatar a Josh y a Dmitriu?
—Por supuesto. Podría entrar y matarlos a todos los que necesite. Probablemente
podría liberar a Dmitriu para que me ayudara, aunque debe estar demasiado
débil para hacer algo más que cuidarme la espalda. Soy rápido, pero no estoy
seguro de serlo lo suficiente como para salvar a nuestros amigos, si los vampiros—o
los empleaduchos humanos de Dante—tienen órdenes de matarlos.

Traducido en Purple Rose 241


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

El estómago de Elizabeth se revolvió. —Puedo pelear. Soy más fuerte que en St.
Andrews.
—Incluso más fuerte que en Nueva York. Lo sé—. Se estiró y le acarició la mejilla,
los labios—. Pero las armas pueden matarte. Dmitriu dice que cada uno de los
cuatro tipos de Dante tiene una. No puedo salvarte de todos ellos y ocuparme
de los vampiros al mismo tiempo—. Su labios se torcieron—. Aunque me gustaría
pelear espalda contra espalda otra vez contigo, esta pelea no es la indicada
para eso.
—Creo que ya te has decidido —observó ella—. Quieres más vampiros ahí
contigo.
—Dos, o quizás tres, me bastarían.
Ella tragó. —¿Matarías a Dante?
—Sí—. Solo para Dmitriu, esa sería su justicia. Y estaría salvando al mundo de una
amenaza peligrosa.
La idea de Dante como un vampiro era demasiado terrorífica como para
considerarla. La brisa le erizó el cabello. Bajo la pálida luz de la luna, sus ojos
estaban más abiertos y fijos que nunca.
—¿Y los otros humanos? —preguntó con la voz ronca.
—Si se meten en mi camino, los mataré. Yo o mis acompañantes. Los hombres de
Dante tienen tanto estacas como armas. Igual que Travis.
Su estómago se retorció, recordándole otra vez, por si lo necesitaba, la gran
diferencia entre ella y el hermoso y letal ser que estaba a su lado. Feliz de utilizar
la muerte para castigar y salvar a sus amigos.
—¿Pero traerías a Josh sano y salvo? —preguntó ansiosa.
Sus labios se torcieron de un lado. —¿Sin daño por mí y mis vampiros, quieres
decir?
No tenía sentido negarlo. —Sí.
—Si lo quieres.
Ella se lamió los labios resecos. —¿Y la espada?
—La tomaré, por supuesto.
Por supuesto.
Se deslizó de la pared, lo que lo llevó muy cerca de ella. Ella no podía pensar
cuando cada nervio suyo estaba tan consciente de él, de lo que podía hacer
con ella. Él dijo—: El argumento en contra de este plan es que es probable que

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

sea demasiado tarde para hacerlo esta noche. Para el momento en que pueda
llamar a Angyalka y los otros vampiros que prefiero a mi espalda, será demasiado
cerca de la salida del sol, y puede ser imposible salir a salvo.
—¿Tienen otra noche? —preguntó Elizabeth cada vez más desesperada.
—Oh, sí, creo que sí. Están alimentando a Josh, ya sabes. Dante quiere que esté
saludable para cuando beba su sangre. Y Dmitriu puede soportar una noche
más sin comer, ya que él sabe que yo voy por él. Pero tendrá que ser rápido.
Si Dmitriu no está de acuerdo con cambiarlo para entonces, Dante y Travis lo
forzarán.
—¿Lo forzarán? ¿Cómo diablos… —se interrumpió—. No, no me lo digas—. Ella
miró a Saloman.
—Tenemos que estar en el lugar para la puesta de sol. Poco después puede ser
demasiado tarde.
—Puede serlo.
—Lo que lo hace más difícil para los vampiros.
—Podemos caminar en el crepúsculo. O en las sombras.
—¿Será eso suficiente?
—No lo sé.
—Y podrían verte.
—Estás demasiado preocupada por eso. Tarde o temprano el mundo verá a los
vampiros.
—Esa es una lucha para otro día —dijo impacientemente Elizabeth, y él inclinó su
cabeza, aun mirándola. Ella suspiró, mordiéndose el labio inferior—. Tengo otro
plan. Hacemos a los cazadores nuestros aliados por esta vez.
Cuando su expresión no cambió, ella se apresuró. —Ellos no se preocupan por
los atardeceres o amaneceres, y pueden entrar en el castillo cuando quieren sin
referencia a los horarios de apertura oficial.
—Puedo ver que serías más feliz con los aliados humanos —dijo Saloman sin
problemas—. Pero no trabajarían conmigo, y me temo que insisto en ser parte
de todo.
Para asegurarse de que Dmitriu viviera, y tomar la espada. —No hay otra opción
—dijo Elizabeth con una voz que sonaba dura incluso para ella. —Te necesitamos
allí.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Una vez más, inclinó la cabeza, y Elizabeth tenía la sensación extraña, casi
vertiginosa de que ella sólo había llevado a cabo sus deseos. ¿Era posible que
en realidad quisiera a los cazadores?
—Los cazadores no deben matar a Dmitriu —advirtió—. Y todavía tomaré la
espada.
—No —dijo Elizabeth.
Sin embargo sus ojos no cambiaron y ella supo que su protesta no hizo ninguna
diferencia. Él lo haría de todos modos si no podía convencerlo. Y Dios sabía que
ella no quería eso. Ella aferró a sus brazos, deslizando sus dedos hasta sus hombros.
—Saloman, yo sé lo que la espada significa para ti, pero debes ver que no
pueden permitir que tengas este poder adicional. No te importa a ti, ¡ya eres
más fuerte que cualquier otro ser! Los cazadores la mantendrían alejada de tus
enemigos, de todos los otros vampiros y los humanos, y nunca lo usarían ellos
mismos. Sabiendo eso, ¿no les dejarías tenerla? He estado pensando en esto
mucho, Saloman, y creo que es la única solución posible.
Por un momento, estuvo rígido en sus manos, ni la alejaba ni la abrazaba cuando
ella hizo su declaración desde el corazón. Entonces, por fin, sus ojos se suavizaron
y él la tomó en sus brazos.
—Elizabeth, ésta es una petición que no concederé—. Besó su boca protestante,
silenciándola—. Pero si te digo el verdadero poder de la espada, creo que ya no
me pedirás esto.
Elizabeth, tratando de sofocar la respuesta de su cuerpo al beso, apretó su agarre
sobre sus hombros. Finalmente, ella aprendería la verdad acerca de la espada.
Tomó aire y dijo con voz temblorosa —Dime.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 19
Traducido por Ximeyrami y Abril.
Corregido por Akanet

N o —dijo Konrad, fiel y predeciblemente—. Creo que ya hemos


probado que la alianza con los vampiros, incluso para atrapar a
otros vampiros, es poco fiable y contraproducente.
Ellos la habían encontrado, como fue solicitado, en la estación subterránea de la
plaza Héroes. La plataforma estaba tranquila a la mitad de la mañana. Un tren
recién había pasado, y ahora no había nadie allí a excepción de Elizabeth y los
tres cazadores.
Elizabeth dijo —Zoltán nunca fue digno de confianza.
—¿Y Saloman lo es? —Konrad exclamó—. Elizabeth, ¡el bastardo bebió de mi
sangre!
—Pero no te mató —dijo rápidamente Elizabeth.
—Sólo porque tú estabas dando saltos en su espalda en ese momento —dijo
Mihaela secamente—. Te vi.
Elizabeth le quitó importancia. —En realidad eso ya no es relevante. El punto
es que Saloman ha encontrado a Josh y está preparado para ayudarnos a
rescatarlo.
—Si tú también sabes dónde está —dijo razonablemente István—, entonces no
necesitamos a Saloman. Entraremos y lo sacaremos ahora.
—No podemos. Hay mucho de ellos. Travis, el vampiro Americano, está
protegiendo a Dante, y tiene a otros 3 vampiros con él. Dante tiene a 4 matones
humanos armados.
—Entonces necesitamos apoyo —dijo Konrad, alcanzando su teléfono.
—Quizá —dijo Elizabeth urgentemente—. Pero algunos de nosotros aún vamos a
morir. Tenemos más probabilidades si hacemos que Saloman sea nuestro apoyo.
Y lo que es más, su rapidez le da una mejor probabilidad de salvar a Josh. Estamos
hablando de un túnel pequeño, una pequeña habitación que ya está llena de
gente. No podemos llevar a 9 o 10 humanos más y esperar que sean capaces
de pelear.

Traducido en Purple Rose 245


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dos jóvenes hombres deambularon por la plataforma, ambos hablando a la vez,


y Elizabeth les dio la espalda, enfrentando en su lugar a los ceñudos cazadores
y bajando su voz. —Miren, Saloman tiene interés en el éxito de esta operación.
Quiere a Dmitriu vivo.
—Y la espada —dijo Mihaela con voz dura.
Elizabeth la miró. —Y la espada. Sin embargo, todos quieren eso. Mi principal
prioridad es Josh, no la espada. Mi segunda prioridad es prevenir que Dante se
convierta en vampiro. ¿No es ese tipo de cosas su trabajo también?
—Oh, sí—junto con matar vampiros como Saloman y Dmitriu —dijo bruscamente
Mihaela—. ¿Qué se te metió, Elizabeth? Hemos estado cazando a Saloman
por más de seis meses. Has estado en al menos dos atentados para matarlo, y
ahora, de repente, ¿quieres tenerlo como tu mascota asesina? ¡Es Saloman! ¡La
mascota de nadie!
Elizabeth se mordió el labio por la tajante réplica que ya se estaba formando.
Ella no podía evitar ser lastimada por la actitud de Mihaela, porque a pesar de
que lo suyo era una extraña y errática amistad, ellas nunca habían realmente
peleado. Aparte de la vez en que ella había salido furiosamente de la librería
de los cazadores, pero esa había sido dirigida mayormente a Konrad e iniciada
enteramente por Elizabeth.
Mirando a Mihaela ahora, reconoció la preocupación desesperada detrás de la
pantalla de enojo en sus ojos marrones. Mihaela sabía que había algo mal, había
sabido que estaba escondiendo cosas desde que había llegado por primera
vez.
Pero por otra parte, siempre había escondido esto de Mihaela. De todos ellos. No
era algo de lo que pudiera hablar fácilmente con nadie, pero sabía, al menos,
que no podía ni debía mantener el secreto por mucho tiempo más.
Contuvo su aliento. —Mira, sé que esto te parece extraño. Una alianza bizarra y
poco digna de confianza. Y sé que piensas que es extraño que incluso esté en
términos de diálogo con Saloman. Te lo explicaré todo después, si así lo quieres.
Por ahora, necesitamos armar un plan para rescatar a Josh.
Ella se detuvo mientras un tren salía del túnel y llegaba a una parada, estuvo en
silencio hasta que los pasajeros habían entrado y salido y el tren se iba de nuevo.
Después, mientras las pisadas se alejaban de la plataforma vacía una vez más,
dijo —¿Ayudaría saber que él quería tomar a sus vampiros y hacer el trabajo sin
nosotros? Lo persuadí de que serían mejores aliados para este trabajo y estuvo
de acuerdo—con la condición de que no mataran a Dmitriu.
Estaban todos frunciendo el ceño de nuevo. —¿Por qué estuvo de acuerdo con
eso? —preguntó Mihaela rotundamente—. No puede confiar en nosotros más de
lo que nosotros confiamos en él.

246 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Quizás... porque quiere que crean que no es el monstruo que piensan que
es—. Las palabras salieron con dificultad, y aún no estaba segura de que fueran
verdad.
—¿De veras? —preguntó István.
Ella sintió la sonrisa aparecer y morir en sus labios sin permiso.
—No lo sé—. Encontró su mirada, luego pasó a Konrad y finalmente a Mihaela—.
Pero pienso, al menos en este caso, que tenemos que correr el riesgo. Por Josh.
El aliento de Mihaela salió de prisa. —Espero que tengas razón.
Elizabeth sonrió, sabiendo que había ganado. La débil curva en los labios de
Mihaela como respuesta se sentía como una recompensa. —Yo también —dijo
fervientemente.
—Vamos a hablar con él —dijo Konrad severamente—. No estoy prometiendo
nada más que eso. No podemos confiar en ese maldito bastardo, y esa es la
línea final.
Elizabeth elevó su voz. —Saloman.
—Oh, mierda —dijo Mihaela, y Saloman apareció en el pasaje de la derecha.
Cada uno de los cazadores hizo un movimiento brusco instintivo hacia sus bolsillos
o mochilas, dependiendo de dónde guardaban sus estacas de emergencia.
Se juntaron infinitesimalmente también, manteniendo a Elizabeth dentro de su
círculo protector.
Saloman se veía artístico y bohemio esta mañana, con pantalones oscuros y
una blanca camiseta de seda sin mangas. Su cabello estaba atado detrás de
su cabeza, y llevaba su familiar abrigo de cuero sobre su hombro. A pesar que
él debía haber visto la profunda, si es que discreta impresión que su presencia
les había dado a los cazadores, no dio señales de ello, meramente se detuvo a
unos cuantos pies de distancia e inclinó su cabeza como un príncipe saludando
a sus súbditos.
En cualquier lugar y sin importar quién estuviera presente, él siempre se las
arreglaba para verse espléndido y totalmente al mando. Y sexy.
Alejando sus obstinados pensamientos de esa dirección, Elizabeth murmuró —
Dudo que las presentaciones formales sean necesarias.
—No lo creo. —Konrad miró directamente a Saloman, quizás para probar que no
estaba asustado—. La última vez que nos encontramos, me mordiste.
De nuevo, Saloman inclinó su cabeza. —Sabes bien —dijo gentilmente, como si
estuviera dando un cumplido.

Traducido en Purple Rose 247


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Una inapropiada carcajada le cortó el aliento a Elizabeth. Mihaela tosió, como


si también tuviera que cubrir su reacción; luego dijo bruscamente —¿Qué plan
propones?
—Ustedes deben conseguir que entremos al castillo antes de la puesta de sol. Los
llevaré al túnel donde están escondidos y enmascararé su presencia hasta que
logremos entrar. —Se encogió de hombros elocuentemente—. Después de eso,
peleamos hasta liberar a nuestros amigos. Estaré de acuerdo en proteger a Josh
si ustedes están de acuerdo en dejar a Dmitriu con vida.
—¿Pueden usar la espada en nuestra contra? —demandó Konrad.
—No por mucho.
—La espada debe permanecer con nosotros —insistió Konrad.
—Tanto tiempo como yo esté con ustedes.
Konrad abrió su boca para discutir sobre eso en términos inciertos, así que
Elizabeth dijo apresuradamente, —¿Quizás podemos discutir sobre ese asunto
una vez que nuestros amigos estén a salvo?
—Como desees —dijo Saloman. Se dirigió hacia Konrad, como el líder del grupo—.
Estén en los terrenos del castillo a eso de las 7 y media. Elizabeth les mostrará el
camino.
—Más temprano sería mejor —desafió Konrad—. Podemos organizarnos para
llevarte allí de forma segura.
—¿Cerrando el castillo a visitantes y personal?
—¿Qué?
—Daño colateral —explicó Saloman—. Y a un precio muy alto. Siete y media—.
Inclinó su cabeza una vez más y, dándose la vuelta, caminó a lo largo de la
plataforma, pasando a una mujer con un cochecito de bebe mientras se dirigía
a la puerta de salida.
Tan pronto como estuvo fuera de vista, Konrad e István corrieron detrás de él.
Elizabeth y Mihaela miraron en silencio hasta que regresaron unos segundos más
tarde.
István estiró sus manos. —Se ha ido —dijo impotentemente.
—¿Esto es por Josh? —pregunto Mihaela abruptamente.
Elizabeth levanto la vista, despejándose. —¡Por supuesto que lo es!
Habían regresado juntos al apartamento de Mihaela, comido un aperitivo liviano,
y ahora estaban preparándose para la batalla que les esperaba. No hubo

248 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

hostilidad aparente en la actitud de Mihaela, a pesar de que Elizabeth estaba


agradecida por los silencios durante los cuales cada uno de ellos aparentaba
estar perdido en sus propios pensamientos.
La pregunta de Mihaela había salido de la nada, al igual que su presencia en
la puerta del dormitorio mientras Elizabeth abrochaba sus pantalones vaqueros.
Mihaela sonrió ligeramente y se inclinó contra el marco de la puerta, observando
a Elizabeth vaciar su mochila.
—No. Quiero decir esta alianza con Saloman. Entiendo tu necesidad de traer a
Josh de regreso a cualquier precio. Mi única preocupación es que tu juicio haya
sido afectado por… Josh.
Elizabeth colocó su teléfono cargado y su billetera de regreso en la mochila y
agarró la afilada estaca de Madera antes de responder.
—¿Quieres decir de que estoy locamente enamorada de Josh Alexander?
—Eso cruzó por mi cabeza. Estabas hablando la otra noche sobre amantes
inadecuados. No puedo pensar en nadie menos adecuado para alguien de
profundas lealtades que una estrella de cine.
—En realidad, diría que Josh es muy leal —dijo Elizabeth sensatamente—Pero
créeme, no tienes necesidad de preocuparte por ese punto.
—Lo hago —dijo Mihaela tristemente.
Elizabeth sonrió. —¿Preocuparte?
—Confiar en ti.
Elizabeth tragó, alejando las repentinas lágrimas. —Gracias —susurró.
Mihaela se acercó y puso sus brazos alrededor de ella. —Elizabeth. . .
Elizabeth la abrazó una vez, fuerte. —Estás en lo correcto en confiar en mí, te
lo prometo. Y sí te he ocultado cosas era porque no podía admitirlas yo misma.
Después de esta noche, te diré todo, sí aún quieres escucharlo.
Mihaela bajó la cabeza, mirando seriamente dentro de su rostro.
—¿Pero estás bien?
Elizabeth ahogó una risa. —En muchos sentidos estoy mucho mejor de lo que
jamás he estado. Es sólo que todo es tan complicado… —Dio un paso atrás,
pasando una mano impacientemente a través de su rostro —¿Están Konrad e
István realmente de acuerdo con esto?
—Ellos también confían en ti. A pesar de que Konrad tiene una teoría de que
Saloman planea encerrarnos a todos nosotros en el túnel mientras sus vampiros

Traducido en Purple Rose 249


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

corren y se pierden en Budapest.


—Él no necesita encerrarnos en un túnel para que eso suceda.
—Eso fue lo que les dije. ¿Deberíamos ir, encontrarnos con nuestro maldito aliado
y patear el culo de algunos vampiros forasteros?
Elizabeth levantó su mochila. —Sí, por favor—. Tiró su solitaria estaca dentro de la
mochila y elevó la vista—. Supongo que tienes muchas más estacas, ¿no?
—Estantes repletos de ellas —dijo Mihaela largamente, pasando una mano a
través del armario—. Sírvete.

***

Travis estaba aburrido. Él ya había estado encerrado aquí por tres noches, con
solo unas de las pausas más cortas para cazar, y estaba harto de sus compañeros,
a muchos de los cuales tenía que separar antes de que se mataran entre ellos
de vez en cuando. Sus vampiros querían alimentarse de los hombres de Dante,
quienes iban y venían con más libertad, pero siempre estaban cerca por la noche
cuando Dante estaba presente. Travis no tenía problemas en usar a los matones
como un suministro de alimento, pero Dante se lo prohibió, y por el momento,
por lo menos, Travis estaba de acuerdo con él. Sospechaba que Dante los
estaba salvando para el mismo, para después de que Dmitriu eventualmente
lo convirtiera. Dante era la clase de persona que hubiera querido esclavos
humanos.
De hecho, paseando por la habitación, pasando al yaciente y miserable
humano, Josh, y sus propios vampiros, mitad dormidos y mitad jugando, Travis
era consciente de su creciente disgusto por esta aventura. Estaba tomando
demasiado tiempo y estaba deseando volver a América para verificar su propia
operación y reunir lo que había quedado de la de Severin. Si no fuera por la
espada sangrienta y la apuesta de Saloman, hubiera dejado que Dante se
fastidiara. Diablos, ni siquiera estaría aquí.
Travis detuvo su inquieto merodeo junto al encadenado vampiro Dmitriu. Solo
faltaban unas pocas horas para el anochecer. Cuando Dante no estaba aquí,
como ahora, la máscara de sereno desprecio de Dmitriu ocasionalmente se
esfumaba. Travis podía ver y sentir su agonía y eso sumado a su disgusto.
Travis quería ir a casa y poner a sus propios secuaces en orden a la fuerza. Quería
ejecutar sus operaciones y morder a los pocos favorecidos de sus invitados que
nunca recordaba. No quería forzar a este, debilitado pero poderoso vampiro
—más fuerte que Travis, a decir verdad— a beber de Dante. De hecho, Travis
mismo ya no estaba tan interesado en beber de Dante. Y era consciente de

250 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

que una vez que Dante se convirtiera, habría un conflicto por la posesión de
la espada. Era un conflicto que Travis pensó que podría ganar, pero no tenía
forma de saber cómo la muerte, a través de la espada, afectaría a Dante como
vampiro. En cualquier caso, una vez que la espada fuera de Travis y él ganara su
apuesta con Saloman, realmente no querría cambiar un rival por otro.
A Travis no le gustaban muchas criaturas. A Dante lo estaba empezando a
detestar profundamente. Dmitriu, en cambio, era, por lo menos, interesante,
aunque solo fuera porque Travis no sabía que lo motivaba.
Ahora, él estaba colgado allí, con los ojos cerrados, y con un ceño fruncido en su
ensangrentado rostro. El hambre le hacía sudar la poca sangre que le quedaba.
Y sólo empeoraría cuando el sol se ocultara.
—¿Por qué no sólo lo haces? —dijo Travis abruptamente—. Morder al bastardo,
matarlo, dejarlo beber de ti. ¿A quién le importa? Ambos estaremos fuera de
este agujero de mierda.
La frente de Dmitriu se relajó; sus ojos se abrieron. A pesar de que ocultaba todo
lo que podía su dolor, Travis aún podía verlo. —No puedo —dijo Dmitriu—. El huele
mal. Sabrá peor.
—Va a pasar. ¿No puedes simplemente hacerlo más rápido y más fácil para
todos nosotros? —Lo que Travis no quería era que no se convirtiera: que Dmitriu
no ingiriera suficiente sangre de Dante para que “funcionara” la transformación.
Eso solo los arrastraría al principio, y a una noche más en este ataúd de piedra.
—No —dijo Dmitriu. Él ni siquiera pretendió considerarlo.
Travis lo miro con curiosidad. —¿Por qué no? ¿Qué te hace tan jodidamente
obstinado?
Dmitriu pareció considerarlo. El velo de desdén se alzó de sus ojos llenos de dolor.
—No abusaré de la espada de Saloman ni la dejaré con él. Por encima de eso,
él no es digno de la inmortalidad.
—¿Digno? —Travis lo miró—. ¿Yo soy digno? ¿Tú lo eres?
Dmitriu hizo una pausa de nuevo. Luego dijo: —Tú, quizás. Yo, algunas veces,
cuando recuerdo.
—Estas delirando —decidió Travis—. A no ser que siempre hables mierdas como
estas. ¿Has convertido alguna vez a un vampiro que no haya sido digno?
—No —dijo Dmitriu—. ¿Y tú?
Travis dudó. La verdad era, que él no había creado a nadie desde hacía mucho
tiempo. Él había perdido el ánimo. Por lo menos dijo: —nunca tuve el chance de
descubrirlo. Murieron como polluelos.

Traducido en Purple Rose 251


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dmitriu asintió, sin burlarse o acusarlo. —No tenían la fuerza.


Travis frunció el ceño—. ¿A eso te refieres con dignidad?
—En parte. Dante tiene esa parte. Él es fuerte y, probablemente, prospere.
—Entonces ¿Cuál es tu problema?
Dmitriu sonrío. Era un raro atractivo, una sonrisa encantadora, y Travis tuvo un
breve impulso de entretenerlo en su club de Nueva York. —Él no me agrada. Es,
ummm, un mal bastardo.
Travis pestañeo. —Yo también. ¿Y qué diablos es Saloman?
—Buena pregunta —dijo Dmitriu con el fantasma de una sonrisa—. Pero si tuviera
la oportunidad de tirar mi suerte en uno de ellos, Dante o Saloman, sé a quién
elegiría.
—Yo no “tiraría mi suerte” en ninguno de ellos —dijo Travis con desdén. Los ojos
de Dmitriu estaban serios.
—Tu decisión —dijo suavemente, y Travis se giró, molesto sin ninguna razón. Por
supuesto que era su decisión, y él la había tomado, porque Dante sería mucho
más fácil de derrotar que Saloman.
A mitad de camino hacia sus eternamente apostadores vampiros, se detuvo y
miró sobre su hombro. —¿Dónde está Saloman?
Dmitriu sonrío y cerró sus ojos.
Acurrucados en el sótano del castillo con la lona acordonada, los cazadores
miraron a Elizabeth dubitativamente—. ¿Estás segura de que es esta?
—Estoy segura de que Saloman dijo que era esta.
Un nuevo haz de luz descendiendo los escalones anunció la casi silenciosa llegada
de Konrad. Uniéndoseles junto a la lona, les informo en voz baja —Las alarmas
están apagadas desde aquí hasta la salida. Los vigilantes nocturnos cubrirán la
salida pero no nos molestaran—. Miró a Elizabeth—. ¿Dónde está Saloman?
—Aquí —dijo la voz profunda casi sepulcral que derritió los huesos de Elizabeth.
Junto a ella, Mihaela salto y juro entre dientes. Konrad e István se dieron la vuelta
para enfrentarse a los escalones, arrastrando las estacas.
Saloman subió los escalones en un solo salto agraciado, aterrizando directamente
en frente de los cazadores, lo que hubiera sido tomado como una amenaza si no
hubiera permanecido perfectamente quieto y con sus manos abiertas a su lado.
—Bien —dijo él, mirando las estacas—. Vinieron preparados. Travis es un vampiro
fuerte para su edad, y sus guardaespaldas son astutos. Si se ocupan de lo último,
me ocupare de Travis.

252 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¿Cómo lograste pasar al vigilante de la entrada? —demandó Konrad.


—Probablemente, le mostró su licencia de conducir —murmuro Elizabeth,
y Saloman le concedió una sonrisa deslumbrante, causando una risa tensa e
histérica para tratar de ahuyentarla. Solo las desconcertadas expresiones de los
cazadores la ponían seria.
Saloman se movió hacia adelante, ignorando las estacas de los cazadores
mientras se apresuraba a pasar junto a ellas para agacharse y levantar la lona.
Al principio, lucía simplemente como el resto del piso de tierra sembrada, incluso
con un haz de luz sobre ella.
—Está enmascarada —dijo Saloman suavemente, y después, como si la misma
noción rompiera el encantamiento, Elizabeth pudo distinguir la oscuridad más
profunda, el enorme agujero desapareciendo hacia abajo en la nada.
István sostuvo su detector en el borde. Podía sentir la presencia normal de
vampiros a una corta distancia, aunque la bioquímica de Saloman paso de
largo. —Nada —dijo dubitativamente.
Saloman dijo —Dante paso por aquí más recientemente. Ahora está en el cuarto
de piedra, con Travis. Otros tres vampiros y cuatro humanos protegen a nuestros
amigos.
—¿Él puede saber eso? —susurro Mihaela en el oído de Elizabeth.
Elizabeth asintió. Podía si se estaba comunicando con Dmitriu.
Dante descubrió la Espada de Saloman, tirando el viejo y mohoso abrigo y
levantando el arma con ambas manos. Travis tenía que admitir una cierta
cantidad de respeto. La espada era hermosa, en cierto modo que te llamaba
para que la toques, para que las sostengas, para que veas que podía hacer.
No pudo evitar la oleada de emoción mientras la miraba. Esta era su pase de
libertad de Saloman, su garantía de continúo poder en América.
Era gracioso, pero no se había dado cuenta cuanto significaba este poder para
él hasta que enfrento la amenaza de perderlo. Había trabajado por siglos para
construir su autoridad. Y a pesar de que había tomado algunas ideas de la tardía
y no lamentada Severin —toda ovación al Despertador por eso— como para
imponer su voluntad en el máximo territorio con mínima disciplina, sabía que lo
había hecho todo mucho mejor y más grande.
Travis no quería gobernar el mundo. Pero había puesto sus ojos en guiar a todo
Norte América y estaba condenado si se rendía en ese objetivo, especialmente
ahora que Severin estaba fuera de la foto finalmente.
—¿Ves, Josh? —dijo Dante al humano en cautiverio—. Es por esto que la espada
nunca te perteneció.

Traducido en Purple Rose 253


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

El humano, que se había vuelto cada vez más taciturno y poco comunicativo
con el tiempo, sorprendió a Travis con una explosión de risa amarga. —¿Por qué
es eso, Senador? ¿No podía pertenecerme, porque tú la querías?
Dmitriu dijo provocativamente —No le pertenece a ninguno de ustedes. Es de
Saloman.
Dante lo ignoró. Fue Travis quien se levantó con impaciencia y se dirigió hacia el
“niño” de Saloman. Embistiendo de cerca el rostro de Dmitriu, dijo en voz baja
—¿Saloman le tiene miedo a Dante? ¿Es por eso que no lo convertías?
Dmitriu no dijo nada.
Travis puso sus labios muy cerca del oído de Dmitriu—. ¿O le tienes miedo a
Saloman?
Retrocediendo para ver el efecto de sus palabras, estaba frustrado al ver a
Dmitriu sonriendo. —Sólo tanto como debería estarlo. Eres tú quien debería estar
verdaderamente asustado.
Un instante después se encontró con los ojos fijos de Dmitriu. Mientras un malestar
se retorcía en él, trato de abrirse paso hacia la mente del otro vampiro, pero
incluso débil como estaba, Dmitriu mantuvo la puerta firmemente cerrada.
Travis se dio cuenta de que a través del cuarto, Josh estaba viendo. Había habido
poca, o casi ninguna, comunicación entre los cautivos, los cuales, dadas las
circunstancias, tal vez, no estaban sorprendidos, pero de alguna manera todo
ello se sumaba al malestar de Travis.
Saloman. Él estaba obligado a estar aquí en Budapest buscando la espada,
quizás, incluso buscando a Dmitriu. Y el sol se escondería en unos minutos.
—Jefe, ¿puedo irme por un momento? —pregunto uno de los hombres de Dante,
interrumpiendo el amor por la espada del senador.
Dante agito su mano hacia él. —Apresúrate, dos a la vez—. Su mirada, brillante y
triunfante, se posó sobre Dmitriu—. Comenzamos en diez minutos.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 20
Traducción por ~NightW~
Corregido por Aldebarán

I stván, alguna vez el científico, dijo: —¿Son estos túneles siquiera más
antiguos que los conocidos laberintos bajo el antiguo Buda? —se golpeó
en la cabeza y se agachó aún más, rozándose en una forma irritada.
—Algunos de ellos —respondió Saloman.
Son una mezcla de lo que podríamos llamar la edad prehistórica, oscura y
medieval. Algunos estuvieron una vez conectados a un laberinto actual, pero
han sido bloqueados.
Se movió, extendiendo sus manos sobre la cabeza inclinada de Mihaela para
coger un trozo de escombros caídos del derrumbe del techo.
—Como puede ver, no son terriblemente seguros.
—Gracias —murmuró Mihaela, y Elizabeth se preguntaba si hubiera preferido
haber tenido la caída de piedras sobre su cabeza. No quería estar en deuda con
Saloman, ninguno de ellos quería. Todavía no. Pero Elizabeth estaba empezando
a ver un camino para seguir, un atisbo de la sombra al comienzo de algo más
grande que el antagonismo y el asesinato mutuo.
Estaba empezando a ver la forma Saloman hacia adelante, y ya no parecía tan
temible.
Saloman se detuvo, con las manos extendidas para detener a István y Mihaela a
cada lado de él. —Humanos —dijo en voz baja, apenas más fuerte que el aliento
de Elizabeth—. Dos, viniendo hacia acá.
Entrecerrando los ojos más, antes de que la luz se apagara, Elizabeth vislumbró
el túnel de adelante. Unos pocos metros más allá, el techo inclinado se veía más
alto para que la mayoría de la gente fuera capaz de soportarlo. Entonces el
túnel giraba hacia una esquina.
—No podemos luchar aquí —susurró Konrad—. ¡Adelante!
Pero Saloman ya se estaba moviendo, casi deslizándose por delante de Mihaela
e István, escabulléndose detrás de él como un enorme cangrejo en la oscuridad.
Elizabeth se revolvió a su paso, de repente claustrofóbica.
Liberándose del túnel bajo y extenso,

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Elizabeth tomó una respiración profunda. Saloman se situó en la curva de la


pared, con los cazadores alineándose detrás. Entonces ella corrió a unirse a ellos
en silencio.
—Utilicen las luces o no verán —advirtió Saloman, y caminó alrededor de la
esquina. Elizabeth y los cazadores se apresuraron a seguirlo desde atrás.
—¿Qué ray…? —dijo una voz americana desde la distancia a pocos metros, y
Elizabeth logró que las linternas de los hombres se dirigieran hacia ellos—. ¿Quién
carajo es?
—¿A quién coño le importa? —Fue la respuesta inmediata, y las linternas vacilaron
mientras los hombres se adentraban por las armas.
—Oh, mierda —dijo Istvan con una mirada triste hacia el techo en ruinas,
temiendo claramente que se derrumbara durante un tiroteo. Él probablemente
tenía razón, pero antes de Konrad, el único de ellos con un arma de fuego,
podría producir, Saloman dio un salto adelante.
Moviéndose tan rápido para apenas ser un borrón, voló hacia los hombres que
avanzaban. Ni siquiera vieron lo que les golpeó. Un tiroteo, pero sólo cayó el
estadounidense, se estrelló contra el suelo gracias a una fuerza que nunca
hubieran imaginado. Saloman se puso de pie, tan elegante como siempre, y
diez veces más letal que una pantera.
—Oh, Dios —susurró Mihaela, y Elizabeth se apoderó de su mano dura, ya que se
adelantó. Pero no hubo tiempo para ver a los hombres caídos. Por delante era
lo que parecía un callejón sin salida, salvo que la piedra de repente brilló en la
apertura de una puerta de hierro.
Había sido enmascarada. Esto, entonces, era la habitación de piedra donde
Josh fue encarcelado.
Alguien -Travis- asomó la cabeza por la puerta. Los rayos de varias linternas le
golpearon en los ojos, a medida que Saloman saltaba una vez más.
Pero Travis fue rápido. Cerró la puerta con un grito, y el chirrido de los cerrojos y
cerraduras se estrellaron en su lugar haciendo eco por todo el túnel.
Konrad maldijo. —Ahora, ¿cómo diablos entramos? —bramó.
—Podría intentar golpeándola —sugirió Saloman—. O podríamos ir de la manera
que siempre lo hago.

***

256 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

El tiroteo en el túnel claramente sorprendió a Dante con su complacencia. Estuvo


a punto de dejar caer la espada.
Así estaban las cosas, el punto haciendo eco, el sonido de chirrido como si
corriera muy rápido por el suelo. Delicadamente, Travis pasó justo por el lado.
Uno de los tontos de Dante había disparado su arma por accidente, o...
Travis arrancó la puerta y miró hacia afuera. A escasos metros estaba la forma
yacente de los hombres de Dante, y cerniéndose sobre ellos, entre otros, el ser
que menos quería ver. Los ojos del Antiguo brillaban; todo su cuerpo parecía
vibrar con una potencia que Travis nunca antes había visto. Era aterrador por su
magnitud, como si no tuviera límites, como si no tuviera fin. Las luces destellaban
en los ojos de Travis, casi cegándolo a medida que Saloman saltaba.
El instinto lo preservó. Arrojándose al interior de la habitación, cerró la puerta y
colocó todos los cerrojos en su lugar, maldiciendo larga y constantemente.
—¿Qué es? ¿Qué está pasando? —exigió Dante.
—Lo sabía —gruñó Travis—. El Sangriento
Saloman —se volvió a Dante—. Por no hablar del Despertador y otros seres
humanos que apestan a cazador. —Se permitió una sonrisa cruel—. Bueno, ¿a
quién le importa? Técnicamente, ¡encontré la espada antes que él!
Se abalanzó, pero Dante, con una velocidad inesperada en un ser humano, se
abrió fuera de su alcance. —¡Oh, no! —susurró Dante—. ¡Aún hay un papel que
jugar primero!
—¡Oh, maldición! —gruñó Travis. ¿El loco no había entendido lo que estaba ahí
afuera? Hubo un ruido sordo en la puerta de hierro, como si alguien se hubiera
dejado caer en ella—. ¿Ves?
—En cualquier caso, has perdido la apuesta —le dijo Dmitriu con calma—.
Saloman tenía la espada en sus manos antes y Dante se la quitó a Josh.
—Cállate —murmuró Travis a medida que continuaba el maltrato a la puerta.
¿Era tiempo de cambiar de bando? ¿Matar a Dante -para bien- arrastrando
a Saloman, robar la espada cuando estuviera de espaldas, y rezar porque le
dieran el poder para soportar los Antiguos en algún momento en el futuro, de
vuelta a salvo en la ciudad de Nueva York? La matanza de una pelea era un
buen momento para irse…
—Tráelo —ordenó Dante—. ¡Trae a Dmitriu y haz que lo haga ahora mismo!
Por otra parte, Saloman había volado a sus hombres a través del cuarto con
una fuerte exhalación. ¿Cómo diablos se hace eso? Es fácil cuando uno tiene el
poder a su disposición, el cual Travis había detectado sólo alrededor de Saloman

Traducido en Purple Rose 257


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

en el túnel. Travis no podía engañarse a sí mismo creyendo que era probable


que los Antiguos lo perdonaran.
Se había metido en todo esto con Dante y bien podría llevarla a cabo y orar
porque la espada y la sangre de Dmitriu fueran suficientes para que los dos
salieran de este lio.
Travis sacudió su cabeza hacia sus subordinados, quien, ya en sus pies, en respuesta
tanto a los olores flotaba en el de la puerta como al tiroteo, comenzaban a
desencadenar a Dmitriu con cautela.
—No tenía la intención de hacerle frente a Saloman tan pronto —dijo Dante
con ansiedad—. Es mejor hacer esto bien, Travis, o ambos estaremos –no es por
decepcionarte- jodidos.
—Lo sé —dijo Travis sombrío.
—¿Por qué no podía ese hijo de puta volverme cuando fue traído aquí por
primera vez? —exigió Dante—. Hubiera sido mucho más sencillo y me gustaría
estar más listo…
—Porque Saloman le dijo que no —dijo Travis con impaciencia. Él no le había
leído la mente de Dmitriu; lo había adivinado en su voz y sus ojos, del mismo
modo que conocía el afecto y el amor que sentía por su Dmitriu fabricante. El
afecto no era una emoción que Travis manifestara con frecuencia en estos días,
pero aun así lo reconoció cuando lo vio. De hecho, maldita sea toda la situación
al infierno, se dio cuenta que lo había perdido. Soy un vampiro de trescientos
años, no un adolescente de mierda.
—Levántenlo —espetó a medida que Dmitriu luchaba con sus captores a cada
paso del camino.
Pero aunque había logrado sacarlo de aquí aun siendo mucho más fuerte, el
resultado nunca estuvo en duda. Arrojaron a Dmitriu de rodillas frente a Dante, a
quien sin decir palabra, Travis le pasó la espada.
—Yo podría caer en esto por mí mismo —advirtió—. Recuerda, confío en ti.
—Por supuesto —dijo Travis con ironía.
Nunca había habido la más remota confianza entre cualquiera de ellos.
Simplemente el interés y la necesidad de la espada.
Y sería una cosa dulce a la propiedad, reconoció, admirando la gracia y la
belleza de ella en sus manos. Si cortaba la cabeza de Dante con ella, ¿le traería
la suficiente fuerza e invulnerabilidad para también derrotar a Saloman?
—La espada es de Saloman —dijo Dmitriu en voz baja. ¿El bastardo estaba
leyéndole la mente? Uno de los vampiros de Travis lo tenía agarrado del cabello,

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

controlándole la cabeza, mientras que los otros dos le tenían en el suelo de


rodillas.
Travis tocó la espada de forma significativa con un dedo.
—Posesión —señaló a Dmitriu y la levantó con cierta satisfacción señalando a un
punto en el pecho de Dante.
—Mantenla ahí —le recordó Dante—, mientras él bebe mi sangre y yo tomo la
suya. ¡Hazlo rápido! Antes de que Saloman destruya la puerta.
Pero resultó que eran los humanos tratando de romper la puerta, y sólo se supo
que era para crear una distracción. Para, con un desplome repentino que ahogó
el estruendo, dirigirse directamente a través de Saloman en la pared junto a Josh
en una nube asfixiante de polvo espeso y lluvia de piedras.
—¿Adam? —dijo Dante con voz ronca y de forma inexplicable. Se agarró la
cabeza con ambas manos—. Oh, mierda. Adam Simon.
—Soy Saloman —dijo el Antiguo en un tono que hizo que a Travis se le helaran
hasta los huesos—. Dame mi espada.
Travis gritó cuando arrancó la espada de su mano libre, rompiendo la resistencia
en el músculo, el hueso y el tendón. La espada voló por los aires en un arco
grande, claro, sólo para aterrizar en el puño apretado de Saloman.
Y entonces se desató el infierno. Tres personas cayeron por la puerta -¿cómo
demonios habían conseguido entrar? – y fueron corriendo hacia él con estacas.
Haciendo uso de su brazo para desviar la más cercana, Travis se hizo a un lado
y arremetió con sus pies. Su siervo, Al, corriendo hacia Saloman, patinó hasta
detenerse y giró hacia atrás como si fuera por ayuda. Fue su perdición, para el
Despertador, que había entrado detrás de Saloman, lo atravesó por la espalda
y lo convirtió en polvo.
Travis no tenía nada que perder. Se lanzó hacia adelante mientras uno de los
idiotas de Dante disparaba su arma hacia Saloman. Ni siquiera freno al Antiguo.
Desarmó a su agresor con un movimiento de la espada que también cortó el
dedo del hombre, y luego, a través de su grito, voló a un segundo humano,
dejándolo frío con una patada.
Travis lo perdió después de eso, dado que el Despertador se le acercó con
un golpe mortal. Era buena, muy ágil y lo suficientemente rápida como para
esquivar sus golpes sin dejar baja la guardia.
No es de extrañar que hubiera logrado matar a Severin. Y cuando Travis se dio
la vuelta para embaucarla a que cometiera un error, hizo todo lo posible para
seguir. Sin embargo, Travis pudo haberla dejado para luego, asesinarla y tomar
el poder de Despertador -no como un pequeño premio en esta o en cualquier

Traducido en Purple Rose 259


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

otra lucha- salvo que de repente la mujer cazadora también estaba allí, con la
estaca lista para sumergirse en la matanza.
Y ahora era Travis el que estaba atrapado con la guardia baja catastróficamente.
No había dónde ir, no había manera de evitarlo. En la velocidad del pensamiento
extraño que acompaña a estos acontecimientos monumentales, tuvo tiempo
de pensar, Mierda. Ahora, ¿quién va a cuidar de mis tontos en Estados Unidos?
Y entonces, incluso antes de que la estaca perforara la piel sobre su corazón,
esta desapareció. La cazadora se le quedó mirando, como si pensara que lo
había hecho por sí mismo. Pero fue Saloman, sin mirar siquiera a Travis mientras
señalaba la espada recta en la garganta de Dante, quien sostenía la estaca
por el extremo. La sangre derramada a través de los dedos del Antiguo desde la
herida en la palma de su mano.
—Saloman —gritó el Despertador con un angustia peculiar de tal manera que
Travis no pudo decir si su preocupación era por la cazadora o el vampiro herido.
Travis dio marcha atrás en la confusión.
No tenía sentido. Su enemigo había lanzado apenas su mano debajo de la
hoguera para salvarlo.
Saloman le lanzó una mirada al Despertador y Travis estaba seguro de que algún
tipo de comunicación breve brilló entre ellos. Por derechos, Saloman debería
haberla asesinado hacía meses para ganar la fuerza especial de su Despertador
y sin embargo, aquí estaba todavía, luchando a su lado como lo había hecho
en Nueva York. Algo raro estaba pasando allí.
En medio de una salpicadura de sangre, Saloman lanzó la estaca al suelo, para
ser recogida por Dmitriu. Sentado en el suelo, el vampiro hambriento sonrió y
apuntó un tiro en el corazón de Travis.
—¡Ya basta! —dijo Saloman estruendosamente, aunque Travis le había oído
hablar mucho antes—.¡Ya está terminado!
Travis miró a su alrededor. Todos sus vampiros se habían ido. Uno de los
guardaespaldas de Dante yacía muerto en la pared, mientras que otro estaba
inconsciente, con la pierna en un ángulo grotesco. Con su mano libre, herida,
Saloman dio a Dante un casual empujón que lo lanzó contra la pared al lado de
Josh. Una huella sangrienta resbalaba ahora por la camisa brillante del senador.
De verdad había terminado.
A medida que el Despertador y la Cazadora corrían para liberar a Josh, los
hombres avanzaban sobre Dante.
Saloman los ignoró a todos ellos.
Levantó la espada, la introdujo en la vaina de Travis que ni siquiera había notado
que llevaba puesta. Fue un gesto extrañamente satisfecho, aunque no había

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nada satisfecho con su persona a medida que se daba la vuelta y se dirigía


hacia Travis.
Ah. Es por eso que he sido salvado. Supongo que es un honor haber sido asesinado
por Saloman.
Pero Saloman pasó caminando justo a su lado, dándole la espalda para
arrodillarse junto a Dmitriu. Bajo la mirada perpleja de Travis, Saloman tomó el
vampiro hambriento en sus brazos.
—Lo has hecho bien, Dmitriu —dijo en voz baja—. Perdona el tiempo que me
tardé.
—¿Qué tiempo? —dijo Dmitriu débilmente—. ¿Qué son tres días al lado de
trescientos años?
Trescientos años – la duración del sueño muerto de Saloman antes de que fuera
despertado. El rumor dicho por Dmitriu había llevado al Despertador con él.
Travis cambió, de pura curiosidad, para que pudiera ver la sonrisa del Antiguo.
—Tengo otra deuda que pagar —dijo Saloman llevando la cabeza Dmitriu de
hasta el cuello.
Dmitriu quedó sin aliento, hizo algunas protestas inarticuladas que se
desvanecieron en el silencio cuando Saloman le acarició el cabello. Con un
sollozo, Dmitriu cayó sobre el cuello del Antiguo.
Perforar la piel de un Antiguo no era fácil, o eso era lo que Travis había oído, pero
Dmitriu pareció arreglárselas.
Con fascinación, Travis lo observó alimentarse, casi podía sentir cada trago de
la sangre de gran alcance, la reactivación, y de pronto sintió el aumento del
deseo, no sólo para saborear la dulzura, la pura fuerza de la sangre, sino para
conocer los fuertes brazos que le sostenían, el amor que los unía. La amistad.
Poco a poco, Travis levantó la mirada de la cara de felicidad Dmitriu y encontró
que Saloman lo miraba.
Los labios Saloman hicieron una mueca.
Dentro de la cabeza de Travis dijo —Cualquiera puede cometer un error.

***

Josh se aferró a Elizabeth, abrazándola con brazos temblorosos. —¿Estoy


soñando? ¿Otra vez estás en mi mente?

Traducido en Purple Rose 261


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Elizabeth le devolvió el abrazo. —No estás soñando —le aseguró suavemente—.


Y me temo que el asunto en tu cabeza era real. Tú y yo somos telepáticos, al
menos hasta cierto punto. Saloman nos ayudó a utilizar eso para encontrarte. —
Retrocedió un poco, escaneando su rostro—. ¿Estás bien? ¿Estás herido?
—Mi ego, más que todo —dijo Josh tristeza—. Al principio estaba petrificado,
luego Dmitriu me dijo que estaba seguro hasta que convirtiera a Dante, lo cual
nunca haría. Pero no me dieron comida y bebida, me dejaron en la parte de
atrás del túnel y no me pegaba. Mierda, ¿eso significa que fui bien tratado?
—Para una víctima de secuestro, probablemente —dijo Elizabeth con una
sonrisa—. ¡Para las víctimas de un vampiro, sin duda!
—¿Qué diablos está haciendo? —preguntó István, curioso. Inclinado sobre Dante,
el cazador se había distraído por Saloman y Dmitriu al otro lado de la habitación.
Elizabeth sintió que sus entrañas se apretaban en una súbita oleada de emoción,
algunas de las cuales reconoció como la lujuria. Unido a la garganta de Saloman,
Dmitriu siguió bebiendo.
—Dmitriu se mantuvo encadenado y hambriento de sangre —dijo con calma—.
Para volverlo más ansioso con respecto al intercambio de sangre con Dante.
Necesita sangre urgentemente. Saloman le está dando la suya.
—Mierda —dijo Mihaela impresionada—. No sabía que habían hecho eso.
Elizabeth no señaló la confianza y la lealtad de los rasgos – rasgos que eran
considerados como peculiaridades humanas – que venían con el acto. Los dejó
hablar por ellos mismos. —Ese Dmitriu —dijo Josh lentamente—, no es una mala
persona. Sufrió, pero nunca se rindió. Creo que ni siquiera se acercó a eso.
—¡Es un tonto! —estalló Dante a su lado—. Hubiera tenido mi gratitud eterna…
—¿Qué, en el nombre de Dios, querría con eso? —dijo Elizabeth con desprecio—.
¿Cuándo tenía la de Saloman?
Era demasiado. Mihaela la miraba y tuvo que mirar a Josh para evitar la pregunta
en los ojos de su amiga. Luego se apresuró a decir: —Estos son los cazadores de
los que te estaba contando. Mihaela, Konrad, e István.
—Creo que le debo a todos ustedes algo más que las gracias —dijo Josh, con
una sonrisa ganadora. Ya se estaba recuperando, lo que le hacía bien al corazón
de Elizabeth.
—Tonterías —dijo Mihaela con firmeza—. Lo creas o no, ese es nuestro trabajo.
Un movimiento a través de la sala llamó la atención de Elizabeth y pudo ver
que Saloman y Dmitriu se habían puesto de pie avanzaban a través del cuarto.
Los cazadores cayeron hacia atrás, adoptando instintivamente una posición de
defensa. Elizabeth se mantuvo firme mientras que Saloman sacaba la espada de
su vaina, una vez más y apuntaba a Dante a medida que caminaba.

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Se dio cuenta de otra curiosidad. Al lado y un poco detrás de Dmitriu caminaba


Travis. Debería haber huido por la puerta abierta y sin vigilancia, pero parecía
que estaba demasiado intrigado.
Saloman le había salvado la vida cuando Mihaela lo habría matado.
—Un hijo de puta inteligente. Bastardo inteligente, inteligente.
—Gracias, Saloman —dijo, al parecer satisfecho con el cumplido.
—¿Supongo que ahora está comiendo de tu mano?.
—Tengo muchas esperanzas de que lo haga muy pronto.
—¿Otro golpe de Estado sin derramamiento de sangre?
Hubo una pausa débil. Luego Saloman dijo—: Si no se cuentan los tres que
murieron hoy. No dudarían en estar en desacuerdo, pero creo que Estados
Unidos vale la pena.
—¿Y los seres humanos que murieron?
—Murieron por Dante, no por mí, y ciertamente no por los Estados Unidos. —
Saloman se detuvo, la punta de la espada en el hombro de Dante—. Por el dolor
de Dmitriu —dijo en voz alta—, un poco de recompensa. —Y empujó la espada
en la carne de Dante.
El senador lanzó un grito de sorpresa, pero sus ojos empezaron a brillar de nuevo,
y no con miedo, ni siquiera dolor.
Saloman sonrió. —Por supuesto, esto es lo que quiere, es de lo que se trata todo
este caos ridículo. Que la espada te haya atravesado mientras mueres y renaces
como un inmortal.
Increíblemente, la sonrisa de Dante estaba de vuelta. Se inclinó hacia delante
en la espada con una mueca de dolor.
Elizabeth se sintió mal. —Hazlo, Saloman —dijo con entusiasmo—. Yo seré tu
esclavo más poderoso.
—Eso es casi tan ridículo —reflexionó Saloman—, como su primera idea. ¿Qué, en
el mundo, te hace pensar que la espada le dará toda la energía? —retiró la hoja
mientras hablaba y la levantó para que Dmitriu la oliera. Dmitriu arrugó la nariz y
aunque Saloman no podría haber visto, sonrió. La sangre brotaba de los hombros
de Dante, extendiendo la mancha escarlata sobre su camisa amarilla. Mirando
a Saloman, dijo intensamente —La espada es el poder. Todo el mundo lo sabe, y
la combinación de Saloman y la espada es realmente irresistible. Lo entiendo. Lo
acepto. No tienes que culparme por intentarlo, pero ahora que te he conocido,
ahora que sé quién eres, Adam Simon, y de lo que eres capaz… puedo hacer

Traducido en Purple Rose 263


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frente a la realidad. Tú eres el príncipe, y yo, convertido por usted y la espada en


conjunto, tu súbdito más útil.
Saloman pareció considerarlo mientras los cazadores, Dmitriu y Travis todos los
miraban a uno y el otro para ver qué iba a pasar. Elizabeth se tensó cuando los
cazadores se apoderaron de sus estacas. No permitirían la creación de un nuevo
vampiro ante sus narices.
Saloman dijo: —Esa es realmente la tontería más abyecta y patéticamente
egoísta que he oído en mi vida.
Los ojos de Dante se iluminaron. Su mano se movió hacia su herida, como si de
repente le doliera.
—¿Quiere que le diga el secreto de la espada? —dijo Saloman en tono
conversacional—. ¿Debería decírselo a mi amigo Travis y los cazadores de
vampiros también? O tal vez simplemente debería mostrarte. Espada —le
ordenó— castiga a mis enemigos.
Dante se encogió, los cazadores se tensaron y Travis dio un paso atrás circunspecto.
Sin embargo, la espada quedó inmóvil en el agarre suelto de Saloman. Elizabeth,
que sabía la razón ya que se le había dicho su última noche, observaba cada
expresión de su rostro frío y arrogante, atenta a lo que él no dijo en lugar de
escuchar lo que dijo.
—Bueno, eso no funciona —remarcó Saloman. Su mirada se centró en Dante—.
Nunca lo hizo. Nada lo hizo. Encanté la espada para que fuera más fácil de
encontrar si alguna vez me separaba de ella, porque sí, la espada es muy valiosa
para mí. ¿Qué dice usted? ¿Valor sentimental? ¿Debido a que me la obsequió
mi primo Luk, a quien luego asesine?
Saloman extendió su sonrisa sardónica entre los cazadores. —El resto, me
temo, es una leyenda sin fundamento, basura extendida por gente demasiado
avergonzada del hecho de admitir que había sido derrotada sin magia. No hay
magia, excepto por lo que hice ahí – un truco de conjuro para asustar a ladrones
y asesinos. —Su mirada pasó entre Josh y Elizabeth—. Sin ofender —agregó con
suavidad.
—¿Qué estás diciendo? —dijo Dante con voz ronca—. ¿Qué la espada no tiene
poder?
—Nada en absoluto.
—¡No te creo!
Saloman se echó a reír. No era un sonido placentero. —Sí, lo haces. Sólo que no
quieres. Todo eso por nada. —Ahora su mirada los abarcaba a todos ellos. Josh,
Travis, y los cazadores—. No vale nada para ninguno de ustedes, con la posible
excepción de Josh. Y ahí, con el valor sentimental, le gano por unos cuantos

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miles de años. Han estado perdiendo el tiempo, señores. En cuya nota, Senador,
recele a cualquier creador en el que crea y prepárese para morir. Sin renacer.
Bajó la espada, sosteniéndola suspendida sobre el corazón de Dante. Justicia.
Ejecución. El mayor bien del mundo. Por todas aquellas razones, Saloman
asesinaría a Dante a sangre fría y nunca vería el crimen.
Elizabeth obligó a sus labios entumecidos a abrirse. —Saloman —dijo con voz
ronca. Ni siquiera la miró. Toda su atención estaba en Dante, cuyo horrorizado
y aterrorizado rostro finalmente tuvo el conocimiento de que había perdido. No
sólo se le escapaba la inmortalidad; la mortalidad se iría mucho más rápido de
lo que debería haber sido.
Con urgencia, Elizabeth tomó el brazo de Saloman. —No —suplicó—. Saloman,
por favor no lo mates así.
—¿Cómo te gustaría que lo mate?
—¡No quiero que lo mates en lo absoluto!
Sus ojos fríos, sin compasión, se movieron, mirándola a ella en su lugar. La espada
se quedó dónde estaba. Repitiendo el argumento que a menudo había usado
con él, dijo: —No depende de ti.
Entonces se quedó sin aliento. Se puso delante de Dante, golpeando la espada
hacia un lado. En el último momento, él se lo permitió, cambiando de modo que
no la cortara.
—Sí —dijo con gravedad—, depende de ti.
No voy a dejarte hacer esto, Saloman.
—Elizabeth, ¿qué estás haciendo? —dijo Mihaela con urgencia. Su voz era alta
por el miedo—. ¡Hazte a un lado, por el amor de Dios!”
—¡Fuera de su camino! —ordenó Konrad.
Elizabeth no podía mirarlos. Tenía que sostener la mirada de Saloman, hacerle
entender que ya se habían producido demasiados asesinatos. Se le cruzó por la
cabeza que los cazadores podrían hacer algo realmente estúpido para salvarla,
como intentar enterrarle la estaca Saloman y entonces el baño de sangre sería
impensable. También se le pasó por la cabeza que Saloman no retrasaría su
justicia, ni siquiera por ella.
Nunca te mataré, le había dicho una vez. Pero ella no lo había desafiado cuando
su sangre estaba en juego, cuando estaba encendido por la ira. Excepto cuando
había tenido la intención de matarla en St. Andrews y ella había confesado su
amor y lo besó. Eso había funcionado.
Antes de que pudiera volver a intentarlo, él se acercó.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—¡Elizabeth, ahora! —exclamó Konrad, y ella sintió que los cazadores se movieron
como uno solo hacia Saloman, con una intención que ella nunca descifró, ya que
Saloman sólo colocó una mano sobre su hombro y tiró de ella inexorablemente
contra de su cuerpo, donde la sostuvo, con la espada de nuevo en el pecho de
Dante. Desconcertados, los cazadores patinaron hasta detenerse una vez más.
—No puedes detenerme, Elizabeth —dijo Saloman—. No esta vez.
Ella se retorcía en sus brazos para poder mirarlo a la cara. —Entonces detente
tú mismo. Si no depende de mí, tampoco depende de ti. Depende de todos
nosotros. ¿No es eso lo que quieres? ¿Con el tiempo?
Poco a poco, su mirada cayó hacia ella una vez más. —¿Por qué tienes tantas
ganas de salvarlo? Lo hubieras matado tu misma hace sólo unos minutos.
—En una pelea —reconoció—, podría haberlo hecho. Esta no es una lucha. Es un
asesinato. Por favor, no lo hagas…
—Una distinción extraña —observó, pero tenía la impresión de que hablaban las
palabras sin pensarlas. Un gesto débil estropeó el ceño mientras buscaba en sus
ojos—. De verdad no quieres que lo mate.
Ella no podía hablar, ni siquiera asentir. Era como si toda su energía estuviera
siendo dispuesta sólo para que comprendiera.
Y sin embargo, en todas sus relaciones, nunca había reconocido antes con tanta
claridad su diferencia con ella y con todo el mundo que conocía, su extrañeza
enorme, impredecible. Sus argumentos no podían influir en él y su justicia era
inhumana, no había nada que pudiera hacer. Las palabras de persuasión, los
motivos emocionales, todos murieron en sus labios sin poder mencionarlos. No
podían salvar a Dante.
Saloman bajó la espada.
Aturdida, Elizabeth dejó que su aliento saliera en un apuro. Cerró los ojos con
gratitud y profundo alivio, y se desplomó contra él.
Él le dijo: —Tengo la sensación de que todos lo lamentaremos y puedo decir “te
lo dije”. Hasta entonces, puede irse antes de que cambie de opinión.
Dante, aún no entendía de que iba a ser salvado, tuvo que ser guiado por István,
quien lo empujó hacia la puerta, diciendo con urgencia: —Ve, date prisa. Nadie
te va a salvar la próxima vez.
Saloman liberó a Elizabeth y paseó por la habitación. Sólo entonces, entre las
miradas de los otros cazadores, pudo ver la expresión de Mihaela. Nada de ira
o dolor. Si no compasión.
Saloman hizo una pausa, mirando al viejo abrigo que había sido del padre de
Josh y había cubierto la espada durante todo el tiempo que había estado en

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

posesión de Josh. Se agachó y lo recogió y luego regresó a Josh. Konrad, de pie


delante de él, salió del camino de Saloman.
—Toma —dijo Saloman, arrojando el abrigo al regazo de Josh—. Es tan valioso
como la espada. Y nadie te lo va a quitar.
Luego se volvió una vez más y salió de la habitación a través del agujero que
había hecho en la pared. La garganta de Elizabeth se cerró. Quería llorar,
abrazarlo con orgullo.
Parpadeando, atrapó a Dmitriu observándola y recordó todo lo que le había
dicho la noche en que había sido raptado. Los labios de Dmitriu se curvaron
ligeramente. Hizo una reverencia a Elizabeth, Josh y los cazadores. No era del
todo irónico. Luego siguió a Saloman por entre los escombros del túnel.
Elizabeth respiró profundo y dijo: —De acuerdo, vamos a necesitar una
ambulancia. ¿Y qué pasará con los cadáveres?

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Capítulo 21
Traducido por flochi
Corregido por Aldebarán

L a organización de los cazadores se hizo cargo de los muertos; los heridos


fueron trasladados al hospital, aparentemente inseguros respecto
a lo que habían visto o hecho. Los cazadores parecían pensar que
cualquier balbuceo sobre estacas y cuerpos convirtiéndose en polvo serían
menospreciados como heridas de cabeza y traumatismos.
Josh se negó a ir al hospital. Su única lesión parecía ser las muñecas escocidas
donde había sido atado. —Preferiría ir a un hotel —dijo cansado cuando finalmente
abandonaron su prisión por última vez. Mantenía sujeta su maltratada bolsa
de viaje—. Todavía tengo esto, completa con tarjetas de crédito y pasaporte,
aunque agradecería un ascensor.
—Creo que deberías estar acompañado —dijo Elizabeth con ansiedad,
quitándole la bolsa—. Al menos por esta noche.
—Hay camas en los cuarteles —dijo Konrad—. Puedo llevarte allí y alguien te
miraría de vez en cuando.
Josh arrugó la nariz. —Perdóname, suena igual que un hospital. Me quedaré en
el hotel.
—Puedes quedarte con uno de nosotros —dijo Mihaela inesperadamente—.
Salvo que los muchachos tienen estudios repugnantes y yo solo tengo una
habitación libre.
Elizabeth le lanzó una mirada de agradecimiento. El piso de Mihaela es fantástico
y cómodo con una compañía informal que era exactamente lo que Josh
necesitaba por esta noche. —Estaría feliz en el sofá —dijo ella—. Josh debería
tener la cama.
O puede que no venga —agregó ella, cuando él pareció a punto de protestar.
Josh rió, y de esa manera estuvo decidió. Cuando Elizabeth finalmente subió la
escalera oscura desde los túneles hacia el refugio oscuro de encima, encontró
a Mihaela esperándola. Más allá de ella, en la luz gris del pre amanecer, Josh
estaba caminando un poco inestable entre Konrad e István.
—Puedes darme la mochila, si quieres —dijo Mihaela.
—Puedo manejarlo.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Sí, pero no tiene sentido, tú no estarás en el sofá.


Elizabeth frunció el ceño. —Mihaela, Josh y yo…
—Podrías volver con nosotros —interrumpió Mihaela—, pero no te quedarás,
¿verdad?
Elizabeth cerró la boca. Todo su corazón, así como su cuerpo, estaba clamando
a gritos estar con Saloman. Mihaela lo había visto todo cuando había persuadido
a Saloman de que perdonara la vida de Dante. No es que haya habido algo
entre ellos, sino la profundidad de sus sentimientos.
—Mihaela…
—Termínalo, Elizabeth —dijo Mihaela intensamente—. Si debes tener esta noche
y sobrevives, por dios Santo termínalo.
—No puedo —susurró Elizabeth, agradecida por la oscuridad que la escondía
de Mihaela, que la escondía de sus ojos calculadores—. He tratado. He tratado
tanto, pero no puedo.
—Oh Dios, Elizabeth. —Las manos de Mihaela agarraron sus hombros, sus ojos
brillando como lámparas que miraban fijamente su rostro—. Esto ha estado
pasando desde la noche que te llevó del Ángel, ¿no? Jesús, ¡no es de extrañar
que entendieras con tanta facilidad acerca de los amantes inadecuados! Pero
debes saber que eso no es una relación.
No puedes tener una relación con un ser que mata personas, que te matará al
final.
Nunca te mataré. —No lo hará. —Elizabeth jadeó—. No me matará. Y debes
saber que él no está loco, o incluso que es el asesino inmoral que pensabas que
él era. Debiste haberlo visto esta noche.
—No es exactamente lo que pensamos —reconoció Mihaela—. Te lo concederé.
—Sus dedos apretaron más fuerte—. Pero no es como nosotros. Cuales sean los
principios que tenga, no son los tuyos o los míos. Es una especie diferente, más
fuerte, más cerebral, tal vez, de los monstruos que matamos a diario, pero ellos
son como él también. Nunca olvides eso. Estás viva solo por su capricho.
—Mihaela, no es…
El agarre de Mihaela cambió, deslizándose hacia arriba al rostro de Elizabeth, el
que sostuvo fuerte entre sus manos. —Hay más cosas de las que no entiendes.
Hay una profecía; ¡hay muerte y cosas peores! Dios, incluso si él no te mata,
matará tu espíritu. Mira lo que ya te ha hecho.
Elizabeth la miró fijamente. —¿Qué? ¿Qué ha hecho?
—Esclavizarte

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—dijo Mihaela cortante—. Seguramente al igual que Dmitriu o alguno de sus


secuaces.
Elizabeth se sacudió de su agarre. —Dmitriu no está esclavizado. Él lo ama.
Los brazos de Mihaela cayeron a sus costados. —¿Al igual que tú? —susurró ella—
. ¿Lo amas? Oh, Elizabeth, por favor, por favor termina esto. Porque no debes,
realmente no debes engañarte a ti misma con respecto a esto. No te ama. No
puede.
Las palabras se retorcieron en el estómago de Elizabeth como un cuchillo,
aunque ella las negaba. Se tambaleó hacia atrás, lejos de la fuente de su dolor,
pero Mihaela siguió hablando.
—Oh, quizás sea capaz de transmitir alguna clase de afecto, de lealtad, pero eso
no es lo que estás buscando, ¿no? Has ido más allá de eso, y no lo encontrarás
en un vampiro.
—Ese es el problema, Mihaela —logró decir—. Tengo que ver.
Mihaela estaba de pie muy quieta en la oscuridad. El silencio hacía eco en
los oídos de Elizabeth. Mihaela avanzó y Elizabeth se tensó por el ataque que
Mihaela percibiría como para su propio bien. Elizabeth no se defendería, ella
correría.
La respiración contenida de Mihaela salió en un sonido que pudo haber sido
enojo o frustración. Sus hombros se desplomaron. —Mira, entonces —dijo ella
débilmente—. Mira y vete pero regresa a nosotros a salvo. Por favor.

***

Saloman estaba llegando tarde. Podía decirlo debido al color del cielo, con
la luna ya desaparecida, que el sol no tardaría en levantarse. Había arreglado
encontrarse con Elizabeth aquí en el Puente de las Cadenas Széchenyi cuando
todo acabara, y como un chico humano en una cita, siguió esperando solo en
caso de que ella apareciera.
Bajó la vista a las profundidades del Danubio. El amplio y aparentemente
interminable río era casi todo lo que quedaba de la ciudad que él recordaba.
Le gustaba la nueva Budapest; se sentía más en casa aquí. Pero a veces era
bueno estar con el pasado. Recordar los triunfos pasados, lo amores pasados, las
pérdidas pasadas. Para recordarse a sí mismo que todo pasaba.
Había muchas razones para que Elizabeth no fuera, todas ellas válidas. Pero
hubiera sido bueno estar aquí juntos, mirando el río fluir bajo ellos en lo que
quedaba de la noche.

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Siempre había sabido que esto sería difícil para ella. Cuando ella estaba rodeada
por cazadores, fue tironeada por ambos lados, y él prefirió pensar que el gato
estaba fuera de la bolsa ahora, hasta donde le concernía a los cazadores.
Dos minutos para mirar el Danubio y la amenazante luz del cielo, para imaginarla
con él… para desear tan fuerte que en el final no se sorprendiera cuando a
último minuto le realidad llegara. Sintió la presencia de ella a medida que se
aproximaba desde un costado del puente del castillo, fatigada por correr.
Sintió la calidez de sus brazos cuando ella se apoyó en la pared junto a él.
Olió su sangre, dulce, fuerte y eternamente seductora. El puente estaba vacío
salvo ellos dos: sin autos o peatones para perturbar la ilusión de que eran los
únicos dos seres en la tranquila ciudad.
Parecía no haber nada que decir, ahora que ella había llegado, por lo que
simplemente dejó absorber el momento, empaparse de la alegría de su presencia.
Después de un minuto, ella sacó el teléfono de su bolso y se lo tendió.
Miró a la pantalla un mensaje de alguien llamado Richard. Contenía solamente
dos palabras: “Dra. Silk.”
Sonrió.
—Obtuviste tu doctorado.
Ella asintió, tomando el teléfono y tirándolo en su bolsa. —Estoy contento. Te has
esforzado tanto y lo querías tanto.
—Era algo que necesitaba. Probar que soy buena en algo. Casi como una
justificación de mi existencia. —Le dio una sonrisa rápida y de disculpas—. Tengo
problemas de confianza.
—No tanto —dijo Saloman. Uno de sus muchos placeres en ella era verla crecer.
Apoyó su cabeza sobre su brazo como en agradecimiento. —Lo gracioso es,
ahora que lo tengo, no estoy tan satisfecha como pensé que lo estaría. No parece
tan… importante, a la luz de… —Ella ondeó una mano, abarcando ambos lados
de la ciudad, y queriendo decir, probablemente, el mundo entero y todo lo que
ella había descubierto en él.
—¿Y qué harás ahora? —preguntó él, dándose la vuelta para enfrentarla y
reclinándose en la pared—. ¿Ir a casa y celebrar?
Ella asintió. —Supongo que lo haré.
—Y los cazadores saben que estás conmigo esta noche.
Ella tragó saliva, y él supo que lo que fuera que hubiera pasado cuando se fue no
había sido fácil para ella. Sintió una oleada de indignación por la interferencia

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Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

de los cazadores, por tratar de estropear lo que ella había encontrado con él.
Pudo imaginar lo que le dijeron, sabía algo de eso, al menos, era la verdad.
—Mihaela lo sabe. No creo que los otros estén muy seguros de qué demonios
está pasando.
Tampoco yo.
Ella levantó su mirada del río, girando su rostro para mirarlo. Sus ojos estaban claros
y hermosos y desgarradoramente trágicos. —No quería hacer esto, Saloman.
No pude evitar el amor, pero eso no significa profundizarlo; no significa
entenderte, preocuparme por cada pensamiento, sueño tuyo y… —inhaló otra
vez inestablemente—. No quise nada de esto, sea lo que sea.
Se revolvió, como si eso cambiara el dolor. —¿Te arrepientes?
Y todo su rostro se suavizó en una sonrisa que lo derritió. —Ni siquiera puedo
hacer eso. No puedo detenerlo y no quiero hacerlo.
Escuchó el rápido y fuerte latido de su corazón, comparándolo con el ritmo más
lento y más firme de él. —Entonces no lo hagas. No hay necesidad de tomar
decisiones negras o blancas. Tienes una vida, una buena vida que hiciste por
ti misma, una casa que cuidar. Sólo construye otro hogar que sea siempre
bienvenido.
Una alegría más profunda, de anticipación y emoción, hicieron que sus ojos, su
rostro entero, brillara. —¿Dónde? —preguntó ella.
—Donde sea que esté yo.
Ella levantó sus brazos y rodeó su cuello, de puntillas, y lo besó. Su aliento en su
boca era dulce, casi como la sangre de vida cuando la aplastó contra él.
—Saloman, Saloman —susurró contra sus labios, intercalando las palabras con
besos salvajes y sensuales—. Estoy más allá del amor, fuera de control…
—Esa es la manera en que gustas —dijo con voz ronca, y saltó. En cualquier
momento, el sol podría chamuscarlo, y no estaría más caliente por el deseo
quemando dentro de él ahora. Quería tomarla mientras corría, deteniéndose
contra las chimeneas y balcones para acariciar su salvaje pequeño cuerpo
ambicioso, para besarla y follarla y escuchar sus gritos antes de saltar a la siguiente
superficie estable y hacerlo todo de nuevo. Pero no había tiempo. Tenía que salir
del sol. Y después a la cama.

***

272 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Inmortalidad.
Ella pudo ver el encanto de ello mientras se sentía caer desnuda en la cama
cubierta de seda. Pasar la eternidad así, con Saloman. El pensamiento la hizo
sonreír, recibiéndolo mientras se cernía sobre ella, su cuerpo pálido, y fuerte sobre
el de ella. Ya estaba húmeda para él, lo había estado desde que se habían
quedado abrazándose sobre el puente, y la euforia de la carrera contra el sol
no había apagado el fuego. Entró inmediatamente en ella, como si no pudiera
esperar otro momento más, y sólo entonces, cuando ella jadeó ante la familiar
mezcla de shock y placer, él se detuvo con un gruñido de satisfacción.
—Al fin —susurró—. Te he extrañado, he extrañado esto.
—Igual yo.
La característica media sonrisa se formó y decayó de sus sensuales labios antes
de besarla. Por instinto, ella se arqueó hacia arriba, abrazándolo con sus músculos
internos, pero todavía él no se movía dentro de ella.
—¿Sabías que los vampiros experimentan más intenso placer sexual que los
humanos?
—Recuerdo que lo mencionaste —dijo ella temblorosamente, aunque ahora
mismo, con él, no podía imaginar cómo era posible tal cosa.
Su mano bajó hacia un lado de su seno, después se movió hacia el centro.
Un dedo trazó el oscuro círculo alrededor de su pezón, provocando. —Esto se
debe a que nuestros sentidos físicos están mejorados. Y también, debido a que,
telepáticamente, podemos disfrutar el placer de nuestras compañeras y añadir
el propio. ¿Te gustaría sentir mi placer, Elizabeth?
Ella miró en sus profundos, ardientes ojos, empañados con una feroz lujuria
que era más excitante por ser temporalmente controlada. Tragó saliva. —¿Me
mataría? —preguntó ella, sin bromear completamente.
—No tienes fe —dijo, agachando su boca al pezón que su dedo estaba
provocando—, en las capacidades de tu cuerpo para el placer. —En tanto
besaba su pezón, lamiéndolo con su sensual y malvada lengua, continuó
trazando arcos alrededor de él con su dedo, y otra vez sus músculos internos se
contrajeron alrededor de él, urgiéndolo a empujar.
—¿Qué hago? —susurró ella con dificultad.
Levantó su cabeza. —Abre tu mente. Como si me estuvieras hablando. Te dejaré
entrar. Y si quieres, puedes permitirme sentir junto a ti.
—¿Estás listo?
—Hasta cierto punto. Lo quiero todo.

Traducido en Purple Rose 273


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Ella jadeó. —No puedo concentrarme así…


—Sí, si puedes. Concéntrate en el placer. —Se movió dentro de ella una vez, un
largo, acariciante golpe que envió deleite a través de su cuerpo entero. ¿Ves?
Ella sonrió. Veo.
La sensación se abrió como una flor. Pudo sentir la opresión de su propia húmeda
y aterciopelada calidez alrededor de él, sentir lo que le hacía a él. Oh, mi. Oh,
Dios…
Empezó a moverse dentro de ella, atacándola con todo su placer, el que
aumentó cuando bajó la cabeza y empezó a succionar su pecho. No pudo
contenerse. Ya le había dicho todo, todo lo que importaba, por lo que lo dejó ver
todo también, la esclavitud absoluta de su cuerpo así como su insufrible alegría
en él, cada chispa de felicidad, cada fantasía perversa, porque una vez que
su mente abrió la caja, no pudo cerrarla nuevamente, y no quería tampoco,
debido a que alimentaba su propio placer como el torrente de un arroyo.
Vio cuanto lo afectaban sus caricias, así como lo que quería hacerle a ella, y
eso la hizo gemir y gritar cuando se retorció frenéticamente en las garras de
una pasión tan feroz que era casi salvaje. Pero ella no pudo parar. La lujuria
de él, su éxtasis la arrasaba, arrastrando su cuerpo en su estela, y ella se aferró
a él, disfrutándolo todo, usando todas sus fuerzas para darle incluso más, para
absorber todo lo que era arrojado a ella.
No podía durar a ese ritmo, no por ella, aunque ella vio a través de él como
podría ser posible, cómo él lo haría seguir y seguir y después empezar de nuevo.
Un día, quizás. Por ahora sólo hubo este salvaje orgasmo haciéndola añicos
girando violentamente sobre el precipicio, arrastrándola con él en un montón
retorcido y agotado. Ya no supo cuál placer era de ella y cuál de él, ni siquiera
cuál cuerpo le pertenecía quien, sólo que nunca había sido algo así.
Hubo un instante cuando ella pensó que podría perder la conciencia, y estaba
furiosa que pudiera perder algo de esta asombrosa experiencia. Pero como si
él lo supiera, la dejó bajar lentamente, retirando parte de sí mismo sin romper la
conexión por completo.
Cuando ella pudo ver, sonrió, debido a lo que él hizo y porque ella no podía
hacer nada más. Imaginó que podía todavía verse a sí misma a través de su ojos,
familiar y sin embargo no tanto, una raramente hermosa y excitante extraña
con su cabello, sus ojos, gotas de sudor sobre su frente, gimiendo, satisfecha de
pasión sobre sus sensuales labios.
—¿Es así como me ves? —susurró ella.
—Algo de cómo te veo. Eres constantemente nueva, constantemente
sorprendiéndome.

274 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Necesitas la novedad. Dmitriu me lo dijo.


—¿Qué más te dijo Dmitriu?
Respingó lejos de él. La conexión estaba demasiado cerca y otra disputa
demasiado lejos de lo que cualquiera de ellos quería o necesitaban. En su lugar,
dijo: —Pensé que estarías enojado debido a que te detuve de matar a Dante.
Sus oscuras, esculpidas cejas se crisparon. —No hubieras podido detenerme si
yo así lo hubiera elegido. Por lo demás, somos diferentes. Insistes ilógicamente
en preservar humanos profundamente viciados y peligrosos. Bebo sangre para
existir.
Rodó súbitamente sobre su espalda, y ella movió sus piernas para montarlo a
horcajadas.
—Pero entonces, no somos tan diferentes —dijo él suavemente.
—¿Qué quieres decir? —ella pensó en la lucha en el club de Travis, en la del
túnel del castillo, el reacio pero sin embargo innegable disfrute de la batalla que
estaba tan vergonzosamente cerca al vampiro que amaba matar, y finalmente
se dio cuenta que ella podría vivir con eso también.
La sonrisa en los ojos de Saloman, rondando sus labios, era perversa y tan excitante
que a pesar de la felicidad sin precedentes que le acababa de dar, el deseo
surgió una vez más.
—Quiero decir que he visto algunas de tus fantasías —dijo con voz ronca—. Y
estoy hambriento.
Su aliento quedó atrapado cuando él se movió sugestivamente dentro de ella.
Después, sin advertencia, se sentó y se cambió a través de la cama para pararse
con ella todavía sostenida en sus brazos. No rompió el contacto visual con su
ojos a medida que atravesaba el cuarto con ella. Luego, ella se dio cuenta que
un sillón de cuero estaba viajando hacia ellos, y su labios se separaron por la
sorpresa.
La silla se detuvo en frente de una cómoda de caoba con un largo, ornamentado
espejo enmarcado encima de él. Saloman cambio de posición la pierna de ella
y se sentó en la silla con ella en su regazo, por lo que ambos enfrentaban el
espejo. Apartando el cabello de su camino, toco la vena en el costado de su
cuello.
En breve, la fantasía casi olvidada surgió en su mente. Se había preguntado qué
tan atractivo seria verlo mientras bebía de ella. La humedad fluía de entre medio
de sus piernas, empapándolo a medida que se movía letárgicamente dentro de
ella.

Traducido en Purple Rose 275


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Fue un pensamiento perverso —susurró ella, girándose para mirar su rostro en


vez del espejo—. Estaba sola.
—Sin excusas. Mira y disfruta. Como yo lo haré.
Inclinó su cabeza y su cabello, acarició su hombro desnudo, propagándose por
su brazo.
Sus labios tocaron su piel, su lengua lamió su vena, y ella se tensó, esperando
el dolor. Pero la tranquilizó, acariciando su garganta con su lengua sedosa,
distrayéndola con sus manos sobre sus pechos, moviéndose dentro de ella. Sólo
cuando se relajó contra él, perdida nuevamente ante el deseo cegador, perforó
su piel.
Ella gritó. Cerró sus ojos y cuando empezó a beber su sangre, miró el éxtasis
reemplazar la agonía en su rostro reflejado. Con un gemido de dicha, se movió
sobre él, saboreando el rítmico fluir de su sangre a su boca hambrienta, y observó
con avidez para atrapar cada movimiento de su labios sobre su piel.
Dios, era ultra sexy, malvado y extrañamente, casi terriblemente hermoso mirar
a este ser extraer su sangre en sí mismo mientras le hacía el amor. Era como un
círculo interminable de vida y placer, y cuando sus párpados se levantaron para
encontrar su mirada en el espejo, se vino con un largo, interminable grito de
felicidad.
Aun así, ella no pudo apartar la vista, vio sus dientes separarse de su piel
sangrante y su lengua lamer las heridas. Cuando levantó su cabeza para besarla,
la piel ya estaba sanando y pudo saborear su propia sangre en sus labios.
—¿Dónde está el mal en eso? —susurró—. Sólo hay alegría y vida.

***

Enroscada en su hombro con sus brazos alrededor de ella, las sábanas de seda
fría contra su cuerpo caliente y saciado, casi estaba dormida cuando sus ojos se
volvieron a abrir.
Dmitriu estaba equivocado.
Él no le había ofreció la inmortalidad.
El conocimiento cortó a través de la neblina de felicidad como un cuchillo. No
cambiaba nada. Él todavía yacía a su lado, su amante, su compañero. Y ella
yacía en sus brazos, al igual que tantas que pasaron por su vida antes que ella.
Como Tsigana.

276 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

No más que Tsigana.


Egoísta y traicionera Tsigana, quien podría haber sido hechizada por él, podría
haberlo amado a su propia manera, a pesar de su deslealtad, pero que si dudas
había tratado de usarlo para sus propios fines. Tsigana, indigna de la inmortalidad.
—Al igual que yo —susurró ella.
Él se movió, girando su rostro, por lo que ella se escondió en su hombro, aunque
no pudo cubrir la humedad goteando de sus ojos a su piel.
No importaba. Ella no podía convertirse en un vampiro que pudiera matarse a sí
misma o a él. Ya había reconocido ese hecho, y seguía siendo la verdad. Pero
solo ahora, cuando se dio cuenta que la oferta nunca llegaría, entendió cuanto
significaba para ella que se lo preguntara. Para ser para él algo más que Tsigana.
Por este momento, esta noche, Elizabeth, te amo, había dicho. Sólo este
momento. Sólo esta noche, y unas cuantas más.
Él dijo: —No hay nadie como tú.
Lentamente, ella apartó su rostro de su hombro, ignorando las lágrimas que él
limpiaba con sus dedos, y lo miró.
Él tenía razón. No había nadie como ella. De alguna manera, ella había llegado
exclusivamente a meterse bajo su piel. Eso se deslizó sobre ella, no como una luz
cegadora en la carretera de Damasco, sino como una revelación todo a la vez.
Lo que sea que ella fuera para él, o no fuera, él la quería como su compañera,
de todas formas muchos días y noches eran para ellos. Debido a eso, tenía
la oportunidad de hacer algo para el mundo. Lo que eso podría ser, era muy
confuso y podría incluso estar muy distante, pero eso también estaba bien. Ella
tenía tiempo.
Y valía la pena luchar por este maravilloso, misterioso, e impredecible ser. Sin
importar cuánto tiempo o cuán dificultosa pudiera ser la lucha, ella al final podría
hacerlo suyo, como ella era de él.

Traducido en Purple Rose 277


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Epílogo
Traducido por elamela
Corregido por Selene

D ante se sentó pesadamente en una silla incómoda de la habitación


de su hotel, observando al sol elevarse en un nuevo día. Desde su
ventana, todavía podía ver el castillo, la escena de su derrota final. Su
apuesta por la inmortalidad había fracasado estrepitosamente, y con ello, sabía
que se había ido su valiosa posición como Gran Maestre de la Orden Americana
de cazadores de vampiros.
En agonía por la pérdida y la furia, Dante se arrancó su camisa, tirando de ella
holgadamente por su cuello. La mancha de sangre con la forma de la mano de
Saloman le llamó la atención, el símbolo de todo lo que había ido mal en su vida.
Saloman le había aplastado y tomado la espada en la cual había puesto todas
sus falsas y estúpidas esperanzas. La absurda e insustancial espada que resultó
solo tener valor sentimental para el más poderoso vampiro de todos los tiempos.
Porque me fue dada por mi primo Luk, a quien más tarde asesine.
Dante se congeló, su mano todavía sosteniendo la camisa lejos de su cuerpo
para revelar la mancha de sangre. La sangre de Saloman.
Elizabeth Silk había despertado a Saloman, aunque sin intención, con su sangre,
la sangre de su antepasada Tsigana, quien lo había “matado” hace mucho
tiempo. Saloman también había matado una vez a un Antiguo. Y la sangre de
Saloman estaba en la camisa de Dante.
Poniéndose rápidamente de pie, Dante encontró su teléfono en la cómoda y
desplazo rápidamente hacia abajo la pantalla de la red americana de cazadores
antes de que presionara conectar. Seguramente no se habría difundido todavía
la noticia para sacarlo de su posición como Gran Maestre. . . .
—Harry, soy yo - ¿cómo estás? Necesito un poco de información de ti. ¿El Antiguo
vampiro Luk, que fue asesinado por su primo Saloman en el siglo XVII – donde
está enterrado?

278 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Adelanto de Blood Eternal


Traducido por elamela
Corregido por Selene

C uando la Tierra se movía, el vampiro Saloman sentía una exquisita oleada


de placer casi similar a la liberación sexual. La tensión en él se rompía,
rota por el súbito ataque de intoxicante y raro miedo.
El amanecer se acercaba, y él estaba demasiado cerca del centro del terremoto
para su seguridad, demasiado aislado en estas montañas Peruanas para ser
descubierto por si se quedaba enterrado bajo una inamovible caída de rocas.
Ya podía escuchar el estruendo de las inminentes avalanchas y deslizamientos
de tierra, anegando la menor destrucción de los edificios hechos por el hombre,
pero si afilaba su oído sobrenatural, podría casi distinguir los característicos ruidos
sordos del derrumbe de la madera y de la mampostería de los pueblos lejanos.
Los sonidos de los escombros le trajeron un cierto grado de satisfacción. Los
pueblos estaban ya vacíos de vida - se había encargado de eso en el último par
de semanas.
Saloman era uno de los pocos seres aptos que se quedaron en esta montaña.
Incluso los animales habían huido, sus instintos advirtiéndoles de que la Tierra estaba
enojada. A diferencia de ellos, Saloman saboreaba esta ira, el conocimiento
del único poder muy superior al suyo, un poder anterior que incluso ni su fuerza
podía hacer algo. Y por lo que se tendió sobre la dura cornisa de la montaña
en la oscuridad, deleitándose en su raro momento de desamparo, sonriendo
hacia el vacilante cielo negro mientras la tierra debajo de él se levantaba y se
resquebrajaba, partiendo rocas y árboles, tumbando los endebles edificios de la
aldea.
Sabía del riesgo, y no quería poner fin a su existencia o volver al torturado sueño
de la muerte. No quería dejar este mundo. No quería dejar a Elizabeth. Y aun así
se había acercado más de lo que debía esperar para que la tierra se sacudiera,
en parte porque quería sentir el enorme poder de esta, en parte porque, como
el chico rebelde que había sido una vez, quería desafiar al peligro.

Era un lujo que no debería haberse permitido. Reconoció eso mientras la cornisa
de roca se resquebrajaba bajo su espalda, arrojándolo por el borde. En el último
momento, se aferró a una esquina estable, dándose un mínimo control mientras
saltaba los cincuenta pies o así hacia el duro e irregular suelo de abajo – más

Traducido en Purple Rose 279


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

por el recuerdo del paisaje que por la vista, ya que las rocas desplomándose y el
polvo afectaba su visión nocturna.
En el momento en el que había encontrado un punto de apoyo plano, lo
suficientemente protegido para evitar que más piedras aterrizaran en su cabeza
y en sus hombros, el temblor había cesado. La montaña, sin embargo, no.
Continuaba escupiendo piedras hacia abajo, hacia él, y por debajo podía
oírlas acumulándose en ritmo y cantidad. Por la mañana, la montaña habría
cambiado su forma.
El miedo era bueno. Se alegró de haber venido hasta aquí para recordar lo que
era tener miedo. Enfrenta tus miedos, le había dicho su primo Luk, incluso antes
de que Saloman hubiera muerto y renaciera como un vampiro. Luk lo había
convertido, y le había enseñado bien, como si hubiera sabido que Saloman
sería el último de su raza de Antiguos. Saloman había aprendido a enfrentar la
soledad que destruye el alma, había combatido y derrotado a todos los que lo
amenazaban. Ya no quedaba nadie que pudiera invadir su mente y encontrar
lo que deseaba–lo cual había sido su primer y más intenso temor, lo único que se
había formado en su infancia y nunca lo dejaba absolutamente. Y sin embargo,
no podía pensar en su padre ahora sin dolor o daño o terror, y sabía que si hubiera
sido posible que se volvieran a reunir, no tendría miedo. No tenía razón de ser.
Saloman se tendió una vez más, mirando al cielo constantemente mientras que
la montaña se reorganizaba ruidosamente, con un ataque de polvo. Sonrió,
porque nadie más posiblemente podría haber hecho lo que él acaba de hacer.
Nadie siquiera había hecho lo que él estaba haciendo ahora.
Mírame, Elizabeth. Prevaleceré. El mundo hará mi voluntad. No puedes dudar de
eso.
Fue su propio pensamiento. No se lo envió. Ni siquiera le contaría sobre esto, le
dejaría descubrirlo por ella misma. Tal vez incluso iría hasta ella, así estaría con
ella cuando hiciera el descubrimiento. El hambre le desgarro. Sangre y sexo y
Elizabeth. Una recompensa antes de que comenzara la siguiente etapa.

Se sentó, incapaz de estar quieto por más tiempo. Su lección de humildad había,
al final, alimentado su confianza en sí mismo. Sólo él podría haber sobrevivido al
terremoto de aquí, sólo él podía unir y dirigir el mundo. Nadie podía detenerlo. Y
mientras el mundo se enteraba de su poder, ¿quién lo querría? Él encontraría su
camino por la montaña y bebería un poco de sangre humana antes de iniciar su
viaje a través del mundo hacia Escocia.
Pero mientras se levantaba, un grito de rabia y terror se estrelló contra su mente.
Saloman dejó escapar un grito involuntario, agarrando su cabeza con ambas
manos para evitar el dolor, la angustia, e instintivamente tratando de sacar la
aullante voz que debería haber sido simplemente un recuerdo y, sin embargo

280 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

se sentía tan real como las rocas deslizándose y chocando en su camino hacia
abajo de la montaña. El destello de la imposible presencia surgió y luego se
desvaneció tan rápidamente como había llegado, dejando a Saloman bajando
lentamente sus manos por su cara.
Lo cual es cuando se dio cuenta de que no tenía tiempo para analizar su cordura
o el daño. En un momento, iba a ser enterrado bajo una avalancha. Saloman se
arrojó hacia adelante y saltó hacia la oscuridad.
A seis mil millas de distancia, en un café de Escocia, Elizabeth Silk contuvo el
aliento y se estremeció incontrolablemente.
—¿Qué pasa?, —exigió su amiga Joanne, colocando dos grandes tazas de café
en la mesa de café antes de volver a su asiento junto a Elizabeth.
—Oh, nada, —dijo Elizabeth evasivamente. Hay un vampiro en mi cabeza. O,
al menos lo había hace un instante. ¿Qué haría Joanne con eso? —Alguien
caminaba sobre mi tumba.
El problema era que se sentía como Saloman, aunque su telepatía por un segundo
lo busco sin golpear nada. No es de extrañar. A pesar de que sus habilidades
habían crecido a pasos agigantados en los últimos meses, todavía funcionaba
mejor con paz para concentrarse, incluso cuando Saloman elegía recibirla. Algo
había sucedido, estaba segura, aunque si se trataba de un peligro físico o un
trastorno emocional, no tenía forma de saberlo. Una vez, ella habría negado
esta última posibilidad. Ahora lo conocía mejor, lo conocía como un ser con
sentimientos profundos, a pesar de que a menudo sobrepasaba los límites de su
capacidad de comprensión. Si algo había ocurrido, si la necesitaba. . .
Empujando su inquietud a un lado, sonrió y llevó su taza a sus labios.
—Quiero decir en general, —dijo Joanne secamente. Era una baja y llamativa
mujer con un pelo teñido de púrpura y rizado y una mente aguda.
—Pareces un poco triste.
—Sólo son las diez de la mañana y estoy levantada desde las tres.
—¿Haciendo qué? —preguntó Joanne.
—Escribiendo. Creo que he terminado el libro basado en mi tesis. Se lo enviare a
tu agente mañana.
—Será tu agente también un día después —dijo Joanne con una sonrisa confiada.
—Eso espero. ¡Finalmente estoy feliz de haber logrado el equilibrio adecuado
entre lo académico y lo popular – lo cual es muy importante con un tema como
los vampiros y las supersticiones!
—Tienes razón en eso, —dijo Joanne, levantando su taza en un brindis.

Traducido en Purple Rose 281


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

—Me quito el sombrero ante ti. Por lo tanto, eso está fuera del camino - ¿y ahora
qué? ¿Glasgow?
—Ah. Tal vez por eso es que me veo triste. No conseguí el trabajo en Glasgow.
—Había sido una oportunidad única, duradera, un puesto a tiempo completo en
la Universidad de Glasgow. Elizabeth se había aplicado, sabiendo que tendría
que ser estúpida para no hacerlo, y sin embargo su corazón no había estado en
ello. Tal vez esto se había interpuesto en su entrevista.
—Idiotas —dijo Joanne rotundamente.
Elizabeth le dio una sonrisa torcida. —Gracias por el apoyo. Ni siquiera estaba
segura de que lo quería, por lo que no tengo derecho a quejarme por no
conseguirlo.
—Estoy bastante segura de que habrá una vacante aquí en St. Andrews el
próximo año —dijo Joanne—. ¿Qué más hay en la lista todavía por ahora?
Elizabeth se encogió de hombros. —Nada verdaderamente inspirador. Una
universidad en Londres, a tiempo parcial. Y un puesto por permiso de maternidad
en la Universidad de Aberdeen.
Ella vaciló hasta que Joanne le dio un codazo y le ordenó: —Escúpelo.
Elizabeth se rio. —Bueno, hay un puesto de un año en la Universidad de Budapest.
Joanne se enderezó. —¡Budapest!
—Es más lo mío, incluye enseñar en un curso especial del valor histórico de las
supersticiones, y habrá oportunidades de investigación en otras áreas. Además,
hablo el idioma, más o menos. . . .
—Y tu hombre está allí —terminó Joanne con una apreciación innecesaria.
Elizabeth sintió el color de su piel, y bebió un apresurado trago de café para
tratar de cubrirlo. —Sólo a veces, —murmuró—. Viaja mucho. Entonces… —ya
que Joanne seguía mirándola, bajó su taza y suspiró—. No quiero que piense que
lo estoy persiguiendo.
—Podría querer que lo hicieras.
—¡Pero no lo estoy haciendo!
Joanne parpadeó —¿No lo estás haciendo? Yo lo haría dichosamente.
Elizabeth no pudo dejar de reír por el fervor de su amiga. Todavía recordaba
la noche en la que se había visto obligada a presentar a Joanne a su amante
vampiro como el momento más extraño de su creciente extraña vida. Saloman
había llegado a su apartamento sin previo aviso hace dos meses, mientras ella
y Joanne habían estado poniendo el mundo al derecho en la sala de estar con

282 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

una botella de vino. Había llegado a través de la ventana de la cocina, pero ni


él ni Elizabeth habían corregido la asunción de Joanne de que él tenía su propia
llave.
Joanne había observado su reunión con interés, claramente desgarrada por los
conflictivos deseos de dejarlos solos y de descubrir más acerca del misterioso
amante de Elizabeth. Había llegado a un acuerdo sometiendo a Saloman a un
penetrante interrogatorio de media hora, el cual había contestado o desviado
con igual diversión con que tomaba la idea y luego se fue más temprano de lo
que normalmente lo haría.
—Mierda, él es magnífico, —le había dicho a Elizabeth en la puerta principal—.
No me extraña que estés hecha un desastre.
En ese momento, Elizabeth se había burlado del término “hecha un desastre”,
porque la llegada de Saloman le había llenado de una completa felicidad que
sólo él le había traído alguna vez. Pero ahora, en su ausencia, reconocía la
percepción de su amiga estaba hecha un desastre, y lo había estado desde
la primera vez que lo había conocido. Pero si Joanne sabía la verdad, que el
guapo y encantador amante de Elizabeth no era simplemente misterioso, sino el
vampiro más poderoso que jamás había existido, no lo pondría en una posición
más baja debido a eso por su aspecto.
Joanne dijo: —¿Así que estás dudando sobre si solicitar ese trabajo? Solicítalo
ahora y preocúpate después.
Elizabeth se movió en su asiento. —En realidad ya lo he solicitado. Me han ofrecido
el puesto. Sólo tengo que decidir si lo cogeré.
Joanne se terminó su café y dejó su taza antes de levantarse.
—Arráncaselo de las manos —aconsejó, balanceando su bolso fuero del suelo
y hacia su hombro, y para inminente peligro de las tazas, las cuales sin duda
habrían sido tiradas al suelo si Elizabeth no se hubiera apoderado de ellas fuera
del camino del peligro. Detrás de Joanne, un camarero que pasaba miro a
Elizabeth, con los ojos abiertos. Debía haberse movido demasiado rápido.
—Te echaré de menos, por supuesto —agregó Joanne, ajena a todo el incidente.
—No, no lo harás. Vendrás a visitarme o nunca volveré a hablar contigo.
Lo cual era otro punto en contra de aceptar. En Budapest, en la propia ciudad
de Saloman, habría incalculables distracciones fuera del mundo académico
- dejando el amor fuera de esto, había vampiros y cazadores y un inevitable
conflicto esperando para entrar en erupción que la pondría justo en el medio.
¿Podía realmente esperar mantener a Joanne fuera de esto?
Pero vagando escaleras abajo en la estela de su amiga, Elizabeth no pudo
evitar sentir una secreta oleada de entusiasmo ante la perspectiva de mudarse

Traducido en Purple Rose 283


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

a Hungría. Fuera del Café Victoria estaba lloviendo, una fina y brumosa llovizna
que parecía ejemplificar el aburrido verano escocés.
—Bueno, de vuelta al trabajo —dijo Joanne, lo suficientemente feliz—. ¿Qué vas
a hacer el resto del día?
—Le dije a un amigo que le haría un favor, visitar a este soldado herido en Glasgow.
—¿Muy malherido? —preguntó Joanne con simpatía.
—Bastante mal, pero está bastante bien recuperado físicamente. Al parecer,
todavía está traumatizado.
—Suena como un día digno pero demasiado para ti, entonces —observó Joanne,
levantando su mano para despedirse. Estaba claramente ansiosa por volver a
sus libros. Elizabeth la vio caminando rápidamente por la calle del mercado con
un sentimiento que se acercaba a la envidia. Una vez, estar perdida en el mundo
académico había sido suficiente para Elizabeth también. Y visitar a un soldado
herido habría despertado en ella una compasión mucho más simple, sin esta
culpable y molesta esperanza porque los cazadores de vampiros británicos le
habían pedido que fuera, él tendría algo paranormal e interesante que decir.
Estaba aburrida, se dio cuenta con cierta sorpresa. Lograr su doctorado había
sido satisfactorio; escribir el libro había sido divertido, la investigación y la
docencia en alguna institución académica todavía eran una parte necesaria
de sus ambiciones, por no decir nada acerca de poner comida sobre la mesa.
Hace seis meses, al tratar desesperadamente de mantener su vida estable y
normal en medio de unas nuevas responsabilidades no solicitadas y deseadas
y de peligros que no hubiera creído que fueran posible, incluso ahora, quizás
influyeron en su anterior temblor de ansiedad, y que en realidad echaba de
menos el intimidante mundo de la oscuridad y de los vampiros, un mundo en el
cual su mente y su cuerpo podían expandirse sin obstáculos y con éxito.
Echaba de menos a Saloman.
Con el sonido del grito sobrenatural del vampiro resonando en sus oídos, el
senador Grayson Dante sabía que había ido todo muy mal. Dante pensó de
nuevo en los acontecimientos que había leído del despertar de Saloman,
tomados del testimonio de Elizabeth Silk. También se había encontrado en una
cámara subterránea vacía, excepto que había resultado que no estaba tan
vacía. Había estado sangrando por el pinchazo de una espina y supuso que
fueron las gotas de su sangre lo que había hecho en primer lugar la muerte de
Saloman visible para ella. Lo había confundido con un sarcófago de piedra.
Dante se agachó y hurgo en su bolsa para recuperar el frasco de sangre. Era una
pequeña cantidad, extraída de la mancha de sangre de Saloman que queda
en su camiseta durante su último violento encuentro. No podía permitirse el lujo
de malgastar nada. Estaba seguro de que esta habitación estaba encantada,
al igual que la cueva exterior lo había estado, para disuadir a los visitantes. Pero

284 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

el mirar simplemente no rompería este hechizo.


Dante desenroscó la tapa con mucho cuidado.
—¿Qué es eso?, —susurró Mehmet, su guía turco.
Es la sangre del Antiguo vampiro Saloman, con la que espero despertar a su
primo y enemigo, Luk, el cual Saloman mató hace más de 300 años. ¿Mehmet
correría o se reiría si dijera una cosa así en voz alta? Instintivamente, Dante sabía
que la ayuda de Mehmet había casi terminado. Pero sólo casi. El turco tenía un
propósito más que satisfacer.
Dante se arrastró alrededor de la oscura cámara. El haz de su linterna se
balanceaba erráticamente alrededor del áspero suelo de piedra y de las
paredes, apenas penetrando en la profunda oscuridad más de un par de metros
más allá de sus temblorosos dedos. Esperaba que si no podía ver el cuerpo, al
menos podría sentirlo con sus manos o pies. Aun así, cuando su pie chocó con
algo que parecía de piedra, parte de la superficie irregular del suelo, casi no le
prestó atención. Entonces hizo una pausa y puso su dedo sobre la apertura del
frasco antes de sacudirlo y sacar su dedo.
Tomando aliento con una rápida y silenciosa oración a nadie en particular, lo
cual sería suficiente, sacudió su mano delante de él. Su dedo hormigueaba
mientras las pequeñas salpicaduras de sangre se rociaban hacia abajo. Y allí
en la oscuridad, sin brusquedad ni conmoción, estaba lo que había estado
buscando durante todas estas semanas.
Una mesa de piedra sobre la cual yacía un cuerpo esculpido. Casi exactamente
igual que la que Elizabeth Silk había encontrado el año anterior.
La respiración de Mehmet sonaba como un silbido. —Dios mío, casi no lo había
visto. Pensé que no había nada... ¿Es esta? ¿Es esta la tumba de su noble?
—Casi con toda seguridad. —Dante se sentía mareado. Todo su cuerpo temblaba,
no sólo por la reacción de su primera visión de la profundamente siniestra figura
iluminada por sus linternas, sino como resultado de la enormidad de lo que
estaba haciendo. Le resultaba difícil conseguir las palabras, y sin embargo tuvo
que concentrarse, ignorar sus repentinos miedos y adherirse a su plan. Mehmet
tenía que seguir creyendo en la ficción de que esta era simplemente la tumba
perdida de un histórico noble. Y luego, por último, Dante alcanzaría su meta. La
vida eterna. El poder eterno. Maldición, si existía era un pequeño precio a pagar.
Con un cuidadoso juicio casual, pasó el frasco a Mehmet. —Aquí. Quiero
fotografiar esto.
Incluso con su linterna brillando en la pequeña gota de líquido oscuro, Mehmet no
podría tener ni idea de lo que era. Parecía feliz ya que Dante había encontrado
lo que buscaba - aunque sólo fuera para que él pudiera volver al aire fresco y
bajar la montaña.

Traducido en Purple Rose 285


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Dante sacó su cámara y señalo hacia la tumba. —Cuando digo ‘ahora’, —


dicto—, vierte el contenido del frasco sobre la escultura.
—¿Por qué? ¿Qué es esto?
—Hará que la tumba destaque más en la foto —mintió Dante fácilmente. No era
un político por nada—. Está bien... ¡ahora!
Dante contuvo el aliento mientras Mehmet sacudía las diminutas gotas de
líquido sobre la cara tallada. Este era el momento de mayor riesgo y de mayor
esperanza, en el cual descansaban todas las ambiciones de Dante. La religión,
la decencia, la naturaleza misma - ninguna de esas cosas contaban al lado del
enorme poder que Dante estaba a punto de tomar.
En este punto, en el anterior despertar, Saloman había apretado con fuerza sus
dientes en el cuello de Elizabeth. Dante había sido sacado de esta parte del
plan. La sangre usada en el despertar tenía que ser la de Saloman –el asesino de
Luk- o no funcionaría, pero Dante no sabía si alguno de los atributos místicos del
despertar sería otorgado a quien hiciera el vertido. Nunca nadie había hecho
esto antes, según su conocimiento. Si había un poder que fuera dado en el
despertar, naturalmente lo quería para sí mismo, pero por otro lado, necesitaba
que Luk fuera tan fuerte como fuera posible, lo cual quería decir bebiendo la
sangre de su despertador y matándolo para absorber su fuerza vital. Hasta el
momento, Saloman había fallado en matar a Elizabeth, y ahí recaía su debilidad.
Dante no tenía intención de que Luk cometiera el mismo error.
Era una pena para Mehmet.
Dante iluminaba constantemente con su linterna la cara muerta de Luk.
Ciertamente se parecía a la piedra. Había esperado que fuera más realista, para
dar algún indicio de su Antigua fuerza, una pista de que podía ser despertado.
A pesar de las pequeñas gotas de sangre salpicadas en la mejilla, en la nariz, en
los labios y en la barbilla de Luk no pasó nada.
Oh, mierda. No es suficiente. Después de todo esto, necesitaba más sangre. . . .
—¿La tomaste? —preguntó Mehmet.
—¿Qué? Oh, la fotografía. Sí, la tengo. Gracias. —Dio un paso hacia adelante,
es decir, para recuperar el frasco y ver si había quedado algo en él. Pero antes
de que pudiera tocarlo, un sonido como un quejido débil surgió de la escultura.
Oh, sí. Aleluya.
Bajo la fija mirada de Dante, los ojos muertos de la escultura se abrieron y los
labios se separaron. La piel se movió, cambiando lentamente en una expresión
no de triunfo, sino de conmoción. Incluso. . . miedo. Luk se sentó y Mehmet cayó
hacia atrás con un bajo gemido de terror. La torcida boca de Luk se abrió de
par en par, revelando sus largos y terroríficos incisivos mientras miraba a Mehmet.

286 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

El grito del vampiro comenzó bajo, como un ruido en su garganta y luego se


elevó rápidamente en el más horrible y desgarrador aullido que Dante había
oído alguna vez. Al igual que todo el dolor de todo el mundo entraba en un
sonido puro y terrible.
Esto no se supone que pase, Dante pensó con pánico. Algo está yendo
terriblemente mal. Debo tener el vampiro equivocado. . . .
Luego, con furia, la criatura, que puede o no haber sido Luk, se bajó de la
mesa de piedra, y Dante dio un paso atrás de Mehmet con cautela antes de
darle al turco un fuerte empujón hacia los brazos extendidos de lo que habían
despertado.

Fin

Traducido en Purple Rose 287


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Sinopsis del tercer libro


Los secretos no desaparecen después de la
seducción...

Elizabeth Silk está luchando para conciliar


su pasión por el señor vampiro Saloman y su
lealtad a los cazadores de vampiros. Cuando
una espantosa revuelta de los vampiros llama
a Saloman lejos de ella, se niega a seguirlo.
Para empeorar las cosas, el amado primo
de Saloman, Luk, ha sido encontrado y
despertado por uno de sus mayores enemigos.
Desenfrenado por la lujuria de sangre, Luk se
embarca en una masacre y se prepara para
poner en evidencia la mayor vulnerabilidad
de Saloman: Elizabeth.
Pero bajo e régimen de Saloman, los vampiros
se han vuelto menos interesados en la
clandestinidad, ya no quiere ocultar su poder.
Hay rumores dando vuelta acerca de ataques
a humanos. Después de que Saloman une sus
fuerzas con los cazadores de vampiros para
consolidar su poder, Elizabeth comienza a comprender la inevitable colisión de
los dos mundos. Ella podría ser un conducto entre los humanos y los no-muertos
--si logra mantenerse con vida el tiempo suficiente para jugar en ambos bandos.

Tercer libro de la Saga Awakened by blood

288 Traducido en Purple Rose


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Sobre la autora
  Marie Treanor vive en Escocia con su
esposo y sus tres hijos es excéntrica mucho
-demasiado- inteligente. Después de
haber aburrido con la vida de la ciudad,
se encuentra estos días en un pueblo
pintoresco a orillas del mar donde tiene la
suerte de disfrutar de sí misma para evitar
las tareas domésticas y escribir historias
sensuales de romance paranormal y la
fantasía. Puede encontrar más información
acerca de María y sus libros en su página
web.

Traducido en Purple Rose 289


Blood Sin Awakened by Blood Marie Treanor

Traducido, corregido y diseñado en


Purple Rose

¡Te Esperamos!
http://www.purplerose1.net/

290 Traducido en Purple Rose

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