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Gabriela weislle

Jueves, 30 de mayo de 2013

Consejos para escribir de grandes autores

Hoy voy a compartiros una lista de consejos de grandes escritores,


no es sólo para aquellos que escriben, sino que también son
interesantes desde el punto de vista del lector; nos ayudan a
entender mejor el proceso de creación de un texto.

John Steinbeck

El autor de Las uvas de la ira, da seis consejos fundamentales, que


recogió en una entrevista el Paris Review. 

Primero, abandona la idea de que algún día vas a terminar lo que


estás escribiendo. De esta manera no te agobias, te concentras en
lo que estás trabajando y el final llegará como una sorpresa
agradable.

Segundo, escribe con la mayor fluidez y velocidad que puedas,


escúpelo todo en el papel; no corrijas ni reescribas hasta que
termines, muchas veces la reescritura no es más que una excusa
para no avanzar cuando uno está atascado o lo asaltan las dudas y
la inseguridad; además puede influir en el ritmo natural de la
escritura. 

Tercero, olvida a tu público. Escribe para una sola persona, no


para una masa desconocida a la que no puedes complacer por
completo. 

Cuarto, si una escena o sección se te resiste, pero crees que es


necesaria, déjala aparcada y continúa por otro lado. Cuando
termines podrás regresar a ella, tal vez descubras que la razón
por la que te daba problemas era porque realmente sobraba o no
encajaba ahí. 

Quinto, cuidado con una escena que te gusta demasiado, más


que las demás (y aquí podríamos decir que cuidado también
con los personajes que gustan demasiado, más que los demás,
el peligro de la “Mary Sue” acecha siempre). Es frecuente que
destaque demasiado y que no termine de conjugar con el resto, y
que ese favoritismo le reste verosimilitud. 

Sexto, si escribes un diálogo, léelo en voz alta mientras lo


escribes. Así, la conversación parecerá más realista, se
acercará más a la palabra hablada.

Mark Twain
Solía aconsejar: “cada vez que quieras usar la palabra “muy”,
o escribes “condenadamente” tu editor lo eliminará”.

Es un consejo que podría aplicarse a cualquier modificador o


término del que solamos abusar y que sea innecesario: desde
adverbios terminados en -mente a la terminación -ísimo o a
adjetivos que no aportan nada al sustantivo.

Por ejemplo: definitivamente el distinguidísimo señor que


caminaba lentamente por su adicción al alcoholismo… La
precisión y el conocimiento de la gramática son siempre
nuestros aliados.

Ernest Hemingway

Hemingway no escribió ningún tratado ni ensayo concreto sobre


el arte de escribir, pero sí que opinó bastante al respecto en cartas,
artículos y algún que otro pasaje en sus libros. Aconsejó mucho;
pero sus apuntes más prácticos son, tal vez, los que se refieren
a la brevedad, indispensable, según él, y qué hacer en los ratos
en los que no estás sentado escribiendo: 

“Lo mejor es no parar de escribir cuando vayas bien, cuando


sabes qué va a ocurrir a continuación. Si haces eso todos los
días mientras escribes una novela, nunca te atascarás. Esta es
la cosa más valiosa que puedo decirte, así que procura recordarla”

Del mismo modo, decía que: “el escritor no debía pensar en su


texto cuando no estaba escribiendo, de esta manera tu
subconsciente trabajará en la historia todo el tiempo. Pero si
piensas en ella o te preocupas por ella, la matarás y tu cerebro se
cansará, incluso antes de que empieces a escribir”.

F. Scott Fitzgerald

El autor de El gran Gatsby tenía mucho que decir acerca del


oficio de las palabras, e insistía en la importancia de los verbos
frente a los adjetivos. Decía en una carta que escribió a su hija
en 1938 que toda la prosa de calidad se basa en los verbos, que
cargan con el peso de las frases. 

Los verbos hacen que las frases se muevan. En un artículo de


1933 que publicó en el Saturday Evening Post, insistió en la
importancia de ser objetivo con el texto de uno, de no
apegarse demasiado a este y de recortar y eliminar sin
misericordia. Para él era fundamental deshacerse de todo lo
que no funcionara, aseguraba que aquí era donde realmente se
veía si un escritor era profesional o no.
Surgen ocasiones a menudo en las que dicha decisión es aún
más difícil. Por ejemplo, en la última parte de una novela,
donde nos resulta impensable eliminar toda la obra, pero
donde debemos sacar a rastras, por los talones, gritando, a un
personaje favorito, que en el proceso se lleva media docena de
buenas escenas con él. 

Otro de sus consejos: “Deshazte de todos los signos de


exclamación. Los signos de exclamación son como reírte de tu
propio chiste”.

Anton Chéjov

Uno de los autores de relato más importantes de la historia de la


literatura, nos habló de la importancia de mostrar los detalles
de forma indirecta, evitando los clichés y las obviedades: “No
me digas que brilla la luna; enséñame un reflejo de luz en un
cristal roto”.

John Grisham

A Grishman lo conocéis por obras de suspense y acción como La


tapadera, además de por su nutrida cuenta bancaria. Este abogado
tenía muy claro que no podía sobrevivir con la escritura, por
lo menos no al principio, e insiste en la importancia de vivir y
experimentar antes de publicar, para tener toda una serie de
conocimientos y recuerdos con los que trabajar. 

Explica que al principio uno debe de tomárselo como una


afición, eso sí, una afición a la que se le dedica un tiempo todos
los días, recomienda una página al día para empezar. Aunque
tengas un trabajo a tiempo completo, debes encontrar tiempo para
escribir, conseguir que se convierta en un hábito.

Elmore Leonard 

Es un escritor y guionista estadounidense que empezó a publicar


sus novelas  en los años 50. A pesar de que esos primeros trabajos
suyos trataban sobre el salvaje oeste, pronto se especializó en
novela policíaca. Muchas de sus novelas han sido adaptadas al
cine por gente como John Sturges, Quentin Tarantino o Steven
Soderbergh.

Estos son los consejos que este autor dio al periódico The


Guardian hace algún tiempo.

* Nunca empieces un libro hablando del tiempo para dar


ambiente, aunque sí que puedes hacerlo si quieres para
mostrar la reacción de tu personaje lo puedes hacer, siempre
y cuando el ambiente y el tiempo no te distraiga.
* Evita los prólogos. En una novela, el prólogo se usa para
hablar sobre la historia de fondo de los personajes. Y esa
información la puedes deslizar también en cualquier otro
punto de la historia.

* Nunca uses otro verbo que no sea “dijo” para acotar el


diálogo. El diálogo pertenece a los personajes y las acotaciones
son el lugar en el que el autor mete su nariz para que el lector
sepa quién está hablando. El autor debería ser lo menos
intrusivo posible.

* Nunca uses un adverbio para modificar ese verbo “dijo”.


Éste es un pecado mortal. Al utilizar esos adverbios, el
escritor se expone por encima de sus personajes, distrayendo
al lector e interrumpiendo el ritmo del diálogo.

* ¡No te excedas con los signos de exclamación! Para hacerte


una idea, imagina que no se te permiten más de dos o tres
exclamaciones por cada 100.000 palabras de prosa.

* Nunca uses expresiones como “de repente”. Esta regla no


necesita mayor explicación. He comprobado que los autores que
más usan este tipo de expresiones son también los más generosos
con sus signos de exclamación.
* Utiliza los dialectos regionales lo menos posible. Una vez
empieces a transcribir fonéticamente esos dialectos, no serás
capaz de parar. Así que lo mejor será que no tomes ese camino.

* Evita las descripciones detalladas de los personajes. Lo


mismo es también aplicable a los lugares y a los objetos, a no
ser que seas Margaret Atwood y seas capaz de pintar con su
lenguaje.

* No escribas las partes que los lectores se suelen saltar.


Piensa en qué es lo que tú te sueles saltar en una novela, y no
malgastes tu tiempo, ni el de tu lector, en escribir esos trozos.

Finalizando estas recomendaciones, no puedo dejar pasar la de


Stephen King: “el escritor no debe encontrar siempre tiempo
solo para escribir, sino para leer mucho, muchísimo”.

Por supuesto, hay mil consejos más, algunos mejores y otros


peores, algunos útiles para algunos e inútiles para otros.

¿Cuáles son los que os funcionan a vosotros, los que os llaman la


atención? Me encantaría que lo compartierais con nosotros en los
comentarios o  que me escribas a mi e-mail:
gabrielaweislley@hotmail.com

Publicado por Gabriela Weislley en 08:50 0 comentarios

Etiquetas: consejos para escribir de grandes autores


miércoles, 29 de mayo de 2013

Personajes ficticios inspirados en personas de la vida real

John Gray

El principal yacimiento del que todo escritor o creador extrae


sus ideas es de la realidad circundante. Aquí os presentó
algunos ejemplos de personas que han inspirado personajes
principales tanto de la literatura, cine, dibujos animados y otros:

LITERATURA

Dorian Grey

El retrato de Dorian Grey, de Oscar Wilde es sobre un hombre


hermoso que vende su alma para mantener su belleza y su
juventud. El personaje principal de esta novela está Inspirado
en John Gray, un amante de Wilde, que era poeta.
Wilde cambió el nombre de John a Dorian haciendo referencia a
los dorios, una de las principales tribu de Grecia antigua, famosos
por sus prácticas sexuales de hombre con hombre.

Cuando se publicó la novela era evidente en quién estaba


inspirada, lo que provocó el distanciamiento entre John Gray y
Oscar Wilde.

Robison Crusoe

Esta novela de 1979 de Daniel Defoe, no hace más que transcribir


literalmente lo acaecido realmente en las islas Galápagos
al marino Alexander Selkirk, nacido en la ciudad escocesa de
Largo:

Alexander Selkirk

Enrolado en 1704 en el barco Five Ports como contramaestre,


Selkirk encabezó una protesta de la tripulación por las
condiciones de vida en el barco. El capitán de la nave, apellidado
Strading, le castigó por dicho acto de indisciplina, cual era la
costumbre marinera de la época, abandonándole en una isla
deshabitada del océano Pacífico, como unas mínimas provisiones.
Esta isla resultó ser la que por entonces era llamada Juan
Fernández, aunque posteriormente se llamó Más a Tierra y hoy,
bajo soberanía chilena, se llama precisamente Robinsoe Crusoe.

Se sospecha que Defoe escuchó el relato del propio Selkirk


cuando éste regresó a Inglaterra, lo que le llevó a plasmarlo en su
libro. 

Conde Drácula

Más conocido es, sin duda, el caso de la existencia literaria del


Conde Drácula, basado en la vida de Vlad Tepes “El
Empalador”, príncipe de Valaquia del siglo XV, que se
autotitulaba en 1436 (coged aire) : “Vlad, hijo del difunto príncipe
Mircea, voivoda de las regiones trasalpinas”.

Al parecer, Vlad gustaba de celebrar comidas antropófagas


rodeado de sus víctimas aún vivas, a las que clavaba de pies y
manos en un tablero para que la agonía se dilatara. 

Su casa en lo alto de un monte, conocido como Castillo Drakula,


“demonio” en rumano, sugirió el nombre de su novela y el del
personaje literario Bram Stoker, autor que conoció la historia a
través de un documento encontrado en el Museo Británico. 

La Cabaña del Tío Tom


Josiah Henson y su esposa

Esta novela de la escritora Harriet Beecher Stowe. Se publicó por


primera vez el 20 de marzo de 1852. La obra tiene la esclavitud
como tema central. La historia se centra en el relato del tío
Tom, un esclavo afroamericano en torno al cual se mueven
otros personajes, tanto esclavos como propietarios de ellos. La
novela dramatiza la dura realidad de la esclavitud mientras
muestra que el amor cristiano y la fe pueden superar algo tan
destructivo como la esclavización de seres humanos.

El personaje principal fue inspirado en un personaje real: Josiah


Henson, que fue entrevistado en Boston por el propio autor.

Henson fue un esclavo estadounidense de raza negra, nacido en


una finca de Maryland, que acabó trabajando para su amo, a la
vez que se alzaba en predicador metodista de la comunidad negra.

Madame Bovary

Esta novela escrita por Gustave Flaubert. Se publicó por entregas


en La Revue de Paris desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de
diciembre del mismo año; en forma de libro, en 1857.
Delphine Delamare

Gustave Flaubert nos muestra su punto de vista sobre la vida


de la sociedad de alto rango en la Francia del temprano siglo
XIX, al casar al personaje principal con alguien que nada le
ofrece más que exhibirla como si fuese un trofeo y al
encontrar en un estudiante de leyes, con quien tendrá una
cruel y triste historia, lo que siempre buscó, pero que al final,
no la llevará a nada más que a su muerte. 

La protagonista de Madame Bovary, se inspiraba en Delphine


Delamare, hija de un acomodado terrateniente francés, que se
casó con un médico de la ciudad de Ry. Soñadora y vivió una
existencia de extravagantes lujos, rodeada de amantes, para
acabar sus días suicidándose con arsénico. Flaubert, sin embargo,
siempre negó esta inspiración, hasta el punto de que llegó a
afirmar que Emma Bovary era él mismo. Tal vez Flaubert
renegaba de su obra porque fue condenada por pornográfica al
poco de ser publicada en 1856. 

La Dama de las Camelias

Marie Duplessis, grabado de


Adolphe Pierre Riffaut
Esta obra de Alejandro Dumas, hijo (1824-1895) está inspirada
en un hecho real de la vida de Alejandro relativo a un
romance con Marie Duplessis joven cortesana de París que
mantuvo distintas relaciones con grandes personajes de la
vida social. La novela pertenece al movimiento literario que se
conocería como Realismo, siendo de las primeras que formarían
parte de la transición del romanticismo. La ópera La Traviata, del
compositor italiano Giuseppe Verdi, se basó en esta novela.

Dumas se inspiró en Marie Duplessis para encarnar a


Margarita Gautier en La dama de las camelias. Duplessis era
una empleada en una fábrica de corsés y una sombrería, antes
de ejercer como prostituta en París. 

En realidad, su relación con Dumas no fue ni tan romántica ni tan


idealizada como el escritor se encargaría más tarde de relatar.

Los motivos de su carta de despedida, según algunos autores, no


habrían sido ni los celos ni la escasa fortuna que éste podía poner
a su disposición, sino el miedo atroz a resultar contagiado por la
tuberculosis.

Tras esta despedida, Dumas no volvería a verla jamás pues tomó


la decisión de marcharse de viaje con su padre a España.
Sherlock Homes

Es el protagonista principal de una serie de cuatro novelas y


cincuenta y seis relatos de ficción, que componen el “canon
holmesiano” del escritor Sir Arthur Conan Doyle, publicados en
su mayoría por The Strand Magazine.

Doctor Joseph Bell

Sherlock Holmes es el arquetipo de investigador cerebral por


excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca
posterior a su aparición.

Aunque podemos considerar a Auguste Dupin, creado por Edgar


Allan Poe, como un personaje predecesor muy similar, la
genialidad excéntrica de éste no alcanzó la enorme popularidad
que Holmes.

Y a pesar de que Sherlock Holmes no es, como creen muchos


lectores, un personaje real que vivió en Baker Street, sí que lo fue
la figura que lo inspiró: el doctor Joseph Bell, un profesor de
medicina de Doyle.

Bell impresionó a Doyle tanto por sus conocimientos en medicina


como por sus sagaces dotes para la deducción: tras un efímero
vistazo a sus pacientes, Bell era capaz de deducir multitud de
vicisitudes de sus vidas. 

Entre las hazañas detectivescas de este sagaz médico se cuenta,


por ejemplo, que descubrió el asesinato de una mujer que su
marido trataba de hacer pasar como un accidente doméstico.

En efecto, una noche de 1877, Eugène Marie Chantrelle


suministró a su esposa, que acababa de firmar una póliza de
seguro por 5.000 libras contra la muerte accidental, un letal vaso
de zumo de limón al que había agregado opio sólido. A la mañana
siguiente, simuló un escape de gas en la habitación de su esposa
para que pareciese que ésa había sido la causa de la muerte.

El doctor Bell encontró un rastro de saliva en la almohada de la


señora Chantrelle que permitió demostrar que la limonada
contenía el veneno y, por tanto, que se trataba de un asesinato,
tras lo que no fue difícil desenmascarar al marido.

James Bond (007)

James Bond es un personaje creado por el novelista inglés Ian


Fleming en 1952, año en que fue publicada su primera novela,
Casino Royale, en donde el autor se refiere a Bond como a un
agente secreto.
Forest Yeo-Thomas

Bond protagoniza sus propias aventuras, las cuales poseen un


aspecto en común: su trabajo como espía internacional y las
aventuras que se desarrollan con cada misión. Su profesión le
otorga la denominación de agente encubierto, con "licencia
para matar", afiliado al Servicio Secreto de Inteligencia
británico -conocido actualmente como MI6.

Se cree que el creador de James Bond, se inspiró en alguien que


conoció cuando pertenecía a la inteligencia británica: el agente
secreto Forest Yeo-Thomas.

Yeo-Thomas, fue uno de los agentes más importantes para Gran


Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Fue enviado en
misiones secretas a territorio ocupado y reportaba directamente a
Winston Churchill. Yeo- Thomas fue capturado y torturado
por la Gestapo antes de ser enviado a un campo de
concentración de donde se escapó.

John Dee
Pero también se asegura que parte de su fuente de inspiración fue
John Dee, quien vivió en el siglo 17, y fue un agente secreto de
la Reina Isabel I.

Era un tipo versátil: matemático, astrónomo, astrólogo, ocultista,


navegante, imperialista y consultor de la reina, que realizó varias
misiones de alto secreto para la corona. Él firmaba sus cartas
como ‘007’, para evitar ser identificado, y la monarca hacía lo
propio usando el nombre en clave de… ‘M’ ¡El jefe de Bond! 

Además Dee incluía en muchas de las cartas la famosa expresión


‘Sólo para sus ojos’, que tan bien conocen los fans del espía. Por
si fuera poco, el Bond de las novelas pertenecía a la famosa
‘Hermandad de las Rosacruces’…. ¡creada por el mismísimo John
Dee!

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

El doctor Jekyll y el señor Hyde, es una novela escrita por Robert


Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886,
que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, que
investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry
Jekyll, y el misántropo Edward Hyde.

Brodie figura de la publicidad 


en la Edinburgh Royal Mile

El libro es conocido por ser una representación vívida de un


trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos
o más identidades o personalidades con características opuestas
entre sí. En psiquiatría, esto hace referencia al Trastorno
disociativo de la identidad. Fue un éxito inmediato y uno de los
más vendidos de Stevenson. Las adaptaciones teatrales
comenzaron en Boston y Londres un año después de su
publicación y aún hoy continúa inspirando películas e
interpretaciones interesantes.

La fuente de inspiración del escritor fue William Brodie, aunque


no se tomaba ninguna poción como en la novela, para
transformarse, se podría decir que Brodie tenía dos identidades.
De día, respetable caballero inglés. De noche, ladrón y juerguista.
A sus 27 años aprendió el arte de la duplicación de llaves, y
comenzó a cometer robos extrayendo dinero de bancos y
apartamentos, y gastándolo en todo tipo de vicios y perversiones.
Pero durante el día, seguía comportándose como un miembro de
la sociedad de implacable moral. Cuando fue arrestado, el caso
inspiró a Robert Louise Stevenson para escribir una obra de teatro
llamada ‘La doble vida’ y, más adelante, ‘El extraño caso del Dr.
Jekyll y Mr. Hyde’.
PELÍCULAS:

Edward Theodore Gein, fuente de inspiración

En 1957, los EEUU se conmocionaba con el caso de Ed Gein, un


apacible vecino de Wisconsin que había asesinado a una
camarera, saqueado decenas de tumbas y realizado una serie de
trabajos manuales con sus víctimas. Tenía una máscara hecha con
retazos de piel, cuencos hechos con calaveras, sillas forradas con
piel humana, collares con labios y otras atrocidades como adornos
en su casa.

El origen de su estado mental perturbado se atribuye a su madre,


quien no permitía que el niño tuviera contacto con nadie más
salvo ella. El carácter tímido y la fijación con la figura materna
inspiraron claramente al personaje de Norman Bates, protagonista
de “Psicosis”.

La decoración de la casa de la película La masacre de Texas, así


como el asesinoLeatherface y su máscara de piel humana están
claramente inspirados en Gein.

Top Gun

Chris "Boomer" Wilson


Top Gun es una película estadounidense, del año 1986,
protagonizada por Tom Cruise y Kelly McGillis. Gran parte del
éxito de la película se debe a las espectaculares escenas en el aire
combinadas con una banda sonora emocionante, destacando el
tema «Danger Zone», de Kenny Loggins (conocido también por
«Footloose»). Posteriormente, Tony Scott repitió fórmula con la
película Días de trueno.

El piloto talentoso y rebelde que interpretaba Tom Cruise en la


película que le catapultó a la fama, ‘Top Gun‘, estaba más
que inspirado en Chris “Boomer” Wilson. Wilson fue uno de los
dos únicos pilotos condecorados como “Ases” en la guerra del
Vietnam, y conocidos por sus maniobras arriesgadas en vuelo. Él
mismo fue inventor de varias de las maniobras aéreas que se
utilizan en la película, y nunca fue precisamente tímido: gustaba
de presumir de sus hazañas. Fue el primer comandante del
programa ‘Top Gun’, que existe en la vida real. Y sí: ellos
también tienen motes tipo Iceman, Goose o Viper.

El Zorro

Se encuentra inspirada en Joaquín Murrieta. 

Joaquin Murrieta
Murrieta no era, precisamente, el mejor espadachín del mundo.
No, de hecho parecía que prefería la pistola. Pero su apodo de “El
Robin Hood de El Dorado” hizo nacer la leyenda. Durante años,
se dedicó a robar y saquear en la zona de Sierra Nevada. La
comunidad latina lo tenía como un héroe, dado que se enfrentaba
a las abusivas autoridades californianas, que imponían unas
condiciones laborales muy duras a estos trabajadores, además de
la marginación esperada. 

El gobernador local hasta creó un cuerpo especial de Rangers


dedicado a la caza y captura de Murrieta. Sucesivas
novelizaciones le convirtieron en un héroe romántico, que acabó
inspirando la creación del Zorro. De hecho, en la película de
Banderas, el personaje, en lugar del clásico ‘Diego de la Vega’, es
bautizado como ‘Alejandro Murrieta’.

De uno u otro modo, para algunos activistas políticos su


nombre ha simbolizado la resistencia latinoamericana ante la
dominación económica y cultural de los angloparlantes en las
tierras de California.

Rain Man

Rain Man es una película americana de 1988,  dirigida por Barry


Levinson y escrita por Barry Morrow y Ronald Bass. Cuenta la
historia de un huraño y egoísta yuppie, Charlie Babbitt, quien
descubre que su padre ha muerto y separado legó toda su
multimillonaria finca a su otro hijo, Raymond, un autista de cuya
existencia Charlie no estaba al tanto. Kim Peek

El genial personaje que encarnaba Dustin Hoffman en la película


‘Rain Man’ también tiene su contrapartida real, lo que no
significa que el film esté basado en la vida de Klim Peek. 

Kim era también un genio matemático, y capaz de memorizar el


contenido de libros enteros. En su caso, no era autista, sino que
tenía una serie de daños cerebrales a causa de su macrocefalia y
agenesia del corpus callosum.  En ambos casos, tenían dificultad
para relacionarse con la gente, y viajaban por el país con un
familiar: su hermano, en el film y su padre, en la vida real.

Shrek

La imagen del personaje Shrek está basada en la de Maurice


Tillet, un luchador profesional que tuvo una enfermedad llamada
acromegalia, comúnmente conocida como “gigantismo”, que se
caracteriza por la producción en exceso de la hormona del
crecimiento, afectando especialmente a las extremidades y la
cabeza (del griego akron, “extremidad”, y megas, “grande”).
Tillet nació en 1910 en Francia y creció con el sueño de ser actor,
pero, tras las burlas e intolerancia de sus compatriotas, marchó a
Estados Unidos, donde se convirtió en luchador profesional,
eventualmente ganando mucha popularidad por los mismos rasgos
que lo hicieron dejar su patria. Dentro del cuadrilátero, fue
apodado, justa o injustamente, “el ogro”.

Maurice Tillet

Quasimodo 

La galería Tate de Londres sugiere que Quasimodo, el


protagonista de El Jorobado de Notre Dame, fue creado en base a
una persona real que trabajó para el Gobierno de Francia en el
siglo XIX.

De acuerdo a los responsables de la galería, el personaje de


Quasimodo –principal en la novela de Víctor Hugo– estuvo
inspirado por el personaje real de un escultor jorobado que ejercía
de maestro de obras en la reparación de la iglesia de Notre Dame,
que había sido dañada durante la Revolución Francesa, según
consigna El País de Madrid.     

Los expertos de Tate concluyen esto teniendo en cuenta el vínculo


que tuvo Víctor Hugo en los trabajos de restauración de la iglesia
y especulando con que probablemente haya tenido contacto con el
escultor jorobado. Esta información surgió luego del hallazgo de
un texto autobiográfico de un artista británico, Henry Sibson.

Winnie the Pooh

Es un personaje ficticio, un oso, protagonista de varios libros


familiares de Alan Alexander Milne y posteriormente de los
estudios de Walt Disney. Este adorable osito fue inspirado en
Winnie(1914 a 12 de mayo 1934), que fue el nombre dado a una
hembra oso negro que vivía en el zoológico de Londres desde
1915 hasta su muerte en 1934. Ella fue comprada como un
pequeño cachorro por 20 dólares, probablemente del cazador que
había disparado a su madre, por el teniente Harry Colebourn, un
canadiense del regimiento de caballería.

El oso fue introducido de contrabando en Gran Bretaña como


mascota del regimiento. Finalmente Winnie fue llevado al parque
zoológico de Londres, donde fue muy querido por su alegría y
dulzura. El hijo del escritor Milne bautizó Winnie the Pooh a su
oso de peluche, lo cual proporciona la inspiración para los libros.

Beavis and Butt


Beavis and Butt-head es una serie cómica de dibujos animados
emitida originalmente en la cadena de televisión MTV de los
Estados Unidos de 1992 a 1997. La serie fue revivida en 2011, los
episodios de la 8va. temporada comenzaron el 27 de octubre en la
misma cadena.

Mike Judge basó el aspecto de Beavis y Butthead en dos


profesores que tenía en la UCSD.

Finalmente les dejó los personajes de los Simpsons de la vida


real, no sin antes recomendarles que cuando se encuentren con un
creativo, escritor, o artista tengan cuidado de no ser la fuente de
inspiración del antiprotagonista.

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