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Obreros de los bits Conocimiento, trabajo NARS HOES ene) (ay | || | Mariano Zukerfeld Coleccién Ciencia, tecnologia y sociedad Dirigida por Pablo Kreimer “akereld, Mariano Obreras de los bits: conochmiento, trabajo y tecnologias Aigales- 1a ed - Bernal: Universidad Nacional de Ouitmes, 2013. 368 p.: 20x15 cm. - (Cenc, teenlogia y sociedad / Pablo Kremer) SBN 978-987-588-286-6 1. Sociologia del Trabajo. 1 cD 20826 © Mariano Zukerfel 2013, © Universidad Nacional de Quilmes. 2013 Universided Nacional de Quilmes Roque Sienz Pela 352 (B1876BXD) Bernal, Provincia de Buenos Altes Repiiblica Argentina cditorialamgedu.ar editorial @unq.edu.ar ISBN: 978-987-558-286-6 ‘Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina Indice Presentacion, por Andrés Lépez Agradecimientos . Introduceién general ........++ Capitulo I, El trabajo informacional y el sector informacién. Diez aproximaciones a los procesos productivos. del capitalismo informacional Introduccion . 1. Un nuevo sector, un nuevo tipo de trabajo... 2, Flujos de materia/enengia en cl sector informacién 3, Regulaciones capitalistas: propiedad intelectual y apropiacién incluyente é 4. Dicotomizacin de la fuerza de trabajo . 5, OrganizaciOn del proceso productive: empresa red y produccién colaborativa. . 93 6. La escasez de atencién .. 1125 7. Los medios de produccion: ley de Moore, ambivalencia © irrelevancia de la propiedad az cox) €. Limitaciones dela educacién formal y nuevas vies para Ia adquisicién de técnicas sa vrpraays rane, 8, Los mecanismos de poder: ascenso del control y el nuevo rol dela disciplina. ... : 148 10, Limite y reconfigureciones del gremialismo ....-.-.2...-- 151 Capftulo TI. Misica, tecnologias digitales y trabajo. Devenires de los misicos del capitalismo informacional ...... Introduccién, 1. Algunos cambios sonados sobre la produccién de misiea 2. Algunas reflexiones silenciosas en torno a las tradueciones de distintos tipos de conocimientos, 3. Conclusiones .....,. 155, 155, --157 seed = 190 Capitulo IIL. Mecanismos de poder en los call centers: operacionalizando las nociones de disciplina y control cen el trabajo informacional.... . 193 Introduccién. .... 193 1. Los conceptos de disciplina y contol en la flosofia Posestructuralista: una sintesis operacional. +195 2. Autonomia y heteronomia desde la éptica de los trabajadores. : 3. El panoptismo en los call centers . 4, La conversacién y el lenge 5. Conclusiones . Capitulo IV. Las técnicas de los trabajadores informéticos. Elrol de los aprendizajes formales, no formales e informales en la produccién de software, Introduccién. . 1. Educacién formal, no formal e informal... 2. Distintas clases de educacion en los procesos productivas de software. Algunos antecedentes . . 3, Educacién formal... rob * 4, Educacién no formal: cursos, capacitaciones y centificaciones. 5, Educacién informal: modalidades, tiempos y actitudes 6. Conclusiones . 3 . Capitulo V. Puede el sindicalismo adaptarse al trabajo informacional? Un andlisis de la relacién entre los trabajadores informaticos y el mundo gremial Introduccion ......--. ‘| 1. Capitalismo informacional, trabajo y sindicalismo. 291 2, Elementos empiricos: encuadramientos, represent y salarios de los productores de software. ... 3 Las herramientas gremiales de los productores de software: 296 una introduccién provisoria 317 4, Conclusiones . . cee 326 Conclusiones generales. Algunas lineas de investigacién, algunas discusiones de politicas piblicas 59311231 Anexos metodaligleos.........66000eeeeeseeeeeeeeee es 1339 Bibliografia 348 Mariano Zefa ‘trabajadores informacionales en general y los productores de software en particular, Basado en el mismo trabajo de campo que el anterior y «scrito junto con Hugo Ferpozzi, no hay nnucho que explicar sobre la motivacién de la investigacién y el equipo. Baste aqui sefialar que el problema de la relacién del trabajo informacional con el sindicalismo ‘en particular (y con la constitucién de colectivos laborales en general) zo habia sido abordado en nuestros trabajos previos, aunque si sos- pechado. Los misicos tienen una modestisima tasa de sindicalizacién, n parte por la escasa estabilidad de su fuente de empleo. Aunque los sindicatos tuvieron alguna importancia en algunos periodos y Iugares «specificos, en la actualided, al menos entre nuestros entrevistados, no resultaron ser actores relevantes 0 especialmente descados. En el caso de los call centers, en cambio, los trabajadores reclamaban la presencia de los sindicatos, pero estos son, o bien prohibidos, o bien {nsuficientes. En los call centers, de hecho, se aprecian con claridad las limitaciones que tienen los sindicatos del period industrial y la lbgica que los sustenta para interpelar al trabajo informacional. Pero, por otro lado, este capitulo en particular estuvo impulsado por las propias vvivencias de uno de sus coautores, empleado en una firma del sector informético. Al jgual que en el capitulo m, el hecho de que quien in- -vestiga esté emocionalmente comprometido con el objeto de estudio es ‘una ventaja, siempre y cuando la pasion sea el motor y no el Volante de este vehiculo intelectual. 28 Capitulo 1 El trabajo informacional y el sector informacion. Diez aproximaciones a los procesos productivos del capitalismo informacional Inrropucerén Desde algiin momento de la segunda mitad del siglo XX, quizas desde rmediados de la década de 1970, el sistema capitalista mundial exhibe de manera nitida un conjunto de profundas transformaciones. Junto con ellas, van ganado visiilidad aparatos conceptuales destinados a interpretarlas. De manera timida, primero, y abrumadora, después, co- ‘mienzan a surgir nombres para la nueva etapa.” Nombres sumamente dispares en cuanto a la sistematicidad de las formulaciones que los sustentan, a las vocaciones politicas que los insuflan y, especialmente, ‘alos aspectos del nuevo periodo que enfatizan. Pero a partir de media- dos de la década de 1990 se estabiliza como hegeménica la perspectiva asocinda a una nocién: la de “sociedad del conocimiento’ ¥ lo hace al menos en cuatro campos seménticos decisivos: los de la economia, los medios de comunicacién, los organismos intemacionales y las politicas publicas. No es nuestra intencidn caracterizar tal nocién y repasar las ‘cuantiosas criticas que merece.’ Basta mencionar que algunas de ellas ane ere hal ete beak seman nace ean ee er teen eer ee Sse ramen 29 Mariano Zuker se desprenden del violento cardcterideoldgico -en el sentido mas tosco del término- que la anima: en cualquiera de sus versiones oculta la ‘specificidad capitalista de la etapa actual, naturalizando una circuns- tancia histérica y silenciando los conflicts que la constituyen. A su vez, al definir la presente etapa en relacién con la centralidad econémica asumlda por el conocimiento, permanece ciega a que todas y cada una de las formas de organizacién productiva a lo largo de la historia de la dhumanidad podrian caracterizarse de ese modlo. Que en los itimos afios se haya comenzado a prestar atencién al rol que ocupe el conocimiento en los procesos productivos no quiere decir que la eficacia empirica de ‘este se haya puesto en marcha al compés de ese interés. En la agricultura neolitica,¢l artesanado medieval o la fébrica fordista el conocimiento jugaba un rol exactamente tan importante como el que se le concede en la actualidad Para decitlo de manera simplificada, una de las limita~ clones usuales (que contimia una tendencia que viene desde Marx y los economistas neocldsicos) es la de soslayar la importancia de los infinitos conocimientos que subyacen a los procesos productivos manuales, reite- rativos o fisicos. Las manos habiles del alba, la cocinera o el misico no tienen otro timén que el enorme conjunto de saberes hechos carne con los afios de labor. De hecho, detrds de la apariencia cosificada de las herramientas, sean estas palas, ollas 0 pianos, no solo se esconde el trabajo que las produjo ~y que los marxistas saben reconocer-. también 4e esta nocidn debemos ibrar al menos en das frente. Evidentement, uno es el de los medias de comunieaeibn y la opinion pblica. Ovo, més opaco y que quizds nos exe preocupando menos de lo que debra, ee de la conformacién de indicadoresesadis- ios. Mientras ls agencias guberamentalese intemactonales efectien relevamientas ‘que naturaicen las dimensiones dels sociedad del conocimlento, quienes querames «structurarnocionesalterativashallaemos seis limites a nuestros esfuerzos. > Algo similar ocurre con los intentos de Deleue, Neri, Hardt, Lazzaretoy otros aulores de asciar Ia manipulacln de afecos ala etapa actual. Para que esa idea tuvira ‘sustenta habria que demostrar -y no solo deciamar- que en elapas anteriores del capi- ‘alismo (y aun en otros modes de produce) los afectos ocupaban un rl eualitativa- ‘mente menos importante ene furconamiento del sistema, Nos pemitimos dudar de los angumentos en favor de esa idea aunque ao de la necesidad de encaar Investigaciones fen este sentido que trasciendan Ia especulacion flsdtica 30 trabajo informacional ye sector informacion lo hacen, a través de €l, atronémicas ¢ ignoradas cantidades de cono- cimientos colectivos. Esto nos lleva a otra limitacién de nocioncs como “sociedad del conocimiento”, que es la causa de la anterior: no con- ceptualizan con claridad al conocimiento interviniente en los procesos productivos ni sistematiza los diversos tipos que presenta.* Se habla del conocimiento como un ente tinico y homogéneo, sin distinguir sus variedades y, por ende, sin ver que lo novedaso de la presente etapa es el rol que asumen algunos tipos de conocimientos muy particulares. Para intentar superar esas limitaciones nos propusimes a tres operaciones 1) distinguir las formas novedosas de conocimientos que entendemos caracterizan al periodo actual; 2) sistematizar las formas restantes, cuya relevancia para el sistema no es menor por no ser nuevas, ¥ 3} analizar la relaciOn entre una y otras. Para eso presentamos resumidamente una perspectiva que en otros trabajos hemos denominado “materialismo coggnitivo” (Zukerfeld, 20102, vo. 1) Proponemos conceptualizar al conocimiento en su calidad de {insumo productivo -en el sentido mas amplio posible de este ultimo término como un tipo de ente que tiene Ia caracteristica distintiva de que su uso no Jo consume, no lo desgasta. Por cas0, mientras cual- quier rueda en particular tiene una vida stil inexorablemente ligada ale magnitud del uso que se le dé, la idea de rueda (una forma de conocimiento) puede usarse infinitamente sin que st utilidad merme. Llamamos a este rasgo distintivo expansibilidad (Foray, 2004) 0 pe- rennidad del conocimiento.> El desgaste, ast, opera sobre los soportes Noto hace mas ald de fa necesria pero insuficente y manida division entre informacion y conocimiento. Por otra parte, hay que reconocer los taba de las cco- nomistas evolucirlstas y neoshumpeterianos (Nelson, Winter, Cowan, Foray, David Landval Johnson, et) alededor dela ditncin entre conocimientos ties yexplicitas ‘que, mis préximos 2 a idea de sociedad del conocimiento, han aportado elementos que debemos recaperareiicaente desde la perspectiva del capitalism informaciona. Para tana diseasién de estos términos, vase Zukered (20072 "Una antigua referencia para esta ide, aunque later, puede encontrarse en una ‘area de Thoms Jefferson de 1613 En un bello pasaje dice: “Su cardcter peculiar reside fen que nadie pasee menos porque otro la posea en su totalled. Quien reetbe una idea ‘demi, recibe instracelon sin disminui I mis, como quien reibe mi lumbre se ilamina 31 Mariano Zukerfeld del conocimiento ~sobre el objeto que Hamamos rueda, sobre el libro cen el que el disefio de la rueda ha sido codificado, sobre la mente de Jos individuos que atesoran tal idea, etc.~ y no sobre el conocimiento mismo, Esta idea de soporte, implicita en la nocién de perennidad del conocimiento, nos lleva a realizar tres consideraciones. En primer lugar, slta a la vista que el conocimiento solo puede existir apoyado en algiin tipo de soporte. No existe la idea de rueda sin asiento en la conciencia subjetiva del artefacto giratorio o la representacién codificada. De modo que el soporte, en tanto forma corrompible de ‘un contenido perenne, es un mal necesario, En segundo lugar, resulta evidente que el soporte de cualquier conocimiento determina varias de tas propiedades que tal conocimiento asume. En este sentido, y siguiendo con el mismo ejemplo, que la idea de rueda exista subjetiva-- mente como representacién mental individual, como objetivacién en un artefacto determinado o como codificacién en un texto, confiere a ese conocimiento posibilidades muy disimiles de, por caso, difundirse, ser considerado eficaz o caer en el olvido. Finalmente, y como conse- ccuencia de lo anterior, parece conducente utilizar a los soportes® como linea divisoria para conformar una tipologfa de los conocimientos En cierta medida, puede verse a los distintos tipos como diferentes, niveles de agregacién del conocimiento, que interactian entre side ‘manera no necesariamente jerérquica 0 evolutiva, Hipotetizamos que cexisten cuatro de esos niveles, que exponemos ~quizs demasiado- simplificadamente a continuacion.? sin dejarme en la oscuridad” (Koch y Peden, 1972, , 629). Ota referencia, mucho mis antigua e indirect, est en Ja ontologia dulista de Plat, ‘Esta propuesta de Upologzarelconocinento sobre la base de ss soportes etd {nfluenciaa indirctamente por las ideas de Chartrand (2007) * Cada uno de ellos esti basado en una discipina © conjunto de isciplnas: a primera toma elementos de la biologia molecular, Ia segunda se apoya en la psiclogia ‘cognitivay las neuociencias, la terera hace lo propio con la sociology otas formas de teoria soca, y Ia cuartaesthamparada en desarollos econdmios, En pos e la bre- ‘veda quis hemos debiltado Io argumentacin eliminando cas todas las referencias ‘que explican el orgen de ls concepts uilizedos. 32 1 trabaj informacion ye sector informacién Conocimiento de soporte biotégico (CSB). El nivel més elemental cen el que existe el conocimiento es el de los flujos de datos codificados {que circulan como informacién genética, nerviosa 0 endocrinolégica ‘en todos los seres vivos. Distinguimos, siguiendo a la biologia, entre los flujos naturales u organicos (como la informacién genética que porta una semilla proveniente de un fruto natural) y los sociales 0 ‘posorgénicos (como la informacién genética de una semilla surgida de la manipulacién biotecnolégica). Conocimiento de soporte subjetivo (CSS). Es aquel en el que el soporte es Ia individualidad humana, consciente e inconsciente. Cabe distinguir entre conocimientos subjetivos procedimentales (aquellos {que se desenvuelven en un hacer corporal o intelectual) y declarati- ‘vos (aquellos que pueden expresarse verbalmente).® Asi, la habilidad mental de un carpintero para concebir tnta mesa o su destreza manual para realizarla son ejemplos del primer tipo, mientras que el recuerdo de las medidas de una mesa dada o de las virtudes y defectos de cierto ‘tipo de madera lo son del segundo. Una categoria resultante de diver- sas dimensiones de los CSS es la de téenica, que definimos como una forma de conocimiento subjetivo procedimental adquirido de manera {instrumental y ejercido de manera implicit Conocimiento de soporte intersubjetivo (CS). Refiere a los cono- cimientos que se apoyan solo en las relaciones sociales humanas; que descansan tinicamente en la trama de significaciones esencialmente colectivas. Incluye el conocimiento linghistico (respecto de la fundacién y uso de cédigos lingisticos), el conocimiento axioldgico (las normas 0 valores que pautan toda organizacién social] y, especialmente, el reco- rnocimiento (el conocimiento-de-otros que conforma las redes sociales)® La nocién de “madera” de la que se sirve el carpintero es un tipo de Si lingistico, los valores respecto de los dias que debe consagrar a su * Eso se besten el concepo de memoria implica y explicta das neurociencas. Vease Schacter (1987) " FL cst reconocimiento es equlvalente al enpialsoia! de Bourdieu (1905). Para tana dlscusign respecto de por qué utlizar el primer temino y no el segundo, vase akefed (20070. 2 Mariano Zukerfeld actividad y cuales al descanso, la oracién o el consumo son ejemplos de cst axiolégicos. Finalmente, las redes de sujetos que re-conocen a nuestro carpintero como tal y que son reconocidos por él configuran tun ejemplo de cst reconocimiento, Conacimiento de soporte objetivo (CSO). Bs el conocimiento social ‘que se halla solidificado por fuera de la subjetividad individual y coagu- lado més allé de la intersubjetividad colectiva, Apelando a la paciencia del lector, en €l nos detendremos. Se divide en dos tipos. En primer lugar, €1 C30 objetivado, que se manifiesta cuando el conocimiento que esta en juego se cristaliza en la forma del objeto soporte. Esa cristalizacién puede a su vez ser no-instrumental (como el objeto lidico construido por un nifto 0 la escultura modelada por un artist) o instrumental (como tun papel, una herranienta 0 una computadora). En este tltimo caso estamos frente a una tecnologia, definida como conocimiento instru- ‘mental materializado en un objeto determinado, De la enorme variedad de tecnologias producidas por la humanidad, nos interesa destacar a las tecnologias digitales, que son aquellas que procesan, transmiten, alma~ cenan o generan informacién digital. Para entender est iltimo término, pasemos al segundo tipo de conocimiento objetivo, el codificado. En este, el conocimiento involucrado se refugia en el contenido simbélico del objeto soporte y 1a mayor parte de él puede pensarse como informa- cién: textos, imagenes, audio. En particular, distinguimos la informacién digital (D) como un conocimiento instrumental codificado binariamente riediante sefialescléctricas de encendido-apagado. Llegados a este punto ddebemos sefalar que asi como el conocimiento tenia como caracteristica ‘definitoria su perennidad, el rasgo distintivo de la ID es que puede clo- narse (es decir, reproducirse de manera idéntica) con un costo cercano a 0 (Varian, 1995, Cafassi, 1998, Boutang, 1999, Rullani, 2000). Es decir, la particularidad de la coeificactén digital como soporte es que permite que el conocimiento que ha sido traducido a él se multiplique con costos ‘marginales casi nus. Llamamos a esta caracteristca, cuya importancia reemos dificil sobreestimar, replicabilidad de la 1D Hrasta aqui, entonces, un vuelo rasante y atemporal por muestra tipologia del conocimiento. Los distintos estadios en el desarrollo de las 34 trabajo informacional ye sector informacién capacidades productivas se corresponden con la primacia de determina- dos tipos de conocimiento y con determinadas configuraciones de cada tuno de ellos. De manera mas general, cuando tomamos esta tipologia como una totalidad y la aplicamos a una realidad concreta tenemos una “configuracién material cognitiva” (CMC). Esa es el conjunto de flujos de las diversas clases de conocimientos (en base a sus soportes) para una ‘totalidad dialéctice dada, Tal totaidad puede ser una etapa histérica -pero también una pequefia institucion, Marx y Lévi-Strauss, por caso, podrian discutirrespecto de si el parto de la raza humana, clen mil afos atrés, se asocia a la conquista del conocimiento objetivo (tecnologia) o del conocimiento intersubjetivo (axiol6gico). Mucho mas adelante, hace tan solo seis mil afios, una nueva cumbre fue alcanzada con la escrtura: la objetivacién codificada del lenguaje verbal, nacimiento dea informacién. Pero la historia de la relacién entre Ios seres hunanos y el conocimiento no es solo la de la conguista de nuevos soportes, sino, ante todo, la de las batallas por la traduccién entre los soportes existentes, En efecto, las traducciones -pasajes de un conocimiento desde un soporte hacia oto- son operaciones que hacen tambalear las relaciones de poder preexistentes (tanto en el sentido de potestas como en el de potentia: véase Holloway, 2002], conflagraciones silenciosas tras las que las nuevas geografias del saber decretan victorias y derrotas. En este sentido, un ejemplo mentado sobre el que volveremos més adelante-es el del taylorismo-fordismo. Los conocimientos subjetivos de los obreros mas hébiles(técnicas) fueron, en ‘varias situaciones, codificados en manuales de procedimientos (informa cidn).En otras, objetivados en los movimientos de la maquinaria (teenolo- gia). En Jos dos casos, los trabajadores perdieron el control de sus saberes. En ambos, la traduccion fue un medio decisivo que determinados actores socials, los capitalistas,utilizaron para apropiarse de ciertos recursos, En fin, con estas herramientas, y en un texto mas prolongado, la caracterizacién de la presente etapa, el capitalismo informacional, debe- sa hacerse presentando su configuracién material cognitiva (Zukerfeld, 2010, vols. 1 II). Todos los flujos de conocimientos, sus tradueciones yy sus relaciones con los soportes materiales que habitan deben incluirse ala hora de delinear cl cuadro de las sociedades contempordneas. Sin 5 Marisno Zskeefld ‘embargo, esa tarea es impracticable en este texto y, peor atin, nos des- viaria exeesivamente del objetivo de estas paginas. Por eso presentamos ‘una simplificacién practica. Como ¢s sabido, en los tltimos afios se viene produciendo una serie de transformaciones alrededor del surgimiento y la difusién de la informacién digital. Una de ellas consiste en que distintos procesos productivos comienzan a tenerla como un insumo decisivo, Esos proce- 50s tendrin como resultado lo que llamamos “bienes informacionales* (B). Esto es, bienes obtenidos en procesos cuya funcién de produccion esté signada por un importante peso relativo de los gastos (en capital ‘0 trabajo) en la generacién de o el acceso a la 1D. En todos los casos se trata de bienes en cuya produccién los costos de las materias y de la cnergia son despreciables frente a los de los conocimientos involucra~ dos. Entendemos que hay ttes tipos de Bl. Los BLt, que son los bienes informacionales en sentido més ¢s- tricto, tienen la caracteristica de que estan hechos puramente de infor- ‘macién digital. Se trata de software, musica, imagenes, textos, etcétera. Los BI2 presentan como rasgo distintivo que procesan, transmi- ten o almacenan ID. Se recortan como B12: los chips (y las computa~ doras, que dependen de ellos), las fuentes de almacenamiento ~como por ejemplo CD y las de transmisién -como los semiconductores de silicio de. Los B13, que solo tienen el rasgo general de que la ID es su insumo decisivo, carecen de las caracteristicas de los Bily BI2. Bs el caso de todos los productos que resultan de la aplicacién de biotecnologias: industria farmacéutica, aplicaciones vegetales o animales de la gené- tica, eteétera, Es importante notar que si bien la informacién digital es el tipo de conocimiento-input que caracteriza alos tres tipos de B, cada uno de ellos porta un tipo de conocimiento-oufput propio. Asi, en los II es también la 1D. En los BI2se trata de les tecnologias digitales (conocimiento objetivo) yen Jos BD de la informacién posorgénica (conocimiento biol6gico). Entre otros factores, la expansibilidad del conocimiento, la repli- cabilidad de la informacion digital, la tendencia descripta por la ley de 36 ‘lwabaj informactonal y l sector informacion ‘Moore y los rasgos de internet llevan a que los BI ocupen un lugar cada ‘vez mas importante en la produccién, la distribuci6n, el intercambio y el consumo de las sociedades de la actualidad. Uno de los rasgos distintivos del capitalismo informacional -no el nico ni el determinante- es el de la contradiccién entre relaciones sociales de produccién orientadas a realizar a los tres tipos de bienes informacionales como mercancias, y cl grado de desarrollo de las fuerzas productivas asociado a la ontologia replicable de la informacién digital, que amenaza cl estatus mercantil de €50s bienes, Por eso, las batallas juridicas y politicas alrededor de los nuevos cercamientos -materializados en la extensién de las diversas formas de propiedad intelectual sobre los tres tipos de conocimientos ‘que constituyen los BI-, el crecimiento exponencial de esferas publicas ro estatales y su captura por parte del capital son algunas de las ca- racteristicas bien conocidas de esta etapa, como veremos més adelante. Con tado, el rasgo del capltalismo informacional que nos interesa en este libro es otro: el relativo a la emergencia de un nuevo sector de Ja economfa y un nuevo tipo de trabajo. 1. UN NUEVO SECTOR, UN NUEVO TIPO DE TRABAJO La primera y principal hipétesis de este libro es la siguiente: las cate gorias de trabajo informacional y sector informacién pueden ser tities para descubrir algunos rasgos de las actividades productivas tipicas de Ta presente etapa del capitalismo, que permanecen velados si no se recurre a ellas " Si bien ls soportes magnéicos (com disketes 0 discos rigs dpc coma ts co) ya permiian un certo grado de cculaign de a De con I aparicién de intemet ‘yf ampliain permanente del ancho de banda que lacatidad de cireuante aumenta ‘exponencialmente. Este crecimiento vertiginaso no se debe solo ata replicabilidad de la 1D ‘sumada a un medio de intercambio, sno también a dos esos patclares de intemet: pot tan lad, st rericularidad, dado que Ia forma red en sf misma potenla la canta de 1D ‘spon. Por otros o-centrismo,dedo quelaausecia de un centro dfeuka I iitacén e210 creulane 37 [Mariano Zukerfela A la hora de conceptualizar los procesos productivos, las estadis- ticas académicas suelen utilizar dos formas inescindibles. De un lado, el abordaje sectorial y, de otro, el de las ocupaciones. Un marco general respecto de la relacién entre los bienes informacionales y los procesos productivos capitalistas debe abordar ambos. Para pensar acerca del sector informacién, el primer antecedente en el recorte de un conjunto de actividades productivas similares a las que aqui nos interesan es el de Machlup (1962, caps. 3-9} que estima en los Estados Unidos el peso de los sectores productores de conocimien- to, Daniel Bell (1976) integra ese abordaje sectorial a su explicacién del advenimiento de la sociedad postindustrial. Porat (1977) mide el sector informacién y desarrolla una metodologia algo més precisa que Ja de Machlup. Un temprano documento de la Organizacién para la Cooperacién y el Desarrollo Econémico {OCDE} (1981) consagra esa me- todologia e insta a los paises miembros 2 mensurar el porcentaje de la fuerza de trabajo que corresponde a este sector. Con marcos parecidos, se producen estudios acerca de distintos paises (Masuda, 1981; Kimbel, 1987; Dordick y Wang, 1983; Gibbs, 1994; Lal, 2005]. Notablemente, en 2002 el Sistema de Clasificacién Industrial de Estados Unidos (NAIcs, por sus siglas en inglés) comienza a presentar una categoria industrial vinculada a la informacién, y la revisién de 2007 avanza més en esa direccibn, En términos internacionales, el ISIC rev 4 permite reordena- rientos compatibles con los del NAICS, pero la OCDE (2008) se mantiene distante de la Logica de las estadisticas norteamericanas. ‘Sin embargo, estas mediciones arrastran un conjunto de difieul- tades devenidas de considerar al subsector informacién ~0 como se lo designe- como un grupo perteneciente al sector servicios," y peor, de " La heterogeneidad del sector servicios y 1s lmitaciones de incltr en 6! a Jo que aqui llamamos “bienes informacionales" fan sido sebaladas con agudeza por Manuel Castel: “Ademis la nocign de “servicios” sucleconsiderarse en el mejor de Jos casos, ambigua, y en el peor, engafosa. En les estadistcas sobre empleo se ha utlizado como una noci6n residual que abarca todo lo que no es agvculura, mineria, construceién, servicios publics 0 fabecacion. De este modo Ia categoria de servicios Incluye actividades de toda clase, orginadas en la historia de varias estructura sociales 38 trabajo informacion y el sector informacion mezelar en él la produccién de bienes y la de servicios, Como sefalan varios autores (Hil, 1999; Castells, 1997), los que aqui llamamos “bie- nes informacionales” no tienen ninguna caracteristica de los servicios y tienen todas las de los bienes ~no se consumen en el momento de §u produccién, pueden circular independientemente de ese momento, y pueden asignarse derechos de propiedad sobre ellos. Sin embargo, se trata de bienes con propiedades econdmicas, regulaciones legales y procesos productivos que los distinguen de los bienes agropecuarios © industriales, En consecuencia, parece légico plantear un esquema de cuatto sectores (Kenessey, 1987), definiendo provisoriamente al sector jnformacién como aquel compuesto por el conjunto de unidades pro- ductivas cuyo output son bienes informacionales primarios. De este modo, para comprender Ia presente etapa, se vuelve ne cesario trascender la divisién sectorial tripartita, Entre otros, asi lo sefialaba Manuel Castells: ‘A medida que las economias se hacen més complejas, debemos diver- sificar los conceptos mediante los que clasificamos las actividades eco- ‘némices y, en Ultima instancia, abandonar el vigjo paradigma de Colin Clark basado en la distincién entre sectores primariojsecundario/tercia- rio, Tal distineién se ha conuertido en un obsticulo epistemoldgico para a comprensin de nuestras sociedades (Castells, 1997, 234). En cuanto @ la relacién entre trabajo y tecnologias digitales, hay al ‘menos tres familias de conceptos que cabe mencionar. En primer lugar, 4 sistemas de produce. Fl snico rasgo comin de estas actividades de servicios es lo ‘que no son. Los intentos de defininas mediante algunas earateristcasintrinsecas, come ‘i Inangibilidad opuesta a la matrilidad de los Benes han quedade definitivamente Gesprovisios de significado por la evelucién dela economia informacional El software informatico, la produccion de videos, el diseno de microelectrénica, la agriculture besada en blateenologia y demas, y muchos otros process caracersticos de las economias avanzadas funden de manera inexteable su contenido de informacién con el soporte ‘nateral del prodicto, haciendo imposible distinguir la fonteras entre "bienes'y ‘set- vicios™ (Castell, 1997, p. 234) 39 Mariano Zukerfela «en los estudios que hemos citado de los economistas mainstream y la OCDE, pero también del management, aunque usan varios términos, predomina el de “trabajadores del conocimiento” (Machlup, 1962; Drucker, 1969; Porat, 1977; OCDE, 1981, 1986, 1996, 2009; Cutcher- Gershenfeld, 2000; Nonaka y Takeuchi, 1999; Fruin, 2000; Dordick y Wang, 1993; Davenport y Prusak, 2001; Kim, 1996; Boon, Britz y Harmse, 1994), Pese a que no se las define analiticamente, estas ocu- paciones compartirian la caracteristica de ser altamente calificadas y de basarse en la manipulacién de simbolos (Reich, 1993). La defi- nicién nominal suele surgit de tomar cuatro categorias del SCO (1. Profesionales y técnicos, 2. Administrativos, ejecutivos y manager, 3. Oficinistas, y 4. Vendedores), Naturalmente, estos enfoques son soli darios de nociones como “sociedad del conocimiento” y otras que la vecindan, En segundo lugar, tenemos el concepto de “trabajo inmate- Hal” (Lazzaratto y Negri, 2001; Negri, 1999; Vimo, 2003; Lazzaratto, 1996, 2006). En general, se refiere a las actividades que algunos autores identifican como caracteristicas del llamado “posfordismo” Resumidamente, la categoria incluye formas de trabajo asociadas a las tecnologias digitales, pero también al “trabajo afectivo” (Hardt y Negri, 2004), consistente en servicios personales, especticulos, etc. En tercer lugar, hay que mencionar a la categoria de “teletrabajo” (Di Martino, 2004; Belzunegui, 2002; Ortiz Chaparro, 1996; Civit y March, 2000} proveniente de la sociologia del trabajo y adoptada por Ja Organizacién internacional del Trabajo (Ott). Se refiere a los traba~ Jadores que usan intensivamente las llamadas TIC (Tecnologias de 12 Informacion y 1a Comunicacién) y que lo hacen desde una locacién distante de la sede de la unidad productiva. Evidentemente, el énfasis de esta perspectiva est puesto en analizar la deslocalizacién que permiten las tecnologias digitales Los tres enfoques aportan elementos valiosos que conviene au- nat. No obstante, es necesario puntualizar algunas limitaciones. En este sentido, una objecién importante a las nociones de trabajadores del conocimiento y trabajo inmaterial surge de lo mencionado antes: mez- lan procesos productivos de BI con servicios (altamente calificados 40 trabajo Informactonaly el sector informactén en un caso, afectivos, en el otro). En términos de Hill (1999), estas dos corrientes teéricas confunden inmaterialidad con intangibilidad. Esa operacién opaca la especificidad del trabajo informacional y la novedad de la presente etapa. En el caso de los estudios basados en el primer concepto, ¢s evidente que la operacionalizacién no solo incluye actividades que no tienen nada de informacional (como toda la cate- goria 4 “Vendedores"), sino que incluso resulta engjoso vincularlas con Ja llamada “sociedad del conocimiento”."* A su vez, es evidente que el ‘trabajo informacional no es una “actividad sin obra” (Virno, 2003), cs “inmaterial” (Lazzaratio y Negri, 2001), si por ello se entiende que no se objetiva, Por el contrario, por definicién, esta actividad en todos Jos casos se materializa como bien informacional. Ademés, la nocién de trabajo inmaterial tiene el serio defecto de carecer de aplicaciones cempiricas (Zukerfeld, 20082). Pero si el recorte que ofrecen los dos pri- eros conceptos es muy amplio, el que presenta la idea de teletrabajo es demasiado estrecho: el énfasis en el criterio locativo deja fuera de consideracién, por ejemplo, a los operadores de los call centers y a los, programadores que trabajan en los domicilios de las empresas. A su ‘vez, se trata de un concepto puramente descriptive que no seftala rela- ciones entre este tipo de actividad y la dindmica general de la presente etapa del capitalismo. Finalmente, y de manera lamativa, ninguno de los tres enfoques identifica con claridad la particular relacién que hay entre la produccién de bienes informacionales, su replicabilidad, y las relaciones de produccién basadas en los distintos derechos de propiedad intelectual. Frente a esto, hemos comenzado a delinear una nocién, la de trabajo informacional (Zukerfeld, 20082, 2009, 2010b; el término, con un significado distinto, puede encontrarse en Roldan, 2005 y con uno mas parecido en Pyérid, 2006) que permita dar cuenta de los, aspectos comunes de las tareas productivas de aquellos trabajadores que utilizan como principal medio de trabajo un bien informacional "Por ejemplo, crupires (4212), encargados de restaurantes (I-42],pastores religiosos (2.636 0 ballarines (2.655). 4a Mariano Zokerfela secundario (por ejemplo, una FC) y que obtienen como producto un bien informacional primario (cualquier ente hecho puramente de bits: textos, programas de computadora, comunicaciones digitales, audio, imagenes, etc.). Programadores, diseiiadores grificos, data entry, y aun misicos ~en el caso de ser sesionistas- 0 periodis- tas ~en su faz de redactores~ representan ejemplos de este tipo de trabajadores. ‘Ahora bien, una de las dificultades que suele presentarse a la hora de medir categorias como las de sector informacién y trabajo {informacional es que numerosas actividades 0 unidades productivas, combinan estas modalidades con otras en proporciones variables. Ante todo debe sefialarse que esto ocurre en todas los sectores de la eca- nomia: en numerosas unidades productivas del sector industrial, por sjemplo, se realizan trabajos de servicios. Asimismo, en firmas del sector agropecuario se producen labores. Precisamente por eso, la dis- ‘riminacién del abordaje sectorial y el ocupacional goza de gran con- senso. La combinacién del enfoque del empleo y del tipo de actividad penmitiré dar cuenta de parte de las situaciones mixtas sobre la base del cuadro 1, que de modo ilustrativo, puede verse la categorizacién de algunos ejemplos. Cuadro 1 Trabajo ijormacional(wabajaderes] sr Ne _[ Prograaador de empresa de | Gade de empresa de sistemas Si | sistemas Personal de seguridad del cai! Seco: Operador de call center center formacién | | corrector iterarto Transpotst de elitoral twndader | [Monta inemscgties [Utero centro ctv bs No | Disehador ndustial de Operario de automate automate Tiabalador manual de Administra de base de datos. | empresa de servicio piblico de empresa de servicio publica | Mazo de restaurante (Contador de vexaurante 2 El trabajo informactonaly el sector informacion Por supuesto, hay casos mas complejos en los que la misma empresa o el rmismo trabajador realizan actividades informacionales y de otro tipo.”? ‘Asi, el fendmeno de la informacionalizacién de los procesos pro- ductivos puede verse de dos formas. Por un lado, por la existencia de un sector especifico. ¥ es importante agregar que en él moran todas las unidades productivas dedicadas a la produccién de bienes infor- macionales primarios. Estas exceden con mucho a las empresas, para incluir otras modalidades: desde el trabajo en el Estado hasta lo que Tuego lamaremos “produccién colaborativa’, A diferencia de lo que ‘ocurre en el sector industrial, en el sector informacion la produccién no mercantil puede tener una relevancia considerable, Por ejemplo, en Ia produccién de software, una buena parte de las unidades productivas tienen estas modalidades. Por otro lado, la informacionalizacién de la produccion se expresa de manera transversal, mediante la presencia del trabajo informacional en todos los sectores de la economia. Hay trabajadores con computadoras, claro esta, en Ia industria los servicios ¢ incluso el sector agropecuario. En fin, ambas cosas, un sector especi- fico y un tipo de actividad que lo excede, no deben confundirse. Esto s importante porque explica, por ejemplo, las divergencias entre el peso del producto que aporta el sector informacién ~modesto, aunque ‘quizds por dificultades en estimar aportes del software que exceden al sistema de precios- y la enorme relevancia del trabajo informacional (1). Asf, en un trabajo con datos de 1997 ya se puede encontrar que la participacion del TI en el producto de los Estados Unidos era del 6396. (Apte y Nath, 2004, p. 2). En cualquier caso, los conceptos de Por gjemplo, una empeesa oun trabaador desarola un sofhare~un bien infor smacional-y ealiza a implementacin-un servi. 0, siméticamente un misicogreba ‘un tema y io ejecuta en vivo. Sin embargo, hay que nota, en primer lugar, que este tipo { combinaciones ocurs siempre en la division en tres sectors del captalsmo indus Por cas, las industria fordistas solianproveer servicios de reparacibn, tasado 0 asis- tencia clea, A su vez, las unidades productivas lamadas primaras wualmente teen ‘istintosgrados de indusraizacion de sus protest. En estos cas, el punt cave ‘uel sera preemsnencia de un tipo de sctvidad ode trabajo. Por eso resulta importante Ja ullzacidn de tos idalesy de esalas para dstinguir qué tanta importancia Gene 1a produccién de bienesinformacionales en una unidad productvao actividad labor, a (Mariano Zukerfeld trabajo informacional y sector informacién nos hablan de una realidad socioeconémica de una centralidad innegable. 2, LUJOS DE MATERIA/ENERGIA EN FL SECTOR INFORMACION Reiteradamente, sc ha caracterizado a la Revolucién Industrial, y especi- ficamente al sector industrial, por el alto consumo de materias y energias que presentaba y presenta, Los flujos materiales fueron masivamente convocados 0, mejor, provocados, como dice Heidegger. La abundancia de algunos insumos clave y la disposicién de tecnologias que por primera vez permitian manipularios segiin los antojos de una pequefiaporcién de Ja humanidad redundaron en la centralidad productiva de esos recursos a partir de la Revolucién Industrial. En cambo, la hipétesis que queremos plantear aqui es que en el capitalismo informacional en general, yen el sector informacién en particular, ocurre todo lo contrario. Como puede Intuirse por los insumas y productos que en él se utiizan, las masas de materias y energias involucradas son mucho menores que en otros sectores, especialmente menores que en la industria, Naturalmente, esta intuicién ~que no tiene nada de original no basta, y algunos datos para respaldarla no solo son necesarios, sino también accesibles. En primer lugar, analizamos los flujos de materia/energia en el metabolismo capi talista en general. En segundo lugar, nos concentramos en la distribucién sectorial que, entendemos, esta detrés de los datos generales. ‘Materias y energias en el capitalismo informacional Si bien la preocupacién por el anélisis del metabolismo social en términos de materias y energias puede rastrearse hasta las ideas de Podolinsky en el siglo xix (Martinez Allier, 2003), sera recién en los albores del capitalismo informacional cuando las inquietudes y las evi dencias empiricas se encuentren. En efecto, en 1970 se publica el primer balance material de la economia de los Estados Unidos (Kneese, Ayres y 4 trabajo informacionaly el sector informacion DiArgue, 1970). A partir de entonces se desarrollan distintas vertientes tedricas sobre la ecologia industrial 0 economia ecoldgica (Adrizanse ct al,, 1997; Ayres, 1989; Ayres et al., 2002; Eurostat, 1997 y 2001; Fischer-Kowalski, 1998; Haberl, 2001; Hall ef al., 1986; McNeill, 2000; Pimentel et al,, 1973; Weisz et al., 2002). En este sentido, el proceso productivo capitalista global -y no una corriente teérica en particular- se vuelve por primera vez autoconsciente de su relacién con los flujos de materias y energias. Por supuesto, aqui los datos clave no son los relatives a los valores, absolutos de consumos de materias y energias, ni siquiera los indica- dores per cépita, sino los que relacionan estos montos con Ta riqueza econémica generada. Un dato tosco, en este sentido, se relaciona con los cambios en el valor del peso del produeto."* Una medida bastante mejor para captar esta tendencia puede ha- Ilarse en la relacién agregada entre los consumos de materias y energias y el producto que genera una economia. La forma en que la academia ‘suele analiza tal relacién es utlizando los indicadores de consumos ma- teriales directos (D1c)'®y el total de oferta de energia primaria (TPES).!6 "Como soalba al festeado presidente dela Reserva Fesera de os Estados Unidos, ‘Alan Greenspan: “As, mientras el peso del producto de la economia actual es algo mis alto feo que ea medio siglo ards, el valor agregado lustado por ls cambios en les precios, tel triple” (Greenspan, 1996, raducetn propia). De este modo, los cambios en a relacion ‘entre materla/enrglay economia se expresan en la reciente inadecuacén de las medidas ‘qe asociabandectamente valor a tamato fico, Po @emplo, Ingatera media desde fines de igo 11x el valor de las importacions y exportaciones por su peso. Esta metodologla tenia un cir setio para los products del capltalismo indus. Peo se tm rica- la para el captalismo lnformacional, como setala Diane Coyle. “Esta conceptualizaciin cetaba viva todavia en 1985. En ese fo el volumen de las computadoras importadas en ‘Reino Unido fue establecido mediante su peso. Dentro de menos de una década esto 3€ hha vuelto un absurd Las computadoras se han vuelto, ala vez, mucho ms pequeis ¥ mis podeross,y su peso carece de significado (Coyle, 1887, p23, traduclén propia) "DMC: ese total de materiales utlzados por un pais en un lapso dao. Equivale los materiales extaidos dela naturaleza mds los que Se importan, menos los que se exportan, 'S TE: es la producciém interna de energla mds ls imporaciones, menos las ‘exportaciones, ms los cambios de s.0ck éisponble, menos los bances marins intema- ‘nals. La medida es desarellada por la International Energy Agency. 45 Mariano Zakerfeid Grafico 1. Intensidad del consumo de m: Relacién entre el consumo dire ses (owe) tl de aoa to dete 0 ald of (PEs) y el producto bruto (Gor, por su sigla en ingles: =< Produ ve man Pomedos anand ener ta DaciapP mr TPES/GDP. 1900-1845 1945-1973 1973-2005 ‘Puente: elaboracion propia sobre te bate de Fisher-Kowalei ea (209, p. 2701 El gréfico 1 es claro: en la presente eta Pb pa se revierte la tendencia previa hacia St eremento en Ia extracién y uso de materiales por unidad de producto” Un indicador adicional surge de comparar el consumo total de energias -y no el TPES que mide la oferta con el $ mel producto bruto de una

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