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Antologias. Desarrollo Urbano Arq. XIX
Antologias. Desarrollo Urbano Arq. XIX
Ensayos urbanos
La Ciudad de México
en ei siglo xix
María Dolores Morales M artínez
ARQUITECTURA
Historia
Ensayos urbanos
La Ciudad de México en el siglo xix
UNIVERSIDAD AUTÓNOM A METROPOLITANA
UNIDAD XOCHIMILCO
T razo d e p la n o s
D.l. Silvia Ana María Oropeza Herrera
Secretaria Académica
María Dolores Morales M artínez
C o l a b o r a c ió n en e l t r a z o d e p la n o s
Lic. José Luis M artínez Durán
Jefe del Departamento de Teoría y Análisis
María Gayón Córdova
C u id a d o
Arq. Guillermo Nagano Rojas e d it o r ia l
C o m it é e d it o r ia l d e l ib r o s d e in v e s t ig a c ió n
C o o r d in a c ió n ed it o r ia l
ISBN 9 7 8 - 6 0 7 - 4 7 7 - 4 0 6 - 1
Indice
08 Presentación
10 Prólogo
nóm ica y fu e poco favo rab le para la co n stru cció n h a b ita cio n a l, lo cual
seguram en te se trad u jo en la sub d ivisió n de las casas e xiste n te s para
dar cabida al increm ento de pobladores en la ciudad, quienes co n tin u a
ron solucionando su problema de habitación a través del arrendam iento,
p rincipalm en te en inm uebles de propiedad e cle siá stica . No obstante, el
grupo de los grandes propietarios particulares había cam biado a favo r de
los co m ercian tes prestam istas pues, al suprim irse los m ayorazgos y los
títu lo s nobiliarios, la nobleza había vendido sus edificios.
El te rce r ca p ítu lo , "La desam o rtizació n y su in flu e n cia en la e s tru c
tura de la propiedad. Ciudad de M éxico, 1 8 4 8 -1 8 6 4 ", fin a liza el estudio
sobre la propiedad inm ueble en la ca p ita l. En él se trata el asunto de la
d esam o rtizació n de los bienes de las co m unid ades c iv ile s y re lig io sa s,
hecho que propició una transform ación muy sig n ificativa del espacio ur
bano al adjudicarse estos inm uebles a los inquilinos o haber sido puestos
a rem ate. Dicha operación tra n sfirió el grueso de la propiedad a manos
de los p a rticu lares, que se hicieron de ciento s de casas. Una acción del
Estado en co ntra de la ig lesia aún más co n tu n d e n te , tra ta d a tam bién
en este ca p ítu lo , es la n a cio n a liz a ció n de los bienes e c le siá stic o s que
pasaron al dominio del Estado; ju n to con ella se suprim ieron las órdenes
religiosas y fueron extinguid os los m onasterios. La descom unal riqueza
de la Iglesia que en 1848 equivalía a casi 40°/o del valo r de los inmuebles
urbanos, al final del periodo se redujo a menos de 0.2°/o con la pérdida de
1 694 fin ca s, m ientras que los p articu lares aum entaron su participació n
hasta 99°/o del total del valo r inm o biliario . De esa manera se constituyó
el im perio de la propiedad privada y surgió un nuevo monopolio en las
manos de una naciente burguesía que se consolidó como un nuevo grupo
de poder, constituido por em presarios, com erciantes prestam istas y alg u
nos funcionario s públicos.
El cuarto capítulo, titulado "Cam bios en la traza de la estructura vial
de la Ciudad de M éxico, 1 7 7 0 -1 8 5 5 ", es trascend ental para com prender
el proceso físico de m odernización experim entado por la urbe durante
los últim os años co lo n iales y a lo largo de la época rep ub licana. En las
postrim erías del periodo virre in al, la ciudad comenzó a ser comprendida
y u tilizad a como una totalidad y no frag m en tariam en te como había s u
cedido en épocas an terio res; de igual manera la calle se constituyó en el
elem ento toral de la transfo rm ació n urbana, tanto por los afanes de las
14 ANTOLOGIAS
M aría Dolores Morales
como funcionario del Ayuntam iento adquirió tierras ejidales para fundarla
y la cual se formó en dos etapas. La primera (1 8 5 9 -1 8 7 9 ) correspondió a
su establecim iento como una colonia cam pestre que se pretendía fuera
poblada por los a rq u ite c to s y los e stu d ia n te s de la A cad em ia de San
Carlos, quienes edificarían en ella casas de campo. No obstante, su o cu
pación fue muy lenta debido a la inestabilid ad po lítica y económ ica de
aquellos años. La segunda etapa (1 8 8 0 -1 8 8 9 ) correspondió a un periodo
de m ayor certidum bre y al momento en que el Paseo de la Reform a, con
el cual colindaba la co lo nia, fue em bellecido. A sim ism o se com enzaron
a ap licar algunas normas urbanísticas para su lucim iento, como el trazo
en pancoupé de algunas esquinas, la o rientación de sus calle s paralelas
al Paseo de la Reforma y el dejar al frente de las m ansiones construidas
sobre éste un jard ín de por lo menos ocho m etros de anchura.
En el segundo artícu lo sobre los fraccio nad o res se estudia a Rafael
M artínez de la Torre, abogado de form ación, cuya diversidad de a ctiv id a
des comprendió la fundación de diversas colonias agrícolas y urbanas, en
tre las cuales sobresalió la Colonia Guerrero en la Ciudad de M éxico que,
a in icia tiv a dei entonces presidente de la república, Sebastián Lerdo de
Tejada, se pretendió destinar para obreros y artesanos con el fin de aliviar
la fa lta de habitacio nes hum ildes. Lo cual en parte se cum plió al haber
sido habitada por numerosos trabajado res, aunque éstos en su m ayoría
no fueron propietarios como tendría que haber sido, sino inquilinos de las
innum erables vecindades construidas por los especuladores que adquirie
ron esas tierras.
Los a rtícu lo s de M aría Dolores M orales que integran este volum en
comprenden uno de los periodos más intensos y pletóricos de a c o n te c i
mientos en la historia urbana de la Ciudad de M éxico; hoy podemos cono
cerlo gracias a sus investigaciones, pues durante muchos años esa etapa
fue prácticam ente ignorada por los estudiosos, al grado de aparentar que
poco había sucedido en dicha cen turia que valie ra la pena recordar. No
obstante, gracias al trab ajo riguroso de la investigadora, publicado a lo
largo de veinticuatro años, es posible conocer los diversos momentos en
que la ciudad no sólo rompió con su inm ovilidad de tres siglos y se hizo
moderna, sino que fue el escenario privilegiado de m últiples acontecim ien
tos políticos, sociales y culturales que dieron lugar al México actual y a las
instituciones contemporáneas.
ANTO LO GIAS I 17
H isto ria I
Estructura urbana
y d istrib ució n de la propiedad
El Colegio
en la Ciudad de México en 1813
ste ensayo co n stitu y e la prim era etapa de un estud io más am plio sobre
■Padrón general de las casas que comprenden los ocho cuarteles mayores en que está distribuida esta
capital, valores de sus actuales arrendamientos comparados con los que rendían en el año de 1796
para deducir el 10% que se pagaba a la Hacienda Pública Nacional de México. Diciembre 31 de 1813,
M éxico,Tipografía de la O ficina impresora de Estam pillas, 1903.
-- ANTOLOGÍAS
M aria Dolores Morales
las ventas anteriores a 1813, si las hubo). El monto de las ventas m otiva
das por la expedición de la cédula de consolidación no lo conocemos con
exactitu d , pero según el estudio de Asunción Lavrin2 las fincas vendidas
fueron muy pocas y afectaron particularm ente al cabildo eclesiástico de
la Ciudad de M éxico y a algunas cofradías de la catedral.
El m ayor aporte de la Iglesia a la co nso lid ación fue debido a la re
dención de hipotecas y no a la venta de sus bienes raíces. El arzobispo
de M éxico entregó a la Caja de Consolidación $ 4 4 6 7 4 2 2 .0 0 en los años
1806 -1 8 08 , de los cuales 8 6 % se obtuvo de hipotecas y préstam os y sólo
1 3 .9 1 % fue producto de la venta de bienes ra íc e s.3 La suma entregada
al arzobispo por venta de casas fue de $621 2 6 9 .0 0 , producto de v e n
ta de fin ca s de la Ciudad de M éxico , en su m ayor parte, aunque no en
su to talidad, porque el arzobispo tenía bajo su ju risd icció n un área más
am plia que la ciudad, en la cual quedaban com prendidas las ciudades de
Querétaro y Toluca. Un cálculo aproxim ado del monto total de bienes que
había perdido la Iglesia hacia 1813 es de $1 0 0 0 0 0 0 .0 0 , esto es, 5 5% del
total del valo r de sus fincas.
Los datos analizados en este estudio provienen de un padrón que se levan
tó con el objeto de deducir el impuesto sobre arrendamientos que se pagaba
a la hacienda pública. Es una fuente muy completa y proporciona, para cada
una de las 5 520 fincas de la ciudad, información sobre calle y número de la
casa, cuartel y manzana de la ciudad donde se localizaba, nombre del pro
pietario y valor de la renta.
Hemos convertido la inform ación relativa a las rentas de las fin cas
en cifras a valor de propiedad, capitalizando la renta anual a 5 % , que era
el rendim iento promedio de los bienes raíces urbanos en esos años. Esto
se hizo sobre la base de que la renta es el indicador más real del valor de
una fin ca , a diferencia del valo r predial que es más dudoso, y con el ob
jeto de uniform arlo con otras fuentes que proporcionan sólo el valo r de
propiedad. El padrón contiene colum nas diferentes en lo que respecta al
número de casa o de accesoria, siendo posible distin guirlas entre sí. In d i
ca tam bién cuándo se trata de puestos de mercado, pulquerías o edificios
públicos y, en ocasiones, se m encionan los jac a le s, corrales y solares.
2 Asunción Lavrin, "Problems and Policies in the A dm inistraro n of Nunneries in México", en The
Amen cas, XXVll, I, ju lio de 1 9 7 1 , p. 6 4 .
3 Ibídem, p. 65 (nota 31).
La m ayor parte de las fin cas censadas son viviendas o com ercios que
producían una renta. Es difícil precisar si se incluyen o no en el padrón los
edificios conventuales, las iglesias y la fincas gubernam entales no re n ta
das. Su a n á lisis m inucioso nos in clin a a pensar que no lo están, y que,
si aparecen casas en sus correspondientes dom icilios o localizaciones, se
debe a que era común que la Iglesia, e inclusive la adm inistración virreinal,
rentaran parte de sus conventos o edificios para habitación o comercio. Re
fuerzan esta hipótesis los siguientes argum entos: 1) el Convento de San
Francisco ocupaba la mayor parte de la m anzana donde se ubicaba y sin
em bargo no aparece como p ro pietario de ninguna fin ca de esa m a n za
na; 2) al cen sa rse los e d ific io s g u b e rn am en tales como la aduana y la
d ip u ta ció n , se e sp e cific a que se tra ta de sus h a b ita cio n e s; 3) alg unas
m anzanas cuya su p e rficie en su m ayor parte estaba ocupada por co n
ve n to s p resentan un m ayor p o rce n ta je de re n tas de p a rtic u la re s que
de la Ig le sia ; 4) la estim ació n del va lo r del m etro cuadrado construido
en cada m anzana resultó sen sib lem en te m ás baja en aq uello s lugares
donde se lo calizaban co n ve n to s; 5) la ley sobre contribuciones de fincas
urbanas del 30 de ju n io de 1836, en su a rtícu lo 12, e xclu ye a las casas
conventuales e iglesias del pago de im puestos.4 Puede afirm arse en todo
caso que la renta asignada a estos edificios es muy baja y no corresponde
a su valo r real. Es m uy im portante tom ar esto en cuenta al conocer los
resultados del padrón, especialm ente en lo que respecta a la propiedad
de la Iglesia, pues va a reflejar la propiedad que rentaba esta institució n,
quedando otras fincas como edificios conventuales e Iglesias (que ocupa
ban una vasta extensión de la ciudad) fuera, o consideradas con un valor
mínimo (plano 1).
Las casas de propietarios particu lares no rentadas sino habitadas por
un dueño, sí fueron consideradas en el padrón, asignándoseles una renta,
puesto que gran parte de los propietarios poseían sólo una casa.
Colegios e Instituciones
del Clero re g u lary secular
ANTO LO GÍAS I 23
H isto ria I
L is t a . P ia n o 1
C o n v e n t o s , i g l e s i a s , c o l e g io s e in s t it u c io n e s d e l c l e r o r e g u l a r y s e c u l a r
Para f a c ilit a r el m anejo de la info rm ació n del censo hem os cla sific a d o
a los p ro p ietario s en cu atro se c to re s : Iglesia, particulares, gobierno e
in stitu cio n es privadas (cuadro 1).
C uadro 1
El sector Iglesia, form ado por 102 propietarios, poseía fin cas por v a
lor de $ 1 8 0 0 5 8 9 0 .0 0 , 4 7 % del to tal del valo r de la ciudad. C o nstituía
el grupo concentrador de propiedad más fuerte si lo consideram os por el
monto de sus propiedades, no así si tomamos en consideración el número
de fincas, ya que entonces la mayor concentración estaría en manos de
los particulares.
El sector particulares estaba form ado por 2 066 propietarios, de los
cuales 74.5°/o eran hombres y 25.5°/o m ujeres. Por los datos del padrón no
es posible definir con exactitud a qué grupos sociales pertenecían estos
propietarios, pero los diversos valores de sus fincas (fluctúan entre $8.0 0
y $ 8 3 0 0 0 0 .0 0 ) son indicadores de que se tratab a de miem bros de muy
diversos estratos sociales, desde el indio que poseía una choza de adobe
en las afueras de la ciudad, hasta el noble m arqués que tenía 38 de las
m ejores casas del centro. Las personas que poseían títu lo s se registraron
en el padrón (en la mayoría de los casos) por su títu lo , siendo posible su
cu an tificació n .
Este grupo de particulares poseía fincas por un valor de $ 1 7 0 4 0 815.00,
4 4 .5 6 % del v a lo r to ta l de la ciu d a d . Am bos se cto re s, Ig lesia y p a rti
culares, eran los más im p o rta n te s y en c o n ju n to poseían 9 2 % de la
propiedad to ta l.
El sector gobierno estaba constituido por las propiedades de sus in s
titucio n es, tales como la Aduana, la Casa de Moneda, el apartado, la un i
versidad, dos colegios, tres hospitales, y por los bien es, ya nacionalizados
para 1813, de la In q uisició n y de Tem poralidades (co n stitu id o s por las
antiguas propiedades de los jesu íta s y de la orden antonina). En conjunto
sumaban $2 964 835 .0 0, o sea 7 .7 6 % del total.
El sector instituciones privadas estaba form ado por las propiedades
de asociaciones civiles que no dependían ni del gobierno ni de la Iglesia
(dos h o sp itales, dos e scu elas, un hospicio, La Concordia, El Peñol) y re
presentaban sólo 0 .5 6 % del total ($212 6 8 0 .0 0 ). La propiedad com unal
representaba 0 .0 2 % y estaba co nstituid a por fin ca s de la parcialidad de
San Juan y del barrio de Cataritos.
El m anejo y co m b in acio n es de las d ive rsas v a ria b le s sobre la que
inform a la fu en te nos perm itió co no cer tres aspecto s básicos de la e s
tru ctu ra de la propiedad: 1) la com posición de los valores de las fin ca s;
2) la d istrib u ció n de estos valo re s con relación a los p ro pietario s para
ANTO LO GÍAS I 2 ?
H isto ria I
1 . C o m p o s ic ió n d e lo s v a l o r e s d e l a s f in c a s
Para el conocim iento de este prim er punto nos basamos en las variables
valor de propiedad y número de casas, elaborando un grupo de pirámides y
g ráficas que explican claram ente la com posición de los valores en gene
ral y por sectores. Su form ulación requirió realizar cuadros en rangos de
$2 0 0 0 .0 0 (para las fincas de $8.0 0 a $30 0 00.00) en los que se incluyó el
número total de casas dentro de cada rango.
D istrib u ir en rangos tan pequeños las casas de más de $ 3 0 0 0 0 .0 0
ofreció dificultades. Para asegurar que no se desviaran los resultados de la
inform ación, optamos por hacer una lista que incluyera los valores exactos.
Dentro de este grupo de 89 casas de valor alto predominan las fincas cuyo
valo r fluctúa entre $ 3 0 0 0 0 .0 0 y $ 6 0 0 0 0 .0 0 , con excepción de siete que
sobrepasan este valo r (tres m ercados, un teatro, un portal y dos edificios
públicos: la Aduana y el Palacio).
Las pirám ides m uestran la d istribució n del valo r de la propiedad de
la ciudad por número de casas, y reflejan la gran desigualdad social de la
época. El valo r total de las casas se dividió en módulos de 5 % distribuidos
verticalm en te. En form a horizontal, se representó el número de casas de
distintos valores (las de más alto valor en la parte superior y las más bajas
en la base) cuya suma significaba ese 5% .
La primera pirámide (fig. 1) incluye todas las fincas del padrón y m ues
tra una gran desproporción. Las 1 790 casas de los valores más bajos tienen
el mismo v a lo r que las 16 fin cas de los valo res más alto s (estos valo res
varían de $ 8.0 0 a $ 6 7 0 0 0 0 .0 0 ). El 5 1 .9 0 % de las casas tiene un valor de
apenas 15% del monto total de las fincas de la ciudad, en tanto que el otro
2g I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
En el conjunto de casas, las fincas de precios bajos son las que predomi
nan en la ciudad, disminuyendo su número a medida que decrece su valor:
7 7 .4 8 % $ 8.00 a $ 10 000 .0 0
1 6.96% $ 10 001 .0 0 a $ 20 0 0 0 .0 0
4 .0 2 % $ 20 001 .0 0 a $ 30 000 .0 0
1.54% $ 30 001 .0 0 a $ 669 000 .0 0
4 6 .3 0 % $ 8.00 a $ 2 000 .0 0
3 7 .3 7 % $ 2 001 .0 0 a $ 10 000 .0 0
11.76% $ 1 0 001 .0 0 a $ 20 0 0 0 .0 0
3 .2 0 % $ 20 001 .0 0 a $ 30 000.00
1. 22% $ 30 001 .0 0 a $ 60 0 0 0 .0 0
F ig u r a 1
La d is t r ib u c ió n d e l v a l o r de l a p r o p ie d a d en l a C iu d a d d e M é x ic o . P a d r ó n 1813
S
44, 600.00
32,000.00
A 0.92%
$ 38,239, 340.00
5% $ 1,911,967.00 5%
66 1.20% 5%
$ 27,000.00
77 1.39% 5%
S 23,000.00
88 1.59% 5%
$ 21, 000.00
100 1.81 % 5%
$ 19,000.00
2.01 % 5%
S 17,000.00
126 2.28% 5%
S 15,000.00
139 2.52 % 5%
S 13,000.00
148 2 .6 8 % 5%
S 11,000.00
3.13 % 5%
180 3.26% 5%
S 9,000.00
212 3.84% 5%
4.04% 5%
273 4.95% 5%
269 5 .24 % 5%
383 6.94% 5%
S 5,000.00
437 7.92 % 5%
S 3.000.00 5%
S 8.00
32.45 o 5%
NÚMERO DE CASAS 5 520
30 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
8 .4 5 % $ 60.0 0 a $ 2 0 0 0 .0 0
5 9 .3 4 % $ 2 001 .0 0 a $ 10 0 0 0 .0 0
2 5 .4 5 % $ 10 001 .0 0 a $ 20 0 0 0 .0 0
5 .1 2 % $ 20 001 .0 0 a $ 30 0 0 0 .0 0
1.64 % $ 30 001 .0 0 a $ 122 160.00
Una com paración entre los sectores Iglesia y particulares m uestra que
el grueso de las casas de los p a rtic u la re s está en el rango de $ 8 .0 0 a
$2 0 0 0 .0 0 , ya que a este grupo pertenece 90°/o de este tipo de ca sa s.
Hay proporcionalm ente un porcentaje bajo de fin ca s de p articu lare s en
los v alo res m edios de $ 4 0 0 1 .0 0 a $ 2 8 0 0 0 .0 0 , rango en el cu al se e n
cu e n tra el grueso de las ca sa s de la Ig le sia . Se e q u ilib ra n las p ro p ie
dades de am bos sectores en los rangos de $2 0 0 1 .0 0 a $ 4 0 0 0 .0 0 y de
$28 00 1 .0 0 a $ 3 0 0 0 0 .0 0 para vo lve r a registrarse el peso de la Iglesia
en el grupo de $ 3 0 0 0 1 .0 0 a $ 4 0 0 0 0 .0 0 . F in alm e n te , en las fin c a s de
valo res más alto s, $40 0 0 1 .0 0 a $12 2 0 0 0 .0 0 , predom inan ligeram ente
los p articu lares.
El a n á lisis estadístico de la distribució n de los valo res de las fin ca s
urbanas en la Ciudad de M éxico refleja una estru ctu ra desproporciona
da, que co n stitu y e un ind icad o r de la desigualdad so c ia l. Eran dos los
sectores que concentraban la propiedad y ambos tenían ca ra c te rístic a s
m uy d iv e rsa s. Por una parte, la Ig le sia , el se cto r más hom ogéneo, t e
nía en su poder las casas de valo res m edios; por o tra, los p a rticu la re s,
el sector más heterogéneo, poseían casas cuyos valo re s se lo calizab an
en los e xtrem o s opuesto s y reve lab an una e s tru c tu ra de ace n tu ad o s
d esequ ilibrio s. A pesar de todo, pevalecía su dom inio en las casas más
m odestas.
ANTO LO GÍAS I 31
H isto ria I
2 . D i s t r i b u c ió n d e v a l o r e s c o n r e l a c ió n a l o s p r o p ie t a r io s ( C o n c e n t r a c ió n d e
l a p r o p ie d a d )
F ig u r a 2
L a d is t r ib u c ió n d e l v a l o r p o r n ú m e r o d e p r o p ie t a r io s , s e c t o r e s : Igle sia y p a rtic u la re s
$ 1 248 400.00
$ 720 780.00 5%
$ 619 650.00 5%
$ 550 530.00 5%
$ 460 230.00 5%
$ 403 420.00 5%
$ 314 500.00 5%
$ 208 410.00 5%
$ 168 000.00 5%
$ 97 560.00 5%
$ 75 525.00 5%
$ 56 300.00 5%
$ 37 520.00 5%
$ 27 000.00 5%
$ 18 480.00 5%
$ 14 000.00 5%
$ 8 940.00 5%
____________________ S 4 200.00 5%
64.25 %
___________________________________________________________________________________ 1 393___________________________________ 5 %
NÚMERO DE PROPIETARIOS TOTAL: 2 1 6 8
ANTO LO GÍAS I 33
H isto ria I
Figura 3
C u r v a d e L o r e n z d e la c o n c e n t r a c ió n d e l a p r o p ie d a d
u n id a d : c o n v e n t o
AMBOS SECTORES
% DE PROPIETARIOS
Si los valores de las dos variables valor de propiedad (X) y número de pro
pietarios (Y) avanzan uniform em ente, el índice vale 0. Si X avanza más
rápidam ente, el índice es mayor que 0 con lím ite + 1. En la medida en que
se separe de 0 y se aproxim e a 1, la concentración es mayor.
La pirám ide que incluye a los sectores Iglesia y particulares es to ta l
mente desigual y denota una altísim a co ncentració n : 1 393 propietarios
(64 .2 5 % ) de los más modestos (dueños de una o dos casas) tienen fincas
por el mismo valo r que dos propietarios de los más poderosos (conventos
de La Concepción y La Encarnación). La base de la pirámide es muy ancha
y presenta una gran diferencia con el siguiente escalón (1 393 propieta
rios a 268), estrechándose totalm ente a partir del sexto escalón. El 8.58 %
de los propietarios posee las tres cuartas partes del valor de la propiedad,
m ientras que 9 1.4 2 % tiene sólo 2 5 % de ese valor.
El índice de co n ce n tració n obtenido para los dos se cto res en co n
ju n to es, tal como se refleja en la pirám ide, muy alto . Da 0 .8 3 , lo que
tam bién se advierte en la curva de Lorenz que se aleja considerablem ente
de la diagonal.
Las pirámides, curvas e índices por sector muestran también diferencias
entre la Iglesia y los particulares. Para el grupo de los particulares resulta
un índice de 0 .75, lo cual es lógico porque excluye el grupo de la Iglesia
formado predom inantem ente por grandes propietarios, que es el que más
polariza la propiedad. Este sector particulares está formado en gran par
te por pequeños p ro pietario s: 8 0 .7 4 % tiene casas con v a lo r de $ 8 .0 0 a
$ 10 0 0 0 .0 0 y sólo 2.52 % está constituido por propietarios importantes, con
fincas de $ 5 0 0 0 0 .0 0 a $827 730 .0 0. No obstante, una m inoría de propie
tario s, 15.95% (propietarios de $12 0 0 0 .0 0 en adelante), concentra 7 5%
de la propiedad, mientras que 83.9 8 % de ellos sólo tiene 2 5% de las casas.
El sector Iglesia, por el contrario, está compuesto en su mayoría por gran
des propietarios. El 5 6 .8 6 % posee casas de $50 0 0 0 .0 0 a $1 248 400.00
y sólo 18.63% tiene fincas de $ 7 2 0 .00 a $10 000 .0 0. La pirámide y curva
del sector Iglesia, analizando en sí m ism o, reflejó por lo tanto un índice
más bajo de concentración (0 .6 5 % ). Estos resultados refuerzan la hipóte
sis de que se trata de un sector más homogéneo, con co ntrastes menos
marcados que los que se dan entre los particulares. Sin embargo, también
en el interior de este sector hay d iferencias, como lo refleja la pirám ide,
a curva y el mismo índice. El 2 2 .5 4 % de los propietarios (con un monto
:e propiedad superior a $ 2 7 5 0 0 0 .0 0 ) posee 7 5 % de la propiedad total, y
" - 4 6 % tiene sólo 2 5 % del valo r total.
En resum en, los índices de concentración, indicadores fundam entales
en nuestro estudio, m uestran una co ncentració n global de la propiedad
-.rbana a ltísim a (0 .8 3 ) y co n c e n tra c io n es lig eram e n te más bajas si se
analiza cada sector por separado (los particulares 0.75 y la Iglesia 0 .6 5 ).
_os tres índices, sin embargo, son alto s y reflejan una co ncentració n se
mejante a la que registró la propiedad rural antes de la reforma a g raria5.
5' co nsideram o s adem ás que sólo 1 .6 8 % de la población de la ciudad
Doseía alguna propiedad, tendremos una ¡dea más exacta de la dimensión
ae ia población urbana que no tenía acceso a ella. Además, la Iglesia, que
^abía producido un m ercado m uy reducido del suelo urbano co ntribuía
3 m arcar estas d ife re n cia s. Un m ayor conocim iento de los dos sectores
analizados, Iglesia y particulares, es im portante para e xp lica r más estos
id icad o res estadísticos y consecuentem ente procederemos a ello.
3 . S e c t o r I g l e s ia
; Manuel Aguilera Gómez, La reforma agraria en el desarrollo económicode México, Instituto Mexicano
de investigaciones Económicas, 1969, p. 163.
3 6 I ANTOLOGÍAS
! M aría Dolores Morales
C uadro 2
Padrón 1813 - Total de rentas anuales y valor total de las casas (sector Iglesia)
Conventos de
20 1 001 468 825.00 9 376 500.00
monjas
Conventos de
24 560 249 081.00 4981 620.00
varones
2. ADRO 3
Brandes propietarios de la Iglesia ($ 6 1 0 0 0 0 .0 0 a $1 248 400.00)
Conventos de monjas
Conventos de varones
Conventos de monjas
Conventos de varones
Clero secular
C uadro 5
ANTOLOGÍAS
H isto ria
Conventos de monjas
Conventos de varones
Clero secular
Arzobispado 28 221 960.00
Comunidades civiles
asociadas a la Iglesia
C uadro 6
Pequeños propietarios de la Iglesia ($ 7 2 0 0 0 0 .0 0 a $91 000.00)
Conventos de monjas
Conventos de varones
Provincia de Agustinos descalzos
de Filipinas 4 90 900.00
Convento de La Merced
de las Huertas 6 36 900.00
Clero secular
Cofradía de la Parroquia de la
Palma 1 5 100.00
En resum en, los conventos de monjas eran básicam ente grandes pro
p ie ta rio s; los de varo n es estaban rep resentad o s en los tre s grupos de
propietarios, y las com unidades civile s asociadas a la Iglesia eran fu n d a
m entalm ente pequeñas propietarias.
Un a n á lis is p a rtic u la r de la e stru ctu ra de las propiedades de cada
una de estas in stitucio nes nos mostró que en su mayoría (72 de las 102)
repetían la tendencia general del sector Iglesia. Se ve claram ente el pre
dom inio de las fin c a s m enores de $10 0 0 0 .0 0 (6 0 % a 7 5 % ), e s p e c ia l
m ente las casas de $ 4 0 0 0 .0 0 a $ 1 0 0 0 0 .0 0 . Las casas de $ 2 0 0 0 0 .0 0 a
S 3 0 0 0 0 .0 0 co n stitu ía n 2 5 % a 3 0 % y las de más de $ 3 0 0 0 0 .0 0 , 5 % y
10% .
4 4 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores M orales
Sin em bargo, hay trein ta in stitu cio n e s que nos dejan ver una es
tructura diferente. La observación de sus ca ra cte rística s m uestra dos
tip o s. Por una parte, las que poseían una m ayoría de casas de alta
categ o ría, con valo res superiores a $10 0 0 0 .0 0 , eran La Encarnació n,
Santa Clara, El Carmen de San Ángel y el oratorio de San Felipe Neri.
Por otra parte, las que tenían un predom inio absoluto (85°/o a 9 5 % )
entre las casas de valores bajos, menores de $10 0 0 0 .0 0 , eran los co n
ventos de La Merced, San Jerónim o, San Cam ilo, Belén de Mercedarios
y San Ju a n de Dios, los co leg io s de La Enseñan za y San Pablo, así
como el HospitaI de San Ju an de D ios; adem ás 14 in stitu cio n e s del
clero secular, esto es, diez parroquias, el arzobispado, la congregación
de San Pedro, el Juzgado de Capellanías, y una comunidad civ il, la ar-
chico fradía del Santísim o , de la C atedral. Estas últim as in stitucio nes,
ca racte rizad a s por tener propiedades de rentas m ódicas, debe haber
proporcionado vivienda a los estratos bajos de la ciudad. En dos ejem
plos esto es muy claro. El primero es el Convento de La M erced, cuyas
fincas (75 de las 105) se concentran en la zona aledaña al convento.
Es una parte de la ciudad notable por sus numerosas vecindades y por
ser una zona habitada por estratos bajos. El segundo ejemplo son diez
parroquias cuyas fincas están ubicadas, en su m ayoría, en la periferia
de la ciudad, coincidiendo en muchos casos con las zonas aledañas a
las m ism as parroquias. No obstante, este punto no queda totalm ente
aclarado con nuestra inform ación, que sólo menciona el monto de la
renta de la casa y no de la vivienda. En los primeros años del siglo xix
una sola propiedad se dividía com únm ente en va ria s hab itacio nes y
locales (vivienda principal, vivienda baja, entresuelo, cuarto s, acceso
rias, etc.) rentados a diferentes personas. Seguram ente algunas de las
casas grandes tenían rentas bajas en las diferentes vivien d as, rentas
que, al sum arse, se convierten en la renta alta de la casa. Un ejemplo
de esto es el Convento de Regina que, según el estudio de Anne F.
S tap le s,6 poseía tam bién varia s vecindades que daban vivienda a los
estratos más bajos de la población.
6 Anne F. Staples, La cola del diablo en la vida conventual. Los conventos de monjas del arzobispado
de México. 1823-1835, tesis doctoral inédita, El Colegio de México, 1970, p. 69.
4 . S e c t o r p a r t ic u l a r e s
C uadro 7
Grandes propietarios del sector particulares ($ 6 0 0 0 0 .0 0 a $ 8 2 7 730.00)
C uadro 8
C uadro 9
Pequeña propiedad del secto r p articula res ($ 8 .0 0 a $ 9 3 0 0 .0 0 )
1 . V a l o r p r o m e d io d e p r o p ie d a d p o r c u a r t e l ( p l a n o 2 )
Para formar este plano sumamos los valores de las propiedades de cada cuar
tel menor (32) y dividimos los totales entre el número de fincas del cuartel.
D istribuim os los resultados en ocho rangos y los vaciam os en los planos
tomando en cuenta la dem arcación de los cuarteles menores. Aparecieron
cuarteles con un promedio de fincas desde $ 50 0 .00 hasta $19 283.45.
Los cu arteles que resultaron con un promedio de casas de más alto
valo r fueron los números 9 ($ 1 9 2 8 3 .4 5 ), 5 y 13 ($ 1 2 0 0 1 .0 0 a $ 1 4 0 0 0 .0 0
y 1, 3 y 11 ($ 1 0 0 0 1 .0 0 a $12 00 0 .0 0 ), que abarcaban de norte a sur los
lím ite s de la traza y de o riente a poniente cinco fra n ja s de las m an za
nas cen trales, con excepción de la parte noreste de la plaza (cuartel 14),
e incluían tam bién la zona norte del convento de San Francisco, en línea
recta hasta el de La Concepción.
Los cu arteles que mostraron predom inantem ente casas de valo r me
dio fueron los núm eros 7 y 14 ($8 0 0 1 .0 0 a $ 1 0 0 0 0 .0 0 ), 2, 10, 15, 17,
21 y 23 ($ 6 0 0 1 .0 0 a $8 0 0 0 .0 0 ) y 6, 18, 25, 29, 30 y 31 ($ 4 0 0 1 .0 0 a
$ 6 0 0 0 .0 0 ), que abarcaban, al norte, la zona del antiguo Estanco del Ta
baco, la Lagunilla, Santa Catarina, Santa Ana y el noreste de la plaza m a
y o r; hacia el este, la zona de M ixcalco , La Santísim a y La M erced; hacia
el sur, San Pablo, San Antonio Abad, San Miguel y N ecatitlán, y hacia el
poniente el convento de San Francisco y partiendo de ahí una línea recta
hacia el sur que llegaba a V izca ín a s y de ahí a todos los alrededores de
la Alam eda.
Los cu arte le s con un promedio de casas de va lo r bajo de $ 2 0 0 1 .0 0
a $ 4 0 0 0 .0 0 fuero n los núm eros 4, 8, 12, 19, 26 y 32, que ab arca b an ,
h acia el n o rte, la zona com prendida en tre Puente de la M ise rico rd ia
y S a n ta M a ría ; en la p e rife ria o rie n te , San A n to n io T o m a tlán , San Lá
zaro y Santo Tom ás la P alm a; y en la p e rife ria sur, San Pablo, Belén y
Campo Florido.
Las fincas más modestas, seguram ente ja ca le s y casas de adobe, con
un valo r promedio dentro del cuartel de menos de $1 0 0 0 .0 0 , quedaron
en los cu arteles 22 y 27 que com prendían las zonas norte y noreste de
la ciudad, form adas por barrios de indios: Tlatelo lco , Los Ángeles, Santa
M aría, Apahuascan y La Concepción.
AN TO LO G ÍA Si 51
H isto ria I
P lano 2
Valor promedio
de propiedad
por cuartel
52 I ANTOLOGÍAS
! M aría Dolores M orales
2. V a l o r p ro m e d io de pro piedad p o r m a n z a n a (p ia n o 3)
El utilizar como unidad el cuartel trae consigo algunos riesgos por tratarse
de una unidad extensa. Además, por ser una división adm inistrativa que en
muchos casos no representaba una zona homogénea. Por ello vertim os los
promedios de valores en otro plano tomando como base una unidad más
pequeña, la m anzana. Sum am os los valores de cada una de las 235 m an
zanas de la ciudad y dividimos los resultados entre el número de casas de
la m anzana respectiva. El vaciado en planos se hizo a base de círculos de
diferentes tam año s, indicadores de los 14 rangos establecido s que van
de $ 4 2 .5 0 a $669 592.00.
El resultado fue algo diferente al del prim er plano. Las fincas de v a
lores más altos aparecieron ubicadas en las seis m anzanas centrales, tres
al norte y tres al sur de la Plaza Mayor, tres ai sur del Palacio Nacional, y
las com prendidas en un eje muy marcado que abarcaba el poniente de la
plaza, incluyendo las calles de Tacuba, Plateros, Tlapaleros y Capuchinas,
hasta las calle s de Santa Isabel y San Juan, por el poniente. Este eje se
ñalaba el rumbo hacia donde se estaba extendiendo la ciudad. En varias
de estas m anzanas se ve claro el peso que representaban los valo res de
algunos edificios públicos como mercados (el Parián, el Volador), la Adua
na y el Teatro Nacional.
Las casas de valores más bajos aparecieron del mismo modo que en el
primer plano, en las zonas de casas con trazo definido de la periferia este,
sureste y suroeste, siendo las más modestas las de la periferia norte, no
reste y noroeste, con excepción de las fincas localizadas en ambos lados
de la calle real de Santa Ana.
3. V a l o r p o r m a n z a n a (p la n o 4)
El resultado fue bastante distinto del que obtuvim os a partir del pla
no de valo r promedio por m anzana y sim ila r al del v a lo r prom edio por
euarte . Lo in te re sa n te de este plano es que nos indica cla ram e n te en
dónde se localizaba el gran peso del valo r de la ciud ad : en toda la zona
surponiente de la plaza con lím ites al poniente con San Juan de Letrán y
al sur de Mesones.
4 . V a l o r de m a n z a n a p o r m e t r o c u a d r a d o ( p l a n o 5 )
Para obtener una idea más precisa de los valo res de la m anzana es ne
cesario aso ciar la variable valor a la superficie de m anzana, para obtener
el valo r de m anzana por m etro cuadrado. Con este objeto medimos los
metros cuadrados de cada manzana apoyados en el plano elaborado por el
Sem inario de Historia Urbana con base en el mapa catastral actual de la
ciudad. Dividimos el valor total de cada una de las 2 3 5 m anzanas entre sus
respectivas superficies y distribuim os los resultados en once rangos que
van de $ 0 .2 0 a $ 6 5 .0 0 .
La jerarquización de los valores de la ciudad resultó muy clara en este
plano. La zona donde se concentraban los valores altos era la zona surpo
niente de la plaza, destacando las m anzanas colindantes con la misma en
el poniente y en el sur. Los valores más bajos se localizaban en la periferia
oriente (San Sebastián, San Antonio Tom atlán, San Lázaro, Santa Cruz y
Santo Tomás la Palma), en la periferia sur (San Pablo, Belén y Campo Florido),
al sur de la Alameda, y en la periferia norte (Santa María, Los Ángeles, Tla-
telolco, La Concepción Tequipeuhca y Apahuascan).
Resultados semejantes a estos habíamos obtenido ya de algunos de los
pianos anteriores, pero lo que no se había destacado, y aquí resulta clarísimo,
es que casi todas las m anzanas que albergaban conventos e Iglesias perte
necían también al rango de valor más bajo. Esto refuerza la hipótesis de que
a estos edificios no se les asignó ninguna renta en el padrón analizado.
5 . S e c t o r p r e d o m in a n t e p o r m a n z a n a ( p l a n o 6 )
cada una de las 235 m anzanas. En los casos en que el peso de uno u otro
sector no resultó muy claro, menor a 55°/o, consideramos a las m anzanas
como "equilibradas", marcándolas con tono gris.
La Iglesia predom inaba en la m ayor parte de la antigu a tra z a , con
excepción de las m anzanas de altos valores inm ediatas al zócalo. El sec
tor particulares dominaba en toda la zona de calles sin trazo definido de
los alrededores, en las m anzanas inm ediatas al sur y poniente de la plaza
mayor y en la parte norte y sur de la Alam eda, que era donde se estaban
construyendo las casas nuevas. Las fincas del gobierno destacaban en dos
m anzanas ubicadas al norte de la plaza (donde se localizaba la Aduana),
la m anzana del palacio y otra m anzana situada al sureste de la Alam eda.
Es im p ortante d estaca r que este plano, por esta r basado en los da
tos del padrón, no inclu ye los valo re s de ig lesias y conventos. Por ello,
algunas m anzanas (la del Convento de La Concepción y las del oriente
y poniente de la A lam eda, entre otras) ocupadas en su m ayor parte por
conventos y en las que era claro el predom inio de la Ig lesia, aparecen
consideradas como de p a rticu lare s. El plano refleja, por tan to , la d is tri
bución de propiedades eclesiásticas rentadas. Si hubiéram os considerado
los conventos e iglesias, el dominio de la Iglesia resultaría más marcado,
como puede constatarse en el plano 1.
6. F in c a s c u y o s v a lo r e s exceden de $30 0 0 0 .0 0 (p la n o 7)
V A L O R P R O M E D IO D E P R O P IED A D
PO R M A N Z A N A ¿a
• $ 4 2 .4 0 a $
• 1 001.00
2 0 01. 00
P ia n o 3
Valor promedio
de propiedad por
manzana
56 I ANTO LO GÍAS
I M aría Dolores Morales
iiO B DD
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VALOR POR MANZANA. n d
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$ 805.00 A
20 001.00
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$ 20
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000.00
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280 000.00 $ 500 001.00 A $ 500 000.00
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450 000.00
500 000.00 ?
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P lano 4
Valor por manzana
ANTOLOGÍASI 57
Historia I
VA LO R D E M A N Z A N A
POR M E TR O C U A D R A D O
V A LO R EN $
i.- 0.20- 5.50
f ia ip p is
9ogp g e r- ip
Pia n o 5
Valor por manzana
por metro cuadrado
P lano 6 IG LE SIA
Sector predominante
P A R T I C U L A R E S
por manzana
G O B IE R N O
E Q U IL IB R IO
A N TO LO G ÍA SI 59
H isto ria I
O cO n C J C Z h S J an
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JR c S H P ìB G o s
'xiOG^SJUaSJ^^uBSaSa c S s fiü "
P la n o 7
Fincas cuyos
valores exceden
de $30 000.00
60 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
7 . P l a n o s p o r p r o p ie t a r io
■
E° 1.4
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P R O P IE D A D E S D E L CO N V EN TO
D E LA C O N C E P C IO N
PADR O N 1813
P la n o 8
Propiedades del
Convento de
La Concepción
padrón 1813
62 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
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PRO PIED AD ES D E L MARQUESADO D E L ^ a □
V A L L E DE OAXACA D o D
PADRON 1813
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$ 4, 320.00 a $ 10,000.00
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50, 601.00 57, 820.00
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O
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P la n o 9
Planos por propietario.
Propiedades del
marquesado del
Valle de Oaxaca,
padrón 1813
A N TO LO G ÍA SI g3
H isto ria I
CONCLUSIONES
La serie de pirám ides y gráficas nos da una imagen de las m ínim as po
sibilidades de acceso a la propiedad (1 .6 8 % de la población) que había en
a ciudad y de las desigualdades existentes incluso en el interior del grupo
de p ro p ietario s. Las tre s c u a rta s partes del to tal ten ían sólo una casa,
m ientras una m inoría, 1.15% , eran grandes propietarios, algunos de más
de 100 casas. La Iglesia era la gran monopolista del suelo urbano (47.08% ),
y los particulares, aunque en conjunto eran importantes (44 .5 6 % ), su gran
mayoría fueron pequeños propietarios. Entre ellos destacaba la nobleza
virreinal, pero en térm inos com parativos no era mucha su preponderancia,
pues sus m ayores propietarios tenían entre 20 y 35 casas, en tanto que
os de la Iglesia eran dueños de 80 a 120. El gobierno, a pesar de que ya
había iniciado su política desam ortizadora, tenía un papel insignificante y
'epresentaba sólo 7 .7 6 % del valo r total de la ciudad.
De acuerdo con ios resultados de los planos, la mayor parte de la zona
urbanizada, con calles rectas y bien trazadas, era propiedad de la Iglesia.
Quedaban a los particulares una m ínima parte de esta zona y el dominio
absoluto de las propiedades más modestas en calles sucias, sin trazo defi
nido, sin aceras ni empedrados, de los barrios periféricos.
Otro fenómeno interesante que nos reveló el padrón es que el mayor
oeso de la Iglesia estaba en las propiedades de valores medios ($4 001.00
a $ 1 0 0 0 0 .0 0 ), en tan to que los p a rtic u la re s predom inaban como pro
pietarios de las casas más m odestas (menores de $2 0 0 0 .0 0 ) y en las de
alto valor. Queda pues perfectam ente claro el im portantísim o papel que
desem peñaba la Iglesia como propietaria de más de la m itad de la c iu
dad. Su participación como rentista tolerante es tam bién sig n ificativa, ya
que debe haber proporcionado vivienda a una gran parte de la población.
Además resulta evidente su influencia en la organización del espacio de
a ciudad. Es por tan to de gran in teré s co m p arar estos resultad o s con
fuentes posteriores para detectar los efectos de la desam ortización en la
estructura urbana.
64 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
Este hecho origina nuevos cam bios e stru ctu rale s en el siglo XIX. Las
grandes m anzanas de los conventos, puntos clave de la ciudad colonial, se
habrían de desintegrar, dando lugar a la apertura de num erosas calles y
avenidas y a usos más intensivos del suelo. Con ello alcanzarán una mayor
valorización, ya que, como muestran los planos, el valor en las zonas con
ventuales era muy bajo. La desamortización originará también el fraccio n a
miento de terrenos para nuevas colonias como en los casos de los conven
tos de El Carmen y de San Fernando. Implicará también un cambio drástico
para los inquilinos, puesto que la Iglesia tenía una política de rentas bajas
y era muy tolerante con los arrendatarios que se atrasaban en sus pagos.
Prueba de ello son los expedientes (que se conservan en el Archivo Judicial)
de demandas seguidas contra los inquilinos de casas de la Iglesia en los
años inm ediatos a la nacio n alizació n . Los nuevos propietarios pedían la
desocupación de las casas por falta de pago o porque los arrendatarios no
aceptaban los desproporcionados aumentos de renta que pretendían.
Igualmente, la desam ortización debe haber provocado un movimiento
considerable en la co nstrucción de nuevas casa s, así como en obras de
in frae stru ctu ra . Los índices de concentración seguram ente sufrieron mo
d ificaciones, porque al desestancarse el mercado de bienes raíces, se dio
acceso a la propiedad a una parte im portante de la población y se puso
en m ovim iento un mercado que iba a acu m u lar cap itale s que posterior
mente se invertirían en la transform ación urbana. El grado de m odificación
de estos índices nos m ostrará si hubo realm ente una redistribución de la
tierra urbana que devolviera el equilibrio, aunque fuese transito ria, a una
sociedad afectada por grandes desigualdades. La finalidad de éste y otros
estudios posteriores que esperamos realizar es, por tanto, analizar y valorar
las m odificaciones que se producen en la estructura interna de la ciudad,
como consecuencia de los grandes cambios en la propiedad que se llevaron
a cabo durante el siglo XIX.
A N TO LO G ÍA S] g5
H isto ria I
BIBLIOGRAFÍA
^adrón general de las casas que comprenden los ocho cuarteles mayores
en que está distribuida la capital, valores de sus actuales arrendam ientos
com parados con los que rendían el año 1796 para d ed ucir 10°/o que se
oagaba a la Hacienda Pública Nacional de M éxico-D iciem bre 31 de 1813,
México, Tipografía de la Oficina Impresora de Estam pillas, 1903.
En 1813 la Iglesia era la gran m onopolista del suelo urbano. Sus corpo-
'aciones, que representaban 4 .6 % del número de propietarios, poseían
- 7 .0 9 % del va lo r de la ciudad (cuadro 1), sin co n sid e ra r los e d ificio s
religiosos: conventos, iglesias, parroquias, establecim iento s de in stru c-
: !ón e in stitucio nes de beneficencia que ocupaban una gran extensión
:e l área urbana.
El clero poseía, además del gran valor de los edificios religiosos y de la
mitad de las casas de la ciudad que arrendaba a todos los estratos de la po
blación, los capitales impuestos a censo, los diezmos y las obvenciones
oarroquiales. Por ello, la mayoría de las clases sociales tuvieron relacio-
-es de una u otra manera con la propiedad ecle siástica.
Esta situació n, aunada al gran número de subordinados del clero, a
su clientela tan extendida, al dominio de su inteligencia y al poder que
e confería ser promotora de las obras de beneficencia en una sociedad
:e grandes desig uald ad es, dio a la Iglesia un gran poder so cial y un
ooder político considerables.
La propiedad de la Iglesia estaba dividida entre el clero regu lar y
as com unidades de seglares y aso ciad as a ella. Los ingresos económ i
cos del clero regular y secular provenían de fuentes muy diferentes. Así,
os regulares dependían principalm ente de las rentas que producían sus
cienes raíces y de los réditos de los ca p ita le s invertidos en préstam os
-'p o te cario s. El clero secu lar dependía en gran parte de los diezmos y
aerechos parroquiales, y sus rentas por inm uebles urbanos co nstituían
un ingreso secundario; tenían relativam ente pocas fincas, com únm ente
os inm uebles de la catedrales y parroquias.
En 1813 la Ig le sia era el grupo c o n c e n tra d o r de c a sa s más im
po rtante en la Ciudad de M é xico . Dentro del sector, el m ayor propie
tario era el clero regular, que poseía 8 0 % de las fin ca s e c le s iá s tic a s,
de las cu ales correspondían 5 2 % a los conventos de m onjas y el 2 8 %
68 I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
1 Un cuadro con los nombres de estos propietarios, número de sus casas y valor puede consultarse
en: María Dolores Morales, "Estructura urbana y distribución de la propiedad en la Ciudad de México,
1813", en Historia Mexicana, Vol. xxv, Núm. 3 ,9 9 , M éxico, El Colegio de México, 1976, pp. 386-387.
Aquella sociedad urbana estaba dividida de manera extrem a entre la
opulencia y la pobreza y había un abism o entre quienes algo poseían y
el resto de la población. Un grupo muy reducido disfrutaba del más alto
nivel, m ientras la inm ensa m ayoría v ivía m arginada y destinada a llevar
una existencia m iserable.
La m arcada desigualdad so cial se refleja cla ram e n te en la d is trib u
ción de la propiedad de la Ciudad de M éxico, que en 1813 estaba muy
concentrada, como lo expresa el índice Gini de concentración de .83 que
indica una altísim a concentración de la propiedad a ltísim a .2 De la misma
manera, la curva de Lorenz3 nos m uestra la gran desigualdad de la d is tri
bución de la propiedad (véase fig. 1).
El 8 % de los propietarios poseía 75°/o del valor de las fincas, m ientras
que 92°/o de ellos tenía sólo 25°/o del valor de la ciudad.4 Las casas de los con
ventos de la Concepción y la Encarnación tenían mayor valor que las fincas
poseídas por 65% de los propietarios.
Las 5 520 fincas que había en la ciudad estaban concentradas en m a
nos de 2 0 6 6 personas y 141 institucio nes. Por lo tanto sólo el 1.65% del
total de los h a b ita n te s citad in o s, ap ro xim ad am ente el 8 % de los je fe s
de fam ilia , tenían algún inmueble.
Las c ifra s son a p la sta n te s: 9 8 .9 5 % de la población urbana no tenía
acceso a la propiedad de su vivienda y estaba obligada a pagar una renta.
En el caso de los pobres, sus ingresos apenas les perm itían v iv ir al lím ite
de la su b siste n cia y tener que d e stin a r una cantid ad para la renta em
peoraba sus condiciones de vida ya de por sí precarias.
Los liberales sabían que para privar a la Iglesia de su poder político era ne
cesario golpear su base económica, por lo que uno de sus objetivos fund a
mentales fue pugnar por cambiar la distribución de la propiedad territorial.
De ahí que los ideólogos liberales atribuyeran la crisis económ ica del
país a la co n ce n tració n de la propiedad e c le s iá s tic a y co nsid eraran la
propiedad de "m anos m uertas" como una barrera que había que superar
para lograr romper con las e stru cturas heredadas de la C olonia. A sí, los
liberales consideraban que el problema medular de la sociedad m exicana
no era ni la acum ulación de la riqueza ni la consecuente desigualdad en
la distribución de la propiedad, sino más bien el hecho de que la riqueza y,
por lo tanto, la propiedad estuviera m onopolizada por las corporaciones,
es decir, por in stitu cio n e s en buena medida ajenas y opuestas a la fu n
dación de un nuevo Estado. Por tan to , su objetivo principal era destruir
el poder corporativo a favo r de la construcción de un Estado secular y en
la creación de condiciones para la libre e individu al apropiación de los
bienes m ateriales.5
Entre los num erosos ataq ues en co ntra de la riqueza e c le s iá s tic a ,
destacan dos intentos fallid o s de desam ortización. En 1833, Lorenzo de
Zavala, presidente del Congreso, realizó un prim er proyecto desam ortiza-
dor y en 1846, Antonio Haro y Tam ariz, entonces secretario de Hacienda,
intentó tam bién una desam ortización de las fin ca s e cle siá stica s a favo r
de los arrendatarios. Sin embargo, ninguno de los dos proyectos se hizo
e fectivo . La Iglesia luchó activam ente por m antener su influ en cia y pri
vilegios. Para ello se alió con las adm inistraciones conservadoras que no
proponían alteraciones en sus asuntos y las apoyó con ayuda económ ica.
En 1847, el vicepresidente V alentín Gómez Farías decretó nuevam en
te la nacionalización y venta de los bienes eclesiástico s con el objeto de
fin a n cia r la cam paña contra la invasión norteam ericana. Como repuesta
en contra de la ad m inistració n liberal que am enazaba su propiedad, la
Iglesia estim uló y financió la rebelión m ilitar de los polkos y es probable
que no haya sido la única vez que lo hizo .6 El resultado fue que Santa
Anna anuló la ley, bajo la promesa de la Iglesia de garan tizar un emprés-
5 Véase Charles A. Hale, El liberalismo mexicano en la época de Mora 1821-1853, M éxico, Siglo xxi
Editores, 1978, pp. 186-7.
6 Véase Mlchael D. Costeloe, "The Mexican Church and the Rebellion o f the Polkos", en Hispanic
American Histórica! Review, vol. 46, mayo 1966, pp. 170-178.
ANTOLOGÍASI y l
Historia I
■ Manuel Dublán y José María Lozano, Legislación mexicana o colección completa de las disposi-
: : íes legislativas expedidas desde la Independencia de la República, México, Imprenta de Comercio,
'= 76, t. 4, p. 254.
; l'oidem, pp. 528, 545 y 662.
; Padrón general de las casas que comprenden los ocho cuarteles mayores en que está distribuida esta
y :: i tal, valores de sus actuales arrendamientos comparados con los que rendían el año de 1796 para
ztzucirel 10% que pagaba a la Hacienda Pública Nacional de M íxico, diciembre 31 de 1813. México,
” : rgrafía de la Oficina Impresora de Estam pilla, 1903.
72 I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
io La disminución de 560 casas no puede atribuirse sólo a las manzanas exentas de información
porque éstas eran 125 fincas. Una comparación del número de fincas por cuartel mostró que la parte
ubicada dentro de la antigua traza, que comprende las manzanas centrales, conservó el mismo número
de casas que en 1813. Es en las manzanas periféricas, especialmente en las del oriente de la ciudad
donde disminuye el número de fincas. Esto probablemente se deba a que los empadronadores no
censaron las viviendas de adobe y los jacales, que eran numerosos en la zona.
El cambio más im portante se registra en los sectores Iglesia y particu-
ares. Las corporaciones eclesiásticas, al perder 8.6°/o del valor de la ciudad,
disminuyen su participación sobre el valor del suelo urbano de 4 7 .1 % que
poseían en 1813 a 3 8 .5 % en 1848 (cuadro 1). Esta diferencia es absorbida
por el grupo de los particulares que incrementa sus propiedades de 4 4.5 3 %
a 54.30% .
Para la Iglesia, las pérdidas principales se dieron en las fincas pertene
cientes a los conventos masculinos y en menor grado en las del clero secular.
Los conventos femeninos conservaron una gran estabilidad en el número y
valor de sus fincas y las comunidades de seglares de la Iglesia incrementaron
sus propiedades (cuadro 2).
Uno de los factores que contribuyó a que los conventos masculinos per
dieran propiedades fue la confiscación de los bienes de las órdenes hospita
larias, suprim idas en 1820. Por otra parte, dentro del sector eclesiástico se
siguieron distintas políticas de inversión ante los intentos desamortizadores;
los conventos masculinos y el clero secular prefirieron vender buena parte de
sus fincas e invertir en hipotecas. En tanto que los conventos femeninos y las
comunidades de seglares asociados a la Iglesia preservaron sus bienes raíces.
Los índices de concentración de propiedad obtenidos para los sectores
Iglesia y particulares en conjunto, muestran que dicha concentración dism i
nuyó sólo ligeramente al pasar de 0.83 en 1813 a 0.78 en 1848; por lo que
la distribución de la propiedad siguió estando muy concentrada, como lo
muestran las curvas de Lorenz (fig. 1). En 1848, la gran mayoría de los pro
pietarios, 8 6.2 7 % (91.42% en 1813), tenía sólo el 25% del valor total de la
ciudad, mientras 13.73% (8.58% en 1813) poseía las tres cuartas partes de
ese valor.
En el interior de cada uno de los sectores hubo poco cambios. La Iglesia
aumentó ligeramente su concentración en tanto que el grupo de particulares
registró un descenso. El índice de concentración en el interior de la Iglesia
sólo se incrementó de 0.65 a 0 .6 7 .11 Esto se debe a la reducción que se da
en el número de propietarios del clero regular por la venta de fincas de va
rios conventos de monjes. En 1848 una minoría de propietarios eclesiásticos,
20.39% (22.52% en 1813), poseía 75% del valor de las fincas del sector Igle
sia, mientras 79.61% (77.46% en 1813) tenía sólo 25% de ese valor.
C uadro 1
Distribución del valor total de las fincas de la Ciudad de México por sector
propietario 1813-1848
Padrón 1813
Padrón 1848
Sector Número de % de Número Valor total Porcentaje
propietario propietarios propietarios de casas de sus casas $ del valor °/o
--■ORO 2
I ;v :b u c ió n del valor total de las fincas del sector Iglesia
Padrón 1813
iDrporación Número de Número Valor total Porcentaje
: ropietaria propietarios de casas de sus casas $ del valor %
CDmunidades
: . es de seglares
asociados a la 32 144 1 029 410.00 5.72
: zs.3 (Cofradías,
~t';eras órdenes)
Padrón 1848
Corporación Número de Número Valor total Valor deflecio- Porcentaje
aropietaria propietarios de casas de sus casas $ nado en 20°/o del valor °/o
Irnunidades civi-
ts de seglares aso-
: 300S a la Iglesia 41 209 2 029 444.90 1 623 556.00 11.62
Cofradías, Terceras
faenes
F ig u r a 1
C u r v a d e L o r e n z d e l a c o n c e n t r a c ió n d e la p r o p ie d a d . I g l e s ia y p a r t ic u l a r e s . 1 8 1 3
ÍNDICE 0.83
o/o DE PROPIETARIOS
ANTOLOGÍAS! ??
Historia I
ÍNDICE 0.78
o/o DE PROPIETARIOS
ANTOLOGÍAS
Maria Dolores Morales
3 U 0 G R A FÍA
I:s :e lo e , M ichael, "The M exican Church and the Rebellion o f the Polkos",
f Hispanic Am erican Historical Review, vol. 46, mayo 1966.
Este trab ajo m uestra los resultados de esta com paración con objeto de
:e te rm in a r en qué grado se alteró la estru ctu ra de la propiedad al rom
perse la co n ce n tració n de las co rp o racio nes y al o rig in a rse una de las
:'a n sm isio n e s más grandes de la propiedad en la h isto ria m exicana.
El surg im ien to de una ciudad m oderna requería su p e rar las trab a s
■npuestas por la am o rtizació n y la v in cu la ció n del suelo para recuperar
os am plios espacios im p rod uctivos que privaban a la ca p ita l de un im
portante po rcentaje de su te rrito rio en casas y conventos.
A p rin cip io s del siglo XIX, la Ciudad de M éxico era la expresión de
,n a sociedad form ada por corporaciones protegidas por privilegio s par-
■cu iares. V ario s de estos cuerpos, como la Iglesia y la llam ada "n o b le
za", fija b an la m anera en que se disponía el espacio por tener sustraíd a
:e l m ercado gran parte de la propiedad.
En 181 3 , la Ig lesia era la gran m on o po lista del suelo urbano. Sus
corpo racio nes, que representaban 4 % de los p ro p ietario s, te n ían 4 8 %
del valo r de la ciudad. Los p a rticu lares, dueños en su m ayoría de la casa
en que v iv ía n , co n stitu ía n 9 4 % de los propietarios y concentraban sólo
e 4 4 % del v a lo r urbano .4
■ El más completo de estos estudios es el de Jan Bazant, Los bienes de la Iglesia en México [1856-
'375), México, El Colegio de M éxico, 1971.
2 Archivo Histórico de la Ciudad de México (en adelante, a h c m ), Padrón de la Municipalidad de
'•'éxico, 1848, Vols. 3408 y 3409.
3 A6N, Padrón de la contribución del 8 al mil lar sobre fincas urbanas, 1864. Hacienda, siglo xix, Ramo
Contribuciones Directas, Subramo de Fincas Urbanas y Rurales, Vols. 457 a 464.
- María Dolores Morales, “Estructura urbana y distribución de la propiedad en la Ciudad de México
í" 1813” , en Historia Mexicana, xxv, 3, enero-m arzo de 1976, pp. 3 63-402.
cá7
0 O °
®«a ci O
3 >
a
P lano 1
Conventos, Iglesias,
Colegios e Instituciones del
Clero regular y secular
Nota: ver lista en la pág. 23,
Capitulo 1
Las instituciones eclesiásticas poseían, además de la mitad de las casas
citadinas, 80 edificios religiosos que ocupaban una gran extensión del área
jrbana, cuyo valor no se consideró en la fuente, por estar exentos del pago
de contribuciones. De haberse tomado en cuenta, el porcentaje de concen
tración de la Iglesia se elevaría de manera importante (plano 1).
Un grupo de particulares perteneciente a la llam ada "nobleza" tenía
también vin cu lad as sus fin ca s m ediante la posibilidad de establecer ma-
*:razgos. Este grupo concentraba 6.5°/o dei valo r urbano, que quedaba así
: -straído del mercado de tierras y fincas y representaba 54°/o del valor de la
: ^dad y los edificios que albergaban servicios eclesiásticos.
D urante la prim era m itad del siglo x ix se entabló una lucha de los
: : erales por destruir el poder de las corporaciones. Su propósito era cam-
■ la sociedad antigua formada por actores colectivos por otra sociedad
: ‘ 5:ituida legalm ente por individuos autónomos y sin privilegios. Uno de
: : srin cip ales m ecanism os que utilizaron para lograr este cambio fue la
:r::'u c c ió n de sus bases m ateriales mediante la afectación de sus propieda-
:t:_ oarticularmente las de la Iglesia, que representaba uno de los principales
-c re c u lo s para secularizar la sociedad y conformar un Estado moderno.
En la primera mitad del siglo XIX se inició un proceso de liberación de
i i'Dp'edad con la desvinculación de los bienes de mayorazgos, decretada
e* '3 2 0 -1 8 2 3 , que originó la venta de sus fincas. Asimismo, los conventos
¡nos, ante los intentos desamortizadores de 1833 y 1847, vendieron
de la mitad de sus casas; la reducción principal se dio en las órdenes
|e :s carmelitas y los dominicos.5
E fracaso de los intentos desam ortizadores hizo que el proceso fuera
- . ■ento. En 1856, Miguel Lerdo de Tejada dictó la ley de desamortización
: .e obligó a las corporaciones eclesiásticas y civiles a adjudicar bienes raí-
i’rs en propiedad a quienes los arrendaban. Se exceptuaron los conventos,
: tsias, colegios, hospitales y casas de beneficencia.6 No se trataba aún de
. ' a expropiación, porque las corporaciones conservaban las hipotecas sobre
fincas y recibían el pago de los intereses hasta que los nuevos dueños las
'r:'m ie ra n y les pagaran el capital.
7 Memoria de Hacienda y Crédito Público, 1857, Documento 149, pp. 170 a 289.
8 Dublán y Lozano, op. cit., Vol. 8, pp. 670-673.
ANTOLOGÍAS! 85
Historia I
- '.‘smorias de las operaciones que han tenido lugar en la oficina especial de desamortización del
- desde el 7 de enero en que se abrió, hasta el 5 de diciembre de 1861, en que cesaron sus labores,
: : j continuarlas la Junta Superior de Hacienda, M éxico, 1862.
: En la Ciudad de México la venta de bienes fue casi com pleta; sin embargo, el proceso de nacio-
• i zación se prolongó hasta el Porfiriato por los bienes y capitales ocultos, los retrasos en los pagos
re aonos y pagarés y los litigios entre propietarios por derechos sobre una misma finca.
86 I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
C uadro 1
Distribución dei valor total de las fincas de la Ciudad de México por sector
propietario 1848-1864
Padrón 1848
Sector Número y % o/o de Número de Valor total de Porcentaje
propietario de propietarios propietarios sus casas sus casas $ de valor
Padrón 1864
Sector Número y % o/o de Número de Valor total de Porcentaje
propietario de propietarios propietarios sus casas sus casas $ de valor
S e c t o r e s p r o p ie t a r io s
Í n d ic e s d e c o n c e n t r a c ió n
T ip o s d e p r o p ie t a r io s
PG U RA 1
I j r v a d e L o r e n z d e l a c o n c e n t r a c ió n d e la p r o p ie d a d . I g l e s ia y p a r t ic u l a r e s . 1 8 1 3
1 8 4 8 INDICE 0 .7 8
1 8 6 4 INDICE 0 .6 5 AMBOS SECTORES
100
95
90
85
80
75
70
65
60
< 55
>
50
45
40
35
30
25
20
15
10
o/o DE PROPIETARIOS
go j ANTOLOGÍAS
1 M aria Dolores Morales
C uadro 2
Distribución del valor total de las fincas de los sectores Iglesia y particulares
1848, 1864
Padrón 1848
Número y °/o Número de Valor total de Porcentaje
Tipo de propietario de propietarios sus casas sus casas $ de valor
Padrón 1864
Número y °/o Número de Valor total de Porcentaje
Tipo de propietario de propietarios sus casas sus casas $ de valor
3 .R A 2
:~ ISU C IÓ N DE VALORES POR NÚMERO DE PROPIETARIOS 1 8 4 8 -1 8 6 4
1848
s 766, 503.19 5%
s 492, 698.10 5%
$ 351, 840.00 5%
s 9, 000.00 197 5%
11.30%
s 6, 120.00 265 50/0
57.02%
30.00 1337 50/0
D is t r ib u c ió n de v a l o r e s p o r n ú m e ro de p ro p ie ta rio s 1 8 4 8 -1 8 6 4
s e c t o r e s ig l e s ia y
1864
p a r t ic u l a r e s
: : T D R I g l e s ia
C u a d ro 3
Distribución del valor total de las fincas del sector Iglesia
Padrón 1848
Padrón 1864
Corporación Número y °/o Número de Valor total de Porcentaje de
propietaria de propietarios sus casas sus casas $ valor
Comunida
des civiles
de seglares
asociados a la
Iglesia (cofra-
:ías, terceras
órdenes)
Total: 7 7 79 487.91 100.00
C uadro 4
Padrón 1848
Tipo de Número y °/o Número de Valor total de Porcentaje
propietario de propietarios sus casas sus casas $ de valor °/o
Padrón 1864
Tipo de Número y °/o Número de Valor total de Porcentaje
propietario de propietarios sus casas sus casas $ de valor
Grandes pro
pietarios (de
$75001.00 o
más)
Medianos
propietarios
1 14.29 1 41 681.25 52.44
(de $11 150.01
a $75 000.00)
Pequeños
propieta
rios (de 6 85.71 6 37 806.66 47.56
$70000.00 a
$11 150.00)
En 186 4 , al d estru irse el gran m onopolio e cle siá stico sobre la pro-
oiedad, el sector de la Iglesia desaparece quedando sólo siete de los 103
propietarios de 1848 y siete fincas por valo r de 79 4 8 8 .0 0 pesos en lugar
se las 1 700 que valían 17 4 7 0 0 9 3 .4 0 pesos (cuadro 1). Las casas conser-
.ad as pertenecían a dos casas cú rale s y a cu atro conventos de m onjas
que volvieron a ocupar las religiosas durante el Imperio. Desaparecen los
: randes propietarios eclesiástico s y quedan sólo uno de los m edianos y
seis de los pequeños.
La Iglesia, que en 1848 poseía más de la mitad de las casas destinadas
al arrendam iento, al perder sus propiedades dejó de controlar la oferta de
.ivienda en la ciudad para ceder su papel de arrendador a los particulares.
Esto im plicó que, en lo sucesivo , algunos in q u ilin o s fueran despojados
:e su vivienda por adeudar rentas o no pagar los aum entos exigidos por
os nuevos arrendadores, que siguieron una lógica de m axim izació n de
:a n a n c ia s que co ntrastaba con la práctica de rentas m oderadas y la to-
erancia de la Iglesia. Esto se comprobó en los ju icio s promovidos por los
'..e v o s propietarios en 1 86 1 -1 8 74 , p articu larm ente por los de José Ivés
. mantour, quien entabló más de 20 dem andas contra sus inquilinos por
-alta de pago de rentas y en varios ju icio s ellos denunciaron que les exigió
sjm e n to s en las ren tas.11 La ley de inquilinatos aprobada por el Congreso
en 1870 favo re ció esta nueva lógica de los p ro p ietario s al a g iliz a r los
- cios de desocupación de ca sa s.12
I e it o r d e p a r t ic u l a r e s
--chivo Jud icial del Tribunal Superior de Ju sticia del Distrito Federal (en adelante, Archivo Ju d i
a s ), Juicios promovidos en los Juzgados del Ramo Civil por José Ivés ümantour por adeudos de rentas
: inocupación de casas, 1861-1874.
: ElSigloxix, 7 de diciembre de 1870, p. 1 (Crónica Parlam entaria).
9g ANTOLOGÍAS
María Dolores Morales
C u a d ro 5
Distribución del valor total de las fincas del sector particulares
Padrón 1848
Tipo de Número y Número de Valor total de Porcentaje
propietario % de propietarios sus casas sus casas $ de valor
Padrón 1864
Tipo de Número y Número de Valor total de Porcentaje
zropietario o/o de propietarios sus casas sus casas $ de valor
2'andes
: 'ooieta rios
73 2.24 663 11 053 621.00 25.43
: =575001.00
; S621 002.00)
."edianos
: 'coietarios
944 29.03 1 887 23 612 715.00 54.31
:=S11 150.00
; S75 000.00)
-ru e ñ o s
: 'coietarios
2 235 68.73 2 703 8 809 982.10 20.26
:= 540.00 a
S ’ l 150.00)
Total: 3 252 100.00 5253 43 476318.00 100.00
F ig ura 3
C u r v a d e L o r e n z d e l a c o n c e n t r a c ió n d e la p r o p ie d a d
95 -J-
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
H----1----1----1----h H----1----1----1----h
10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
°/o DE PROPIETARIOS
a n t o l o g ía s i
Historia I
C uadro 6
Padrón 1848
Número Valor total de
Propietario
de sus casas sus casas $
7
C uadro
Padrón 1848
Número Valor total
Propietario de sus casas $
de sus casas
Convento de monjas
Convento de la Concepción 123 1 846922.71
Conventos masculinos
Convento de San Agustín 35 414 674.30
Oratorio de San Felipe Neri 36 327031.79
Convento de la Merced 58 294982.05
Convento El Carmen del Desierto 14 208 558.08
Convento de Santo Domingo 24 175 546.57
Provincia de San Agustín 18 149 574.12
Colegio de San Pablo 30 118882.74
Convento del Carmen de México 7 76828.85
Clero secular
Comunidades de civiles
asociados a la Iglesia
Archicofradía del Santísimo de Catedral 24 352 567.60
Ramo de Aniversarios de Catedral 18 192 649.19
Obra Pía de San Ildefonso 10 144 266.25
Cuerpo de Plateros 12 140 306.00
Colegio de San Ignacio 10 104720.30
Colegio de San Homobono 98 440.50
Hospital de Terceros de San Francisco 91 198.90
Hospital de Teceros 76 545.98
Total: 40 propietarios 1 474 15856520.00
ANTOLOGÍAS I
H isto ria I
I _O R O 8
Padrón 1864
Número de Valor total
Propietario
sus casas de sus casas $
13 Shantí Oyarzábal, "Gregorio M ier y Terán en el país de los especuladores 1 830-1869", en Ciro
Cardoso (coordinador), Formación y desarrollo de la burguesía en México, Siglo xix, México, Siglo
Veintiuno Editores, 1978, pp. 140-163.
14 Archivo General de Notarías de la Ciudad de México (en adelante, a g n c m ), Protocolo notarial
292, Fermín González Cossío, 9 de junio de 1873.
15 Rosa María Meyer, "Los Béistegui, especuladores y mineros 1 830-1869” , en Ciro Cardoso (coor
dinador), op. c/'t., pp. 108-139.
16 Archivo Ju d icial, Juzgado 5» C ivil, 673937, Test, de Manuel de Rosas, septiembre 20 de 1911.
17 Archivo Ju d icial, Juzgado 5o C ivil, 566942, Test, de Ignacio Cortina Chávez, enero 20 de 1909.
is Jan Bazant, op. c/'t-, p. 209.
ANTOLOGÍAS I 10g
Historia I
22 AGNCM, protocolos notario 169, Ramón de la Cueva, 11 de octubre de 1858 y notarlo 726, Mariano
Vega, 28 de enero de 1862.
23 Discurso que el Dr. Dn. Antonio Fernández Monjardín presentó el 28 de abril de 1862 al Juez 4° de la
Civil reclamando el despojo que se le infirió de una casa de su propiedad de la que se dio posesión a D. José
Ivés Limantour, México (Imprenta de M. Murguía), 1862, pp. 11 y 12.
24 Jan Bazant, op. cit, p. 180.
25 AGNCM, Protocolo notarial Pérez de León, 16 de marzo de 1857.
A N TO LO G ÍA SI m
H isto ria I
:: y c lu s io n e s
: : remos co ncluir que los resultados de la com paración de la distribución
:e a propiedad entre 1848 y 1864 m uestran que la desam ortización pro-
ecó cambios y algunas perm anencias en la estructura de la propiedad de
: I jdad de M éxico. Uno de los cam bios fundam entales fue la desapari-
: :n como propietario del cuerpo más im portante del antiguo régimen, la
: es a, y la destrucción de su monopolio sobre el suelo urbano. El grupo
¡n -ra l logró, m ediante el despojo de sus bases m ateriales, acabar con su
- .t 'z a po lítica, separarla del Estado y subordinarla en los asuntos civiles.
zs-.t avance en la secularización de la sociedad señala un hito en el desa-
lo histórico del país al romperse los valores de una sociedad, basada
acto res co le ctivo s poseedores de p rivileg io s, para tran sfo rm a rse en
regida por individuos con derechos ¡guales. La destrucción del mo-
* :3 0 l¡0 de la Iglesia sobre la propiedad transform ó un régimen en gran
~e de propiedad corporativa en uno de propiedad privada e individual.
Otro efecto muy im portante del proceso desam ortizador en la estruc-
.•3 de la propiedad fue la dism inución del alto índice de concentración
; ;o a l de la propiedad urbana, que pasó de 0.78 a 0.65 . La desaparición
:? a Iglesia originó que los grandes propietarios registraran una dism i-
■_ ción considerable de su co ncentració n , pasando de detentar la mitad
re valo r de la propiedad a tener sólo una cu arta parte de ella. Sin em-
-.a-go, al in te rio r del secto r de p a rticu lares, se registró una baja menor
:e índice de 0.70 a 0 .6 5 y una perm anencia de las proporciones de los
■sos de propietario y del valo r co ncentrado que se m antuvieron asom -
: "s á m e n te sem ejantes.
La otra consecuencia sustancial de la desam ortización fue el cambio
el control de la propiedad, que pasó del principal cuerpo del antiguo
•¿gimen, la Iglesia, a las manos privadas de una naciente burguesía que
: r consolidó como grupo de poder im p o rtan te. Este grupo de propieta-
■os p a rticu lare s quedó integrado por em presarios surgidos en los años
ija re n ta , dedicados principalm ente al com ercio y al agio, que se consoli-
rsron con el aprovecham iento de la coyuntura desam ortizadora, a quie-
'e s se sumaron nuevos miembros, entre ellos, com erciantes prestam istas
^ n c e s e s , funcio n ario s, un periodista y algunos miembros de la élite co-
onial, quienes adquirieron casas y lotes de edificios conventuales.
112 I ANTOLOGÍAS
I Maria Dolores Morales
BIBLIO GRAFÍA
J-3 NCM
■^otocolo notarial 169, Ramón de la Cueva, 11 de octubre de 1858 y no
t ó lo 726, M ariano Vega, 28 de enero de 1862.
dos promovidos en los Juzgados del Ramo Civil por José Ivés Limantour por
.--rudos de rentas o desocupación de casas, 1861-1874.
v t~oria de Hacienda y Crédito Público, 1857, Documento 149, pp. 170 a 289.
qué cam bios ocurrieron en la retícula central y cuáles fueron los avances
logrados en el ordenam iento de los barrios de las com unidades indígenas,
para poder observar cómo se empezaron a integrar a la ciudad y de qué
manera se fue m aterializando la concepción de la ciudad como un todo.
Es im portante tam bién investigar de qué form a estas nuevas exigencias
de la ciudad en cuanto a lim pieza, empedrado y libre circulació n a fe c ta
ron a las tierras de las parcialidades.
Asim ism o, nos proponemos descubrir los cam bios espaciales d eriva
dos de las ideas de Tadeo O rtiz y a n a liz a r la rem o delació n de la zona
surpo niente de la ciud ad , donde se creó el barrio de Nuevo M éxico , el
cual representó la cristaliza ció n de la ¡dea de C astera, así fuese sólo en
un sector de los barrios indígenas.
Nuestra investigación tratará básicam ente de la apertura de nuevas
calles y avenidas interiores en la ciudad que alteraron la traza del plano,
y de los nuevos paseos ab ierto s en el perím etro urbano que fueron de
gran im portancia para la ordenación de la periferia, integración de zonas,
am pliación de la traza y constitución de ejes de crecim iento. Las avenidas
de entrada a la ciudad, o calzadas, que también fueron otro elemento bá
sico de la estructura v ia l, se tratarán sólo de manera general y secundaria
por ser tema de otra investigación, que está en proceso.1
Las nuevas co nstrucciones serán tam bién objeto de nuestro análisis
en los casos en que influyeron de manera im portante en la organización
de la tram a vial que las circundaba.
LA CIUDAD ILUSTRADA
L a id ea b o r bó n ic a de la c alle
Para la concepción ¡lustrada, la calle era uno de los elementos más impor
tantes que debían transform arse para alcanzar el modelo ideal de ciudad.
El crítico e historiador Laugier, miembro del círculo de ilustrados fran ce
ses, en su tratado dedicado al restablecim iento de una arquitectura racio
nal, consideraba que de las calles, las entradas y los edificios dependía la
- 'arc Antoine Laugier, Essai sur l'architecture, S.ed., París, 1753, 2 ed. 1755, p. 221.
: 1 -adoen Anthony Vidler, "Los escenarios de la ca lle : transform aciones del ideal y de la realidad",
- -- :e rso n , S.(ed.) Calles, problemas de estructura y diseño, Gustavo G ili, Barcelona, 1981, p. 42.
- Sébastien Mercier, L'an 2240. Rêve s'il en fut jamais, (Londres 1771), La D'ecourete, Paris,
a a n t o l o g ía s
REGLAMENTACIÓN DE LA CALLE
‘ -Tdrés Lira, Comunidades indígenas frente a la ciudad de México. Tenochtitlán y Tiatelolco, sus
i . t: is y barrios 1812-1919, M éxico, El Colegio de México/ El Colegio de M ichoacán, 1983, p. 16.
: rte rto Moreno de los Arcos, "Los territorios parroquiales de la ciudad arzobispal", Gaceta oficial
i - -.-¿obispado de México, México 1981, pp. 150-173.
• la rlo s Aguirre, op. cit.
120 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
14 Francisco de la Maza, "El urbanismo neoclásico de Ignacio Castera”, Anales del Instituto de
Investigaciones Estéticas, M éxico, u n a m , núm. 22, pp. 93-101.
15 AGN, Obras Públicas, vol. 2, exp. I.
A N TO LO G ÍA SI 123
H isto ria I
‘aso 1
"v e c to de Reforma de Barrios del arquitecto Ignacio Castera, 1974. El plano original se localizaba en el agn Ramo de
:: cía, Vol. 2, Exp. 1 (Está perdido y sólo se puede tom ar del artículo de Francisco de la Maza, "El urbanismo neoclásico de
:-a c io C astera", Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, México, unam, núm. 22,1954, pp. 93-101).
124 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores M orales
16 “ Instrucción reservada que deja el virrey don Miguel José de Azanza a su sucesor don Félis
Berenguer de M arquina", Jus, México, 1960, pp. 59 a 61 (Testimonia histórica, 1).
' í " i o s y había logrado desocupar algunas con perjuicio de sus dueños,
cu no s de los cu ales habían tenido que q u ita r su com ercio. Se acordó
red ir a Revillagigedo que ordenara a Castera suspender estas providen-
: a s hasta que el proyecto fuera aprobado, y así lo hizo .17
Castera contestó a Revillagigedo explicándole que, si había derribado
s :u n as casas, era porque contaba con su consentim iento y para la cons-
- .c c ió n de atarjeas. Esto le perm itió abrir al mismo tiem po las calles de
I . eta y Regina, lo que provocó que se pensara que estaba poniendo en
- ::.c ¡ ó n el proyecto.
Días después, R evillag igedo envió el proyecto a la Ju n ta de Polícía
que los nuevos edificios se construyeran con arreglo al plano, parti-
■. s rmente en los barrios donde a menudo se fabricaban casas de adobe
5 * guardar línea ni orden.18
Concluido el gobierno de Revillagigedo, el m aestro José del Mazo y
-*■ és pidió a Castera que, para va lu a r las casas que iban a tirarse en los
K " os, les pusiera unas señales gruesas con lechada para saber cuáles
: =~ a derribarse del todo y cuáles en parte.19 Al parecer, éste fue el pro-
- : ~ ento que se siguió en algunas de las calles, lo que pude corroborar
- ■e caso del Callejón de Chiquihuiteras.
Grifería
Paseo de Bucareli
Paseo de Azanza
Paseo de Revillagigedo
- l.a d a lu p e d e la Torre, "Los muros del agua: El resguardo de la ciudad de México en el siglo xvill",
: . - _ a - in a h , Consejo del Centro Histórico de la Ciudad de M éxico, 1999.
-P --CM, Arquitectos, vo l. 3 8 0 . Leg. 5 , fo l. 2 a 4 v ta .
: : --CM, Obras públicas, vo l. 1 fs . 7 5 6 .
130 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
P lano 3 Al co n clu ir las obras del Paseo de B u care li se form ó el nuevo Paseo
Plano del Paseo de Azanza, realizado durante el gobierno de este virrey, que se iniciaba en
de Azanza. Dibujo
la G arita de Belén y unía las de B ucare li, La Piedad y San Antonio Abad
tomado del a hc m ,
Paseos en general, (plano 3). Tenía 14 varas de ancho en el centro y una longitud de 3 200 va
Vol. 3584, T.1, Exp. 28. ras. La postura para su construcción se le dio al arquitecto Ignacio Castera,
Plano que demues
quien se comprometió a realizarla utilizando trabajo forzado para hacer e
tra el Nuevo Paso de terraplén. La obra, que tuvo un costo de 20 000 pesos, se finan ció con e!
Azanza que ha de
producto de seis corridas de toros y fue concluida en 1800.24
unir los de Bucareli,
la Piedad y Revllla Completaba la retícula el Paseo de Revillagigedo, formado durante el
Gigedo levantando gobierno de este virrey, el cual se iniciaba en la orilla de la acequia real,
de orden Exmo. Señor
desde el puente de San Pablo hasta el de La V ig a ; tenía una extensión
Virrey Don Miguel
José de Azanza. de 1 848 m etros. La arboleda se extendía en ambos lados del can al, por
Por el mtro. mayor uno subían y bajaban trajin era s cargadas de chinam peros y labriegos que
de Arquitectura Don
Ignacio Castera en
llevaban flores a la ciudad y, por el otro, num erosas ca rre te la s, jin e te s y
11 de enero de 1775. cam inantes que iban y venían por el paseo.
1 Paseo Bucareli
2 Garita de Belem
3 Calzada de Chapultepec
4 Arquería de Belem
5 Garita de la Piedad
6 Paseo de ia Piedad
7 Garita de San Antonio Abad
8 Garita de la Candelaria
9 Calzada de San Antonio
10 Calzada que va a la Viga
11 Calzada que va a Jamaica
12 Santuario de la Piedad
13 Barrio de Romita
14 Calzada de las Rondas
15 Puente de México
16 Unión de las calzadas de San Antonio
Abad y La Piedad
17 “Paseo Nuevo de Azanza"
18 Corte o perfil de este paseo
r- NTERIOR DE LA CIUDAD
P la n o 4
Tomado del plano
de José Antonio
Alzate (División de
Parroquias), 1772.
ANTOLOGÍAS
134
M aría Dolores Morales
::H a h c m , Terrenos, v o l. 4 0 2 7 , ex p . 2 6 8 .
29 a g n , Obras Públicas-, v o l. I, fs. 7 5 6 .
136 | ANTOLOGÍAS
1 M aria Dolores M orales
"
' Guzm án E
------------- - ——
1-----------
1 1
1 1 1
i 1
t 1
t 1
1
t i
. }
l
P lano 5
Plano que indica los sitios que se quitaron y los que se compensaron a sus dueños para la construcción de una atarjea
y
y la prolongación de la calle de Zuleta. Dibujo tomado de ahcm, Empedrados, ol. 882, Leg. 194, México, 1800.
P lo r t o q u « m o « iitie * 'fo ^ co<npr-#Aíí# io J e » io t n iio * que *r> io c a lia N u ^ v a , ¿+
■
a ZJe+. *a p o r •! caft^ode «*•¡ Woftpi'o/ Rm ol ka*io *1 ftisevo H .,pic,„ Je PoU.i,,«
quitaren i c a n + t r o c c ¡ o n de , 40 lo* : • e* eoi p m » o rô o a » u s r« *p *c
livO» du«Ao%
L ftv a n ^ o ^ o po<- m¡ m i r o , m o yo »- O o r» i^ n o c ie C- o * 4 ’* / 'o de ty d e N C
M **<co 2 5 de 1800
< 5^
a
V.
calle V ic to r ia
140 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
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C- ’— .y
^e tc L T rrr^ a *
- ■- - : 1errenos,
: 4026, Exp. 188.
A N TO LO G ÍA S! 143
H isto ria I
5T Sonia Lombardo de Ruiz, La Ciudadela. Ideología y estilo en la arquitectura del Siglo xvill, México,
awM p. 2 5 .
! T ah cm , Calles, Apertura, v o l. 4 5 1 , t. 1, ex p . 5.
; hcm , Empedrados, vo l. 8 8 3 , e x p . 2 3 7 .
H3 i-HCM, Calles, Apertura, v o l. 4 5 1 , t. 1, exp . 7.
146 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
Z ona s u r - su r est e
p c T -:* ORIENTE
C en tr o d e l a c iu d a d
En la zona central de la ciudad sólo observamos dos cam bios: los alinea
mientos del callejón de la Condesa y el de la manzana frontera al Convento
de San José de Gracia. En 1797, al co nstruir el arquitecto Tolsá el Palacio
de M inería, se alineó el callejón de la Condesa por su lado oriente, ya que
las casas que antes ocupaban el sitio estaban rem etidas en el centro de
esa acera. El Real Tribunal de M inería cedió el terreno para este objeto
En 1792 se alineó la acera fro ntera al Convento de San José de Gracia
(callejón del Parque del Conde). El dueño de las casas que estaban reme
tid as seis vara s, pidió lice n cia para sa ca r las fach ad as sobre el espacio
form ado por una p lazuela. Se le concedió el perm iso para que quedara
alineada la calle con objeto de evitar robos y ofensas a Dios.62
6 0 AGN, Obras Públicas, vol. 6, exp. 15, fs. 2 6 6 - 2 8 9 y AHCM, Calles. Apertura, vol. 4 5 1 , 1 . 1, exps. 3 y 4.
61 AHCM, Calles, Alineamiento, v o l. 4 4 4 , exp. 7.
62 a h c m , Calles, Alineamiento, v o l. 4 4 4 , exp . 2.
A N TO LO G ÍA SI ug
H isto ria I
i ciudad. De a llí que las ca lle s to rtu o sas y los ca lle jo n e s estrecho s de
:s barrios, se calificaran de m adrigueras y refugios de m aldades, lugares
secretos donde se ocultaban los corruptos e inm orales, que vivían m ez-
: ados entre la población que escapaba del control e statal.
Los re sultad o s del a n á lisis de los cam bios en la tra za de la e s tru c -
' j r a via l de la Ciudad de M éxico , en el periodo 1 7 7 0 -1 8 2 0 , m uestran
:_¡e el p ro ye cto de C a s te ra que proponía a m p lia r la tra z a h a cia los
:a rrio s , se co ncretó más de lo que hasta aho ra se había pensado.
Los cambios en la configuración vial fueron desiguales en las distintas
:o n as. La parte cen tral de la ciudad y los barrios lo calizad o s al norte y
:• ente perm anecieron casi intacto s; no así los sectores poniente-sur po-
• ente y sur-sureste, que registraron algunas transform aciones.
El sector que más cambió, el oriente-sur poniente, empezó a transfor-
~arse antes del proyecto de reforma de barrios de Castera. La primera fase
:el proceso se inició en la década de los setenta con la apertura de dos
; ; es que resultaron de la prolongación de la Alam eda y term inó con la
; :ertura del Paseo de Bucareli. Éste constituyó un eje muy im portante en
'eorganización de la zona, al igual que la prolongación de la calle Victo-
- 3 , que comunicó al periférico paseo con la parte poblada de la ciudad.
Una segunda etapa de cambios en la tram a viaria se da en el periodo
'7 9 4 -1 8 0 7 , a partir de la ejecución del proyecto de Castera. En su tra n s
i ó , se abrieron en el conjunto de la ciudad alrededor de diez calles y se
í nearon seis.
En estas dos fases del proceso destacó la participación del arquitecto
lastera, quien colaboró en las obras de apertura y alineam iento de calles,
:esde las de Bucareli y Victoria hasta las demás abiertas que finalizaron a
3 muerte de Castera. Entre 1808 y 1821 se interrumpió la continuidad del
i'oceso y sólo se abrieron dos calles de manera esporádica, una en 1812 y
: : ra en 1819.
Los barrios del sector poniente-sur poniente, habitados prioritariam en-
:e por indios de la parcialidad de San Ju a n , fueron los prim eros en su frir
35 alteraciones y exigencias de orden, salubridad y libre circulación de una
: jdad que pretendía ser moderna. Ello implicó el inicio de la apropiación,
:o r parte de la ciudad, del rey y hasta de la Iglesia, de las propiedades
•dígenas y la invasión de sus espacios para som eterlos al orden estatal
español, proceso que se agudizará durante la primera mitad del siglo.
150 (A N TO LO G ÍAS
M aría Dolores M orales
_A CIUDAD IN DEPENDIENTE
C o n t in u id a d e s y n o v e d a d e s e n l a id e a d e l a c a l l e
una com isión v ig ila ra que las casas que se estaban construyendo en e
barrio de Nuevo M éxico se som etieran al orden y regularidad que e sta
blecían las reglas de p o licía.70
Otro reglam ento que se repite en todos los bandos expedidos en e
periodo es el de que los dueños de casas ruinosas las reed ificaran o, de
lo c o n tra rio , se proced ería a h acerlo a su co sta , debiéndose pro curar
que cuando se h icie ran obras y casas nuevas o se d erribaran las a n ti
guas, quedaran las ca lle s anchas y derechas, y las plazas con la debida
capacidad.
' .A S O 7
: '3yecto del barrio de iturbide, de Tadeo Ortiz de Ayala. Colección Arquitectura de México, Sección
-•quitectura M exicana del Siglo XXI, lámina 111-3, Facultad de Arquitectura de la UNAM, Colegio de
--quitectos de México, Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, 1986.
156 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
- r \ . P lano 8
Teno r de la ciudad
- es abiertas y ampliaciones
Santa Anna, llamada después Providencia (actual Artículo 123)
1 Escondida (actual Ayuntamiento)
Calzada chica de Campo Florido (actual Dr. Lavista)
Ampliación callejón de San Antonio (actual Ernesto Pugibet)
: Iturbide
z Cuartel de inválidos
Ancha, tramo Corpus Christi-Zapo (actual Luis Moya, tramo Av. Juárez-Victoria)
: Calzada grande del Campo Florido (atual Dr. Andrade)
* Ampliación Callejón Chiquihuiteras (actual Buen Tono)
: Ampliación Callejón Pajaritos (actual Dr. Valenzuela)
Alineamiento de la 1a. calle de Revillagigedo
í . 3'ssiones y demoliciones
I Demolición capilla del Ecce Homo de las Maravillas, supresión Callejón
de la Calavera y ampliación de la manzana norte de San Diego
1 Derrumbe capillas del Calvario
- Supresión Plaza del Puente del Santísimo al construirse el Teatro de Nuevo México
: Desaparición Plazas de Águila y Altuna
z Supresión Plaza de las Maravillas
Derrumbe capilla de la Cruz de los Talabarteros en la calle del Empedradillo
actual Monte de Piedad)
i Supresión del callejón y plazuela de Celaya
: Desaparición Plaza del Factor
1-' Supresión Plaza de los Gallos
IT Cierre Callejón de Regina
II Acera sur de Puente Quebrado, cierre de dos callejones (actual República del Salvador)
E l INTERIOR DE LA CIUDAD
S e c t o r p o n ie n t e - s u r p o n ie n t e
o
o
uo
O
VICTORIA P lano 9
Plano de la Colonia
Francesa, a h c m , Calles,
Alineamientos, t.4 4 4 ,
e x p .1 7 .
16g I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
93 AQNCM, Not. José Ma. Ramírez, escritura del 19 de mayo de 1841 en protocolo de Juan N a va ~
3 de mayo de 1849.
94 AGNCM, Not. 426, Francisco Madaríaga. 26 de noviembre de 1835.
95 a h c m , Calles, Alineamiento, vol. 444, exp. 17.
ANTO LO GÍAS I 1g9
H isto ria I
rinconada del Agua Escondida. Para ello se derribó una casa y parte de una
bodega de la pulquería de la Escondida, propiedad de Ignacio A dalid. Se
pagó al Colegio de Belén el terreno necesario para la apertura de la calle y
Adalid cedió la parte ocupada por la bodega a cambio de que le costearan
el m aterial para construirla al lado de la pulquería.100
Por decreto de 1841 se señaló la plazuela de San Juan de la Peniten
cia como una de las cuatro destinadas a mercados. Este mercado reuniría
en un solo lugar los m uchos puestos de las P lazu e las de las V izca ín a s
el Tecpan y las calles adyacentes. El A yuntam iento trató de establecerlo
desde 1842, sin que pudiera lograrlo por la escasez de fondos y porque la
plazuela no pertenecía a los propios de la ciudad. El terreno era propie
dad de la parcialidad de San Juan y estaba arrendado a José Ma. Barrera
quien puso en la plaza una pulquería y otros ja c a le s que la co n virtiero r
en centro de reunión de ladrones fam osos, borrachos y p ro stitu tas.101
Coincidiendo con el inicio de la construcción del nuevo mercado de
San Juan en 1848, Cayetano Basave hizo en ese año un croquis del barrio
de Nuevo M éxico , ubicado entre las c a lle s de Nuevo M éxico (A rtículo
123), San Ju a n , Salto del Agua y B u careli, que proponía la regularízaciór
de la traza y la alineación de las calles de esta zona (plano 10).
La ordenación había empezado en 1831 con la apertura de la calle
de la Escondida (A yu ntam ien to ) continuado en 1844 con la de la calle
Ancha (Luis Moya) y se convirtió al hacerse el plano en un proyecto más
general. Esta regularización constituyó, junto con la creación de la Colo
nia Francesa, el cambio urbano más im portante del periodo y asimismo
representó la crista liza ció n de la idea de Castera en esta pequeña zona
de los barrios indígenas.
Desde 1842, antes de la form ación de la Colonia Francesa, cuyo ori
gen data de 1849, empezaron a co nstruirse casas en el barrio de Nueve
M éxico y a avecindarse en él algunos extran je ro s, principalm ente fra n
ceses. Según el padrón de 1848, vivía n a llí en ese año alrededor de 95
e xtran jero s: 61 fran ceses, 15 ingleses, 13 alem anes, dos suizos, dos ita
lian o s y un irlan d é s. M ás de la m itad de los fra n ce se s eran artesanos
dueños o em pleados de c a rp in te ría s, h e rre rías, ca rro ce ra s, plom erías .
Plazuela
de la Cal
Acueducto
P la n o 1 0
Dibujo basado en ei croquis del barrio de Nuevo México, situado al suroeste de la
ciudad. Cayetano Basave, 184. Depto. de Geografía, Meteorología e Historia. Colección
Orozco y Berra, núm. 927.
xasam an erías; 40°/o de ellos v ivía en las m anzanas 219 y 229 form adas
as c a lle s de Puente de San F ran cisco (A venida Ju á re z ), San Ju a n ,
: y e ld e s (A rtículo 123) y López y Corpus C hristi (Avenida Ju á re z), Ancha
_ J s Moya), Pelota (Independencia) y Revillagigedo, respectivam ente.
Había una panad ería fra n ce sa ju n to al te a tro de Nuevo M éxico y
i : ' cas de tejid o s y m antas, así como ce rv e c e ría s tam b ién de propie-
os e x tra n je ro s.102
En octubre de 1848, el presidente de la república expidió un decre-
: en el que se dotó al fondo m unicipal de los recursos necesarios para
-p re n d e r la obra del m ercado. Se realizaro n d ilig e n cias para ad q uirir
sésar por a llí bestias de carga ni hombres que llevaran efectos. Era la vía
- : : r y más corta para que los vecinos que habitaban y pasaban por las
i es de Tum baburros, Arcos de Belén y D elicias fueran al mercado. Asi -
- : " o era im portante am pliar el callejón de San Antonio, que co nstituía
í - n e o paso que había de la calle Ancha al m ercado. En mayo de 1849
t acordó que el arquitecto Griffon hiciera un plano de estos callejones,
- : cando a llí las partes de las casas que era necesario tira r para am pliar-
: : . que los arquitectos de la ciudad valuaran . El proyecto proponía una
í e de 17 varas en lugar del callejó n de Chiquihuiteras, y otra de 14 en
tución del de San Antonio. Se planteó la supresión de los callejones
:e -n modo progresivo.
El Ayuntamiento compró parte de la casa núm. 5 de la Plaza de San Juan
: í a Penitencia, propiedad del licenciado Cástulo Barreda, para alinear la
-- e en el extremo norte del callejón de Chiquihuiteras (Buen Tono). El pre-
: de 4 2 0 0 pesos se pagaría en los abonos que se estipularon. Barreda se
: -orom etió a levantar la tapia y a modificar su casa con arreglo al alinea-
Tf e^to demarcado en el piano. Griffon propuso comprender en la Plaza de
S a i Juan de la Penitencia, el derribo de la parte de la casa que quedaba fuera
re alineamiento adoptado para la calle nueva de Chiquihuiteras (Buen Tono)
* e callejón de San Antonio (Ernesto Pugibet), con la condición de que se le
: e ran los m ateriales resultantes del derribo. En compensación se llevaría el
escombro y entregaría al Ayuntam iento 200 pesos dejando libre el terreno,
o comisión de Hacienda aceptó la propuesta de Griffon en julio de 1849.105
Se regularizarían también las dos m anzanas ubicadas al sur de la Plaza
: e San Juan, y desaparecerían los callejones de San Pedro, Olivo, Bosque y la
: 'aza de Camarones.
El arquitecto Griffon tuvo, como hemos visto, una participación impor-
n t e en la regularización de este sector, lo que aprovechó para convertirse
t ' propietario de diversas casas. Vino a M éxico en 1827, y en 1836 soli-
: :ó se le perm itiera e jercer su profesión; recibió el grado de académ ico
:e mérito en 184 3 .106
En 1844 G riffo n compró al A yuntam iento de M éxico los escom bros
• m ateriales que quedaron de la dem olición de la finca derribada para la
S e rO fiE S NORTE Y o r ie n t e
L ; .~R0 DE LA CIUDAD
112 José María Marroquí, op. cit., t. II, pp. 335 y 336.
113 José Ma. Marroquí, op. cit., t. II, pp. 403 y 404.
114 José Ma. Marroquí, op. cit., t. III, pp. 607.
A N TO LO G ÍA SI 177
H isto ria I
CONCLUSIONES (1821-1855)
B BLIOGRAFÍA
Laugier, M arc-A ntoine (abate), Essai sur l'architecture, s.ed., París, 1753.
2. ed. aum. 1755.
M aza, F ran cisco de la, "El urbanism o n e o clá sico de Ign acio C astera"
A nales del Instituto de Investigaciones Estéticas, M éxico, unam , vo l. Vi,
núm. 22, 1954.
A N TO LO G ÍA S! lg1
H isto ria !
i Se revisaron los bancos de datos de los padrones de población de 1811 bajo la responsabilidad de
:^ge González Angulo y de 1848 a cargo de María Gayón, así como el Padrón general de las casas
comprenden los ocho cuarteles mayores en que está distribuida esta capital, valores de sus actua
os arrendamientos, M éxico,Tipografía de la O ficina Impresora de Estam pilla, 1903; agn, Padrón de
re trib u cio n e s del 8 al m iliar sobre fincas urbanas, 1864, Hacienda, siglo xix, ramo de contribuciones
: 'ectas, subramo de fincas urbanas y rurales, vols. 457 a 464.
; El análisis no consideró los conventos, colegios y hospitales de las órdenes regulares suprimidas
= ín e s del siglo xvill y principios del XIX, como los colegios de San Pedro y San Pablo, San Ildefonso
* San Gregorio y el Hospital del Divino Salvador de los je su ítas; los hospitales de San Juan de Dios y
Lázaro de los juaninos; el hospital de San Hipólito de los hipólitos; el de San Antonio Abad de los
=_ :oninos; y el Hospicio de San Nicolás de los agustinos recoletos; secularizados muchos años antes.
'5"ipoco se consideraron los colegios de otras órdenes religiosas que decayeron y se cerraron o
tndieron en la primera mitad del siglo xix como el de San Pablo de los agustinos y el de San Ramón
¡os mercedarios. Sin embargo se incluyeron los edificios de las órdenes suprim idas que en 1861
:trm anecian en poder de la Iglesia; porque el gobierno los había cedido a otras órdenes religiosas.
186 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores M orales
San Fran cisco , de la orden fra n c isc a n a , San Cosme y San Diego de los
fran ciscan o s d escalzo s,6 y el Colegio de propaganda fide de San Fernan
do, de los m isioneros apostólicos fran ciscan o s. De la orden dom inica, el
Convento de Santo Domingo y el Colegio de Portacoeli. El Convento de
San Agustín de la orden ag u stin a; el Convento de La Merced y el Colegio
de San Pedro Pascual de Belén de la orden m ercedaria. La Casa Profesa
que fue de los je su íta s y pasó al Oratorio de San Felipe Neri, cuando su
convento quedó afectad o por un te m b lo r; San A nd rés, colegio je su íta
d estin ad o después a h o s p ita l; el C onvento de El Carm en de la orden
ca rm e lita ; el de San Cam ilo de los cam ílo s; el Priorato de M onserrat de
la orden b en ed ictin a; y el hospital del Espíritu Santo que había sido de
los hipólitos y se donó en 1853 a los paulinos para que establecieran su
convento (plano 1).
El an álisis consideró tam bién tres edificios del clero se cu la r: el Arzo
bispado, el Sem inario y el Colegio de San M iguel de Belén y tres más de
seglares asociados a la Ig lesia: el Hospital de Terceros de San Francisco
perteneciente a la Cofradía de Terceros, el H ospital de la Sa n tísim a de
la Congregación de San Pedro y el Colegio de Niñas de la A rchicofradía
del Santísim o.
6 El Convento de San Diego fue el único que no se nacionalizó. En 1861 se devolvió por derecho as
reversión a la M aríscala de C astilla que conservaba el patronato.
7 Dublán y Lozano, op. c/'t, núm. 5054, Reglamento del 13 de ju lio de 1859, vol. 8, p. 683.
a
«o
P lano 1
Conventos, Iglesias,
Colegios e Instituciones del
Clero regular y secular
Nota: ver lista en la pág. 23,
Capítulo 1
lg 8 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
8 Dublán y Lozano, op. cit, núm. 5198, Decreto del 5 de febrero de 1861, vol. 9 pp. 54 a 62.
9 Dublán y Lozano, op. cit., núm. 5187, C ircular del 1o de febrero, vol. 9, p. 32.
10 Dublán y Lozano, op. cit. núm. 5223, Decreto del 14 de febrero de 1861, vol. 9, p. 82.
11 Jan Bazant, Los bienes de la iglesia en México, (1856-1875), Aspectos económicos y sociales
la Revolución liberal, El Colegio de México, México, 1971, p. 235.
El Convento de San Fernando, que acababa de repararse por haberse
u a rte a d o por un terrem oto, se dividió en 40 lotes, siete del edificio y 33
:e potrero y hu erta.12 El francés José Baudovin compró 27 lotes, con una
sjp e rfic ie aproxim ada de 141 500 m2, en cerca de 4 0 0 0 0 pesos.13
Santo Domingo, que tenía tres cap illas con m agníficos retablos ade-
~ás de su ig le sia, se fraccio n ó en 20 lotes valuado s en 1 3 5 4 0 0 pesos,
: : ' o de los cuales se vendieron a una sola persona, y la parte de la Santa
Escuela se vendió ap arte.14 El Convento de San Agustín, que era de los más
. ,'tu o s o s , se dividió en 10 lotes, valuados en 147 0 0 0 .0 0 , sin considerar
; h u e rta ;15 Pedro Labat, quien era su arrendatario, la adquirió junto con
t edificio, sin embargo por haberse atrasado en los pagos, el gobierno le
:tcom ¡só cuatro lotes compuestos por la iglesia, el atrio y la sacristía, que
: :steriorm ente vendió al conservador Vicente Escandón.16
El Colegio de Portacoeli fue vendido en 32 345 pesos a un p articu lar
:ue conservó el edificio y lo transformó en su interior.17 El Colegio de Belén
:e mercedarios se dividió en 15 lotes valuados en 45 600 pesos; Francisco
I a f i n o compró una parte del edificio que posteriorm ente vendió al go-
: emo para el M inisterio de Guerra.18
El edificio del Oratorio de San Felipe Neri (Casa Profesa), construido
:c r Tolsá, se dem olió para ab rir el prim er tram o de la ca lle 5 de M ayo;
;-r f raccionó en tres lotes valuados y vendidos en 278 663 pesos.19 El ex
•:s p ita l y convento del Espíritu Santo se dividió en tres lotes que se ven-
: eron en 74 613 pesos, el patio conocido como Santa Escuela se vendió
iza rte y tanto el convento como la iglesia se dem olieron.20
El Colegio de N iñas fue clausurad o y sus alum nas se traslad aro n a
íí V izc a ín a s; el edificio, la iglesia y la casa del capellán se valuaron en
'^ 3 600 pesos. Los herm anos Gargollo com praron el edificio , y la iglesia
: Documentos anexos de la Memoria de Hacienda de 1874, Imp. del Gobierno, México, 1875, p. 308.
: --^CM, Calles, apertura, 453, Exp. 1 0 7 ,1 87 5 , escritura del 16 de mayo de 1861.
- Documentos anexos de la Memoria de Hacienda de 1874, p. 303.
; Documentos anexos a la Memoria citada, p. 273.
; Eazant, op. cit., p. 234.
* Documentos anexos a la Memoria citada, p. 3 41; Manuel Ramírez Aparicio, Los conventossupri-
r : :s en México: estudios biográficos, históricosy arqueológicos. reprod.facsimilar de la 1aedición, Miguel
V Porrúa, M éxico, 1982, p. 188.
: Documentos anexos a la Memoria citada, pp. 279 y 280.
i Documentos anexos a la Memoria citada, p. 307.
: : Documentos anexos a la Memoria citada, p. 306.
ig o | ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
1
ig 2 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
0cDQ
a &■ i— -i
SnflttQ
Pi a n o 2
Apertura de calles
a través de los
conventos como
consecuencia de las
Leyes de Naciona
lización
185 6 -1 87 0
ANTOLOGÍAS I
195
H isto ria I
49 Para un a nálisis más detallado de los cambios en la estructura via l, véase María Dolores Morale;
"Espacio, propiedad y órganos de poder en la Ciudad de México en el siglo XIX", en Ciudad de Méxic:
instituciones, actoressociaiesy conflicto político, 1774-1931 (Carlos lllades y Ariel Rodríguez, comp
pp. 181-188.
A N TO LO G ÍA S!
197
H isto ria I
.O S CEM ENTERIOS
so Dublán y Lozano, op. cit, núm. 5061, Decreto del 31 de ju lio de 1859, vol. 8, pp. 702-704.
=1 ahcm, vol. 181 -A, Acta de Cabildo del 6 de agosto de 1861.
198 | ANTO LO GÍAS
I M aría Dolores M orales
52 Rosalva Loreto, "De aguas dulces y aguas amargas o de cómo se distribuía el agua en la ciu d s:
de Puebla durante los siglos XVIll y x ix ", Limpiar y obedecer. La basura, el agua y la muerte en la Pueb z
de los Ángeles. 1650-1925. p.28.
53 AHCM, vol. 181-A , Acta de Cabildo del 20 de marzo de 1861.
54 El día de su refundición vivían 559 religiosas en sus conventos, más alrededor de 230 n o via s:
y niñas y 450 criadas. De los conventos y colegios masculinos no tenemos inform ación precisa, s¡r
embargo su número era menor que el de las religiosas. Calculam os 400 entre religiosos y estudiante;
residentes de los colegios, algunos de los cuales tenían ya pocos alumnos. El número de religiosas
se tomó de Antonio García Cubas, El Libro de mis recuerdos. En su obra citada, Bazant calcula 5 K
monjas, basándose en el número de dotes pagadas.
AN TO LO GÍAS I 19g
H isto ria I
y cuatro ig le sia s.55 Los espacios de los conventos de Jesú s M aría, Santo
Domingo, San A gustín, El Carmen y Santa C lara, tam bién extensos, e s ta
ban ocupados por entre once y dieciocho fin ca s cada uno y además sus
iglesias. Un número menor de casas, de seis a diez se ubicaban en el sitio
de cada uno de los trece conventos que siguen en orden decreciente y el
espacio de cada uno de los veinte conventos restantes lo ocupaban entre
una y cinco fin cas y eran en su m ayoría los que conservó el gobierno y
adaptó a usos públicos (cuadro 1).
C uadro 1
Edificios eclesiásticos y número de fincas que ocupaban su espacio en 1882
í i En este cálculo no se incluyen las casas de la colonia Guerrero formada en parte del potrero y
• -erta del Convento de San Fernando, la Hacienda de Buenavista y el Rancho de los Ángeles: el padrón
* : la censó por ser de reciente creación. De haberse considerado el número de fin cas aum entaría
“ jc h o .y a que en la colonia vívían en esos años alrededor de 7 000 personas.
I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
Arzobizpado 5 casas
;= Dublán y Lozano, op. cit., núm. 5765, Decreto del 14 de octubre de 1862.
i ANTOLOGÍAS
202
I M aría Dolores Morales
57 El padrón de 1882 es incompleto en la inform ación sobre el número de pisos de las fincas, p n
la mayor parte de las viviendas lo registran.
58 a h c m , vol. 1 82-A, Acta de Cabildo del 4 de octubre de 1861 , p. 3 9 .
ANTO LO GÍAS I 203
H isto ria I
e: Maria Dolores Morales, "Rafael Martínez de la Torre y la creación de fraccionam ientos: el caso de la
: : :n ia Guerrero"; Cuadernos de trabajo del dih núm. 22, Seminario de historia urbana, núm. 3, p.28.
: : Esto se debe a que la parte de la colonia Guerrero edificada sobre el potrero y huerta de San
: t-nando no fue censada en el padrón de 1882, aunque ya e xistía , y la formación de la colonia Díaz
.eón fue posterior al levantam iento del padrón.
2 0 4 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores M orales
C uadro 2
Jso de suelo de las viviendas ubicadas en las fincas que ocuparon los edificios
eclesiásticos
C u a d ro 3
Viviendas con otro uso y habitación, y sólo otro uso ubicadas en las fincas que
ocuparon los edificios eclesiásticos
Viviendas con otro uso y habitación y sólo otro uso ubicadas en las fincas del
resto de la ciudad
1-iDRO 4
- s: de suelo de las viviendas dedicadas a servicios, ubicadas en las fincas que
rcjparon los edificios eclesiásticos
C uadro 5
Uso de suelo de las viviendas dedicadas a servicios particulares ubicadas en las
fincas que ocuparon los edificios eclesiásticos
Total 361
C uadro 6
i Número de
Uso de suelo . ■ ,
viviendas
Amiga particular
Amiga habitación
Colegio particular
Colegio. Habitación
Escuela. Habitación 4
Total 47
de las Ig lesias, una casa cu ral con dos vivie n d as y otra vivien d a donde
habitaban dos sa crista n e s, lo calizad a en el espacio del Cem enterio de
Santo Domingo61 (cuadro 7).
C uadro 7
Viviendas que se conservaron para servicios eclesiásticos o que se destinaron a
otro culto
Iglesia de Balvanera 1
Iglesia de la Concepción 1
Iglesia de la Encarnación 1
Iglesia de la Santísima 1
'emplo de Ingleses 1
'emplo de la Enseñanza 1
'emplo de la Profesa 1
'emplo Protestante 1
Total 39
C uadro 8
Uso de suelo de la viviendas dedicadas a servicios públicos ubicadas en las fincas
que ocuparon los edificios eclesiásticos
Total 22
C uadro 9
Uso de suelo de las viviendas dedicadas a servicios militares y policía, ubicadas en
las fincas que ocuparon los edificios eclesiásticos
Cuartel de infantería 1
Total 13
C uadro 1 0
Uso de las viviendas dedicadas al comercio, ubicadas en las fincas que ocuparon
ios edificios eclesiásticos
Uso suelo____________________Viviendas %
Las restantes vivien das destinadas al com ercio, eran dos tlap alerías
un com ercio de cajas de cartón, otro de artícu lo s de escritorio, un expen
dio de cajas m ortuorias que era la Agencia de Inhum acio nes Ascorve y
Cía., localizada en el lugar del Convento de San Francisco, una mueblería
un alm acén de droguería, la perfum ería S a in t M arc ubicada en el sitio
del Convento de Santa Clara y una cerería.
El 18% de las viviendas lo calizadas en espacios de los antiguos con
vento s y co legio s, que ten ían otro uso adem ás del h a b íta cio n al o solo
otro uso, se dedicaron a la producción y venta (cuadro 3 ). Entre ellas
había 13 fá b ric a s alo jad as en 16 v iv ie n d a s, 4 en fin ca s que ocupaban
te rrito rio del Convento de Santo Domingo: una fáb rica de cigarros con
400 trabajadores, 2 fáb ricas de sombreros con 48 y 25 operarios respec
tiva m e n te y una de cerveza con 40 em pleados. En el Convento de Sar
Cosme se e sta b leció la fá b ric a de ch o co late "La Flor de Tabasco" con
30 tra b a ja d o re s ; otra de pólvora con 25 o p erario s, se ubicó en Belén
de M erced ario s, y en el Convento de Santa Inés había una fá b rica de
pasam anería con 9 operarios. En el sitio del Convento de San Francisco
se estableció una fáb rica de cajas de fierro con 5 trabajadores y una de
colchones y cam as. Otras fáb ricas de cajas, loza, bolas de hilo y cam as de
ANTOLOGIAS
H isto ria
latón que sin reg istrar operarios, se ubicaron en espacios que ocuparon
el Oratorio de San Felipe Neri y los conventos de San Diego, Balvanera y
Jesús M aría, respectivam ente (cuadro 11).
C u a d r o 11
Viviendas dedicadas a fábricas ubicadas en las fincas que ocuparon los edificios
eclesiásticos
F áb rica s te x tile s
Fábrica de pasamanería 1
Fábrica de sombreros 1
Total 4
Total 3
Fábrica de cerveza 1
Fábricas de cajas 1 1
F áb rica s de loza
Total 16
la producción a rtís tic a : 4 talleres de escu ltu ra, 2 en piedra, uno en cera,
otro en mármol y una fo to grafía (cuadro 12).
C uadro 1 2
Uso de suelo de la viviendas dedicadas a producción y venta que no son fábricas
ubicadas en las fincas que ocuparon los edificios eclesiásticos
Número de
Uso de suelo Viviendas °/o
Viviendas
Menos de 2°/o de las viviendas con otro uso además del habitacionaI o
sólo otro uso, ubicadas en sitios de conventos y colegios, estaban dedica
das a la producción agropecuaria (cuadro 3 ); eran 6 corrales, 2 localizados
en el sitio del Convento de Santo Domingo, uno de ellos de vacas. En parte
del Convento de Belén de Mercedarlos había tam bién un establo de vacas
y 2 habitaciones (cuadro 13).
Se conservaba la huerta del Convento de Santa C atalin a y parte de
la huerta de El Carm en, y en el que fue Jardín de San Francisco había un
negocio de plantas de un ho rticulto r belga (cuadro 13).
C uadro 13
Número de
Uso de suelo Total
Viviendas
Corral. Habitación 5
Producción ag ríco la
Jardín y habitación 1
A r c h iv o s
AHCM
AGNCM
Notario 169, Ramón de la Cueva. Escritura del 12 de febrero de 1839.
Notario 725, José Vil lela. Escritura del 27 de marzo de 1879, por la que So
mera compra a Agustín llisa litu rri las casas núms. 25, 26 y 27 del callejón
de López, que estaban hipotecadas a su favor.
Notario 245, Antonio Ferreiro. Escritu ras del 11 de octubre de 1865 y Not.
725, José V ille la . Escritu ras del 28 de noviembre de 1870.
Notario 725, José V ille la . Escritu ras del 17de mayo de 1871 y 15 de sep
tiem bre de 1879.
Notario 725, José V ille la . Escritu ras del 25 de septiem bre de 1877, 15 de
septiem bre de 1879, 25 de ju lio de 1883, 27 de octubre de1884 y 28 de
mayo de 1888.
Notario 725, José V illela . Escritu ras del 25 de septiem bre de 1877 y 22 de
abril de 1884.
Notario 28. Gil M ariano León. Escritu ras del 10 de octubre de 1884, 27 de
febrero de 1885 y 30 de marzo de 1889.
Notario 54, José M aría Ram írez. (A yuntam iento), 3 de diciem bre de 1852.
Notario 54, José M aría Ram írez. (A yuntam iento), 6 de marzo de 1850.
Notario 612, José M aría Ram írez. Escritura del 23 de febrero de 1855.
Notario 612, José M aría Ram írez. Escritura del 26 de febrero de 1855.
Notario 725, José V ille la . Diversas escritu ras entre ellas las del 26 de sep
tiem bre, 18 de diciem bre de 1884 y 13 de marzo de 1888.
Notario 725, José V ille la . Escritu ras del 25 y 27 de agosto de 1883. Not. 28,
Gil M ariano León. Escritu ras del 21 de febrero de 1887 y el 1 de octubre de
1888.
Notario 28, Gil M ariano León. Escritura del 10 de septiem bre de 1888, 21 y
26 de m arzo, 11 de ab ril, 11 de ju lio , 18 de septiem bre y 5 de noviembre de
1889.
Notario 28, Gil M ariano León. Escritu ras del 13, 19 y 22 de marzo, 21 de
mayo, 1 de ju n io de 1888 y 1 de marzo de 1889.
&
de los fraccionam ientos
Ciudad de México
en el siglo XIX: el caso
La expansión de la
E orígenes del crecim ien to de la Ciudad de M éxico para co n trib u ir con ello
a la m ejor com prensión de los problem as actu ale s y a un a n á lisis más pro
fundo de la situació n contem poránea.
Los últim o s años del siglo xix y los prim eros del XX, m arcan un cam bio
trascend ental en la estru ctu ra físic a y social de la ciudad. Tres siglos y
medio de tradición española reflejada en su trazado reticular y sus plazas
centrales se rompen bruscam ente para incorporar los conceptos urbanís
ticos afrancesados.
El área ocupada por la ciudad colonial, que no había registrado expan
sión, se cuadruplica absorbiendo municipios aledaños, haciendas y ranchos
periféricos e invadiendo los antiguos barrios indígenas.
Este proceso de desarrollo acelerado ocasiona que los usos de la tierra
sufran cam bios violentos que sustituyen y desplazan todo un sistem a de
unidades espaciales que había perm anecido estático . Esta expansión no
se reduce a un cam bio ecológico-dem ográfico, sino que refleja tam bién
un cambio social que origina un fenómeno de segregación de la población
de barrios, de acuerdo con sus ingresos, más asociado a una estructura de
clases sociales.
Los problem as que esta urbanizació n trae consigo son, en pequeña
escala, los mismos que afrontam os hoy en día. Los servicios públicos como
calles, pavim entación, ferrocarriles, saneam iento, etc., están sólo en parte
de la ciudad, m ientras otros sectores siguen totalm ente marginados.
El an álisis de los contratos de concesión de los fraccio nam ientos fo r
mados en esos años y la reglam entación entonces vigente, me perm ite
mostrar cómo el ayuntam iento se ve obligado a reabsorber los gastos de
^na urbanización realizada con criterios de beneficio privado, facilitando la
especulación con la tie rra ; y cómo resultaron inoperantes las pocas clá u
sulas que se introducen en un intento por solucionar el problema, en los
: r¡meros años del siglo XX.
Por otra parte, las mismas obras de los servicios públicos establecidas
oor el Estado y costeadas por la colectividad, son a su vez un facto r propi
cio para la urbanización de las zonas intermedias, también en beneficio de
os fraccionadores, que obtienen ganancias desmesuradas con la form ación
de colonias en terrenos cuya plusvalía aum enta de un día para otro.
1 ANTOLOGÍAS
234
I M aría Dolores Morales
PERIODO 1811-1857
i Pueden consultarse los planos de la zona de la Colonia Francesa antes y después de su urbani
zación en la versión de este artículo, publicado en el Seminario de Historia Urbana, con el título
Investigaciones sobre la Historia de la Ciudad de México (I) en Cuadernos de Trabajo del Departamento
de Investigaciones Históricas, México, in a h , 1 9 7 4 .
su p ro pietario , un alem án dueño de un c irc o .2 En ella se fundan v a ria s
fáb ricas de hilados y tejid os, algunas plom erías y carro cerías, propiedad
de extranjero s que atrajeron al barrio a obreros franceses o ingleses que
a llí establecieron su residencia.
G uillerm o Prieto en sus M emorias de mis tiempos nos da una visión
de la form ación de este barrio:
PERIODO 1858-1910
2 Padrón de 18 1 1 -1 8 1 2 , ag n , vol. 7 2 . En este padrón se localizó entre los censados al señor Felipe
Lailson, alemán dueño de la casa de circo, situada en la calle de Revillagigedo, coincidiendo la
localización de su casa con la de la Colonia Francesa y su apellido con el nombre que se daba a los
terrenos sobre los que se estructuró la colonia. Para obtener esta inform ación se realizó un sondeo
al Padrón Municipal de México 1848, Archivo del Ayuntam iento, vol. 3409.
3 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, 1828-1853, Semblanza biográfica por Daniel Montero,
José M. Cajiga, M éxico, 1970.
4 Se tomaron las áreas de planos de escala, elaborados para el texto.
2 3 6 I ANTOLOGÍAS
! M aria Dolores Morales
5 "La Expansión de la Ciudad", en Boletín Oficial del Consejo Superior de Gobierno del D.F., 3 de
diciembre de 1905.
A N TO LO G ÍA SI 237
H isto ria I
a) E t a p a s d e c r e c im ie n t o
6 Los planos del sector norte en 1853 y en 1883 pueden consultarse en Seminario de Historia Urbana,
'investigaciones sobre la Historia de la Ciudad de M éxico I” , op. cit..
23g I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
7 Los planos del sector sur en 1853 y en 1900 pueden consultarse en Sem inario de Historia Urbana,
Investigaciones sobre la Historia de la Ciudad de México (I), op cit..
ANTOLOGÍAS I 23g
H isto ria I
Colonias 1 8 5 8 - 1 8 8 3
I B a rro so
II S a n ta M aría
I I I A rq u ite c to s
I V G u e rre ro
V V io la n te
P iano 1
Etapas de crecimiento
de la ciudad de México
1 8 5 8 -1 9 1 0
Primera Etapa
18 58 -18 8 3
2 4 0 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
Esta gran avenida panorám ica explica que el diseño de estas colonias
haya sido el de una re tícu la diagonal al trazado general de la ciudad y
que las plazas sean g lo rietas circ u la re s. Aquí se construyen las residen
cias más lujosas, en estilos europeos: neorenacim iento y neobarroco, que
parecen tom ados de la arq uitectura flam enca del norte de Francia en e
siglo X ll y en las que predominan las m ansardas y ios grandes jard ines a
la francesa.
La Colonia Roma, de influencia francesa, diseñada con avenidas pano
rám icas tipo boulevard interrum pidas por plazas sucesivas ornamentadas
con fuentes, y la Colonia Condesa, levantada en terrenos de la hacienda
del mismo nombre, que une a la ciudad con Tacubaya, cuyas avenidas dia
gonales convergen en su mayoría en la gran plaza del hipódromo.
Adem ás en este lapso se registran otros ensancham ientos de menor
im p ortancia; al noroeste, las colonias Tlaxpana y Santo Tomás, que unen
a la ciudad con el m unicipio de Tacuba, y Chopo, al norte de la Santa
M aría, San Alvaro y El Im perial que la ligan con el m unicipio de Azcapo-
tza lc o ; las co lo nias Peralvillo o V alle jo , al noreste. Adem ás, hacia el sur
y sureste los fra c cio n a m ie n to s populares del C u a rte lito y La V iga, que
fueron poblados en los años veinte, de este siglo.
Por el sector este se crean las colonias Scheibe y Romero Rubio para
la clase obrera. La Romero Rubio constituye una innovación urbanística
puesto que sus m anzanas cuadradas hacen más fácil la circulación de ve
hículo s.8 Durante esta etapa, además de los m encionados ensancham ien
tos, se nota en el sector oriente algún progreso, aunque no proporciona
al resto de la ciudad, al cegarse las num erosas zan jas y ca n ale s que lo
cruzaban y ser sustituidos por atarjeas; entre otras, el Canal de La Merceo
La parte localizada al este del Canal de la Viga y la Calzada de Balbuena
constituida por co nstrucciones aislad as, tam bién se remodela form ándo
se m anzanas regulares.9 El establecim iento de la Estación del Ferrocarr:
Intero ceán ico y la form ación del Parque Obrero de Balbuena dan algúr
movimiento a la zona.
3) C a u s a s de l a e xp a n sió n
Fernando y del Cem enterio de San A ndrés; y la Colonia Díaz de León, edi
ficada en parte de la huerta del Convento de El Carmen.
La recu peració n de la p rim acía de la ciudad como cen tro p o lítico ,
económico y cu ltu ra l, hizo que las inversiones públicas y privadas se con
ce n tra ran en la m etrópoli y que ésta resurgiera como el centro de los
contactos com erciales e intelectuales.
El aumento en el crecim iento demográfico (2 0 0 0 0 0 a 471 000 habitan
tes), producido por las m igraciones y el crecim iento natural y, por lo tanto,
de la demanda de terrenos para habitación (en el decenio 1900-1910, la
Ciudad de M éxico absorbe 35°/o del crecim iento total de la población del
país) provocaron a la larga, nuevas am pliaciones de la zona urbana.
El cambio en el patrón de las v ía s de com unicación y el sistem a de
transporte produjeron una reducción de la fracció n del tiem po -distancia.
Se abren y am p lían nu m ero sas a ve n id as que van a c o n s titu ir ejes de
movilidad hacia la periferia, originando el establecim iento de varias colo
nias, como las localizadas en torno a la Avenida Reform a, colonias Juárez
y Cuauhtém oc; a la Avenida Guerrero, Colonia Guerrero y a las avenidas
Chapultepec y Tlaxpan a. Estas ú ltim as, aunque ya e xistían , no tenían la
misma fluidez porque por ellas pasaban los dos acueductos. Cuando éstos
fueron sustituidos por tuberías subterráneas, las avenidas se convirtieron
en un facto r propicio para el establecim iento de la colonias Condesa, San
R afael, Tlaxpana, Santo Tomás y San Alvaro.
El ferrocarril representó el impacto más considerable en el crecimiento
urbano al aum entar la accesibilidad hacia la periferia. La creación, a partir
de 1857, de líneas de tranvías de tracción animal y de vapor y, desde 1900
de tranvías eléctricos, mejora también las condiciones de movilidad de la
población, originando la form ación de nuevos fraccionam ientos en torno
a estaciones o vías de ferro carril, tales como las colonias Morelos y de la
Bolsa a los lados de la vía del Ferrocarril de Cintura (que unía el oriente de
la ciudad con la aduana de Santiago), la Maza y Valle Gómez en los alrede
dores de la Estación del Ferrocarril de Hidalgo, Santa Julia a los lados de la
vía del Ferrocarril Nacional M exicano. En torno al tranvía que iba a Tlane-
pantla, pasando por Tacuba y A zcapotzalco, se forman las colonias Santo
Tomás, Tlaxpana, San Alvaro y El Im parcial. La Colonia Guerrero se estable
ció junto a las estación del primer ferro carril, el de Veracruz, inaugurado
en 1873, fecha cuando también se inicia la formación de la colonia. La vía
A N TO LO G ÍA S! 2 45
H isto ria I
c) T é r m in o s de lo s c o n t r a t o s de c o n c e s ió n
Durante las dos primeras etapas del crecim iento de la ciudad, si bien e xis
tía un reglamento, form ulado en 1875, sobre la creación de colonias, sus
términos no eran precisos y se daban muchas facilidades al fraccionador.11
Si an alizam o s los co n trato s celebrados en esos años, vem os que en su
m ayoría los co ncesio nario s ceden las calle s de la colonia y sólo en co n
tados casos las plazas y algún terreno para mercado, o iglesia. A cambio
de esto, el A yuntam iento generalm ente les exim e del pago de impuestos
prediales y en algunos de los primeros fraccionam ientos, como el de Santa
M aría, hasta de los impuestos sobre m ateriales de co nstrucción.12 En estos
reglamentos se establecía que las calles principales debían ser de 20 m de
ancho, pero que las demás podían ser más angostas. Los concesionarios se
obligaban a estipular en los contratos celebrados con los colonos la obli
gación de éstos de cercar su terreno, en un plazo de uno a dos años.
En general, la po lítica seguida fue p erm itir las co nstruccio n es para
que posteriorm ente se dotara a la colonia de servicios, sin que se preci
sara cuándo debería hacerse, ni quién se obligaba a hacerlo. Los colonos
debían empedrar o terraplenar los frentes de sus casas y el Ayuntam iento
no se com prom etía a estab lece r los se rvicio s en un plazo determ inado,
sino cuando las necesidades de las colonias lo am eritaran y sus recursos
lo perm itieran . En algunos casos se especifica que el A yuntam iento no
co n tra e o b lig ació n de do tar de pavim en to , ni desagüe, sino que es el
concesionario el obligado a establecerlos.
10 Los precios de los terrenos se obtuvieron de M ariano Téllez Pizarro, Tarifa de precios para el m2
de terreno, Oficina Tipográfica d é la Secretaría de Fomento, México, 1902. El valor de los terrenos de
la colonia Santa M aría se tomó del folleto "Venta de terrenos a Inm ediaciones de la capital" incluido
en el voi. 519, Exp. 2, Colonias, Archivo del Ayuntam iento.
11 Archivo del Ayuntam iento, Colonias, vol. 519, Exp. 3.
12 Archivo del Ayuntam iento, Colonias, vol. 519, Exp. 2.
ANTOLOGIAS I 2 47
H isto ria I
cu enta y el A yu n tam ien to perm ite que cobren $ 2 .5 0 , por concepto del
servicio de agua, en cada casa.
A partir de 1905 se inaugura una política muy restrictiva, sin efectos
re tro activo s, porque las colonias para las clases altas siguen rigiéndose
por el reglam ento anterior. Los cam bios de po lítica son básicam ente los
sig u ie n te s: se precisa que la longitud de la cu adras debe ser de 100 m,
obligándose a los co n cesio n a rio s a tra z a r dos o más c a lle s diago nales
de 20 m para aco rtar d istancias entre los puntos lejanos y co nstruir una
plaza en sus intersecciones. En lugar de exigirse una plaza para parque y
una m anzana para m ercado, como en el reglam ento anterior, se dispone
que debe haber una plaza por cada diez m anzanas y una m anzana para
mercado por cada tre in ta m anzanas de la co lo nia. En vez de requerirse
dos lotes para escuela, debe cederse un lote de 25 m de lado, por cada
cinco m anzanas, dos lotes para teatro y estación de bomberos, y por cada
40 m anzanas, un lote para estación de policía; se obliga al concesionario
a co n stru ir un horno crem ato rio para la in cin eració n de la basura y se
prohíbe la creación de calles privadas.14
La m ayoría de las colonias erigidas en esos años, bajo estas cláusulas,
son cam pestres y pertenecen a las m unicipalidades aledañas a la Ciudad
de M éxico , de las que no nos ocupam os en este ensayo. En lo que re s
pecta a las colonias que se construyen en la ciudad, o en los m unicipios
de Tacuba y A zcapotzalco y que perm iten, ya desde entonces, que exista
una continuidad física con la Ciudad de M éxico, muy pocas respetan el
reglam ento, quizás sólo la Romero Rubio y T laxp an a. Las dem ás, por lo
restrictivo de las cláusulas del reglam ento, se form an sin permiso, como
las de San A lvaro, El C u artelito, Scheibe y Peralvillo o V alle jo . En el caso
de la Colonia Santo Tom ás en Tacuba, se redacta el co n tra to , pero por
no convenir a los intereses del concesionario, no se acepta fo rm a lizarlo ;
pero la co lo n ia se co n stru ye de to d as m aneras. La C olonia de La Viga
es una m uestra de la habilidad del fra ccio n a d o r y de lo co n tra d icto rio
de las actitud es gubernam entales. Al m ostrar al concesionario las bases
del co ntrato , éste decide retirar su proposición de hacer la urbanización
inm ediata de los terrenos y so licita la aprobación del trazo de las calles
a fin de que la co lo n ia se co nsidere o fic ia l. El Consejo de Gobierno le
com unica que se acepta el proyecto de fraccio nam iento de calles y m an
zan a s, según el plano presentado, e in clu siv e lo au to riza para que las
casas que se construyen arrojen sus desechos a la Calzada de San A nto
nio Abad, advirtiéndole que esa aceptación no im plica el consentim iento
del Consejo para el e stab lecim iento de la c o lo n ia .15 Como podemos ver,
el fraccio nad o r obtiene, de hecho, el perm iso, pero sin obligarse a nada
frente al Consejo de Gobierno.
PROBLEM AS DE LA EXPANSIÓN
puede producirse por la falta de una política fiscal que controlara y frenara
la especulación.
Este problem a es m uy obvio en el período que an a liza m o s. Las in
versiones en la in frae stru ctu ra de servicios las hace fund am entalm en te
el gobierno. En las colonias destinadas a las clases altas de la población,
form adas en los años 1 90 0 -1 9 0 6 , los fraccio nad o res finan cian las obras,
pero es el gobierno el que al fin las paga en su totalidad, en pagos parcia
les, que aum entan la plusvalía más rápidam ente. En las colonias para las
clases sociales bajas que carecen de servicios, aunque la adm inistración
pública se vea obligada a proporcionárselos a largo plazo para e vita r los
problemas que causan a la ciudad, la plusvalía de los terrenos es menor.
Este últim o es el caso de la Colonia de la Bolsa, cuyos colonos tuvieron
que esp erar 18 años para que se co n tra ta ra el san e a m ie n to . En o tras
ocasiones son los mismos colonos quienes se unen para costear las obras
más urg entes. Otros fa c to re s im p o rtan tes, que influyen en el aum ento
de la p lusvalía de los terreno s, son su cercanía a las v ía s del fe rro ca rril,
a los tra n v ía s, o a las escuelas y centros a sisten ciales, inversiones éstas
que sufraga la colectivid ad y que tam bién acaban por b eneficiar a unos
cuantos. Esto explica la voracidad que se observa por obtener co ncesio
nes para fraccio nam iento s, inclusive cuando su form ación ya no obedece
a una demanda real de terreno s; los mismos funcion ario s de Obras P úbli
cas se quejaban en 1909 de que tanto en las colonias para estratos altos,
como en las de las clases media y baja, había enormes espacios despobla
dos y casas dispersas separadas por grandes d istancias y que pese a ello
continuaban presentándose solicitud es para co nstruir nuevas co lo n ias.16
Es evidente que ello obedece al deseo de especulación de los cap italistas,
a quienes no im porta esperar largos plazos para obtener gan an cias, s a
biendo que éstas serán óptim as.
Otro de los grandes problemas de la expansión, es el del abastecim ien
to de servicios, agravado en esos años porque la ciudad crece fundam ental
mente en superficie, pues apenas inicia su desarrollo vertical en la zona del
centro, con la construcción de edificios de varios pisos. Este crecim iento
horizontal es muy caro y requiere cuantiosas inversiones que el M unicipio
no puede afrontar. Las contribuciones que producen las nuevas colonias no
Era fam osa en esos años, la colonia de la Bolsa, por la gran crim inalidad
que producía. Dichas colonias carecían tam bién de policía, problema que
adquiría mayores dim ensiones, si consideram os que algunas, como la de
Santa Julia y la de la Bolsa, eran muy extensas. La primera no contaba con
policía ni de a pie y la segunda tenía asignados seis gendarm es de a pie
que no eran suficientes para sus necesidades. Afrontaban también escasez
de agua, pues algunas no contaban con este servicio y las que lo tenían, la
extraían de pozos artesianos, que eran insuficientes.
El desarrollo de la ciudad creaba tam bién grandes problem as ad m i
nistra tivo -p o lítico s, originando co nflicto s de autoridad entre m unicipios
contiguos, en colonias como la Valle Gómez (formada sin permiso) situada
parte en el m unicipio de M éxico y parte en la prefectura de Guadalupe.
Las autoridades de estos m unicipios no reconocían sus derechos, ni su res
ponsabilidad para la dotación de los servicios, a pesar de que sus colonos
m anifestaban que pagaban sus co ntribuciones. M unicipios de población
reducida y escasa capacidad económ ica como el de Tacuba, se e n fre n ta
ron, de pronto, con la necesidad de atender requerim ientos de co lo nias
como la de Santa Ju lia , cuyo número de habitantes era el doble del núm e
ro de pobladores del m unicipio. Esto originó, naturalm ente, que m ultitud
de colonos so licitaran la incorporación de la colonia a la ciudad, ante la
imposibilidad de su m unicipio para dotarla de servicios.
El que el Consejo de Gobierno hubiera aceptado la existen cia de c a
lles privadas fue causa de que fraccio n ad o re s sin escrúpulos fo rm aran
ensanches, pretendiendo conservar las prerrogativas correspondientes a
los terrenos privados, exim iéndose así de la responsabilidad de dotarlos
de servicios como en el caso de la Colonia Cuartelito. Los periódicos de la
época son un testim onio de ello, en El Im p a rcia l se m enciona:
BIBLIO GRAFÍA
Boletín Oficial del Consejo Superior de Gobierno del DF, 3 de diciem bre de
1905, "La Expansión de la Ciudad".
A r c h iv o s
C uadro 1
Los antecedentes del padre de Francisco Somera nos muestran que hay
una continuidad de grupos, y aunque Somera hijo no se dedica al comercio
ni a actividades productivas, destaca también en el panorama empresarial
de la ciudad en una nueva actividad: la especulación inm obiliaria.
Somera hijo hace sus primeros estudios en M éxico. En España realiza
la carrera de ingeniero civil pasando después a Francia e Inglaterra. A su
regreso a M éxico por los años cu arenta, trabaja como ingeniero para e
Ayuntam iento, corporación que le encarga el levantam iento de planos de
los ejidos de la ciudad.6
Enterado de los datos sobre las propiedades m unicipales, denuncia en
1843 el ejido de la Florea. V aliéndose de su cargo de je fe de cam inos y
canales, consigue su adjudicación por una suma ínfim a. En 1859 funda en
este terreno la Colonia de los Arquitectos.
Somera es también uno de los denunciantes de bienes de la Iglesia en
1856, año en que compra, con arreglo a las leyes de desam ortización, 20
casas con un valo r de $102 180.00, entre ellas, el edificio donde estaba
establecido el hotel de La Sociedad del Progreso (cuadro 1).
Es importante destacar que la mayor parte de estas casas (15) se loca
lizaban en una zona que era una encrucijada de callejones tortuosos y obli
cuos constituida por jacales habitados por indios carboneros procedentes de
Estado de México. Se trata de tres manzanas, situadas al sur de la Alameda
e integradas por las calles de Espalda de San Juan, López y los callejones de
Coajomulco, Tarasquillo, Dolores, el Huerto, Frías y Salsipuedes (plano 1).
El propio Somera al parecer sugiere la conveniencia de urbanizar la
zona, porque al ad quirir las casas de López se compromete a demoler la
primera crujía y a ceder una franja de terreno para am pliar la calle.7
El gobernador Juan José Baz, quien m antenía buenas relaciones con
Somera (regidor del Ayuntam iento), emprende las obras de transform ación
de la zona. La calle de Independencia se prolonga, ampliándose el callejón
de López hasta convertirlo en una calle recta. Asim ism o, se cierran varios
callejones como los de Salsipuedes, Damas, Frías, Tarasquillo y Espalda de
San Juan de Letrán. Una am plia plaza a la que se llamó Santos Degollado,
ornam entaba el sector que quedaba ahora bien com unicado con el cen
tro. Somera obtiene con ello grandes beneficios. Compra varios callejones
6 Manuel Francisco Álvarez, El Dr. Cavallari y la carrera de ingeniero civil en México, A. Carranza >
Com. Imps., M éxico, 1906, p. 122.
7 José María Marroquí, La ciudad de México, La Europea, México, 1900, Tomo 1, p. 110.
1 AN TO LO GÍAS
262
I M aría Dolores M orales
8 AGNCM, notario 7 2 5 , José Villela, Escritura del 2 7 de marzo de 1 8 7 9 , por la que Somera compra s
Agustín Misaliturri las casas núms. 2 5 ,2 6 y 27 del callejón de López, que estaban hipotecadas a su favor.
9 AGNCM, notario 7 2 5 , José V ille la , 1 8 6 1 , fs. 3 2 4 .
10 Á lv a re z , op. c/'t; p. 1 2 3.
11 a g n c m , notario 5 5 , Antonio Ferreiro (Ayuntam iento), Escritura del 8 de febrero de 1 8 6 5 .
12 ag n cm , notario 7 2 5 , José V ille la , Escrituras 4 , 2 4 y 2 7 , de diciembre de 1 8 6 6 .
Su capital ascendía entonces (1866), de acuerdo con estos docum en-
:os, a $ 2 6 4 0 5 6 .8 3 (cuadro 2). El 5 4 .2 0 % del capital total estaba invertido
n bienes raíces urbanos y suburbanos de la Ciudad de M éxico : 33 casas,
<
u co
C uadro 2
Entre 1880 y 1889, año cuando muere, m antiene sus m ism as a c tiv i
dades. A p artir de 1880, fraccio na ia segunda parte de ia colonia, o sea,
los terreno s situado s en ambos lados de R eform a. El in ve n tario de sus
bienes form ado después de su fa lle c im ie n to y la lo calizació n de todas
las d o nacio nes que e fe ctú a an te s de m orir, son do cum ento s que nos
perm iten conocer a fondo el desarrollo de su activid ad em presarial en
estos últim os añ o s.19
C uadro 3
Nombre de
Fecha de la persona a Finca que se Plazo Interés Monto de la
escritura quien otorga hipoteca (años) % hipoteca $
el crédito
Casa núm. 1
23 de mar Angela
del Callejón de 12 500.00
zo de 1876 Echenique
Cuajomulco
18 de abril
de 1876 y
Juan Pablo Casa núm. 1
27 de sep 7 000.00
del Río de San Andrés
tiembre de
1876
Casas núms.
10 de junio Agustín
25, 26 y 27, 10 5 000.00
de 1876 II isali iturri
de López
Casas núms.
56 y 57, de la
29 de agos Ramón calle Unión y
12 40 000.00
to de 1877 Obregón Hda. de la Pie
dra, en Tampi
co, Tamps.
Manuel Casa de la
18 de enero
Guerrero y Maríscala 9 10 000.00
de 1878
Osio núm. 2 V2
Casa núm. 6,
9 de julio Tomás
de Hidalgo en 12 800.00
de 1879 Salgado
Texcoco
Hacienda de
Ntra. Sra. de
13 de octu Félix
Loreto Bella 9 17 000.00
bre de 1879 Vázquez
vista en Apan,
Hgo.
Rancho de
8 de marzo Carmen
San José 24 2 000.00
de 1880 Paredes
Cahuacán
Fábrica de hila
10 de marzo Los Castillo
dos y tejidos La 9 65 000.00
de 1883 y Cía.
Purísima
Fábrica de hila
dos y tejidos de
Garay,
28 de mar lana, ubicada
Carmona 9 50 000.00
zo de 1883 en el margen
y Cía.
oriental del Ca
nal de Chalco
I A N TO LO GÍAS
268
M aría Dolores M orales
C uadro 4
Bienes de Somera al morir
884 425.16
436 676.61
542 918.60
Pagarés 71 376.60
81 297.90
Cuadro 5
Bienes raíces urbanos que poseía Somera a su muerte
F in ca s en la Ciudad de M éxico
7 casas 76 271.98
P lan o 2
Fincas urbanas y suburbanas.
Propiedad de Francisco Somera
Aun cuando Somera no fracciona este terreno, el aumento que registra
t* su valor es muy alto. Somera lo adquiere en 1861 de la fam ilia Mañero (la
- sma familia con la cual, como veremos más adelante, entabla juicio porque
'rciama derechos de propiedad sobre el potrero donde establece la Colonia de
:s Arquitectos) en $4200.00,20 y en el inventario de sus bienes (1889) se valúa
f S85 630.45. Lo que significa un aumento de 20 veces su valor en 28 años,
'crem ento que se explica por dos factores: una adquisición barata dada la
.•gencia de capital del vendedor y un aumento en el valor de la tierra rústica
: „e con el proceso de expansión de la ciudad se estaba convirtiendo en urbana.
Una hacienda suburbana, que tam bién fue de Somera aunque no apa
le e en su legado testam entario, es la Hacienda de la Ascensión situada en
'acuba, colindando con el rancho de Santo Tomás hacia el poniente. Esta ha-
: enda, al igual que el rancho del Aguacatito, los adquiere Somera porque sus
i-eño s le debían créditos de hipoteca sobre los ranchos. Ignacio de la Torre
1 Cía. vendió a Somera, con pacto de retroventa, la hacienda de la Ascensión,
-^conociéndole como parte del pago los $ 2 4 0 0 0 .0 0 que adeudaba.21
De la Torre cede el derecho de re tra e r la ve n ta a Ju lia Góm ez de
Escalante,22 quien utiliza ese derecho y recupera la hacienda fraccionándo-
2 en 1895 y formando la Colonia Santa Ju lia.
Sólo 7 % del total del capital invertido por Somera en fincas rústicas lo
constituye una propiedad realmente rural: el rancho del Terrenate, en Sonora,
: strito de la Magdalena. Además de este rancho, Somera tuvo otros que no
conservó por mucho tiempo. Entre ellos el rancho de Santa Bárbara y las Cru
ces en el mismo distrito de la Magdalena, Sonora, vendido en 1884; el rancho
:e Nuestra Señora de Guadalupe de Cuitaca también en Sonora, un sitio de
ganado mayor en San Andrés Tuxtla Alvarado, Veracruz; dos haciendas en el
Estado de México, una fracción de la hacienda productora de trigo más impor
tante de Chalco. La hacienda del Mayorazgo, en Juchitepec, que conserva du-
'ante cinco años (1884-1889) y la de San Miguel Hueyapan y su rancho anexo
a Soledad en Otumba, México, conservada por Somera, durante nueve años.23
24 AGNCM, notario 725, José V iIlela, Escrituras del 25 de septiembre de 1877 y 22 de abril de 1884
25 AGNCM, notario 725, José V ille la , Escritura del 5 de diciembre de 1885.
26 AGNCM,notario 28. Gil Mariano León, Escrituras del 10 de octubre de 1884, 27 de febrero de
1885 y 30 de marzo de 1889.
En 1884, le adjudican en $41 442 .4 0, como parte del pago de un crédi
to, la fábrica de hilados y tejidos, ubicada en la margen oriental del canal
de Chalco. En 1885, la vende en $ 5 5 0 0 0 .0 0 , obteniendo una ganancia de
133% , en el lapso de un año.27
Su papel de p resta m ista es la esfera de inversió n que sigue en im
portancia a la de bienes raíces y que ocupa tam bién un lugar destacado
dentro de los negocios de Som era. Esta a c tiv id a d co m plem enta su in
versión en bienes raíces, ya que co nstituye al mismo tiem po, una fuente
de apropiación de patrim onios ajenos. Aprovechando este m ecanism o se
adjudican haciendas, casas y fáb ricas.
En su m ayor parte hipotecarios (8 7 % ), sus créditos ascienden, en el
momento de su m uerte, a la suma de $ 6 2 4 216 .5 0 (cuadro 4). Dentro de
éstos destacan los préstam os sobre haciendas (65% ) (cuadro 7), aunque
tam bién otorga créd ito s sobre casas (3 9 % ) (cuadro 8) y fá b ric a s (5 % ).
Los créditos no hipotecarios (1 3 % del total invertido en créditos) se In te
gran con pagarés y algunas rentas que le adeudan.
Su capital es com plem entado por cuentas bancarias con un valo r de
$299 5 8 1 .0 6 , una pequeña suma en bonos del Fondo Consolidado y las
lunetas de los teatros N acio nal, Abreu e Hidalgo. Poseía tam bién a c c io
nes de una sociedad explotadora de m árm oles en España a las que, en el
inventario de bienes, no se les asigna valor, por desconocerse éste.
Som era no tuvo h ijo s, por lo que su c a p ita l se d ivid ió pasando en
su m ayor parte (74% ) a in stitu cio n e s de b eneficen cia: los hospitales de
Jesús N azareno, V ald ivie so y N o rteam erican o , las sociedades Francesa,
Suiza y Belga y la Beneficencia Española.28
Otro 2 6 % lo destinó a donaciones que, en los dos últim os años de su
vida, hizo a diversas personas (parientes y am igos) entre los que destaca
su sobrina Ángela M erás de Acedo, quien recibe 19% de 2 5 % dedicado a
donaciones particulares.
Este a n á lisis deja p erfectam en te claro el papel d e cisivo , en la a c u
m ulación de cap ital de Som era, que desempeñó su inversión en el fr a c
cionam iento de los A rqu itecto s. Es por tanto en el estudio de la colonia,
donde podemos obtener una idea más precisa de cómo se da el proceso
C uadro 7
Nombre de
la persona a Monto de la
Fecha de la escritura Finca hipotecada
quien otorga hipoteca $
el crédito
Rancho Texcal-
tengo el Viejo y
30 de mayo de 1889 'gnacio Mora otra parte de la
de Arroyo 40 000.00
Hacienda Mayo
razgo en Juchite-
pec, Chalco
Hacienda de San
Miguel Hueya-
25 de mayo de 1888 Joaquín Adalid pan y Rancho de 32 160.00
la Soledad, en
Otumba, Méx.
Hacienda de San
Miguel de la
8 de marzo de 1889 Joaquín Adalid 70 408.33
Cruz, en Otumba,
Méx.
Hacienda de San
30 de junio de 1886 Loreto Barreda Francisco de 15 400.00
Borja
Hacienda de San
1 julio de 1889 Loreto Barreda Francisco de 3 300.00
Borja
A N TO LO G ÍA S! 2 7 7
H isto ria I
Nombre de
la persona a Monto de la
Fecha de la escritura Finca hipotecada
quien otorga hipoteca $
el crédito
Hacienda de Ntra.
Sra. de Loreto
24 de octubre de 1881 Félix Vázquez 30 442.50
Bellavista, en
Apan, Hgo.
Hacienda de Jalpa
14 de marzo de 1885 Alberto Terreros 10 000.00
y anexas
1 de marzo y 17 de
Alberto Terreros Hacienda de Jalpa 74 141.67
julio de 1884
Total 3 5 2 6 3 2 .5 0
C uadro 8
Créditos hipotecarios otorgados por Somera sobre fincas y conservados a su
muerte
Nombre de
la persona a Monto de la
Fecha de la escritura Finca hipotecada
quien otorga hipoteca $
el crédito
Casas núms. 2, de
Jesús Carranza
12 de mayo de 1884 Don Toribio y 25 9 547.50
de Ochoa
de Mesones
Terreno contiguo
María Ituarte
8 de mayo de 1884 al Callejón de 2 093.33
de Guerrero
II leseas
Casa núm. 5 de la
11 de febrero de 1888 Emilio Dondé 4 000.00
3a de Mina
Casa en la Calle
11 de febrero de 1888 Luu i! “ art'n eH 2 016.66
Hipolito David de lllescas
Terreno frente al
Callejón de llles
19 de octubre de 1888 Antonio Guerra cas (Solar anexo 1 039.96
a la Calle 3 de la
Plaza Madrid)
Casa núm. 6 de
10 de diciembre de 1888 Agustín Roldán 20 000.00
Alcaicería
93 496.45
10 créditos sobre casas y terrenos de la Colonia de los Arquitectos 70 519.65
Inversión total en créditos sobre fincas urbanas 164 016.1C
30 AGNCM, notario 54, José María Ramírez, (Ayuntam iento), 3 de diciembre de 1852.
31 a g n c m , notario 54, José M aría Ramírez, (Ayuntam iento), 6 de marzo de 1850.
2 8 0 I AN TO LO GÍAS
M aría Dolores M orales
Al pedirse opinión de las o ficinas m unicipales, éstas no aprueban la
operación, ni tam poco lo hace la C o ntadu ría, por considerar que es rui
noso vender en menos de $7 0 0 0 ,0 0 potreros que vein ticin co años antes,
se habían arrendado en más de $1 0 0 0 .0 0 an uales. Por el co n tra rio , les
parecía conveniente conservarlos para que sirvieran de vasos de agua en
años lluviosos.
Otra de las p ro p o sicio n e s de Som era que no co n v e n ció a las a u
to rid ad es m u n icip a les fue la form a de pago. En treg a ría a la Teso rería
5 5 0 0 .0 0 y el resto lo pag aría a don F ra n cisc o Abreu a cu e n ta de los
5 4 0 0 0 0 .0 0 con los que el M unicip io había convenido ayud arlo para la
construcción del Teatro Iturbide. De esa m anera, el A yuntam iento perdía
el ca p ita l y sus rédito s pero en cam b io , Som era e sta b le cía re lacio n e s
muy co n ve n ien te s como la del seño r Abreu, que p o sterio rm ente sabrá
aprovechar ventajo sam en te.
A pesar de las opiniones adversas, el gobernador del Distrito, a nombre del
Ayuntamiento, hizo la adjudicación a Somera mediante tres escrituras por las
que adquiere cerca de 600000 varas cuadradas en $6899.65 (cuadro 9).
C uadro 9
32 AGNCM, notario 612 , José María Ramírez, Escritura del 23 de febrero de 185 5 .
del Resguardo.33 Es increíble que las vías públicas pudieran ser objeto de
venta, aun cuando se tratara de calzadas privadas. Sin embargo, no debe
haber sido una venta muy legal, porque una de las cláusulas estipula que
si hay necesidad de hacer gestiones para vencer reclam aciones, Somera y
Mañero procederán de acuerdo y pagarán los gastos, por m itad.
En 1858, Somera proyecta la Colonia de los A rquitectos en parte del
ejido, un trapezoide que comprende las actuales calles de Miguel Schultz,
Gómez Farías, Avenida Insurgentes y S u llivan . Se trata del prim er fra c cio
nam iento de la ciudad, un poco anterior a Santa M aría (plano 4).
Es muy probable que Somera no hubiera solicitado el permiso del M i
nisterio de Fomento para crearla, porque en los volúmenes del archivo del
A yuntam iento donde se localizaron las concesiones de más de cincuenta
colonias del período 1859 -1 9 10 , ésta no aparece y porque las escritu ras
de venta de terrenos a los colonos jam ás hacen referencia a esa concesión.
Sin embargo, por decreto del 31 de marzo de 1862 se otorgan a la colonia
las exenciones de impuestos dadas a la de Santa M aría.34 Éstas consisten
en que los terrenos y casas que allí se construyan, no paguen impuesto de
traslación de dominio ni predial, durante cinco años y que los m ateriales
para la construcción de casas estén libres del pago de todo derecho.
En éstos se conceden este tipo de exenciones porque existe un gran
interés por promover la división de la propiedad raíz. Así lo dem uestra el
decreto otorgado por Ju árez, en 1861.35
De esta manera Somera consigue los mismos beneficios que se dieron
a la C olonia San ta M aría sin co n tra e r las o b lig acio n e s que el fra c c io -
nador de esta ú ltim a ad quirió, como son: el donar terreno s para plaza,
templo, escuela y m ercado y su com promiso de co n trib u ir al costo de la
provisión de agua.
La idea original de Somera fue form ar una colonia cam pestre para los
arquitectos y estud iantes de arquitectura de la Academ ia de San Carlos.
El terreno se dividió en 60 lotes separados por las calles A rtes de oriente
a poniente y sur; Industria y A rquitecto s, de norte a sur.
FUENTES
28 die 1858
1 CAÑEDO
HEREDIA 5 die I860
COVARRUBIAS
CALZADA QUE 24 ene
28 ene 1859
1859
RINCÓN R. CAÑEDO
24 ene 2 jun i860 h ea b en
1859 29 die I860
SRAS. PARRODI
ALFARO CAN EL 31 mayo I860 serran o
28 ene 9 febrero 4 oct 1859
1859 1859
pedro green I R0°R/guez oe
LUJAN REGO
19 feb. 30 jun 1866 I SAN M/GUEL
12 mzo
1859 --------------------- J 2 6 mayo I 860
1859
DELGADO TAMAYO QUIJANO
6 feb 1859 MARTÍNEZ 23 mayo I860 I ^ARiN
1858 7 feb 1859 I 9 die 1859
ROMERO h r « . ------------ 1
8 ago 7859 I ^GUEZ I
--------- --------- 1 deduen
O'GORMAN OCHOA I 7 die 1859 /
14 mza MORALES
4 mzo 1859
GARCÉSDE I navarro
GARCIA OLIVARES I
6 die 1859 I 11 390 1859
6 ago 1859
RINCÓN CARDONA SUST1LLO
5 mzo (ALFARO) 9 mzo 1859 PINZÓN
1859 5 jul 1859 6 ago 1859
CA LLE
GALICIA DE
HAJERA ^ LÓPEZ
RAMÍREZ VIZCAÍNO
9 mazo —1 4 mzo J ago 1859
1868 —1 28 feb i 860
--------- < SRA g u e rrie r
TELL£Z GIRÓN c_J DE PARRODI
14 mzo 1859 VERA Jju n i860
SIERRA
17 mzo 1859 " mÒRÈNÒ------ 1
6 mzo 1861
DUMAINE DE JJsgoiSRfì [
SORRAYO ORDANZA 1
8 mzo 1859 ¿~msya la c , I
VELÁZQUEZ
RÍOS Y OMAÑA 17 mzo1859 S. CASTILLO
CARRERA Sene 1862
21 die 1859
duhart
5 sept 1860
URRueHI
P lano 4 25W ) 1860
Colonia de los
Arquitectos. Sección
fraccionada en 1858.
Dibujo basado en los
planos del agncm .
A N TO LO G ÍA S! 2g5
H isto ria I
Esto m uestra que buena parte de los com pradores habían adquirido
los lotes para co nstruir una casa de campo, o sim plem ente como una in
versión que en cualquier momento transferían a otra persona. Son pocos
los casos de compradores que realm ente se van a v iv ir a la colonia.
En 1873, cuando supuestamente debería haber estado liquidado el ca
pital y réditos de todos los terrenos de la parte fraccionada, sólo habían sido
pagados los del ferrocarril de Tacubaya y 25% de las 60 fracciones.
En la otra parte del ejido no fraccio nad a, localizada en ambos lados
de Reform a, se vendieron tam bién algunos lotes, en su m ayoría para el
establecim iento de vías de ferro carril y de avenid as; una servidum bre de
paso para el ferro carril M éxico-C halco, las dos avenidas ya m encionadas
com pradas por la fam ilia M añero y las superficies vendidas al gobierno
para el trazo del Paseo de la Reforma y para la creación de la Glorieta de
Colón.37 Esto muestra cómo se establece una alianza entre el Estado y e
fraccio nad o r para p rivileg iar ciertos espacios, a los cuales se provee de
una in fraestructura adecuada.
Las circu n stan cias que rodean la venta del terreno para el ferrocarril
M éxico -C h alco , son una evidencia de cómo aprovecha Som era sus c a r
gos públicos para obtener privilegios. La concesión de este ferro carril se
otorgó en 1861 a Fran cisco Abreu. La Ju n ta de Hacienda da a Somera
como regidor del A yuntam iento, la com isión de arreglar con la empresa
las bases según las cu ales el A yuntam iento p erm itiría la ocupación de
calles y vías públicas.
Recordemos tam bién que Somera consiguió que el valo r del ejido se
pagara a Abreu a cuenta de lo que el A yuntam iento le iba a dar para la
co nstrucción del teatro . Con todos estos antecedentes, para Som era es
fá c il obtener que el fe rro ca rril M éxico -C h alco parta de la puerta de su
hotel La Sociedad de Progreso y pase por los terrenos de la Colonia de
los A rquitectos.
No o b sta n te la le n titu d en el pago de los lo te s, el fra c c io n a d o r
recupera ráp id am e n te su in v e rsió n . En 1 866, cuand o se va a Europa
ya había aum entado en sie te veces el cap ital invertid o con el pago de
cerca de $ 5 0 0 0 0 .0 0 . Por otra p a rte , como era com ún en esto s años
37 AGNCM, notario 725, José V ille la , Escrituras del 26 de febrero de 1855,1 de junio de 1865 ,21
de agosto de 1872 y 27 de octubre de 1873.
dada la escasez de e fe ctivo , u tiliz a los créd ito s sobre la colonia como
dinero. Prueba de ello es que para re a liz a r su via je cede los créd ito s al
Banco de Londres y M éxico y a Barrón Forbes y C ía., de los que obtiene
cerca de $88 0 0 0 .0 0 .
Hasta 1879 Somera había recibido 63.82°/o del valo r de la superficie
fraccionada del trapezoide que, aunado a lo vendido en la otra parte del
ejido, da un to tal de $15 3 2 0 2 .0 8 , correspo nd ientes a ca p ita l y réditos
(cuadro 10). Esta suma nos m uestra que, en un lapso de veinte años, So
mera había aum entado 22 veces su inversión inicial y aún le quedaban
sin vender la mayor parte de la superficie total del ejido (6 4 .4 5 % ).
Por otra parte, en ese cálculo no se tom an en cuenta los intereses de
los terrenos que no se pagaron en la parte fra ccio n ad a, ni la renta per
cibida de la otra sección del ejido paralela a Reform a. Esto no es posible
hacerlo porque no se tienen bases para ello. Los 27 terrenos vendidos y
no pagados fuero n, en su m ayo ría, devueltos a Som era quien presentó
demandas ju d icia le s para exigir el pago del capital y los réditos. Los com
pradores regresaron los lotes por no poder cubrir el ca p ita l; sin embargo
en las escritu ras no se especifica, mas que en casos aislados, sí cubrieron
el valo r de los réditos.
Seguramente la otra parte del ejido sin fraccio nar no permaneció ocio
sa, sino que estuvo rentada y esto se puede comprobar en varias escrituras
posteriores a 1880 en las que se hace referencia a que los compradores de
algunos de estos lotes tenían rentados los terrenos desde tiempo atrás. No
obstante, como estos arrendam ientos se hacen por contrato privado, no es
posible conocer los valores de la renta para hacer los cálculos necesarios.
De todas form as, podemos afirm ar que la ganancia considerada está por
debajo de la real, debido a la insuficiente inform ación.
A N TO LO GÍAS
M aría Dolores M orales
C uadro 1 0
Terrenos de la Colonia de los Arquitectos, vendidos por Somera y liquidados en el
período 1856-1879
Trapezoide frac
cionado en 1859.
Sección 1 (plano 5).
Terrenos vendidos a 40 855.00 27 295.00 2 116.80 29 411.80
la Cía. del Camino
de Fierro deTacu-
baya s/g 6 escrituras.
33 terrenos de los
60 fraccionados
122 625.31 44 101.72 32 860.80 76 962.51
para habitación s/g
diversas escrituras.
Sección fracciona
da a partir de 1880.
Secciones 2 (plano
35 773.00 6 701.03 1 184.04 7 8 8 5 .:'
5). 2 avenidas y 3
lotes vendidos en
1856.
Terreno vendido
a la Cía. del Fe
2 461.00 5 000.00 1 500.00 6 5 0 0 ,::
rrocarril México-
Chalco, en 1865.
Terreno vendido
a la Cía. del Fe
Servidumbre
rrocarril México
de paso
1 000.00 1 ooc.::
Toluca-Cuautitlán
en 1872
Terreno vendido al
Supremo Gobierno
32 000.00 29 815.75 29 815.75
para formar la Av.
Reforma, en 1866
AN TO LO GÍAS I 28g
H isto ria I
Terreno vendido
al Supremo Go
bierno a los lados
de Reforma para
la formación de la
Glorieta Colón y el 5 8 1 0 .5 5 1 6 2 6 .9 4 1 6 2 6 .9 4
establecimiento de
la Casa del Guarda
de la Dirección
Gral. de Calzadas
en 1 8 7 3 .
Total 2 3 9 5 2 4 .8 6 115 5 4 0 .4 4 3 7 6 6 1 .6 4 1 5 3 2 0 2 .0 8
LOS SERVICIOS
quien aseguró que tendría a su cargo las obras del desagüe del Valle de México.
Es muy significativo que la instalación de sistemas más modernos de dotación
de agua se realizaran en una colonia nueva cuya población era escasa y no en
las zonas pobladas de la ciudad que requerían de mejores servicios.
E sto se e x p lic a por la s v in c u la c io n e s p o lític a s e n tre So m era .
M a x im ilia n o , lo que e je m p lific a la m anera en que el E sta d o se alia
con grupos so c ia le s que lo ap o yan , y les oto rg a p riv ile g io s por ene
ma de c u a lq u ie r dem anda de la m ayo ría de la p o blació n .
No co n fo rm e con h ab er co nseg u id o la e n tu b a ció n de la ca ñ e ría
para la c o lo n ia , So m era hace n o ta r lo n e c e sa rio que es para la c iu
dad el te n e r una c a ñ e ría d is trib u id o ra para la s c a lle s de San J u a r
de Letrá n , Ind ep end encia y Coliseo (e x a c ta m e n te donde se lo c a liz a 1'
la m ayor p a rte de sus p ro p ied a d e s), que se em palm e con la ca ñ e ría
p rin c ip a l de la Plaza de G u a rd io la . Logra tam b ién la ap ro b ació n im
p erial a esta p ro p o sició n y el c o n tra to re sp e ctiv o se hace por e s c r -
tu ra del 31 de ju lio de 1 8 6 5 .39 A lg u n a s de las p iezas u tiliz a d a s en las
o bras, com o cru ce ro s de fie rro , lla v e s para riego y fu e n te s de fie rre
co lad o , se piden a Europa.
En cu an to al trazo y p a vim e n tació n de las c a lle s de la co lo n ia , e
cargo de Som era como Je fe del Ram o de A ta rje a s y P avim en to s debe
hab er ayud ad o m ucho para re a liz a r las o b ras de a p e rtu ra de c a lle s
y m a n te n e rla s en buen e sta d o , sin in v e r t ir su propio d in e ro . En a
M em oria del A yu n ta m ien to de 1867 co n sta que los m ism os coloncs
estaban su p ervisan d o las obras de las c a lle s y ca lza d a s de la colon ;
v ig ila n d o p e rso n alm e n te a los tra b a ja d o re s .40 En 1871, peones de s
cu a d rilla de ríos y a c e q u ia s, por acuerdo del A y u n ta m ie n to , terrap e-
nan las c a lza d a s de la c o lo n ia .41
El a lu m b ra d o se in s ta ló en el fra c c io n a m ie n t o in ic ia lm e n t e ;
base de fa ro le s con c a n d ile ja s de a c e ite . En 1870 éste fue su s titu ic ri
por 20 a p a ra to s de gas de 10 y 12 luce s, co nse rván d o se alg u n a s ca n
d ile ja s de a c e ite .
Las e scritu ras de venta de esta prim era fase de desarrollo de la colonia
no e sp e cifican la o cup ació n de los com pradores de te rre n o s. Se pudo
id entificar a un buen número de arq uitecto s; sin embargo, como m encio
namos anteriorm ente, son contados los com pradores o riginales que con
servan su lote. Por tan to , para d etectar a qué estrato social pertenecen
los pobladores del fraccio nam iento , es necesario recu rrir a otras fuentes.
El padrón de población de la Ciudad de M éxico levantado en 1882
es un buen docum ento para saber qué tan poblada estaba la colonia en
esa fe ch a , el tipo de casas co n stru id a s en ella y el estrato so cial de la
población que a llí se e sta b le ció .42
En la parte fraccio n ad a en 1859, vivía n en 1882, de acuerdo con el
padrón, 8 8 4 ind ivid u o s (5 8 % m ujeres y 4 2 % hom bres) p erte n e cie n te s
a 183 fa m ilia s . Había alred edo r de 70 casas en tre las que p red om ina
ban las ca sa s so la s y las q u in ta s de recreo (5 8 % ). Los av a lú o s de las
fin c a s co n se rvad as por Som era a su m uerte, m uestran que se tra ta b a
de fin c a s e d ific a d a s con m a te ria le s m o d esto s, en la m ayo ría de los
caso s de adobe, c o n stru id a s en sólo 2 5 % de su s u p e rfic ie to ta l, q u e
dando 7 5 % libre para grandes esp acio s verd es, o p atio s. En este tipo
de casas predom inan los em pleados y co m e rcian tes, y en m enor grado
m ilita re s e in g e n ie ro s. En alg uno s casos tien en a su se rv ic io un ja r d i
nero, o un sirvie n te .
Siguen en im portancia las casas rústicas (15% ) y las casas de varias
vivie n d as y a c ce so ria s (1 2 % ). El tipo de población que habita en ellas
está com puesto en su m ayor parte por artesano s, alb a ñ ile s, cocheros y
jo rn a le ro s. Seg uram ente eran in q u ilin o s m uy pobres, como lo expresa
Alam án, albacea de Som era, al com entar lo d ifícil que resulta vender este
tipo de casas en 1890. A firm a tam bién que sus arrendatarios no pueden
pagar rentas de más de 3 o 4 reales a la sem ana.
Son casas alejad as del centro, cuyas rentas deben haber sido bajas.
Hay alg unas casas con ta lle re s : una cu rtid u ría , un te lar, una herrería y
una fáb rica de cerveza. Están a llí establecidos el depósito y las o ficinas
del fe rro ca rril, el asilo de mendigos y un establo de vacas.
C uadro 11
Trapezoide frac
cionado en 1859.
Sección 1 (plano
5). Terrenos de la
70 586.66 76 525.58 76 525.58
sección que había
sido devuelta a
Somera, pagados
en 1880-1889
Sección fraccio
nada, a partir de
1880. Sección 2
(plano 5). 5 fajas
de terreno, vendi
8 638.14 9 088.14
das a la empresa
de los Ferroca
rriles del Distrito
s/g 2 escrituras
de 1880
Terreno de la
Sección 2-a (pla
no 5), vendida
a Romualdo de
Zamora y Duque, 59 658.00 58 316.10 25 970.46 84 286.56
en 1880-1881
s/g 2 escrituras
ANTOLOC- -
Histor
44 terrenos (de
los 55) en que se
dividió la sec
76 996.37 117 042.12 2 204.47 119 246.59
ción 2-b (plano
5), vendidos s/g
4 escrituras
14 terrenos (de
los 20) en que se
dividió la sec
44 745.86 85 963.22 85 963.22
ción 2-c (plano
5), vendidos s/g
14 escrituras
3 terrenos
de la sección
2-d (plano 5), 12 382.00 15 026.00 429.96 15 455.96
vendidos s/g
3 escrituras
C uadro 12
Trapezoide frac
cionado en 1859.
Sección 1 (plano 5).
Terrenos conserva 22 098.97 51 628.92 51 628.92
dos por Somera a su
muerte (incluidos
terrenos de 5 casas)
I ANTOLOGÍAS
298
I María Dolores Morales
Sección fraccionada,
a partir de 1880.
Sección 2 (plano 5).
11 terrenos (de los
55) de la Sección 20 625.00 68 230.00 68 230.00
2-b sin pagar a la
muerte de Somera,
o arrendados con
contratos de opción
de venta
6 terrenos de la
Sección 2-d (plano 7 120.12 20 883.01 800.04 21 683.05
5) sin pagar, a la
muerta de Somera
La mayor parte de la
51 El Colegio de M éxico, Estadísticas económicas del porfiriato. Comercio Exterior de México, 1877-
1911, M éxico, 1960, p. 154 (tabla promedios anuales de precios de la plata en Londres).
300 I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
52 ag n cm , notario 28, Gil Mariano León, Escrituras del 10 de septiembre de 1888,21 y 26 de marzo,
11 de abril, 11 de ju lio , 18 de septiembre y 5 de noviembre de 1889.
53 AGNCM, notario 2 8, Gil M ariano León, Escrituras del 1 3 ,1 9 y 22 de marzo, 21 de mayo, 1 de junio
C uadro 13
Terrenos de la Colonia Arquitectos, vendidos por Somera, en el período 1856-1889,
o conservados a su muerte.
Terreno de la
Colonia de los
Arquitectos, ven
dido por Somera 239 524.86 115 540.44 37 661.64 153 202.08
y liquidados
en el período
1856-1879.
Terrenos de la
Colonia de los
Arquitectos, ven
didos por Some 265 368.89 361 511.16 29 054.89 390 566.05
ra y liquidados
en el período
1880-1889.
Terrenos de la
Colonia de los
Arquitectos,
conservados
por Somera a
su muerte, sin 94 601.38 548 591.48 800.04 549 391.52
cubrir en su
totalidad o
arrendados con
contratos de
opción de venta.
Son terrenos a los que Somera les fijó precios que van de $3.00 a $6.00.
Los compradores de las opciones pagan, por el traspaso, de $2.00 a $2.50
302 I ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
más, por vara, y con ello adquieren la posibilidad de comprar los lotes a ur
precio que fluctúa entre $5.0 0 y $8.0 0 , dado el aumento registrado.
Este gran increm ento en el valo r de la tierra coincide con la baja de
la plata que venía siendo paulatina desde 1872 y cuya caída se agudiza
a partir de 1884. En 1889 la plata alcanza su punto más bajo para sub-'
en 1890 y seguir decayendo hasta el final del porfiriato.
Sin embargo, no se registra el mismo índice de aumento en el prec :
de los terrenos en la totalidad del fraccio n am ien to . La Avenida Reforrrs
es d eterm in an te en esa alza y son los terreno s aledaños a ella los q t t
suben espectacularm ente.
Este hecho es un claro ejem plo de cómo los valo res creados por e
esfuerzo de la colectividad, se transfieren al interés privado para reforzs*
su poder, con el apoyo del aparato del Estado. Somera no invirtió un cen
tavo en el trazo y m ejoram iento de la Avenida Reform a. Incluso el E sta c:
le compra el terreno ocupado para fo rm ar Reform a y la parte donde sí
traza la Glorieta de Colón. No obstante, quien aprovecha el d e sm e su ra::
aum ento en el valo r de la tierra es Som era y vario s interm ed iario s qi_í
surgen en estos años, ante las expectativas de aum ento de los lotes.
Las e scritu ras de esta segunda etapa de desarrollo de la colonia es
pecifican la ocupación de los com pradores de terreno s. Basándonos t*
ellas podemos afirm ar que sólo un bajo porcentaje de personas c o r r :- ;
los lotes para c o n s tru ir su propia ca sa , o para co n se rvarlo s por la rc :
tiem po. Entre éstas predom inan: com erciantes, m ilitares de alto ra n c;
profesionistas. Destacan algunos nombres conocidos de la élite porfirisla
M anuel G o nzález, Tomás B ra n iff, José Landa y Escandón, M aría Pa-=:
de Buch, etc..
La m ayor parte de los com pradores adquieren los lotes para e s p t :.-
lar. Un buen número de propietarios los revenden después, como J e s .: Es
Valenzuela e Ignacio Gómez del Campo. Algunos ingenieros o arquiter*
los compran para construir casas y venderlas. Entre estos últim os den-
el arquitecto Emilio Dondé, quien adquiere alrededor de veinte lotes . -
ingeniero Eleuterio Méndez que, en sociedad con Romualdo Zamora, c :* -
truye casas en una superficie aproximada de 6 0 0 0 metros.
Creemos que el análisis de este caso concreto de fraccionam iento, - i j
ha perm itido evaluar el poderío y la actividad del agente promotor
inicia en 1859 esta nueva esfera de inversión de capitales.
Hemos logrado seguir, paso a paso, el proceso de acum ulación de c a
pital del fraccionador, dentro de su actividad como especulador de tierra
urbana. La tasa de utilidad obtenida, un promedio de 3 7 0 % anual sobre
la inversión in ic ia l, es m uy a lta . Los m ecanism os de acu m u lació n u t ili
zados, nos m uestran cómo Som era aprovecha su inserción en el sistem a
político para apropiarse de un espacio y cómo además u tiliza y m aneja
a su antojo ese sistem a, como instrum ento para lograr que se privilegie
ese espacio con el trazo de avenidas y vías de ferro carril que mejoren las
condiciones de accesibilidad.
Queda de m anifiesto la poca eficacia que tien e cu alqu ier intento de
planeación urbana m ientras rija el actu al régimen juríd ico del suelo. Son
ios fraccio nad o res quienes dirigen el crecim iento de la ciudad y señalan
hacia dónde se debe ca n alizar la dotación de servicios.
Un problem a antiguo, que es tam bién a c tu a l, y cuyas dim ensiones
han aum entado notablem ente. Si consideram os los volúm enes de capital
m anejado hoy por em presas in m o b ilia ria s, d ed icad as a la creació n de
fraccio nam iento s, no hay punto de com paración con el ejemplo a n a liz a
do. Sin em bargo, la tasa de ganancia obtenida ilu stra cuál es la dim en
sión real de los cap itale s que se acum ulan en ese sector esencialm ente
no productivo. Asim ism o, concreta el tipo de m ecanism os utilizad os para
obtener estas ganancias desm esuradas.
Es q u izá esta a lta re n ta b ilid a d de las in v e rs io n e s in m o b ilia ria s ,
más a tra c tiv a y m enos riesgosa que la de las in versio n e s p ro d u ctiva s,
una de las ca u sa s por las que n u e stra s so cied ad es no han a lca n za d o
una alta in d u stria liz a c ió n .
Dentro del actual régimen juríd ico del suelo, un grupo privilegiado de
p articu lares seguirá apropiándose de la renta de la tie rra , generada por
a colectividad urbana.
304 I ANTOLOGÍAS
1 María Dolores Morales
COMENTARIOS
1) R e s u m e n d e l c o m e n t a r io d e C ir o F. S. C ard o so
Me parece el trabajo más acabado, por: los protocolos del Archivo de No
tarías, fuente principal, en la que aparecen explotados a fondo en todas
sus posibilidades, y com plem entados con otras fu e n te s; planos, cuadros
y g ráficas, m uy descriptivos y abundantes, que ayudan a percibir mejor
el tema tratado.
En la fam ilia de Francisco Somera, podríamos percibir una "cronología'
de etapas que estaría al revés según los esquemas habituales: su padre in
vierte en un hotel, en el sector de transportes, y luego se asocia (en la coyun
tura del Banco de Avío) al pionero de la industria textil Felipe Neri del Barrio,
en 1837; el mismo Francisco aparece como especulador por excelencia, y a
obtener una fábrica en 1884 a través de los mecanismos de crédito, la vende
con ganancia un año más tarde.
Éste a rtícu lo hace se n tir de m anera más cla ra y co nvincente la pe-
riodización económ ica del siglo X IX . Una larga fase se ca racte riza por la
pequeña circu lació n m onetaria, por un estancam iento , o aum ento muy
lento del valo r de la tie rra ; la venta de los lotes del fraccio nam iento de
Som era es igualm ente len ta, y los pagos no se co m pletan. Luego de la
transició n representada por la República Restaurada, cuya coyuntura cre
d iticia supo aprovechar nuestro em presario, viene el po rfiriato: el dinero
circu la rápidam ente, el precio de la tierra sube aceleradam ente y hasta
aparecen especuladores más audaces que el mismo Som era, los cuales
(fue el caso de Zam ora) se introducen, con grandes g anan cias, en la es
peculación de su fraccionam iento.
En su activid ad de p restam ista que adquiere bienes inm uebles por
deudas no cu biertas, los alq uila, los vende, etc.. Somera es perfectam en
te típico y co rriente según los patrones de la época; se parece a M ier >
Terán, por ejem plo. Tam bién co nstituye una excelente m uestra de apro
vecham iento m áxim o del desempeño de cargos públicos estratégicos er
relación con su rama de actividad, de los contactos políticos en ámbitos
superiores y de coyunturas como la de desam ortización de los bienes de
clero . Lo que lo d istingue, es la esp e cializació n en la especulación co r
bienes raíces urbanos y suburbanos.
La prim era etapa del fraccio n am ie n to estudiado no responde a nue
vas necesidades de espacio: ocurre en un período en que la población de
la ciudad crece muy lentam ente, y la colonia creada por Som era aparece
entonces como una zona sem irrural poco poblada. La segunda etapa sí
refleja claram ente el crecim iento de la Ciudad de M éxico, además de otro
tipo de facto res (la Reform a como zona "de m oda"; la o rientación de los
fe rro carriles, etcétera).
2 ) R esu m en d el d eba te
BIBLIOGRAFÍA
A r c h iv o s
AG N CM
Notario 169, Ramón de la Cueva, Escritura del 12 de febrero de 1839.
Notario 725, José V ille la , Escritu ras del 25 de septiem bre de 1877,
15 de septiem bre de 1879, 25 de ju lio de 1883, 27 de octubre de1884 y
28 de mayo de 1888. Notario 28, Gil M ariano León, Escritu ras del 10 de
octubre de 1884 y 30 de marzo de 1889.
ANTOLOGÍAS - v
Historia
N otario 725 , José V il lela, E scritu ras del 25 de septiem bre de 1877 y 22
de abril de 1884.
Notario 725, José Vil lela. Escritura del 5 de diciem bre de 1885.
Notario 725, José Vil lela. Escritura del 5 de diciem bre de 1885.
Notario 725, José V ille la , Escritu ras del 26 de febrero de 1855, 1 de junio
de 1865, 22 de agosto de 1872 y 27 de octubre de 1873.
Notario 725, José V ille la , diversas Escritu ras entre ellas las del 26 de sep
tiem bre, 18 de diciem bre de 1884 y 13 de marzo de 1888.
Notario 28, Gil M ariano León, E scritu ra s del 10 de septiem bre de 188E
21 y 26 de m arzo, 11 de a b ril, 11 de ju lio , 18 de septiem bre y 5 de no
viem bre de 1889.
Notario 28, Gil M ariano León, Escritu ras del 13, 19 y 22 de marzo, 21 de
mayo, 1 de ju n io de 1888 y 1 de marzo de 1889.
Memoria del Ayuntam iento de 1867, M éxico, Imp. J. Fuentes y Cía., 186E
de fraccionamientos.
Las fuentes básicas del estudio fueron los protocolos del Archivo
G eneral de N o tarías, p rin cip alm e n te los de los n o tario s A nto nio Fe-
rreiro y Ramón de la Cueva, en los que se revisaron las operaciones de
Rafael M artínez de la Torre, durante ei período 1850-1876, y el in ve n
tario de sus bienes localizados en el Archivo Ju d icia l. Los padrones de
la M unicipalidad de M éxico de 1882 y 1890 y diversas obras generales
son fuentes com plem entarias.
H a c ie n d a s
C uadro 1
Bienes de Rafael Martínez de la Torre a su muerte
Propiedad inmobiliaria
Bienes Raíces Rústicos
414 183.00
3 haciendas en Veracruz y Puebla
Bienes Raíces Suburbanos
2 haciendas, 3 ranchos,
203 500.00
la mitad de una huerta
y la fábrica Industrial Jalapeña
Bienes Raíces Urbanos
4 casas y 1 terreno en la Ciudad de 130 478.50 748 161.50
México y 1 casa en Guanajuato
Propiedad mobiliaria
C uadro 3
Bienes raíces rústicos que poseía Rafael Martínez de la Torre al morir
27 Jean Camp, "Una colonia francesa en M éxico, San Rafael Jicaltepec", en Memoria de lo
Academia Nacional de Historia y Geografía, vol. 7, 3° año, 2a época, pp. 21 a 30.
28 a g n c m , protocolo notario 169, Ramón de la Cueva, 4 de diciembre de 1856.
29 a g n c m , protocolo notario 169, Ramón de la Cueva, 5 de agosto de 1856.
322 ¡ANTOLOGÍAS
I María Dolores Morales
ran cho'
DE SAN
P lano 1
Fincas urbanas y
suburbanas.
Propiedad de Rafael
Martínez de la Torre
I ANTOLOGÍAS
3 24
I Maria Dolores Morales
C uadro 4
Créditos hipotecarios a cargo de Martínez de la Torre
sobre sus bienes raíces rústicos
C uadro 5
Bienes raíces suburbanos que poseía Rafael Martínez de la Torre al morir
C uadro 6
Créditos hipotecarios a cargo de Martínez de la Torre
sobre sus bienes raíces suburbanos
36 AGNCM, protocolos notario 245, Antonio Ferreiro, 27 de octubre de 1875 y 14 de marzo de 1876.
37 Archivo Ju d ic ia l, Juzgado 2o de lo C ivil, vol. 3 7 ,12 51 1 62 . Intestado de Rafael M artínez de la
Torre, inventario de bienes.
38 El Noticioso, Imprenta de Irineo Paz, M éxico, D. F., 2 de noviembre de 1882.
39 AGNCM, protocolo notario 721, Agustín Vera y Sánchez, 25 de abril de 1852.
40 Véase M aría Dolores Morales, "Francisco Somera y el primer fraccionam iento de la ciudad de
México", Revista Arquitectura, Autogobierno, UNAM, M éxico, núms. 4 y 5.
328 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
Cuadro 8
Créditos hipotecarios a cargo de Rafael Martínez de la Torre sobre sus bienes
raíces urbanos
CRÉDITOS HIPOTECARIOS
Cuadro 9
Créditos otorgados por Rafael Martínez de la Torre, conservados a su muerte
Créditos hipotecarios
53 633.83
Créditos sobre haciendas
M IN ERÍA
Concepto Valor $
Concepto Valor $
Total: 69 075.00
LA COLONIA GUERRERO
C u a d r o 11
División practicada entre Rafael Martínez de la Torre y Antonio Escandón de los
terrenos de Buenavista y San Fernando (Escrituras del 31 de enero de 1867, 11
y 12 de febrero de 1874, 5 de marzo de 1874 y plano 3).
Terrenos de Buenavista
Fracción A (Estación de
Fracción l 563 611.00 Buenavista y vías del 136 198.00
acceso del ferrocarril)
Fracción II 78 157.75
Fracción V 9 158.00
Fracción 0 (mitad
Fracción 0 (Mitad del
del terreno vendido k m ? nn terreno vendido a Mata 6 512.00
a Mata entes de la
antes de la división)
división)
65 039.00 25 027.00
IR r ’Za r R i
Pu n o 2
Secciones compradas
por Rafael Martínez
de la Torre y Antonio
Escandón.
Dibujo basado en
los planos del a g n c m .
342 I ANTOLOGIAS
I M aría Dolores Morales
<8 000VyA;/ .
b
6 173 vJ
C Mtnez. de la Torre i
Escandón
P lano 3
División de terrenos de Buena
vista y San Fernando practicada
entre Rafael Martínez de la
Torre y Antonio Escandón.
Dibujo basado en los
planos del agncm .
El fra c c io n a d o r ad q u irió así 1 2 1 6 7 6 7 .7 0 v a ra s, en $ 7 5 709.21
(cuadro 12), con la certeza de que se poblaría pronto su proyectada
colonia, con habitantes atraídos por el m ovim iento com ercial que iba
a generar la estación.
La otra parte del Potrero de San Fernando, conservado por Baudovin
y Jam in, fue vendido por ellos en pequeños lotes desde 1872, quedando
también integrado a la colonia. Por tratarse de una superficie de peque
ña extensión (112000 varas cuadradas) que no perteneció a M artínez de
¡a Torre, no se toma en cuenta para los cálculos de este trabajo.
DESARROLLO DE LA COLONIA
C uadro 12
Terrenos comprados por Rafael Martínez de la Torre,
para formar la colonia Guerrero
Fecha de la Núm. de
Notario Sección Valor $
escritura varas
31 de enero Terrenos de
de 1867, Buenavista
12 de febrero Antonio adjudicados por
719 288.75 28 000.00
de 1874 Ferrei ro división entre
y 5 de marzo Martínez de la
de 1874 Torre y Escandón
Terrenos de
San Fernando
11 de febrero Antonio
adjudicados por 65 039.00 34 709.21
de 1874 Ferrei ro
división entre
ambos socios
Rancho de los
Ángeles comprado
por su exclusiva
cuenta, (superficie
disminuida de
24 de marzo Antonio
la original por el 432 440.00 13 000.00
de 1865 Ferrei ro
trazo de algunas
calles y la parte
del terraplén
adjudicada a
Escandón
C uadro 1 3
Terrenos de la sección de San Fernando vendidos por Martínez de la Torre
en 1874-1876
14 de
Antonio José
febrero de 17 400 13 050.00 Contado
Ferreiro Brillanti
1874
6 de
Antonio José
marzo de 36 162 19 341.00 Contado
Ferreiro Brillanti
1874
20 de $1 400.00
Antonio Francisco
mayo de 2 400 2 400.00 $1 000.00
Ferreiro Arce
1874 a 3 años
cf. 11 de
Antonio José Ma.
febrero de 6 512 3 451.36 Contado
Ferreiro Mata
1874
24 de Juan José
Antonio
marzo de Martinez 2 565 2 000.00 Contado
Ferreiro
1875 Zorilla
SECCIÓN DE BUENAVISTA
C uad ro 1 4
Mauro
9 de noviembre Antonio 4 240.50
Fernández de 16 962.00
de 1875 Ferreiro
Córdova
Juan Francisco
11 de diciembre Antonio Allsopp (Rep. 25 406.72
37 241.50
de 1875 Ferreiro del Ferrocarril
Central)
31 de marzo
de 1876, 12 de
Antonio 42 044.25
abril de 1876, Nicolás Álvarez 66 292.50
Ferreiro
10 de mayo de
1876
Te rre n o s v e n d id o s
a in te rm e d ia rio s
T erren o s v e n d id o s
p o r esc ritu ra p ú b lica
T e rre n o s v e n d id o s
po r co n tra to p riv a d o
P lano 4
Colonia Guerrero
Lotificación 1 8 7 4 - 1 8 7 6 .
Dibujo basado en los
planos del a sn cm .
El otro 3 0 .3 % de la superficie la adquirieron alrededor de 270 per
sonas, en lotes más pequeños, cuya extensió n flu ctu ab a entre 100 y
1 400 varas. La forma de pago fue a dos años, m ediante la firm a de 24
pagarés que debían cu brir m ensualm ente (cuadro 15).
Estas operaciones se realizaron por co ntrato privado y no por e s
critu ra pública e in clu ía n en cada caso los pagarés de 90 a 100 com
pradores detallando su nombre, el número de pagarés que adeudaban
y el valo r de éstos.71
En 3 5 % de los contratos privados hubo posibilidad de lo calizar los
terrenos en los planos parciales de la colonia y con ello se pudo d eter
m inar el número exacto de varas que adquirió cada comprador (planos
5 y 6). Para los demás casos fue necesario obtener el número de varas
dividiendo el costo de cada terreno entre el valo r promedio de la vara
($ 0 .3 6 ), para obtener el número aproxim ado de varas vendidas.
C uadro 1 5
Superficie de la sección de Buenavista vendida por Martínez de la Torre en
terrenos chicos
M a rtín e z de la Torre
-o
o
LA TORRE
<
Pedro Escudero
Manuel M. Garcia
P lano 5
Plano parcial de la
Colonia Guerrero.
Dibujo basado en los
planos del agncm .
A N TO LO G ÍA SI 3 55
H isto ria I
5a DE LA MOSQUETA
4a DE LA MOSQUETA
4a CALLE DE GUERRERO
2o F. P. LOPEZ
J.VALDEZ
Y SÁNCHEZ
e . ríos RODRÍGUEZ M. de J.
CHORNE
P. EGALLARDO
3a CALLE DE GUERRERO
miranda la F. P. LOPEZ
5a. DE LA MAGNOLIA
4a. DE LA MAGNOLIA
Plano 6
Plano parcial de la
Colonia Guerrero.
Dibujo basado en los
planos del a g n c m .
3 5 6 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
L Olivero V.
J. M. J. M. J.M. V.
M.
Ariona Mota Montesdeoca Mota Ruiz
9a
S'a-- 1M.
8a. CALLE
AVENIDA CAMELIA,
Reyes
Velasco
P. Sava tierra M. Reyes
L V.
Garda Hinojosa
O
o V. Galvez J. Díaz
CC
< AVENIDA MOCTEZUMA, 5a. Calle
P lano 7
Plano parcial de la
Colonia Guerrero.
Dibujo basado en ios
planos del agncm.
Es evidente que M artínez de la Torre necesitaba mover su ca p ita l,
puesto que su activid a d no se lim itaba a la co m pra-venta de tie rra s.
Por ello, an tes de dos o tres meses de otorgados los pagarés, los tra s
pasaba y recuperaba el dinero líquido. En todos los caso s tra n s firió
los pagarés a la m ism a persona, José B rilla n ti, quien desem peñó un
papel muy im p o rtan te.72 Adem ás de ad q u irir grandes e xtensio nes en
la co lo nia, B rilla n ti tenía interés en com prar los pagarés seguram en
te para quedarse con los te rre n o s y reven d erlo s en caso de que no
fueran cubiertos.
El precio de la vara cu ad rad a de estos lotes ch ico s varió entre
$ 0 .2 5 y $ 0 .8 5 , sin que se pudiera d e te rm in a r el porqué de las f lu c
tu a cio n e s en el costo de la v a ra , ya que en m uchos caso s, terren o s
aled año s dentro de una m ism a m anzana fuero n vendid os a precios
muy diversos.
Los diez casos de terrenos chicos, adquiridos por escritura pública,
m uestran que éstos fueron comprados por com erciantes o empleados
y no por artesanos y obreros. Sin embargo, existe la posibilidad de que
los lotes vendidos por co ntrato privado hubieran sido com prados por
este últim o tipo de población.
El promedio de varas cuadradas adquiridas por los 270 com prado
res, es de 480 varas, a un precio promedio de $ 0 .3 6 , lo que da un total
de $ 1 7 2 .8 0 por terreno . Esta cantid ad , dividida entre 24 pagarés, re
presentaba abonos m ensuales de $ 7.20 que, para un obrero o artesano
cuyo salario promedio mensual era de $ 2 0 .0 0 ,73 co nstituía 36°/o de su
sueldo, porcentaje alto, pero posible.
Sin embargo, aún cuando aceptem os que parte de estos lotes h a
yan sido com prados por obreros o artesanos, la mayor parte de la su
perficie (6 3 .2 % ) la adquirieron interm ediarios quienes al revender los
terrenos, redujeron aún más las posibilidades de compra de por sí ya
lim itados, para la clase obrera.
72 Ibid.
73 Em iliano Busto, Estadística de la República Mexicana, Estado que guardan la agricultura,
industria, minería y comercio, Imprenta de Ignacio Cumplido, México, 1880, Tomo 1, Cuadro de
industria núm. 1, "Cuadro estadístico de industria en el Distrito Federal".
3 58 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
protocolo notarlo
74 a g n c m , 245, Antonio Ferreiro, 22 de mayo de 1874; El Hijo del trabajo, 6 y
16 de agosto de 1 8 7 6 .
C uadro 1 6
Terrenos de la sección de Buenavista vendidos por Rafael Martínez de la Torre
en el período 1874-1876, conservados a su muerte.
Esta sección perteneciente a los barrios de los Reyes, San M iguel No-
noalco y los Ángeles, tenía una extensión de 451 880 varas, deducien
do las dos ca lle s fo rm adas en sus lím ite s sur y o riente (plano 4 ). La
m ayor parte de la sección (257 000 varas) se fraccio nó hasta después
de la muerte de M artínez de la Torre, según consta en la solicitud que
presentaron sus hijos al juzgado y cuya venta se realizó en el periodo
1 8 8 2 -1 9 0 0 .75
La extensión vendida, en vida del fraccionador, se dividió en su mayor
parte en superficies grandes adquiridas a $0.12 la vara. Los compradores
de estos lotes los destinaron todavía a usos agrícolas, como el norteame
ricano Santiago Schm it que compró 4 8 0 0 0 varas, para form ar el Rancho
del Huizache; y Rafael Domínguez que adquirió 74039.87 varas cuadradas,
incluyendo la casa del rancho, algunos pozos artesianos y alfalfares.76
75 Archivo Ju d ic ia l, Juzgado 2ode lo civ il, vol. 37, 1251162, Intestado de Rafael M artínez de la
Torre, Inventario de bienes.
76 a g n c m , protocolos notario 245, Antonio Ferreiro, 5 de septiembre de 1866 y 24 de abril de 1876.
3 6 0 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores M orales
C uadro 17
Terrenos de la sección de los Ángeles vendidos por Rafael Martínez de la Torre
en 1874-1876, conservados a su muerte
77 Mariano Téllez Pizarro, Tarifa de precios para el metro cuadrado de terreno, O ficina Tip. de la
S ría. de Fomento, México, 1902, p. 6.
78 Registro Público de la Propiedad, índices de 1891-1900.
362 I ANTOLOGÍAS
I M aria Dolores Morales
LOS SERVICIOS
C uadro 18
Terrenos de la Colonia Guerrero (Secciones de San Fernando, Buenavista y
Los Ángeles), vendidos por Martínez de la Torre en el período 1874-1876, o
conservados a su muerte
Las calles que rodeaban la estación del Ferro carril M exicano pre
sentaban una población de com erciantes, em pleados y algunos profe
sionistas en las casas solas o viviendas, y de artesanos en los cuartos.
Había tam bién población ocupada en o ficios relacionados con el
fe rro ca rril, como m aqu in istas, cargadores, carreros y toneleros. El Fe
rrocarril M exicano transportaba a la ciudad la producción de pulque de
Apan. Por ello, se localizaban en la zona varias tonelerías y pulquerías.
Algunos dueños de éstas últim as, como las fam ilia s Adalid y Piña, eran
pro pietario s im p ortan tes de haciendas pulqueras. Tam bién había un
depósito de carros y anim ales de la Casa Iturbe que se utilizab a para
cargar el pulque, que después se repartía en las ca silla s de la ciudad.
Estos ejemplos nos dan alguna idea del fuerte m ovim iento co m ercial,
registrado en la zona.
El padrón de 1890 perm ite hacer un a n á lisis detallado por m an
zana de la población de la c o lo n ia .86 H abitaban el fra c cio n a m ie n to
31 255 personas (cuadro 19 y plano 8), población considerable, si ob
servam os que, en la m ism a fe ch a , Santa M aría contaba apenas con
6 0 0 0 habitantes; y la Colonia de los A rquitectos, con 3 500.
La población ocupada era de 12 840 individuos (deducidos los es
colares y estudiantes) sin que podamos determ inar por la fuente la po
blación económ icam ente activa, ya que ésta no proporciona las edades
por m anzanas.
La m ayor parte de la población pertenecía al sector de obreros y
artesanos, que representaba 43.66°/o del total de habitantes. Del grupo
destacaban los trabajadores de la construcción, que constituían 12.22% .
Seguían en im portancia los artesanos en madera, principalm ente carpin
teros (6.33 % ), los trabajadores textile s (6.21% ), los jornaleros (4.77 % ),
los artesanos que trabajaban el cuero, en su mayoría zapateros (3.86% ),
y los que trabajaban el metal (3.33% ). Menos numerosos eran los pana
deros (1.79% ), los cigarreros y pureros (1.06% ) y los mecánicos (0.99% )
(cuadro 20).
C uadro 19
Población por manzana de la Colonia Guerrero en 1890
Cuartel
mayor vii, 242 54 296 42 12
Manzana 5
Cuartel
mayor vil, 59 39 98 30
Manzana 6
Cuartel
mayor vn, 103 69 172 55 14
Manzana 7
Cuartel
mayor vn, 82 81 163 57 24
Manzana 8
Cuartel
mayor vil, 405 611 1 016 437 174
Manzana 9
Cuartel
mayor vil, 91 113 204 86 27
Manzana 10
Cuartel
mayor vn, 147 171 318 131 40
Manzana 11
Cuartel
mayor vil, 338 510 848 356 154
Manzana 12
Cuartel
mayor vn, 31 31 62 23
Manzana 22
Cuartel
mayor vil, 93 103 196 24 79
Manzana 23
Cuartel
mayor vn, 140 178 318 132 46
Manzana 24
Cuartel
mayor vil, 96 205 301 134 71
Manzana 25
Cuartel
mayor vil, 131 177 308 112 65
Manzana 26
Cuartel
mayor vil, 182 289 471 207 82
Manzana 36
Cuartel
mayor vn, 103 154 257 128 26
Manzana 37
Cuartel
mayor vil, 261 286 547 228 58
Manzana 38
Cuartel
mayor vil, 266 297 563 208 89
Manzana 39
Cuartel
mayor vil, 85 181 266 134 47
Manzana 50
Cuartel
mayor vn, 197 268 465 186 82
Manzana 51
Cuartel
mayor vil, 204 341 545 228 113
Manzana 52
Cuartel
mayor vn, 176 263 439 183 80
Manzana 53
Cuartel
mayor vil, 140 218 358 155 63
Manzana 62
I ANTOLOGIAS
370
I M aria Dolores Morales
Cuartel
mayorvii, 188 319 507 244 75
Manzana 63
Cuartel
mayorvn, 105 219 324 160 59
Manzana 65
Cuartel 98 228 67 31
mayor v, 130
Manzana 17
Cuartel
mayor v, 719 913 1 632 686 227
Manzana 29
Cuartel
mayor v, 68 105 173 83 22
Manzana 30
A N TO LO GÍAS I
H isto ria I
Cuartel
mayor v, 316 346 662 262 84
Manzana 31
Cuartel
mayor v, 379 458 837 326 132
Manzana 32
Cuartel
mayor v, 262 325 587 256 69
Manzana 33
Cuartel
mayor v, 165 233 398 169 64
Manzana 34
Cuartel
mayor v, 261 421 682 318 103
Manzana 35
Cuartel
mayor v, 309 303 612 244 59
Manzana 36
Cuartel
mayor v, 240 294 534 203 91
Manzana 37
Cuartel
mayor v, 170 191 361 130 61
Manzana 38
Cuartel
mayor v, 221 348 569 246 102
Manzana 39
Cuartel
mayor v, 109 151 260 116 35
Manzana 40
Cuartel
mayor v, 227 323 550 246 77
Manzana 41
Cuartel
mayor v, 244 409 653 318 91
Manzana 42
3 72 ANTOLOGÍAS
M aría Dolores Morales
Cuartel
mayor v, 263 411 674 286 125
Manzana 43
Cuartel
mayor v, 13 7 20 4 3
Manzana 44
Cuartel
mayor v, 213 261 474 216 45
Manzana 45
Cuartel
mayor v, 305 437 742 323 114
Manzana 47
Cuartel
mayor v, 313 394 707 267 127
Manzana 48
Cuartel
mayor v, 227 294 521 219 75
Manzana 49
Cuartel
mayor v, 68 35 103 23 12
Manzana 50
Cuartel
mayor v, 80 102 182 80 22
Manzana 51
Cuartel
mayor v, 113 178 291 132 46
Manzana 52
Cuartel
mayor v, 203 301 504 221 80
Manzana 53
Cuartel
mayor v, 347 378 725 273 105
Manzana 54
373
Cuartel
mayor v, 131 184 315 137 47
Manzana 55
Cuartel
mayor v, 79 107 186 84 22
Manzana 56
Cuartel
mayor v, 272 267 539 205 62
Manzana 57
Cuartel
mayor v, 219 309 528 212 97
Manzana 58
Cuartel
mayor v, 275 267 542 175 92
Manzana 59
Cuartel
mayor v, 113 94 207 68 26
Manzana 60
Cuartel
mayor v, 348 475 823 337 138
Manzana 61
Cuartel
mayor v, 117 240 357 177 63
Manzana 62
Cuartel
mayor v, 113 176 289 135 41
Manzana 63
Cuartel
mayor v, 88 239 327 151 88
Manzana 64
Cuartel
mayor v, 147 218 365 169 49
Manzana 65
Cuartel
mayor v, 142 127 269 97 30
Manzana 66
CUADRO 20
Población de la Colonia Guerrero ocupada en el sector de obreros y artesanos 1890
Jornaleros 612
Panaderos 230
Cigarreros y pureros 136
Mecánicos 127
Total: 5 606
ANTOLOGÍAS i 3 75
H isto ria I
C uadro 21
Población de la Colonia Guerrero ocupada en otros sectores (excepto artesanos
y obreros) 1890
Propietarios 67
Labradores y hortelanos 43
Total: 7 234
Las 1 076 casas comprendían 9 200 departam entos en los que pre
dom inaban los cu arto s (5 5 .6 8 % ), 2 2 .5 1 % de vivie n d as y 1 5 .6 1 % de
acce so ria s (cuadro 2 2). El promedio de departam en to s por casa era
muy alto, 8 .5 % , lo que nos muestra que gran parte de estas casas eran
vecindades. Esto se puede confirm ar por el alto número de este tipo de
casas que conserva actualm ente la zona.
Las manzanas que tenían más de 6 0 °/o de cuartos eran las mismas
en las que predominaban los artesanos, obreros y personas de escasos
recursos como cargadores, carreteros, etc. Esto nos muestra que, si
bien la mayor parte de los habitantes de la colonia eran artesanos y
obreros, esto no significaba que ellos fueran los propietarios de las
casas, sino que en la mayoría de los casos eran simplemente inquilinos
que habitaban los cuartos de las vecindades.
Estos indicadores comprueban una vez más que los objetivos de
la colonia no se cumplieron (como ya habíamos visto al analizar los
procedimientos seguidos para la venta de terrenos). Por ello, y quizás
porque los artesanos que habían logrado obtener un terreno lo per
dieron con las disposiciones gubernamentales de reedificación, a los
quince años de fundada la colonia, cuando se había convertido en una
buena fuente de rentas para sus propietarios que no eran precisamen
te artesanos ni obreros.
CONCLUSIONES
C uadro 2 2
Casas de 1, 2 y 3 pisos y número de cuartos, viviendas y accesorias
de la Colonia Guerrero, en 1890
Núm. de
. , Casas Casas Casas T . , Deptos Deptos Deptos T . .
cuartel y , . _ . _ . Total r r Total
’ 1 piso 2 pisos 3 pisos Vivs. Ctos. Acces.
m anzana
Cuartel
m ayor vil, 7 3 10 13 3 1 17
M zna 5
Cuartel
m ayor vil, 6 6 10 46 7 63
M zna 6
C uartel
m ayor vil, 7 4 11 23 6 18 47
M zna 7
Cuartel
m ayor vil, 4 4 8 23 37 4 64
M zna 8
Cuartel
m ayor vil, 22 12 1 35 93 110 31 234
M zna 9
Cuartel
m ayor vil, 19 1 20 38 53 14 105
M zna 10
Cuartel
m ayor vil, 15 4 19 51 22 12 85
M zna 11
C uartel
m ayor vil, 22 7 29 43 121 21 185
M zna 12
C uartel
m ayor vn, 10 10 20 1 21
M zna 22
Cuartel
m ayor vil, 14 1 15 36 14 6 56
M zna 23
ANTOLOGÍAS I
379
H isto ria I
Cuartel
m ayor vn, 10 10 45 12 15 72
M zna 24
Cuartel
m ayor vil, 14 1 15 32 31 63
M zna 25
Cuartel
m ayor vn, 15 1 16 18 36 26 80
M zna 26
Cuartel
m ayor vn, 16 16 53 50 33 136
M zna 36
Cuartel
m ayor vil, 20 20 36 125 3 164
M zna 37
Cuartel
m ayor vil, 16 16 58 85 24 167
M zna 38
Cuartel
m ayor vn, 16 19 29 109 31 169
M zna 39
Cuartel
m ayor vn, 19 19 21 14 16 51
Mzna 50
Cuartel
m ayor vil, 19 19 24 95 31 150
M zna 51
Cuartel
m ayor vil, 17 17 16 126 27 169
M zna 52
3 8 0 I ANTOLOGÍAS
I M aría Dolores Morales
Cuartel
m ayor vil, 16 16 40 78 36 154
M zna 53
Cuartel
m ayor vil, 9 9 16 56 24 96
M zna 62
Cuartel
m ayor vil, 11 2 13 20 71 41 132
M zna 63
Cuartel
mayor vil, 22 22 11 133 23 167
M zna 65
Cuartel
m ayor v, 17 10 2 29 88 90 34 212
M zna 16
C uartel
m ayor v, 15 4 19 23 4 6 33
M zna 17
Cuartel
m ayor v, 22 1 23 30 61 9 100
M zna 23
Cuartel
m ayor v, 18 4 22 33 90 27 150
M zna 24
Cuartel
m ayor v, 14 1 15 39 85 8 132
M zna 25
Cuartel
m ayor v, 20 3 23 70 101 23 194
M zna 27
Cuartel
m ayor v, 23 2 25 146 131 42 319
M zna 28
ANTOLOGÍAS
H isto ria
Cuartel
m ayor v, 21 3 24 106 255 78 439
M zna 29
Cuartel
mayor v, 2 3 5 11 19 25 55
M zna 30
Cuartel
m ayor v, 11 11 49 109 44 202
M zna 31
Cuartel
m ayor v, 15 5 20 34 168 32 234
M zna 32
Cuartel
m ayor v, 17 2 19 61 63 18 142
M zna 33
Cuartel
m ayor v, 18 3 21 48 87 22 157
M zna 34
Cuartel
mayor v, 27 3 30 39 101 26 166
M zna 35
Cuartel
m ayor v, 22 3 25 27 119 39 185
M zna 36
Cuartel
m ayor v, 11 1 12 8 149 48 205
M zna 37
Cuartel
m ayor v, 4 4 4 98 17 119
M zna 38
Cuartel
m ayor v, 14 9 23 42 87 36 165
M zna 39
I ANTOLOGIAS
382
I M aría Dolores M orales
Cuartel
m ayor v, 17 18 24 48 23 95
Mzna 40
Cuartel
m ayor v, 13 13 12 139 26 177
M zna 41
Cuartel
m ayor v, 21 21 23 141 28 192
M zna 42
Cuartel
m ayor v, 10 22 98 24 144
M zna 43
Cuartel
m ayor v, 6 6
M zna 44
Cuartel
m ayor v, 15 15 45 70 18 133
M zna 45
Cuartel
m ayor v, 13 13 44 163 30 237
M zna 47
Cuartel
m ayor v, 14 15 50 114 32 196
M zna 48
Cuartel
mayor v, 12 12 4 160 44 208
M zna 49
Cuartel
m ayor v, 7 23 10 40
M zna 50
Cuartel
m ayor v, 1 1 27 29
M zna 51
A N TO LO G ÍA SI 383
H isto ria I
Cuartel
m ayor v, 12 12 14 25 12 51
M zna 52
Cuartel
m ayor v, 20 1 21 23 105 22 150
Mzna 53
Cuartel
m ayor v, 22 1 23 47 192 33 272
M zna 5 4
Cuartel
m ayor v, 7 1 8 4 106 35 145
M zna 55
Cuartel
m ayor v, 12 1 13 15 32 19 66
M zna 56
Cuartel
m ayor v, 18 1 19 15 141 38 194
M zna 57
Cuartel
m ayorv, 10 10 10 83 17 110
M zna 58
Cuartel
m ayorv, 5 5 6 127 10 143
M zna 59
Cuartel
m ayorv, 9 9 4 53 10 67
M zna 60
Cuartel
m ayo rv, 25 25 12 156 31 199
M zna 61
Cuartel
m a y o rv , 20 20 13 84 26 12 3
M zn a 62
ANTO LO GÍAS
384
M aría Dolores Morales
Núm. de
Casas Casas Casas 3 Deptos Deptos Deptos
cuartel y Total Total
1 piso 2 pisos pisos Vivs. Ctos. Acces.
m anzana
Cuartel
m ayor v, 9 1 10 11 64 20 95
M zna 63
Cuartel
m ayor v, 7 7 11 54 12 77
M zna 64
Cuartel
m ayor v, 10 10 9 96 19 124
M zna 65
Cuartel
m ayor v, 13 13 18 42 11 71
Mzna 66
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