Está en la página 1de 17
VOLAR, EL AVIONCITO soho QUES ase VOLAR Por: Humberto Jarrin B. ustracones: Michi Peléez meer Este era un avioncito que vivia tranquilo en medio de un paraje de los Llanos Orientales, con muchas aves, potros correlones y pachorrudos caimanes. La vida del avioncito habria sequido ual, de no ser porque un dia se pregunto: “éQuién soy yo?... de entre todos mis amigos éa cual pertenezco2” El avioncito se propuse hallar por mo las respuestas. —Tal vez sea alguien que deba vivir en el agua -se dijo, al ver a los caimanes. Entonces fue y se tiré a la laguna, pero se hundié, Ante sus gritos de auxilio los caimanes lo sacaron, —Ati que te pasa avioncito, ¢Ah? —Pensé que era un ser del agua. —Ya ves que no. No estas hecho para nadar. Ve y prueba en otra parte -Ie dijeron. wl Asi lo hizo. En cuanto vio a los potros galopando, pens6"debo estar hecho para corer” Entonces, alegre y juguetén, se les uni6 a la carrera No habia pasado un minuto cuando los potros lo dejaron atras. El avioncito cayé al suelo, jadeante. Vi Th hah erie tf hie ee one Un topo que golpe de! | avioncito alcaer medio desmayado, sall6 a ver cual era el escandalo. —2Te has vuelto loco, avioncito? -le dijo al verlo con “ la trompa entre el polvo. —Sélo intento saber para qué he nacido. En el agua me hundo y para correr no sirvo... —Subterréneo 8 que menos!. Te aconsejo que ni siquiera intentes cavar. ete, ela, vuela de aqut ~dijo el topo. —eVuela? évuela?... iah claro!, pero... ecmo? -se pregunté el avioncito. De tanto pensar creyé hallar la soluciOn: alguien que volara le podria ayudar. u te & es Al primer volador que se top6 en el camino, una bella mariposa, le rogé: —Amiga mariposa, necesito de usted un favor. —Si se puede con mucho gusto. —Quiero que usted que vuela me ensefie a volar. —éA volar? Bueno... este... yO... vuelo, si. Pero ensefiarte? No sé cémo podria. Mira, yo salto de flor en flor y en el aire agito mis alas. Quizé si haces lo mismo... El avioncito lo intent6, pero no hizo més que dafiar algunas flores y caer. 3 Traté de imitar a otras aves que encontré en su recorrido: un loro, un tucan y un Aguila, pero luego de tirarse de ramas, arboles y cerros como le aconsejaron, tampoco aprendié a volar. Alguien le dijo entonces que ya fuera donde la lechuza. has 2 ws a ty Py Len MACS er Na i) FO, —Amiga lechuza, ni de usted un favor. —Si se puede con mucho g —Quiero que usted que vi me ensefie a volar. —eVolar? Bueno, no sé <émo podria. —Pero los otros amigos voladores me dicen que usted conoce el secreto de cémo volar. Qa —El secreto para volar si sé quién lo sabe y sé quién puede ensetiarte le dijo la lechuza, abriendo apenas un ojo-. iE hombre! —Pero si el hombre no vuela, £c6mo podria ensefarme? —Precisamente porque no vuela ha tenido que descubrir los secretos para hacerlo. Con él, muchos aviones como ta han aprendido a volar. Vete a la ciudad y pregunta por él. Al llegar se encontré con iones amistoso: td...eres un avién.. cierto? Si, como somos todos por aqui, mira ~y le sefialé a varios. ~Y sabes volar, zcierto? —Claro. éVes esa carretera larga y planita? Por allf comienza el vuelo. —zY quién te ensefio? —Ese sefior que ves alla. Después, uno aprende mas, volando. —€Y crees que él pueda ensefiarme? —Ve y averigualo por ti mismo. 24 El avioncito fue y se le acercé al hombre. —Amigo hombre, necesito de usted un favor. —Sise puede con mucho gusto —Me han dicho que usted sabe cémo wuelan los aviones. Quiero aprender. —Volar? Pero cl: puedo ensefarte. éCudndo quieres comenzar? —Ahora mismo. —Bueno, veamos si para volar tienes las partes que necesitas. —Si, si...—dijo, revisandolo-, Es éY lo de mas alla? muy elemental. éSabes para qué —mostréndole la cola. es esto? -le pregunta sefaléndole —No, sefior, hélice: —No, sefig. =2Y lode aqui? ~tochniddle fos: : —2Y esto?-indicéndole motorcitos. —No, sefior. las alas. , —Tampoco. 24 25 El hombre le puso a rugir el motor ya mover las hélices, luego de largas pruebas combinadas entre alas y la cola, el avioncito estuvo listo. El hombre lo puso a corretear por la pista. y como si fuera magia, el avioncito supo lo que era levantarse feliz por los aires... —iEs maravilloso!, ivuelo, si, vuelo! Agradecié al hombre por haberle descubierto los secretos del vuelo y se fue a buscar a sus viejos amigos. 7 Uno a uno los fue encontrando, el Aguila, el tucan, el loro, la mariposa, la lechuza y hasta el mismo topo se preguntaron quién hacia ese ruido en el cielo, fue entonces cuando lo vieron —Pero sies el avioncito que ya sabe volar ~dijeron en coro. i, oy yo, y vuelo, iya sé volar! 8 Eel ace secrete (ool Mae lee Se ree eS ae Sooo Seameeae ‘hp ts — ‘goat ees TEE,

También podría gustarte