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Había una vez un conejo blanco llamado Pepe que iba caminando enojado por el bosque
debido a que no le había resultado la broma que había preparado a unos animalitos, la que consistió
en dejarles unos pequeños hoyos, que el mismo hizo y dejo tapados con pasto, para que cayeran y
asustaran, pero como iba tan distraído pensando en porque no le funciono, sin darse cuenta cae a
un hoyo profundo.
Cuando el conejito Pepe se dio cuenta de donde estaba, comenzó a escarbar por la orilla ya
que pretendía realizar un túnel, pero estaba demasiado duro por lo que no fue posible hacerlo. Se
puso muy triste y comenzó a llorar muy fuerte mientras se decía así mismo que quizás jamás
volvería a salir de ahí, grito por ayuda, pero nadie lo escucho. Paso toda la noche atrapado y
además sentía mucha hambre y frio, entonces nuevamente comenzó a llorar, pero luego de un rato
se calmó y volvió a gritar mucho más fuerte diciendo ¡ayuda! ¡estoy atrapado! ¡Prometo que nunca
mas hare bromas! El tiempo pasaba, el conejito Pepe estaba tan cansado que al final se rindió. Pero
de pronto escucha una voz que decía ¡amigo! ¿Dónde estás? ¡Escuche tus gritos! ¡Te vengo a
ayudar!, el conejito Pepe inmediatamente se levantó, y le responde, ¡estoy aquí!, la voz le lanza una
cuerda, el la atrapa, se agarra firmemente y comienza a salir hasta que llega arriba. Se da cuenta
que la voz que lo salvo era de un duende.
El conejito Pepe estaba tan feliz que le dio las gracias y además lo abrazo. Le pregunto su
nombre y el duende le responde ¡Zuko! Desde ese momento se hicieron grandes amigos y el
conejito Pepe aprendió que no debía realizar bromas porque el mismo podía caer en ellas.
Objetivo general: Desarrollar habilidades metadiscursivas previas para la lectoescritura y
comprensión del lenguaje.
Tiempo: 90 minutos
Actividad
Transición 2