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Introducción

En 1991 entró en vigor el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la


Organización Internacional del Trabajo (OIT), documento que en nuestro país obtuvo
carácter vinculante a través de resolución legislativa publicada en el Registro Oficial no.
304 el 24 de abril de 1998. Este cuerpo normativo jugó un rol fundamental para la
adopción de sistemas jurídicos pluralistas en Latinoamérica, puesto que reconoció a los
distintos pueblos indígenas prerrogativas que durante mucho tiempo fueron ignoradas.
En los años 80, una vez aprobado el convenio N° 169 de la OIT, en América Latina se
vivieron algunos cambios constitucionales, asociados en buena medida a las
transiciones democráticas después de varias décadas de dictadura militares con guerra
civiles como paso en algunos países como (Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador, Nicaragua o
Guatemala).
Pero es a principios de los 90s cuando el multiculturalismo se encarna en América
Latina en gran parte de los Estados con una formula común, la del denominado
“reconocimiento”, de este primer momento a la idea actual de interculturalización se ha
fijado diferentes comprensiones acerca de la diversidad, la diferencia, lo racial y lo
étnico.

Desarrollo
La revisión de la convención 107 significa que los enfoques integracionistas y
asimilacioncitas ya no son aceptables como doctrinas para los gobiernos que las buscan.
Los pueblos indígenas deben tener el derecho a elegir si integrarse o mantener su
cultura, sus tradiciones, e integridad política. Los artículos 8–10 reconocen las culturas,
tradiciones, y circunstancias especiales de los pueblos indígenas y tribales.
En noviembre de 2009, la decisión de una corte chilena, considerada un hito en los
derechos de los temas indígenas, hizo uso de las normas de la convención 169 de la
OIT. La corte fallo unánimemente a favor de conceder un flujo de agua de 9 litros por
segundo para las comunidades Chusmiza y Usmagama. Por una disputa legal de 14
años, y centros en derechos de agua para las comunidades en uno de los lugares más
áridos del planeta. La decisión de la Corte Suprema en derechos de las aguas aymara
sostiene las decisiones del tribunal de Pozo Almonte tribunal y la corte de Iquique a
apelar, y marca la primera aplicación judicial de la convención 169 de la OIT en Chile.
Luego de esta decisión, algunos protestaron e intensificaron sus protestas durante el
fallo respecto a la Convención 169 en Chile. Líderes Mapuche iniciaron una medida
cautelar contra la presidenta chilena  Michelle Bachelet y su ministro de presidencia 
José Antonio Viera Gallo que también es coordinador de asuntos indígenas,
argumentando que el gobierno fracaso a cumplir plenamente con la cláusula del
convenio 169 sobre "consulta previa" que debe ser levado "de buena fe y de forma
apropiada a las circunstancias, con el objetivo de conseguir acuerdo o consenso a las
medidas propuestas" como tala,  agronegocio, o  minería en territorios indígenas.
Existen muchos ejemplos de casos exitosos en los que se aplicó la convención OIT en
Chile, como el caso de una  Machi que inició una acción legal para proteger tierras con
hierbas medicinales, que eran amenazadas por la industria forestal. Algunas
preocupaciones se alzaron en su tiempo por el marco político de los gobiernos trajeron
además del proveniente de la convención, y no al revés.
El convenio hace hincapié en el derecho de trabajo de los pueblos indígenas y tribales y
su derecho a la tierra y al territorio, a la salud y a la educación.
Determinando la protección de «los valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y
espirituales propios» de los pueblos indígenas, y define «la importancia especial que
para las culturas de nuestro territorio y valores espirituales de los pueblos interesados
reviste su relación con las tierras o territorios». Así como la importancia de las
actividades económicas tradicionales para su cultura. También que los servicios de
salud para indígenas deberán organizarse en forma comunitaria, incluyendo los métodos
de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales. Los programas de
educación «deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de
valores» y «deberán adoptarse disposiciones para preservar las lenguas indígenas».

Conclusión

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