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, Kenneth C. Crawford
Titulo del original: Ossie the otter, Autumn House Publishing, divisi é n de Review and
Herald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E . U . A . , 2009.
1. Literatura infantil y juvenil estadounidense. l . Jerez, Jael, dir. II. Blath, Claudia, trad. Ill. Titulo.
Al bosque es tuyo, te to dio n uestro Creador, ve y dis Jruta !o.
CDD 813.928 2 Lstaré ansioso por saber to que aprendiste hoy.
Se termino de imprimir el 14 de junio de 2013 en talleres propios (Av. San Martin 4555,
Dt3diCo é5tC! libro a ese recuerdo de rn i podre, porque
B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). simbo !iza !as generaciones anteriores a mi, que también
Prohibida la reproduccion total o parcial de esta publicaci é n (texto, imagenes y dise fi o),
su manipulacion informatica y transmision ya sea electré nica, mecanica, por fotocopia
u otros medios, sin permiso previo del editor.
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I breve verano alaskeno habia pasado, y el olor
p enetrante del orono se sentia en el aire. Los ma-
jesruosos alerces, en los valles inferiores 5e habian
vuelro de un dorado brilla n re; un llamarivo conrraste
con el rojo intenso de las p raderas al p inas su periores. En
las laderas inferiores, junto a un Iago rré mulo, los alamos
maj esruosos retiraban la savia hacia sus ra!ces, en prepa-
racion para un largo y frio inv ierno. Esra parre del interior
de Alaska es un vasro terrirorio virgen, donde la p resen -
cia del hombre es ran rara que pasan las estaciones, y los
animates v iv en y mueren por generaciones sin p resenciar
ninguna huella humana ni el sonido de un hacha.
En to alro de un acanrilado un aguila adulro se enca-
ramaba cerca de su nido V6ciO. Hacia poco, un polluelo
habia salido del cascaron de un huevo, en esre nido. El
aguila miraba hacia su companera, que surcaba las co-
rrientes de aire p or enCl lT\ a. P ronto p arririan en un lar-
go vi aje hac ! a ! a costa sudeste, y la c ria de b ia practical
sus habi ! idades de vu e! o para fo rta !ecer sus alas. Pero e !
macho desca n saba, conte mp l a n do la tierra hacia abajo
como un ley en su trono. Debajo del nu evo limite de
Jas ni eves p erp eruas, l a5 J H term iH db !es l ad eras s e habian
VUt3 lto C 8r m esi, po r las hoj as y los fr utos de los e!evados
ar bustos de arandanos. Al gi ra r su cabeza regia, diviso e l
movimiento o ri du ! ante de un pe l aje castano, a la dista ri- montana por el movimiento repentino de !a tierra mojada.
Cia. Osos pardos gigantes vagaban po r ! as ! aderas, despo- Y mas alla de !a marana de rocas y arbo !es caidos desparra-
j ando de sus frutos a los arbustos de zarzamo ras. mados por el horde de la playa, e! agui la espiaba una peque-
Err la base de la montana, una eno rm e CO ! um ria de va- na criatura que nadaba sofa en las aguas Claras del Iago.
por subia del Iago Ku rupa, un remoto y estrecho espejo
de agua de unos 36 ki l ometros de largo y 3,5 ki l ometros
de ancho. El aire estaba mas trio que el agua, de modo
que los lagos y los a rroyos continuarian evapo randose
hasta congel arse. El agua del Iago era crista l ina, salvo por
un l eve tinte verde en la zona al ta, donde un arroyo an-
cho desembocaba en el Iago, al imentado por u ri inmen-
so g ! aciar en ! a distancia.
La o ri ll a no rte del Iago Ku rupa descendia suavemente
hasta Jas amp ! ias p l ayas de gravi ! la, donde l o5 animates
iban a beber. Pero, del otro lado, u o a eno rme mu ra!! a
vertica! esca l aba la imponente Cadena Montanosa
8 roo l‹s donde ! as agui ! as tenian su nido. La mayo ria de
estas pe ndientes de! sur estaban despoj adas de arbo l es
po r ! as avaJ anchas primaveral es que baj aban dep risa por
sus frentes Cada ano. Err e l extremo oeste, el Iago desem-
bocaba en un rio ancho y lento. dna gran ! agu ri a Cer-
ca del Iago tambi én desembocaba en el no; u ri a fami l ia
de castores habia fabricado la l agu ria construyendo un
eno ime dique a to ancho de un arroyito cerca del Iago.
En ese dia en especial, los agudos ojos del agui la también
captaron las consecuencias de una avalancha reciente de
barro y rocas. Rocas tremendas, algunas mas grandes que
una casa, yacian en mon tones formados at azar a to largo de
la costa sur del Iago, como st una mano invisible las hubiese
arrojado all i. Grandes masas de arboles arrancados de rafz
estaban tendidos en el agua, desgarrados a to largo de la
arios meses antes, at
una nutria de rio
a sit companero,
n eJ subacuatico debajo de
b resa! ia en la laguna de ! os
bandadas de gansos y a la laguna
y chapoteaban, Kayla
po r a rn pJi a r el antiguo tu ri eJ,
mo una cu rva ascendente en
mad riguera en st po r encima del
baj o de la sup erfi cie de ! a tierra. l ba y venia po r el
llevando barro y materia l es antennas trabajaba. dna vez
que la mad riguera estuvo terminada, reCogio pasto y ho-
jas suaves a to largo de la o ri lla, y las exten dio en e! piso
de la mad riguera. Con el tiempo se secaran un poco, for-
mando una cama suave y perfumando e! aide con eJ o lo r
a moho del pasto en descomposici é› n.
Kayla estaba preii ada, y como mad re p rimeriza esta-
ba preocupada po r su mad riguera. Cuando la termino a
su gusto, se acu rruco en la cama a esperar e! momento
del nacimiento. A veces, se despertaba con el sonido de
los ratones que correteaban po r sus tuneJes, q uitando !e
peq uenos pedacitos de pasto de su cama, y l uego regre-
saban a construi r sus propios nidos. Durance la noche
huDo un gimoteo difere nte, y Kay ! a girc› ! a cabeza para las crias de nutria, tenian miedo de mererse en el agua. Des
! am er a los dos cacho rros de nutria reci éo nacidos que p ués de trarar sin éxiro de persuadirlos a entrar en el agua,
estaban j unto a e!l a. Kayla h nalmente cavo un hoyo hacia arriba a rravés del re-
I.as n utrias beb és se !l amd F1 Cfi8S O C8ChOfFOS, y son nde- Cho de la madriguera y subio a sus bebés hasta tierra Orme.
fensas a! nacer. Osy fue e! primogénito, y midio 3 2,5 centim e- Lo habia p lanificado bien, y cuando saco a Osy y a Tig fuera
tros desde la pu n ta de! hOC l CO FI PQFO h 8St3 éJ 8FF8FlQ Ut2 de ! a de ! a madr!guera, habia un gran espacio cubierto de pasto
COl a. Como primogén to, se ! o !! ama peFfo CaChorro. Su pe- donde el los podian jugar segu ros. Cuando en e! bosque se
!aje era quis, y suave como la seda, muy parecido a u n “diente encuentra un J uga r espacJO5O COmo este, cast 5cgu ro que
de !ec›”. TodOS Jos CaChO rrOs de nutria GdCen ci egos y sin hay una madriguera de nutrias cerca.
di entes, y gim en como un bebito cuando ti enen hambre. Los b ebé s de nut r ias c rece n con rapid éZ, / US éH CdG -
Tig fue e! 5egundo en nacer; era rnas peq u efio, pero igual de ta exp ! o rar el espacio fuera de ! a mad ri gu era. Al poco
hambri ento. Kayla se pasaba la mayor parte de! ti empo acu- ti e mpo, cuando Osy y Tig eran bastante grandes para
rrucada a!rededor de sus nuevas crias, a b n de que pudi eran co rretear po r el pasto, aparecio otra nutria adulta. Era su
hocicar en su suave pelaje para en contrar su fuente de !ech e padre, harga. S e hab ia ause ntado du rante el nacimi eri-
y asi manten er e! ca! or. to y mi entras las c rias eran muy peq ue nas, pe ro habia
De tanto en tanto, c uando Osy y Tig estaban ! l enos de regresado para ayudar a c r iar a las dos nutr! as j ove n es.
!e ch e y do r m ian conte ntos, Kayla s e i b 3 Si I lo5 8lTle n f£? A! p r inc i pio !e ten ian mi edo, p ero rapidam e nte se gano
para en cont ra r a l im e nto para e!! a. Era ma exp ert 3 C 8Za- su co rifl anza j uga n do con ell os fren te a la mad riguera.
dora, y pod ia atrapa r ! as t ruchas ba rr igonas de la ! aguna. Yes char! aba y los perseguia, se dej aba atrapar y jugaban
La mayo t parte de! ti empo l l evaba su comida hasta la a ! a ! ucha. P ronto, ambos cacho rros to segu ian a todas
orilla, lejos de la en r rada de su madriguera, y luego la de- pa rtes. A m ed i da que J os cacho rros madu taban, los !!e-
voraba rép idamente mientras p ermanecia parcialmen re vaba a exp ! o rar a ! o largo de la o r i J! a de ! a laguna, y hasta
en la laguna. Siem p re esraba aren ra a cual q uier sonido se aventu raban e ntre ! a ma!eza. H unca se quedaba con
de peligro para sus peq uenue l os. Enronces, con su pan - el! os en ! a madrigu era, sino que se qu edaba a do rm ir
cira llena y con su reabastecimiento de leche, regresaba solo, en a ! gun ! uga r junto at ! ago.
nada n do at tun el subterran eo y subia a la acogedo ra ma- Cuando Osy y Tig fueron ! l evados po r primera vez Pas-
d f ! gu ef d 6 é S LBf CO FI S HS C fl 6 S. ta ! a o ril l a de la ! aguna, no Yes gustaba e ! agua; ni siqui era
Osy y Tig ten ian a!rededor de un rues cuando sus ojos ! os p eces ni J as otras cosas que Kay ! a y harga Yes trafa n
ce!esres b nal m ente se despegaron y pud !eron espia r a su para CO lTlér. So ! o Yes gustaba p res i ona r con sus patas e !
mama y el n uevo mundo. A ! os dos meses, ! os cachorros estomago suave y tibio de su mama y tomar ! a rica l ech e
estaban l istos para dejar la madriguera; pero, como todas ca leri tita que Yes daba. Pero Kayla era paci en te, y cada
dia traia a l go interesante para ! os cacho rros, un p edazo si ete y once ki ! os. Es posib l e que en otros cinco o se is
de pescado m ed i o ma5tiCado o las sobras de un sapo, m eses las j ove n es nutt ias se cuiden solas, pero ! as fare i-
y con el ti e mpo adqui ri eron e l gusto po r los dé!l C l OSOS ! ias de nutrias, po r to general, perman eCe n juntas Pasta el
bocados. Pronto ! os h er manos se p eleaban en b roma, y nacimi en to de una nueva camada, a J anO 5 iguiente. Las
desrrozaban los p edazos y se perseguian jugando at “no nutrias j oven es, gen era! m e nte, dej an e l hogar cuando
te acerques” con los pedacitos de came. Antes de no ri e n e n entre doce y trece m eses.
lT1 UCho, l!egaron a ama r e ! o J or del pescado o de cua l- A m edida que pasaba e! verano, Kayla y harga sacaban
qui er ot ra cr atu ra pequ ena de ! a laguna. a pasear a ! os cacho rros cada vez mas !ej os de su casa. A
Pero, todavia te nian mi edo at agua, asi que Kayla y fines de agosto, cast cinco m eses después del nacirnlento
harga hacian que len tam ente los cacho rros de nutria de los cacho rros, harga dej o a la familia para pon erse a
se aCostUmb raran a la sensacion de trio. Cada uno de buscar un lugar donde pasar e l invi er no. Kayla decidio
los padres p et mitia que un cacho rro se subi era sob re su !!evar a los cacho rros en u n a excursion exp l o rado ra po r
! omo, y l u ego to l levaba a nadar po r la ! aguna. Cuando e ! Iago: fu e el primer v i aje i mpo r tante dt2 ! OS C 8ChO ffOS
C'l CaCho rro se se ntia comodo montado sob re el l omo lej os de ! a laguna donde naci eron. Era u n a caminata sin
de su progenitor, e ! adu l to sama de debajo del cacho- p risa, aun q ue emocionante para ! O5 ffes: exp l o raban
rro. Al comi e nzo, los cacho rros de nutria batian e l agua arroyos, atrapaban truchas y j ugaban en gigantes ava ! a ri-
fre n éticam e nte para mante n erse a Pote, y ! a mama o e! chas de l odo, en un campo de j uegos exteo so y si !v estre.
papa vo lvian a pon erse deba] o, para sosten er! o5 y hacer- Sir embargo, el vi aj e teoia un p roposito, puesto que Kyl a
los se nti r segu ros. Las nutrias son padres d ed l Cados, que q u eria e nsena r a Osy y a Tig a pescar y a cuida rse so ! os.
pacientemenre les ensenan a sus crias a nadar y a cazar dna cali da noch e de verano, una b r isa fuerte e nc res-
para conseguir alimenro. paba las olas en ! a costa sur del ! ago. Osy y Tig j ugaban
Fron ro Osy y Tig fl otaban libremente, y ap rendieron en el agua jun ro a una gran p i l a de rocas, luchando y per-
6 Cha porear p or si solos. Cuando pasaron los meses de siguiéndose en rre 5l mienrra5 K6yla IOS Observaba desde
verano, los cachorros se convirrieron en exitosos nada- una roca en la orilla. Los rres habian acabado con una
dores, y ahora les encantaba esrar en el agua mas que comida dé ¶‹3SCado que ella habia arra pado, y los cacho -
jugar en rierra Orme. LO cachorro5 a menudo jugaban rro5 jugaban desp reocu padamenre. Como pensaba que
cerca de la guarida, sobre una roCa proxima a la lagU D0, \ Tig to persegu ia, Osy se zambullo de cabeza en las aguas
su acriv idad preferida era em p ujarse uno at otro at agua p rofundas lej os de la orilla rocosa, nadando cada vez
p rofunda. mas p rofundo en el agua. De re p en re su mundo exp ! otc›.
Cua n do Osy y Tig ten ian tres m eses, p esaban unos Unas enormes olas subaCU érlC6S hU P dieron a la pequena
tres kilos. Una nurria adulra, en p romedio, p esa entre nurria en las frias y oscuras p rofundidades del Iago. Osy
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IuChaba para nadar hasta la su perfi cie, mientras una ola
tras otra to empujaba despiadadamente haCia el centro fete cn cE yara?r•
del Iago; todo su mundo habia cambiado.
Fuerres lluvias habian Caido durante varios dias, ablan -
dando el terreno del lado de la montana. El viento habia
iniciado una enorme avalancha de lodo y rocas, y las rocas
enormes se des p rendian y se desp lomaban por la monta-
na, esrrellandose contra el lugar donde Osy habia estado ra un raro y perfecto dia alaskeno, el aire esraba en
con su familia. Aun q ue chaporeaba en la su perficie, gran- calma y la su perficie del Iago resplandecia como un
des olas de agua barrosa corrian por el Iago, aranandolo espejo. Ni una sofa onda rom pia la quietud de estas
mientras se alejaba de la montana y del peligro que alli aguas general mente agitadas, y el cielo aziil y los arbo!es de
habia. Nadé hasta que quedé exhausto; y enronces des- la montana se reflejaban perfectamente en la superficie del
canso, confundido y desamparado, en la superfi cie picada Iago. Desde su posicion privilegiada por encima del Iago, la
del agua. Llamo a su mama y a su hermano, pero no hubo magnifica aguila vigilaba la costa sur, y esraba pendiente de
respuesta. Esraba perdido... y solo. las diminutas ondas formadas por las truchas en la superfi-
cie del Iago. Observd una onda en forma de V Cada vez mas
amplia no lejos de la costa donde habia rocas esparcidas.
Una criaturira nadaba lenramenre en la superflcie, dejando
tras de si una esrela delarora. La onda desaparecia cuando
el animaliro se zambullia debajo del agua; luego reaparecia
cuando la criatura volvia a la su perficie y continuaba na-
dando lenramente a to largo de la orilla del agua. El aguila
observaba fljamente, pero no se movia de su lugar. Si hubie-
se tenido hambre, se habria zambullido desde su p unral y
habria sacado at animalito del agua por la fuerza.
La ondulacion era Causada p or Osy. En silencio y muy
deprisa, el bebé nurria se deslizaba por el agua tan sua-
vemen re que casi no parecia que se estuviese moviendo.
En tonces, p resionando sus patinas co rtas y reQo fdetas
contra el CUerpo, el cacho rro se zambu !! o, reto rciendo
el cuerpo po r el agua como ci na serpiente. Lina exp l o-
brillanre y esp eso pelaje exrerno. Las nu rrias rienen dos ca- nal m en te, su panCita gruno n a to h zo regresar a la ! aguna.
pas de pe!o; la C8Qa i ntern8 ésté compuesta de pe! o suave Para cuando 5alio de la mad riguera y nado hasta la super-
y !anudo, mi en tras que !a capa externa es de pe! o ! argo y fl cie de ! a laguna, los débi !es rayos de! so! de !a primera
éspero, que debe manten erse ! acio y limp o. EStd C8Qa ex- manana ya habia n convertido t2J C ie! o en un viv do rosado.
terna protege la capa in terna de !a hum edad, y debe mante dna ga rza azu l y go rdinPona, parada en u ria pata en la
nerse ap ! astada contra el cuerpo cuando la nutria nada. La parte playa, grazno en p rotesta cuando la casa pe! uda de
mama de Osy hab!a en5enado a sus h ijo5 8 lTl ari terier ! imp ia
! a capa externa, y Osy era minucioso en segui r su ejemp ! o
Fina l m ente, se d es ! izo de! tronco y nado de u n lado a!
otro de la d ese mbocadu ra del no. Sali o a toda p r! sa has-
f3 Id OF l !6 C Ll bi er ta de hi er ba, y carer no a t ravé s del pasto
a ! to Pasta una gran ! aguna no !ej os de! Iago. Se sum er-
gio en e l agua icanqui ! a y c! ara, para nadar en to hondo.
I—labia grand es truchas O5CUfas que Fl3daban po r todas
partes p eces que pod ian atraparse faci ! m e nte—; pero,
aunque Osy renia mucha hambre, la p equena nurria iba
en busca de su familia.
En silenCio, satu a la su perfl cie y vol vic› a zambu l lirse,
para exp l o rar !a parte socavada de !a marge n. Gi ro con
una rapida torsion de ! a co ! a y se ti ro de cabeza en un agu-
jero subacuatico ocu l to de la orilla. El turret hacia un reco
do y cambiaba de di teccion, antes de formar u n a cu rva e
ingresar en la latga y angosta entrada de ! a madrigcera fa-
miliar. Osy trepo po r ! a entrada acuosa hasta la oscu ridad,
n egra como e ! carbon, de ! a amp !i a mad r! guera a !reada,