Está en la página 1de 11

Septiembre

Miércoles 1 de septiembre
Mi Padre hasta ahora sigue trabajando, y yo también sigo trabajando (Juan
capítulo 5 versículo 17).
¿Indican los ejemplos de Jehová y Jesús que no es necesario que descansemos?
Claro que no. Jehová no se cansa nunca, así que no necesita descansar como
nosotros. Pero la Biblia dice que, después de crear los cielos y la Tierra, “dejó de
trabajar y descansó” (Éxodo capítulo 31 versículo 17). Estas palabras al parecer
significan que dejó de crear y que dedicó tiempo a disfrutar de lo que había hecho.
Y, en cuanto a Jesús, aunque trabajó mucho cuando estuvo en la Tierra, también pasó
tiempo descansando y disfrutando de comer con sus amigos (Mateo capítulo 14
versículo 13; Lucas capítulo 7 versículo 34). La Biblia nos dice a los siervos de Dios
que seamos trabajadores, no perezosos (Proverbios capítulo 15 versículo 19). Puede
que trabajemos para mantener a nuestra familia. Y todos los cristianos tenemos la
obligación de predicar las buenas noticias. No obstante, también necesitamos
descansar suficiente. Atalaya 19.12 2 párrafo 2; 3 párrafos 4, 5
Jueves 2 de septiembre
Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con
sumo cuidado y atención (Primera de Pedro capítulo 2 versículo 21).
No contemos historias de demonios. A este respecto, debemos seguir el ejemplo
de Jesús. Mientras vivió en el cielo, se enteró de muchas cosas sobre Satanás y los
demonios. Sin embargo, cuando vino a la Tierra, no anduvo contando historias acerca
de ellos. Él quería dar testimonio de Jehová, no hacerle publicidad a Satanás. Al igual
que Jesús, nosotros no andamos hablando sobre los demonios. En vez de eso,
demostramos con nuestras palabras que nuestro corazón rebosa de entusiasmo
“debido a un asunto agradable”, es decir, la verdad (Salmo capítulo 45 versículo 1).
No les tengamos pánico a los espíritus malvados. En este mundo, a todos pueden
pasarnos cosas malas. Cuando menos lo esperamos, podemos sufrir un accidente,
enfermarnos o incluso morir. Pero ¿debemos pensar que los demonios son
responsables? La Biblia explica que a todos nos puede llegar un mal momento o un
“suceso imprevisto” (Eclesiastés capítulo 9 versículo 11). Por otro lado, Jehová ha
demostrado ser mucho más poderoso que los demonios. Atalaya 19.04 23, 24
párrafos 13, 14
Viernes 3 de septiembre
Las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas
(Romanos capítulo 13 versículo 1).
¿Obedecen los ancianos las leyes sobre denunciar a las autoridades los
supuestos abusos de menores? Sí. En los lugares donde existen tales leyes, los
ancianos las obedecen. Estas normas no están en contra de la ley de Dios (Hechos
capítulo 5 versículos 28, 29). Por lo tanto, cuando llega a oídos de los ancianos una
acusación de este tipo, de inmediato piden asesoramiento a la sucursal sobre cómo
proceder a fin de garantizar el cumplimiento de las leyes de denuncia de abusos de
menores. Los ancianos les confirman a las víctimas, a sus padres y a cualquier otro
que conozca el caso que son libres de denunciar ante las autoridades el supuesto
abuso. Ahora bien, ¿y si el acusado forma parte de la congregación y el asunto se hace
público? ¿Debería pensar el cristiano que presentó la denuncia que ha manchado el
nombre de Dios? No. El que lo ha manchado es quien cometió el abuso. Atalaya 19.05
10 párrafos 13, 14
Sábado 4 de septiembre
La sabiduría de este mundo es necedad para con Dios (Primera a los Corintios
capítulo 3 versículo 19).
La Biblia les dice al esposo y la esposa que deben honrarse el uno al otro y
cumplir con sus votos matrimoniales. También les recuerda que deben tener un
profundo sentido de compromiso. Por eso dice: “El hombre dejará a su padre y a su
madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne”
(Génesis capítulo 2 versículo 24). En cambio, quienes siguen la sabiduría del mundo
fomentan una idea diferente y dicen que cada uno debe centrarse en sus propias
necesidades. Un libro que trata el tema del divorcio explica: “En algunas bodas, se ha
sustituido la tradicional promesa de permanecer juntos ‘hasta que la muerte nos separe’
por la promesa más temporal ‘hasta que dejemos de amarnos’”. Esta visión tan
superficial del matrimonio ha provocado incontables rupturas familiares y profundas
heridas emocionales. Sin duda, la opinión irrespetuosa del matrimonio que fomenta el
mundo es una necedad. Atalaya 19.05 24 párrafo 12
Domingo 5 de septiembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Romanos capítulo 12 versículo 2).
A Pablo le preocupaba que al parecer las filosofías y los razonamientos dañinos
del mundo de Satanás habían influido en algunos cristianos (Efesios capítulo 4
versículos 17 a 19). Esto puede sucedernos a cualquiera de nosotros. Satanás, el dios
de este sistema de cosas, utiliza diversos métodos en un esfuerzo desesperado por
alejarnos de Jehová. Uno de ellos es explotar cualquier deseo que tengamos de
satisfacer ambiciones egoístas o de ser alguien en el mundo. Incluso puede recurrir a
nuestros antecedentes, cultura o educación para hacernos pensar como él quiere.
¿Podemos arrancar de nuestra mente cosas que están “fuertemente atrincheradas”?
(Segunda a los Corintios capítulo 10 versículo 4). Veamos la respuesta de Pablo:
“Estamos derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada que se levanta contra
el conocimiento de Dios; y ponemos bajo cautiverio todo pensamiento para hacerlo
obediente al Cristo” (Segunda a los Corintios capítulo 10 versículo 5). En efecto, con la
ayuda de Jehová podemos controlar los razonamientos erróneos. Atalaya 19.06 8
párrafos 1 a 3
Lunes 6 de septiembre
En cuanto a mí, el acercarme a Dios es bueno para mí. En el Señor Soberano
Jehová he puesto mi refugio (Salmo capítulo 73 versículo 28).
Ana, David y un salmista estaban muy angustiados, pero acudieron a Jehová en
busca de ayuda. Se desahogaron con él en oración. Le explicaron con franqueza por
qué se sentían tan angustiados. Y no dejaron de ir al lugar donde se adoraba a Jehová
(Primero de Samuel capítulo 1 versículos 9, 10; Salmo capítulo 55 versículo 22;
Capítulo 73 versículo 17; Capítulo 122 versículo 1). Nuestro compasivo Dios les
contestó a todos ellos. Ana consiguió tranquilidad de espíritu (Primero de Samuel
capítulo 1 versículo 18). David escribió: “Son muchas las calamidades del justo, pero
de todas ellas lo libra Jehová” (Salmo capítulo 34 versículo 19). Y el salmista sintió que
Jehová lo había agarrado “de la mano derecha” y lo había guiado con sus amorosos
consejos (Salmo capítulo 73 versículos 23, 24). ¿Qué aprendemos de estos ejemplos?
Que, a veces, nos sentiremos angustiados por culpa de los problemas. Pero saldremos
adelante si pensamos en cómo Jehová ha ayudado a otros, le oramos y le obedecemos
en todo (Salmo capítulo 143 versículos 1, 4 a 8). Atalaya 19.06 17, 18 párrafos 14, 15
Martes 7 de septiembre
Hasta si sufrieran por causa de la justicia, son felices (Primera de Pedro capítulo
3 versículo 14).
Nunca nos avergoncemos de ser testigos de Jehová por lo que digan o hagan
simples seres humanos (Miqueas capítulo 4 versículo 5). Analicemos el ejemplo que
pusieron los apóstoles en Jerusalén poco después de que se diera muerte a Jesús.
Sabían cuánto los odiaban los líderes religiosos judíos (Hechos capítulo 5 versículos
17, 18, 27,28). Aun así, todos los días iban al templo y se presentaban ante la gente
como discípulos de Jesús (Hechos capítulo 5 versículo 42). No dejaron que el miedo
los paralizara. Nosotros también derrotaremos al temor si siempre nos identificamos
como testigos de Jehová, sea en el trabajo, en la escuela o en el vecindario (Hechos
capítulo 4 versículo 29; Romanos capítulo 1 versículo 16). Los apóstoles estaban
felices porque sabían la razón por la que se les odiaba. Además, consideraban un
honor sufrir maltrato por hacer la voluntad de Jehová (Lucas capítulo 6 versículo 23;
Hechos capítulo 5 versículo 41; Primera de Pedro capítulo 2 versículos 19 a 21).
Cuando tenemos claro que las personas nos odian porque hacemos lo correcto, su
odio no nos impide seguir sirviendo a Dios. Atalaya 19.07 7 párrafos 19, 20
Miércoles 8 de septiembre
Está permitido hacer algo bueno en sábado (Mateo capítulo 12 versículo 12).
Jesús y sus seguidores judíos descansaban el sábado porque obedecían la Ley
de Moisés. Pero Jesús mostró por lo que hizo y dijo que había que ser razonables y
que ese día estaba permitido hacer obras buenas (Mateo capítulo 12 versículos 9 a 11).
No consideraba que realizar una buena acción violaba la ley del sábado. Sus obras
pusieron de relieve un importante motivo para no trabajar ese día. Como los israelitas
descansaban de sus labores diarias, podían centrarse en las actividades espirituales.
La familia de Jesús aprovechaba el sábado para adorar a Dios, como lo prueba lo que
leemos sobre lo que él hizo en la ciudad de Nazaret. La Biblia dice: “Como era su
costumbre en sábado, entró en la sinagoga y se puso de pie para leer” (Lucas capítulo
4 versículos 15 a 19). Además, los discípulos respetaban tanto la ley del sábado que
detuvieron hasta el día siguiente la preparación de las especias aromáticas y aceites
perfumados con los que untarían el cuerpo de Jesús (Lucas capítulo 23 versículos 55,
56). Atalaya 19.12 4 párrafo 10
Jueves 9 de septiembre
No tenían esperanza (Efesios capítulo 2 versículo 12).
Todos los evangelizadores cristianos ayudamos a encontrar a las personas
sinceras. Nuestra labor podría compararse a la búsqueda de un niño perdido. ¿En qué
sentido? Veamos un caso real. Para buscar a un niño de tres años que se había
perdido, colaboraron unas quinientas personas. Por fin, unas veinte horas después de
perderse el niño, un voluntario lo encontró en un campo de maíz. Pero no quiso
llevarse el mérito por localizarlo, sino que dijo: “Lo encontramos gracias al esfuerzo de
cientos de personas”. Muchos se sienten perdidos como ese niño. No tienen
esperanza, pero desean recibir ayuda. Más de ocho millones de testigos de Jehová
estamos buscando a esas personas. Quizás nosotros personalmente no encontremos a
nadie que quiera estudiar la Biblia, pero otros publicadores que predican en el mismo
territorio sí. Cuando un hermano encuentra a alguien que llega a ser discípulo de
Cristo, todos tenemos motivos para alegrarnos. Atalaya 19.07 16, 17 párrafos 9, 10
Viernes 10 de septiembre
Prosigo hacia la meta (Filipenses capítulo 3 versículo 14).
El apóstol Pablo les recordó a los cristianos de Filipos que debían seguir
corriendo con aguante. La congregación de aquella ciudad sufrió dura oposición desde
sus inicios. Todo comenzó hacia el año 50, cuando Pablo y Silas llegaron a Filipos tras
recibir la invitación de Dios de ir a Macedonia (Hechos capítulo 16 versículo 9). Allí
encontraron a una mujer llamada Lidia, que los escuchó. Jehová le abrió el corazón
para que prestara atención a las buenas noticias (Hechos capítulo 16 versículo 14).
Poco después, ella y todos los que vivían en su casa se bautizaron. Sin embargo, el
Diablo no se quedó de brazos cruzados. Unos hombres de la ciudad arrastraron a
Pablo y a Silas ante los magistrados civiles y los acusaron falsamente de causar
disturbios. Como consecuencia, golpearon a Pablo y a Silas, los encarcelaron y les
pidieron que abandonaran la ciudad (Hechos capítulo 16 versículos 16 a 40). ¿Se
rindieron? Jamás. ¿Y los hermanos de aquella congregación recién formada?
Su reacción fue admirable, pues también aguantaron. No cabe duda de que los animó
el buen ejemplo que les dieron Pablo y Silas. Atalaya 19.08 2 párrafos 1, 2
Sábado 11 de septiembre
Estén llenos de fruto justo (Filipenses capítulo 1 versículo 11).
No hay duda de que este “fruto justo” incluía el amor a Jehová y a su pueblo.
También incluiría hablar a otros sobre nuestra fe en Jesús y sobre nuestra maravillosa
esperanza. Llevamos “fruto justo” cuando estamos muy ocupados en la importantísima
obra de hacer discípulos (Mateo capítulo 28 versículos 18 a 20). Sean cuales sean
nuestras circunstancias, podemos brillar como luces resplandecientes. A veces, lo que
parecen obstáculos para predicar pueden acabar siendo oportunidades de hacerlo.
Este fue el caso del apóstol Pablo. Cuando escribió la carta a los filipenses, estaba bajo
arresto domiciliario en Roma. Pero las cadenas no le impidieron predicar con
entusiasmo a los guardias y a quienes lo visitaban. Su ejemplo dio a los hermanos valor
y ánimo para “hablar sin temor la palabra de Dios” (Filipenses capítulo 1 versículos 12 a
14; Capítulo 4 versículo 22). Atalaya 19.08 12 párrafos 15, 16
Domingo 12 de septiembre
Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los ensalce
al tiempo debido (Primera de Pedro capítulo 5 versículo 6).
La razón más importante para tener humildad es que eso agrada a Jehová, como
dejó claro el apóstol Pedro al escribir las palabras del texto de hoy. Con relación a
estas palabras, el párrafo 23 del capítulo 3 del libro “Ven, sé mi seguidor” dice: “El
orgullo es un veneno sumamente destructivo. Este defecto hace que hasta la persona
más capaz sea inservible para Dios. La humildad, por otro lado, convierte en
instrumento útil para Jehová hasta a la persona más insignificante”. Y añade que
nuestro Dios “con gusto nos recompensará a nosotros si también manifestamos esa
cualidad”. Seguro que estamos de acuerdo en que no hay nada mejor que alegrar el
corazón de Jehová (Proverbios capítulo 23 versículo 15). Además de agradar a Jehová,
tener humildad nos hace mucho bien. La humildad atrae a las personas a nosotros.
Para entender por qué sucede esto, pensemos en con qué clase de personas nos
gusta estar (Mateo capítulo 7 versículo 12). Atalaya 19.09 4 párrafos 8, 9
Lunes 13 de septiembre
Todo el que es orgulloso de corazón es cosa detestable a Jehová (Proverbios
capítulo 16 versículo 5).
Los ancianos trabajan duro para ayudar a los hermanos. Y no se creen superiores
a los demás debido a la autoridad que tienen, sino que tratan con ternura a la
congregación (Primera a los Tesalonicenses capítulo 2 versículos 7, 8). Su profundo
amor y su humildad se reflejan en su manera de hablar a otros. Un anciano con
experiencia llamado Andrew dice: “Me he dado cuenta de que los hermanos por lo
general reaccionan bien cuando los ancianos son amables y les muestran un cariño
sincero. Estas cualidades los motivan a colaborar con los ancianos”. Y Tony, que
también lleva muchos años de anciano, explica: “Trato de seguir el consejo de
Filipenses capítulo 2 versículo 3 y siempre me esfuerzo por considerar que los demás
son superiores a mí. Esto me ayuda a no portarme como un dictador”. Los ancianos
deben ser humildes, igual que Jehová. Aunque es el Soberano del universo, se agacha
para levantar “al de condición humilde desde el polvo mismo” (Salmo capítulo 18
versículo 35; Capítulo 113 versículos 6, 7). De hecho, detesta a los arrogantes. Atalaya
19.09 16, 17 párrafos 11, 12
Martes 14 de septiembre
Tomen sobre sí mi yugo (Mateo capítulo 11 versículo 29).
Para sentir alivio bajo el yugo de Jesús, debemos mantener la perspectiva
correcta de nuestra situación. Hacemos la obra de Jehová, así que debemos llevarla a
cabo como él indica. Nosotros somos los trabajadores y él es el Amo (Lucas capítulo 17
versículo 10). Si tratamos de hacer su obra a nuestro modo, acabaremos haciéndonos
daño con el yugo. Por otro lado, haremos cosas extraordinarias y superaremos
cualquier obstáculo si seguimos la guía de Jehová. Recordemos que nadie puede
impedir que se cumpla su voluntad (Romanos capítulo 8 versículo 31; Primera de Juan
capítulo 4 versículo 4). Nuestro objetivo es dar gloria a nuestro amoroso Padre, Jehová.
En el siglo primero, hubo personas que actuaron motivadas por la codicia o el egoísmo.
Como resultado, acabaron sintiéndose infelices y abandonando el yugo de Jesús (Juan
capítulo 6 versículos 25 a 27, 51,60,66; Filipenses capítulo 3 versículos 18, 19). Por el
contrario, hubo otras que actuaron motivadas por un amor altruista a Dios y al prójimo.
Estas llevaron felices el yugo mientras vivieron en la Tierra y abrigaron la esperanza de
servir con Cristo en los cielos. Nosotros también nos sentiremos felices si llevamos el
yugo de Jesús con el motivo adecuado. Atalaya 19.09 20 párrafo 1; 24, 25
párrafos 19, 20
Miércoles 15 de septiembre
Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres (Juan capítulo 8 versículo 32).
Pensemos en los beneficios de haber sido liberados de creencias falsas que
tuvimos durante mucho tiempo. Tener esa libertad nos hace muy felices. Podemos
esperar mayor libertad en el futuro. Dentro de poco, Jesús eliminará a la religión falsa y
a los gobiernos corruptos del hombre. Dios protegerá a “una gran muchedumbre” de
siervos suyos y les dará muchas bendiciones en un paraíso en la Tierra (Apoc.7:9, 14).
Además, resucitará a una gran cantidad de personas, que tendrán la posibilidad de ser
liberadas de los efectos del pecado de Adán (Hechos capítulo 24 versículo 15). Durante
el Reinado de Mil Años de Jesús, él y los que gobiernen a su lado ayudarán a la
humanidad a conseguir salud física y espiritual perfecta. Esta época de restauración y
liberación se asemejará al Jubileo de Israel. Todos los que entonces sean leales a
Jehová llegarán a ser perfectos. Estarán libres del pecado. Atalaya 19.12 12, 13
párrafos 14 a 16
Jueves 16 de septiembre
Bernabé fue a ayudarlo (Hechos capítulo 9 versículo 27).
En el siglo primero, un hombre generoso llamado José (tenía por sobrenombre
Bernabé) estuvo dispuesto a que Jehová lo usara (Hechos capítulo 4 versículos 36,
37). Cuando Saulo se hizo cristiano, muchos hermanos temían acercársele, pues
sabían que había perseguido a las congregaciones. Pero Bernabé acudió en su ayuda
(Hechos capítulo 9 versículos 21, 26 a 28). Más tarde, los ancianos de Jerusalén se
enteraron de que los cristianos de Antioquía de Siria, una región lejana, necesitaban
ánimo. ¿Y a quién enviaron? A Bernabé. Esa fue una buena decisión, pues la Biblia
dice que Bernabé “los animó a todos a permanecer leales al Señor con firmeza y
sinceridad” (Hechos capítulo 11 versículos 22 a 24). Hoy día, Jehová también puede
ayudarnos a consolar a nuestros hermanos, como por ejemplo a quienes han perdido a
un ser querido. O quizás nos motive a visitar o llamar a alguien que está enfermo o
deprimido y decirle algo que lo anime. ¿Estaremos dispuestos a que Jehová nos utilice
como a Bernabé? (Primera a los Tesalonicenses capítulo 5 versículo 14). Atalaya
19.10 22 párrafo 8
Viernes 17 de septiembre
El que perdona una ofensa promueve el amor, pero el que saca el tema una y otra
vez separa a los buenos amigos (Proverbios capítulo 17 versículo 9).
A veces, cuando predicamos con los hermanos, no solo vemos sus virtudes, sino
también sus defectos. ¿Qué puede ayudarnos en este caso? Siendo realistas,
no podemos esperar que nuestros hermanos sean perfectos. Por tal razón,
esforcémonos por mantener fuertes las amistades que hagamos. Si un amigo comete
un error, es posible que tengamos que hablarle con franqueza pero con cariño y darle
un consejo basado en la Biblia (Salmo capítulo 141 versículo 5). Y, si nos hace daño,
debemos perdonarlo. Una vez hayamos perdonado, evitemos la tentación de sacar a
relucir la ofensa en el futuro. Es de suma importancia que en estos tiempos difíciles nos
centremos en las virtudes de nuestros hermanos y no en sus defectos. De este modo,
se fortalecerán nuestros lazos de amistad. Y es esencial que lo hagamos porque
necesitaremos buenos amigos en la gran tribulación. Atalaya 19.11 6 párrafos 13, 16
Sábado 18 de septiembre
Hagan discípulos de gente de todas las naciones. Enséñenles a obedecer todo lo
que yo les he mandado (Mateo capítulo 28 versículos 19, 20).
Al dirigir cursos bíblicos, debemos esforzarnos por hacer discípulos y enseñarles
a obedecer todo lo que ha mandado Jesús. Tenemos que ayudarlos a comprender que
es muy importante que se pongan de parte de Jehová y su Reino. Esto significa tratar
de motivarlos a hacer suya la verdad aplicando lo que aprenden, dedicando su vida a
Jehová y bautizándose. Solo así sobrevivirán al día de Jehová (Primera de Pedro
capítulo 3 versículo 21). Queda muy poco para que se acabe este mundo. Por ello,
no tenemos tiempo para seguir dando cursos a quienes no muestran el deseo de ser
discípulos de Cristo (Primera a los Corintios capítulo 9 versículo 26). Nuestra obra es
urgente, pues aún hay muchas personas que tienen que escuchar el mensaje del Reino
antes de que sea demasiado tarde. Atalaya 19.10 11, 12 párrafos 14, 15
Domingo 19 de septiembre
Echará el incienso en el fuego delante de Jehová (Levítico capítulo 16 versículo
13).
En la celebración anual del Día de Expiación, la nación de Israel se reunía y el
sumo sacerdote ofrecía sacrificios de animales. Estos recordaban a los israelitas que
debían estar libres de pecado. Pero el sumo sacerdote primero tenía que echar el
incienso sobre las brasas, y la sala se llenaba de un agradable aroma. ¿Qué
aprendemos de esto? La Biblia compara a incienso las oraciones de los siervos fieles
de Dios (Salmo capítulo 141 versículo 2; Apoc.5:8). El sumo sacerdote llevaba el
incienso ante la presencia de Jehová con muchísimo respeto. De modo similar, cuando
nos dirigimos en oración a Dios, lo hacemos con un profundo respeto. Valoramos
mucho que nuestro Creador nos permita acercarnos a él, como hace un hijo con su
padre (Santiago capítulo 4 versículo 8). Nos acepta como sus amigos (Salmo capítulo
25 versículo 14). Este es un honor tan grande para nosotros que no queremos hacer
nada que le desagrade. Atalaya 19.11 20, 21 párrafos 3 a 5
Lunes 20 de septiembre
¡Cuántas son tus obras, oh, Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra
está llena de tus creaciones (Salmo capítulo 104 versículo 24).
¿Como ven el trabajo la mayoría de las personas donde vivimos? En muchos
países, la gente trabaja más que nunca. Como consecuencia, muchos están tan
ocupados que no tienen tiempo para descansar, estar con su familia ni satisfacer sus
necesidades espirituales (Eclesiastés capítulo 2 versículo 23). Por otro lado, hay gente
a la que no le gusta trabajar y pone excusas para no hacerlo (Proverbios capítulo 26
versículos 13, 14). Estas actitudes no son equilibradas. Pero ¿qué piensan Jehová y
Jesús del trabajo? No hay duda de que a Jehová le gusta trabajar. Jesús lo dejó claro
al decir: “Mi Padre hasta ahora sigue trabajando, y yo también sigo trabajando” (Juan
capítulo 5 versículo 17). Pensemos en la innumerable cantidad de seres espirituales
que hizo y en el inmenso universo, así como en las muchas cosas que creó en el
hermoso planeta que habitamos. Atalaya 19.12 2 párrafos 1, 2
Martes 21 de septiembre
He encontrado en David a un hombre que complace a mi corazón (Hechos
capítulo 13 versículo 22).
¿Cómo logró David tener una relación tan estrecha con Jehová? Él aprendió
sobre Jehová gracias a la creación. Cuando era joven, pasó muchas horas en el campo
cuidando las ovejas de su padre. Quizás fue entonces cuando empezó a meditar en lo
que había hecho Jehová. Por ejemplo, cuando observaba el cielo nocturno, no veía
solo un manto de estrellas, sino que también percibía las cualidades de quien las había
creado (Salmo capítulo 19 versículos 1, 2). También veía la inmensa sabiduría de
Jehová cuando meditaba en cómo están hechos los seres humanos (Salmo capítulo
139 versículo 14). Al tratar de comprender la complejidad de las obras de Dios, se
sentía insignificante (Salmo capítulo 139 versículo 6). ¿Qué lección aprendemos?
Al realizar nuestras actividades diarias, meditemos en lo que nos enseña sobre Dios
todo lo que nos rodea: las plantas, los animales y las personas. De ese modo, todos los
días estarán llenos de lecciones sobre nuestro cariñoso Padre (Romanos capítulo 1
versículo 20). Y veremos crecer cada día el amor que sentimos por él. Atalaya 19.12
19, 20 párrafos 15 a 17
Miércoles 22 de septiembre
Por la fe, Moisés, cuando ya era adulto, se negó a ser llamado hijo de la hija del
faraón (Hebreos capítulo 11 versículo 24).
Moisés actuó de acuerdo con lo que aprendió. Cuando tenía unos 40 años,
decidió ponerse del lado del pueblo de Dios, los hebreos, en vez de ser conocido como
“hijo de la hija del faraón”. Moisés dio la espalda a una posición importante. Al ponerse
de parte de los hebreos, que eran esclavos en Egipto, se arriesgó a sufrir la ira del
faraón, un gobernante poderoso al que se consideraba un dios. Sin duda, Moisés
demostró una extraordinaria fe y confianza en Jehová. Esa confianza es la base de una
amistad permanente (Proverbios capítulo 3 versículo 5). ¿Qué aprendemos? Que, igual
que Moisés, todos debemos decidir si serviremos a Dios y seremos parte de su pueblo
o no. Servir a Jehová quizás implique hacer sacrificios y sufrir la oposición de quienes
no lo conocen. Pero, si confiamos en nuestro Padre celestial, estamos seguros de que
nos ayudará. Atalaya 19.12 17 párrafos 5, 6
Jueves 23 de septiembre
Jehová Dios pasó a formar al hombre del polvo del suelo y a soplarle el aliento de
vida en la nariz (Génesis capítulo 2 versículo 7).
Aunque Jehová nos hizo del polvo del suelo, valemos mucho más que un puñado
de tierra. Veamos algunas razones por las que sabemos que somos valiosos para Dios.
Por ejemplo, nos creó con la capacidad de reflejar sus cualidades (Génesis capítulo 1
versículo 27). De ese modo, nos colocó por encima del resto de la creación física, de
modo que nos puso a cargo de la Tierra y los animales (Salmo capítulo 8 versículos 4 a
8). La humanidad siguió siendo valiosa para Jehová incluso después del pecado de
Adán. Somos tan importantes para él que dio a su Hijo, Jesús, como sacrificio por
nuestros pecados (Primera de Juan capítulo 4 versículos 9, 10). Gracias al rescate,
Dios resucitará a los que han muerto por culpa del pecado de Adán, tanto a justos
como a injustos (Hechos capítulo 24 versículo 15). Su Palabra muestra que el valor que
tenemos para él no depende de nuestra salud, situación económica o edad (Hechos
capítulo 10 versículos 34, 35). Atalaya 20.01 15 párrafos 5, 6
Viernes 24 de septiembre
Ocúpense de sus propios asuntos (Primera a los Tesalonicenses capítulo 4
versículo 11).
La llamada celestial no se hereda; se recibe de Dios (Primera a los
Tesalonicenses capítulo 2 versículo 12). Así que no hagamos preguntas que puedan
hacer que otros se sientan mal. Por ejemplo, nunca le preguntemos a la esposa de un
ungido cómo se siente al pensar en vivir para siempre en la Tierra sin su esposo. Al fin
y al cabo, estamos convencidos de que en el nuevo mundo Jehová va a satisfacer el
deseo de todos los seres vivos (Salmo capítulo 145 versículo 16). Por otro lado, cuando
no tratamos a los ungidos como si fueran más importantes que los demás, nos
protegemos a nosotros mismos. ¿Cómo? Según la Biblia, algunos ungidos podrían
volverse infieles (Mateo capítulo 25 versículos 10 a 12; Segunda de Pedro capítulo 2
versículos 20, 21). Pero, si somos de los que no “admiran personalidades”, nunca
seremos seguidores de hombres, aunque sean ungidos, muy conocidos o lleven
muchos años sirviendo a Jehová (Judas versículo 16, nota). Así, si ellos se vuelven
infieles o dejan la congregación, nosotros no perderemos la fe ni abandonaremos a
Jehová. Atalaya 20.01 29 párrafos 9, 10
Sábado 25 de septiembre
Imiten a Dios como hijos amados (Efesios capítulo 5 versículo 1).
Como somos “hijos amados” de Jehová, hacemos todo lo posible por copiar su
ejemplo. Imitamos sus cualidades siendo cariñosos y amables, y perdonando a los
demás. Cuando las personas que no conocen a Dios ven nuestra buena conducta,
puede que sientan el deseo de aprender más sobre él (Primera de Pedro capítulo 2
versículo 12). Los padres cristianos tienen un buen motivo para tratar a sus hijos igual
que Jehová nos trata a nosotros. Si lo hacen, sus hijos tal vez quieran también ser
amigos de nuestro cariñoso Padre. Nosotros estamos orgullosos de nuestro Padre
celestial y deseamos que otros lo conozcan. Nos sentimos como el rey David, que
escribió: “Con orgullo hablaré de Jehová” (Salmo capítulo 34 versículo 2). Pero puede
ocurrir que algunos seamos tímidos y no nos atrevamos a hablar de él. ¿Qué nos
ayudará en ese caso? Centrarnos en lo feliz que podemos hacer a Jehová y en lo
mucho que se benefician quienes lo conocen. Él nos dará la valentía que necesitamos.
Tal como ayudó a nuestros hermanos del siglo primero, también nos ayudará a
nosotros (Primera a los Tesalonicenses capítulo 2 versículo 2). Atalaya 20.02 11
párrafos 12, 13
Domingo 26 de septiembre
Así que vayan y hagan discípulos. Bautícenlos (Mateo capítulo 28 versículo 19).
Muchos estudiantes de la Biblia llegan a bautizarse. Pero hay algunos que
parecen dudar en hacerse discípulos de Cristo. Les gusta lo que se les enseña, pero
no dan pasos hacia el bautismo. Estamos seguros de que quienes dan cursos bíblicos
desean ayudar a los estudiantes a poner en práctica lo que aprenden y a ser
discípulos. Jehová quiere que las personas le sirvan por amor. Así que nuestra meta es
ayudar a los estudiantes a comprender que Jehová se preocupa por ellos
personalmente y los quiere mucho. Queremos que vean a Jehová como “Padre de
huérfanos y protector de viudas” (Salmo capítulo 68 versículo 5). Cuando los
estudiantes llegan a valorar el amor que Dios siente por ellos, puede que se
conmuevan y que su amor por él se haga más intenso. Así que ayudemos a los
estudiantes a entender que nuestro cariñoso Dios desea que tengan vida eterna y que
está dispuesto a ayudarlos a conseguirlo. Atalaya 20.01 3 párrafos 7, 8
Lunes 27 de septiembre
Me alegró y me consoló mucho enterarme de tu amor (Filemón 7).
El apóstol Pablo era humilde, así que buscaba el consuelo de sus amigos. No le
preocupaba que otros lo consideraran débil por reconocer que sus hermanos lo habían
animado en momentos de angustia (Colosenses capítulo 4 versículos 7 a 11).
Si reconocemos con humildad que necesitamos ánimo, los hermanos estarán
encantados de dárnoslo. Pablo sabía que las Santas Escrituras le darían consuelo
(Romanos capítulo 15 versículo 4). Además, también podían darle sabiduría para
afrontar cualquier prueba (Segunda a Timoteo capítulo 3 versículos 15, 16). La segunda
vez que estuvo preso en Roma, se dio cuenta de que no iba a tardar en morir. Le pidió
a Timoteo que fuera a verlo pronto y le llevara “los rollos” (Segunda a Timoteo capítulo
4 versículos 6, 7, 9,13). ¿Por qué? Porque aquellos rollos probablemente contenían
partes de las Escrituras Hebreas, así que podría usarlos para su estudio personal.
Si nosotros, al igual que Pablo, estudiamos con regularidad la Biblia, Jehová la usará
para tranquilizarnos, sin importar qué dificultades suframos. Atalaya 20.02 23
párrafos 14, 15
Martes 28 de septiembre
Dejen de juzgar, para que no sean juzgados (Mateo capítulo 7 versículo 1).
Elifaz, Bildad y Zofar no aprovecharon el tiempo para pensar en cómo ayudar a
Job. Al contrario, estuvieron pensando en cómo demostrar que él había hecho algo
malo. Algunas de sus afirmaciones eran ciertas, pero gran parte de lo que dijeron sobre
Job y sobre Jehová fue falso y poco amable. Además, juzgaron a Job con dureza (Job
capítulo 32 versículos 1 a 3). ¿Cómo reaccionó Jehová? Se sintió muy indignado con
aquellos tres hombres. Los llamó tontos y les hizo pedirle a Job que orara por ellos (Job
capítulo 42 versículos 7 a 9). El mal ejemplo de Elifaz, Bildad y Zofar nos enseña varias
lecciones. Primero, que no debemos juzgar a nuestros hermanos (Mateo capítulo 7
versículos 2 a 5). Más bien, debemos escucharlos con atención antes de hablar. Solo
entonces comprenderemos lo que les está pasando (Primera de Pedro capítulo 3
versículo 8). Segundo, que cuando hablemos debemos asegurarnos de que nuestras
palabras sean amables y ciertas (Efesios capítulo 4 versículo 25). Y, tercero, que
Jehová se interesa mucho en lo que nos decimos unos a otros. Atalaya 20.03 22
párrafos 15, 16
Miércoles 29 de septiembre
Sigan orando en toda ocasión (Efesios capítulo 6 versículo 18).
Por regla general, llegamos a conocer mejor a Jehová cuando enseñamos a otros
sobre él. Por ejemplo, vemos pruebas claras de su compasión cuando nos dirige hacia
las personas que tienen una buena actitud de corazón (Juan capítulo 6 versículo 44;
Hechos capítulo 13 versículo 48). Somos testigos del poder de la Palabra de Dios
cuando nuestros estudiantes logran vencer malas costumbres y comienzan a ponerse
la nueva personalidad (Colosenses capítulo 3 versículos 9, 10). Y el que Jehová dé a
las personas del territorio numerosas oportunidades de conocerlo y salvarse es una
prueba de su paciencia (Romanos capítulo 10 versículos 13 a 15). Sin embargo,
no importa cuánto tiempo llevemos sirviéndole, siempre debemos valorar nuestra
amistad con Jehová. Una manera de demostrarlo es hablando con él en oración. Las
amistades fuertes solo pueden existir si hay una buena comunicación. Por eso,
acerquémonos a Jehová orándole con frecuencia, sin ningún miedo a contarle lo que
pensamos y sentimos. Atalaya 19.12 19 párrafos 11, 13, 14
Jueves 30 de septiembre
Sus pecados les han sido perdonados (Primera de Juan capítulo 2 versículo 12).
Saber que Jesús es el Rey del Reino de Dios y va a reparar todo el daño que nos
causen Satanás y su mundo nos llena de esperanza (Isaías capítulo 65 versículo 17;
Primera de Juan capítulo 3 versículo 8; Revelación capítulo 21 versículos 3, 4). Y,
además, saber que Jesús está a nuestro lado apoyándonos en la difícil misión que nos
ha encomendado para estos últimos días nos llena de valor (Mateo capítulo 28
versículos 19, 20). ¿Verdad que el consuelo, la esperanza y el valor son fundamentales
para disfrutar de paz mental? Así pues, ¿cómo conservaremos la paz mental cuando
suframos graves dificultades? Imitando a Jesús. Primero, no dejemos de orar jamás.
Segundo, obedezcamos a Jehová y prediquemos con entusiasmo incluso en
circunstancias difíciles. Y, tercero, aceptemos la ayuda de nuestros amigos. Entonces,
la paz de Dios nos protegerá la mente y el corazón (Filipenses capítulo 4 versículos 6,
7). Y, al igual que Jesús, superaremos cualquier prueba (Juan capítulo 16 versículo 33).
Atalaya 19.04 13 párrafos 16, 17

También podría gustarte