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227 Demonios en Una Cruz Cristiana Gema
227 Demonios en Una Cruz Cristiana Gema
):
Minorías y sectas en el Mundo Romano,
pp. 211-232.
Ángeles) derivan una serie de cruces altomedievales del noroeste hispano5 que
remedan con leves variantes el lema constantiniano «In hoc signo vinces»6.
Finalmente, la Caja de las Ágatas, como consta en la inscripción del solero,
fue donada a la Basílica del Salvador de Oviedo, por Fruela II, hijo de Alfonso III,
y por su esposa Nunilo Jimena, en el año 910, poco antes de la muerte de su padre7.
La caja mide 42,4 (largo) x 27,1 (ancho) x 16,5 (alto). Es de madera revestida de
oro, y perforada con 99 recortes huecos rellenos de placas de ágata de 3 mm de
espesor. Su peso es 7,420 kg.
La cámara y sus tesoros sufrieron en un breve lapso de tiempo, en 1934 y
1977, mayores desgracias que en los diez siglos anteriores. El 11 de septiembre de
1934 explotó la Cámara Santa por efecto de la explosión de dinamita acumulada en
la Cripta de Santa Leocadia. Los revolucionarios hicieron estallar el edificio cre-
yendo que esta parte era la base de la torre gótica (que está en realidad en el lado
opuesto). Con la explosión se pretendía volar la torre con los Guardias de Asalto de
la República, que estaban defendiéndola. Tras la deflagración la Cámara Santa fue
destruida en gran parte, quedando los tesoros tirados por el suelo, entre los escom-
bros8. De estos lamentables sucesos se hizo eco la prensa de la época, a través de la
pluma de Don Manuel Gómez Moreno9. Las cruces fueron restauradas, con medios
5
Sirva como ejemplo la Cruz de Santiago, del mismo estilo que las cruces ovetenses, y otras
estudiadas por Schlunk, 1985: figs. 22-23 (Cruz de Santiago). La Cruz de Santiago fue robada y no
recuperada, en 1906). De menor arte, fig. 69 (Cruz pintada de San Salvador de Valdediós); fig. 70
(Cruz pintada de Santullanos, San Julián de los Prados); figs. 71 y 72 (relieves de piedra de las
murallas de Oviedo); fig. 73 (cruz del Antifonario de la Catedral de León); fig. 74 (cruz del Beato de
San Millán), etc. Estas imágenes, y las citadas cruces de los Ángeles y de la Victoria son signo
evidente del culto a la Vera Cruz en España, cuyo primer testimonio es del año 599, en el que el papa
Gregorio Magno escribe al rey Recaredo, alegrándose por su conversión al catolicismo. Desde Roma
no sólo le llegó al rey la carta sino también una cruz-relicario, con un trozo de la Vera Cruz, y
cabellos de San Juan Bautista, según se lee en misiva papal: Crucem quoque latori praesentium
dedimus vobis offerendum in quam lignum dominicae crucis inest et capilli beati Johannis Baptistae
(Greg. I, Reg. Epist. IX, 228), cfr. Prelog, 1980, p. 178, n. 354, citado por Schlunk, 1985, p. 9). Cabe
pensar que la iglesia, hoy inidentificada, fue consagrada antes del 599, fecha del Segundo Concilio de
Barcelona, que fue el último presidido por Recaredo, en el año 14 de su reinado (Vives, 1963, p. 159).
Sobre el culto a la Vera Cruz en la Hispania Visigótica, ver Schlunk, 1985, pp. 9-11.
6
Lact. De mort. pers. 44; Euseb., Vita Const. I, 28.
7
Cid Priego, 1995-1996, p. 28.
8
«Las joyas cayeron al fondo de la cripta mezcladas con los cascotes del edificio y los
fragmentos del Apostolado. A pesar de todo sufrieron relativamente poco. La Cruz de los Ángeles
apareció el día 20 de octubre cruzada por uno de los barrotes de hierro de la vitrina que la custodiaba.
Se produjo la rotura del camafeo a la altura de un tercio, y una fisura en el entalle de Minerva» (Cid
Priego, 1995-1996, p. 32).
9
«La destrucción de la Cámara Santa de Oviedo», Diario de Madrid, 10 noviembre 1934;
«La Cámara Santa de Oviedo, preocupación actual entre los doctos de todo el mundo», El Debate,
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Demonios en una cruz cristiana
muy precarios, tras la guerra civil, en 1942. Por lo que respecta a la Cruz de los
Ángeles, se partió el camafeo central, aunque pudo ser recompuesto sin problemas.
El 9 de agosto de 1977 José Domínguez Saavedra, un delincuente común y
ladrón de obras de arte en iglesias de Asturias, Galicia y Portugal, pasó la tarde y la
noche en la catedral, robando los cepillos o objetos menores; luego forzó la puerta
de la escalera que comunica con la Cámara Santa desde el crucero, y entro la
misma, quedando deslumbrado por los tesoros10. Rompió las vitrinas y arrancó
bestialmente las láminas de oro de las cruces y las piedras preciosas. La Cruz de los
Ángeles casi desapareció por completo, y de la de la victoria, quedaron la madera y
parte de la chapa de oro del reverso. Guardó todo el botín en una bolsa, y el día
siguiente, 20 de agosto, por la mañana pasó al claustro y salió forzando la llamada
Puerta de la Limosna, y huyó.
Tras la recuperación11, en 1978 se decide iniciar su restauración, que se
realiza en Oviedo, en contra de la opinión y del enfado del señor H. Schlunk
(respaldado en este punto por los Sres. Blanco Freijeiro y Vázquez de Parga), que
habían propuesto el Römisch-Germanisches Zentalmuseum de Maguncia. Siempre
con el asesoramiento de expertos españoles, los trabajos de restauración se
realizaron en la Joyería Pedro Álvarez de Oviedo. El 1 de septiembre de 1982 se
entregó al Cabildo, totalmente terminada, la Cruz de la Victoria. A vista del
excelente resultado, se decidió restaurar las otras dos piezas, y la Caja de las
Ágatas y la Cruz de los Ángeles fueron entregadas al Cabildo en septiembre de
1986, siendo expuesto el conjunto a partir de esa fecha tal como puede verse hoy12.
Madrid, domingo 25 noviembre de 1934; «La Catedral de Oviedo. Daños y perjuicios en este
monumento durante los sucesos revolucionarios de octubre de 1934», Madrid 1934.
10
Sobre las peripecias del robo y el historial delictivo de este individuo, Cid Priego, 1995-
1996, pp. 28-32.
11
Los hitos de la recuperación se resumen así: Día 12 de agosto 1977: inventario de los
restos y evaluación de los destrozos. Día 18-20 agosto: la Guardia Civil encuentra un alijo de
contrabandista en la frontera con Portugal, en Puente Barjas (Orense). Se recuperan fragmentos de
láminas de oro, esmaltes, 251 piedras preciosas, por un peso total de 1,900 kg. La policía portuguesa
encuentra en la estación de ferrocarril de Belo otro lote de 40 piedras. Día 13 septiembre: detención
del ladrón, acorralado en el tejado de la iglesia de las Ánimas, en Oporto, que también intentaba
robar. Dos días después, tras la declaración del detenido, la policía recupera en Gijón, en una
escombrera cercana a la fábrica Moreda, las láminas de oro arrugadas como gurullos de papel de
periódico, y un lote de piedras sueltas, todo muy negro, pues había intentado ser quemado. En octubre
de 1989 se encuentran en Galicia piezas de oro entre unos guijarros de río, entre ellas la placa
superior de la tapa de la Caja de las Ágatas. Pasan de las manos de tratantes gitanos a un joyero de
Orense, y de aquí se reintegran a Oviedo.
Respecto a la Cruz de los Ángeles cabe decir que fueron recuperadas todas las gemas romanas
figuradas, excepto el camafeo central de la cara posterior, perdido hasta el día de hoy. Ha sido
sustituido por otro, realizado en 1985, que copia el original por fotografías.
12
Cid Priego, 1995-1996, pp. 30 y 42. Sirva a modo de anécdota, recordar que el delincuente
de 1977 fue condenado a 18 años de prisión menor (luego revisados a 10 de reclusión mayor) en
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2.1. Estética
razón de un delito económico por el destrozo de las joyas, que fueron valoradas en 1.605.150 pesetas,
y que su restauración sobrepasó los 25 millones.
13
De hecho, la llamada Historia Arcae Sanctae, del obispo don Pelayo, recogida por el padre
Flórez en su España Sagrada, I, 35, apéndice XV (Risco, 1789), dice, refiriéndose a la Cruz de los
Ángeles: «Crux ibi monstratur (in Camara Sancta) operi angelico modo fabricata spectabile modo».
Sobre las leyendas sobre los orígenes de la Cruz de la Victoria, ver: Cid Priego, 1988, 1991, 1993;
Fernández Pajares, 1962.
14
Sena Chiesa (ed.), 2002.
214
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15
Alfonso X el Sabio, 1955, II, p. 349.
16
Cid Priego, 1992, p. 247, habla de otras posibilidades, como su posible procedencia de
otros lugares de Hispania, como parte de un regalo de Carlomagno al rey Alfonso II.
17
Los tratados de Prisciliano están reunidos en el libro de Prisciliano, 1975. Sobre el
personaje: Chadwick, 1978; Terán Fierro, 1985.
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Demonios en una cruz cristiana
Parece como si desde el principio existiera el temor de que tal cruz fuese
robada. Con la inscripción de esta fórmula el objeto quedaba bajo la protección de
la divinidad capaz de matar con un rayo al ladrón: ni más ni menos que con las
armas de Zeus. Con todo, el sentido de la fórmula es apotropaico, preventivo, pero
toca de lleno el mundo de las supersticiones paganas antiguas.
Conviene reseñar otro elemento supersticioso de las cruces asturianas
derivadas del modelo de la Cruz de los Ángeles. Me refiero a los relieves
altomedievales con cruz e inscripciones latinas en las que se enfatiza la frase
CRVCIS ALME/FERO SIGNV/FVGIE DEMON, es decir «Llevo la Señal de la
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Demonios en una cruz cristiana
Cruz. Huye Demonio»18, como vemos en el altar de piedra, quizás de alabastro, que
estuvo en la iglesia de Santa María de Leorio, cerca de Gijón, hasta que el templo
fue bombardeado y destruido durante la Guerra Civil española en 1936. El altar,
que fue escondido, apareció años después y hoy está encastrada en un paño de la
iglesia de San Andrés de la Pedrera, no lejos de Leorio. El frente del altar está
presido por una gran cruz inspirada claramente en la de Los Ángeles. Detrás de
sendos brazos hay esculpidas en gran tamaño las letras Alfa y Omega, y en los
espacios libres la mencionada inscripción, fechada en la ERA LXXXVIII19. Otro
relieve de la misma fecha, procedente de la Colegiata de San Pedro de Taverga,
que es un epitafio, muestra la Cruz de los Ángeles, con alfa y Omega, y encima de
nuevo la misma fórmula contra los demonios, escrita en una sola línea: CRVCIS
ALME FERO SIGNVM/FVGE DEMON20, del año 1074.
Mitológicas:
Gema 1: Eneas y Ascanio21.
Gema 2: Minerva sentada en un trono22.
Gema 3: Fortuna23.
Gema 4: Metis o Hebe24.
Gema 5: Sátiros o Sátiro y ménade en el campo25.
Retrato:
Gema 6: Gran camafeo con retrato de muchacha26.
18
Cid Priego, 1987, p. 101. En p. 102, facsímil del texto hecho por Ciriaco Miguel Vigil.
Dos letras, Alfa y Omega, de gran tamaño, estaban colgadas de sendos brazos de la Cruz de los
Ángeles, al menos, con toda seguridad, hasta el siglo XI.
19
Hay que entender año 89 (post Millesima) de la Era de Cristo, es decir el año 1051.
20
Cid Priego et alii, 2002, vol. I, p. 55. El dibujo conservado fue recogido por Miguel Vigil
en 1887, y hoy se conserva en la Real Academia de la Historia.
21
Salcedo Garcés, 1987, núm. 1; Álvarez de Benito, 2002, núm. 11; Cid Priego, 1992, p. 250
(nº 2), fig. 4.
22
Salcedo Garcés, 1987, núm. 2; Álvarez de Benito, 2002, núm. 50; Cid Priego, 1992, p. 252
(nº 6), fig. 8.
23
Salcedo Garcés, 1987, núm. 4; Álvarez de Benito, 2002, núm. 12; Cid Priego, 1992, pp.
250-251 (nº 3), fig. 5.
24
Salcedo Garcés, 1987, núm. 5; Álvarez de Benito, 2002, núm. 41; C. Cid Priego, 1992, p.
250 (nº 4), fig. 6.
25
Salcedo Garcés, 1987, núm. 6; Álvarez de Benito, 2002, núm. 17. Cid Priego, 1992, p. 250
(nº 1), fig. 3.
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Iconografía amulético-mágica:
Gema 7: imagen de matriz27.
Gema 8: imagen fusiforme, ¿pez, langosta?28.
Gnósticas:
Gema 9: demonio danzante29. No es un entalle. La figura está pintada.
Gema 10: demonio, con inscripción PHACA VAL30.
26
González García, 1979, foto de portada del libro; Cid Priego et alii, 2002, vol. I, p. 257,
foto de la pieza original; Salcedo Garcés, 1987, núm. 4; Cid Priego, 1992, pp. 249-250, fig. 2.
27
Salcedo Garcés, 1987, no la estudia; Álvarez de Benito, 2002, núm. 34.
28
Salcedo Garcés, 1987, no la estudia; Álvarez de Benito, 2002, núm. 29.
29
Salcedo Garcés, 1987, no la estudia; Álvarez de Benito, 2002, núm. 27; Cid Priego, 1992,
p. 252, fig. 9 (que reproduce el dibujo de Ciriaco Miguel Vigil para el libro de J. Amador de los Ríos,
su número IV).
30
Fernández Pajares, 1968, pp. 21ss.; Salcedo Garcés, 1987, núm. 3; Álvarez de Benito,
2002, núm. 49; Cid Priego, 1992, p. 251, fig. 7.
31
Los tipos de piedra y sus medidas están sacados del cuadro-resumen del análisis
petroquímico publicado por Álvarez de Benito, 2002, pp. 382-383. Sigo la numeración y el orden de
gemas según el dibujo de este autor (ibidem, p. 381), de donde lo reproduzco yo aquí para facilitar al
lector la ubicación de cada gema romana en la Cruz de los Ángeles.
32
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara anterior, brazo superior de la cruz, en
la segunda banda (a la izquierda) desde el arranque. Placa oval. Tipo de piedra: turquesa. Color: azul
verdoso, con incusiones pardas que se ven a lupa. Medidas y peso: longitud: 9,39 mm. Anchura: 8,45
mm. Grosor: 2,14 mm. Peso: 6,67 qm.
33
Una descripción más pormenorizada, y comparativa, en Salcedo Garcés, 1987, pp. 75-80.
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Imagen poco clara, pero que puede corresponder a Metis41 o Hebe42. Prefiero
esta última personalidad. La figura se atiene perfectamente a su papel en la familia
mítica Zeus-Hera, de la que actúa «servidora», la cual, como indica Pierre
34
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara posterior, extremo del brazo derecho
a vista del espectador. Placa oval. Tipo de piedra: calcedonia. Color: naranja, con incusiones rojizas
circulares. Medidas y peso: longitud: 22,75 mm. Anchura: 18,58 mm. Grosor: 4,88 mm. Peso: 16,02
qm.
35
Según Cid Priego, 1995-1996, p. 32 este entalle de Minerva sufrió una fisura en la
explosión de 1934.
36
Una descripción más pormenorizada, y comparativa, en Salcedo Garcés, 1987, pp. 81-83.
37
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara anterior, brazo superior de la cruz, en
la segunda banda (a la derecha) desde el arranque. Forma oval. Tipo de piedra: calcedonia. Color:
azul verdoso. Medidas y peso: longitud: 10,52 mm. Anchura: 8,17 mm. Grosor: 3,30 mm. Peso: 2,39
qm.
38
Una descripción más pormenorizada, y comparativa, en Salcedo Garcés, 1987, pp. 92-93.
39
Paralelos fáciles de ubicar en el M.A.N. de Madrid: Casal, 1990, nºs. 835, 990.
40
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara anterior, brazo inferior, segundo
registro de gemas desde el arranque, a la izquierda. Placa oval. Tipo de piedra: calcedonia. Color:
azul, casi negro. Medidas y peso: longitud: 11,40 mm. Anchura: 9,68 mm. Grosor: 2,80 mm. Peso:
2,77 qm.
41
Según Salcedo Garcés, 1987, que también contempla la posibilidad de que sea una Hebe.
42
Indudablemente según Cid Priego, 1992, p. 251.
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43
Grimal, 1981, p. 224.
44
Una descripción más pormenorizada, y comparativa, en F. Salcedo Garcés, 1987, pp. 93-
95. Paralelos en el M.A.N. de Madrid: Casal, 1990, nºs. 546, 604, 880a.
45
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara anterior, brazo superior, gema grande
del extremo, al centro. Placa oval. Tipo de piedra: calcedonia. Color: negro y azul claro. Medidas y
peso: Longitud: 25,90 mm. Anchura: 21,60 mm. Grosor: 5,80 mm. Peso: 30,10 qm.
46
Una descripción más pormenorizada, y comparativa, en Salcedo Garcés, 1987, pp. 95-96.
47
Posición de la gema en la Cruz de los Ángeles: Cara posterior. Centro. Tipo de piedra:
ágata. Color: colores diversos de las capas. Medidas y peso: 41 x 30 mm aproximadamente, por tanto
ligeramente ovalada.
48
Sobre la restauración, Álvarez de Benito, 2002, vol. I, pp. 392-395.
49
Cid Priego, 1995-1996, p. 41.
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Figura fusiforme, posiblemente una langosta. Tiene paralelo en una gema del
Museo Arqueológico Nacional de Madrid54.
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62
Salcedo Garcés, 1987, pp. 84-91.
63
Salcedo Garcés, 1987, p. 90.
64
Agradezco al profesor Attilio Mastrocinque, de la Universidad de Verona, las sugencias
que me ha transmitido por carta ante mi desconcierto inicial al estudiar el demon de esata gema. Estoy
de acuerdo con él en que predomina «lo egipcio» en la representación, aunque no atiene a los cánones
fijos de los démones greco-egipcios de las gemas mágicas.
65
Si bien es verdad que en la imagen de la gema de Oviedo la representación de los cuernos
es abstracta y problemática, pues hacia el lado izquierdo de la cabeza del demonio parecen elevarse
cabellos o cintas ¿o un cuerno?), y al otro lado, lo que desde lejos parece otro cuerno, parece
representar un cuerpo de serpiente con dos cabezas. El tocado del monstruo se complica con ese otro
apéndice que sale del cogote, a modo de aplique del peinado, coleta u otra cosa de difícil
identificación.
66
Perea Yébenes, 2001, pp. 125-134. Sobre Chnoum, Badawi, 1937, passim.
67
Ciampini, 2002, p. 31, fig. 4.
68
Khonsu, «el caminante», dios-luna con forma humana. Antítesis funcional de Horus,
Khonsu lleva el disco lunar sobre la cabeza, y es también un niño divino (hijo de Amón y de Mut) que
peina trenza o blucle.
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(¿difunto?), te saluda a ti, Khephri (?)69, que estás sobre las olas, Horus el viejo,
que emerge del horizonte, el rey dorado, el de los rayos infinitos, Atum, padre de
los dioses, Señor Supremo, toro señor del templo excelso». El niño solar Horus
aparece circunscrito en una serpiente ouroboros en la escena 3 del Papiro de
Heruben, con la siguiente leyenda explicativa: «Adoración de Ra; fiesta del Año
Nuevo de la barca de Ra en el cielo»70.
69
Kephry, «el que llega a la existencia», forma del dios solar representado por un escarabajo
o más rara vez con humano con cabeza de escarabajo.
70
Ciampini, 2002, p. 30, fig.2; Hornung, 1999, pp. 165-166.
71
Hornung, 1992, p. 321, fig. 1; Ciampini, 2002, 29, fig. 1.
72
Ciampini, 2002, p. 30, fig. 3.
73
Ciampini, 2002, p. 31, fig. 5.
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ogni notte, il processo rigenerativo: la potenza divina rinnova nei suoi aspetti più
profondi, e non a caso, in concomitanza di questo momento, anche el tempo si
ferma (o meglio, viene nascosto), per riprendere normalmente quando il dio va a
rinascere all’alba»74. Estas reflexiones icono-mitológicas egipcias pasan a la Baja
Época faraónica, y al periodo greco romano, modificando a conveniencia, y sin
orden necesario, estas eximias formas antiguas, y teológicas, de imaginar el
cosmos. En estas formas arcaicas egipcias de pensar la transcendencia «cósmica»
de la muerte a través de símbolos iconológicos la imagen del humano con cabeza
de carnero tenía un papel claro como guardián de las puertas de la noche, o como
barquero en las tinieblas de la barca divina que conduce desde el orto hasta el alba.
A propósito de la serpiente Ouroboros, Erik Hornung afirma que «desde la
época del Amarna75 el egipcio representa la serpiente enroscada sobre sí misma con
el nombre de cola en la boca, que se convierte en época romana en el Ouroboros,
el devorador de la cola. En el círculo cerrado del cuerpo de la serpiente se hace
visible el ser que rodea el mundo por todas partes y sin brecha alguna, hasta donde
eso es posible. Esta imagen aún era tan convincente en su poder simbólico durante
la Antigüedad tardía, que los escritos gnósticos y las gemas mágicas con influencia
gnóstica hacen uso profuso de ella, e incluso simbolizan con el Ouroboros las
tinieblas últimas que rodean el mundo, es decir, a la postre lo no-existente, o, lo
que viene a ser lo mismo, el fin último del mundo»76.
En la figura de este daimon gnóstico de la Cruz de los Ángeles, el cuerpo
serpentiforme (pero sólo el cuerpo) copia la iconografía del Chnoubis representado
profusamente en gemas mágicas. Pero la gema de Oviedo introduce otra variable
inexplicable: el cuerpo de la serpiente cubierto de pelo, o mejor de lana, para
darnos una iconografía imaginaria única. Los largos mechones de lana del cuerpo
se dibujan con especial atención en las extremidades superiores, igualmente
equívocas y singulares: hacia la derecha el monstruo parece elevar dos brazos para
sostener con ambos el objeto pesado que sostiene (esa esfera con una especie de
asa o ancla invertida clavada en su parte superior), aunque parece ser un espejismo
visual o un exceso del grabador, pues a la izquierda vemos otro brazo, otra
extremidad o apéndice, que sostiene de abajo-arriba, y desde su base, una vara de
la que penden siete u o ocho colas a modo de látigo; colas de longitud calculada
para que dibujadas en su conjunto parezcan un triángulo.
Cada símbolo podría ser analizado por separado, comparándolo con otras
iconografías glípticas de tipo mágico-gnóstico, pero, en el caso de esta gema de la
Cruz de los Ángeles, hay que claudicar ante cualquier intento de explicarla en su
74
Ciampini, 2002, p. 33.
75
La representación más antigua del Ouroboros aparece en la segunda capilla de la tumba de
Tutankamón. Sobre el tema, Hornung, 1999, p. 165 y nota 126.
76
Hornung, 1999, pp. 165-166.
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3.10.2. La inscripción
77
Manzanares, 1972, p. 9: PHAGA/VAL. [sic, male].
78
Un estudio posterior casi un siglo, el del erudito Carlos Cid Priego, publicado en 1992,
viene a decir casi lo mismo, ibid., p. 251: «Es una figura muy extraña, de cuerpo cubierto de escamas
y terminado en una larga cola reptiloide enroscada. Los brazos son desiguales; con el derecho levanta
la bola del mundo rematada por un áncora colocada del revés, y en el otro lleva un látigo de seis o
siete colas y una cruz con asa de tipo egipcio faraónico. La cabeza es ovicrápida, con cuernos de toro
vistos de frente, desiguales; sobre la nuca caen varios mechones. Debajo hay una inscripción [...]
parece que lo correcto es unirlas en PHACAVAL [...] Todos estamos de acuerdo en que sea la figura
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de un Abraxas, dentro de las corrientes gnósticas heréticas de la Antigüedad que mezclaron de modo
extraño y complicado las religiones judaica, cristiana, grecolatina y egipcia. Pero también caben otras
posibilidades dentro de los complejos hermetismos egipcios [...]».
79
Zostriano (NHC VIII, 1) 47, 10.
80
Evangelio de los egipcios (NHC IV 50, 1-81), 64, 10 ss.
81
Evangelio de los egipcios (NHC IV 50, 1-81), 52, 20.
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BIBLIOGRAFÍA CITADA
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