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Desarrollo y Complejos
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Nº 19, 2008
Resumen
El presente trabajo intentará esbozar un cuadro general para el periodo Intermedio Tardío en la costa central
en base a las nuevas evidencias arqueológicas y estudios desarrollados. Intentar establecer precisamente
cuales son los factores de cambio en las sociedades tardías de la costa central y específicamente de
la sociedad ychsma será uno de los elementos que abordaremos en este estudio tomando como base
de discusión los conceptos de cultura y espacio; estilo y talleres cerámicos. Finalmente trataremos de
establecer una correspondencia entre los cambios climáticos y la evolución del periodo Intermedio Tardío
tomando en cuenta que los cuadros existentes de oscilación climática parecen coincidir en muchos
aspectos con los puntos de cambio más importantes que se dan en las sociedades tardías. Sin necesidad
de caer en un determinismo climático, es evidente que también estos factores influyeron fuertemente en
el desarrollo de las sociedades costeras de los andes peruanos en diferentes periodos.
Palabras clave
Ychsma, complejización, costa central peruana, cultura y espacio, periodo Intermedio Tardío, estilo
cerámico, cambios climáticos.
Abstract
This research study presents a general review of the Peruvian Central Coast during the Intermediate
Late Period based on new archaeological evidence and current studies. We intend to establish the factors
of change in the Ychsma society. To do this, we discuss the concepts of culture, space, style and ceramic
workshops. Finally, a preliminary identification takes into account tables of climatic oscillation and
association with the evolution of societies during the Intermediate Late Period and are used as evidence
to interpret these complex change.
Keyword
Ychsma, complexity, peruvian central coast, culture and space, Late Intermediate period, ceramic style,
climatic oscillation.
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político parece fundamental en el desarrollo de analizan los procesos o las culturas existentes en
las culturas regionales y locales. este periodo, según sea el caso o el territorio en
Definir el sistema o los sistemas políticos estudio. Estas categorías de “señorío” o “cura-
imperantes en este periodo resulta hasta el mo- cazgo”, han sido también de uso muy frecuente
mento una tarea difícil. Algunos investigadores entre los etnohistoriadores que suelen investi-
prefieren hablar de estados, reinos, confedera- gar y calificar a las sociedades andinas tardías en
ciones, señoríos o curacazgos, pero es claro que base a las fuentes documentales (Rostworowski,
cualquier categoría aplicada aun resulta insufi- 1972, 1978); categorías que siguen diversos in-
ciente para explicar el cuadro político y orga- vestigadores (Agurto, 1984), aunque no siem-
nizativo de las sociedades tardías, precisamente pre con el mismo significado.
por su poco respaldo categorial antropológico e Es a partir de estas categorías político-an-
histórico en cada una de ellas. Por ello, a pesar tropológicas provenientes de la etnohistoria,
de estos variados intentos de categorizar polí- que los arqueólogos califican a varios de los gru-
ticamente a las sociedades andinas durante el pos sociales existentes en el PIT. Así, por ejem-
PIT, no siempre las categorías utilizadas repre- plo, Morales (1984: 83) habla para este periodo
sentan elementos conceptuales que pueden ser en los Andes, como de “...una gran multitud de
comparables entre los distintos investigadores. reinos y señoríos independientes...”.
Por ejemplo, la variedad de términos y catego- En cuanto a las características económicas
rías usadas para la definición genérica del PIT del PIT, existen diferentes interpretaciones para
nos lleva a tener y usar distintas denominacio- este periodo, algunos ven una suerte de resur-
nes o terminologías para el mismo periodo como gimiento cultural y de un activo inter-cambio
las de: “Confederaciones tribales” (Tello, 1929); de productos a nivel interregional y a grandes
“Constructores de ciudades” (Bushnell, 1962); distancias (Bonavia, 1991). Otros autores sos-
“Reinos y confederaciones” (Matos, 1966); tienen igualmente que, para la sierra central,
“Estados regionales” (Lumbreras, 1969); “For- este periodo se manifestaría también como de
maciones Señoriales” (Paredes, 1988); o “Re- una fuerte integración socioeconómica, con
nacimiento de las culturas locales y regionales” alta densidad demográfica y numerosos asenta-
(Bonavia, 1991). mientos con arquitectura diferenciada (Parsons
Estas mismas terminologías, que de alguna et. al., 2000). Al respecto Shady (1984: 13) se-
manera intentan caracterizar al PIT, suelen uti- ñalaba que “Si bien, se puede reconocer áreas de
lizarlas indistintamente los investigadores que desarrollo regional, la sociedades no vivieron en es-
1 Las libertades con las cuales se ha usado la periodificación absoluta de este periodo para la región Ychsma
son numerosas confundiendo por ello la asignación temporal de muchos contextos. Las diferencias de asignación
temporal para el PIT pueden ir de algunas decenas de años incluso a varias centurias como, por ejemplo: 1,200-
1,470 d.C. (Bueno, 1982); 1,200-1,440 dC. (Agurto, 1984); 900–1,470 d.C. (Eeckhout, 1999b, 2003); 1,220–1,440
d.C. (Negro & Fuentes, 1989); 1,100–1,400 d.C. (Paredes, 1988); 1,000 a 1,100–1,460 d. C. (Shimada et. al., 2004);
1,000–1,450 d.C. (Silva & Jaime, 2005); 900-1,470 dC. (Espejo, 2006). En otros casos, para la asignación cronoló-
gica se ha preferido el uso de unidades temporales más amplias como el de los siglos, así por ejemplo: siglo X- siglo
XV (Eeckhout, 2003); siglo XI – siglo XV (Franco, 2004); siglo (Villacorta, 2004).
Para la cronologización absoluta del PIT (o de sus correspondientes temporales) existen varias propuestas
generales para el área andina u otras áreas, como por ejemplo: 900-1,440 dC. (Bonavia, 1991); 1,100-1,450 dC.
(Iriarte, 2004); 1,200 – 1,470 d.C. (Lumbreras, 1969); 1,000-1,400 dC. (Morales, 1984); 900-1,460 dC. (Shady,
1984); 1,000 – 1,470 dC. (Parsons et. al, 2004); 900 a 1,000-1460 dC. (Perales, 2005).
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Figura 1. Mapa del área central andina con la región ychsma resaltada en círculo.
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tancos aislados; lo hicieron en permanente contacto decaen o desaparecen surgiría un proceso ma-
y comunicación...”. yormente caótico y de guerra en la sierra, co-
Con todo, la percepción general de muchos etáneo con sociedades costeñas centralizadas
investigadores en torno a las características so- y fácilmente distinguibles como Lambayeque,
ciales propias del PIT suele también variar de Chimú, Chancay o Chincha, por citar algunas
acuerdo al espacio y la unidad cultural analiza- de las más conocidas en la costa. De esta ma-
da. Así, por ejemplo, en la sierra central, sierra nera, ambos procesos paralelos conducirían al
sur e incluso el Altiplano, para algunos, este pe- surgimiento de sociedades pequeñas de carácter
riodo está marcado, en lo social, por diferentes autárquico y belicistas en la sierra y, en contra-
conflictos inter-étnicos que conducen a un ais- posición, sociedades muy dinámicas y complejas
lamiento de los centros poblados en lugares altos en la costa basadas en la concentración pobla-
e inaccesibles y a la construcción de murallas en cional en grandes ciudades, altamente produc-
torno a estos poblados. La aparente fortificación tivas y con un fuerte intercambio regional. Una
de muchos de estos poblados induce a varios in- suerte de dicotomía política y social entre am-
vestigadores a hablar, en efecto, de un periodo bas regiones que ya algunos investigadores han
de extrema beligerancia (Nielsen, 2002). Los resaltado.
gobiernos fragmentados, los pequeños señoríos En los procesos de la costa, según Bonavia
o la desorganización parecen ser también parte (1991), se pueden distinguir al menos dos gran-
de las características de este periodo en la sie- des grupos, aquellos de la costa norte donde el
rra central (Parsons & Hastings, 1988; Perales, impacto de la sociedad Huari fue relativamente
2004) y sierra centro-sur (Lumbreras, 1969b). escaso o corto y por ello un rápido resurgimiento
Varias hipótesis se han esbozado al respecto, de la culturas locales, y los de la costa sur don-
donde se ha buscado consecuentemente expli- de se mantiene un periodo todavía conservador
car este periodo de desorden o fraccionamiento con los elementos culturales Huari producto de
en base a la desestructuración previa de las so- una larga tradición de contactos sierra costa. En
ciedades Huari y Tiahuanaco respectivamente. cambio los procesos ocurridos en la parte cen-
Parson et. al. (2004: 89) hablan por ello de un tral de la costa y áreas aledañas pudieran tener
periodo de “descentralización organizacional”, procesos particulares; Franco (2004), por ello,
luego del colapso de los estados del HM en los apunta hacia un proceso de reestructuración
Andes centrales seguido de un proceso caracte- social en la costa en base al prestigio de varios
rizado por nuevas formas de integración regio- centros religiosos, el cual dará pie para el esta-
nal y local. Aunque en este tipo de hipótesis, blecimiento de importantes sociedades.
ambos procesos, los del HM y los del PIT, se tra- Con todo, varias interrogantes surgen a par-
tan de yuxtaponer mecánicamente partiendo tir de estos planteamientos, la primera de ellas
de una suerte de orden y fuerte control político sería sí efectivamente el control político Huari,
existente en el HM, sucedido por un periodo de o alguno similar, se mantuvo hasta los finales del
caos y ruptura de los cánones sociales y políti- HM y, si a la desaparición de Huari, se suceden
cos, establecidos precisamente por las socieda- inmediatamente los procesos propios del PIT;
des Huari, lo cierto es que el colapso de Huari por otro lado ¿son realmente diferenciados los
como entidad estatal fue anterior a este proceso procesos de la sierra con los de la costa durante
de cambio. los inicios del PIT?, y por último ¿los procesos
La explicación mayormente aceptada es propios del surgimiento del PIT son procesos
que cuando las sociedades Huari y Tiahuanaco sincrónicos en toda la región andina?.
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llegando casi a unirse en este lugar con el cono partir de estos wad, hacia comienzos del Cua-
deyectivo del Chillón. El material aluvial de re- ternario, están constituidos a partir del acarreo
lleno lo conforma por ello una mezcla de cantos de material lodoso, areniscas, gravas angulosas
rodados principalmente, con bancos de arcilla y cantos redondeados o semiangulosos, cuando
y arena; aumentando la densidad de los cantos los fenómenos de lluvias locales en estas áreas
rodados al centro del depósito y disminuyendo desérticas eran significativamente mas frecuen-
hacia sus extremos donde existe mayormente tes y de mayor envergadura. Los factores eóli-
material arcilloso. En algunos puntos se nota la cos como la deflación, que afectó estos lechos
existencia de antiguos lechos fluviales, pero de aluviónicos pleistocénicos, han contribuido al
dimensiones pequeñas y de distribución rami- empobrecimiento de estos suelos haciendo que
ficada y errática, donde se acumulan delgados en muchos casos primen los materiales líticos y
sedimentos de arena y limo. Este hecho, denota arenas de grano grueso, en vez de los materiales
el carácter oscilatorio del cauce primigenio del arcillosos. Varias estratificaciones en estas áreas
Rímac, creando numerosos puntos de desborde presentan costras salitrosas del tipo conocido
que además contribuyeron al acrecentamiento como caliche que se forman por acción de la
del lecho aluvial en todo el cono deyectivo. humedad atmosférica sobre los suelos salinos.
Estas terrazas aluviales son a su vez, regadas En algunos casos, las superficies de estas áreas
por ríos extrazonales que nacen en las cumbres aledañas a los valles, son cubiertas también con
de la cordillera occidental, sujetos a un régimen arenas de grano fino provenientes del transpor-
níveo-glaciar y pluvial. Son ríos en su mayo- te eólico. En puntos donde la humedad se logra
ría de corto recorrido, discurren por lechos de concentrar, a partir de la concurrencia de nebli-
pendiente pronunciada, muy fuerte en muchos nas, se formarán microambientes muy particu-
casos y con numerosas rupturas de caída. Estos lares conocidos como lomas, las cuales parecen
ríos son de tipo torrencial, con gran variación de potenciarse principalmente en determinados
su caudal a lo largo del año. En su descenso a la periodos cuaternarios.
costa, forman verdaderos cañones interandinos, Adicionalmente, durante los períodos tar-
pues durante la estación de lluvias en la Sierra, díos del Cuaternario, se comienzan a produ-
los ríos erosionan profundamente las vertientes cir fuertes vientos desde el sur y suroeste que
andinas y ya en la Costa, erosionan también en transportan y cubren con arena eólica extensas
forma intensa su cauce, ocasionado desbordes áreas, especialmente la parte baja y media de
e inundaciones temporales a los terrenos adya- los valles. Es un proceso que en general afec-
centes. ta a toda la franja costera peruana, ingresando
Las áreas aledañas a los conos deyectivos la arena inclusive varias decenas de kilómetros
principales, muestran un comportamiento algo tierra adentro y desertificando amplias zonas de
diferenciado. En estas áreas priman los depósi- litoral.
tos aluviales a manera de terrazas, constituidos
por cantos semiangulosos con una matriz are- Climatología de la costa central
nosa originados por lechos de ríos intermiten- Las características climáticas de toda la
tes, llamados Wad (Sébrier y Macharé, 1980), costa central peruana son muy similares. En
propios de las zonas desérticas. Estos lechos son este espacio geográfico, los datos indican una
a su vez cortados posteriormente por nuevas persistencia durante todo el Cuaternario de un
avenidas que degradan las terrazas preexisten- clima hiper-árido y a su vez de gran humedad
tes. Los conglomerados que se han formado a relativa, donde se pueden haber sucedido algu-
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nas fluctuaciones climáticas de corta duración. hace que esta sea la causa más probable de las
De hecho, todos los indicadores apuntan a una grandes oscilaciones climáticas globales. Obsér-
dependencia climatológica de la costa perua- vese al respecto la relación existente entre los
na a los factores oceanográficos, relacionados gráficos representados en las figuras 2 (Bauer
principalmente con la existencia de la Corrien- et. al, 2003) y 3 (Gonzáles Rouco et. al., 2003),
te Peruana fría (o corriente de Humboldt) y donde las fluctuaciones climáticas son corres-
las cortas, pero significativas, alteraciones que pondientes con los ciclos de actividad solar.
se producen a partir del fenómeno de El Niño Una de las primeras grandes fluctuaciones
(Ortlieb y Macharé, 1989). La generalidad, sin del último milenio corresponde a un periodo ex-
embargo, es de una persistente aridez de la costa cepcionalmente cálido, denominado como Óp-
con ausencia notable de precipitaciones, salvo timo Climático Medieval (OCM) o Intervalo Cáli-
los casos esporádicos ya señalados y que se origi- do Medieval, ubicado cronológicamente entre el
nan durante los fenómenos breves de ENSO2. 1,000 y el 1300 dC, el cual afectó especialmente
a todo el hemisferio norte. El máximo punto de
Las oscilaciones climáticas globales del último temperatura alcanzado en este periodo cálido
milenio ocurrió alrededor de 1,100 a 1,150 dC. aproxi-
En el último milenio las oscilaciones cli- madamente.
máticas han sido menores, las temperaturas A mediados del XV se produce en contra-
se mantuvieron en general ligeramente infe- posición con el OCM un enfriamiento global,
riores a las actuales, aunque se han detectado conocido como la “Pequeña Edad del Hielo”
oscilaciones significativas. Las causas de tales (PEH) o “Little ice age” en inglés (Grove, 1988).
oscilaciones son muy variadas, aunque todas No pareciera tratarse de un periodo continuo
ellas pueden estar relacionadas con cambios ex- de índices de temperaturas medias por deba-
ternos al sistema climático, desde el aumento jo de las actuales, sino que en su evolución se
de la actividad volcánica, hasta la reducción detectan distintas anomalías frías y cálidas de
de la actividad solar. Precisamente la relación especial intensidad. La dinámica particular de
existente entre los ciclos de actividad solar y las este periodo y la variabilidad geográfica en la
variaciones en los índices de temperatura global cual se manifiesta no son conocidas del todo,
Figura 2. Variaciones en el ciclo solar del último milenio (Tomado de Bauer et. al., 2003).
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Figura 3. Variación en los índices de temperatura media global de los últimos mil
años (tomado de Gonzáles Rouco et. al., 2003).
especialmente porque se trató de un fenómeno do Quelccaya de Perú (Thompson et. al. 1994),
de alcances globales con diferentes comporta- donde se han hallado evidencias de importan-
mientos locales. Estas diferencias, en cuanto al tes fluctuaciones en el grosor de la capa de hielo
comportamiento espacial de las anomalías cli- y evidencias de un fuerte fenómeno de lluvias de
máticas, se pudieron deber a las diferentes ca- gran intensidad datadas para el año de 1500 dC.
racterísticas del medio geográfico y a los diver- Estos fenómenos pueden ser también, de hecho,
sos mecanismos atmosféricos existentes sobre manifestaciones asociadas respectivamente con
unos territorios u otros. el OCM y la PEH. Con todo, cada vez son más
Las consecuencias de estas oscilaciones las investigaciones referentes a clarificar las mani-
climáticas son aun poco claras en el hemisfe- festaciones locales de estas oscilaciones climáticas
rio sur y especialmente en la región andina. Sin globales en Sudamérica y en los Andes. Son en
embargo, estudios recientes hechos por diversos efecto varias las investigaciones que evidencian
investigadores (Ortlieb et. al, 2000) en la Bahía estos procesos con diferentes grados de afectación
Mejillones al norte de Chile, demuestran la ocu- en el medio ambiente (Soon & Baliunas, 2003;
rrencia de estas oscilaciones climáticas para esta Thompson et. al. 1994; Villalba, 1994).
zona como las correspondientes con el OCM y El episodio de Spörer, también conocido
la PEH. Otro caso es el registrado en el neva- como el mínimo de Spörer, representa uno de
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Figura 4. Oscilación climática del último milenio con presencia de los eventos del OCM y de la PEH (Basado en
Gonzáles-Rouco et. al., 2003). Notése los picos en el diagrama conformados por el Optimo Climático Medioeval
y el evento de Spörer que prácticamente encuadran el Periodo Intermedio Tardío.
los picos de menor temperatura ocurrido en suelos marginales a excepción de los fondos
épocas tempranas de la PEH, el cual es datado de los valles con suelos fértiles, promedios de
aproximadamente hacia mediados del siglo XV. temperaturas bajas con heladas frecuentes, una
Sin embargo este episodio se dio inicio hacia distribución de lluvias muy irregular e incluso
la primera mitad del siglo XV, agudizándose su sequías que pueden durar varios años. La Cor-
efecto alrededor de 1460 – 1470, y concluyendo dillera de los Andes tiene una influencia muy
hacia finales del mismo siglo. significativa en las variaciones de la temperatu-
ra del aire, dando por ello lugar a una variedad
Las oscilaciones climáticas globales y los Andes de climas.
centrales Las actividades económicas agropecuarias
De acuerdo con Dollfus & Lavallee (1973) de subsistencia en la Sierra están sujetas a mu-
en los momentos que se presentaron las creci- chas variables como la geografía, el piso altitu-
das de los glaciales en las altas cumbres andinas dinal, el tipo de suelo, las condiciones climáti-
el desierto costeño era cálido y soleado, pero cas y la topografía de los valles. Un descenso
expuesto a algunas lluvias ocasionales debido a en las condiciones térmicas e hídricas pueden
la disminución del dinamismo del anticiclón del fácilmente conllevar a la pérdida de cultivos
Pacífico Sur. como por ejemplo el maíz y la papa en su fase
La geografía y clima de la Sierra corresponde de floración secándolos por la exposición a bajas
mayormente con una topografía muy escabrosa, temperaturas. La helada, la sequía y el granizo
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son los elementos meteorológicos más riesgosos en donde los niveles de humedad decrecen. La
para las actividades agropecuarias. Las heladas Sierra sur (Puno, Cuzco, Apurímac; Arequipa,
en la Sierra y en el Altiplano se producen en al- Moquegua y Tacna) es la más propensa a estos
titudes superiores a los 3,000 m.s.n.m., aunque fenómenos recurrentes, siendo las actividades
en algunas zonas dependiendo de la topografía agropecuarias superiores a los 3,500 m.s.n.m.
del terreno pueden presentarse incluso bajo esta las más susceptibles de enfrentar un desastre
altitud. Se presenta por lo general, en las noches económico por efectos de la sequía. En estas
de cielos claros y son provocadas por un balan- altitudes las actividades agrícolas son menores
ce de radiación negativo, ligado a la ausencia teniendo preponderancia las actividades de pas-
de nubes y a una humedad atmosférica débil. toreo.
Los daños que ellas provocan sobre los cultivos Lhomme y Vacher (2003) encuentran que
pueden ser catastróficos, a nivel del suelo la los camellones del Altiplano muestran eviden-
temperatura puede descender hasta 10° C bajo cias de diferentes épocas de uso y abandono,
cero lo que prácticamente destruye los cultivos quizás relacionados con cambios climáticos o
agrícolas. políticos. Una de estas épocas de abandono la
La sensibilidad del área de cultivos superio- asociarían con el decaimiento de Tiahuanaco
res a los 3,000 m.s.n.m. en la Sierra a las con- alrededor del año 1,000 d.C. Por otra parte, en
diciones climáticas muy marcada, siendo por lo sus investigaciones en Machu Picchu, Wright
tanto importante cualquier variación significa- et. al. (1999), encuentran importantes datos
tiva en los valores promedio de temperaturas asociados con la ocupación del sitio y las varia-
mínimas que soportan estas áreas3. Lhomme ciones climáticas, según los autores citados, un
y Vacher (2003) en base a estudios específicos clima más seco y de menor precipitación pare-
sobre el uso de los camellones en el Altiplano, cen coincidir con los primeros 50 años de ocu-
demuestran que esta técnica hace subir la tem- pación del sitio. En otras palabras, el ambiente
peratura asociada al nivel de los cultivos en los de selva alta, que actualmente es visible en Ma-
camellones en alrededor de 2 C° con los cuales chu Picchu, pudo haber tenido una configura-
es posible contrarrestar los efectos de las hela- ción diferente hacia mediados del siglo XV, lo
das nocturnas. Es claro entonces que un des- cual debió seguramente favorecer el estableci-
censo de apenas pocos grados en las temperatu- miento del sitio.
ras promedio para estas áreas haría inválido este Para la costa es necesario efectuar mayo-
recurso tecnológico para las frecuentes fluctua- res investigaciones a fin de determinar el gra-
ciones en las temperaturas mínimas que vienen do de afectación de estos cambios climáticos.
relacionadas con los periodos secos. De hecho un descenso en las temperaturas
Por otro lado, las sequías son períodos secos medias influenciaría en modificaciones en los
prolongados y corresponden con ciclos climáti- patrones climáticos locales que normalmente
cos. Se caracterizan en la Sierra por la falta de se presentan en esta región. El descenso de la
precipitaciones pluviales. El origen de estas ano- temperatura puede estar asociado por ejemplo,
malías climáticas se encuentra en la atmósfera, a un aumento en la humedad relativa que por
3 En condiciones especiales, las heladas pueden afectar en muy poco tiempo enormes áreas. A manera de ilus-
tración y ejemplo, apenas hace pocos meses, en Febrero del 2007, se produjo uno de estas heladas meteorológicas
que obligó a declarar en emergencia los departamentos de Huanuco, Cerro de Pasco, Junín y Huancavelica. Algunas
zonas del Cuzco también fueron afectadas. Las fuentes del Ministerio de Agricultura estimaron que fueron 67,999
has de cultivo afectadas y alrededor de 26,977 has las que se perdieron totalmente.
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lo general se expresa en una mayor recurrencia mucho de sistemas hidrológicos de carácter gla-
de neblinas. Muchos “eventos húmedos” en la cial establecidos en las alturas de los Andes. De
costa detectados en varias investigaciones ar- hecho, fluctuaciones en los niveles niveo-gla-
queológicas, pudieran estar asociados a la apa- ciares de los Andes peruanos tienen incidencia
rición de lomas y de una garúa constante, que a directa en los ecosistemas naturales y sistemas
eventos esporádicos ENSO que se caracterizan de agricultura de la costa, estos últimos muy
por su corta duración y especialmente por sus dependientes del volumen en agua de los ríos,
efectos erosivos sobre el terreno. de su estabilidad de carga y especialmente de
Por citar un caso que actualmente venimos permanencia de un periodo de carga de los ríos
investigando, en los recientes trabajos arqueo- capaz de sustentar los periodos agrícolas.
lógicos desarrollados en Huacho, en el sitio de La incidencia de factores climáticos de or-
Cerro Colorado - sector Los Pinos (Díaz, 2007), den mundial, capaces de alterar los niveles de
se ha logrado definir grandes cambios climáticos temperatura y volumen de la corriente fría de
asociados con determinados contextos arqueo- Humboldt y que incidirán en la ocurrencia de
lógicos. Por citar un caso, el grado de afectación fenómenos contrapuestos por la corriente cálida
por humedad detectado en muchos de los con- del Niño, son elementos que deben ser estudia-
textos arqueológicos hallados, evidencia noto- dos con mayor precisión. Sin necesidad de caer
rios eventos húmedos que en este caso no están en un determinismo climático, es evidente que
restringidos a los clásicos eventos ENSO, sino estos factores influyeron fuertemente en el de-
más bien a largos periodos de gran humedad sarrollo de las sociedades costeras de los andes
que permitieron la aparición de lomas en las peruanos en diferentes periodos.
laderas arenosas y comúnmente desérticas de Auque pueda hasta el momento haberse
Cerro Colorado. Los contextos asociados con enfocado mal este aspecto, no se puede sos-
estos eventos húmedos evidencian la aparición layar que los eventos del tipo Niño pudieron
de raíces y un grado de descomposición orgáni- incidir en la caída o surgimiento de sociedades
ca que definitivamente no corresponden a oca- en la costa peruana. Si bien es cierto, que las
sionales lluvias sino a un lapso temporal mucho sociedades costeras estuvieron ya acostum-
mayor que permitió la aparición de vegetación bradas a estos eventos, y aun siendo capaces
arbustiva en estos secos arenales y grados de hu- de soportar un fenómeno del Niño particular-
medad en el terreno capaces de descomponer mente agresivo, una sucesión de estos eventos
casi todo el material orgánico asociado en estos en un tiempo relativamente corto pudieron ha-
contextos arqueológicos. Esto demuestra que ber hecho que estas sociedades tuvieran poco
la costa peruana también habría estado sujeta tiempo para reconstruir sus espacios agrícolas y
a estas fluctuaciones u oscilaciones climáticas especialmente sus sistemas de riego, marcando
de gran magnitud, alternándose consecuente- el colapso de sistemas políticos o de estructu-
mente pequeños periodos húmedos con largos ras sociales vigentes.
periodos de extrema sequedad. Cuando analizamos la evolución del perio-
do Intermedio Tardío (PIT) no nos podemos
Cambios climáticos e influencia en las socieda- sustraer al hecho de que muchos de los eventos
des del Intermedio Tardío más importantes que caracterizan precisamente
El medio andino es particularmente sensible este periodo tengan de alguna manera coinci-
a los cambios climáticos que se dan a nivel glo- dencia con las principales fluctuaciones climáti-
bal. Específicamente la costa peruana, depende cas que se dieron a nivel global. El hecho mismo
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que el inicio del PIT se encuentre cronológica- sociedad hegemónica o imperial llamada Huari
mente ubicado aproximadamente entre los 950 (Menzel, 1968; Lumbreras, 1980). Pero a dife-
dC y los 1,050 d.C. guarda estrecha correlación rencia de la época 2 y algo de la 3, los indicado-
con el inicio de un proceso de calentamiento res existentes hasta el momento para la época 4
terrestre conocido como el Optimo Climático señalan mayormente que no existiría ninguna
Medieval. Es decir, un cambio fundamental en unidad de tipo político entre todas estas socie-
la cronología de los Andes el tránsito del Ho- dades costeras a diferencia de las épocas ante-
rizonte Medio al PIT, se encuentra al parecer riores del HM y que, más bien, estas sociedades
enmarcado dentro de un proceso de cambio se encuentran ya avanzadas en un proceso de
climático de características globales. Este im- independencia cultural de carácter regional y
portante tránsito cronológico y cultural afectó local, que en muchos casos puede incluso redu-
a gran parte de los Andes centrales y es parti- cirse solo al tamaño de un solo valle.
cularmente visible en los cambios producidos Cabe ahora preguntarnos si en la época 4,
en los patrones culturales de varias sociedades aun considerando esta suerte fragmentación po-
costeras. lítica y territorial de los antiguos centros Huari
Los cambios en los patrones culturales se de las épocas 2 y 3 en la Costa y, también con-
dan muchas veces de manera drástica durante siderando que en la época 4 se comparten toda-
este periodo, al punto que aquellos elementos, vía muchos elementos culturales comunes entre
antes comunes en varias sociedades costeras a estas sociedades costeras ¿por qué la tendencia
nivel de diseño y de representación iconográfi- es hacia una “archipieligización” cultural y po-
ca, desaparecen para dar paso a elementos muy lítica del espacio territorial costero? y ¿por qué,
locales propios de cada sociedad que surgirá ya en los inicios del PIT, las diferencias cultura-
independientemente en este periodo. Socie- les entre cada una de esta “unidades señoriales
dades fuertemente identificadas con patrones tardías” resultantes, son tan marcadas?.
culturales propios como Lambayeque, Chimú, Ciertamente pueden ser muchas las posi-
Chancay o Chincha tienen, en reglas generales, bilidades que existen para explicar este fenó-
comportamientos de cambio muy comparables meno, pero también es cierto que este mismo
unos a otros. La situación es particularmente fenómeno afecta a prácticamente todos los An-
homogénea en la costa central y en el norte chi- des centrales y es, por lo tanto, un fenómeno
co, donde se comparten muchos elementos co- que debe ser explicado no como tendencias solo
munes, tanto a nivel cultural como geográfico. regionales o locales, sino que este debe ser en-
Si bien los periodos finales del HM son en tendido como parte de un proceso mucho más
esencia casi desconocidos, algunos elementos general. Por ello, ya asumiendo que la probable
nos llevan a pensar en una suerte de confluen- unidad política y cultural Huari de la época 2
cia común entre las sociedades costeras de este ya había desaparecido hacía mucho tiempo en
periodo en la región señalada, donde aun se el escenario de los Andes centrales para época
comparten muchos patrones culturales estable- 4 ¿por qué existió todavía un proceso posterior
cidos seguramente en la época 2 del HM, noto- tan generalizado y horizontal, cronológicamen-
riamente el periodo de mayor influencia cultu- te hablando, que rompe con todos los cánones
ral Huari y en el que es posible hablar, con una culturales anteriores y da inicio al PIT?; en todo
fuerte evidencia material de respaldo, de una caso ¿cuál sería el denominador común para
unidad política común en los Andes centrales todos estos cambios simultáneos en un espacio
que algunos investigadores definen como una geográfico tan grande y tan diverso?
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Cuando analizamos de manera más amplia blacionales hacia determinado grupo étnico,
el panorama cronológico establecido para los se superpondría a cualquier tendencia de ho-
Andes centrales, vemos inmediatamente que mogenización cultural que era inherente en
estos ciclos periódicos que alternan sucesiva- cada uno de los tres horizontes culturales que
mente procesos de homogenización cultural la cronología andina acepta. En otras palabras,
con procesos de independización o regiona- la estructura étnica resultaría más importante
lización cultural parecen constituir una regla y de mayor trascendencia que cualquier suer-
común de cambio social, económico o cultu- te de imposición o condicionamiento cultural
ral para todo este espacio y en donde nueva- que se ejercería durante estos llamados hori-
mente se podría pensar en un denominador zontes; por ello, la estructura étnica resurgiría
común para todos ellos. El hecho mismo de siempre, luego que los factores que originan y
pensar en un denominar común para todos mantienen la “horizontalidad” cultural entran
estos procesos tiene siempre el riesgo de caer en decadencia.
en un tipo de determinismo que haya condi- La búsqueda de denominadores comunes
cionado la evolución y el desarrollo cultural para la explicación de procesos históricos en
de las sociedades andinas. El carácter contra- sociedades desaparecidas no es nueva, en rea-
puesto y notoriamente inverso de cada uno de lidad va a la par de la propia construcción de
estos procesos, tanto de los llamados procesos las principales teorías históricas. En un inicio,
horizontales o comunes como de los llamados las principales explicaciones que se tenían para
procesos regionales o independientes, también entender la desaparición de tal o cual sociedad
definiría en esencia el carácter mismo del te- estaban basadas principalmente en los factores
rritorio andino. ocasionados por la guerra y los movimientos de
Una explicación que busque este denomi- conquista territorial de un pueblo sobre otro.
nador común podría, por estas razones, enfo- Los trabajos de Schliemann en Troya y los re-
carse en el factor geográfico. En resultado, de- latos históricos de conquistas hicieron pensar
terministamente hablando, la tendencia de los en el factor determinante de la guerra para la
Andes centrales, con geografía y territorios tan desaparición de las sociedades. Las ciudades
diversos, conduciría necesariamente hacia la abandonadas eran pues el reflejo de estos fac-
fragmentación política del espacio y “archipie- tores.
ligización” cultural de las sociedades y, donde, Con el tiempo, junto con el desarrollo
a su vez, los factores geográficos que aíslan una de las teorías antropológicas, se puso énfasis
región de otra o un valle de otro potenciarían en los factores migratorios y la sustitución de
aun más las diferenciaciones culturales. Así, a unas poblaciones por otras. La idea de pueblos
falta de una unidad política fuerte y hegemó- dinámicos en busca de nuevos territorios era
nica que centralice el control del territorio en la explicación más común para entender tam-
los Andes centrales, la tendencia natural sería bién el por qué existían sustituciones de una
siempre hacia la fragmentación política del te- cultura por otra. La arqueología, a través de
rritorio y a la particularización cultural de las sus métodos estratigráficos parecía dar susten-
diversas sociedades existentes. to científico a estos esquemas y en donde se
Otra explicación adicional o quizás com- podía ver claramente in situ la superposición de
plementaria, recalcaría el papel que juega el una tradición cultural por otra. Como es fácil
factor étnico, donde precisamente la identifi- de comprender, la manipulación de este tipo
cación y pertenencia por grandes grupos po- de explicaciones históricas llevó rápidamente
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tura pasó con el tiempo de una definición muy por ejemplo es que podemos realizar interpreta-
selectiva del comportamiento social a una defi- ciones mayores que nos acercan hacia el funcio-
nición absoluta total del mismo. namiento de la sociedad en su conjunto.
El verdadero papel de la cultura en el desa- Si buscásemos una definición más acorde
rrollo social y especialmente en los procesos de con aquello que, en nuestro concepto, consti-
innovación o difusión que toda sociedad experi- tuye una cultura arqueológica, es la que señala
menta suelen ser puntos controversiales. Si bien que esta es un conjunto asociado de materiales
en la base económica de toda sociedad actúan que definen patrones contextuales establecidos
preponderantemente los elementos de orden por ello en un periodo de tiempo determinado
económico ligados a la estructura misma de la y en una ubicación definida en el espacio. En
sociedad, es cierto que la cultura como tal man- otras palabras, la cultura arqueológica es la ex-
tiene una actividad en cierta medida indepen- presión física del comportamiento social. Cuan-
diente de los factores económicos y puede ser do, a través de la metodología arqueológica, so-
que condicione en muchos casos a estos. Esto mos capaces de segregar o aislar este conjunto
le otorgaría un papel determinante a la cultura de patrones es que podemos hablar de una cul-
en el comportamiento social, sin embargo, en el tura. El manejo de categorías tempo- espaciales
proceso del desarrollo social es aun difícil defi- (Lumbreras, 1981), como la recurrencia y su
nir cual es el factor de cambio más importante. manifestación corológica resultan fundamenta-
Una posición más intermedia, de compleja in- les para definir la existencia y ubicación de una
teracción entre varios factores, explicaría como cultura.
todos ellos se dependen a si mismos de manera Con todo, este concepto de cultura tiene
constante. Quizás los procesos de innovación sus limitaciones para la interpretación social
y difusión también pueden conjugarse de una pues únicamente se basa en los elementos ma-
manera dialéctica, donde ambos factores inte- teriales susceptibles de ser identificados. Como
ractúan de manera permanente. Esta discusión fácilmente podemos percibir, este tratamiento
está implícita en las frecuentes interrogantes del concepto de cultura en la arqueología nos
que nos hacemos permanentemente desde la lleva a su vez al uso del término de cultura ma-
arqueología al tratar de definir el por qué cam- terial. Así, el concepto de cultura arqueológica
bian las sociedades que son materia de estudio deviene por sus propios orígenes, en un criterio
y cuales son los mecanismos específicos que in- puramente clasificatorio y por lo tanto segrega-
tervienen en estos cambios. cionista o aislacionista. En la realidad histórico-
Para los arqueólogos, el concepto de cultura social, este tipo de segregaciones de culturas es
está íntimamente ligado con la evidencia mate- prácticamente imposible pues todas las socieda-
rial que determinada sociedad ha dejado en un des humanas que comparten espacios próximos
espacio y un tiempo limitado; en consecuencia interactúan siempre de alguna manera entre si,
el término de cultura implica muchas veces una además está el hecho de que muchas veces com-
correspondencia directa con el concepto de so- parten antecedentes históricos y culturales co-
ciedad; por ello algunos prefieren hablar direc- munes. Los aislamientos de materiales arqueoló-
tamente de organización social o sociedad como gicos en base a su pertenencia “cultural” deben
el equivalente al de cultura. Definitivamente ser entendidos, en estrictu sensu, solo como par-
los elementos materiales solo son una parte de te de los procesos clasificatorios arqueológicos
la sociedad y gracias al empleo adicional de con- que deben llevar necesariamente a posteriores
ceptos como contexto, asociación y recurrencia interpretaciones y mayor acercamiento hacia la
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tivos deben en cambio mostrar cierta uniformi- limítrofes al entorno de esta región base, como
dad conceptual e iconográfica correspondiente los valles medios, en especial la región llamada
con el criterio de unidad estilística. Sin embar- chaupiyunga y el valle bajo del Chilca, parecen
go, en algunos casos la situación puede ser algo corresponder al resultado de influencias cultu-
diferente, pues la presencia de algunos tipos ce- rales y religiosas de la sociedad Ychsma espe-
rámicos en determinadas zonas geográficas con cialmente ocurridas durante el periodo incaico.
marcadas diferencias iconográficas puede indi-
car la coexistencia al interior de una sociedad Estilo y talleres cerámicos
de diferentes subgrupos étnicos o culturales. Kroeber (1969) en un ensayo sobre el con-
cepto de estilo apuntaba a entender a este bajo
El territorio Ychsma el dominio de la forma. Para Kroeber, la forma y
La necesidad de definir el territorio ychs- específicamente la integración de las formas en
ma y sus áreas periféricas pasa necesariamente modelos o grupos relacionados hace posible la
por la definición de los rasgos culturales ychs- identificación coherente de un estilo. Es lo que
ma, especialmente en su expresión material o hoy entenderíamos como un conjunto de ele-
en su sentido arqueológico. Aunque las fuentes mentos de diseño y expresión basados y/o suje-
etnohistóricas pueden enriquecer esta visión tos a un formato común, que en realidad serían
del espacio ychsma, es claro que se requiere una formatos comunes cuando descomponemos las
definición objetiva del territorio aplicando un partes integrantes de un estilo. Tanto el concep-
metodología arqueológica. to de estilo como el mucho mayor concepto de
También es necesario aclarar el aspecto in- cultura, tienen dificultades para una definición
terno de la región ychsma, en el supuesto de que técnica, lo cual hace que la arqueología no al-
convivan varios grupos étnicos y que estos se cance todavía los rangos de precisión científi-
expresen en diferencias cerámicas o si estas di- ca que se requiere para la interpretación de los
ferencias correspondan a otras variables sociales múltiples elementos y contextos arqueológicos
o culturales. a partir de estos conceptos. Esta dificultad me-
Las descripciones coloniales para la región todológica ha hecho que muchos investigadores
se refieren exclusivamente a la organización abandonen la aplicación de las categorías de
existente durante el periodo Inca, quedando cultura o de estilo para el análisis de una so-
apenas indicado o mencionado algunos ele- ciedad, por estar ambas impregnadas de fuerte
mentos muy sueltos sobre la organización social tendencia subjetivista en su definición.
anterior a los incas (Albornoz 1967; Santillán En arqueología, el concepto de estilo, apli-
1968 [1563]), correspondiente con el periodo cado a la cerámica, debe tener presente de ma-
arqueológico Intermedio Tardío y que venimos nera integrada los elementos tecnológicos, mor-
llamando también como periodo Ychsma. Dado fológicos y decorativos que implica cada pieza
que varios de los trabajos posteriores publicados cerámica. Si bien en el intrincado proceso de
por Rostworowski (1972, 1978) que utilizan do- definición de un estilo cerámico, se hace mu-
cumentos coloniales de archivo, apuntan a una chas veces prevalecer determinado elemento
suerte de unidad étnica y política entre los va- para el ordenamiento taxonómico, este debe ser
lles bajos de Lurín y del Rímac, parece muy pro- entendido como un paso temporal en la defini-
bable que esta región sea efectivamente el área ción de todo el corpus cerámico de un deter-
nuclear de la sociedad o cultura Ychsma (Cor- minado estilo. Los procedimientos de clasifica-
nejo 2000; Díaz y Vallejo 2003b). Otras áreas ción estilística, por eso, en sus fases iniciales, no
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Figura 5. La Huaca San Miguel en una antigua fotografía aérea de finales de la década de 1920 (Johnson, 1930). La
arquitectura ychsma medio, típica del valle bajo del Rímac, incluía importantes estructuras de gran volumen elabora-
das con la técnica de tapiales y rellenos sucesivos divididos en varias fases constructivas, tal como se presentaba en los
sitios de Armatambo, Mateo Salado, Santa Catalina, Macactampu, Huaca Tres Palos, entre otros. Todos estos sitios
representaban durante el ychsma medio las sedes principales de los curacazgos existentes en aquella época.
deberían usar libremente el término de “estilo” teno, 2004; Vallejo, 2004, 2005). Varios son en
para designar apenas a algunos rasgos tecnoló- efecto los elementos involucrados, pero se ha
gicos o a determinados tipos cerámicos que solo puesto mayor énfasis en los aspectos secuencia-
son parte de todo un grupo mayor. El estilo es les de la cerámica tardía, así como en su per-
un todo, un conjunto, es la sumatoria de diver- tenencia estilística. Definitivamente, cuando
sos rasgos formalizados y comunes tanto a nivel enfocamos el estudio hacia el problema del es-
tecnológico como especialmente a nivel morfo- tilo en la cerámica tardía, nos encontramos con
lógico y decorativo. rangos de variabilidad en la misma que hacen
Desde hace algunos años se han inten- difícil establecer grupos homogéneos, estilísti-
sificando los estudios arqueológicos sobre la camente hablando, que compartan de manera
cerámica tardía en la costa central en el caso similar o equivalente, elementos productivos,
específico de Ychsma, tanto en su posición cro- morfológicos y de diseño.
nológica específica como en sus características Aun contándose con algunas informaciones
formales (Bazán, 1990; Eeckhout & Feltham, etnohistóricas, y tomando muchas veces, como
2004; Guerrero, 2004; Makowski & Vega-Cen- premisa la posición geográfica de los grupos ce-
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fundamentales en la sociedad o
solo expresar cambios graduales
en un estilo, que por necesidad
metodológica nos encontra-
mos obligados a descomponer
y clasificar en grupos indepen-
dientes. La plasmación de una
“secuencia” perfecta en ese
sentido es muy difícil y muchas
veces las secuencias cerámicas
combinan ambos elementos de
aproximación a la realidad.
Para el caso de la sociedad
rámicos, estos resultan difíciles deben corresponder con cam- ychsma, el criterio de segre-
de clasificar por los ya señalados bios estructurales, económicos gación o de subdivisión por
problemas de variabilidad que o sociales en una determinada periodos y fases intenta de he-
se dan al interior de un valle e sociedad. Si bien es cierto que cho aplicar ambos conceptos.
incluso en áreas más restringi- muchos periodos arqueológicos De esta manera, los periodos
das del mismo valle. La varia- o modificaciones importantes Temprano, Medio y Tardío en
bilidad de la cerámica tardía en en una sociedad coinciden con el estilo ychsma hemos trata-
la costa central, es un elemento cambios en los patrones cultu- do de hacerlos coincidir con
que debe ser asumido como in- rales o estilísticos, hay que te- periodos de grandes cambios
herente a la misma, aun cuan- ner también en cuenta que los en la sociedad ychsma. La
do esta conforme grupos estilís- patrones culturales o estilísti- subdivisión adicional en fases,
ticos mucho más amplios. cos están sujetos a modificacio- sin excluir también su posible
nes graduales en determinados correspondencia con cambios
Los cambios en la sociedad aspectos que progresivamente importantes en la sociedad, se
Ychsma y la secuencia cerámi- afectan a todo el conjunto. basa mayormente en cambios
ca De alguna manera, la apli- puntuales en los patrones es-
Conceptualmente hablan- cación de una metodología de tilísticos expresados exclusiva-
do, lo cambios en los patrones segregación estilística por fases, mente en la cerámica.
estilísticos no necesariamente puede coincidir con cambios Al definir y analizar las
fases cerámicas ychsma, nota-
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Figura 7. Foto aérea de la ciudad santuario de Pachacamac en el valle bajo de Lurín (SAN 1943). Pachacmac
representa un caso extraordinario de continuidad ocupacional y constructiva en una misma urbe por varios perio-
dos cronológicos. Sin embargo, su desarrollo más importante quizás fue durante la época ychsma tardío donde se
construyen numerosos edificios conocidos como Pirámides con Rampa que se añaden a la antigua trama urbana del
sitio. El prestigio alcanzado por Pachacmac durante este periodo fue uno de los principales motivos por el cual el
estado incaico propició un culto panandino a Pachacamac y grandes peregrinajes hacia el lugar.
mos cambios importantes que de hecho deben tales en la situación social o económica, pues
involucrar a todo el conjunto de la sociedad. no solamente se abandona durante este pe-
Por ejemplo, la pérdida de policromía en la riodo de cambio la policromía cerámica sino
cerámica, caracterizada en el periodo Ychsma que adicionalmente muchas técnicas cerámi-
Temprano visible en el cambio de la fase A a cas son también olvidadas o entran en franco
la B, debe coincidir con cambios fundamen- desuso.
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Figura 8. Foto aérea del sitio de Armatambo (SAN 1943). Armatambo fue la sede del curacazgo de Sulco, uno de
los más importantes de la sociedad ychsma. La organización de estos curacazgos estaba basada generalmente en
una ciudad élite, desde la cual se dominaba y regía un determinado espacio geográfico circundante y a la población
que en él habitaba.
Figura 9. El conjunto arquitectónico denominado Huaca Marcavilca en Armatambo (Detalle de la foto aérea SAN
1943). Obsérvese el amurallamiento de sus contornos y la presencia de Pirámides con Rampa en su interior.
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¿Cuál pudo ser la causa de este cambio cuentra su mayor difusión en la fase Ychsma
tan radical? Es difícil saberlo por la escasez de Tardío A, coincidiendo quizás con un mayor
asociaciones específicas con este periodo, pero dinamismo que la sociedad ychsma presenta en
algunos indicios parecieran indicar una aisla- aquel periodo (Vallejo, 2005).
miento de la región ychsma con respecto a las Si analizamos el material cerámico presente
aledañas, quizás producto de cambios sociales al en cada una de ellas asociado con su uso (Fran-
interior de la propia estructura política ychsma co 1998, 2004; Eekhout 1995, 1999; Espejo,
al desagregarse en pequeños curacazgos, pre- 2006; Feltham & Eekhout, 2004) resulta evi-
siones étnicas de grupos del entorno, o lo que dente que la mayoría de las PCR corresponden
parece también probable, una suerte de deserti- cronológicamente con las fases más tardías de la
ficación del medio, motivado por una escasez de secuencia ychsma.
lluvias en la sierra en un periodo relativamente
prolongado, seguido de un periodo de grandes Los Talleres Cerámicos
precipitaciones. Cualquiera de estos factores o Sin duda los elementos de variabilidad en
la combinación de algunos de ellos, pueden ha- la cerámica reflejan un comportamiento social
ber motivado los cambios radicales observados que puede ser de alguna manera explicado y
en la cerámica, los cuales se reproducen de al- que necesariamente pasa por entender el pro-
guna manera en el patrón de ocupación de los ceso productivo mismo de la cerámica, especial-
valles bajos, mucho más disperso e intensivo mente en lo concerniente a los llamados talleres
que los periodos precedentes; pues aunque exis- cerámicos. Estos talleres, es decir, los puntos es-
tan pocos reportes para esta fase, varios de los pecíficos de producción de la cerámica, pueden
sitios ychsma parecieran originarse o crecer en ser agrupados de dos maneras: El primer tipo
este periodo, como el de Macattampu o Arma- cuando se trata de talleres muy especializados
tambo por ejemplo (Vallejo, 2005). con posibilidades de elementos técnico-produc-
La época Ychsma Tardío se diferencia noto- tivos diversos, pero de rasgos morfológicos y de-
riamente de las anteriores por su gran dinamis- corativos comunes; y el segundo tipo, cuando se
mo. Es especialmente el periodo de gran com- trata de talleres no especializados, con elemen-
plejización que experimentan las sociedades del tos técnico-productivos muy limitados, pero con
Intermedio Tardío a nivel general. Los cambios muchas variantes morfológicas y decorativas.
visibles a nivel cerámico, son correspondientes En cierta manera resulta una paradoja de
con cambios importantes en otros órdenes de que a mayor especialización del taller cerámico,
la actividad económica, social y cultural de la cuando las posibilidades productivas de la ce-
sociedad ychsma. La iconografía ciertamente se rámica son mucho más amplias intercalándose
vuelve más compleja y variada que en el periodo diversas técnicas de modelado o moldeado, con
Medio. Pero es quizás en la arquitectura y en el el uso técnicas de cocción diferentes y con un
patrón urbano donde se notan las modificacio- acceso a mayores y mejores materiales utilizados
nes más importantes. Se pudiera hablar incluso en la decoración como los diferentes tipos de
en cambios estructurales en la sociedad ychsma pigmentos, la morfología de las piezas cerámi-
pues las resultantes arquitectónicas, iconográ- cas, sin embargo, obedece por lo general a un
ficas y de complejización de muchos contextos patrón muy estricto, con elementos decorativos
funerarios o rituales así lo parecieran demostrar. igualmente comunes e incluso con diseños com-
Por ejemplo, el modelo arquitectónico de plejos pero repetitivos. Las variantes apreciables
las Pirámides con Rampa en Pachacamac, en- en este tipo de talleres se dan preferentemente
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por motivaciones artísticas siendo el resultado siendo especialmente notorios en los valles bajos del
morfológico y decorativo de piezas muchas ve- Chillón, Rímac y Lurín. Quizás por ello, muchos ar-
ces de características atípicas. queólogos tienden en sus trabajos de investigación
Por otro lado, esta paradoja también se da a clasificar los grupos cerámicos en una serie “esti-
en el segundo tipo de talleres cerámicos no es- los” o “subestilos”, que hacen mucho más confuso y
pecializados, pues si bien las posibilidades pro- de difícil interpretación el cuadro social y étnico
ductivas y técnicas son mayormente limitadas de esta región durante este periodo.
e incluso con poco acceso a materiales tanto de Un ejemplo claro de investigación aplica-
composición de la pasta como de decoración; en da a los talleres especializados del primer tipo,
lo que a morfología y patrones de diseño respec- son los talleres chimú del Intermedio Tardío,
ta, estos talleres reflejan sin embargo muchas donde las posibilidades de clasificación para los
variantes, no tanto por la capacidad artística de arqueólogos son mucho mayores, pues en reali-
estos mismos talleres, sino por lo aleatorio del dad son pocas y casi siempre las mismas formas
proceso de manufactura y decoración. cerámicas que funcionan como parte integrante
Efectivamente, en el segundo tipo de talle- de este estilo. Mucho de esta gran homogenei-
res cerámicos, el proceso productivo de la cerá- dad morfológica obedece precisamente al carác-
mica involucra a un gran conjunto de talleres ter especializado de estos talleres cerámicos que
que funcionan en paralelo. Más que mostrarse utilizan moldes en la manufactura de las vasijas,
un patrón centralizado de los talleres cerámi- así como un proceso de producción seriada que
cos o restringido a pocos talleres especializados en cierta manera estandariza la morfología y la
como se da en el caso del primer tipo, en el decoración aplicada.
segundo tipo el patrón es bastante disperso lle- Otro caso resaltante de talleres cerámicos
gándose incluso hasta unidades familiares inde- especializados es con respecto a la cerámica inca
pendientes. Dicho de otra manera, los talleres de estilo cuzqueño, pues esta apenas llega tener
cerámicos no especializados, funcionan al in- alrededor de catorce formas básicas que confor-
terior de muchos asentamientos, utilizando los man todo su corpus cerámico (Meyers, 1975)
materiales disponibles en la proximidad de los y en donde incluso la decoración aplicada, aun
mismos, solucionando los problemas producti- siendo de gran complejidad y refinamiento, es
vos de la cerámica de manera particular; y aun- casi siempre similar con muy pocas variantes
que pertenezcan estilísticamente hablando a un conceptuales y de diseño.
grupo mayor, en lo estrictamente local o propio Por el contrario, en el caso del estilo Ychs-
de cada taller y artesano, se aplica elementos ma, la morfología de las vasijas y la decoración
morfológicos y decorativos que evidencian gran aplicada es tan variable que resulta muy difícil
variabilidad cuando se compara la producción establecer un corpus completo de la cerámica
de los distintos talleres existentes4. ychsma. El carácter mismo, de unidad estilística
Este segundo tipo de talleres cerámicos, fue de este grupo social o étnico, resulta difícil de
por lo común, los que mayormente funcionaron mostrar o evidenciarse claramente en un área
durante el Intermedio Tardío en la costa central, determinada; es más, incluso las variantes son
4 Los trabajos etnográficos sobre la producción cerámica efectuados en regiones como Ancash (Druc, 2005)
y el Mantaro (Hagstrum, 1989) apuntan a identificar talleres que involucran en algunos casos a gran parte de la
comunidad pero que en la práctica se desarrollan como una forma de producción basada en las unidades familiares.
Estas comunidades y por ende estos talleres invariablemente se ubican en las cercanías de los lugares de obtención
de la materia prima
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Figura 10. El montículo conocido como Huaca Cruz de Armatambo (Armatambo, detalle foto aérea SAN
1943). Este montículo pertenece a la época ychsma medio y probablemente su función se relacionó con activi-
dades religiosas. La técnica constructiva es típica de esta época, es decir, grandes bloques de tapia con rellenos
internos que se suceden en varias fases del edificio.
aun mayores cuando se trata de comparar la pro- de cohesión y control de un estado con respecto
ducción cerámica entre distintas áreas geográficas a la homogeneidad del corpus cerámico que se
más distantes, como el caso de un valle con otro. utiliza en dicha sociedad, aunque la tendencia
Varias explicaciones pueden darse a este entre muchos investigadores es que ambos con-
cuadro de fragmentación y de localismos esti- ceptos son directamente correspondientes.
lísticos en el corpus cerámico ychsma, espe- Siempre serían necesarias mayores investi-
cialmente si aplicamos el criterio de estructura gaciones al respecto que involucren en el aná-
social. Como hemos visto, en los ejemplos de lisis no solo las variables cerámicas, sino otros
talleres especializados, tanto los chimú como los elementos que asimismo conforman la base
incas tuvieron unidades sociales fuertes con es- productiva, de organización y de costumbres
tados cohesionados y jerárquicamente muy cen- de determinada sociedad. Por el momento, los
tralizados. Sin embargo, es difícil de precisar si más objetivos indicadores de variabilidad en la
existe una estrecha relación entre la capacidad morfología y decoración cerámica estriban en la
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