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fTema No.

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LA CAUSA
1. CONCEPTO.- El tema de la causa es apasionante y enigmático. Todo lo que es, tiene
su razón de ser y no conocemos plenamente algo, mientras nos encontramos una
respuesta al por qué de ese algo que lo explica en el orden real o en el lógico.
No obstante de que el art. 452 señala como elemento de formación y validez del
contrato a la causa, no dice qué debe entenderse por causa del contrato.
Para comprender su verdadero concepto y aún su importancia jurídica, hemos de
analizar el tema desde tres puntos de vista: como causa eficiente, como causa final y
como causa emocional o impulsiva.
a) CAUSA EFICIENTE.- Se considera como causa eficiente al acto que da lugar al
nacimiento de la obligación. Como se puede apreciar, en esta acepción se confunde a
la causa con la fuente de las obligaciones que, como sabemos, son: la ley, el contrato,
el cuasi contrato, el delito y el cuasi delito. El Derecho romanista sustentó la tesis de la
causa eficiente que al presente se ha descartado totalmente.
b) CAUSA FINAL.- En esta acepción es el fin abstracto, inmediato, rigurosamente
idéntico en todos los actos jurídicos correspondientes a una misma categoría. Al ser
estimada la causa como el fin que persigue el autor de un acto, pareceria tener una
tonalidad psicológica y subjetiva.
Pero en definitiva, al concebírselo como siempre idéntico para cada categoria de acto,
se lo objetiva, despersonalizándolo, ya que en cada categoria será siempre igual,
cualquiera que sea la persona de los contratantes. La causa contractual se encuentra
en el fin inmediato, en el resultado que un contratante persigue a través del acto
jurídico. La causa final sirvió de base a la teoria clásica del causalismo.
c) CAUSA EMOCIONAL O IMPULSIVA.- La causa emocional o impulsiva, en cambio, es
el fin concreto, de interés general o de interés privado, que las partes se esfuerzan en
alcanzar. Consiste en el motivo que tienen en cuenta las partes para contratar. No
analiza el hecho en sí con abstracción de la persona, sino que abarca el campo
psicológico del contratante para establecer el móvil personal que lo llevó al contrato.
CONCEPTO DOCTRINAL- Entendemos por causa la razón o motivo determinante del
contrato. Aparece entonces la causa del contrato como subjetiva, concreta y variable
en cada negocio jurídico, aún en los de la misma especie. Subjetiva, porque se vincula
con la finalidad que guía a los contratantes. Concreta, porque atiende a cada negocio
en particular.
Variable. - porque tratándose de apreciar el móvil que ha impulsado a las partes será
distinta en cada contrato.
La causa no es un elemento técnico sino volitivo; en la compra venta, por ejemplo, la
causa por la que el comprador ha llegado a adquirir un inmueble puede ser para vivir
en él, para alquilarlo, para venderlo posteriormente, etc.
La causa no constituye para nosotros una mera elucubración doctrinaria sino un
elemento apto como el que más para la moralización del contrato.
2. TEORÍA DEL CAUSALISMO.-La teoría causalista se funda en la acepción de la causa
final, o sea como el fin directo e inmediato por el que uno se obliga. Se atribuye la
patemidad de esta teoría a Domat y Photier
cuyos estudios jurídicos sirvieron en este punto de base para la redacción del Código
Napoleón. Esta teoria sostiene que toda obligación nacida de contrato tiene un para
qué, una razón de ser, ese para que es lo que se denomina causa.
El causalismo sostiene que toda persona se obliga para alcanzar una finalidad juridica,
la misma que es abstracta e idéntica en cada categoria de los contratos, esto es la
causa fin o final.

Aplicando estos principios a las distintas categorías de contrato, se obtiene el siguiente


cuadro:

En los contratos bilaterales la causa de la obligación contraida por una de las partes es
la obligación contraida por la otra. La causa se halla en la interdependencia o
reciprocidad de las obligaciones a cargo de una y otra parte.
En la venta, por qué el vendedor se obliga a entregar la cosa?, cuál es la causa o
finalidad juridica que con ello persigue? No puede ser otra que la de adquirir la
propiedad de la cosa.

En los contratos reales la causa radica en la prestación antes cumplida por la otra, o
sea, la prestación que se anticipa y deja fundado el derecho de exigir otra prestación
en correspondencia a la primera. Por qué el depositario, el prendario o el comodatario
están obligados a devolver la cosa? porque la recibieron.

En los contratos gratuitos el compromiso de quien da tiene su fundamento en algún


motivo razonable y justo, como un servicio prestado u otro mérito del donatario o el
solo placer de hacer el bien. En esta categoría de contratos la causa de la obligación
radica en el sentimiento de beneficencia o liberalidad, llamado ánimus donandi. En las
donaciones la causa es la intención de hacer una liberalidad, circunstancia que la
justifica plenamente.

TEORÍA DEL ANTICAUSALISMO.- Ernst y Laurent, al fundar la teoría del anticausalismo


sostienen que nadie hasta esa oportunidad había considerado que el Código Napoleón
señaló como requisitos para la validez del contrato el consentimiento, la capacidad y el
objeto, añadiendo la causa como simple elemento abstracto; de este modo, los tres
primeros resultan necesarios mientras que al cuarto se le restó tal importancia que
inclusive el legislador no se había tomado la molestia de definirla. La causa en si se
confunde con el consentimiento o el objeto.

Para refutar la teoría causalista, el anticausalismo se vale del mismo esquema de los
contratos bilaterales, reales y gratuitos:
En los contratos bilaterales donde dos personas se obligan mutuamente una en favor
de otra, por ejemplo un comprador y un vendedor, podrá decirse que la obligación de
una es la causa de la obligación de la otra? No, existe para esto una imposibilidad
lógica: como ambas obligaciones derivan de un misu. contrato, nacen al mismo
tiempo, son dos hermanas gemelas. Es imposible que cada una de ellas sea causa de la
otra, pues el efecto y su causa no pueden ser exactamente contemporáneos. Causa
significa anterioridad. En los contratos reales, dicen los causalistas, que la obligación
del depositario, del prendario o del mutuario tiene por causa la prestación que ha
recibido, pero no se adviertel que lo que aqui se llama causa de la obligación no es sino
el hecho generador de la misma. En realidad se viene a confundir la causa con el
objeto.

Y en los contratos gratuitos, por ficción se trata de obtener la causa en la intención


liberal cuando ésta va comprendida en el consentimiento; el ánimus donandi es la
manifestación de la voluntad específica en este tipo de contrato.

En resumen, para el anticausalisino la causa resulta ser un elemento inútil ya que su


contenido, que la ley artificialmente le ha dado, puede explicarse perfectamente a
través del objeto o del consentimiento.

TEORIA DEL NEOCAUSALISMO.- Puede afirmarse, sin temor a errar, que aún cuando
algunas de las críticas formuladas a la concepción tradicional carecieran de razón
suficiente, se debe al anticausalismo el haber despertado a la consideración de los
juristas el tema de la causa que aparecía como una "vieja cuestión" pacificamente
admitida por unos y repudiada por otros.

En Francia, algunos autores como Henry Capitant y Louis Josserand han reaccionado
contra el anticausalismo proponiendo una nueva doctrina sobre la causa que se ha
denominado el neocausalismo. Sostiene esta teoria que el fin es parte de la
manifestación de la voluntad, ya que nadie consentiria en obligarse si supiera que no
ha de alcanzar lo que se propone. Luego, el acto de la voluntad se compone de dos
elementos: el consentimiento o promesa de obligarse y el fin que se espera lograr de la
promesa. La obligación no es sino un medio para llegar a un fin. No se puede separar a
estos elementos, porque sería cercenar el acto de la volición.

LA CAUSA SEGÚN LA JURISPRUDENCIA FRANCESCA.- La modema jurisprudencia


francesa participa de manera constante y uniforme de la acepción de la causa
emocional o impulsiva a la que llama, con más propiedad motivo psicológico.

Al analizar el motivo personal que se persigue con el contrato, la jurisprudencia


francesa pretende resguardar la licitud de los actos jurídicos. Sostiene que la causa es
un elemento formativo importante porque a través de ella es posible encontrar el
motivo licito o ilicito del acto jurídico. Pero como esta búsqueda del motivo psicológico
podria prestarse a cierta elasticidad, se ha establecido una serie de reglas y así en los
contratos gratuitos basta considerar los móviles del otorgante ya que el beneficiario
tiene un papel pasivo de simple aceptación.
En los contratos bilaterales, en los que existe reciprocidad de prestaciones, cabe
examinar la voluntad de ambas partes. Para que se anule un contrato la causa ilicita
debe ser conocida por la otra parte.
En la jurisprudencia francesa, el jurista Oudot, para distinguir la esencialidad de la
causa, distinta al objeto y al consentimiento, base tres interrogaciones:

Ha querido el contratante?, el consentimiento


Qué ha querido?, el objeto
Por qué ha querido?, la causa

De este modo, cada elemento-consentimiento, objeto y causa- responde a un


orden diferente de preocupaciones.

3. REQUISITOS DE LA CAUSA.- Aún cuando el ordenamiento legal no establece


ninguna disposición imperativa sobre el particular, la doctrina sostiene que la causa
debe reunir tres requisitos: existencia, veracidad y licitud.

a) QUE EXISTA.- Cuando el contrato no tiene causa se toma al acto como inexistente.
No es necesario que la causa esté expresada en la contratación porque se supone que
todo acto jurídico posee causa lícita, pero esta circunstancia se acomoda al principio
de la existencia que viabiliza la legalidad del acto. La inexistencia de causa motiva
nulidad del contrato.

b) QUE SEA VERDADERA.- La causa es verdadera cuando no es falsa en cuyo caso el


acto es inexistente y nace la nulidad del contrato. Por ejemplo, el viajero que reserva
una habitación en un hotel por una temporada de reposo, y advierte que su descanso
se ve perturbado por el ruido del ferrocarril, tiene derecho a anular el contrato.

c) QUE SEA LÍCITA.- De acuerdo al art. 489, la causa es lícita cuando no es contraria al
orden público o a las buenas costumbres o cuando el contrato no es un medio para
eludir la aplicación de una norma imperativa.

4. CONTRATOS CAUSADOS E INCAUSADOS.- Se dice que un contrato es causado


cuando en el documento se expresa la causa de la obligación; por ejemplo, debo a
Juan Bs. 2.000 como saldo del precio de la mesa que le he comprado, obligándome a
cancelar el 24 de agosto próximo. En cambio el contrato incausado es el que no
menciona la causa de la obligación; por ejemplo, debo a Juan Bs.2.000 que le cancelaré
el 24 de agosto próximo. El contrato incausado se denomina también contrato
abstracto,

Si la causa existe, es verdadera y lícita, no es imprescindible mencionar el motivo de la


obligación. El contrato abstracto es válido porque existe la presunción legal de poseer
causa lícita.
PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES INCAUSADAS.- La prueba sobre la licitud o ilicitud de
la causa en las obligaciones abstracta se presenta de modo diferente cuando se trata
del acreedor que cuando se trata del deudor.
El tenedor de un documento, por ejemplo un pagaré, no necesita probar la causa de su
acreencia porque por regla general se estima que el contrato abstracto posee causa
licita. En cambio, el deudor puede destruir la eficacia del documento probando que la
causa de la obligación es falsa o ilicita. Como se trata de un verdadero hecho jurídico,
se admite toda clase de pruebas, inclusive la de indicios.

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