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comienza con un grupo de niños que juegan en la playa de un pequeño pueblo de

pescadores. En las olas, aparece un bulto "oscuro y furtivo" que se va acercando.


Resulta ser un ahogado, cubierto de alga marina, piedras y criaturas marinas
muertas. Los hombres van a los pueblos vecinos para averiguar si el muerto
proviene de uno de ellos, mientras que las mujeres limpian el cuerpo y lo preparan
para el funeral.
Antes de seguir, hay algunas cosas que debes saber acerca de este pequeño
pueblo de pescadores. Es un pueblo costero, al lado de un acantilado, un "cabo
desértico" "sin flores", con tan poco terreno que sus habitantes se ven obligados a
arrojar a al mar sus muertos por los acantilados, en lugar de enterrarlos. Los
habitantes son un grupo de gente simple que cree en los mitos tan fervientemente
como en las cosas que ven con sus propios ojos. Es un pueblo tan pequeño que
todos los hombres juntos caben en siete botes, y hay solo unas veinte casas entre
ellos.

Ahora, volvamos al cuento. Mientras las mujeres trabajan con el cuerpo del
ahogado, ellas pronto se dan cuenta de que él es el hombre más grande, de
apariencia más fuerte, más viril y más hermoso que habían visto en toda su vida, o
que podían imaginar. Llegan a la conclusión de que es un hombre llamado
Esteban y, cuando los hombres vuelven con la noticia de que nadie de los pueblos
vecinos lo puede reclamar como suyo, las mujeres lloran de alegría al inferir que
ahora él "les pertenece".

Los hombres no entienden por qué tanto escándalo hasta que las mujeres les
muestran el rostro del ahogado. En ese momento, ellos también quedan
anonadados al ver su belleza, masculinidad y tamaño. En tanto admiran al
ahogado, creen que, en vida, él debe de haberse sentido avergonzado de su
tamaño e incómodo a raíz de eso.
Juntos, los habitantes del pueblo preparan un funeral espléndido para el ahogado.
Cuando finalmente dejan caer su cuerpo por el acantilado y lo devuelven a las olas
que lo trajeron, todos saben que sus vidas han cambiado para siempre. Saben
que van a edificar sus casas más fuertes y grandes para que puedan ser bastante
grandes para un hombre como Esteban. Van a pintar sus paredes de colores más
vivos y van a plantar flores para que algún día, cuando los barcos pasen por su
pueblo, lo vean tan brillante, hermoso y fragante que digan, "ese es el pueblo de
Esteban".

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