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Proyecto de Investigación:
Curso:
Edafología y Agroecología
Asesora:
Ing. Ivone Vásquez Briones
Autores:
El manejo de la fertilidad del suelo es una actividad vital para tenerlo productivo y es
básico para la producción de diferentes cultivos.
Todos los nutrientes son primordiales como los macro y micro nutriente, pero es muy
común encontrar que los agricultores inciden más en los macronutrientes, restándole
importancia a los micronutrientes, que redunda el bajo rendimiento el cultivo.
En el mundo el cultivo de lechuga (Lactuca sativa L.) es una de las hortalizas muy
importantes en el grupo de las olerizas de hoja que se consumen crudas en ensaladas,
debido a su bajo costo, además de su gran contenido en minerales y vitaminas y bajo en
calorías.
En este cultivo se deben emplear buenas prácticas de campo para obtener productos en
cantidad y de buena calidad. Sin embargo una de las limitantes para el desarrollo de la
horticultura en esta zona de la región San Martín son los problemas nutricionales de
suelos, y las enfermedades causadas por hongos.
Cabe mencionar que la tendencia de la agricultura está orientada a la producción
ecológica y orgánica. Ya que la aplicación de productos químicos causa efectos negativos
sobre la salud humana, sobre los microorganismos del suelo alternado incluso la dinámica
de los nutrientes del mismo.
2. Objetivos
2.1.Objetivo general
2.2.Objetivos específicos
3. Revisión Bibliográfica
El hombre ha aplicado toda clase de materias orgánicas a los suelos cultivados. Durante
150 años los fisiólogos mantuvieron la teoría húmica, que consideraba que las plantas se
nutrían directamente del humus del suelo y la presencia de este material marcaba su
fertilidad (Navarro et al., 1995). Sin embargo, la revolución agrícola promovida en el siglo
XIX por Justus von Liebig (1843) demostró que las plantas precisan de agua y sustancias
inorgánicas para su nutrición y puso en duda que el humus fuera el principio nutritivo de
las plantas. Además, fomentó el desarrollo de los fertilizantes inorgánicos, que son de 20 a
100 veces más concentrados en elementos básicos como N, P, K, que los abonos
orgánicos (Arens, 1983), lo que supuso un indudable efecto positivo en la agricultura,
aumentando los rendimientos y provocando el abandono de muchas técnicas antiguas de
cultivo, una de las cuales fue el uso de residuos orgánicos como abono de los cultivos
(Navarro et al., 1995).
Según Mustin (1987), la materia orgánica representa del 95 al 99% del total del peso seco
de los seres vivos, pero su presencia en los suelos suele ser escasa y son contadas las
excepciones en las que supera el 2% (Navarro et al., 1995). Para Gros y Domínguez
(1992), el nivel deseable de materia orgánica en los suelos arcillosos medios es del 2%,
perdiendo descender a 1,65% en suelos pesados y llegar a un 2,5% en los arenosos.
La materia orgánica del suelo contiene cerca del 5% de N total, pero también contiene
otros elementos esenciales para las plantas, tales como fósforo, magnesio, calcio, azufre y
micronutrientes (Anónimo, 1988; Graetz, 1997). Durante la evolución de la materia
orgánica en el suelo se distinguen dos fases: la humidificación y la mineralización (Gros y
Domínguez, 1992). La humidificación es una fase bastante rápida, durante la cual los
microorganismos del suelo actúan sobre la materia orgánica desde el momento en que se
la entierra.
Primero se forma el humus joven, de evolución rápida, que a su vez da paso al humus
estable. Ambos productos forman la llamada materia orgánica total del suelo. Al humus
joven también se le llama “lábil” o “libre”, porque todavía no está fijado o ligado a las
partículas del suelo, sino simplemente mezclado con ellas, tiene una relación C/N superior
a 15, es sede de una intensa actividad microbiana y se le puede considerar como un
elemento fundamental de la fertilidad del suelo. En promedio se estima que es el 20-25%
del humus total y tiene una acción inmediata más importante, desde el punto de vista de la
mejora de la estructura y de la actividad microbiana del suelo. El humus estable o
Los autores denominan indistintamente materia orgánica (Navarro et al., 1995) o humus
(Gros y Domínguez, 1992) a la parte orgánica que cumple un papel esencial en el suelo.
No existe una definición de humus con la que todos los especialistas estén de acuerdo;
pero, en general, el término humus designa a las “sustancias orgánicas variadas, de color
pardo y negruzco, que resultan de la descomposición de materias orgánicas de origen
exclusivamente vegetal”. Contiene aproximadamente un 5% de nitrógeno, por lo que su
valor en el suelo se puede calcular multiplicando por 20 su contenido en nitrógeno total
(Gros y Domínguez, 1992).
El humus tiene efecto sobre las propiedades físicas del suelo, formando agregados y
dando estabilidad estructural, uniéndose a las arcillas y formando el complejo de cambio,
favoreciendo la penetración del agua y su retención, disminuyendo la erosión y
favoreciendo el intercambio gaseoso. Cuando se refiere al efecto sobre las propiedades
químicas del suelo, los autores mencionan que aumenta la capacidad de cambio del
suelo, la reserva de nutrientes para la vida vegetal y la capacidad tampón del suelo
favorece la acción de los abonos minerales y facilita su absorción a través de la
membrana celular de las raicillas. Y en cuanto a su efecto sobre las propiedades
biológicas, favorece los procesos de mineralización, el desarrollo de la cubierta vegetal,
sirve de alimento a una multitud de microorganismos y estimula el crecimiento de la planta
en un sistema ecológico equilibrado. Estos efectos de la materia orgánica también han
sido sugeridos por otros autores (Anónimo, 1988; Graetz, 1997).
EL CULTIVO DE LA LECHUGA
ORIGEN.
El origen de la lechuga no parece estar muy claro, aunque algunos autores afirman que
procede de la India, aunque hoy día los botánicos no se ponen de acuerdo, por existir un
seguro antecesor de la lechuga, Lactuca scariola L, que se encuentra en estado silvestre
en la mayor parte de las zonas templadas. Mallar (1978), siendo las variedades cultivadas
actualmente una hibridación entre especies distintas.
El cultivo de la lechuga se remonta a una antigüedad de 2.500 años, siendo conocida por
griegos y romanos. Las primeras lechugas de las que se tiene referencia son las de hoja
suelta, aunque las acogolladas eran conocidas en Europa en el siglo XVI.
CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA
Reino : Vegetal
Clase : Angiospermae
Subclase : Dicotyledoneae
Orden : Campanulales
Familia : Compositae
Género : Lactuca
Especie : sativa L.
TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA.
REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS.
Suelo. Los suelos preferidos por la lechuga son los ligeros, arenoso-limosos, con buen
drenaje, situando el pH óptimo entre 6,7 y 7,4. En los suelos humíferos, la lechuga vegeta
bien, pero si son excesivamente ácidos será necesario encalar. Este cultivo, en ningún
caso admite la sequía, aunque la superficie del suelo es conveniente que esté seca para
evitar en todo lo posible la aparición de podredumbres de cuello. En cultivos de primavera,
se recomiendan los suelos arenosos, pues se calientan más rápidamente y permiten
cosechas más tempranas. En cultivos de otoño, se recomiendan los suelos francos, ya
que se enfrían más despacio que los suelos arenosos. En cultivos de verano, es preferible
los suelos ricos en materia orgánica, pues hay un mejor aprovechamiento de los recursos
hídricos y el crecimiento de las plantas es más rápido Angulo, (2008); Infoagro, (2009).
El campo de cultivo fue de 0,6 hectáreas y contaba con aproximadamente 1.080 plantas.
La duración del estudio fue de 3 meses. Microorganismos Eficaces fueron rociados con
pulverizadores motorizados. Se hicieron esfuerzos para rociar toda la superficie de la hoja
de vela con el fin de tener un control preventivo. El volumen total de aplicación del
tratamiento fue de 13 litros. La dosis utilizada para EM fue 1:1000. La frecuencia de
aplicación fue cada dos semanas. Las evaluaciones se realizaron a la semana (5 plantas
por evaluación). Los resultados fueron analizados con base en las siguientes variables:
por planta (L / P), el más joven hojas anchadas hoja (YSL), las hojas infectadas (IL), el
promedio ponderado de infección (WAI). Como resultado obtuvieron que el número de
hojas enfermas fue de 2,2 para el tratamiento. La calificación promedio de infección fue de
0,52 para EM. Los resultados indican que la EM puede controlar la sigatoka negra
suficientemente y mantener 8-9 hojas hasta la fructificación. Esto es comparable a los
resultados mediante el control químico regular con 10 hojas.
4. Materiales y métodos
Materiales en campo
Materiales en Gabinete
• Papel bond A4
• Computadora personal
• USB
• Cuaderno de apuntes
• Lapicero
• Software SPSS, Microsoft Word, Microsoft Excel.
•
Metodología
• Ubicación geográfica
Zona: 18 M
Abscisa: 345740.65 m E
Norte: 9284545.82 m S
Fuente de
variación
Entre grupos de
tratamiento A
Total 𝑻𝟐 N-1
Grados de Libertad: Ft = (v1, v2; 1 - α) (v1 = k-1, v2 = N-k, 1 – α), si Fc > Ft entonces
se acepta la hipótesis alternativa y rechazamos la hipótesis nula.
Para el análisis estadístico se utilizará el análisis de varianza (ANOVA) y la Prueba Tukey
al 0,05 de probabilidad.
Los tratamientos a estudiar según el modelo matemático planteado serán los siguientes:
3 T2 Aplicación de Cuyaza
4 T3 Aplicación de Gallinaza
Croquis de campo experimental
Detalle de la unidad experimental
0.85 m
2.75 m
0.85 m
Parcela
Nº de Parcelas : 04
N° de sub-parcelas : 16
Ancho : 85 cm Largo
: 2.75 m
Área total del bloque : 2.75*0.85m
Área total de experimento : 14*6 m
Separación entre bloque : 0,50 m.
Distanciamiento : 0.25 - 0.30m
c. Parcelado
f. Siembra
a. Control de maleza
Se realizó frecuente y de manera manual cuando el cultivo lo amerite.
b. Riego
Se efectuó de manera continua y de acuerdo a la incidencia de las lluvias a
registrarse.
c. Cosecha
Se realizó cuando las variedades alcanzaron su madurez de mercado y en forma
manual.
Parámetros a evaluar
a. Altura de planta
Se evaluará, al momento de la cosecha, tomando al azar 10 plantas por
tratamiento.
5. Resultados
To T1 T2 T3
34 26 21 30
30 25 29 27
26 32 30 30
32 33 24 31
23 28 32 29
24 30 33 30
24 29 32 28
24 28 31 24
21 27 22 24
27 29 23 26
Descriptivos
Tamaño en cm
ANOVA de un factor
Tamaño en cm
Fc = 0.631 y Ft = 2.874
Después de haber analizado los datos, podemos afirmar que no existe diferencia
significativa en el tamaño de las lechugas ya que el Fc es menor que la Ft y por ende
aceptamos la Ho.
To T1 T2 T3
95 250 195 210
115 330 250 200
135 135 255 310
85 280 200 110
60 190 160 120
80 95 155 90
75 345 135 175
155 240 85 235
135 145 150 215
85 235 270 260
Descriptivos
Peso gr
ANOVA de un factor
Peso gr
Total 228524,375 39
Fc = 6.704
Ft = 2.784
Después de haber analizado los datos, podemos afirmar que si existe diferencia
significativa en el peso de las lechugas (L. Sativa L) ya que el Fc es mayor que la Ft y por
ende aceptamos la Ha.
Gráfico de las medias
Análisis Tukey
Peso gr
HSD de Tukey
1 2
10 102,00
To – Testigo
T2 – Cuyaza 10 185,50
T3 - Gallinaza 10 192,50
T1 - Gallinaza y cuyaza 10 224,50
Sig. 1,000 ,528
De acuerdo con el análisis de Varianza Tukey podemos observar que la parcela testigo es
diferente de las parcelas T2, T3, y T1; siendo las más significativa de ellas la parcela T1
que consiste en una mezcla de Gallinaza y Cuyaza.
6. Conclusiones
En conclusión podemos decir que el uso de abonos orgánicos son eficientes para mejorar
la textura de suelo y tener más y mejores cultivos.
El uso de abonos orgánicos posee gran eficiencia en el cultivo y no solo de lechuga sino
de todos los cultivos ya que mejora las propiedades físicas y químicas de los suelos
trayendo como consecuencia mejor productividad y más rentabilidad. En este proyecto
utilizamos cuatro métodos de tratamiento pero uno de ellos consistió en no agregarle
ningún tipo de abono orgánico denominado parcela testigo y para los tratamientos
restantes añadimos tres tipos de abonos al suelo tales como gallinaza, cuyaza y la mezcla
de ambos abonos obteniendo como resultado una gran diferencia de productividad entre
la parcela testigo y las parcelas abonadas.
Diversos son los tratamientos que se pueden utilizar para mejorar la calidad del suelo,
pueden ser químicos u orgánicos, en el presente proyecto se demostró que el uso de
abonos orgánicos alimenta los suelos mejorando su color y estructura, en la parcela que
se vio más y mejor productividad fue la parcela T1 (Mezcla gallinaza y cuyaza), y esta
evaluación visual fue comprobada evaluando los datos en el Software SPSS y de acuerdo
al resultado obtenido podemos afirmar que el tratamiento en la parcela T1 presenta mejor
eficiencia obteniendo un promedio de 224.50 gr.
7. Discusión
Los abonos orgánicos son de gran importancia en la nutrición de los suelos, en este
proyecto logramos identificar que la gallinaza ayuda a mejorar los suelos aumentando su
productividad, al igual que la cuyaza, pero la mescla de la gallinaza y la cuyaza
descompuesta es mucho más eficiente y nutre más los suelos es por ello que en la
parcela con este tipo de tratamiento obtuvimos más producción de lechuga.
8. Bibliografía
BRENES, L. 2003. Producción orgánica: algunas limitaciones que enfrentan los pequeños
productores. Manejo Integrado de Plagas y Agroecología 70: 7-18.
GROS, A. Y DOMÍNGUEZ, A., 1992. Abonos guía práctica de la fertilización. 8va. edición.
Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 450 p.
GRAETZ, H. A., 1997. Suelos y Fertilización. Traducido por: F. Luna Orozco. Trillas.
México. 80 p.
9. Anexo
Parcelas y tratamiento
Parcela Mescla de
Gallinaza Cuyaza Gallinaza
Testigo y Cuyaza
Presupuesto
Control de maleza
ACTIVIDADES A M J
Parcelado 14/04/14
Siembra 14/05/14
Riego x x
Cosecha 27/06/14