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UNIDAD 1: CONCEPTOS BÁSICOS

SUBTEMA: EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y ESTADO ACTUAL DEL PETRÓLEO, POLÍTICAS


NACIONALES E INTERNACIONALES.

ACTIVIDAD 2: POLÍTICAS NACIONALES E INTERNACIONALES DEL PETRÓLEO.

POLÍTICAS NACIONALES:

Las políticas aplicadas por el gobierno mexicano durante décadas, basadas en la captura de renta
derivada de la propiedad nacional del petróleo y en el monopolio estatal de su explotación,
absorben recursos cuyo monto representa una proporción elevada del producto bruto y de las
ganancias netas de Petróleos Mexicanos (Pemex).

El petróleo y de modo más general los hidrocarburos, constituyen para México recursos de
carácter estratégico para la conducción y el estímulo a su crecimiento económico y desarrollo en
lo general.

Nuestra Constitución establece la exclusividad de la Nación para llevar a cabo la explotación de


los hidrocarburos que constituyen la industria petrolera,

Esto es, la exploración, la explotación, refinación, transporte, almacenamiento, la distribución y las


ventas de primera mano del petróleo y los productos que se obtengan de su refinación.

Esta disposición ha sido fundamental para que la industria del petróleo se haya constituido, por
muchos años, en el eje del crecimiento económico y la industrialización, y que haya representado
y siga representando una contribución de la mayor importancia a las finanzas públicas del país.

En la actualidad México atraviesa por un periodo de lento crecimiento económico, de alta


desocupación y escasa generación de empleos, que se prolonga ya por más de tres décadas, y
para revertir esta situación, que es demanda general de los mexicanos.

El resultado: agotamiento de reservas, deuda de Pemex del 90% de los activos de la empresa, y
aguda petrolización de las cuentas fiscales.

Los altos precios de los energéticos y la urgencia de garantizar la seguridad energética, han
revivido en Estados Unidos el interés por un "Mercado Común Energético TLCAN", que limitaría la
soberanía mexicana en el manejo del recurso y no resolvería la fragilidad fiscal de la economía.

Estos factores demandan cambiar la política. Cualquier opción: privatizar o rebajar la carga
impositiva de Pemex tiene gran costo político.

A pesar de los ingentes recursos generados a la economía nacional por su industria petrolera,
Petróleos Mexicanos (Pemex) no ha renovado sus reservas al ritmo de la extracción ni ha
invertido en petroquímica y gas. ¿Los resultados? Reducción de la vida de las reservas y
creciente importación de productos refinados y de gas para la generación eléctrica.
Desde el estallido de la crisis de la deuda, la economía mexicana se embarcó en reformas que
transformaron el modelo económico. Pemex no escapó a esta corriente. Las reformas en Pemex
sugieren las mutaciones del papel asignado al sector energético durante la sustitución de
importaciones.

Se redujeron los subsidios al consumo de energía del sector industrial. Se desincorporó la


petroquímica, sin ningún resultado efectivo debido a la falta de interés de los inversionistas
privados a entrar en asociación minoritaria con el gobierno en una industria artificialmente dividida
en petro–química básica y no básica. Finalmente se abrió a la inversión privada la generación y
transmisión eléctrica y se liberalizaron las importaciones, transporte, distribución y
almacenamiento de gas natural, y la construcción y posesión de gasoductos. Se rompió el
monopolio de Pemex en gas y se introdujeron los precios internacionales.

Se ajustó la contabilidad y la evaluación de las reservas a parámetros mundiales y se dividió


Pemex en cinco empresas semiautónomas y se aplicaron normas de eficiencia empresarial. No
obstante, el régimen del sector petrolero aguas arriba, es decir la exploración, desarrollo y
extracción de crudo, permanece sin modificación formal. El catalizador de estos cambios es el
TLCAN, por el cual México abrió todas las compras estatales del sector energético a licitación
internacional.

La política petrolera mexicana está delimitada por elementos externos e internos, nuevos y
antiguos: la evolución del mercado internacional y la capacidad de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) para expandir su oferta al ritmo de la demanda y mantener su
capacidad de manejar el mercado, en un equilibrio determinado por precios que no desestimulen
la demanda, no generen presiones inflacionarias severas y permitan un cierto crecimiento de la
oferta de crudo no OPEP; los cambios en las políticas energéticas de los países miembros del
TLCAN, especialmente las del gobierno estadounidense ante su creciente dependencia del crudo
importado y su interés en la conformación de un mercado energético y petrolero en el marco del
TLCAN, en concordancia con su estrategia de seguridad energética.

Petróleos Mexicanos (Pemex) no es sino el organismo al través del cual el Estado mexicano
gestiona la industria petrolera, aprovechando y en su caso transformando mediante procesos
industriales recursos naturales que el propio Estado le asigna. Privatizar los activos de Pemex –
pozos en producción, refinerías, ductos, equipos de transporte, edificios de oficinas, etc.- sería un
paso grave, pero entregar a intereses ajenos a los del Estado los recursos naturales que de
manera exclusiva gestiona y transforma Pemex por mandato del Estado.

Significaría lesionar la seguridad energética de la nación, perder la seguridad de los ingresos que
la industria petrolera aporta a las finanzas públicas y dejar que un recurso estratégico se manejara
en función de intereses particulares y no de acuerdo al interés público y nacional.

La política petrolera a instrumentarse en el futuro debe tener, entre otros objetivos, prolongar lo
más posible la vida de las reservas, satisfaciendo al mismo tiempo las demandas nacionales de
hidrocarburos; desarrollar las cadenas productivas de la industria petrolera con el fin de agregar
valor a los productos, generar empleos y estimular los desarrollos regionales; y prever con
anticipación las medidas a tomar para llevar a cabo la transición energética con los menores

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costos económicos y sociales posibles, alentando al mismo tiempo la utilización de energías
alternativas o no convencionales.

En el sector eléctrico y petrolero, sin importarles violar la Constitución Mexicana que otorga a la
Nación el dominio directo de los recursos petroleros y la exclusividad para su explotación, el
gobierno federal, acelera el proceso neoliberal aplicado desde sexenios anteriores: el propósito es
adelgazar el Estado y trasladar la conducción económica del país y los negocios al gran capital
trasnacional y a los grupos de poder económico y político nacionales.

La política energética se sustenta en justificar la participación de capitales privados para lograr


una privatización cuyo usufructo principal es para las trasnacionales.

POLÍTICAS INTERNACIONALES

El comercio y las finanzas internacionales no son fenómenos políticamente neutros, pues su


estructura y condiciones dependen, en buena medida, de la distribución internacional del poder
(un sistema unipolar, un orden bipolar o el equilibrio de varias potencias); además, sus efectos
inciden de manera directa en las perspectivas de poder y riqueza de las naciones.

Esta vinculación entre la economía y la política influye en prácticamente todas las relaciones
comerciales, incluso en las que los Estados han resguardado más celosamente, como el
intercambio de energéticos (materia prima que no se rige, universalmente, por las leyes de la
oferta y la demanda). A pesar de que el de los hidrocarburos es de los rubros económicos en los
que la intervención estatal es más visible, la vinculación entre la formación mundial de poder y la
estructura comercial sigue siendo decisiva: es una dinámica de la economía política mundial.

Está íntimamente vinculada a la percepción del pico petrolero por las grandes potencias, lo que
incluye la conciencia de los límites geológicos del recurso. Durante el siglo XX, las motivaciones
fueron diferentes, teniendo en cuenta la naturaleza política de las dos primeras crisis energéticas.

Para cualquier país del mundo, el pico petrolero deja la perspectiva de una disminución del mismo
en el futuro, directamente impactando en su independencia energética. Esto subraya los temas
siguientes: el acceso a los campos petrolíferos de Oriente Medio y la construcción de oleoductos y
de gasoductos, el transporte petrolero.

Desde un punto de vista teórico, hay una relación directa entre el dominio de las empresas
privadas trasnacionales, la mayoría de ellas anglosajonas, y un sistema internacional unipolar, en
el que se apoya la existencia de una red de comercio liberal (de acuerdo con la teoría de
estabilidad hegemónica).

Stephen Krasner argumenta que ciertas estructuras internacionales de poder dan origen a
sistemas de intercambio particulares. Así, por ejemplo, el periodo entre las dos guerras mundiales
(en el cual había menguado el ascendiente inglés) se caracterizó por el proteccionismo
económico. La dinámica bipolar posterior corroboró este argumento, pues la presencia de una

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potencia hegemónica liberal (Estados Unidos) permitió el despliegue de un régimen internacional
de comercio libre, cuando menos entre los países occidentales.

 En la actualidad, la presencia de potencias económicas como Rusia, India y China permite
afirmar que el predominio estadunidense no es igual que hace veinte años.

Sin que esto signifique el fin del orden unipolar en lo militar, cuando menos en el ámbito
económico ha habido un reajuste en el equilibrio de poder, lo que conlleva cambios significativos
en el sistema internacional de comercio, de acuerdo con las teorías de la estabilidad hegemónica
y liderazgo.

Actualmente, el agotamiento de las reservas de petróleo constituye un grave problema, pues al


ritmo actual de consumo las reservas mundiales conocidas se agotarían en menos de 45,7 años.
Por ello, los países desarrollados buscan nuevas formas de energía más barata y renovable como
la energía solar, eólica, hidroeléctrica..., mientras que los países productores de petróleo
presionan para que se siga utilizando el petróleo pues si no sus economías se hundirían.

Aun así, a medio plazo, la situación no parece tan alarmante, pues hay que tener en cuenta que
los pozos no descubiertos son sustancialmente más numerosos que los conocidos, aunque no
sea ésta una opinión unánime. En zonas no exploradas como el mar de China, Arafura, Mar de
Béring, o la plataforma continental Argentina podrían encontrarse grandes reservas.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue creada en 1960, con sede en
Viena. Nació de unas reuniones en Bagdad entre los países árabes productores y exportadores
más Venezuela para agruparse y, de este modo, establecer una política común a la hora de fijar
un precio y unas cuotas de producción para el petróleo, aunque recientemente haya perdido la
fuerza que tenía en los años de la gran crisis surgida del conflicto en Oriente Medio en 1974.

Aunque en sus comienzos no tuvo la fuerza suficiente para hacer frente a la política de las
multinacionales, a partir de 1971 la OPEP decidió nacionalizar las empresas de explotación
situadas en su territorio, y en 1973 inició importantes subidas en los precios.

A partir de entonces, la OPEP ocupó el primer plano de la actividad económica mundial, porque
sus decisiones en materia de precios afectan directamente a las economías occidentales.

 El petróleo y su gama casi infinita de productos derivados le convierten en uno de los


factores más importantes del desarrollo económico y social en todo el mundo.
 El petróleo y las decisiones estratégicas que sobre él se toman por los países
productores influyen en casi todos los componentes de coste de una gran parte de los
productos que consumimos. Cuando sube el precio del petróleo se produce una subida
de los costes, de forma más o menos inmediata, en casi todos los sectores productivos
y, en consecuencia, se nota en los precios de los bienes de consumo.
 La extracción y producción de petróleo está en manos de unos pocos países
productores y es controlada por los denominados carteles (OPEP), quienes con sus

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decisiones influyen en los distintos mercados en los que se fijan los precios mínimos del
crudo.
 Por todo ello, es muy importante el impacto del petróleo en la economía mundial y en
las de los diferentes países que dependen en gran medida de esta materia prima.

La volatilidad de los precios del petróleo crudo ha sido y es una característica intrínseca a la
historia reciente de la comercialización de este producto. Su importancia estratégica le convierte
en una “moneda de cambio” y de presión política y económica de primera magnitud.

Así, mientras que el precio del barril de petróleo brent (denominación del crudo que se toma como
referencia en el mercado europeo) en el año 2009 fue de 61,67 dólares barril, frente a los 97,26
dólares barril en el año 2008.

Estas subidas y bajadas de los precios son producidas por muy diversos factores, pero los más
importantes son las decisiones políticas de los países productores, los conflictos sociales o
bélicos en las zonas más vinculadas a la producción de petróleo y, en ocasiones, las decisiones
que puedan tomarse en determinados foros financieros mundiales.

BIBLIOGRAFÍA:

 La importancia del petróleo en la economía mundial


 Operadores de Productos Petroleros.
 Energía y Política , Política Petrolera , Reforma Eléctrica en México , Sin categoría
Comisión Federal de Electricidad, José Antonio Rojas Nieto, Observatorio Ciudadadano de
la Energía, Rojas Nieto
 Políticas petroleras de México. Revolución. Punto Cero. México DF. Revista de
Publicación.
 Política Petrolera en México
 El modelo neoliberal. Revista Científica

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