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Derecho Civil-Parte General-Colectivo de Autores (UH)
Derecho Civil-Parte General-Colectivo de Autores (UH)
FACULTAD DE DERECHO
DEPARTAMENTO DE DERECHO CIVIL Y DE
FAMILIA
COLECTIVO DE AUTORES
La Habana , Cuba,
Diciembre del 2000
DERECHO CIVIL.
PARTE GENERAL.
COLECTIVO DE AUTORES
COORDINADORA:
Lic. Caridad del Carmen VALDÉS DÍAZ
© De esta edición:
CAPÍTULO II
LA RELACIÓN JURÍDICA CIVIL
Lic. Caridad del Carmen VALDÉS DÍAZ.
CAPÍTULO III
LA PERSONA INDIVIDUAL..
Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS.
CAPÍTULO IV
LA PERSONA JURÍDICA.
Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ.
CAPÍTULO V
EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA CIVIL
Lic. Caridad del Carmen VALDÉS DÍAZ.
1 GENERALIDADES. / 207
2 ACONTECIMIENTOS NATURALES. / 208
3 ACTOS JURÍDICOS. / 210
3.1 Elementos del negocio jurídico. / 212
3.1.1 Elementos esenciales. / 214
3.1.2 Elementos accidentales. / 226
4 ACTOS ILÍCITOS. / 230
5 ENRIQUECIMIENTO INDEBIDO. / 231
6 ACTIVIDADES QUE GENERAN RIESGO. / 233
7 LA RESPONSABILIDAD JURÍDICA CIVIL. / 235
7.1 Diferencias entre responsabilidad contractual
y responsabilidad extracontractual. / 236
7.1.1 Lo común como presupuesto necesario
para el análisis de las diferencias. / 236
7.1.2 Las diferencias, ¿existen realmente?. / 238
7.1.3 La posición del Código Civil cubano. / 240
7.2 Distinción entre responsabilidad subjetiva
y responsabilidad objetiva. / 241
7.2.1 Fundamento de la responsabilidad jurídica civil. / 241
7.2.2 La posición del Código Civil cubano. / 243
8 INEFICACIA DEL ACTO JURÍDICO. / 247
8.1 Consideraciones generales. / 247
8.2 Nulidad absoluta. Aspectos teóricos y regulación jurídica. / 249
8.3 Anulabilidad. Aspectos teóricos y regulación jurídica. / 253
8.4 Rescisión. Aspectos doctrinales y regulación jurídica. / 255
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA. / 258
CAPÍTULO VII
LA REPRESENTACIÓN
Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ.
CAPÍTULO VIII
EL TIEMPO Y SU INFLUENCIA EN EL DERECHO
CIVIL.
Lic. Caridad del Carmen VALDÉS DÍAZ.
CAPÍTULO IX
LA PUBLICIDAD EN EL DERECHO CIVIL
Lic. María Elena COBAS COBIELLA.
CAPITULO I
DE LA CODIFICACIÓN CIVIL
Sumario:
1 CÓDIGO. CODIFICACIÓN Y RECOPILACIÓN. NOCIONES ELEMENTALES.
PUNTOS DISTINTIVOS. 2 VALORES ESENCIALES DE LA CODIFICACIÓN EN
SU PRIMERA GENERACIÓN. 3 CARACTERES DE LA CODIFICACIÓN
CONTEMPORÁNEA. 4 LAS PRIMERAS CODIFICACIONES EUROPEAS
MODERNAS. 5 LAS CODIFICACIONES EUROPEAS DECIMONÓNICAS. 5.1 – El
Code Napoleón: paradigma de la codificación moderna. 5.2 El B.G.B.: obra maestra
de la exquisita y depurada técnica alemana. 5.3 El Código Civil español de 1888:
puente entre el Sistema Latinoamericano y los códigos europeos. 6 LAS
CODIFICACIONES LATINOAMERICANAS DECIMONÓNICAS. 6.1 Breve esbozo
de la codificación civil en la América del siglo XIX. 6.2 La obra magna de D. Andrés
BELLO: El Código Civil chileno de 1855. 7 LA CODIFICACIÓN EN EL COMMON
LAW. 8 TRAS LAS HUELLAS DEL LEGISLADOR DEL CODIGO CIVIL DE LOS
CUBANOS. 8.1 El Código Civil español vigente en las provincias de Ultramar:
principales reformas operadas durante su centenaria vida en Cuba. 8.2 Los intentos de
codificación civil en Cuba. 8.3 La codificación civil cubana en la etapa
revolucionaria. 8.4 La labor de codificación civil en Cuba: protagonistas y fuentes de
inspiración. 8.5 Puntuales referencias sobre las versiones de los anteproyectos y del
Proyecto Final del Código Civil cubano. 8.6 El Código Civil de los cubanos: el último
código latinoamericano del siglo XX. 8.7 Consideraciones ad finem. BIBLIOGRAFÍA
SUMARIA.
1
Codex, cuya dicción más antigua era caudex, significaba tronco de árbol ya que en época arcaica la
madera servía como material de escritura. A partir del siglo I d. C. comienza a utilizarse el pergamino, cosido
en un lado al igual que las tablillas de cera. Esta forma de presentar los escritos desplaza a todas las demás en
el siglo III d. C.; momento en que codex significaba solamente libro.
Empero, dado que el uso del codex había empezado a extenderse en el ámbito jurídico, ya que tanto los
volúmenes de constituciones imperiales del bajo Imperio fueron publicados en forma de codex ( codex
Gregorianus, Hermogenianus, Theodosianus, y, posteriormente Iustinianus), como las reediciones de obras
de la jurisprudencia clásica adoptaron el formato de codex, lo que determinó que se vinculase a codex el
libro de contenido jurídico y, especialmente, el libro que recoge una compilación de leyes para uso forense.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Codificar implica reunir en un mismo cuerpo legal las normas referentes a una
materia del Derecho. Con ella, siguiendo a DE BUEN2, se reduce una rama del Derecho a
una ordenación sistemática de reglas legales y, en sentido amplio, comprende tanto el
hecho de reunir un conjunto de leyes y formar con las mismas un cuerpo orgánico, como
hacer una ley nueva y única en sustitución de una anterior multiplicidad legislativa3.
En sentido más estricto, el código implica la existencia de una ley única que
incluye las normas jurídicas atinentes a determinada materia.
2
DE BUEN, Demófilo, Introducción al Estudio del Derecho Civil, 2ª. edición, Editorial Porrúa, S. A., México,
1977, pp. 149 150.
3
En este sentido Vid. MOTILLA, Agustín, La Codificación como técnica de producción legislativa en
Revista de Derecho Privado, Editoriales de Derecho Reunidas, junio de 1997, pp. 546 547, para quien la
codificación busca una mayor abstracción en los supuestos que contempla, a la vez que más claridad y
precisión en la dicción de los conceptos, constituyendo un original procedimiento de sistematización y
encuadramiento de las normas en la estructura unitaria del código.
4
Vid. GETE-ALONSO, María del Carmen, en Manual de Derecho Civil, volumen I - Introducción y derecho de
la persona, s. ed., Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, S. A., Madrid, 1997, pp. 35 37.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
5
Un célebre debate tuvo lugar en Alemania a comienzos del siglo XIX, sobre la conveniencia o
inconveniencia de la codificación. En 1814 THIBAUT publicó un famoso escrito denominado De la necesidad
de un Derecho Civil para toda Alemania, preconizando la unificación y codificación del Derecho alemán.
Impresionado por las virtudes del Code Napoleón de 1804, creyó que esa labor codificadora provocaría la
unidad de los pueblos alemanes, ya que el Derecho ejerce una acción correctiva sobre la sociedad y se
impone a los hábitos e inclinaciones de los hombres. Esta obra tuvo repercusión en todos los círculos
alemanes, empero, fue objetada por SABIGNY, máximo exponente de la Escuela Histórica, quien refutó las
ideas de THIBAUT en la no menos célebre obra De la vocación de nuestro siglo para la legislación y la
ciencia del Derecho, alegando que siendo el Derecho un producto del alma popular, que va continuamente
formándose y elaborándose, no puede ni debe fijarse en las rígidas fórmulas de un Código; que la codificación
detiene este proceso de formación del Derecho y ahoga sus fuentes originarias; y que si a pesar de ser
codificado el proceso de creación popular continúa, resulta ya inútil la codificación, la que ha sido superada
por las nuevas producciones espontáneas del pueblo; por último, aún no se había alcanzado la suficiente
madurez jurídica ni formado el lenguaje necesario para emprender esta obra de codificación. Para más
abundar Vid. 5,2.
6
Así la compilación Justinianea, (aún cuando se le llamara código), el Fuero Juzgo, la Nueva y Novísima
Recopilación, entre otras.
7
GETE ALONSO, María del Carmen, Manual de Derecho ... I, cit., pp. 35 36.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
En el desarrollo del presente tópico me limitaré a exponer las acuciosas ideas del
profesor DIEZ-PICAZO en su artículo: Codificación, descodificación y recodificación en
ocasión del cincuentenario del Códice Civile8.
Incluso se habla de un proceso jurídico entre los seguidores tardíos del modelo
francés. Cada ordenamiento jurídico particular puede progresar y, de hecho, progresa si se
ajusta a las coordenadas del sistema de codificación.
8
En este tópico se han expuesto, en apretada síntesis las consideraciones del profesor DIEZ-PICAZO sobre los
factores, razones y aspiraciones que la codificación buscaba. Al respecto Vid. el citado artículo en Anuario de
Derecho Civil, tomo XLV, fascículo II, abril junio, 1992, pp. 474478.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Los códigos, a partir de finales del siglo XVIII y hasta nuestros días, suponen una
nueva formulación de las normas legales. Buscan una mayor abstracción en los supuestos
que contemplan, a la vez que más claridad y precisión en la dicción de los conceptos, así
como construyen originales procedimientos de sistematización y encuadramiento de las
normas en la estructura unitaria del código. En definitiva el proceso codificador significa un
intento de racionalización y tecnificación de la actividad legislativa sobre el cual constituye
uno de los fenómenos más importantes de la cultura jurídica y de la historia moderna.
Este valor se intenta llevar a cabo a través de varios mecanismos. Los códigos
sólo contienen normas jurídicas, nada más que normas jurídicas. La regulación de las
materias se realiza procurando el menor número de normas posibles, lo cual conlleva una
mayor abstracción del supuesto de hecho. La reducción del material normativo, al que
contribuye la codificación, va unido a la preocupación por la claridad de los preceptos que
se consigue a través de una estructura constante y una expresión breve y sintética, todo lo
cual se encamina a facilitar el manejo y el conocimiento del Derecho a fin de lograr una
mayor seguridad jurídica9.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
los métodos de las matemáticas, postulados que determinaron el método técnico jurídico
de la codificación.
Entre los tratadistas se cita a la Codificación prusiana como la primera que intenta
llevar a cabo una formulación estructurada y sistematizada del Derecho vigente. No por ello
faltan autores que reivindican la primacía para otras codificaciones, principalmente las
realizadas en los países escandinavos10
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Este Code nace del compromiso, la exigencia de superar los particularismos, sin
ignorar completamente las tradiciones locales y la exigencia de elaborar reglas claras,
simples, entendibles por todos, que respondieran al sentido común y a la razón; también
con el objetivo de unificar el Derecho que se practicaban en las provincias del interior. Su
estructura y su contenido colisionan con la realidad política y social de su tiempo, siendo
ella gobernada por una aristocracia terrateniente, miope y aferrada en sus propios
privilegios.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
personas; el contrato y los actos obligatorios se regulan en la parte segunda relativa a los
derechos de las personas sobre las cosas. No existe una regulación general del negocio
jurídico (categoría dogmática que solamente en aquel período comenzaba a ser construida
por la pandectística alemana).
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
El Code fue el medio necesario para consolidar las estructuras sociales y unificar
Francia en una nación moderna. Asume el valor de instrumento en la conservación de una
sociedad que indudablemente había asumido el ideario revolucionario, por tanto, era
nueva respecto a la sociedad monárquica del XVIII y que no se mostraba inclinada a
ulteriores renovamientos. Y justo fue el carácter ecléctico del Código Napoleónico, su
equilibrio de fuentes e ideario, el ser punto medio entre la Ilustración jacobina y el
conservadurismo tradicionalista lo que para muchos explica su duración y adaptabilidad a
las nuevas circunstancias y el hecho de su influjo en otros Códigos que, asimismo, fueron
factores que consolidaron los procesos de unidad nacional de sus respectivos países.
Fue enviado al Tribunal de Casación y a los de apelación para que enviasen sus
observaciones, lo que hicieron con rapidez. Pero el proyecto encontró serios obstáculos en
la organización legislativa. Ante ello no se detuvo NAPOLEÓN , primero retiró el proyecto,
pero después, por medio de un verdadero golpe de Estado, reorganizó el Tribunado, de
donde partían las dificultades, de suerte que no hubiese obstáculos para la aprobación. Así
pudo ser votado el Código Civil.
Sus principales fuentes lo son las costumbres, sobre todo las de París, el Derecho
romano, las ordenanzas reales y las leyes de la Revolución. Las tradiciones
consuetudinarias predominan sobre el Derecho romano.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Estandarte del plan romano francés, sigue la división de GAYO en sus Institutas
en la organización de las materias que comprende en personas, cosas y acciones. Empero,
al no pertenecer las acciones al Derecho Civil, sino al Procesal mantiene tan sólo las
personas y las cosas, dividiendo a éstas en dos libros.
13
FERRARA, cit. pos. DE BUEN, Demófilo, Introducción al Estudio del Derecho Civil, 2ª. edición, Editorial
Porrúa, S. A., México, 1977, p. 152.
14
Ibídem.
15
Ibídem.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
El Code, vigente por casi dos siglos, es el código civil moderno de mayor
longevidad, a pesar de las innumerables modificaciones de las que ha sido objeto. El vigor
en la expresión de los conceptos, la claridad y precisión en su redacción y la perfección de
su sistemática, superior a las codificaciones que le precedieron, lo convierten en el principal
heredero de las técnicas en la formulación del Derecho defendidas por la Escuela
racionalista del Derecho Natural.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
material exclusivo el Derecho nacional vigente en cada territorio alemán, por lo cual la
teoría de la codificación se limitaría a una sistematización del Derecho germánico.
Los comienzos del Código Civil alemán están marcados por la influencia de la
ciencia pandectística16 y el magisterio de WINDSCHEID, miembro de la antecomisión de
1881, encargada de preparar el primer Proyecto que se puso fin en 22 de diciembre de
1887, sometido a duras críticas, sobre todo por su divorcio con la vida social. De ahí que se
ordenara por el Consejo federal una segunda lectura del Proyecto. Para ello el Ministerio de
Justicia nombró una nueva comisión compuesta por 12 miembros permanentes, en su
mayoría por juristas prácticos e igual número de miembros no permanentes escogidos de la
vida económica, política y universitaria alemana, entre los que se destacan SOHM. El
segundo proyecto se publica en 1895, en el cual ya durante su elaboración habían sido
atendidas y discutidas las diferentes críticas 17 por ser públicas la deliberaciones de la
comisión.
16
Pandectística es el nombre con el que se denomina a la corriente doctrinal inspirada en el Digesto o
Pandectae de Justiniano dirigida a la formación de un sistema dogmático de Derecho Privado.
17
Expresa OERTMANN, Paul, Introducción al Derecho Civil, traducción de la 3ª. edición alemana de Luis
SANCHO SERAL, Editorial Labor, S. A., Barcelona, 1933, p. 20, que en las mejoras introducidas en el fondo o
contenido del Proyecto es dable destacar las críticas de GIERKE y MENGER el suscitar en la comisión el
espíritu comprensivo para la misión social del Derecho Privado que se echaba de menos en el primer
Proyecto.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Entre sus virtudes se señala la precisión y claridad expresiva que alcanza a través
de una abstracción sumamente desarrollada. La técnica y el lenguaje utilizados, de gran
pureza, son frutos del trabajo arduo y prolongado de la Escuela histórica para perfeccionar
tales factores. Es una obra maestra por lo acabado de su sistema y la perfección científica
de su técnica. Sus amplias fórmulas permiten el arbitrio judicial y recoge frente al
individualismo, en algunos aspectos, el principio de solidaridad. Simplifica y protege
además el comercio jurídico. Frente al abuso de derecho sostiene la prohibición de los actos
de emulación, que tienen por único fin dañar a otro, y mantiene el principio de buena fe
para atenuar la ejecución de las obligaciones.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
salud, etc.), y está fundada sobre la culpa (salvo el caso de la responsabilidad por daño de
los dependientes).
El Primer Proyecto de Código Civil fue elaborado por una comisión especial de
las Cortes (nombrada el 22 de agosto de 1820)) y presentado a éstas por Nicolás María
GARELLY. Este Proyecto, conocido como Proyecto de 1821, obedece a dos postulados:
recoger todo el Derecho y ser el desarrollo de los principios que se contienen en la
Constitución. Este Código se erige en ser el Derecho común y general a todo el territorio.
En cuanto a su estructura, se divide en un Título Preliminar y dos Partes: la Primera ( que
es el desarrollo de la Constitución de Cádiz) reguladora de los derechos y obligaciones
individuales y dividida en tres libros; la Segunda lleva el epígrafe De la Administración
General del Estado para hacer efectivos los derechos y obligaciones. El Proyecto no llega
a cuajar por los problemas políticos de la época y por su misma estructura.
18
En él se elimina la materia de Derecho Público, dentro del Derecho Privado se suprime el Derecho
Mercantil y con él también se pretende unificar sobre la base del Derecho castellano no conservando los
Derechos propios.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Tercero atinente a las obligaciones y los contratos y la prueba judicial y el Cuarto relativo a
los títulos legales para la transmisión de la propiedad.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
posteriori la Ley del Notariado de 28 de mayo de 1862; la Ley del Registro Civil de 17 de
junio de 1870; la Ley Provisional del Matrimonio Civil, de 18 de junio de 1870.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
promulgada por Real Decreto de 24 de julio de 1889, vigente desde el 27 de julio de 1889.
En la segunda edición se retocaron 181 artículos y se añadieron 13 disposiciones
transitorias.
El Código Civil se hizo extensivo por Real Decreto de 31 de julio de 1889 a las
islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En tanto sirvió de base a los Códigos Civiles de
Honduras y Panamá.
En los más de 110 años de vigencia del Código Civil de España, este cuerpo legal
ha ido adaptándose a las nuevas realidades socio políticas a través de las numerosas
20
Reformado por Decreto 1836 de 31 de mayo de 1974.
21
Así, la materia que fue objeto de Leyes especiales antes de la redacción definitiva del Código (Registro
Civil, Registro de la Propiedad, Propiedad Intelectual...) no se reguló completamente en el Código Civil. En
éste se recogieron los principios básicos o rectores (Base 10), efectuándose una remisión a la legislación
especial que se mantenía vigente.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
reformas que, parcialmente, ha sufrido. A pesar de ello, en general, la mayor parte del
mismo se ha mantenido vigente con el paso del tiempo.
Entre los méritos intrínsecos atribuidos al centenario Código Civil, amén de las
críticas que le han sido formuladas señala la doctrina22:
El Código ha sido objeto de las más disímiles críticas. Alabado por mantener el
sentido tradicional del Derecho histórico español26, además de constituir un centro de
22
GIL CORTIELLA, Arcadio, En el centenario del Código Civil en La Ley, Año XIII, Nro. 3040, 7 de julio de
1992.
23
Sobre la influencia del Proyecto de Código Civil español de 1851 de GARCÍA GOYENA en el Código Civil
argentino de VÉLEZ SÁRSFIELD puede consultarse el interesante artículo La codificación española y su
influencia en el Código Civil argentino de Luis MOISSET DE ESPANÉS en Anuario de Derecho Civil, tomo
XLIII, fascículo III, Ministerio de Justicia, julio septiembre, 1990, pp. 713 735.
24
En este sentido el Code Napoleón y el Codice italiano de 1865 y el propio Proyecto de Código Civil español
de 1851. Empero en la sistemática adoptada ya había sido precedida por los Códigos de Chile y la Argentina.
25
Para DIEZPICAZO, Luis y Antonio GULLON, Sistema de Derecho Civil , volumen I Introducción.
Derecho de persona. Autonomía privada. Persona jurídica, 8ª. Edición, Editorial Tecnos, S.A., Madrid, 1994,
pp. 58 59, el Código Civil español no es un código técnico por haber sido hecho por abogados y juristas
prácticos, es un Código popular, asequible al pueblo cuya vida había de regir; su lenguaje y su estilo son
extraordinariamente correctos y poseen un evidente valor literario, muy superior al de los demás textos
legales de su tiempo e incluso a los posteriores.
26
Tal es el parecer de ESPIN CÄNOVAS, Diego, Derecho Civil Español, volumen I, Parte General, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1959 pp. 42 43. Asimismo se pronuncian DIEZPICAZO y GULLON,
Sistema
I, cit., pp. 58 59, quienes ejemplifican en materias sucesoria y económica familiar, respecto de las
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Pronto, empero, surgió entre los juristas, políticos e intelectuales en general que
formaban parte de los estratos dirigentes de los nuevos Estados, la pretensión de reformar el
cuales el Código se limita a recoger el Derecho anterior, buscando únicamente una aproximación entre los
diversos sistemas jurídicos españoles, no es un Código renovador, sino tiende a conservar el Derecho
nacional. En sentido contrario, DE DIEGO, cit. pos. DE BUEN, Demófilo, Introducción al Estudio del
Derecho Civil, 2ª. edición, Editorial Porrúa, S. A. México, 1977, pp. 171 172.
27
DIEZPICAZO y GULLON, Sistema.... I, cit., pp.58 59.
28
ALBALADEJO, Curso de Derecho..., I, cit., p. 56.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
viejo Derecho heredado, mediante su sustitución por una legislación nacional. Esta,
atendida la época, no podía menos que ser formulada bajo la forma de códigos al estilo
moderno. Durante la primera mitad del siglo XIX, el modelo más prestigioso fue el Code
Napoleón. De hecho, las primeras codificaciones aparecidas en tierras americanas fueron
imitaciones y hasta traducciones del Código francés, como fueron los casos del Estado
mexicano de Oaxaca (en 1827 1829, aunque no se promulgó), Bolivia (1830) y Costa
Rica (1841).
Por un lado, debe tenerse presente que algunos Códigos americanos alcanzaron
gran prestigio en la región y se transformaron ellos mismos en influyentes. El caso
paradigmático fue el del Código Civil chileno, adoptado íntegramente en Ecuador (1860), y
en Colombia (1873), lo mismo que en Venezuela durante un tiempo (1862), en Nicaragua
(desde 1871) y en Honduras29 y, con modificaciones en Guatemala (1877), sin perjuicio de
haber influido fuertemente en la redacción de otros, como en el de Uruguay (1869) y, en
menor medida, en el de Argentina (1869). Otro caso es el de este último país, cuyo Código
de todos modos tuvo una personalidad propia, él fue recibido íntegramente en Paraguay
(1876).
Por otro lado, a los distintos influjos francés y alemán se sumó la incidencia del
Proyecto de Código Civil español de Florencio GARCÍA GOYENA (1851) en México (1871)
y, a través de éste, en algunos países centroamericanos.
En fin, están los casos especialísimos del Perú, que temporalmente en 1852 se dio
un Código original, no bien que dentro de la órbita del francés, y del Brasil, que
tardíamente sólo codificó en 1916.
29
Entre 1880 y 1898 la primera vez, y desde 1906, la segunda. Entre medio Honduras adoptó el Código
español.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Entre los principios rectores del Código Civil chileno se incluyen: la omnipotencia
de la ley (el juez tiene un texto que aplicar y ese texto es la ley); igualdad de todas las
personas ante la ley; constitución cristiana de la familia (instituciones como la monogamia,
la indisolubilidad del vínculo ilustran este principio); protección al derecho de propiedad (el
concepto de propiedad privada en el Código está a tono con el pensamiento político general
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
del momento y en especial con el del autor), esta característica se colige de la definición
liberal del derecho de propiedad artículo 582 -, la regulación de la acción reivindicatoria
artículo 889 y de los modos de adquirir el dominio artículos 606 y ss. -; la libertad de
contratación (el legislador tiene fe en la iniciativa de los particulares), el acuerdo como
fruto de la libre expresión de la voluntad, fue presentado puntal crítico y de fundamentación
en el panorama de la contratación30.
Del Código Civil chileno se ha destacado la belleza del lenguaje, puro y claro.
Entre sus defectos se han apreciado: el contener un sistema empírico, el texto legal refleja
experiencias más que enunciar principios, de ahí la extensión de su articulado; el exceso de
casuismo intrascendente, la minuciosidad, el detalle en extremo particularizante; el manejo
irregular del lenguaje jurídico que conlleva a indisolubles contradicciones que vienen
dadas, en buena medida, por la diversidad de fuentes utilizadas por BELLO y la falta de
integración que de las mismas debió haber realizado; la desconfianza al juez, a quien se le
relega la función de simple aplicador de la ley, defectuosa distribución de materias, v. gr.:
en el Libro 1º. relativo a la familia se excluyen temas como la sociedad conyugal y las
capitulaciones matrimoniales que aparecen en el Título XXII del Libro 4º.; la usucapión,
genuina fuente de adquisición de la propiedad aparece en el mismo Libro 4º., (Título XLI),
así como los gravámenes reales accesorios de la hipoteca (Título XXXVIII) y la forma de
propiedad de condominio (Título XXXIV) al cual se denomina cuasicontrato.
Quizá no haya otro sistema jurídico en el que sea más imprescindible el punto de
vista histórico para comprender las categorías e instituciones actuales. La historia del
Common Law nace y evoluciona hasta el siglo XVIII inseparablemente unida al Derecho
inglés que se forma a partir de la conquista normanda del año 1066. El poder centralizado
de los normandos irá imponiendo lentamente la entonces llamada comune ley o Derecho
común a toda Inglaterra - en detrimento de las costumbres locales que eran aplicadas en las
jurisdicciones feudales -, cuya elaboración corre a cargo de los tribunales reales de justicia,
que desde el siglo XIII se denominarán, por el lugar de su sede, Tribunales de Westminster.
Los medios que contaban estos tribunales para ejecutar sus decisiones y la pronta
30
El artículo 1545 del Código Civil dispone: Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los
contratantes y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales.
31
SUÁREZ MORIONES, Guillermo, Manual de Derecho Civil. Parte General, 1ra. edición, Fundación
Universitaria Autónoma de Colombia, Fondo de Publicaciones, FUAC, Bogotá, 1990, pp. 103 108.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
introducción del jurado en la resolución de las causas, hizo que al final de la Edad Media
los Tribunales reales fueran los únicos que administraban verdaderamente justicia. Pero el
conocimiento por parte de dicha jurisdicción de un litigio es un privilegio del particular
demandante, quien debe solicitar que se le expida un writ, escrito por el cual se le abre la
posibilidad de actuar ante el Tribunal. En una etapa posterior se fijarán las listas de writs
ante situaciones en que automáticamente entra a juzgar el Tribunal, o en aquellas que
demostrasen tener similitud con los writs fijados. Lo importante para las partes era hallar
el writ con el que acudir al Tribunal, la fórmula legal admitida para encauzar su acción.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
manera que éstos realizan la interpretación. Es decir, existe una inclinación no ya a citar y
alegar las leyes, sino las sentencias que las incorporan y según las directrices de la decisión
judicial, lo cual representa una evidente amenaza a la eficacia de la ley.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Pero la eficacia de los códigos quedó muy disminuida por la generalizada actitud
contraria del estamento judicial. Continuaban aplicando el Derecho tradicional basado en las
decisiones judiciales precedentes, ignorando así las disposiciones de los códigos o, en el mejor
de los supuestos, interpretándolos restrictivamente36.
Sin embargo, no puede negarse que hoy existe un proceso de acercamiento entre los
dos sistemas jurídicos. Hoy los países del Derecho continental admiten la función interpretativa
35
En el Estado de Luisiana, de origen francés, muy pronto se redactó un Código Civil (1808) basado
fundamentalmente en el Code napoleónico y recogiendo algunos principios del Derecho español. El Código
FIELD fue adoptado en California y en otros cuatro Estados occidentales del país y aprobado dos veces por la
legislatura de Nueva York, sólo para ser vetado en cada ocasión por el gobernador.
36
El problema es más bien que los tribunales estadounidenses tienden a leer los códigos para facilitar la
evolución del precedente judicial y no como solución definitiva en la cuestión de que se trate. Dicho de otro
modo, los códigos estadounidenses no se interpretan en la tradición civil.
37
Una explicación posible a la renuencia histórica del Derecho estadounidense a promulgar un Código único
de estilo civil es la estructura dicotómica del common law, éste combina dos tradiciones jurídicas bien
diferenciadas, cada una de las cuales proporciona diferentes respuestas y a veces contradictorias- a la misma
cuestión jurídica. Las dos tradiciones fueron una vez instituciones judiciales separadas conocidas como
derecho y equidad. Desde la fusión de procedimientos de ambos sistemas, tanto las cuestiones legales
como las equitativas suelen ser escuchadas por los mismos tribunales, aunque sigue habiendo diferencias en
término de los recursos y las defensas disponibles así como el derecho a juicio por jurado.
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8. Tras las huellas del legislador del Código Civil de los cubanos.
Así, mediante Real Decreto de 31 de julio de 1889 se hace extensivo a las islas de
Cuba, Puerto Rico y Filipinas, principales remanentes del que fuera el vasto imperio
español, el Código Civil que había entrado en vigor en la península escasamente tres meses
antes. La propuesta del Ministro de Ultramar sometiendo a la aprobación de la Reina
Regente el proyecto de Decreto, señala como una de las grandes ventajas de esa extensión,
la cual habría de ocurrir sin necesidad de hacer modificación alguna que alterara el
contenido y la forma en que fue promulgado (el Código), el mayor enlace entre los
pueblos que promovería la unidad de legislación.
- 39 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
se redujo a tres días el término para la vigencia de las leyes (artículo 1),
según artículo 1º. de la Ley de 29 de julio de 1918;
A partir del 1º. de enero de 1959 el Código Civil sufre importantes modificaciones
a los efectos de atemperar el Derecho al nuevo orden económico y social que la Revolución
había impuesto:
- 40 -
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- 41 -
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se derogan los artículos 1874 al 1880 sobre hipoteca. Las hipotecas sobre
inmuebles urbanos y rústicos fueron canceladas y su constitución futura
fue prohibida (cfr. artículos 34 de la 1ª. Ley de Reforma Agraria, párrafos
- 43 -
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se derogan los artículos 1881 al 1886 sobre anticresis por los mismos
textos legales que derogan los preceptos relativos a la hipoteca.
En sentido general, las modificaciones de que fuera objeto el Código Civil español
durante su casi centenaria vida en nuestro país, en su gran mayoría durante la etapa
revolucionaria, obedecieron a razones socio políticas. El impacto de las Leyes de
Reforma Agraria (1959 1963) y de Reforma Urbana (1960) y de las que resultaron del
cambio estructural de nuestra economía que transfirió a la propiedad estatal socialista la
mayor parte de los bienes de producción a partir de la nacionalización de las empresas
(1960) hicieron resquebrajar la vigencia del legendario Código, a tal punto de que en 1988,
año de su abrogación, una buena parte de su articulado, estaba, bien abrogada, bien
modificada o bien era de aplicación restringida por lo desactualizado de su normativa.
40
Así, Código de la Familia de Alemania Democrática, sancionado en 1965, con vigencia desde el 10 de abril
de 1966; Código de la Familia de Checoslovaquia de 1963; Código de la Familia y Tutela de Polonia de 1963;
Código sobre Matrimonio, Familia y Tutela de Rusia de 1925; con modificaciones de 1944 y 1945; Ley sobre
Personas y Familia de Bulgaria de 1949; con modificaciones de 1953, 1955 y 1961; Código de Matrimonio,
Familia y Tutela de Hungría de 1952 y Leyes Fundamentales de Yugoslavia sobre Matrimonio de 1946;
Tutela de 1947, Relaciones entre padres e hijos de 1947 y Adopción de 1947.
41
Código de Familia de Bolivia (aprobado por Decreto Ley No. 10.426 de 23 de agosto de 1972, y en
vigencia desde 6 de agosto de 1973 y Código de Familia de Costa Rica (Ley No. 5476 de 21 de diciembre de
1973, en vigencia desde junio de 1974).
42
Código de Familia de Honduras, (vigente desde el 16 de agosto de 1985), Código de Familia de El Salvador
(Decreto Legislativo 677 de 11 de octubre de 1993, en vigor desde el 1º. de octubre de 1994) y Código de la
Familia de Panamá, (Ley No. 3 de 17 de mayo de 1994 en Gaceta Oficial No. 22591 de 1º. De agosto de
1994).
43
MESA CASTILLO, Olga, Derecho de Familia (Módulo 1), 1ª. edición, Facultad de Derecho, Universidad de
La Habana, Editorial ENPES, La Habana, 1992, pp. 26 27.
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familia pueden establecerse, amén de otras de naturaleza patrimonial como las relativas al
régimen económico del matrimonio, que también son objeto de su regulación.
En sus interesantes artículos La codificación del Derecho Civil y El nuevo
Código Civil de Cuba: recuento y reflexiones de RAPA45 y CLAVIJO46 respectivamente, los
destacados juristas hacen referencia a los proyectos más importantes que no llegaron a
cristalizar como texto legal durante la Cuba neocolonial.
44
RAPA ALVAREZ, Vicente y Julio FERNÁNDEZ BULTÉ, El Código Civil cubano y el sistema jurídico
latinoamericano en Il Codice Civile di Cuba e il Diritto Latinoamericano, Centro interdisciplinare di studi
Latino Americani, Roma, 1990, p. 42.
45
Op. cit.,pp 98 99.
46
CLAVIJO AGUILERA, Fausto, El nuevo Código Civil de Cuba: recuento y reflexiones en Revista Cubana
de Derecho, No. 4, 1991, pp. 33 35.
47
Según CLAVIJO en nota (2) de El nuevo Código... cit., p 34, la Comisión Nacional Codificadora fue
creada por Ley de 9 de marzo de 1922, reorganizada por el Decreto No. 1608 de 27 de julio de 1925, y
derogados ambos por el Decreto No. 1653, de 16 de septiembre de 1933. Otros miembros de la Comisión:
José Antolín DEL CUETO, presidente (ponente del Libro Quinto: Obligaciones); Angel C. BETANCOURT
(ponente del Libro Cuarto: Sucesiones); Octavio GIBERGA (ponente del Libro Tercero: Derechos Reales);
Alberto SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE Y SIRVÉN (ponente del Libro Segundo: Derecho de Familia); Luis DE
SOTO, secretario.
48
Vid. SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE Y SIRVÉN, Antonio, Proyecto de Código Civil de Cuba, s. ed., Talleres
Tipográficos de Carasa y Cía, S. en C., La Habana, 1940.
- 45 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
A este Proyecto se le suma el elaborado por los ilustres profesores Antonio DÍAZ
PAIRÓ, Alberto BLANCO SÁNCHEZ y Eduardo LE RIVEREND, a quienes les fue
encomendada la labor de adaptar los preceptos del Código Civil vigente a las importantes
transformaciones que en el orden del Derecho Privado había conllevado la Constitución de
1940. Proyecto que fue enviado por el Ejecutivo al Congreso en 1940 sin que resultara
discutido.
- 46 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Según expresa RAPA49, al parecer, uno de los pocos cronistas del Código Civil
cubano de 1987, a partir de 1969 se inician las labores para sentar pautas de la nueva
codificación civil cubana. A tales fines se constituye la Comisión Nacional de Estudios
Jurídicos que para desempeñar las tareas operativas integra un secretariado permanente con
representantes del Partido, el Ministerio de Justicia, la Fiscalía General de la República, el
Tribunal Supremo, la Universidad de La Habana y el Ministerio del Interior.
Se optó además por una renovación total de la legislación civil, sin abandonar la
tesis codificadora51.
49
RAPA ALVAREZ, Vicente, La Codificación del ..., cit., pp. 99 101.
50
RAPA ALVAREZ, Vicente y Julio FERNÁNDEZ BULTÉ, El Código Civil cubano..., cit., pp. 42 43.
51
No puede olvidarse de que en algunos Estados de la otrora Europa oriental socialista, v. gr. Bulgaria, la
materia civil estaba regulada por leyes especiales, así una ley sobre las personas y la familia, ley sobre la
propiedad, ley sobre los contratos y las obligaciones, ley sobre las sucesiones, etc.
- 47 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
52
Según las referencias que nos brindan RAPA y FERNÁNDEZ BULTÉ en El Código Civil cubano ..., cit., p.
46.
- 48 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
el B.G.B.;
53
Ibídem.
- 49 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Constituye la primera versión que incluye todas las materias del Derecho Civil.
Recibió el nombre de Anteproyecto y fue elaborada por el Ministerio de Justicia.
- 50 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
confunde los casos de anulabilidad con los de nulidad (v. gr. ejecución de
actos sin la debida autorización por personas que padecen alguna
incapacidad relativa o el cumplimiento de algunos de los requisitos de ley,
en atención al estado civil o condición de su autor) y con los de rescisión
por lesión económica;
Esta versión del Código también incluía la regulación de los llamados contratos
económicos (documentación técnica de inversiones, servicios y elaboración de productos
- 51 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
54
Ello a pesar de que en esa fecha (1979) ya estaba vigente la Ley No. 14 de Diciembre de 1977 de
Derecho de Autor.
55
Atisbo de lo que resultaron ser los herederos especialmente protegidos reconocidos en el artículo 493 del
vigente Código Civil cubano.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Esta versión extiende el articulado del futuro Código Civil a 586 artículos e
introduce la estructura con la que definitivamente fue aprobado el Código, muy similar al
B.G.B.. Ofrece como peculiaridad en este orden la no división del Libro I, dedicado a la
Parte General, en Títulos.
- 53 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
especiales. Brinda una armónica sistematización de la ineficacia de los actos jurídicos, con
nítidas diferencias entre la nulidad y la anulabilidad.
Por primera vez se regula un Título ( el I ) en el Libro III dedicado a los efectos de
las obligaciones, cuyo primer capítulo se titula Ejecución de las obligaciones. En tanto en
el Capítulo III se consignan los modos de extinción de las obligaciones, con mucha mejor
técnica que en las versiones anteriores que los regulaban con ocasión del acto jurídico. Se
incluye, por primera vez también, la asunción de deudas, y se sistematiza la regulación de
las garantías del cumplimiento de las obligaciones, con excepción del derecho de retención.
56
En el caso de los ascendientes se regulaba la sucesión por líneas. El cónyuge heredaría la totalidad de la
herencia en el segundo llamado, con relegación de los padres del causante, en tanto se incluyen a los sobrinos.
57
Nombre que aún no se le atribuye en esta versión, que además tampoco perfila nítidamente los
requerimientos para ostentar esta condición.
- 54 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
En lo que a su estilo atañe fue criticado que los Libros I y II debían dividirse en
Títulos y éstos en Capítulos como se hace en los Libros III y IV, la no numeración de los
párrafos de todo el articulado y la evitación de definiciones institucionales o conceptuales
en los preceptos del Código, lo que le resta al Derecho la flexibilidad necesaria en su
aplicación, al dogmatizarse las instituciones o los conceptos definidos por el carácter
coercitivo de la norma que los contiene.
Esta versión difiere muy poco de la precedente. De ahí que en ella subsistan las
referencias críticas que le fueron hechas a la versión de febrero de 1982.
- 55 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Por primera vez el Libro III viene a tomar la denominación actual Derecho de
Obligaciones y Contratos.
Peculiar novedad significó la regulación del contrato de sociedad civil, con todos
los pormenores al estilo del Código Civil español: concepto, forma, derechos y deberes de
los socios, aportes, derechos de los acreedores, retirada de un socio, prórroga del término,
liquidación de la sociedad, extinción. Las sociedades con fines lucrativos se remiten para su
regulación a las leyes especiales y sólo con carácter supletorio al Código de Comercio y al
propio Código Civil.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Esta versión fue circulada a los diputados, recibiendo la comisión mixta encargada
al efecto60, valiosas sugerencias dirigidas a su mejor elaboración. Más de 1000 juristas
contribuyeron, con su experiencia y conocimientos, a su perfección. Una buena parte de las
sugerencias aceptadas estaban encaminadas a depurar el estilo, la terminología y la
organización de las materias.
60
Integrada por una Comisión presidida por el Miembro del Buró Político Blas ROCA CALDERÍO, el Ministro
de Justicia y el Departamento Jurídico de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
- 57 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Reelaboradas también las normas sobre los contratos de seguro, cuentas de ahorro
y sociedad civil.
Esta versión constituye la segunda del Proyecto de Código Civil. En ella se ofrece
ya la redacción definitiva de los POR CUANTO del Código.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
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Cada uno de los Libros se divide en Títulos, éstos en Capítulos y los Capítulos en
Secciones.
a) En sentido general:
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b) Disposiciones Preliminares.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
Del Código Civil cubano de 1987 se han vertido las más disímiles críticas que
objetan desde su enfoque socio político hasta la técnica legislativa empleada. Se ha
llegado incluso, en peyorativa expresión, a catalogarse como reforma del Código Civil
español heredado por nuestra nación, mero producto de los cambios políticos profundos,
por el establecimiento del socialismo real62, no concibiéndose como un fenómeno de
recodificación, lo que contradice la propia esencia transformadora de las relaciones
62
Así lo afirma DIEZ-PICAZO, Luis en Codificación, descodificación ... cit., p. 481.
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
privadas que el Código Civil impuso. No puede negarse la impronta que en su articulado
tiene el precedente Código Civil español, un número de cuyos preceptos reproduce. En su
gran mayoría reformados conforme con la sistémica y la técnica empleadas. Empero se
distancia del Código hispano desde el Plan al que se afilia, de corte alemán, hasta el grado
tal de concreción de las instituciones reconocidas, que linda con una parquedad excesiva,
influjo de los Códigos Civiles socialistas de Europa del Este, a los cuales supera, a tal
extremo que hoy si no es el más, se incluye entre los más escuetos del mundo, en contraste
con el español, criticado por su casuismo y minuciosidad extremas.
63
TRÍAS MONGE, José, Consideraciones sobre la reforma del Código Civil de Puerto Rico en Revista
Jurídica de la Universidad de Puerto Rico, volumen LII, número 2, 1983, pp. 143-144.
64
Vid. en este sentido HUTSCHENREUTER, Helga, Sobre algumas regulamentaçoes do Código Civil de 1987
directamente influenciadas pelo modelo social en Il Codice Civle di Cuba e il Diritto Latino Americano,
Centro interdisciplinare di studi Latino Americani, Roma, 1990, pp. 137 138.
- 67 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
65 66
Código Civil deComparado
bebe del Derecho la República deconllevado
. Ello ha Argentina de se25le de
a que tildeseptiembre de 1869,
de Código elemental ,
edición al cuidado del Dr. Ricardo DE ZAVALIA, Buenos Aires, 1996. Código Civil
demasiado simple. Lo cual no conduce a que sea calificado como un Código
de la República
confeccionado porFederativa
quienes no creen de Brasil,
en el Derecho 67, porque
Ley 3071 de 1ro. de de
amén enero de 1916,que
la descortesía 2da.la
expresión revisada
edición, y actualizada
lleva implícita, al referirse(hasta su octubre
autor a de un 1997),
CódigoEditora
foráneo,Revista
supone dosun
Tribunais, Sao Pablo,
desconocimiento de una 1997.Código
realidad que le Civil de alasuRepública
es ajena entorno, para de quien
Bolivia, Decreto
como Ley
expresara
68
Nº 12760 de
el profesor 6 de agosto
HINESTROSA - de
carece1975,de edición de 1998.
la vivencia Código
del proceso Civil deenla Cuba
cumplido República
en los
de Chile
últimos añosdey 14 deformación
cuya diciembrey de 1855, edición
experiencia jurídicasoficial al 31 de aagosto
corresponden de 1976,
una codificación
concordantepor
aprobada en suDecreto Nº 1937,
nomenclatura y en de
sus 29 de con
reglas noviembre
su sistemadepolítico,
1976 social
del Ministerio
y económicode
basado enEditorial
Justicia, Jurídica
la propiedad de Chile. Código
y autonomía privadas,Civil de la la
en donde República
iniciativa dey laColombia,
actividad
individuales yelcolectivas
sancionado 26 de mayo de 1873
constituyen y puesto
el factor y el en vigor
motor por Leyde57lade
primordial 1887, edición
economía y de las
a cargo de
relaciones Luis César
sociales PEREIRA
en general. Por M eso sigue, sosteniendo
ONSALVE Medellín, Marzo, 1994.
el célebre Código-,Civil
catedrático para
de la República
entender de Costay Rica
la sistematización de 26 de
la disciplina abrildistintas
de las de 1886 (revisado yreguladas
instituciones actualizado),
en el
Códigoedición,
9na. Editorial
y para captar Porvenir
los alcances S. normatividad,
de esa A., San José, 1996. Código
es menester Civilen de
no sólo tener la
cuenta
los problemasdeespecíficos
República Cuba, Ley y laNº 59 de de
situación 16lade julio decubana
sociedad 1987,envigente desderespecto
la actualidad el 12 dede
abril de 1988,
las materias queDivulgación
tradicionalmente del MINJUS, La Habana,
se han considerado 1988.
objeto delCódigo
DerechoCivilCivil,desino
la
República de Ecuador, tener
también y primordialmente, 7ma.presente
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régimen político RO-S 104:es20
del cual noviembre
producto de
y a cuya
1970), actualizado
permanencia a junioestá
y afianzamiento de llamado
1997, aeditado
servir elpor Corporación
Código, de Estudios
que en última instancia es y
una pauta para elS.intérprete
Publicaciones, L. Código Civil dedel
y aplicador la Derecho.
República No de El Salvador,
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del de
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Código Civilde de
1859,los ordenada
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Derecho,Ejecutivo de 10 dey
sino de entender
abril de la
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forma publicado
en que otrasen elnaciones
Diario Oficial
conciben el la
14 codificación
de abril de de 1860. Código
su propio Civil
Derecho
Civil. ta.
del Reino de España de 6 de octubre de 1888, 16 edición, Editorial Civitas S.
A., Madrid, 1993. Código Civil de la República de Francia de 21 de marzo de
ma.
1804, 66 Edición, Petit Codes, Dalloz 1976 - 1977. Código Civil de la
República de Guatemala, sancionado por Decreto-Ley Nº 106 de 14 de
septiembre de 1963, en vigor desde el 1º de julio de 1964, AYALA and JIMÉNEZ
Editores, Guatemala, C. A.. 1991. Código Civil de la República de Honduras,
sancionado por Decreto Nº 76 de 19 de enero de 1906, Graficentro Editores,
Tegucigalpa. s. f.. Código Civil de la República de Italia de 16 de marzo de
1942, Casa Editrice La Tribuna, Piacenza, 1993. Código Civil de los Estados
Unidos Mexicanos para el Distrito y Territorio Federales en materia común y
para toda la República en materia federal, de 30 de agosto de 1928, edición a
cargo de Jorge OBREGÓN HEREDIA (concordado), Editorial Porrúa, México, 1988.
Código Civil de la República de Panamá, contenido en Ley 2 de 22 de agosto
de 1916 y en vigor desde 1º de octubre de 1917 según Decreto 95 de 1º de junio
ra.
de 1917, 3 edición, Editorial MIZRACHi and PUJOL, S. A., Santa Fe de Bogotá,
65
Son clásicas las antinomias que operan en sede de herederos especialmente protegidos, vulnerada su tutela
por su no reconocimiento por el propio legislador del Código Civil en la sucesión abintestato y por los
disímiles cauces en que discurren esta normativa de Derecho imperativo y las que refrendan el destino del
saldo designado a favor del beneficiario en cuenta de ahorro y de los enseres domésticos indispensables para
la vida en el hogar. En este sentido vid. mi artículo Los herederos especialmente protegidos, la nueva visión
de los herederos legitimarios en el Código Civil cubano: algunas interrogantes al respecto en Temas de
Derecho Sucesorio Cubano, 1ª. edición, Editorial Félix Varela, La Habana, 1999, pp. 50 56.
66
Así, MOSSET ITURRASPE, Jorge, Contratos, edición actualizada, Rubinzal Culzoni Editores, Buenos Aires,
1997, p. 53.
67
Ibídem.
68
HINESTROSA, Fernando, Notas sobre el Código Civil cubano. Ley No. 59 de 16 de julio de 1987 en Il
Codice Civile di Cuba e il Diritto Latinoamericano, Centro interdisciplinare di studi Latino Americani,
Roma, 1990, p. 92.
- 68 -
De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
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De la Codificación Civil Lic. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO
- 70 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
- 73 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Que dicha situación de los sujetos debe regularse orgánicamente, como una
unidad, por el ordenamiento jurídico.
Que esa relación social regulada debe estar encaminada a la realización de una
función económica o social trascendente, es decir, merecedora de tutela jurídica.
Luis DIEZ PICAZO y Antonio GULLÓN señalan que entienden por relación jurídica
una situación en la que se encuentran dos o más personas, que aparece regulada como una
unidad por el ordenamiento jurídico, organizándola con arreglo a determinados principios,
y que la considera, además, como cauce idóneo para la realización de una función
merecedora de la tutela jurídica.87
María del Carmen GETE- ALONSO la define como aquella que permite dar razón
jurídica de los intereses en juego, en cuanto supone la atribución de un conjunto de poderes
y deberes, y ordena las distintas situaciones subjetivas en las que se encuentran, entre sí,
varias personas.89
86
ALBALADEJO, M., Derecho Civil, Tomo I, Volumen segundo, Ed. Bosch, Barcelona, 1996, p. 9.
87
DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 216.
88
A. LÓPEZ V.L. MONTÉS (Coordinadores),Derecho Civil. Parte General, Ed. Tirant Lo Blanch, Valencia,
1995, p. 473.
89
PUIG FERRIOL, L., GETE-ALONSO y CALERA, M., GIL RODRÍGUEZ, J. Y HUALDE SÁNCHEZ, J., Manual de
Derecho Civil, Tomo I, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997, p. 416.
90
LARENZ, K., Derecho Civil. Parte General, traducción española, Madrid, 1978, pp. 45- 46.
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La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
no ser perjudicado en su existencia (la vida, el cuerpo, la salud) y en un ámbito propio del
mismo, y cada individuo está obligado frente a cualquier otro de modo análogo. Esta
relación es, en cierto modo, el prototipo de todas las relaciones jurídicas.
Algunas relaciones jurídicas, como las que tienen por base los derechos de la
personalidad o la propiedad, confieren a una persona un derecho frente a todos los demás,
erga omnes, que tienen el deber general de respetarlo y no cometer una intrusión. En otras,
sólo participan personas determinadas, como en las relaciones obligacionales, en las que
uno o varios acreedores ejercitan su derecho ante uno o varios deudores.
91
Es criterio ya casi definitivamente superado el considerar la existencia de relaciones jurídicas entre personas
y cosas, prototipo de las cuales serían las relaciones de propiedad. Ciertamente la propiedad atribuye un
señorío sobre la cosa, pero tal poder es precisamente jurídico porque se atribuye en exclusiva al propietario y
debe ser respetado por todas las demás personas; de modo que en la relación de propiedad está determinado
uno de los sujetos: el propietario, que detenta la situación jurídica de poder, e indeterminado el otro sujeto,
que serán todos los demás miembros de la sociedad que se encuentran en la situación de deber, concretándose
éste último cuando se lesione o discuta el poder de dicho propietario sobre el bien en cuestión. Esta fue la
opinión de SAVIGNY, seguida luego en la doctrina española por CASTÁN, DE CASTRO, PUIG BRUTAU,
ALBALADEJO, DIEZ PICAZO, entre otros. Sin embargo, admiten relaciones jurídicas entre personas y cosas
IHERING, ENNECCERUS, TUHR, y entre los españoles DE BUEN, que habla incluso de relaciones entre cosas,
señalando como ejemplo de estas últimas las servidumbres prediales. Pero la definición de las servidumbres
como una relación entre predios no pasa de ser, como afirma GARCÍA VALDECASAS, una expresión figurada
para significar que la relación se da entre las personas que en cada momento, pro tempore, sean los
propietarios de los predios. En un sentido completamente distinto, como veremos más adelante, se habla de
relaciones entre cosas principales y accesorias o entre cosas compuestas y sus partes integrantes.
- 75 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
El primer precepto de este Libro Primero, artículo 22 del Código Civil, establece
que tiene carácter de jurídica la relación entre personas a la que la ley atribuye efectos.
Si bien la anterior definición no se detiene en subrayar todos los elementos que antes
señalamos como necesarios para la formulación de un adecuado concepto de relación
jurídica, contiene aciertos que superan concepciones tradicionales sobre la misma, además
de resultar una novedad entre nosotros el hecho de que el Código se refiera expresamente a
la misma.
- 76 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
en su Parte Especial, es una relación jurídica. Ella se establece entre personas, que
concurren a la relación con determinados derechos y deberes que se derivan de la situación
de comprador o vendedor que ostenten; dicha situación se regula como una unidad,
partiendo de principios básicos que en este caso serían los relativos al contrato de
compraventa; a esta relación la ley le atribuye determinados efectos jurídicos, en este caso
la transmisión de la propiedad de un bien a cambio de un precio.92
Las normas jurídicas, al ordenar las relaciones sociales, colocan a los sujetos de
las mismas en distintas situaciones. Para que la función social o económica perseguida con
la relación pueda lograrse, se reconocen a las personas que en ella intervienen situaciones
de poder jurídico y situaciones jurídicas de deber. Esa posición jurídica de los sujetos es la
que justamente aparece como contenido de toda relación jurídica civil, compuesta por una
situación jurídica de poder y por una situación jurídica de deber, que pasamos a analizar a
continuación.
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La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
la realización de un acto voluntario suyo. Esta situación jurídica de poder originada por la
relación jurídica se concreta en los llamados derechos subjetivos, las facultades y las
potestades jurídicas.
Por derecho subjetivo debemos entender una situación de poder jurídico, que se
reconoce y protege por el ordenamiento jurídico, compuesta por un grupo de facultades
94
La teoría de la voluntad, esgrimida por SAVIGNY y WINDSCHEID, consideró al derecho subjetivo como
poder de la voluntad protegido por el ordenamiento jurídico; frente a ella se alzó la teoría del interés,
desarrollada por IHERING, que entendía que realmente el derecho subjetivo era un interés jurídicamente
protegido, razón por la cual personas incapaces de ejercer su voluntad pueden ser titulares de derechos
subjetivos.
95
Así, por ejemplo, la sentencia de 22 de septiembre de 1959 del Tribunal Supremo de España lo definió
como un poder jurídico atribuido a una voluntad y con aptitud para satisfacer intereses humanos.
- 78 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
96
Como afirma ALBALADEJO, el interés en atención al cual se atribuye un derecho no es el que, en cada caso
concreto, estime como tal el propio sujeto, ni ha de ser un interés que haya de concurrir en cada persona que
tenga un derecho de aquella clase, sino un interés al que, en abstracto, dicho poder le resulte medio útil de
satisfacción, aunque no se utilice para conseguirlo o el sujeto de que se trate no pueda alcanzarlo. Puede
situarse como ejemplo el caso de una persona sorda con derecho a entrada en una sala de conciertos, o el de
una persona ciega con derecho a entrada en una sala donde se exhiba un filme silente.
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., pp. 13- 14.
97
ENNECCERUS y NIPPERDEY, Tratado de Derecho Civil. Parte General, tomo I, segunda edición española,
Barcelona, 1953, p.280.
98
El catálogo de derechos inherentes a la personalidad no se agota con los arriba mencionados. Pueden ser
tantos como legítimas expectativas de respeto a su persona tenga el hombre de acuerdo al momento histórico
que vive, con las razonables limitaciones o restricciones que sean propias de la convivencia humana y del
interés colectivo.
- 79 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Los derechos no pueden existir sin pertenecer a un sujeto, aunque este pueda estar
transitoriamente indeterminado, pero tal situación de que un derecho carezca de titular sólo
puede darse interinamente por tiempo limitado, concretándose después el sujeto al cual
- 80 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
dicho derecho está destinado, tal es el caso, por ejemplo, de la herencia yacente, que no se
regula en nuestro derecho, o de la herencia deferida a un concebido, situación que si admite
nuestro Código Civil, en virtud de lo preceptuado por los artículos 25 y 535.1.
Objeto del derecho subjetivo: Por objeto del derecho subjetivo debemos entender,
al decir de Federico DE CASTRO, aquella parte de la realidad social acotada como
base de la situación jurídica de poder concreto que se ha confiado a su titular 99, o
sea, todo aquello que puede ser sometido al poder del sujeto al que pertenece el
derecho, todo aquello que el titular puede exigir al sujeto o los sujetos del deber
jurídico correlativo, para la
satisfacción de intereses o fines reconocidos y tutelados por el ordenamiento
jurídico.
99
CASTRO DE, F., Derecho Civil de España, tomo I, p. 583, citado por PUIG BRUTAU, J., Compendio de
Derecho Civil, Volumen I, Ed. Bosch, Barcelona, 1987, p. 149.
100
La sentencia de 21 de noviembre de 1940 del Tribunal Supremo de España señaló acertadamente que aun
siendo muy diversos los sentidos que cabe atribuir en Derecho al término objeto y las teorías que ha
formulado la doctrina científica al tratar de determinar qué ha de entenderse por objeto en las relaciones
jurídicas o en los derechos subjetivos, no cabe duda que en las relaciones que dan lugar a los derechos
personales o de obligación, el objeto del derecho y consiguientemente de la relación jurídica radica, no en la
cosa del mundo exterior que pueda constituir el contenido de la prestación, sino en un elemento vinculado a la
esfera personal y de libertad del sujeto obligado, o sea, la conducta, comportamiento o prestación misma del
deudor; y sólo en las relaciones que dan lugar a los llamados derechos reales, se puede considerar como
objeto o substrato del correspondiente derecho subjetivo a la cosa, mueble o inmueble, sometida al señorío del
titular y susceptible de utilización económica. Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., pp. 16- 17.
- 81 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Contenido del derecho subjetivo: Contenido del derecho subjetivo es el poder que
puede ejercer el sujeto sobre el objeto del derecho, o sea, todo el conjunto de
facultades que posee el titular en virtud del derecho que se le atribuye por el
ordenamiento jurídico, por lo que puede decirse que este conforma la sustancia
misma del derecho, lo que precisamente distingue unos derechos de otros.
El contenido específico de cada derecho subjetivo deberá estar definido por la ley,
pero esa delimitación del contenido por vía legal no debe buscarse solamente en las
disposiciones generales que hagan dichas leyes o Códigos, sino que habrá además de
atenderse a lo dispuesto por otras normas de carácter especial relacionadas con el derecho
en cuestión y a las variaciones introducidas en dicho contenido por la autonomía de la
voluntad, cuando ello resulte adecuado. Se dibuja así el contenido normal, esencial, del
derecho subjetivo, delicada tarea de interpretación y aplicación de las normas.104
101
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p. 17, DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., pp. 426- 427, PUIG BRUTAU,
J., op. cit., p. 149, GARCÍA VALDECASAS, G., Parte General del Derecho Civil Español, Ed. Civitas, Madrid,
1983, pp. 158- 159.
102
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 427.
103
Se entiende por cargas las conductas que el titular del derecho subjetivo ha de cumplir para la satisfacción
del interés a que aspira, sin que surja de ellas obligación alguna que se le pueda exigir. Por ejemplo, si quiero
que el juez condene al demandado a que me resarza económicamente por ciertos daños que me produjo, tengo
la carga de probar que dichos daños se me causaron (artículo 244 de la Ley de Procedimiento Civil,
Administrativo y Laboral); si soy cotitular de una copropiedad nacida por razón del matrimonio, serán cargas
de la misma la reparación menor o de mera conservación de bienes propios hechas durante el matrimonio
(artículo 33 del Código de Familia).
104
La sentencia del Tribunal Constitucional español de 8 de abril de 1981 declaró que contenido esencial es
aquella parte del contenido de un derecho subjetivo sin la cual éste pierde su peculiaridad, o también aquella
parte que es ineludiblemente necesaria para que el derecho permita a su titular la satisfacción de aquellos
intereses para cuya consecución se le otorga. Se rebasa o se desconoce el contenido esencial cuando el
derecho queda sometido a limitaciones que lo hacen impracticable, lo dificultan más allá de lo razonable, o lo
despojan de la necesaria protección.
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 430.
- 82 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
El derecho subjetivo debe ejercitarse siempre de buena fe, pues más allá de ella, el
acto de ejercicio de un derecho se torna inadmisible y antijurídico, lo que obliga a
reconocer al afectado medios que le permitan enervar o anular la actuación indebida del
titular del derecho. Pueden señalarse los siguientes supuestos de ejercicio del derecho
subjetivo con infracción del principio de la buena fe:
La actuación contraria a los propios actos anteriores del titular, pues debe
mantenerse un comportamiento coherente, ya que la buena fe se opone a
una pretensión incompatible con la conducta anterior del sujeto que
detenta el derecho.
- 83 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
105
Este fue el fundamento de los llamados actos de emulación, precedente de la doctrina del abuso del
derecho, que se va objetivando ante la dificultad cierta que encierra la prueba del animus nocendi,
reparándose esencialmente en la falta de utilidad del ejercicio del derecho por parte de su titular. En este
sentido, resulta clásica la sentencia de la Corte de Amiens de 1913 en el caso Clément- Bayard . Este señor
poseía un terreno en el que despegaban y aterrizaban dirigibles. Para obligarle a venderle dicho terreno, el
propietario de la finca colindante construye, ejercitando su derecho de dominio, grandes armazones de madera
con sobrevolados de hierro punzante que dificultaba la actividad de los dirigibles. Tales actos no le
proporcionaban beneficio alguno, pero perjudicaban indudablemente a su vecino. La Corte admitió como
legítimo el deseo de comprar el terreno de Coquerel, el colindante de Clément- Bayard, pero falló en su contra
estimando que había obrado ilícitamente, empleando medios inadmisibles y con intención maliciosa.
- 84 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
El artículo 4 de nuestro Código Civil recoge como límite del derecho subjetivo su
ejercicio abusivo en los siguientes términos: Los derechos que este Código reconoce han
de ejercerse de acuerdo con su contenido social y finalidad, y no es lícito su ejercicio
cuando el fin perseguido sea causar daño a otro. El precepto declara que no se ampara el
ejercicio antisocial del derecho, ni aquél que extralimite los fines del mismo, y lo hace
estableciendo una exigencia, pues establece, imperativamente, a nuestro juicio, como han
de ejercerse los derechos que el propio Código reconoce. Sin embargo, no se establece cuál
sería la adecuada sanción que debería imponerse frente a la violación del mandato legal,
aunque legitima a todo aquel que tenga un interés, aunque no sufra daño actual, para
solicitar al Tribunal que se deje sin protección al titular del derecho en el acto concreto de
ejercicio de que se trate.
Por otra parte, el propio artículo 4 califica como ilícito el ejercicio del derecho
cuando su propósito sea causar daño a otro. ¿Significa esta referencia a la intención del
titular la adopción de una concepción subjetiva del abuso del derecho?. Pensamos que no,
pues además de las dificultades que acarrearía la prueba de tal propósito, ello entraría en
franca contradicción con la tendencia a la objetivación de la responsabilidad que prima en
nuestro Código, como veremos más adelante. Aquí el elemento subjetivo deberá valorarse
como ausencia de un fin serio o, incluso, legítimo, que corresponderá valorar al Tribunal en
cada caso particular que a su consideración se someta.
La norma jurídica es la encargada de establecer los supuestos que deben dar lugar
al nacimiento del derecho subjetivo, cuando estos efectivamente se producen el derecho
nace y, normalmente, se atribuye a una persona determinada que lo adquiere. Pero no
siempre la adquisición del derecho va ligada a su nacimiento, esto sólo acontece en las
llamadas adquisiciones originarias. También ocurre que el titular de un derecho lo transmita
a otro, que lo adquiere, por tanto, luego de que el derecho ya ha existido un determinado
período de tiempo, que es lo que se conoce como adquisición derivativa, que a su vez podrá
- 85 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
ser traslativa o constitutiva según el adquirente reciba el derecho completo, de una manera
unitaria, o se constituya en él un nuevo derecho con base en el anterior, del que se le
transmiten determinadas facultades. En el primer caso puede situarse como ejemplo la
transmisión de la propiedad, y en el segundo la constitución de un derecho de usufructo.
El derecho subjetivo puede además resultar alterado sin perder su identidad como
tal, como ocurre cuando cambian los sujetos del mismo, o su objeto, o su contenido.
Ejemplo de modificación subjetiva sería la cesión de créditos y asunción de deudas, que se
regulan en los artículos 256 al 265 del Código Civil, y ejemplo de modificación objetiva,
que afecta el objeto o el contenido del derecho, puede ser la dación en pago regulada por el
artículo 297.
También pueden extinguirse los derechos por renuncia de su titular, que supone
un abandono de los mismos sin que se transmitan a otra persona. Sin embargo, como
establece el artículo 5 del Código Civil, la renuncia no puede redundar en menoscabo del
interés social o en perjuicio de tercero, y vale además puntualizar que hay derechos que por
su propia naturaleza, como los inherentes a la personalidad, no son renunciables.
2.1.2 Facultades.
No es usual que un derecho esté integrado por una sola facultad, generalmente su
contenido lo conforman múltiples facultades. El propietario de una finca, por ejemplo, tiene
las facultades de poseerla, de excluir a los demás, de aprovechar sus frutos, de disponer de
ella. Incluso las facultades que conforman un derecho subjetivo identificado por la unidad
del sujeto y del objeto, pueden ser de naturaleza diferente, como ocurre, por ejemplo, en el
derecho de autor, integrado por facultades morales y patrimoniales.
106
ENNECCERUS y NIPPERDEY, op. cit., p. 284.
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La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Puede decirse entonces que son facultades las posibilidades de actuación que se
atribuyen a una persona como contenido de un derecho subjetivo más amplio o bien con
independencia de cualquier clase de derecho, aunque este último supuesto no es común.107
2.1.3 Potestades.
Las potestades también son situaciones jurídicas de poder dentro de una relación
jurídica. Son tales los poderes que se confieren a un determinado sujeto, pero no para la
realización de sus propios intereses, sino en función de un interés superior o, en todo caso,
de un interés ajeno.
Son poderes que no se reciben para su libre y arbitrario ejercicio, sino para la
gestión y defensa de los intereses de otra persona, para que se cumpla el deber de cuidar
esos intereses de quien no puede hacerlo por si mismo, como en los casos de patria potestad
o de autoridad tutelar. Por ello se reconoce que constituyen un poder- deber, pues la
persona a quien se atribuye ese poder tiene la obligación de ejercitarlo en beneficio de
terceros o de la colectividad.
El deber jurídico puede recaer sobre una o varias personas determinadas o puede
estar dirigido a la generalidad de las personas, igualmente pueden ser deberes establecidos a
favor del titular del derecho correlativo o deberes generales de no perturbar a los demás.
- 87 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
poder o en una situación jurídica de deber. Estas personas actuando en el marco establecido
por la relación se manifiestan como sujetos de la misma. Este es precisamente el primer
elemento estructural de la relación jurídica, el elemento subjetivo. Dicho elemento se
desdobla en el sujeto activo de la relación, que es el que se encuentra en la situación
jurídica de poder resultando titular del derecho subjetivo, la facultad o potestad que el
ordenamiento jurídico le atribuye, y el sujeto pasivo, que es el portador de la situación
jurídica de deber.108 Tanto el lado activo como el pasivo puede estar constituido por una o
varias personas, que pueden ser naturales o jurídicas, y que deben encontrarse en un plano
de igualdad en cuanto a capacidad jurídica y patrimonio, pues si alguna de ellas ejerce
cualquier tipo de autoridad sobre la otra la relación rebasaría el ámbito del Derecho Civil.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
108
También hay relaciones jurídicas que generan para ambos sujetos sendas situaciones jurídicas, como los
contratos sinalagmáticos, de los cuales es ejemplo típico la compraventa, donde vendedor y comprador tienen
al propio tiempo derechos y obligaciones surgidas del contrato.
- 88 -
La relación jurídica civil. Concepto y contenido Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Civil, Volumen 1, Ed. Bosch, Barcelona, 1987; PUIG FERRIOL, L., GETE-ALONSO y
CALERA, M.C, GIL RODRÍGUEZ, J., HUALDE SÁNCHEZ, J., Manual de Derecho Civil,
Tomo I, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997; RAPA ALVAREZ, Vicente: La relación
jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil , en Revista Jurídica, Nro. 19,
Año VI, UNJC, La Habana, abril- junio 1988.
- 89 -
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
La palabra persona proviene del latín personus, y este a su vez del verbo de igual
lengua personare, que significa sonar mucho o resonar. Este vocablo se utilizó
inicialmente para identificar la máscara o careta que utilizaban los actores en los teatros
griegos y latino y que servía para dar vida a los personajes y vigor a las frases que se
pronunciaban.
Esta parte del hecho de la concepción del hombre como determinante del inicio de
la personalidad, es decir, sitúa su comenzó en el momento en que surge la vida intrauterina.
109
Sobre el tratamiento de la persona en Roma y el origen etimológico de la palabra, Vid. FERNÁNDEZ BULTÉ,
J., CARRERAS CUEVAS, D. y YÁNEZ ROSA M., Manual de Derecho Romano ,Ed. Pueblo y Educación, La
Habana, 1982, pp. 42 y ss.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
Esta teoría parte de un hecho cierto para fijar el inicio de la personalidad y este
hecho lo constituye el nacimiento o lo que es lo mismo cuando el producto de la
concepción completamente formado es separado de modo natural o artificial del claustro
materno. La terminación del acto del nacimiento constituye el momento del comienzo de la
personalidad pues se inicia la existencia independiente de la persona, ya que al solo
concebido no se le atribuye vida propia.
Unos partidarios exigen que el nacido reúna las máximas condiciones para
desarrollar una vida activa ( perfección y sanidad completa o absoluta) mientras que otros
solo exigen la concurrencia de condiciones mínimas para continuar la vida
independientemente.
Ambas variantes son criticadas por las posibilidades que abren a la comisión de
delitos o fraudes para la consecución de determinados efectos jurídicos.
El Código Civil español de 1889 acogió esta doctrina 110 que establece que la
personalidad se origina con el nacimiento pero retrotrae sus efectos al momento de la
concepción reconociéndole al concebido derechos solo en los extremos que le sean
favorables. Está teoría partiendo de una ficción concede personalidad al concebido pero la
misma además de relativa ( solo en lo que lo favorezca) es condicional pues tiene que
cumplirse el requisito del nacimiento vivo del concedido, o sea, el reconocimiento de la
personalidad solo se produce con el nacimiento y en ocasiones se exige además la
viabilidad legal o fisiológica.
110
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., Sistema de Derecho Civil, Vol. I, Ed. Tecnos, Madrid, 1982, pp. 227
y 228.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
Si entre persona natural y sujeto de derecho expusimos que existía una relación
directa por ser la primera una categoría abstracta y la otra concreta, en dependencia de que
nos encontráramos o no en presencia de una relación jurídica establecida, ahora podemos
realizar igual planteamiento con respecto a los términos personalidad y capacidad, una
manifestada de forma general e inalterable y la otra en concreto y sujeta a oscilaciones
dentro de una relación jurídica civil. En consecuencia, la capacidad es la aptitud para ser
sujeto de derechos y obligaciones, que se manifiesta respecto a relaciones jurídicas
determinadas.
El Art. 28.1 del vigente Código Civil, en plena coincidencia con lo establecido en
el Art. 24 del propio cuerpo legal sobre la personalidad, significa que la persona natural
tiene capacidad para ser titular de derechos y obligaciones desde su nacimiento, pero el
apartado segundo del primer precepto mentado señala que el ejercicio de la capacidad se
rige por las disposiciones del mismo Código y por la legislación especial, según proceda.
Estos postulados y otras normas a las que haremos referencia nos permiten
establecer diferencias entre la capacidad de derecho y la capacidad de obrar o de ejercicio
y resulta entonces punto de partida indispensable para analizar doctrinalmente y con mayor
profundidad las distintas manifestaciones de la capacidad civil.
La capacidad de goce a la que se refiere el Art. 28.1 del Código Civil es la aptitud
del sujeto para la tenencia, goce o adquisición de derechos. Este tipo de capacidad que
implica para el sujeto la aptitud para ser titular de derechos es esencia, es un atributo
inherente al mismo, presupuesto general de todos los derechos y es un elemento que no
puede faltar en la persona. Cuando se habla de la misma en sentido general o en abstracto,
según afirma el profesor Tirso CLEMENTE111 citando a su vez a CASTÁN, hay que decir que
reúne los caracteres de fundamental, única, indivisible, irreductible y esencialmente igual
siempre y para todos los hombres. Pero siguen diciendo los citados autores que al
considerarla en concreto es susceptible de restricciones a título excepcional y por virtud de
disposición expresa de la ley.
Puede por ejemplo exigirse que el que pretende adoptar haya arribado a los 25
años de edad y por ello la persona no tiene capacidad para adquirir este derecho hasta que
no alcance la citada edad, pero si puede ser sujeto de otra gran gama de derechos como el
de propiedad, de posesión, de contratación, etc.
Algo distinto ocurre con la capacidad de obrar, pues esta no constituye esencia del
sujeto, sino potencia. Este tipo de capacidad no es más que la aptitud para el ejercicio de los
derechos y para realizar actos jurídicos eficaces, es decir, es la aptitud del sujeto para
lograr por sí mismo, sin la intervención o el auxilio de un tercero, la creación, modificación
o extinción de derechos, sobre la base de la realización de actos jurídicos válidos, y para
lograr incluso la defensa de esos derechos adquiridos.
Por ello nuestro vigente Código Civil del que ya habíamos enunciado el Art. 28.2,
desarrolla o explica sucesivamente en los Art. 29,30 y 31 las circunstancias que determinan
la plena capacidad de ejercicio, la capacidad restringida y la capacidad absoluta.
111
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo I, Primera Parte, EMPS, La Habana, 1983,
p. 225.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
El propio Art. 29 del Código Civil, pero esta vez su apartado 2, ofrece la
posibilidad de que esta capacidad de ejercicio se amplíe o restrinja si de forma concreta o
específica la ley fija una edad especial para la realización de determinado acto.
Esta ausencia parcial de capacidad que implica una restricción al ejercicio de los
derechos por sí, ha representado tantas dificultades para tratarse en el ámbito judicial o en
la práctica que puede afirmarse que no ha existido pronunciamiento del Tribunal en tal
sentido.
En el tercer caso habría que excluir al sordomudo que no sabe leer ni escribir de
las personas poseedoras de impedimentos físicos que pudieran ser parcialmente limitados o
restringidos en el ejercicio de su capacidad de obrar, pues para ellos el mentado Art. 586 de
la ley rituaria civil ha previsto la denominada incapacidad absoluta.
Conviene también apuntar que esta ausencia total de capacidad provoca la nulidad
absoluta de los actos efectuados por el incapaz. No obstante, hay que tener presente que los
actos realizados por el incapacitado, es decir, por la persona declarada en este estado por
resolución judicial serán siempre ineficaces, mientras que los realizados por un incapaz, o
sea, la persona que carece de capacidad pero sobre la cual no ha existido pronunciamiento
judicial, podrán ser declarados nulos por ausencia de consentimiento pero demostrando que
al realizar cada acto en concreto esta persona se encontraba de hecho incapacitada para
regirse a sí misma y a sus bienes.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
En principio hay que distinguir entre las capacidades especiales, las prohibiciones
y las limitaciones de la capacidad de obrar.
112
Sobre este particular, que se mantiene en otras legislaciones, cfr. PUIG FERRIOL, L. y otros, Manual de
Derecho Civil, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997, p. 191; DIEZ PICAZO Y GULLÓN, op. cit., p. 258; GHERSI, C.
A. (Coordinador), Derecho Civil. Parte General, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1999.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
obrar pero para el ejercicio de determinado derecho se le exige un requisito adicional. Así
ocurre con el adoptante a quien se exige la edad de 25 años aún cuando al arribar a los 18
años de edad ya se encuentra en el pleno goce de su capacidad de obrar.
- SEXO:
- PRODIGALIDAD:
113
Vid. RAPA ALVAREZ, V., "La relación jurídica: Categoría esencial en el nuevo Código Civil", en Revista
Jurídica, Nro. 19, Año VI, MINJUS, La Habana, abril- junio de 1988, p.121.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
la capacidad de obrar de quien podía dilapidar una fortuna, quedar a merced de la caridad
pública y perjudicar a sus herederos.
- INTERDICCIÓN CIVIL:
La Ley de Notarías Estatales precisa que son incapaces para comparecer en los
actos que autoriza el notario los incapacitados judicialmente para el acto de que se trate y
los que la ley determine en un acto en particular, por ello su reglamento exige que el
director del Establecimiento Penitenciario haga constar al Notario, si el recluso, sancionado
a privación de libertad, que ante él concurre, no ha sido limitado por sentencia para efectuar
el acto que pretende.
- CONCURSO:
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
- QUIEBRA:
- EDAD:
Podríamos apuntar que la edad siempre influyó en el estado civil individual, pues
determinó la capacidad de obrar desde la Roma antigua hasta nuestros días. En el libro
Derecho Civil. Parte General del Dr. Tirso Clemente se realiza un estudio histórico
profundo de la influencia de la edad en la capacidad de obrar en la diferentes épocas,
estudio al cual ahora remitimos114, sin embargo conviene advertir que diferentes criterios se
han seguido para determinar las edades que permitirían el ejercicio de los derechos, uno
primero basado en el desarrollo físico o biológico que ha sido sustituido por otro más
moderno y reciente que toma en consideración la madurez psicológica o mental. También
ha de señalarse que basado en esto se ha visto como la edad que permite el pleno ejercicio
de los derechos ha ido disminuyendo, hasta situarse en la actualidad en la mayoría de las
legislaciones en los 18 años cumplidos.
En cada etapa los actos jurídicos realizados tienen la eficacia que ya ha sido
objeto de explicación en epígrafe anterior.
114
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., pp. 320 y ss.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
Solo nos resta apuntar que se pueden seguir dos sistemas para el cómputo de la
edad:
- ENFERMEDAD:
115
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., pp. 371 y ss.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
la realización de actos para los cuáles este es necesario, por ejemplo ser testigo u otorgar
testamento ológrafo.
judicial que la decrete debe hacerse mención específica a las facultades o derechos que no
puede ejercer la persona en cuestión.
La situación que presentan los menores e incapaces con respecto a su aptitud para
ejercer por sí sus derechos encuentra solución en dos instituciones que serán oportunamente
estudiadas cuando en Derecho de Familia se haga hincapié en la patria potestad y en la
tutela, sin embargo, conviene significar que en ausencia de padres y tutores la
representación legal de los intereses de estas personas corresponde al fiscal según lo
dispuesto en el art. 48 de la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral. Igual
responsabilidad adquiere este funcionario público ante la existencia de intereses
contrapuestos entre menores e incapaces y sus representantes legales, en virtud de lo
previsto por el art. 60 del Código Civil.
2.- Teorías objetivas: Estas por supuesto parten de un elemento real o material, es
decir, de un hecho determinado para la elaboración del concepto, a saber la
permanencia en un lugar, por esto resulta compresible que planteen que el
domicilio es el lugar donde una persona ha establecido el asiento principal de
su residencia y donde se encuentra el mayor volumen de sus negocios.
3.- Teorías mixtas o eclécticas: estas deben ser su nombre a que al ofrecer el
concepto de domicilio combinan tanto el elemento objetivo como el subjetivo.
Para en definitiva arribar a una definición más precisa o acabada del término
domicilio hay que aprenderlo a distinguir de la residencia y de la vecindad.
Tal definición pudiera parecer similar a la de domicilio, sin embargo entre ambos
existen diferencias. El domicilio toma como fundamento principal, aunque pudiéramos
significar que no exclusivo, a la residencia, pero a esta hay que sumar la idea de
habitualidad, que significa en Derecho intención de permanecer residiendo en el lugar.
Partiendo de ello se plantea que dos son los requisitos fundamentales del
domicilio:
Nuestro vigente Código Civil, en su artículo 28.3, precisa que el domicilio de las
personas naturales es el que como tal consta en el Registro Oficial correspondiente, por ello
pudiera parecer que no obedece a los conceptos tradicionales de residencia e intención,
pero si interpretáremos la norma ajustándola a otras vigentes podemos notar la
coincidencia. La legislación actual en materia contravencional sanciona con multa
administrativa la conducta de aquel que habita en determinado lugar sin que haya sido
asentado este particular en su documento de identificación y en los registros de población
correspondientes, lo que obliga a permanecer conviviendo en el lugar que conste en el
registro oficial y ello protege o determina el cumplimiento del requisito de la residencia.
En sentido general y para concluir, cabe precisar que el domicilio tiene gran
importancia no solo para el Derecho Civil, sino también para el Administrativo, el Penal, el
Procesal, etc, pues por ser la sede jurídica principal de la persona será el lugar en que podrá
localizarse, donde cumplirá el mayor número de sus obligaciones, donde ejercerá sus
derechos y por razón del cuál adquirirá muchos de ellos, el que servirá para precisar ante
qué órgano judicial se someterán sus asuntos y el que le dará la condición de vecino.
Ausencia:
Para estudiar esta circunstancia hay que distinguir sus dos acepciones
fundamentales, es decir, la vulgar, que no por serlo deja de ser utilizada en el ámbito
jurídico, y la técnica o propiamente jurídica.
Muchas legislaciones las han acogido siendo sus rasgos característicos semejantes
y produciéndose las mayores diferencias en los términos que deben transcurrir desde el
momento de la desaparición para lograr el reconocimiento de efectos jurídicos a este hecho,
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
términos que han ido disminuyendo, pues el desarrollo de las comunicaciones en general
permiten una mayor difusión de la noticias sobre el paradero de una persona. También las
consecuencias del reconocimiento judicial de estas circunstancias a lo largo de la historia
del Derecho han variado, pero el estudio de estas particularidades de forma minuciosa
puede encontrarse en el texto del Dr. Tirso Clemente ya señalado y a él remitimos117.
1.- Interino:
El proceso están legitimados para iniciarlo parte interesada o el fiscal. Esta parte
interesada que menciona el Código se identifica con los herederos testamentarios o
abintestato del desaparecido o cualquier persona que pudiera tener un interés legítimo
sobre sus bienes, como el caso de un acreedor.
El Tribunal, según mandamiento de ley, debe tomar las medidas necesarias para
obtener información sobre el ausente o su desaparición para evitar pronunciamientos
incongruentes con la realidad. Como el proceso en cuestión se sustancia por los trámites de
la jurisdicción voluntaria, para proteger los intereses públicos y del propio ausente el fiscal
cuando no asuma la responsabilidad de la promoción debe emitir dictamen que contenga su
criterio sobre la procedencia o no de la declaración judicial que se interesa.
117
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., Tomo I, Segunda Parte, pp. 485 y ss.
La persona individual Lic. María Milagrosa DÍAZ MAGRANS
produjo el acontecimiento que hizo presumir la muerte o se tuvieron las últimas noticias del
desaparecido. Nuestro Código no hace más precisión al respecto, como otras legislaciones.
Por supuesto que se han producido en nuestro país declaraciones judiciales de este
tipo, sin embargo con frecuencia en casos de desapariciones masivas las declaraciones han
tenido carácter administrativo, mediante leyes del gobierno, tal ocurrió cuando el ras de
mar de Santa Cruz en 1932, la explosión de la Coubre en 1960 y el ciclón Flora en 1964.
Según los art. 42. h y 60. d de la Ley del Registro del Estado Civil, en los
asientos de nacimiento y matrimonio se inscribirán como notas marginales las ejecutorias
correspondientes a la declaración judicial de presunción de muerte por la influencia que la
misma tiene en la personalidad.
Según los autores del diccionario de Derecho Privado, el estado civil consiste en
la distinta situación en que se considera al hombre, según la cual goza de diversos derechos
y se le imponen diferentes obligaciones119.
118
Vid. Artículo 37 del vigente Código Civil cubano.
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Partimos de esta simple definición para arribar a una más acabada, pero para
completar la misma debemos analizar primero otras particularidades.
Esta categoría ya era contemplada por el Derecho Romano, que distinguía entre
estado natural atendiendo al nacimiento ( nacidos y póstumos), el sexo (varones y hembras)
y la edad (mayores y menores), y estado civil que a su vez comprendía el estado de libertad
(libres y esclavos), el estado de ciudadanía ( ciudadanos y extranjeros o peregrinos) y el
estado de familia ( sui iuris y alieni iuris) considerando siempre que en definitiva el estado
civil era una cualidad que permitía a los hombres usar o gozar diversos derechos.
Para lograr la definición que buscamos también hay que tener dominio sobre lo
que constituye un fenómeno jurídico, que es aquel acontecimiento vital relacionado con el
modo de ser o estar el individuo dentro de un grupo social del que se derivan consecuencias
jurídicas, y una situación jurídica, que junto al hecho jurídico son manifestaciones
fundamentales del fenómeno jurídico, constituyendo su contenido, tiene carácter estático y
por supuesto tiene que ver con la forma de ser o estar el individuo en la sociedad.
Recordemos que las situaciones jurídicas pueden ser unisubjetivas, que son las
que tienen que ver con la manera de ser o estar intrínseca de la persona dentro del grupo
social, o intersubjetivas, que tienen que ver con el modo de ser o estar del individuo en el
grupo social pero en su relación con otras personas.
En el primer grupo encontramos como ejemplo típico el estado civil. Por ello
puede concluirse que el estado civil es un modo de ser o estar intrínseco que tiene la
persona natural con respecto a la sociedad, es una cualidad personal determinada por la
realidad natural o social (manera de ser o estar) que a su vez es determinante de la
capacidad de obrar de una persona, de su ámbito de poder o responsabilidad, porque es
además fuente de derechos y obligaciones120.
119
DE CASSO Y ROMERO, I. y otros, Diccionario de Derecho Privado, Ed. Labor S.A., Madrid-Barcelona,
1950, tomo I, letras A-F, pág 1828
120
Vid. DIEZ PICAZO y GULLÓN, op. cit., p. 232 y 233.
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2.- Estado civil familiar: para este estado deben tenerse en cuenta dos
subclasificaciones:
Los estados civiles no se excluyen unos a otros si no son opuestos. Por ejemplo, se
puede ser soltero, ciudadano, mayor de edad y plenamente capaz lo que no puede concurrir
a un tiempo en una persona es la condición de nacional y extranjero con respecto a un
mismo Estado.
1.- Es propio de la persona: cada persona tiene su particular estado civil, pues este
depende de condiciones o cualidades intrínsecas de ella.
2.- Intransmisible: esta característica alcanza tanto los actos inter vivos como los
mortis causa, pues la persona no puede disponer sobre él por contrato ni por
testamento y tampoco resulta heredable.
4.- Orden público: la importancia del estado civil para la sociedad por decidir el
lugar que en ella ocupa la persona, determina que en él la autonomía de la
voluntad sufra restricciones y que su defensa incluso se encargue al ministerio
público. El art. 47 de la vigente Ley de trámites civiles precisa que el Fiscal es
parte en todos los procesos civiles en que se ventilen cuestiones relativas al
estado civil de las personas.
5.- Eficacia erga ommes o absoluta: surte efectos frente a todos, pues incluso los
terceros están obligados a acatar cualquier disposición judicial al respecto. En
el art. 352, segundo párrafo, de la Ley procesal civil cubana queda de forma
precisa recogido este particular pues se plantea que en las cuestiones relativas
al estado civil de las personas...la presunción de cosa juzgada es eficaz contra
terceros, aunque no hubiesen litigado.
Para esta doctrina los títulos de estado pueden ser clasificados en títulos de
adquisición o atribución y títulos de legitimación.
que el estado entre juego sea preciso averiguar y probar, tanto la realidad y validez de los
hechos en que se basa, como que después no han acontecido otros que los extingan121.
Otro medio de prueba que admite el Derecho con respecto al estado civil es el
conocido como posesión de estado y conceptuado como el ejercicio de forma constante y
manifiesta del contenido de un estado determinado. Tal reconocimiento legislativo lo
encontramos por ejemplo en el art. 22 de nuestro vigente Código de Familia.
Los hechos y actos que constituyan o afecten el estado civil de las personas, y los
documentos que consten, para que tengan valor probatorio deberán inscribirse o anotarse
previamente en el Registro del Estado Civil.
Aunque la vigente Ley del Registro del Estado Civil, Ley no. 51 de 8 de junio de
1985, no precisa qué se entiende por estado civil es evidente que acepta la doctrina de los
títulos de estado para comprobarlo, por lo cual resulta necesario atenerse a lo dispuesto en
su art. 3, que establece que el nacimiento, el matrimonio, la defunción, la adquisición, o
pérdida o recuperación de la ciudadanía cubana y todo hecho o acto que constituya o afecte
el estado civil de las personas se inscribirá en el Registro del Estado Civil.
Estos factores son los elementos que se precisan para identificar a la persona con
el propósito manifiesto de distinguirla del resto de los individuos de la sociedad. Los
mismos, por esta razón, tienen gran importancia en el orden civil, procesal, administrativo,
etc.
Muchos de ellos han sido estudiados en epígrafes anteriores de este capítulo, pero
conviene ahora al menos nombrarlos:
121
ALBADALEJO, M., Curso de Derecho Civil Español, Común y Foral, Tomo I, Introducción y Parte
General, Ed. Bosch, Barcelona, 1977, p. 148.
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9. Estado civil: este también fue abordado en apartado anterior por lo que nos
remitimos a lo expuesto para significar su importancia como elemento
identificativo en todas sus variantes (político, familiar e individual).
12. Rasgos físicos: estos son elementos de la imagen física del individuo y
pueden percibirse personalmente o a través de fotografías o incluso puede
ser objeto de descripción con palabras. Ejemplo: color de los ojos, talla o
estatura, peso, etc.
Los artículos 224.1 y 359.1 de la Ley adjetiva civil son un ejemplo manifiesto o
fehaciente de la utilización de estos elementos como factores identificativos de las partes en
los principales procesos civiles de conocimiento. La importancia de los mismos también
resulta perfectamente visible en el ámbito penal, pues la ley rituaria de la materia exige la
identificación del acusado y de los testigos partiendo de estos particulares (artículos 160 y
179).
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Ejemplos existen múltiples, pero los de más fácil comprensión resultan en el caso
de los derechos subjetivos el derecho real de propiedad, que está compuesto por un
conjunto de facultades como las de uso, disfrute, posesión, disposición, etc. Estas por su
parte son facultades conformadoras de un poder más amplio. Para las potestades se utiliza
como caso socorrido el de la patria potestad, pues aunque se materializa dentro del Derecho
de Familia resulta en ella muy evidente que el ordenamiento jurídico impone a los padres
un determinado comportamiento en beneficio de los hijos.
inmediato y directo respecto a una persona o sobre un bien material o no y cuando son
eficaces erga ommes, es decir, excluyen la intervención de cualquier persona en la esfera de
señorío del titular, o relativos, cuando conceden a éste un poder sobre la conducta de una
persona, es decir, no frente a todos sino solo sobre aquella persona frente a la cual se
ostenta ese derecho.
Estos derechos en sentido general tienen caracteres propios que los distinguen del
resto de los derechos subjetivos:
6. Irrenunciables: Aunque el art. 5 del mentado cuerpo legal precisa que los
derechos civiles que reconoce a lo largo de su articulado son renunciables,
este tipo de derechos no goza de tal condición, pues la autonomía de la
voluntad debe ceder ante intereses superiores como los públicos y sociales,
ya que por la importancia de los mismos para que el hombre mantenga la
condición de persona y realice una vida plena, incluso los ha elevado al
rango de derechos fundamentales previstos en toda Carta Magna.
Otra posibilidad de defensa de estos derechos es la prevista por la vía penal, o sea,
la persecución de las infracciones cometidas por constituir delitos de los regulados en el
Código Penal vigente. La justicia en este caso es administrada igualmente por los tribunales
populares pero esta vez por sus Secciones o Salas de lo penal.
como derechos fundamentales como se había apuntado. En algunos países esta protección
la brindan los Tribunales Constitucionales o de Amparo, pero en nuestra patria no existen
órganos de este tipo, no obstante por el paralelismo existente entre los derechos
fundamentales y los derechos inherentes a la personalidad, para exigir respaldo ante
violación de los primeros puede acudirse a la ya mentada vía civil o interesarse la actuación
de la Fiscalía General de la República por la función de máxima veladora de la legalidad
que le ha otorgado a la misma la propia Constitución (artículo 127).
- Derecho al nombre.
Frente a esta posición se alza la corriente contraria, liderada por BATLE, que
sostiene que el individuo al nacer adquiere personalidad y esta requiere diferenciación
dentro del enramado social donde se desenvolverá, por tanto si en la actualidad no es
dable negar la cualidad de persona a ningún ser humano, tampoco lo es negarle las
condiciones necesarias de distinción. Esta es la posición doctrinal más aceptada
mayoritariamente.
Una posición interesante es la asumida por LUCES GIL123, quien opina que el
derecho al nombre, en abstracto, es un derecho de la personalidad, pero no así el derecho
sobre un nombre en concreto, el cual es un derecho adquirido y cierto. Añade que el
derecho al nombre es una manifestación del derecho a la identidad personal, encuadrado en
la categoría de los derechos fundamentales o esenciales de toda persona. Pero el nombre
atribuido o utilizado en concreto por una persona determinada no es más que un
instrumento convencional al servicio de la identidad personal.
- Derecho a la vida.
Pero en este caso cabe apuntar que la vida tiene un valor no sólo individual, sino
además familiar y social, por tanto el hombre no puede disponer de ella libremente, al
menos en principio, ya que por ejemplo, aunque por la consecuencia propia del acto no
resulta punible el suicidio y en algunos países se autoriza el otorgamiento de un
denominado testamento vital124, acto jurídico por medio del cual la persona puede disponer
122
Vid. DE BUEN, D., Notas al Curso elemental de Derecho Civil, s.e., Madrid, 1925.
123
Vid. LUCES GIL, El nombre civil de las personas naturales en el ordenamiento jurídico español, Barcelona,
1978.
124
Se critica la denominación porque este no sería un acto jurídico para surtir efecto luego de la muerte de la
persona que lo otorga, como es típico del testamento, sino en vida de la persona, y tampoco es precisamente
"vital", pues se refiere a circunstancias en que el individuo ha perdido la salud de modo irreversible,
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Sin embargo, en este último caso las opiniones son muy diversas o encontradas y
es más fuerte la discusión si se trata de que el consentimiento para poner fin a un
tratamiento médico lo brinde una tercera persona en sustitución del enfermo.
En apretada síntesis puede decirse que nuestra Carta Magna protege este derecho
en los artículos 9. b, 47, 48 y 50, aunque no se refiere expresamente al mismo, pues en
principio la vida se garantiza con el derecho a la subsistencia y a la salud. No obstante,
parecen de aplicación más directa los preceptos del Código Penal que castigan severamente
los delitos de homicidio (artículo 261), riña tumultuaria (artículo 262), asesinato (artículo
263), auxilio al suicidio (artículo 266) y aborto ilícito (artículos 267,268,269,270 y 271),
con los que se protege no solo la vida de la persona o del nacido, sino también del
concebido.
El derecho ha tenido que irse adaptando a las novedades del mundo médico, por lo
que junto a las intervenciones quirúrgicas, los trasplantes de órganos, etc, han venido
surgiendo determinadas teorías que permiten a la persona realizar ciertos actos de
disposición sobre su propio cuerpo.
Existe en el orden penal cubano la figura delictiva de las lesiones, con la que se ha
previsto la sanción de aquellas conductas que implican un menoscabo a la integridad física
de otra persona, aún cuando se obre con consentimiento de la misma.
126
GHERSI, C.A., op. cit., p.236.
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- Derecho a la intimidad.
Muy poco se ha escrito sobre este derecho y muy poco se ha regulado al respecto
pero no cabe dudas de que pertenece como derecho subjetivo a aquellos inherentes a la
personalidad, ya que en esencia protege un atributo intrínseco al hombre por su propia
naturaleza, pues aunque este vive en colectividad, indiscutiblemente como individualidad
en sí debe conservar una esfera de su vida fuera del alcance del resto de los hombres para
poderse realizar.
Aunque se plantea que este es una derivación del derecho a la intimidad y que por
supuesto es más moderno por depender de la existencia de distintos medios técnicos como
la fotografía, la informática y otros, ha sido objeto de mayores pronunciamientos en el
ámbito doctrinal y legislativo.
127
ALBALADEJO, M., op. cit., 304.
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En concreto cabe plantear que este derecho está compuesto de dos facultades, la
primera, la que tiene la persona de prohibir que se obtenga su imagen (obtención) y que se
reproduzca y utilice (uso ) en contra de sus deseos, y la segunda, la de permitir la obtención
y uso de su imagen ya sea de forma gratuita o remunerada.
Por lo expuesto puede deducirse que una persona puede pactar con otra la
obtención de su imagen y su reproducción mediante retribución.
- Derecho al honor.
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Para analizar el mismo hay que partir de que los conceptos de honor, dignidad o
fama no son inmutables, es decir, su contenido no es el mismo en todas las épocas, cada
formación económico social imprime a estos determinadas exigencias o patrones. Son estas
categorías de marcado carácter social, de modo tal que varían con frecuencia.
Las violaciones de estas libertades también han sido enmarcadas por la ley
sustantiva penal como delitos, así aparecen los de privación ilegal de libertad, amenazas,
coacción, delitos contra la libre emisión del pensamiento, delitos contra los derechos de
reunión, manifestación, asociación, queja y petición y delitos contra la libertad de cultos.
Por supuesto también resultan punibles las conductas que tratan de burlar las restricciones
del derecho de libertad personal apareciendo en consecuencia delitos como el abuso de la
libertad de cultos, de asociaciones, reuniones y manifestaciones ilícitas y la clandestinidad
de impresos.
El artículo 24 del vigente Código Civil precisa sin lugar a dudas que la
personalidad se extingue con la muerte y ello por supuesto explica o determina el artículo
26. 1 del propio cuerpo legal sustantivo, que hace saber que la determinación de la muerte
de la persona individual y su certificación se realiza por el personal facultativo autorizado,
conforme a las regulaciones establecidas por el organismo competente.
Esto pudiera constituir junto a los efectos del fallecimiento la única preocupación
para el Derecho, sin embargo siempre ha importado precisar que se entiende por muerte y
128
Vid. DIEZ PICAZO y GULLÓN, op. cit., pp. 353 y 354.
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en específico la muerte natural, a la que nos referimos a continuación, pues sobre la muerte
presunta ya nos hemos pronunciado y la muerte civil ha desaparecido como institución del
mundo jurídico.
Efectos de la muerte:
No obstante, la vigente Ley del Registro del Estado Civil permite la inscripción de
la muerte partiendo de otros supuestos que no sean el de la expedición o emisión de
dictamen médico y de personas desconocidas por permanecer ignorada su identidad.
Estos dos términos han dado lugar a dos sistemas para determinar cuando ocurre
la muerte de dos personas llamadas a sucederse, si sus fallecimientos han ocurrido
próximos en el tiempo, sin poder precisar momento exacto.
Estos sistemas se aplican tanto a las personas que han muerto a consecuencia de
un mismo evento o suceso, como a las fallecidas en lugares distantes pero en igual período
sin determinación de momento exacto.
la supervivencia se prefiere acogerse a la presunción iuris tantum de que ambas o todas han
fallecido en igual momento, eliminando entre ellas la posibilidad de sucesión hereditaria.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA :
ALBALADEJO, Manuel: Curso de Derecho Civil español, común y foral, Tomo I, Introducción
y Parte General, Ed. Bosch, Barcelona, 1997; BATLLE, Manuel: El derecho al nombre,
EDERSA, Madrid, 1931; CASTÁN TOBEÑAS, José: Derecho Civil español, común y foral,
Tomo I, Introducción y Parte general, revisado por J. L. DE LOS MOZOS, volumen 1ro, Madrid,
1984, y volumen 2do, Madrid, 1987; CLEMENTE DÍAZ, Tirso: Derecho Civil. Parte General,
Tomo II, Primera Parte, Ed. Universitaria, ENPES, La Habana, 1984; DE BUEN, Demófilo:
Notas al Curso elemental de Derecho Civil de Colin y Capitant, s.e. Madrid, 1925; DIEZ
PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio: Sistema de Derecho Civil, Ed. Tecnos, Madrid, 1984;
ENNECCERUS Y RIPPERTY: Tratado de Derecho Civil. Parte General,2da ed. española,
Barcelona, 1953; GARCÍA VALDECASAS, Guillermo: Parte General del Derecho Civil
Español, Ed. Civitas, Madrid, 1983; LACRUZ: Elementos de Derecho Civil, Tomo I,
Barcelona, 1984; LÓPEZ, A. y MONTÉS, V.L., Derecho Civil. Parte General, Ed. Tirant Lo
Blanch, Valencia, 1995; LUCES GIL: El nombre en el ordenamiento jurídico español,
Barcelona, 1978, citado en la Enciclopedia Jurídica Española, Ed. Seis, 1988; MESSINEO, F.,
Manual de Derecho Civil y Comercial, Tomo II, Ediciones Jurídicas Europa- América,
Buenos Aires, 1954; PUIG FERRIOL, L., GETE-ALONSO Y CALERA, M.C, GIL RODRÍGUEZ, J.,
HUALDE SÁNCHEZ, J., Manual de Derecho Civil, Tomo I, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997;
RAPA ALVAREZ, Vicente: La relación jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil,
en Revista Jurídica, Nro. 19, Año VI, MINJUS, La Habana, abril - junio 1988.
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CAPITULO IV
LA PERSONA JURÍDICA.
Sumario:
1 LA PERSONA JURÍDICA. RAZÓN DE SER Y NATURALEZA JURÍDICA. 2
APROXIMACIÓN A UN CONCEPTO. 3 CONDICIONES NECESARIAS PARA LA
EXISTENCIA DE LA PERSONA JURÍDICA. 4 CONSTITUCIÓN DE LA
PERSONA JURÍDICA. 5 CAPACIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS. 6
CLASIFICACIONES. 7 NACIONALIDAD. 8 DOMICILIO. 9 EXTINCIÓN DE
LAS PERSONAS JURÍDICAS. 10 TIPOS DE PERSONAS JURÍDICAS
REGULADAS EN EL CÓDIGO CIVIL CUBANO. 10.1 Las Asociaciones. 10.1.1
Registro de Asociaciones. 10.1.2 Procedimiento para su constitución. 10.1.3
Solicitud. 10.1.4 Autorización. 10.2 Fundación. 10.2.1 Patrimonio o dotación.
10.2.2 Capacidad. 10.2.3 Fin. 10.2.4 Modificaciones y extinción.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA.
Las teorías de la ficción conciben que la capacidad jurídica puede ser extendida a
sujetos artificiales creados por simple ficción. Tal sujeto es llamado persona jurídica, capaz
de tener patrimonio. Estas teorías crean una técnica jurídica que se basa en la explicación
de cómo concederle atributos propios del ser humano a estos entes y así expresan: El
Estado sabe que tales supuestos no son portadores de una auténtica voluntad, pero sin
embargo, finge que la tienen, reconociéndole capacidad en el ámbito de sus fines. Es una
fictio iuris, que quiere indicar que aquella situación, sin ser de una determinada manera en
la realidad, merece esa consideración determinada para el ordenamiento jurídico129 .
129
COBILLA ROCERO, F.; La persona jurídica: funciones y disfunciones. Madrid , España ,Editorial Tecnos,
1993, p.45.
- 136 -
La persona jurídica Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Para estas teorías la realidad sólo muestra hombres individuales y toda agrupación
de individuos, entre los que median relaciones, no constituyen una unidad corporal y
espiritual. Solo por razones de conveniencia el Derecho le otorga capacidad jurídica para
protegerlos, pero no tienen existencia real. Tienen como premisa que solo el hombre es
sujeto de derecho y que la persona jurídica es un ser fingido.
Las teorías realistas, por su parte, rechazan toda ficción y sientan como base que
el concepto de persona no coincide con el hombre, sino con el sujeto de derecho, por lo que
no se excluye que haya sujetos de derecho que no sean hombres, se ensancha el concepto
de sujeto, sacándole de la esfera del derecho privado patrimonial, llevándolo al derecho
público. Todas las personas jurídicas son realidades130 .
Las teorías socialistas no entran a discutir si las personas jurídicas son una ficción
o una realidad. Partiendo a nuestro juicio de lo segundo, es decir, que existen en la realidad,
centran su atención en el análisis del Estado como principal sujeto colectivo, aunque no
desconocen los demás existentes. Según VENEDEKTOR131 detrás de cada persona jurídica
estatal esta el Estado representando a su pueblo y el colectivo de trabajadores y
funcionarios, con su director que las representará. Mas que desentrañar la naturaleza de las
personas jurídicas, tienden a analizar al sujeto que las representa, tendiendo a la
socialización de dicha representación, por tener como base económica la propiedad estatal.
De ahí que clasifican a las personas jurídicas en estatales, sociales o estatales - sociales.
2. Aproximación a un concepto.
CASTAN las define como aquella entidad formada para la realización de los
fines colectivos y permanentes de los hombres, a la que el derecho objetivo reconoce
capacidad para derechos y obligaciones.133
130
FERRARA, Francisco.; Teoría de las Personas Jurídicas. Traducido por Eduardo OVJRO Y MAURY. Madrid,
España. Editoral Reus, 1929, p.168.
131
Citado por Tirso CLEMENTE.; Derecho Civil Parte General.T-I ( segunda parte). La Habana, Ministerio de
Educación Superior, 1983. p.604
132
FERRARA. op. cit.p.359.
133
CASTAN TOBEÑAS, José.; Derecho Civil Común y Foral, T-I, Madrid, España, Editorial Reus, 1943, p. 396.
- 137 -
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El Código Civil cubano en su artículo 39,1 establece que las personas jurídicas
son entidades que, poseyendo patrimonio propio, tienen capacidad para ser sujeto de
derechos y obligaciones. Si bien el precepto trata de salvar la falta de definición del
artículo 35 del Código Civil español, uno de sus antecesores directos, más que brindar una
definición del instituto, establece algunas de las llamadas en la doctrina condiciones
necesarias para la existencia de una persona jurídica.
Concordamos con los autores que señalan que son cuatro los rasgos que
identifican o caracterizan a las personas jurídicas: patrimonio propio o separado, unidad
orgánica, responsabilidad independiente y el actuar jurídicamente en nombre propio.
134
BALMACEDA LAZCANO, Carlos.; El estatuto de las personas jurídicas. Chile, Editorial Nascimiento, 1943,
p.138.
- 138 -
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Así, se admite en la doctrina española que se constituya una persona jurídica sin
patrimonio, si existiese uno en potencia, es decir , una esperanza de patrimonio. Para
FERRARA137 los bienes pueden faltar, acrecer, disminuir, pero esa fluctuación económica no
ataca a la persona: el sujeto permanece constante.
- 139 -
La persona jurídica Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
que se ha desarrollado hasta lo que actualmente se entiende por órganos de una persona
jurídica colectiva.
139
CASTAN TOBEÑAS, José. op. cit. p. 377.
140
FERRARA. op. cit. p. 718.
- 140 -
La persona jurídica Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
141
Tirso CLEMENTE. op. cit. pp. 643,644.
142
FERRARA. op. cit. p. 720.
- 141 -
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Del análisis de los artículos 39.1 y 41 del Código Civil Cubano se considera que
las personas jurídicas tienen capacidad general, al expresar el artículo 39.1 que éstas
.tienen capacidad para ser sujetos de derechos y obligaciones
, la que puede quedar
limitada en virtud del artículo 41, al establecer éste que las personas jurídicas, para ejercer
sus actividades, tienen la capacidad que determine la ley, sus estatutos o reglamentos.
Debe tenerse en cuenta además la propia naturaleza del ente creado, que determina lógica y
jurídicamente en cuales relaciones puede estar inmersa su vida jurídica.
143
CASTAN TOBEÑAS. op. cit. p. 399.
144
RUGGIRO, Roberto.; Instituciones de Derecho Civil. p. 465.
- 142 -
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Existe una relación estrecha entre el fin y la capacidad de la persona jurídica, pero
no puede entenderse que fuera del mismo cesa la capacidad de la persona jurídica. "El fin
es ciertamente el motor interno que encauza su actividad, pero no es la medida de la
personalidad, no es un circulo cerrado en que su vida se agote y fuera de la cual se
desvanezcan como sombras. Las personas jurídicas son reales y capaces, aún cuando
trasciendan o traicionen su fin, ello traerá aparejado reacciones administrativas internas,
pero no pueden hacer desaparecer la cualidad del sujeto146 .
6. Clasificaciones.
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7. Nacionalidad.
150
DIEZ PICAZO PONCE DE LEON, Luis y GULLÓN BALLESTEROS, Antonio. op. cit. p.623
151
FERRARA. op. cit. pp.692 y 703
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Por tanto, se consideraran cubanas las personas jurídicas constituidas como tal en
Cuba y extranjeras las constituidas en otro país y que tienen una extensión geográfica en
nuestro territorio nacional (sucursal o filial).
8. Domicilio.
Es admitido en la doctrina italiana que las persona jurídicas además del domicilio
general, puedan elegir domicilios especiales para determinados actos o relaciones jurídicas,
cumpliendo los mismos fines de localización y notificación. RUGGIERO152 confirma el
criterio al plantear que se admite la pluralidad de domicilios, cuando el ente tenga varios
establecimientos o representaciones en lugares diversos, en cada uno de estos estará el
domicilio relativo a los negocios que allí se traten. Se consideran especiales respecto al
general.
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otros no contenían ningún precepto al respecto. Al parecer, fue la segunda línea la seguida
por nuestro Código en su actual regulación, posición que no es la más acertada pues el
Código debía contener causales generales de extinción, sin que ello limite a que los
estatutos o la ley, para determinada figura, establezcan sus propias causales. Las
determinaciones de causas generales en el Código Civil cubano serían expresión de la
función supletoria del mismo.
154
FERRARA, op. cit. p.878
155
ibídem, p. 848
- 146 -
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Del latín associare ad y socius156,8 compañero. Puede definirse como una
organización de personas con independencia jurídica, a cuyas decisiones y acuerdos se
concede el valor de actos de voluntad, con poder de disponer y obligar a su patrimonio.
156
Diccionario de Derecho Universal. Editorial Labor. T. I. Barcelona, 1954/55
157
Vid. DIEZ PICAZO, p. 623
158
Constitución de la República.
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10.1.3 Solicitud.
Así se reputa que el fin es social sin que exista ánimo de lucro en su actividad.
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10.1.4 Autorización
10.2 Fundaciones.
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El Proyecto prevé en su artículo 27,1 que sería importante comentar una forma de
vinculación no ya de la fundación con la empresa sino de la empresa con la fundación que
constituye un aporte económico a dichas entidades. Esta forma está regulada en la Ley de
Fundaciones Española precitada que se concreta en el convenio de colaboración en
actividades de interés general por medio del cual, las fundaciones, a cambio de una ayuda
económica para la realización de las actividades que efectúen en cumplimiento de los fines
previstos, se comprometen, por escrito a difundir la participación del colaborador en dichas
actividades, sin que en ningún caso dicho compromiso pueda consistir en entrega de un
porcentaje de participación en ventas o beneficios.
- 153 -
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10.2.2 Capacidad.
Es importante, por tanto, que ese patrimonio esté organizado y ello requiere o
supone el nombramiento de patronos administadores o representantes que utilicen los
medios para llevar a cabo los fines de la fundación y que se circunscriban a la voluntad del
fundador. El fundador puede formar parte de la administración, la cual debe ser una
organización colegiada, por su libre voluntad.
Los patronos pueden ser nombrados por el fundador en el acto constitutivo o por
los sistemas que mencionaremos:
10.2.3 Fin.
- 154 -
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Si bien es cierto que las fundaciones en Cuba tienen la tutela estatal, no existe un
mecanismo especial que vele por su funcionamiento ni por el cumplimiento de sus fines. La
tutela estatal se lleva a cabo de forma muy semejante a la de las asociaciones y se realiza
por un órgano denominado de relaciones. Todo esto queda regulado mejor y establecido
en los estatutos que constan en la escritura notarial. En el actual Proyecto de Ley se aprecia
una doble fiscalización.
- 155 -
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Por último, en relación con la práctica actual cubana cuando ocurre la extinción
de la fundación, los bienes con que contaba se destinan a otros fines de carácter general. La
Comisión de Disolución se creará por integrantes de la Fundación y decidirá la liquidación
de los bienes con autorización del órgano de coordinación.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
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Legislaciones:
Código Civil Cubano: 1987 Ley 59, publicado en la Gaceta oficial extraordinaria
No 9 de 15 de octubre de 1987, s.e. ENPES La Habana, 1988, Código Civil
Español 1988, extensivo a Cuba por Real Decreto de 31 de julio de 1889,
concordado y anotado hasta el 8 de marzo de 1975, Ministerio de Justicia, 1975,
Código Civil mexicano del Distrito Federal, 1928, publicado en diario oficial del
26 de mayo de 1928, ediciones Delma, 1995, Código Civil Peruano, promulgado
por decreto legislativo No 295 de 24 de julio de 1984 en vigor desde el 4 de
noviembre de 1984, analizado, revisado y comentado por el Dr. Hernán
FIGUEROA.ESTEMADOYRO, Lima, Perú, 1997, Editorial, INKARIE.I.R.L,
Constitución de la República. 1976. (Modificada en 1992), Ley 54 Ley de
Asociaciones, 1985, Ley 30 de 1994, 14 de noviembre de Fundaciones y de
Incentivos fiscales a la participación privada en las actividades de interés general.
Madrid, viernes 25 de noviembre de 1994, Proyecto de D. L. De Fundaciones
Versión 10 de 12 de mayo de 1998. La Habana, 1998.
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La persona jurídica Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
CAPITULO V
EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA CIVIL
Sumario:
1 EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA CIVIL COMO CONCRECIÓN DEL
OBJETO DEL DERECHO CIVIL. 1.1 Regulación del objeto de la relación jurídica
civil en el Código Civil cubano. 2 LAS COSAS O BIENES COMO OBJETO DE LAS
RELACIONES JURÍDICAS CIVILES. 2.1 Concepto y requisitos. 2.2 Clases de
bienes. 2.2.1 Clasificación de los bienes atendiendo a cualidades físicas o jurídicas.
2.2.2 Clasificación de los bienes atendiendo a las relaciones de conexión que guardan
unos con otros. 2.2.3 Clasificación de los bienes atendiendo a la relación de
pertenencia o apropiación. 3 LAS PRESTACIONES COMO OBJETO DE
RELACIONES JURÍDICAS CIVILES. 3.1 Concepto y requisitos. 3.2 Clases de
prestaciones. 4 EL PATRIMONIO. 4.1 Concepto y composición. 4.2 Naturaleza
jurídica del patrimonio. 4.3 Caracteres del patrimonio. 4.4 Tipos de patrimonio.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA.
La palabra objeto procede del latín ob- iectus, que significa lo que está opuesto
al sujeto, del mismo modo que la palabra alemana que se traduce como objeto, gegenstand,
expresa igual idea: lo contrapuesto, lo que está frente al sujeto.165
165
Vid. PUIG BRUTAU, J., Compendio de Derecho Civil, Volumen I, Ed. Bosch, Barcelona, 1987, p. 295.
166
GIL RODRÍGUEZ, J., Manual de Derecho Civil, Tomo I, Cap. XIX, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1997, p. 453.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Por su parte, objeto de la relación jurídica civil será la materia social que queda
afectada por dicha relación, no sólo las cosas o bienes materiales si se trata de perfilar éste
más allá del paradigmático marco del derecho o relación real, sino también las conductas o
comportamientos que conforman las prestaciones o servicios sobre las que se proyecta el
interés del titular de un derecho, los productos del espíritu humano, que son el objeto de los
llamados derechos sobre bienes inmateriales y, en definitiva, cualquier interés protegido
jurídicamente a que se refiera la misma.
Como puede advertirse, objeto del Derecho Civil y objeto de la relación jurídica
civil son categorías de un mismo orden, pero no son idénticas. El comportamiento volitivo
de las personas en general, como participantes de una relación de un determinado tipo, es
objeto de la acción que ejercen las normas jurídicas, que por su carácter general y abstracto
no toman en cuenta un contingente determinado individualmente de participantes en esas
relaciones. La relación jurídica concreta, en cambio, si reglamenta el comportamiento real
de sujetos específicos, de aquellas personas determinadas que intervienen en la misma, ya
sea respecto a bienes materiales o inmateriales, o respecto a un interés concreto de un
derecho de crédito. Es decir, el objeto del Derecho Civil tiene un carácter más general, es
el tipo de relación social que por sus características puede estar respaldada por
determinadas normas jurídicas civiles, mientras que el objeto de la relación jurídica civil es
concreto, se refiere específicamente al comportamiento que se exige o se permite a sujetos
particulares de una relación jurídica dada.167
En el Código Civil español vigente entre nosotros hasta 1987, se trataba el objeto
de la relación jurídica de forma dispersa, haciendo alusión al mismo en diferentes Libros.
167
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo II, Primera Parte, EMPES, La Habana,
1984, p.p. 5- 9.
168
Señala acertadamente GIL RODRÍGUEZ que, en cuanto a los derechos reales, el objeto a experimentado una
evolución semejante a la de la subjetividad jurídica. También el sujeto empieza por identificarse con la
persona humana, pero ello no impide la personificación de los entes morales, aunque la ley se reserve la tarea
de dosificar su existencia y protagonismo. De manera equivalente, tendremos ocasión de observar cómo la
construcción del objeto capaz de servir al interés de los titulares de un derecho o relación jurídica comienza
singularizando las realidades exteriores más consistentes (cosas corporales), aunque ulteriormente haya que
dilatar este concepto, no sólo para incluir cualquier estado de la materia y toda energía natural, sino
especialmente para dar acogida a determinados bienes inmateriales (como las creaciones del espíritu:
propiedad intelectual e industrial), cuya susceptibilidad de apropiación y disfrute absolutos precisa en cierto
modo también la mediación del legislador. op. cit. p. 455.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
El legislador cubano incorporó a la Parte General del Código de 1987 las normas
fundamentales relativas al objeto de toda relación jurídica civil de carácter patrimonial, y se
decide por considerar como objeto inmediato de las mismas a la materia sobre la cual
recaen, aunque debe recordarse que objeto mediato de estas será el fin u objetivo que con
ellas se persigue.
El artículo 45.1 del Código Civil establece que será un bien, una prestación o un
patrimonio el objeto de la relación jurídica, preceptuando además que estos deben ser de
lícita apropiación o recepción. El apartado 2 del propio artículo señala que, por su objeto,
las relaciones jurídicas pueden ser: sobre bienes materiales, de obligaciones y de
sucesiones.
169
Vid. RAPA ALVAREZ, V., La relación jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil, en Revista
Jurídica, Nro. 19, MINJUS, La Habana, abril- junio 1998, p. 153.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
La palabra bien proviene del término latino beare, que significa causar
felicidad, hacer lo bueno. No siempre se ha identificado con la cosa, término que designó
en Roma el vocablo latino res, de gran amplitud y flexibilidad. En principio, se entendió
por res sólo el objeto material, la realidad física, los objetos corporales que servían o
ayudaban al hombre, ya fueran los esclavos, los animales o las cosas inanimadas. Más tarde
incluyó también las cosas incorporales que también podían servir para satisfacer
necesidades del hombre, e incluso, en las Institutas de GAYO aparecen incluidos entre las
cosas los derechos. Así, en su origen romano el concepto de bona era más restringido que
el de res, abarcando este último dentro de sí el término bona, que se restringía a las cosas
susceptibles de aprovechamiento según expresó ULPIANO en el Digesto.171
Sin embargo, tanto si se parte de la idea físico - vulgar de cosa como de la socio-
económica de bien, resulta más provechoso para el ámbito jurídico admitir la sinonimia de
ambos conceptos, que por demás se utilizan indistintamente por casi todas las legislaciones.
170
El artículo 46 del Código Civil cubano de 1987 reza como sigue:
ARTICULO 46.1. Las relaciones jurídicas sobre bienes materiales recaen directamente sobre cosas y
confieren a su titular, frente a cualquier otra persona, la facultad de ejercitar su derecho dentro de los límites
establecidos por la ley.
2.Los bienes materiales pueden ser inmuebles o muebles; son inmuebles la tierra, los demás bienes
incorporados a ella y los que se unen de manera permanente a los antes referidos para su explotación o
utilización. Son bienes muebles todos los demás.
3. Las relaciones jurídicas de obligaciones facultan a una persona a exigir de otra una prestación. La
prestación puede consistir en dar, hacer o no hacer alguna cosa.
4. Las relaciones jurídicas de sucesiones implican la transmisión del patrimonio de una persona, por el hecho
de su muerte, a otra.
171
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., pp. 18- 19.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Otro aspecto que debe señalarse es que la cosa o bien ha de tener valor
económico, lo que la coloca dentro del patrimonio. Esto no significa que tengan que
satisfacer necesariamente un interés económico de la persona, pero si delimita que, al
tratarse de bienes patrimoniales, no incluyen otros bienes que se protegen por el derecho
pero que la conciencia social rechaza que sean susceptibles de valoración pecuniaria, como
los derechos inherentes a la personalidad, que se encuentran dentro de la esfera jurídica
total de la persona pero no en su esfera patrimonial en sentido estricto.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
174
Cabe señalar aquí que cuando estos bienes que conforman los derechos de la personalidad resultan
lesionados, se admite en doctrina y por varias legislaciones que se imponga una obligación de resarcimiento
por el daño causado traducido en dinero, pero no porque los mismos tengan un valor per se económico, sino
como medio de compensación del daño. Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., Sistema de Derecho Civil,
Volumen I, Ed. Tecnos, Madrid, 1992, p. 393.
175
No obstante, debe señalarse que nuestro Código Civil no admite de forma absoluta el hallazgo como forma
de adquirir la propiedad, según se colige de lo preceptuado por el artículo 195, que establece que el dinero,
alhajas u otros bienes de valor ocultos en la tierra, en el mar u otros lugares y cuya legítima pertenencia no
conste, son propiedad del Estado, y el descubridor sólo tendrá derecho a recibir una recompensa ascendente al
veinticinco por ciento del valor de los bienes, siempre que no los hubiera encontrado en cumplimiento de las
obligaciones específicas de su trabajo.
176
DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 392.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
atributos propios y, en contraposición, son cosas genéricas aquellas en que sólo se toman en
consideración las cualidades comunes a todos los demás de su propio género.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
género pasando a ser no fungible. Es en los contratos que tienen por objeto la transferencia
del goce de las cosas donde esta división tiene mayor trascendencia, pues si la entrega recae
sobre cosas fungibles lo que se traslada es el dominio, como ocurre, por ejemplo en el
préstamo regulado por el artículo 379 de nuestro Código Civil.
Por sus posibilidades de uso repetido, las cosas o bienes pueden ser consumibles y
no consumibles. Los términos de esta clasificación no han variado desde el Derecho
romano hasta nuestros días, siendo las primeras aquellas que se destruyen al primer uso que
de ellas se hagan conforme a su naturaleza y las segundas aquellas que pueden ser usadas
repetidamente sin que desaparezcan o sufran alteración o disminución sensible178. Nuestro
Código Civil no se refiere expresamente a ésta clasificación.
Por su existencia en el tiempo, los bienes pueden ser presentes y futuros. Cosas
presentes son aquellas que tienen existencia real al momento de constituirse la relación
jurídica, gozan de existencia en la realidad física o jurídica in actu, al constituirse como tal
178
Debe señalarse que esta clasificación es relativa, pues todas las cosas se consumen con el uso, refiriéndose
esta distinción únicamente a la mayor o menor rapidez de dicha consumibilidad, tratándose, por tanto, de
conceptos económico- jurídicos.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
la relación jurídica de la que pasa a formar parte. Cosas futuras son las que no tienen
existencia real cuando la relación jurídica se constituye, pero llegarán a existir con
posterioridad y los sujetos de la relación toman en cuenta esa probabilidad o expectativa.
Por ejemplo, será cosa presente la obra construida, y cosa futura la obra proyectada, pero
aún no realizada.
179
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., p.p. 72- 74.
180
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 396.
181
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., p.p. 74- 79.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Son cosas singulares las que constituyen una unidad natural o artificial, con
existencia real en la naturaleza. Pueden ser, a su vez, simples o compuestas. Serán simples
las que tengan una individualidad unitaria, se presentan como un todo orgánico, que puede
estar constituido por un solo elemento, como una barra de oro, por ejemplo, o por varios
elementos que no se conciben separados, como los que conforman un animal.
Son compuestas las cosas que resultan de la unión o conjunción de varias cosas
simples, en las que las partes integrantes se pueden distinguir y eventualmente separar,
aunque lo común es que esa unión material de lugar a un complejo distinto a la simple
suma de los elementos que lo componen, como un edificio o una nave, que resulte
indivisible desde el punto de vista jurídico. Si los elementos usados para constituir la cosa
compuesta son propiedad de diversas personas, el ordenamiento jurídico provee de normas
aplicables para la solución de posibles conflictos de intereses entre ellas si no se han puesto
de acuerdo para la mencionada constitución, que se estudian en materia de derecho de
propiedad bajo el nombre de accesión184.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
pues no será una nueva cosa jurídica, sino un modo de considerar esa pluralidad de cosas,
unidas por un vínculo solamente conceptual. Pueden ser universales de hecho, que son
agregados de cosas corporales, como una biblioteca o un rebaño de animales, o universales
de derecho, que suponen un agregado de bienes materiales e inmateriales, derechos o
relaciones jurídicas, por obra de la ley, como el patrimonio o la herencia.
Esta distinción implica una relación de subordinación entre las cosas, es decir, la
relación entre ellas es tal que una aparece como de preferente condición a la otra, de
manera que la accesoria cumpla una determinada función respecto a la principal, que es
pauta de la regla jurídica de que lo accesorio sigue a lo principal.
El artículo 130. 2 de nuestro Código Civil establece que tienen el carácter de parte
integrante de un bien los elementos que no pueden ser separados de él sin destruirlo,
deteriorarlo o alterarlo, y también los frutos civiles y los naturales mientras no sean
separados. En el apartado precedente del propio artículo se dispone que el propietario de un
bien lo es también de sus partes integrantes.
185
El criterio de mayor valor económico no ha sido siempre el que se ha tenido en cuenta para determinar
cuando estamos en presencia de una cosa principal o accesoria. Algunos autores, como SCIALOJA, consideran
principal la cosa que determina la función del todo, y accesoria la que coopera con ella en dicha función.
Según CASTÁN, en el Código Civil español se atiende a la existencia dependiente o independiente de las
respectivas cosas, a la importancia, finalidad, valor y volumen de las mismas. Vid. CLEMENTE DÍAZ, T. op.
cit., pp. 116- 121.
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186
Cabe recordar aquí que, en estrecha relación con las res nullius, están los bienes mostrencos, que son
aquellas que se atribuyen al Estado. Vid. supra, nota 11. El artículo 137, además, establece que son de
propiedad estatal todos los bienes que existen en el territorio de la República que no son propiedad de
alguna otra persona natural o jurídica.
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propiedad y otros derechos sobre bienes, y se regulan en la parte especial del Código 187 y en
leyes especiales.
187
Vid. Libro Segundo, Propiedad y otros derechos sobre bienes, del Código Civil cubano, artículos 136 al
160.
188
Vid. DÍAZ PAIRÓ, A., Teoría general de las obligaciones, Volumen I, ENPES, La Habana, 1987, p. 47.
189
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., Volumen II, p.p. 144- 145.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
190
El artículo 312 del Código Civil cubano establece que en los contratos las partes pueden establecer los
pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, salvo disposición legal en contrario. Lo anterior
reafirma el requisito de la licitud de la prestación, no sólo en el sentido de lo que expresamente condena o
prohíbe el legislador, sino también en cuanto a lo que se infiere de los principios fundamentales del
ordenamiento jurídico y político. Estos últimos casos son los de las llamadas prohibiciones virtuales que, al
decir de Antonio DÍAZ PAIRÓ, op. cit., p. 54, son los supuestos más interesantes porque es en esos casos en
que no existe una prohibición legislativa terminante cuando los particulares pueden pretender establecer
obligaciones ilícitas.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Las prestaciones de dar son aquellas que tienen por objeto la entrega de alguna
cosa o bien, con el propósito de transmitir la propiedad de la misma, como ocurre en casos
de compraventa, o con fines más limitados, es decir, para que esa cosa o bien se use y
disfrute o se guarde durante un tiempo determinado, como en casos de arrendamiento o
depósito. La conducta del deudor está ligada precisamente a esa entrega, que es lo que
satisface el interés del acreedor y lo que tiene derecho a exigir éste.
Las prestaciones de hacer, por su parte, han adquirido notable importancia en los
tiempos modernos, debido a la proliferación de los servicios, que constituyen precisamente
el objeto de las mismas. En ellas la conducta debida por el sujeto obligado se traduce en la
realización de un determinado servicio, lo cual indica que estas prestaciones de hacer
pueden tener una gran variedad de contenidos. Pueden consistir en una actividad
considerada en sí misma, como ocurre, por ejemplo, cuando una persona acude a una
peluquería para que se le arregle el cabello. Si se toman en cuenta determinadas cualidades
personales del sujeto obligado para el establecimiento de la obligación, la prestación de
hacer debe ser ejecutada personalmente por el deudor, según se dispone en el artículo 235
de nuestro Código Civil. En otros casos, el acreedor sólo tiene interés en el resultado de la
actividad o servicio objeto de la prestación, pudiendo entonces el deudor encomendar a otra
persona su ejecución, aunque responde él ante el sujeto activo de la relación obligatoria
establecida, como se dispone, por ejemplo, en el artículo 326 de nuestro Código Civil.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
comportamiento, debe omitir la realización de ciertos actos que podría realizar libremente
si no se lo impidiera el vínculo obligatorio, o debe soportar ciertas actividades del acreedor
que pudiera rechazar o impedir de no existir la obligación.
191
Vid. Artículos 291 y 293 del Código Civil cubano.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
4. El patrimonio.
La idea de patrimonio aparece en las obras de la literatura jurídica del siglo XIX,
en cierto sector de la doctrina alemana, a partir de apuntes de los pandectístas como
WINDSCHEID y de la monografía sobre el tema de BIRKMEYER, de donde es tomada luego
por autores franceses como AUBRY y RAU, pero sólo más tarde se incorpora al lenguaje
normativo general, lo que explica el por qué algunos Códigos Civiles, como el español de
1889, no utilizan este concepto en su redacción refiriéndose al mismo sólo puntualmente
en algunos artículos193.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Los partidarios de las teorías subjetivas estiman al patrimonio como una unidad o
universalidad jurídica derivada de la unidad de la persona, como una emanación o
prolongación de ésta, como un reflejo de la personalidad. Consideran al patrimonio como
noción abstracta, diferente de los elementos que lo integran, señalando como parte de éste
no sólo los bienes, derechos y obligaciones, sino además la aptitud para adquirir estos, la
potencialidad económica del sujeto.
Partidarios de estas teorías son, por ejemplo, los civilistas franceses AUBRY y
RAU, que ven al patrimonio como la personalidad misma del hombre considerada en sus
relaciones con los objetos exteriores, sobre los cuales puede ejercer los poderes jurídicos de
los cuales está investido. También PLANIOL fue seguidor en un principio de estos criterios,
entendiendo que el patrimonio no necesariamente tiene que encerrar un valor positivo,
puede ser como una bolsa vacía que no contiene nada, un continente distinto de su
contenido activo y pasivo.
197
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 383.
198
Vid. Supra, epígrafe 1.2 de este propio capítulo.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Por ello coincidimos con el criterio sostenido por aquellos que tratan de encontrar
un adecuado punto medio entre ambas teorías, como COSSÍO, DE CASTRO, DIEZ PICAZO y
GULLÓN, que advierten que aquellas presentan resaltadas dos facetas de un mismo
problema, de una misma cuestión. Existe una estrecha conexión entre personalidad y
patrimonio, pero éste no se constituye para que la voluntad de la persona reine libremente
en él, sino que está destinado a determinados fines.
199
Esta idea es la que prima en los países anglosajones y en Alemania, así puede entenderse de lo regulado en
los Códigos alemán y suizo, que permiten enajenar totalmente un patrimonio en vida y admitan que una
persona pueda tener dos o más patrimonios, e incluso que existan patrimonios sin dueño. Sin embargo, en los
países del sistema latino o romano francés, priman las teorías de la personalidad.
- 181 -
El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
200
Para comprender que es la subrogación real, vale referirse a un supuesto concreto a manera de ejemplo. El
artículo 37 del Código Civil cubano establece que si el declarado ausente o presuntamente muerto se presenta
o se prueba su existencia, el tribunal anula la declaración de ausencia o de presunción de muerte y dispone
que, salvo casos de excepción establecidos por la ley, se le restituye en todos sus derechos y recobra sus
bienes en el estado en que se encuentren y el precio de los enajenados o los adquiridos con él, pero no podrá
reclamar frutos. Ello significa que el declarado fallecido o ausente tendrá derecho a recuperar su patrimonio
como universalidad jurídica, sus bienes como conjunto global. Ese patrimonio, sin embargo, pudo haber
sufrido determinadas modificaciones, pueden haberse vendido bienes e ingresado su precio, o con el precio
pueden haberse obtenido otros bienes. La categoría patrimonio, no obstante, no se afecta en su conjunto, a
pesar de las modificaciones que puedan haber sufrido sus componentes. La subrogación real se da cuando hay
una sustitución de un bien concreto por otro, lo mismo que cuando con el bien subrogado se adquiere otro. El
objeto subrogado no tiene que quedar necesariamente sometido a la misma disciplina jurídica aplicable al que
ha salido del patrimonio, aunque si debe estar destinado a la misma finalidad que el que reemplaza.
201
En este sentido, es importante lo preceptuado por el ya mencionado artículo 46.4 de nuestro Código Civil y
más adelante por los artículos 466 y 476, del propio texto legal.
202
Pudiera señalarse aquí que esta característica, que da identidad sustancial al patrimonio, permite entender
por qué, en las relaciones jurídicas de obligaciones, se dice que el acreedor garantiza su derecho con el
patrimonio del deudor, no con determinados bienes que se encuentren allí al momento de contraer la deuda
éste o al momento de hacerla efectiva por vía judicial, aunque por el carácter ideal de la unificación, los
acreedores no se dirigirán contra el patrimonio en general, sino contra los singulares bienes que se encuentran
en él.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
y pueden aparecer para el heredero que absorbe el patrimonio nuevas obligaciones que no
integraban el mismo cuando su titular era el causante.
203
En este sentido, debe recordarse la imprecisión que padece el ya comentado artículo 46.4 de nuestro
Código Civil. Vid. Supra, epígrafe segundo de éste capítulo.
- 183 -
El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
anteriores, de los patrimonios personales de los cotitulares 204. Pueden situarse como
ejemplos los predios comunes, equipos e instrumentos de los edificios multifamiliares de
nuestro país, que son patrimonio colectivo de todos los vecinos según dispone nuestra Ley
General de la Vivienda de 1988 y en el caso de la herencia, cuando son varios los herederos
y no se ha dividido la misma entre ellos, el caudal hereditario se mantiene indiviso y no
puede ser aprovechado individualmente, sino que es administrado por todos en general o
por quien judicialmente se designe para ello.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
204
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 391, y LÓPEZ, A. y MONTÉS, V. L., op. cit., p. 628.
205
Vid. DIEZ PICAZO, L y GULLÓN, A., Ibidem.
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El objeto de la relación jurídica civil Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
- 185 -
Los hechos jurídicos en sentido estricto son eventos de la naturaleza,
acontecimientos en los que no interviene la voluntad humana de manera consciente, que
tienen trascendencia jurídica. Es a estos hechos a los que se refiere el ya mencionado
artículo 48 del Código Civil cubano.
210
Debe señalarse que hay hechos considerados en sí mismos que no son trascendentes para el Derecho, es
decir, que no se califican como jurídicos en el sentido antes apuntado, de forma general y abstracta, pero que
pueden alcanzar esa condición en determinadas y concretas circunstancias. Así, por ejemplo, la caída de la
lluvia no es un hecho jurídico, pero si el hecho de que llueva ha sido puesto como condición en un negocio
determinado, puede llegar a serlo en cuanto daría lugar a determinados efectos jurídicos.
211
Vid. artículo 184 del Código Civil cubano.
adquieren la propiedad de los frutos que producen sus plantaciones 212; el nacimiento de un
niño da lugar al surgimiento de relaciones paterno filiales213; la muerte de una persona
provoca la apertura de su sucesión214.
3. Actos Jurídicos.
Pueden concretarse cuatro elementos necesarios para que exista un acto jurídico:
Actuación humana.
Voluntad consciente del sujeto que actúa (u omite su actuación).
Exteriorización de esa manifestación de voluntad.
Declaración del ordenamiento jurídico que le otorga trascendencia jurídica.
En su artículo 49, el Código Civil cubano señala que el acto jurídico es una
manifestación lícita, expresa o tácita, de voluntad, que produce un efecto dispuesto por la
ley, consistente en la constitución, modificación o extinción de una relación jurídica.
212
Vid. artículo 151 del Código Civil cubano.
213
Vid. artículo 76 del Código de Familia cubano.
214
Vid. artículo 509 del Código Civil cubano.
215
Es importante aclarar que, como afirma ALBALADEJO, para que un hecho jurídico se califique como acto no
se requiere que la conducta del agente esté voluntariamente dirigida a producir el efecto que la ley establece,
basta que el actuar sea voluntario y que el resultado que produce en el mundo exterior sea al menos previsible.
Por ejemplo, es un hecho jurídico voluntario (acto jurídico), a los efectos de la bipartición de los hechos
jurídicos en naturales y voluntarios, el producir sin querer una inundación en el fundo vecino por abrir
voluntariamente las compuertas de un embalse propio, teniendo en cuenta que, presupuesta tal apertura, la
inundación era previsible.
.../187
ésta esté encaminado o no a fines predeterminados por el autor o autores de dicha
declaración216.
Lo anterior no significa que el Código Civil cubano deseche la teoría del negocio
jurídico, que resulta ser una pieza muy útil para la comprensión de reglas básicas y
generales que rigen la autonomía de la voluntad, autonomía privada que es el poder
conferido por el ordenamiento jurídico a la persona para que gobierne sus propios intereses
o atienda a sus necesidades dentro de determinados límites, de la cual el negocio jurídico es
máxima expresión.
La categoría negocio jurídico aparece como figura conceptual a finales del siglo
XVIII y adquiere su mayor relieve en el siglo XIX, por obra de la Escuela Histórica y de la
Pandectística subsiguiente, considerándose una de las más brillantes creaciones de la
dogmática jurídica germana, sobre la base de textos romanos. Es, pues, una categoría que se
caracteriza por su historicidad, que al decir de DIEZ PICAZO y GULLÓN, aparece como
respuesta teórica a una serie de problemas prácticos y presupone una evolución
determinada del pensamiento jurídico, de marcada tendencia al racionalismo y la
abstracción217. Los propios autores señalan también como características del concepto de
negocio jurídico precisamente la abstracción, ya que la categoría que nos ocupa se nos
presenta como una generalización de generalizaciones anteriores que dan lugar a figuras
como el contrato o el testamento, tratando de englobar en un concepto unitario todos
aquellos hechos o supuestos en los cuales el papel de la voluntad individual es relevante y
condiciona en cierta medida los efectos jurídicos que los actos del hombre han de producir,
y la instrumentalidad, pues no es este un término legislativo, sino de orden científico, como
punto o foco de agrupación de problemas para establecer criterios generales en cuanto a su
tratamiento y solución.
Los opositores del concepto de negocio jurídico señalan que este no pasa de ser
una pura quimera, pues no es posible agrupar bajo un mismo rubro actos que, pese a tener
en común el hecho cierto de provenir de la voluntad individual, tienen caracteres
contrapuestos: bilateralidad de los contratos frente a unilateralidad de los testamentos,
irrevocabilidad de los primeros frente a la revocabilidad de los segundos, libertad de
216
En este sentido, el legislador cubano ha seguido una posición unificadora del acto y el negocio que goza de
aceptación en algún sector de la doctrina, fundamentalmente francesa y española, que considera que la
categoría acto jurídico es suficiente para englobar tanto el acto jurídico en sentido estricto o acto no negocial,
como el negocio jurídico. Vid. LÓPEZ LÓPEZ, A. M. y MONTÉS, V. L., Coordinadores, Derecho Civil. Parte
General., Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 1995, p. 582.
217
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 477.
.../188
formalidades de los unos frente a la exigencia necesaria de la forma en los otros, así como
otras cuestiones secundarias. La doctrina del negocio jurídico crea la "ilusión de sistema",
pero en realidad puede considerarse innecesaria, porque siempre hay que ajustar lo general
a la figura concreta, y perturbadora, porque puede conducir a la elaboración de
conclusiones erróneas, que alejen al Derecho de la viva realidad social a que pertenece y de
las soluciones prácticas a los problemas que esa realidad plantea218
En nuestro caso particular, por demás, la ubicación del acto jurídico en sentido
amplio en la Parte General del Código Civil y la regulación específica de elementos propios
de la doctrina del negocio jurídico que luego no se tratan en los preceptos de la parte
especial referidos a contratos o testamentos, obligan a su estudio en este apartado.
Así pues, el negocio jurídico es un hacer humano que pertenece a la categoría acto
jurídico, dentro de cuyo género es una de las más destacadas e importantes especies, pero
además constituye norma o precepto para las partes o sujetos que en él participan. Como
acertadamente afirman DIEZ PICAZO y GULLÓN, en todo negocio jurídico encontramos una
regla o conjunto de reglas de conducta, una tabla de deberes que los interesados deben
cumplir y observar entre sí, en correlación con los derechos que en virtud de tal situación
habrán de ostentar219.
218
Vid. LÓPEZ LÓPEZ, A. M., y MONTÉS, V.L., op. cit., pp. 577 a 580.
219
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 485.
.../189
Esta clasificación ha sido hoy en día abandonada por muchos civilistas y romanistas,
alegándose que es demasiado cerrada y que, en muchos casos, es ambigua en sus
definiciones que encierran conceptos muy diversos. Al parecer, el legislador cubano se ha
identificado con el anterior criterio, toda vez que, aunque hace referencia a los elementos
del negocio en la Parte General del Código Civil, no los divide o clasifica según el punto de
vista tradicional.
Para la mejor comprensión de los elementos del negocio, sin embargo, acudiremos
a la distinción que hace la doctrina entre elementos esenciales, elementos accidentales y
elementos naturales, a pesar de no ser recogida ésta por nuestro Código.
Son elementos esenciales aquellos sin los cuales el negocio no puede existir,
aquellos que no pueden faltar nunca porque de su presencia depende la vida misma del acto
negocial. Si alguno de tales elementos no concurre, el negocio carece de efectividad y ni
siquiera la voluntad de las partes puede remediar tal defecto. Son pues imprescindibles y
necesarios para la existencia del negocio.
Existen circunstancias que siempre deben estar presentes en todo tipo de negocio,
denominándose por ello elementos esenciales comunes221. Son estos precisamente los que
interesa examinar brevemente a continuación, valorando su presencia y regulación en el
Código Civil vigente.
Dentro de los elementos esenciales comunes, cabe distinguir entre aquellos que
son de carácter subjetivo y los que son de carácter objetivo. En el primer caso encontramos
220
Como ejemplo típico de los mal llamados elementos naturales del negocio jurídico, se sitúa la tácita
reconducción en el contrato de arrendamiento. En tal sentido, el artículo 392.1 del Código Civil cubano
dispone que si al expirar el término del arrendamiento, el arrendatario o sus herederos permanecen en el uso
del bien arrendado, sin oposición del arrendador o del nuevo dueño del bien, el contrato queda prorrogado por
un término igual al originalmente pactado.
221
La doctrina se refiere también a elementos esenciales especiales, que son aquellos que necesariamente
deben estar presentes en una serie de negocios de igual tipo, y a los elementos esenciales especialísimos, que
son necesarios en algunos específicos negocios jurídicos.
.../190
la voluntad, considerada como nervio central del negocio jurídico, que debe su peculiaridad
dentro de los actos jurídicos en general al papel y alcance de ésta. Para que la voluntad sea
base del negocio, debe reunir determinados requisitos:
El propio artículo 49 del Código Civil establece este requisito al señalar que el
acto jurídico debe constituirse por manifestación lícita de voluntad, lo que se reafirma más
adelante en el artículo 67, incisos b) y ch), que declara nulos los actos jurídicos realizados
por personas que no están en condiciones de ejercer su capacidad jurídica, o que realizan
dicho acto en contra de una prohibición legal.
Se toman en consideración aquí las dos variantes que siempre han sido valoradas
para la apreciación de este requisito: de una parte el que no puede manifestar su voluntad
por carecer de capacidad, por condiciones internas suyas, y de otra, el que pudiendo
manifestarla por razón de capacidad se ve impedido de hacerlo por una prohibición legal,
por condiciones externas a él pero que le afectan particularmente.
El error es considerado por muchos el más común y significativo de los vicios que
pueden afectar la voluntad. Consiste en una falsa representación de la realidad que afecta la
formación interna de lo que se quiere, falso o inexacto conocimiento de dicha realidad que
se produce espontáneamente, que no se provoca por otra persona. Esa falsa representación
mental de la realidad conduce a la persona que la padece a la realización de un negocio que
no hubiera querido efectuar, o hubiera querido realizar de forma distinta, si su
conocimiento de la realidad hubiera sido exacto.
Nuestro Código Civil no conceptúa el error, pero se refiere a las distintas especies
o modalidades del mismo que resultan invalidantes del negocio en el artículo 70. El inciso
.../191
a) se refiere al error que se produce cuando los términos de la manifestación de voluntad no
responden a la verdadera intención del manifestante. Este es el caso del llamado error
impropio u obstativo, que recae en la declaración de la voluntad y no en su formación
interna, es una divergencia no deseada entre lo declarado y lo realmente querido. Resulta
una novedad la inclusión de este tipo de error entre los que pueden provocar la anulación
del negocio, pues el Código Civil español vigente entre nosotros hasta 1987 no lo regulaba
específicamente, aunque un gran sector de la doctrina y la jurisprudencia se inclina a su
asimilación al error propio o error- vicio, teniendo en cuenta la protección de la confianza
suscitada en quien recibe la declaración negocial o la interpreta de buena fe como tal222.
.../192
que recae sobre la voluntad interna anormalmente formada, afectada por la falsa
representación mental de la realidad.
El error en la persona a que se refiere la segunda parte del propio precepto, abarca
tanto la persona que sirve de contraparte en el negocio, como el destinatario de la
declaración de voluntad que contiene un negocio unilateral de carácter recepticio. En
ambos supuestos se incluye tanto el error de identidad, que se produce cuando se realiza el
negocio con una persona creyendo erróneamente que es otra, como el error de cualidades,
que se da cuando el acto se efectúa tomando en consideración determinadas
particularidades o habilidades que se supone posee la persona con quien éste se realiza, sin
que tenga relevancia su identidad como tal.
Por último, el inciso ch) del propio artículo 70 se refiere al error que existe cuando
el manifestante prometió una prestación notablemente superior o aceptó una
contraprestación claramente inferior a la que realmente quiso prometer o aceptar. No se
trata aquí del simple error de cálculo o de cantidad que puede evitarse con una diligencia
media, sino del error que recae en la prestación misma o sus cualidades, error en la cantidad
que puede considerarse elemento básico del negocio, si el mismo se ha celebrado porque al
objeto se le supone con una determinada medida, extensión o peso, diferentes a las que
realmente poseen la prestación realizada o la contraprestación recibida.
.../193
El artículo 3 del Código Civil cubano deja sentado que la ignorancia de los
preceptos que en él se establecen no excusan de su cumplimiento, como expresión de la
máxima error iuris non excusat, principio que se considera adecuado y de gran utilidad,
pues si se permitiera que la ignorancia de la ley excusara del deber de cumplirla la eficacia
de las normas jurídicas dependería de cada individuo, resultando muy sencillo evadir ese
deber de cumplimiento alegando no conocer la norma. Por ello, si bien es cierto que el
principio, aplicado estrictamente puede llevar a situaciones injustas, peor serían las
consecuencias de su derogación.
la más propicia para conocer las leyes civiles, y los terceros porque su aislamiento en el campo producía el
mismo resultado. Estas excepciones fueron reconocidas con cautela y no de un modo absoluto. Vid. DIHIGO y
LÓPEZ TRIGO, E., Derecho Romano, tomo I, 2da parte, Ed. EMPES, La Habana, 1987, p. 167.
226
Vid. GIL RODRÍGUEZ, J., Eficacia y aplicación de la norma civil, material fotocopiado, Curso de
Doctorado, Universidad de Valencia, 1997.
.../194
El tercer vicio es la intimidación o coacción moral, que es el temor racional y
fundado que se inspira a una persona por otra, para obligarle, mediante amenaza injusta o
ilícita, contraria a derecho, a emitir una declaración de voluntad. El artículo 72 regula este
vicio bajo el nombre de amenaza, señalando que la misma existe si el manifestante obra
bajo los efectos del temor provocado por medio del anuncio de un mal contra la vida, el
honor o los bienes de él o de un tercero. La amenaza se caracteriza por tener efectos
mediatos, es decir, normalmente media un período de tiempo determinado entre el actuar
del agente que infunde el temor y el actuar del que sufre la intimidación, detalle que puede
apreciarse en la redacción adecuada de éste artículo que se refiere al actuar del manifestante
de la voluntad viciada "bajo los efectos" del anuncio en cuestión. Puede provenir de una de
las partes del negocio o de un tercero, afectando tanto al negocio contractual como al
testamento.
Nuestro Código Civil reconoce a ambas en el artículo 50, como vías para
exteriorizar la voluntad, pero incurriendo en el error técnico de reducir el acto jurídico a esa
manifestación que los produce, sin tener en cuenta el resto de los elementos necesarios para
que éste se conforme como tal228, refiriéndose luego en el artículo 51 a los actos que deben
constar por escrito, que serán todos los que realicen las personas jurídicas, aquellos cuyo
objeto tenga un precio superior a quinientos pesos y los demás que disponga la ley.
227
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p. 487.
228
Vid. Supra, apartado 2, p. 4, de este propio capítulo.
.../195
que la ley dispone que una conducta determinada debe ser considerada como declaración de
tal o cual voluntad, porque así la norma lo deduce o lo presume.
Aquí no es otro sujeto el que deduce de un actuar ajeno la voluntad que encierra
dicho comportamiento, sino que es la ley la que establece que la conducta de la persona
encierra, posiblemente, una determinada voluntad, admitiéndose generalmente prueba en
contrario.
La voluntad que se declara debe coincidir con la que internamente tiene el sujeto
que la manifiesta, pues en caso contrario se produce lo que en doctrina se conoce como
discordancia entre la voluntad interna y su manifestación, discrepancia que puede
producirse inconscientemente, de forma no voluntaria, dando lugar al error obstativo o
impropio al que se hizo referencia, o de forma voluntaria y consciente, que puede adoptar
tres modalidades fundamentalmente: la reserva mental, la declaración falta de seriedad y la
simulación, que a su vez puede ser absoluta o relativa.
.../196
condiciones la declaración no producirá efectos jurídicos, pues evidentemente no hay
voluntad negocial, no hay ánimo de obligarse o de conseguir un fin que deba ser protegido
por el Derecho230. No hay tampoco referencia a esta forma de discrepancia en nuestro
Código.
.../197
cualquier tipo de negocio, debe entenderse por tal la materia sobre la que recae dicho acto
negocial.
Teniendo en cuenta que el negocio es un tipo especial de acto jurídico, y que éste
genera relaciones jurídicas, puede entonces deducirse que el objeto del negocio jurídico es
coincidente con el objeto de la peculiar relación jurídica de la que es causa, lo que significa
que objeto inmediato del negocio contractual, por ejemplo, sería la prestación, y del
testamento lo sería el patrimonio del cual dispone su titular para después de su muerte. No
obstante, conviene recordar que se apuntó antes que el Código no renuncia a la concepción
del objeto- fin totalmente, y que éste debe valorarse como objeto mediato de la relación.
Así pues, en el contrato puede hablarse de un objeto mediato que será el propósito de las
partes al contratar: transmitir la propiedad mediante una compraventa, por ejemplo, lo que
se materializa en la entrega del bien y del precio, o disponer el destino de los bienes que
poseemos nombrando heredero mediante testamento que recoge la voluntad del testador.
Ciertamente, la causa del negocio jurídico ha sido tema muy llevado y traído en la
doctrina, conduciendo a posiciones muchas veces contradictorias y llevando a la
producción de múltiples teorías que han generado gran cantidad de literatura. A modo de
resumen puede señalarse que el problema de la causa de una atribución patrimonial
responde a la necesidad de que todo desplazamiento de bienes de un patrimonio a otro debe
fundarse en una razón que el ordenamiento jurídico considere adecuada y justa, que como
regla debe ser un negocio jurídico válidamente celebrado. Ello es algo distinto a la causa
del negocio que fundamenta dicha atribución, que es la que nos ocupa en este apartado y ha
dado lugar a distintas corrientes o líneas de pensamiento.
Las teorías que defienden la existencia de la causa como elemento esencial del
negocio, parten de la concepción enarbolada por los franceses DOMAT y POTHIER en cuanto
a ella, respecto a los elementos constitutivos del contrato, generalizando luego la posición
causalista a los demás negocios jurídicos. Dentro de esta línea, se configuran las teorías
subjetivas y las teorías objetivas respecto a la causa232.
Las teorías subjetivas identifican la causa con el fin o propósito que persiguen las
personas con el negocio. La causa es elemento esencial del negocio porque ella representa
lo que los sujetos quieren lograr con el mismo, con independencia de qué sea lo que quieran
o lo que motivó su realización. La principal dificultad de esta corriente se localiza en el
abandono de la licitud, pues siguiendo tal línea de pensamiento sería imposible explicar
adecuadamente por qué el ordenamiento jurídico dispone la nulidad de pleno derecho de los
negocios con causa ilícita.
231
Vid. RAPA ALVAREZ, V., op. cit., p.154.
232
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p.p. 510 a 513.
.../198
Por su parte, las teorías objetivas defienden el criterio de que la causa del negocio
es la función económico - social que éste tiene y que el ordenamiento jurídico tutela y
reconoce. Se confunde así la causa con la función del negocio, y con ello tampoco se da
respuesta a la interrogante que señala el hecho de que se reprueben las causas ilícitas o
inmorales, pues lógicamente no podrá prever el ordenamiento jurídico la posibilidad de
fines objetivos ilícitos, y los móviles subjetivos no cuentan aquí como integrantes de la
causa.
.../199
A las anteriores consideraciones se suma la regulación en nuestro Código del
enriquecimiento indebido como causa generadora de relaciones jurídicas, considerando el
legislador que tal figura se produce por falta de causa legítima que justifique el traslado de
valores de un patrimonio a otro. Así pues, si la ausencia de causa lícita genera
enriquecimiento indebido, para que este no se configure en los negocios patrimoniales
habrá de existir causa, entendida ésta como el propósito de alcanzar un determinado
resultado con el acto negocial que se realiza, finalidad o propósito que debe haberse
reconocido previamente por el Derecho como merecedor de protección jurídica.
Como principio general, los sujetos pueden elegir libremente la forma de realizar
el acto, de exteriorizar su voluntad. Pero en algunos casos el ordenamiento jurídico impone
la necesidad de observar una forma determinada atendiendo a la naturaleza del acto, o las
partes de un negocio pueden convenir una forma determinada para su realización, lo cual
sería una formalidad voluntariamente impuesta y tendría igual fuerza entre ellos que la
establecida legalmente.
.../200
escritura pública u otra forma especial para su celebración, y esta no se cumple, pero se
puede hacer constar por otros medios que en el mismo ha intervenido el consentimiento y
los demás requisitos necesarios para su validez, resultando por tanto eficaz y generando
además una obligación de hacer, en este caso la de otorgar el instrumento público que
corresponda o cumplir la forma de que se trate, a la que pueden compelerse recíprocamente
las partes en virtud de lo dispuesto por el artículo 313 de nuestro Código Civil. El
fundamento de este precepto es el respeto a la buena fe que como principio debe presidir la
celebración, interpretación y ejecución del contrato.
Los más comúnmente utilizados, y los que regula nuestro Código en su Parte
General, son la condición, el término y la carga modal.
234
DIEZ PICAZO y GULLÓN consideran que incluso puede afirmarse que los elementos accidentales vienen a
ser, por voluntad de las partes, requisitos de la eficacia negocial, pues los efectos del negocio quedan, en
cierto modo, afectados por ellos. No cabría entonces considerarlos, como ha pretendido un sector de la
doctrina, "determinaciones accesorias de la voluntad", pues ellos inciden en la voluntad que lleva a querer o
no querer los efectos del negocio, pudiendo considerarse ésta denominación como acertada sólo en algunos
casos de carga modal, donde puede ser posible detectar junto a la voluntad "principal" de hacer una
liberalidad, otra voluntad "accesoria" dirigida a la consecución de otra finalidad lícita que se impone al
favorecido. Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p.p. 550 y 551.
.../201
considerarse la existencia de la condición, cuando en realidad ella se caracteriza
esencialmente por su incertidumbre, que es exigible siempre, no bastando que el hecho
puesto como condición sea futuro si no va acompañado de aquella otra característica. El
mencionado artículo de nuestra principal ley civil no se refiere tampoco a sucesos pasados,
ignorados por las partes, que puedan introducirse en el negocio como condición
precisamente por la incertidumbre subjetiva que le caracteriza, dado que las partes
desconocen si efectivamente acaeció o no, lo que nos lleva reiterar el criterio seguido por el
legislador en cuanto a la necesidad de que tanto la futuridad como la incertidumbre deben
tipificar a este elemento accidental.
Según la doctrina, pueden existir diferentes tipos de condición 236, dentro de los
cuales nuestro Código regula expresamente la condición suspensiva y la condición
resolutoria, clasificación que se realiza atendiendo a sus efectos en el negocio, es decir,
según su cumplimiento indique el comienzo o la cesación de los efectos del acto.
235
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p.p. 286 y 287.
236
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p.p. 292 a 303; CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., tomo II, Segunda Parte, p.p.
618 a 666; DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p.p. 551 a 554; GHERSI, C.A., op. cit., p.p. 438 y 439;
PUIG BRUTAU, J., op, cit., p.p. 337 a 339.
.../202
Con relación a la condición suspensiva pendiente de cumplimiento, el propio
artículo 53. 2 dispone que el obligado debe abstenerse de realizar cualquier acto que pueda
frustrar o perjudicar el derecho subordinado a ella, so pena de tener que indemnizar al
titular, en el supuesto de que la condición se cumpla, por los daños que por este motivo le
haya causado. El legislador cubano parece haber seguido la acertada tendencia de
considerar que aunque el derecho definitivo no se adquirirá hasta tanto la condición se
cumpla, con la celebración del acto surge una expectativa de que se produzcan los efectos
de éste, atribuyendo al adquirente eventual una expectativa de adquirir efectivamente el
derecho, que no debe frustrarse por el eventualmente obligado, el cual deberá proceder de
forma tal que pueda realizar la conducta a la que vendría realmente obligado si la condición
se cumple. A la expectativa de adquirir el derecho que emerge del negocio, se une además a
favor de su titular la expectativa de poder exigir la indemnización o reparación
correspondiente, caso de que la condición se cumpla y su derecho se haya frustrado por
actos realizados durante la situación de pendencia por quien debiera quedar obligado al
producirse el hecho o hechos constitutivos de la condición.
Ya se apunto antes que la condición como elemento esencial del negocio se regula
en la Parte General del Código, lo que llevaría a considerar que ésta puede estar presente en
todo tipo de acto negocial, sin embargo, es importante señalar que la misma no puede estar
presente en el negocio jurídico testamentario, pues existe al respecto una prohibición legal
contenida en los artículos 481 y 498 del propio cuerpo legal, que impide que la institución
de heredero y los legados queden sujetos a condición o término.
El término también puede adoptar distintas clases, dentro de las cuales está la
distinción que lo clasifica como suspensivo o resolutorio, según indiquen, como en el caso
de la condición, el momento inicial o final de los efectos del negocio.
.../203
El artículo 54 se refiere adecuadamente al término, señalando que la exigibilidad o
la extinción de los efectos de un acto pueden hacerse depender, por voluntad de las partes,
de un suceso futuro y cierto, estableciendo luego la diferenciación entre el término
suspensivo y el resolutorio en los apartados 2 y 3 del propio artículo.
Cuando el término es suspensivo, dies a quo o ex die, los resultados del acto se
retardan o demoran hasta la llegada del mismo, pero a diferencia de la condición suspensiva
que suspende el nacimiento del derecho hasta su cumplimiento, el término lo que dilata es
su exigibilidad, pues el derecho o la obligación sujeta a él nacen desde que se realiza el
acto. Esta es la línea seguida por el legislador en el artículo 54.2.
El modo o carga modal es una carga o gravamen que acompaña a una liberalidad,
una prestación que ha de cumplir el destinatario de una atribución gratuita, impuesta por el
disponente, por quien realiza la liberalidad. El beneficiario que resulta gravado con el modo
debe seguir una determinada conducta, pero esa obligación que asume no es una
contraprestación a la liberalidad que recibe, que debe continuar siendo gratuita.
4. Actos ilícitos.
.../204
Siguiendo la normativa del Código Civil, analizaremos el acto ilícito como figura
independiente que puede hacer surgir una relación jurídica civil, aunque es necesario
aclarar que el acto ilícito es también un acto jurídico, pero en su caso los efectos que
produce no emanan de la voluntad del sujeto agente, sino que se derivan de la ley. Así pues,
el proceder del hombre puede provocar efectos jurídicos lo mismo por ajustarse al
ordenamiento del derecho, que por ir en contra de él, que será lo que determina si la
conducta es lícita o ilícita237.
La conducta ilícita del sujeto produce efectos en perjuicio del que obra contra lo
dispuesto por el ordenamiento jurídico, y tales efectos se producen no porque el sujeto los
quiera, sino porque los quiere dicho ordenamiento a fin de corregir la actuación contraria a
derecho y las consecuencias negativas de ese actuar.
Los actos ilícitos se pueden dividir en actos punibles, que violan preceptos
establecidos por la ley penal, y actos ilícitos civiles, que violan las normas civiles. En el
primer caso, junto a las sanciones establecidas por el orden penal, dichos actos pueden
producir consecuencias civiles encaminadas a resarcir el daño causado. En el caso de los
actos ilícitos civiles, sus consecuencias son también de éste orden, y se traducen en medidas
concretas como la nulidad del acto y la indemnización de daños y perjuicios.
Nuestro Código Civil establece en su artículo 81 que son actos ilícitos aquellos
que causan daño o perjuicio a otro, señalando a continuación, en el artículo 82, que su
principal efecto es hacer surgir la responsabilidad jurídica civil, es decir, el acto ilícito
genera una relación jurídica obligatoria, en virtud de la cual el causante del daño o perjuicio
está obligado a resarcirlo.
Es necesario apuntar que nuestro Código ofrece una definición imprecisa de acto
ilícito, pues si bien la ilicitud del acto comprende la producción de un daño o perjuicio a
terceros, este no es su único ingrediente, pues además se requiere que la intromisión
perjudicial en la órbita de esos terceros sea antijurídica, en el sentido de vulnerar un
precepto legal imperativo o prohibitivo, es decir, una norma jurídica concreta, o de atentar
contra el deber genérico alterum non laedere, que sirve de base a la convivencia humana y
a la seguridad jurídica, así como al orden y a la paz pública.
El acto ilícito civil puede producirse con voluntad de producir el daño, siendo en
ese caso un acto doloso; con omisión de las necesarias diligencias, que sería lo que se
clasifica como acto culposo; o sin voluntad de ninguna clase, que consiste en una
237
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., tomo II, Primera Parte, p.p. 243 a 245.
.../205
trasgresión jurídica meramente objetiva, integrando la llamada situación antijurídica no
culposa. La calificación del acto ilícito civil incide en el fundamento de la responsabilidad
jurídica civil que se exija al sujeto agente, como también veremos más adelante.
5. Enriquecimiento Indebido.
Se estima de forma general por los romanistas que en ese sistema de derecho
existió una acción general de derecho estricto en contra del llamado enriquecimiento
torticero o injusto, que asumió diferentes denominaciones, de acuerdo a los distintos
supuestos de su aplicación. Así, cuando se pagaba por error algo que no se debía, se
otorgaba la condicio indebiti; cuando se había realizado una prestación con el propósito de
recibir una contraprestación que no se ejecutaba efectivamente, se podía perseguir el
reintegro de lo prestado a través de la condicio causa data, causa non secuta; cuando se
había cumplido una prestación en virtud de un título reprobado por el Derecho, se concedía
la acción para reclamar denominada condicio ob turpem causam; para los demás casos en
que ocurriera un enriquecimiento que conllevara a un empobrecimiento de otro, sin que
existiera causa legítima para tal traslado de valores de un patrimonio a otro, no
comprendidos en los supuestos anteriores, Justiniano estableció una acción supletoria
denominada condicio sine causa.
El principio prohibitivo del enriquecimiento sin causa fue recogido también por
autores posteriores que trabajaron sobre la base de las fuentes romanas, pero no se
construyó una teoría general en torno a esta figura, sólo se invocó en cuanto a sus
particulares aplicaciones, fundamentalmente al tratar de la gestión de negocios y del pago
de lo indebido. De esta forma se regula por el Código Civil francés y en los demás Códigos
que en él se inspiraron, incluyendo el Código Civil español de 1889. Otros Códigos más
modernos regulan el enriquecimiento indebido de forma general e independiente, como
fuente de relaciones jurídicas. Así lo hace, por ejemplo, el Código Civil alemán, que regula
con sumo cuidado la doctrina del enriquecimiento sin causa, encaminada a remover o
remediar a posteriori las consecuencias de las transmisiones abstractas y formales que éste
derecho permite, de forma similar a lo que ocurría en el Derecho romano239.
238
Es muy conocido entre los textos romanos que se pronunciaron en contra del enriquecimiento sin causa
uno de POMPONIO recogido en el Digesto, que expresó que de acuerdo al Derecho natural, es equitativo que
nadie se enriquezca con daño ajeno y sin derecho. "Jure naturae aequum est neminen cum alterius detrimento
et iniuria fieri locupletiorem" ( fr. 206, D. 50, 17). Citado por DÍAZ PAIRÓ, A., Teoría General de las
Obligaciones, Volumen II, ENPES, La Habana, p. 18.
239
Vid. DÍAZ PAIRÓ, A., op. cit., p.19.
.../206
entiende el legislador cubano por enriquecimiento indebido, sus consecuencias, y los
distintos supuestos en que proceden.
Según lo previsto por los artículos 100 y 101 del Código Civil, el eje cardinal del
enriquecimiento indebido240 está en el tránsito de valores de un patrimonio a otro sin causa
legítima, lo que fundamenta la obligación de restitución.
240
Se considera que la denominación histórica de enriquecimiento indebido debe ser sustituida por la de
acrecimiento patrimonial injustificado o indebido, más acorde con lo que ocurre en la realidad y más
apropiada a las características de un sistema socialista como el nuestro, donde no cabe pensar que alguien
llegue realmente a enriquecerse a expensas del patrimonio de otro.
.../207
indemnización de daños y perjuicios241. En caso de que resulte imposible devolver el mismo
bien adquirido, debe entregarse su valor, según dispone el artículo 101.3 del Código Civil.
El riego de la pérdida o deterioro del bien debe ser soportada por el adquirente
desde el momento que conoce su carencia de derecho en cuanto al mismo, en aquellos
casos en que sea una transmisión de bien determinado lo que produce el acrecimiento
patrimonial injustificado.
Las actividades que generan riesgo son conductas lícitas y permitidas que al
realizarse crean cierto riesgo o peligro para terceros, trayendo como consecuencia, si
efectivamente ese riesgo o peligro se materializa en la producción de un daño o perjuicio, el
surgimiento de una obligación de resarcir que corre a cargo del sujeto agente.
Pero las llamadas causas de justificación actúan como efecto exonerador cuando
el daño ya se ha producido, por lo que el acto, en principio, se califica como ilícito,
241
Vid. Artículo 101. 4 y 101.5 del Código Civil cubano de 1987.
242
Vid. RAPA ALVAREZ, V., "La relación jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil", en Revista
Jurídica, Nro. 19, abril - junio de 1988,Ministerio de Justicia, La Habana, p.p. 172 a 177.
.../208
correspondiendo al tribunal durante el proceso civil correspondiente apreciar o no si existe
la concurrencia de alguna de aquellas causas eximentes de responsabilidad, para que el
presunto responsable se libere de la obligación de resarcir.
.../209
la convención originaria, se halle determinado por la ley, este previsto en las
estipulaciones del contrato, o se deduzca de los hechos acaecidos.
Para establecer tanto una como otra clase de responsabilidad, se han seguido dos
criterios fundamentales que se han agrupado en las TEORIAS ESPIRITUALISTAS o de la
RESPONSABILIDAD SUBJETIVA y las TEORIAS DEL RIESGO o de la
RESPONSABILIDAD OBJETIVA, según se valore o no la culpa del autor del daño para
exigir la misma.
.../210
7.1.1 Lo común como presupuesto necesario para el análisis de las
diferencias.
El alterum nom laedere es el de más clara significación jurídica, pues si el fin del
Derecho es hacer posible la pacífica convivencia de los hombres en sociedad, será
necesario que ellos no se dañen unos a otros, pues de lo contrario no podrá mantenerse la
paz.
Ese primer principio de convivencia humana enarbolado por los juristas romanos
es, sin lugar a dudas, el punto neurálgico común para la exigencia de responsabilidad civil,
sea esta contractual o extracontractual, pues a esa elemental norma de conducta responde la
sanción jurídica: el autor del daño responde de él; responsabilidad que se traduce en la
obligación de indemnizar o reparar los perjuicios causados a la víctima.
El daño resulta ser, por tanto, el eje del sistema, por lo que algunos autores
modernos propugnan por una nueva denominación de la esfera jurídica que se ocupa de la
responsabilidad, llamándola Derecho de daños, para acentuar más que la actuación del
sujeto agente, el efecto lesivo del acto, esto es, el daño.
.../211
resarcimiento sino también de compensación, que la dificultad o imposibilidad de valorar el
daño moral no debe impedir el otorgamiento de una cantidad a la víctima que en cierta
medida ayude a mitigar la pena, el dolor, que al menos le propicie cierta tranquilidad
económica que haga más llevadero su sufrimiento espiritual.
Por nuestra parte, consideramos que la indemnización pecuniaria por daño moral
puede ser perfectamente justa y lícita. La reparación de este tipo de daños podría lograrse a
través de compensación de libre apreciación por el juzgador, que deje indemne al
perjudicado, finalidad que puede alcanzarse tanto por la vía de reparación en dinero, como
a través de la eliminación de la fuente de donde proviene el daño, o mediante la utilización
de ambas.
244
Vid. DÍAZ PAIRÓ, A., Teoría General de las obligaciones, Volumen II, Edición realizada por el Ministerio
de Educación Superior, La Habana, 1990, pp. 63 y 64. Se reproduce aquí parte de la mencionada sentencia y
se comenta la misma.
245
Ibidem,
246
Vid. RAPA ALVAREZ, V., La relación jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil ”, en Revista
Jurídica del MINJUS, Nro.19, Abril- Junio de 1988, La Habana, p. 181.
.../212
este caso, el deber de indemnizar se deriva de otro deber previo, el deber de cumplir, que ha
sido infringido.
- Teorías dualistas:
247
Recibe esta segunda denominación por su procedencia histórica. Proviene del Derecho Romano, que
refrendó este tipo de responsabilidad que surgía como consecuencia de la violación del principio general de
alterum non laedere en la Lex Aquilia del año 286 a.n.e.
.../213
- La reparación se extiende a todo daño previsible en caso de
responsabilidad contractual, mientras que sólo abarca las consecuencias
del hecho lesivo en el caso de la extracontractual.
- La responsabilidad contractual goza generalmente de un plazo de
prescripción más amplio que la responsabilidad extracontractual.
- Teorías monistas:
- Teorías intermedias:
Consideran que existe unidad genérica en cuanto al hecho de que ambos tipos de
responsabilidad generan obligación de reparar, pero hay diferencias específicas en cuanto al
grado de concreción del deber que se impone: en la responsabilidad extracontractual el
deber es general e indeterminado hasta el momento en que este surge; en la contractual hay
un deber concreto, determinado, se toma en cuenta al hombre como deudor de una relación
jurídica específica. La responsabilidad contractual supone una modificación objetiva del
vínculo obligatorio preexistente, ampliándolo en desventaja del incumplidor, sustituyendo o
agregando a la prestación debida la obligación de resarcimiento por los daños o perjuicios
sufridos por el acreedor, mientras que en la responsabilidad extracontractual surge el deber
de indemnizar como una obligación nueva, actuando como fuente el acto lesivo. Las
diferencias son sólo externas, no de fondo, pues el efecto en ambos casos es similar: la
reparación del daño o perjuicio causado.
Creemos que es esta última posición doctrinal la más acertada, pues sin negar las
diferencias prácticas señaladas por las teorías dualistas arriba señaladas, tomando en
consideración la esencia similar de ambas clases de responsabilidades se pronuncia por un
régimen jurídico unificado para la regulación de las mismas.
Nuestro Código Civil de 1987, siguiendo las modernas voces doctrinales sobre el
tema, ha consagrado una norma que trata de conciliar las diferencias de regímenes entre
una y otra clase de responsabilidad, a fin de que en cualquier caso tenga el perjudicado, ya
sea acreedor contractual o víctima extracontractual, la posibilidad de contar, en lo
pertinente, con iguales garantías y la misma extensión en cuanto al contenido de la
.../214
reclamación. El artículo 294, ubicado en el Libro de Obligaciones y Contratos, remite a lo
preceptuado por los artículos 81 al 99 del propio Código, que en su Parte General regula la
responsabilidad proveniente de actos ilícitos, aunque no señala el legislador que el
incumplimiento contractual es constitutivo de un ilícito civil, omisión que lamentablemente
borra precisamente el punto de contacto esencial entre ambas responsabilidades en cuanto a
su origen, resaltando sólo la similitud en cuanto a los efectos.
Como también hemos apuntado ya, se han seguido dos criterios para establecer la
responsabilidad, sea esta contractual o extracontractual, fundamentando el nacimiento del
deber de indemnizar desde dos posiciones diferentes, que exponemos someramente a
continuación. Como acertadamente afirma Díaz Pairó, es el viejo debate entre estas dos
formas de responsabilidad que surge dondequiera que ésta aparezca, sea en el campo
contractual, sea en el extracontractual.249
248
Vid. Artículos 67 b) y 99.2 en cuanto a capacidad y artículos 87b) y 248.4 en cuanto a solidaridad o
mancomunidad cuando hay pluralidad de sujetos responsables, a manera de ejemplos.
249
DÍAZ PAIRÓ, A., op. cit., Volumen I, p. 155.
.../215
quien por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia 250, no, por
tanto, a quien lo produce en otras circunstancias. Esta doctrina de la culpabilidad es propia
de la filosofía individualista y racional de la época de la codificación, que se niega a
responsabilizar a una persona por la comisión de un daño que no ha sido resultado de su
libre actuación.
Surge como resultado de las limitaciones del anterior criterio. Tiene como
fundamentos esenciales el considerable desarrollo industrial propio de nuestro tiempo, que
genera riesgos y siniestros inimaginables en la época de consolidación de la anterior teoría,
y la formación de una mentalidad colectiva que se identifica fundamentalmente con el
propósito de indemnizar a toda costa a las víctimas de los daños que cada vez más se
producen. Así, esta teoría sólo considera necesaria la existencia de la relación causa- efecto
entre el acto del que produce el daño y éste, aún cuando no haya intervenido dolo o culpa
de ningún tipo en su actuar, para exigir responsabilidad.
250
Vid. Artículo 1902 del Código Civil español de 1889.
.../216
No obstante las disputas doctrinales, la teoría objetiva o del riesgo se abre paso
cada vez más en las legislaciones, aunque la opinión mayoritaria se inclina por considerar
que no debe imponerse de manera absoluta como principio general. La jurisprudencia, por
su parte, tiende a objetivar de manera muy amplia la responsabilidad, hasta llegar a
fórmulas prácticas que se apartan de las primitivas posiciones subjetivas, movida por
razones éticas más acordes con las nuevas realidades sociales, fundamentalmente mediante
un sistema de inversión de la carga de la prueba en beneficio de la víctima del daño.251
Los artículos 90 al 92, por ejemplo, son una reminiscencia del anterior sistema de
responsabilidad subjetiva que primaba entre nosotros, hay en ellos una presunción de culpa
in vigilandi, pero se atenúa la teoría espiritualista con la inversión de la carga de la prueba.
251
En tal sentido, afirma DIEZ- PICAZO que cuando el daño ha sido producido como consecuencia del
ejercicio normal o anormal de una actividad de la cual una persona obtiene un beneficio económico, la carga
de la prueba se invierte de tal manera que no es el perjudicado quien tiene que probar la culpa del dañador,
sino que es éste quien demostrará que adoptó todas las medidas de precaución posibles para evitar el daño. De
la prueba de la culpa por el demandante se pasa así a la prueba de la diligencia por el demandado. El giro
encuentra su fundamento en la llamada teoría del riesgo: se entiende que aquella persona que dentro de la vida
social crea en su propio beneficio una situación de riesgo o de peligro debe también pechar con lo incómodo
que esta situación acarrea. En el fondo, sin embargo, por debajo de ese fundamento doctrinal, tal vez esté
latiendo una intuitiva preocupación que es, a mi juicio, la raíz última del Derecho de daños: la necesidad
social de defender y de amparar a la persona frente al maquinismo industrial desencadenado en beneficio de
determinadas partes de la sociedad, y sólo indirectamente de la totalidad de ella . Vid. DIEZ- PICAZO, L.,
Estudios sobre la jurisprudencia civil, Volumen I, Ed. Tecnos, Madrid, 1981, pp 27-28.
.../217
Es este último término empleado el que hace meditar acerca de la posición del
legislador: ¿para repetir contra el causante directo del daño bastará que previamente haya
respondido del mimo la persona jurídica o será necesario que se pruebe que el actuar de ese
agente fue culpable, esto es, intencional, negligente o falto de la diligencia necesaria?.
Pensamos que aquí se utiliza inadecuadamente por el legislador el término culpable, debió
decirse sujeto comisor o agente, pues no apreciamos ninguna razón ética o jurídica para que
se abandone en estos casos la tendencia general a la objetivación de la responsabilidad
establecida por el propio Código. Sin embargo, no existe ninguna interpretación doctrinal o
jurisprudencial que apoye nuestro criterio o se oponga al mismo, por lo que ante una
situación como la prevista en la hipótesis de la norma que analizamos, podría el Tribunal
tomar partido en uno u otro sentido, exigiendo o no la prueba de culpa en el actuar que
causó el daño para el establecimiento de la responsabilidad.
Según lo preceptuado por el artículo 96, para que una persona tenga derecho a
reclamar y obtener reparación o indemnización por actos realizados por funcionarios o
agentes del Estado, deben cumplirse los requisitos o presupuestos siguientes:
.../218
Por otra parte, la remisión del artículo 294 a lo previsto por las normas del propio
cuerpo legal referidas a la responsabilidad por acto ilícito, no deben llevarnos a entender
que no habrá de atenderse a la existencia de dolo o culpa por parte del sujeto incumplidor
que se convierte en deudor del resarcimiento, pues dicha remisión nos advierte que la
aplicación de las mismas se hará en lo pertinente, y numerosos preceptos del Libro
dedicado a las obligaciones contractuales hacen referencia a ese requisito, en sentido
positivo o negativo.252
Como ocurre casi siempre en Derecho y en la vida que este refleja, parcializarnos
absolutamente con un extremo u otro de las variantes de la responsabilidad jurídica civil,
tanto en la legislación como en la práctica profesional, puede conducir a errores técnicos e
incluso violar los principios de justicia y equidad que deben acompañar nuestro quehacer.
Partiendo entonces de las posiciones de relatividad que el tema reclama, puede concluirse
lo siguiente:
.../219
La responsabilidad civil contractual y extracontractual, aunque no pueden
identificarse por completo, deben regirse por un sistema unificado para su
exigencia, teniendo en cuenta que ambas son el resultado de un evento dañoso,
pero manteniéndose las diferencias accesorias existentes entre las mismas que
permiten un adecuado tratamiento práctico de ambas. Esta ha sido la tendencia
seguida por el legislador de nuestro vigente Código Civil, que mediante la
remisión preceptuada por su artículo 294, consagra la conciliación de
regímenes de una y otra clase de responsabilidad en aquello que resulte
pertinente.
.../220
pueden estar predeterminados por dichos sujetos, ofreciendo la norma de derecho objetivo
fuerza legal a la autonomía de la voluntad privada para materializar el precepto legal en
determinados actos negociales concretos, esto es, para determinar la eficacia del acto tanto
en cuanto a su constitución como en cuanto a la fijación de su alcance y consecuencias.
La disconformidad con la ley que provoca la ineficacia del acto jurídico, puede
provenir de diferentes supuestos257:
255
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., Sistema de Derecho Civil, Volumen I, Ed. Tecnos, Madrid, 1987, p.
567.
256
Debe recordarse que, como ya apuntamos, la ineficacia es una sanción que impone el ordenamiento
jurídico a los actos que no poseen una total congruencia con lo previsto por las normas para un tipo negocial
determinado, pero adoptamos la definición arriba señalada porque esa sanción se traduce precisamente en la
privación de los efectos previstos por los sujetos para dicho acto. Vid. GHERSI, C. A. (Coordinador), Derecho
Civil. Parte General, 2da. Edición, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1999, p. 526.
257
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo II, Segunda Parte, ENPES, La Habana,
1984, p. 738.
.../221
1) Por la carencia de un elemento esencial para la formación del acto,
que hace a este inexistente desde el punto de vista legal 258.
2) Por celebrarse el acto violando un mandato o prohibición legal, lo que
conduce a su nulidad de pleno derecho.
3) Por la existencia de un vicio o defecto en el acto, que lo hace
susceptible de anulación posterior.
4) Por producir el acto una lesión o perjuicio económico a los sujetos que
intervinieron en el acto o a terceros, situación de ineficacia
denominada rescisión.
258
La inexistencia del acto jurídico como variante de la ineficacia no es aceptada unánimemente por la
doctrina, pues se alega que en realidad es categoría inútil ya que produce iguales efectos que la nulidad
absoluta o radical, añadiéndose a lo anterior que no cabe hacer referencia a estos actos porque el derecho no
se ocupa de lo que no existe. Vid. ALBALADEJO, M., Derecho Civil, Tomo I, Introducción y Parte General,
Volumen Segundo, p. 428 y 429; CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., pp. 747 a 752; DIEZ PICAZO, L., y GULLÓN,
A., op. cit., pp. 568 y 569; MESSINEO, F., Manual de Derecho Civil y Comercial, traducido por Santiago
SENTIS MELENDO, Ediciones Jurídicas Europa- América, Buenos Aires, 1954, p. 490.
259
En el Derecho de familia, en que como ya apuntamos el Código Civil rige sólo supletoriamente, hay
disposiciones especiales sobre nulidad y otras dirigidas a la convalidación de matrimonios originariamente
nulos, como los realizados por los menores. La Ley Notarial, por su parte, también enumera casos en que
pueden declararse judicialmente nulos los documentos notariales, especialmente cuando se otorgan
incumpliendo prohibiciones de la propia ley en cuanto a la actividad notarial o en cuanto a la aptitud de los
testigos o partes, incluyéndose aquí casos de nulidad y de mera anulabilidad. Vid. RAPA ALVAREZ, V., "La
relación jurídica. Categoría esencial en el nuevo Código Civil", en Revista Jurídica, Nro. 19, MINJUS, La
Habana, abril- junio, 1987.
.../222
anterior regla debe interpretarse en el sentido de que el negocio no produce los efectos
queridos por las partes, los efectos que normalmente el ordenamiento jurídico liga a ese
tipo de acto, pero el negocio nulo puede originar otros efectos de carácter indirecto no
previstos por los sujetos, sino impuestos por la norma en detrimento del culpable de la
nulidad260.
El artículo 67 de nuestro Código Civil establece las causales por las cuales debe
conceptuarse como nulo el acto jurídico. Algunas de las causas de nulidad aquí reguladas,
carecen de precedentes en el Código Civil español anteriormente vigente, o han recibido en
la nueva ley un tratamiento diferente.
En primer lugar, se dispone en el inciso a) del artículo 67 que son nulos los actos
jurídicos realizados en contra de los intereses de la sociedad o el Estado, causal novedosa
que se fundamenta esencialmente en las características de nuestro sistema social, y en lo
preceptuado por otros Códigos socialistas. Sin embargo, la terminología es imprecisa, no
delimita cuáles son o pudieran ser esos intereses superiores a la voluntad privada, lo que
necesariamente obliga al análisis exhaustivo de cada caso concreto, para determinar si el
acto es lo suficientemente grave por su lesividad a los intereses sociales o estatales como
para sancionarlo con la pérdida total de sus efectos, declarándolo absolutamente nulo.
El inciso b) del propio artículo declara también radicalmente nulos los actos
realizados por personas que no pueden ejercer su capacidad jurídica. Para que esta causa
de ineficacia actúe de forma general, es necesario que previamente se haya declarado la
incapacidad de obrar de la persona que realiza el acto por el órgano jurisdiccional
competente, declaración que tiene carácter constitutivo, pues a partir de ella todos los actos
en que intervenga el incapaz serán nulos sin necesidad de prueba alguna, en tanto mientras
esto no ocurra será necesario probar la falta de capacidad en cada uno de los actos que
realice el presunto incapaz.
.../223
entre esos incapaces cuyos vicios pueden ser subsanados según se dispone en nuestro
Código de Familia.
.../224
El Código Civil disciplina la rescisión en su Parte General, de lo que se colige que
esta causa de ineficacia es aplicable a cualquier acto, no sólo a los contratos, particular que
caracterizaba a lo regulado por el Código Civil español antes vigente en nuestro país.
Las causas que pueden dar lugar a la rescisión se establecen en los artículos 76 y
77 de nuestro Código Civil. En el inciso a) se aprecia una incongruencia legal, pues se
dispone que son rescindibles los actos realizados válidamente por los tutores sin
autorización judicial, siempre que las personas a quienes representen hayan sufrido lesión
en más de la cuarta parte del valor de los bienes que hubiesen sido objeto de dichos actos,
cuando por otra parte se establece en el Código de Familia, artículo 155, que el tutor
necesitará autorización judicial para realizar actos de dominio o cualquier otro acto que
pueda comprometer el patrimonio del tutelado, por lo que no sería válido que realizara tales
actos sin autorización judicial.
El inciso ch) señala que también pueden rescindirse los actos realizados por el
demandado sobre un objeto litigioso, sin conocimiento y aprobación de las partes
litigantes o de la autoridad judicial. Se entiende que tales actos pueden ser rescindibles
porque pueden suponer un obstáculo para la efectividad del derecho reclamado. Deben
considerarse litigiosos los bienes desde la fecha del emplazamiento para contestar a la
demanda sobre los mismos271.
.../225
También son rescindibles, según el inciso e), los actos realizados por los
adjudicatarios de la herencia, si la partición se hace con preterición de algún heredero,
causal que debe tomarse en consideración en relación con lo dispuesto por el artículo 541
del propio Código, que en tales casos obliga a los adjudicatarios a entregar al preterido la
parte que proporcionalmente le corresponda.
Con igual fundamento que el inciso ch) del artículo 76, el artículo 77 declara que
también son rescindibles los pagos hechos en estado de insolvencia por obligaciones a cuyo
cumplimiento no podía ser compelido el deudor al tiempo de hacerlos.
Una vez firme la sentencia, la rescisión incide en el negocio que hasta ese
momento había sido válido retroactivamente, desde el momento de su celebración. Por ello
ha de volverse a la situación preexistente entonces, haciendo desaparecer las consecuencias
jurídicas hasta entonces surgidas, por lo que deben restituirse las prestaciones con sus frutos
e intereses, bien en específico o en el equivalente. Así, el artículo 79 establece la obligación
de devolver los bienes que fueron objeto del acto con sus frutos, y del precio con sus
intereses, pero sólo procede esto si el que lo solicita puede devolver aquello a lo que por su
parte está obligado. La rescisión no alcanza a los terceros de buena fe.
Se ha criticado la inclusión del riesgo imprevisible entre los casos de rescisión 273,
porque él no encierra en sí mismo lesión económica, sino que se trata de una circunstancia
sobrevenida e irresistible que impide para una de las partes que se continúe el cumplimiento
de un negocio perfectamente válido.
272
Algunos entienden la rescisión como una variante especial de anulabilidad y por tanto consideran que el
plazo de prescripción es de un año según lo previsto por el inciso c) del artículo 116, pero no coincidimos con
tal criterio toda vez que el Código regula la rescisión en régimen jurídico independiente y autónomo, separada
de la nulidad relativa, por lo que no cabe acudir a lo previsto para aquella en este particular.
273
Vid. CLAVIJO, F., "El nuevo Código Civil en Cuba: recuento y reflexiones", en Revista Cubana de
Derecho, Nro. 4, La Habana, octubre- diciembre, 1991, p. 39.
.../226
Padece además de otras dificultades el citado artículo, pues establece que la
rescisión procedería para toda obligación afectada por esas circunstancias sobrevenidas, lo
cual es erróneo, pues dichas circunstancias sólo actúan como elemento modificador en las
obligaciones de tracto sucesivo o ejecución diferida, no en obligaciones de cualquier
naturaleza ni en las ya totalmente ejecutadas o cumplidas.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
.../227
Código Civil, en Revista Jurídica, Nro. 19, Año VI, UNJC, La Habana, abril- junio
1988.
.../228
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
CAPITULO VII
LA REPRESENTACIÓN.
Sumario:
1 LA REPRESENTACIÓN. GENERALIDADES. 2 NATURALEZA JURÍDICA DE
LA REPRESENTACIÓN. 3 EL NUNCIO. SU DISTINCIÓN DEL
REPRESENTANTE. 4 REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA. 4.1 Poder. 4.1.1
Forma. 4.1.2 Contenido. 4.1.3 La representación sin poder. 4.1.4 La sustitución.
4.1.5 Extinción del Poder. 4.2 Poder y Mandato. 5 REPRESENTACIÓN
INDIRECTA. 6 REPRESENTACIÓN LEGAL. 7 REPRESENTACIÓN DE LAS
PERSONAS JURÍDICAS. 8 EL AUTOCONTRATO. BIBLIOGRAFÍA SUMARIA.
1. La Representanción. Generalidades.
Representación proviene del latín representatio onis que significa acción y efecto
de representar, sustituir a uno o hacer sus veces274.
- 231 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Sin embargo es necesario precisar que la norma tiene carácter general y no incluye
en su extensión el análisis de aquellos actos jurídicos denominados personalísimos, en los
cuales por ley el fenómeno no es aplicable. Así estos actos sólo pueden ser realizados por el
propio interesado y nunca por otra persona, ni siquiera en concepto de representante. Estos
actos generalmente atañen al Derecho de Familia, con la excepción del matrimonio por
poder, y también otros que la norma establece como por ejemplo el otorgamiento de
testamento, artículo 477.1 Código Civil cubano. Por lo general en las relaciones jurídicas
de carácter patrimonial, es normal la representación.
La persona que realiza el acto no lo hace en su propio interés, por tanto los efectos
jurídicos que del mismo se derivan, repercuten directamente en beneficio o perjuicio de la
persona que autoriza la realización del acto. Este efecto que tan claramente concebimos hoy
y que es recogido por las legislaciones, no fue admitido así por los romanos. En Roma los
efectos del acto sólo se producían entre las personas que celebraban dicho negocio, no hubo
nunca un efecto directo entre el dominus negotii y el tercero con el cual el gestor
contrataba, sino sólo un efecto entre el gestor y el tercero. El dominus negotii podía
dirigirse contra el gestor para obtener los resultados del negocio. Según el Digesto 44.7.11,
no se podía estipular, ni comprar, ni vender, ni tratar que otro pida directamente en nuestro
nombre. Así los resultados empíricos de lo que hoy llamamos representación son
conseguidos en el Derecho Romano a través de la figura del mandato277
277
DIEZ PICAZO Y PONCE DE LEÓN, Luis. La representación en el Derecho Privado, Madrid, 1979, pp. 26 y
27. El autor en esta excelente monografía hace un estudio detallado de la evolución histórica del fenómeno
representativo, argumentando que la regla de la eficacia jurídica indirecta de la gestión representativa y
consiguientemente, de la falta de una eficacia directa entre el dominus negotii y el tercero no fue, en el
Derecho Romano, una regla rígida, ni constituyó tampoco un dogma incontrovertido. Por el contrario, según
parece actúo de manera flexible y permitió que se formularan excepciones siempre que fuera necesario.
- 232 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Ante estas dos posiciones que pueden ser catalogadas de unilaterales, surgen
teorías intermedias279, que consideran tanto al representante como al representado coautores
del negocio representativo:
Sería difícil determinar a cual de las teorías se afilia el Código Civil cubano en la
regulación de la figura en su artículo 58 al establecer: La manifestación de voluntad
278
Según DIEZ PICAZO, L y GULLÓN BALLESTEROS, A. Sistema de Derecho Civil, T-I, Madrid, 1989, p.594.
La cuestión no tiene exclusivamente una carácter teórico, sino eminentemente práctico, porque proyecta su
influjo en la fijación de la persona en quien deben concurrir los vicios de la voluntad que anulan la
declaración de voluntad o a la que hay que referir las condiciones subjetivas que puedan ser relevantes para la
celebración del negocio o para determinar sus efectos.
279
Acogidas por el Código Civil italiano de 1942 ( art. 1389), el Código Civil portugués de 1966 ( art. 259)
280
SERNA MEROÑO, Encarna, en Comentarios al Código Civil....... op. cit. p.549.
281
Ibidem.
- 233 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
emitida por el representante dentro de los límites de sus facultades es eficaz a favor o en
contra del representado como si fuera el mismo quien hubiera obrado. Parecería en
primera instancia que predomina en su redacción la teoría de la representación, por la
importancia que se le atribuye a la voluntad del representante, sin embargo en medida
alguna se silencia la trascendencia e importancia que tiene la manifestación de voluntad del
dominus negotii, por lo que se aprecia más una tendencia en su redacción a la teoría
intermedia cualitativa, pues si bien las voluntades son autónomas se unen entre si
funcionalmente y ambas contribuyen en la determinación y conclusión del negocio jurídico
representativo.
Se dice por tanto que el nuntius no participa con su voluntad en la formación del
negocio, no es parte, parte es el que encarga a ese sujeto la realización de esa actividad
material. Al decir de MESSINEO282 aquí es indiferente que el emisario sea o no capaz de
obrar, pues no importa que entienda o no sino lo único importante es que traslade o
comunique al destinatario la declaración y que la comunique fielmente. Apuntando que en
caso de infidelidad el dominus tiene la acción de daños contra el emisario.
Han sido muchas las diferencias que clásicamente se han señalado entre estas dos
figuras jurídicas; sin embargo en la actualidad283 se sostiene que estas diferencias se
enturbian en determinados casos y que además las mismas se enturbian más al analizar el
régimen jurídico aplicable a la relación que nace entre el dominus y el emisario y que no es
otro que el del representado y el representante.
4. Representación voluntaria.
- 234 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
en la voluntad del representado, que manifiesta desde un inicio el querer actuar por medio
de otra persona. Esta representación encuentra su razón de peso en la ampliación o
extensión, en tiempo, espacio y posibilidades de la persona.
Esta autorización se concede mediante el poder284 por medio del cual una persona
(representante) podía actuar en nombre de otra y producir efectos jurídicos en la esfera
jurídica del representado. Este fenómeno ha sido llamado por la doctrina representación
directa.
De ahí que la doctrina 285 ha establecido dos requisitos fundamentales para que la
persona pueda celebrar, como representante directo, un negocio eficaz para otra:
284
Vid. SERNA MEROÑO, Encarna...op. cit. p.484. La doctrina española actual ya rechazó la influencia del
Código de Napoleón que concibió la relación entre representado y representante mediante el contrato de
mandato, tras la influencia de las doctrinas alemanas que distinguen el poder del mandato, posición sostenida
por los pandectístas alemanes.
285
ALBALADEJO, Manuel. La Representación. op. cit. p.777
286
Se plantea que en el fenómeno representativo existen como mínimo tres sujetos, el representado (dominus
negotii), el representante (gestor o agente) y el tercero, sin embargo se analiza que en el negocio
representativo en sentido estricto solo actúa el representado y el representante. Vid. DIEZ PICAZO Y PONCE DE
LEÓN, Luis. La Representación en el Derecho Privado. op. cit. p.68.
287
ALBALADEJO, Manuel. La Representación.op. cit. p.777.
288
Vid. SERNA.....op. cit. p.489
- 235 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
El otro requisito para que exista una representación directa eficaz es el obrar con
poder bastante. Este requisito se refiere a que el representante debe ostentar título suficiente
para la realización de los actos. Sin embargo la propia doctrina plantea la posibilidad de
convertir en eficaces los actos jurídicos del representante que actúo a nombre del
representado, sin ostentar título alguno, mediante la ratificación por este último.
Ratificación que, como medio de convalidación, alcanza remediar también los actos
realizados por el representante que se ha excedido en las facultades otorgadas por el
representado mediante el poder de representación.
4.1 Poder:
Para otorgar un poder, la persona (poderdante) debe, como presupuesto, ser capaz,
entendiendo por tal, la capacidad general para la realización de cualquier acto jurídico
(art.29 del Código Civil cubano) o la capacidad restringida prevista en el artículo 30 del
Código Civil, pues los sujetos que se encuentren en esta especial condición podrán otorgar
poder con respecto a los actos que puedan realizar.
Los apoderados pueden ser uno o varios sujetos, al igual que los poderdantes, y
deben tener la capacidad necesaria para la realización del negocio jurídico para el cual se le
apodera.
4.1.1 Forma:
289
DICCIONARIO... op. cit. p.2993.
290
ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Derecho Civil , T-I, V-II, décima edición, Librería Bosch, Barcelona,
1989, p.398.
- 236 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
En estos y otros casos donde no se exige la forma notarial está presente en ellos
como nota característica que la declaración de voluntad del poderdante sea expresa y
escrita.
4.1.2 Contenido:
Por medio del poder el poderdante confiere al apoderado facultades para actuar en
su nombre y por su cuenta. De ahí que se plantee que los poderes pueden ser generales o
especiales. El poder general es el que faculta al apoderado para efectuar todos aquellos
actos que tienen que ver con la totalidad de bienes y derechos del dominus negotii o un
número amplio de los mismos. Mientras que el poder especial o especialísimo, como se
denominó en algún momento, se refiere a la posibilidad de realizar un acto con respecto a
varios bienes, por ejemplo: vender varios bienes; o realizar varios actos respecto a un único
bien, por ejemplo: arrendar, cuidar, conservar, reparar o realizar cualquier trámite
vinculado con un bien concreto y especifico.
Se plantea que en ocasiones la ley establece que tipo de poder es el que se debe
realizar, por ejemplo en el matrimonio el poder es especial y en virtud del art.64 y 401 el
poder general no comprende facultades para realizar actos de dominio.
Las facultades concedidas por medio de poderes tienen que estar permitidas por la
ley, es decir que no puede existir ningún impedimento para que dicho acto sea realizado por
medio de representante.
291
ALBALADEJO GARCIA, Manuel. La Representación op. cit. p.792.
- 237 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Se dice que existe representación sin poder o actuación como falsus procurator,
cuando el sujeto actúa sin poder conferido, cuando se extralimita de las facultades a él
conferidas o cuando el sujeto tenía poder, pero al momento de actuar este se había
extinguido.
Según el artículo 421 del Código Civil si los actos del gestor son ratificados por
el titular del bien o del asunto, riguen las reglas del mandato expreso. En virtud de este
artículo es válido el acto realizado con el falso representante, como si hubiera existido entre
éste y el representado un contrato de mandato. Se plantea que no se protegerá al tercero si
el representado no ratifica si este conocía que actuaba con un falso representante, pues
ambos están conscientes de que han realizado un negocio que le falta un elemento
fundamental, que es la voluntad del dominus negotii. Admitida esta tesis en el artículo 422
del Código Civil.
4.1.4 La sustitución:
292
Vid. SERNA MEROÑO, Encarna...op. cit. pp.521 a 523 La autora brinda las diferentes teorías que se han
formulado sobre el tema.
293
SERNA MEROÑO, Encarna, en Comentarios al Código Civil...op. cit. p. 508
- 238 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
El poder se extingue por las causas generales extinción de los negocios jurídicos y en
especial las establecidas en el artículo 64 y 409 del Código Civil.
``
294
Idem...op. cit. p.471.
295
Sentencias 10/11/1935, 16/2/35, 22/4/42 con general aceptación, el derecho científico distingue
actualmente los conceptos de mandato y representación y hace observar que las diferencias esenciales entre
ambas ni siquiera se borran completamente en el mandato representativo, porque el mandato afecta a la
relación material de carácter interno entre el mandante y el mandatario y el apoderamiento, concepto formal,
trasciende a lo externo y tiene como efecto ligar al representante con los terceros, siempre que el
representante actúe dentro del poder que se haya conferido, y aunque de ordinario los poderes van ligados a
una relación de mandato, no es esencial esta coincidencia, ni son idénticos los privilegios y normas a que se
ajustan el poder y la relación jurídica obligatoria que origina su otorgamiento citado por DIEZ PICAZO en La
representación.......op. cit. p.35.
296
Citado por DIEZ PICAZO Y PONCE DE LEÓN, Luis. La Representación en el Derecho Privado. op. cit. p.35
- 239 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
La representación y el mandato han estado muy ligados, tan es así que se afirma
que en todo poder hay un mandato porque se actúa por cuenta ajena. También se afirma
que existe mandato representativo y no representativo, en el primero el tercero con quien se
contrata conoce que se actúa por cuenta y a nombre de otra persona, mientras que en el no
representativo se actúa a nombre propio y por cuenta ajena, llamado en la doctrina el
verdadero mandato.
5. Representación indirecta.
- 240 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
En virtud de esta posición son muchos más los adeptos en la doctrina española
(ALBALADEJO, DIEZ PICAZO) que sostienen que la representación indirecta es verdadera
representación; pues lo que es determinante es la actuación en interés ajeno, existiendo en
la vida práctica muy variadas razones por las cuales la identidad del representado debe
quedar oculta, pero por ningún concepto se puede considerar que no existe representación.
Por tanto lo que diferencia al poder del mandato, es que en el mandato, por lo
general, al exterior no se conoce que se actúa en interés ajeno, pero los efectos jurídicos
repercuten en la esfera jurídica del mandante (representado). Se concluye en la actualidad,
que si lo básico en la representación es la actuación en interés ajeno, no es posible seguir
afirmando que la representación indirecta no es una verdadera representación. Sin embargo
en virtud del artículo 57 del Código Civil cubano parece ser que este cuerpo legal mantiene
la tendencia de que fenómeno representativo se manifiesta sólo cuando el representante
actúa en nombre de otro, descartándose así en un precepto general la posibilidad de
considerar la representación indirecta como una verdadera representación.
6. Representación legal.
El Código Civil cubano reconoce la representación legal en los artículos 57, 59,
60, 62, 65, en especial, aunque otros artículos generales la reconocen. Además existen
numerosos casos de representación legal en nuestro derecho, partiendo del propio artículo
32 del Código Civil nos remitimos por mandato de ley al Código de Familia en sus
artículos 82 al 87 referidos a la patria potestad sobre menores, al artículo 137 y siguientes,
del Código de Familia referido a la tutela y el artículo 33.2 del Código Civil referido al
representante del ausente.
Debido al sin número de casos en los que está presente la representación legal
algunos autores plantean la imposibilidad de dar un tratamiento unitario a la figura y hasta
se ha discutido si es una verdadera representación, o se trata de otra figura 299. Sin embargo
que reciba por cualquier titulo por razón de sus gestiones
299
Vid. ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. La Representación, op. cit. p.445 y SERNA MEROÑO, Encarna, op. cit.
p.547, los cuales mencionan esta corriente pero la desechan al considerar que no hay justificación para excluir
a la representación legal, pues también aquí se manifiesta la esencia de todo fenómeno representativo, esto es,
que una persona (representante) intervenga por otra (representado) en el desarrollo de una actividad jurídica
no para su beneficio, sino en interés y por cuenta ajena. Y añado en nombre ajeno pues es un caso típico de
- 241 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
existen notas o ideas centrales que caracterizan a la figura en cuestión. En primer lugar es
necesario advertir que la misma nace con el fin de proteger y complementar la capacidad de
obrar de aquellas personas que la tienen restringida o no la tienen por su propia naturaleza o
aquellas que por ministerio de la ley no la poseen.
representación directa.
300
DIEZ PICAZO Y PONCE DE LEÓN, Luis. La Representación....op. cit. p.289
301
Algunos plantean que existen supuestos como la patria potestad, en que la ley determina estrictamente
cuales son los sujetos que representan al menor, los padres, pero existen otros supuestos, como puede ser la
tutela, donde es el juez el que determina quien será el tutor, y por ello clasifican este tipo de representación
como judicial, porque la designación del representante emana del órgano jurisdiccional. Sin embargo es
necesario apuntar que este órgano está limitado en su actuar a designar a una o varias de las personas
establecidas taxativamente en la ley, escogidas por su condición de familiaridad o de afecto con el
representado. Al decir de ALBALADEJO en La Representación, anuario de Derecho Civil, op.cit, pp.268,269,
la terminología de representación judicial, no plantea inconvenientes en ser aceptada, siempre que quede
claro que se trata de un subcaso de representación legal, en cuanto establecida por ley.
- 242 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
- 243 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
sin la figura del representante, y en virtud de esta necesidad, algunos plantean que el tipo de
representación que opera es la legal. Otros como GIERKE Y DE DIEGO, afirman que en
estos casos no existe representación, no hay representante que obre por y en nombre de la
persona jurídica, sino que es ésta la que obra por medio de su órgano (administrador,
gerente o director)304. Por tanto el representante no le es ajeno a la persona misma, sino
integrante de ella. Sin embargo ello no excluye que una persona pueda actuar a nombre y
en representación de la persona jurídica sin ser parte integrante de la misma.
Por todo lo anterior se afirma que existe una representación mixta o imperfecta en
el actuar de la persona jurídica colectiva. O más bien una teoría intermedia que habla de la
representación orgánica.
8. El autocontrato.
304
Citados por DICCIONARIO DE DERECHO PRIVADO, op. cit. p.3381.
305
Citado por DIEZ PICAZO Y PONCE DE LEÓN, Luis. La Representación.....op. cit. p.200.
306
Citado por CLEMENTE, Tirso. Derecho Civil Parte General. T-II ( tercera parte), Ed. Pueblo y Educación,
La Habana, 1984
307
Idem, p. 205.
- 244 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
No existe en Cuba sentencia del Tribunal Supremo que atenúe el artículo 63 del
Código Civil por lo que se mantiene reacio nuestro Derecho Civil en admitir el fenómeno.
De esta forma nos encontramos rezagados al no reconocer la importancia que brinda el
autocontrato en la agilidad del trafico jurídico. Además que la doctrina moderna reconoce
el ahorro de esfuerzo que implica la actuación consigo mismo; pues el representante al
respetar y proteger los intereses del representado y actuar siempre en su beneficio, sin
intereses contrapuestos garantiza la realización del negocio jurídico con rapidez y eficacia.
Solo en líneas generales no es admitido cuando existe un riesgo, un abuso o un peligro de
conflicto de intereses entre los sujetos del negocio representativo.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
308
Idem, p. 200.
309
SERNA......op. cit. p.553.
- 245 -
La representación Lic. Marta FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
- 246 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
CAPITULO VIII
EL TIEMPO Y SU INFLUENCIA EN EL DERECHO CIVIL.
Sumario:
1 GENERALIDADES. 2 LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. 2.1 Presupuestos,
Objeto y fundamento. 2.2 Ámbito, funcionamiento y plazos de prescripción. 2.3
Interrupción y suspensión de los plazos de prescripción. 3 CADUCIDAD.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
La palabra tiempo proviene del vocablo latino tempus, que designaba la época
durante la cual sucede alguna cosa o vive alguna persona310.
310
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo II, Tercera Parte, Edición Universitaria, La
Habana, 1984, p.1008.
311
Vid. ROSENTAL, M. y IUDIN, P. (Directores), Diccionario Filosófico abreviado, Ed. Política, La Habana,
1964, pp.499 a 501.
- 249 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
condiciones materiales de vida que dieron lugar a las mismas, es decir, la superestructura
jurídica se modifica cuando ocurren cambios en la base económico - social. En cuanto a los
derechos subjetivos, el tiempo influye en su nacimiento, modificación y extinción, como
veremos más adelante.
La incidencia del tiempo en las relaciones jurídicas debe analizarse en cada una de
ellas en particular, pero de forma general cabe establecer su influjo en la extinción y
pérdida de los derechos, o de las acciones necesarias para el ejercicio de estos, a través de
las instituciones de la prescripción y la caducidad, que estudiaremos más adelante.
Para la computación del tiempo se utilizaba en Roma el calendario Juliano 314 del
emperador Julio César, desde el año 708 antes de nuestra era. En nuestros días se utiliza en
casi todo el mundo el calendario Gregoriano, introducido por el Papa GREGORIO XIII en
1582, perfeccionando el anterior. En este último el tiempo se cuenta por años de 365 días,
distribuidos en doce meses de 30 días, siendo los días de 24 horas.
312
Los efectos del transcurso del tiempo se estudian particularmente en las instituciones jurídicas que por él se
afectan, tales como: en cuanto a la vigencia temporal de las normas, el comienzo de su entrada en vigor y el
período de aplicación de las mismas; respecto a la persona, determina la capacidad de obrar y tiene relevancia
en cuanto a la adquisición o pérdida de la nacionalidad, así como en la declaración de ausencia y de
presunción de muerte; respecto a las obligaciones, es esencial en las denominadas a término o plazo; en los
derechos reales, tiene decisivos efectos en cuanto a la inscripción registral. Vid. O` CALLAGHAN MUÑOS, X.,
Compendio de Derecho Civil, Tomo I, Parte General, Ed. Revista de Derecho Privado, EDERSA, Madrid,
1986, p. 403.
313
El destacado intelectual cubano, Dr. Elías ENTRALGO, en su lección inaugural del año académico 1950-
51 en la Cátedra de Historia de Cuba, de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de la Habana,
conocida como Apología de las 7 de la mañana, recientemente reproducida por nuestra Alta Casa de
Estudios, se refiere a este particular y nos narra como el Egipto antiguo, a la cabeza de la cultura en tantas
cosas, inventó el reloj de sol 600 años antes de CRISTO. Estos primeros relojes, llamados cuadrantes o piedras
horarias, fueron llevados a Grecia, donde los perfeccionaron TALES DE MILETO, ANAXIMANDRO Y EUDOXOS,
llegando a ser conocido en Roma en el año 260 a.n.e. Para conocer la hora en la noche y en los días nublados,
inventaron los egipcios también, más tarde, en el año 300 de precedencia a nuestra era, los clepsidras o
relojes de agua. Después vinieron los relojes de aceite, los de arena y los neumáticos, hasta que en el año 947
después de CRISTO, aparecieron los de ruedas, construyendo el primero de ellos el Papa SILVESTRE II, en
Magdeburgo. Este último tipo de relojes es el que ha prevalecido y se ha ido perfeccionando hasta nuestros
días.
314
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., p. 1016.
- 250 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Resulta esencial en el cómputo civil, si se fija el tiempo por días, saber si el día
inicial y el día final se incluyen o no en el plazo que se establezca. La regla tradicional en la
computación civil es la exclusión del día inicial de los plazos, que empezarán a contarse a
partir del día siguiente, como se expresa en la máxima dies a quo non computatur in
término. El día final si se incluye en el cómputo generalmente, quedando por entero dentro
del tiempo marcado para el plazo de que se trate, conforme a la regla expleto ultimo die
eiusdem numeri.
315
El artículo 5 del Código Civil español establece que si en el cómputo civil se fija el tiempo por meses o por
años, se computarán de fecha a fecha, y si al final del cómputo no existe tal fecha ( por ejemplo, un mes a
partir del 31 de mayo, no existiendo en junio día 31), es decir, cuando en el mes de vencimiento no hubiera
día equivalente al inicial del cómputo, se entenderá que el plazo expira el último del mes. Aunque se
considera que este sistema es más fácil y comprensible en el tráfico, también es más inexacto y menos
favorable al deudor, por ejemplo, cuando incide en el vencimiento de obligaciones a término.
- 251 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Asimismo, en el cómputo civil fijado por días se pueden incluir todos los días, ya
sean inhábiles o festivos, es decir, se sigue el llamado cómputo continuo, no el llamado
cómputo útil , que es propio del derecho procesal.
El artículo 9.3 establece que los términos civiles se computan en días naturales,
salvo las excepciones dispuestas en la ley. A diferencia de lo dispuesto por otras
legislaciones que en caso de que no pueda realizarse un acto determinado en el día final del
término por ser éste inhábil, disponen que el mismo deberá realizarse el día anterior, el
propio artículo mencionado señala como excepción de la regla anterior que si el
cumplimiento de una obligación o el ejercicio de un derecho es imposible en día no
laborable, se entenderá prorrogado el vencimiento del término hasta el siguiente día
laborable.
2. La prescripción extintiva.
- 252 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Ahora bien, ¿cuál es el objeto de la prescripción?; cuando ella tiene lugar, ¿qué se
afecta?. La doctrina no es unánime en las respuestas a estas interrogantes, se discute si lo
afectado por la prescripción es el derecho subjetivo considerado como unidad de poder
jurídico atribuido a la persona, o si sólo queda afectada la acción o acciones
correspondientes para hacerlo valer frente a otros.
317
Vid. ALBALADEJO, M., Derecho Civil. Introducción y Parte General, Tomo I, Volumen segundo, Ed.
Bosch, Barcelona, 1995, p.494.
318
Vid. DIEZ PICAZO, L., op. cit., pp. 33 y ss.
319
Vid. LARENZ, K., Tratado de Derecho Civil Alemán, Traducción y notas de Miguel IZQUIERDO Y MACÍAS-
PICAVEA, Ed. Revista de derecho Privado, EDERSA, Madrid, 1978, p.328.
320
Se discute cual es el fundamento de la solutio retentio en este caso, si la existencia de una obligación
natural producto de la subsistencia del derecho subjetivo a pesar de haberse extinguido la acción que priva a
- 253 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
- 254 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
El artículo 124 del vigente Código Civil dispone que son acciones
imprescriptibles las del Estado y de las entidades estatales para reivindicar sus bienes; las
de los coherederos, condueños o propietarios de fincas colindantes para pedir la partición
de la herencia, la división del bien común o el deslinde de las propiedades contiguas; las
destinadas a reclamar la devolución de los depósitos en cuentas bancarias, y las que se
ejerciten para reclamar por violaciones de derechos de la personalidad no relacionados con
el patrimonio.
323
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p. 498; CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., p. 858; DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN,
A:, Sistema de Derecho Civil, Ed. Tecnos, Madrid, 1992, p. 451; ESPÍN CÁNOVAS, D., Manual de Derecho
Civil Español, Volumen I, Ed. Revista de Derecho Privado, EDERSA, Madrid, 1982, p. 561; LARENZ, K.,
op. cit., p.p 327 y 328; PUIG BRUTAU, J., Compendio de Derecho Civil, Volumen I, Ed. Bosch, Barcelona,
1987, p. 369.
324
Vid. Artículo 68.1 del Código Civil cubano de 1987.
- 255 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Los siguientes artículos del Código, del 115 al 118, establecen plazos de
prescripción para acciones de tipo específico, que oscilan entre tres años y tres meses,
términos también considerablemente reducidos en comparación con los que establecía
anteriormente el Código Civil español.
A los seis meses prescriben las acciones para reclamar el saneamiento de los
bienes muebles vendidos, las de garantía de los bienes muebles comprados en
establecimientos de comercio y las derivadas de la prestación deficiente de servicios.
325
En el orden procesal, la prescripción extintiva debe alegarse como excepción perentoria, que representa
un ataque de fondo a la litis y debe resolverse por el órgano jurisdiccional en la propia sentencia que ponga
fin al proceso. Vid. artículos 236 y 495. 5 de la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral de
nuestro país, a manera de ejemplos ilustrativos del uso de la prescripción como excepción en un proceso.
- 256 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
326
En este sentido se pronuncia la Sentencia de 25 de enero de 1962 del Tribunal Supremo español, por
ejemplo, que declaró que para que un derecho prescriba no basta que haya nacido, sino que, además, es
necesario que pueda ser ejercitado. Vid. PUIG BRUTAU, J., op. cit., p. 376.
- 257 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Los siguientes apartados del propio artículo 120 particularizan distintos supuestos
para el inicio del cómputo de la prescripción. Así, si la acción se deriva de resolución firme,
comienza a decursar el tiempo de la prescripción desde la fecha de la firmeza de dicha
sentencia; si se impugnan actos por razón de su ineficacia, desde que se tiene conocimiento
de la causa que produce aquella; si se exige responsabilidad por actos ilícitos, por
enriquecimiento indebido o derivada de actividades que generan riesgo, desde que se tenga
conocimiento de los daños y perjuicios 328 y de su autor; si toda la deuda puede ser
reclamada por falta de un pago parcial, desde el momento en que éste es exigible.
Nuestro Código Civil regula ambas figuras, lo que constituye una novedad, pues
no se reconocía la suspensión en el Código Civil español anteriormente vigente entre
327
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p. 484.
328
Si se trata de lesiones que tarden algún tiempo en curarse, el tiempo de prescripción comienza a transcurrir
no a partir de la fecha en que las mismas se produjeron, sino a partir del momento en que se puedan conocer
de modo cierto los quebrantos ocasionados.
- 258 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
- 259 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
Por otra parte, el Código también regula las causas que provocan la suspensión de
la prescripción, en el artículo 123. Se establecen tres supuestos: si el titular de la acción está
imposibilitado de ejercitarla ante el órgano jurisdiccional a causa de fuerza mayor; mientras
el titular no pueda ejercer su capacidad y no tenga representación legal, o permanezca bajo
la patria potestad o tutela de la persona que debe ser demandada; y durante el matrimonio,
con relación a los derechos de uno de los cónyuges respecto al otro.
3. Caducidad.
El término caducidad proviene del latín cado, que significa caer, morir,
extinguirse330, y en el orden jurídico su significado es similar, pues la caducidad de un
derecho significa la imposibilidad de su existencia como tal más allá del tiempo de vida que
al mismo han concedido la ley o la voluntad de los particulares.
329
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p. 499.
330
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., p. 1114.
- 260 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
prescripción, cuya duración es ilimitada aunque sólo resulten exigibles si no se les deja en
desuso durante determinado tiempo.
Nuestro Código Civil regula la caducidad de forma general en su artículo 125, que
establece que en los casos expresamente determinados en la ley o en el acto jurídico, los
derechos caducan por el simple transcurso del tiempo, añadiendo luego el artículo 126, sin
distinguir entre los que tienen carácter legal o voluntario, que los plazos de caducidad se
aprecian de oficio por los órganos jurisdiccionales y no son susceptibles de interrupción ni
suspensión por causa alguna.
331
Vid. ESPÍN CÁNOVAS, D., op. cit., p. 568.
332
Vid. PUIG BRUTAU, J., Caducidad y prescripción extintiva, Ed. Bosch, Barcelona, 1986, pp. 7-20.
333
Vid. ALBALADEJO, M., op. cit., p. 537.
- 261 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
334
Vid. DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., op. cit., p.463.
335
Vid. LÓPEZ, A. y MONTÉS, V., Coordinadores, Derecho Civil. Parte General, Ed. Tirant lo Blanch,
Valencia, 1998, p. 530.
- 262 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
336
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., op. cit., pp. 1116 y ss.
- 263 -
El tiempo y su influencia en el Derecho Civil. Lic. Caridad del C. VALDÉS DÍAZ
nuevo Código Civil", en Revista Jurídica, MINJUS, La Habana, Número 19, Año VI, abril-
junio de 1988.
- 264 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
CAPITULO IX
LA PUBLICIDAD EN EL DERECHO CIVIL.
Sumario:
1 ALGUNAS NOTAS ACERCA DE LA PUBLICIDAD. 1.1 Concepto. Objeto y vías
o formas de publicidad. 1.1.1 En cuanto a las personas. 1.1.2 En cuanto al objeto.
1.1.3 En cuanto a hechos, actos o negocios jurídicos. 1.2 Importancia. 1.3 Efectos
de la publicidad. 1.3.1 Efectos declarativos. 1.3.2 Efectos constitutivos. 1.3.3
Distinción entre inscripción constitutiva e inscripción obligatoria. 2 LOS
REGISTROS PÚBLICOS Y LA PUBLICIDAD. 2.1 Distintos tipos de Registro. 2.1.1
Registro del Estado Civil. 2.1.2 Registro de Actos de última voluntad y Declaratoria
de Herederos. 2.1.3 Registro de la Propiedad. 2.1.4 Registro de Asociaciones.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA.
- 268 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
La palabra publicidad proviene del latín publicus337, que significa hacer notorio,
patente, manifiesto.
En esta línea señala Tirso CLEMENTE que "la publicidad es un medio por el cual
la voluntad de las partes que intervienen en un determinado negocio jurídico, sea conocida
permanentemente y para el futuro ".338
Por su parte, Vicente RAPA señala que "la publicidad consiste en la notoriedad de
los registros o comunicación exterior de los mismos, que puede ofrecerse por exhibición de
sus libros a los interesados o por certificación o información de los encargados de su
custodia o conservación, a fin de que, mediante las inscripciones, los hechos y actos
jurídicos tengan eficacia en relación con los terceros y puedan ser constatados, tanto para
fines privados como para otros de carácter social ".339
337
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo II Tercera Parte, ENPES, La Habana, 1984,
p. 1123.
338
Vid. CLEMENTE DÍAZ, T.,op. cit., p. 1125.
339
RAPA ALVAREZ Vicente, "La relación jurídica civil. Categoría esencial en el nuevo Código Civil ", Revista
Jurídica Nro.19, MINJUS, La Habana, abril-junio, l988, p. 183.
340
Vid. CORRADO RENATO, citado por CORRAL GIJÓN J. M., La publicidad registral de las situaciones jurídicas
urbanísticas, Centro de Estudios Registrales, San José, S.A, Madrid, p. 7.
341
GARCÍA GARCÍA, José Manuel, Derecho Inmobilario Registral o Hipotecario, Tomo 1, Ed. Civitas,
Madrid, l988, p. 49.
- 269 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
Pero no siempre han existido Registros para dar publicidad a determinados hechos
o actos jurídicos. En el Derecho Romano, por ejemplo, se organizaron desde época
temprana registros para la inscripción de los nacimientos, expidiéndose certificaciones de
los mismos a través de las llamadas professio natalis; pero no existieron registros
semejantes para dejar constancia de las defunciones, brindándose al juez amplias libertades
para admitir las pruebas propuestas en estos casos345. Tampoco existieron registros para
inscribir derechos reales o de crédito, aunque se practicaban ciertas manifestaciones
primarias de publicidad, proclamándose la realización de determinados actos mediante
pregoneros, o efectuando sacrificios religiosos para facilitar que se recordaran con
posterioridad la existencia de determinados hechos. La escritura, cuando se utilizaba
raramente, adquiría la función de prueba sujeta en juicio a libre y amplia apreciación346.
- 270 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
- 271 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
Coincido con el planteamiento del Dr. Tirso CLEMENTE de que, no obstante esta
delimitación de los Registros, es imposible apreciarlos de forma pura, teniendo una
naturaleza mixta, al entremezclarse en muchos de ellos los elementos que conforman la
relación jurídica349.
348
En tal sentido se pronuncia el Decreto- Ley en cuestión al consignar en su artículo 2 lo siguiente:
"Mediante el Registro de Actos de Ultima Voluntad y de Declaratoria de Herederos, en lo adelante "el
Registro", adquieren publicidad los actos relacionados con la sucesión por causa de muerte, para que puedan
ser constatados tanto para fines privados como para otros de carácter social".
349
Vid. op cit, Tomo II ( Tercera Parte), pág. 1132.
350
Tal es el caso de la hipoteca, cuyo carácter es constitutivo, sólo nace cuando se inscribe en el Registro de la
Propiedad.
351
Con la Reforma Constitucional este artículo pasa a ocupar el número 77.
- 272 -
La publicidad en el Derecho Civil Lic. María Elena COBAS COBIELLA
Por otra parte el Código Civil cubano regula entre uno de sus principios el que la
ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento, regulado en el artículo 3 del citado
cuerpo legal352, principio que sería de imposible cumplimiento de no existir una
consecuente publicación de las normas.
Aunque alguna doctrina en la materia353, criterio que comparto, señala que existe
una distinción entre la publicidad registral de los derechos reales y la publicación de las
normas. En el primer caso de lo que se trata es de dotar de publicidad los derechos
subjetivos y las situaciones jurídicas que se generan a partir de actos, hechos y negocios
jurídicos, mientras que en el segundo caso estaremos en presencia de la publicación de la
norma, del derecho objetivo cuyo radio de acción y efectos son totalmente diferentes.
Los fines de la publicidad registral dependerán del tipo de Registro de que se trate,
pero la importancia de ésta, será común para todos los Registros, al lograr la publicidad la
exteriorización del acto de que se trate, logrando la cognoscibilidad general354 encaminada
fundamentalmente a terceros y eficacia sustantiva o jurídica sobre la persona y sus bienes.
La publicidad tiene además importancia para el orden estatal, pues a través de ella se cuenta
con un instrumento efectivo para la realización de censos y la elaboración de estadísticas de
interés social.
Los efectos de la publicidad pueden ser abordados desde dos puntos de vista,
teniendo en cuenta su efectividad entre las partes y en relación con los terceros.
352
El artículo señalado preceptúa lo siguiente : "La ignorancia de los preceptos de este Código no excusa de
su cumplimiento ".
353
Vid. GARCÍA GARCÍA, José Manuel: Derecho Inmobiliario Registral o Hipotecario, Tomo 1, Editorial
Civitas, SA, Madrid,1988, pág 44.
354
Comparto la idea de GARCÍA GARCÍA, cuando se refiere al hecho de que la cognoscibilidad no es lo mismo
que conocimiento efectivo: " No se trata de publicar para producir un conocimiento, sino de posibilitar que
exista o sea posible ese conocimiento. No se puede alegar ignorancia, aunque el conocimiento no haya
tenido lugar, ya que existe, en todo caso, la posibilidad de conocer el contenido del Registro ".op cit, pág 44.
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Por tanto la efectividad y valor del acto jurídico no depende de la publicidad que
otorga el Registro. Tal es el caso de negocios jurídicos como la permuta, la compraventa de
inmueble, la donación de bienes, entre otros.
De ahí que tal como señala GARCÍA GARCÍA, al criticar el término de inscripción
declarativa, referido a los derechos reales "que ésta ningún valor representa en la
configuración del derecho real "355.
355
GARCÍA GARCÍA, José Manuel, op cit, pág 558.
356
op cit, pág 566.
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El ejemplo típico es la hipoteca en cuanto a los derechos reales, que sólo nace con
la inscripción en el Registro de la Propiedad, y la constitución de determinadas personas
jurídicas, cuya personalidad no nace hasta que se realiza la correspondiente inscripción.
El Registro del Estado Civil surge por la necesidad de organizar la vida civil,
otorgando la publicidad fiable y auténtica de los datos concernientes al estado civil de las
personas naturales, el nacimiento, la muerte, el matrimonio, la filiación, entre otros.
Proporcionando la información fidedigna a los particulares y al Estado, previendo y
anticipando el momento en que el dato se necesite.
357
En este capítulo nos referiremos fundamentalmente al Registro del Estado Civil, Registro de las
Asociaciones por ser afines a la materia que se explica. Los demás Registros se desarrollarán en los
respectivos Manuales de las asignaturas, que explican los Libros del Código Civil cubano.
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Tal como señalan algunos autores, "el Registro civil es como un catálogo oficial
de las personas integradas, en principio, y con algunas extensiones, en un ordenamiento
jurídico..."358
Pudiera definirse como la oficina pública, centro donde se hacen constar los datos
relativos al estado civil de las personas naturales. En el Registro del Estado Civil se
ordenan adecuadamente las actas relativas a éste, destinadas a proporcionar una prueba
cierta del mismo. Los registradores expedirán las certificaciones que se les soliciten por
cualquier persona, o harán constar que los asientos solicitados, en su caso, no existen en el
Registro a su cargo. Es adecuado apuntar aquí que según estableciera nuestra Constitución
de 1976 está abolida toda diferencia entre los hijos habidos dentro o fuera de matrimonio
formalizado, particular que, por tanto, no se consignará en las actas de nacimiento.
Tampoco se consignará la condición de hijo adoptivo en aquellos que tengan tal condición,
según estableció el artículo 106 del Código de Familia, modificado por el Decreto- Ley
número 76 de 20 de enero de 1984 referido a la adopción.
La actividad a desarrollar por el Registro del Estado Civil se regula en la Ley Nro.
51 de 1985, que establece que éste constituye una institución de carácter público a través de
la cual el Estado garantiza la inscripción de los hechos y actos relacionados con el estado
civil de las personas, resultando además un medio importante para la conformación de
estadísticas demográficas, de salud y otras de interés social.
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Dicho Registro tiene por objeto el de registrar los actos de última voluntad y de
declaratoria de herederos así como expedir, en su caso, las certificaciones positivas o
negativas que resulten de los asientos, evitar que se declaren herederos personas distintas de
las que sean por actos de última voluntad o declaratoria de herederos y evitar duplicidad en
la declaración de herederos, ya sea por vía testada o intestada, permitiendo en definitiva que
adquieran publicidad los actos relacionados con la sucesión por causa de muerte, de
acuerdo al artículo 2 del propio cuerpo legal359.
Por su parte, la Ley Hipotecaria extensiva a Cuba y a Puerto Rico en l893 y aún
vigente entre nosotros, refrenda en su artículo 2 qué ha de inscribirse en el Registro de la
Propiedad, mientras que el Código Civil cubano vigente, a diferencia del viejo Código Civil
español que antes regía entre nosotros, no contiene referencia al tema del Registro de la
Propiedad, al cual si hicieron referencia legislativa las dos Leyes Generales de la Vivienda,
artículos 121 de la Primera Ley General de la Vivienda, Ley número 48 de 27 de diciembre
de l984 y de la Segunda Ley General de la Vivienda, Ley número 65 de 23 de diciembre de
1988, al regular que " los títulos de propiedad sobre la vivienda y solares yermos deberán
ser inscriptos en el Registro correspondiente al municipio donde se encuentren ubicados
estos inmuebles. Una vez inscripto el título de propiedad, el Registro lo devolverá al
propietario con nota de inscripción ". A tenor de los artículos 120 de la Primera Ley
General de la Vivienda y 116 de la Segunda Ley General de la Vivienda se crearon
respectivamente y en su momento, el Registro de la Propiedad de la Vivienda y Solares
Yermos, a cargo de las Direcciones Municipales de la Vivienda.
359
Todo lo concerniente a este Registro será estudiado en el Manual dedicado al Derecho de Sucesiones y en
dicha materia.
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a) científicas o técnicas.
b) culturales o artísticas.
c) deportivas.
ch) de amistad o solidaridad
d) cualesquiera otras que conforme a la Constitución y a esta Ley se propongan a
fines de interés social.
1- Control.
2- Supervisión.
3- Inspección.
1- Libros.
360
Todo lo concerniente al tema del Registro de la Propiedad será tratado en el Manual de Derecho de
Propiedad y en la materia de derechos reales.
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2- Documentos.
3- Controles de las asociaciones constituidas.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA:
ALBALADEJO, M., Derecho Civil, Tomo I, Volumen primero, Ed. Bosch, Barcelona,
1996; CLEMENTE DÍAZ, T., Derecho Civil. Parte General, Tomo II, Tercera Parte,
ENPES, La Habana, 1984; CORRAL GIJÓN J. M., La publicidad registral de las
situaciones jurídicas urbanísticas, Centro de Estudios Registrales, San José, S.A,
Madrid, 1988; DIEZ PICAZO, L. y GULLÓN, A., Sistema de Derecho Civil, Volumen I,
Ed. Tecnos, Madrid, 1994; FERNÁNDEZ BULTÉ, J. y otros, Manual de Derecho
Romano, Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1982; GARCÍA GARCÍA, J. M.,
Derecho Inmobiliario Registral o Hipotecario, Tomo 1, Ed. Civitas, Madrid,1988;
LACRUZ BERDEJO J., y otros, Elementos de Derecho Civil, Tomo I, Parte General
del Derecho Civil, Volumen Segundo, Ed. Bosch, Barcelona, l983; RAPA ALVAREZ
Vicente, "La relación jurídica civil. Categoría esencial en el nuevo Código Civil ",
en Revista Jurídica Nro.19, MINJUS, La Habana, abril-junio, l988.
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